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Septiembre, 2016.

Mi madre y uno de sus mejores amigos. Fue un proyecto muy divertido, con la intención de sacar una buena foto para el cartel del hotel donde trabajaban, como cantante (Nuria Gutiérrez) y pianista (Miguel Ángel), y así fue, divertido y entrañable... pues se conocen hace hoy día 20 años, y se quieren con el alma. Juraría que se nota en las imágenes que ahí hay una muy buena amistad.

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Mi hermana. Es la cosa más bonita ca caío en la tierra. Es mi alma gemela, mi espejismo, una más en mi familia y de las personas que mejor me conocen y entienden.

Este año 2019 he aprendido que por más que quieras a los tuyos, no hay que obsesionarse con protegerlos de los males porque lo que les tenga que tocar, les tocará, y mi papel ahí es estar para aconsejar, sí, pero también para apoyarte cuando te vengan esos males. Hay cosas que vives y aunque no se las deseas a nadie, te sirvieron para aprender. Es una puta ley universal, vamos.

Las cosas malas son igual de necesarias que las buenas, en la vida. Vivirla feliz gracias a una ignorancia extrema y verlo todo de color de rosa es que muy probablemente, careces de experiencia. Es como si fueras un niño de 10 años, pero con 26. Y no sé, pero en lo personal me chirría la gente muy Mr.Wonderful. La vida hay que valorarla, sí, pero cuando carece de desgracias es más difícil hacerlo, y es un puto aburrimiento. Yo por lo menos, me aburriría.

¿Que nadie me ha pedido opinión? Ya, ¿pero yo les obligué a leerlo, o a pensar como yo? Pos ea.

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Andrea, Septiembre del 2017.

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Barcelona es un lugar que me provoca muchas sensaciones, entre ellas la nostalgia, y otras tantas que solo unos pocos, aparte de mí, saben.

Cuando yo estaba estudiando, en Lengua (mi querida profesora Bea, que quienes dieron clase con ella sabrán porque lo digo), nos dieron para leer, y examinarnos, un libro: El Príncipe de la Niebla, del escritor Carlos Ruiz Zafón.

Leyendo ese libro me quedé dormida una tarde y tuve una pesadilla horrible, que aún recuerdo.

Una tarde en mi casa, me encontré otro libro de este autor, y como el primer libro me había impresionado bastante, lo cogí. La Sombra del Viento. Bendito libro, cambió mi forma de ver muchas cosas, hasta mi manera de sentirme.

La forma en la que Carlos describía Barcelona, la antigua, no hizo sino provocarme en mis 2 visitas, una necesidad continua de sacar la cámara del malamañao estuche, y convertir lo que veían mis ojos en uno de los recuerdos permanentes más significativos para mí. Para quien no lo sepa, Carlos escribió la saga viviendo ya fuera de la ciudad, sin volver a pisarla, porque quería describirla tal y como la recordaba...imagino que para cualquier lector es algo bastante bonito. A mí me lo parece, yo que sé.

Cuando te visité, Barcelona, me sentí bienvenida, veía lo que habían vivido los personajes, y lo entendí a él. Además, entendí una frase que llevo repitiendo y escribiendo en todas partes desde que lo leí: El aya decía que quien quiere de verdad, quiere con hechos, y nunca con palabras.

Y es que esa historia me llegó tanto, pero tanto, que incluso consiguió que me entendiera más a mí misma, y unirme más a mi Daniel Sempere, como hizo que ella se uniese más a su Julián Carax. Es algo que solo entendemos nosotras.

Gracias Rubén (por compartir conmigo esos momentos y dejarme plasmarlos, con esas visitas aprendí lo bonito que era querer con hechos), gracias Carlos (si no hubieras escrito ese libro, las fotos no tendrían el mismo sentido), y gracias Barcelona (por ser tan bonita y por acogerme, hacerme sentir que cuando te miro, puedo sentirme como ellos).

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Siempre tiene que haber un huequito pa la Kalimba

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Esta sesión se la hice a mi hermano en Guayadeque, Noviembre de 2016. Fue una de las primeras, si no la primera sesión que me tomé en serio. Porque para mí, aparte de la profesionalidad, en la fotografía, tiene muchísima importancia el disfrute de la misma. Si no, no tendría sentido inmortalizar momentos... ¿con qué propósito? ¿Embellecer un perfil en redes sociales? ¿Y ya está? ¿Dónde queda el placer de mirar a través del objetivo, de expresar algo aunque solo sea que quieres mucho a la persona a la que le sacas fotos? ¿Dónde queda el recuerdo que creaste con esa persona? Pues eso es todo, con esta sesión me lo empecé a tomar más en serio. Y no tanto, porque no la subí nunca😂.