wherethereareonlywords
wherethereareonlywords
El lugar donde las palabras sin hogar vienen a morir.
5 posts
Don't wanna be here? Send us removal request.
wherethereareonlywords · 8 years ago
Text
Una pelea que nunca terminará.
Todo tiene un comienzo y un fin. Lo que una vez existió ya no está. Si en un principio abundaba ahora escasea. Toda pelea que se inicía, en algún momento, llega a su inevitable desenlace. Al menos eso creí hasta hoy. La fuerza aplastante del tiempo no acaba con todo, hay cosas y lugares que trascienden lo suficiente como para ser eternas.
El conflicto interno al que me veo expuesto no sólo carece de fin sino que siempre está mutando. Cambiando. Suelta una débil esperanza de entregar una calma sanadora, una paz que armonice todo pero no, es demasiado bueno para ser verdad. Como si no hubiese suficiente con todas las batallas que a diario tenemos que enfrentar. Además, vencer los obstaculos que encontramos a diario tienen como premio cierta satisfacción. Felicidad de vivir un dia más, pero,¿cuál es la satisfacción de tener que luchar contra uno mismo?¿Qué sentido tiene dividirse cuando, siendo uno, ya es díficil vivir? Los conflictos internos nunca terminan. Quizas hoy en la noche tenga la suerte de poder terminar una lucha, de resolver un problema, pero nada me asegura que no surga uno nuevo. Es más, la mayoría de las veces están conectados uno al otro como una cadena a la que no le veo el final, que se extiende al infinito y más allá de mi comprensión. No puedo escapar de algo que nunca termina.
Fuera, en la realidad, todo tiene una fecha de caducidad. Los libros son consumidos por la erosión, las personas por el paso del tiempo, las relaciones se quedan sin historia que contar. Muy utilitario describir sólo la utilidad pero es así. El tiempo nos fuerza a tener inicio, fin y utilidad aunque no la podamos comprender. Cuando chocás contra alguien, el final ya se escribió aunque no se haya revelado. Tarde o temprano lo encontrás, es como caminar con los ojos cerrados y en algún momento chocar contra una pared o lo que sea. Desvarié. Me perdí otra vez intentando esquivar lo que debo enfrentar. No pienso borrarlo porque puede ser un acto fallido que quizás en algún momento entienda. O quizás no.
Ajá, cuando algo en la realidad te afecta, te da miedo o atrapa, podés escapar al interior de tu mente. Es sólo cuestión de esperar que suceda lo que deba suceder y salir para seguir viviendo con los restos y las cicatrices. Como dije, todo tiene un principio, un fin y una razón. Aunque no comprenda la razón, o no quiera, sólo debo esperar que la tormenta pase. No puede llover todo el tiempo. Diferente es cuando la pelea es interna, ¿a dónde te escapás cuando tu “zona segura” ya no es segura?¿A la realidad? No creo, de ahí escapamos para no salir tan lastimados. Lo peor de todo es que, aunque te ausentes mil años, todo queda tal cual quedó la última vez que lo visitaste. No hay escape para algo que no cede ante el tiempo.
Luchar no es una opción. No se puede combatir fuego contra fuego. Y aunque así fuese, aunque puedas apagar un incendio, al instante surge otro mucho más fuerte y asfixiante. No podés destruir al antagonista cuando éste forma parte del protagonista. Y en este caso, uno mismo es tanto el protagonista como el antagonista. Hay dos posibilidades de terminar con las eternas peleas internas.
1) Acallar ambas voces al mismo tiempo: sólo es posible apagando la llama de la vida que mantiene la existencias de ambas partes. El suicidio. Aunque no es seguro porque no se sabe qué hay después de la muerte.
2) Hacer las pases: quizás sea lo más díficil que se vaya a enfrentar en la vida de cada uno pero, de una pelea se sale muerto, vivo o con un nuevo amigx. No niego que en la busqueda de la paz no se vaya a desatar una nueva guerra o un nuevo derramiento de sangre, lágrimas y sudor pero, supongo que vale la pena intentarlo.
Puedo dar fe de que la segunda opción, al menos hasta donde logré llegar y que no tengo certeza de qué tan lejos sea, se siente como una fuerte desintoxicación o la rehabilitacíon después de algún accidente grave. Dolorosa, sin esperanzas a futuro y con cierto toque de irracionalidad. Después de todo, ¿qué hay de racional en frenar a alguien, que tiene la intencíon de apuñalarte, sólo con un abrazo? Y suena aún más loco cuando sos tanto quien desea apuñalar como quien desea abrazar.
Lo peor de todo es que la realidad está cambiando. La vida binaria está por explotar como un gran big bang que nos dejará, ni más ni menos, en el exterior lo mismo que compone nuestro interior; una infinidad de contradiccíones y sin sentidos que no harán más que vulnerarnos y revelarnos la realidad. Estamos flotando, cayendo, subiendo o todo a la vez en el universo sin nada a lo que aferrarnos. Estamos solos.
Supongo que siente como estar aturdido, tirado en el piso, mientras ves como todo se mueve a gran velocidad. Alguien se detiene y te da una mano para ayudarte a que te pongas en pie. Sos vos mismo. Una vez más estás listo para seguir en un sin fin de contradicciones, incoherencias y fantasías que componen este universo. Suena tan esperanzador pero lamentablemente no lo es. Una prisión y un bucle nunca son esperanza.
0 notes
wherethereareonlywords · 8 years ago
Text
Pérdida.
Pierdo tiempo y no lo puedo recuperar. Pierdo capital y no me lo pueden devolver. Pierdo creatividad pero rara vez la tuve. Pierdo una y otra vez. No me canso.
Sin embargo, lejos de agotarme, lo que realmente pasa es que me molesto conmigo. Primero cae pesada la culpa sobre lo que no soy yo pero, como no hay arreglo, la carga se va. Pero no para no volver, vuelve a caer. Esta vez cae en mí. Reproches y arrepentimientos sin fin asoman de entre las más vagas ideas sin desarrollar. Un eco de alguien molesto que pareciese un testigo pero realmente no hay más nadie acá. Sólo yo puedo entrar. Qué molestia es tener que atravesar por todo esto. Situación que, de no ser por un gigante manipulador, no debería suceder. ¿Desde cuándo lo normal es tener peleas internas? Que yo sepa las batallas éticas sólo eran una proyección de la mente para poblar el terreno de lo fantástico. Además que, nunca se trataba de “¿Qué es el bien?” sino de elegir entre el bien y el mal. Es simple cuando sólo hay dos opciones opuestas. Pero no, somos ingeniosos para complicar la vida y a una decisión simple y reduccionista se le tenían que inventar ramales de posibilidades.
Una selva interminable de dudas y preguntas sin responder se interponen entre la sensibilidad y el accionar humano. Algunas trascendentes y muchas otras solamente para distracción de la meta. Es en vano preguntarse a dónde vas o cómo vas a llegar, no hay respuesta para eso. Lo principal es sobrevivir y convivir con uno mismo porque, ¿de qué vale buscar un bien colectivo si de forma individual no podés convivir con vos? Dejaste de ser persona en el momento que abandonaste tu identidad para convertirte en un todos. Ya ni deberías sentir algo ajeno a la masa. Pero no sucede, ¿no? Todavía percibís todo desde tu lugar individual. Duele el bien común que tienta contra tu vida. Bueno, tan bien común no es si, siendo parte del todo, se te ignora. Es simple. No fue un acto voluntario, fue un sacrificio que se te estimuló a realizar cuando no estabas seguro de si valía la pena.
El bienestar interior no se negocia, es primordial para la felicidad. El bienestar colectivo tampoco pero esto no significa que se deba ceder a lo primero para lograrlo. Aunque, a lo largo de la historia, las diferentes interpretaciones de la idea hayan ido alterando la esencia y el orden, todo sigue igual. El colectivo busca el bienestar de sus individuos mientras que éste,a su vez, busca su bien a través del conjunto. Si el conjunto no funciona como puente, entonces el bienestar interior e individual es prioridad. Después de todo y aunque haya tantas vueltas, ¿no es el bienestar del individuo lo que se buscaba?
El psicoanálisis no se debe subestimar.
0 notes
wherethereareonlywords · 8 years ago
Text
Me sobra tiempo.
0 notes
wherethereareonlywords · 8 years ago
Text
Sin producción.
0 notes
wherethereareonlywords · 8 years ago
Text
Trouble
¿Me avergüenzo de lo que pienso? O, antes que nada, ¿Se puede sentir vergüenza de pensar? De sentir doy por hecho que sí, aunque, de todas formas, no sé por qué lo hago. Sólo sé que me cuesta muchísimo escribir acerca de lo que pasa por mi cabeza. Expresarlo por escrito y que se pueda leer. No es que me cueste desarrollar ideas mientras están dentro pero, al momento de “imprimirlas”, me cuesta que salgan. Es más, siento que hago de todo lo posible para evitarlo. Cuando me siento, con la intención de escribir, se me ocurren muchísimas cosas más interesantes para hacer. Ir al baño, porque inesperadas ganas de hacer pis aparecieron. Deambular por la casa sin prestar atención a las cosas. O sí, prestarle atención a objetos sin observar realmente lo que veo. Mirar la tele y cambiar de canal, esperando encontrar algo que no estaba buscando. Tocar el celular esperando una respuesta a una pregunta que no hice. Todo parece más importante que escribir sobre mí.
Y, cuando ya no me quedan más cosas para hacer, vuelvo a la silla con la misma intención. Escribir. Lo que tampoco, después de haber dado tantas vueltas, puedo hacer. Sólo que, ahora no creo necesario hacerlo porque, me digo que la idea ya está refinada y olvidada. Que no existe motivo para hacerlo. ¿Entonces? ¿Qué hago? Siempre recomiendo que, la mejor forma para aclararse uno mismo es expresándose. Escribiendo más específicamente pero, yo no lo hago. ¿Estoy faltando a mi palabra?¿Si yo no puedo hacerlo, por qué les digo a otros que funciona? Se me ocurren sólo dos cosas. La primera es que me miento a mí mismo y a los demás, escribir no ayuda. La segunda es que, estoy en lo correcto, y en lo más profundo de mi interior, tengo miedo de llevarlo a la práctica. ¿La razón? No la conozco. Quizás es porque no estoy acostumbrado a criticar las cosas que me motivan, las que hago y las que no. Las que pienso.
Quizás, si logro poner en práctica lo que recomiendo, encuentre algo malo. Tan malo que podría afectarme tanto que, antes de saber qué es, ya lo reprimí y olvidé. Como el doblepensar que aparece en 1984. ¿Qué será lo que tengo escondido, tan bien escondido que, aunque está en mi interior, no lo conozco?
Aunque esté mal escrito o no tenga sentido esto que acabo de escribir. O al menos por ahora, porque no sé en el futuro. No lo voy a borrar. Que sirva de prueba para mí. Lo intenté y salió lo que salió.
0 notes