Text
Publicado previamente en Wattpad, @/ Azurisowo.
———❥ ஒ❥───❥ஒ
[❧] En la luz de tus ojos [❧]
———❥ ஒ❥───❥ஒ
Dan Heng es un hombre callado que emana serenidad, pero no es precisamente la imagen que se te viene a la mente cuando piensas en alguien extrovertido, hablador o sociable… No es que fuera un inadaptado que se encierra solo en sí mismo y en los archivos, aunque tal vez un poco si. Simplemente prefiere mantener cierta distancia, le gusta la soledad y la tranquilidad. Por lo que, en su tiempo libre, cada que tiene oportunidad va de inmediato a su “habitación” a pasar el rato leyendo lo que sea que le llame mínimamente la atención entre tantos libros y archivos.
Aunque recientemente algo más que los archivos ha captado su total atención.
Caelus es el nombre de la anomalía que lo mantiene despierto por las noches. Ese hombre lo mantiene soñando despierto anhelando el más mínimo contacto, la más fina de las caricias y el deseo de soltar palabras tan dulzonas que lo empalagan tan solo de pensarlas. La presencia de Caelus a su lado lo hacía sentir seguro y protegido. Desde que se encontraron en la estación de Herta, con Caelus inconsciente y latidos tan tenues que pareciera que la vida se le escapaba. Fue allí donde sus labios casi se tocaban por su (muy mal intento) de darle RCP al hombre inconsciente.
Y desde ese día, no había logrado sacar a ese hombre de dorados ojos de su mente.
Dan Heng había sentido una extraña conexión con Caelus y estaba contento de que él hubiera elegido pasar parte de su tiempo con él en el archivero. Solo ellos dos, a veces se quedaban en silencio disfrutando de la compañía y en otras veces hablaban de cualquier cosa. Caelus era un hombre interesante y misterioso, por literalmente no recordar una mierda más allá de su nombre, y Dan Heng se sentía atraído por su espíritu libre y su alegría innata. A pesar de sus extrañas rarezas, Dan Heng encontró que con Caelus era fácil hablar y su compañía era reconfortante.
Mientras el tren avanzaba, el corazón de Dan Heng latía cada vez más fuerte por la presencia de Caelus a su lado. Desde su estadía en Jarilo-VI, habían creado un vínculo especial, un lazo que los unía de una manera tan íntima y mágica que a veces se sentía abrumador. Cada vez que se tocaban, el fuego se encendía en su corazón, sentía como si fuegos artificiales fueron lanzados cada vez que veía la sonrisa de Caelus y sus ojos, oh dios sus ojos brillaban como las estrellas en la noche, su rostro iluminado por ese resplandor que solo él tiene. Dan Heng no podía negar que había algo especial entre ellos, aunque no sabe qué es exactamente.
♡ ✿ ♡
Dan Heng estaba descansando en el archivero, sobre su dura cama disfrutando de la paz y tranquilidad que solo ese lugar le podía brindar. De repente, escuchó un leve murmullo cerca de él, y al girarse, se encontró con Caelus de pie a su lado. Se sobresaltó ligeramente, puede jurar que no lo escucho por el pasillo ni mucho menos entrar.
— ¿Puedo quedarme aquí contigo un rato? — preguntó Caelus, y Dan Heng asintió con la cabeza.
Caelus sonrió tímidamente, y Dan Heng no pudo evitar sentir que su corazón dio un vuelco al ver su rostro y su mente se llenó de las preguntas que le han estado quitando el sueño hace días ¿por qué se siente así? ¿Qué es este sentimiento que lo envuelve y lo hace temblar? Inconscientemente llevó una mano a su pecho y su rostro se llenó de vacilación.
Caelus se acercó a él y le preguntó. — ¿Estás bien, Dan? ¿Necesitas algo? — La preocupación emanaba del rostro de Caelus.
— No, no es nada — Respondió Dan Heng con voz suave. — Solo… solo estaba pensando en algo. —
El tono de voz de Dan Heng sonó más bajo de lo que esperaba y sus ojos se desviaron hacia el mural de planetas en la pared. Sintió la mano de Caelus posarse suavemente sobre su brazo y la calidez de su contacto lo reconfortó ¿de qué exactamente? no lo sabía.
¿Sería amor? Se siente negar de inmediato haciendo una mueca en el proceso. No podía ser, ¿verdad? La duda se aloja en lo profundo de su ser, potenciada por sus pensamientos revueltos. Él nunca había sentido nada parecido, ¿ por qué ahora lo sentía por alguien que apenas conocía? Pero entonces si no es amor ¿qué es? una imagen de Caelus sonriendo se coló en su mente, y Dan Heng se sintió mareado.
El pensamiento pasó como un tren sobre él, desorientándolo y provocando que apriete su agarre contra su pecho y su ceño fruncido se amplifique. Trató de descartar la idea de que pudiera estar enamorado de Caelus, pero no pudo, no podía negar el hecho de que cada vez que estaba cerca de él, su corazón latía más rápido y su mente se llenaba de pensamientos confusos. Se sentía confundido por el pensamiento de que realmente podría estar enamorado de Caelus.
La voz suave de Caelus lo sacó de sus pensamientos tormentosos. — Si necesitas hablar, estoy aquí para escucharte. — Le sonrió con esa linda sonrisa que lo hacía suspirar y Dan Heng sintió como si su corazón fuera a estallar en mil pedazos.
Se preguntó si Caelus también sentiría lo mismo.
Oh
La comprensión lo golpeó derribandolo por completo con la fuerza de un nocaut perfecto.
Él está enamorado de Caelus.
Ah.
¿Ahora cómo mierda abordaba el tema?
— Gracias, amigo. Lo aprecio mucho. — Le dio una pequeña sonrisa y se forzó a parar la nueva tormenta de pensamientos que azotó su mente. Con la pequeña calma que ganó se permitió disfrutar del calor que emanaba de la mano de Caelus sobre su brazo.
Caelus se sentó a su lado y se acurrucó contra él. Sintió el calor del cuerpo de Caelus, calor que antes era reconfortante pero ahora se sentía abrasador. Puede sentir como en su estómago parecen revolotear mariposas. Luego Caelus le preguntó con una sonrisa divertida, — ¿Te acuerdas de cuando casi nos besamos cuando nos conocimos? —
Dan Heng se atraganto con su saliva y se ruborizó ligeramente al recordar ese momento. — Yo… eso no… No fue un beso, Caelus. ¡Intentaba hacerte RCP! — Negó con la cabeza brevemente, sintiéndose avergonzado.
Caelus soltó una risita y con una chispa de diversión en los ojos, volvió a hablar. — Mmm, Dan Heng, Puedo no tener recuerdos pero hasta yo sé que no tienes que cerrar los ojos e inclinarte así. —
¿Era muy tarde para arrojarse del tren? Dan Heng se sintió aún más avergonzado por su torpeza.
Caelus continuó hablando mientras que Dan Heng solo quería desaparecer por lo avergonzado que se sentía.
— … Y si quieres lo podemos volver a intentar, digo solo si tu quieres. —
— ¿Qué? — Dan Heng levantó la mirada con sorpresa e incredulidad en su rostro. No podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Caelus estaba sugiriendo que intentaran besarse de nuevo? Su corazón latía más rápido de lo normal mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas.
Caelus se removió incómodo ante la mirada atónita de Dan Heng — Yo, ummm es solo si tu quieres. Digo yo… — Caelus tomó una profunda bocanada de aire antes de continuar. — No puedo dejar de pensar en ti, Dan. — Su voz parecía un suave murmullo, uno que si Dan Heng no estuviera totalmente concentrado en Caelus no habría escuchado. — Me haces sentir… Me gustas Dan Heng, ¿Es posible que tú también sientas lo mismo por mí? —
Caelus miró a Dan Heng con una mezcla de esperanza y miedo revoloteando por sus ojos. Esperaba, realmente esperaba y añoraba que Dan Heng respondiera positivamente a sus sentimientos, pero temía, realmente tenía miedo de que pudiera rechazarlo y hacer que las cosas se pusieran incómodas entre ellos.
Dan Heng se quedó en silencio durante unos momentos, atónito, sorprendido e intentando procesar las palabras de Caelus. Finalmente, habló con voz suave y temblorosa.
— Caelus, yo… también siento algo por ti. — Las palabras de Dan Heng fueron susurradas, como si temiera que alguien pudiera escucharlas. Sus mejillas se sonrojaron intensamente mientras luchaba por mantener la compostura. Tomó suavemente la mano de Caelus que hace tiempo había abandonado su brazo.
Caelus sonrió y sus ojos brillaron de pura alegría al escuchar la respuesta de Dan Heng. Se sintió eufórico, se acercó a él y sus miradas se encontraron en un instante mágico, en donde las dudas y el miedo se desvanecieron de forma inmediata. Sus corazones latian frenéticamente y el aire se llenó de la calidez de sus alientos. Están cerca, tan cerca que pueden sentir el roce de sus respiraciones y el calor que emanan sus cuerpos.
Caelus apretó suavemente la mano acercándose aún más a él. Con una voz suave y melodiosa, le susurró al oído: — Te amo —
Dan Heng se estremeció ante las palabras de Caelus, sintiendo que su corazón latía con más fuerza si es que eso era posible. Y finalmente acortó la distancia de sus labios y lo besó dulcemente, lleno de cariño envuelto en una danza de amor y deseo mutuo. El tiempo pareció detenerse en ese instante, y todo lo que existía era su amor.
Después de unos momentos finalmente, se separaron para tomar aire, con sus rostros sonrojados y sonriendo con felicidad. Caelus acarició suavemente la mejilla de Dan Heng con ternura mientras que se perdía en su mirada, en esos ojos profundos y llenos de amor.
Y así se besaron de nuevo, acaramelado y dulce que la primera vez unidos en amor, si, ya no importa lo que sea que les depare el futuro si están juntos pueden enfrentarlo.
1 note
·
View note
Text
⚠ Advertencia ⚠ Contiene escenas explícitas, contenido erótico y violencia leve.
═══🌹 ೋ🌺 ˚⋆。˚✾˚⋆。˚🌺 ೋ 🌹═══
Capitulo uno, Invierno.
═══🌹 ೋ🌺 ˚⋆。˚✾˚⋆。˚🌺 ೋ 🌹═══
Invierno.
"El invierno es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas. Sigue al otoño y precede a la primavera. Esta estación se caracteriza por días más cortos, noches más largas y temperaturas más bajas a medida que nos alejamos...."
El pasar de las estaciones es un deleite que no todos logran apreciar, las vidas apuradas de las personas hacen que se pierdan de muchos bellos detalles que nos otorga la naturaleza. Entre estos bellos detalles llenos de emociones diferentes se encuentra la estación que da comienzo al solsticio de invierno, y termina ante la llegada de la primavera.
La estación que cubre todo con su manta blanca y crea hermosos paisajes dignos de ser retratados, los días son preciosos, ver al sol acariciando a la tierra por las mañanas haciendo que la nieve brille; las noches en donde las estrellas se dejan ver en mayor número que en otras estaciones. El frio de las largas noches que hace que el cielo cobre un brillo especial a comparación de otras estaciones, haciendo que su intensidad aumente volviéndolo más claro y hermoso ante la vista humana. Las constelaciones traen consigo más formas de apreciar el cielo estrellado, las más grandes como Géminis y Orión el Cazador se observan con mayor intensidad, así como impresionantes formaciones del cielo profundo como las Siete hermanas de Tauro.
El invierno es sin duda una estación preciosa.
═══════|° ༻✧༺°| ═══════
La gran estrella vuelve a salir, deja de esconderse entre las montañas y procede a iluminar con tímidos rayos algunas zonas de aquella ciudad. La oscuridad que trajo consigo la noche se va poco a poco, la luz se refleja por las ventanas de las casas y edificios saludando a los trabajadores y estudiantes del turno matutino que antes eran abrazados por la oscuridad que dejo atrás la noche. La suave brisa invernal mece las hojas de los árboles llenos de nieve, haciendo que esta caiga de a poco sobre los niños que jugaban sonrientes en el patio de uno de los jardines de niños de aquella ciudad lejana.
Los madrugadores ya tienen aventajado parte de sus quehaceres diarios, pero para otros el día recién comienza.
El sonar del despertador se escucha, una joven adolescente se despierta de un brinco de sorpresa por el potente ruido que emitía aquel pequeño aparato rojizo. Bosteza para después estirarse y apagar el despertador, después procede a levantarse con calma y hacer la misma rutina que hace todas las mañanas, ejercitar, bañarse y preparar el desayuno. Se pone unas pantuflas impares que estaban regadas en el piso, escoge ropa deportiva y sale del cuarto para hacer algo de ejercicio antes de que lleguen sus padres, después de media hora de ejercicios va a ducharse.
Después de preparar el desayuno mira el reloj de la sala, aún tenía bastante tiempo para que llegaran sus padres así que decidido ir a recoger los estudios que se hizo la semana pasada, pese a que le avisaron que ya estaban listos hace tres días no había tenido tiempo de ir a recogerlos. Tomo uno de sus abrigos que estaban en el perchero de la entrada para después abrir la puerta y salir, cuando confirmo que había cerrado correctamente comenzó a caminar hacia una de las paradas del autobús.
Sin muchas complicaciones llego a la clínica en donde se había hecho análisis anteriormente, fue directo hacia la recepción para pedirlos, la señorita encargada le pidió sus datos para después entregarle sus resultados, no sin antes hacerla firmar para confirmar que le habían sido entregados, después de agradecer se dirigió hacia la salida para volver a casa con sus resultados en las manos.
El autobús se encontraba detenido, el tráfico causado por los trabajadores que volvían a casa después del turno nocturno para descansar era abismal. Suspiro pesadamente mientras que suplicaba que sus padres aun no hayan llegado a casa, suplicaba que ellos también estuvieran atrapados en el tráfico o que algo hubiera sucedido de improvisto en la empresa. Su cuerpo temblaba cada vez que el autobús volvía a parar, sus pupilas comenzaron a dilatarse por su nerviosismo, se sentía desesperada por volver. En un intento de calmarse dejo de ver la ventana para mirar el sobre que ahora tenía sobre sus piernas, se debatía sobre si debía abrirlo de una vez o si debería esperar a estar con sus padres, pero la curiosidad fue más fuerte... Tomo el sobre con ambas manos para abrirlo, rasgo parte del papel después de batallar con la cinta que le impedía ver su contenido, ya abierto procedió a sacar una de las hojas que este contenía. Eran los resultados, miro vacilante el trozo de papel doblado a la perfección por unos segundos para después abrirlo, su vista de inmediato se centró en unas letras en negrita escritas en mayúsculas.
El horror se refleja en su rostro y llena su mente, sus pensamientos difusos buscaban desesperadamente algún error en el documento que le quitara validez, pero no encontró ninguno.
Sus pupilas se contraen y su respiración se vuelve pesada. Una gota de sudor se deslizo desde su cien hasta su mejilla para terminar en el frio suelo, su mirada seguía fija en aquel trozo de papel que ahora era apretado con fuerza. No lograba entender nada, ni con su mente trabajando a mil, lo había arruinado, no tenía otra respuesta más que esa, pero aun así se negaba a aceptarla.
Negaba la realidad buscando el consuelo de la fantasía.
Se levanto al ver que su parada estaba cerca, su cuerpo temblaba, mantenerse de pie que antes era tan sencillo ahora era una tarea casi imposible, con las piernas temblorosa dio unos cuantos pasos vacilantes hacia la salida del autobús, toco el timbre y el autobús se detuvo bajo de el para comenzar a caminar hacia su hogar, mientras que su mente repetía una y otra vez aquella palabra impresa en tinta.
Positivo.
♡ ✿ ♡
Llego a su hogar notando otros abrigos en el perchero, sus padres ya habían llegado. Trago salida nerviosa para después dirigirse temblorosa al comedor en donde estaban sus padres comiendo, se sentó con ellos dejando sus resultados en la mesa estos vieron curiosos el sobre arrugado, pero no dijeron nada, esperarían a que su hija hablara y explicara por qué tuvo el atrevimiento de salir.
Comía de forma lenta, sus manos temblaban cada vez que sentía la mirada de sus padres sobre ella, se levantó de la mesa dejando su comida a medio comer, camino un poco para encontrarse con la cocina, camino a la alacena en donde guardaba su café, lo tomo con sus manos temblorosas y lo llevo hasta la cafetera. Todo era visto por la atenta mirada de sus padres, eran como un cazador observando a su presa
Su mente se encontraba en blanco mientras que realizaba el acto tan rutinario que era preparar café, cuando este estuvo listo lo vertió en una taza que había tomado antes, con el café servido fue hasta su silla donde finalmente pudo desmoronarse. Dejo de importar el lugar en donde estaba, dejo de importar que sus padres estuvieran frente a ella mirándola preocupados, dejo de importar el miedo que les tenía.
Agarro la taza de café y la llevo hasta sus agrietados labios, un poco de este se terminó vertiendo sobre su ropa por culpa de su tembloroso agarre. Su madre vio molesta como su ropa era manchada por el amargo líquido, su padre la miro esperando respuestas. Estaban preocupados por su estado, pero no decían nada, no se acercaban a ella, ni hacían el mínimo intento de calmarla.
Las dudas buscaban colapsar su mente que ahora fragmentada se encontraba, las dudas carcomían cada vez mas de sus pensamientos dejando solo un gran mar fluctuoso en el cual se ahogaba cada vez más, y lo peor, es que no podía evitarlo. Se sentía terrible, les había fallado a sus padres, había ignorado sus reglas, había ignorado todo por culpa de lo bien que se sentía estar enamorada.
Sus padres se retiraron, la dejaron sola con sus sentimientos ya después obtendrían las respuestas habladas que tanto querían, se llevaron el sobre para leer su contenido. Verían que era tan grave para dejar a su hija en ese estado.
Seguía negando la realidad que ahora la golpeaba en la cara, no quería creer que estaba embarazada, se negaba a aceptarlo con todas sus fuerzas. Se negaba a enfrentar a sus padres, los mismos que ahora le gritaban y reclamaban por sus descuidadas acciones, le gritaban furiosos esperando una explicación, pero lo único que obtenían eran disculpas ahogadas por las lágrimas.
Quería olvidar todo lo que estaba pasando, quería ser capaz de volver en el tiempo y negarse a entregarle su cuerpo a su novio, quería olvidar todo lo que estaba sintiendo, la cólera, el odio, la tristeza, el dolor, el rencor que crecía en su corazón, el remordimiento que quería ahogarla, la culpabilidad que no la dejaba respirar.
No era su culpa, ¿cierto?
No siempre somos capaces de controlar nuestros actos guiados por las emociones, nuestras reacciones, somos seres impulsivos, algunos actúan más de lo que piensan y otros hacen totalmente lo contrario, y otros están en equilibrio pueden hacer ambas, anqué siempre se inclinan más hacia una conducta son una balanza.
¿Cierto?
Su madre le saco de sus difusos pensamientos –¡Te estoy hablando, contéstame! - Se negaba a mirarla, no podía reunir las fuerzas para hacerlo, no quería ver la mirada llena de decepción de su madre.
-No quiero- Susurre por lo bajo, quería desaparecer de ese lugar. -No tengo tiempo para tus caprichos, dime ¿es verdad que estas esperando un hijo? - Su madre trato de sonar lo menos molesta posible para hacerla sentir segura de contestar, pero no funciono. Su padre la tomo del brazo con firmeza. Su cuerpo temblaba y miraba aterrorizada su acción, la mano libre de su padre se levantó y se estampo con fuerza en su rostro.
Sus lágrimas dejaron de salir, tocaba su rostro sintiendo el ardor de la zona golpeada, su padre la soltó. -Habla- Su voz autoritaria se hizo escuchar y ella solo se quebró.
Con la voz temblorosa les confirmo sus miedos. -Estoy embarazada de cinco semanas, me hice los exámenes la semana pasada porque tenía un retraso en mi periodo y tenía cólicos, entre otros síntomas - Su padre volvió a elevar su mano, pero su madre lo detuvo, la miro aliviada, pero eso no duro mucho la mano de su madre se estrelló con fuerza contra su enrojecido rostro.
Las lágrimas volvieron a asomarse por sus brillosos ojos, no paraba de repetirse una y otra vez lo equivocada que estuvo al permitir que su novio la tocara.
Se arrepentía de algo que no debería.
♡ ✿ ♡ ♡ ✿ ♡
Pasado.
♡ ✿ ♡ ♡ ✿ ♡
Aquel anaranjado gran astro se oculta entre las grandes montañas y las sombras de la noche extiende sus alas mansas. De forma gradual gélida y misteriosa noche comenzaba a cubrir el cielo, tiñéndolo de aquella escala de azules tan característica de este mismo, las estrellas comenzaban a notarse siendo acompañadas de la luna. Su brillo iluminaba la oscuridad que las lámparas de las calles no lograban vencer, iluminando la montaña del mirador. El cielo nocturno resplandecía de una forma única esa noche en donde el frio comenzaba a invadir mientras que la noche reinaba, las nubes ocultas por la oscuridad y algunas que eran iluminabas por el reflejo de luz que causaba la luna que estaba en su fase llena hacían que la vista fuera simplemente hermosa.
Retiro su mirada ámbar del cielo para seguir caminando por las calles gélidas de aquella ciudad, su vista estaba fija en su camino, en su destino la casa de su novio. Los minutos pasaban con lentitud mientras que seguía su camino en el cual hacia pequeñas paradas para admirar el cielo o el brillo que tenía aquel monte con grandes construcciones en homenaje a un héroe caído de algún tiempo atrás. Finalmente llego, miraba llena de felicidad la entrada de la casa, toco el timbre esperando a que su novio le permitiera pasar, este llego rápidamente con una sonrisa en el rostro invitándola a pasar.
Sonreía mientras que escuchaba a su novio recitar la carta que le había escrito, amaba escuchar la dulce voz llena de emoción que tenía su pareja cuando le mostraba los cuentos que solía escribir, amaba ver esos brillantes ojos grises que expresaban su amor por la escritura, el amor que le tenía a su pasión.
-Eres increíble- hablo después de que su novio terminara de leer, el joven castaño solo pudo sonrojarse ante las palabras de su novia. -Estas exagerando- contesto el joven apenado.
-No lo hago Vicent, realmente escribes cosas bellas. No entiendo como eres capaz de hacerme sentir tanto solo con simples palabras escritas en un papel, tienes algo en ti que lo hace especial- Le miraba a los ojos apreciando cada detalle de su bello rostro lleno de lunares, el rosado en las mejillas de Vicent hacía que solo quisiera llenarlas de besos para hacer que se pusieran más rojas.
-Te amo tanto- Susurro su novio para después acariciarle el cabello, haciendo que ella se relaje ante el suave tacto –Yo más- Fue su corta respuesta para después darle un beso en los labios.
✿
La quietud y el silencio va ganando terreno, pero, una brisa abate con la calma dando paso a aquel inhóspito ambiente, la lluvia comienza a caer bajo la luz del astro lunar. El ruido de la lluvia cayendo en las chapas del techo a lo lejos combinado con el olor a tierra mojada que se hace cada vez más presente hace que el ambiente sea ameno para ambos jóvenes que intercambiaban carisias y besos llenos de dulzura y amor.
Diversas iluminaciones y destellos de bellas luces se denotan en aquella habitación. Las velas junto a la luz de tan resplandeciente de la luna y las estrellas iluminaban tenuemente la cama en donde estaban los jóvenes e inexpertos amantes, diversos sentimientos eran presentados ante ese lugar que no tenía nada de especial, lo especial eran los sentimientos de ambos jóvenes, un agarre de mano y entrelace de dedos después de tiernos besos.
Se miran con las mejillas teñidas de un rosa pálidos, sus miradas demostraban el anhelo de ir más lejos que simples besos y carisias, el anhelo de fundirse en uno solo.
-¿Tú quieres? - Vicent se atrevió a hacer la pregunta que ambos ansiaban. -Si, si quiero- Tras la corta respuesta volvieron a fundirse en un beso.
Vicent la tomo por los hombros al separarse, apoyo su frente sobre la ajena mientras que un suspiro enamorado salía de sus labios. -En serio te amo- Y así se ocupó de besar el cuello de su acompañante, recorría la tersa piel morena con sus labios hasta que sintió el titubeante toque de su novia que buscaba colarse por debajo de la camiseta a cuadros que traía puesta, suaves dedos acariciaron y recorrieron los huesos de su cadera debajo de su camiseta, arrancándole un suspiro.
-¿Puedo? - Pregunto Verónica insegura.
-Adelante- Respondió con una sonrisa que le transmitía seguridad.
Continúo besando el cuello de su novia mientras que esta le acariciaba la cadera, subía y bajaba sus manos acariciando todo lo que podía la suave piel de su novio, en la oscuridad podía notar unos cuantos lunares en la cadera de Vicent los cuales la invitaban a besar dicha zona. Y así lo hizo, detuvo los besos sobre si misma para inclinarse y besar cada uno de los lunares que veía, levantaba cada vez más la camiseta de su novio para seguir con su tarea al escuchar los bajos suspiros de su novio.
Salió de su trance, notando de golpe que la playera de su acompañante estaba arriba de su cintura, revelando más piel llena de lunares, soltó un sonido apenado y aparto su rostro del cuerpo ajeno para bajar sus manos casi de inmediato para volverlo a cubrir, avergonzándose de sus atrevidas acciones.
Vicent la miraba confundido mientras que Victoria se disculpaba con palabras apenas entendibles de lo rápido que hablaba, tomo las manos de la chicha entre las propias y las volvió a colocar debajo de su camiseta, a los costados de su cadera. -Está bien, puedes tocarme todo lo que desees- Subió sus manos lentamente. El rostro de Victoria adquirió un nuevo tono de rosa y más al notar que la tela se alzaba paulatinamente mientras lo acariciaba en un recorrido guiado por su acompañante.
Lentamente la prenda comenzó a deslizarse hacia arriba, la joven finalmente le quito la playera a su novio.
Apenada desvió la mirada del delgado cuerpo, tenía que controlarse o su corazón iba a estallar de tan rápido que latía solo con verle si una de sus prendas. Su novio volvió a acercarse para acariciar a su pareja, sus manos viajaban de sus caderas al comienzo de su cintura, tocaba su cuerpo como si de cristal se tratase tenía cuidado de no hacer algo que su amada no deseara. Cuando esta procedió a quitarse su propia prenda fue cuando entendió que él también tenía permitido tocar lo que desease.
Tomo el rostro de su pareja para volver a besarlo mientras que con sus manos recorría el cuerpo de su amante, la cual emitía pequeños jadeos que eran callados por los besos. Los jadeos entrecortados abarcaban la habitación llenándola de ellos, manos inexpertas recorrían sus cuerpos llenándose de fascinación al encontrar zonas sensibles que provocaran que los jadeos fueran en aumento.
Poco a poco la ropa fue retirada dejando a ambos como llegaron al mundo, expuestos.
Los besos de Vicent sabían a miel, eran tan cálidos y profundos que adquirían un sabor dulce que la hacía anhelar volver a besarlos, volver a sentir el cómo recorrían su piel. Deseaba que la siguiera acariciando haciéndola suspirar, deseaba tocar su delgado cuerpo y llenarlo de besos y amarlo por la eternidad. Si, estaba segura de que lo amaba y estaba lista para dar el siguiente paso, de ir más allá de lo que habían ido, de sentir el contacto, de sentir el roce de su intimidad con el miembro de su novio. Se despego de sus labios para llevarlos hasta su blanquecino cuello y comenzar a descender en un camino de besos, hasta que llego a la pelvis. Se volvió a separar para mirarlo sonriente –Te adoro tanto- le dijo mirándole a los ojos, a aquellos ojos grises que tanto amaba.
-Yo también te adoro, te amo con toda mi alma. -
Ante esa confesión Vicent comenzó a acariciar sus muslos sacándole cortos suspiros enamorados, volvió a buscar sus labios ante la lenta intromisión en su interior, era algo incomodo al principio, pero después se comenzó a sentir bien, los dedos de su pareja intentaban prepararla para lo que se venía, claramente aprovechaba para intentar hacerla sentir bien frotando aquel pequeño "botón" Ante aquellas caricias lo único que podía hacer era jadear haciéndole saber que le gustaba su tacto. Deseaba finalmente consumar su amor y hacerle el amor a su pareja.
Retiro las manos de su novio de su ya (muy) humedecida vagina para después tumbarlo en la cama y continuar con aquel recorrido de besos que antes dejo inconcluso, al estar frente al miembro erecto de su novio procedió a besarlo.
Vicent soltó un jadeo de sorpresa y se curvo, enredando sus dedos en el cabello de su novia mientras que esta intentaba no morir de una taquicardia. Sus labios movían el protector prepucio de un lado a otro, se empapaban con el líquido pre-seminal que iba saliendo y se frotaban ligeramente contra su glande. Miro a su novio el cual se mordía el labio intentando dejar de emitir ruidos vergonzosos, sus mejillas estaban rojas y su cuerpo brillaba por las gotas de sudor que se deslizaban por su torso.
-Te quiero... -
Dijo su novio mientras que jadeaba, ella solo pudo separarse de su erección para también pronunciar palabras llenas de amor. -Yo también te quiero-
Y sin más ceremonia comenzó a chupar, procurando que el acto fuera placentero para Vicent a pesar de no tener la más remota idea de lo que estaba haciendo. Subía y bajaba, intentando usar su lengua y manteniendo sus dientes alejados por temor a lastimar a su amante, apreciaba como el otro comenzaba a moverse bajo su acto, movía pelvis intentando que ella fuera más profundo. Al sentirse próximo de llegar al orgasmo le pide a Victoria que se detenga, esta obedece los deseos de su novio, aunque lo mira confusa por su petición, ¿y si lo lastimo?, ¿no lo estaba haciendo bien?, ¿acaso no le gusto? Las preguntas comenzaban a llenar la mente de Victoria haciéndola sentir insegura.
-Yo no quería terminar así... Tu aun no disfrutas mucho así que – Las palabras de Vicent consiguen volver a hacer que se sienta segura, el alivio llega al saber que no le lastimo y que sus sospechas eran falsas.
Vicent se levantó, haciendo que ella también se incorpore. Deposita un beso en su frente para después tomarla en brazos y dejarla sobre la cama, donde nuevamente procede a besar su cuello, recorriendo con sus manos su cuerpo, tocando sus pechos y su intimidad, un sonoro jadeo sale de sus labios al sentir como este besa sus erectos pezones al compás que vuelve a introducir dos dedos en ella, sus movimientos la hacían volverse loca.
Vicent dejo sus pechos para dirigir su rostro a su intimidad, la miro por unos segundos para después comenzar a lamerla mientras que acariciaba con sus dedos su clítoris, los gemidos no se hicieron esperar, la saliva de su novio se fundía con el lubricante natural que secretaba su vagina.
Victoria no pudo evitar curvar su espalda, empujando hacia arriba sus caderas en busca de más fricción, en busca de más placer. Una lengua inexperta lamia a su novia como podía, pequeños gemidos lanzando vibraciones a la intimidad de su novia (cosa que solo servía para darle más placer).
Era inútil intentar acallar sus gemidos, el placer que sentía era tal que le era imposible cerrar los labios, los cuales soltaban obscenidades al conjunto de jadeos y gemidos llenos de placer. Sintió el orgasmo próximo, tomo el cabello de su novio entre sus dedos para hacer que fuera más rápido, este se separó un poco para soplar un poco de aire a su sensible clítoris y volver a su tarea de lamer y acariciar, solo esas acciones fueron suficiente para que se sintiera llena de éxtasis experimentando un orgasmo.
Jadeo al sentir como su novio se separaba de su intimidad.
-No sabes lo mucho que te adoro- Le hablo mientras que su pecho subía y bajaba buscando recuperar el aliento. Vicent se tumbó a su lado en la cama para besarle las mejillas y la frente.
-Y tú no sabes lo mucho que me encantas- Susurro el de piel blanquecina enterrando su rostro en el pecho de su novia y ella no pudo evitar sonreír.
-Tu a mi más- Tras aquellas cortas palabras Vicent se levantó para posicionarse entre las piernas abiertas de Victoria y besarla en los labios suavemente.
-Dime si quieres que me detenga- Le dijo, temiendo lastimarla con algún movimiento brusco.
-Está bien- Le dijo mirándole sonriente, sabía que no la lastimaría.
Lentamente comenzó a introducir su masculinidad en su interior, es ahí en donde finalmente entendió porque decían que la primera vez dolía. Soltó un leve gemido de placer y dolor combinados mientras que su rostro hace una mueca de dolor. Vicent se detiene, dándole tiempo a Victoria de acostumbrarse a la sensación foránea.
-Puedes moverte- Dice la morena después de unos minutos, y el castaño no gasta mucho tiempo en empezar a hacerlo.
Al principio es delicado, ligeros movimientos para que su novia se acostumbre a la sensación, pero una vez Victoria empieza a perseguir su cadera para buscar más contacto no duda en comenzar a moverse más rápido. De en tanto se acariciaban y besaban mientras que se juraban amor eterno, jadeaban y gemían con la respiración acelerada, llevaron sus manos hacia el otro abrazándose mientras que el orgasmo se sentía cerca.
-Vicent- Le susurro, su aliento chochaba con parte del cuello del otro. -Vicent-
-Ya se- Gimoteo inhalando todo el aire que podía al sentirse el hormigueo en su zona baja. -Yo también-
Sus movimientos se volvieron cada vez más acelerados, más bruscos, más fuertes.
-Yo te amo tanto -
Aquellas palabras tenían un efecto mágico en él, le hacían sentir tan cálido y querido a la vez... Y era solamente porque su amada las estaba pronunciando. No tendrían el mismo efecto si salían de la boca de alguien más que no fuera aquella morena.
-Yo también- Hizo una pauso debido a sus jadeos –Yo también te amo mucho- Atino a susurrarle en el oído.
Pronto ambos llegaron al orgasmo, en un delirio de placer aferrándose al contrario como si tuvieran miedo que desapareciera. Con calma rompen la conexión de sus intimidades para después besarse y decirse lo mucho que se aman el uno al otro.
Caen rendidos en cuestión de minutos, ambos sonriéndole al contrario llenos de amor.
Y pensar que aquel acto le traería tantos problemas a Victoria en un futuro.
♡ ✿ ♡♡ ✿ ♡
Presente
♡ ✿ ♡♡ ✿ ♡
Estaba aterrada.
La situación la sobrepasaba, no podía hacer nada y eso la llenaba de frustración. No podía hacer que sus padres la aceptasen diga lo que diga, no podía evitar que los golpes llegaran a su rostro cuando intentaba defender a Vicent de las duras críticas de sus padres. Solo quería que eso acabara de una buena vez, que sus padres entendieran y la dejaran ser feliz al lado de Vicent y su bebé.
Su llanto se intensifico al recordar las miradas de sus padres llenas de decepción, aquellas miradas que le decían que lo había arruinado por dejarse llevar.
Su cuerpo comenzó a temblar, sus ojos se volvieron cristalinos y su boca temblorosa luchaba para no emitir ruido alguno, las preguntas se colaban en su fragmentada mente, las dudas carcomían su pensamiento. Su respiración se volvió erradica, sentía que se sofocaba mientras que su pecho dolía horrores, no sabía cómo reaccionar al experimentar esos malestares solo podía pensar en su bebé.
Quería volver a estar en los brazos de Vicent mientras que este le hacía mimos y le acariciaba el pelo. Quería que no hubiera pensamiento alguno que siguiera sobrecargando su cabeza, que no hubiera carga alguna sobre sus hombros.
Quería muchas cosas que no merecía.
Se sentía sofocada, los pensamientos carcomían su mente mientras que luchaba para respirar, tenía miedo, estaba aterrada de lo que sentía en esos momentos
Cerro sus ojos buscando algo de paz, pero solo encontró las imágenes de sus padres molestos insultándola y golpeándola repitiéndose en bucle, una y otra vez sin darle tregua alguna, la paz que tanto buscaba estaba muy lejos de su alcance.
Las caras desfiguradas lo miraban llenas de odio, juzgándola por lo cometido.
Abrió los ojos, llena de temor y remordimiento, temor a volver a cerrar los ojos y reencontrarse con los pecados que le dieron, remordimiento de lo cometido por un acto de amor, por un acto en donde juro amor eterno.
La puerta de su habitación se abrió exaltándola en el proceso, con miedo giro el rostro para encontrarse con sus padres, los cuales la veían con una infinita decepción y rabia reflejados en sus ojos.
Sus parpados empezaban a pesar llego a preguntarse de que material estaba hechos, pesaban tanto que era cada vez más difícil mantenerse despierto la inconciencia buscaba adueñarse de su sistema y ella estaba más que encantada de recibirla, todo sea por no ver a sus padres.
-Nos fallaste-
Fue lo último que escucho antes de que todo se volviera negro, dándole paso al sueño forzado.
Finalmente, su llanto se calló y sus pensamientos dejaron de atormentarla.
═══════|° ༻✧༺°| ═══════
12 notes
·
View notes