Scraps of adventurous and disadventurous passages, in simple words: LIFE
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
La Iglesia, la Felicidad y la Escritura: Un Llamado a la Fidelidad y la Misión
Un Ensayo de Arturo González II
Introducción: El Sonido del Bronce Hueco
El sonido de los himnos que llenan los templos puede ser un eco celestial que asciende a los cielos o un ruido vacío que se disipa en las paredes de un edificio. No hay término medio. Si esos cánticos no están dirigidos a la gloria de Dios, si no emanan de corazones rendidos y humillados, resuenan tan huecos como el bronce sin alma, un ruido sin propósito, una melodía sin espíritu. La música que alguna vez sacudió las prisiones espirituales y rompió las cadenas del pecado (Hechos 16:25-26) puede convertirse en un vano ritual si pierde su ancla en la adoración genuina.
La iglesia, por su parte, no fue instituida para ser un fin en sí misma. No es un monumento a nuestra religiosidad ni un refugio para nuestras comodidades. Es una herramienta viva, un organismo en constante movimiento, el cuerpo de Cristo en la tierra (1 Corintios 12:27). Fue llamada a extender Su Reino, a proclamar Su verdad, a ser luz en medio de las tinieblas y sal en una tierra que se descompone sin esperanza. Sin embargo, en algún punto, hemos confundido la comodidad de nuestras reuniones con el propósito de nuestra existencia.
Nos hemos asentado en nuestras bancas como si fueran tronos, olvidando que fuimos llamados a caminar, no a sentarnos. Hemos adornado nuestros templos como si fueran palacios, olvidando que nuestra misión es ir a los caminos y traer a los que están perdidos (Lucas 14:23). Nos hemos encerrado en la seguridad de nuestras paredes, mientras el mundo arde en su desesperación.
Se ha hecho popular entre nosotros la consigna “La iglesia no es un museo de santos, sino un hospital de pecadores”. Sin embargo, con demasiada frecuencia, la hemos transformado en un club exclusivo, un espacio donde buscamos refugio de las dificultades del mundo en lugar de ser un lugar de envío hacia el mundo. Hemos olvidado que el llamado de Cristo no es a la complacencia, sino al sacrificio, no al confort, sino a la cruz.
En este olvido, hemos reducido la misión de la iglesia a un eco de lo que debería ser. Nuestros himnos se vuelven vacíos cuando no están respaldados por vidas que reflejan la gloria de Dios. Nuestras reuniones pierden su poder cuando no nos impulsan a salir y ser testigos de Su gracia. Y nuestras palabras se convierten en ruido cuando no están acompañadas por el testimonio de una vida transformada.
Este es el peligro que enfrentamos: que en nuestro afán por preservar nuestra comodidad, olvidemos que somos llamados a ser instrumentos en las manos de Dios. Que en nuestra búsqueda de seguridad, perdamos de vista el propósito eterno para el cual fuimos redimidos. La iglesia no es un fin en sí misma. Es un medio por el cual Dios extiende Su Reino y proclama Su verdad. Y cuando perdemos de vista esto, nos convertimos en bronce hueco, en ruido sin alma, en una sombra de lo que fuimos llamados a ser.
Es tiempo de recordar. Es tiempo de reorientar nuestro propósito. Es tiempo de alzar nuestros himnos no como ruido vacío, sino como una ofrenda viva que glorifique al único que es digno. Que nuestras reuniones sean el punto de partida, no el destino final.
I. La Iglesia: Una Herramienta para la Misión, No un Fin en Sí Misma
La iglesia, como cuerpo de Cristo, no es un destino al que llegamos, sino un camino que transitamos. Es una herramienta divina, diseñada para cumplir un propósito eterno:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).
Este mandato no es una sugerencia ni una invitación opcional; es el latido mismo del corazón de Dios, el eje sobre el cual gira nuestra identidad como creyentes. Congregarse es esencial, pero nunca debe confundirse con el objetivo final.
En su esencia, la iglesia es un organismo vivo, no una institución rígida. Es un cuerpo en movimiento, no un monumento estático. Es el medio por el cual el Reino de Dios avanza, una comunidad que respira el llamado de Cristo y exhala Su amor al mundo. En 1 Pedro 2:9, el apóstol nos recuerda nuestra identidad y propósito:
"Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable".
Estas palabras no describen una congregación encerrada en cuatro paredes, sino un pueblo llamado a la acción, un ejército espiritual enviado a proclamar la verdad en un mundo que languidece en la oscuridad.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, hemos convertido la iglesia en un refugio de comodidad y aislamiento. Nos hemos conformado con llenar bancas y asistir a programas, creyendo que eso es suficiente. Pero el fin último de un cristiano no es estar presente en un servicio dominical, sino glorificar a Dios al llevar Su palabra a los confines de la tierra. La iglesia no fue diseñada para ser un lugar donde nos escondemos del mundo, sino un punto de partida desde el cual somos enviados al mundo.
El peligro de una iglesia estática es que pierde de vista su propósito. Cuando el movimiento cesa, la misión se desvanece. Cuando la misión se desvanece, la iglesia se convierte en un monumento a lo que alguna vez fue, en lugar de ser un faro de lo que puede ser. La comodidad puede ser un enemigo silencioso, un sopor espiritual que nos adormece y nos hace olvidar que somos llamados a la batalla, no al descanso.
La iglesia debe recordar que su propósito no es la autopreservación, sino la proclamación. No es un lugar donde buscamos nuestra realización personal, sino un espacio donde nos preparamos para servir. Somos una comunidad en movimiento, no una colección de individuos satisfechos. Cada reunión, cada himno, cada oración debe impulsarnos hacia la misión, hacia el mundo que necesita desesperadamente escuchar las buenas nuevas de salvación.
Si olvidamos esto, corremos el riesgo de traicionar nuestra identidad. La iglesia no puede ser un fin en sí misma porque nunca fue diseñada para eso. Es un medio por el cual Dios extiende Su Reino, un vehículo para Su gloria, una herramienta en Sus manos. Y como toda herramienta, encuentra su propósito no en su existencia, sino en su uso.
Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿Estamos usando la iglesia como Dios la diseñó? ¿Estamos siendo el cuerpo de Cristo en movimiento, llevando Su amor y verdad al mundo? O, por el contrario, ¿nos hemos conformado con ser un monumento estático, satisfechos con nuestras propias comodidades mientras el mundo clama por esperanza?
La respuesta a estas preguntas definirá no solo el futuro de nuestras congregaciones, sino también nuestra fidelidad al llamado de Cristo. Que nunca olvidemos que la iglesia no es el destino final, sino el medio por el cual el Reino de Dios avanza. Que cada reunión sea una preparación para la misión, cada himno un recordatorio de nuestra identidad, y cada oración un clamor por la salvación de los perdidos. Porque la iglesia no es nuestra; es Suya, y Su propósito siempre ha sido, y siempre será, glorificar Su nombre y extender Su Reino.
II. La Felicidad: Una Consecuencia, No el Propósito del Evangelio
Vivimos en una época en la que la felicidad se ha convertido en la meta suprema de la existencia humana. Es el ideal que se persigue en canciones, libros de autoayuda y discursos motivacionales. Sin embargo, esta obsesión cultural con la felicidad está en marcado contraste con el mensaje del evangelio. La Biblia nunca presenta la felicidad como el propósito último de nuestra fe, sino como una consecuencia secundaria de una vida vivida en comunión con Dios.
Jesús, al hablar con Sus discípulos, no prometió una vida exenta de dificultades. Al contrario, les advirtió:
"En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).
Estas palabras no son un mensaje de evasión, sino de enfrentamiento. Jesús no minimiza la realidad del sufrimiento, sino que lo contextualiza dentro de la victoria eterna que Él ha asegurado. La promesa de Dios no es una vida libre de dolor, sino Su presencia constante en medio de nuestras luchas.
Nuestra incapacidad para comprender plenamente esta verdad radica en nuestras limitaciones humanas. Estamos confinados a una realidad finita, definida por el tiempo, el espacio y la materia. Pero Dios, en Su naturaleza eterna e infinita, opera más allá de estas fronteras. Cuando reducimos el evangelio a una búsqueda de felicidad terrenal, caemos en el error de moldearlo según nuestras expectativas humanas, en lugar de permitir que transforme nuestra perspectiva.
El apóstol Pablo lo expresó de manera sublime cuando escribió:
"Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria" (2 Corintios 4:17).
En estas palabras encontramos una paradoja que desafía nuestra lógica: el sufrimiento presente, lejos de ser un obstáculo, se convierte en el instrumento por el cual Dios forja en nosotros una gloria eterna. La felicidad terrenal, que es pasajera y frágil, palidece ante la promesa de una alegría eterna que trasciende cualquier circunstancia.
La verdadera promesa del evangelio no es la eliminación de las dificultades, sino la redención de nuestras vidas a través de ellas. Cuando buscamos la felicidad como el fin último, reducimos el mensaje de salvación a un simple humanismo, un intento de satisfacer nuestros deseos inmediatos en lugar de abrazar el propósito eterno de Dios. Esto no solo distorsiona nuestra fe, sino que también nos deja vulnerables a la desilusión cuando las inevitables pruebas de la vida nos alcanzan.
Dios no nos llama a una vida cómoda, sino a una vida significativa. Nos invita a levantar la vista más allá de nuestras circunstancias temporales y a contemplar la eternidad. La felicidad terrenal, aunque deseable, no es el objetivo del evangelio. Es un reflejo de algo mucho más profundo: la paz y la esperanza que encontramos al estar en la presencia de Dios, incluso en medio de las tormentas.
Jesús mismo modeló esta verdad en Su vida y ministerio. Él no evitó el sufrimiento, sino que lo enfrentó con valentía, sabiendo que Su sacrificio traería redención al mundo. En Su humanidad, experimentó el dolor más profundo, pero en Su divinidad, transformó ese dolor en victoria. Este es el ejemplo que estamos llamados a seguir: una vida que no busca la felicidad como un fin en sí mismo, sino que encuentra gozo en el cumplimiento del propósito eterno de Dios.
Por tanto, debemos examinar nuestras prioridades y redefinir nuestras expectativas. ¿Estamos persiguiendo una felicidad que es efímera, o estamos buscando una gloria que es eterna? El evangelio nos llama a algo mucho más grande que nuestra satisfacción personal. Nos invita a participar en el plan redentor de Dios, a vivir con una perspectiva que trasciende lo temporal y a encontrar nuestra verdadera felicidad en la comunión con Él.
En última instancia, la felicidad terrenal puede desvanecerse, pero la promesa del evangelio permanece. Es una promesa de paz en medio del caos, de esperanza en medio de la desesperación, y de una gloria que ningún sufrimiento puede eclipsar. Que nuestras vidas reflejen esta verdad, y que nuestra fe no esté anclada en la búsqueda de la felicidad, sino en la certeza de la victoria de Cristo.
III. La Fidelidad a las Escrituras: El Fundamento Inamovible de Nuestra Fe
En un mundo donde las verdades parecen ser maleables, moldeadas por los sentimientos efímeros y las opiniones fluctuantes, la iglesia enfrenta un desafío constante: mantenerse firme en la autoridad incuestionable de las Escrituras. No es una tarea fácil, pues las voces del relativismo moderno susurran que la verdad es subjetiva y que las interpretaciones personales son válidas por encima de cualquier estándar universal. Sin embargo, la Biblia, como Palabra inspirada por Dios, no deja espacio para tales ambigüedades.
El apóstol Pablo declara con claridad en 2 Timoteo 3:16:
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia".
Esta afirmación no solo resalta la procedencia divina de las Escrituras, sino que también subraya su relevancia práctica para cada aspecto de la vida cristiana. Es una herramienta multifacética, diseñada para formar, transformar y guiar a los creyentes en la senda de la verdad.
La Biblia no es un texto común, abierto a interpretaciones caprichosas o a adaptaciones según los gustos y preferencias de la época. Es la revelación perfecta de un Dios inmutable. Nuestra fidelidad a ella debe ser absoluta, no como un acto de legalismo, sino como una respuesta de reverencia ante la santidad y la sabiduría de su Autor. Predicar las Escrituras no es una opción para el cristiano; es un mandato. Enseñar las Escrituras no es solo una tarea académica, sino una misión vital para la edificación del cuerpo de Cristo. Vivir las Escrituras no es un ideal inalcanzable, sino una obligación que refleja nuestra identidad como hijos de Dios.
Las emociones humanas, aunque reales y significativas, son volátiles y pasajeras. Cambian con las circunstancias, se ven influenciadas por el entorno y, a menudo, nos conducen a decisiones impulsivas. Pero la Palabra de Dios es diferente. Es eterna, inmutable y confiable. Isaías 40:8 lo expresa de manera poética:
"Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre".
Esta verdad nos recuerda que, en un mundo donde todo es transitorio, la Escritura es la roca firme sobre la cual podemos construir nuestras vidas con confianza.
La fidelidad a las Escrituras es más que una postura doctrinal; es una declaración de lealtad al Dios que las inspiró. Es un acto de resistencia contra la tentación de adaptar nuestra fe a las presiones culturales. Es un compromiso de vivir bajo la luz de una verdad que no se desvanece, incluso cuando el mundo a nuestro alrededor parece tambalearse.
En un tiempo donde las ideologías humanas intentan redefinir lo sagrado, la iglesia debe ser un faro que ilumine con la verdad de la Palabra. No podemos permitirnos diluir el mensaje del evangelio ni comprometer su esencia. La fidelidad a las Escrituras no solo honra a Dios, sino que también protege a la iglesia de caer en errores doctrinales y nos equipa para enfrentar los desafíos de nuestra generación.
Así como un marinero confía en el faro para navegar en medio de la tormenta, los cristianos debemos aferrarnos a la Palabra de Dios como nuestra guía infalible. En ella encontramos dirección, corrección y esperanza. Es el fundamento inamovible de nuestra fe y la fuente de toda verdad que necesitamos para vivir una vida que glorifique a nuestro Creador.
Conclusión: "La Iglesia en Movimiento: Vivir para la Gloria de Dios y Su Misión Eterna"
La iglesia, en su esencia, no es un fin en sí misma. Es el medio divinamente establecido para glorificar a Dios y llevar Su mensaje de salvación al mundo. No existe para satisfacer nuestras necesidades personales o cumplir con nuestros deseos egoístas, sino para cumplir con la gran comisión que Jesús nos encomendó: ser embajadores de Su Reino y testigos de Su gracia. No somos llamados a la comodidad, sino al sacrificio; no al aislamiento, sino al servicio.
En un tiempo donde la búsqueda de la felicidad terrenal se ha convertido en el ídolo predominante, debemos recordar que el evangelio no promete una vida libre de dolor o dificultades. La felicidad que este mundo ofrece es efímera y superficial, mientras que la promesa de Dios es eterna e incomparable. Nos llama a mirar más allá de lo visible, hacia lo eterno, donde la comunión con Él trasciende cualquier gozo temporal que podamos experimentar. Como lo afirmó el apóstol Pablo, nuestra esperanza está en "un peso de gloria" que supera cualquier tribulación momentánea (2 Corintios 4:17).
Finalmente, todo lo que hacemos como individuos y como iglesia debe estar fundamentado en la Escritura, el único fundamento inamovible de nuestra fe. En un mundo donde las opiniones y emociones parecen tener más peso que la verdad, debemos recordar que la iglesia no tiene autoridad aparte de la Palabra de Dios. Nuestras vidas, nuestras enseñanzas y nuestra misión deben reflejar esa verdad con valentía y fidelidad. No podemos permitir que las tendencias culturales o los sentimientos diluyan el mensaje eterno del evangelio.
El cristiano no vive para sí mismo ni para sus propias metas. Hemos sido llamados a ser testigos de Cristo, proclamando la gracia que nos alcanzó y reflejando Su carácter en todo lo que hacemos. Como iglesia, debemos recordar que no somos dueños de nosotros mismos, sino que fuimos comprados a precio de sangre (1 Corintios 6:20). Esta verdad nos obliga a vivir en obediencia, humildad y misión, reconociendo que nuestra existencia tiene un propósito mucho más grande que nosotros mismos.
Que nuestras congregaciones no se conviertan en refugios de autocomplacencia, sino en faros de luz que brillen en medio de un mundo en tinieblas. Que nuestras palabras no busquen adular los oídos, sino confrontar corazones con la verdad transformadora del evangelio. Que nuestras vidas no estén centradas en la búsqueda de una felicidad pasajera, sino en la glorificación del Dios eterno.
En todo, que nuestra misión, nuestra fe y nuestras acciones reflejen el propósito para el cual fuimos llamados. Como lo declara el apóstol Pablo en Efesios 3:21:
"A Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén".
Que esta sea la declaración de nuestra fe y el motor de nuestra vida como iglesia.
1 note
·
View note
Text
"Los amantes apasionados se sienten pesarosos de su amor en cuanto el deseo queda satisfecho. Hacen sacrificios de los que después se arrepienten. En cambio; un amigo prudente, no hace sacrificios. No tienen nada de qué arrepentirse y, por ello, no surgen más tarde desavenencias."
Rene Kraus - "La Vida Privada y Pública de Sócrates"
0 notes
Text
Poema Breve LXIV
Recorro las calles de ésta ciudad... Ésta ciudad con resaca y llena de humedad. -Sólo quiero un café.- Todos están dormidos. Despierta, dame la bienvenida. Castígame con tu sol, tu lluvia, O tu humor de niña consentida.
Dale a mis plantas suelo que pisar, Dame, sin más explicación, un hogar.
Agosto 6, 2023.
#a writer's life#new poets society#cosas que escribo#escribir#escritos#escritores#poesia#escritor tumblr#pensamientos de un escritor
1 note
·
View note
Text
Mi Año en Lecturas (Terminadas y Recomendadas) [En Orden Alfabético]
Adiós a Todo Eso – Ernest Hemingway (Novela)
Agripina: Primera Emperatriz de Roma – Emma Southon (Investigación Histórica)
Alejandro Magno y las Águilas de Roma – Javier Negrete (Novela Ficción Histórica)
Aquitania – Eva García Sáenz de Ururti (Novela Ficción Histórica)
Biografía de la Inhumanidad –José Antonio Marina (Investigación)
Breve Historia del Mundo – Ernst H. Gombrich (Historia)
Breves Respuestas a las Grandes Preguntas – Stephen Hawking (Divulgación)
Caos: El Poder de los Idiotas – Juan Luis Cebrián (Investigación)
Clicks Contra la Humanidad: Libertad y Resistencia en la Era de la Distracción Tecnológica – James Williams (Investigación)
Desmorir: Una Reflexión sobre la Enfermedad en un Mundo Capitalista – Anne Boyer (Investigación)
Dignos de Ser Humanos – Rutger Bregman (Investigación)
El Cura Hidalgo y sus Amigos – Paco Ignacio Taibo II (Investigación Histórica)
El Extraño Caso de Benjamín Button – F. Scott Fitzgerald (Cuento)
El Hombre Ilustrado – Ray Bradbury (Cuentos)
El Llano en Llamas – Juan Rulfo (Novela Costumbrista)
El País de los Ciegos – H. G. Wells (Cuento)
El Poder de las Historias: O Cómo han Cautivado al Ser Humano, desde La Ilíada hasta Harry Potter – Martin Puchner (Investigación)
El Precio era Alto – F. Scott Fitzgerald (Cuentos)
Expiación – Ian McEwan (Novela)
Fahrenheit 451– Ray Bradbury (Novela)
Filosofía a Martillazos – Darío Sztajnszrajber (Filosofía)
Guía del Autoestopista Galáctico – Douglas Adams (Novela)
Humanos: Una Historia de Cómo la Hemos Pifiado – Tom Phillips (Investigación Histórica)
Identidad: La Demanda de Dignidad y Las Políticas de Resentimiento – Francis Fukuyama (Investigación)
La Invasión de América – Antonio Espino (Historia)
La Noche en que Frankenstein Leyó El Quijote – Santiago Posteguillo (Divulgación)
La Odisea – Homero (Epopeya)
La Ridícula Idea de No Volver a Verte – Rosa Montero (Memoirs/Investigación)
La Ruta Prohibida y Otros Enigmas de la Historia – Javier Sierra (Investigación)
Las Caras Ocultas de Hernán Cortés – Alejandro Rosas (Investigación Histórica)
Las Epidemias Políticas – Peter Sloterdijk (Investigación)
Locos por los Clásicos: Todo lo que Debes Saber sobre los Autores Griegos y Latinos – Emilio del Río (Divulgación)
Meditaciones – Marco Aurelio Antonino (Filosofía)
México Bizarro – Alejandro Rosas & Julio Patán (Relatos)
Mundo Orwell: Manual de Supervivencia para un Mundo Hiperconectado – Ángel Gómez de Ágrieda (Investigación)
París era una Fiesta – Ernest Hemingway (Memoirs)
Pequeño Elogio de la Fuga del Mundo – Rémy Oudghiri (Relatos)
Reflexiones – Aristóteles (Filosofía)
Sobre el Anarquismo – Noam Chomsky (Filosofía)
SPQR: Una Historia de la Antigua Roma – Mary Beard (Investigación Histórica)
Suave es La Noche – F. Scott Fitzgerald (Novela)
Un Mundo Feliz – Aldous Huxley (Novela)
Un Paraíso en el Infierno – Rebecca Solnit (Investigación)
Un Verdor Terrible – Benjamín Labatut (Relatos)
Una Historia Diferente del Mundo – Fernando Trías de Bes (Investigación)
Una Princesa de Marte – Edgar Rice Burroughs (Novela)
5 notes
·
View notes
Text
Poema Breve LXIII [Matrimonio]
Todas éstas heridas...
La mayoría de ellas
Autoinfligidas.
¿Qué hacer?
Nos ocultamos tras ceños fruncidos
Y celos fingidos.
En nuestra habitación, la guerra
Se convierte en paz.
Yo te sanaré de ti misma,
Y tú me darás sentido...
Parece que lo estamos entendiendo.
Mayo 5, 2021
#brief poetry#a writer's life#new poets society#short poetry#poetryriot#poesia breve#keep writing#poesia#poema corto
2 notes
·
View notes
Text
Haiku #63 [Honey Moon]
Egyptian cotton, You and I remain the same... We don´t ever sleep.
may 26, 2020
#haiku#haiku poetry#just keep writing#writtersonwriting#short poetry#new writers society#poetry riot
0 notes
Text
Haiku #63 [Luna de Miel]
Sábanas blancas, Aún somos los mismos... Nunca dormimos.
mayo 26, 2020.
0 notes
Photo

Al fin somos uno solo. Te amo @la.carola , para siempre. #Mr&MrsGonzalez #yasoyesposo https://www.instagram.com/p/CAqWQUnBj24/?igshid=njdn9vfz7m7s
0 notes
Photo

Quarantine survival kit. #keepsafe #woodworking #makersgonnamake #athome https://www.instagram.com/p/B_ERDEnBsHS/?igshid=qvogi8ys7nrk
0 notes
Photo

Wooden collapsible guitar stand idea. I think it could work. #woodworking #guitarstands #dowhatyoulove #quarantinelife #makersgonnamake https://www.instagram.com/p/B-aZGNwhlRw/?igshid=1xpn7oe1gctvy
0 notes
Link
Some of the hardest-hit communities have to make a difficult decision between their healthcare and their groceries, and this shouldn’t be the case.
1K notes
·
View notes
Text
Ghost Town.
It has always been a wish of mine, To haunt a small Ghost Town, But I thought I’d wait until I die; ‘Til my coffin’s lowered down. So imagine what I’m feeling, What is going through my brain? When I walk the empty streets, Am I crazy or insane?
The echo of my footsteps, Rings hollow on the street, And I see the smiling faces, Of the people, I don’t meet. And the homeless! They are missing! And I wonder where they’ve gone, Where do the homeless go, When they make their way back home? I take down my dusty board games, And my children gather round, They never knew you could play such games, Without TV and loud sound. And adventures in the pages, Of forgotten, dusty books, Transport us to amazing worlds, Of starships, thieves and crooks. Silent and deserted, The town I love so well, And when the streets will fill again? Well! Only time can tell! But, for now, we must be careful, We must listen and obey, And if we all respect the law, Then all will be okay. Ambrose Harte Scattered Thoughts
75 notes
·
View notes
Photo

Some plans from my next project, a very sturdy and cozy farmhouse style coffee table. Quarantine is giving a lot of time to design and realize a bunch of ideas that have been stored for a while. #woodworking #dowhatyoulove #create #makersgonnamake #coffeetable (en Esperanza Son) https://www.instagram.com/p/B-YIE9mB8C2/?igshid=1vd6ntfah33rg
0 notes
Text
Poema Breve LXII [Soldado de Shakespeare]
Le dejé crecer la barba a mi corazón, anhelando hacerlo sabio; pero fue en vano... sólo se convirtió en el soldado de Shakespeare.
Marzo 26, 2020
0 notes
Text
Brief Poem LXI
Who would choose
A feigned enthusiasm
Upon a sincere apathy?
These lovely games of the heart
Are too tiring to keep the pace.
How to guess the next move?
June 17, 2019
0 notes
Text
Haiku #62 [”Better Togheter”]
Juntos o solos, No deliberemos más. Juntos es mejor.
Marzo 4, 2019
#haiku#daily haiku#Escritores#escritos#daily life#new poets society#poetry riot#poetryriot#a writer's life#resolved to write#keep writing
0 notes
Text
Haiku #61 [Caminante]
El sol calienta. El rumbo: sin destino... Ésto es vida.
Marzo 3, 2019
#haiku#daily life#daily haiku#new poets society#poetry riot#poetryriot#Escritores#escribiendo#escritos#a writer's life#resolved to write#keep writing
0 notes