hardestxofxhearts - Tumblr blog

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            ❝ I’m ok ❞

      She shook her head, too damn impatient to even take a seat.

            ❝ Dead woman, late twenties.             Her partner reported her missing two days ago ❞

       Didn’t even need to look for the picture of the body on her phone before handing it over —picture she shouldn’t have in the first place. It wasn’t her case to be honest, but fuck that. 

           ❝ But when we found her, she looked like this.            Dried like a raisin. Is there any kind of drug or            process that can cause this? ❞

       Is there a scientific explanation? That should have been the question. She was ruling out the usual suspects before getting into the weird stuff. Almost praying for it.

He put down his papers to finally glance at the door. Alright, he’d bite. He gestured for her to come in and have a seat. 

        “What case?”

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                      An involuntary snort came out of her in response.

      Toxicology report, she had more hope expecting suspects to       turn themselves in than waiting for that shit to come through.

             ❝ I was hoping to pick your brain on               a case I’m working on ❞

      A polite approach was almost mandatory when asking for a        favor.   The  word  “please”  might  also  come  to mind,  but       somehow she always seemed to forget about that. 

Assuming that the silhouette in the doorway of his medical examiner’s office belonged to one of the many officers who hounded him to finish their case first, he didn’t look up from his paperwork.

       “No cause of death yet. The         tox-screen came back negative.”

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          -¿Soy tan transparente acaso? -su sonrisa era encantadora, aún más razón para temer.

          Desde luego que lo era, Rayne no era así de agradable con un sujeto aunque se estuviera acostando con él, hell, ni aunque estuviera comprometida. Era más del estilo de amor rudo. Si de casualidad llegaba abanicando sus pestañas y obsequiando sonrisas, era porque traía algo entre manos. Y las chances eran que no sería agradable.

           -Bueno, ya que no has sido castrado y tu identidad sigue intacta -se encogió de hombros -una chica podría hacer buen uso de tus contactos -alzó su cabeza y agradeció a la mesara que traía su cerveza. 

           Dio un trago a su cerveza e hizo una pausa. 

           -Mira, tengo un fugitivo que tengo que traer a la justicia, pero se ha metido a resguardarse entre unos traficantes locales. Nada grande, pero sabes como son, puertas cerradas, todo entre familia -tal como lo pintaba, no parecía ser más que un trámite -Necesito que tú me hagas entrar en el círculo -desde luego que  no lo era, no era tan simple sólo entrar y echar un vistazo a ver si veía a su sujeto. Justamente por ello necesitaba a Crowley -Lo estoy pidiendo amablemente -no estaba claro si aquello último era una afirmación o una amenaza.

Clubes, distracciones y goce de una supuesta paz… Fingía mantenerlos a diario con una sonrisa compradora y un sinfín de identidades falsas conservadas en su billetera, pero eso con un ojo alrededor y la mano entrenada a la espera de moverse con agilidad hasta su arma de ser necesario.

Estaba a nada de beber de su primera cerveza; con el brazo izquierdo empinado, la mano aferrando la botella fría y la boca de vidrio rozando sus labios de un modo tentador, pero el movimiento se freno empujando al rubio a desfilar sus orbes más allá de un cuadernillo de notas al que le estaba echando el ojo. Sí alguien le hubiera dicho aquella noche terminaría por encontrarse con semejante rostro, ni él mismo se lo hubiera creído.

—Vaya, vaya, vaya… —Se sonrió soltando luego un soplido al elevar las cejas con esa actitud de muchachito infantil, no demorando demasiado en sacudir la cabeza casi esperando se tratara de una ilusión. No era consciente de cuánto había transcurrido desde la última vez de verse, pero aún así acontecieran siglos, rostros como aquel jamás se olvidaban porque dictaban esa sensación de clavarse al alma con un puñal; sabiendo cuando retorcerse o clavarse más profundo. —De haber sabido se trataba de mí día de suerte, —chasqueo la lengua y le señaló con el índice de la misma mano que custodiaba la botella— hubiese venido vestido de mejor modo. —La ironía afable escapó de sus labios antes de finalmente darle un trago, la vida le había enseñado demasiado para comportarse como un amargado y era claro que abusaba de la simpatías. El tiempo libre o las noches como tal, no eran un ingrediente común en alguien con su labor. Beber por trabajo no tenía el mismo sabor al paladar.

Fue claro que le cuestionó con la mirada desde verla caminar hasta sentarse a hacerle compañía, separados por una mesa rectangular en color caoba con asientos de cuero gastado en forma de C, cavilando qué tanto de casualidad tendría aquello. Escasamente habían pasado seis horas desde finiquitar su última tarea viajando de regreso, y dudaba que Rayne actualmente jugara el rol de mensajera.

De todos modos soltó una risa ronca, relamiéndose los labios en un gesto que decía: Ok, ok, muy graciosa.

—Lamento echarte abajo las pretensiones, pues como ves, en una pieza. —Se alzo de hombros todo fanfarrón, inclinándose hasta que sus antebrazos encontraran la base y le dieran el chance de sobrevenir a mayor cercanía.

—¿Qué tan mal parado voy a salir de esto? —Susurro yendo al grano clavando sus ojos en los suyos, con suspicacia.

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{thegunsinmind}

    -Mira quién regresó de las profundidades del mundo criminal.

          Tan pronto entrara al bar, la cabellera rubia asomándose entre aquellos pulcros cabellos cortos a su alrededor, resultaba inconfundible. 

          Rayne era del tipo de “mejor disculpas que permiso” con la excepción de que las disculpas nunca llegaban, y esa filosofía de vida se aplicaba en general a todo. Así que sin dar vueltas al asunto, tomó asiento frente a él, cruzándose de brazos.

         -Había escuchado que te capturó un cartel Mexicano y pensaban castrarte por rata -comentó entretenida. 

         No era cierto, desde luego, poco se sabía de Crowley después de todo, era la idea de trabajar en encubierto, pero el rumor le había parecido lo suficientemente entretenido como para salir a colación. 

         Cuando la mesera se acercó, le pidió simplemente una cerveza, antes de volver su atención a Crowley. Había una extraña simpatía en ella, una completamente fuera de carácter. Rayne había cambiado, no era la misma chica salvaje y violenta que cuando entrara en la fuerza, actuando a la defensiva ante la menor mirada ajena; pero tampoco había tomado un giro inverso y abruptamente transformado en una de esas amables policías que siempre tenían una sonrisa en el rostro. Allí había algo extraño.

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that motherfucker~

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     El Morrow movió su mirada por el lugar y chasqueó su lengua. —Or is this your way of pushing me back? It sure looks like it. We both need each other, you made that clear. Ambos lo sabemos, ¿crees que encontrarás estabilidad con Travis? ¿Es eso?— Oliver negó con la cabeza y estiró su mano para acariciar la mejilla de Rayne. Jamás había sido del todo un hombre egoísta, había crecido de otra forma pero por momentos sentía un gran impulso negativo.

    — Lo entiendo, hazlo. Se que es un buen hombre y que te ama, después de todo siempre lo hizo. — Esta vez Oli asintió. Por supuesto que él no sería un padre nunca para Alex, por supuesto que él no podría ser lo que Travis podía. Después de todo, ¿quién era Oliver Morrow? Ni siquiera él mismo lo sabía. ¿Cómo ofrecer algo cuando no sabía quién era? En ese momento deseó golpear algo, destruirlo todo porque así era como todo parecía funcionar en su vida en los últimos tiempos. —But believe me, I did too. — Se controló sólo porque no existían razones para continuarlo, ni el modo en el que se sentía ni el modo en el que hacía que ella se sintiera. Sólo deseaba llegar a su apartamento, beber alguna maldita cosa y olvidarse de toda aquella porquería que estaba viviendo. Cerró los ojos durante un momento y optó por acercar su frente a la de ella, sólo para apoyar una contra otra y mantenerse en silencio durante el poco instante que pudo durar. —I wish I could be the father you need for him but I’ll never be. I can’t. —

 No estaba allí para impresionarla, ni estaba allí para demostrar nada; los privilegios eran que Rayne ya lo conocía, sabía el hombre que era y posiblemente el hombre que sería. Caminó hacia la salida sin mirar atrás porque al hacerlo sólo develaría lo que sentía: la pérdida.

          -Para ser honestos, él ya tiene un padre. Sólo que apesta en el trabajo -se permitió una pequeña sonrisa apenas a media intención. 

          Le había pedido que se marchara, pero no lo había apartado cuando se acercó, sino que le observó de una cercanía absolutamente desconocida. Podía ver su nariz enrojecida por el frío, su rostro salpicado de pecas, completamente ¿Cómo nunca lo había notado? 

          Tan experta que era con su gancho derecho, podría propinarse uno en ese momento, debería haberlo hecho. Parecía una maldita escolar con su corazón latiendo tan fuerte entre sus costillas que dudaba que Oliver no fuera consciente de ello. 

          -No podemos... -no hizo falta más que un susurro para hacerse oír -No podemos hacerle esto a Travis, y yo no puedo... -no podía elegir, tampoco ser lo que se interpusiera entre ellos -No sería buena para ti tampoco -apoyó sus manos en su pecho al parecer con intención de apartarse, pero el gesto se detuvo a mitad de camino -Para ninguno de los dos. No lo fui antes y no lo seré ahora. No ha pasado un año de que regresé a la fuerza y ya regresa mi pasado a pisar mis talones. Y fui suspendida. Mi hermano es fugitivo de la ley. Quiero decir... ¿Qué puede salir de eso?

          Se detuvo al notar un timbre alarmado en su voz. Estaba llenando el escaso espacio entre ambos con excusa sobre excusa, como ladrillos de una pared defensiva. 

          -Shut up! -exclamó antes de que pudiera decir nada en respuesta a aquel pequeño momento de histeria fuera de su control. Aquello definitivamente sonó más como ella -Shut the fuck up -repitió como si acaso fuera Oliver el que no detenía su hablar -I fucking hate you -fue ella, a pesar de sus palabras, la que tomó su rostro y lo besó -Just fucking go -se apartó, cerró sus ojos y apretó sus labios entre sí con fuerza como si eso fuera a frenarla de volver a hacer algo estúpido. Incluso sus manos estaban cerradas en un puño a ambos lados de su cuerpo.

{Take me to Church}

     Oliver entrecerró los ojos y la observó con atención, se dispuso cierta tristeza en su mirada, casi como un reflejo de tal sentimiento surcando sus claros ojos celestes. — Al menos puedes decir que tienes una familia a la que regresar. — Respondió el Morrow mientras la contemplaba aún. ¿Qué mierda podía decir él? Él no tenía nada, todo era una maldita mentira. Presionó los labios y no se movió de su lugar, inclusive cuando ella le dijo que probablemente debería irse. Lo cierto era que no quería irse pero una parte de él lo comprendía, ella no podía tener aquella presión en su vida pero lo real era que Rayne jamás tendría la estabilidad que deseaba; jamás sería la mujer que finalmente obtiene el final feliz o que vive una vida normal con un niño. Oliver deseaba que ella pudiera serlo pero sabía que se mentía si lo creía. Por eso no se movió de su lugar.   — Do you still love him? — Cuestionó frunciendo el ceño, mirando a la mujer.

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bruh, dying with the voice-overs.

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          Bueno, si eso no comprobaba que era un testimonio fiable. Podría ser un simple robo, una pelea de consorcio, cualquier cosa teniendo en cuenta el barrio en el que se encontraban. Pero sería idiota no relacionar las señales de lucha al caso. 

          Sin soltar palabra, comprendió la mirada de Hellsing y sacó su arma, siguiéndole hacia la siguiente habitación. Se movía como una sombra, siquiera su postura era la de policía, tenía una firmeza casi militar, pero tampoco era aquello, sus movimientos eran demasiado elegantes, y veloces, como un suspiro. Ningún policía tenía tanto sigilo, de no haber llegado juntos Hellsing nunca sabría que se encontraba allí probablemente. Podría ser Black Ops Aunque uno lo relacionaría más con un espía, o un asesino.

          -Goddamit... -suspiró.

          No habían tenido que avanzar muy lejos bastó con llegar a la habitación del bebé como para encontrar a la testigo en el suelo. Estaba boca abajo por lo que no podía ver la causa de muerte, pero definitivamente estaba muerta. 

          Aún a pesar del charco de sangre que brotaba debajo del cuerpo, se inclinó sobre ella y tomó su pulso. Nada.

          Volvió su mirada hacia Hellsing y señaló la ventana. Aún no sabían si estaban a salvo, si el asesino había escapado pero guardó su arma contra su mejor juicio y rodeó el cuerpo para llegar a la cuna del bebé. No podía dejarla allí llorando.

          Viendo aquel rostro angustiado, uno pensaría que de hecho comprendía lo que acababa de suceder. Lo dudaba, era demasiado pequeña, tan sólo un año de edad, pero definitivamente había sentido la violencia y eso la había asustado.

          -Hey... -su voz no pareció suya, no se trataba de ningún tono de bebé que muchos adultos utilizaban cuando se cruzaban con pequeños. Pero aún así, la suavidad y calidez que había cobrado era difícil de relacionar con la mujer que rompía varias narices al día y gritaba la mayor parte del tiempo -lo sé, lo sé... -con suma delicadeza la tomó en sus brazos y la meció buscando calmarla. Tenía algo de práctica con Leo, el pequeño de Alec y Everleigh, por lo que sus gestos no eran los de una policía torpe como las primeras veces. Sosteniendo al bebé metros a la distancia con miedo a que se rompiera.

          Su mirada se fijó en la mujer en el suelo y su rostro se ensombreció. La niña no demoró en calmarse, pero lo triste era que sus penurias apenas comenzaban. Acababa de perder a su madre, y fuera uno a saber si tenía algún otro tipo de familia.

La mirada de reojo clásica de Hellsing fue lo primero en responder, aquello cuando simplemente uno de sus peores opciones tomaba mayor severidad. No sabía qué era peor, sí el hecho de estar al tanto de, probablemente, conocer a su asesino, o las consecuencias que aquello traería al final del día en un círculo mucho más interno. Nunca era del todo bueno perseguir a los tuyos, porque aquello desencadenaba mayores conflictos. No obstante, algunas decisiones eran inevitables en ciertas alturas del partido. Una cosa eran los asesinatos, y no que era que fuese partidario en lo absoluto, pero cuando a eso se le agrega el hecho de asesinar a “los de tu clase” sin un motivo claro, nada en ello se veía con un buen final. Su Organización estaba contando con altos estandarte de traiciones entre sus filas, parecía hora prudente de enseñar quien seguía llevando el control.

Chasqueo la lengua, tomándose su tiempo retomando la tarea de detallar cada señal impresa a favor. Quizá después de todo, la enemistad a nivel instituciones no vendría tan mal a esas alturas sí lo pensaba mejor. Él no estaba obligado a brindar información al respecto pero, por otro lado, desde la perspectiva de Rayne no se podía decir lo mismo. Era su caso, conocía el apego que se obtiene con víctimas como esas. Más aún cuando un federal mete las narices y luego termina por llevarse los créditos. Era una carta a jugar, aquello con dejar la menor cantidad de su propia presencia posible impregnada a ese aire.

—Prefería utilizara sus especulaciones para lo que nos acontece, detective Black. —Ordeno maquillado de un falso ofrecimiento, elevando la mirada al camino por delante. No había pasado por alto las maniobras arriesgadas por parte de ella con el poder al volante, aunque aceptaba que conducía dignamente.

Vagamente sus ojos se entrecerraron dejando las fotografías sobre su regazo ahora que todo se maquinaba en su cabeza, apoyando el codo derecho contra la ventanilla para utilizar el mismo brazo como soporte de su mentón. La detective se ganaba de otro punto a su historial de aciertos.

Obvio de inmiscuirse o prestar demasiada atención por el sitio para aparcar cuando el auto se detuvo, descendiendo con un solo propósito: Coordenadas. Pondría a uno de los suyos por ahí a investigar con o sin pistas favorables apenas abandonaran el sitio. Bastaba una simple señal.

—¿Qué tan fiable es su testimonio? —Inquirió yendo detrás de ella luego de cruzar la calle, sólo otorgándole un escalón de distancia. Su nariz no demoró en olisquear ese olor a humedad eterna, o el aroma a tabaco y hierba en cada segmento. Sentía que la suela de sus zapatos se adhería a las viejas palmetas desgastadas, como también el llanto de algún bebé descendía por cada planta. La pobreza gritaba desde cada pared, y saludaba con los graffitis expandidos en las murallas o la brisa atravesando los plásticos de las supuestas ventanas.

Sí, odiaba tales cosas.

A mitad de camino simplemente guardo sus manos en los bolsillos de su abrigo, paladeando la segunda pregunta en cuestión. Algo le dijo que decir: “No sé nada” Aumentaría las dudas o la hostilidad.

—Han habido casos similares meses atrás. —Comenzó dando la vuelta a la escalera para el siguiente nivel. —Muy parecidos con la víctima que tienes. De acuerdo a su Modus Operandi, se desaparece por al menos seis meses, y al regresar elije tres nuevas candidatas a las que abandona en sitios públicos queriendo jactarse de sus actos, o como yo prefiero verlo, enviar mensajes. No hay violaciones, ni daños mayores en sus cuerpos a menos que pongan resistencia. Es por ello, —prosiguió al alcanzarle y caminar a su lado— que el cuerpo que tienes mantenga consigo un agujero de bala. Ella quiso escapar y él la sometió. —Concordó al verle.

—Sí es el mismo sujeto, sólo tienes cuarenta y ocho horas antes de que desaparezca. —Era una maldita sentencia mutua, lo sabía. Y aún pese a su aspecto tranquilo, eran sus propias manos las que deseaban cazar de su victimario y llevarlo ante la propia ley privada.

Al llegar y notar que Rayne se detenía ante la puerta de uno de los apartamentos, fue él tras comprobar era el correcto con una inspección rápida a la detective, quien decidiera llamar con el golpe de sus nudillos. Pero al simple roce su puerta que se mantenía abierta cedió con un chillido que reclamara el engrase a sus bisagras. Una lámpara rota y señales de una batahola eran las primeras imágenes a enseñar por el umbral, luego lo hizo el llanto del mismo bebé que escuchará al ingresar al edificio.

Otra comprobación rápida con su compañera para un plan improvisado y en su mirada la solicitud de: “Cúbreme”, el arma de servicio entre sus manos…  

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Reblog if your muse would risk their life to save a loved one

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                         I’m not a  { P R I N C E S S }                          I don’t need { S A V I N G }                          I’m a  { Q U E E N }                          I’ve got this shit  { H A N D L E D }

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Crackship: Sophia Bush + Charlie Hunnam

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bonus

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          -You were’nt in the corner, back then you two were everything to me -respondió, dibujando una triste sonrisa -Si leíste mi archivo entonces sabes la clase de milagro que era -tener alguien, tener algo. Había pasado de ser la esclava de un demonio, una asesina sin libre albedrío a ser parte de aquella pequeña familia. Pero tal como la anterior, y la que le siguió después, aquello se destruyó -Debí saber que era demasiado bueno para ser cierto -soltó una leve risa, encontrando algo graciosa la ironía de todo aquello -Ahora mi familia es un niño que en cualquier momento llegará a casa. Necesita estabilidad en su vida y tengo que ponerlo a él primero. No puedo hacer esto. Nada de todo esto.

          No estaba segura si sus palabras eran para Oliver o un recordatorio para ella misma. Tenía que detenerse, eso, lo que fuera que estaba haciendo. No podía ser la misma Rayne de siempre, simplemente haciendo lo que quería sin pensar en las consecuencias. Su vida ya no era suya.

          -Creo que deberías irte ahora... -apartó su mirada, no podía verle, porque sabía que sus ojos hablarían por sí mismos.

{Take me to Church}

Oliver comprendía que uno simplemente no podía ir por el mundo besando mujeres como Rayne sin obtener consecuencias al respecto, el golpe por supuesto fue una pero tampoco la esperaba del todo. El Morrow se movió para observarla mejor con el ceño fruncido y presionó los labios con una mueca.  —I fucking do, I fucking have the right. — Le respondió él de la misma forma con molestia mientras ella ahora lo tomaba por la camisera, no diría que lo sentía ni que sentía que había sido un movimiento equívoco porque él había querido hacerlo y ahora no se retractaría; no era aquella clase de idiota ni realmente lo sería, no cuando realmente lo sentía.

Continuó observándola y entonces cuando decidió que se apartaría ella se lanzó sobre él para abrazarlo. Sentimientos cruzados rondaron su mente, sabía que conocía a Black más de lo que a ella le gustaría que la conociera pero en aquel instante la situación lo descolocó por completo. Oliver mantuvo el ceño fruncido y mientras comprendió lo que sucedía simplemente no reaccionó. No esperaba obligarla a sentirse de aquella forma, no esperaba aquello ni lo deseaba tampoco pero entonces si se detenía a pensarlo en algún momento comprendería que no había muchas reacciones para dar. ¿Qué esperaba de todo aquello? Nada, absolutamente nada.

Suspiró por lo bajo y la rodeó con sus brazos también, con fuerza. Extrañaba a Rayne; tanto la mujer y, la amiga como la compañera, la extrañaba demasiado como para negarse a recibirla en sus brazos.

Escuchó como lo maldecía y se mantuvo un instante más en silencio tan sólo abrazándola, a sabiendas de que después de ese momento probablemente no quedaría nada. Sabía que a pesar de todo, a pesar de todo, ella siempre lo sentiría y él también lo haría. — I know. — Murmuró entonces frunciendo el ceño levemente y cerrando los ojos mientras aún la mantenía en sus brazos. — I’m sorry, I’m sorry I can’t be sorry for not staying in the corner anymore —  Negó con la cabeza tras murmurar aquella y finalmente se apartó, observándola durante un momento a los ojos y apartándose un paso hacia atrás. — So hate me Black, someone has to. —

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‘Once I found her but now she is gone.’ - Keaton Henson (x)