disienna - Tumblr blog

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— Bueno, tu mamá se olvido de advertirte sobre lo más importante de todo, todos saben que los chinos son lo más poco confiable del mundo. — Le dijo sincero, arqueando sus cejas luego de tal frase. — Una pista de patinaje sobre hielo puede ser, un bar gay jamás, y una cafetería tiene poca adrenalina así que vamos para hielo bae.

—Mi mamá me advirtió sobre no hablar con extraños y no aceptar dulces de viejos, pero nunca me advirtió sobre los chinos  —imitó su acción, rodando los ojos divertida.— Dale aunque… tendrás que elegir entre patinaje de hielo o un bar gay, o una cafetería, aunque la última opción es menos emocionante —murmuró, viendo los locales que se hayaban enfrente de los dos.—

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Tienes un punto en tu favor. — Admitió dejando soltar un largo suspiro luego, resignándose a que la chica tenía razón. — ¡Ew! No a la violencia. — Dijo para luego reír. —

—Por eso mismo tu tendrías que haberme esquivado o algo— se excusó agarrando su ipod del suelo —Como sea,agradece que no le paso nada sino te mataría—

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¿Yo soy un títere o un hombre tal vez? // marco & brielle.

— Entró a su habitación, cerrando la puerta fuertemente por detrás sin ser intencional el gran golpe que le había dado. Frotó su rostro, estaba cansado ya que bueno, estaban en Las Vegas y Marco vivía fuera del hotel básicamente. Sus ojos se encontraron con unas extrañas cosas de tela, y una nota arriba de tales. Algo confundido debido a su cansancio, tomó la carta en manos sin muchas ganas. "Di Sienna, soy Brielle, tu titiritera asignada. Sólo quiero avisarte que -a pedido-, mi primer deseo será que desde este mismo momento utilices un taparrabos durante 24hrs. He dejado dos sobre tu cama, por lo que no te desesperes, no tendrás que salir a comprar. ¡Elige el que más te agrade! Nos vemos luego; estaré comprobando." Sus ojos se abrieron de golpe al leer las palabras de la joven; Volvió la vista hacía esos pedazos de tela y se dedicó a pensar que hacer de excusa para no usar los taparrabos. Pensó en diferentes ideas pero ninguna iba a funcionar, luego de una larga siesta despertó con una idea que iba a funcionar muy bien. Con sus manos, bruscamente tomo uno de los taparrabos y se lo colocó encima de su ropa, con esto, estaba el pedido hecho y sin tener la necesidad de desnudarse. Una amplía sonrisa se torno en su rostro con orgullo escondido en ella. Espero a que la castaña entrara a su habitación para ver lo que él había hecho con su pedido. —

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— No es solo eso, es que no me gusta nadar. Luego termino adolorido y no quiero eso.

Oh, vamos...

—¿Porque está fría el agua no vas a entrar? Hombre, sólo es agua. Lo peor que te puede pasar es mojarte.

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— Cosas aptas para mayores de dieciocho años. — Respondió junto a un gesto hecho por sus labios; suspirando largamente para luego dejarse reír. — Hay muchas que son muy dulces, e inocentes también. Esas son las mejores.

—¿Cosas como qué?— preguntó, curiosa, queriendo saber que tipo de cosas le decían al chico. Frunció el ceño por su mueca de preocupación, sin entender mucho, y después se largó a reír con él. —Sí, es cierto, a veces se pasan pero hay algunos que son muy dulces.

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— ¿Qué hiciste con los chinos? ¿No te han dicho jamás que no tienes que involucrarte con los chinos y el dinero al mismo tiempo? Así termina. — Encogió sus hombros, junto a una mueca extraña que hizo con sus labios. — ¿Quieres que te acompañe a esconderte? Aunque no me persiga la mafia china a mi, estoy aburrido y mejor si no estas sola.

—Sonrió ampliamente, porque eso significaba que los había perdido de vista, después de haberse metido en cada callejón que vio, y de haber corrido bastante cuadras.— Buenísimo, entonces ya estoy libre de que una banda de chinos salvajes me secuestre. Aunque me tendría que esconder por las dudas —murmuró, mientras se paraba atrás del chico, escondiéndose atrás del cuerpo de él.

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Probablemente sí, lo mejor de todo sería que te veas con un médico urgentemente. — Asintió dejando luego escapar una pequeña risa, para que supiera que lo decía en forma chistosa. — Esa es una buena idea, haz carteles coloridos.

Si, creo que estoy loco.  Y despues de eso creo que tengo cirrosis, mi hígado me debe odiar -bromeo con una sonrisa- No es mala idea, creo que pondré un anuncio de gorro perdido alrededor del hotel.

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Tengo todo lo que quieren las wachas, fuman, toman y se arrebatan.

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¿Hiciste un mano a mano con una rusa? Tú estás verdaderamente mal. — Fue lo primero que le contesto al joven con un gorro extraño. — Bueno, creo que deberías preguntar de quien es y devolverlo.

Creo que sigo un poco ebrio despues de anoche -dijo a la persona junto a el- Y no se de quien es este gorro. La próxima vez que una rusame rete a un mano  a mano de vodka recuerdame decir que no. 

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Sí, la verdad es muy tierno de su parte. Bueno, es tierno hasta que las cartas dicen cosas que uno no quiere leer. — Admitió, mordiendo su labio inferior en forma de preocupación echándose a reír segundos después — 

—¿No te parece tierno que gasten parte de su tiempo haciendo estas cosas?— le preguntó a la persona que estaba a dos asientos de ella en el Tryst, mientras terminaba de leer las cartas que había recibido de un grupo de admiradores. —Me dan ganas de buscarlos a todos y abrazarlos hasta que se aburran de mi.

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No, la verdad no tengo ni la menor idea. — Le respondió de manera sincera encogiéndose levemente de hombros. Miró algo extrañado a la chica, y por lo que le había dicho suponía que ella le debía dinero. — No, ni chino ni bajo. 

—¿No viste a un hombre de ésta estatura más o menos preguntando por una rubia que le debe plata?—preguntó señalando la altura del señor con sus manos. Su respiración era algo agitada, debido a las cuadras que corrió para huír de aquel hombre.— Oh… y olvidé decir otro detalle, es un chino.

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— Lo siento, no soy fanático de nadar realmente. Aparte que el agua esta muy fría.

Oh, vamos...

No entiendo de qué hablas, el agua está totalmente perfecta.

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— ¿Perdón? Me parece que has sido tú la que estaba distraída con su música. — Se dedicó a hacer una mueca con sus labios, acompañando la tal con sus cejas arriba. — 

—Mummified my teenage dreams no it’s nothing wrong with me—cantaba despacio a la par de la canción que se reproducía a través de sus auriculares mientras caminaba por los pasillos del hotel sin saber a donde ir —The kids are all wrong the stories are off heavy metal broke my heart— continuó cantando moviendo la cabeza al ritmo de la melodía cuando chocó con alguien,provocando que se cayera su ipod —¿Acaso no te fijas por donde vas?— preguntó malhumorada.

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Marco Di Sienna + Moodboard // (1/?)

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— Mientes, me hablabas a mi no lo niegues.

—Pues sí… ¡Aff! El punto es que no te estaba hablando a ti—.

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— Eso es grosero.

De hecho, lo es. — Espetó en respuesta.

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— Bueno, ahora yo sé que tu nombre es Peyton. — Acotó luego de que la chica se presentase. — Bueno, cumplo el 21 de septiembre, falta poco así que una fiesta no me vendría mal. — Le insinuó guiñando un ojo para luego echarse a reír. — Te faltaba yo.

— ¡Marco! Que bien, ya sé tu nombre —contestó alegre con una sonrisa. —Uh, okay…Me llamo Peyton Wesley, nací a 180 kilómetros de aquí, es decir, en San Diego, y tengo dieciocho años, y…¿cuándo cumples los 21? Yo quiero hacerte una fiesta —comentó con entusiasmo y luego soltó una risa. —Y yo que creía conocerlos a todos ya, pff.