harsh-axe - Tumblr blog

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El muchacho se sentía extremadamente cómodo en compañía de la castaña. Ambos dos congeniaban de maravilla, incluso siendo dos personas competitivas y muy distintas podían jugar como un par de niños pequeños en la playa; no había presiones de más, ni necesidad de comportarse de alguna forma en particular. No. Todo era natural y aceptable entre ambos. Aunque Julie se hubiese quejado de la actitud infantiloide de Axel, bien participó en el juego desde el primer segundo. Y aunque se seguía quejando a raíz del agarre a destiempo, parecía divertirse de lo lindo con él. Que seguro tenía represalias el haberla tirado al mar con ropa incluida, sí. Pero el castigo que le esperaba no podía ser más tortuoso que llenarle de arena o hacerle tragar un poco de agua mediante ahogadillas. Quizá la castaña era mucho más vengativa, pero por ahora no había tenido el placer de conocer esa faceta suya. Esperaba que siguiera siendo así. Por más ganas que tuviera de conocer a fondo a Julie, de saber todo lo que guardaba dentro y con tanto secretismo, había ciertas cosas que prefería mantener rodeadas de misterio, de momento. Su genio siendo una de ellas. Tampoco le daba pánico pensar que tenía un carácter desmesurado, después de todo siempre se ha visto interesado por estas personas ‘gruñonas’ más que por las contrarias. Demasiada dulzura le empalagaba a largo plazo, eso lo tenía más que comprobado. Aun con todo, la idea de enfrentarse a una Julie con sed de venganza le daba cierto miedo, cuanto menos. Retrocedió pues hacia el fondo, guardando las distancias, hasta que escuchó a la castaña una vez recuperó el habla y salió del estado ‘shock’. Las carcajadas de Axel cesaron también. Esto le llevó más tiempo del planeado. Encontraba muy cómica la expresión facial de su amiga. Ni siquiera una pizca de lástima sentía por la chiquilla, pues sabía que se le pasaría el frío en un abrir y cerrar de ojos. Y que aquello, aunque pudiera tener consecuencias catastróficas, sería una divertida experiencia que recordar al terminar el verano. Él sólo quería dejar huella en la memoria de Julie. Una buena huella.

—Eso te pasa por retarme, burlarte del nombre de mi gato, llamarme tonto y… y retarme. —Contestó él sacándole la lengua desde lejos con la esperanza de que le viera bien claro e interpretara perfectamente que sólo estaba bromeando. Su tono estaba lejos de ser serio o severo. Esbozó una amplia sonrisa y nadó un poco más cerca de la castaña al ver que no hacía ningún movimiento brusco en dirección a su posición. Un paso bastante estúpido el que acababa de dar. Ya se veía que confiar el uno en el otro en estos momentos era mala idea. La diversión les superaba. O las ganas de reírse del otro, que vendría a ser lo mismo. — ¿Te atrajo el lujo? Vaya, no lo habría adivinado jamás. Tampoco tiene nada de malo. —Se apresuró en decir, por si acaso la chica se tomaba la sorpresa de Axel en el sentido negativo. Simplemente pensó que tenía otros motivos para ir a Hamptons. Quizá alguno que incluyera búsqueda de paz y tranquilidad lejos del estrés de la gran ciudad. Luego, analizando mejor lo que había escuchado, se percató de que la chica no se movía de su sitio porque no sabía nadar. Y de ninguna forma se iba a aventurar para alcanzar al moreno si corría el riesgo hasta de ahogarse. Axel enseguida acudió hasta ella en aras de ayudarle. — Yo te puedo enseñar a nadar. —Le importaba un carajo si aprovechaba esa cercanía reciente para vengarse de él. Encontró mucho más relevante el permanecer cerca por si algo ocurría. Le aterraba poner en peligro la integridad física de Julie. ¿Cómo no lo había soltado antes? No le habría lanzado al mar sin miramientos de haberlo sabido previamente.

—Es muy fácil. Confía en mí. Agárrate a mi mano que te llevo para adentro. — Estiró su mano hacia ella con una sonrisa amplia en el rostro. Le divertía una pizca la vergüenza que parecía darle a ella todo el tema. No era normal a fin de cuentas. Los niños aprenden a nadar desde una muy temprana edad. Al menos, así habían sido todos los casos que él conocía. Un pequeño detalle más que hacía a Julie un tanto especial. ¿Con qué le sorprendería después? Cualquier cosa era posible. — No querría que te fueses a New York. —Ni siquiera en un futuro muy lejano. Seguía sonando mal. Axel le había agarrado cariño a la castaña y no sabía qué tan bien les iría de estar a kilómetros de distancia. Las cosas cambiarían una barbaridad, por más que intentaran seguir siendo buenos amigos. Verse no se les haría fácil. Claro que existía Skype y las llamadas y mensajes entre otras cosas pero ¿sería suficiente? El moreno lo dudaba. — Pero tampoco puedo obligarte a quedarte aquí. Menos aún si tu vida no está en Hamptons… ya sabes. Sería demasiado egoísta. —En cualquier otro momento Axel podía ser muy egoísta; solía anteponer su propia felicidad a la del resto. Con Julie la cosa se complicaba. No le hacía sentir del todo bien comportarse como un niño caprichoso que sólo se preocupaba de sí mismo. Agarró la mano de la chica para llevarla hacia el horizonte poco a poco y tiró suavemente. Deseaba cambiar el tema de conversación y cuanto antes. No solía preocuparse tanto por el qué pasará.— No hay nada que temer en el mar excepto los animales peligrosos y carnívoros, la corriente traicionera, olas gigantescas… lo típico. —Dijo en tono burlón el moreno.

↘Watch it bring you to your knees.

Sonrió al escucharlo, el chico tenía razón… estaba siendo algo injusta con él al no decirle, y bueno, lo demás era sinceridad pura, no podía hacer nada al respecto de las palabras que salían de su boca de manera involuntaria. De todas formas, le causaba algo de gracia, él no parecía tomárselo muy en serio y se lo contagiaba completamente… la relajaba, sin duda. No muchos tenían la capacidad de tomarse con liviandad el hecho de que, cada cosa que decía, parecía cruel ante tanta honestidad junta. Sin embargo, él la dejaba ser ella misma, no provocaba un sentimiento de culpabilidad en su interior y aquello era bueno. Muy bueno.

—La vida es dura, ¿eh? —Bromeó nuevamente y continuó prestándole atención a lo que decía, parecía bastante determinado en sus palabras, como si en verdad fuera algo que se hubiese propuesto. —No va a quedarte otra opción que hacerlo, así que tendrías que empezar a bajar los brazos y rendirte… no voy a cambiar de opinión, ojos azules. —Contesto con diversión, dejando en claro lo que pensaba al respecto mientras notaba que cada vez estaban más cerca del agua… aquello no podía ser bueno. Continuó intentando hacer que el chico la bajara y, una vez que lo logro, salió corriendo. Axel había caído al piso, pero aquello no la detuvo en apresurarse. En realidad no quería mojarse, seguro el agua estaba helada y… ¡Era una tontería! Ni siquiera traía traje de baño. Sin duda alguna ese plan no podía terminar bien, en lo absoluto. Intento ir lo más rápido que pudo y, cuando noto que su “adversario” comenzaba a seguirla, soltó una carcajada sin poder evitarlo. —¡No lo intentes! ¡No vas a lograr atraparme! —Le saco la lengua en forma de burla y volvió a ver hacia el frente, sin querer tropezarse ni nada parecido… no le daría el gusto, además, seguro que luego de que la tuviera consigo volvería con su tonto plan de meterse en el mar, algo que seguía sin gustarle. No se detuvo en ningún momento, ni tenía intención tampoco… pero al parecer, Axel tenía los mismos planes que ella, algo que no la ayudaba en lo absoluto, sino todo lo contrario. Volvió a ver hacia atrás cuando el chico grito algo y negó con la cabeza, divertida ante todo aquello. Parecían dos niños de cinco años… o menos. —¿Ya estás cansado? Que debilucho eres… pensé que tenías más energía, pero al parecer eres un blanco fácil. —Aunque nunca lo admitiría en voz alta, ella también comenzaba a sentirse agitada y, poco a poco, los pasos iban costándole cada vez más. Aminoro un poco la marcha pero intento seguir a una distancia razonable del hombre, el cual, como había mencionado antes, era igual de competitivo que ella… no estaba segura de cómo podría seguir aquello, pero al parecer estaba a punto de averiguarlo, ya que los dos cada vez se sentían con menos capacidad de correr, lo cual era notable. Soltó un grito de victoria cuando el chico se rindió y alzo ambos brazos, dejando en claro que el hecho de haber ganado la ponía realmente satisfecha. ¿Para qué mentir? Simplemente le fascinaba, desde que tenía memoria el poder ser mejor que los demás en algo le daba una profunda satisfacción, lo cual a veces le jugaba bastante en contra. Se acerco al chico de forma tranquila e intento regular un poco su respiración. Sin embargo, una vez que estuvo a su lado, éste la tomo por la cintura con fuerza, impidiéndole moverse para ningún sitio. —¡Oye! ¡No se vale! ¡Esto es trampa! —Grito sin importarle realmente si alguien pasaba o no por allí y negó con la cabeza. —Claro que no quiero… suéltame, tonto. —Intento sonar firme pero una sonrisa se asomaba en su rostro, arruinándolo todo. La curvatura de sus labios desapareció una vez que la tiro al agua y se empapo entera. Iba a pagar por esto, sin duda alguna. Salió a la superficie lo más rápido que pudo y quito el pelo de su rostro, el cual estaba igual de mojado que el resto de su cuerpo. Busco al culpable de todo aquello con la mirada y lo encontró bastante lejos. Había hecho bien en irse al fondo, quería asesinarlo. —¡Estás loco! El agua está helada. —Hizo una mueca al oír su chiste y se hundió un poco en la orilla. —No hagas más locuras, que no sé nadar, terminarás ahogándome. —Admitió un tanto avergonzada y jugo un poco con el agua entre sus dedos mientras volvía a oír aquel interrogatorio que el muchacho le hacía. —Vine porque… porque era un buen sitio para mi trabajo y… no lo sé, el lugar parecía bueno, nunca había estado en un sitio tan lujoso, la verdad. —Se encogió de hombros, quedándose en su sitio ya que si iba a lo más profundo puede que no diera pie, y no deseaba que le diera un ataque de pánico al sentirse atrapada ni nada parecido. —Yo creo que me quedaré un buen tiempo… y si tú quieres que me quede, entonces ya tengo otro motivo para no irme a New York nuevamente, ¿no?. —Le dedico una sonrisa sincera, no podía hablar más en serio, a fin de cuentas él era una de las mejores cosas que le habían sucedido desde que había llegado aquí. O bueno, una de las mejores personas que había conocido.

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sms: Eso tiene más sentido. Suena bien. sms: Exactamente, es muy atípico de ti, tal vez te había pasado algo... sms: No suena muy inteligente de tu parte, pero tampoco me sorprende, hubieras mandado una paloma mensajera.

Sms: ¿Sh sí? ¿Llevas a una girl-scout dentro?

Sms: Debería haberlo hecho, sí. Igual tengo que aprender a estar 24 horas sin joderte al teléfono. 

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sms: Supongo que lo que dices tiene su sentido. ¿Que fuiste a hacer allí entonces? sms: Yo creo que tengo razón.

Sms: Me fui dos días de acampada con mi grupo. Cosa de recuperar la inspiración y divertirnos, claro.

Sms: ¿Porque no te dejé mil mensajes al día? Mira que me hubiera gustado atosigarte jaja. 

Sms: Me quedé sin batería al poco. No es excusa, sólo te lo hago saber.

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sms: ¿Retiro espiritual? ¿Que es eso? ¿Estás drogado, Axel? sms: Mhm... no te creo.

Sms: Claro que no, ese mundo no está echo pa' mí. Sms: Sabes lo caótica que es mi mente ya sin necesidad de drogas. Sms: ¿Y eso? Deberías replanteártelo, castaña.

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sms: ¿Donde te has metido?

Sms: En todas partes y en ninguna (?) Nah, estuve de retiro espiritual un par de días. Desconecté el teléfono y todo. Sms: Te eché de menos también.

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SMS|| Siempre quise ser una espía o al menos desde que me leí los libros de Nancy Drew cuando era niña así que si, me gusta. Además he escuchado peores, demasiados respecto a mis ojos. SMS|| Demasiado, por eso no me gusta aunque hay más personas, debo dejar de generalizar. SMS|| Quizá les asusta como lucen, no sé. SMS|| Pálidos como vampiros.

Sms: Pero si tus ojos son mu' bonitos, lo que resulta difícil hacer cumplidos sin caer en lo cliché, está eso muy visto (?) Sms: No, no sé de qué hablo. Sms: Los vampiros somos los mejores. Sms: Me debes parque de atracciones. Sms: No me olvido je.

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Hey, Leah. Parece que necesitas ayuda con eso. Pintando tu casa o qué? Mírate, dentro de poco parecerás una pitufa. Es un color bonito, por lo menos. 

¡No!

—Grito al tiempo que apartaba la mano de aquella pared, mirando como estaba manchada de un azul hermoso—. ¿Alguien tiene un pañuelo? —Pregunto a las personas que pasaban por su alrededor, esperando que esa pintura desapareciera de su mano antes de que terminara seca—.

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¿Has visto? Si es que soy un enfermero excepcional. Nadie como yo, desde luego. Menos mal que limpié esa herida antes de que acabara la noche... que, por cierto, ¿cómo te lo pasaste al final? Siento haberme tenido que ir. Sería una película desastrosa como la tercera, no te compensa. A ver si luego te recuerdan sólo por estar en esa y no te cogen para más proyectos serios. Qué graciosa. No me iba a creer que tienes un hijo y no me lo habías contado. Ese sería un secreto demasiado grande, eh. Aunque no me iba a molestar ni mucho menos. Igual... ¿cómo se llama el enano? ¿De quién es? No imaginé que estarías para cuidar niños a estas horas con tal resaca... eres toda una guerrera.

—Por favor, no menciones nada de la desastrosa fiesta de ayer. Quiero olvidadla y esperar que no vuelva a suceder algo parecido. Para tu información, mi labio está mucho mejor que ayer. Y sí, ya sé que parezco un zombie, no hace falta que me lo recuerdes —lo fulminó con la mirada, volviendo rápidamente la vista al bebé—. ¿”Hangover 4”? Mmmm si lo hacen, me presentaré al casting. ¿No lo sabías? Es mi hijo y es igual de insoportable que su madre —bromeó sin signos de diversión, notando como poco a poco el bebé iba calmándose—. Eh, solo bromeaba —aclaró después de unos segundos, los suficientes para que se creyera la broma, y volvió la vista al moreno, reprimiendo una risa. Ni ella misma se imaginaba de madre.

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SMS|| Gracias, gracias. SMS|| A mi también me jode lo falso, creo que por eso no acaba de convencerme el lugar y esos bronceados falsos. SMS||¿Jamie Bond? Eso es genial, lo pintare en mi pared o haré un póster.

Sms: ¿Te gusta el apodo Jamie Bond? Porque es malo, eh. Sms: Ya ves... aquí hay mucho de eso. Sms: ¿Qué problema tendrán con mostrarse tales y como son? Sms: Blancos como la leche, vamos.

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Pero si es la reina de la fiesta. ¿Cómo va tu labio? ¿Mejor? Tiene buen aspecto y todo. Ojalá pudiera decir lo mismo del resto de tu cara, pero ahora mismo pareces una pequeña zombie. Van a hacer 'Hangover 4' contigo como protagonista. ¿De quién es el bebé, eh? Tengo una mezcla de curiosidad y preocupación en el cuerpo.

—No, no, deja de llorar… —murmuró meciendo al bebé que ahora se encontraba en sus brazos. Cuidar al hijo del vecino no entraba en sus planes aquel día pero cuándo su vecina apareció en su casa casi suplicando, no pudo siquiera replicar. Ahora se tenía que encargar de su labio adolorido, su dolor de cabeza y el llanto del pequeño—. Venga, venga, no me hagas llorar a mí también —le suplicó al bebé, meciéndolo con suavidad.

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SMS|| Admito que sera complicado, pero creo que puedo con la misión. SMS|| A mi no, lo que me molesta es la falsa modestia. SMS|| Me lo han dicho antes... SMS|| Gracias, sabes que adoras mi rareza.

Sms: Adoro tu rareza. No lo niego, ¿has visto? 

Sms: Yep, a mí también me jode... me jode todo lo falso en general. 

Sms: Confiamos en ti y en la misión, Jamie Bond... 

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SMS|| No lo sé, estoy segura de que si o eso espero. SMS|| Vale, le pediremos a alguien que la saque aunque te advierto que mi belleza opacara la tuya ;) SMS|| Y ahí esta el ego de vuelta, comenzaba a extrañarlo.

Sms: Te deseo suerte haciéndome sombra, morena. Aunque con esos ojos no será tan difícil para ti. Meh.

Sms: A la mayoría le molesta lo narcisista.

Sms: ...eres rarita.

Sms: Me caes genial igualmente.

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Claro, claro. Lo que tú digas. No sé si te das cuenta, pero te doy la razón como a la gente loca. Supongo que estás un poco loca después de todo, lo cual explicaría por qué nos llevamos tan bien. No me arrepiento de nada, jamás. Todo lo que pasa, pasa por algo. No hay que darle muchas vueltas a las cosas en la cabeza; creo que ese es tu error. Pequeñaja, despreocúpate. Bah, eso es cuestión de adaptarse... llegará el momento en que tengas menos aguante estando enfadada conmigo, ya lo verás. Sino, siempre puedo recurrir a las temibles ¡cosquillas! Y joderte hasta que te mueras de la risa y se te pase todo. Es una gran táctica. Hey, no te pases. Me vas a dejar el ego por los suelos —Negó con la cabeza— Y mira que es difícil. ¿Da igual? ¿Qué da igual? No da igual —Insistió— Ahora hablas. No me gusta que te calles cosas conmigo... como si yo fuera quién para juzgarte. He ido a yoga, un par de veces nada más. Había una monitora que me gustaba. Fue una pésima idea apuntarme de todas formas, aunque se aprenden ciertas cosas... simplemente creo que tengo mucho de inquieto. No aguantaba haciendo posturitas ahí quieto durante horas. Ya ves, yo te veo más con cara de leona, fíjate. No me preguntes por qué, pues no tengo ni idea. Es un hecho. Te tendrían que haber puesto Layla... por la del Rey León, ya sabes. Vale, ¿y si te digo que estás demente pero también eres algo adorable? Eso es cursi, ha de gustarte. Y no lo digo sólo por hacerte feliz, lo pienso de verdad. A veces sí, a veces no. Todo depende, ¿controlarte hará que tengas aun más rabia e ira cuando explotes? Porque entonces me conviene mucho alejarme.

Lo tengo comprobado.

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SMS|| Esta bien hombre de acción, ¿Estas libre mañana? SMS|| Vale, vale te sacaré esa foto, pero no soy nada buena con las cámaras. SMS|| Eres la primera persona que conozco que tiene suficiente ego, pero no le gustan las fotos.

Sms: Mañana me parece bien, ¿abre los domingos? Imagino yo que sí. 

Sms: Que nos la saque otro, así salimos juntos y no es tan pésima. Hey, soy realista, si no salgo bien, no salgo bien.

Sms: Luego en persona sí soy hermoso, por favor... 

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No sé qué insinúas, sabes que si te pones a anotar todos mis defectos en una lista, no cubres ni dos líneas —Bromeó—. Hey, no te metas conmigo por lo descoordinado. ¿Acaso sabes bailar tú? ¿Fuiste a clases de ballet en tu niñez o qué? Porque dado nuestros historiales, no me extrañaría. Si no fuera porque te conozco desde hace ya un tiempo estaría bastante cagado de miedo ahora mismo. Pero creo que esa información está en buenas manos. Y, sobretodo, tú no sabes nada sobre vudú. Te llevaría años aprender. Tienes que escribir mucho y convertirte en un millonario, y eso no te deja tiempo libre para jugar con magia negra... yo en cambio... —Esbozó una sonrisa traviesa—. Mucho, pero cada vez me hago más. No sé si te lo han dicho o lo has llegado a experimentar pero... son medio adictivos. Cuando llegas a cinco no puedes parar de querer más y más. Yo te hago reír sin tocarte, igual una versión femenina de mí. Bah, no, creo que eso acabaría un poco mal, eh. Soy un desastre y tú te mereces alguien un poco menos caótico, ¿no? Te volverían loco, amigo. Anda, ¿estás adoptando una rutina de Grinch? Por eso hace falta una buena fiesta, para que vuelvas a las costumbres de personas normales que están en verano; dormir, fiesta, resaca. En ese orden. Es la primera vez que me comparan con un modelo de Calvin Klein, supongo que ¿gracias? Aunque salió mejor parado el otro... aun así, es importante no entrar sólo por los ojos, sino por lo demás. Por cansancio aunque sea. Pero grandullón, qué más da sacar el lado sensiblero de vez en cuando, siempre que sea en mi compañía y ninguna persona te escuche, lo grabe, y lo use para joderte en un futuro...  O por otra parte, se ilusione demasiado, así como lo hacen las mujeres a las que te llevas a la cama. Con las que no te interesen sé todo lo bruto que quieras y puedas. Pero yo soy tu excepción, soy especial —Le propinó un empujón en tono bromista—.

Vaya una forma de divertirse un domingo.