victoriadetinder
victoriadetinder
De cómo Tinder me ayudó a ser feminista.
18 posts
Don't wanna be here? Send us removal request.
victoriadetinder · 1 year ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO SÉPTIMO: 18/12/21
Fui expulsada del voluntariado (jeje), luego Bárbara también, de peor forma. Es difícil responder qué pasó, porque tengo la sensación de que las razones son muy claras pero al mismo tiempo creo que debe haber algo más. 
El no-líder me describió como una amenaza para el grupo, nos convocó a una junta que se tornó de lo más confusa y agresiva; primero se dirigió individualmente a cada uno, menos a mí, para preguntarles si tenían dudas o quejas, todos pidieron claridad en los objetivos, actividades y  funciones a desempeñar. Él respondió que no teníamos por qué enterarnos de eso.
Cuando yo insistí y dejé claro que para mí sí era importante saberlo, se quedó callado, pero cuando tocó el turno de Bárbara sonó bastante agresivo y obtuso, repitió varias veces:
“¿Vas a hacer el menú o no?, si no, yo puedo encargarme, en realidad no te necesito, no necesito a ninguno de ustedes”. Entonces lo cuestioné sobre las razones de su junta y si era grupal o individual, pues el asunto de la cocina sería asunto de todos.
VICTORIA: Yo creo que la cocina podría funcionar muy bien, veo mucho potencial en tu lugar, pero no creo que vaya a funcionar si nadie tiene claro qué es lo que va a pasar y cuál es su función, y creo que sería más fácil si te dirigieras con un poco más de respeto hacia el grupo.
NO-LÍDER: No les he faltado al respeto.
VICTORIA: Para mí, decir que no necesitas a ninguno de nosotros es una falta de respeto.
NO-LÍDER: ¿Por? ¿Acaso necesitas a alguien para vivir? Nunca me había pasado que alguien pidiera a fuerza trabajar, o sea si no te doy obligaciones, ¿ pues cuál es el problema?, Ees como si en una empresa el trabajador estuviera pidiendo trabajar ¿Qué, te molestan unas vacaciones gratis?
VICTORIA: … No me molestan, pero sí quiero saber cuáles van a ser las condiciones. Llegué con la idea de  que aquí me iban a dar hospedaje y dos comidas a cambio de trabajo. Si no quieres que trabajemos, está bien pero, ¿cuáles van a ser las condiciones? Te he escuchado decir que no vas a pagar todos los alimentos.
NO-LÍDER: Ah, no. Les he dicho que mientras este lugar no genere ingresos sólo voy a pagar lentejas, frijoles, arroz, una que otra fruta. 
En realidad nadie me ha dicho nada sobre esto, y la verdad es que pienso que desde que llegaste la energía del grupo cambió mucho, yo creo que tienes un problema con los hombres, igual y estarías mejor trabajando en un lugar con mujeres, conozco una amiga que tiene varios hostales y un huerto, igual y ahí te gusta más. Ahorita, por lo pronto, es resolver lo del menú, entonces sí necesito que me digas hoy, Bárbara, si se va a hacer o yo veo a quién consigo. Igual tú, Marquito, pues dime qué te gustaría hacer, aquí es lo que ustedes quieran, yo no quiero hacer un patriarcado de esto ni nada parecido…
En ese momento me reí, realmente me dio risa pero también quería burlarme de él porque lo que decía era algo muy patético. Él no reaccionó bien.
NO-LÍDER: ¿Qué nena, qué te causa risa?
VICTORIA: Nada, nada.
Y siguió hablando con Marco. Luego volteó a verme y dijo
NO-LIDER: ¿Sabes qué, nena? No vamos a funcionar, ya lo viste, no te caigo bien, tú no me caes mal pero tampoco me interesas, te estás burlando de mí, lo que digo te causa mucha gracia. Te digo, yo te puedo conseguir algún otro voluntariado pero pues eso ya sería más para ayudarte, ¿no? O sea de mí parte.
ANDREA: No, perdón que me meta, pero no creo que vaya por ahí eh, digo perdón pero no creo que ella tenga un problema con los hombres.
VICTORIA: Está bien. Mira, no tengo un problema con los hombres, pero si tú lo quieres ver así… yo creo que sí, mejor me voy. Y entonces se me devuelve el depósito.
NO-LÍDER: Sí claro, aquí no le robamos a nadie.
VICTORIA: Vale.
Pronto terminó la discusión, el ambiente se sintió muy tenso, nadie dijo más nada, el no-líder había tenido la última palabra. Él y Josué se marcharon, todo me pareció increíblemente gracioso, el no-líder llevaba un palo de madera como bastón y la imagen era muy clara, un neandertal del siglo XXI con su propio monumento fálico “¡Uhaha falocentrismo uhaha!”
Entonces, ¿Tengo un problema con los hombres? ¿Cuál es el problema de las mujeres? ¿Cuál es el maldito problema? Me habría encantado decirle un montón de verdades al neandertal ese, mandarlo a la chingada, pero ¿qué hubiera pasado si yo hubiera respondido al “qué te causa gracia”? Nada, una discusión vacía y sin sentido, sería yo tratando de hacerle ver alguien que no es ciego, sino que ha decidido cerrar los ojos porque se le ha implantado un chip de nacimiento muy difícil de extraer debido a algunos condicionantes que imagino pero que ni me interesan ni alcanzo a vislumbrar.
Creo que  a través del no-líder encontré una clave de lo que quiero decir: la cultura machista y misógina existe de muchas y variadas formas, con sus matices y extremos, todos y cada uno de nosotres hemos sido permeados por ella y aún así hay gente que lo niega.
Es esta misma cultura la que se empeña en negarse a sí misma porque existe un sistema que la conserva, protege y reproduce. Cuando partamos de esa realidad,será posible avanzar en la discusión. 
Ahora, además de la violencia, los prejuicios, los miedos y los problemas a nivel social, económico, psicológico, sexual y de justicia que esto conlleva, ¿Cuál es nuestro maldito problema?¿Las mujeres estamos enojadas con los hombres? ¿Estamos a la defensiva? Sí, la mayoría del tiempo, sí. 
Aceptar esto representa problemas graves, pero primero hay que hablar de la magnitud del problema que es enorme, ¿pero por dónde empezar? ¿Hacen falta las estadísticas, los números? No lo sé, por si las dudas me puse a investigar:
Entre julio y diciembre de 2020 se dieron a conocer 8,597 carpetas de investigación a nivel nacional por el delito de violación, mientras que la ENSU (Encuesta Nacional de seguridad Pública Urbana) estima que 194,334 mujeres fueron víctimas de este delito durante el mismo periodo. Esto significa que en el 96.4% de los casos de violación no hubo una denuncia o no se inició una investigación.
De acuerdo a las cifras publicadas por el SESNSP , de enero a diciembre de 2020 fueron asesinadas 3,752 mujeres y niñas, de los cuales 969 casos se están investigando como feminicidio, lo equivalente a un 26%. 
De acuerdo a información de Fiscalías y Procuradurías de justicia estatales, de enero a agosto de 2020 desaparecieron 5,223 mujeres y niñas, tan sólo en 12 estados del país, y un total de 1,290 siguen pendientes de localizar. Es importante señalar que un 48% de las mujeres desaparecidas son menores de edad.
La información presentada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que el número de mujeres asesinadas durante 2018 es el más alto registrado desde 1990 . En 2018 en promedio fueron asesinadas 10 mujeres y niñas por agresiones intencionales.
En 2020, el primer año del confinamiento por la pandemia, se anotaron 260,067 llamadas de emergencia al 911, pero en 2021 la cifra creció a 291,333 llamadas.
En los últimos dos años incrementaron en 55.59% los ingresos a la Red Nacional de Refugios (RNR); solo en 2021, atendió a 45,490 mujeres, niñas y niños sobrevivientes de violencias machistas.
El 33.4% de mujeres en México sufrieron maltrato durante sus partos, al 4.2% le colocaron un método anticonceptivo o la esterilizaron sin consentimiento. En México 45% de los nacimientos son por cesárea, a 1 de cada 10 mujeres no le informaron la razón ni le pidieron permiso.
Pero, además de la evidencia, ¿cuál es nuestro maldito problema? Escribir además me suena como quitarle valor o peso a todas las víctimas. 
El machismo es un problema en sí mismo, es un sistema, un modo de funcionar y de existir. A mí, por ejemplo, debido al machismo con el que fui educada e impregnada, me ha costado mucho establecer relaciones íntimas sanas con hombres, desde mi adolescencia hasta ahora he atravesado por un proceso que dio pie a una vida sexual muy apresurada, con muchos descuidos hacia mí misma, pasé por dos abortos, por muchas fracturas de corazón, por varios abusos sexuales y dos violaciones. 
Es muy fuerte de decir, pero también es muy liberador. Hoy no me pone triste decirlo, pero sí lo estuve en algún momento. Y también estuve enojada. He sentido enojo hacia todos los hombres.¿Es coherente? Tal vez no, pero sí tiene sentido. Tiene sentido estar enojadas, enojados, enojades, enojadxs. A la defensiva. 
Con el afán sistémico de negar el machismo, el mismo sistema y sus medios de comunicación exacerban siempre nuestro enojo frente a cualquier evento que tenga que ver con su violencia. Es decir, para los medios de comunicación nuestras reacciones serán siempre peores, más violentas. Entonces no importa lo que suceda, la reacción será siempre mucho peor que lo que la haya provocado. Estar enojadas y defendernos siempre será mal visto porque en la lucha de las mujeres sí hay “otros modos”, cualquier otra acción podrá ser justificada de una u otra forma en cualquier contexto: la persecución policíaca, la guerra, las leyes racistas, la pobreza extrema, todo tiene una razón de ser, pero nunca la lucha de las mujeres, porque “nada se resuelve con violencia” responde el patriarcado que siempre ha sido tan pacífico y amoroso.
Mi maldito problema es que no voy a pararme a educar amablemente a los machitos con los que me voy encontrando, ni tampoco pienso ocultar mi forma de pensar, ni bajar la voz, o hablar menos agresivamente. Somos ya conscientes del sistema en que vivimos, lo somos todos. Pero no por ser conscientes del problema estamos obligadas a pasar por alto los micromachismos de los que somos testigas. En un mundo como el nuestro nosotras no somos merecedoras de empatía por estar enojadas, son sólo ellos quienes merecen empatía por haber sido educados así. Y eso sí no tiene lógica.  
El maldito problema es que somos nosotras quienes estaremos del lado no privilegiado de la balanza.  Luchar por un poco de equilibrio es extremadamente cansado porque nuestra lucha es continuamente invisibilizada, opacada y ridiculizada, cuando está en el foco de atención es sólo para desvirtuarla y tomarnos como las locas y violentas del cuento.
Y en ese punto estamos desde hace más de 100 años, y nos preguntan ¡¿cuál es nuestro maldito problema?!
El maldito problema no empieza en este blog, ni en mi ex, ni en todos los hombres con los que he estado, menos en el no-líder. Se remonta hasta la historia de mi padre y madre, de mis abuelas, es la historia humana más larga, la de siempre. 
Y sí, a veces estoy enojada. No triste, enojada, encabronada, tanto que quiero mandar a todos a la mierda con el más mínimo comentario, actitud o broma machista, y otras veces quiero gritarles y decirles peores cosas, y a los violadores mandarlos todos a la hoguera…
Pero, ¿tiene sentido estar enojadas? Es decir, ¿sirve de algo? Yo creo que sí, ninguna lucha se ha ganado con flores, aunque quisiera que sí (súper cursi), la rabia y el enojo tendrían que servir de algo…
Hoy, tres años después, no estoy segura, es necesario estar enojada, para ganar fuerza y luego ver todo más claro, pero también (hoy más que nunca) es necesario ser feliz… no puedo meterme en todas las guerras, de hecho no quiero guerra, si hay que librar alguna batalla lo haré, siento que todos los días libro una.Pero quiero que mis batallas valgan la pena, no quiero estar enojada, salvo si me hace falta por mí o por alguien de mi colectivo. A veces eso me hace sentir egoísta y lo es, hasta cierto punto, pero no hay de otra forma, por lo menos hasta ahora…
Tal vez sólo me ha hecho falta enfocar un poco, elegir mis batallas. 
Ese día, cuando el no-líder “me corrió” del campamento sí me enojé, pero elegí bailar y cantar, ellos se fueron y yo canté. En ese momento me importó un poco lo que los otros voluntarios pensaran de mí,pero hoy estoy orgullosa de la manera en que reaccioné, de haber reconocido sus actitudes desde el principio, de poner mis límites,  de estar tranquila. Llegué a sentir que el maldito machismo me estaba siguiendo a todas partes, que  buscaba los problemas, pero,en realidad, fue un golpe de suerte, o un quiebre, porque a partir de ese momento mi voz tuvo más fuerza, ya no me interesa ni entablar discusiones con machitos así, esa batalla no es mía, el enojo también habita en mí pero es mi fuerza, ya no mi debilidad. 
Me fuí de ahí ese mismo día, me quedé con dos nuevos amigxs que la fortuna me hizo encontrar, me dieron el mejor cuarto, con un mural del mar en el fondo, encontré otro voluntariado mucho mejor, tuve dos de las mejores citas en la historia de este blog, parecía que la suerte, la vida o la madre tierra me hablaban y me decían: “Deja eso atrás Victoria, la vida es para gozarse, hazlo mientras puedas, mándalo todo a la mierda y diviértete, baila, coge, búrlate sin pena, nada nunca es tan importante, siente tu fuerza y apodérate de ella”
Nuevo viaje favorito de la historia: Bacalar.
 Suya por siempre, Victoria.
0 notes
victoriadetinder · 1 year ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO SEXTO. El no-líder.
Compré un boleto de avión el 30 de septiembre con destino a Mérida. Fue de esas cosas que parecía que hacía sin pensar, pues lo decidí “de un día para otro”, me gasté lo último que quedaba de mi pago por uma gira que hice a Zihuatanejo. Pero desde hacía años que quería ir a la península, era más bien un sueño postergado, por supuesto que no sabía dónde me quedaría,estuve buscando voluntariados todo octubre y noviembre..
Estaba en dos grupos de Facebook sobre voluntariados en México y Latinoamérica, y cada día buscaba ofertas y mandaba muchos mensajes. En noviembre, cuando el tiempo empezó a apremiar, incluso llamé a varios hoteles y hostales en Progreso, Mérida ofreciendo mis servicios como voluntaria pero ninguno me aceptó. Hasta que encontré la oferta de un voluntariado en Bacalar Quintana Roo, no explicaba muy bien cuáles serían las tareas específicas, solo mencionaba que se trataba de algunas labores de limpieza en el lugar y de venta de tours, ofrecían hospedaje y dos comidas.
Mande mensaje por whatsapp, me aceptaron, poco después llamé por teléfono para ver si todo era real, me agregaron al grupo de donde estaban los otros voluntarios, en fin que todo parecía de confianza, me aseguré de no llegar a un lugar de destripadores.
Realmente amigas no lo pensé mucho, yo sólo quería que llegara la fecha y estar allá, tenía muy buenas expectativas de Bacalar porque siempre que suben historias o publicaciones de ese lugar lo pintan paradisiaco, es decir, la imagen que yo tenía de Bacalar era la de alguien tendido en una hamaca en medio de una  laguna color  turquesa. No podía esperar para estar allá. La noche anterior a mi vuelo presenté una performance sobre la pandemia que estaba codirigiendo en la glorieta de Insurgentes, todo salió bien (contrario a lo que pensaba), y llegó Cris a verla.
Cris baila increíble, el día que lo conocí él y su amigo random iban escapando de dos puercos que les querían hacer algo por beber pulque en la calle, para evitarlos se metieron a Soberbia, cuando estaban pagando el cover yo salí a sacar un encendedor de mi mochila. El tipo me encantó porque tiene una corporalidad como de spaghetti hip hopero y una sonrisa chueca de dientes blancos muy sensual, además de que se veía muy cagado tratando de encontrar cambio en su mochila para poder pagar y quitarse a los puercos de encima. Desde que lo ví, me dije a mí misma “Quiero bailar con este cuate”.
El  caso es que vió la performance, le gustó y lo sacó de pedo y luego, aunque no estaba muy segura, lo invité a un hotel. Digo que no estaba muy segura porque me preocupaba llegar  tarde al aeropuerto, pero eso era lo más importante para mí así que dejé de pensar en eso, yo estaba comprometida a tomar ese vuelo a tiempo. Cojimos tan rico, me hacía tanta falta cojer así, Cris tiene un cuerpo bien chulo, brazos, abdomen y nalgas trabajadas jeje, es que él baila y eso me gusta porque no solo baila en sus ensayos, baila todo el tiempo, es un tipo simpático, con acento de Jalisco.
 Al día siguiente me desperté a las seis de la mañana, yo tenía que estar en el aeropuerto a las 9:30 y aún debía pasar mis cosas a casa de mi amiga Clau. No se me presentaron problemas pero sí estaba muy ansiosa, soy de las que no está tranquila hasta que está sentada en el avión, era mi tercer vuelo y el primero completamente sola. Llegué a tiempo, incluso un poco antes, a pesar de que moría de sueño no quise perderme nada, cuando pude ver el mar desde arriba me traspasó el pensamiento de que todo ello estaba esperando por mí, que lo había logrado, una semana antes había mudado de casa, terminado una relación y hoy estaba arriba del avión que me llevaría a un lugar que nunca había visto pero que seguro era hermoso.
Llegando a Mérida no esperé más y tomé el primer camión hasta Bacalar. Debe ser chistoso verme viajar, parezco una tortuga ninja o un topo o una niña exploradora, mi mochila estaba a punto de reventar y sólo comí un sándwich medio asqueroso para calmar el hambre. Al llegar, los chicos del voluntariado me estaban esperando en un bar y aunque estaba agotada, me tomé unas cervezas con ellos y pedí algo de comer.
Para no olvidar nada, traté de escribir todo lo que me pasaba durante este viaje, así empieza mi relatoría sobre el voluntariado en Bacalar:
DÍA 1
Después del bar me dormí inmediatamente, hoy me levanté a las 10 am y lo primero que hice fue ir a la laguna, es tan azul que no cabe en mi pecho, aquí el agua sí es transparente, el clima es perfecto, calor pero no demasiado. El voluntariado está compuesto por Andrea una chica ecuatoriana que estudia enfermería de carácter muy noble, Bárbara una italiana simpática de unos 40 años de voz fuerte, ojos saltones y cabello chino, Jauma novio de Andrea, pintor y catalán simpático pero más tímido que Andrea, Ezequiel, un argentino grandote de voz sosa, muy pacheco, Marco, mexicano, el más joven de todos, tiene 20 años, sonriente y bromista, y por último Josue, de Baja California Norte, mirada triste y tierna al mismo tiempo, él está encargado de los voluntarios.
Hoy fuimos a hacer compras y cocinamos un alambre de champiñones muy rico. No quiero adelantarme pero el camping no está en muy buenas condiciones, el dormitorio huele mal y las sábanas no se ven muy confiables, además, Andrea me ha externado de manera muy somera que no está muy contenta con la repartición de las actividades, puesto que ha ella y sólo a ella se le han asignado las labores de limpieza y lavandería…
DÍA 2
Me da gusto decir que el feminismo me sigue a todas partes. Josué (el encargado) ha puesto sobre la mesa el establecimiento de reglas básicas de convivencia, así las llamó él, y se refirió a la limpieza del lugar y le dí por completo la razón (el lugar estaba hecho un asco), no sin mencionar que quienes nos hemos encargado de eso hemos sido (otra vez) las mujeres. Estar en la cocina no es algo que me moleste, me gusta cocinar, me gusta ayudar a cocinar y aunque no me encanta lavar los platos, lo hago y disfruto de hacerlo, pero tengo muy claro que no voy a lavar ningún traste ni preparar comida para nadie que no sea cooperativo (menos si es un hombre) y que el trabajo de cocina y limpieza deben ser rotativos de preferencia, así mismo he expresado que todo será mucho más fácil si cada uno lava sus utensilios de comer y si puede levantar su propio desastre. Para mí esas son las reglas básicas de convivencia.
Estoy a la expectativa realmente sobre muchas cosas, tuve un pequeño enfrentamiento con Josué ya que hace rato se adelantó a decirle al no-líder que yo quería hablar con él sobre el voluntariado después de preguntarle al grupo cómo se sentía. Dijo que yo le había pedido que lo hiciera pero no, yo sólo mencioné que quería hablar con él. Pienso que lo hizo porque sintió que por ser el encargado le correspondía pero para mí fue una intromisión y le alce la voz un poco. Explícitamente le dije que yo no le había pedido eso a lo que él contestó que era parte de su responsabilidad pero en realidad no dijimos nada más, lo que yo tenía que hablar con el no-líder ya lo había hecho. Josué fue el primero con el que entablé una conversación y  me interesó lo que dijo, creo que nos escuchamos y que hubo diálogo, sin embargo también hubo alguna discrepancia sobre lo que yo quería decir en relación al feminismo. Tampoco me interesa cambiar a nadie ni crear ningún tipo de arraigo con nada ni con nadie, simplemente se me han cruzado algunas preguntas sobre mi forma de ser y de ver en relación a su forma de ver y de ser.
Y es que además se han presentado oportunidades grandiosas, dado que el no-líder nos ha tratado como recursos humanos (sin ni siquiera tener ni idea de lo que ello significa), a mí me ha enviado con un hombre que hace yoga y es dueño de un hotel ecológico, que me ha tratado tan bien y en el cual he encontrado un resplandor, hoy por la mañana hicimos yoga junto con dos de sus huéspedes, su hija y su novia. El lugar es espectacular, es brillante, vibrante, es reconciliador, ameno, impecable, es hermoso. Hicimos yoga frente a la laguna, sobre ella de hecho, dimos gracias al sol y se sintió increíble. Quiero confiar en que si las cosas no salen bien acá, tendría un lugar y algunas posibilidades de trabajo con él.
En resumen estoy agradecida, contenta y a la expectativa de lo que pueda suceder. Me hace falta mencionar que acá he visto ya varios gatos muy hermosos y que de tres de ellos ya podría escribir algo, uno está frente a mí y se parece mucho al gato de Tich, la caricatura que veía de niña, es muy lindo y tiene los ojos muy redondos, ahora duerme. Los otros dos viven en el voluntariado y son hermanos, de cuerpo pequeño y pelaje totalmente negro con ojos verdes, uno tiene la cara más alargada y los ojos más rasgados que el otro, parecen dos pequeños lémures.
DIA 3
Hoy por la tarde Bárbara, la cocinera, ha quedado muy consternada luego de la discusión con el no líder puesto que le ha pedido un menú de varios platillos sin tener la infraestructura necesaria en su cocina, ni conciencia de lo que significa llevar una cocina de este tipo. 
Por ello y otros problemas, hemos decidido en grupo no seguir al  supuesto líder, aunque él crea que sí. Es un terreno peligroso en algunos sentidos pero creo que es lo mejor para todos los miembros de este grupo alterno, al menos por ahora.
La rebelión, en pocas palabras ha surgido porque el no-líder no tiene idea de cómo llevar a cabo sus objetivos, no le tiene amor ni al lugar ni al supuesto proyecto y no tiene respeto por los que pudimos ser su equipo, ni siquiera le interesa organizarnos o involucrarse de alguna manera y tampoco está interesado en el potencial del grupo que ha reunido en un lugar que también tiene potencial. Está de alguna manera cegado por otras cosas, o está viendo otras cosas que le parecen de mayor interés o menos riesgo como sus paseos en barco.
El asunto importante de esto no es él, sino que todos los del grupo nos dimos cuenta rápidamente de esto y hemos llegado a algunos consensos sobre lo que queremos que suceda, por ello hace un rato, decidimos organizarnos a parte. 
El no lider no es realmente un tirano, tampoco es muy inteligente, es más bien un tonto con algo de poder. (Otra vez un él) 
Para mediar las cosas, nos enfocaremos en la cocina, en hacer un plato distinto cada día pero de base con los mismos ingredientes, de esta manera cumpliremos con hacer comida para vender como lo quiere el no-líder y al mismo tiempo haremos comida para nosotros, el mismo platillo para ambas cosas, así intentaremos que todo vaya bien, hace falta poner por escrito nuestras reglas básicas de convivencia, pero tengo bastantes esperanzas en este nuevo colectivo. Hasta ahora creo que es todo o casi todo.
Suya Victoria.
0 notes
victoriadetinder · 1 year ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO QUINTO. El desespacio.
¿En serio ya es 2022? ¿Marzo del 2022? Aún no soy tan vieja como para que el tiempo se haya pasado así de rápido. ¿O es que los años de pandemia en realidad fueron un hoyo negro que nos acortó el tiempo?
Recuento de mis años de pandemia: Aún no termino mi tesis, pero conocí las dos penínsulas mexicanas, aún no he podido viajar al extranjero pero ya me he mudado sola en tres ocasiones, aún no tengo seguro social pero ya inicié terapia, aún no consigo al 100% la estabilidad emocional que quisiera pero superé con bastante valentía dos rupturas amorosas. 
En fin, ya estamos en 2022, Óscar y yo sólo duramos unos ocho meses de novios y unos 6 viviendo juntos pero me pasaron tantas cosas en ese año; a veces el tiempo se estiraba y se ensanchaba tanto que todo se volvía pesado y sin sentido y otras el tiempo no me alcanzaba más que para trabajar y dormir. Decidimos intentarlo, muy a pesar de todo, es incoherente pero es lógico porque los dos habíamos aprendido que el amor debe funcionar de alguna manera, que teníamos que hacerlo funcionar aunque doliera, adoptamos la idea en algún momento de nuestras vidas de que necesitábamos del cariño y del refugio de otra persona más que nada en el mundo.
Pero todo este asunto deprimió, atravesé por demasiadas crisis de ansiedad, abandoné los hábitos que me hacían sentir mejor y los resentimientos hacia él se convirtieron en celos y reclamos de atención (y ese es mi peor estado).
Además, vivir juntos comenzó a ser complicado y triste. Realmente nunca me sentí en casa, yo vivía en “su casa”. Mirando en retrospectiva sucedió algo crucial: nunca pude tener un espacio propio para trabajar, antes de mudarme habíamos quedado que colocaríamos mi escritorio en el estudio, frente al suyo, pero no sucedió, me convencí de que él tenía razón cuando decía que no había espacio suficiente y acepté usar mi escritorio como barra de servicio para compartir el suyo, lo cual en el fondo me molestaba porque el estudio siempre estaba hecho un desmadre gracias a él, al final era SU escritorio en SU estudio con SUS cosas. Para escribir yo tenía que recoger todo, reordenar más o menos a mí gusto y encerrarme para no escuchar nada más que mi música. 
Recuerdo que en la casa siempre era SU música, tuvimos que hacer un acuerdo (que muchas veces él rompió) sobre no escuchar noticias los jueves, lo hicimos porque yo odio las noticias, nunca las veo, ni las escucho ni las leo, más que una que otra en FB, porque además de que me provocan mucha angustia y ansiedad, me parecen una burla llena de cinismo e hipocresía y me hacen enojar demasiado, pero a él le encantaba despertar a las 8 am y ponerlas en la radio. Aunque no estaba prohibido que yo escuchara mi música, él muy pocas veces me preguntó qué quería escuchar. Tuve que insistir para que me ayudara a colgar una repisa para mis libros y se puso muy rejego cuando confeccioné una parte de la habitación para mí, porque según él yo no necesitaba un tocador. Cuando mis amigos iban a la casa él pasaba la mayor parte del tiempo en la habitación, casi nunca hablo con nadie ni intento ser amistoso. 
El acabose de la relación tuvo que ver con las reglas básicas de convivencia, tan básicas y tan carentes en los hombres. Sucedieron unas semanas en las que se atascó de trabajo y por ser empática decidí hacerme cargo de la casa, porque él no se daba ni 5 minutos para levantar su ropa o tender la cama o despejar el estudio que siempre fue tan suyo. Luego de una semana en que él no lavara ni un traste le pedí que lo hiciera y dijo que sí pero que no lavaría el bowl que yo había dejado con restos de comida porque ya había pasado mucho tiempo y olía mal. Resultó que para él yo no merecía un gesto así de su parte, fueron entonces invisibles los que yo tuve con él, o más bien se sintió tan importante que creyó que de alguna manera yo era responsable de limpiar su desmadre.
VICTORIA: ¿Qué crees que le ha pasado a la ropa que dejas tirada cuando llegas a la casa o a los trastes o la cama destendida? ¿Quién chingados se ha estado haciendo cargo de eso? 
ÓSCAR: Yo sé que tú.
VICTORIA: ¿Entonces? ¿Por qué crees que lo he estado haciendo? ¿Porque soy demasiado buena o porque soy pendeja? ¿Yo sí puedo limpiar tus mierdas pero tú no puedes lavar un bowl apestoso?
ÓSCAR: (...)
VICTORIA: Estás muy mal Óscar, no sé cómo le voy a hacer pero me voy a ir, tenlo por seguro.
(Me da mucha pereza y mucha tristeza recordar todo esto, siento que debo dar un poco de hueva porque era tan evidente que yo no debía estar ahí que a mí misma me da flojera y me cuesta mucho terminar lo que quiero decir, porque en razón de puntos en contra faltan muchos, unos 4 o 5, pero puedo resumir todo en que no era nuestro momento, que ninguno de los dos tuvo el suficiente amor ni cuidado con el otro, -porque seguro él tendrá otra versión de los hechos-. Sin embargo, una de las cosas que más me dolieron y enojaron fue sentirme otra vez del lado bajo de la balanza, lo decidí yo, pero me sentí estúpida por pensar en él antes que en mí, por priorizar una idea torcida del amor, por recaer otra vez en algo de lo que estaba huyendo, porque con todo y sus libros Óscar también resultó ser un machito hecho y derecho que me traicionó, que no supo manejar sus emociones, que tomó ventaja por ser el “dueño” de la casa y ser quien ganaba más de los dos, por no saber convivir como adulto con reglas básicas como levantar tu desmadre para vivir lo más armoniosamente posible y creer que merecía que yo le lavara los platos…. Es una historia larga, tan larga que se remonta siglos atrás y me da una hueva tremenda enumerar todo lo que no se hizo porque igual ya pasó, terminamos hace unos meses y hoy estoy mejor. 
Las cosas que pasaron, de alguna manera tenían que ser así, alrededor de todo este enojo noté otras señales que me hicieron voltear al pasado y darme cuenta de que estaba arrastrando patrones que venían de mis ancestras, una noche el tarot me dijo que estaba cargando con vidas pasadas y que no tuviera miedo a la catástrofe. No sé si alguna vez les ha revelado algo el tarot, algo así de contundente pero para mí aquella noche fue deslumbrante, catastróficamente deslumbrante, hice la tirada en forma de llave y la primera carta que me salió (que era sobre lo que estaba reprimiendo) era una carta hermosa que decía “Juego”, me saqué tanto de onda, fue como si la vida me hubiera tomado de la cara para verla a los ojos y decirme la verdad que ya sabía pero que necesitaba escuchar así de clara. Lloré, yo que tanto tiempo me consideré una mujer libre que buscaba siempre el juego y que irradiaba una energía que todo el mundo le adjudicaba la característica de feliz o positiva, estaba reprimiendo su parte más brillante.) 
Había llegado el plazo de un mes y claramente no hubo mejoras, hubiera querido irme antes pero mis condiciones no me lo permitieron en ese momento, en noviembre acordamos terminar pero le pedí que me diera chance hasta mi viaje a Mérida, que era en diciembre, él aceptó, pero la verdad es que no fue la mejor decisión del mundo porque ambos la pasamos muy mal y nos lastimamos. La última semana juntos escribí esto:
Cómo es que puedes pasar tanto tiempo en el sillón sin mirarme, sin pensar ni decir nada.
¿Por qué quieres tener una conversación trivial conmigo? ¿así de trivial?
Siempre voy a querer más de todas formas, pero tú ni siquiera has tenido tiempo ni ganas de intentarlo.
No quieres salir a jugar conmigo, porque ya eres mayor, porque te has convertido en un hombre que trabaja y necesitas esta conexión absurda con una realidad que ni siquiera te hace feliz pero a la cual te has acostumbrado.
Naturalmente no me voy a quedar.
No me quedo en ninguna parte pero menos aquí, menos contigo.
Yo quiero agua, lodo, fuego, y tu ni siquiera te quieres ensuciar.
Sin embargo te quiero, así de estúpido es el amor.
Sé que no vamos a durar mucho y sé que no serás mi compañero pero me gusta cuando estás presente, cuando me escuchas y haces que te escuche, me gusta cuando sonríes, me gusta la foto que tienes de nosotros, me gusta saber que estás bien y me gustaría que te preocuparas más por estar bien. Quisiera que no abandonarás las cosas que te hacen feliz pero estás empeñado en demostrarle al mundo que estás hecho para vivir en él y la verdad es que este mundo apesta y lo sabes bien, el mundo apesta y la idea de éxito que te han metido también me sabe mierda pero siempre hay una razón profunda y oculta por la cuál la gente hace lo que hace.
Es obvio que tampoco sé bien por qué hago lo que hago, o más bien para qué, lo que sí sé es que me voy, me marcho y que siempre he querido hacerlo, incluso antes de conocerte, incluso antes de usar aplicaciones para citas, de hecho por eso empecé a usarlas, porque necesito un desespacio, un espacio que no sea ningún lugar, mi signo sólo me ha traído problemas porque no he sabido enfocar mi idea de arraigo. Yo en realidad nunca he necesitado de nadie, me gusta conocer nuevas personas porque es como entrar a nuevos mundos pero últimamente eso de conocer más gente me ha parecido en vano. No pertenezco aquí, ni a tí, no soy de ningún lugar y me siento tranquila y feliz de saberlo, cada quien decide cómo matarse y yo desde hace tiempo ya elegido arriesgarlo todo porque no tengo ni nunca he tenido nada, porque las cosas que he visto y he vivido hasta ahora me dicen que hay un mundo esperando por mí y que sólo tengo que decir que sí, que me largo que me voy a la chingada con mi gato y con mis cosas (las más importantes) que este mundo puede seguir yéndose a la mierda sin mí, que de todas formas (aunque me quedara) no cambiaría nada y que además el rumbo que tomará es completamente opuesto al mío, así que está contento de que me marche, ambos estamos en paz.
Entonces en diciembre me largué, un poco antes de lo inesperado, sin saber muy bien a dónde iba a llegar o cómo o con quiénes, con el presupuesto ajustado para 20 días -aunque mi estancia era por un mes-, esperando encontrar alguna otra manera de subsistencia y sabiendo que algo saldría. Iba al mar, todo estaría bien. Destino: Bacalar.
En el siguiente capítulo les contaré todos los detalles de este viaje maya que cambió todo, todo :) las quiero. Espero sus comentarios, besitos.
Suya, Victoria.
0 notes
victoriadetinder · 1 year ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO CUARTO. Óscar, la mudanza y el problema de la temperatura.
Me pasaron muchas cosas desde la última vez que escribí este blog y más aún del tiempo en que dejé a Diego.  Agosto, septiembre, octubre y noviembre del 2020 fueron bastante dolorosos  por sentirme débil en muchos aspectos, como no poder ahorrar para viajar más, por tener el corazón medio roto y por la desesperante pandemia. Me gustaría hacer un paréntesis para hablar sobre este asunto en particular. 
Si algo me ha dolido de la pandemia es ver el miedo de la gente y de mis propios amigxs, un miedo que ha sido tan grande como para separarnos por mucho tiempo, no voy a hablar del virus, ni siquiera sé qué decir sobre el virus, lo que me ha dolido es la resignación, me choca la palabra RESIGNACIÓN a los 25, 26, 27…. Ya voy a cumplir 28 y seguimos en esto, no puedo (realmente no puedo), no soy capaz de resignarme, ni lo fuí nunca, a quedarme encerrada, ver las noticias, morirme de miedo porque podemos morir en cualquier momento (cosa que ya sabíamos). Y me es mucho más difícil resignarme cuando todo es tan poco coherente pero sí muy lógico, perdón pero las medidas sanitarias no son coherentes (ya ni sabemos para qué usamos el cubrebocas), ni es coherente la angustia tan grande por una de tantas (TANTAS) causas que nos están matando. Pero sí es lógico, porque lo más lógico en este mundo es el miedo pero no deja de ser incoherente.
Aunque tuve a mis amigos cerca, por supuesto que no era lo mismo, faltaban muchos y las restricciones eran constantes, el teatro, por ejemplo, fue una de las tantas cosas que quedaron enterradas, quién iba a pensar en el teatro con una crisis como esta. Tuve que enfrentarme a la cancelación de un chingo de funciones, fue muy triste pensar que el teatro no volvería a ser el mismo, porque (digan lo que digan) el teatro es un suceso y para que suceda, necesita de la mirada y la respiración del otro y sin eso no hay nada. Entonces sí, me deprimí, igual que muchxs de ustedes, nos deprimimos juntos, cada quien en su casa.
Llegó entonces el invierno y con él mis ganas de compartirme con alguien y de buscar calor. Volví a usar Tinder y conocí a Oscar, él es diseñador y gestor cultural, el día que lo conocí me ofreció té y me mostró sus libros, tiene todo una biblioteca increíble, los libros infantiles fueron la sensación de esa noche, estaba sentada en su alfombra y él iba y venía de su estudio trayendo libros sobre el mar, la muerte, el poder, el tiempo, todo explicado e ilustrado para lxs niñxs, nos reímos mucho, hacía frío esa noche, me prestó un suéter y pasamos el tiempo hablando sobre teatro y otras historias. Me pareció un tipo interesante, con buen humor y muy tímido, no nos tocamos ni nos besamos sino hasta que me despedí de él, yo fuí quien propuso besarnos y me fuí tranquila a casa, cuando llegué me mandó un mensaje.
OSCAR: Perdón por la torpeza, me encantó besarte.
Empezamos a conversar mucho por whatsapp, estábamos al pendiente el uno del otro y compartimos el amor a nuestro trabajo, ambos estábamos involucrados con la educación infantil y hablábamos mucho sobre eso. Al principio seguíamos saliendo con más personas, pero comenzó a gustarme verdaderamente: me gustó que su conversación fuera más allá de mi cuerpo, de mí, que pusiera atención a los detalles y que estuviera interesado en mi trabajo, en el teatro, incluso conoció a mis alumnitos. 
En febrero de 2021 me invitó a Los Cabos, no pude contener la emoción de conocer ese lado del mar, así que le dije inmediatamente que sí. La pasamos muy bien, una noche en un hotel bien fancy nos emborrachamos e hicimos el amor en la alberca, ninguno de los dos supo cómo llegamos a nuestra habitación, al día siguiente salimos a buscar mi ropa al pasillo. Comí el mejor ceviche que he probado en la historia y conocí el mar de Cortés. 
Óscar no me halagaba todo el tiempo pero sí me miraba, sabía que me miraba y le gustaba lo que veía, valoré mucho ese tipo de comunicación porque me percaté que en relaciones pasadas yo misma tendía a sexualizarme, era como si le atribuyera a mi físico un valor extra con el que me identificaba, el maldito asunto de querer ser bonita llegó a tanto que a veces me ponía ansiosa si no me decían que me veía bien o lo guapa que estaba. Y no me mal entiendan, está bien chido sentirse bonitas y es lindo que alguien más te lo diga también, el asunto radica en lo que significa ser bonita y el mundo que contiene esa significación, yo por ejemplo, permití muchas veces que juzgaran o hicieran comentarios sobre mi cuerpo o tenía tan aprendido el chip de ser simpática y linda que muchas veces me quedé en lugares con personas desagradables o me reí de chistes malos… y también busqué la aprobación de los hombres a partir de la objetivación de mi cuerpo, me hice una idea torcida sobre el mismo a partir de quienes querían cojer conmigo… Entonces sí en ese momento yo estaba huyendo de todas esas objetivaciones sobre mi cuerpo.
Descubrí, además que Óscar no era tan sexual ni tan cariñoso como yo pero que demostraba su amor de otras formas como preparándome el desayuno o leyéndome o con pequeños regalos que sí me gustaban porque me ponía atención cuando hablaba.
Una de las cosas que más me gustaron de él fue que se mantuviera ocupado y pareciera profesional en su trabajo. Hace poco mi amiga Norma me dijo que era normal en las tauro sentirse atraídas por la estabilidad económica y profesional de sus parejas y es que sí surge en mí una especie de ilusión o admiración cuando miro que “mis” parejas son exitosas en sus trabajos.
Con Óscar sentía que estaba avanzando porque me impulsaba, un día me confesó que encontró este blog y que en una noche leyó todos los capítulos, aunque me asustaba un poco que supiera tantas cosas de mí, por otro lado el alentaba que yo escribiera porque esperaba con ansias el siguiente capítulo, me daba su crítica y me decía que le gustaba cómo escribía. Además teníamos una especie de complicidad cuando criticábamos el mundo y nos burlábamos de él. No sé si ustedes lo hagan pero es bueno encontrar a alguien que tenga las mismas manías y gustos de ustedes, que le disgusten las mismas cosas que a ustedes para así poder juzgar a rienda suelta sin parecer un hater o por lo menos hacerlo acompañado.
Justo en medio de todo esto tuve que mudarme, dejé aquella casa con mi hamaca y mi bañera, tuve que hacerlo porque el hijo del dueño se casó y aquel departamento pasó a ser suyo, [extraño a rabiar esa habitación]. Yo y Ximeno nos mudamos a una casa grande, de tres pisos pero con mucha familia, fuimos roomates de una pareja de hermanos; Mar (que iba acompañada de su esposo y su bebé) y Rick, además de Marlenne, mi romate de a lado, éramos muchos en la casa porque generalmente se hacían comidas con toda la familia o había algún invitado, ya no tenía un jardín para mi sola, mucho menos una bañera, a Ximeno le daba pavor la bebé, la renta fue más cara que la anterior y a mí también me costó adaptarme y convivir con tantas personas.
Pasaba mucho tiempo fuera de esa casa, cada vez me quedaba más noches en casa de Óscar, era muy rico quedarnos dormidos en el sillón, a él le encanta ser muy fancy;  preparar Gin tonic, tomar buen café, buenos postres, conocía muchos lugares de buena comida y yo era feliz comiendo. Nos hicimos novios el día después de su cumpleaños, en abril, luego de conocer a su familia, recuerdo que creí que por presentarme a su familia nos estábamos comprometiendo a algo más. En ese momento yo necesitaba esa estabilidad, la pertenencia de alguien, quería enamorarme y de pronto él dijo “te amo” y empezó a dedicarme canciones. Pronto nos planteamos la idea de vivir juntos, yo la planteé primero, pero aquella idea venía del miedo y la ansiedad de no poder con los retos que se me estaban presentando, para Óscar que ganaba más todo parecía tan fácil, viajar, comprar, pagar las cuentas, yo quería también esa comodidad. Además mi hermana y mi mejor amiga emprendieron sus vidas en pareja y se veían tan contentas que yo desee eso para mí.
Cuando lo decidimos, lo hicimos casi con los ojos cerrados y por distintas necesidades que no se parecían al amor, fue el mismo día que descubrí que él tenía relaciones con otras dos chicas. Lo descubrí gracias a sus conversaciones en Instagram y fue desastroso. El desastre para mí no era que tuviera relaciones con otras mujeres, no es que sea la persona más open mind del mundo pero por alguna razón no me dolía imaginar su cuerpo con alguien más, era más bien sentirme tan pendeja y a él tan dueño de la situación, a ninguna de las tres nos tenía al tanto de sus planes, yo me encargué de que se enteraran, estaba furiosa y al mismo tiempo tranquila, no iba a arremeter porque no había nada que reclamar, solamente resolver ¿qué quería entonces de mí? ¿por qué las palabras de amor? ¿para qué vivir juntos? ¿para qué la mentira? La posibilidad de hablar y abrir la relación siempre estuvo abierta, por qué tanta falta de respeto y por qué tratarme como estúpida.
Una parte de mí pensaba en el karma, unos dos o tres años atrás tuve una relación en la que yo fui quien engañó , en otros términos pero también había ocupado ese lugar. Aquello le restó importancia al asunto, además de que tenía este ciego impulso de avanzar, volví a sentir ese miedo profundo a la soledad y a la tristeza, miedo a que eso que estaba construyendo se derribara por una razón así de estrepitosa, así de contradictoria al amor. Otra de mis razones para hacer el engaño a un lado era que ya habíamos planeado mi mudanza a su casa, cancelar el plan significaba un doble o triple esfuerzo de mi parte y no creí que fuera lograrlo. Aquella tarde fue terrible, busqué por todos lo medios estar bien, me obligué a estarlo, pero realmente dolió, sobre todo porque me hizo sentir insuficiente. Casi no cogíamos porque él parecía no tener mucho ímpetu y yo, a pesar de sentir todo lo contrario trabajaba con eso y lo respetaba, muy dentro de mí, me hice a la idea de que había algo en mí que estaba fallando.
Sé perfectamente que debí irme en ese instante, lo sé porque nada mejoró con el tiempo, aunque ya no me pusieron los cuernos (o eso quiero creer) la relación continuó siendo desequilibrada. Por un tiempo Oscar se portó amable y atento, como para remediar su infidelidad y hacerme creer en el amor, funcionó más o menos pero yo no la pasaba bien, todo el asunto me provocó mucha ansiedad porque sentía que estaba dejándome perder por permanecer en una relación donde el respeto ya se había perdido, pasara lo que pasara. 
Dejé que pasara el tiempo y el dolor calmo pero surgieron en mí los resentimientos y definitivamente eso nos alejó. Sin embargo yo había decidido intentarlo y si algo tengo es que soy terca como una mula, quería vivir el sueño de vivir en pareja y a pesar de todo sentía que podíamos funcionar.
Una de las cosas que disfruté de vivir con él es que compartimos un departamento hermoso, bien iluminado, frente a un parque en el centro de la ciudad, ideal para escribir por horas, en ese tiempo fui muy afortunada; mi trabajo me permitía usar toda la mañana para escribir y hacer otras cosas, si algo hacíamos bien yo y Óscar era el desayuno. Un desayuno de tres tiempos con postre y café, el mejor café del mundo, a veces él hacía chilaquiles, otras yo hacía hot cakes y podíamos pasar hasta dos horas entre bocados, risas, besos y llamadas de zoom. 
Cuando él tenía mucho trabajo, que era casi siempre, a mi me daba oportunidad de trabajar y escribir. Aunque les pensaba todo el tiempo no pude concretar nada de este blog, en cambio escribí teatro, me emocioné sobre todo con una performance sobre el virus y el miedo y dos monólogos sobre mujeres que marcaron la historia del feminismo en México. 
Definitivamente la casa de Oscar fue un ambiente creativo en muchos aspectos, pero algunos de ellos dolían y dolieron más con el tiempo. Pronto nuestras diferencias comenzaron a salir a flote, una de las más importantes fue nuestra relación sexual, cada vez me sentía más insatisfecha y me dí cuenta de que cuando lo hacíamos él no ponía gran esfuerzo y terminábamos cuando él terminaba, así que dejé de buscarlo. Esa diferencia abría un abismo entre los dos, mientras que yo puedo quedarme en el apapacho por horas, a él a veces le causaba ansiedad. Realmente quise que funcionara, él también, me costó mucho trabajo pero entendí esa forma de ser, sin embargo había algo detrás de esa forma de ser que terminó arruinando la relación.
Óscar estaba ensimismado, por un lado, le costaba mucho trabajo relacionarse con las personas en general, física y socialmente. Pero por otro, había algo escondido que no le dejaba estar presente y que lo convertía en alguien re tibio, con eso no pude, era como gritarle que volteara a verme. De pronto no hubo más interés ni más pasión, de pronto los libros quedaron atrás y fue común verlo acostado en el sillón viendo la tele, hice varias llamadas de atención, pero tampoco quise lidiar con ese asunto, tenía suficiente con mis propios pedos. Pronto la convivencia en casa se hizo más y más distante, yo salía sola a bailar, a andar en bici, a la Cineteca, con mis amigos porque él siempre estaba cansado y yo dejé de insistir. De vez en cuando teníamos conversaciones profundas y de vez en cuando hacíamos el amor, creo que por eso esperé tanto, por eso y porque de alguna manera disfrutaba de mi libertad. A decir verdad no estaba del todo triste, por supuesto que me hubiera gustado que fuera distinto pero tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que yo quisiera.
Hubo un día que Óscar salió de viaje y nos dejó la casa para mí y Ximeno solos y me sentí tan libre y feliz, puse mi música, bailé, encendí mis velas, me dí un baño, me depilé, me hice mascarillas, fumé, lloré y me masturbé como hace mucho no lo hacía, me tomé fotos desnuda y me sentí tan sensual, tan rica que no pude resistirme y yo misma me dí placer, me disfruté tanto esa noche. Me di cuenta entonces que con Óscar definitivamente no iba a funcionar, la relación estaba perdida. Hablamos y me pidió un mes para poder arreglar las cosas, quedamos en que iría a terapia, que abriríamos más espacios para conversar y discutir la relación y que si en un mes yo seguía sin sentirme a gusto, terminaríamos.
Lo tomé como nuestra última oportunidad, a fin de cuentas aquello también me permitía tomar más tiempo para organizarme si es que debía salir de su casa, pues en ese momento no tenía el efectivo suficiente, se venían dos viajes de trabajo importantes para mí y además, quería cumplir el sueño de irme a la playa por un mes en diciembre y ya era agosto, necesitaba ahorrar.
Como siempre les digo todo esto con la mayor sinceridad posible y con muchos miedos atravesados, no es que fuera una convenenciera, pero sí me fue más cómodo quedarme y precisamente de eso me arrepiento un poco, de haber elegido la comodidad antes que mi bienestar. Sin embargo, en el fondo sí guardaba esperanzas de que todo mejorara, después de todo si no hubiera habido voluntad de parte de ambos la relación hubiera terminado desde hacía tiempo.  Es precisamente lo que me gustaría cuestionar, no dudo que había amor entre nosotros, yo realmente quise poder perdonarlo y él realmente quería ser mejor persona, pero tal vez estábamos demasiado rotos como para funcionar. En el próximo capítulo les contaré los pormenores del desenlace. Cuidado a los lectores porque diré cosas desde el fondo de mi corazón esperando no herir a nadie. 
Las quiero mucho, suya, Victoria de Tinder.
0 notes
victoriadetinder · 1 year ago
Text
DEspuês de abandonar por mucho tiempo este blog, hoy es un buen ía para regresar, gracias por seguir aquí.
0 notes
victoriadetinder · 1 year ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO TERCERO: ¿Qué pasó con Diego? ¿Qué pasó conmigo?
Me pasaron muchas cosas desde la última vez que escribí este blog y más aún del tiempo en que dejé a Diego.  Agosto, septiembre, octubre y noviembre del 2020 fueron bastante dolorosos  por sentirme débil en muchos aspectos, como no poder ahorrar para viajar más, por tener el corazón medio roto y por la desesperante pandemia. Me gustaría hacer un paréntesis para hablar sobre este asunto en particular. 
Si algo me ha dolido de la pandemia es ver el miedo de la gente y de mis propios amigxs, un miedo que ha sido tan grande como para separarnos por mucho tiempo, no voy a hablar del virus, ni siquiera sé qué decir sobre el virus, lo que me ha dolido es la resignación, me choca la palabra RESIGNACIÓN a los 25, 26, 27…. Ya voy a cumplir 28 y seguimos en esto, no puedo (realmente no puedo), no soy capaz de resignarme, ni lo fuí nunca, a quedarme encerrada, ver las noticias, morirme de miedo porque podemos morir en cualquier momento (cosa que ya sabíamos). Y me es mucho más difícil resignarme cuando todo es tan poco coherente pero sí muy lógico, perdón pero las medidas sanitarias no son coherentes (ya ni sabemos para qué usamos el cubrebocas), ni es coherente la angustia tan grande por una de tantas (TANTAS) causas que nos están matando. Pero sí es lógico, porque lo más lógico en este mundo es el miedo pero no deja de ser incoherente.
Aunque tuve a mis amigos cerca, por supuesto que no era lo mismo, faltaban muchos y las restricciones eran constantes, el teatro, por ejemplo, fue una de las tantas cosas que quedaron enterradas, quién iba a pensar en el teatro con una crisis como esta. Tuve que enfrentarme a la cancelación de un chingo de funciones, fue muy triste pensar que el teatro no volvería a ser el mismo, porque (digan lo que digan) el teatro es un suceso y para que suceda, necesita de la mirada y la respiración del otro y sin eso no hay nada. Entonces sí, me deprimí, igual que muchxs de ustedes, nos deprimimos juntos, cada quien en su casa.
Llegó entonces el invierno y con él mis ganas de compartirme con alguien y de buscar calor. Volví a usar Tinder y conocí a Oscar, él es diseñador y gestor cultural, el día que lo conocí me ofreció té y me mostró sus libros, tiene todo una biblioteca increíble, los libros infantiles fueron la sensación de esa noche, estaba sentada en su alfombra y él iba y venía de su estudio trayendo libros sobre el mar, la muerte, el poder, el tiempo, todo explicado e ilustrado para lxs niñxs, nos reímos mucho, hacía frío esa noche, me prestó un suéter y pasamos el tiempo hablando sobre teatro y otras historias. Me pareció un tipo interesante, con buen humor y muy tímido, no nos tocamos ni nos besamos sino hasta que me despedí de él, yo fuí quien propuso besarnos y me fuí tranquila a casa, cuando llegué me mandó un mensaje.
OSCAR: Perdón por la torpeza, me encantó besarte.
Empezamos a conversar mucho por whatsapp, estábamos al pendiente el uno del otro y compartimos el amor a nuestro trabajo, ambos estábamos involucrados con la educación infantil y hablábamos mucho sobre eso. Al principio seguíamos saliendo con más personas, pero comenzó a gustarme verdaderamente: me gustó que su conversación fuera más allá de mi cuerpo, de mí, que pusiera atención a los detalles y que estuviera interesado en mi trabajo, en el teatro, incluso conoció a mis alumnitos. 
En febrero de 2021 me invitó a Los Cabos, no pude contener la emoción de conocer ese lado del mar, así que le dije inmediatamente que sí. La pasamos muy bien, una noche en un hotel bien fancy nos emborrachamos e hicimos el amor en la alberca, ninguno de los dos supo cómo llegamos a nuestra habitación, al día siguiente salimos a buscar mi ropa al pasillo. Comí el mejor ceviche que he probado en la historia y conocí el mar de Cortés. 
Óscar no me halagaba todo el tiempo pero sí me miraba, sabía que me miraba y le gustaba lo que veía, valoré mucho ese tipo de comunicación porque me percaté que en relaciones pasadas yo misma tendía a sexualizarme, era como si le atribuyera a mi físico un valor extra con el que me identificaba, el maldito asunto de querer ser bonita llegó a tanto que a veces me ponía ansiosa si no me decían que me veía bien o lo guapa que estaba. Y no me mal entiendan, está bien chido sentirse bonitas y es lindo que alguien más te lo diga también, el asunto radica en lo que significa ser bonita y el mundo que contiene esa significación, yo por ejemplo, permití muchas veces que juzgaran o hicieran comentarios sobre mi cuerpo o tenía tan aprendido el chip de ser simpática y linda que muchas veces me quedé en lugares con personas desagradables o me reí de chistes malos… y también busqué la aprobación de los hombres a partir de la objetivación de mi cuerpo, me hice una idea torcida sobre el mismo a partir de quienes querían cojer conmigo… Entonces sí en ese momento yo estaba huyendo de todas esas objetivaciones sobre mi cuerpo.
Descubrí, además que Óscar no era tan sexual ni tan cariñoso como yo pero que demostraba su amor de otras formas como preparándome el desayuno o leyéndome o con pequeños regalos que sí me gustaban porque me ponía atención cuando hablaba.
Una de las cosas que más me gustaron de él fue que se mantuviera ocupado y pareciera profesional en su trabajo. Hace poco mi amiga Norma me dijo que era normal en las tauro sentirse atraídas por la estabilidad económica y profesional de sus parejas y es que sí surge en mí una especie de ilusión o admiración cuando miro que “mis” parejas son exitosas en sus trabajos.
Con Óscar sentía que estaba avanzando porque me impulsaba, un día me confesó que encontró este blog y que en una noche leyó todos los capítulos, aunque me asustaba un poco que supiera tantas cosas de mí, por otro lado el alentaba que yo escribiera porque esperaba con ansias el siguiente capítulo, me daba su crítica y me decía que le gustaba cómo escribía. Además teníamos una especie de complicidad cuando criticábamos el mundo y nos burlábamos de él. No sé si ustedes lo hagan pero es bueno encontrar a alguien que tenga las mismas manías y gustos de ustedes, que le disgusten las mismas cosas que a ustedes para así poder juzgar a rienda suelta sin parecer un hater o por lo menos hacerlo acompañado.
Justo en medio de todo esto tuve que mudarme, dejé aquella casa con mi hamaca y mi bañera, tuve que hacerlo porque el hijo del dueño se casó y aquel departamento pasó a ser suyo, [extraño a rabiar esa habitación]. Yo y Ximeno nos mudamos a una casa grande, de tres pisos pero con mucha familia, fuimos roomates de una pareja de hermanos; Mar (que iba acompañada de su esposo y su bebé) y Rick, además de Marlenne, mi romate de a lado, éramos muchos en la casa porque generalmente se hacían comidas con toda la familia o había algún invitado, ya no tenía un jardín para mi sola, mucho menos una bañera, a Ximeno le daba pavor la bebé, la renta fue más cara que la anterior y a mí también me costó adaptarme y convivir con tantas personas.
Pasaba mucho tiempo fuera de esa casa, cada vez me quedaba más noches en casa de Óscar, era muy rico quedarnos dormidos en el sillón, a él le encanta ser muy fancy;  preparar Gin tonic, tomar buen café, buenos postres, conocía muchos lugares de buena comida y yo era feliz comiendo. Nos hicimos novios el día después de su cumpleaños, en abril, luego de conocer a su familia, recuerdo que creí que por presentarme a su familia nos estábamos comprometiendo a algo más. En ese momento yo necesitaba esa estabilidad, la pertenencia de alguien, quería enamorarme y de pronto él dijo “te amo” y empezó a dedicarme canciones. Pronto nos planteamos la idea de vivir juntos, yo la planteé primero, pero aquella idea venía del miedo y la ansiedad de no poder con los retos que se me estaban presentando, para Óscar que ganaba más todo parecía tan fácil, viajar, comprar, pagar las cuentas, yo quería también esa comodidad. Además mi hermana y mi mejor amiga emprendieron sus vidas en pareja y se veían tan contentas que yo desee eso para mí.
Cuando lo decidimos, lo hicimos casi con los ojos cerrados y por distintas necesidades que no se parecían al amor, fue el mismo día que descubrí que él tenía relaciones con otras dos chicas. Lo descubrí gracias a sus conversaciones en Instagram y fue desastroso. El desastre para mí no era que tuviera relaciones con otras mujeres, no es que sea la persona más open mind del mundo pero por alguna razón no me dolía imaginar su cuerpo con alguien más, era más bien sentirme tan pendeja y a él tan dueño de la situación, a ninguna de las tres nos tenía al tanto de sus planes, yo me encargué de que se enteraran, estaba furiosa y al mismo tiempo tranquila, no iba a arremeter porque no había nada que reclamar, solamente resolver ¿qué quería entonces de mí? ¿por qué las palabras de amor? ¿para qué vivir juntos? ¿para qué la mentira? La posibilidad de hablar y abrir la relación siempre estuvo abierta, por qué tanta falta de respeto y por qué tratarme como estúpida.
Una parte de mí pensaba en el karma, unos dos o tres años atrás tuve una relación en la que yo fui quien engañó , en otros términos pero también había ocupado ese lugar. Aquello le restó importancia al asunto, además de que tenía este ciego impulso de avanzar, volví a sentir ese miedo profundo a la soledad y a la tristeza, miedo a que eso que estaba construyendo se derribara por una razón así de estrepitosa, así de contradictoria al amor. Otra de mis razones para hacer el engaño a un lado era que ya habíamos planeado mi mudanza a su casa, cancelar el plan significaba un doble o triple esfuerzo de mi parte y no creí que fuera lograrlo. Aquella tarde fue terrible, busqué por todos lo medios estar bien, me obligué a estarlo, pero realmente dolió, sobre todo porque me hizo sentir insuficiente. Casi no cogíamos porque él parecía no tener mucho ímpetu y yo, a pesar de sentir todo lo contrario trabajaba con eso y lo respetaba, muy dentro de mí, me hice a la idea de que había algo en mí que estaba fallando.
Sé perfectamente que debí irme en ese instante, lo sé porque nada mejoró con el tiempo, aunque ya no me pusieron los cuernos (o eso quiero creer) la relación continuó siendo desequilibrada. Por un tiempo Oscar se portó amable y atento, como para remediar su infidelidad y hacerme creer en el amor, funcionó más o menos pero yo no la pasaba bien, todo el asunto me provocó mucha ansiedad porque sentía que estaba dejándome perder por permanecer en una relación donde el respeto ya se había perdido, pasara lo que pasara. 
Dejé que pasara el tiempo y el dolor calmo pero surgieron en mí los resentimientos y definitivamente eso nos alejó. Sin embargo yo había decidido intentarlo y si algo tengo es que soy terca como una mula, quería vivir el sueño de vivir en pareja y a pesar de todo sentía que podíamos funcionar.
Una de las cosas que disfruté de vivir con él es que compartimos un departamento hermoso, bien iluminado, frente a un parque en el centro de la ciudad, ideal para escribir por horas, en ese tiempo fui muy afortunada; mi trabajo me permitía usar toda la mañana para escribir y hacer otras cosas, si algo hacíamos bien yo y Óscar era el desayuno. Un desayuno de tres tiempos con postre y café, el mejor café del mundo, a veces él hacía chilaquiles, otras yo hacía hot cakes y podíamos pasar hasta dos horas entre bocados, risas, besos y llamadas de zoom. 
Cuando él tenía mucho trabajo, que era casi siempre, a mi me daba oportunidad de trabajar y escribir. Aunque les pensaba todo el tiempo no pude concretar nada de este blog, en cambio escribí teatro, me emocioné sobre todo con una performance sobre el virus y el miedo y dos monólogos sobre mujeres que marcaron la historia del feminismo en México. 
Definitivamente la casa de Oscar fue un ambiente creativo en muchos aspectos, pero algunos de ellos dolían y dolieron más con el tiempo. Pronto nuestras diferencias comenzaron a salir a flote, una de las más importantes fue nuestra relación sexual, cada vez me sentía más insatisfecha y me dí cuenta de que cuando lo hacíamos él no ponía gran esfuerzo y terminábamos cuando él terminaba, así que dejé de buscarlo. Esa diferencia abría un abismo entre los dos, mientras que yo puedo quedarme en el apapacho por horas, a él a veces le causaba ansiedad. Realmente quise que funcionara, él también, me costó mucho trabajo pero entendí esa forma de ser, sin embargo había algo detrás de esa forma de ser que terminó arruinando la relación.
Óscar estaba ensimismado, por un lado, le costaba mucho trabajo relacionarse con las personas en general, física y socialmente. Pero por otro, había algo escondido que no le dejaba estar presente y que lo convertía en alguien re tibio, con eso no pude, era como gritarle que volteara a verme. De pronto no hubo más interés ni más pasión, de pronto los libros quedaron atrás y fue común verlo acostado en el sillón viendo la tele, hice varias llamadas de atención, pero tampoco quise lidiar con ese asunto, tenía suficiente con mis propios pedos. Pronto la convivencia en casa se hizo más y más distante, yo salía sola a bailar, a andar en bici, a la Cineteca, con mis amigos porque él siempre estaba cansado y yo dejé de insistir. De vez en cuando teníamos conversaciones profundas y de vez en cuando hacíamos el amor, creo que por eso esperé tanto, por eso y porque de alguna manera disfrutaba de mi libertad. A decir verdad no estaba del todo triste, por supuesto que me hubiera gustado que fuera distinto pero tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que yo quisiera.
Hubo un día que Óscar salió de viaje y nos dejó la casa para mí y Ximeno solos y me sentí tan libre y feliz, puse mi música, bailé, encendí mis velas, me dí un baño, me depilé, me hice mascarillas, fumé, lloré y me masturbé como hace mucho no lo hacía, me tomé fotos desnuda y me sentí tan sensual, tan rica que no pude resistirme y yo misma me dí placer, me disfruté tanto esa noche. Me di cuenta entonces que con Óscar definitivamente no iba a funcionar, la relación estaba perdida. Hablamos y me pidió un mes para poder arreglar las cosas, quedamos en que iría a terapia, que abriríamos más espacios para conversar y discutir la relación y que si en un mes yo seguía sin sentirme a gusto, terminaríamos.
Lo tomé como nuestra última oportunidad, a fin de cuentas aquello también me permitía tomar más tiempo para organizarme si es que debía salir de su casa, pues en ese momento no tenía el efectivo suficiente, se venían dos viajes de trabajo importantes para mí y además, quería cumplir el sueño de irme a la playa por un mes en diciembre y ya era agosto, necesitaba ahorrar.
Como siempre les digo todo esto con la mayor sinceridad posible y con muchos miedos atravesados, no es que fuera una convenenciera, pero sí me fue más cómodo quedarme y precisamente de eso me arrepiento un poco, de haber elegido la comodidad antes que mi bienestar. Sin embargo, en el fondo sí guardaba esperanzas de que todo mejorara, después de todo si no hubiera habido voluntad de parte de ambos la relación hubiera terminado desde hacía tiempo.  Es precisamente lo que me gustaría cuestionar, no dudo que había amor entre nosotros, yo realmente quise poder perdonarlo y él realmente quería ser mejor persona, pero tal vez estábamos demasiado rotos como para funcionar. En el próximo capítulo les contaré los pormenores del desenlace. Cuidado a los lectores porque diré cosas desde el fondo de mi corazón esperando no herir a nadie. 
Las quiero mucho, suya, Victoria de Tinder.
0 notes
victoriadetinder · 4 years ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO SEGUNDO: Jacarandas.
No sé ustedes pero el feminismo está presente en un 50 por ciento de mis conversaciones y en un 70 por ciento de mis pensamientos. Hace unos días se conmemoró el día de la mujer y en facebook  me salió un recuerdo de la marcha del año pasado. La imagen que más recuerdo de ese día es la avenida hidalgo atascada de jacarandas, colgadas de las ramas, sobre el piso y cantando. Éramos un mar violeta, un mar jacarandoso.
Aquel día, antes de ir a marchar, estaba en casa de Diego me desperté temprano, desayuné con él, me puse mi overol morado y escribí sobre una cartulina “Yo abortaría por si se hace policía”.
DIEGO: ¿No crees que es demasiado agresivo?
VICTORIA: (Risas) Un poco, pero es real.
DIEGO: Pues sí, pero eso se presta mucho a que te fastidien, a que te quieran quitar tu pancarta o a que te quieran llevar.
VICTORIA: No te preocupes, voy con un chingo de amigas, estamos seguras.
DIEGO: ¿Ya estás lista? ¿te acompaño al metro?
VICTORIA: Sí vamos, ya solo estoy quedando con Ara para verla en Revolución.
DIEGO: Mejor guarda la pancarta en lo que llegas.
Me hacía gracia la actitud de Diego, incluso me provocaba cierta ternura, sentía que Diego quería protegerme aunque sabía que no había nada de qué protegerme. Era día de gritar, de estar juntas y de pintarle dedo a la policía, que no es una persona sino una institución, y esa es a la que se le pinta dedo. ¿Demasiado agresivo? Creo que esa es la pregunta fundamental de una disputa que intenta sobreponerse a la lucha feminista. ¿Nos hemos vuelto locas? Parece que dar respuesta a esta pregunta es mucho más importante que la razón de nuestra supuesta locura. Vivir una época tan poderosa para el feminismo me inunda de alegría, pero contrasta con la rabia que siento cada vez que un machito idiotailusomecobuenoparanada se acerca a mí con ánimos de “cuestionarla”.
En las siguientes líneas responderé, sin temor a nada, y para quien quiera escuchar, a las preguntas y declaraciones más idiotas contra el feminismo que he encontrado últimamente en la red, así mismo, hablaré sobre algunas de mis más desagradables experiencias en Tinder y las utilizaré para evidenciar (aún más) lo cerca que estamos de encontrarnos con el  machito común y corriente y de potenciales violadores.
Hay, por ejemplo, un video de tiktok en el que se muestra a una chica bailando cerca de tres hombres y luego la reacción de un tipo con la rola de “Un violador en tú camino” de fondo, el tipo niega con la cabeza…Eso es todo. ¿Cuál es el sentido de esto? ¿Cuál es el maldito sentido? Incluso, cuando lo vi por primera vez, me dije a mí misma: ¿a caso el tipo está apoyando la lucha feminista?, porque sería un buen contraste poner a la chica que baila cerca de los oficiales con la rola de las Tesis de fondo para reafirmar el mensaje de la canción. Pero obviamente hay un subtexto que dice “y luego no quieren que las violen”. Ya sé que no tengo que explicarles a ustedes, las lectoras de mi blog,  la sinrazón y la idiotez que se encuentra encerrada en este subtexto, pero lo trascendental de este video es que es viral y que tiene miles de comentarios que apoyan esta idiotez, es decir que hay gente, mucha gente, a la que hay que hacerle entender que está mal violar y que la lucha feminista existe por eso. Y una no puede ponerse a discutir desde su pantalla, si es que tuviera las ganas de hacerlo, porque no hay caso, no hay forma de que alguien que piensa de esa manera cambie de opinión, mucho menos desde la comodidad de su pantalla. 
Pero ¿qué pasa cuando tienes cerca a un potencial violador? ¿qué pasa cuando te conviertes en su víctima? En julio del año pasado conocí a Jéremy a través de Tinder, el tipo me había hecho mucha ilusión porque tenía una cara lindísima, era francés y estudiaba filosofía. Había llegado a México por un intercambio escolar, sólo nos vimos dos veces. En la segunda ocasión algo me decía que no debía acudir a la cita y es que el wey se enojó conmigo porque le cambié la hora de la cita, de hecho, me canceló pero cambió de opinión al último momento y yo accedí. Me había prometido a mí misma no llevar a nadie a mí nueva casa porque era mi refugio y no quería que ningún vato lo arruinara o lo transgrediera, pero ese día llovió y pensé: el tipo es extranjero, no hay ningún otro sitio a dónde ir, la estás pasando bien y tal vez cojamos rico, así que lo lleve a mí casa. Al principio todo iba bien, le ofrecí agua, tunas riquísimas y leímos una obra de teatro en francés. Quería escuchar cómo sonaba porque el francés es de mis idiomas favoritos, estaba muy a gusto, hasta sentí cierto romanticismo.
Comenzamos a besarnos, pero Jéremy transmitía una especie de prisa y ansiedad por hacerlo, le dije que fuera más lento y alentó el paso pero yo ya me sentía incómoda, de pronto no tenía muchas ganas de hacerlo, como que me puse a pensar en mi cama, amaba tanto mi nueva cama tamaño matrimonial que era un lugar sagrado para mí y no estaba segura de querer estrenarla con Jéremy, pero no dije nada y seguimos besándonos, luego me hizo un oral y medio lo disfruté. Hasta que él empezó a musitar unas frases súper creepy  como “uy gimes super chiquito que rico bebé” y “haces cara de niña, qué bella” y yo me saqué de pedo muy cabrón. 
Ese precisamente es uno de mis pedos con los vatos; me chiquitean y a mí me caga, quién en su sano juicio va a querer que la traten como niña durante el sexo, es decir, ¿es bastante raro no? A mí no me prende para nada y creo que hay cuestiones pedofílicas que hay que revisar con esos gustos. Así que pare.
VICTORIA: Creo que no me siento bien para hacerlo ahora.
JÉREMY: ¿Por qué? ¿estás bien?
VICTORIA: Sí, es sólo que me sentí rara.
JÉREMY: ¿Cómo rara?
VICTORIA: No sé, sólo rara.
JÉREMY: Ok… ¿de verdad ya no quieres? Mira como estoy.
VICTORIA: No… y me saca de pedo que insistas.
Hubo un silencio incómodo, muy incómodo. Él se levantó de la cama y comenzó a vestirse.
JÉREMY: ¿Entonces por qué me trajiste? La verdad no entiendo qué pasa.
VICTORIA: Olvídalo, solo no quiero coger.
JÉREMY: Bueno, pues me voy.
VICTORIA: Ok.
JÉREMY: Voy a fumar un cigarro antes de irme, ¿me acompañas?
VICTORIA: Vamos.
Afuera Jéremy volvió a preguntar.
JÉREMY: Oye, realmente estoy confundido, ¿qué pasó?
VICTORIA: Mira, no sé, simplemente me sentí incómoda.
JÉREMY: Pero es que tienes que saber Victoria, a todo respondes con un no sé.
VICTORIA: Que te valga verga, no estoy segura de qué fue lo que pasó ahí adentro, sólo sé que no quiero coger contigo hoy.
JÉREMY: Pues a mi me dejaste a medias, sólo buscas tu placer.
VICTORIA: ¿Y entonces qué querías? ¿Meterla aunque yo no quería?
JÉREMY: Pues sí.
VICTORIA: ¡Eso se llama violación pendejo!
Cerré mi puerta de un trancazo, de inmediato las piernas se me hicieron como de gelatina, casi me caigo antes de llegar a mi cuarto, sentí un asco y una tristeza terribles, me metí a la tina de baño y no salí en muchas horas, lloré, lloré muchísimo porque me sentí culpable por abrirle las puertas de mi casa a un connard de ese calibre, por tratarlo bien y por haber intercambiado fluidos con este violador en potencia. Me sentí estúpida por no haber escuchado mi intuición, pero poco a poco me calmé, no había sido mi culpa. Debo aprender a escucharme mejor, qué bueno que paré.
Limpie mi cuarto con incienso, no quería que ningún rastro de Jéremy se quedará impregnado, estúpidos franceses.
Otro día, en casa de Pablo, un vato con el que salí como por un mes, nos encontrábamos él y yo en su cuarto jugando videojuegos. Jugábamos Mortal Kombat y él iba ganando por mucho, mientras su Raiden noqueaba a mi Kitana por cuarta ocasión, Pablo comenzó a cantar.
PABLO: Y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía, y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía.
Se rió, yo esbocé una sonrisa chueca, creo que me dió algo de gracia al principio, pero luego lo pensé.
VICTORIA: ¿Qué pedo por qué cantas eso?
PABLO: Pues porque ya te maté.
VICTORIA: Precisamente, ¿por qué tienes que cantar esa canción?
PABLO: Oh, pues porque es cagado, no mames.
VICTORIA: Para tí es cagado porque es una rola que habla de violencia contra las mujeres y ahora me estas dando en la madre de alguna forma.
PABLO: Pues sí.
VICTORIA: Pues es que no tiene nada de gracioso, la violencia es real, hay hombres que medio matan a sus esposas a golpes.
PABLO: Ah no mames dime que no vamos a discutir por esto.
Y no lo hicimos, ese día lo dejé pasar, yo estaba sentada sobre sus piernas jugando videojuegos y me parecía divertido, no quise ser aguafiestas, pero dos días después terminamos porque a él le pareció exagerado que yo no aguantara que él me dijera vieja guanga. 
Son un enigma los onvres. Algunos de ellos incluso van a marchas o eventos de protesta feminista para entrevistar a mujeres con el objetivo de ridiculazarlas. No imagino lo que tuvo que pasar en la vida de estos pobrecitos desgraciados como para que, estando en contra del feminismo, tengan tiempo y cabeza para armarse un guión nefasto, conseguir camarógrafo, editar el video y subirlo a la red ¿o será solo por los likes? En uno de los videos que me puse a ver, uno de estos tipos argumenta que son las mujeres, por voluntad propia, las que se inscriben a los certámenes de belleza, que entonces ¿cómo puede ser posible que el sistema patriarcal esté detrás de esto? Como si la ideología del patriarcado atravesara sólo a los hombres, como si sólo por decidir concursar en un certamen de belleza una mujer anulara todos sus derechos como mujer, incluso el de protestar contra el patriarcado, como si el mayor problema de la lucha feminista fueran los estereotipos de belleza impuestos hacia la mujer, como si tuvieramos que darle explicaciones a un onvre que no ha leído absolutamente nada de teoría feminista y se siente cosa suficiente como para tratar de imponerse en una lucha que nada tiene que ver con su ego y su anhelo de atención.
Y así como esta se inventa más y más preguntas como ¿qué derechos reclamarías que no tengas ya como mujer? ¿si el género es una construcción social, yo puedo ser una cabra entonces? ¿qué opinas de que fue un hombre el que dio inicio al feminismo en Gran Bretaña? ¿si estas a favor del aborto, consideras entonces que es una imposición ideológica que un defensor de esclavos los defienda como seres humanos?  Y el entrevistador se cree tan listo, tan culto, hasta piensa que tiene un sentido del humor exquisito, tan sarcástico que sólo algunos iluminadOs pueden entender. ¿Y cuál es el objetivo? ante su público el entrevistador dirá que sólo cumple con la noble e importantísima tarea de cuestionar a un grupo de mujeres agresivas, tontas y confundidas que defienden una lucha que ha preocupado y afectado a muchos de los suyos (porque “ay cristo dios” ya no puedo tocarlas sin que se pongan a gritar y ya no puedo corregirlas sin que me discutan algo o crean que tienen razón, esas idiotas). En realidad no es más que un bruto macho intentando imponerse de nuevo, con falacias, con datos que saco de wikipedia, con una actitud que anticipa la burla ante mujeres que intentan dar una respuesta a sus confusas preguntas.Y yo me pregunto: ¿por qué nunca he visto a uno de estos nobles entrevistadores investigando cuál es la lógica de un juicio que deja libre al onvre que viola y asesina a una niña de 5 años? ¿Por qué no tomó en cuenta las estadísticas mundiales de feminicidios cuando preguntó sobre los derechos de la mujer? ¿es que pedir derecho a estar viva es demasiado? ¿qué chingados tiene que ver el valor humano de un esclavo dentro de la lucha por la legalización del aborto?
Y una declaración más: nuestro heróico y tan amado presidente, declaró hace poco “Ya chole” cuando le preguntaron una vez más sobre la aprobación a la candidatura de Félix el violador Salgado Macedonio, este es exactamente el mismo intento de minimizar la lucha que los casos anteriores. “Ya chole”, frase tan bonita no podía ser peor utilizada. 
Váyase a la mierda señor presidente, ¿de qué está cansado? ¿le cansa responder nuestras preguntas? Bájese del trono, destitúyase del cargo, pero antes, antes de renunciar destruya todas sus instituciones porque tampoco ellas han sabido responder. La frase ya chole, me hace pensar que con todo y que es usted presidente no sabe lo que sucede en su país o se hace pendejo igual que todo el mundo, la frase ya chole viniendo de usted me hace pensar que le vale menos que mierda la vida y la dignidad de sus paisanas y trabajadoras, porque le recuerdo que somos más del  51 por ciento del total de sus recursos humanos las que mantenemos este país, pero sobre todo, su frase me hace pensar que sí es cierto: ya chole. Ya chole de esperar que se haga justicia, ya chole de esperar que nos responda si no con dignidad, con tantita vergüenza, ya chole de creer que algún día lo que llamamos gobierno deje de solapar, de disculpar, de justificar, de reproducir, de enseñar, de adoctrinar y de promover la cultura misógina y feminicida que nos asfixia. Váyase a la mierda usted, los feminicidas, los violadores, la iglesia y cualquier machito ridículo que se esconda en su “esas no son las formas” para justificar la muerte de cientos de miles de mujeres en manos de tantos onvres.
Y a mis amigas: ¿saben qué es lo único bello que pude sacar de los videos del entrevistadorsucho ese? Que algunas de las mujeres que respondían le decían algo como no sé o no tengo el dato o la verdad no he investigado sobre el asunto. Pinches diosas, un cretino las hostiga dentro de su espacio, dentro de nuestra lucha y ustedes tienen toda la dignidad de decir, no sé de lo que estás hablando y por eso no puedo responderte. Y es que no lo tenemos todo resuelto, eso está claro, estamos luchando por ser libres y aunque es una lucha que ya lleva muchos siglos, es como si apenas hubiera comenzado, por mi parte la reinicio todos los días, todos los días hay nuevas preguntas, y en el camino cometo errores y digo pendejadas pero no le debo nada a ningún hombre, sólo a mí y a mis amigas y a las mujeres y las niñas y niños que me rodean y si hay algo que me sirve para seguir aprendiendo es reconocerme en la ignorancia, es reconocer que el camino no está hecho.
Si algo puedo aconsejarles, desde mi trinchera, es que dejemos de discutir con los pendejos onvres, porque es causa perdida,  porque la lucha se desgasta si le damos importancia a algo que en realidad no la tiene, quien quiera aprender y acompañarnos en la lucha lo hará. Los cuestionamientos internos los debemos hacer nosotras, que la rabia sirva para tirar a los grandes y para defenderse cada vez que haya ocasión de hacerlo. Hoy más que nunca, las quiero.
Suya, VictoriadeTinder.
https://www.youtube.com/watch?v=EeGkyC-OQaY
Les dejo los links de los videos que menciono por si les interesa verlos:
https://fb.watch/4l79E0r25c/ https://fb.watch/4l7ONtua-O/
1 note · View note
victoriadetinder · 4 years ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO PRIMERO: Sobre lo relevante.
Ayer soñé que Brad Pitt y George Clooney me masturbaban, ambos al mismo tiempo, fue extraño cuando me dí cuenta que eran ellos, detuve la mano de Brad Pitt pero el insistió con cierta fuerza y yo le dejé hacer, tenía a Brad Pitt recargado sobre mi pierna izquierda y a George Clooney en la otra, cuando desperté pensé que había sido un buen sueño, fue excitante tener a esos dos dándome placer pero creo que también me excitó la cara de Pitt cuando imprimió algo de fuerza para que lo dejara masturbarme. No creo que haya nada demasiado relevante en este sueño, sólo quería contarles y estas ganas ociosas de contarles me hicieron pensar en las razones de este blog. A veces creo que no tienen nada de relevante mis historias, que debería aprender a escribir mejor antes de ponerme a escribir un blog en plena pandemia y que seguramente hay un millón de cosas más interesantes en la red.
Pero ¿por qué escribo este blog? ¿por qué a pesar de no tener ganas, de ser tan inconstante y de avergonzarme incluso con algunas de mis anécdotas, sigo escribiendo? Una de las razones fundamentales es que, antes de empezar a escribir, mis historias cobraban importancia hasta que se la contaba a alguna amiga, muchas de las cosas que me han pasado parecen tan inverosímiles que lo único que nos quedaba era la risa y con ella la certeza de que nunca volvería a repetir el mismo error o si lo hacía, lo haría con más inteligencia y anticipación. Al compartir mis historias  encontraba otras voces con historias parecidas, historias que tienen todo que ver con la cultura del machismo y el amor romántico, era entonces cuando me daba cuenta de lo real y cercano del problema y no sólo eso, también se hacían visibles los errores y  los miedos comunes que nos permean a lo hora de relacionarnos con otras personas, es decir que no estaba sola, que todes queremos algo de alguien, que todes queremos que alguien quiera algo de nosotres, pero que se trata de saber cómo, cuándo y con quién.
Hace poco, durante una cita de Tinder me encontré con Sofía, una vieja amiga de la prepa que hace mucho no veía, ella también estaba con una cita y ambas nos reímos al darnos cuenta, luego reactivamos nuestro chat abandonado de messenger y acordamos vernos para platicar, la invité a que pasara la tarde en mi casa. Todo iba muy tranquilo, conversábamos sólo de generalidades como la escuela y el trabajo, no nos atrevíamos a tocar temas más íntimos hasta que me llamo Adri (otro amiga de la universidad) para preguntarme si podía pasar a mi casa a fumarse un porrito, le dije que obviamente sí y no tardó mucho en llegar. Adri y Sofía son muy distintas en cuanto a su energía, Adri siempre está platicando y haciendo bromas, tiene una voz súper potente y un humor muy cagado, mientras que Sofía es mucho más callada, ella prefiere escuchar, con todo y eso, se llevaron muy bien, Sofía estaba atacada de risa con los chistes de Adriana y ella a su vez le repitió quién sabe cuántas veces lo bonito de su sonrisa. Muy pronto las tres estábamos sobre mi cama descalzas, fumando, bebiendo vino y riéndonos.
Resultó que las tres teníamos cuenta de Tinder, pero Adri y Sofía  entraban más a Bumble, (tal vez abra una cuenta para hacer la comparación estadística). Adriana nos contó que apenas llevaba un mes usando Bumble y nos preguntó a mí y a Sofía cómo le hacíamos para no enamorarnos de los vatos con quienes salíamos.
VICTORIA: No es gran ciencia, sólo pon atención, la mayoría, siempre hacen o dicen algo estúpido.
SOFÍA: Sí… pero a veces no sólo es eso… a veces, cuando ya se ven más seguido, podemos confundir las cosas ¿no?
ADRI: Eso, por eso pregunto, ¿cómo le haces para cojer sin cruzar sentimientos?
VICTORIA: Mmm , no sé, no creo que sea una habilidad que puedas adquirir, porque si te enamoras pues te enamoras y ya. Creo que el asunto es tener todo muy muy claro, si la cosa avanza a más de tres citas hacer una relación de acuerdos y no violarlos.
SOFÍA: Sí… aunque igual puedes tener todo muy claro y aún así equivocarte. Yo bajé Bumble justo con esa pregunta ¿qué pasa si sólo quiero coger sin tener novio o estar enamorada? Lo que pasa es que creo que me educaron muy conservadoramente, a los 22 yo pensaba que si no tenía una relación estable o monógama, estaba mal tener sexo, el caso es que yo quería olvidarme de esas ideas y terminé un poco enamorada...
ADRI: ¿Ah si? A ver cuenta.
SOFÍA: De hecho fue mi primer encuentro, se llama Julio, en las fotos me pareció guapo y por teléfono tenía una voz que me derretía, era intensa, profunda, sensual, solo con sus audios ya me mojaba y todavía ni lo conocía.
VICTORIA: Tras.
SOFÍA: Habíamos quedado de vernos un sábado por ahí de mediados de febrero del 2017, yo no podía controlar los nervios. Me dispuse a ponerme guapa, me compré una blusa nueva y ya casi cuando iba a salir de mi casa, me llegó un mensaje que decía: “perdóname mi reina, esta vez te quedo mal, no podré asistir a conocerte”.
ADRI: No mames qué pendejo.
SOFÍA: Sí imagínate, mi primera cita de Tinder y ya me había cancelado, pero después mis amigos me llamaron a ir a una fiesta y me quité los ánimos tristes bailando salsa y brindando con unos buenos tequilas.
ADRI: A huevo. Bueno y luego ¿qué pasó? ¿te volvió a buscar?
SOFÍA: Sí, y le acepté, tenía ganas de cojer. La  verdad, antes era más desinhibida que ahora, la adrenalina que sentía de quedar con desconocidos para follar me excitaba mucho.
VICTORIA: Ella sabe.
SOFÍA: Es que era todo un ritual levantarme un sábado, bañarme, depilarme, aplicarme crema y perfume en todo mi cuerpo, quedar linda pensando que otras manos iban a tocarme completamente desnuda.
Escuchando a Sofía me sentí identificada, hay cierta emoción en “ponerse guapa” para conocer a un desconocido que te tira la onda de manera virtual, es algo parecido a salir a escena, ¿cómo se verá Victoria esta noche? Pero cada vez me arreglo menos porque pienso que es demasiado esfuerzo, a veces no me da tiempo y a veces no le encuentro el caso o prefiero no hacerlo porque termina siendo incómodo; la depilación siempre da un chingo de comezón, el delineador siempre se me arruina y los vestidos no son del todo prácticos. Además, me ha pasado que el susodicho sale en chanclas para recibirme… so… ¿dónde queda el misterio?
SOFÍA: Recuerdo bien el momento en que nos conocimos, Julio me gustó más de lo que pensaba, yo  me moría de nervios y no sabía muy bien de qué hablar, pero él estaba muy relajado y hasta me hizo reír. En  su departamento puso música y rompimos un poco la tensión bebiendo cerveza, de repente sacó un porro - cabe mencionar que yo además de ser medio virgen nunca había fumado un porro-. La marihuana me relajó aún más y cuando me di cuenta, Julio tenía sus labios carnosos en los míos, comenzaba a tocar mi cuerpo por debajo de la ropa y lentamente me conducía a su cama, ahí me quitó la ropa y alabó mi cuerpo, palpó mi vulva y me hizo notar que ya estaba mojada… Yo le dije: –¿me creerás que es la segunda vez que hago esto? -  y él me respondió algo que se me quedó grabado: - sí te creo, pero lo importante es que es la primera vez que tú y yo estamos juntos. -  Me penetró con mi consentimiento, pero al ser mi segunda vez el dolor fue intenso, casi lloraba, pero él me hablaba cosas al oído que me mantenían excitada. Hablamos un rato más y después dijo que tenía algo que hacer pero que me acercaba lo más posible a mi casa. Me dejó cerca de mi camión, en un alto me detuve a besarlo y prometimos vernos pronto después de la despedida.
ADRIANA: Debió llevarte a tú casa no?
SOFÍA: Pues no tenía ninguna obligación, además no sentí la confianza de pedirlo, a fin de cuentas era la primera cita.
ADRIANA: Es que eso a mí también me pasa, ya sé que puede ser súper anticuado, pero en mi caso sí me hubiera gustado que me llevara hasta mí casa y siento que no le costaba nada, creo que sí me gustan esas cosas y a veces no sé cómo pedirlas y tampoco quiero dejar de ser feminista por eso.
SOFÍA: Sí, creo que tienes razón… como que no le dí importancia. El caso es que nos vimos varias veces.
VICTORIA: ¿Por cuánto tiempo?
SOFÍA: Como por tres meses.
ADRIANA: ¿Y valió verga?
SOFÍA:  Más o menos, mi poca experiencia me hizo confundir las cosas, Con Julio descubrí el sexo oral, aprendí posiciones sexuales, tuve un orgasmo, pero no aprendí a desligar mis sentimientos de lo puramente carnal. Yo no sé si él llegó a sentir por mí algo más que el mero deseo de tener sexo, Julio hablaba mucho, y sus palabras se quedaban en mi cabeza toda la semana, junto con las nuevas sensaciones que me producía estar descubriendo mi sexualidad a través de mi primer amante. En un encuentro dijo: -tú y yo somos especiales, eres lo que buscaba, fui tu primera vez y eso siempre nos hará recordarnos. -. Yo lo tomaba al principio como habladurías de Don Juan, hasta que una tarde de domingo, en el departamento de uno de sus amigos, me besó en la cocina y dijo que le gustaba el vestido rojo que llevaba puesto, terminamos follando deliciosamente en una habitación ajena, donde pronunció las dos palabras que me condenaron los siguientes siete meses, -te amo -.
ADRIANA: No mames que te dijo te amo ¿tú qué le dijiste?
SOFÍA: Nada, no supe qué decirle, él estaba drogado. Julio era intermitente, no sabía nada de él por cuatro días y de repente se podía aparecer un jueves a las tres de la mañana. Solo hablábamos cuando queríamos, o más bien cuando él quería coger, no podía  mandarle un mensaje diciéndole que lo extrañaba, o que había tenido un mal día en la universidad, que había aprobado un examen o que simplemente deseaba que fuéramos al cine juntos. Pero yo siempre accedía a verlo.
VICTORIA: ¿Y pasó algo más?
SOFÍA: Sólo una vez más, después desapareció y decidí borrarlo de whatsapp y volver a Tinder pero me quedé enamorada todavía un rato. Algunos meses después seguía pensando por qué ya no me había buscado, cómo había sido que su interés en mí se desvaneció, y buscando en Facebook descubrí que ya tenía novia.
VICTORIA: Pero en ese caso él fue el que hizo que las cosas se tornaran confusas no? ¿Por qué dijo te amo y luego desapareció?
SOFÍA: Estaba drogado.
VICTORIA: Es que eso no importa, por más drogada que esté no le digo te amo a alguien que no amo. Igual que tú él sabía perfectamente la situación en que estaban cada uno y decidió seguir escarbando, sólo por vanidad  o por querer coger o por falta de amor propio. Eso es pasarse de verga.
ADRIANA: Pues sí wey, además qué necesidad wey, tú no se lo pediste. Yo no quiero que me digan te amo, no más quiero cojer y que al día siguiente me sigan hablando.
SOFIA: Creo que esas cosas las he aprendido con el tiempo.
ADRIANA: Creo que lo que yo he aprendido de mis citas es justo saber qué es lo que quiero y cómo pedirlo, para mi antes era muy sorprendente encontrar a vatos con responsabilidad afectiva, o sea yo ya me sentía enamorada si se  preocupaban porque llegaras a salvo a tu casa o que hablaran de sus emociones y que preguntaran por las mías, cuando en realidad es totalmente normal, debería ser lo básico que busco en una pareja.
VICTORIA: Sí a huevo, si algo hace Tinder es abrirte perspectiva, hasta con malas experiencias porque una define qué es lo que no quiere para nada, yo digo que ya podría armarme un estudio sociológico con las experiencias que he tenido.
SOFÍA: Hay que escribir un libro o una revista.
ADRIANA: Tal vez podríamos hacer como una red en donde todas las usuarias nos contemos nuestras experiencias y tener un catálogo de los vatos peligrosos o los que son totalmente nefastos como advertencia para tener cuidado.
VICTORIA: Tal vez eso ya exista, hay que buscarlo jaja.
Seguimos bebiendo un buen rato, vimos una serie y bailamos un poco, fue bueno poder verlas en medio de este confinamiento. Hoy reunirse es un evento extraordinario, sobre todo si está acompañado de estas coincidencias. Con Adri y con Sofía me dí cuenta de lo relevante de aprender a través de las personas, saber lo que quieres no es solo una frase cliché, sirve, sobre todo para dejar entrar o no a ciertas personas, sea para un acostón o para un romance, sirve sobre todo para dejar de construir castillos sobre la nada porque una aprende a ser directa y determinada, sin más, no necesitamos que nos digan te amo, ni necesitamos que nos den valor por nuestra belleza o por nuestra inteligencia, necesitamos ser honestos y suficientemente maduros para no lastimar ni salir lastimadas.
Hoy estoy muy feliz de escribirles, gracias otra vez. Por cierto, no hay una app que se especialice en experiencias de Tinder o Bumble pero sí hay una app que califica a hombres en general a partir de hashtags y de manera anónima, se llama Lulu y fue creada por Alexandra Chong, parece que es buena pero internet dice que los vatos pueden solicitar la eliminación de su perfil, cosa que me parece un poco trampa pero les contaré mejor cuando la descargue. Les mando mucho cariño, masturbense antes de dormir y tengan linda noche. Suya, VictoriadeTinder.
Les recomiendo leer este capítulo con esta rolita de fondo: https://youtu.be/T6eGMRYgYbM
0 notes
victoriadetinder · 4 years ago
Text
CAPÍTULO DÉCIMO:  Lo bueno y lo malo (MALO) de Tinder.
Decidí vivir sola, casi por un impulso, aproveché el dinero que finalmente me pagaron del trabajo en las estancias y no lo pensé demasiado, en una semana ya estaba fuera de mi casa. Varias personas cercanas me dijeron que lo pensara mejor, que no era buena idea empezar la vida de soltera en plena cuarentena. Pero ya había esperado demasiado y fue perfecto; amé cada rincón de mi habitación, establecí por varias semanas una rutina que empezaba con levantarme muy tarde, salir a hacer ejercicio por un buen rato, desayunar cosas super ricas que me preparaba yo misma, tomar baños largos, ponerme linda, salir a pasear, regresar a comer, pasar la tarde viendo algo o escuchar música o bailar para luego escribir toda la noche alternando con descansos para comer o tomar café o fumar, era la gloria, hasta que llegó la incertidumbre de cómo pagar el siguiente mes, pues los ahorros se me estaban acabando. 
No tenía trabajo y me negué a trabajar como mesera porque mi tiempo libre hubiera dejado de existir por 100 pesos al día más propinas, pero tampoco había recibido ninguna respuesta de las propuestas que había mandado, es decir, estábamos en plena cuarentena, nadie iba a responderme. Entonces decidí huir por un rato de esa incertidumbre, no quería preocuparme, confiaba en que ya vendría algo o que lo sabría resolver de alguna forma.
Despreocuparme era fácil cuando salía con Nick o con Ulises o con Diego o con Adán.
Nick es un tipo de Estados Unidos, lo conocí el mismo día del funeral de mi tío Poncho, el más sonriente de todos los tíos, nos vimos en mero Reforma, el casi no habla español, pero no fue un problema (por lo menos al principio) porque él estaba en la disposición de aprender y yo de practicar mi inglés. Fuimos a cenar a un restaurante super caro, yo traía como cien pesos en mi bolsa y sabía que la cuenta iba a ser de más de mil, algo que jamás he pagado y no creo llegar a pagar, pero no importaba, estaba en un sitio en el que podía deshacerme por un rato de mí misma y de la incertidumbre, pedí vino, pescado y queso fundido, también pedimos mojitos, mientras tanto, él me hablaba de lo que hacía y de sus viajes,  yo no hable tanto, le conté sobre algunos de mis proyectos pero no había mucho que decir, todo estaba en pausa. Me cayó bien pero dude un poco sobre si realmente nos llevaríamos bien, y es que él es rico y está muy cómodo con esa vida...  Luego pidió un Uber y fuimos a su departamento que estaba frente a la Alameda central,estoy segura de que esos apartamentos cuestan por lo menos unos 20 mil pesos al mes y ni siquiera tenían buena vista, la mayoría daba al patio central con plantas artificiales, los cuartos y el baño eran súper pequeños e incluso había un olor como de caño, hubiera preferido mi apartamento de Santa Úrsula por mucho, pero en fin…durante el tiempo que salimos, Nick cambió como tres veces de departamento, todos igual de costosos.
Salí varias veces con Nick y siempre íbamos a lugares caros, nuestra onda era vernos en la tarde, cenar, dormir juntos y como yo no tenía nada que hacer al día siguiente, me quedaba en su casa viendo películas mientras él trabajaba como programador, él pedía todo lo que yo quería a domicilio, estar con él me hizo cuestionarme qué hacía en Tinder y si estaba bien para mí esa relación, a veces me sentía frívola y superficial, llegue a pensar en la palabra prostitución, pero la verdad es que el sexo no era el principal móvil de nuestra relación, era más bien que a él le gustaba estar acompañado y le gustaba la onda de complacerme, o tal vez le gustaba derrochar su dinero, y aunque a mí me gustaba, siempre hubo algo que me hizo sentir incómoda.
Un día sentí cierto cariño por él, sucedió que me pelee con Diego porque empecé un tratamiento de antibióticos para curar una infección vaginal y él prefirió no verme, más o menos así fue la conversación por whatsapp:
VICTORIA: Oye entonces nos vemos mañana?
DIEGO: Hola linda
              Mmmmm
VICTORIA: ?
DIEGO: No estás en tratamiento?
VICTORIA: sip…
DIEGO: Creo que sería mejor vernos otro día no crees?
VICTORIA: Es en serio?
DIEGO: Cómo?
VICTORIA: pues como que te quedaste corto de ideas no?
DIEGO: ¿cómo? No entendí o tú no me entendiste
VICTORIA: O sea que no quieres que nos veamos porque no vamos a poder cojer?
DIEGO: Pues es que sería muy difícil no hacerlo estando juntos no?
VICTORIA: por eso, entonces sí entendí 👍
Se me hizo muy estúpido que Diego tuviera esa actitud tan poco empática y tan poco creativa, además me hizo cuestionar el lugar desde el cuál cada uno veía la relación; para él , a pesar de que llevábamos 5 meses saliendo juntos, la relación sólo se resumía al sexo, porque si no, no había manera de estar juntos, y yo había superado eso hace varios meses, yo ya incluso lo quería, si él hubiera estado en un tratamiento parecido me hubiera valido verga, le hubiera preparado un tecito, le hubiera besado todo el cuerpo y habríamos armado rompecabezas. Pero en fin, a eso se resume la vacuidad de los vatos y luego no quieren que los tachemos de básicos.
Así que le mande mensaje a Nick le informé de la situación y él dijo que no importaba, que le cayera a su departamento (?), cómo es que alguien tan superficial como Nick superara a Diego en un momento así, no digo que Nick sintiera algo especial por mí, pero simplemente no le dió tanta importancia al asunto de no poder introducir su miembro dentro de mí, en su lugar comimos pastel de chocolate y vimos Netflix, por eso ese día me cayó tan bien… luego en una conversación dijo que lo de George Floyd no tenía ninguna importancia para él y terminó de decepcionarme, así que dejé de verlo.
Ulises es otro pedo, lo conocí una noche calurosa de marzo, nos vimos como a las doce del día y pasamos todo el día juntos, paseamos por la condesa, conversamos sobre todos los temas habidos y por haber, esnobeamos un poco, cenamos cerca de Bellas Artes y fuimos a bailar a la Puri, lo chido fue que todo se dió, no había ningún plan establecido y la pasé muy muy bien. Ulises es un tipo muy inteligente y tiene una cierta sensualidad apachesca muy atractiva, con su cabello largo, su piel morena y sus movimientos descontrolados. Estudió  Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y nunca entendí bien qué hacía pero trabajaba en Google y siempre teníamos conversaciones bien chidas, medio snob pero también muy divertidas, él amaba a Rosalía y además le encantaba bailar. Hasta hoy día seguimos siendo amigos y le estoy muy agradecida por no juzgarme nunca, por ser real pero cariñoso, por el café de las mañanas, por las lentejas y por esa cena con vino en el Cambalache.
Y ahora Adán, una de mis más terroríficas historias de Tinder… también era un tipo medio snob, es cineasta de Morelia, medio fresón e inseguro, salimos unas cuatro veces, creo que me gustaba salir con él porque era muy bueno con los orales y porque me gustaba su departamento, pero en realidad creo que nunca me terminó de caer bien. La última vez que nos vimos el plan era ir al bosque en Sierra Nevada, estado de México, pero por la pandemia estuvo cerrada y terminamos quedándonos en las Lagunas de Zumpango, el peor lugar para acampar en toda la historia del universo. 
Yo realmente no creía que fuéramos a quedarnos, pero Adán y sus amigos se empecinaron en quedarse a pesar de que la laguna estaba seca, olía a mierda y había una plaga de mosquitos, quería irme pero no tuve opción, estaba lejísimos de mi casa, más bien creo que no confíe lo suficiente en mí;  yo sabía perfecto que no la iba a pasar bien pero pensé que estaba siendo exagerada y quisquillosa “¿qué importan unos cuantos mosquitos y el olor a mierda?”... en fin, me quedé y todo empeoró. Empezó a oscurecer y queríamos improvisar una fogata, así que fuimos en busca de ramas y troncos, Adán no me escuchaba nada, no escuchó cuando le dije que no me parecía buena idea quedarnos y tampoco me escuchó cuando le dije que los troncos que llevábamos no iban a ser suficientes para la fogata, dijo que estaba exagerando, resultado final: un patético fogoncito que duró media hora…Ellos intentaron cocinar unas carnes frías con el raquítico fuego y se veían muy graciosos, mientras tanto yo le daba grandes tragos a la botella de vino para apaciguar mi malestar y desesperanza.  Eran las diez de la noche y yo solo quería dormirme para que la noche pasara lo más rápido posible. Cuando Adán se metió a la casita de acampar quería coger y yo no, pero él insistió como cualquier violador en potencia, comenzamos a besarnos y a fajar, se sintió bien tener un poco de calor porque hacía un frío de la chingada, entonces nos desnudamos y accedí a coger pero le dije que se pusiera condón, él dijo que sí, pero de nuevo no me escuchó, de un momento a otro me penetró sin condón, lo empuje, lo golpeé en la cara, sus amigos que estaban a un lado se levantaron y preguntaron si estábamos bien, la verdad que yo no supe qué hacer, era como media noche y estaba en medio de la nada, cerca de nosotros en una camioneta RAM unos tipos se emborrachaban, escuchando música de banda y tirando balazos al cielo, en ese momento era imposible irme a casa, así que me quedé pero fue una de las peores noches de mi vida. No volví nunca más a ver a Adán, poco después él me buscó temeroso de que lo denunciara en redes y yo hice algo de lo cuál no sé bien qué pensar todavía, le cobré por daños físicos y emocionales y le pedí 2000 pesos para no denunciarlo, él aceptó y me depositó de inmediato.
Pudo estar bien o mal, el caso es que el dinero me ayudó a pagar una parte de la renta y me sirvió para comprarme un vestido.
Hoy no volvería a hacerlo, ni quedarme en un lugar así de peligroso con un hombre peligroso y estúpido arriesgándome de tantas formas, ni lo de tomar estas especies de venganzas, o no lo sé… de veras no sé si eso estuvo mal o bien, creo que no se trata de definir eso, en el momento me ayudo tanto emocional como económicamente, pero no, creo que ya no me interesa tener ningún tipo de intercambio con onvres como Adán.
Bueno creo que eso es todo por hoy, como siempre espero sus opiniones, cualquier cosa que quieran decirme, también me encantaría que me contaran un poco cómo ha sido su experiencia con su soledad y sus relaciones durante esta cuarentena interminable, las quiero, gracias por leerme. Besos, VictoriadeTinder.
Les dejo acá una foto de la bellísima Laguna de Zumpango.
Tumblr media
2 notes · View notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
CAPÍTULO NOVENO: Se trata de fugarse.
Ay amigas siento que hace siglos que no les escribo, hoy estoy de la chingada, quiero estar bien quiero estar bien me lo repito una y otra vez pero me cuesta tanto trabajo, y soy débil y sé que soy débil porque sé perfecto cuál es el camino para estar bien pero me cuesta tanto trabajo… y a veces solo quiero dejarme llevar por lo más fácil y de verdad a veces ya no sé qué hacer conmigo misma porque no entiendo muchas cosas porque no entiendo cómo es que doy tan buenos consejos y soy tan mala cuidandome a mí misma, porque esta semana no sali a correr y tampoco me he puesto a escribir como debería ni he hecho los quehaceres que deberiá para poder tener comida preparada en mi casa y siempre que llego me siento tan cansada que lo unico que quiero es encerrarme y dormir por un largo rato y odio estar sonando como una cobarde debilucha y quisiera volver a ser lo que era antes y ser fuerte y no hacerme castillos sobre la nada y hacer mil cosas al mismo tiempo y sentir que lo puedo todo, pero hoy no puedo hoy no puedo y no tengo otro refugio más que mi habitación con la cosa peluda y divina que es mi gato, nos tenemos uno al otro y por ahora con eso me basta pero a veces soy tan idiota tan tan idiota que sí sí quiero a alguien quiero a alguien a quien yo le fascine y él o ella me fascine y me vuelva loca y además sea lo más tierno del mundo como poder quedarme dormida recostada sobre sus piernas y que me prepare el desayuno y yo le agradezca con una danza en calzones en medio de la sala y no pueda contenerse y volvamos a la cama una y otra vez y que no me quite los ojos de encima sin que tenga que ser literal porque en realidad  no es de las personas que se toma todo literal, él más relajado y suave que yo y sabe exactamente lo que quiero y me conoce y sabe lo mierda que puedo ser y no es que no le importe si no que quiere aprender a manejarlo porque sabe que al final no soy tan mierda y que vale la pena estar juntos, que realmente vale la pena.
Pero eso es increíblemente difícil, y pues no, para este momento de mi vida ya no estoy buscando salir de manera casual… pero tampoco quiero salir con alguien determinada a que vaya a ser el hombre de mi vida porque eso en realidad no existe pero apenas hace un año que trabajo con desmentir ese cuento entonces sigue siendo cabronamente difícil….
Y busco con todas mis fuerzas ser más punk sin abandonar mi ternura porque creo que es uno de mis mayores tesoros aunque la puta vida sigue poniendo los obstáculos más grandes frente a esa ambivalencia… 
Hoy recuperé un cachito mío que casi le regalo a alguien que no valía la pena.... Y extrañé tanto la ternura y el amor de Diego, tuve ganas de enviarle un mensaje, tuve ganas de tenerlo muy cerca.... Pero se acabó por algo… mientras asimilo todo eso me gustaría compartirles uno de los días más chingones que compartí con él.
Fue de cuando por fin pudimos comernos un ajito juntos: fue más o menos en abril o mayo, no lo recuerdo bien pero fue una especie de reencuentro porque nos dejamos de ver un rato por lo de la pandemia, la verdad es que yo no me quise esperar e insistí mucho para verlo. Ese día nos pasaron muchas cosas lindas, nos preparamos para pasarla muy bien, pedimos el super a domicilio y éste incluía:
1 litro de helado de vainilla
Fresas
Una barra de chocolate amargo
Pretzels
1 kilo de toronjas
Y con eso hicimos nuestra propia fiesta.
Él tenía que trabajar, hacía home office, así que esperamos como hasta las cinco de la tarde, mientras tanto desayunamos, hicimos el amor, escuchamos un poco de música y él me pidió que le enseñara a bailar, al principio él dijo que podía bailar salsa pero que la cumbia no le gustaba para nada.
DIEGO: Es que la salsa es mucho más artesanal y es más difícil de bailar, la cumbia se baila muy raro.
VICTORIA: Pues creo que la salsa puede llevar mayor instrumentación pero la cumbia también es muy rica.
DIEGO: Ay no, es como más chafa.
VICTORIA: ¿Qué te pasa? ¿Como que chafa? ¿Has escuchado Cumbia poder?
DIEGO: Creo que no…
VICTORIA: Con razón dices esas cosas.
[Y entonces Victoria reprodujo “Cumbia Poder” desde YouTube, y tomó a Diego para enseñarle a bailar este hito de la música internacional. Le daba gusto que Diego estuviera dispuesto a pensar diferente con ella y que ella también aprendiera de él. Diego estudió Ingeniería en Biotecnología en el Tec. de Monterrey, Victoria estudió Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Diego pensaba que la cumbia era algo chafa porque en realidad nunca la había bailado en ninguna fiesta, sólo la había escuchado en bodas y en los microbuses, pero disfrutó hacerlo esa noche y ya no piensa lo mismo de la cumbia.]
Además bailamos “Ven devórame otra vez”  y “Virgen”, Diego no sabía bailar la salsa de manera tradicional, pero quería bailar y eso es lo único que fucking importa. Cuando me pisó un pie dijo.
DIEGO: Nunca te voy a alcanzar, tú bailas precioso. Déjame verte bailar.
Me reí y pensé “estee cuate”, pero igual baile unos segundos para él y luego nos agarramos a besos. Poco después terminó su jornada y nos preparamos para comernos el ajo, lo dividimos en dos pero él sintió miedo y lo escupió antes  de que se deshiciera, lo mire un poco decepcionada pero qué se le va a hacer…
Dispusimos el chocolate, las fresas, los pretzels y el  helado para tenerlos cerca, nos relajamos, escuchamos algo de música y el ajo comenzó a hacer efecto.
Primero sentí cosquilleos en todo el cuerpo, se sentía como si mi piel tratara de ocupar todo el cuarto para sentirlo todo, luego la música y la voz de Diego comenzaron a penetrarme de una manera distinta como si las hubiera escuchado en un sueño o debajo del agua, y comencé a sentir calor y mucho placer, nos hicimos el amor y en cada descanso tomábamos algo de comer, hacíamos combinaciones, fresas con chocolate, pretzels con chocolate, helado con fresa o pretzels con helado, comíamos sobre la cama y nos reíamos de nuestras caras.
En un momento yo tomé una fresa y la puse sobre mi vulva y le dije “Cómete la fresa Diego”, y él me obedeció, se hincó y jalo mis caderas hacia el borde de la cama para tenerme más cerca, comió la fresa dándole mordidas pequeñas, la fresa estaba fría y su boca fresca y yo me derretía, literalmente, y el paso una eternidad ahí, hasta que me volví loca.
Luego nos acostamos y me senté sobre su pelvis, no sé cuántas veces me vine, pero quería más, Diego no estaba tan drogado como yo pero lo estaba disfrutando igual y cuando yo estaba viajando muy arriba él dijo “Eres una diosa Diana”, ya sé que es una frase súper cliché pero en ese momento me excitó muchísimo, fue la única vez que me dijo algo así y lo sentí muy real.
Cuando terminamos, nos pusimos a dibujar, primero él dibujó una especie de montaña y luego yo dibuje su cara y usé la montaña para combinar ambos dibujos, era la cara de Diego dormida sobre la montaña, yo le regalé ese dibujo y como si quisiera devolverme el regalo, él me cantó una canción que no he logrado borrar de mi cabeza.
DIEGO: Morena de grandes ojos
             Qué lindo brillo tienen tus ojos
             Quisiera llevarte al mar
             Y nunca regresar a la ciudad
             Y poder disfrutar del día siempre
             Echados al sol
             Sin tu bañador
             Y nunca regresar a la ciudad...
Lo quise más esa noche, lo quise muchísimo, sentí que era increíble eso que estábamos compartiendo, que Diego siempre era lindo pero que nunca lo había visto así de real, grabé su voz suave y ronca en mi cabeza para siempre.
Al día siguiente ambos estábamos muy muy contentos, no queríamos separarnos y prolongamos nuestro abrazo ocioso por mucho rato. Fue buena esa sensación de entendernos y de tener algo que habíamos creado y que era solo nuestro. 
Diego tenía ideas muy distintas a las mías pero sabía escuchar, casi siempre sabía reconocer cuando se equivocaba y creo que lo que más me gustaba de él eran sus momentos de locura que compartía sólo en la intimidad, varias veces me dijo que él se sentía muy extraño con la gente de su oficina, que a veces no entendía nada y tenía que pretender que sí, decía que cada vez que tenían junta él daba todo para hacer una buena actuación, definitivamente odiaba su trabajo, aún más durante la cuarentena, yo le dije una vez que sólo era cosa de estar dispuesto a perderlo todo, estar dispuesto a fugarse, pero esa vez concluímos que ninguno de los dos estábamos dispuestos (todavía) a  abandonar nuestras comodidades de capitalinos.
Otra vez que yo le pregunté sobre nuestra relación él dejó muy en claro que quería continuar conociendo más gente.
DIEGO: En este momento yo no podría tener una relación, de hecho le tengo pánico a comprometerme con alguien, creo que estoy muy bien explorando todas mis posibilidades.
 Por ello yo nunca propuse nada, también estaba bien conociendo más personas, de hecho lo hacía, pero creo que si él hubiera dicho algo distinto yo me hubiera lanzado muy cabrón a estar con él.
Mientras tanto conocí a Ulises, a Nick y a Pablo (jeje). En el próximo capítulo les contaré todo acerca de ellos.
Les mundo cariño, tengo tantas ganas de reunirnos, he pensado en hacer una reunión de mujeres en mi casa a ver quién se apunta. :P
Oigan les recuerdo que dentro de dos entradas pienso hacer colaboraciones con algunas chicas que se han interesado en participar, si hay alguien más que quiera hágamelo saber por favor.
Saludos, suya Victoriadetinder.
0 notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
CAPÍTULO OCTAVO: Fast as you can.
El inicio del  2020 se presentó como una racha de buenos acontecimientos, nuevas puertas de trabajo comenzaron a abrirse para mí y gané un concurso-festival de teatro junto con mi colectivo, para el cual nos habíamos preparado durante mucho tiempo, de hecho, lo considerábamos la revancha porque dos años atrás habíamos perdido el mismo concurso. Luego de ganar, dos temporadas teatrales nos esperaban. Además, comencé a salir más seguido con Diego, le dije “te quiero” por primera vez y conocí a otros dos chicos: Ulises (muy listo y con esta ondita relajada que te invita a bailar) y Adán (un cineasta medio mamón pero buena onda).
Me  sentía imparable, parecía que la fortuna estaba de mi lado, cuando salía a la calle me veía exitosa, energética, sensual y alegre, algo así como Meryl Streep o como Anne Hathaway. 
Lo extraño era cuando llegaba a mi casa o cuando tenía que despertar para ir a dar clases a preescolares (también daba clases en estancias infantiles para sobrevivir, porque de actriz está canijo)... cada vez que mi despertador sonaba sentía todo el peso del mundo sobre mis hombros, deseaba quedarme todo el día en cama, que Diego me preparara el desayuno y pasármela viendo por la ventana (ya sea real, virtual o de papel) con una taza de café. 
No tenía ganas de despertar a las 6am para trabajar y encontrarme con gente horrible, como los acosadores oficinistas o las maestras de plaza que creen que por ser más joven eres pendeja, por mucho que amara a los niños, me cansaba muchísimo y  odiaba tener que cumplir con protocolos, saludar, firmar entrada y salida, entregar planeaciones a tiempo, mientras esperaba por meses un cheque retrasado (porque así es el outsourcing)... yo sólo quería quedarme en los apartamentos de los tipos que conocía, despertar hasta las 11 am, que me trajeran el desayuno a la cama, ver una película y cojer todo el día...
Hubo días en que no juntaba ni pizca de fuerza para levantarme, le pedí al cielo que algo sucediera, que hubiera paro en la SEP, que temblara o cualquier cosa para que la ciudad se detuviera… y aconteció: llegó el coronavirus a México, la cuarentena todavía no era oficial cuando yo empecé a faltar al trabajo. 
Un día antes de que la cuarentena se oficializara, salí de fiesta por última vez. Yo no sabía que esa sería la última noche, ni siquiera creí que la pandemia fuera a ser gran cosa, es decir, yo no lo planeé pero esa noche, como por un hecho cósmico, se convirtió en la mejor despedida a la vida sin COVID, que pude haber dado. 
Era jueves, al día siguiente había trabajo así que no esperábamos una gran fiesta, estaba con una de mis mejores amigas, Clau y su novio Bruno, queríamos distraernos y bailar un poco, así que fuimos al Foro Hilvana. Hubo un concierto de un grupo chidísimo, que combinaba marimba con cumbia y punk, y además usaban máscaras, una de verdugo y otra de espantapájaros. Aunque la música era buena, me sentía algo extraña, quería que Diego estuviera ahí, pero él no tenía ganas de salir esa noche, empecé a sentir que había demasiada gente y al mismo tiempo me sentí un poco sola. En mi cartera traía un ajo que pensaba comerme con Diego, pero él seguía postergando el plan,  así que les invite a mis amigos, ellos dudaron un poco, pero al final cada quien se comió un tercio, por ello pensé que no nos iba a pegar. Como a las 2:30  se acabó la fiesta en El Hilvana, la última en tocar fue Dj Wawis y  me acerqué a decirle que pusiera perreo y que era la mejor, yo y Clau bailamos solas en la pista, a nuestro alrededor ya solo quedaban los meseros, los dueños del lugar y algunos músicos, sentí un poco de vergüenza por ser las únicas en la pista pero Clau se acercó a decirme:
Es que tú crees que nos están corriendo, pero la fiesta apenas va a empezar.
Y fue ahí cuando el ajo hizo lo suyo, empecé a sentir la sensación de bailar elevada y de sonreír como estúpida. Ya eran las tres de la madrugada, entre los músicos estaba el tecladista de 31 minutos y yo quería conocerlo, pero me decepcioné un poco porque en lugar de tener una conversación divertida o interesante, estaba muy borracho y sólo quería saber con qué me había drogado para invitarme a otro lugar, preguntaba insistentemente a dónde íbamos a ir, no sé, no me cayo bien…
Queríamos seguir bailando así que nos mudamos a La Puri, pero llegamos justo al cierre, cuando todo ya estaba muerto; había un montón de vatos sin camisa, todo olía a sudor y humanidad, y podía alcanzar a ver varios bultos de cuerpos mezclados en las esquinas, esa fue la etapa angustiante del ajo, comencé a pensar que no había sido una buena idea comérselo y le llame a Diego, quería escuchar su voz…la llamada no se escuchaba bien y eso me produjo mucha angustia, vinieron las palpitaciones, la falta de aire y quise irme a casa, pero escuche la voz de Clau gritándome:
¡Wey vamos a Soberbia, esto ya fue!
Ella me vió mal y se acercó.
CLAU: ¿Qué onda? ¿qué tienes?
VICTORIA: No sé, me siento mal.
CLAU: ¿qué sientes?
VICTORIA: Wey lo extraño un chingo… ¿por qué no viene?
CLAU: ¿Quién?
VICTORIA: Diego.
CLAU: No mames Diana.
Bruno, quien nos estaba escuchando, se acercó.
BRUNO: Diana disfruta la noche, él está en su cama dormido, seguro piensa en tí, pero no está aquí.
Entonces, caminamos hacia Soberbia, afuera, frente al escaparate con luces y maniquíes travestis, un hombre bigotón y panzón vestido de bombero le tomaba fotos a los maniquíes (adjunto pruebas). Siempre que estoy en ácidos pasan cosas así, por ejemplo, la primera vez, mientras yo me viajaba con el ondular de las luces de los semáforos, se subieron al metrobús en el que iba, dos enanos vestidos con smoking, no sé exactamente qué decir sobre eso, pero es muy loco ¿no?, es decir, es una muy buena forma de empezar el viaje. 
Tumblr media
También recuerdo que afuera de Soberbia había un hombre bajito con bata de doctor tomando temperatura en la entrada, y eso me pareció tan surreal, le pregunté si realmente era doctor y con acento argentino me respondió:
¿Crees que si yo fuera doctor, estaría acá parado? Soy actor, boluda.
Mi mente explotó, pensé que con el coronavirus se abrían nuevas posibilidades de trabajo para mí y mis compas y me dije a mí misma “tal vez no esté tan mal”. 
Entrando al lugar escuchamos al Dj diciendo; “ya váyanse a sus casas, no voy a poner perreo, no todo en la vida es perreo.” Eso podría haber parecido un mal augurio, pero la verdad es que puso unas rolas buenísimas, desde Sweet Dreams, hasta Si te vas de Shaki, pasó por Mecano y Daft Punk, parecía que él y yo éramos uno mismo y le declaré mi amor. La noche se volvió mágica, en la barra bailaba un bailarín exquisito, nunca había visto a nadie bailar tan bien en ningún bar de República de Cuba.
La fiesta también era alucinante del otro lado de la barra, el Dj, la cajera, los bailarines y los meseros, cada uno eran personajes que le añadían fantasía a la noche, la cajera tenía toda la energía de una Harley Queen, los meseros parecían chambelanes y el DJ era como un rey posmoderno y arrogante, pero lo más importante es que todos ellos se estaban divirtiendo muchísimo. De pronto, el milagro sucedió: María Daniela de María Daniela y su sonido láser apareció, estaba tras la barra emborrachándose con estos seres. De vez en cuando le robaba el micrófono al Dj para decir que estaba ebria y que nos amaba y luego de un rato se subió a la barra para cantar. ¡Escuché a María Daniela en Soberbia, con mi mejor amiga en ácidos! Y la teníamos a escasos 3 metros, mientras coreaba su música, mi cerebro se pintó de rosa, quise besar a todo el mundo y pensé en lo afortunados que éramos todes de estar ahí en ese momento y compartir el baile y el sudor, pedí al cielo por enésima vez ser joven para siempre. 
Cuando terminó de cantar, pude acercarme a decirle que también la amaba. 
Casi al final de la fiesta, pusieron El baile y el salón, mejor despedida no pudo haber, salí cuando abrieron la puerta de emergencia, el ácido aún no bajaba, contemplé a Bruno y Claudia bailando y besándose en medio de la pista, sonreí.
Fuimos a casa de Clau a tratar de descansar, pero no dormimos sino hasta las cinco  o seis de la mañana. Al día siguiente yo debía trabajar e ir a una entrevista de trabajo en Coyoacán, pero obviamente no me levanté y cuando iba camino a Coyo (tarde y hasta la madre del tráfico), comenzaron a llegar mensajes a mi celular diciendo que “debido a la cuarentena, todas mis temporadas se cancelaban”. En ese momento me bajé del autobús, no valía la pena llegar a ningún lado, todo se detuvo.
No es que me haya vuelto loca, pero un poco sí; lograr esas temporadas había sido un arduo trabajo y representaban nuestra entrada a un circuito mucho más profesional, además, no podíamos hacernos los tontos, la cuarentena anunciaba no sólo una pausa, sino más recortes al irrisorio presupuesto cultural, cierres de teatros y un golpe más a la crisis artística, que de por sí ya está de la chingada.
De alguna forma, la cuarentena era todo lo que estaba pidiendo, o lo que pensaba que quería, los primeros meses pude relajarme muchísimo, dedicar tiempo para hacer ejercicio y para escribir, sin embargo, por otro lado, sé que eso sólo ha sido posible porque estoy en el lado de los privilegiados, tengo trabajo y tengo casa, nadie de mi familia se ha enfermado y blablabla. 
Lo que yo quería realmente y aún quiero, es encontrar un trabajo digno, que me emocione y en donde me paguen lo justo, de hecho eso es lo que queremos todas, por eso ha sido tan difícil para mí enfrentar esta pandemia, porque ha traído más incertidumbres de las que puede tener cualquier persona a sus 26, nos tocó una época extraña, el apocalipsis permanente.
He pasado por muchas crisis en esta cuarentena, y una de ellas me ha permitido reafirmar que es esencial fortalecerse en soledad antes que buscar que otros te fortalezcan o sirvan de refugio, porque eso de alguna forma es postergar las verdaderas luchas con una misma. Durante la cuarentena tomé la decisión de vivir sola y ha sido una lo mejor que pude haber hecho, porque estoy construyendo mi propio refugio, no es nada lujoso en comparación a los departamentos de algunos chicos de Tinder, pero es mío y es perfecto.
Además, la cuarentena ha sido ideal para trabajar mi soledad, gracias a ella he descubierto el placer del ocio, de pasar horas sin hacer nada “productivo”, cada vez dedico más tiempo a estar conmigo misma, a cocinarme, bañarme, ver películas, masturbarme, etc.
Aunque agradezco todo esto, no dejo de tener sentimientos encontrados, como todas, ya quiero que esto termine, y no sólo que termine sino que suceda algo, que aquellas quienes nos pudimos fortalecer durante el encierro, salgamos más armadas que nunca a enfrentar junto con otras las luchas que tengamos que enfrentar, desde el acosador del transporte público hasta el reconocimiento de nuestros trabajos.
Hoy es un buen día, gracias por leerme, suya Victoria.
Les dejo algunas cosas que he hecho durante la cuarentena, si quieren, aprovechen este espacio también para compartir sus aprendizajes, obras, o habilidades adquiridas en cuarentena :P, que de algo sirva. Besos.
youtube
youtube
youtube
0 notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
CAPÍTULO SÉPTIMO: Diego
Pocos días después de regresar de la playa conocí a Diego. Quedamos en un Beer Shop cerca del metro Eugenia, de camino, yo estaba muy ansiosa porque mi celular se había descompuesto días antes y no tenía cómo avisarle que iba tarde, tenía miedo de que se fuera porque tenía un buen presentimiento sobre él. Diego y yo hablamos mucho por Tinder, desde antes de la playa, intentamos vernos dos o tres veces pero las circunstancias no se dieron hasta ese día. El caso es que llegué y él estaba ahí, sentado en la barra, vestía una camisa azul de cuadros y pantalón caqui, comía cacahuates, me saludó con una sonrisa, yo me tranquilicé.
No sé cómo decirlo, pero es que Diego me sacó de mis cabales, el tipo me parecía lindísimo, es una estupidez, pero era muy mi tipo, es una estupidez pero me recordó a los tipos con los que soñaba cuando era morra. Así que sí, yo estaba encantada, además, Diego tenía una energía super tierna y tranquila, y al mismo tiempo bien atractiva. Seguramente lo estoy idealizando, el caso es que  estaba como estúpida con su carita y con todo lo que decíamos.
Bebimos dos cervezas y comimos pizza vegetariana. En la tele pasaban las luchas de la UFC, ambos coincidimos en que las luchas eran chidas, pero no tanto porque les pagan por medio matarse y eso es un poco extraño, o sea les pagan millones por golpear y dejarse golpear…
VICTORIA: ¿Te gustan las luchas?
DIEGO: Sí, no sé, creo que sí.. ¿a ti?
VICTORIA: mmm creo que son padres pero me ponen algo ansiosa, a veces es demasiada violencia ¿no?
DIEGO: Sí, definitivamente. Pero bueno, hoy muchas cosas son violentas no?
VICTORIA: Sí… pero esto lo pasan en cable… para mí es muy raro, los ponen a pelear hasta casi matarlos… y lo consideran un deporte...
DIEGO: Es como las peleas de perros. Bueno no tanto, a los perros ni les preguntan ni les pagan...
Yo llevaba pantalones de mezclilla, un body morado con cuello de tortuga y un suéter guinda.
Le conté de mi viaje a la playa, él me contó que pronto se iría a escalar una montaña muy cerca del Himalaya y que estaba entrenando para no morir a la mitad, ambos estábamos muy contentos. No me acuerdo de qué nos reímos, pero nos reímos mucho. La tensión sexual estaba a tope, incluso me puse nerviosa cuando me tomó de la cintura, nos besamos muy cabrón y él dijo:
Vámonos de aquí, que nos van a correr.
Fuimos a su departamento, no sé cómo describir estas cosas… Diego y yo cogíamos de manera com-ple-ta, creo que ambos nos gustábamos mucho, además somos muy calientes. Él me parecía un tipo muy sensual, es como 15 centímetros más alto que yo, delgado, con la cara linda, guapo pero sencillo, y todo, absolutamente todo de él me gustaba. Fue nuestra primera noche juntos, terminé como cuatro veces y él también, de hecho terminamos juntos una de esas veces, no dormimos casi nada...
Al día siguiente, tenía ensayo muy cerca de su casa, él trabajaba, así que desayunamos juntos y nos acompañamos hasta el metro. Nos besamos en la entrada, nos costó mucho separarnos, cuando por fin nos despedimos, me puse los audífonos y me fui como flotando por las escaleras y el vagón del metro, no sentía las piernas y traía toda la energía de un musical de Broadway.
Por la tarde él me mandó mensaje: (adjunto imágenes :P)
Tumblr media Tumblr media
Ahí empezó todo, una semana después, salí de ensayo temprano y como estaba cerca de su casa, le mande mensaje para verlo. Se suponía que no nos veríamos sino hasta la próxima semana pero no quise esperar, quedamos de vernos en el metro y nos fuimos directo a su departamento. Pasábamos horas encerrados en su cuarto, fumábamos marihuana, escuchábamos música, cogíamos, comíamos... Él es signo Leo y yo Tauro, no sé si eso tenga algo que ver, pero nos llevamos muy bien.
Ese día, me invitó a subir “La Malinche”, una montaña chidísima que está cerca de Tlaxcala, me dijo que ese sábado él y su amigo la subirían como parte de su entrenamiento para su viaje al Himalaya.
Cuando le dije a mi mamá, se sacó de pedo muy cabrón, se volvió loca y me hizo desconfiar un poco, pero seguí el plan, le di el número de Diego para tranquilizarla y le llame todo el tiempo.
La verdad, no me arrepiento para nada; fue la primera vez que subía una montaña tan alta, no pensé lograrlo pero llegué hasta la cima y ahí había nieve, nunca había visto ni tocado la nieve, y me encantó. ”La Malinche” es una montaña fría rodeada por bosque, y desde arriba, ofrece un paisaje bellísimo.
Yo, Diego y su amigo, llegamos por la noche, como a las diez y comenzamos a subir en medio de la oscuridad, yo suelo ser medio quejumbrosa en ese tipo de terreno, pero ese día estaba demasiado absorta en todo lo que me rodeaba. Varios kilómetros antes de la cumbre, pusimos nuestro campamento, continuaríamos al día siguiente muy temprano.
Esa noche cogimos en la casita de acampar y tuve uno de los mejores orgasmos. Una no piensa en la dimensión de estas cosas hasta que le pasan, en realidad no supe qué me pasó, primero, hacía un frío tremendo así que era casi obligatorio abrazarse, Diego y yo ya habíamos fumado, los besos se sintieron extraño, fueron una combinación entre escalofríos de temperatura y escalofríos de verdadera excitación, luego deshicimos nuestros sleepings y nos quitamos toda la ropa (tarea complicada porque yo traía hasta calentadores), y con todo y los -1° Celsius, no hacía nada de frío, sospecho incluso que nuestra casita estaba humeando. La casa de acampar de Aarón, el amigo de Diego, estaba a unos escasos 50 cm, así que lo hicimos en silencio, por lo menos al principio, porque cuando me vine yo creo que hasta las ardillitas nos escucharon.
Creo que hay que celebrar cuando cosas así te pasan, sé que hacer match es sólo un algoritmo de la red, pero termina siendo como la casualidad, Diego y yo nos encontramos y la pasamos increíble. Soy una mujer que suele hacer vínculos y crear intimidad sin muchos problemas, y Diego es un hombre muy cálido, entonces, fue fácil dejarse llevar... ¿Recuerdan que en el último capítulo les contaba que estaba pasando por un duelo? Pues esta es la historia del duelo.
Hoy Diego y yo ya no nos vemos más… pero me da tanto gusto poder contarles de él.
Hubo un día en el que sentí escalofríos sólo de que me tomara la mano, me dieron ganas incluso de llorar, sé que debe sonar muy intenso, pero no tiene nada que ver… o sí, lo que quiero decir es que Diego me gustaba tanto que incluso tenía reacciones físicas perceptibles, eso para mí es una locura, todas las veces que me vine, las veces que cocinamos, cuando nos reímos de verdad, cuando nos tomamos de la mano, cuando dormimos juntos, cuando cantamos juntos, cuando aprendimos a bailar juntos, cuando nos contamos secretos, cuando pudimos estar en desacuerdo, celebro todo eso, porque aunque pocas veces nos demos cuenta, es extraordinario coincidir de esa manera con otra persona.
Si se presenta la ocasión, ya les contaré un poco más sobre esta historia… pero también me gustaría saber si a ustedes les parece interesante…
Una vez más gracias por leerme, hoy vi una peli en la que decían que escribir es como cortarte una mano para que alguien más la examine y camine un rato con ella…. Les regalo entonces estos pedacitos de mí. Besos. Suya, Victoria.
0 notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
CAPÍTULO SEXTO:  Cuando sentí libertad.
Llegó el fin del 2019 y con él, mi añorado viaje a las playas de Oaxaca. Ahora que lo pienso, daría cualquier cosa por volver a ese final de año, el  2020 se ha tornado tan nefasto que chance y hubiera estado bien quedarme allá… chance y hubiera estado increíble, pero dicen que todo a su tiempo.
Fue mi primer viaje sola y ha sido el mejor de toda mi existencia, y no estoy exagerando.El plan era recorrer Zipolite, Mazunte, Punta Cometa y San Agustinillo, pero Zipolite fue tan espectacular que no quise moverme de ahí. 
Todo en este viaje fue extremadamente revelador, el trayecto fue largo, hice como 16 horas de la ciudad hasta la playa, pensé que iba a aburrirme muchísimo en el camión, pero en realidad la pase bien, a ratos leí, hable por teléfono con una amiga, pasé mucho rato embobada viendo los paisajes, y también pensé mucho en mí, en lo que estaba haciendo, me dije que a pesar del miedo debía ser muy inteligente y tomar buenas decisiones, al mismo tiempo pensé en lo orgullosa que estaba de mí misma, por fin estaba haciendo algo que quería desde hace mucho y que no había hecho por un montón de razones como el miedo de estar sola, la desidia o por no juntar el dinero suficiente.
Cuando llegué a Pochutla hacía un calor de la chingada, yo cargaba una mochila enorme de unos 15 kilos y perdí la camioneta comunal dos veces por ir a buscar agua y provisiones. Ya en  la camioneta (literalmente iba en una camioneta pickup vieja con techo), el clima me pareció perfecto, me paré cerca del toldo para sentir el viento y el sol en mi cara. Estaba ansiosa por ver el mar, cargaba todas mis ilusiones en la mochila, me sentía una exploradora, me divertía la idea de acercarme rápidamente a algo que no conocía, nunca había estado en Zipolite y esperaba encontrar un tesoro, estaba contenta de  alejarme de todo y trataba de ubicar el mar con mi olfato. 
La camioneta me dejó como a unos 300 metros de la playa, así que emprendí camino, con mi gorra, mi mochila y mi casita de acampar. Unas francesas me ayudaron a bajar porque casi me caigo con todas mis cosas. A pesar del tremendo calor, no quise ir por el adoquín y me apresure para llegar hasta el mar. 
Es inmensa esa sensación de estar frente a él… o ella, es  como si te llamara, como si la mar quisiera inundar tu cabeza con su imagen, como si también te hubiera estado esperando, entonces, tomar aire tiene sentido, hay que suspirar para asimilar tanta grandeza, y su sonido y su olor y sus colores son cada uno matices perfectos, frente a ella me siento bien pequeña, como volver a ser niña, pero no es que me intimide (o tal vez un poco), más bien es la sensación de no poder medirlo, no tener  ni idea de hasta dónde termina y tener bien claro que, por mucho que me esfuerce, nunca lo haré. Al fin, el mar.
Me sentía plena, pero aún debía encontrar un lugar donde acampar, era 27 de diciembre, la playa estaba repleta de gente, eran las dos de la tarde y debía darme prisa. La tarde estaba a pleno sol, así que tuve que parar un momento. Me refugié en un barcito donde había un hombre con barba y cabellos blancos, estaba armando un porrito y me ofreció fumar.
- Pásale, descansa hermanita, tomate una chelita ¿quieres fumar? Es de la buena.
Pero yo solo quería tomar agua y descansar un poco para instalarme pronto, la chela y el porro serían después, el hermanito me dijo que unas 5 tiendas más adelante había un camping hippie donde podía quedarme, le agradecí y fui a buscarlo.
Ocho o diez tiendas más adelante encontré mi oasis, “El peyote”, mejor nombre no pudieron ponerle, justo como lo había soñado: un camping con barra y cocina improvisadas, lleno de viajeros de todos los rincones del mundo, a ochenta pesitos por noche. Parecía que no quedaban espacios libres, pero me dieron un lugar cerca del baño y con sombra. Una de las mejores cosas de viajar sola es que siempre habrá un lugarcito. En este mood de independencia solitaria, quería hacer todo por mí misma, de verdad me esforcé por armar yo sola mi casita, pero no pude, así que pedí ayuda. 
Ya instalada, mi prioridad era encontrar un buen lugar para comer, de camino me tomé algunas fotos y las subí a Tinder, esperaba encontrar buena compañía y buena fiesta, también tenía ganas de presumir mi bikini rojo. Me dejé llevar por la intuición y encontré el Café Maya, pedí aguachile y cerveza para acompañar, todo me supo a gloria, cuando terminé me acosté en una hamaca y pedí más cerveza. Otra de las cosas que amo de la playa es la facilidad con que puedo relajarme, una se siente como koala o como gatito gordo. Cuando reuní  fuerzas suficientes fuí a nadar, el tiempo se me escapó de las manos y pronto se hizo de noche. 
Tumblr media
Hice amigos fácilmente en el camping; los dueños eran dos chilangos que se hartaron de la ciudad y encontraron una mina de oro a 50 metros del mar. Muchos de los que se hospedaban ahí venían cada año, entre ellos, un rumano bastante atractivo, la verdad amigas era muuuy atractivo, se me cayeron los calzones cuando lo vi; alto, bronceado, flacucho de cabello castaño y largo, ojos verdes, súper pacheco y súper buena onda, además armaba los mejores porritos. Entre él y yo hubo cierta tensión sexual, esa noche, después de fumar y beber, le pregunté:
VICTORIA: ¿Quieres ir a caminar?
RUMANO: Por caminar te refieres a…
VICTORIA: A caminar y… conversar. 
Quería tener más intimidad con él, en “El peyote” había demasiada gente, pero realmente no me imaginaba nada en específico.
RUMANO: Es que tengo novia, me pareces una mujer muy hermosa y muy interesante pero estoy probando ser fiel…
VICTORIA: Ah ok, lo entiendo.
RUMANO: Pero sí me gustas, la verdad es que no sé bien qué hacer.
VICTORIA: No te preocupes…
RUMANO: En realidad, es algo muy nuevo para mí esto de las relaciones monógamas…
Me reí, era como si el rumano quisiera que lo convenciera para ponerle el cuerno a su novia, así que cambié de tema.
Al otro día, me cité para comer con un tal Matías de Tinder, era chileno, por alguna tonta razón, su nacionalidad me hacía mucha ilusión; Chile es el primer país al que me gustaría viajar fuera de México, me ha atraído desde hace mucho por razones que, a ciencia cierta, desconozco, un poco porque me encanta el acento, otro poco por 31 Minutos y otro tanto por la lucha estudiantil. Pero Matías estaba muy alejado de mi estereotipo de chileno o de cualquier idea de cita relax en la playa.
No sé cómo decirlo pero su energía era una combinación entre timidez, inseguridad y pasivo-agresividad extraña. Me contó que vino a México  para encontrar un mejor trabajo, que en Chile las cosas iban de mal en peor, en tres meses las rentas y los impuestos subieron un 25% y su familia permanecía encerrada por miedo a las protestas masivas en contra del gobierno de piñera. Se sorprendió mucho cuando le dije que me encantaría conocer su país y luego, empezó un interrogatorio extraño:
MATÍAS: ¿Y tú que estás buscando en Tinder?
VICTORIA: Mmmm, pues nada serio, solo quiero pasarla lindo.
MATÍAS: ¿Cómo pasarla lindo?
VICTORIA: Eso, pasarla bien, compartir un momento chido. 
MATÍAS: Ya… es que no soy de los que cojen en la primera cita, y me he encontrado con mujeres muy… pues muy sueltas que bien directo me dicen que sólo buscan sexo, y a mí eso, no sé… es decir, no sé cómo lo veas tú, pero me parece demasiado raro.
VICTORIA: ¿Te parece raro que las morras sólo queramos cojer? Digo, yo estoy abierta a varias posibilidades, pero cojer es muy chido…
MATÍAS: Sí claro, tampoco me niego a la posibilidad, ¿pero en la primera cita?
VICTORIA: Pues no lo sé, depende de las condiciones ¿no? ¿A quién le importa si es en la primera o en la vigésimo octava?
MATÍAS:... Claro…
Cuando terminamos de comer, fuimos a caminar un rato, luego nos sentamos en la arena y  quise fumar un poco, cuando encendí el porro, Matías se puso muy nervioso, dijo que la policía podía aparecer en cualquier momento, y aunque yo sabía que no pasaría, me puso muy ansiosa, así que apague el porro y fui a nadar. Cuando regresé me senté a su lado y el quiso acariciar mi espalda, pero no sé, era raro, sentí como si él estuviera completamente fuera de sí, es que puso una cara de tonto cuando salí del mar y se puso muy nervioso, me dijo que era hermosa y blablabla, eso tal vez me hubiera prendido en otro momento de mi vida pero la verdad es que no entendía muy bien, yo estaba ahí de vacaciones, ambos sabíamos que seguramente no íbamos a volver a vernos ¿porque poner las cosas tan tensas? Me sentí un poco como estar con un morro de 16 años. Nos besamos y me relajé un poco… me invitó a conocer “El adoquín” y por unos tragos, cuando nos subimos a su moto él se aseguró  de dejarme claro que la había comprado con su propio dinero, que nadie le había ayudado, como si eso fuera a importarme de alguna manera… Lo único que logró fue que me percatara de sus inseguridades de macho alfa proveedor de todos los bienes. En realidad no llegamos a nada, me cansé de su plática y cuando terminamos los tragos le dije que iría a dormir y me fuí sola caminando hasta mi camping. Estoy segura de que había algo en la energía de Matías y la mía que hacía la situación tan chocante, porque no era un mal tipo, simplemente no me cayó bien y no me prendió para nada.
Aquellos días en Zipolite fueron de hedonismo total, me levantaba como a las diez de la mañana, hacía yoga, corría por toda la playa, nadaba un rato, me bañaba si lo consideraba necesario y desayunaba, para luego salir a caminar, o nadar o dormir y volver a comer como a las 4 o 5 de la tarde, por la noche hacían una especie de pedas en el camping pero yo no sentía muchas ganas de estar en grupo, solo una o dos noches me senté a platicar y fumar con ellos. Para no quedarme sin dinero me puse a hacer masajes a los turistas, con sólo dar tres, ya tenía 500 pesos más, y eso era estupendo porque no me preocupaba por el varo.
El 30 de diciembre conocí a Noah, un ser de luz que venía de Canadá, que tipo tan más lindo: me alcanzó en el Café Maya, me  invitó unos mezcales y fuimos a caminar, es productor musical y ambos estábamos un poco nerviosos, pronto me dí cuenta de que era tartamudo y era un poco complicado hacernos entender porque él no hablaba nada de español y yo medio hablo inglés, pero al final nos entendimos muy bien. Después de hablar de las cosas normales como nuestras ocupaciones, gustos y blablabla, nos pusimos a contemplar las estrellas, estábamos acostados en la arena con un cielo espectacular, él me contaba historias sobre su infancia, me señaló su constelación favorita y yo le señalé la mía: el cinturón de orión.
VICTORIA: A donde quiera que vaya esas tres estrellas me recuerdan a mi hermanas, yo soy la que está en medio
Dijo que él era acuario y que como yo era tauro, el zodiaco decía que no nos íbamos a llevar muy bien, porque él era puro aire y yo tierra, pero que podía hacer una excepción. 
Cuando nos besamos me derretí un poquito sobre la arena, me súper derretí, fue de estos besos lentos, húmedos y calientes, no podíamos soltarnos y cada vez nuestros cuerpos estaban más cerca, mucho más cerca, sentí ganas de hacerlo ahí mismo, y él estaba temblando, Noah era suave muy suave… cuando nos reparamos fuimos por otro trago y dijo cosas que en ese momento me hacía falta escuchar.
NOAH: Aunque tú y yo no hablamos el mismo idioma, siento que puedo decirte cualquier cosa, me siento muy cómodo ahora, creo que eres una persona que entiende muy bien a los otros.
Para completar una frase Noah debía tomar aliento y creo que fueron esos momentos de pausa lo que me recordaba tomar aire, hay veces en que no puedo dejar de pensar en lo que va a pasar después y eso me pone muy ansiosa con la gente, pero con Noah fue distinto. En esos momentos pensé que tal vez me hacía falta conocer más extranjeros… 
Volvimos a besarnos, pero se hizo tarde y él tenía que regresar a Mazunte, así que nos despedimos. El recuerdo de Noah viene acompañado de mucha ternura. El día siguiente era el último del año, él me preguntó si nos veríamos pero yo había decidido que recibiría el nuevo año sola.
El 31 de diciembre, vi el último atardecer metida en el mar, había un cielo tricolor: morado, azul y rosa, a mí alrededor había mucha gente, a lo lejos se escuchaba no recuerdo qué canción, pero era buena, me sentí infinita y comencé a pedir todos mis deseos de año nuevo, el mar era cálido, todo era cálido y cuando se metió el sol hubo un furor alegre en todos los que estábamos ahí, despedimos al sol cantando y gritando.
Año nuevo es de mis celebraciones favoritas, así que quería cenar algo especial, pero fue un poco complicado apartar la cena, muchos de los restaurantes cerraban y los que permanecían abiertos ya tenían todos los lugares apartados o tenían cenas carísimas, así que sólo pude apartar un filete en un restaurante pequeño. Me puse un vestido, calzones y aretes que traía preparados para la ocasión, me maquillé un poco y salí como a las diez, fue una noche muy linda, unos italianos me invitaron a su mesa y pagaron mi cuenta, brindamos juntos cuando fueron las doce, ellos querían seguir la fiesta, entonces les compartí un poco de mi porrito gg, se pusieron bien chistosos y me trataron como diosa cuando me vieron bailar salsa, pero la verdad fue fácil parecer bailarina experta entre tanto europeo.
La playa parecía un festival porque había distintas fiestas por todos lados, en una se escuchaba  salsa, en otra tienda reggae, en otra había como un rave y en otra había una fiesta gay, perdí a los italianos entre la multitud y visité todas las fiestas.
En un momento pasaron muchos pensamientos por mi cabeza, llegué a pensar que era ridículo estar sola en año nuevo, luego tuve un poco de miedo por las miradas de algunos tipos, comencé a angustiarme y ya no me hallaba en la fiesta. Así que fui a tenderme sobre la arena y a escuchar de cerca la mar.
Busqué un lugar alejado de todo y fue ahí cuando sentí lo que jamás había sentido; la libertad. Estaba sentada en la playa, las posibilidades eran infinitas, tenía todo el tiempo del mundo, podía ir a donde quisiera, y sólo quise estar tranquila, quedarme quieta, no tenía que pensar en nada más que en mi comodidad, el miedo se disipó cuando supe que estaba bien, que no me iba a pasar nada, porque no tenía por qué pasarme nada, yo me estaba cuidando y estaba segura conmigo misma, no necesitaba nada más en todo el puto mundo y eso fue la libertad. Me dí cuenta que tenía una idea muy recortada sobre la libertad, pensaba que era esto de hacer lo que quisieras y yo siempre me sentí una niña y una mujer muy libre, porque siempre he sido voluntariosa y terca, mi libertad no era algo que pusiera en tela de juicio, hasta que la sentí realmente. No sabía cuánto la necesitaba hasta que la probé. 
Caminar en la dirección que yo elijo, a mi tiempo. 
Quererme, quererme a mí por sobre todas las cosas, 
saber que soy guapa y que soy mía. 
Saber que tengo mis manos para acariciarme, 
sentirme siempre que quiera. 
Eso,
lo más feminista que he hecho. 
Hasta ese momento hubo algo que siempre me ató a los demás y no era algo a lo que me sintiera obligada, yo misma buscaba aprobación, o cariño, o protección de los demás, pensaba que los momentos lindos no existían si no los compartía con alguien más y no, no es verdad, de hecho, en ese momento, me sentí mejor estando sola acompañada, por fin me sentía bien sola. Ese ha sido el mayor aprendizaje de mi viaje y lo más bello que me dejó la mar.
Así comencé el año, pero no es que ya lo tenga todo resuelto en cuanto a mi soledad, sigo trabajando muchísimo en ella, sin mencionar que tres meses después vino una pandemia mundial y con ella nuevos miedos y ansiedades que ya les iré contando...
Ayer tuve una pequeña crisis de llanto y sufrimiento, hoy puedo reirme del asunto pero la verdad es que ayer estaba hecha añicos, es esto de trabajar la soledad y que, además me bajó (me dí cuenta después). 
No es absolutamente nada fácil amigas, desde que regresé de la playa he vivido procesos muy reveladores y muy complicados, saber estar sola se consigue a pasos muy pequeñitos, incluso, a veces retrocedo dos y avanzo uno. Pero es cosa de disciplina estar feliz por tí misma y yo a veces no cumplo mis propias promesas, a veces siento que me engaño a mí misma y eso está de la chingada. Porque ser disciplinada con una misma es cuidarse y amarse a sí misma. Trato de no culparme, porque eso me hace sentir aún peor, pero hay días en que realmente la cago. 
Ayer, por ejemplo, decidí ir con un vato porque me dije a mí misma que no estaba mal si quería coger, pero en el fondo no quería coger, en el fondo quería que me acariciaran y  me abrazaran y me hicieran masaje, yo sabía perfecto que con ese tipo no iba a pasar. Estaba en Parque México y el plan desde un principio era estar sola, ir a comer, luego ir a la cineteca y regresar a casa a escribir, pero tuve miedo, tuve miedo de estar sola y rompí más de dos promesas.
Estoy pasando por un duelo que no había querido reconocer porque traté de engañarme diciéndome que seguir saliendo con más gente me iba a  hacer más fuerte y como por arte de magia me borraría a ese otro que me estruja el corazón, pero no. La verdad es que ayer dolió más de lo que hubiera esperado, hoy incluso sigue doliendo y ya no quiero ser así, ya no quiero seguir lastimándome. Eso de ser fuerte no es nada comparado con mis escapadas, ser fuerte es ver de frente tu porquería y tratar de enmendarla, sé exactamente cuáles son los pasos a seguir, siempre lo he sabido, pero mierda!... a veces soy tan cobarde...
- Debo dejar de salir con vatos al azar solo para probarme a mí misma qué tan buena soy “manteniendo el control”.
- Debo dejar un poco las drogas, no para siempre, pero sí por un rato, porque aunque me haga pendeja, si me hacen pendeja.
- Y debo, por fin, concentrarme en lo que verdaderamente me gusta y me nutre: escribir, bailar y cantar, escribir, bailar y cantar, escribir, bailar y cantar.
Extraño ser yo, tal vez dejo de serlo porque creo que la verdadera Diana no le cae bien a todo el mundo, porque a veces tengo un carácter de la chingada y a veces me veo fatal y a veces sí quiero estar sola y  llorar hasta que se me hinchen los ojos y que nadie me vea.
No sé si hago bien en decirles todo esto, espero que sí, porque me sirve muchísimo, me gustaría que nos contaramos este tipo de experiencias y que con ellas nos hagamos fuertes juntas, aunque sea a la distancia.
Hoy me levanté con ganas de escribir todo esto porque ya no quiero dar marcha atrás amigas, con las experiencias que les he contado hasta ahora he aprendido mucho sobre el feminismo. El feminismo empieza en nosotras y he ahí lo complicado, enseñarnos a nosotras mismas lo que nunca nos enseñaron: el amor propio. Y me vale verga si sueno bien cursi pero es verdad, no sé cómo sean sus historias familiares, pero la mía fue muy turbulenta; mi padre ausente siempre presente, las peleas, los gritos, ver cómo mamá se enfermaba poco a poco por un tipo que muchas veces era una mierda pero que había que querer porque es mi padre... es puff, es una mierda, es una mierda que te enseñen, en tu familia y fuera de ella, que así es el amor y que siempre va a ser así, es una completa estupidez que me ha perseguido durante demasiado tiempo y ya no lo quiero, quiero escapar de ese patrón.
Hoy sólo quiero escribirles, estar conmigo, acompañarme, prepararme una taza de café, tal vez ir de compras, decirme que todo va a estar bien y confiar en que es verdad.
Desde mi habitación, Ximeno (mi gato) y yo les mandamos un grande grande abrazo. Una vez más: Gracias por leerme.
Tumblr media Tumblr media
1 note · View note
victoriadetinder · 5 years ago
Text
Capítulo quinto: El brazalete de las tres piedritas.
Creo que sería bueno irnos conociendo más, aunque sea de manera virtual (es lo de hoy); pues bien, uso un nombre ficticio en Tinder, hago teatro, últimamente me encanta escribir, amo bailar, amo el chocolate, el vino y la comida rica en general, estoy intentando ser vegetariana, mi estación favorita es la primavera, prefiero mil veces el calor al frío, mi color favorito es el rosa y tengo dos hermanas bien chidas, soy la hija de en medio, mis padres están separados, mi mamá es bien chida y mi papá no tanto, tengo un gathijo al que adoro y soy tauro, un signo de tierra. 
He conocido muchos vatos que se sacan de onda cuando les preguntas por su signo, o que te miran con condescendencia al preguntar: ¿Crees en esas cosas?, como si fuera estúpido, o infantil o sin sentido. Hay tantas cosas estúpidas y sin sentido en las que creemos que sí, why not? ¿por qué no creer en el maldito horóscopo si tú sigues creyendo en la propiedad privada o en el punto G? Además, estoy convencida que esos weyes son los mismos vatos mecos que no saben dónde chingados está el clítoris. Así que sí, creo en los signos, no por completo, ni como una religión, pero claro que la alineación de los astros tendrá algo que ver con nuestros comportamientos o tal vez no… No lo sabemos, el caso es que yo sí me identifico como tauro, de hecho, soy tauro con ascendente en tauro, o sea, soy súper tauro. Creo que por ello a veces espero demasiado de los demás,  formo vínculos demasiado pronto, me derrite el apapacho propio y el de otros, amo la comida y soy testaruda como el demonio, peeero eso que dicen de que amamos estar en nuestras casas metidas entre las cobijas no coincide nada con mi personalidad. Mi mamá dice que parece que  me pica la cola y creo que es verdad, bueno, no en sentido literal, pero ustedes entienden.
Paso mucho tiempo fuera de casa y, aunque me gusta tener las cosas bajo control, como la mayoría de las tauro; me entusiasma mucho cuando salen planes improvisados. Si el plan es suficientemente atractivo, como un paseo nocturno en carro, una salida a bailar, una cena en algún lugar bonito o una expedición para romper cosas en la ciudad, casi nunca digo que no. 
Así, que una buena noche de diciembre salí a bailar al centro con Guillaume, un belga altote bastante buena onda, su nombre se pronuncia: Guigoum, con un acentito francés, haciendo trompa en la última sílaba y alargando la m: Guiggoumm. Guillaume es el tipo más hippie que he conocido en Tinder, recuerdo que esa noche llevaba bermudas, botas de campista y un suéter de alpaca que olía como a ropero (el olor de ropero no me desagrada en absoluto).
Primero, caminamos un rato por el zócalo para conocernos, me contó que en Bélgica, estudió muchas cosas, pasó de mercadotecnia a comunicación y luego turismo, pero que nada le gustó, que se llegó a sentir estúpido y fracasado pero que encontró en viajar su modo de vida, que había estado en más de treinta países… Para mí eso es genial, dentro de 5 o 6 años a mi me encantaría emprender la vida de trotamundos. Él tenía un acento gracioso y ambos fuimos practicando tanto el inglés como el español, no perdí la oportunidad para enseñarle palabras como chido, vergas, chula, titipuchal y recóndito. Luego, fuimos a bailar a un lugar de reggae y él dijo que se sentía muy suertudo de haberme encontrado porque la mayoría de personas en tinder era medio estúpida, yo no pude llevarle la contra, también me sentía afortunada; Guillaume era de los que bailan con libertad y sonríen bonito, además, ambos nos divertimos mucho. En el escenario, donde estaba el DJ, había un hombre pequeño con traje y lentes oscuros como de sorfista, bailando increíblemente bien, a mí me dieron ganas de subir al escenario para bailar con él y fue estúpidamente divertido.
Cuando la fiesta terminó me preguntó si tenía algo que hacer al día siguiente o si quería quedarme con él, yo lo dude; el día siguiente era lunes y yo entraba a trabajar a las nueve de la mañana, pero al final no me importó y me fuí con él. 
La verdad es que fue una noche bastante incómoda, no por él, sino por el hostal  donde nos quedamos, Guillaume no le da mucha importancia a los lugares donde duerme, tenía una aplicación extraña que le decía los alojamientos más cercanos, no conocía la ciudad y yo no puse mucha atención a la dirección, nos fuimos en taxi y cuando llegamos tuve miedo, no sé qué calle de la colonia Hidalgo era pero se veía (¿cuál será el adjetivo?) cucarachoso (?), y yo ODIO las cucarachas de una manera incontenible y esquizofrénica. Pensé en largarme a casa, pero a esa hora ya no había transporte y estaba por lo menos a una hora de casa, rogué que el cuarto no estuviera tan mal, pero lo estuvo. Afortunadamente no había bichos (me aseguré de ello), pero, en vez de una camita confortable, había una litera dura que rechinaba toda, el cuarto era demasiado pequeño y había un hoyo en la pared… Me dieron ganas de llorar; Guillaume me pidió disculpas una y otra vez, me compró algunos dulces y me dejó la cama menos peor. 
Dormí esperando que la noche pasara muy rápido, me levanté en cuanto dieron las siete de la mañana, mi cuello y hombros estaban contracturados, me lavé la cara y los dientes, Guillaume se ofreció a invitar el desayuno pero ya era tarde, así que sólo pedimos sándwiches y jugo de naranja para llevar, él intentaba hacerme reír pero yo estaba de malas. Luego de un rato comprendí que no era por completo su culpa, realmente estaba arrepentido, así que respiré, el jugo y el sándwich hicieron lo suyo y pude sentirme mejor. Nos despedimos con un beso en la entrada del metro Hidalgo. 
De camino al trabajo me reí de mí misma, ¿por qué me atreví a ir con un casi-desconocido europeo? ¿cómo es que me meto en estos pedos? ¿por qué ahora me estaba riendo? La verdad es que, en general, la había pasado bien, el hostal estuvo horrible, pero Guillaume era un buen tipo, es decir, nada fuera de lo que debería ser normal: me trató bien, se preocupó por que yo estuviera lo más cómoda posible y, además, era realmente simpático y atractivo. 
En fin, ese día pensé que sería el último en ver a Guillaume pero luego de dos días me mandó mensaje para invitarme a pasar la noche con él,  lo dude, pero él escribió:
- Quiero pasar una noche bien contigo, no sé dónde buscar, así que te propongo que me ayudes a encontrar un hostal bonito, en donde tu quieras, además, te tengo un obsequio.
 No supe bien qué hacer, y le pregunté:
- ¿Estás seguro? ¿En donde yo quiera?
- Sí. Bueno, que no pase de mil pesos por noche, casi nunca gasto en estas cosas pero tengo algo ahorrado y quiero hacerlo, así que tú elige, sólo mándame mensaje cuando lo encuentres y nos vemos allá.
Busqué en Coyoacán porque es bonito y quedaba cerca de mi trabajo,  encontré un hostal muy lindo en el mero centro, tuvimos un piso entero sólo para nosotros, con una cama que nada tenía que ver con la anterior; esta era enorme, esponjada, con colchas y sábanas suaves que olían a mi mejor recuerdo, era una cama simplemente espléndida y la cocina estaba equipada con todo, hasta cereal, fruta y pancito, el hostal era completamente otro pedo. Ambos estábamos más que satisfechos, dejamos nuestras cosas y salimos a caminar a la plaza.
Me contó que vivía de hacer trabajos esporádicos y de vender sus artesanías, a donde fuera, conseguía alambre y piedritas para hacer collares, aretes, anillos…
Guillaume: Te quiero regalar una joya, ¿qué quieres que te haga?
Victoria: Un brazalete.
Guillaume: Sí, elige tus piedritas.
Guillaume cargaba con un saquito lleno de piedritas de distintos colores y materiales, de entre ellas, elegí una púrpura, una azul y una rosa, mis tres colores favoritos, y los acomode pensando en mí y en mis dos hermanas. Quedó un brazalete precioso que aún conservo.
Luego fuimos al mercado y le conté que había un señor que podía hacer cualquier figura en hot cakes.
Guillaume: ¿Cualquiera? ¿Incluso un animal híbrido?
Victoria: ¿Cómo un animal híbrido?
Guillaume: Sí, ¿algo como un monkey-squirrel?.
Yo me reí.
Guillaume: Es que es mi animal espiritual, si yo fuera un animal, sería un monkey-squirrel ¿cómo se diría en español?
Victoria: Mono-ardilla.
Guillaume: ¿Crees que pueda hacer un mono-ardilla?
Victoria: No lo sé. Habrá que preguntar.
Y sí, el señor de los hot-cakes de Coyoacán nos hizo un monkey-squirrel (me gusta más cómo suena en inglés jeje), el quiso conservarlo un rato pero luego recapacitó y nos lo comimos.
De vuelta a “nuestra casita”, nos quitamos los zapatos, nos hicimos masaje mutuo y el ofreció quedarnos dos noches, a lo que yo accedí encantada. Cenamos, vimos una peli extraña y luego hicimos el amor. No sé si esto sea demasiado raro, pero yo podría decir que sentí mucho cariño por ese wey, porque no hubo que esforzarse para pasarla chido, él no fingió nada ni yo, y por dos días, nos quisimos mucho.
Cuando le daba los últimos detalles al brazalete, yo lo miraba, acostada sobre nuestro sillón, él me pedía cada cierto rato mi brazo para medirlo, yo sólo lo estiraba y trataba de grabarme sus gestos, pienso que ese brazalete de lo mejor que me ha dejado Tinder.
El último día juntos yo tenía ensayo general muy temprano, él me preparó el desayuno y un lunch ¡Me hizo un lunch! Dijo: “Hoy es un día importante y los vas a necesitar”  No sé ustedes, pero eso  me hizo querer atacarlo a besos. Nos despedimos alegres, yo me puse un poco melancólica en el taxi, supe que si alguna vez llego a tener algo realmente intenso con alguien, justo así me gustaría que fuera, con la sensación de que todo está bien, de que hay alguien que disfruta de prepararte el desayuno y que no espera nada a cambio porque la pasa bien contigo y pensar en tí también le hace sentir que todo está bien.
Oootra vez me puse cursi amigas jaja, pero no hay pedo así es esto. Espero que, donde sea que ande Guilaume, siga sonriendo y brincando como mokey-squirrel.
Las quiero, gracias por leerme, me ha encantado contarles la historia del brazalete, espero les haya gustado.
0 notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
CAPÍTULO CUARTO: Emilio.
Como les contaba el capítulo pasado, luego de tres nefastas experiencias me aleje un rato de Tinder, como tres semanas, pero pronto volví a aburrirme de la vida cotidiana y quise encontrar algo de diversión, así que volví a abrirla. En ese entonces aún vivía en casa de mi madre y me costaba mucho quedarme en casa, porque siempre había alguien o porque simplemente no soportaba estar encerrada y ver la tele, siempre he preferido estar afuera. Además, creo que a veces busco ser otra persona, a veces sólo quiero que me compren cosas, coquetear, hablar con desconocidos de temas que no conozco, pasear en carro... a veces sólo quiero ser Victoria.
Así que uno de esos días Victoria quedó de verse con Emilio, un chocolatero-músico bastante simpático (este sí fue simpático amigas, por fin), su cita sucedió en la Cineteca Nacional, no vieron ninguna película pero cenaron en la terraza, bueno, ella cenó, porque él no tenía hambre. Durante la cena hablaron de varios temas en común, primero sobre el Son Jarocho y luego sobre Oaxaca. A Victoria estos dos temas le fascinan porque desde chiquita le gusta imitar a los cantantes de Son, ama el sonido de la jarana, aunque nunca ha podido tocarla y en los huapangos, le encanta zapatear, aunque no sepa, además, uno de sus mejores viajes fue Oaxaca y se avecinaba uno a Zipolite para finales de año. Emilio, por su parte, le contó que tocaba la jarana, cantaba sones y soñaba con comprar un terreno y vivir en la sierra Oaxaqueña. Con estos y otros temas, Victoria y Emilio comenzaron por llevarse muy bien. Además, Emilio le habló sobre su labor de chocolatero, dijo que daba clases de repostería y que se dedicaba a crear chocolates con distintas combinaciones de cacao.
En este punto de la historia, es debido contextualizar a las lectoras: Victoria AMA el chocolate, no se sabe si amar sea verbo suficiente para describir su sentimiento por aquel dulce, también podría usarse el verbo adorar, idolatrar, derretirse por… Así que cuando Emilio dijo:
Vamos a mi departamento, ahí tengo un montón de muestras, tengo chocolate con romero, con vainilla, con nueces, con chile, con jamaica, con café… puedes comer el que quieras. ¿Quieres que compre una botella de vino tinto?
Victoria no lo pensó dos veces y accedió. ¿Victoria se vió embrujada por los encantos del cacao y el vino? ¿Accedió demasiado fácil? Puede ser, pero para Victoria el chocolate es un asunto serio, sobre todo si se combina con vino tinto. All escuchar la propuesta de Emilio, sólo había una pregunta resonando en la cabeza de Victoria: ¿Realmente me está preguntando si quiero que compre vino tinto?
El departamento estaba muy cerca, caminaron por Avenida Popocatépetl, Victoria llevaba un vestido negro con flores rojas, medias y botas negras de tacón bajo, ya era de noche y hacía un viento frío, los pasos de ambos se escuchaban a lo lejos e iban tomados del brazo. En la tienda, él le dejó escoger el vino.
Victoria no imaginó lo que le esperaba en el departamento, al abrir la puerta pudo percibir el delicioso aroma del cacao, todo el departamento estaba impregnado de ese aroma, había bandejas de todos los tamaños llenas de chocolate y en la mesa había utensilios de repostería y pequeñas figuras de chocolate, había dos molinos y granos de cacao por todas partes. Victoria tuvo que contenerse para no estallar de alegría, cruzó las manos y dijo:
¿Todo esto es comestible?
Emilio: Sí jaja, bueno, menos el aceite de cacao, ese es más para tus manitas o para los labios ¿Quieres?
Victoria volvió a preguntarse si esa era una pregunta capciosa, su cabeza daba vueltas.
Victoria: Tal vez después. ¿puedo comer chocolate?
Emilio: El que quieras.
Entonces Victoria recorrió la sala del departamento saboreando distintos tipos de chocolate, mientras tanto, Emilio le contaba el origen de cada semilla de cacao y le servía vino, mientras tanto, escuchaban la canción favorita de Victoria; “El baile y el salón” de Café Tacvba, pues resultó que a ambos les gustaba la banda. Cuando Victoria terminó su degustación, se sentó junto a Emilio y conversaron un rato más, poco a poco comenzaron a tocarse, poco a poco se encontraban más cerca el uno del otro y pronto se besaron.
Fueron a la cama y lo hicieron, fue divertido y bello para ambos, los dos, experimentaron con algunos de sus fetiches y se dieron tiempo para disfrutar los del otro. Para Victoria quedó claro una cosa: su gusto por el chocolate era directamente proporcional al gusto de Emilio por su vulva. Nunca en su vida, Victoria se había relajado tanto con un cunnilingüs y nunca antes, un hombre, se había quedado tanto tiempo explorando su vulva con la lengua.
La experiencia entera con Emilio fue deliciosa, excepto por una cosa: Emilio no era exactamente el hombre más aseado del universo, podía verse por el aspecto de su baño, los bordes de los azulejos tenían rastros de mugre de quién sabe cuánto tiempo y la cerámica del lavamanos estaba percudida y descuidada. Ver eso fue bastante impactante para ella y para sus pies, que ya que agarran confianza andan descalzos todo el tiempo, sin embargo, trato de no darle importancia.
Al día siguiente despertaron con los rayos del sol, el preparó un omelette y Victoria lo comió despacio intercalando los bocados con tragos de vino y pedazos de chocolate, combinación extraña pero bastante placentera. Luego Victoria tuvo que partir y se despidieron en la puerta con promesa de verse de nuevo. En la calle, Victoria caminó contenta, le pareció aquella, una mañana espectacular, cálida y se dirigió a su ensayo de muy buen humor.
Emilio y Victoria se vieron un par de veces más y cada encuentro fue bastante placentero para ambos, sin embargo, como a la cuarta cita, Victoria se dió cuenta de que Emilio en realidad no le gustaba tanto. Al principio no supo identificarlo, luego se sintió mal consigo misma porque Emilio le parecía un buen tipo, pero había algo, al momento de cojer que simplemente no funcionaba, tal vez era que el ideal de hombre formado en su cabeza interfirió con la convivencia, tal vez tenía las manos demasiado pequeñas o tal vez era demasiado bajito, en realidad es un misterio. Además, se percató de que la suciedad no sólo se concentraba en el baño; en sus visitas, llegó a ver las cobijas sucias, el colchón de la habitación con manchas extrañas, y las sábanas no olían exactamente a rosas, eso la hizo sentir muy incómoda, hasta el punto de no querer volver a pasar la noche en casa de Emilio.
En fin, hoy lo pienso y éstas tal vez podrían considerarse banalidades, es decir, me la pasaba bien con él, nunca se portó extraño o violento, era amable, me daba chocolate, era simpático, incluso llegaba a ser tierno… pero creo que no era lo que buscaba, creo que todo era tan sencillo que el asunto perdía sensualidad para mí, era como estar con cualquier amigo (no me pidan que defina qué es lo que buscaba porque no lo sé). Así que a mediados de diciembre le dije que ya no lo vería más, él respondió un poco triste pero lo aceptó, puede que algún día lo vuelva a ver… o no…
El caso es que estuvo bien chido, lo disfruté y aprendí más sobre las cosas que me gustan y las que no, pero en esta ocasión no tuve que pasar por corajes para darme cuenta de que aprecio la limpieza en los hombres y de que tal vez mi tipo sí son los altos.
También pienso que a fin de cuentas, para eso sirve una aplicación como Tinder para conocer y probar nuevas experiencias, si hay algo que por alguna razón no te termina de gustar, lo dejas y sigues con tu camino.
Ojalá que Emilio se la esté pasando bien donde quiera que esté y ojalá que ya haya limpiado su departamento.
Mi consejo para ustedes amigas es que no se sientan mal si tienen que rechazar a alguien que es buena persona, si no les gusta no hay gran cosa que hacer, más que ser claras y respetuosas, si realmente es buena persona, lo entenderá. Y otro consejo: déjense consentir, es delicioso, y (si es un ambiente agradable y de confianza) permítanse experimentar nuevas cosas, antes de conocer a Emilio yo decía que no me gustaba sentarme sobre las caras de los hombres y vaya que estaba muuuuy equivocada.
Las quiere su amiga Victoriadetinder.
P.D. Tengo la teoría de que el chocolate y el vino son la mejor combinación culinaria para tener sexo, si ustedes conocen otras recetas háganme el favor de compartirlas. (Por las que nos gusta comer y cojer al mismo tiempo).
0 notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
CAPÍTULO TERCERO: Nunca dejan de sorprendernos.
Si ustedes creyeron que no podía encontrarme con algo peor que Saúl, o por lo menos no tan pronto, se equivocaron, la estupidez de los onvrez no es medible amigas. Antes de empezar a contarles dos malas experiencias (no era necesario gastar un capítulo para cada uno), quiero compartirles un poco de mi contexto cuando empecé a usar la aplicación: era agosto del año pasado y yo acababa de cortar con mi exnovio, él es un  gran tipo y cortamos en buen plan porque él emprendió un viaje a Argentina para seguir estudiando. Pero yo lo extrañaba y estaba un poco triste, a pesar de eso, quise apresurar la cosas y tratar de superarlo lo antes posible. Me puse a trabajar como loca y también a viajar, se me ocurrió descargar Tinder porque quería probar salir con varios tipos a la vez y porque me gusta mucho cojer.  Sabía que podía encontarme con varios tontos pero pensaba que si era sólo sexo lo que me uniera a ellos, no habría problema… y no debería haberlo amigas. 
Últimamente he escuchado varias veces que el sexo casual es sólo un intercambio, y sí, pero el acuerdo no tiene por qué ser hostil, el sexo casual no debería estar peleado con el respeto y la ternura. El sexo tendría que ser un lugar seguro, de exploración del placer mutuo, los involucrados podrían gozar de múltiples beneficios como los benditos orgasmos, las risas durante el coito, las caricias, las miradas, los gestos… El sexo bien hecho es como drogarse pero sin daños a las salud, es de lo mejor de la vida, pero muchos (muchos) vatos insisten en arruinarlo porque son demasiado inseguros y quieren imponerse, creen que deben cuidarte o poseerte, así, algo tan genial y explosivo, se convierte en situaciones súper incómodas y violentas. Además, es verdad que la educación sexual basada en el porno y el mal cine, les ha hecho mucho daño. Realmente pueden llegar a ser muy retorcidos, creen que logran una hazaña cuando una mujer se desnuda frente a ellos y ven el sexo como un premio por tratarnos bien.
¿Recuerdan que les dije que el sexo es uno de los lugares donde mejor podemos observar el machismo de los onvres? Pues ahí les van dos de mis peores experiencias, tal vez estas estén en el top, así que prepárense.
HISTORIA 1: El argentino.
Poco después de Saúl conocí “Al argentino”, le pondremos así porque afortunadamente no recuerdo su nombre. Era un sábado soleado de agosto, fui al centro con mis amigos a ver una obra de teatro argentina y dió la casualidad de que un argentino guapetón estaba muy cerca, así que lo invité, él estaba patinando cerca, así que llegó corriendo justo unos minutos después de haber empezado la función. Fue un rato un poco extraño, porque era la primera vez que nos veíamos, pero guardamos silencio por un largo rato, mientras duró la obra, compartimos algunas miradas y risas, era una obra sobre ex-soldados que pelearon en la Guerra de las Malvinas, ambos la disfrutamos.  Al terminar, el argentino y yo quisimos ir por cerveza, como mis amigos no quisieron, me despedí de ellos. 
Entramos en el primer bar que encontramos, era un lugar muy estruendoso, tanto por la música como por el color de las paredes, sonaba música de banda y reggaeton y a mí me dio mucha risa porque él hacía caras muy graciosas escuchando la letra de las canciones. El argentino era un tipo bastante peculiar, en su descripción de Tinder puso algo como chill and 4:20, la mayoría de sus fotos eran en la playa, él asoleándose en la playa, fumando en la playa, surfeando en la playa, blabla, era güero y tenía toda la pinta de hippie playero pero millenial, con una voz bastante graciosa. Me contó que había viajado a varios países y yo quise saber más, le pregunté si no le daba miedo viajar solo, y él respondió que no, que era un pez y lo que le daba miedo era quedarse encerrado en una pecera, yo sonreí. En ese momento, todo lo que tuviera que ver con trotamundos me atraía, quería que, de alguna forma, se me pegara su libertad y desapego por las cosas, me gustaba imaginarme a mí misma en los lugares que él había visitado. En ese momento de mi vida yo aún no había viajado sola y era algo que anhelaba con todo mi ser. Él dijo que al día siguiente iría a las ruinas de Teotihuacán y me invitó,  dijo:
Eh linda, te quedás conmigo esta noche y nos vamos mañana a las pirámides.
Dije que lo iba a pensar pero en realidad me gustaba la idea de un pequeño viaje inesperado. Cuando la música del bar nos hartó, él propuso ir al departamento del amigo mexicano con quien se estaba quedando,  porque tenía fiesta. Me preguntó con su acento argentino:
- ¿Te gustá el dubstep?
- Sí. Respondí, pero en realidad no sabía de qué mierda hablaba. 
En el departamento de su amigo habían luces verdes y un Dj tocando, no recuerdo qué pero sonaba como esto: https://www.youtube.com/watch?v=BGpzGu9Yp6Y, yo disfrutaba bailar mientras él hablaba de música electrónica. En un momento de la noche me preguntó si  tenía raíces de otro país.
      Argentino: ¿Tus abuelos son mexicanos?
      Victoria: Sí.
      Argentino: ¿Y no tenés familiares de otro país?
      Victoria: mmm no que yo sepa… el esposo de mi tía es canadiense…
    Argentino: No… es que tu rostro es muy bello, tené facciones como de otro país… como              rasgos árabes...
Yo hice un gesto como de no entender, luego el dijo algo más pero por el volumen de  la música no alcancé a escucharlo, así que seguimos bailando. Mientras movía la cabeza hacia adelante y hacia atrás,  yo pensaba: “¿este pendejo quiso decir que las mexicanas no somos bellas?”. Seguimos bailando y me ofreció algunas bebidas, pero yo no tenía ganas más que de fumar y bailar. Mientras bailábamos, él rozaba sus dedos sobre mis caderas, poco a poco fuimos pegando nuestros cuerpos y luego nos besamos, fue un beso muy intenso. De pronto me sentí como en una fiesta de la prepa, yo llevaba ombliguera y pantalón de mezclilla, él unos vans y bermudas y nos besamos largo rato con la lengua. Poco después, me tomó de la nuca y susurró “Vamos arriba”, asentí, él tomó mi mano y nos metimos rápido en el elevador, yo ya estaba muy excitada. 
Los elevadores siempre me han parecido un buen lugar para coger, ahí, él me puso de espaldas y me besó el cuello, había un espejo frente a nosotros y yo veía mi rostro; estaba roja de la cara y los labios, mis ojos eran más grandes y mi cabello parecía más ondulado de lo normal (amo cuando la cara me cambia durante el sexo). Subimos hasta la azotea y ahí cojimos recargados sobre la barda, yo podía ver las estrellas a cielo abierto, no hacía frío y lo hicimos duro, con mucha adrenalina, y también con un poco de dolor de rodillas gg.
Cuando bajamos, la fiesta ya había terminado, yo me sentía mareada así que le pedí al argentino ir a dormir, cuchareamos y dormimos en el sofá-cama que le prestaban. Al día siguiente despertamos muy tarde y el plan de Teotihuacán se canceló, en vez de eso fuimos al súper y preparamos un almuerzo bastante rico. Después de comer y fumar una hierba muy poderosa volvimos a su cuarto y comenzamos a fajar, él comenzó a actuar extraño, quería desnudarme rápido y comenzó a ¿besar?, más bien succionar mis pechos y a apretarlos con las manos, le dije que parara y luego me desabrochó el pantalón para meter sus dedos, lo cual me molestó mucho más, pues lo hacía de manera violenta y torpe, lo alejé de mí y él dijo:
   Argentino: ¿Qué pasa nena?
   Victoria: ¿Qué te pasa a tí? ¿Qué estás haciendo?
  Argentino: Quiero que te vengas, como ayer.
  Victoria: Pues ve un poco más lento.
  Argentino: Dale.
Seguimos, él llevó mi mano a su miembro y preguntó: ¿Me lo chupás?. Yo me saqué de pedo, él tomó mi nuca igual que el día anterior y dijo:
   Argentino: Vamos, ya te viniste tú ayer, ahora me tocá a mí.
En ese momento todo se detuvo, y no les voy a mentir, el argentino me estaba cayendo bien, así que me sentí como una estúpida, corté todo, no dije nada y tomé mi ropa mientras él me preguntaba una y otra vez si estaba bien y qué había dicho. Es increíble cómo los onvrez pueden ser pendejos sobre su pendejez. Yo me sentía de la chingada y no pude decir nada, quería llorar y salir lo más pronto posible. Cuando llegué a la puerta él estaba desesperado.
  Argentino: Victoria, dime algo, ¿a dónde vas? Quédate. ¿qué dije?
  Victoria: ¿Qué dijiste? ¿De veras no lo sabes?
  Argentino: No sé, la estábamos pasando bien. ¿Fue por que te pedí que bajaras?
  Victoria: Es porque eres un tremendo idiota.
Salí de su casa y alcancé a escucharlo gritar: “¡Victoria, perdón! ¿querés que te llame luego?”. Corrí por la calle y lloré , no sé bien por qué, creo me sentí utilizada y estúpida, me culpé por haber pasado la noche con un idiota y tuve mucha vergüenza, no supe bien qué hacer así que vagué por las calles un rato, hasta que llame a una amiga para refugiarme en su casa.
HISTORIA 2:  El casanova ladrón.
Para no hacérselas más larga resumiré mi historia en lo siguiente, más o menos por septiembre conocí a Moi y a su perrita Lu, una linda Border collie con pecas. Moi es de los que usa a su mascota como técnica de ligue, en su perfil tiene varias fotos con ella y la neta sí está bien preciosa, me escribió:
Victoria! Dice Lu, mi perrita, que si jalas a pasearla y que su dueño (que esa toda madre), picha los tacos y las cervezas. (:  
Tumblr media
A mí me sonó bastante bien, así que nos citamos poco después en un parque en La del Valle, ese día  él llegó tremendamente tarde y se disculpó invitando la comida, yo ya estaba ahí y no le ví caso a reclamarle. Cuando buscamos lugar yo le expliqué que estaba tratando de dejar la carne, él no tardó en juzgar mi dieta vegetariana (“porque me hacían falta carbohidratos y los taquitos son geniales”), a mí me dió igual, la mayoría de gente dice eso. De camino a su departamento él compró una botella de vino, cuando llegamos conversamos un rato mientras bebíamos y luego comenzamos a besarnos.
Creo que una de las cosas que me gustan de tinder es que todo se puedo volver muy emocionante cuando conoces a alguien por primera vez, Moi era bastante guapo, unos años mayor que yo y actuaba muy seguro de sí mismo, como teniendo todo bajo control, súper sonriente, bromista y amable.
Luego de coger el jugó un rato videojuegos, como yo nunca he jugado sólo lo observé mientras me terminaba la botella de vino, la escena se tornó graciosa porque él comenzaba a molestarse cuando perdía, de pronto el adulto de 30 se convirtió en niño y yo me aburrí, se hizo tarde y me despedí. En general, la pasé bien, sin embargo, olvidé tres de mis anillos en su casa, le pedí por whatsapp que me los guardara y luego bromé diciendo que  me urgía verlo sólo para recuperar mis anillos. Más o menos así fue la conversación:
   Victoria: Voy a tener que pasar por mis anillos urgentemente. ;)
   Moi: jeje no voy a estar en mi casa estos días pero te aviso cuando regrese a la ciudad, va?
   Victoria: va :)
Pero luego de unas semanas él no respondió y la urgencia por mis anillos se volvió real pues no quería perderlos.
    Victoria: Hola. Oye sí quiero mis anillos jeje podemos vernos solo para eso?
    Moi: Hola, te digo que ando fuera, por mi trabajo, cuando vuelva te mando mensaje.
    Victoria: ok… y más o menos cuándo será eso?
    Moi: como en dos semanas, no te preocupes, no me voy a robar tus anillos.
    Victoria: Yo sé pero los extraño.
Llegó noviembre y Moi seguía sin dar señales de vida, entonces recordé que Moi había dicho que una amiga suya pasaba a veces para pasear a Lu.
    Victoria: Oye no es mal plan, solo quiero mis anillos, ¿podrías dejarlos con tu amiga y yo paso por ellos?
     Moi: Sabes qué, ya es un poco molesto que me estes mandando mensajes, ya te dije que ando trabajando, si los querías tanto por qué se te olvidaron en primer lugar?
      Victoria: Pues perdón, no quiero molestarte, solo quiero mis anillos.
      Moi: Pues es que no mames, sí es muy molesto.
     Victoria: A ver creo que yo te estoy hablando super tranqui, ya pasaron más de dos meses y no tengo noticias tuyas, creo que es justo que te esté buscando.
      Moi: Yo creo que no es justo y ya me harte, perdón pero ahí nos vemos.
Y el tarado me bloqueó.
Lo más triste es que uno de los anillos fue un regalo de un ex y estaba bien chido, nunca entendí cuál era el pedo de devolverme los anillos o de responder en whatsapp. El caso es que el galancito terminó siendo muy grosero y robó mis preciados anillos.
El caso chicas, es que estas dos experiencias me hicieron sentir muy mal, sentí que era mi culpa encontrarme con tipos así, pensaba que de alguna manera era una lección por buscar sexo casual, incluso abandoné Tinder por unos días porque quería evitar más situaciones así. Pero hoy pienso que lo peor que podemos hacer es seguir culpándonos, estas experiencias definitivamente me enseñaron a cuidarme más y ser más observadora, pero creo firmemente que por ningún motivo soy culpable de haber perdido mis anillos o de que el idiota argentino casi casi me forzara a mamársela. Es decir, yo busco pasarla bien y por ende que el otro la pase bien, se trata de respeto y cuidado hacia una persona con quien estás compartiendo un momento chido, si ellos no pueden con eso, lo único que podemos hacer nosotras es alejarnos y empezar a tomar nuestras precauciones, pero jamás jamás se juzguen a sí mismas por buscar placer en otras personas si el acuerdo ha sido mutuo.
Con estas experiencias fuí aprendiendo poco a poco a decir lo que me molesta en el momento y a ser más determinada, por ejemplo, si llegan tarde a la cita, me voy, aunque sea algo informal sigue siendo mi tiempo, y si dicen algo idiota como “Eres muy bella, tenés rasgos de otro país.” digo exactamente lo que pienso en el momento. Así, eres fiel a tí misma y además te ahorras disgustos.
Sin embargo, eso de ser fiel a tí misma no es tan fácil, o no lo ha sido para mí, porque yo tenía asumido que era una chica segura de sí, sin embargo, a veces descubro que actúo distinto sólo para no parecer antipática o para no romper el momento y creo que eso es algo que he aprendido con el paso del tiempo, pero que ya no quiero. Por eso practico todos los días preguntándome si me siento bien o si no desearía estar en otro lugar o si realmente el tipo me agrada o si estoy de acuerdo con lo que dice, es un trabajo de prueba y error, de constancia y de amor a tí misma.
De pronto me puse cursi jaja, espero que se hayan entretenido amigas y sobre todo que hayan encontrado algo útil acá, les mando mucho cariño, las abraza su amiga Victoriadetinder.
PD: A todas las que me han estado leyendo y dando sus comentarios, muchas gracias, me encantaría que me dijeran si tienen alguna duda con la que pueda ayudarles o si leyeron algo con lo que no están de acuerdo conmigo, también estaría chido discutirlo. Además he estado pensando en hacer este blog más interactivo, si a alguna le late la idea de compartir su experiencia hágamelo saber para que empezaramos a hacer una lista de las chicas que les gustaría participar en mi blog, no importa si no tienen Tinder, con que se hayan sentido identificadas es suficiente :3. Besitos a todas.
4 notes · View notes
victoriadetinder · 5 years ago
Text
Capítulo segundo: Carpe diem.
Ayer estaba pensando que también sería bueno dar algunos tips sobre cómo cuidarnos al salir con los desconocidos de Tinder, yo nunca estuve en grave peligro, pero sí me encontré en situaciones bastante incómodas. Es hora de que sepan que no soy una mujer que suela tomar buenas decisiones, por lo menos no en ese aspecto, doy muy buenos consejos porque he tomado muy malas decisiones y de ellas he aprendido algo, creo que a veces el carpe diem se sale de las manos… éstas son algunas  de mis recomendaciones: 
Siempre queden de verse en lugares públicos: no sé cuántas veces me dijeron “ven a mi depa”, por favor nunca lo hagan, por más divertido que parezca nunca pierdan de vista que es un desconocido y es posible que sea un pervertido o un violador.
Compartan su ubicación en tiempo real con una amiga.
Si pueden, stalkeenlo, siempre es mejor saber un poco a lo que una se arriesga.
No acepten salidas demasiado aventureras la primera vez, les diré por experiencia que aunque el tipo sea un buen tipo, todo puede salir mal si las invitan al bosque o a la playa la primera vez, es mejor estar en lugares cercanos y que les parezcan familiares, donde una pueda huir si hace falta.
Nunca se droguen con sus citas, por lo menos no la primera vez, puede terminar bastante mal. (ya les contaré de la vez que terminé vomitando en mi primera cita).
Dicho esto, podemos pasar a una de las historias más espeluznantes en mi paso por Tinder. Esta historia se llama “Saúl” y para hacérselas más amena, la contaré a modo de cuento de hadas: 
Érase una noche que, regresando de fiestear, la princesa Victoria se encontraba pache-peda (una vez más) en casa de  su amiga, la princesa no se encontraba muy bien emocionalmente y quería algo de aventura, a pesar de que casi no podía moverse por su embriaguez. Como pudo, mandó mensajes al plebeyo Saúl de Tinder con quien ya había estado chateando. En sus mensajes él era bastante adulador y algo apresurado (señal de alerta chicas), así que pronto accedió a pasar por la princesa Victoria, sin embargo, nuestra princesa cayó en un profundo y creativo sueño, así que no pudo responder ni los mensajes, ni las llamadas del plebeyo desesperado. Al día siguiente la princesa se dió cuenta de su valeverguez y decidió enviarle sus más sinceras disculpas al miserable. Él, por su parte, estaba ofendido, así que rechazó la oferta de la princesa Victoria de verse esa misma tarde, para luego de unas horas, cambiar de opinión. Cuando se vieron, la princesa Victoria pensó que era el plebeyo más alto con quien había salido, quedaron de verse en un outlet de tenis y él no encontró unos de su talla por  tremendo piezote que se cargaba. Luego, fueron en la carroza del plebeyo a un centro comercial a comer, aunque nuestra princesa no es muy fan de los centros comerciales, tenía ganas de comer en un lugar fancy y pensó que si eso era lo que quería el plebeyo, se lo debía por quedarse dormida la noche anterior, primer error. 
Todo parecía ir medianamente bien, la princesa supo casi desde un principio que el plebeyo era algo… simple, le gustaba hablar de ropa y de su carroza, pero era amable y algo divertido, él propuso un juego donde cada uno debía decir tres posibles verdades sobre sí mismo y el otro debía adivinar cuál de ellas era mentira. Esto le pareció bastante ameno a la princesa hasta que, muy sutilmente, Saúl, dejó ver su machismo, así fue como sucedió:
Victoria: A ver, mmm soy vegana, fuí a la marcha feminista y amo el café. ¿cuál es mentira?
Saul: Mmm (la mira de pies a cabeza, ella viste con botas plateadas de casquillo, falda corta rosa y playera negra) pues diría que sí fuiste a la marcha, se nota, ay y no sé, diría que amas el café, por favor no seas vegana.
A partir de ese momento quedó grabada en la memoria de la princesa la frase “se nota”. Ella pensaba ¿Se nota? ¿como es que ser feminista “se nota”?¿por qué el plebeyo Saúl pensó que era buena idea decir “se nota” con un tono medio irónico? El caso es que la princesa Victoria lo notó (siempre lo notamos chavas) pero decidió ignorarlo. Por alguna razón desconocida (incluso para ella) la princesa decidió actuar como princesa punk, le gustaba sentirse admirada, sonrió y coqueteó todo el tiempo, de alguna extraña manera disfrutaba ese momento, se sentía guapa y él, por su lado, era muy espléndido y complaciente, era amable con los meseros y pidió tragos para los dos, pidió incluso café y postre. Había algo dentro de la princesa que le decía que se merecía todo eso, además la comida estaba deliciosa (a veces la comida rica nos puede meter en algunos problemas amigas).
Ya había cierta tensión sexual entre la princesa y el plebeyo, todo era bastante relajado hasta que él hizo la siguiente pregunta...
Saúl: ¿Y… qué piensas del artículo que salió que dice que 7 de cada diez personas piensan que el feminismo está mal?
Hubo un silencio incómodo.
Victoria: ¿Pues qué piensas tú? Digo, lo que yo pienso es que no entiendo tu pregunta, pienso que esas personas son las que están en el hoyo, porque desacreditar un movimiento que defiende la libertad y seguridad de las mujeres que todo el tiempo son violentadas es precisamente lo que está mal. Y la cifra es bastante lógica, son esas personas quienes ignoran este y un montón de problemas más, prefieren ver netflix y voltear para otro lado.
Saúl: Oh sí, pues si lo dices así, creo que tienes razón...
Él asintió como si hubiera entendido algo, y la princesa sintió como si le hubiese enseñado una lección, pero la verdad es que no. Ella lo sabía, pero quería coger, así que cuando el plebeyo la invitó a su choza ella accedió. En el camino, fumaron hierbas mágicas y se pusieron calientes, iban rápido sobre Calzada de Tlalpan,sonaba https://www.youtube.com/watch?v=u09s0uz0tEU. Él pasó sus manos por las rodillas y la entrepierna de la princesa, tenía la mano muy caliente y ella las piernas frías, estaba rico. La princesa se sintió contenta y excitada. Llegaron y todo transcurrió bastante normal, hubo algunas risas, fumaron un poco más y Victoria quiso bailar, bailo un poco y luego se sentó sobre las piernas de Saúl, él no dejaba de halagarla. Saúl besaba bien, se acostaron y desnudaron, fue entonces cuando el plebeyo pronunció las palabras que casi provocan el vómito en la princesa, mirando su miembro Saúl preguntó:
- ¿Crees que te quepa?
La princesa Victoria volteó a verlo y no supo qué decir (¿qué se dice a ello?), la frase terminó por causarle gracia y contestó:
- Sin pedos. (Pero la princesa Victoria ya había perdido todo apetito.)
El rostro de él cambió por completo, estaba avergonzado y su pene abandonó la dureza, a la princesa no le importaba, pero a él sí, se cubrió y se puso muy nervioso.
          Saúl: Nunca me había sentido así con una chica. Espero muchas noches                      así.
          Victoria: Mmmm... no, yo no creo que pase, de hecho ya me tengo que ir.
          Saúl: ¿En serio?
          Victoria: Sip.
          Saúl: ¿O sea que ya no vamos a salir?
          Victoria: No sé... no creo.
          Saúl: ¿Sólo te gusto en el plano sexual?
La princesa quería salir corriendo.
          Victoria: Sí Saúl, es nuestra primera cita y no estoy buscando nada serio,                          lo dice mi perfil.
 Aquí hago un corte en la historia amigas, he encontrado varias personas que dicen que nadie pone atención a las descripciones, pero yo creo que son otra “señal oculta” para laikear o no laikear, algunos usuarios no ponen nada, pero son pocos, otros se describen con emojis, otros sólo dejan su instagram,  en esto también hay mucha variedad, pero siempre es bastante grato cuando ponen qué buscan en la aplicación. En mi perfil, especifico que busco algo relax y que quiero divertirme, nunca le doy like a las personas que buscan algo serio, pero tampoco me dan confianza los vatos que ponen emoticones de berenjenas, pienso que estos tipos van directo al cuarto o sólo quieren cibersexo, no es que me asuste o lo vea mal, pero no es mi onda. 
Tumblr media
La forma de describirse también habla mucho de la persona. No doy like a los que se describen con sus logros, ni que ponen frases comunes como “no sé qué hago aquí” o “háblame por insta”, he encontrado algunos mensos que ponen cosas como “me caga que no me respondan” o “si no vas a hablar, mejor no des match”, y yo pienso: chale vato no creo que consigas muchos likes con esa agresividad interiorizada. Tampoco me encanta cuando empiezan su descripción con las cosas que odian, tal vez eso es muy mío y depende un poco de mi humor, a veces me atraen las descripciones que son un poco sarcásticas. Lo que quiero decir es que es una maldita aplicación de citas, yo no empezaría diciendo las cosas más profundas de mi ser, ni mis mayores logros, esas cosas se sabrán cuando los usuarios se conozcan y si es que el tema les resulta atractivo. Cuando ponen descripciones  agresivas o largas, llenas de prejuicios y medio aspiracionales, pues me hace pensar que esa persona es el triple de prejuiciosa, agresiva y aspiracional.
Volviendo a nuestra historia; la princesa comenzó a vestirse.
         Saúl: No me fije en tu descripción.
         Victoria: Pues, ahí lo dice.
         Saúl: ¿Entonces ya te vas?
         Victoria: Sí.
         Saúl: Te llevo.
         Victoria: Sí, gracias.
Erróneamente la princesa pensó que debía ser indulgente con él porque no era malo, sólo pendejo, así que trato de vestirse rápido y olvidar el amargo momento que había pasado, ella sólo quería llegar a sus aposentos. Pero cuando iban de camino, el desdichado plebeyo hizo de todo para hacer más largo el camino: paró a comprar cigarros, se quedó un rato estacionado eligiendo la música y fingió equivocarse dos veces de ruta, cuando la princesa Victoria le reclamó, cambió su humor y , por fin cerró la boca. Cuando por fin llegaron al castillo ella se apresuró a despedirse, no había nada que decir, pero él aún se atrevió a pedirle el “último beso”, Victoria lo rechazó y le sonrío forzadamente.
            Victoria: Nos vemos, gracias por traerme.
Salió de la carroza, abrió su portón y se metió a su cuarto, por fin estaba en casa. Durmió como Cenicienta y al día siguiente bloqueó al plebeyo de whatsapp y de Tinder.
Saúl realmente pensaba que era sensual preguntándome si me cabía su miembro, y realmente creyó que era romántico al decir que quería más noches como esa, ¿en qué momento de su vida aprendió eso? ¿y en qué momento de la mía yo aprendí que debía ser indulgente con un pendejo machito?
La verdad es que me ha sido un poco difícil contar esta historia, porque tuve miedo de ser juzgada. ¿Por qué quise actuar como princesa? Creo que fue divertido. ¿Lo recomiendo? Tal vez, pero con alguien menos meco, aún sigo pensando que Saúl era mucho más joven que yo, aunque dijo que teníamos la misma edad. (Igual puedes encontrar un meco de treinta)
 Lo peligroso del asunto es que el muy Saúl creyó que podía retenerme unos minutos más a la fuerza, es decir, el mismo pendejito adulador, que cree en el amor a primera vista, es un secuestrador en potencia.
 No más indulgencia amigas, el final alterno de esta historia es más emocionante:
          La princesa Victoria, al sentirse secuestrada por el plebeyo, le clava las uñas en la entrepierna, le propina un codazo en la cara y sale corriendo a toda velocidad, esquivando a los otros carros. 
En fin, como ya había dicho, no soy ninguna heroína, mis amigas normalmente aprenden de mis errores, así que les pido a ustedes, hagan lo mismo, no le den tanto al carpe diem, ni se dejen seducir por una cena lujosa, si dice algo pendejo, seguro es un pendejo. 
Saludos y muchos besitos.
Las quiere Victoriadetinder.
P.D. Si un día tienen tiempo y ganas, cállenle la boca a un pendejo, puede ser bastante gracioso si nos ponemos creativas, por ejemplo si alguien te dice “¿crees que te quepa?” ustedes podrían responder “uy hasta va a sobrar espacio carnal” o algo como “ay sí, mírala, está toda chiquita :3”. Gg Brillitos para todas.
2 notes · View notes