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Hildegar Von Bingen

“Y vi una luz resplandeciente, más brillante que el sol, y en medio de esa luz, la voz del Viviente me dijo: ‘Escribe lo que ves’.”

“No lo aprendí de los hombres, ni lo inventé con mi razón, sino que lo recibí en la visión secreta del cielo.”

“La palabra de Dios es como un fuego que arde en la médula del alma.”

Sobre el alma, el cuerpo y el viaje místico

“El alma es una chispa viva de la esencia divina, encerrada en una tienda de carne.”

“Tú, criatura humana, eres tierra y ceniza, pero llevas dentro el eco de la melodía original del Paraíso.”

“La voluntad humana es una torre. Si se fortalece por el Espíritu, nada puede derribarla.”

Sobre el Cristo Místico y la Redención

“Cristo es la luz verdeante que hace florecer a toda la creación desde dentro.”

“El Hijo del Altísimo descendió al barro del mundo, para levantar al barro a las estrellas.”

“Su sangre abrió las fuentes de la gracia que corren por los caminos del alma.”

Sobre la Naturaleza Viva y el Cosmos

“Todo lo creado canta, pues en su raíz resuena la vibración del Logos.”

“La creación es como una sinfonía: cada ser, una nota; cada alma, un instrumento; y Dios, el gran compositor.”

“El mundo no es obra muerta, sino un cuerpo vivo que respira en Dios.”

Sobre la lucha espiritual y el despertar interior

“El alma es un guerrero: su campo de batalla es el tiempo, su espada, la fe.”

“La oscuridad tiembla ante el resplandor de un alma que conoce el camino.”

“Conócete, criatura, pues el conocimiento de tu alma es el comienzo de la visión divina.”

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15 Frases del Espíritu del Dientes de Sable

"No vine a complacer a este mundo, vine a recordarle su fuerza olvidada."

"La verdadera fiereza es guardar silencio cuando todos gritan."

"Fui forjado en el hielo y el fuego, por eso no me doblego ante el miedo."

"Mis cicatrices no son heridas, son mapas de poder."

"La sabiduría no siempre viene con plumas; a veces, ruge con colmillos."

"No soy violencia: soy la fuerza que protege lo sagrado."

"Camino solo, pero en mí caminan los ancestros."

"No ataco sin causa, pero si despierto, nada me detiene."

"Mi alma no se rinde, aunque el mundo intente extinguirla."

"Soy la sombra que no teme a la luz, y la luz que no teme entrar en la sombra."

"En mi mirada vive un tiempo en que el alma aún era salvaje y libre."

"Mi poder no está en lo que muestro, sino en lo que soy sin mostrarlo."

"Soy guardián de secretos que solo se revelan cuando el corazón está listo."

"No me arrastro por lo fácil; acecho lo verdadero."

"Llevo en mis colmillos la memoria de lo indomable… y en mi pecho, la paz de quien ya ha luchado."

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Tótem Smilodon

El Dientes de Sable es el espíritu viviente de la fuerza ancestral, un emblema del coraje dormido en lo más profundo del alma humana. No pertenece a este tiempo, ni a este mundo: es un viajero del abismo de los siglos, un guardián de los misterios olvidados. Su energía nos habla de lo indomable, de aquello que no se rinde, de la memoria salvaje que aún late bajo la piel de la civilización. En sus colmillos lleva la marca del trueno antiguo, y en sus ojos, la mirada de quien ha conocido la oscuridad… y ha salido más fuerte de ella.

Es símbolo de poder contenido y de pasión enraizada, de esa energía que no necesita mostrarse para ser temida. Camina solo, pero no por soledad, sino por sabiduría. El Dientes de Sable no corre tras lo superficial; él espera, acecha, elige. Su instinto no es caótico, es estratégico, enseñándonos que la verdadera fuerza no está en lo impulsivo, sino en la maestría del silencio y el momento justo.

Este animal sagrado representa al guerrero que no ha perdido su alma, al protector de los secretos del alma tribal. Es la voz de los ancestros que no se ha extinguido del todo, que sigue rugiendo en los sueños, en las visiones, en los trances. Nos recuerda que dentro de cada uno de nosotros habita una bestia sagrada que no fue domesticada, que aún puede despertar si recordamos quiénes fuimos antes de olvidar.

El Dientes de Sable nos invita a reconciliarnos con nuestra sombra luminosa: a abrazar la furia que sana, el dolor que libera, la pasión que guía. Nos enseña a caminar con los pies firmes sobre la tierra, pero con el corazón conectado al instinto divino, al fuego interior que no teme arder. No es violencia lo que encarna, sino fuerza sagrada al servicio de un propósito superior.

Si este animal aparece en tu vida, puede que estés atravesando una noche del alma, o que estés a punto de reclamar un poder perdido. Tal vez sea el tiempo de defender lo sagrado en ti, de volver a tu centro con garras y espíritu, de dejar atrás la sumisión y despertar la dignidad salvaje. No para destruir, sino para proteger tu esencia con honor.

El Dientes de Sable no olvida, pero tampoco se aferra al pasado. Él ha caminado por eras de hielo y fuego, y su mensaje es claro: puedes sobrevivir a todo, siempre que seas fiel a ti mismo. Él es el espíritu del renacimiento feroz, del alma que no se deja extinguir por el miedo, y que vuelve a la vida con el corazón latiendo como tambor de guerra chamánico.

Su filosofía sería la del guerrero espiritual, el que conoce la paz porque ha caminado por el fuego. En su presencia aprendemos a ser nobles sin ser sumisos, fuertes sin ser crueles, sabios sin olvidar nuestras raíces.

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Cuenta la tradición que hace muchos años se celebró una gran reunión donde asistieron los sabios y los sacerdotes más respetados de toda la tierra. El cónclave estaba presidido por los tres grandes dioses del hinduismo: Brahma, Vishnu y Shiva. Los brahmanes estipularon que para que los rituales y sacrificios salieran correctamente, serían oficiados por Daksa, un prajapati —patriarca de la humanidad—, hijo de Brahma y padre de Shakti, la primera consorte de Shiva. Cuando Daksa entró en la asamblea, toda la sala quedó iluminada por el fulgor de su presencia. Impresionados por su porte, los asistentes se pusieron en pie, expresando así su respeto por Daksa, a excepción de Brahma y Shiva, los cuales no se movieron de su asiento. Brahma recibió a su hijo con los brazos abiertos y lo invitó a sentarse a su lado. Pero Daksa, molesto porque Shiva no le había mostrado ninguna señal de afecto, comenzó a insultarlo con terribles palabras. Loco de ira, lo acusó públicamente de no saber comportarse, de no tener vergüenza ni educación, incluso de haber arruinado la asamblea con su presencia. Aseguró que él mismo era superior al dios, ya que Shiva se había casado con su hija, que era carne de su carne. Se mofó de Shiva echándole en cara que viviera en lugares impuros, como los crematorios; que untara su cuerpo con las cenizas de los muertos y que se hiciera acompañar siempre de fantasmas y demonios. Por último, le culpó de dar auspicio a los seres más desgraciados, especialmente a los locos y desahuciados. Daksa, que seguía consumido por su furia, propuso al consejo que Shiva no recibiera parte alguna en los sacrificios y ofrendas que iban a realizarse. Y así, después de haber pronunciado todas estas blasfemias, el sacerdote se levantó y abandonó el cónclave sin echar la vista atrás. Shiva, absorto en su propia esencia, no reaccionó a las palabras de Daksa. Su tarea como dios destructor era también la de desgarrar la imagen vanidosa que los seres humanos se han ido formando de sí mismos. Pero quien sí reaccionó fue Nandisvara, uno de sus más devotos seguidores. Nandisvara se levantó y se dirigió a la asamblea, acusando a los sacerdotes de no haber defendido a Shiva, a quien debían el máximo respeto, dado que era la tercera encarnación de la trimurti. Sin embargo, por temor a enemistarse con Daksa, que se encontraba a la cabeza de los brahmanes, guardaron un silencio cobarde que los convirtió en cómplices de todos aquellos insultos. Nandisvara dijo que Daksa se había olvidado de su espiritualidad y que había desarrollado una fuerte atracción por los objetos materiales y por los placeres de los sentidos. Señaló además que se había olvidado de quién era y del papel que debía ejercer, que no era otro que el de servir con humildad tanto a los otros seres como a los mismos dioses. De esa manera, Nandisvara maldijo a todos los sacerdotes que, a partir de entonces, actuaran como Daksa, profetizando que en el futuro las religiones se verían dirigidas por personas que no amarían a Dios, así que no conseguirían reconocerlo ni aunque lo tuvieran delante. Y que se dedicarían únicamente a insultar y poner obstáculos a los genuinos buscadores de la verdad.

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Muchos tendrán envidia de lo que por Gracia Dios hará contigo. - Eclesiastés 4:4

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Tótem Tortuga

Este animal sagrado enseña el poder del desapego. No se deja llevar por impulsos ni por pasiones desbordadas; es dueña de su propio ritmo y nos recuerda que la estabilidad viene de la serenidad, no de la prisa. Su presencia en nuestra vida nos dice que todo tiene su tiempo y que cada paso firme es más valioso que una carrera sin rumbo. Nos guía para apreciar el presente, sin ansias por el futuro, sin angustia por lo desconocido.

La tortuga se defiende sin violencia, confiando en su caparazón, en su centro. No necesita atacar, pues su fuerza reside en la certeza de su propio ser. Es maestra en la autosuficiencia y en la estrategia silenciosa, avanzando con seguridad sin permitir que el miedo o la duda la detengan. Cuando quiere algo, su determinación es inquebrantable, pues su espíritu está alineado con la naturaleza y su propósito.

Además, este animal ancestral es un augurio de nuevas oportunidades. Si la tortuga aparece en tu camino, es momento de observar con atención tu situación actual, de analizar sin precipitación, de confiar en el fluir natural de la vida. No hay necesidad de forzar los eventos; todo llega en su momento. Su sabiduría nos invita a transformarnos con paciencia, a evolucionar sin resistencia y a soltar la necesidad de control. El taoísmo seria su filosofía de vida.

Siguiendo su ejemplo, podemos fluir con la vida, con la certeza de que nuestros sueños pueden hacerse realidad si avanzamos con calma y determinación. La tortuga nos susurra que el éxito no es un destino, sino el viaje en sí mismo, y que quienes comprenden esto llevan en su interior el secreto de la verdadera fortaleza y felicidad.

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Y me dijo Dios: Levanta tus pies, y vete de tu tierra natal, a la tierra deseada, la tierra de los padres sagrados, y allí te convertiré en un gran y enorme sabio, y se bendecirán en ti todos los sabios de la tierra, porque a ti te elegí como justo y sabio en toda esta generación, para que cures la ruptura humana, con la salvación que ya existe.

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Katha Upanishad 1.2.23

"Este Ser no puede ser alcanzado mediante el estudio de las escrituras; sólo puede alcanzarlo aquel a quien el Ser elige. A él, el Ser le revela su verdadera naturaleza."

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El Libro de los Atributos

Cuando la persona desprecia el dinero, el Cielo le muestra el sendero correcto que debe seguir.

Dios prueba a la persona para luego otorgarle importancia y fama.

La verdad acelera la llegada del "fin de los días".

Aquél que estudia pero no repasa lo estudiado es como una persona que planta pero que no cosecha.

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Misión Divina

Moisés: ¡Ayúdame! Creo que me he roto la pierna.

Niño (Dios): Más que eso.

Moisés: ¿Qué dijiste? ¿Quién eres tú?

Niño (Dios): ¿Quién eres tú?

Moisés: Soy un pastor.

Niño (Dios): Pensé que eras un general. Necesito un general.

Moisés: ¿Por qué?

Niño (Dios): Para luchar. ¿Por qué más?

Moisés: ¿Luchar contra quién? ¿Por qué?

Niño (Dios): Creo que lo sabes. Deberías ir y ver lo que les está pasando a tu gente ahora. No estarás en paz hasta que lo hagas. ¿O acaso no son personas en tu opinión?

Moisés: ¿Quién eres tú?

Niño (Dios): Yo soy.

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Yo estaré contigo así como estuve con Moisés. Nadie podrá derrotarte mientras vivas porque yo nunca te abandonaré ni te dejaré. Esfuérzate y sé valiente, porque tú guiarás a este pueblo para que pueda tomar la tierra que yo prometí a sus antepasados.

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𝐒𝐮𝐞ñ𝐨 𝐌𝐚𝐧𝐧𝐲 = Caminando con una calabaza de peregrino escuchando cantado el "Surah Al - Baqarah", y gritando; "¡ESTOY BORRACHO DE DIOS!".