#Helvar
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Atraco fallido
Kaz Brekker x Reader
Resumen: Un atraco a Pekka Rollins es lo que T/n y Kaz llevaban esperando toda la vida. Una venganza es lo que querían. ¿Pero qué sucede cuando nada sale según lo previsto?
Advertencias: Violencia típica del canon, heridas, sangre, claustrofobia, venganza, miedo, T/n tiene un pasado en la casa de las fieras, mucha angustia pero con consuelo al final.
-Bien, este es el último repaso del plan antes de que nos vayamos. -Kaz se abotonó su abrigo oscuro mientras hablaba, mirando a cada uno de los cuervos que le rodeaban.- Así que quiero que prestéis atención y, ante cualquier duda, es mejor que la preguntéis aquí antes de que os la resuelvan a balazos. ¿Entendido?
Todos asintieron a la vez, ya vestidos y preparados para la misión. Y Kaz los volvió a observan uno a uno, con un silencio que sólo el veivén del barco, con su madera crujiente y sus olas rompiendo podía llegar a mancillar.
-Perfecto. -murmuró, sonriendo de lado y cogiendo su bastón apoyado en la balaustrada.- Vamos a dividir las misiones en tres partes.
"La primera será la vigilancia e infiltración. Matthias lleva ahora mismo el uniforme de los guardias de la mansión. Él se colará y se pondrá a hacer guardia por la entrada oeste de la mansión de Rollins: La entrada más cercana al mar y que da a un pequeño bosque, donde podremos huir con más facilidad si llega a ser el caso"
"La segunda parte será el robo: Nina y yo iremos al despacho de Rollins para coger las cartas que le podrán culpar y destronar ante el Consejo Mercante. Esas cartas tienen demasiada mierda encima como para que Rollins pueda salirse de rositas si salen a la luz. Así que nos colaremos y, mientras yo busco, Nina tendrá que buscar cualquier laitdo cercano y deshacerlo sin ruido en caso de que venga alguien".
"Por otro lado, Jesper irá a la Biblioteca, donde buscará los contratos en los que se solidifica nuestra argumento de las cartas. Esa zona está casi sin guardias, así que no habrá mucho problema, pero ten cuidado".
" Y la tercera parte será la amenaza: T/n entrará en el dormitorio de Pekka Rollins y dejará nuestro mensaje en su encimera. Quedará advertido para la próxima. E Inej va a dejar el peluche de cuervo en la habitación de su hijo, para que sepa que somos nosotros. Rollins está en Ketterdam ahora mismo, así que si algo sale mal tardará un par de horas en llegar, pero eso no significa que la casa esté desprotegida."
"Wylan, tú eres el que mejor sabe cómo funciona este cacharro. Así que te quedarás haciendo guardia en la barcaza. Ante cualquier signo de problema empezarás a poner los motores en marcha y te irás al punto de la ladera donde acordamos. ¿Alguna duda?".
Todos se miraron en silencio entre sí, esperando a que alguien dijera algo.
Pero nadie abrió la boca. Habían repasado ese plan cientos de veces como para no saber a lo que se enfrentaban. Sabían que esa vez había que tomársela en serio. Siempre había que tomarse a Pekka Rollins en serio.
Aunque nadie supiera porqué, todos sabían que era importante para Kaz. Y para T/n.
Kaz asintió para sí, satisfecho, antes de hablar.
-Sin llantos. -dijo, dejando que el viento le robara las palabras.
-Sin funerales.- El resto respondió en susurros casi al unísono, palpando las armas y pensando en lo que iban a hacer.
Uno a uno fueron desembarcando y poniéndose en camino, con la silueta de la casa de campo en el horizonte, alrededor de la oscuridad de la noche.
T/n caminó entre los pasillos en penumbras con su mano en la pared derecha para no desorientarse. Había estudiado los planos de la mansión hasta hartarse, así que no la hacía falta pararse para nada más que sortear a un par de guardias.
Punta, talón. Punta, talón.
Andaba con cuidado, en un silencio sepulcral que la había costado años de práctica en las bandas del Barril, la Casa de las Fieras y... la tutela de Rollins. Tuvo que obligarse a mantener la mano en la pared, obviando el impulso de tocarse la cicatriz de su ojos derecho.
Por eso estaba allí esa noche. Para vengarse.
Ella iba a ver cómo ese cabrón caía de su trono. Y cómo su imperio, su trabajo y su vida terminaba diluida en el lodo y la sangre a la que él la había tirado hace tanto años.
Pero, como siempre la recordaba Kaz, ladrillo a ladrillo.
Siguió andando durante un par de pasillos, con su mano topándose de vez en cuando con algún cuadro colgado y sus pasos almohadillándose aun más con el paso de una alfombra sobre el parqué.
Y, después de unos minutos, se paró enfrente de la puerta que estaba buscando. Hace unos años apenas se podría imaginar estar delante del dormitorio de Rollins sin llevarse una paliza a cambio. Y, ahora, ella era la que infundía el dolor esa vez.
¿Qué hora era? Las doce menos diez de la noche, según su reloj de bolsillo. Iba bien, pero tampoco la sobraba el tiempo.
Trasteó un poco con la cerradura antes de abrir la puerta con un satisfactorio clic. Las bisagras chirriaron y T/n empujó la manilla hasta abrirla.
Hubo un fogonazo de luz en cuanto abrió la puerta y entró.
La chica por instinto alzó las manos y dio un paso hacia atrás, alejándose de la luz.
¿Cómo no se le había ocurrido antes? Tendría que haber buscado latidos antes de entrar. Y había uno.
No tuvo tiempo de reaccionar antes de que alguien le agarrara de las muñecas y tirara hacia ella para adelante, inmovilizándola las manos y obligándola a entrar en la habitación.
¿Acaso crees que podrías burlarme, niña?- una voz demasiado conocida le susurró al oído, haciéndola estremecerse por completo.
¿Por qué la temblaban las manos? Ya no era una niña indefensa. Aun así, no pudo deshacerse del nudo que se había creado en su estómago. Eso no podía volver a pasar.
Un segundo fogonazo de luz vino, pero esta vez disminuyó hasta una potencia normal, iluminando la habitación con completa normalidad.
Y T/n se encontró con el rostro sonriente de Rollins a apenas un palmo del suyo, mirándola con la satisfacción de un tigre al haber sido más inteligente y feroz que su presa.
-¿Es que no aprendes? -volvió a susurrar, apretando su agarre en las muñecas y golpeándola con la pared- No puedes huir de mí, ni menos hacerme daño.
-Tengo armas, Pekka.- se obligó a responder, pero su voz se rasgó a la mitad.
- ¿Y qué pensabas que ibas a hacer, eh?- el hombre se rió.- ¿Ralentizarme el corazón? ¿Con qué manos?
Pekka dió un golpe seco y fuerte a la pared en un instante, con las muñecas de T/n cogidas.
Ella apenas pudo racionalizar lo que había pasado antes de que un relámpago de dolor le recorriera desde las manos hasta el codo. Gritó, sin importarle si algún guardia pudiera escucharla ahora. Gritó sin importarle lo que Rollins pensara de ella.
Solamente era dolor. Hacía mucho que nada la dolía así de fuerte. No desde que se marchó del lado de Rollins.
Intentó mover los dedos, pero otra oleada de dolor la paró.
-¿Lo ves, T/n? ¿Qué vas a hacer ahora? -Rolins se rio, dándole un apretón a su agarre antes de hacerla tropezar al suelo y soltarla.- ¿Vas a llorar y pedir ayuda a ese Brekker como el perrito faldero que eres? ¿Me vas a pedir clemencia a cambio de lo que yo quiera esta noche? ¿Qué vas a hacer?
T/n intentó levantarse pare luchar, apoyándose en sus codos, pero una patada en las costillas hizo que so volviera a caer. Y luego vino un golpe y luego otro.
Y de repente T/n ya no estaba en el dormitorio de Rollins. No, esta vez estaba en su despacho en el Palacio Esmeralda, con doce años y enfrentándose a un Pekka Rollins enfadado. Muy enfadado.
T/n casi podía ver ese cinturón volver a golpear contra ella y sentir la sangre correr por su cara desde la herida abierta de su ojo.
Dolía. Todo.
Se llevó una mano a la cara, intentando protegerse. Se apretó todo lo que pudo contra la pared y se mordió la lengua.
-Eres débil.- un pisotón en la rodilla y un empujón la hicieron rodar en el suelo.- Asúmelo, no vas a salir por ti misma de aquí. Así que, según lo veo yo tienes dos opciones: O te ahorras la paliza de hoy a cambio de toda la información de este plan que Brekker a montado, o te golpeo hasta que cantes. Vamos, sé inteligente, con una u otra vas a terminar traicionándolos.
Con otro fuerte pisotón en la espalda, Rollins la volvió a estampar contra la alfombra y le estampó la cara contra ella.
El tejido absorbió el sonido de su llanto ahogado, pero él pudo escuchar el leve hipido que salió de su boca. Sólo esperó a que el resto de golpes vinieran a ella.
Pekka tenía razón. ¿Qué iba a hacer ella? Hace años T/n no podía ni soñar a enfrentarse a él. ¿Qué había cambiado a lo largo de estos años? La respuesta era demasiado fácil como para no resultar dura: Nada, no había cambiado nada.
Se hizo un ovillo e intentó reprimir todos los gritos que pudo. Pero, al final no pudo hacer nada para volver al despacho en el Palacio Esmeralda.
A las doce en punto una alarma empezó a sonar por toda la Mansión, agujereando los tímpanos de cualquier persona que estuviera por allí y poniéndola en alerta.
Por suerte, Inej ya había dejado el peluche de cuervo en la habitación del niño y lo único que la quedaba era huir. Se había encontrado con más guardias de los previstos y con más cerraduras echadas de lo normal, pero lo había conseguido.
Ahora sólo la quedaba rezar para que el resto también lo hubiera hecho antes de verse obligados a huir.
Inej empezó a correr pasillo abajo hasta llegar a la escalera, donde se deslizó por la barandilla antes de echar a correr otra vez.
Esto entraba en los planes. Habían estudiado los sistemas de seguridad de la Mansión y la alarma manual era una opción, improbable, pero posible. Y Kaz se había encargado de que todos estuvieran al tanto de todo.
Se dirigió hacia la salida oeste para ir al barco, donde habían acordado antes. Todavía quedaban varios pasillos y pisos antes de salir, pero nunca estaba de más darse prisa.
-¡Inej!- El se escuchó sobre el ruido atronador de la alarma.
La chica se giró hacia atrás, con las manos en sus dagas y el cuerpo en tensión. Casi tuvo que contenerse de lanzar el arma por impulso en cuanto vió que sólo era Jesper.
-¡Inej, espera!- Volvió a gritarla, corriendo hacia ella.
La chica sonrió, negando con la cabeza para sí mientras le esperaba. Cuando el zemeni llegó a su altura, la chica siguió andando pasillo abajo con paso ligero, obligando a Jesper a seguirla el ritmo.
-¿Sabes lo que ha pasado?- Inej gritó lo suficiente como para que la alarma no la tapara.
-Más o menos. -El zemeni asintió, ajustándose el sombrero en la cabeza mientras corrían.- La alarma ha empezado a sonar sin previo aviso, así que Matthias ha hecho explotar la zona sur para que todos los guardias vayan hacia allá y que tengamos la vía de huida más o menos libre.
-¿Y Matthias dónde está? -Inej frunció el ceño. Eso era malo, teóricamente no iban a tener que llegar a esos extremos. Aunque tal vez habría sido lo mejor con tantos guardias alrededor.
-Lo vi a través de una ventana, dirigiéndose bosque abajo hacia el barco. A estas alturas ya debería de estar en el barco. -el chico respondió mientras giraban a la derecha por los pasillos oscuros e iban escaleras abajo.- Wylan ha mandado un comunicado con el cacharro ese diciendo que Nina y Kaz ya están con él.
-¿Con el Walkie Talkie? -Inej se deslizó por la barandilla dos pisos más abajo y se quedó viendo cómo Jesper la intentaba imitar y casi caía de morros en los escalones.
-Sí. -bajó tambaleándose de la baranda antes de volver a correr- Ha dicho que tienen las cartas, y yo he conseguido los documentos.
-Yo también he dejado el peluche en su lugar, así que la mayoría de la misión está hecha. -Inej se calló un momento antes de seguir.- Jesper, ¿Y T/n?
-¿T/n? No tengo ni idea. -Jesper se paró un momento, asomándose por el cristal de una ventana antes de seguir.- Más la vale estar de vuelta hacia la barcaza.
-¿No tienes ninguna información sobre ella?
-La última vez que la vi estaba dirigiéndose hacia los dormitorios de la Mansión para dejar la nota, como acordamos.- Se encogió de hombros, abriendo la puerta de salida.'
En cuanto la abrió, el sonido de la alarma se oía más fuerte y el viento del exterior se coló y los revolvió a los dos.
Jesper siguió trotando, pero se giró en cuanto vió que Inej no le seguía.
-¿Y no ha salido? -la suli preguntó, todavía en el umbral de la puerta, sin ningún ademán a salir.
-Inej... -Jesper advirtió, dando un paso más hacia ella.- No hagas lo que pienso que vas a hacer.
-Es mi amiga. -le recordó, sacando los cuchillos de su lugar y tanteando su peso en sus manos.
-¡Y la mía también! Pero ya sabes las normas de esto. -Jesper refutó, llevándose una mano al tabique de la nariz y negando para sí.- No podemos hacer nada más. Venga ven a la barcaza.
Jesper volvió a alzar la mirada al umbral de la puerta, pero Inej ya no estaba a su lado. Tampoco se fue a buscarla al interior ni por los alrededores de la Mansión.
Si Inej quería desaparecer, nadie podía encontrarla. Ella era el Espectro y, por mucho que quisieras atrapar las sombras, estas se escurrían entre tus dedos. Eso Jesper lo sabía por experiencia.
No tuvo más remedio que dirigirse colina abajo, adentrándose en el bosque y trotando hacia la barcaza mientras sus pensamientos iban una y otra vez a Inej y T/n.
-Más os vale salir de allí vivas. -refunfuñó.- Como no lo hagáis, Kaz me va a arrancar un ojo.
T/n apenas hizo caso a los gritos y la lucha a su alrededor. Su cerebro ni siquiera lo racionalizó.
Siguió allí, hecha un ovillo contra la parece y con los ojos cerrados, esperando al siguiente golpe con la misma paciencia con la que había recibido los anteriores. Sabía que esto iba a terminar en algún momento. Siempre terminaba, tal vez unos minutos o unas horas más, siempre dependía del día.
Cerró los ojos un poco más fuerte, apretando sus manos en puños para que no le temblaran más. Tampoco podía hacer nada más, su cuerpo entero temblaba.
Se concentró en respirar: Soltar aire y cogerlo. Eso era fácil, ¿verdad? Pero sus pulmones ardían demasiado como para no concentrarse en ello y no volver al despacho en el Palacio Esmeralda.
Se llevó las manos a la cara, a su cicatriz en el ojo. Él lo iba a volver a hacer.
Él lo estaba volviendo a hacer.
-T/n... -escuchó una voz susurrarla, pero no pudo reconocer de quién era ni de dónde venía.- T/n, estoy aquí.
Cuando esas manos desconocidas la agarraron de los antebrazos, T/n se obligó a luchar contra ellas y cerrar los ojos aún más fuerte.
Era él, ¿no? Pekka Rollins seguía allí.
-Déjame.- consiguió graznar en cuanto vió que el agarre en sus brazos se hacía más fuerte.- Suéltame, por favor.
Sintió dolor. Es lo único que la recorría en ese momento. La sangre en varios cortes ardiendo en el roce de su ropa, los moretones aplastándola la carne y su estómago encogiéndose tanto hasta darlas ganas de vomitar.
-Por favor. -Volvió a susurrar, su voz rompiéndose mientras hacia todo el esfuerzo por seguir tirando de esa fuerza que la agarraba.
-T/n... soy yo. -La voz volvió a susurrar.- Soy Inej. Acabo de dejar inconsciente a Pekka y tenemos que salir de aquí antes de que venga alguien. Venga, ¿puedes levantarte?
T/n negó con la cabeza, cediendo ante el agarre por el cansancio que la envolvía cada parte de su cuerpo.
-Déjame. -murmuró, su cuerpo cayendo hacia delante por su propio peso- El va a volver. Déjame.
Sintió cómo su rostro se apoyó en algo suave y blando. Olía a jabón de flores, como a Inej. Aun así, se rindió. Cada parte de su cuerpo dolía y pesaba como el cemento armado. No podía moverse. No podía hacer nada.
Inej respiró hondo, con la cabeza de T/n apoyada sobre su hombro y su peso encima de ella.
Tenían que salir de allí lo más rápido posible y estaba claro que T/n no podía salir sola. No había suficiente tiempo como para esperar a que recuperara la compostura.
Así que sólo quedaba una opción.
Maniobró con el cuerpo de T/n aturdido sobre ella, obligándose a no pensar en la sangre que manchó sus manos cuando pasó una mano por su torso estómago para erguirla.
Rodeó sus brazos alrededor de su propio cuello y se inclinó para adelante para que ella reposara en su espalda.
Suspiró un momento. Iba a ser un camino largo de vuelta.
-T/n, tienes que agarrarte todo lo que puedas a mí, ¿entendido? -La suli preguntó en un murmullo calmado. Gracias a los Sanktos desde allí la alarma no se hacía sonar tan fuerte, dándole un respiro a sus oídos, que ya habían empezado a pitar.
T/n se movió.
Muy poco y de manera torpe, los brazos de la chica rodearon el cuello de Inej hasta agarrarse con una última acción. No se movió más. Ni un solo músculo. Pero eso fue suficiente para Inej.
La suli sintió cómo la respiración agitada de su amiga era el único movimiento que hacía, su sudor empapándola junto a la sangre. Era bueno saber que aún mantenía la conciencia.
-Bien. Te advierto que esto va a ser un viaje movidito. -Inej susurró, intentando darse ánimos a sí misma más que a ella.- ¿Lista?
-¿Y Pekka? -Apenas fue un suspiro al lado de su oído, pero Inej pudo escucharlo con total claridad.
-¿Cómo? -frunció el ceño.- Él se ha ido por el momento, estas a salvo.
Inej sintió cómo T/n negaba con la cabeza, con su frente apoyada sobre su hombro.
-No. -Eso fue todo lo que dijo en un graznido ronco.
Inej, en ese momento, no tuvo corazón ni cerebro como para decir algo más. Simplemente todo lo que se la ocurría parecía peor opción que el silencio, así que se puso en movimiento.
Agarró a T/n por la parte de atrás de su rodillas y usó todo el impulso que tuvo para ponerse de pie con T/n encima de ella a caballito.
Cuando se equilibró, dio un paso y luego otro, saliendo de la habitación a paso lento y cansado.
Iba a ser un camino muy largo. Con suerte todos los guardias estarían en la zona sur y no tendría que verse en una pelea.
Inej sacudió la cabeza, deshaciéndose de ese pensamiento mientras sentía el sudor rodar por su frente por el esfuerzo. Sin poder hacer nada más, rezó todas las plegarias que se sabía.
Kaz corrió todo lo rápido que pudo entre los árboles.
La rodilla le crujía cada vez que la doblaba y estiraba, quejándose de los movimientos demasiado bruscos y rápidos. Pero Kaz no se paró, haciendo caso omiso a la sensación de calor y ardor que empezaba a instalarse.
En cuanto vió a Jesper sin su sonrisa típica después de un atraco, supo que algo andaba mal. Y cuando vió que subía callado, supo que no sólo algo estaba mal: Algo estaba muy mal.
No perdió tiempo. Dejó su bastón apoyado en la balaustrada del barco y avisó a Nina de que preparara su botiquín, a Matthias de que hiciera inventario de emergencia y a Wylan que se preparara para salir de aquí en cuanto él lo avisara. Cuando vió que todos se miraron entre sí pero le hicieron caso, bajó por la rampa a tierra firme a por Jesper.
No hicieron falta más de una mirada seria para que él contara lo que había pasado. Kaz tampoco necesitó más para irse corriendo colina arriba.
El bosque estaba en completa penumbra, tan sólo iluminado con el fuego que venía de la Mansión. Kas se permitió regodearse durante un momento por haber podido hacer algo de daño a Rollins. Era sólo el ala de una casa, pero la reconstrucción iba a costar muchos Kruge.
Esa idea se escurrió en su mente en cuanto tropezó con una raíz y so rodilla se tambaleó hasta dejarle caer en el suelo.
Mierda. Por la mañana no podría ni moverse sin que le doliera.
Pero se levantó apoyándose en el tronco de un árbol y se sacudió los pantalones antes de ponerse en marcha porque tenía que hacerlo. Tenía que encontrarlas.
Había dejado a T/n sola ante la posibilidad de que Pekka Rollins apareciera por ahí y volviera a tenerla en sus manos. Él había sido lo suficientemente estúpido como para permitir la posibilidad de perderla.
Sintió su pecho apretarse en cuanto pensó en el hecho de que la había fallado. A ella.
Es idea parecía irreal.
Como una pesadilla.
El mundo se podría terminar en llamas, él se podría haber terminado convirtiendo en el monstruo que todos decían que era y la sangre podría pintar cada recodo de la ciudad. Pero él no iba a dejar que ella estuviera en peligro.
Antes quemaría todo su Kruge, aplastaría cada propósito de su vida y lucharía ante todo sólo para tener la oportunidad de que ella le volviera a mirar una vez más a los ojos.
No podía perderla.
No podía levantarse sabiendo que más tarde ella no vendría con un café caliente para él. No lo haría sabiendo que jamás volvería a ver su figura arrebujada en el sillón de su despacho o a escuchar su parloteo constante cada vez que paseaban hacia alguna entraña de Ketterdam.
Se paró en seco en medio del bosque, creyendo un momento habérselo imaginado. Pero cuando lo volvió a oír supo que lo había conseguido. Por otra parte, su pecho se encogió aun más.
-Inej... ¿Podemos parar? -escuchó un murmulló un poco más arriba, cerca de un estrecho entre los abetos.
-¿Otra vez?- Una voz disonantemente nerviosa y cansada resonó, haciendo un silencio mientras escuchaba a la otra chica con un balbuceo que esta vez Kaz no pudo distinguir.- Vamos, ya queda poco.
Kaz no perdió tiempo antes de correr otra vez hacia las voces, haciendo crujir las hojas caídas bajo su peso.
T/n intentó hacer entrar y salir el aire de sus pulmones a un ritmo constante.
Inspiró y espiró, intentando evitar pensar demasiado en el ardor en sus pulmones antes de dar otro paso más junto a Inej.
La suli había terminado por bajar a T/n de su espalda después de un par de pisos. Escapar con una persona a cuestas era demasiado esfuerzo, así que T/n terminó por verse apoyada en Inej mientras andaban poco a poco.
Cerró los ojos, aferrándose más alrededor de los hombros de Inej. No podía hacerlo, no iban a llegar a la barcaza.
Sintió cómo su tobillo volvió a fallar y resbaló entre el follaje húmedo de la noche por centésima vez ese día. Gracias a Inej las dos no terminaron rodando colina abajo, pero el ardor en su costado aumentó un poco más, sintiendo la sangre caliente escurrir por su piel.
T/n escuchó a la suli gritar a su lado y detenerse. Tampoco se molesto en levantar la cabeza ni intentar enterarse de lo que pasaba.
Hundió más su cabeza en el hombro de la chica, inspirando el olor a jabón de flores y sintiendo sus piernas doblarse sin poder hacer nada por evitarlo.
Hacía rato que la adrenalina del atraco había empezado a dejar de circular por su cuerpo y todo empezaba a doler demasiado. Sintió demasiado cansancio como para abrir los ojos, y después de tanta lucha durante esa noche, dejó de lado la voz de Inej a su lado llamándola y se dejó llevar.
-Inej, vete a la barcaza.-Kaz la ayudó a levantarse del suelo antes de arrodillarse ante T/n.
-¿Cómo que me vaya? -la chica frunció el ceño, cruzándose de brazos.- Tenemos que irnos todos lo más rápido posible.
-Por eso te estoy diciendo que te vayas.- Kaz espetó, su voz áspera resonando fuerte entre los árboles. Inej dió un paso para atrás instintivo, pero notó el temblor en las manos de Kaz.- Ve a la barcaza y pon en sobreaviso a todos antes de que lleguemos. Es una orden.
Inej miró un momento más a Kaz, que estaba empezando a recolocar a T/n entre sus brazos, mirando sus heridas. Sintió la ira que empezaba a arder dentro de Kaz y la delicadeza con la que trató a la chica mientras tanto.
Supo que él iba a hacer todo lo que estuviera en sus manos como para volver a la barcaza con T/n, ocurriera lo que ocurriera. E Inej se permitió sentirse cansada por primera vez esa noche. Apenas habían pasado un par de horas desde que comenzaron la misión, pero todo había terminado siendo un ojo de huracán.
¿Y ahora? Ya había terminado, por lo menos la parte más peligrosa.
Por eso se dejó escurrir entre las sombras del bosque, corriendo y saltando colina abajo hacia el barco. Dio la bienvenida al pelo en su cara y la pureza del frío de la noche.
Sí, lo más peligroso había pasado, pero todavía quedaban cosas que hacer. Y esa noche se negaba a perder a su amiga.
Por eso corrió un poquitín más rápido, dio saltos más largos y, en apenas unos minutos, subió a la cubierta.
Lo primero que T/n sintió al levantarse otra vez fue dolor.
Todo su cuerpo parecía rozar sobre sí mismo y ante su ropa, adhiriéndose la sangre seca y los moratones empezando a enrojecerse para pasar a violáceos. El dolor la pinchaba por todas partes, lánguido en algunas zonas y tenaz en otras.
Pero lo siguiente que sintió fue calor y suavidad.
Hundió su cabeza en la tela afelpada en la que se apoyaba, sintiendo cómo la envolvía y la acunaba. Esta vez, cuando se concentró en su respiración descubrió que, aunque seguía doliendo, su corazón yacía tranquilo en su pecho.
¿Eso era lo que se sentía al morir? Las heridas la seguían doliendo, pero a ella no la hubiera importado pasarse así el resto de la eternidad: En un balanceo suave y el calor a su alrededor.
Abrió los ojos, parpadeando antes de enfocarlos y sintiendo que se le escocían y aguaban. Tardó un momento en darse cuenta de que había siluetas en la oscuridad a su alrededor, y tardó un rato más en alzar la vista un poco más para ver que el rostro de Kaz enfrente de ella.
¿Era por eso por lo que las siluetas pasaban ante sus ojos mientras que ella no se movía? La hizo gracia descubrir que la tela afelpada en la que se apoyaba era sólo el abrigo de Kaz y que el calor agradable sólo provenía de él.
¿Pero adónde iban? ¿Por qué él la llevaba? Ella estaba muerta, pero él era imposible que también lo estuviera. Él era Manos Sucias, el monstruo del Barril, y era imposible que muriera.
Aun así, se obligó a abrir la boca.
-¿Tú también estás muerto? .graznó en un susurro ronco, sintiendo su garganta arder en cuanto dejó pasar el aire por ella. Alzó la vista para mirarle a la cara. ¿Por qué nunca había notado lo oscuros que eran sus ojos?
- Espera a que estemos en el barco para que te pueda responder con sinceridad. -gruñó mientras deceleraba el paso para recolocarla un momento en su brazos antes de seguir otra vez.
El barco... ¿qué barco? Ah, el barco para la misión. Era pequeño y con olor a pescado pero fiable. Era el que Kaz usaba siempre para las misiones fuera de Ketterdam desde que el que usaron para ir a la Corte de Hielo explotó.
T/n se acordó en ese momento. Era el atraco a Pekka Rollins para lo que se había usado ese barco. ¿Y Pekka Rollins? Él podría seguir persiguiéndoles, haciéndoles daño. Ese dolor no se lo había hecho la muerte, había sido Rollins.
T/n negó con la cabeza, inspirando más el olor del abrigo de Kaz.
- Pekka Rollins... él... va ha volver, Kaz -susurró, aferrándose más al cuerpo del chico por mucho que sus extremidades se quejaran por le movimiento.- No podemos huir de él.
Kaz se calló, dejando que el viento y el olor a pino y abeto recorriera el ambiente. Aun así, el chico no cambió de rumbo ni frenó el paso.
Cuando T/n pensó que no la había escuchado, ella sintió el pecho del chico vibrar cuando respondió lentamente.
-¿Qué ha pasado con Rollins? -preguntó en un gruñido seco, casi un murmullo.
Esa vez fue el turno de T/n de permanecer en silencio. No pudo evitar temblar otra vez, y cerró los ojos en cuanto sintió que se le volvían a humedecer.
-T/n. -la voz de Kaz adquirió un tono de advertencia.-Dime qué te ha hecho.
Tampoco dijo nada, T/n volvió al despacho de Pekka Rollins en el Palacio Esmeralda. Sintió la sangre volver a correr por su cara y, por muy cerrado que tuviera los ojos ahora, vió al hombre acercarse más a ella, susurrándola que como gritara más las cosas iban a ser peor.
Su corazón volvió a latir demasiado fuerte y su garganta se cerró.
-Lo ha vuelto a hacer.- murmuró, dejándose caer en su mente otra vez. El calor se había ido otra vez de su cuerpo y sus oídos empezaron a pitar.
Por desgracia, no escuchó el ruido cercano del mar ni vió la silueta borrosa del barco entre el brillo de la luna sobre el mar.
T/n se tapó aun más con todas las mantas que Matthias había recabado para ella, recolocando el camastro improvisado que había hecho en una de las esquinas del camarote. No sabía por qué, pero no podía deshacerse del frío que se había instalado en ella.
Cuando terminó, apoyó la espalda y le cabeza en las paredes de madera, manteniendo a la vista toda la perspectiva de la habitación, vigilando el ventanuco redondo y la puerta casi podrida.
Vigiló en la penumbra, todavía con el amanecer demasiado lejos. Vigiló por si Pekka Rollins volvía a aparecer para llevársela a ella, tal vez para volverla a tener en su custodia o para volverla a vender a Tante Heleen.
Un escalofrío entero volvió a recorrerla toda la espina dorsal y el temblor en su manos no hizo nada más que aumentar. Tanteó el bolsillo donde solía guardar su daga de emergencia, no estaría de más estar preparada por si él venía a por ella.
Tuvo que respirar hondo un par de veces cuando sintió su estómago cerrarse al no notar el arma. Sólo se encontró con una camisa de repuesto de Nina y unos pantalones que sobraban de Matthias.
Frunció el ceño, intentando recordar el momento en el que Nina la había cambiado de ropa mientras la curaba todas las heridas infringidas. O por lo menos todas las que T/n pudo soportar antes de que el contacto piel con piel fuera demasiado.
No recordó mucho. Sólo el despacho de Rollins en su retina y sus gritos para que nadie más que Nina entrara allí.
Buscó un arma de por si acaso, cualquier cosa que se pudiera necesitar, ¿pero qué había allí? Una lámpara de aceite que se había gastado ya desde que Nina la dejó allí antes de que la echara a ella también.
Empezó a hacer círculos con las muñecas, sintiendo cómo crujían cada vez que las movían. Algo de bilis subió por su garganta cuando recordó las manos de Pekka sobre sus muñecas, su aliento en su cara y su fuerza impregnarse en moretones alrededor de su cuerpo.
Antes que el costado que le dolía al respirar y la nariz torcida, T/n suplicó que las huellas moradas de los dedos de Rollins fuera lo primero que Nina curara. Simplemente no podía soportar verlas en ella otra vez, con las manos completamente destrozadas por el golpe.
Se acurrucó un poco más, intentando descansar un poco. Se llevó las manos por fin útiles al pecho y se concentró. Buscó un cosquilleo de su pequeña ciencia e intentó ralentizar los golpeteos erráticos de su corazón. No podía deshacerse del miedo que la envolvía, pero tenía que hacer algo para poder parar de pensar en él.
Lo intentó. De veras que se concentró todo lo que pudo en intentar mantenerse serena. Pero del Palacio Esmeralda pasó a la Casa de las Fieras, y de allí otra vez a la huida de matones por las calles. Todo dolo y miedo, cada cosa que sentía ahora y que la llevaba arrastrando durante toda su vida.
No pudo hacerlo. Quito las manos de su pecho para secarse las lágrimas y pasarse una manga por la nariz moqueada. Siempre volvían y, por mucho que ella huía, la encontraban. Tal vez no Pekka Rollins, pero sí lo que él la había hecho ya.
El barco era pequeño.
Kaz lo había elegido en un principio por justamente eso. Su tamaño los haría más difíciles de localizar mientras se movían o se escondían.
Pero, por otra parte, en un barco tan pequeño era más difícil tener un lugar tranquilo y desolado para estar. Apenas había tres camarotes enanos en el barco, sin contar obviamente la sala de máquinas. Aunque, pensándolo bien, Kaz tampoco pensó que sobreviviría a estar encerrado en una habitación más pequeña rodeado de agua él sólo.
Por eso eligió un lugar entre un par de cajas y cabos colgantes en la aleta de estribor. Se quedó sentado, estirando la pierna con su rodilla palpitante sobre unas cajas y observando el brillo de la luna fragmentarse en el agua y difuminarse en el cielo.
Se quedó largo rato, en silencio, simplemente sin ganas de nada más que dejarse acunar por el balanceo del barco e, inevitablemente, pensar en T/n.
Durante ese rato llegó a la conclusión de que él era un idiota engreído, que debería de decir a T/n que su corazón podrido le pertenecía antes de que se le pasara la oportunidad y que se negaba a descansar antes de que Rollins yaciera sufriendo el doble de lo que les había hecho. Ya no sólo por Jordie, sino por ella.
Obviamente, Kaz prefería morir antes que aceptar todas esas cosas de forma tan clara.
Kaz se sintió frustrado.
Y por eso se quedó en silencio allí, fulminando a la luna delante de él mientras ella seguía iluminando de forma serena y constante. ¿Cómo se suponía que se podía estar tan impasible si ella había sido testigo de todo lo que había pasado?
Se frotó el cuello con cansancio y bufó.
Y, como siempre, su mente volvió otra vez a T/n mientras veía el agua ondear ante el susurro del viento frío. Auqneu tampoco pasó largo rato hasta que Inej vino hacia él.
Notó su presencia antes que sus pasos en la madera crujiente, apenas haciendo más ruido que las olas sobre el casco. se acercó poco a poco a él, dándole tiempo a advertir de su presencia antes de sentarse en una caja a su lado y mirar el horizonte junto a él.
Se quedaron en silencio, con la luna todavía como único testigo. Qué malvada era, observándolos desde allá arriba, con una sonrisa ladeada mientras él no sabía que hacer.
Pero no podía quedarse de brazos cruzados. No después de escuchar cómo T/n echaba a gritos a todo aquel que intentaba entrar en la habitación y después de haber visto sus lágrimas manchar el hombro des su abrigo después de haberla preguntado sobre Rollins.
Él tenía que hacer algo. Y le prometió a la luna que ella iba a ser testigo de su venganza y de la felicidad de T/n. Él se iba a hacer cargo de conseguirlo.
Y no acostumbraba a incumplir las promesas que hacía, por muy corrompida que tuviera el alma.
-¿Cómo está? -preguntó en un susurro ronco, aclarando la voz después de haber estado sin usarla durante tanto tiempo.
Inej se encogió de hombros, mirando al chico de reojo antes de volver su atención al mar en calma.
-Sigue dentro. -aclaró con delicadeza para no romper la paz alrededor.- Nina dice que ha conseguido convencerla para curar la mayoría de las heridas antes de que la terminara echando de la habitación. Piensa que el resto se lo curará ella misma. Se niega a salir y ha dejado muy claro que quiere estar sola
Kaz tarareó en respuesta distraídamente, dejando que el peso de las palabras de Inej recayeran sobre sus hombros. Eso era su culpa. Debía de haberla protegido, debía de habérsela llevado a su lado. Él había fallado
Se frotó los ojos con el dorso de la mano, dejando divagar su vista en las vetas de la madera bajo él. ¿Cómo podría haber pensado que algo así no pasaría? Su trabajo era prever todas las cosas que podían llegar a salir mal, y eso era lo más obvio que podría haber visto venir.
Pero confió demasiado en el informante que le había dicho que esa semana Rollins no estaría en la Mansión. Se dejó llevar por la ambición de hundirlo de una vez por todas.
Y lo iba a hacer. Sintió el peso de las cartas robadas en su bolsillo. Jesper le había dado hace rato los documentos que lo acreditaban. Habían conseguido completar la misión, ¿pero a qué coste?
-Deberías de ir a hablar con ella.- La voz de Inej le sacó de su propia mente, haciéndole volver a enfocar la mirada en la realidad.
El chico alzó una ceja y miró a Inej a los ojos.
-Acabas de decir que quiere estar sola. -puntualizó.
-Pero no creo que sea bueno que lo esté. -Inej contraatacó con su voz calmada. Todo el nervió que había en ella durante su huida por el bosque había desaparecido, y eso consoló un poco a Kaz.- Y eres el último en intentar entrar. Hasta Matthias se ha pasado a probar suerte.
Kaz sonrió de lado sarcásticamente, sacudiendo la cabeza mientras reía sin gracia
-Mi querida Sankta suli, ¿acaso no vas a dejar de ser mi conciencia ni un sólo día? -se quejó, mirando a Inej a los ojos.
La chica no pudo hacer más que sonreírle, dándole ánimos. En otras cosas era indescifrable, pero cuando se trataba de T/N el chico era más obvio que unos zapatos rosas en un funeral.
-Alguien tendrá que tener algo de moral por los dos. -La chica le dio un empujoncito en el hombro a Kaz, instándole a levantarse -Anda, ve a intentarlo.
Él suspiró con cansancio, flexionando lentamente la rodilla hacia abajo antes de ponerse de pie y marchar cojeando hacia las entrañas de la barcaza, refunfuñando algo sobre la moral y convertirse en un blandengue.
Cuando se quedó sola, la chica se rió, negando con la cabeza.
T/n no podría haber encontrado a un chico más inoportuno y áspero para el que caer.
Aun así, le deseó suerte en silencio antes de empezar a rezarles a sus Sanktos mientras se dirigía a su cama, pidiéndoles algo de suerte esa noche para la pareja.
Dos golpes en la puerta de la habitación fueron suficientes como para que T/n se escondiera entre las mantas del peligro a su alrededor de la misma forma con la que lo haría una tortuga en su caparazón.
No es Pekka Rollins. No puede ser Pekka Rollins.
Por mucho que se repitiera eso en la cabeza, su cuerpo siguió sintiendo el mismo miedo que aquella noche en la que salió con el rostro sangrando.
-Vete. -graznó con la voz ronca después de llorar.- Por favor.
Hubo un pequeño silencio en el que creyó que de verdad que la habían dejado en paz. Pero una voz volvió a cortar el aire.
-Soy Kaz. -esa voz grave y áspera salió desde el otro lado de la puerta, captando su atención. Esa voz que T/n conocía demasiado bien.
El chico esperó, manteniendo su mirada delante de la puerta de madera enfrente de él. Y los segundos se escurrieron de forma eterna, sintiendo cómo el vació le daba la bienvenida.
Suspiró con cansancio. Al menos no le había dicho que no todavía, se intentó consolar antes de sacar las ganzúas de un bolsillo secreto en el interior de su manga y empezar a urgar en la cerradura.
Era sencilla y hosca, así que no le llevaría más de un minuto.
-¿Puedo entrar contigo? -preguntó, intentando conseguir tiempo o al menos sacarle una respuesta a la chica. Ese silencio le preocupaba.- Afuera hace un frío de mil demonios y no es muy bueno para la rodilla. Jesper, como siempre ha vuelto a ocupar la cama buena y me niego a dormir otra vez en ese petate.
Se calló en el momento en el que encontró el último punto a la cerradura. No hubo ninguna respuesta de parte de T/n, así que empujó con la ganzúa para que la puerta hiciera clic.
-Voy a entrar, ¿vale? -avisó, inclinando el manillar y abriendo la puerta con un chirrido inquietante.
Entró dando un par de pasos lentos, intentando no asustarla. Sus ojos escanearon la habitación y no tardaron en encontrarla en el bulto inmenso de mantas en una esquina.
Bajo su atenta mirada, Kaz cerró la puerta detrás de sí y volvió a echar el cerrojo interior. La cerradura era una birria, pero si eso hacía sentir más segura a T/n, el lo dejaría puesto.
Volvió a girarse hacia ellas, encontrándose con sus ojos completamente abiertos y mirándole desde su fuerte de mantas. De forma lánguida deliberada, se acercó a ella, sentándose en el suelo y apoyando la espalda en la pared contraria en la que estaba T/n.
La habitación era tan pequeña que, cuando estiró las piernas hacia delante, la suela de su zapato rozaba el nido de mantas, a apenas un palmo de distancia de la rodilla de la chica.
-¿Qué haces aquí? -la chica volvió a graznar, apenas un susurro ronco antes de que se le quebrara la voz.
-¿No es obvio? -Kaz alzó una ceja, sonriendo calmadamente. Aprovechó la excusa que tenía para mirar a T/n al rostro sin ninguna discreción. No todos los días podía permitirse el lujo de no mirarla de reojo mientras pasaba por su lado o la escuchaba reírse bien alto de algún chiste malo de Jesper.
Pero esta vez Kaz se encontró con vacío en esos ojos que tanto adoraba. Ese ojo ciego, acompañado del útil, miraban a Kaz con el mismo ansia con la que una persona se aferraría a una cuerda auxiliar si estuviera pendiendo sobre un barranco.
El chico tragó saliva, intentando dejar de lado el nudo de su garganta ante ese miedo. Esos ojos no deberían de haber conocido nunca lo que era el dolor. No los de ella, por lo menos.
Sintió su corazón dar un vuelco en su pecho.
Mierda... ¿Acaso no era que, Kaz Brekker, el infame Manos sucias, no tenía corazón? Hacía mucho que no lo sentía latir fuerte dentro de sí.
Estúpido, volvió a pensar para sí. Para ella siempre había tenido corazón.
Kaz soltó un suspiro satisfactorio, hundiéndose en su esquina y estirando un poco la punta de su zapato para que tocara la rodilla de T/n. Él la sintió tensarse desde su sitio, quedándose quieta durante unos instantes antes de darse cuenta de que era sólo él.
Kaz temió que la chica lo echara de allí o le mirara con más miedo, esta vez dirigido a él. Pero pudo respirar tranquilo cuando ella volvió a apoyar la cabeza en el lateral de la pared, dejándose tranquilizar por él.
El barco se balanceaba sobre el agua y desde allí se podía escuchar las olas rugir contra las paredes del camarote..
Kaz esperó poco, dejando que lo que quedaba de noche pasara y la chica cerrara los ojos y se dejara caer entre todas las mantas, apoyándose en la pared.
Fueron las seis y diez de la mañana, según su reloj, cuando el cielo empezó a clarearse.
Unos rayos de luz tiernos apenas lograron entras en el camarote a través del ojos de buey, formando una estela dorada ante cada cosa que rozaba. Y resultó que lo primero que rozó esa luz fue el rostro de T/n dormido.
Kaz la miró. ¿Cuándo había sido la última vez que la había visto tan tranquila? El ya siquiera lo sabía. Tampoco lo pensó mucho, porque en lo único que dejó marchar su mente fue en que ese camarote perdido de la mano de los Sanktos había sido el mejor lugar en el que podría haber terminado a parar.
Divagó sobre la cantidad de Kruge que podrían haber ganado hoy, ante la ruina de Rollins. Podrían tener miles de millones como para vivir sin preocupaciones durante años. Aunque Kaz, en ese momento, pensó que había sido mejor no conseguirlos.
Supo plenamente que, si tuviera la oportunidad ahora, se los habría gastado para pagar uno de esos Dekappel con la imagen delante de él.
Su cuerpo estaba hecho un ovillo alrededor de las mantas, con su pecho subiendo y bajando de una forma tranquila, casi anestesiante para el alma. Sus labios se inclinaban pequeñamente hacia arriba, acompañando el color que había vuelto a su rostro mientras dormía.
El único fallo que vió Kaz es que así no podía ver el color de sus ojos mirarlo fijamente.
Kaz bajó la vista a los tablones del suelo, sintiendo el calor subírsele a las orejas y la cara ante el pensamiento de esos ojos.
Mierda, era su corazón otra vez. ¿Qué se suponía que tenía que hacer con él?
Entregárselo a ella, decía Rietveld.
Destruirlo, decía Brekker.
¿Pero qué decía Kaz? Ese Kaz abrazó el calor que escurrió por su pecho y se dejó calentar por él, aunque fuera sólo durante ese momento que rozaba lo idílico.
Tarareó tranquilamente para sí según la luz iba haciéndose paso. No se sabía bellas sonatas o vals, ni su voz tampoco era suave y dulce. Pero eso no le evitó coger la primera canción de taberna que recordó y con su voz ronca tarareó.
Se sentía feliz y no podía parar. Se sentía libre y tranquilo por primera vez desde hace mucho tiempo. Se sintió como si volviera a estar otra vez corriendo en los alrededores de la Granja, huyendo del Jordie mientras jugaban al pilla pilla durante una tarde de verano.
Y no pudo evitar sonreír.
Se dejó embriagar por esa sensación hasta que el sueño lo venció a él también después de una noche en vela.
-Te amo.- fue lo último que susurró en el interior de esa habitación antes de cerrar los párpados y dejarse llevar.
Tal vez en sus sueños podría seguir sintiendo ese calor en su pecho.
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me when I reach the angst part of the angsty fic that I specifically chose for the angst

#kaz brekker x reader#six of crows x reader#fanfiction#angst#jesper fahey x reader#simon riley x reader#spencer reid angst#spencer reid x reader#criminal minds x reader#hazbin hotel x reader#kaz brekker angst#hobie brown x reader#miles morales x reader#atsv x reader#miguel o’hara x reader#alastor x reader#harry potter x reader#steve rogers x reader#bucky barns x reader#tony stark x reader#avengers x reader#konig x reader#five hargreaves x reader#klaus hargreeves x reader#mcntseesrandoms#matthias helvar x reader
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strolling through ketterdam with a 150k bounty on their heads
#six of crows#six of crows fanart#soc#shadow and bone netflix#art#digital art#leigh bardugo#kaz brekker#inej ghafa#jesper fahey#wylan van eck#nina zenik#matthias helvar#freddy carter#kit young#amita suman#jack wolfe#calahan skogman#danielle galligan#my art#fanart#illustration#artists on tumblr#procreate#portrait#comic style#grishaverse
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The crows are here 🪶
Shoutout to the five Six of Crows fan this fanart possibly reaches; Good books... Good books...
Please, enjoy my humble fanart offer... AND TALK TO ME ABOUT THEM!
#six of crows#soc#six of crows fanart#soc fanart#kaz brekker#inej ghafa#nina zenik#matthias helvar#wylan van eck#jesper fahey
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no mourners, no funerals
#six of crows#jesper fahey#wylan van eck#kaz brekker#inej ghafa#nina zenik#matthias helvar#artovna#leigh bardugo#I haven’t watched shadow and bone so this is based off book descriptions
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WE HAVE A TANK!!!
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frosbite studios blessing us with this GORGEOUS fanart, as per usual
#soc#soc ck#soc fandom#kaz brekker headcanons#inej ghafa hc#kanej#the wraith#six of crows#the six of crows#six of crows duology#crooked kingdom#kaz brekker#kazzle dazzle#inej ghafa#jesper fahey#wylan van eck#wylan van sunshine#wylan hendriks#nina zenik#the corspe witch#matthias helvar#the grishaverse#grishaverse#soc duology#the crows#wesper#helnik
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The illustrations from the Six of Crows and Crooked Kingdom Owlcrate special editions.
#sixofcrows#crookedkingdom#six of crows#crooked kingdom#shadow and bone#kaz brekker#inej ghafa#jesper fahey#wylan van eck#nina zenik#matthias helvar#owlcrate#kanej#helnik#wesper#grishaverse#thegrishaverse#grisha
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Kaz loving magic tricks as a boy and falling in love with a girl who can dissapear. Inej being told to find a boy who remembers her favorite flower, and falling in love with a boy who remembers her most important dreams. Jesper losing the one person who saw him as blessed and falling in love with a boy who sees him as even more than that. Wylan seeing magic in every mundane thing, and falling in love with a boy with magic in his veins. Nina growing up knowing she would always be targeted and falling in love with a boy who vows to protect her. Matthias losing his love for the world as a child and falling in love with a girl who loves even the simplest of pleasures.
No one writes romance like Leigh Bardugo
#kanej#wesper#helnik#kaz brekker#inej ghafa#jesper fahey#wylan van eck#nina zenik#matthias helvar#the six of crows#six of crows#grishaverse#soc#shadow and bone
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So I finished reading six of crows. Goooood book good book
Accept my offering dear SoC tumblr fandom
Based on this meme!!

#six of crows#SoC#six of crows fanart#six of crows memes#six of crows Kaz#six of crows Matthias#kaz brekker#matthias helvar
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no mourners, no funerals 🖤
#six of crows#artdruid#kaz brekker#jesper fahey#wylan van eck#inej ghafa#matthias helvar#nina zenik#grishaverse#they’re my blorbos
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MY MASTERLIST
Grishaverse:
→ Nikolai Lantsov
Nothing to see here... yet
→ Kaz Brekker
Visita al oculista y otros milagros menores
Resumen: Los cuervos no creen lo que ven cuando Kaz aparece en una reunión... con un pequeño cambio. Lo que parece algo trivial revela que alguien ha logrado lo imposible: convencer al Bastardo del Barril de empezar a cuidarse.
Conversaciones de madrugada
Resumen: Tras otra noche de trabajo duro en las partes bajas de Ketterdam, Kaz y T/n necesitan tener una conversación sobre el futuro en la comodidad de la madrugada.
Amigos
Resumen: Kaz y T/n llevan conociéndose desde que eran niños. Desde entonces, su relación se ha ido estrechando a lo largo de los años.
Atraco fallido
Resumen: Un atraco a Pekka Rollins es lo que T/n y Kaz llevaban esperando toda la vida. Una venganza es lo que querían. ¿Pero qué sucede cuando nada sale según lo previsto?
Coquetear con el enemigo
Resumen: En la última reunión de los cuervos para el próximo atraco, pero todavía Kaz no ha desarrollado una parte del plan. Jesper propone una idea sencilla y efectiva, pero Kaz no parece estar muy de acuerdo...
Amenazas florales
Resumen: Cuando Kaz va a hacer un pedido poco común en una pequeña floristería de Ketterdam, no sabía que iba a terminar conociendo a la dependienta de la tienda y, tal vez, arrastrándola al mundo criminal del Barril.
Clase de magia pt. 1
Clase de magia pt. 2
Resumen: Hoy es el día libre de los cuervos y, por ello, es el día perfecto para que T/n lleve a cabo su gran plan: Convencer a Kaz de que le enseñe un truco de magia.
→ Matthias Helvar
Nothing to see here... yet
→ Wylan Van Eck
Visita al zoológico
Resumen: Hoy hace un día estupendo y los cuervos, junto a T/n, han ido de visita al zoológico para pasar el día. Una pregunta extraña de la pequeña desencadena un interrogatorio sobre Wylan que él no sabe cómo responder.
Reglas Solicitudes
Acepto solicitudes de los siguientes personajes: Nikolai Lantsov, Kaz Brekker, Wylan Van Eck, Jesper Fahey, Matthias Helvar, Jason Todd, Din Djarin.
No acepto solicitudes +18, pero me encanta la angustia y las cosas dulces.
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They're the six of Crows!!!
(imagine Nina saying "omg kazs hair looks even worse from the back" and Jesper saying "I know he should let ME cut it" and wylan saying "you're not really all that better cutting hair")
#fanart#digital painting#jesper fahey#six of crows#wylan hendriks#wylan van eck#kaz brekker#inej ghafa#matthias helvar#nina zenik#my art
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Sometimes a family is a vengeful gang owner, a witch on drugs, a spider, a dyslexic runaway, a bisexual with a fantastic hat collection and a soldier who survived a cult
#we love them <3#the crows#six of crows#crooked kingdom#soc ck#kaz brekker#nina zenik#inej ghafa#wylan van eck#jesper fahey#matthais helvar#found family#grishaverse#leigh bardugo
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The Moons, The Suns & The Stars 🪶
Finished Six of Crows couple illustrations; Full versions below!
Kaz & Inej as the moons 🌗
Jesper & Wylan as the suns ☀️
Matthias & Nina as the stars ⭐️
#six of crows#six of crows fanart#soc#soc fanart#grishaverse#shadow and bone#kanej#soc kanej#kaz brekker#inej ghafa#wesper#soc wesper#jesper fahey#wylan hendriks#wylan van eck#helnik#soc helnik#matthias helvar#nina zenik
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Things we (me) are forgetting about Six of crows, not in order:
• There were rumours that Wylan was caught in an affair with his tutor
• Inej killed rinca moten (the desert lizard) that Matthias claimed he never seen being defeated before. She did it in few seconds too
• Jesper and Nina had chloropellets that they used to put other prisoners to sleep stitched under their skin. And had to cut them out to use them
• Matthias had a buzzcut for whole two books and half; also, half of SoC he had brown hair and brown eyes tailored
• Kaz had lockpicks and bloody explosives swallowed for the entirety of heist, and had to regurgitate them every other hour
• When Nina was young, she wanted to go to Fjerda as an avenging warrior or a spy (foreshadowing, I guess)
• Inej used Kaz's gloves to climb in the incenerator scene
• After learning Inej's real name, Kaz asked if that's what she preferred to be called
•Kaz's pov has shown that he probably had fracture or other injury from when he jumped while carrying Inej in his arms, and it was never mentioned him getting any medical attention. My boy been running this heist like this, AND without his cane for hours
• They blew up the nation's holy magical tree (somehow I keep forgetting this part)
• Matthias gave Kaz an agressive CPR until Nina took over. So his heart probably stopped during heist? (Somebody just give him a vacation or something)
•Nina flirts/ed with Kaz (as he had mentioned himself, she just loves flirting with everybody and everything)
•Inej seems to be the ONLY one in the Dregs without their tattoo
•Matthias labeled Inej as a demon in his head as well, not only Kaz
•Matthias' middle name is Benedik. I think only his and Jesper's second names were revealed (very likely that they are the only ones who have them)
•Kaz gave Matthias the "you wouldn't last an hour in the asylum where they raised me" talk (like, literally)
•“You can’t spend his money if you’re dead.”
“I’ll acquire expensive habits in the afterlife.”
•Inej thought that Kaz "at least owes me his best imitation of a human being".
•Wylan was standing up to Kaz several times, even at times when others wouldn't (like right after the Oomen incident)
•Matthias has the coolest nicknames for everybody in general
•Kaz kinda thinks more of Inej than others do? Has more faith in her and how strong she is, if you will
•Kaz went back for the Black Tips after Inej was injured and "there was enough blood to paint a barn red" (reminder that he still has a fracture after running with her in his hands and jumping off great heightswhile carrying her)
•Tolya was mentioned in SoC ("There’s a Heartrender at the Little Palace who can recite epic poetry for hours. Then you’d wish you had died.”)
•Matthias thanked Inej personally for being the reason they made it out of the harbor alive (that's right, everybody must respect Inej)
•Kaz wants reassurance that Inej believes in him once in a while
•Everybody feels kinda good about sharing secrets with Kaz cuz he's Dirtyhands and he wouldn't judge anything
•Kaz and Inej have a series of silent signals?
•Kaz said "You don't want a look at what's inside my head, Nina dear" while wearing fucking dumb goggles
•Inej is the only sacred thing in Kaz's life, and she made him feel like a boy still believing in existence of magic
#i had this in my drafts#for months apparently#since i reread soc this summer#six of crows#wylan van eck#inej ghafa#matthias helvar#jesper fahey#nina zenik#kaz brekker
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