may-onesa03
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Caleidoscopio Vagabundo
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Colores, cachitos y caminos que nunca dejan de cambiar.
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may-onesa03 · 1 day ago
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Dije que sí sin pensarlo mucho… y terminé acampando con un motoclub.
Entre motos tuneadas, carnita asada, cerveza bien fría y rolas de ska, viví un viaje que no tenía planeado, pero que me dejó momentos que sí quiero repetir.
Fue una noche llena de risas, frío, celebración, baile y fraternidad.
Nunca imaginé que una escapada de último momento me abriría los ojos a otras formas de moverse por el mundo y de crear comunidad.
📸 ¿Tú también tienes una foto con historia?
En Somos Ruta estamos compartiendo esos momentos que dejaron huella. Súmate a la dinámica #FotoConHistoria: elige una imagen especial y cuéntanos lo que viviste. Queremos leerte.
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may-onesa03 · 3 days ago
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Siempre me regala plantas o flores en maceta. Sabe que me gustan y que me hace feliz cuidarlas.
Recuerdo una en particular. Me la dio un 14 de febrero. Llegó sin avisar a mi casa, marcó y dijo: “Estoy afuera, ¿puedes abrirme?” En las manos traía una maceta pequeña, con una planta azul de flores diminutas.
Más tarde, buscando sus cuidados , descubrí que se llamaba No me olvides. Me pareció simbólico, tan claro y a la vez tan incierto, que no pude evitar escribirle:
"¿Seremos capaces de no olvidarnos?
¿Tú piensas eso también?
Ojalá nos dure el recuerdo, y el gusto de estar juntos, amor bonito.
Que el recuerdo de tus ojos y tu risa se me quede.
Que los besos y los abrazos se me peguen a la piel.
Y que el cariño y la ternura no se nos apaguen."
Se lo guardé y se lo entregué en una nota.
La planta aún sigue en el patio. La riego y la cuido bonito, como testigo, como promesa, como pregunta sin resolver.
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may-onesa03 · 6 days ago
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Todavía tengo arena en el calzón (y recuerdos)
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#DinámicaSemanal #MiPrimeraRuta #SomosRuta #HistoriasDeViaje
Mis primeros viajes fueron en la camioneta de mi abuelo, cuando era apenas una niña.
Una de esas vans familiares pensadas para ocho personas, pero que mágicamente lograba acomodar a toda la familia: abuelos, tíos, primos, colados… y la hielera, claro.
Mi familia nunca fue de mucho dinero, pero siempre encontraba el modo de viajar. Nos quedábamos en cabañas baratas, sin aire acondicionado, con mosquitos y colchones duros. Pero cuando eres niña y hay una alberca cerca, todo eso se olvida.
Recuerdo las visitas al antiguo Cici, cuando aún había espectáculo de delfines. Recuerdo ahogarme una y otra vez en la alberca de olas. Recuerdo los eternos quince minutos de espera después de comer y el “¡May, ven a ponerte bloqueador!” de mi mamá.
Y sí, creo que aún tengo arena en los calzones desde 2009.
Esas fueron mis primeras rutas: llenas de ruido, abrazos y carcajadas familiares.
Hoy viajo distinto —me gusta conocer la historia, la cultura y a las personas de cada lugar que visito—, pero nunca dejo de volver a esos recuerdos que me enseñaron lo más importante: lo divertido que es viajar en compañía de quienes quieres.
📸 Les comparto una foto de aquellos días.
Y aprovecho para invitarles a participar en la dinámica #MiPrimeraRuta de la comunidad viajera en español #SomosRuta.
Puedes unirte con una imagen, un breve texto, una canción o cualquier recuerdo de tu primera gran aventura.
🔗 https://www.tumblr.com/join/6rVU1dYw
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may-onesa03 · 9 days ago
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Cuando era niña, solía escuchar rock en español desde el estéreo del carro de mi papá. Siempre era así los fines de semana, cuando me recogía para pasar tiempo juntos.
Todavía recuerdo que, cuando se aburría o quería encontrar algo nuevo, íbamos al tianguis de la colonia. Ahí buscaba discos piratas de sus artistas favoritos, entre puestos repletos de música.
Así crecí, rodeada de CDs quemados con canciones de los noventa y los dos mil. Sonaban Julieta Venegas, Moderatto, Elefante, Soda Stereo y, cuando se alocaba un poco, Molotov.
Pero no fue solo él quien me acercó al rock en español. También estuvo mi abuelo. Las mañanas de fin de semana, cuando la casa aún dormía y el desorden lo llenaba todo, él ponía canciones de El Tri, Maná o Caifanes mientras limpiaba los pisos, la cocina y el patio. Siempre la misma rutina, como si esa música le marcara el ritmo de la vida.
Con el tiempo, esas bandas también se volvieron parte de la mía. Empecé a ponerlas mientras lavaba ropa, ordenaba mi cuarto, hacía tareas, de camino a la escuela, en fiestas… Se las dediqué a parejas y también las escuché en momentos de tristeza y despecho.
Y es curioso cómo todo eso se va quedando contigo. Al final, esas canciones que un día fueron de tu papá y de tu abuelo, ahora son tuyas. Completamente tuyas.
Nota: Les dejo el link de una playlist que armé hace algún tiempo. Ahí encontrarán varias de esas canciones https://open.spotify.com/playlist/0PLW0ogDKaKcjxpiXSjypk?si=LbFAmObKSPOUmhoO0MOiAw&pi=_WfY_QQKR4uil
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may-onesa03 · 16 days ago
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La Danza de los Chinelos: historia, identidad y fiesta
Durante mi visita a Tlayacapan, Morelos, descubrí una tradición llena de historia, color y simbolismo: la Danza de los Chinelos. Esta expresión tan viva del Carnaval tiene un origen muy especial que me pareció importante compartir.
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Todo comenzó en la época colonial, cuando durante el Carnaval solo los españoles ricos podían participar en las celebraciones previas a la Cuaresma. Pero a mediados del siglo XIX, en el pueblo de Tlayacapan, un grupo de jóvenes decidió protestar de forma divertida. Se disfrazaron con ropa vieja, se cubrieron el rostro y salieron a las calles gritando, chiflando y brincando con alegría. Lo hicieron para burlarse de quienes los excluían… y el acto gustó tanto, que con el tiempo se convirtió en una tradición popular que sigue viva hasta hoy.
Al principio se les llamaba huehuetzin, que en náhuatl significa "persona vestida con ropa vieja" o "viejo feo". Más adelante, surgió la palabra chinelo, que —según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI)— viene del náhuatl chiniele, en referencia al color de piel y la actitud arrogante de los antiguos hacendados españoles. Así, la danza también se volvió una forma de resistencia simbólica, usando la sátira para burlarse de quienes alguna vez tuvieron el poder.
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Una de las cosas que más llama la atención de los chinelos es su vestimenta. Llevan túnicas largas y muy coloridas, llenas de bordados con lentejuelas y chaquira que representan historias, mitos y leyendas de nuestros antepasados. Los sombreros son grandes, adornados con plumas y detalles brillantes. Pero lo más representativo es la máscara, hecha de tela, con grandes bigotes y rasgos exagerados. Su aspecto caricaturesco hace que la danza tenga un aire festivo y muy particular.
Cuando inicia el Carnaval, los chinelos recorren los barrios anunciando el comienzo de la fiesta e invitando a todos a unirse al baile. Los acompaña una pequeña banda de música que toca al ritmo de tamboras, platillos e instrumentos de viento. El paso principal de la danza es conocido como el brinco, un movimiento constante de pies y cadera que parece sencillo, pero tiene mucha historia detrás.
Se cree que este brinco mezcla influencias de la danza europea de moros y cristianos, y del antiguo rito prehispánico de los axcatzitzintin, que significa “brincar a gusto”. En esa época, la gente iba de pueblo en pueblo recogiendo flores, granos y mariposas, y al final bailaban como una forma de celebración.
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Hoy en día, la Danza de los Chinelos no solo es una fiesta visual, también es una forma de contar quiénes somos, de reírnos del poder y de celebrar nuestras raíces. Es una expresión de identidad, orgullo y resistencia que sigue latiendo en cada brinco, cada máscara y cada nota de música.
📝 Nota: Las fotos y algunos de los materiales que acompañan esta entrada los tomé yo en mi visita al Museo del Estanquillo. Otros los encontré en internet y los comparto solo con fines informativos y culturales.
Referencias:
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). (s.f.). Chinelos, una danza típica de Morelos en el INAHfest. https://www.inah.gob.mx/foto-del-dia/chinelos-una-danza-tipica-de-morelos-en-el-inahfest
Milenio Digital. (2023, 18 de febrero). Chinelo: qué es y cuál es su origen. https://www.milenio.com/cultura/chinelo-que-es-y-cual-es-su-origen
Instituto Nacional de Antropología e Historia Chihuahua. (s.f.). Chinelos: una danza mestiza. http://inahchihuahua.gob.mx/sala-de-prensa.pl?id=281
Lo Hecho en México. (2020, 22 de febrero). La danza de los chinelos. https://www.lohechoenmexico.mx/la-danza-de-los-chinelos/
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may-onesa03 · 17 days ago
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El Nahual Gráfico y Mexiac: Legado de la Libertad
Museo Nacional de la Estampa, CDMX
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El 2 de febrero de 2025 tuve la oportunidad de visitar el Museo Nacional de la Estampa, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Ese día estaban presentando dos exposiciones temporales que me llamaron mucho la atención: El Nahual Gráfico, del artista Sergio Sánchez Santamaría, y Mexiac: Legado de la Libertad.
La mayoría de las obras que vi estaban hechas con linóleo, una técnica que permite crear imágenes con mucho contraste y fuerza. Los temas que se representan abarcan diferentes momentos de la historia de México: desde escenas prehispánicas con dioses como Quetzalcóatl y Tláloc, pasando por la conquista y el choque entre culturas, hasta llegar a referencias más actuales, como la estética punk (bandas, ropa con estoperoles) o temas sociales como la migración, las marchas y la violencia política.
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Fue como ver una mezcla entre pasado y presente, donde todo se conecta a través del arte.
En las obras me pareció ver una combinación muy interesante y simbólica, que decía mucho sin necesidad de palabras. En general, todas las piezas de la exposición invitan a reflexionar sobre lo que somos como mexicanos, y cómo nuestra historia sigue viva en los símbolos, la vestimenta y las luchas actuales.
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Lo que más me gustó de esta visita es que, aunque muchas de las imágenes no son “bonitas” en el sentido tradicional, sí transmiten emociones muy fuertes: rabia, impotencia, resistencia. Y justo eso es lo valioso. El arte, en este caso, se vuelve una forma de hablar de temas difíciles y de recordar que la memoria también se construye con imágenes.
Sergio Sánchez Santamaría y los demás artistas nos muestran que seguir contando nuestras historias —por medio del arte, de los símbolos o de la protesta— es una forma de resistir y de mantener viva nuestra identidad.
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may-onesa03 · 18 days ago
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Chinelos, amigos y carretera: un viaje a Tlayacapan, Morelos
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Antes de mi viaje a Tlaxpanaloya durante estas vacaciones, visité una hacienda en Tlayacapan, Morelos, para celebrar el cumpleaños número 22 de una amiga. Este Pueblo Mágico me pareció muy interesante, especialmente porque en la ruta, pasando por Oaxtepec, nos encontramos con un carnaval lleno de vida. Lo más llamativo fueron los chinelos, figuras emblemáticas de la región, a quienes ya había tenido oportunidad de conocer en una exposición de arte en el Museo de la Estampa. Quizá luego suba algunas fotos y comparta más información sobre ellos.
En resumen, los chinelos (sí, los muñequitos de los imanes o los bailarines del carnaval) son originarios de Tlayacapan, Morelos, y surgieron como forma de protesta ante los conflictos agrícolas en las haciendas españolas, antes del inicio de la Revolución Mexicana. Fue un movimiento campesino con identidad propia —incluso tenían una bandera, muy bonita, aunque no la conservo—. Hoy en día, su figura persiste como parte del carnaval y también como artesanía en barro pensada para el turismo.
Pasar por ahí fue una experiencia muy linda. La gente estaba alegre, la música ambientaba todo el lugar, y nos dio una idea de lo que nos esperaba.
Ese mismo día, después de llegar, fuimos al centro. Ahí vimos varios puestos ambulantes, los clásicos mototaxis, la zona de restaurantes-bar... y comimos unos taquitos de cecina que estaban riquísimos. Más tarde, nos compramos unas nieves; yo probé el sabor "Chinelo", que era una mezcla de frutos secos, y me gustó mucho. Por supuesto, aproveché para comprar mi imán de recuerdo.
Por la noche, todos nos reunimos en la alberca de la hacienda para celebrar a mi amiga. Hubo carne asada, tequila, vino, cerveza, pastel y hasta karaoke para todos.
Fue un viaje divertido y emocionante. Nunca antes había viajado solo con amigos, y fue una experiencia que definitivamente quiero repetir en las próximas vacaciones.
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may-onesa03 · 21 days ago
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Dormías.
Había sido un día largo.
Estábamos lejos de la ciudad,
y se notaba.
Todo era tranquilo,
todo tenía algo de nostalgia.
No podía dormir.
Salí a tomar el aire fresco de la madrugada.
Encendí uno de tus cigarros
y me senté a escuchar el río correr,
muy cerca de la casa.
Extrañaba mi casa,
pero no quería regresar.
Quería quedarme contigo, seguir contigo.
Siempre contigo. Siempre a tu lado.
Quería seguir escuchando
las historias de tu infancia,
que me mostraras más rincones del pueblo.
Quería más noches así,
refrescándonos con el aire suelto,
acurrucándonos con el sonido del río.
¿Me acompañas a ver el cielo nocturno en un pueblito mágico?
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may-onesa03 · 23 days ago
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Cinco días en Tlaxpanaloya: un viaje entre el duelo, la lengua y la memoria
Hace poco emprendí un viaje con mi mejor amigo a Tlaxpanaloya, en el municipio de Naupan, Puebla. Fue un viaje distinto a otros, no motivado por la exploración o el descanso, sino por un acontecimiento triste: el fallecimiento de un familiar cercano de mi amigo. Sus padres nacieron allí y parte de su familia aún reside en la región. Yo nunca había estado en Puebla más allá de haberla atravesado por carretera, así que esta fue también una primera aproximación real al lugar.
Durante el trayecto en autobús me sorprendieron los paisajes verdes, abundantes, llenos de vida. Fue un contraste curioso con el motivo del viaje, pero me sentí agradecido de poder estar presente para acompañar a mi amigo en un momento tan delicado.
Al llegar a Naupan, nuestra primera parada fue una tienda local donde compramos algunos víveres para la familia del difunto. Desde entonces, algo me impresionó y me acompañó durante toda la estancia: muchas personas hablaban en náhuatl. Nunca había estado en un lugar donde esta lengua se hablara tan naturalmente, como parte de la vida diaria. Pude aprender algunas palabras como keme (sí), ahmo (no), xikua (comer) y tlaxcalli (tortilla), y en varias ocasiones me descubrí tratando de entender frases completas cuando se mezclaban con el español. Esto despertó mi interés por aprender más con ayuda de mi amigo y su familia.
La experiencia del velorio fue muy distinta a lo que yo conocía. Nosotros llegamos un domingo, y el velorio continuó hasta el viernes, cuando nos fuimos. Durante esos días, fui testigo de una organización comunitaria donde las mujeres preparaban comida —guisos, pan, café— y los hombres se encargaban de labores físicas o mandados, sin dejar de acompañar al difunto. Muchos visitantes traían copal, agua bendita y palabras de consuelo. Me conmovió profundamente esa mezcla de solemnidad, cuidado y ritual colectivo.
El segundo día, acompañamos a la familia a las misas y posteriormente al entierro en el panteón. El cuerpo fue sepultado junto con algunas pertenencias, muchas flores y velas. El tercer día, se celebró el llamado Día de la Cruz, una tradición que yo desconocía. Nos ofrecieron tamales de bola y de alberjón con mole, sabores nuevos para mí, llenos de significado.
Para el cuarto día, tuve la oportunidad de platicar con algunos de los tíos de mi amigo, quienes me compartieron historias de la familia y del pueblo. Fue una conversación cálida y muy gratificante, que me ayudó a comprender mejor la historia y las raíces del lugar. También se llevó a cabo el levantamiento de la cruz, un rito que, según leí en un documento del INAH, forma parte de una tradición religiosa popular. Este acto representa una especie de cierre espiritual y simbólico, donde las oraciones y las acciones de los vivos ayudan a liberar al alma del difunto, con la esperanza de un reencuentro en otra vida.
Al quinto día, llegaron a la casa del difunto los padrinos. Se hizo una oración para persignar al difunto, y nos ofrecieron cerveza y abundante fruta. Por la noche, fuimos a visitar la casa de los padrinos, donde compartimos la cena en un ambiente de comunidad y respeto.
Finalmente, al día siguiente, nos despedimos. La familia nos ofreció comida y fruta, y nos invitaron a regresar en otra ocasión, con la bendición para el camino. Me fui con el corazón lleno de aprendizajes y con la certeza de que hay formas de acompañar, de despedirse y de celebrar la vida que merecen ser conocidas y valoradas.
Este viaje no fue alegre, pero sí profundamente humano. Me permitió conocer otra manera de vivir el duelo, de conectarse con la comunidad y de mantener vivas las tradiciones, incluso en medio del dolor. Me fui con una renovada curiosidad por las lenguas originarias, por los ritos que resisten en lo cotidiano y por las historias que aún viven en las voces de quienes las cuentan.
¿Te gustaría que este texto quedara en formato final o quieres seguirlo ampliando? También puedo ayudarte a convertirlo en un texto más literario, un guion para video/fotografía o una publicación para redes si lo necesitas.
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may-onesa03 · 24 days ago
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Hola, bienvenidx a este espacio.
Mi nombre es May y me gustaría compartirte, de forma personal, lo que voy descubriendo en el camino: rincones del mundo, visitas a museos, fotos sueltas y reflexiones sobre lo cotidiano.
Este blog es para mí como un cuaderno de recortes abierto para ti, donde exploro lo que me toca, me inquieta y me inspira.
Si te interesan los viajes con mirada curiosa, el arte que vive en las calles (y en las vitrinas), y las historias pequeñas que revelan mundos grandes, te animo a quedarte.
Gracias por leer, mirar y acompañar.
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