Tumgik
sacjrapoetico · 7 years
Text
MACHU PICCHU
Una de las últimas y contadas veces que vi a mi padre, recuerdo haber ido a visitarlo luego de una feria de pulgas y comprado un poemario con mi novio de época. Ni siquiera recuerdo porqué fui a su oficina, quizá para convencerme una vez más que no teníamos nada en común o para ver si surgía alguna esperanza. Tampoco recuerdo cuál fue el tema de conversación, pero recuerdo que notó la portada del libro de poemas que llevaba en las manos “Canto General” de Neruda. Vi en sus ojos que siempre tuvieron un tono de indiferencia y cinismo un brillo particular. Quitó de entre mis manos el Libro y comenzó a contarme el día en que Neruda visitó Arequipa. Me hablaba de unos nostálgicos años setenta cuando aún se podía pescar en el río, de un teatro Fénix muy concurrido, un centro histórico sin tráfico y una ciudad sin combis. Y él como un joven de unos años por encima de los veinte que se creía poeta y escribía diarios de vida imaginando que un día serían novelas.
Le pregunté que había hablado Neruda en esa oportunidad. Me dijo que hablaba sobre su país, sobre la crisis que sufría Chile, la hermandad y la sensible esperanza de lucha. También me habló sobre la humildad de sus palabras; “Era un personaje sin duda” me decía, mientras se echaba para atrás en el asiento mirando al techo mientras entrelazaba los dedos de las manos, como si en su mente estuviera reviviendo ese momento. Entonces volvió su atención al libro y con una sonrisa replicó “¡Aquí está!”, era el poema que Neruda había escrito a Machu Picchu, me comentó que él lo había recitado esa tarde. Utilizó la impresora multiusos de su oficina para sacarle copia y lo pegó al lado de su escritorio sin hacer mayor comentario. Finalmente leyó uno de los párrafos con nostalgia:
No pude amar en cada ser un árbol  con su pequeño otoño a cuestas (la muerte de mil hojas)  todas las falsas muertes y las resurrecciones  sin tierra, sin abismo:  quise nadar en las más anchas vidas,  en las más sueltas desembocaduras,  y cuando poco a poco el hombre fue negándome  y fue cerrando paso y puerta para que no tocaran  mis manos manantiales su inexistencia herida,  entonces fui por calle y calle y río y río,  y ciudad y ciudad y cama y cama,  y atravesó el desierto mi máscara salobre,  y en las últimas casas humilladas, sin lámpara, sin fuego,  sin pan, sin piedra, sin silencio, solo,  rodé muriendo de mi propia muerte…
Tumblr media
La relación con mi padre siempre fue difícil. Nunca había sentido algo que me uniese a él hasta que Neruda intervino, fue un momento en el que sentí que podríamos comprendernos, quizá fue la única vez o la única que recuerdo. Me di cuenta entonces que alguna vez mi padre fue alguien que me hubiese gustado realmente conocer, nunca me preocupé por hacerlo. Ya pasaron más de un par de años que él y yo no llegamos a despedirnos. Yo perdí aquel libro junto con quien consideraba el amor de mi vida, alguien que se fue lejos y me dejo en una habitación llena de recuerdo. Desde entonces voy por calle y calle y rio y río y ciudad y ciudad y cama y cama, sin lámpara, sin fuego, sin pan, sin piedra, sin silencio, sola, y de vez en cuando hecho el asiento atrás mientras entrelazo los dedos de las manos, miro el techo recordando con nostalgia que alguna vez yo también me creí poeta y soñaba volver diarios en novelas.
youtube
0 notes
sacjrapoetico · 7 years
Text
Una peli para recordar!
Hace unos meses por casualidad me encontraba en Buenos Aires cuando coincidentemente se estaba dando el BAFICI en el cenit del verano porteño. Recuerdo que buscaba junto a un muy querido amigo y compañero de viaje, construir un itinerario para esas fechas. Encontramos una gran pantalla en la pequeña lomada frente al centro cultural de la recoleta. Nos mataban los mosquitos aunque eran las 8-9 de la noche y un muchacho se nos acercó con un folleto dando todos los pormenores del BAFICI. Había escuchado vagamente sobre este festival de cine, pero yo como foránea no sabía sus alcances. Quedé más que animada, y aunque sólo pude ver un par de películas del cine independiente, me quedó como una buena referencia para mi búsqueda cinéfila en mis ratos de ocio. Fueron varias las que me hicieron llorar y probablemente sentir emociones que en mi vida cotidiana soy incapaz de sentir (algo así como con la música). Sin duda mi género favorito es el cine-documental porque, aunque no es necesariamente un ingrediente en las artes, en el encuentro una posibilidad de educar. Hace unos días y a causa de un forzoso descanso me puse a buscar películas que hayan ganado el premio de BAFICI en documentales independientes. Sea por internet, free download, mi proveedor de películas piratas, venta por Lineo o por I-SAT y fue así como encontré esta película que en lo particular me sorprendió gratamente. “La chica del sur” es un documental muy bien logrado por el Argentino José Luis García, el cual recomiendo totalmente. Toca dos temas que persiguen a la humanidad desde sus inicios. El sentido de la “Paz” y “La libertad”, libertad de creer como seres humanos, no como te lo vende la globalización. Va más allá de la separación entre Corea del Norte y Sur desde la perspectiva de una adolecente soñadora en 1989 y que se hizo adulta en medio de una coyuntura difícil con un sueño imposible y tragedias que marcaron su carácter y quizá endurecieron la dulzura con la que se le recordaba en un pasado 13avo Festival mundial de jóvenes y estudiantes, celebrado en Pyeongyang, una película fundamental para entender la época actual y el contexto socio-político, nos muestra una Lim Su-kyong, que alguna vez fue llamada como la rosa o flor de la reunificación convertida en una mujer que tuvo que defenderse con algo más que espinas para sobrevivir en medio de la hostilidad de un país roto. La película trae nostalgia, añoranza y melancolía por lo que fue, pudo ser y nunca fue, pero aún se espera que sea, quedan las esperanzas incumplidas y así “la caída de los grandes relatos”. Totalmente recomendada!
Tumblr media
0 notes
sacjrapoetico · 8 years
Text
A QUIEN NO LE IMPORTO…
Eran las tres de la mañana y Susy se encontraba despierta a punto de prepararse café.
Ella miraba nostálgica las calles vacías, por un instante pensaba en todo lo que había lanzado por su ventana, todos los recuerdos que desechó: flores, cajas, cartas incluso piedras, todo sin ningún remordimiento y siempre con todo el decoro que podía ofrecer la madrugada en momentos de epifanía y necesidad de liberación.
Pero había algo de lo que no pudo liberarse, algo que Susy realmente amo, de quien nunca pudo olvidar.
Como solía hacer cuando nadie la observaba. Abrió la última cajita de del closet, con manos temblorosas y ojos vencidos por la resignación de saberse que repetiría la escena una y otra vez para observar el tótem de cada noche. Ella lo tomaba entre las manos e inmediatamente el ambiente se impregnaba con nostalgia. Era un pequeño collar con hilos verdes y un árbol grabado en plata a modo de dije. Recordaba al detalle los momentos que significó, el último día, el último instante, el último beso y ambas manos puestas sobre el tesoro mientras las lágrimas se fundían en el encuentro de dos bocas apagando un “nos veremos pronto” incesantemente repetido, ella recordaba eso y aún sollozaba como cuando vio partir el avión a lo lejos tratando de consolarse con falsas esperanzas.
Ella había quedado en el lugar de siempre, mirado al techo sobre la misma cama. Durante meses Susy no pudo dormir en paz sin sentir todo demasiado para ella, luchando para que esa situación no la supere, sintiendo odio y a veces amor hacia un fantasma. Pasaron dos años desde aquel día y sólo pudo sumar nostalgia a aquellos dos sentimientos. Entre sueños ella lo veía contento y distante, despertaba y seguía viéndolo entre sombras. Se preguntaba sobre su suerte, si estaría bien, si tendría a alguien más– “¡Por supuesto que si!” se decía, “ El no me llora, ni siquiera le importo” se repetía pero eso sólo intensificaba las emociones, se sentía más pequeña y los recuerdos más grandes.
Aquello llegó a tener un poder inimaginable sobre Susy durante mucho tiempo y se acrecentaba más y más con el pasar de los meses. Ella era prisionera del ser que había idealizado, tanto que pensó que nunca podría volver a ser feliz aunque a veces se preguntaba si realmente lo había sido, ya no le importaba la verdad. Ella sabía que no había más amor, ahora sólo era dolor lo que realmente la unia hacia él. Ahora ella sólo quería seguir sintiendo.
Aquella persona nunca la busco, y cada septiembre ella recordaba las cuatro palabras que acabaron con su ilusión, “conocí a otra persona” fue un corto mensaje y eso fue el final. Susy se desgañito escribiendo, primero aparentando tranquilidad y comprensión, luego atropellándose entre palabras y finalmente ofendida, pero nunca hubo una respuesta de la otra parte ni la más mínima confrontación.
Se preguntaba si tres meses habían podido borrarla de la memoria de quien le juraba amor y con quien había compartido tanto. Fue el final y no hubo una persona frente a Susy. No pudo contar con el derecho de reclamar ni hacer una rabieta, ni siquiera para asegurarse que todo estaba realmente muerto con una mirada fría, sólo silencio…para un mes después ser ella quien escriba para desearle todo lo bueno que su corazón podía sentir en un momento de falsa superación, escribió entre líneas que también se encontraba con otra persona para salvar algo de orgullo personal. Esperó con ansias una respuesta, pero solo recibió sobriedad de pocas palabras. No lo soportó más y ese fue el final. Todo se había acabado, era un rose de despedida. Susy siguió con su vida a pesar de no poder sacarlo del pensamiento y tener que lidiar a ratos con su propia mirada perdida y sobre todos con los momentos a solas y los recuerdos que invadían cada espacio de su casa, cada calle por donde anduvieron juntos, saboteándose con recuerdos como el secreto de aquel cajoncito, resignada de saber que no podría tirarlo por la ventana como todo aquello que aún sentía.
Se preguntaba si era él o si era su frágil memoria la engañaba por sentirse sola. Prefería pensar que fue así.
Dos años después le llegaron vagas noticias. Eran las diez de la mañana y Susy aún luchaba por levantarse de la cama. La noche anterior había pasado horas mirando películas y divagando en el tema de siempre. De algún modo esa mañana trato de indagar sobre alguna noticia. Se preguntaba si él estaría vivo aún y por azar una foto de él llego a su pantalla, irradiaba felicidad junto a una chica que expresaba más o menos lo mismo, sintió un escalofrío pero luego la impresión se normalizo y pudo sacar conclusiones, ya no le dolía como antes pero no podía evitar conjeturar de haber sido otro el destino. Susy no volvió a buscar nada al respecto nunca más. Prefirió vivir su camino dando la espalda al resto o al menos fue esa la máscara que decidió ponerse desde entonces, aunque nunca haya salido nada por esa ventana desde hace dos años ni los que estaban por venir.
Era un Domingo más en Hamburgo, Susy ya había olvidado gran parte del primer día en esa ciudad, habían pasado años desde que dejo su antigua ciudad, sus calles, su casa y su ventana a miles de kilómetros por hacerse un camino en su carrera. Ella gustaba de salir a pasear por Nikolaifleet llevaba consigo un pedazo de pan seco para repartir entre las palomas de la banca de siempre, sonreía como siempre al verlas pelear por los mendrugos como si olvidase por completo su divorcio de hace dos meses. Sus ojos negros ya no brillaban como cuando era más joven, con o sin alguien ella seguía siempre siendo ella ante todo. La careta se había le fijó tanto se volvió en ella misma. Los cabellos castaños y largos ahora solían ser cortos y la piel tostada se le tornó pálida por la falta de sol. Susy era una persona más bien sobria desde hacía tiempo. No sabía si la rutina o el cambio de aire la volvieron así, pero entre sus cosas aún se encontraba aquella cajita en su reciente habitación de nuevamente soltera de la calle Eppendorf. Ella la había olvidado y trasladado por inercia entre sus cosas a su nuevo hogar. No la volvió a abrir desde hacía tiempo.
Ese domingo ella decidió no pensar en nada, miraba al cielo y jugaba con imaginar una forma a cada nube, alguna vez lo hizo junto a otra persona bajo un árbol tomada de la mano escuchando a Mozart, hace muchos años, tantos que había olvidado o querido olvidar la escena pero recordaba aún como jugarlo.
Eran las seis de la tarde Susy aún deambulaba por las calles rumbo a Eppendorf , caminaba como cualquiera mirando las siluetas grises a su alrededor en el paso de semáforo, hace tiempo que le dejo de importar recordar rostros con la misma expresión, cuando dio un vuelco en su memoria pues lo que paso después fue el pago a una deuda a su juventud.
Como dos personas que luchaban para no buscarse sin querer caminaban para encontrarse.
Susy levanto la mirada y sus ojos sin brillo se encontraron con otros de color claro a lo lejos y cerca. Volvía a ella una dulce amargura, ambos habían cambiado y a la vez quería volver a ser los de antes. Sólo quedaba nostalgia, ambos brillaron y se dibujó una tenue sonrisa.
La luz cambió de color y los transeúntes siguieron su camino, ambos sin dejar de verse yendo en sentidos opuestos, se dio el cruce y un rose de manos entre la multitud. Susy había dejado caer la careta, no hubo frialdad entre ellos, pero si la despedida a una perfecta Ilusión de tantos años. Susy no miró a tras, ya no habían más caretas ni miradas sin luz. Esa tarde Susy fue libre.
youtube
0 notes
sacjrapoetico · 8 years
Text
Mi historia
Hoy hablaré en este blog que nadie lee sobre una persona que ha marcado mi vida mucho más durante el último año. Nos conocimos por casualidad y no paso ni una hora para decidir estar juntos. Yo me encontraba con una coraza producto de una mala relación con un ser despreciable y asqueroso que pasa su vida arruinando a mujeres, lamentablemente yo aún inocente sobre esta clase de sujetos había caído en sus asquerosas redes. Había creido en sus alucinaciones de grandeza y por suerte no pasaron muchos meses para darme cuenta que no era más que un monigote; sin embargo quede amargada. Pero derrepente lo conocí a él, esa persona que me mostró que podría ser feliz, sentir y estar plena con una persona, me enseño a andar de la mano con alguien, a creer en mi a ver más allá y a hacer lo que me proponga a no ser insegura y a saber bien que soy mucho para andarme con juego. Aprendí de él, aprendí a amarme viendo sus hermosos ojos azules, a sentir los más bellos sentimientos a medida que mis manos pasaban por sus cabellos rubios. Aprendí a ser feliz con él y a olvidar cualquier tipo de depresión e inseguridad. Pasar días de paz en el campo sólo y únicamente con él, pues él me enseño a enamorarme de la vida.
Un día aquel gran amor se ue, y quizá por aún poseer esa exagerada coraza por aún llevar vestigios, por el destino por el sistema o por lo que uera no pude retener lo inrretenible y todo se acabó.
Hace más de un año que despierto y voy a dormir pensando en él. Mi vida no ha sido la misma y siempre recuerdo sus palabras. En un principio soñaba con abrazarlo un día. Hoy después de 14 meses entendí que eso nunca más sera posible. Solo en sueños logro verte. Es difícil cuando un océano nos separa lo que un día estuvo tan unido...
2 notes · View notes
sacjrapoetico · 8 years
Text
Recordarme como fui...
Ha pasado casi un año desde la última vez que te vi, y aún me duele que no estemos juntos y que te extrañe tanto. Ahora estoy enferma y postrada en una cama y añoro la época en la que podía coger tu mano y una mochila para recorrer el mundo y sentirme feliz solo viendo tus ojos color cielo. No te mentí cuando te dije que eras mi sol y mi luna, que si te ibas yo moriría. Ahora siento que muero y mi cuerpo no me da muchas esperanzas pues él también te extraña casi tanto como mi espíritu. Solo quisiera volverte a ver un minuto aunque ya no sea la persona lo suficientemente fuerte para andar contigo por las montañas. He tratado de engañarme para poder dejar de pensar en ti pero es tan difícil dejar de extrañarte. Ahora que me encuentro sola y enferma y que todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a ti siento que he perdido la fuerza pues dada mi salud también he perdido mis sueños. A veces imagino que estarás haciendo ahora y pienso que debes estar ya con otra persona que pueda compartir todo lo que nos gustaba compartir y me duele pero entiendo porque en mi situación así hubiera aún amor mutuo no quisiera retenerte ni que me encuentres como me encuentro ahora.
Me alegra que de seguro me recordarás como la persona que solía ser, competente y bonita para ti que no le importaba dormir en una montaña o en la playa en días de invierno si podíamos estar los dos y a pesar de todo antes que la vida se me acabe quisiera volver a verte y agradezco haber conocido el verdadero amor…
youtube
0 notes
sacjrapoetico · 8 years
Text
DESAMOR COTIDIANO
No vamos a fingir más. Esta es la historia de un cuadro, un desamor-amor, un casi amor y un odiador. Y un constante “se acabó el drama” pero no soy una chica tan segura como parezco porque suelo dejar las cosas inconclusas y eso incluye una relación, porque cuando algo se rompe y no se barre los pedazos te siguen hincando las plantas de los pies. Quizá mi odiador tenga razón y me falta integridad para concretar un corte.
Todo empezó por una inseguridad, los otros porqués están de más y hoy me he decidido a cambiar. Y le agradezco profundamente a todos esos hombres que me puedan detestar y en especial a aquel que no soporto detestarme en silencio y me enrostro verdades alteradas, exageradas y agrandadas a la cara pero verdades a fin de cuentas. Gracias “C” muchas gracias!
No quisiera hablar de mí como si fuera un FODA de proyecto urbano… a los que estoy últimamente muy asteada. Y hoy después de cancelar la última reserva para mi supuesto viaje he procedido al paso dos de reconstrucción personal.
“Llenarme de proyectos” (más aún).
Pintas, leer, escribir, trabajo, retomar proyectos perdidos, cocer, tejer, lo que fuera todo vale cuando tratas de reponerte de ti misma.
Hoy miraba el techo de mi habitación, tenía el reproductor de música en lista de “soltera-AGAIN” mientras estaba con la luz apagada pensando en los últimos acontecimientos y con mi mano golpeaba suavemente el lado izquierdo de la cama, recordaba a la persona que haya dormido de ese lado miras en el basurero aún sus plumas y el frasco roto del que fue su desodorante hace ya muchísimos meses y que nunca botaste al contenedor. Y si, cuando lo lees puede sonar muy patético, pero admitamos que lo hemos hecho varias veces durante nuestras vidas. Luego te sientas en la cama, te coges la cabeza gacha miras el espejo de la cómoda y recuerdas los otros reflejos que se vieron ahí. No es otra cosa que esas paredes torturándote tú cerebro reproduciendo el tono de su voz a tus adentros y  saber que estas sola hace 8 meses, haciéndote las preguntas de siempre y dudando sobre tu trascendencia en la vida de los demás que trascendieron de algún modo en la tuya, tildándote de estúpida y diciendo que contigo basta, esperando con ansias volver a escapar a ese trabajo perdido en la montaña y no tener que lidiar con la remembranza de los amores perdidos  o de la desgracia de no tener otra habitación.
Recordar siempre ha sido un tormento, ojalá pudiéramos tener una memoria selectiva y decidir borrar a ciertas personas de nuestra mente, que se extinguieran como se extingue mi cigarrillo en colillas en este momento.
Tengo un trabajo que no me gusta, tengo un sueldo que no me alcanza para viajar demasiado lejos o alquilar una casa pero tengo muchos desamores y mucha estupidez. Me encuentro decidida a ¡borrar al desamor-amor totalmente! pero en el proceso cometo los primeros errores y no doy el lugar debido al casi-amor. Las cago. Y me encuentro jodida nuevamente. Entonces el “odiador” de hace mil años arremete cuando estas en medio de la oscuridad y te hecha fuego encima. Crees que acabaras por extinguirte pero de algún modo te ilumina te pone lúcida te muestra más rincones para que ya no estés tan quieta.
Hoy inicié un nuevo amor sin reproches, lo construí yo misma desde su estructura, expresará todo me digo, está en un pequeño bastidor de 30x30 puede parecer enredado… pero cuando me preguntan siempre digo que es como yo.
Tumblr media
youtube
3 notes · View notes
sacjrapoetico · 9 years
Video
youtube
Últimamente no he podido encontrar la inspiración necesaria para escribir, tengo en la fila ocho cuentos cortos y el proyecto de una novela y sin embargo este tipo de canciones representan para mí un timido empujonsito para realizarlas.
Hace tiempo que debo una historia de amor a una persona especial pero nunca he sido buena para ese tipo de temas, quizá porque no he conocido un final feliz, quizá porque no soy romántica o gótica o simplemente me he vuelto realista porque ya me cansé de vivir en fantasía...
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Text
A veces siento que voy a morir pronto... a quien haya ofendido disculpeme. No hubo intención ...
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Text
Tumblr media
              EL JUEGO DE ENDER - Orson Scott Card
Género: Ciencia Ficción
En el año 2070 la humanidad está en guerra con una raza extraterrestre conocida como los Insectores. Tras fracasar en su Primera Invasión del sistema solar, los insectores lanzan una Segunda Invasión más poderosa, que fue detenida en el último momento por el talento de un estratega, Mazer Rackham. Pero han pasado décadas, y la humanidad se enfrenta a un futuro exterminio por los extraterrestres. Andrew Ender Wiggin es un niño prodigio, reclutado por la Flota Internacional para su entrenamiento y futuro liderazgo en la guerra contra los Insectores. Ender es el tercero de tres hermanos en una sociedad con restricciones de natalidad por el exceso de población en el que las familias no pueden tener más de dos hijos. Ender fue engendrado con permiso del gobierno, ya que sus hermanos fueron unos genios, y con la condición de que a los seis años volverían a por él para instruirle y convertirlo en el mejor comandante de la historia.
122 notes · View notes
sacjrapoetico · 9 years
Video
youtube
Nostalgia absoluta de ignorar todo lo que ahora me lastima entender...
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Text
LA LOCA
Tumblr media
En ese entonces me había enfrascado entre libros de novelas, relatos e ideología. Había perdido las ganas por mis aficiones, por pavonearme de lo que sé y que sin mucha modestia pretendía sólo saberlo yo con una autoestima intelectual tan distinta a la emocional. Perdiendo las ganas de hacer muchas cosas de las que antes me saturaba y deseaba alcanzar, ¿Cómo ocurrió?, pienso que fue la rutina de la ciudad enferma. Los mismos pasos de cada día… y al no encontrar nada exterior, empiezas a experimentar con la zona desconocida del interior, tocando los lados más sensibles para sentir hasta en el sadismo placer y sigues sin parar queriendo tenerlo todo pero a la vez sin ganar nada… y sin embargo la única razón real es una relación enferma de la época de cuando escribí esto.
Mi psicóloga mueve la cabeza de un lado al otro. Ojalá no tuviera los ojos llenos de conservacionismo camuflado. Le he contado la parte de mi infancia en donde sus ojos se llenaron de ternura y lástima, he proseguido con la pubertad reprimida en donde me miraba con normalidad, continué con la adolescencia loca y finalmente con la universidad y las épocas en la escuela de artes plásticas, en donde su mirar cambió súbitamente a espanto cual cucufata que se golpea el pecho en misa tratando de ocultarlo pero lo siento y sus prejuicios me limitan. Dejo de hablar…
Me mira, mira su reloj. Ya ha pasado una hora y tiene otro paciente a quien hará como que escucha y se limitará a ser superficial para que a ella tampoco le afecte. El otro paciente tiene pinta gay como quien no quiere la cosa entre entrar y no. Su madre al costado le mira con desesperación y necesidad de ayuda así es fácil adivinar porque su madre le llevó al psicólogo a diferencia mía que la facha de tranquilidad siempre me ha dado puntos a favor de ser un camaleón en esta sociedad de apariencia y frivolidades porque es evidente lo que le empuja a ese cubículo en el culo del hospital junto infectología donde te distraer viendo afiches de gonorrea y sífilis en el pasillo de espera y te confundes entre los pacientes de sida con el mismo nivel de marginación junto a los pacientes de psiquiatría…
De mi nadie sabe…me digo, de otros es más simple…
La próxima vez me enviarán a psiquiatría es necesaria la receta de pastillas para dormir. Yo que antes luchaba por no dormir en las épocas de mis entregas universitarias, ahora tengo que preocuparme por no estar alerta y lograr el sueño por las noches.
***
Hemos llegado bien, y ahora vamos por el borde de la carretera nos vemos con los ojos de dos personas que aparentemente se aman pero con chispas de odio profundo y sin pensar en más que el sentir de ese momento pienso que le quiero. Creo saber lo que me importa que es vivir y sentir. El pasa sus manos por mis mejillas y yo cierro los ojos. Me sobrecoge el sentir de las yemas de sus dedos hasta que se vuelve en un doloroso compendio de agujas su tacto se conecta a cada una de mis células para infectarlas. Sus ojos y su sonrisa me hipnotiza me hace sentir vacía me llena de mierda ya no soy yo en ese momento sino parte de él como un juguete o un despojo sin salida más que al de ser manipulada. Lo siento pero no tengo salida me absorbió en el agujero negro y nuevamente no soy yo el centro, lo es él como todo dentro de su ego podrido del que me espanta no saber que habré de encontrar más allá pero me llama con su enorme gravedad a caer inmersa en la cloaca entre tentáculos que me mesen y me lastiman y me envuelven y son cobijo y castigo como quien muere así me siento. Lo sé lo quiere todo de una maldita dependencia donde el mundo no existe más no hay más masas de carbono porque hoy todos han desaparecido, simplemente existe la oscuridad la nada y la miseria…
Su boca me envuelve entre espasmos y arcadas a punto de vomitar pero debo de soportar me digo y me obligo a contener porque el parece feliz pero yo me siento cada vez más porquería su penetrarme me hace cada vez más pequeña junto con su necesidad de fundirme se va mi energía. Ya no existe mayor abrazo esto es una cárcel y todo eso deja de lado el placer que pueda tener las circunstancias de esta situación. Ahora es todo un sentimiento de odio pero le soporto porque dice que me ama y en él fondo no me interesa.
Estamos entre mantas naranjas y rojas, yo aún tiemblo y soy menos que un guisante. Mi cuerpo mantiene el asco y me digo que no pasó nada. Él está ahí y podría escucharme. La escena va cambiando y así mismo la locación, mi mente despierta, seguimos en el camino donde el mar está a un costado. El rechinar de los viejos asientos fastidia un poco, he puesto mi cabeza en la ventana, tiembla por los baches y me ayuda a pensar en otra cosa.
Finalmente hemos llegado. He bajado a buscar la mochila café que me acompaña siempre, a la que le robaron un tirante superior en el anterior viaje, debo irme me digo…
He volteado a buscarlo con la mirada y veo rostros borrosos, yo lo reconocería tan solo con la silueta, por su olor putrefacto…
Le busco, y ya no está, entonces busco la salida y no la encuentro ¿Dónde se pudo haber ido?, Me he quedado en el mismo sitio todo se pone negro y borroso y tengo miedo.
Una nube gris empaña mi visión ya no puedo ver nada sólo queda caminar sin ningún destino. He llorado. He gritado y nadie me responde y me siento sin escapatoria a la soledad y a la nada… los recuerdos me torturan y sé que no hay salida. Escucho pasos y sé que viene por mí y yo le odio pero no puedo matarle. Ojalá al menos pudiera yo matarme.
Siento la humedad en mi almohada, ha mojado hasta mis cabellos, otra vez son las tres de la mañana y me he despertado de un tirón. Mis manos tembleques buscan con precipitación el frasco polarizado entre mis cajones.
X esta no es TU noche, me digo. Me he quedado sin pastillas naranjas…
plinia
youtube
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Text
Aaron
Ya hace un buen tiempo que me quede sin clonazepam ni bromazepam y todos los pames habidos y por haber, porque había decidido no volverlos a tomar más y aunque los extraño a rabiar el efecto de nube mental que me producen aparentemente a quemado, o así lo pienso, parte de mi voluntad y mis ganas por las cosas eso y además que les había cogido un cariño muy preocupante.
Desperté a las 9 am y poco más algo rebelde para mi régimen madrugador. Preparé algo de comer y sentía sencillamente las ganas de volver a las sabanas pero debía aparentar que hago algo así que pasé una hora y media visitando a una amiga que se encuentra más arruinada que yo y luego de ires y venires compré una película en pirata que Javier me había recomendado hace unos días. Javier es mi nuevo amor imposible pero espero quitarle el “im” algún día…
Me levanto a mirar por la ventana y prender el respectivo cigarrillo de la ansiedad para preguntarme si aquel no sé qué de mis pensamientos mejorará o desaparecerá algún día. Es sólo la temporada, el efecto de la inflación y entonces recuerdo junto con una punzada en el corazón que hace un año acabe la carrera y hace un año que peleo por hacerme un rincón en un rubro que está cayendo y apenas sosteniendo a sus veteranos. Mi perra me mira meterme el cigarrillo a la boca, los ojos se le hacen grandes porque cree que es algo para comer a pesar de acercárselo para hacerle dar cuenta que no es comida, ella estornuda…y se va, ¿Qué sentido tiene la vida de mi perra? me pregunto, le doy de comer a su hora cada día sin falta y sin embargo hace el ademán de ser una muerta de hambre, me indigna, pero mendigar comida es lo que le da sentido a su vida a pesar de tener un plato lleno.
Tomo un sorbo de café y vuelvo al canchuelo. Mientras trabajo sigo pensando en mi amiga, en su embarazo inesperado y el hecho de haber perdido su trabajo a puertas de la maternidad que ahora con cinco meses se arrepiente de no haber renunciado a ella desde el segundo mes que se enteró. “Tú no tienes porqué estar triste” me dice muy a menudo cuando trato de introducir a la conversación mi drama existencial. La miro y me siento culpable por sentirme triste.
Entro al baño a lavarme la cara y pienso las cosas que debo hacer por la tarde, nuevamente las vocecillas en mi cabeza me dicen mil cosas maléficas pero he decidido ignorarlas desde la pausa de mis medicamentos. Mi perra vuelve a mirarme con grandes ojos al salir del baño, teme que la deje sola esta tarde, ¿Será que ella siente una pérdida cuando salgo?, le doy unas palmadas en la cabeza y vuelvo al trance de alistarme, escojo el gran saco color verde oscuro los jeans de siempre y una camiseta gris. Salgo a la calle sin saber bien cómo acabaré para dirigirme al centro. Cada que salgo hay un nuevo centro comercial. Esta ciudad se ha vuelto consumista en menos de una década y me siento cascarrabiar por ello pero me da asco desconocer en donde me crié y sentir que la he perdido, que no sé a quienes le pertenece. Las vocecillas intentan decirme una solución radical pero las acallo pronto sin prestarles atención.
Acabé por entrar al bar de siempre, con los borrachos renovados me senté en el mismo extremo de la barra y pido una cerveza para acompañarme, parecía ser una tarde como siempre y así continúan pasando las horas, entre sorbos me voy dando cuenta que en el extremo del bar se encuentra un hombre muy quieto, cabello ni corto ni largo, de negro y con grandes ojeras, lo vi pasar una y otra vez camino al baño, pero siempre volvía a su rincón para quedarse quieto y solo. Hablo con uno y otro que se me acerca, uno más generoso que otro y yo acepto las cervezas que me invitan porque no quiero gastar demasiado esa noche. Regreso a casa y encuentro a mi perra esperándome entusiasta, le escribo a Javier antes de dormir y entro al sobre hasta el día siguiente. Repito los días en el bar un par de veces más. Nuevamente aquel hombre lúgubre al fondo y apartado de todos, las vocecillas en mi mente me piden descubrir el misterio y una noche por fin bebí más de la cuenta y con el alcohol como escudo me decidí sentarme en su mesa. “El tipo parece no inmutarse”, le digo a las vocecillas que esta vez no me responden. Cojo un cigarrillo y en el ademan de encenderlo le voy preguntando sobre qué es lo que busca por aquí, me mira con un gesto despectivo y me dice en burla que sólo cervezas, y así fue como iniciamos una conversación mediocre en la que básicamente pasamos horas para decirnos nada. Me contó que estaba de paso indefinido por aquí y que su vida era nada desde hace tiempo dedicándose a buscar algo que no sabía que era exactamente y que su nombre era Aarón, sentí pena por él y nuevamente la culpa. No era feo cuando parecía agradable, tenía ojos grandes y negros y la piel pálida que hacía buen contraste con su vestimenta siempre negra. Sus ideas anarquistas lo hacían interesante para pasar el rato y el estar con él había espantado por momentos a las vocecillas de mi cabeza.
Cuando regresé a casa no tenía noticias de Javier, me preocupa que el “im” de la distancia acabe por matar lo que nunca existió porque siento que lo pude amar pero como mi vida nunca fue una historia de amor no me asombraba y donde vive está plagado de chicas lindas.
Así que concentre mis tardes en matarlas con Aaron y su poco hablar y mucho escuchar, pronto los encuentros en el bar pasaron a ser en cualquier otro punto de la ciudad. Una día él pasó sus dedos por entre mis cabellos ahí entendí que podía ayudarme con mi problema de soledad y luego de atraparnos mutuamente observándonos, acabamos entre sabanas un sábado después de tomar algunas copas, lo ocasional se volvió en cotidiano, el venía a casa a golpe de las seis de la tarde y se iba a las ocho de la mañana, mi perra no hizo problemas y yo me sentía acompañada y curada, pero sentía prevalecer en él un dolor en el corazón.
Después de engañarme a sentir amor y encender un cigarrillo me decidí a descubrir que ocurría. Él mirando a la nada y yo mirándolo fijamente me acerqué a la cama para colocar mi cabeza sobre su hombro izquierdo, el parecía observar toda mi habitación llena de dibujos en la pared estantes con libros y algunos instrumentos musicales y cajas arrinconadas.” Esto parece el cuarto de un hombre”, me dijo, yo hice en ese momento como que me rio y suspiro. “¿Qué te pasa?” murmullo, “hace tiempo que la pasamos juntos y no dices nada y aunque sé que no tenemos nada pero me gustaría saber un poco más de con quien me acuesto”. “Que no te amo es lo único que importa”, me dijo, y así fue como sin decir una palabra más se fue dejándome una profunda sensación de humillación.
Desde ese día no volví a saber nada de Aaron un buen tiempo, y donde fuese que preguntase por él nadie lo había visto y ni siquiera en el bar lo recordaban.
Era un lunes por la mañana cuando trataba de recordar algún dato, recabar pistas y en ese momento suena mi celular. Era un mensaje de Javier, había comenzado un viaje no sé a dónde y yo había olvidado leer el mensaje en donde me prevenía unos días después de haberlo comenzado.
Esa tarde fui a ver a mi amiga, ella ya estaba a puertas de dar a luz, y sabía esta historia enredada, cuando una vez más la escucho maldecir su suerte.
¡Mil veces mierda! grito, ahora soy yo la que maldice la suerte, ¡No me cuide! ¡Jamás me cuide con Aaron!. Mi estrés se incrementa por mil y enciendo otro cigarrillo, ¡Ahora si necesito mis ansiolíticos!.
¡Calma, pero al menos dices que era guapo!, su tacto al hablar me pone aún más iracunda, y en casa después de haber rogado por unas pastillas sin receta en la farmacia más trucha que encontré me las tomo de golpe. Logro sentirme algo tranquila pero mi perra siente mi miedo y se inquieta. Miro nuevamente mi cama con culpa y la sensación de ser la mayor estúpida del mundo me destruye por dentro, me hice una prueba pero aún era muy pronto para saberlo. Sale negativo y me siento aliviada pero igualmente angustiada, la primera vez que nos acostamos definitivamente no fue la premiada.
Busqué información sobre aborto casero aquí y allá ¡estaba segura!, ¡en mi cabeza estaba completamente segura!, podía sentirlo mover y me sentía aterrada porque lo imaginaba creciendo cual parasito en mi interior y lo odiaba por aterrarme y me odiaba por estúpida. Sólo pensaba en morir porque no había ansiolítico que sea lo suficientemente fuerte y que pueda conseguir sin receta, era demasiado tiempo para volver al psiquiatra. Perejil, ruda, orégano, pinzas, agujas de tejer, miedo y una foto del sistema reproductor, mil sollozos más y varios calmantes de una toma, sentía miedo y con las hierbas y pastillas me sentía afiebrada, no podía mantenerme sin temblar con el terror de acabar quitándome más de lo que estaba creciendo en mí, sentía frio, señal de que ardía y entre delirios veo a Aaron aparecer y desvanecerse frente a mí lo veo reírse y hacerse uno junto con las vocecillas de mi mente, no había más que sangre en mi interior y Aaron ahora hecho la mancha flotante que siempre fue se muestra victorioso en su cometido , veo a mi perra rascando la puerta y voy entendiendo todo…las voces, el desaparecer...pero ya era muy tarde, aquel esquizoide personaje había logrado su cometido podía volver a reunirse con las voces que lo habían creado junto con poder de mi cerebro o el poder de mi enfermedad.
Escucho que tumban la puerta y yo estoy sobre mi cama, Javier con una maleta frente a mí con la piel pálida y sus hermosos y grandes ojos negros mirándome con desesperación y confusión de encontrarme en medio de un charco de sangre. La vecina al costado diciéndole que nunca salía de casa, que siempre estaba sola que yo era muy rara, mi amiga llega al poco tiempo y se toma la cabeza con las manos mientras ata cabos…
Siempre fuiste tú… murmullo, y Javier me reprochaba a gritos sin entender porque lo hice…
Plinia
Tumblr media
@imagen:MariaSolias
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Video
youtube
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Text
DU
youtube
La vida a cargar es una máscara podrida, me pregunto si podré quitarla antes de morir a escondidas, me pregunto si podré desvestirme antes de acabar cubierta, me pregunto si alguien llegará a verme un día, si saliendo seré feliz, o tendré que hacer como que lo soy mucho más tiempo, sólo porque aparentando continuo, es que puedo pasar desapercibida, soy tantas cosas juntas que la incomprensión que este mundo me inspira es infinita. Quizá no es que yo te amase, quizá es que contigo podía ser un poco yo, al menos podía llorar y no sentirme débil, podía sentir y no sentirme miserable, criticar y no sentirme criticada, podía externalizarme y entender que mi sangre es roja y mi mente negra, que tus ojos son mar y ébano los míos. El hoyo está dentro, ¿lograré sacarme un día?
By Plinia
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Photo
Tumblr media
Feliz año!
0 notes
sacjrapoetico · 9 years
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
0 notes