Tumgik
verrev · 5 years
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Artista: Jorge Miño Título: Lo invisible Dónde: Ungallery Fechas: 14 de noviembre al 23 de diciembre de 2019
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“Por cierto, la facultad de captar objetos inexistentes revela un carácter extraño y un tanto inesperado del pensamiento. Y tal rareza no carece de interés ni de importancia, si advertimos que precisamente a dicha facultad de creer ver y de creer pensar, cuando no se ve ni se piensa nada, los hombres le deben lo esencial de sus ilusiones.”
Clément Rosset
Si la fotografía es un modo de detener el curso de los hechos, qué se le puede pedir en términos de recorrido temporal, al proceso por medio del cual alguien se detiene a observar la realidad. Dispositivo extraño de la imagen, que para ser representada tiene que volverse su propio revés, saltar a ser algo desde la nada como un sombra hacia un infinito posible.
Me ha empeñado en separar una vez más toda posible pista de cierta certeza en las imágenes de esta muestra, he ido borrando cada una de las claves que nos ayuden a comprender qué queda en pie de una historia cuando se desvanecen por completo los rastros de una imagen. Así es como lograr transparentar la esencia de lo real para poder escurrirla entre mis ojos, como un noble recuerdo de su incierta existencia.
Creo que también hay un pensamiento en esta obra; y es que sólo así se puede mostrar el mundo: por sus formas y dimensiones, por sus palabras mudas y en silencio. En cada imagen, cada sombra se vuelve un recorte luminoso sobre la superficie que no está y no es real. Con la tecnología digital, expreso un lenguaje de recursos infinitos, de posibilidades impensables para la lógica de lo concreto. Estas fotografías transitan una meta-realidad que solo ellas pueden soportar, son dueñas de su propio tiempo y espacio. Lenguaje vivo de la mirada sobre el objeto aparentemente quieto.
Pero hay algo más, porque no basta con eso sólo. Hacen falta dos cosas para poder crear nuevas formas de ensueño o de vida en mis obras: un lenguaje y un “si mismo”. Y que más “si mismo” que quien mira y siente estar dentro de la obra reflejada.
J.M.
Galería de imágenes
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Lo invisible. Jorge Miño Artista: Jorge Miño Título: Lo invisible Dónde: Ungallery Fechas: 14 de noviembre al 23 de diciembre de 2019…
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verrev · 5 years
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Artista: Tiziana Pierri Título: Amar azul Dónde: Galería Nora Fisch Fechas: 22 de noviembre al 31 de diciembre 2019
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Una gran salina Por Juan Laxagueborde
Tiziana entra con ganas a las cosas para colmarlas y caer con ellas, en un proceso que la baja y la sube. En la raíz de sus anhelos se cruzan la sinrazón y el cariño. Lo que pinta está armado con bloques disfuncionales y líneas casi rectas que no son diagonales sino torceduras. Llega el momento, no el año ni el mes, el momento, la época, en que Tiziana se pone a reducir complejidad: organiza escenas para permitirse las variaciones del caso, el pase de manos que las vuelve artificio. Parece susurrar frases así mientras pinta: “con esto que se está desarmando armamos esto otro”.
De lejos los colores tienen una condición notable, casi pura. Copos planos puestos uno al lado del otro en el momento justo en que dejan de tambalearse y empiezan a mantenerse para decir algo. De cerca son un cielo de matices a diestra y siniestra, revelados en la fuerza que sostiene lo que se transforma. Una cantidad de colores amplia y económicamente aguada, bastante reconocible en obras recurrentes de su autora, corta la totalidad de las telas con pinceladas gordas y perspectivas que rompen en angosturas de-gradadas. A veces pinta todo y luego hace girar el cuadro, para pararlo vertical y aniquilar el pobre aconte-cimiento de la narración.
La sal de los entreveros de los colores es el blanco de lo que no pintó.
Los colores de Tiziana están estructurados para deformar lo que se puede llegar a pintar después de pin-tar así. A la vez, son estructuras para pensar cómo salir de ahí, a la manera de un ejercicio de autoayuda sin chantaje. Hay en el arte argentino muchos amantes de la doctrina del desastre, que los vuelve respe-tuosos de un código a seguir, con la fe de un financista. En cambio, Tiziana respeta el desastre, pero el desastre no está en la obra, está en el modo en que lee los planos abstractos de lo que queda en el fon-do de las ganas, para que le digan por dónde seguir en el rastrillaje del metro cúbico que se necesita habi-tar en la vida normal, para que se torne un poquito más fantástica. Un lugar es para ella una pintura, di-gamos estructurada después de tirar de un hilo, como una carpa de un circo en miniatura o el fragmento de un libro infantil interactivo.
Deja ver las cosas en su lado payasesco, siniestro y posdramático. Lo que vemos acá tiene una intención olvidada, que no es de ella pero viene de ella. Por eso decimos posdramático: porque Tiziana incluye al drama pero sigue ahí, tomada y sostenida. El drama es la sensación durable de algo que no se nota del todo, que angustia y despeja a la vez. Un objeto es lo que viene después del drama, que incluye al dra-ma. La superación incluye lo superado. Lo posdramático vive en la obra, que es la reunión del disparate en conflicto. Siempre las cosas pueden ser más tremendas, por eso existe la distinción entre lo que es y lo que no es, separados y comunicados por la tristeza, la risa, la pavada o la indolencia.
Hay algo un poco opuesto, complementado en los cuadros: el afán creador y el entendimiento, con su marca de prudencia. Es en este punto donde uno se da cuenta de que Tiziana conoce por la mitad a dón-de va la forma, sin conocer del todo su destino. Después nos topamos con un segundo movimiento, casi una enseñanza: hay que dejar un espacio no entre lo que se hace, sino después de hacer.
Tiziana suele hacerse amiga de sus capacidades para diferenciarse una vez que las manejó. El ciclo es el siguiente: sabe algo que es difícil de hacer, lo quiere mucho y le da cobijo, eso genera conflicto, entonces aprende otra cosa para separarse y volverse capaz de otra cosa más, de la que de nuevo se hace amiga, y así siguiendo. Es la paradoja tizianesca, cuando la técnica (lo que da seguridad) se convierte en afecto, con los riesgos del caso pero con sus chances. Es que de esa paradoja salen obras geniales, “como de un repollo”, como estos cuadros. Una serie que se va para adelante, a la manera de unas geometrías ariscas, tan sensibles a lo que les pasa como todos nosotros.
Es por esto que siempre está haciendo lo otro de lo que hacía. Acostumbrarse a probar le da nombre a las ocurrencias. Pero ese probar tiene que ser encantador. A veces no se nota que los cuadros son de Tiziana y en el momento en que nos damos cuenta de que sí eran de ella, surge una especie de humilde epifanía que retumba con un “claro, claro, me parecía”. En esta muestra pinta unas dialécticas entre porciones generales y sentimientos personalísimos: un puntillismo, pero bien de cerca. El puntillismo ampliado ge-nera cuadrados desde bloques torcidos limitados.
Desde hace muchos años sus obras se diferencian entre sí por grupos, pero se encuentran en un punto. El espacio en el que está corriendo, un camino en rulo que la vuelve a sí misma para morderle la mano. Cuando suelta el pincel por el susto del suceso es como si tuviese que empezar todo de nuevo. Queda claro que su vocación colorista está hecha de tradiciones a la bartola, anglófilas y barrocas a la vez, ha-ciendo juego con su propio estilo, cambiante y desplegado en facetas geométricas y corridas, que cuen-tan el relato de su propia estirpe manual.
Tiziana reúne acá, en Amar azul, una forma manual de amar en colores, familiar, respetuosa de la tradi-ción, aunque irreverente con las formas estancas, con el tradicionalismo. ¿Hay un color para el amor? ¿O todo esto es “una forma de decir”? ¿Es un imperativo dicho con lenguaje sintético? ¿Es una imagen abs-tracta que se agarra del color para empezar por algo? Todo eso, pero en partes desiguales. La unión de los trayectos de color hace una muestra, y una muestra es un ejemplo de amor al arte.
Galería de imágenes
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Amar azul. Tiziana Pierri Artista: Tiziana Pierri Título: Amar azul Dónde: Galería Nora Fisch Fechas: 22 de noviembre al 31 de diciembre 2019…
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verrev · 5 years
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Artista: Cynthia Cohen Título: Pan Dulce Curaduría: Florencia Qualina Dónde: Pasto Brasil Fechas: 08 de noviembre al 20 de diciembre de 2019
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Pancalismo Por Florencia Qualina
En Pan Dulce Cynthia Cohen recrea una serie de obras de su abuelo, Juan Carlos Faggioli, pinturas de pequeño formato dedicadas a retratar orquestas, interiores y naturalezas muertas realizadas sobre finales de los años 60′ y mediados de los 70′; cuando desde hacía mucho tiempo gozaba fama de maestro de la pintura de caballete y se trenzaba en polémicas con los agentes de las vanguardias internacionalistas.
Cynthia retoma de manera minuciosa las imágenes que eran parte del paisaje de su infancia. Las pinta con fidelidad y capricho, en partes iguales. Sigue la paleta de colores, el ritmo de las pinceladas, replica la firma de Faggioli – emblema de originalidad y maestría – pero introduce una variación drástica: las pinturas son monumentales. Agigantadas, adquieren un nuevo giro, por momentos surrealista: pescados, huevos fritos y sandías están imantadas de un humor onírico, desconcertante. En otras escenas, brota un lirismo gozoso. Jarrones radiantes parecen decir, como F. Schlegel “Sabemos con certeza que vivimos en el más hermoso de los mundos”.
Si las pinturas de Faggioli son contenidas y se inscriben dentro de una tradición académica que defienden con tenacidad (sus batallas con Romero Brest son ejemplares sobre un posicionamiento reactivo frente a la avanzada juvenil), el trabajo de Cynthia sobre ellas es una operación conceptual acerca del género bodegón/naturaleza muerta. Es en el desvío de la copia donde aparece la singularidad, cierta clave que las define. Con la extensión que ganaron se vuelven desmesuradas, carnales, también invierten el inmemorial mandato que destinaba a las mujeres la realización de obras pequeñas. El gran formato para una artista mujer, es siempre una conquista territorial.
Faggioli, el anarquista, viajero, polemista, melómano, tuvo múltiples distinciones durante su larga trayectoria en el arte. Una muy notable fue recibir de manos de Eva Perón el Premio del XL Salón Nacional de Bellas Artes por la obra Pan Dulce. Otra, tan memorable como antagónica, fue contar con un prólogo de Jorge Luis Borges, llamado DE LA PINTURA, para una de sus exhibiciones. Allí escribió: “Todos los seres luchan con el tiempo, que finalmente los destroza y olvida; los más lo ignoran, porque les falta la conciencia del tiempo. Ya Séneca observó que los animales viven en un presente puro, sin antes ni después; ya Yeats, partiendo de la filosofía de Berkeley, acuñó su espléndida línea: El hombre ha creado la muerte. A semejanza de las otras artes, la pintura es un medio, quizá el más eficaz y tangible de rescatar algo de lo que se llevan los siglos”. En su revisión de la lengua familiar, Cohen sigue, de alguna manera, ese camino. Volver al pasado, para inventarlo otra vez.
Galería de imágenes
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Ph de sala: Bruno Dubner
Links: Cynthia Cohen Pasto
Pan Dulce. Cynthia Cohen Artista: Cynthia Cohen Título: Pan Dulce Curaduría: Florencia Qualina Dónde: Pasto Brasil Fechas: 08 de noviembre al 20 de diciembre de 2019…
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verrev · 5 years
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Artista:Carlos Cima Título: Magdalena Curaduría: Constitución Dónde: Constitución Fechas: 23 de noviembre 2019 al 29 de febrero 2020
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Ungir con pasión, y de una vez, lo que solo puede ser amado a la distancia. Un perfume de nardos, fruto del año de trabajo entero. Alguien sentencia que por aquel acto una mujer será recordada. Ni el hipotálamo, ni la glándula pineal: el sentido del olfato conecta el cuerpo con el alma.
Los cuatro confines del mundo se habían apagado. Ella viajaba con un saquito de mirra, un ramo de azahar y un denario. El ramito de azahar era fluorescente, iluminaba sus manos y una pequeña porción del camino: la gente afirmaba que además tenía el poder mágico de la rememoración. Setecientas noches caminó, buscaba a un hombre que ya no existe en esta tierra. Al llegar a los pies del muro, los centinelas la rodearon y le arrancaron el velo. Cuando descubrieron quien era se avergonzaron. Antes de seguir su travesía, ella tomó sus manos y preguntó: “¿Han visto ustedes al amor de mi vida?”.
Dios le habló: “Serán salvos quienes por amor, renuncien al amor”. A veces piensa en la salvación, pero le ha dicho que no la lleve al Paraíso. Si pudiera pedir un deseo sería encontrarlo una vez más –joven y hermoso como un venado– para tomar vino con especias cuando las lluvias cesen y broten las flores en los campos.
En cada región que atravesaba, en cada poblado en el que entraba, las multitudes giraban la cabeza y festejaban. Una vez le rogaron que gestara cien nuevos elegidos para volver a poblar la tierra. En otra aldea, sacudida por la hambruna, le suplicaron que diera su cuerpo para alimentar diez huérfanos. Aunque nunca fue virgen sabía que la santidad le confería gracias, pero no quiso saber más de niñas preñadas. Prefirió desde entonces ocultar sus antorchas bajo la túnica y viajar al suroeste. El universo es gris y siniestro. Solo las cosas queamamos nos impregnan.
Julieta Massacese, XXIII – XI – MMXIX
Galería de imágenes
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PH: Flor Lista
Links: Carlos Cima Constitución
Magdalena. Carlos Cima Artista:Carlos Cima Título: Magdalena Curaduría: Constitución Dónde: Constitución Fechas: 23 de noviembre 2019 al 29 de febrero 2020…
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verrev · 5 years
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Artista: Silvina Sícoli Título: Semejante a unx Curaduría: Guadalupe Creche Dónde: Selvanegra Fechas: 2 al 30 de novimebre de 2019
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Qué significa parecerse a lx que unx quiere o imagina. Una pregunta a la que palabra tras palabra podemos responder rompiendo la idea de originalidad y autoría, poniéndola en relación con el copy paste, el pastiche y el collage en la escritura, o imagen tras imagen en la relación histórica entre la pintura y la fotografía, donde una puso a replantearse el hacer a la otra. Ensayar una lectura acerca del parecido en voz alta permite redescubrir mediante lo que pronunciamos y lo que escuchamos salir de nuestra boca, que lo que imaginamos está compuesto de construcciones que tomamos de nuestro conocimiento y de nuestro deseo, de un acervo afectado por múltiples factores y formas que nos rodean desde que nacemos. Es eso que consideramos nuestro, lo que comenzamos a construir en el lenguaje desde la niñez como la primera persona.
Han pasado 7 mil años desde que usamos la escritura fonética, y con los cambios tecnológicos lo que persiste como invención es que palabras, sonidos e imágenes viajan en el tiempo desde que tenemos memoria. Esta muestra propone un rescate desde la memoria afectiva, desde eso que nos conmueve y que como respuesta a un estímulo nos hace emocionarnos y latir fuerte el corazón. Imágenes que permanecen en nosotrxs desde la vista, el olfato y también desde lo háptico, desde los sentidos que no hacen efecto sólo por la convergencia espacio temporal.
Ya en la pintura rupestre o en la escritura de las cavernas había un desplazamiento entre el lugar en que se conseguían los pigmentos para pintar y la cueva en donde se realizaban. Era parte del proceso ir desde un punto a otro llevando el cuerpo y el material para pintar, para escribir. Ha pasado mucho tiempo y quizás algunos días estemos de acuerdo con unas palabras y otros no. Usar el lenguaje inclusivx de manera corriente requiere de una práctica cotidiana, también mirar a diario un rincón vacío en una casa para depositar la imaginación. O lo que también hacemos, depositar en ese rincón un montón de objetos. En estos espacios de la arquitectura del hogar que conocíamos como intimidad antes de las redes sociales, habitan las pinturas y las esculturas de Silvina como una forma de matemática sentimental, trazando sobre el blanco espacios de agrado y pensamiento que parecieran no tener nada que ocultar. Ubicada arriba de un mueble en un centro desplazado que replica el living de una casa, Jungla jungla la pintura del 2014, esparce hacia las otras la paleta del color, ordena en el espacio pequeños microclimas y reuniones donde las pinceladas no se esconden unas a otras, sino que juntas afirman que no hay una sola forma de ver estas imágenes.
Es eso lo que sucede con imaginarse a unx mismx: nos dirigimos a más de un lugar a la vez. Como Silvina con el humor como herramienta pone un secador de pelo (o una pistola) apuntando a un fantasma (o a la cabeza de un monstruo); Un perrite es la suma de dos caras; una vagina tiene cuatro patas. Provenientes del cómic, el animé y lxs dibujos animados, las formas experimentadas de manera orgánica conviven en el camino de descubrir que la idea de semejanza es hoy una idea mutante y en desplazamiento.
Guadalupe Creche
Galería de imágenes
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Links: Selvanegra Galería
Semejante a unx. Silvina Sícoli Artista: Silvina Sícoli Título: Semejante a unx Curaduría: Guadalupe Creche Dónde: Selvanegra Fechas: 2 al 30 de novimebre de 2019…
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verrev · 5 years
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Artista: Denise Groesman Título: La lechuza entro por el ventanal de la catedral Curaduría: Marcelo Galindo Dónde: Moria Galería Fechas: 9 al 30 de noviembre 2019
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EL BENENO DE LA BELLEZA Hoy kuando amaneci yo ainda bomitava voce, amore, como naquele poema de mio amigo Jamil Snege. Durante toda la mañana continuei vomitando voce y parecía que non iba a parar de te vomitad nunca mais. Quanto mais yo te bomitaba, mais me sentía leve. Mismo assim voce continuaba entalada em mio estomago. Continuei a vomitarte por la tarde. Y el dolor de cabeza non pasabana. El dolor de estomago non pasaba. Era noche nuebamente. E yo te vomitava ainda. Vomitaba solamente água. Felizmente yo ainda era joven. Non tenia quarenta anos todabía. Tenía tempo pra continuar te vomitando. Y continuei a te vomitar, amore. Porque se yo non te vomitasse, se deixasse que você apodrecesse en mim, sei lá, morreira envenenado. Por eso yo non tenía mas remédio além de continuar vomitando você. Amor bichado, amor estragado, sei lá, me dá um feroz dolor de barriga. Y después de tanto vomitar você, amore, agora empiezo a cagar você. El sol aum non había aparecido. Era uma feroz disentería nel oscuro. Yo te cagaba copiosamente Você salía con dificultade. Non queria salir. Pero salía, a pesar de toda dificultade. Era una cólica etrusca. Non iba a terminar de te cagar tan cedo. A veces paraba de te cagar por algun tempo. Y empezaba a vomitar bocê novamente. A vomitar tus cachos. A vomitar tus mechas bermejas. Mais una noche sem voce, amore, y mio cuerpo en transe. Depois vai aparecer el sol. Enton me vou al pátio. Voy a dar bom dia al sol. Y voy a empear a mear vocé, amore. Mijar você, confuso. Mear você com un débil mental. Mijar você como un pajarito em meio a los destrozos del fim del mundo. Yo era bello como un menino de 4 años meando você, amore. Y era legal mear você. Una sensação de prazer nascia en mis bolas y cruzava el canal de la urina como uma felicidades merecida. Nunca había meado tan gostozo. Fiquei meando você por una hora mais ou menos. E mijar voce fue muito legal. Depois de mearte, longamente, fiquei mais leve, mais livre, mais feliz, estava pronto a nascer de nuebo. Estava pronto para encontrarte mais bella. Estava pronto para beber nuebamente de tu miel y ficar enbenenado. Estava pronto para kurar tua epilepsia con el veneno de meu cuerpo, el beneno de mio leche, beneno de mio miel. Anoitece. Horário di Berano. Las calles del centron de Campo Grande empiezan a mudar de cor. Las esquinas de Curititibia empiezan a mudar de piele. El pôr do sol en San Paulo es color de merda. Daqui a pouco van a ser ocho de la noche. La mayoría de las personas en Campo Grande, Curitiba, Asunción, San Paoulo, Rio di Janeiro, assistem a la nobela en la televisione. Todas las noches el mismo ritual. Quase todos creen em tudu que vêem y ouvem pero ninguém tem certeza de puerra ninguna. Non, non bale la pena ver di novo. Mierda con sotaque carioca. Mierda com sotaque gaúcho. Mierda con sotaque paulistano. Problemitas idiotas. Falsas loucuras. Coisas por el estilo. Nunka bale la pena ver de novo. Cantos sucios de leche salvaje brotam de mio korpo nel mezzo del deserto de San Pablo, Campo Grande, Curitiba ou Asunción, deserto lleno de perros felices y yiyis hermosas. Mio korpo non tem jeito. Mio corpo está viciado em tus lábios carnudos, tu pele macia, tu crema, tu kola afroguaranga, tu lluvia calientita, tu chocolate salvaje, tuas umidades, mio cuerpo está viciado em teu veneno, fareja você por las calles futuristas de la City Morena, pero non encontra puerra ninguma. Saudades de tua lengua y de tus lábios, de tua boca llena de amor, de tus bessos demorados com sabor a sangre dulce de la yiyi mais hot de la City Morena. Certas meninas se acham muy inteligentes por haberme puesto los cuernos sem que te desses cuenta. Pero nel fondo son frágiles e ingênuas como flores. Perdono você yiy hermosa. Perdono todos los cuernos que las yiyis plantaron em mio kabezón. Quem es macho non mata. Quem es macho perdona. Quando nos encontramos nuebamente en la noche maniqueista y prostibularia, la noche borracha de ilusiones porno dolarizadas, la noche sucia de pânico y mentiras convincentres, me conosco másoménos, voy a querer lamer tua belleza, perdono tudo mi amor, voy a querer lamer tua beleza, perdono tudo mi amor, voy a querer enbenenarme de tua beleza, voy a querer lamer teu korazoncito de melón melón melón, voy a querer bessar o teu cuzinho chocolate.
Douglas Diegues
VIERNES 22: Actiavación de Muestra de 18 a 21 SÁBADO 23: Activación de muestra de 18 a 22 20hs Dj con JOB (@jbslr y @preproducto) VIERNES 29: Activación de Muestra de 18 a 21 SÁBADO 30: CIERRE de 18 a 22 Lectura de poemas por Osvaldo Baygorria y amigues
Galería de imágenes
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Ph: Lulú Scalise
Links: Denise Groesman Moria Galería
La lechuza entro por el ventanal de la catedral. Denise Groesman Artista: Denise Groesman Título: La lechuza entro por el ventanal de la catedral Curaduría: Marcelo Galindo…
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verrev · 5 years
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Artista: Nicolás Gullotta Título: La percepción del violeta Curaduría: Sonia Becce, Carlos Huffmann Dónde: Universidad Torcuato Di Tella / UTDT Fecha: 18 de octubre al 8 de noviembre 2019
https://verrev.files.wordpress.com/2019/11/001.mp3 https://verrev.files.wordpress.com/2019/11/004.mp3
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¿Se le escapaban las palabras que había pensado decir, la importancia de una conjunción adversativa, el matiz de un adjetivo para calificar un tanto peyorativamente el pretendido modelo universal de la percepción? Angélica Gorodischer, “Los embriones del violeta”
La percepción del violeta nace de la intuición de que un patrullero desafectado de su uso oficial podría convertirse en una obra de arte. Transfigurándose, podría incluso generar una potencia mutante, capaz de alumbrar muchas obras más. Hoy son tres: 9875D/s, Friso y Angélica.
Cuando Nicolás Gullotta emprende la búsqueda del patrullero Chrysler Spirit 1993 que finalmente consigue en 2013, debe recorrer varias dependencias públicas y responder dos preguntas que se reiteran. Interrogado sobre cuál será el destino del vehículo, le basta con una respuesta lacónica: “Una escultura”. La otra pregunta es más sinuosa y la respuesta podría allanarle el camino de la búsqueda: “¿Sos de la Fuerza?”. Pero Gullotta no es de la Fuerza, y tampoco ningún familiar. Un funcionario de la ciudad de La Plata le aconseja dirigirse a un taller en el sur del conurbano bonaerense, dedicado al desmantelamiento de vehículos para su posterior compactación. En efecto, basta un llamado del dueño del taller para dar con el patrullero que busca. Siguiendo sus coordenadas, Gullotta encuentra el Chrysler Spirit 1993 estacionado debajo de un árbol, ofrece por él poco más que lo que pagaría por una bicicleta usada y en pocos minutos se cierra la operación.
El destino escultórico del ex-patrullero va variando entre 2013 y 2019 y presenta más desafíos que los anticipados. Una de las primeras alternativas que surge es modelar un gran jarrón ornamental de 4 metros de alto y 2 metros de diámetro con los paneles de fibra y las chapas metálicas. Pero se presenta un obstáculo, difícil de sortear: el daño al material que resultaría de este proceso eliminaría los rastros de la pintura celeste y azul del patrullero. Desde el comienzo del proyecto, Gullotta ha dado particular atención al esquema de colores utilizado por la Policía Federal y a cómo fue cambiando a lo largo de los años, razón por la cual abandona la idea y se le ocurre en cambio reciclar el patrullero en un juego de sillones de jardín. Poco después considera una alternativa más audaz: utilizar el hierro del chasis para fundir una campana que produzca un semitono más elevado que el de las que recuerda haber oído en un cementerio de la provincia de Buenos Aires. Pero los expertos de una de las pocas fábricas del país que la podrían construir lo desalientan, argumentando que el sonido de las campanas resulta de una combinación compleja de distintas tonalidades y lograr mínimos cambios es prácticamente imposible.
Lejos de darse por vencido, Gullotta imagina entonces una variante de carácter solidario: estacionar el auto en los alrededores del Jardín Botánico de Buenos Aires para que sirva de refugio a los gatos que viven en la zona. Consulta incluso a un abogado para analizar la viabilidad legal de donarle la propiedad del vehículo a uno de los gatos. La respuesta tajante del abogado -“una cosa no puede poseer otra cosa”- acaba dando por tierra su entusiasmo incipiente. Surgen más tarde otras posibilidades (forjar una barra de metal o triturar el vehículo hasta lograr una fina arena industrial), pero algo las vuelve insuficientes.
Lo que empieza a quedar claro es que el objeto parece ser refractario a las soluciones simples. Quizás porque ya no oficia como brazo fuerte del Estado, sino que se ha transformado en un nudo de materia simbólica y real en transición: ni herramienta activa del poder ni detrito residual de la producción industrial de la década del 90. El espectro de lo que el auto fue o representaba no parece desmantelarse tan fácilmente, ni siquiera con su destrucción material. Los posibles destinos descartados ya son parte de su historia y el único camino a la vista parece ser perseverar en ensayos de nuevas metamorfosis.
Gullotta tiene entonces una suerte de iluminación: recurrir a la ciencia ficción como programa que habilite futuros especulativos como justificativos de acciones concretas en el presente. Lee y lee cuentos fantásticos de escritores argentinos y finalmente, en Los embriones del violeta, un relato de la rosarina Angélica Gorodischer, aparecen los ingredientes de un programa. En el cuento, “el violeta” es una entidad nativa del planeta extrasolar Salari II, capaz de concederle los deseos más extravagantes a los que se bañan en su fulgor, siempre y cuando puedan satisfacer una condición: sentir hasta en lo más profundo de su ser los aspectos íntimos de aquello que añoran. El destino de los visitantes de este planeta, como es de imaginar, oscila entre el éxtasis solipsista del cobijo uterino y los excesos orgiásticos de un autócrata que vive eternamente en el cenit de su poder.
Alentado por el relato, Gullotta conjura un mundo en el cual los objetos inanimados se personifican y adquieren voluntad. El patrullero se transfigura así en 9875 D/s, (rebautizado con el número de móvil policial y el tramo correspondiente a Dominación-Sumisión dentro de la sigla BDSM), tras despojarlo de la insignia, el motor y su función, y enfundarlo en una crisálida de látex, un traje-máscara con arneses, anillos de acero, cierres, cadenas y hebillas dispuestos estratégicamente, disponible para una práctica de disciplinamiento extático y feliz. Una piel artificial cubre a la otra, capaz de desquiciar los sentidos y enloquecer la percepción. El talento del patrullero para la coerción violenta vuelve resocializado en instrumento de una práctica erótica consensuada, resultado de una trasmutación inquietante, alquímica, que desarticula un objeto sombrío y lo vuelve deseante.
Pero en ese futuro imaginario, por añadidura, el poder analógico de la brutalidad policial se ha vuelto obsoleto gracias al perfeccionamiento exponencial de los algoritmos publicitarios. Friso crea un sistema de data mining de información biométrica sofisticado y preciso con el que el Estado podría prevenir los impulsos violentos y antisociales de la población a fuerza de un entumecimiento provocado por la saciedad del consumo. Y más: Angélica, una asistente virtual, colabora con una moderna red neuronal, alimentando los algoritmos de Talk to Transformer con fragmentos de Los embriones del violeta. La inteligencia artificial reescribe y reconfigura el cuento mediante fragmentos y sintagmas extraídos de infinitas bases de datos, de modo tal que la entidad “el violeta”, ese misterioso color extraterrestre, pueda volverse real. Cuando lo logre, demostrará que la materia no tienen ninguna relación de dominio sobre la energía y el lenguaje. A fuerza de convicción y suma de inteligencias, la energía y el lenguaje habrán doblegado a la materia.
Sonia Becce – Carlos Huffmann Octubre 2019
Galería de imágenes
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Ph: Bruno Dubner, Gustavo Lowry, Nicolás Gullotta
Links: Nicolás Gullotta Universidad Torcuato Di Tella / UTDT
La percepción del violeta. Nicolás Gullotta Artista: Nicolás Gullotta Título: La percepción del violeta Curaduría: Sonia Becce, Carlos Huffmann Dónde: Universidad Torcuato Di Tella / UTDT…
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verrev · 5 years
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Artista: Cecilia Szalkowicz Título: Soy un disfraz de tigre Dónde: Fotogalería del Teatro San Martín Fechas: Acto 1: 1 de octubre ; Acto 2: 16 de octubre al 29 de febrero 2020
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Soy un disfraz de tigre
1. Es necesario dar por sentado que la taza de café se va a quedar apoyada en la mesa una vez que ambos elementos entren en contacto. Si la taza se queda ahí entonces se puede asegurar que el mundo funciona. Esa certeza antes de que el acontecimiento ocurra es de lo que está hecho un acto de fe, y esto convierte en creyente a cada persona que transita el mundo. Pero si antes de apoyar la taza se desconfía de que ella no se va a quedar ahí, entonces se abre un camino distinto. La mera posibilidad de no apoyo de la taza sobre la mesa, por más ínfima que sea, arroja un manto de dudas sobre algo que se daba ya por cierto. Y como señala la tradición detectivesca, la sospecha invita a la secuencia del pensamiento. Dar algo por sentado llega a su fin en el mismo instante en que se piensa a ese dar por sentado. Se interroga a la necesidad, a la taza, a la mesa, a la persona y hasta al propio pensar. Nada permanece sin llevar adosado un signo de pregunta. Todas las cosas son posibles de no ser lo que son.
2. Desde Las cosas (Galería Dabbah Torrejón, 2010) hasta Este melón es una rosa (CCK, 2018) y Cosmos (MUNTREF, Premio Braque, 2019) Cecilia Szalkowicz explora un modo de entender la fotografía distinto a la manera tradicional en que suele ser concebida y exhibida. Soy un disfraz de tigre arma un cubo junto a las tres experiencias anteriores; es el cuarto lado de una caja mágica.
En Las cosas, flores secas sobre un tronco, una peluca encrespada o un marco dorado sin su pintura formaban un moderno gabinete de curiosidades. Szalkowicz presentaba una sala donde se manifestaba una elocuente declaración del artificio, un juego donde la información se corría para hacer lugar a otra forma de leer la imagen, mucho más cerca del enigma que de la afirmación. En Este melón es una rosa el público entraba a una sala completamente oscura y durante veinte minutos quedaba capturado por la visión de objetos puntualmente iluminados sin nada alrededor. Aparecían sobre el escenario, sin entenderse cómo, un jean, una taza de café humeante o un ananá. Al igual que en el CCK, en Cosmos, el público entraba también a una sala para ver objetos e imágenes sobre tarimas y paredes, iluminados por luces que se prendían y apagaban según una secuencia musical. En estas últimas dos experiencias, el sentido de la percepción de las cosas se veía tan alterado, hasta el punto de preguntarnos si un ananá podía llegar a ser otra cosa que una fruta dulce y ácida a la vez. Si una imagen era ella o el espejismo de aquella otra que creíamos estar recordando.
3. Soy un disfraz de tigre es una exposición que se realiza en dos actos, dos tiempos. En ambas instancias en lugar de anular el contexto de las imágenes, como ocurrió en las dos últimas exposiciones, Cecilia hace uso y abuso del espacio, transforma al teatro en un enorme escenario para componer imágenes y desestructurar el modo habitual que tenemos de relacionarnos con ellas.
La primera parte transcurre en el hall de la sala Casacuberta en donde las fotografías son transportadas a través de un circuito pensado por la artista. En este momento la imagen se produce durante un encuentro fugaz, en ese proceso de ósmosis entre tres partes: el cuerpo de la arquitectura, el cuerpo de las fotografías y los cuerpos que las llevan. En esos instantes el público, quieto, se encuentra con las imágenes en pleno movimiento. Ellas dictan al son de la música las condiciones en que quieren ser miradas.
En la segunda parte, la imagen fotográfica también se presenta como materia tangible, pero esta vez en el espacio de la Fotogalería. Una mezcla entre una superficie bidimensional y una escultura despegada de las paredes, que va desplegando en su universo alegórico una gramática propia, un nuevo lenguaje para que las cosas y las imágenes se encuentren y dialoguen entre sí. Una conversación silenciosa a la que sólo se puede acceder entregándose al enigma. Un juego de máscaras que no oculta nada, sino que más bien revela que debajo de ellas sólo hay más máscaras.
En ambos actos, la estrategia de composición y circulación de la imagen merodea alrededor de algunas preguntas sobre la producción, la percepción y la materialidad del lenguaje visual. En los dos actos, Cecilia Szalkowicz hace convivir distintas corporalidades: las del público, las de la arquitectura, las de los sujetos portantes y finalmente, las de las imágenes, precisamente hechas cuerpo. En esta exposición, la artista lleva al límite la exploración de la imagen fotográfica como materia viva que se desplaza. Expone en distintos espacios del Teatro San Martín una manera; la manera en la que se construye y se vive el artificio.
Lara Marmor, Bruno Dubner y Ariel Authier
Galería de imágenes
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Fotos Acto 1: Sofía Ungar
Links: Cecilia Szalkowicz Fotogalería del Teatro San Martín
Soy un disfraz de tigre (Acto 1 y Acto 2). Cecilia Szalkowicz Artista: Cecilia Szalkowicz Título: Soy un disfraz de tigre Dónde: Fotogalería del Teatro San Martín Fechas:
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verrev · 5 years
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Artista: Laura Ojeda Bär Título: Una es la medida del mundo Dónde: MARCO Arte Foco Fechas: 21 de septiembre al 09 de noviembre 2019
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atendeme querida por favor se acaba de ir esta tarada y ahora resulta que le tengo que escribir el texto pero SIN referirme a ella. Y tampoco (menos): hablar de sus muestras anteriores, o sea qué sé yo cualquiera pero cuando me lo propuso total libertad y ahora resulta que solo me aconseja tocar temas: 1. REFLEJO, o la vinculación entre dos espacio-tiempo distantes entre sí que entran en contacto gracias a la que pinta (o sea, obvio, ella) y 2. PUNTO DE VISTA, o sea literalmente la pintura (la pintora) como manera de mirar el mundo.
Después tenés también tema SUPERFICIES, esculturas reflejando un espacio anterior (esto tipo wow me explotó la meninges), que para ella son una manera otra de pintar, o sea un poco monotemática la mina, al final. Pintar pintar, cortala con pintar, che, ¡hablá de otra cosa para variar! Porque quiero decir: vos estás en este MARCO ARTE FOCO –yo le entendí “Foucault”, boluda, ni modular puede a esta altura, medio criogénica está, de los nervios, ¿viste?, pobrecita– y te encontrás con tres tipos de superficies: tela pintada al óleo, total normalidad, las esculturas (complicadísimo todo el tema de la preparación para poderles pintar encima, te lo ahorro) y la cortinita japonesa esa que se mandó a imprimir, con la que preserva el espacio de la muestra del afuera. Cómo son las artistas, che, resultó re torre de marfil la Ojeda Bär. Lo que sí no se puede decir es que le haga asco a nada, al final te trabaja con de todo: cosa que ve, va y te la mete en la muestra, cuánta ambición, casi demasiado artística la propuesta, te diría.
Pero no me dejés irme de tema. La muestra gira en torno de la creación como bitácora. De experiencias pasadas, presentificación de otros espacios / momentos en el acá y ahora, que es lo que ponen en evidencia esos objetoides que se mandó a producir que ahora me entero en el caso de las como vasijas va a llenar de líquido en el cual yo como espectadora me voy a poder ver reflejada (o sea, incluida) en esa superficie pintada con el reflejo de un lugar otro. ¡¿Entendés la vuelta de tuerca?! Por medio del arte, te hace habitar un espacio que vos no conocés ni sabés cuál es ni si queda en la loma del peludo o dónde. Dejás tu huella efímera en un lugar en el que no estuviste, ¿¿comprendés la genialidad?? Me agota, te juro, el nivel de pelota intelectual que maneja, no la aguanto.
Además hay autorretratos (uno hace serie, según yo, con otro de la muestra anterior con título interminable imposible de recordar pero no se lo dije a ver si para ella no) (le sigo la carrera, no te creas, casi todas las muestras le fui a ver) y espacios vacíos (pintados en óleo sobre tela) –cómo le gusta la nada, obsesionada está–, que siguen la línea del tema: la pintura es luz, una declinación particular del ver (que es una manera particular del ser).
Cuestión que muy suelta de cuerpo agarra y me dice: “Pensá tu texto como una obra más”. KEEEEE??? ¿Ahora encima te tengo que escribir una obra? ¡Pero ni en pedo! Este nivel de controlística es too much, me superó, yo te escribo lo que yo quiero, queridita, ¿qué aportás vos al panorama de la plástica rioplatense contemporánea? ¿Qué tiene tu pintura de distintivo, de (cuarto) propio? ¿Qué hace que un cuadro sea un Ojeda Bär? Eso me interesa muchísimo. Ahí me responde que SUPONE que tiene que ver con el punto de vista (otra vez), por eso: complejidad total, lo pensé mejor y no le escribo nada el texto de la muestra, agradecé si voy al opening a lo máximo divino todo besito chau, no sé quién me llama a mí a meterme en estas cosas si ni me pagan ni nada.
Ana Ojeda – septiembre 2019
Galería de imágenes
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Ph: Catalina Romero
Links: Laura Ojeda Bär Marco Arte Foco, Fundación Tres Pinos
Una es la medida del mundo. Laura Ojeda Bär Artista: Laura Ojeda Bär Título: Una es la medida del mundo Dónde: MARCO Arte Foco Fechas:
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verrev · 5 years
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Artista: Alicia Mihai Gazcue Título: Una antología Dónde: Galería Nora Fisch Fechas: 4 de octubre al 16 de noviembre 2019
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Alicia Mihai Gazcue, nacida en Uruguay y radicada en Bucarest, Rumania desde principio de los años 80, ha sido una huidiza presencia en la escena del arte. Rescatada en los últimos años por sus colegas Liliana Porter y Ana Tiscornia —quienes creen de manera vehemente en su relevancia— su obra es presentada en Argentina por primera vez en esta muestra antológica que incluye trabajos realizados entre 1969 y 2017.
Su abordaje a la práctica artística tiene un perfil conceptual y socio-político, impregnado de una poética personal y de humor sutil. En sus primeras obras Mihai Gazcue muestra un conceptualismo duro—ejercido como joven participante de la corriente artística que emergió en la década del 70 en distintos centros urbanos de Latinoamérica— utilizando elementos impresos encontrados e intervenciones mínimas donde la palabra juega un rol visualmente secundario pero fundamental en términos de significado. En obra más reciente aparece la preocupación por la reafirmación de su visión personal desde las coordenadas culturalmente híbridas de su vida.
Alicia Mihai Gazcué ha participado en la XII Bienal de Shangai convocada por el curador Cuauthémoc Medina, ha exhibido en España y Estados Unidos, y ha sido entrevistada por Gabriela Rangel e Inés Katzsenstein, entre otros. Su obra se encuentra en las colecciones del Pérez Art Museum de Miami y de Artium (Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo) además de relevantes colecciones privadas.
Acompaña la exhibición un texto de la historiadora del arte y curadora Laura Malosetti Costa, donde relata memorias personales acerca de Alicia, de las circunstancias compartidas en el Uruguay de los años 70.
ALICIA Por Laura Malosetti Costa
Conocí a Alicia Mihai en 1970 en Montevideo, cuando se radicalizaban las luchas estudiantiles a raíz de un decreto de intervención de la enseñanza secundaria y la clausura de los liceos públicos. Entonces 14 profesores del liceo 14 – entre ellos mi madre – fueron sumariados y quedaron sin trabajo. Eran unos profesores deslumbrantes, mis profesores. Hubo tremendo revuelo de solidaridad con ellos: desde los liceos populares, grandes recitales de música popular para recaudar fondos, manifestaciones, peajes estudiantiles. Los artistas plásticos donaron obras, que se vendieron ese año en la Feria del Libro y el Grabado de Montevideo. Entre ellos, Alicia. No recuerdo exactamente qué obras donó ella, pero por entonces hacía unos dibujos coloreados, como bocetos o instantáneas, de las calles por donde se hacían manifestaciones gigantescas, cuando quedaban vacías. Angel Rama, Mario Benedetti, Eduardo Galeano Julio Cortázar entre otros grandes intelectuales les ayudaron a sobrevivir haciendo alguna changa. Así fue que ese año pudimos seguir comiendo gracias a que ofrecieron a mi madre, Mercedes Costa Urioste, traducir Vidas Secas de Graciliano Ramos porque sabía portugués.
Alicia Mihai no era exactamente su amiga pero frecuentaba de vez en cuando esas tertulias alegres y heroicas de las que guardo un recuerdo imborrable. Ella se había acercado a partir de su amistad y admiración por el escultor Germán Cabrera (su mujer, Alicia Conforte, era otra de las sumariadas). Había una sociabilidad intensa porque todo era urgente. Se reunían casi a diario, discutían, planeaban, se divertían mucho. Yo guardo un recuerdo fugaz de mi distanciada admiración por Alicia, con su pelo lacio y oscuro y su mirada como distraída en sus soberbios 21 años.
El primer encuentro quedó grabado en mi memoria porque había conocido una obra suya antes que a ella, que me había impactado mucho, a fines de 1969: Pasar entre ellos. Era algo aterrador: para entrar al lugar uno debía pasar entre dos soldados, tocarlos, rozarlos con el cuerpo. Esa performance fue algo un poco clandestino, en una casa particular en la Ciudad vieja que recuerdo vagamente. Alicia dice que el dueño de casa se llamaba Roberto y era un activista político pero no recuerda el apellido.
En esos momentos el terror a los soldados en la calle era omnipresente. Aquella performance de Alicia con sus falsos soldados fue un gesto crítico de gran politicidad, algo críptica tal vez en un contexto en que los artistas asumían una didáctica acorde con la urgencia de los tiempos: había que conmover rápido, a mucha gente, mostrar, convencer, difundir en afiches, volantes y grabados todo lo posible. Como aquel pesebre de la navidad de 1968 en una iglesia del centro de Montevideo, con una balanza en la que un montón de armas pesaban más que el niño Jesús. En ese contexto Alicia ensayaba gestos mínimos, como una gota de sangre en una baldosa, o las hojas vacías de un inventario apenas atravesadas por un gesto inconcluso. Es que en realidad ella era una estudiante y militante de la Facultad de Humanidades, estudiante de filosofía, discípula de Angel Rama. No sé cuál sería su formación como artista, era una joven activista, una artista conceptual.
Alicia era severa y contenida, con un delicado sentido del humor que a mis intensísimos 13 o 14 años resultaba fascinante. Como el humor de Germán Cabrera. Filoso como cuchillo. En una entrevista de Gabriela Rangel en 2010 para la revista Review ella comentaba este carácter que parece definir toda su obra: “Te digo algo que puede sonar presuntuoso: yo pienso que la vía del humor es más humilde, y yo prefiero ser humilde”*
El clima que se vivió entonces, en aquellos breves años que precedieron al golpe de 1973, fue de una intensidad extraña y, al menos para mí, de rara felicidad. Después vino la noche de la dictadura. Exilios, cárcel, torturas, muertes y silencio. Distancia y no saber más de muchos amigos de entonces por largo tiempo. Por eso me produjo tanta alegría descubrir que aquella Alicia cuyo apellido no conocía se llamaba Mihai Gazcue, que había emigrado a Rumania y había continuado su camino de artista. Y más alegría me produce que hoy su obra recorra el mundo imbuida de nueva politicidad crítica en un escenario nuevo.
Laura Malosetti Costa UNSAM – CONICET Buenos Aires, Agosto de 2019
* Gabriela Rangel, ¨Interview with Alicia Mihai Gazcue¨ Review. Literature and Arts of the Americas V.43 n.2, Noviembre de 2010, p.229.
Galería de imágenes
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Links: Alicia Mihai Gazcue Galería Nora Fisch
Una antología. Alicia Mihai Gazcue Artista: Alicia Mihai Gazcue Título: Una antología Dónde: Galería Nora Fisch Fechas: 4 de octubre al 16 de noviembre 2019…
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verrev · 5 years
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Artista: Andrea Ostera Título: 11 operaciones combinadas Curaduría: Leandro Comba Dónde: Diego Obligado Galería de Arte Fechas: 4 de octubre al 30 de noviembre 2019
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11 operaciones combinadas ensaya encuentros posibles entre geometría, inteligencia artificial y material fotográfico. Una serie de dibujos en grafito convive con fotografías analógicas y algunos objetos; las tintas de retoque y los óleos traslúcidos son invitados especiales para esta ocasión. La muestra exhibe un repertorio de experiencias artesanales nacidas dentro, o muy cerca, del cuarto oscuro.
11 operaciones combinadas
1- Transcribir el texto alternativo automático (AAT) encontrado en Facebook y generado por un robot que interpreta imágenes, describe situaciones y olvida jerarquías. Dejar de lado el malestar por la certeza de la vigilancia y autorizar a esta aplicación como un ser con habilidades literarias. Acaso, ¿no hay algo de poesía en esas descripciones absurdas, en estas enumeraciones disparatadas? Aceptar el potencial expresivo de un ente sin alma.
2- Seleccionar el zócalo del e-mail, con las frases sugeridas por un asistente que lee la correspondencia y propone respuestas posibles, concisas, ajustadas a cierta forma de escribir, y transformar esas palabras en la imagen de una postal. Meditar sobre la posibilidad de resolver una réplica con la punta del dedo —dos toques y el mensaje vuela a su destino— ¿Queda alguien en el mundo con el deseo de pensar una contestación?
3- Operar sobre un vocablo de presencia recurrente, un concepto característico de estos tiempos. Dividirlo por dos. Tomar cada término y considerarlo en su individualidad. Percibir la resonancia de cada una de estas partes. Especular con la disociación y la separación en el espacio como un modo de generar sentido. ¿Las partes excediendo al todo?
4- Elegir letras que son formas geométricas. Ι Δ. Leer y observar, alternativamente, y reconocer dos conjuntos. En uno, un triángulo y un rectángulo, en otro, la primera y la tercera vocal. Pensar en la geometría como sentido, en la tipografía como significado, en la imagen inestable. ¿Escritura o dibujo?
5- Proyectar una traducción de figura a volumen, de una superficie en el plano a cilindro y a prisma rectangular. Explorar las tres dimensiones. Sumar: 50 m de papel fotográfico + 120 placas de película negativa. Resultado: dos cuerpos sensibles.
6- Encontrar una palabra que se adhiere y multiplicarla por tres. Ponderar el alcance del término frágil (reclamo triple de cuidado y atención) ¿De qué fragilidad se habla? Valorar el resultado de una ecuación de resultado incierto: ¿Obra = vida? Tal vez, obra vida. 7- Ordenar con precisión una colección de papeles, serie discreta de hojas apenas desplazadas. ¿El papel fotográfico es un plano o un cuerpo? Rescatar la importancia de los márgenes oscurecidos por el tiempo y la luz. La superficie de arriba muestra un color: ¿es rosa? ¿amarillo pálido? ¿beige? Difícil decirlo, no deja de mutar.
8- Disponer una superposición de películas, cuidadosamente, atendiendo a esa incisión de un par de cm que da cuenta de la característica del film —un corte como modo de identificación, al tacto, en la oscuridad—. Seis placas diferentes, seis formas particulares de responder a la luz. ¿Cuántas sensibilidades existen?
9- Leer, antes de preparar las herramientas que reemplazarán al pincel. El nombre, en el pomo, no deja lugar a dudas: Tree green, Sky blue, Flesh, Lip, Cheek. Considerar el imperativo del fabricante. Ensayar una operación combinada: a una foto, restarle la imagen y sumarle un valor y óleo transparente. Resultado: geometría coloreada a mano.
10- Retocar, como antes. Agradecer que la tinta sabe corregir el error: pequeñísimos puntos completan faltantes de color sobre el papel fotográfico. Ensayar otra operación: proyectar la imagen, aplicar retoque, sustraer la foto (no la verás a los cuatro, en brazos de su abuelo). Resultado: un resto de tinta y papel.
11- Escribir un texto que dé cuenta de los procedimientos. Tomar decisiones formales: desechar un escrito en primera persona, intentar con la segunda, elegir el infinitivo. Tomar decisiones conceptuales: decidir qué decir, qué callar. ¿Describir? ¿Explicar? ¿Dar pistas? ¿Cómo se habla de una obra?
Andrea Ostera, 2019
Galería de imágenes
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Links: Andrea Ostera Diego Obligado Galería de Arte
11 operaciones combinadas. Andrea Ostera Artista: Andrea Ostera Título: 11 operaciones combinadas Curaduría: Leandro Comba Dónde: Diego Obligado Galería de Arte…
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verrev · 5 years
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Artistas: Elisa Strada, Santiago Paredes Título: Caricia significativa Dónde: Moria Fechas: 19 de octubre al 01 de noviembre 2019
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Ph: Lulú Scalise
Links: Moria
Caricia significativa. Elisa Strada, Santiago Paredes Artistas: Elisa Strada, Santiago Paredes Título: Caricia significativa Dónde: Moria Fechas: 19 de octubre al 01 de noviembre 2019…
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verrev · 5 years
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Artista: Francisco Vázquez Murillo Título: Los movimientos alrededor del sol Curadora: Guadalupe Creche Dónde: Fundación El Mirador Fechas: 26 de septiembre al 31 de octubre 2019
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Gacetilla, galería de imágenes y links
En Los movimientos alrededor del sol Francisco Vazquez Murillo construye en el subsuelo de El mirador la escenografía para un ritual de observación y convivencia realizado en los últimos tres años. Con el nomadismo como modo de vida y motor de creación, una temporalidad rota se instala en el espacio desprendida de una secuencia de planos frontales que releen desde los sentidos, las formas y los gestos cada uno de los paisajes como experiencias de vida. Lo que subyace nuevamente en su obra es la fantasía de un aterrizaje perfecto en otro planeta, donde al posarse tras una maniobra de descenso se anula en el lenguaje la distancia entre lo onírico y lo real.
Guadalupe Creche
Galería de imágenes
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Fotos Botón Rojo y Maia Ilcire
Links: Francisco Vázquez Murillo El Mirador
Los movimientos alrededor del sol. Francisco Vázquez Murillo Artista: Francisco Vázquez Murillo Título: Los movimientos alrededor del sol Curadora: Guadalupe Creche Dónde: Fundación El Mirador…
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verrev · 5 years
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Artista:Alberto Passolini Título: Passo Curaduría: Constitución Edición final: Marcelo Pombo Dónde: Constitución Fechas: 05 de octubre al 16 de noviembre de 2019
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Da solecito. Las hebras que desprenden los árboles se zarandean al viento en direcciones variadas. Escoltan el camino ensortijado que cruza este paisaje, hasta donde yo puedo mirarlo. Después, seguramente, habrán otras cosas, de la línea y para allá. Por ejemplo: un oasis y un desierto a medida, donde los pájaros no tienen nada que hacer más que pasar sed y quemarse las patas. Podría existir también… ¡una selva fría! o arboledas idénticas organizadas por las manos del hombre en geometría triangular. Una redada contra un grupo de monos que chillan y se resisten a la jaula. Un reloj en una torre, un cielo con rejas; mariquitas custodiando la flora. Perros con colas de serpiente. Toldos decolorados de un circo en desuso. Fieras pastando.
Tengo un repertorio de imágenes que atesoro para los viajes, o los momentos en que ni se me ocurre qué hacer. Entonces las uso, las despliego como mapas. Me apoltrono para mirar desde arriba la forma en que el azar ordena todo. En plan esotérica, bajo del monte al mundo y todo es desproporción, entonces miro al cielo y veo estrellas que cortan el paso.
El pasado enmudeció para mí. Supe ser la médium que juntaba a los alientos a hablar; los espíritus que hoy no se comunican… permanecen en silencio. Un siglo ventoso, de refusilo y temblequeos, me toca. Como hija de vecina me aboco a las tareas domésticas sin rezongar. Abrillanto y patino, zurzo, enhebro y pongo al fuego lo comestible.
El camino es quebrado y bochinchoso, por momentos subo como si escalara, y mis piernas hacen un esfuerzo fatal. Después avizoro latitudes, campos empapados, diferencias de luz, planos disparatados. Y bajo como en una bolsa de gatos haciendo alharaca y a toda velocidad. Saboreo la ventisca helada y la lejanía. Me sorprendo con cualquier cosa: jirafas, firuletes, soretes en punta.
¿Dónde merman los días? Una voz rutilante me clama, es un dios del final de arcoíris; hace que todo oscile y se precipite. Soy piadoso y ando a la sombra, con cautela. Las alimañas sin su domador fallecen por abatimiento, deprimidas se despiden echaditas y sin chistar.
Galería de imágenes
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PH: Flor Lista
Links: Alberto Passolini Constitución
Passo. Alberto Passolini Artista:Alberto Passolini Título: Passo Curaduría: Constitución Edición final: Marcelo Pombo Dónde: Constitución Fechas: 05 de octubre al 16 de noviembre de 2019…
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verrev · 5 years
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Artista: Gonzalo Gutiérrez Título: Exposición automática Curadora: Natalia Mónaco Dónde: Museo Palacio Dionisi, Córdoba Fechas: 14 de septiembre al 24 de noviembre 2019
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La perturbadora noción de ser cómplices
Existe una idea generalizada sobre el arte que supone que cada obra es un comentario acerca del mundo del que emerge; que toda idea del arte es correlativa a una idea del mundo en el que ese arte tiene lugar. Se espera, por lo tanto, que la obra ocupe una posición respecto del presente que está señalando. Esta postura puede tener diversos matices: ser elogiosa o celebratoria, meramente ilustrativa-descriptiva, tomar un giro crítico o irónico, incluso grotesco. Otras, como las de Gonzalo Gutiérrez, luego de percibirlas y analizarlas nos dejan solo con preguntas, apilándose una sobre otra, y cargándonos con la incomodidad propia de un problema no resuelto.
Sabemos que cada época instaura sus regímenes de visibilidad y formas propias que privilegian ciertas prácticas. En la modernidad tardía esa forma es, sin dudas, el panóptico atendiendo a que la vigilancia fue introyectada al interior de nuestros cuerpos, de nuestros hábitos, de nuestros deseos. En la era de la hipervisibilidad el control es un líquido que se cuela por todos lados y lubrica cada una de nuestras relaciones. En este sentido la inocencia no es una posición política sino moral: podemos mirar para otro lado pero seguirá pasando. Lo que emerge de estas obras, en tanto comentario crítico a la política de las imágenes y la illusio –esa ilusión acordada para seguir en carrera–, es la necesidad de re-pensar nuestra responsabilidad en torno al uso y circulación de las imágenes, y así revisar las construcciones sociales que heredamos y alimentamos sin solución de continuidad de una generación a la otra. La incomodidad que transmiten estas obras es, efectivamente, algo constitutivo del mensaje que portan: es esencial e indisoluble puesto que no hay forma de romper las fantasías que compartimos como sociedad sin sacudir, sin molestar, sin romper los vínculos automáticos que dan sentido a nuestra interpretación del mundo.
Demuestra que es inviable desmarcarse de aquello que alimenta a la mirada del voyeur actual: lo que da fuerzas a los aparatos de control y vigilancia que todos usamos diariamente (casi) sin darnos cuenta. De alguna manera, Gonzalo Gutiérrez nos recuerda que a este monstruo, más panóptico que nunca, lo estamos construyendo entre todos y hace rato.
Mariana Rodríguez Iglesias
Galería de imágenes
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Links: Gonzalo Gutierrez Museo Palacio Dionisi
Exposición automática. Gonzalo Gutiérrez Artista: Gonzalo Gutiérrez Título: Exposición automática Curadora: Natalia Mónaco Dónde: Museo Palacio Dionisi, Córdoba Fechas:
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verrev · 5 years
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Artista: Osías Yanov, Anatole Saderman & Biyina Klappenbach Título: Avance rápido Dónde: Galería Nora Fisch Fechas: 23 de agosto al 28 de septiembre 2019
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Texto
La muestra pone en diálogo dos gestos de recuperación. Por un lado la recuperación de Biyina Klappenbach (1904-1994), olvidada pionera de la danza moderna en Argentina, a través del hallazgo de un portfolio de fotografías que Anatole Saderman le tomó a fines de la década del treinta. Por el otro, haciendo avance rápido (fast forward), la obra Dinámica de encaje de Osías Yanov realizada en 2012 y nunca vuelta a exhibir, un hito en la producción de Yanov ya que fue su primer obra performática personal —concebida fuera del colectivo Rosa Chancho con quienes había trabajado durante la década previa— y puntapié inicial de una serie de obras cuya característica es la relación entre performance y objetos escultóricos. No sólo inauguró una nueva y fértil etapa para Osías, sino fue una de las primeras señales del posterior auge de la performance que se estableció en Argentina en años recientes, con la creación de la Bienal de Performance y la multiplicación de experiencias performáticas en museos y galerías.
¿Qué sabemos de Biyina? Bastante poco, tomando en cuenta su condición de artista de vanguardia. Hilvanando los retazos de información que quedan sabemos que Biyina Klappenbach era una mujer de la alta sociedad porteña, bisnieta de Bartolomé Mitre, refinada y con estilo, que estudió danza clásica y pintura. Que no cumplió con el mandato de su tiempo de ser esposa y madre joven, sino viajó a Paris y se empapó de los preceptos de las vanguardias modernistas, tomó clases con el pintor André Lothe y la exploradora de técnicas corporales Marie Kummer.
En una revista Caras y Caretas de julio de 1937, Biyina aparece en un té y desfile de modas en Le Tourbillon de Buenos Aires. Mientras otras invitadas comparten con sus maridos mesas de mantel blanco y teteras plateadas, Biyina —labios oscuros, cejas muy depiladas, cuello de piel de zorro— y una amiga son fotografiadas en la barra del bar “saboreando un copetín”. El epígrafe no hace referencia a su actividad profesional, sólo remarca que su sombrero es de última moda. Sin embargo ya en 1934, el Teatro Lírico Agentino había presentado Ritmos y colores, tres caprichos escénicos: Le village maudit, Les femmes à la mode y La foire folie con actuación, coreografía, escenografía y vestuario de Biyina, y en 1936 había realizado un recital de danza unipersonal donde todas las decisiones formales también habían estado a su cargo. Para un evento de beneficencia en el Hotel Alvear en 1939, Biyina creó y dirigió una coreografía con un grupo de jovencitas siendo presentadas en sociedad, donde se destacó la performance de Amalia Lacroze Reyes. ¿Podríamos inferir que este contacto con Biyina fue determinante en la pasión que Amalita luego tendría hacia el arte?
Biyina también fue pintora, no tenemos imágenes de sus obras pero el historiador del arte José Luis Pagano, la incluye en el tomo III de su compendio El arte de los argentinos, publicado en 1937, en una sección titulada La contribución femenina. Pagano describe a Biyina en términos de admiración que hoy suenan ingenuamente patriarcales. Tras alabarla como “figura de excepción en nuestro medio” por “la calidad de su inteligencia y su espíritu organizador”, y describirla como “un ejemplo vivo de la unidad de las artes” (refiriéndose a la danza, la música, lo visual, la poesía), Pagano continua: “Sorprende tanto dinamismo en una criatura tan suave y tan femenina. Es la ideadora y la ejecutora de empresas cuya realización haría retroceder a muchas voluntades viriles. Porque esta mujer toda gracia, echa sobre sí misma el peso de iniciativas ingentes, de orden a la vez técnico y estético…Nada expresaríamos si dijéramos: efectúa espectáculos de danza. No concretaríamos lo significativo del aserto. Porque Biyina Klappenbach –ella sola– es todo el espectáculo. Desde la selección de la música a la ideación de las maquetas escenográficas, al dibujo de figurines, a la distribución de tonos, todo es obra suya; y luego su intervención, como centro único del espectáculo mismo. Es ella y sólo ella. Tiene un estilo: el suyo. A él se debe la cohesión de sus muchas expresiones de arte. Su obra la sitúa, como pintora, en el grupo de avanzada”. Por su abordaje integral de la obra, haciendo puente entre el arte del movimiento y el visual, Biyina podría considerarse la primer artista de performance en Argentina.
A partir de fines de los años 40 Biyina se aleja de la danza y desarrolla una carrera como escenógrafa y diseñadora de vestuario. Durante los años 50 y 60 trabaja en varias producciones teatrales junto a destacados protagonistas del teatro argentino, como Ulyses Petit de Murat y Marcelo Lavalle, quien dirige una versión de Hamlet adaptada por ambos. Desde 1959 es la escenógrafa de Moda en TV, en Canal 7 y luego Canal 9, primer programa argentino dedicado a la moda y primera oportunidad para la clase media de ver desfiles en movimiento, un éxito de audiencia que continuaría en pantalla por una década. Biyina también tuvo una columna en La Nación dedicada al arte de recibir, la cual Xul Solar leía con devoción.
No sabemos mucho más acerca de esta pionera: quién la influenció, si conoció a Martha Graham, a Ruth Saint Dennis o a los hermanos Sakharoff, ni quién fue influenciado por ella. No sabemos qué pensaba acerca de su obra ni qué era lo peculiar de su estilo, si la teatralidad, el aspecto visual/formal, la abstracción, los movimientos, las pausas y transiciones o todo junto. Por su energía, capacidad gestora e independencia, podemos suponer que Biyina fue una mujer moderna además de una artista con una mirada multidisciplinaria, pero no sobrevive ninguna reflexión suya acerca de su trabajo ni de su condición de artista mujer. Lo que sí sabemos con certeza es que aparte de estos fragmentos de información que ahora hilvanamos entre sí, no quedan casi menciones a Biyina en nuestro imaginario colectivo. Una pionera borrada.
De Anatole Saderman sabemos bastante más. Tal vez porque la fotografía, como técnica y medio ya era considerada un asunto serio a mediados del siglo XX, mucho más que los movimientos efímeros del cuerpo de una mujer. Nacido en Rusia en 1904, escapó del hambre y la persecución, emigró con su familia a Berlin, luego huyó del nazismo a Uruguay y Paraguay, donde abrió su primer estudio fotográfico. Se asentó en Argentina en la década del 30. Vivió una larga y productiva vida durante la cual retrató a numerosos artistas: Borges, Pier Paolo Pasolini, Pablo Neruda, María Elena Walsh, entre otros. Expuso su obra internacionalmente —tanto en vida como de manera póstuma—, fundó el Foto Club Argentino y el Foto Club Buenos Aires, obtuvo premios y reconocimiento, su obra está hoy en importantes colecciones, siendo considerado uno de los fotógrafos icónicos del modernismo en Argentina.
Las fotos de Biyina en esta exhibición fueron tomadas por Anatole pero es pertinente preguntarse por su autoría. Biyina es más que un sujeto pasivo a ser fotografiado. Las poses, los gestos, el vestuario, el maquillaje, la composición de la foto tienen el aporte de las decisiones estéticas de Biyina. ¿Colaboración o delicado equilibrio de autorías?
Fast forward, Alfredo Srur. Nacido en 1977, es fotógrafo, investigador y docente. Tras varios años de ahondar en el medio fotográfico -a través de potentes ensayos sobre la sociedad, la juventud, el sexo, la violencia y la familia- y frente al advenimiento de la fotografía digital, Srur desarrolla un proyecto pasional: enamorado del negativo analógico, se propone el rescate y conservación de antiguos archivos fotográficos argentinos que si no cayeran en sus manos estarían desintegrándose en un basural o escondidos en un anticuario sin conciencia de su valor simbólico. Alfredo se ha convertido en un arqueólogo vehemente y a pulmón de la fotografía local y ha fundado CIFHA (Centro de Investigación Fotográfico Histórico Argentino). En sus procesos de su investigación, Srur encontró estas fotografías de Anatole/Biyina, una serie de contactos y copias y decidió ponerlos en circulación. Acá su rescate excede el material fotográfico, recupera para nuestra historia del arte una artista mujer vanguardista e ignorada.
Fast forward, Osías Yanov. Nacido en 1980, Osías se inció como fotógrafo. Se formó también en danza y teatro experimental. Hace poco menos de una década comenzó a desarrollar su obra personal, en la que la performance y el cuerpo y sus deseos —como tema y material— son centrales. En 2015 presentó en MALBA una importante obra performática que incluyó la articulación de movimiento alrededor de una gran escultura, activando el espacio arquitectónico de la sala. Recibió la beca Urra-Gasworks por lo cual viajó a Londres. Exhibió en Argentina, México, España, Inglaterra, Estado Unidos, Ecuador y en pocos días será el primer artista argentino en ocupar la sala Molinos del Faena Art Center. Sus obras se hallan en las colecciones del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; FRAC Pays de la Loire, Francia; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (a través de donación de Patricia Phelps de Cisneros); Los Angeles County Museum of Art, entre otras. Osías es hoy el referente de la performance en Argentina, conectando movimiento y arte visual.
La obra de Osías respira contemporaneidad, emerge de investigar experiencias fluidas de la sexualidad, fertilizada por teorías queer que presentan lecturas del mundo donde las categorías borronean sus límites y la vida es exaltada en su diversidad y sus deslizamientos. Repensar categorías es repensar la historia y su construcción futura.
Dinámica de encaje, realizada siete años atrás, es un hito tanto en el desarrollo de Yanov, como para el nuevo impulso que la performance toma en Argentina en años recientes. Es su primer performance estructurada en donde los movimientos se generan y realizan en relación a objetos escultóricos (formato que regresaría en la obra que Yanov presentó en el Parque de la Memoria en 2013 con curaduría de Ines Katzenstein y Javier Villa, en VI Sesión en el Parlamento en MALBA en 2015 y en la obra que pasó a formar parte de la colección del Museo Reina Sofía en Madrid, entre otras). Dinámica de Encaje transcurre en un clima onírico con reverberaciones de prácticas sadomasoquistas. Yanov en ese momento exploraba la noción del umbral de resistencia corporal como compuerta a experiencias liberadoras. La obra se exhibió en Inmigrante, una galería alternativa gestionada por artistas y quedó desde entonces desarmada y fuera de circulación.
Con alrededor de 80 años de diferencia entre una producción artística y la otra, Biyina y Osías comparten ciertas características: ser artistas al mismo tiempo visuales y del movimiento; generar de manera unipersonal una visión integral de la obra, que incluye objetos y vestuario; empujar los lenguajes artísticos del momento en un avance rápido hacia adelante. Siendo un artista impregnado de la sensibilidad contemporánea, para Yanov el tema del género, de sus definiciones fluidas y cambiantes es central ¿Podremos conjeturar que, de una manera empírica por lo menos, Biyina también cuestionó los patrones rígidos de lo que se esperaba de lo femenino en su época?
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Links: Biyina Klappenbach & Anatole Saderman Osías Yanov Galería Nora Fisch
Avance rápido. Osías Yanov, Anatole Saderman & Biyina Klappenbach Artista: Osías Yanov, Anatole Saderman & Biyina Klappenbach Título: Avance rápido Dónde: Galería Nora Fisch Fechas:
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verrev · 5 years
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Artista: Matías Ercole Título: Re,visión Dónde: Munar Fechas: 31 de agosto al 05 de octubre de 2019
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Suele decirse, sin razón, que el material de la música es el sonido, cuando en realidad sería mucho más exacto decir que su material es el tiempo. Esta conclusión podría derivar, casi por simple simetría de contrarios, en que el material de la pintura es el espacio, aunque en realidad (repitamos la formulación) sería más exacto decir que su material es la luz. Para Matías Ercole lo es ahora y lo fue siempre.
Es frecuente la insinuación de un lejano lazo de sangre entre el enigmático paisajismo de Ercole y el de Caspar David Friedrich. La razón era justificada, y el propio artista se burló de esa insinuación cuando hacia 2016, en la galería Miranda Bosch, mostró su propia versión (remix) de El caminante sobre el mar de niebla, pero sin el Wanderer. La decisión jugaba a dos puntas (o mataba dos pájaros de un tiro): por un lado, renunciaba a un personaje emblemático de la pintura romántica (el Wanderer, precisamente), como si dijera: de ahí vengo pero no soy eso de donde vengo; por el otro, y esto trae consigo consecuencias estéticas más radicales, nos presenta un paisaje vaciado del hombre. En esta vacancia humana, Ercole está cerca de Vilhelm Hammershøi, que omite toda presencia humana y cualquier detalle cotidiano o pintoresco. El suyo es un paisaje que deviene puro paisaje interior con un único protagonista: la luz. Sobre la pintura de Friedrich, el poeta Ludwig Tieck dejó en su novela breve Eine Sommerreise (1834) una consideración que no deberíamos pasar por alto para Ercole: “La pintura histórica y buena parte de la pintura eclesiástica solían quedar completamente reducidas al símbolo o la alegoría, y el paisaje. Friedrich, por el contrario, antes que un determinado sentimiento persigue una visión real con ideas y conceptos precisos que se unen con la melancolía y la solemnidad. Así intenta presentar la alegoría y el símbolo en luz y sombra, en naturaleza viva y muerta…”
Alegoría y símbolo, diferentes como son, demandan nada más que luz y sombra. Hay, sin embargo, una salvedad: en el símbolo la idea persiste siempre inaccesible. Ercole reúne lo mejor de los dos mundos y nos ofrece un Märchen visual. Que no haya personaje no quiere decir que no haya una causalidad narrativa. El efecto de esa causalidad es ciego: nos pone frente al misterio, pero sabe que no podemos ver qué hay del otro lado de él.
Los nueves esgrafiados (tinta y cera sobre papel montados en bastidor con tela) de la primera sala tienen una progresión. Cada uno de ellos, considerado aisladamente, contiene subdivisiones prismáticas de la idea (para usar una formulación de Stéphane Mallarmé) y quien haya visto un enorme collage que Ercole tiene en su taller (una lámina de contornos indefinidos en la que se fueron acumulando fragmentos que terminaron organizándose en una contigüidad necesaria) sabe que la idea detrás del misterio puede solamente conocerse en partes. Los rayos son los mismos (no importa si es un fenómeno eléctrico o Jesús Misericordioso), porque la luz, que es siempre distinta, es a la vez una sola. Aun así, los nueve tienen una narración propia: del mismo modo que Ercole busca en el fondo último del blanco el negro, persigue también en lo abstracto la figuración, o bien, para usar una palabra más musical, lo cadencial. No es la única progresión. En sus propias palabras, la pretensión última de Ercole es “volver físico algo que es inmaterial”. En la sala siguiente, dos luces móviles (dos personajes, acaso) fungen dos soles, los mismos y otros, lo que se explica por el mito romántico del Doppelgänger, ser uno, ser otro, ser dos y estar en más de un lugar a la vez, sin dejar de ser quien se es. La luz salta del plano al volumen y no sabemos ya cuál es el fantasma. Pero: ¿la luz es lo físico o lo inmaterial? No deberíamos expedirnos: también esa respuesta cae en el linde del misterio.
“Más de uno prefiere mirar las pinturas con los ojos cerrados para que la fantasía no se vea perturbada”, escribió Friedrich Schlegel en uno de los fragmentos del Athenaeum. Esas luces son la mirada interior, los ojos cerrados del paisaje.
Pablo Gianera agosto de 2019
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