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cinefulbo-blog · 10 years
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Tres tipos en un sillón toman algo mientras charlan de cine. Incomprobable. Trece. Juntos… pero no tanto.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Tres tipos en un sillón charlan de cine mientras toman algo. Incomprobable. Doce. Guardianes de la Galaxia.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Guardianes de la Galaxia III
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“Es una ópera espacial, aunque no sea tanto un film de ciencia ficción, sino que siento que se trata de una película de aventuras en el espacio”, dispara James Gunnal presentar Guardianes de la Galaxia, tal vez la apuesta más ambiciosa deMarvel desde que se convirtió en la franquicia más taquillera del cine. “Soy fanático de las historietas, así que tenía bien claro quiénes eran los Guardianes de la Galaxia. Toda mi vida trabajé para tener una oportunidad como esta. Siempre quise dirigir una aventura espacial, y ahora me toca hacer una protagonizada por un mapache loco”, explica el también director de Super y Slither.
Cinco forajidos, mezcla de humanos y extraterrestres, liderados por el carismático Star Lord (Chris Pratt) al frente de Gamora (Zoe Saldana), Rocket Raccoon (voz deBradley Cooper), Drax (Dave Bautista) y Groot (voz de Vin Diesel), son los aventureros que recorren el espacio luchando contra Ronan –y, por extensión, contra su padre Thanos, el villano que los une al universo de Los Vengadores– en esta décima película del Estudio Marvel.
“No me interesaba hacer una película más de superhéroes, siento que creamos nuestro propio estilo de películas. Y sabemos que, en un film tan grande, eso es correr un riesgo enorme, pero también es la mejor manera de trabajar tranquilos. Joss Whedon, amigo desde hace tiempo, me consiguió este trabajo. Y su gran ayuda fue cuando, después de leer mi primera versión del guión, me dijo ‘en Marvel están muy contentos con esto, pero yo prefería ver al verdadero James Gunn en el guión’. Ahí gané confianza y le dije que iba a cambiarlo, aunque ese iba a ser su funeral”, cuenta el director entre carcajadas. “La película se volvió algo más cercano a mí. Intenté hacer que el espectador se sienta como me sentía yo cuando era chico y miraba mis películas favoritas. No importa si era Los cazadores del arca perdida,Star Wars o Volver al futuro, no quiero hacer una película como esas, sino cómo esas me hicieron sentir a mí”, explica Gunn. El director confirmó que, si todo $ale bien, se hará cargo de la secuela, y se sospecha que los nuevos integrantes del universo cinematográfico de Marvel tendrán su cruce con el grupo más famoso de superhéroes en la tercera entrega de Los Vengadores.
(Publicado en Los Inrockuptibles)
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cinefulbo-blog · 10 years
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Guardianes de la Galaxia II
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“Buenos días. Me llamo Chris.” Así, como si él fuera un completo desconocido en un rol menor, comienza la entrevista con el protagonista de Guardianes de la galaxia, la apuesta más grande de Marvel en los cines de esta temporada. Durante un breve descanso en pleno rodaje de la película en los estudios Longcross de Londres, Chris Pratt está vestido como un tipo duro, por más que una sonrisa inocultable desenmascare su alegría. Chris tiene puesta la campera de cuero granate de Peter Quill o Star-Lord, los dos nombres que lleva el superhéroe al que interpreta, y todavía tiene sus vistosas pistolas enfundadas al costado de un ceñido pantalón oscuro. Pratt sabe que si en el futuro Hollywood intenta acordarse de él, seguro será a partir de este Star-Lord que hoy encarna, pero igual todavía necesita presentarse primero él y después al personaje que viste.
“Es una mezcla de Marty McFly con Han Solo. Todo piloto espacial es comparable a Han Solo, y estos dos son rebeldes, fugitivos de la ley y de sus acreedores. Pero seguro que Han Solo cagaría a palos a Star-Lord. Han es un hombre y Star-Lord recién está tratando de convertirse en hombre. Es un tipo egoísta, que se preocupa sólo por sí mismo, hasta que conoce a este grupo de gente que se vuelve su familia y empieza a tomar decisiones pensando en el bien del grupo y, por extensión, de toda la galaxia”, explica Chris.
Pratt tiene claro que ésta no es la franquicia más famosa de Marvel, pero tampoco se preocupa demasiado en saber por qué el estudio decidió salir a conquistar el espacio. “No sé por qué habrá sido. Tal vez se cansaron de destruir tantas ciudades en la Tierra... Ya arrasaron Nueva York, Tokio y creo que llegó la hora de llevar las peleas al espacio. En realidad, siempre se busca cuál es la mejor historia para cada momento nada más”, reflexiona Pratt.
¿Quién era este fornido treintañero que Marvel eligió como la estrella de su primera aventura espacial? Los cinéfilos memoriosos recuerdan sus ojazos verdes en el beisbolista que compra Brad Pitt para alcanzar el éxito en El juego de la fortuna, uno de los marines que se cargan a Bin Laden en La noche más oscura, el policía novato, novio de Megan Fox en Diabólica tentación, o el jefe de Joaquin Phoenix en la reciente Ella. Está claro que el cinéfilo tiene que ser memorioso porque ninguno de esos papeles tuvo un tamaño memorable, pero Pratt sí interpretó un personaje fundamental en la gran comedia The Five-Year Engagement, que no llegó a estrenarse en la Argentina (pero se consigue en devedé como Eternamente comprometidos).
Es ahí, en la comedia, donde se encuentra la clave para conocer a Chris Pratt, quien suele interpretar a algún bonachón sociable y algo torpe, que repite dude cada tres palabras. “No creo que el director James Gunn me haya convocado para Guardianes de la galaxia por mi probada capacidad como estrella de acción. Creo que hay tipos más duros y más preparados para este tipo de trabajos. Conmigo se conectó desde otro lugar, tiene que ver con mis posibilidades en la comedia. La película tiene un sentido del humor muy retorcido que yo a la vez comparto con James”, analiza Pratt.
Es difícil imaginarse a Chris Pratt protagonizando lo que sea sin tener en cuenta al Andy Dwyer en la Parks and Recreation, la sitcom nacida del riñón de la versión norteamericana de The Office, sobre un burocrático departamento de parques y recreaciones de un pequeño municipio. Lo que empezó como un papel secundario para Chris Pratt se convirtió en un gran protagónico a lo largo de sus seis temporadas (está por comenzar la séptima y última) y apenas bajó un poco el perfil para viajar a Londres a filmar Guardianes.
Con casi un metro noventa y un excelente estado físico –“No importa dónde esté, necesito salir a correr al menos dos veces por semana y levantar pesas el resto de los días”, reconoce el actor–, no le costó demasiado protagonizar una película de acción. Pratt explica que “lo más fácil de la película es la parte física. No me molesta revolcarme, tirarme de algún lugar o pilotear una nave que da vueltas por el espacio. Los días difíciles son esos en los que te toca demostrar emociones y focalizar la energía en lo que le pasa a tu personaje. Eso es actuar en serio”.
El actor se toma unos segundos y se arrepiente. “En realidad, tampoco es tan difícil. No puedo quejarme. Mi papá trabaja en la construcción y eso sí es mucho más jodido que hacer películas.” En un ratito de entrevista nomás, Pratt aprovecha y habla de toda su familia. En algún momento agradece el apoyo actual y recuerda unas vacaciones con su mujer, la actriz Anna Faris, también comediante (y protagonista de las cuatro primeras películas de la saga de terror paródico Scary Movie), con quien tiene un hijo de dos años. Pero también relaciona a su madre con su fanatismo por las historietas. “Cuando era chico acompañé a mi mamá al bingo y ganamos. Fui a una comiquería y gasté 300 dólares en historietas. Hay muchos números difíciles que todavía atesoro. Y así conocí a los Guardianes”, recuerda Pratt.
Chris sabe que un cruce entre todos los integrantes del universo de superhéroes de Marvel es inminente, pero él dice que la posibilidad no lo estresa. “Me encantaría, por supuesto, aparecer en la saga de Los vengadores. Pero uno nunca sabe qué puede pasar y el futuro de los Guardianes depende del público. Pero es obvio que pienso en un encuentro desde el momento en que firmé el contrato. Firmé para protagonizar tres películas y además tengo que hacer algunas apariciones chiquitas en otras, pero quién sabe. Lo único que sé es que van a salir un montón de películas más de Marvel”, anuncia Pratt. Y así, a los 35 y sin terminar de creérsela demasiado, Chris se convirtió en una estrella de Hollywood. Su Andy Dwyer de Parks and Recreation seguro le cantaría “abrí tus alas y volá. Te merecés ser un campeón”.
(Publicado en Radar)
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cinefulbo-blog · 10 years
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Guardianes de la Galaxia I
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Pareciera que Rocket, el mapache pendenciero de Guardianes de la galaxia, está borracho en un bar lleno de bellas modelos con muy poca ropa, extravagantes peinados altos y colores de piel llamativos que varían entre el rosa, el amarillo y el rojo. Cuando el mapache agrede verbalmente a sus compañeros de grupo, Peter Quill, más conocido como el carismático líder Star-Lord, interviene para que su pandilla no se vaya a las manos. Peter consigue separarlos, pero todos se van refunfuñando hasta que se escucha una voz en un megáfono que grita “cut!” y se termina la escena.
Apenas James Gunn, director de la película, dio la orden de cortar, se rompe el silencio en el gigantesco estudio londinense Longcross, ahora invadido por una sensación de relajo. Un asistente apunta un láser rojo a los pechos de Zoe Saldana, que insulta en español mientras Chris Pratt le dice, señalando sus penetrantes ojos verdes, “el secreto de Da Vinci está acá mismo. Hoy vas a ver la mejor actuación de tu vida”, y los dos lanzan una carcajada. Dave Bautista también sonríe, pero tiene un cuchillo en la mano que había pasado desapercibido durante la escena de la pelea. Todo está tranquilo en esta primera aventura espacial de los cinco superhéroes disfuncionales que forman una alianza para proteger a la galaxia del malvado Ronan y su padre Thanos.
James Gunn se acerca a charlar en una carpa con monitores dentro del gigantesco set. Al presentarse, lo primero que recuerda es “¡qué linda ciudad es Mar del Plata! La pasé muy bien allá en 2011 cuando fui jurado del Festival de cine” y pregunta por Pablo (Conde), el programador que lo invitó. Gunn está pasando por un momento consagratorio en su carrera. Después de haber dirigido dos pequeñas películas como S uper y Slither, le llegó la oportunidad de hacerse cargo de la apuesta más fuerte de Marvel Studios para este 2014, pero lo vive con mucha tranquilidad.
“El apoyo de Joss Whedon (director de Los Vengadores y consultor creativo de Marvel Studios) fue fundamental para que llegue hasta acá. El me consiguió el trabajo y, después de leer mi primera versión del guión, me dijo que ‘en Marvel están muy contentos con el guión. Pero a mí me gustaría ver al verdadero James Gunn ahí’. Tomé confianza y le dije ‘vamos a hacerlo. Total... es tu funeral’. Por eso siento que la película es muy cercana más allá de su tamaño”, cuenta entre risas Gunn.
Guardianes de la galaxia también implica un salto al estrellato de Chris Pratt, hasta aquí apenas conocido por su personaje en la serieParks & Recreation y por papeles medianos en La noche más oscura, El juego de la fortuna y la reciente Ella. “Esto es lo más excitante que hice en mi vida. Estoy tan contento que no me canso, tengo la energía muy alta. Aunque ése también es el resultado de un trabajo físico muy duro. Bueno, eso y las drogas...”, bromea Pratt. Y enseguida aclara que “Star-Lord no requiere que pierda horas sentado en la sala de maquillaje. Yo me pongo esta campera, agarro las dos armas y ya estoy listo para filmar. Así que mientras Zoe Saldana y Dave Bautista sufren maquillándose, yo salgo a correr unas horas o aprovecho para levantar pesas y mantenerme en forma.” Con el musculoso torso desnudo todavía cubierto de body painting , Dave Bautista explica que pierde “cinco horas por día mientras trabajan en esta prótesis de látex de Drax. Pero no me quejo. Por seguir este sueño dejé atrás una carrera multimillonaria como luchador profesional de la WWE. Cuando mi manager, que es mi mejor amigo, me avisó que conseguí el papel de Drax, nos pusimos a llorar juntos. Quiero demostrar que puedo actuar, no me interesa seguir el camino de The Rock o Vin Diesel. No quiero hacer películas directo a video donde aparecés con un arma pateando una puerta y diciendo una grasada.” La menos sorprendida por la oportunidad de Guardianes de la galaxiaparece ser Zoe Saldana. La actriz de ascendencia latina ya sabe lo que es formar parte de una superproducción, e incluso se había puesto en la colorida piel de una alienígena en un tanque como Avatar. “Me encantan las películas como ésta o Avatar, que te llevan a otro mundo. Igual no creo que Gamora se parezca mucho a Neytiri de Avatar, por más que me haya pintado la piel en las dos películas. Gamora es una asesina despiadada, se parece más al personaje que hice enColombiana ”, explica Saldana, todavía maquillada de verde y vestida con un ajustado traje escotado de cuero.
Y agrega que prefiere “que los personajes pongan el cuerpo y no sean sólo sentimientos. Soy fanática del cine de acción y siempre admiré a Tom Cruise y Linda Hamilton por cómo se comprometen con las películas. Me gustaría que haya más miradas femeninas en el cine de acción. Es lindo cuando alguien con tetas puede romperle la cara a la gente”.
Al recorrer los prodigiosos sets de los estudios Shepperton y Longcross, en las afueras de Londres, se nota que la apuesta de Marvel Studios porGuardianes de la galaxia es enorme. Cada uno de los imponentes sets representa a un planeta distinto y hasta hay un hangar especialmente dedicado a la nave espacial de Star-Lord. “¿Entraste? Es un caos, nada que ver con la Enterprise”, cuenta Chris Pratt y tiene razón: dentro del desorden que puede verse en el interior de la nave se encuentran innumerables referencias a los años ‘80.
Hay desde banderines deportivos a figuritas de Alf, de un walkman a un cubo mágico. Pratt comenta que “Tenemos escenarios de más de 100 metros que costaron millones de dólares. La escena de la prisión es impresionante, ahí se va a notar lo que fue filmar acá. Yo creo que les convendría convertirla en una cárcel real para recuperar la plata que les costó construirla...”.
Marvel invirtió mucho en una historieta poco conocida por el gran público. Al director Gunn, la escasa fama de Guardianes de la galaxia lo tiene sin cuidado. “ Iron Man hubiera sido un fracaso si la hubieran visto nada más que quienes conocían al personaje. Marvel demostró que se pueden hacer películas de superhéroes muy exitosas sin que las protagonicen los tres personajes grandes, Batman, Superman y Spider-Man”, cierra Gunn.
(Publicado en Clarín)
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cinefulbo-blog · 10 years
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Dos tipos en un sillón toman algo mientras charlan de cine. Incomprobable. Diez. El planeta de los simios: Confrontación.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Dos tipos en un sillón toman algo mientras charlan de cine con un tipo que desayuna en un hotel a 10 mil kilómetros. Incomprobable. Nueve. Transformers 4: la era de la extinción.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Verganza (alias Vengarcha)
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Poco se sabe de Spike Lee por esta tierra desde aquel glorioso 2006 en el que estrenó la sólida El plan perfecto y realizó el deslumbrante documental en 4 partes para HBO Una tragedia americana, sobre las consecuencias del huracán Katrina.
Pero Lee no se tomó vacaciones para seguir a sus amados New York Knicks, sino más bien todo lo contrario. En estos años se mantuvo ocupado con una épica sobre la Segunda Guerra Mundial que fracasó (Miracle at St Anna), el rodaje de un musical de Broadway (Passing Strange), la adaptación al básquet, a pedido de ESPN, de la película de Zidane (Kobe Doin’ Work), la continuación del documental sobre Katrina (If God Is Willing and da Creek Don't Rise), la sexta entrega de sus Crónicas de Brooklyn (la baratísima Red Hook Summer), el documental de festejo por el 25 aniversario de un disco de Michael Jackson (Bad 25) y la versión televisiva del stand up de Mike Tyson en Nueva York (Mike Tyson Undisputed Truth).
Ninguno de los proyectos tenía las ambiciones de Oldboy, remake del jamón del medio de aquella recordada Trilogía de la Venganza del surcoreano Park Chan-wook, que trae al director neoyorquino otra vez al cine de género. A una década de la película original, Lee exacerba cierto salvajismo de su colega oriental, ya sea en la muy explícita violencia física o en la vituperable idiosincrasia del protagonista. Es cierto que, a priori, es difícil imaginarse al cuarentón Josh Brolin repartiendo mamporros a quien se le cruce pero, una vez que el actor agarra un martillo, se parece a una versión sin bigote ni gorra de aquel incipiente Mario del Donkey Kong.
La antigua Oldboy de Park Chan-wook era una gran película de venganza porque su carga moral era tan básica como el principio de ojo por ojo y diente por diente. Spike Lee, en cambio, llena su película de connotaciones desde el comienzo, cuando muestra durante un buen rato a Josh Brolin como un mal tipo con un talento descomunal para crearse enemigos, hasta el final, cuando se desentiende de la ley del talión y agrega cuestiones de clase. Lo curioso es que esa carga moral innecesaria tal vez sea la única marca reconocible de quien fuera uno de los cineastas americanos más personales de su generación.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Dos tipos en un sillón charlan sobre cine mientras toman algo. Incomprobable. Ocho. Oldboy.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Los reyes del falsete
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¿Clint Eastwood dirige un musical de Broadway? Por más disparatada que suene esa premisa, por primera vez nadie podía sentirse culpable si no sucumbía a la curiosidad y, salvo alguna obligación laboral, dejaba pasar de largo lo nuevo de Clint Eastwood en medio de esta fiebre mundialista. Pero Eastwood no filmaba desde hacía un tiempo ya y los casi tres años que pasaron desde J. Edgar se convirtieron en su período de inactividad más largo desde fines de los 70.
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¿Cómo puede ser que el máximo símbolo del macho en el cine haya decidido adaptar una obra de Broadway? Apenas empieza Jersey Boys, Eastwood deja bien claro que la película no tiene nada que ver con Chicago, Rent, Hairspray, Los Miserables, Mamma Mía! o cualquiera de esas porquerías predigeridas por el teatro que mancharon el cine en la última década y pico. Ninguno de esos estúpidos pasos de baile puede verse a lo largo de las dos horas de Jersey Boys. Recién sobre los créditos finales, como última gran humorada de la película, vemos la coreografía de un número musical teatral para demostrar un tema central de Jersey Boys: todo eso que uno pudo haber sido y no quiso ser por haber elegido otro camino. O tal vez, Christopher Walken, con su imperturbable calma cargada de violencia latente, solo dijo “Clint, mirá que a mí me gusta tirar un paso en todas mis películas” y fue suficiente.
Jersey Boys es un musical, pero es un musical distinto a los que suelen estrenarse. Uno de los ejemplos máximos puede verse en uno de los grandes momentos de la carrera de los Four Seasons y de la película: la banda se presenta en el show de Ed Sullivan y Nick, el bajista de voz grave, interrumpe el canto para otro de los numerosos monólogos a cámara de la película y ahí mismo uno imagina la voz parca de Eastwood diciendo “basta de musiquita que llegó la hora de contar una historia”. La película repite el recurso del musical original de Broadway de narrar “las cuatro estaciones” a partir de las cuatro voces de los miembros de la banda, algo que en los orígenes de la obra musical –cuando House of Cards ni siquiera estaba deambulando por los testículos de David Fincher y Kevin Spacey- ya parecía un guiño al Marty Scorsese de Buenos muchachos (tal vez la hermana mayor de Jersey Boys), que a su vez estaba llena de referencias a la historia de Frankie Valli & the Four Seasons. Eastwood aprovecha ese juego de espejos y referencias para aclararnos que esta historia, que ya sirvió para contar otra, todavía puede contar alguna más.
Jersey Boys empieza como una película de gánsteres y toma del género su estructura de ascenso y caída que adapta a la primavera, verano, otoño e invierno de las que hablaban en Broadway para narrar la historia de los Four Seasons. Después de un comienzo oscuro, pero matizado por algunos gags afiladísimos (que incluye el mejor asalto musical desde la inolvidable Hudson Hawk), la película adquiere un tono luminoso que acompaña al éxito profesional y económico de la banda, para cerrar con un tercer acto tan melancólico y doloroso como Eastwood y muy pocos cineastas pueden conseguir, pero esta vez salpicado por grandes canciones. Hay pocos momentos musicales que (con)tienen la emoción y la fuerza cinematográfica de la apertura de telón mientras Frankie canta Can’t Take My Eyes Off You.
¿De dónde salió esa sensibilidad del vaquero Clint para los musicales? Eastwood ya había dirigido (y actuado y cantado y tocado la guitarra en) el melodramático musical country Honkytonk Man, la biografía de Charlie Parker Bird y Piano Blues, documental de la serie The Blues de Scorsese. Eastwood reveló hace poco que su padre, un obrero metalúrgico, cantaba con un grupo en pequeños bares y fiestas durante la Depresión y, por eso, el pequeño Clint aprendió a tocar el piano desde joven e inició una muy modesta carrera como músico antes de volcarse a la actuación. Clint también cantó en el western musical La leyenda de la ciudad sin nombre, donde interpreta una imperdible I Talk to Trees, y en la serie de fines de los 50 Rawhide, tal vez el primer éxito de su carrera, también pudo lucir sus dotes como pianista y cantante e incluso llegó a grabar un pequeñísimo hit inspirado en el nombre de su personaje en la serie.
Rowdy fue lanzada el mismo año que los Four Seasons la clavaron al ángulo con Sherry, por eso no es casual que un fragmento de Rawhide pueda verse en una tele durante Jersey Boys. La película no solo sigue el atribulado recorrido de cuatro jóvenes cuyas vidas están marcadas por la música, sino que Jersey Boys parece otra de esas películas-balance-de-vida que están marcando esta esplendorosa última etapa de la vida y la carrera de Clint Eastwood.
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El falsete es un recurso típico para cantar con otra voz, como si uno se convirtiera en una persona distinta, y Clint Eastwood aprovecha la historia de Frankie Valli y su voz angelical para hablar también, una vez más, de esa carrera que comenzó cantando en bares de mala muerte, la pegó como vaquero en una serie de televisión y lo llevó, con momentos de más y menos brillo, hasta lugares impensados.
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Jersey Boys es una película compleja, que jamás ningunea su levedad (Christopher Walken tal vez sea el comic relief del año), y se vuelve hipnótica a medida que avanza el relato y la emoción desborda esa enorme pantalla en cinemascope. Eastwood consigue que desde la butaca se sienta como dice esa irrepetible estrofa que resuena en el mejor momento de Jersey Boys: “perdón por la forma en que me quedo mirando / no se compara con nada más / atisbarte me deja débil / no me quedan palabras para hablar / pero si te sentís como yo me siento / por favor haceme saber que es real / esto es demasiado bueno para ser real / no puedo sacarte los ojos de encima”.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Tres tipos en un sillón charlan sobre cine mientras toman algo. Incomprobable. Siete. Jersey Boys.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Top ten: películas sobre fútbol (primera parte)
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Esta semana leí esta nota interesante de Javier Porta Fouz sobre la relación entre el fútbol y el cine. Enseguida me puse a pensar si realmente el ritmo del fútbol atentaba contra el del cine y viceversa. Es cierto que no es fácil encontrar buenas películas sobre nuestro deporte favorito, pero acá va un modesto top ten de este milenio (no valen Escape a la victoria, Mi nombre es Joe, Best, Ajax: Hark the Herald Angels Sing y un larguísimo etcétera). No puedo creer que este espacio haya necesitado un disparador para hablar sobre pelis de fóbal. Como dice tal vez el mejor jugador de la historia del fútbol en tal vez la mejor película de fútbol de la historia del cine, justito después que el mejor jugador argentino de la historia hace un gol: “vergüenza… vergüenza…”
 10- Jugando por amor, de Gabriele Muccino
Reconozco que no es el mejor momento del cine futbolero, pero Jugando por amor es un gran ejemplo de cómo Hollywood puede encarar el deporte: con un esquema genérico bastante conservador y apoyándose en futboleros extranjeros adoptados por Hollywood (el tano Gabriele Muccino y el escocés Gerard Butler, un fanático de Messi que llegó a jugar –a beneficio, claro- para su amado Celtic contra el Manchester United).La película no gambetea ninguno de los problemas recurrentes del cine de Muccino (esa permanente sensiblería manipuladora), pero el carisma de Butler, aquí un ex futbolista mujeriego que busca la redención familiar como DT infantil, está más tribunero que nunca y funciona siempre. La incorrección política bien futbolera –excedida de machismo- le quita esa amabilidad edulcorada pretendida por Muccino a esta comedia de rematrimonio. Ah, Pete Travers, de Rolling Stone, le puso un 0, así que…
9- The Two Escobars, de Michael y Jeff Zimbalist
El único episodio dedicado al fútbol en la brillante serie de películas de ESPN 30for30 (tal vez lo mejor que le pasó al cine documental deportivo en la historia) es uno de los 3 o 4 más flojos de aquella inolvidable primera temporada. Esta semana se cumplieron dos décadas del gol en contra de Andrés Escobar en la victoria mundialista de los locales contra Colombia. El documental usa las figuras de los asesinados Andrés y Pablo, los dos Escobar del título, para denunciar la oscura relación entre fútbol y narcotráfico. Los hermanos Michael y Jeff Zimbalist, los mismos que no llegaron a tiempo para estrenar durante el mundial la biopic de Pelé con Rodrigo Santoro, Vincent D’Onofrio y Seu Jorge, se desentienden por completo de todo tipo de anecdotario recreativo de las drogas y el fóbal porque prefieren un sensacionalismo escandalizador que pierde fuerza en la repetición de obviedades. Eso sí, la película crece con cada impecable intervención de Francisco ‘Pacho’ Maturana. 
8- One Day in Europe, de Hannes Stöhr
Tal vez la más lineal y chata de las películas futboleras y también de la filmografía de HAnnes Stöhr, que había hecho ya Berlin is in Germany e iba a hacer Berlin Calling. One Day in Europe narra cuatro desparejas historias en ciudades distintas durante el día de una ficticia final de la Champions League en Moscú entre Deportivo La Coruña y Galatasaray. Las historias transcurren en Santiago de Compostela, Estambul, Moscú y Berlín y todas tienen en común a algún hecho delictivo que involucra a algún extranjero que no maneja el idioma local mientras los lugareños están abstraídos por la importancia de la final que sirve de contexto a la película. Y ahí el fútbol funciona como metáfora de un único lenguaje universal durante el enfrentamiento entre “los turcos” del Súper Dépor y el Galatasaray turco. Esperanza en el esperanto…
 7- The Referee, de Mattias Löw
Menos de media hora alcanza para documentar cómo el fútbol tiene el poder de arruinarle la vida a alguien por una mala decisión tomada en una fracción de segundo. El bombero (real) sueco Martin Hansson soñó toda su vida con dirigir un mundial y Mattias Löw sigue su carrera triunfal a Sudáfrica, capturando momentos hermosos sobre qué implica entrenarse para una copa del mundo. Pero el sueco dirigió el repechaje entre Francia e Irlanda y, durante el alargue, no vio cómo Titi Henry bajo una pelota con la mano para meter un centro atrás que terminó en gol, infracción imposible de ver desde su posición en la cancha (de hecho los relatores irlandeses tampoco ven la acción hasta que la tv repite la jugada y tampoco es una mano tan alevosa como esta). Fall@ que volvió a Hansson una infame celebridad y transformó su vida en un infierno por un tiempo que incluía guardias periodísticas en su pequeño pueblito campestre. Encima, unos meses después, a Hansson le tocó esta jugada complicadísima en un partido decisivo de la Champions que definió bien. Los problemas del documental son menores, pero son de esos pequeños errores que, bajo el rigor con el que se juzga a un referí, pueden terminar una carrera: Löw nunca termina de hacerse cargo de cómo los medios y la tecnología arruinaron la vida de Hansson, se mete demasiado en la vida privada del árbitro como si fuera uno de esos tabloides que lo hostigan en su casa y cierra el corto con un final esperanzador en el que se muestra a Hansson viajando para arbitrar en Sudáfrica omitiendo que el sueco no fue designado para dirigir ningún partido durante la copa y se retiró del arbitraje profesional diciendo “no me hago muchos dramas”. Capo. El anverso del inminente estreno olvidable El árbitro, de Paolo Zucca y con Stefano Accorsi.
The Referee | Rättskiparen [2010] from Freedom From Choice AB on Vimeo.
6- Once in a Lifetime, de Paul Crowder y John Dower
La inolvidable canción de Talking Heads le regala el título a “la extraordinaria historia del New York Cosmos”, como reza el subtítulo del simpatiquísimo documental sobre uno de los mayores disparates experimentales futbolísticos de la historia (¿?). Uno de los datos hermosos que recargan de simpatía a la película es que retrata al fútbol americano (o sea, soccer) como un fenómeno de los setenta similar a nuestro noventoso paddle. No, no vamos a ver un fútbol conmovedor en Once in a Lifetime, por más que ya en los créditos se ve cómo Pelé hacía lo que quería rodeado de tanto patadura, pero eso no es un problema grave porque está clarísimo que esta es una película para escuchar. Paul Crowder y John Dower, directores de los documentales musicales Amazing Journey: The Story of The Who y Live Forever, respectivamente, hicieron una película con una banda sonora inolvidable y repleta de un anecdotario imperdible: desde la fundación del equipo por el megalómano Steve Ross, CEO de Time Warner, hasta cómo el tano Giorgio Chinaglia era una estrella más grande que Pelé y Franz Beckenbauer juntos, pasando por los comienzos en Estados Unidos del 10 brasilero jugando en una canchita de tierra pintada de verde o por la pérdida del invicto del Cosmos gracias a una estratégica espera en un aeropuerto de una limusina repleta de alcohol y chicas. Es una pena que a Pelé se lo pueda escuchar solo en el material de archivo por más que uno sospeche que el moreno que debutó en Hollywood con el veterano John Houston en Escape a la victoria no pueda decir nada que aporte demasiado a esta historia.
CONTINUARÁ...
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cinefulbo-blog · 10 years
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Tres tipos en un sillón toman algo mientras hablan de cine. Episodio VI. Cae la noche en Bucarest.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Dos tipos en un sillón charlan de cine mientras toman algo. Episodio V. Ida.
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cinefulbo-blog · 10 years
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youtube
Modo mundialista activado.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Dos tipos en un sillón hablan de cine mientras toman algo. Episodio IV. A Million Ways to Die in the West.
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cinefulbo-blog · 10 years
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Animaladas
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¿Cómo se hace comedia animada para adultos veinticinco años después de Los Simpsons? No es sencillo enfrentarse a ese gigantesco monstruo amarillo. Mike Judge y Greg Daniels fueron los primeros en desafiarlos con éxito, pero eligieron desentenderse por completo de ese universo al meterse en la vida de una familia tejana en King of the Hill con un enfoque naturalista en una comedia sin gags. Ese mismo año, Matt Stone y Trey Parker dejaron claro que South Park no iba a ser un programa familiar e hicieron que cuatro chicos de un colegio primario oscurecieran el humor de Los Simpsons hasta teñirlo de negro. En South Park, lo único que importa es tener diálogos filosos y por eso la característica animación acartonada del show nunca fue un problema. Eso sí, Simpsons y South Park siempre compartieron cierto candor y esa tendencia a la moraleja, dos cosas que siempre habían parecido inherentes a la animación.
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Hasta que un chico de 25 irrumpió en Fox con otra animación sobre una familia americana con tres hijos. Pero ese joven Seth MacFarlane tenía claro que no le interesaba que esa fuera la típica familia suburbana promedio. Padre de familia tiene a un perro parlanchín obsesionado con los dry martinis. Y no hace falta escucharlo hablar para darse cuenta que hay algo raro en la serie. Alcanza con ver el mentón con forma de dos testículos de Peter Griffin, el Homero que da nombre a la serie, para darse cuenta que la inocencia es una palabra que no tiene lugar en Padre de familia. MacFarlane es un salvaje. Tal vez por eso en todos sus programas de tv hay algún animal a quien él mismo le pone voz. El éxito de Padre de familia no fue inmediato. La serie había nacido como la adaptación del corto que sirvió como tesis de MacFarlane para la facultad.
The Life of Larry era una sucesión de viñetas animadas, presentadas por un elegante MacFarlane sentado junto a una hoguera, donde un hombre y su perro –demasiado parecido a Pluto a diferencia de la inspiración snoopyana del labrador antropomorfo de Padre de familia- empiezan burlándose de un episodio de Star Trek sentados en un sillón y, además de ese universo pop omnipresente en MacFarlane, también hay alusiones políticas y religiosas. En ese mismo 1997 –en el que también debutaron South Park y King of the Hill-, MacFarlane hizo Larry and Steve, donde narró cómo el hombre y el perro se conocieron y mostró una caricaturesca salida de compras a un shopping.
La semilla del mal estaba plantada y enseguida nació Padre de familia, el primero de los clanes animados de MacFarlane. El humor en la serie funciona casi siempre por cortes y abusando de los contrastes, a partir del violento choque de la narración con un flashback donde una referencia a la cultura popular ilustra o contradice lo dicho. A diferencia de South Park, donde hay una pulsión hacia la educación –tal vez por estar protagonizada por chicos de primaria-, Padre de familia se burla sin complejos de religiones, pedofilia y discapacidades, por nombrar algunas de las bestialidades frecuentes sin necesidad de aclaración alguna que enmiende las ofensas. Un gran ejemplo del humor instantáneo de MacFarlane sobre cualquier tema que ronde la cultura popular puede verse en Cavalcade of Cartoon Comedy, la serie de cortos que animó para youtube comisionados por una hamburguesería.
Los Simpsons son unidimensionales. Todos saben qué van a decir Homero, Marge, Bart o Lisa frente a determinada situación. Los personajes de MacFarlane son inclasificables y esa virtud a veces puede llegar a jugarles en contra: absolutamente todo puede pasar en Padre de familia y, tal vez por eso, muchas veces pasa cualquier cosa. Por eso el conservadurismo de Stan en American Dad hace que MacFarlane se sienta contenido y la narración del programa no avance arremolinada como el Demonio de Tasmania, otra característica esencial de Padre de familia. En American Dad, el humor llega a ser más crudo y salvaje, pero es más lineal. La familia está compuesta por un agente de la CIA, su mujer, una hija universitaria, un hijo en edad del secundario y un alien adoptivo. Como mascota tienen un pez dorado parlanchín. La familia disfuncional en The Cleveland Show, la tercera pata de la firme carrera de MacFarlane, está integrada por el educado Cleveland Brown (el amigo negro de Peter en Padre de familia), su ahora obeso hijo, la nueva mujer de Cleveland y sus dos hijos. La raza es importante en la serie y MacFarlane aprovecha para jugar (y ponerle la voz) a un oso vecino y padre de familia.
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Seth MacFarlane se dio cuenta que la mejor manera de vencer a Los Simpsons era rodearle la manzana y lo hizo, como lo haría cualquiera de las familias disfuncionales de los shows, con sus tres hijos/shows. Muchas han sido las referencias y homenajes entre ellos tres, algo lógico si se considera la voracidad de MacFarlane con la cultura popular y la necesidad de estar juntos al enfrentarse con Los Simpsons. Los amarillos más de una vez se burlaron de ellos: en un episodio de Halloween, entre los clones idiotas de Homero, aparecía camuflado Peter Griffin. Y una foto de él con la leyenda “buscado por plagio” puede verse en el episodio en que la familia viaja a Italia, seguida de una foto de Stan de American Dad que dice “plagio de plagio”.
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El animal de MacFarlane hizo que el bebé Stewie, la encarnación del costado más salvaje de su creador, atropelle con su triciclo a Homero, en una de las muchas parodias a Los Simpsons. MacFarlane es un rival en serio, no como South Park que en lugar de plantarse y pelear mano a mano, decidieron homenajearlos con un capítulo en el que se la pasan diciendo “Los Simpsons lo hicieron antes”. El primer acercamiento entre Los Simpsons y MacFarlane fue cuando Seth apareció como invitado en el final de la temporada 24. La paz se firmará en septiembre cuando Los Simpsons protagonicen un capítulo especial de Padre de familia, un gesto que sirve para establecer a MacFarlane como la figura más importante en la animación americana desde Matt Groening.
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