will-of-salomon

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Aviso de cierre.

Me he terminado decantando por inutilizar la cuenta. Hay un poco de todo, pero las razones son en términos muy básicos la lacra de actividad por la que pasa Tumblr rol y el tiempo que me llevaría zambullirme lo suficiente como para darle un arreglo al problema.

En un principio quería darle un uso ocioso, pero creo que otras redes podrían suplir mejor esa necesidad. Además le suma lo difícil que es traer un personaje de una obra medio olvidada, al final, siempre he estado un poco atado de manos.

Resalto que agradezco el poco tiempo que he pasado con vosotros y que habéis invertido en Aladdin. Ha sido muy, muy divertido. ¡Con ésto dicho, solo queda desearos felices fiestas y buena suerte con el año venidero!

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Throwback Thursday: remember when all I did was Magi fanart

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i ended up just not drawing morgiana

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braveblume‌:

El sonido que provocaba las gotas al caer en una superficie era, de alguna forma, relajante y tranquilizador. Nunca fue fanática de la lluvia, no le agradaa del todo, ya que sabía que el patio –donde solía entrenar–, el bello jardín y otros lugares del palacio estarían mojados. Pero si tenía que verle el lado positivo, al menos las plantas estarían contentas por recibir agua. Eso las ayudaría a crecer y a mantenerse vivas durante el invierno.

Kougyoku pasó un mechón detrás de su oreja y extendió su mano cuantos centímetros fuera de la baranda. Su mano, manchada por la tinta, no tardó en empaparse y enfriarse por culpa del viento helado. El frío siempre estaba peor en las noches, la temperatura descendía mucho para esas horas.

Volviendo a mirar al muchacho, tomó una bocanada de aire y negó con la cabeza. Siempre dependía de las personas, en especial de Hakuryuu o Koumei, quienes dispuestos estaban a ayudarla. Ambos sabían que ella no podía con todo el trabajo y más de una vez la habían guiado y ayudado con algunos escritos e investigaciones.

— ¿Depender más de ti…? —ese muchachito sabía cómo sorprenderla con sus palabras. Kougyoku desbordaba estupefacción—. ¿Por qué? Este tipo de responsabilidades te aburrirían mucho, niño. Además, ¿no estás ocupado tú también? —a veces llamaba “niño” a Aladdin, aunque sabía perfectamente que ya era un adolescente. Ese muchachito había crecido bastante.  

Una pequeña sonrisa melancólica se asomó a sus labios, producto de sus recuerdos y el agradecimiento que sentía hacia Alibaba. A su amigo le debía más que un ‘gracias’ por todo lo que había hecho en esos meses difíciles para su país y ella. Nunca pensó que saldría de esta.

Con un suspiro pesado, devuelve la mirada al patio. Aunque más que mirar al patio, evitaba mirar a la mayor mientras hacía algunos pucheros. El viento y la lluvia terminaron por apagar la llama que había dado pelea para mantenerse encendida y la oscuridad se apoderó completamente del castillo. Los relámpagos prendían de vez en cuando una mecha blanca, que duraba instantes, iluminando con sutileza. Para el muchacho, tenía su encanto. 

— Ya no soy un niño, ¿sabes? ...  —  murmura, aunque es lo que diría un niño. 

— Quiero decir...  — se lleva la mano al pecho, aclarando que se refiere a si mismo.  — Soy más alto, puedo comer más ración que tu y estoy seguro de que podría completar todo ese trabajo aburrido más rápido que cualquiera de tus asistentes. 

Tal vez.  — titubea en el último momento. 

Se distrae mientras juega con sus propias manos, que también han pasado a sentirse un poco frías. Las cordilleras de Kou no tenían nada que ver con el clima húmedo y caluroso de Sindria. Una vez más, devolvió sus ojos a la quinta emperatriz, ésta vez un poco más difícil de distinguir sin nada que la ilumine. 

Había algo que le frustraba sobre estar parado de pies y manos en ésta situación. 

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youmatou-kaiken‌:

– ¿A-Arajin? – tuvo dificultades en pronunciar el nombre del muchacho, claramente no era de Kou, ya que en esta nación poseían nombres similares al chino en su mundo, ¿Sería de alguno de esos otros países que Kougyoku-nee le mostró cuando visitó la biblioteca imperial por primera vez? Parthervia…Sindria…¿Cómo se llamaba el otro? Ya no recordaba. ¡Con suerte apenas conocía su propio mundo y conocería por completo este! – ¡¿Un magi?! Un momento, ¿Eso quieres decir que eres como ese tipo que me tiró duraznos y me hizo tropezarme en el jardín?

Su pregunta no era para poner en tela de juicio la personalidad del joven - se veía un chico más agradable que el Judal ese - si no sus habilidades, ya que la emperatriz le había comentado de los poderes especiales de Judal cuando pensaron en alternativas para devolverlo a Japón, sin embargo, este no poseía la respuesta y encima de todo era un antipático.

Un momento. ¡Tal vez este chico sepa como devolverme a mi hogar! Puede que él si sepa en lugar de Judal, ¡Tengo que preguntarle!

– Soy Tetsunosuke, y tengo 15 años, – no le gustó el énfasis en la palabra ‘chico’, le hartaba que lo confundiesen con alguien menor pese a su estatura, – Y no soy de este mundo. Sé que suena raro, pero vengo de un país llamado Japón que no existe aquí, ni siquiera yo comprendo del todo como es que llegué aquí…simplemente estaba buscando a mi maestro y a dos de mis profesores en una casa que parecía estar maldita y de la nada estaba en los jardines de este palacio donde Kougyoku-nee me encontró….¿Sabes algo al respecto?

Duraznos, jardín... Aladdin contempló las posibilidades durante un par de segundos, donde se hizo el silencio. Su piel tomó el color del fruto que se había mencionado, quizá un poco más rojo. Un pequeño temblor se apoderó de sus hombros, pequeñas convulsiones. Apretó el puño y reventó desde el fondo de su garganta. 

— ¡TE EQUIVOCAS, TE EQUIVOCAS! ¡JUDAL ES UN MAL EJEMPLO DE MAGI! ¡ES UNA SERPIENTE DE MORDEDURA VENENOSA! ¡NO TENGO NADA QUE VER CON ÉL, NO NOS COMPARES POR FAVOR!...  — era importante hacer ésta aclaración, pero su fachada de “ adulto confiable que merece respeto “ había caído en picado. Cuando se dio cuenta de las escena que había montado, suspiró de forma pesada. No importa en qué contexto, siempre que el nombre del Oráculo de Kou salía a la luz, acababa mentalmente agotado. 

La diferencia de altura entre ambos no eran tan significante, no obstante Aladdin podría haber apostado que el Tetsunosuke rondaría los trece años. Le sacaba aproximadamente... ¿veinte centímetros? De cualquier forma, era refrescante hablar con alguien de su misma edad, de vez en cuando. 

Le habría echado el brazo por encima y se habría dejado llevar un poco de no ser por la última aclaración del muchacho. En contraste, la conversación adquirió otro tipo de tensión. Para empezar, era imposible que Alma Toran albergarse algún tipo de vida más allá de los Djinns que habitaban aquella estrella muerta. Además, el propio chico había puntualizado que había sido transportado hace poco. 

Aún no sabía si éste individuo era un peligro real o no para éste mundo, pero Ugo le había encomendado un trabajo. Guiar a aquellos que estaban perdidos. 

Con una sonrisa más tranquilizadora y colocando una mano en el hombro del más pequeño, Aladdin insistió.    — No es raro en absoluto, Tetsunosuke. Yo también soy un viajero de otro mundo. 

Y creo que puedo ayudarte un poco. 

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noctismare‌:

— ¿Oh, entonces te molesta mi rukh? Pues me mantendré lo más lejos posible, aunque tal vez me quede no más para molestarte. 

Dijo fríamente y mirándolo atentamente, en verdad habían cambiado mucho las cosas después de esa batalla para salvar al mundo pero ahora este era un desastre total con tantos continentes mezclados. 

— Si nos ignoramos mutuamente será suficiente. 

Y cruzó las aguas termales nadando hacia la otra orilla. Ahí cerró los ojos para relajarse, tratando de no pensar en el otro magi. 

Tal vez, solo tal vez, esa última respuesta pudo haber sido algo radical incluso para una persona como Judal. Aquella agresividad pasiva había salido natural del interior de Aladdin, pero la realidad era que solo anticipaba sus garras a las del contrario. Después de todo, el magi que veía de frente, tenía una lengua afilada. 

— ¿Huh? ¿He herido tus sentimientos, Judal?  — ... le quitaría hierro al asunto. Eran tiempos de paz. Sería un desperdicio no intentar llevarse bien con todo el mundo. ¡Aunque estaba seguro de que era imposible llevarse bien con el Oráculo de Kou! ¡ESTABA SEGURO!

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Respuestas atrasadas.

He vuelto del viaje, estoy algo cansado así que mañana empezaré a responder los roles que debo.

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Estaré de vuelta pronto.

Estoy de viaje en Madrid, soy consciente de que tengo roles que responder, pero hasta dentro de unos días no llego a casa.

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Inktober day 1 : Aladdin

Wow its been a long time since i used pen. Now it feels strange…

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Magi

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Está un poco oscuro y la lluvia no ayuda, pero Aladdin aprovecha para examinar el rostro de Kougyoku. Su cabeza da un par de vaivenes, como si él entendiese algo que ella no, buscando ponerla un poco más nerviosa. No lo podía remediar, era tan divertida, al fin y al cabo. Aún así se percató de sobra de lo bonita que permanecía la piel de la muchacha que tenía en frente. Un cuarzo pálido, muy vívido lejos de dar una sensación de enfermedad, seguramente fruto de haber estado atada al palacio desde muy pequeña. 

Aladdin también se había vuelto consciente de sus ojeras. Medallas bajo sus ojos, que eran fáciles de notar. La prueba inamovible de sus esfuerzos. En un mundo hipotético donde Alibabá no existe, él probablemente se habría querido convertir en el Oráculo de la octava princesa. Seguramente no se habrían conocido; probablemente Aladdin ni si quiera se conocería a si mismo como lo hace ahora, pero estaba convencido de que en el fondo del corazón de Alibabá y de Kougyoku, había el mismo tipo de sentimiento de justicia. Y como el rukh que vuelve a las personas, irremediablemente, el magi se veía atraído por ésto. Como una polilla a la luz. 

La lluvia se hace más sonora y pesada. Puedes escuchar el agua que choca contra las piedras del suelo como palmadas, frenéticas y continúas. El silencio de la madrugada lo acentúa, y crea un ambiente de verdadera calma. Bien podrían estar soñando. 

— No hay nada de malo en depender de los demás. 

Puede que no sea el oráculo del Imperio Kou, pero me gustaría que dependieras más de mí.  — no tenía la más mínima duda de cuanto peso podían cargar los hombros del Emperador, pero incluso así. 

— Además, sin Alibabá cerca, todo es un poco aburrido.  — bromea con una mueca gentil, tal vez hasta un poco triste.

aladdin-red-magi‌:  

— Nadie que tenga menos de cincuenta años toma té para dormir.  —  sentencia rompiendo aparatosamente la calmada atmósfera de la plácida noche nublada. Quizá, en parte, para molestarla un poco. 

Se acerca a la baranda que tienen cerca y apoya los codos. La madera, un poco desgastada, es ligeramente molesta de sentir en la piel pero no es suficiente para retirar sus brazos. Más tarde su puño se covertiría en una ruda almohada para sus mejillas, pero no se estaba del todo mal. Seguía escuchando con atención a la chica, y la imagen de su pelo desordenado le hizo esbozar una sonrisa. 

— Tú y Alibabá os parecéis en eso.  — no puede evitar suspirar, pero la pequeña torcedura de sus labios no se desvanece. 

— Deberías dejarte ayudar un poco más, Emperador.  —  algunas gotas empiezan a caer del cielo. El clima, que amenazaba eventualmente, se decide por revelarse por fin. 

— ¡¿Q–qué estás tratando de decir con eso?! ¡¿Estás insinuando que estoy vieja?! —intentó guardar la cama, pero sus propias emociones la traicionaron. No era capaz de controlarse, no cuando hacían comentarios con respecto a su edad.

La emperatriz siguió haciendo cólera y renegando en voz bajita por varios minutos. Le molestaba que la fastidiaran con su edad o le mandaran una indirecta que parecía una vieja, cuando aún estaba en la flor de la juventud. Apenas tenía veintitrés años y no aparentaba, sus ojos grandes y su carita de niña la hacían ver como si tuviera diecinueve años.

— ¿Parecer… en qué? —paró de renegar, quería saber en qué otra cosa más se parecía con su amigo.

— Me dejo ayudar, pero no está bien que dependa de los demás. Quiero hacer mis labores por mi propia cuenta —el sonido de las gotas llamaron su atención e hicieron que se acercara a la baranda y extendiera su mano para saber cuánto estaba lloviendo—. Tenía fe de que no llovería hoy…

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|| acabo de terminar de arreglar ésta cuenta y ya estoy pensando en abrir una multi-rol.

siempre consigo decepcionarme.

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braveblume‌:

— ¿No has probado en tomar una taza de té antes de ir a dormir? Ayuda, aunque no lo creas —ella, cuando no estaba tan exhausta para caer dormida, tomaba una taza una o dos horas antes, y funcionaba.  

El viento, que salía por los delgados huecos de la ventana, sacudió ligeramente sus cabello y, sin dudarlo, se los arregló, incluyendo su flequillo desordenado. En la noche, la temperatura descendía en picada y hacía más frío que en la mañana. Menos mal estaba abrigada.

— Ka Koubun está dormido, le dije que ni bien terminaba con mis deberes me iría acostar. Él también necesita descansar —aún así, el muchacho podía estar en lo cierto, el hombre era capaz de levantarse con tal de verla descansar—. Y justo acababa de terminar, fui a la cocina por un vaso con agua antes de irme a dormir.  

— Nadie que tenga menos de cincuenta años toma té para dormir.  —  sentencia rompiendo aparatosamente la calmada atmósfera de la plácida noche nublada. Quizá, en parte, para molestarla un poco. 

Se acerca a la baranda que tienen cerca y apoya los codos. La madera, un poco desgastada, es ligeramente molesta de sentir en la piel pero no es suficiente para retirar sus brazos. Más tarde su puño se covertiría en una ruda almohada para sus mejillas, pero no se estaba del todo mal. Seguía escuchando con atención a la chica, y la imagen de su pelo desordenado le hizo esbozar una sonrisa. 

— Tú y Alibabá os parecéis en eso.  — no puede evitar suspirar, pero la pequeña torcedura de sus labios no se desvanece. 

— Deberías dejarte ayudar un poco más, Emperador.  —  algunas gotas empiezan a caer del cielo. El clima, que amenazaba eventualmente, se decide por revelarse por fin. 

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Si la estadía del muchacho en el Imperio Kou se había alargado más de la cuenta, es porque había una razón. Ésta misma razón lo inquietaba al punto de tenerlo rondando por los pasillos del palacio de noche, y surcando los cielos de la capital apenas el sol salía. Lo que no se esperaba, desde luego, es que la razón decidiese pararse de frente y que encima estuviese coja. 

Así es. Aladdin, aquel que portaba el título de Magi y tenía una relación especial con el rukh, encontraba anómala la mera existencia del chico que se paraba justo frente a sus ojos. Aunque más bien, lo que era anómalo era el rukh que componía al muchacho. La forma en la que emanaba no tenía nada que ver con la del tío Sinbad, se trataba más bien de la presencia que ejercía. Casi como si no fuese de éste mundo. 

Superando el shock de encontrar ésa energía de frente y lejos de querer un conflicto si quiera verbal, el muchacho da una estocada con su bastón al viejo tablón de madera bajo sus pies, que hace un crujido sordo. Quiere atraer su atención. 

— ¡Soy Aladdin! ¡Un Magi!  — su tono de voz serio pierde fuerza en seguida, debido a lo poco que va esa presentación consigo. Su imitación de Yuunan falla, y ya no sabé si podrá ejercer la presión que quería para obtener las respuestas que estaba buscando. Así que de perdidos, al río. 

— ... Voy a tener que pedirte que me digas tu nombre y cuáles son tus intenciones, chico.

@aladdin-red-magi

¡Ah! ¡Qué aburrido era tener que estar encerrado en esta habitación sin poder moverse, y todo por culpa de ese sujeto! Si ese tal Judal no lo hubiera provocado, no se habría torcido el tobillo y por ende no estaría aquí. Trataba de distraerse con otra cosa, pero lo único que realmente le satisfacía era entrenar para volverse más fuerte, lo cual no podía hacer en este estado. ¿Por qué siempre le pasaban estas cosas a él? A fin de cuentas, no dejaba de ser un inútil…

Había pasado ya cierto tiempo desde que aterrizó en este misterioso mundo llamado Kou - o país, mejor dicho - y quedó bajo la custodia de su emperatriz. Kougyoku-nee era una buena persona, siempre muy atenta y apoyándolo, pero no por eso quería seguir cargándola con sus problemas. Debía encontrar una manera de volver a su mundo y regresar con su hermano y el resto de sus compañeros, ¡Tenía qué!

Si no, nunca podría enfrentar sus temores. Nunca podría cobrar su venganza.

Hastiado de tanto confinamiento, el muchachito tomó las muletas y comenzó a caminar por el pasillo, tratando de distraerse con algo. Fue durante su trayecto que divisó la figura de un chico de una larga trenza azul y de gran altura, claramente no se trataba de Judal. Desplazándose con cuidado, sintió curiosidad por el chico y se acercó a él.

– Oye, ¿Quién eres tú? No te había visto por el palacio antes, ¿Eres un invitado?

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My bae grows up from cute to sexy fuck

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En solo un momento, todas sus ganas de tomar un baño salieron volando con una inesperada ráfaga de viento. Por solo su expresión podías averiguar que se arrepentía de estar justo en ése sitio, justo en ése momento. ¿Por qué de todos los días de la semana, de todas las horas del día, tenía que coíncidir con el oráculo justo en el ahora? 

Con una mueca de disgusto, el de cabellos azules lejos de quedarse callado, lo rebatió. 

— ¡Esa es precísamente mi línea! ¡De todas las personas del Imperio tenías que ser tu precísamente el que estuviese aquí!... 

Frunciendo el ceño y dejando caer una pesada bocanada de aire de entre sus labios, se adentró a la terma y se acomodó tan lejos como pudo del chico. Sin la trenza podías apreciar que tan largo tenía el pelo Aladdin, una extensión de cabello añil como la bóveda celesta sobre sus cabezas que caía pesadamente sobre sus hombros; unos hombros que no tenían nada que ver con los de hace apenas unos años. El menor, apenas empezaba a desarrollar un cuerpo esculpido, seguramente fruto de sus entrenamientos físicos en Magnostadt y El Continente Oscuro. 

— ... tu rukh apesta, ¿puedes alejarte todavía más?  —  murmura en un tono serio, propio de una figura disciplinaria. 

— Esta debe ser una maldita broma. ¿Por qué justo cuando me quiero relajar en aguas termales tienes que aparecer? 

Judal se había encontrado con una persona inesperada para él, y si bien no era alguien con quien se llevaba mal ahora, aún le era incómodo. 

@aladdin-red-magi

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Según las reglas básicas de educación, la ahora, anterior octava princesa del Imperio Kou, estaba en lo cierto. Desarticulado por las normas más simples de la conversación, alzó sus manos en señal de rendición. 

— No puedo dormir. Estaba dando una vuelta por palacio, para ver si consigo distraerme un poco.  —  la ropas del muchacho estaban hechas un desastre, seguramente de revolverse en la cama una y otra vez. El cabello también lo tenía hecho un cristo. 

El rukh de palacio llevaba inquieto unos días y se le contagió esa inquietud. Salió a confirmar la anomalía, pero las cosas parecían tranquilas por los alrededores, y después se vio sorprendido por el familiar rukh de la chica, que revoloteaba cerca de ella del mismo color brillante de la llama de fuera. 

— Más importante, ¿te has vuelto a quedar hasta tarde haciendo papeleo? Deberías irte a la cama antes de que Ka Koubun se de cuenta de que andas recorriendo los pasillos a deshoras. 

Continuación de aquí.

— ¿No deberías responder mi pregunta primero? —era lo justo, después de todo ella habría preguntado antes que él.    

La ventana que tenía delante suyo daba para el jardín, el cual relucía por causa de la luz de la luna y por los pequeños candelabros que lo iluminaban. De día o de noche, el jardín siempre se vería bello.

Tomó un poco de agua del vaso que tenía entre sus manos, había traído una desde la cocina, ya que en plena madrugada le entró sed y necesitaba saciarla de alguna forma.

@aladdin-red-magi