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Café amargo (on Wattpad) https://www.wattpad.com/story/391775804-caf%C3%A9-amargo?utm_source=web&utm_medium=tumblr&utm_content=share_myworks&wp_uname=CamilaParrilla El enemigo de María la persigue durante toda su vida. A veces más cerca, otras más lejos, pero ella siempre va a sentir su mirada sobre ella.
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Epitafio 3
Epitafio 2 Epitafio 1
El funeral de Cota
Lucrecia estaba devastada. No podía creer que su bella hija ya no estuviera, y lo peor era que no podía velarla con el cajón abierto, no podía mostrar a su bella hija a los visitantes.
"Solo tenía 37 años, tan joven", le decían varios visitantes de su iglesia. "Tan hermosa, tan piba... esto es porque tenía objetivos muy grandes", pudo escuchar la madre por lo bajo. ¿Acaso culpaban la muerte de su hija por su brillante carrera?
Nunca una mujer podía ser hermosa y exitosa en lo que hacía.
Cota es... era una genia en la arquitectura, la mejor de su clase. Incluso varios profesores y estudiantes la adoraban, no solo por su intelecto, sino también por su amabilidad y por lo carismática que es... era.
La tarotista le había prometido un futuro brillante, lleno de éxito. Y lo fue, pero fugaz. Cuando estaba empezando a tener éxito con su carrera, logró abrir su propio estudio y hacerse un nombre dentro del mundo de la arquitectura. Cota ya casi se sentía realizada. O al menos eso es lo que le dijo a su madre, Lucrecia.
"Lo único que me falta, Ma, es la casa antigua alemana del barrio", esa era su gran meta desde los 7 años. Aún conservaba los diseños que había hecho de niña sobre su "casa de los sueños". Lucrecia, la noche anterior, los revisó con ganas de destruirlos, aunque no lo hizo. Los sueños de la Cota de 7 años no eran culpables de su muerte.
Aunque podía conseguir algo mejor, la idea de renovarla y crear algo nuevo dentro de esa fachada antigua la emocionaba. "No entendés, Ma, esa es la casa de MIS sueños", siempre repetía, y sin aviso esos sueños terminaron siendo su final.
Este gran sueño, esta fachada antigua estilo alemán, la preocupaba. Tal vez sentía que era como el cuento de Ícaro y el sol, y sentía que su hija estaba volando muy alto hacia su brillante éxito, que aún no sabía lo fugaz que iba a ser. Su preocupación terminó tomando forma días después: la encontraron enterrada entre los escombros de esa casa. Apenas se habían cumplido 3 días desde que empezó a reformarla.
La choza desvencijada no dio abasto cuando inició sus arreglos en la planta baja, haciendo que el primer piso más el techo cayeran sobre ella y quienes estaban ahí ayudándola. Solo ella no pudo sobrevivir.
"Parece una persona que sufrió un choque contra las rocas", pensó Lucrecia mientras reconocía el cuerpo de su hija. También arquitectos conocidos le dijeron que esos arreglos "provocaron una especie de terremoto", haciendo el efecto de rocas cayendo del cielo y aplastándola.
Ella voló muy cerca del sol, sus sueños eran muy brillantes, y las alas de Cota no eran lo suficientemente fuertes para que pudiera seguir su viaje. Y aunque Lucrecia le comunicó varias veces su preocupación, como Dédalo a Ícaro, su hija igualmente siguió con sus planes, cegada por el éxito que venía acumulando.
Lucrecia quería con todas sus fuerzas culpar a esa casa, a los sueños de su hija, incluso al éxito como hacían varios invitados, pero la realidad era que la muerte de Cota fue una muerte sin culpable.
Cuando terminaron de cremar a su hija en Chacarita, Lucrecia se fue hasta la casa alemana que yacía destruida en medio de la cuadra. Se metió entre los escombros, encontrando rápidamente algunos de los que aplastaron a su hija, ya que el rojo y parte de su carne aún se podían notar en ellos.
Agarró uno de los escombros más chicos bañado en sangre ya seca por el sol, y se lo llevó a casa.
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Epitafio 2
Epitafio 1
Vida de Cota
Cota nació con pulmones fuertes, “sabe lo que quiere” o eso es lo que su madre decía. Nació un tres de abril de 1988 bajo la estrella del éxito. “Cualquier cosa que se proponga hacer, lo va a lograr” una tarotista le mencionó.
También en el sanatorio de Flores estaban todos los enfermeros fascinados con lo hermosa que era. Ella iba a ser alguien importante, se sentía.
Durante su infancia ya se sabía qué quería ser, alguien que construyera casas o edificios inimaginables. Si pudieran ver los castillos de arena que ella creaba de chiquita estarían asombrados. Por eso no sorprendió a nadie cuando decidió entrar en FADU para seguir la carrera de Arquitectura.
Todos los profesores e incluso sus compañeros amaban los diseños que ella creaba. Cota era perfeccionista, nunca dejaba ningún detalle para después porque “eso lo hacen los vagos” sostenía.
Tan hermosa, carismática, y talentosa en su trabajo. Logró a sus 30 abrir su propio estudio de arquitectura y a los 37 años conseguir comprar la casa que deseaba desde los 7 años. Una casa abandonada con fachada alemana antigua con el tejado especial para la nieve, aunque estemos en Capital Federal. Claramente esos tejados no tenían mucho uso excepto por ese 9 de julio de 2007, aunque nadie vivía ahí para ese momento.
La vida de Cota estaba siempre llena de grandes logros y solo estaba empezando.
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Epitafio 1
Mejor día de Cota
Querido diario:
¡Hoy es el mejor día de mi vida! Tal vez suene exagerado, pero siento que lo puedo gritar porque lo siento bien en mi pecho. ¡Hoy es el mejor día!
Puede que suene a esas personas super alegres que intentan convencer de ingresar a su religión o secta, pero juro que no soy eso. O al menos no tan así se podría decir. ¡Juro que mi felicidad tiene motivo y cimientos reales! Principalmente los cimientos.
Al fin pude comprar mi casa de los sueños. Esa hermosa fachada alemana antigua que lleva abandonada varios años, ahora es mía. Solo necesito arreglarla para poder convertirla en un hogar habitable, pero ES MÍA.
Como arquitecta este es el sueño de mi vida, arreglar y poner en condiciones esta casa para que sea mi hogar y estudio. Quiero conservar los rasgos característicos pero darle un toque moderno.
Empezamos los arreglos en la planta baja porque para crear un gran hogar hay que crear unos buenos cimientos. El primer piso y el techo no se ven en la mejor de las condiciones, pero cuando termine esta casa va a ser hermosa tanto por dentro como por fuera.
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Solo un sueño
Volvió a soñar…’mierda’ masculla hacia adentro.
Todas las noches Cata tenía el mismo sueño. Uno que no tiene un gran sentido excepto el que le quite las posibilidades de seguir durmiendo un poco más, u olvidarse si hubo otros antes.
En el mismo, Cata es ella misma; durmiendo en su cama de su departamento en Flores; escucha un golpe en la puerta y se levanta. Al abrir la puerta se encuentra con un animal, a veces un caballo, otras una cebra o elefante, pero siempre siente que es el mismo, solo que cambia la forma, y la invita de forma mansa a montarla porque tiene un lugar al que debe ir.
Atraviesan los bosques de pino por Villa Gesell, aunque ella tal vez estaba en su cama, en su departamento en Flores; al abrir la puerta se encuentra en la puerta de su cabaña familiar en Villa Gesell. Cata sabe por qué está ahí y hacia dónde el caballo la llevará, ya que siempre es el mismo lugar. La lleva a su muerte. Bueno, no su muerte en sí. Pero sí al lugar donde se ahogó, y murió por 4 minutos.
También ese lugar es dónde conoció a su marido, ya que fue él quien la rescató y le hizo reanimación para que regresara a la vida. Nunca olvidó ese día, ya sea por el hombre que la salvó como por el sueño recurrente.
Una vez ahí, encima del caballo, terminando de atravesar los bosques de pino, es llevada por unos médanos de arena, tan familiares como las marcas de su mano, ya que pasó por esa zona toda su infancia y gran parte de su adultez, buscando ese lugar a la orilla del mar.
Una vez llegado allí, el caballo no caballo se recuesta, invitándole a que se baje de una forma mansa e indicándole que camine hacia el mar oscuro que no deja ver la línea de horizonte. Ese momento cuando se mezcla el mar con el cielo ya que está igual de oscuras ambas partes.
Ella no recordaba que esa vez hace 5 años, cuando se ahogó, fuera de noche. ‘No, esto es producto del sueño’, pero que se repite sin importar el momento del día. Siempre el mar estaba a oscuras como un infinito negro.
Sí, hace 5 años que viene teniendo el mismo sueño, todos los días. ‘¿Por qué?’ te estarás preguntando si sos una persona curiosa, o tal vez simplemente aceptaste esa información para seguir el relato. Verás, hace 5 años fue ese incidente donde ella se ahogó y murió, por unos minutos. Ese fue el incidente que lo inició todo.
Desde entonces sueña lo mismo. Desde entonces no puede descansar, siempre levantándose de golpe, como con la sensación de falta de aire, aunque respira normalmente. Todo porque ella no quiere bajo ningún modo, meter sus piés en el agua en el sueño.
Como se mencionó anteriormente, también conoció a Juan, quien la rescató, y se quedó con ella hasta que la llevaron al hospital, y con quién días más tarde se reencontraría en un bar y entre copas que pasan y van, naturalmente terminó evolucionando a algo más que solo un ‘pasan cosas’, para después terminar en una relación seria y posteriormente a matrimonio.
Pero nada es hermoso para siempre, y menos si te despertás todas las noches por 5 años con una sensación de ahogamiento que no te permite volver a conciliar el sueño. Claramente esto conllevó a años de terapia de todas las formas y colores.
Cuando el motivo de tu sueño, o insomnio por pesadillas, es por un evento traumático, con terapia uno puede controlarlo hasta el punto en que ya no están. Pero Cata no podía.
Cata era una novelista, así que salía con Juan en citas románticas cuando podía, iba de visita a su madre para comer pastas caseras todos los domingos y se compraba ropa con la hermana cada vez que publicaba un libro, para celebrar. Pero los sueños siempre estaban ahí presentes, llamándola hacia el mismo lugar, todas las noches, despertándola de forma brusca y a veces despertando de un susto a Juan, que era de esas personas de sueño ligero (no como esos hombres que siguen durmiendo por más que pase un terremoto).
La psicóloga de Cata le dijo que una de las formas de superar el sueño era volver al lugar donde todo pasó. Volver a Villa Gesell y dejarse llevar. Dejase mojar los pies en la orilla y tal vez animarse a nadar un poco, para así vencer ese miedo al agua.
Aunque…ella nunca lo sintió como un miedo al agua per se; sino a una intranquilidad de qué se podía encontrar ahí. Sentía que parte de su alma se había perdido en esos 4 minutos de muerte en las profundidades del mar.
Juan un día se cansó. Estas pesadillas no solo lo despertaban a él también, sino que hacia ya un tiempo que no tenían sexo, que Cata se sentía muy agotada para poder satisfacer a su marido. Así que le dijo de ir juntos, como lo ordenó la psicóloga. Él creía que era solo un trauma que al enfrentarlo sanaría y ellos dos podrían empezar a tener una vida más normal, sin tantos exabruptos en medio de la noche.
Así que un feriado largo aprovecharon para ir a la casa de verano familiar de Cata y pasar una escapadita de la realidad por Villa Gesell. Todo iba bien, aunque en la noche ella solo podía soñar que aparecía un caballo en la puerta de su casa, lo montaba, atravesaba el bosque de pinos y los médanos, hasta llegar a la costa; no funcionaba esta terapia de shock para olvidar el “trauma”. Excepto…
Una noche Cata pudo dormir bien. Lo hizo tan bien que ni se dio cuenta de lo tarde que era, 10am (cuando ella se levanta siempre a las 4am) y no recordaba qué soñó, pero sí que se sentía descansada.
Se levantó de un salto alegre llamando a Juan. Pero él no estaba. ‘Se habrá ido a comprar facturas para el desayuno’, pensó mientras ponía la pava para el mate.
Dos horas pasaron y no había señales de Juan y las facturas.
Tocaron a su puerta. Eran dos policías de la zona, que le pidieron hablar con ella. Habían encontrado ahogado en el mar el cuerpo de Juan por la madrugada, a eso de las 4 am. Como la noche fue tan fría, se les hizo difícil identificar el horario justo en que él murió.
Trataron el caso como un suicidio los investigadores. ‘¿Tenía pensamientos oscuros de quitarse su propia vida?’ le consultaron. Cata no sabía qué contestar, ya que habían ido a esa playa por ella y sus pesadillas.
Ya pasó 1 año del fallecimiento de Juan, y los sueños nunca se frenaron. Sin él se volvió más solitario todo.
Con su nueva psicóloga terminó llegando otra vez a la misma conclusión; tenía que ir a Villa Gesell y confrontar todo, pero ella sola.
Así que esa misma semana arregló un pequeño bolso, fue al funeral de su hermana (lo que hace el veneno de ratas es impresionante), se subió a su auto y condujo hasta la cabaña familiar. Una noche pasó en esa cabaña de nuevo y la pesadilla la seguía acompañando.
Se estaba sirviendo un mate después de despertarse. Las horas pasaban pero el cansancio permanecía, y sin importar si bebía café, mate, o algún energizante, ella estaba cansada por no dormir bien…y estaba cansada de ese cansancio.
Cata se prometió que esta noche, al dormir, iba a dejarse llevar por el caballo no caballo, pasear por todo el bosque de pinos, atravesar los médanos, bajarse del animal, y caminar hacia la orilla, dejándose mojar sus pies.
Quería ponerle fin a esta pesadilla eterna, y recuperar eso que perdió hace 5 años.
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No puedo vivir sin vos
He vuelto arrepentido por tus brazos después de la pelea de ayer. Me siento desnudo si no te tengo a mi lado.
Te necesito, te lo digo y repito varias veces, pero solo recibo silencio de tu parte. Tu indiferencia que es fría como tu piel; fría, tersa y suave. Sigo buscándote en ese abrazo algo de calor para demostrarme que aún estamos bien.
Te necesito para sentirme completo, por eso no te puedo soltar, perdón. Ni aunque en nuestra pelea hayas manchado la pared de nuestro cuarto con un color carmesí que ahora me es difícil de sacar.
Sin vos estoy perdido, porque siempre mi brújula interna me enviaba a tu dirección. Ahora no es eso lo que me direcciona hacia vos, sino el olor de tu piel que ya no es tan tersa emana. Por eso me puse a investigar formas de ayudarte para mejorar tu piel, olor y así mantenerte bella por siempre.
Después de siete días, trabajando en tu belleza, me encontré con un impedimento muy grande. Verás, ya no podré verte tan seguido mi querida Carmen, o del todo. Los vecinos, esos que siempre te quejaste de que eran muy chismosos, decidieron no aguantar tu olor ni dejarme terminar mi trabajo en vos. También mencionaron un ruido raro, como de escopeta. Por eso tengo a la policía que me acorrala y aleja de ti.
Los vecinos pensaban que simplemente habías desaparecido porque no te veían entrar o salir, pero vos estabas aquí, conmigo.
La policía me detuvo y amarró con sus esposas casi apretándolas tanto que me cortaban la circulación. Veo cómo te llevan, de mi cuarto a una bolsa negra, y los escucho decir “está muerta” o “¿estuvo así por una semana?”. Incluso los escucho decir falsedades sobre la relación perfecta que teníamos. Ellos no entienden qué es el amor verdadero, el que tenemos nosotros dos.
“Siempre me dijeron que soy un romántico” fue lo último que pude declarar frente al juez que me daba su veredicto. Culpable.
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La mascota de la princesa
En un reino muy lejano, en la época de Maricastaña, con caballeros, dragones y otras cosas que uno puede encontrarse al aventurarse en los bosques, existía una pequeña princesa. Era hermosa y muy querida por todos en el reino. Aunque… "querida" quizá no sea la palabra exacta. Más bien, le tenían algo de lástima, porque era rara.
Verás, la niña tenía una de las manías más increíbles, pero macabras del mundo: amaba coleccionar tarántulas y sus carcasas.
¿Sabías que cuando las tarántulas crecen, mudan su piel y dejan su exoesqueleto atrás, igual que las serpientes? Bueno, si no lo sabías, ahora lo hacés. Y si esta información te pareció de lo más oscura y extraña para que una dulce niña la tenga, entonces pensás igual que el resto del pueblo.
Pero eso no era lo más raro de todo, no, no. La fascinación de la pequeña princesa por estas criaturas tenía un motivo: en sus sueños siempre aparecían seres mucho peores. Así que se rodeaba de todo aquello que se considerara "horrible", con la esperanza de que sus pesadillas se disiparan.
Una mañana temprano, el hermano mayor de la princesita —cuarta hija de cinco hermanos— salió de caza por los bosques en busca de una de las tarántulas más exóticas que pudiera encontrar, para regalársela en su aniversario de vida. Y así fue que, al volver, muy orgulloso, le entregó algo que nadie más se habría animado a regalarle. Porque él era el mayor de los hermanos, el caballero más valiente de todos… además de que amaba un montón a su hermanita.
La princesita chilló de felicidad cuando abrió el paquete. ¡Era una tarántula, pero muy rara! Tenía nueve patas y un solo ojo. "Tal vez es una especie que aún no fue descubierta", dijeron en la corte. Claramente, era el mejor regalo de todos, mejor que ponis, muñecas o vestidos para grandes banquetes. Incluso mejor que su torta de chocolate favorita, que solo se comía en esa fecha.
Entonces, la niña empezó a criar a aquella extraña tarántula con mucho amor y muchas moscas. Pero parecía que no le apetecían las moscas. "Qué raro", pensó la princesita, mientras buscaba nuevos insectos para alimentar a su nuevo amigo Nuevepatudo. Sin embargo, ninguno parecía gustarle.
Y entonces, por algún motivo—tal vez por el amor que le daba la princesita, tal vez por el exceso de comida (aunque no la comía realmente), o tal vez porque no era una tarántula—, ese ser empezó a crecer de forma agigantada semana tras semana… alimentándose de algo mucho más macabro.
Resulta que el heredero al trono y gran caballero no era un gran monstruólogo, porque no se dio cuenta de que la "tarántula" que le regaló a su hermanita no era, ni más ni menos, que la cría de un monstruo que se alimentaba de las pesadillas que iba creando a sus presas.
Al principio, las criadas le tenían terror a ese ser, sobre todo porque se hacía cada vez más gigante con el paso del tiempo. Pero nadie podía hacer nada, porque la princesita lo amaba. Ni siquiera cuando el monstruo empezó a provocar pesadillas cada noche: a las criadas, a los de la corte, al mismo príncipe que lo había descubierto… Nadie en el castillo se salvaba de sus pesadillas. Nadie dormía bien.
Bueno… nadie excepto la princesita, que por primera vez en su vida podía dormir tranquila.
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Nuevo inicio
Este blog lo dejé abandonado cuando ya no estaba tan de moda tal vez, y volver podría decirse que es un retroceso o un mal uso del mismo. Pero la realidad es que sólo quiero publicar mis historias en alguna parte, y las páginas recomendadas para eso no están funcionando como deberían. Así que cansada de todo, vuelvo a mi lugar de origen, como regresar a la casa de mis viejos. Si estás leyendo esto, prometo aunque sea publicar algún fanfic así no queda tan en desentono este blog.
Muchas gracias por leerme y nos vemos muy prontito con historias originales.
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Definitely it scares me
“Writing a book is so easy.”
Yes. Writing a book is the easiest thing in the whole world. In fact, let me show you just how easy it is!
Goal: change all this paper into a book.

Eh, not that hard. I mean, you just have to read, right?

Maybe scratch a few notes in the margins as reminders.

Yeah, writing and editing isn’t time consuming or painstaking at all.

In fact, I find it quite relaxing. Good meditation. No stress whatsoever!

I mean, it’s not like writing a book involves any train of thought or decision making, like when to cut scenes, because whatever you write is perfect and there to stay!







I mean, come on, it’s not like I’m going to rewrite the first chapter 51 TIMES to make sure it’s how I want it, right? That’d be crazy.

And no, it’s not like I spent over 3,000 HOURS READING AND REVISING 14 DRAFTS OF THE BOOK to make this book readable.

No sweat, no tears, no blood, and DEFINITELY no coffee stains.

Nope, writing is the easiest job in the world. I don’t see why anyone thinks otherwise. I mean, all we do is scribble words and take a few out, right?

We feel no satisfaction AT ALL when we receive a shipment of the final product for a book signing. *yawn* BOR–ING.

Nope, we don’t get excited at all. It’s just another day in the life.

And the sequels? Bitch, please. That’s child’s play.

You’re right. Writing a book is so easy. It’s not stressful, not exciting, and it’s definitely not worth the reward of holding something that USED TO BE EXCLUSIVELY IN YOUR HEAD AND NOW YOU GET TO SHARE IT WITH THE WHOLE WORLD.
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