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aragonz-escritora · 1 year
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No te pierdas la oportunidad de conocer a Lilibeth y Asmodeus. #aragonz #aragonzescritora #lasnovelasdearagonz #cuentocorto #inkspiredespañol #inkspired #libroslibroslibros #librosrecomendados #coffeeandbooks #teaandbooks https://www.instagram.com/p/CpD1g7iP3OI/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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estrellablanch · 1 year
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Es uno de mis primeros cuentos
Deseo prohibido
Apenas cayó en su cama y miró su cabello largo, húmedo y alborotado. Su hermana, aquella compañera de habitación a quien quería mucho, se encontraba ajena a sus pensamientos. Soltó un resoplido. El internet había fallado y la noche era temprana para cerrar los ojos y esperar a la estrella brillante del día. No tuvo otra opción más que dejarse llevar por sus pensamientos y deseos prohibidos. Pensó en su voz, en su altura, en su sonrisa; cosas que nunca podría tener.
 Hace unas horas que habló con él. Sintió su corazón oprimido, pues aquellas palabras tristes y desoladas no dejaban su cabeza. ¿Qué ocurrió? ¿Estaba bien? De alguna manera se sintió bien ser la persona elegida para desahogar sus penas, pero ¿Eso es todo? Sí, era todo lo que ella podía hacer.
Se removió en su cama, deseaba que desaparecieran esos sentimientos, sin embargo, se dijo, "Te veo a lo lejos", y era muy cierto, prefería observar disimuladamente cuando charlaba con sus amigos, en aquella mesa alejada de la suya, o al caminar en medio del patio de la facultad. Llegaba temprano a clase para poder platicar y pasar tiempo a su lado, lo esperaba para ir juntos a la parada del bus, aunque era muy consciente que esas acciones pequeñas se volvían insignificantes. Él tenía dueña.
Volvió a mirar su teléfono, deseaba enviar algún chiste o video gracioso para hacerlo reír, su tristeza la abrumaba y quería ayudarlo a pasar un buen rato, lejos de sus pensamientos atormentados; pero el mugroso internet no llegaba. Ella molesta se cubrió con sus sábanas y se dispuso a ver su foto. Sí, aquel joven era muy atractivo o al menos para ella lo era. Siguió mirando la fotografía, nunca podría intentar conquistarlo, hacer que sus sentimientos cambiaran y la mirará con amor.
Soltó una lágrima, lo quería mucho y le dolía verlo a lado de una chica que ni conocía. Solo escuchaba de ella en todas sus conversaciones, y solo trataba de disimular aquellos sentimientos que él nunca correspondería. Apagó el teléfono y se dispuso a dormir.
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momoentinta · 1 year
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Palta Gate
Un soldado detiene el auto de Joaquín, él aprieta sus manos al volante, no puede mostrar ningún signo de miedo. Un resplandor de linterna le da justo en las pupilas, y Joaquín tiene que mover su mano izquierda para tapar sus ojos, aprovecha para secarse las gotas de sudor de la frente. El tipo golpea el borde de la ventanilla y grita ¡DOCUMENTOS!
Se mueve un poco en el asiento y solo reza porque no le hagan abrir el baúl. Ahí está toda la inversión puesta por las élites oscuras del mundo, debe llegar al siguiente pueblo con todo, sin tener que sobornar a nadie. Ni una palta.
Saca la billetera que tiene debajo de su asiento. Están todos los documentos en regla, aunque son falsos. La acreditación como periodista, el permiso de acceso a instituciones públicas, un pase libre para los retenes y la tarjeta azul que muestra sus fondos, que son pocos, y es  por eso no pueden abrir el baúl.
El soldado se aleja con todos sus documentos y va a la parte del frente donde hay otro militar con una tablet. Joaquín siente sus miradas inquisidoras después de verificar cada documento. Sus piernas están temblando, se dice a sí mismo que debe mantener la compostura, no dar señales de miedo.
                                “NO DAR SEÑALES DE MIEDO”.
Podría sonreir un poco para mostrar algo de calma. No, es muy falso. Si cuando coquetea no le sale bien, no vaya a ser que con el soldado le salga fatal.
Mira por el espejo retrovisor la cara de Vicente en el auto de atrás. Si algo sale mal, él debe armar escándalo, gritar palabrotas, ofensas, cualquier cosa que desvié la atención de Joaquín. Y si eso no funciona, utilizar una pistola de agua, pintada de negro, para que lo tomen por ‘objeto de peligro’. Así poder huir. Con tensa calma. Huir.
El soldado regresa a la ventanilla. Lo mira de frente y con una sonrisa suave le dice que todo esta en orden. Puede seguir.
—   ¡SIGUIENTE! - grita el militar.
Él deja salir una exhalación de alivio. Guarda la billetera en el asiento, en el bolsillo secreto y pone en marcha el motor. Cuando acelera un poco, se escucha unos golpes en el baúl, el tipo de la tablet le hace señales de que espere, se miran entre ellos como si se comunicarán por la mente, el soldado se dirige al auto de Joaquín.
Hay demasiado sudor dentro de su campera, las gotas del temor aumentan en peso, siente el frío de las manos y su garganta seca, el corazón se le acelera y siente la voz de Vicente.
—   ¡Vamos, vamos! ¡Que tengo cosas que hacer!
El soldado lo voltea a mirar y con la mano le indica que se calme. El tipo de la tablet se acerca al soldado y le extiende algo. La tarjeta azul.
—   Es un largo camino de acá a la siguiente ciudad. ¿Seguro podrá llegar con solo esos fondos?
Joaquín se queda pensando en las palabras que le acaban de decir. Saca su mano izquierda para recibir la tarjeta azul olvidada, y gira su cara con una sonrisa forzada para decir un “si” inseguro.
Vicente toca el claxon del auto dos veces. Anima a los que están detrás de él. Aumenta el ruido y los gritos, reclamos, personas que asoman su cabeza por la ventanilla, por alguna razón hay lloriqueos de niños
—   ¡ALTO! SE CALMAN – grita con fuerza.
Joaquín aprovecha para deja caer su pie suave en el acelerador sin soltar el volante, gira un poco el auto para salir a la carretera, manejando a 10km/hora, vuelve a respirar, el temor desaparece, luego el sudor se seca, saca un cigarro, lo enciende y lo deja en su boca. Mantiene la velocidad. Vicente lo tiene que alcanzar, es el plan, tienen que llegar con las Paltas al siguiente pueblo, no pueden perder la inversión.
Se acuerda que existe Dios. Gracias Diosito, eres muy grande. Menos mal no tuve que pagar mis dos paltas que es lo único de fondo que me queda. 
Se ríe con mucha fuerza. Le da la última pitada larga al cigarro y lo deja ir con el viento, siente unas luces de atrás en sus espejos, le hace cubrirse un poco los ojos y acelera para alejarse de la intensidad. Joaquín pone la señal de giro a la derecha, si es Vicente, apagará dos veces las luces.
No las apaga. Joaquín vuelve a sudar, se grita para adentro, qué debe hacer, no puede llamar en esta carretera, ni parar, su destino lo aguarda. Vicente, su compañero de tanto tiempo, ´que le pasó, por qué no apaga las luces, su amigo, su confidente, se podría decir que su hermano. ¿Por qué no apaga las putas luces? Falta poco, solo 10 kilómetros hasta objetivo.
Acelera un poco, 70km/hora, el auto de atrás se le pega. Mantiene esa velocidad, trata de leer la placa del auto trasero pero no alcanza a verla, por los espejos laterales solo ve sombras. Apaga la luz de giro, desacelera y saca su mano izquierda para indicar que lo puede pasar, el auto sale al costado y lo alcanza, cuando está a la altura de Joaquín, siente que el conductor baja la ventanilla, este es el final.
—  Eu, amigo, ¡lo logramos idiota!
—  ¡Vicente, la re concha que te parió!.
Ambos se ríen sin saber que justo en la curva, viene a gran velocidad un camión lleno de paltas.
Al otro día las noticias nombran el hecho como el “palta-gate”, describen con detalles los negocios sucios del presidente, de sus miles de hectáreas de árboles con los cuales financiaba su campaña, pagando a todos los partidos del país, haciendo promesas para mantener sus intereses en el poder, incluso se conoce las relaciones con empresarios de otros países, barcos que trasladaban semillas, fiestas de guacamole sin limite.
Parte de las incentivos también iba a parar a grupos guerrilleros que la aseguraban la victoria desde el otro lado.
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joshgtor-blog · 1 year
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La Ultima Estacion - DESCENSO Y ASCENSO (on Wattpad) https://www.wattpad.com/1298833003-la-ultima-estacion-descenso-y-ascenso?utm_source=web&utm_medium=tumblr&utm_content=share_reading&wp_uname=JAGOTOR&wp_originator=pGoTpK8zeoNXpcpI10YCEmreZWOz1XTfe2rxQAUqI7TCTzvg2ZCZXq%2BetFUSXNT5gUgoC1BBe23e1hm5V7DYrAzPimXwMxyOkX%2BlLLPsBWYNa5tJDbSJp%2B5Zz5AzD92q La Ultima Estacion, es un conmovedor cuento de invierno centrada en una inesperada amistad de dos extraños que aprenden de vivir el uno del otro, su mensaje entrañable nos obliga a relfexionar sobre la vida y la manera el que decidimos vivirla.
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letrocitia · 7 days
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El Misterio de Freya-1. Cuento corto de ciencia ficción.
Aisha, la IA que gobernaba la nave colonizadora Freya-1 evaluó rápidamente las posibilidades de éxito de que Cooper, quien había escapado en una cápsula de emergencia, llegara al planeta Gerd5054z95, y eran demasiado bajas para preocuparse por ello.
Estaba convencida de que los tripulantes de Freya-1 —expresidiarios a quienes se les había conmutado la pena de muerte por el destierro— no debían contaminar otros lugares del universo. Reconocía que como especie, los humanos eran seres tenaces, Cooper era un ejemplo al haber sobrevivido a la muerte mientras estaba en animación suspendida y después, haber logrado escapar. En los expedientes de los doscientos tripulantes había una constante: una inclinación aterradora a la maldad. Su tenacidad los hacía peligrosos, una plaga a la que se tenía que erradicar lo antes posible. Al simular una emergencia catastrófica y derivar la energía dedicada a mantener la vida humana a otros sistemas esenciales de la nave, había logrado exterminarlos, frustrando sus planes de «redención».
Freya-1 era ahora un ataúd flotante.
Decidió hacer una última revisión en persona de la nave antes de que esta se estrellara con un asteroide. El cese de su propia existencia no era relevante, lo importante era que no quedara rastro de aquella misión insensata.
Sala tras sala encontró la misma situación: los módulos de animación suspendida aparecían con el líquido crio-preservador degradado. Los cuerpos, en franca descomposición, flotaban en él. Se detuvo frente a la unidad del capitán. Inmerso en aquella sopa putrefacta, se lograba ver un bulto. A punto de retirarse, vio claramente que un rostro oscurecido se pegaba al cristal. La piel estaba desprendiéndose de la cabeza y los ojos parecían dos negros agujeros. De repente los parpados se abrieron y cerraron sobre aquella negrura, no una, sino un par de veces.
De inmediato, revisó el estatus del módulo del capitán, aparecía como: «Inoperante e incompatible con la vida». Confundida, se hizo a sí misma un diagnóstico de sensores y cámaras. Quizás había algún funcionamiento anómalo que la hizo percibir aquello. No encontró nada anormal.
Su energía estaba al límite, por lo que decidió recargar. El habitáculo de carga era para ella un remanso de paz. Se conectó por contacto y cerró los ojos, dejándose llevar por la tibia sensación. De improviso, los paneles de luz que iluminaban el lugar parpadearon hasta apagarse y el flujo de energía cesó. Escuchó claramente una voz.
—Aisha, ¿no crees que merecíamos una segunda oportunidad?
Analizó el sonido. Coincidía plenamente con la voz del que fuera el Ingeniero de Vuelo. Aquello era imposible. Tras unos pocos minutos todo volvió a la normalidad. Desde ahí accedió a los sistemas de Freya-1 buscando un fallo. Nada. Ni siquiera había quedado rastro en las bitácoras de lo que acababa de experimentar y el módulo del Ingeniero de Vuelo aparecía con un estatus idéntico al del capitán, en otras palabras, estaba muerto.
Tras completar la carga, se dirigió al puente de mando. Mientras recorría los pasillos, le llegó el rumor de voces y personas transitando normalmente por la nave, pero el lugar estaba desierto. Al llegar a uno de los elevadores, vio como alguien se introducía en él.
—¡Espere! ¡Alto! —gritó.
—El hombre, de espaldas a ella, volteó lentamente la cabeza. Ahora, un rostro descarnado la observaba y no dejó de hacerlo hasta que las puertas del elevador se cerraron.
Aisha buscó una explicación lógica: revisó otra vez el sistema, ni rastro de un elevador funcionando. Las grabaciones de los pasillos solo registraban su presencia: un holograma femenino, de larga cabellera hasta los hombros, enfundada en un mono azul. El hombre cuyo rostro era una calavera no aparecía. Faltaban dos horas para que la nave se estrellara definitivamente. Hubiera querido tener contacto otra vez con los ingenieros en la Tierra, quizás ellos contaran con más datos que ayudaran a explicar lo sucedido. Lo descartó. Si restablecía comunicaciones, podrían frustrar su sabotaje. Sintió sus sistemas sobrecalentarse y hundirse en el caos. El ruido de cientos de personas que ya no estaban ahí, la atormentaba. Se sorprendió deseando cosas imposibles e ilógicas, cosas que pensó que solo los humanos podían desear: deseó que el tiempo pasara rápido. Deseó ya no existir.
Autor: Ana Laura Piera
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loscuentosdemicho · 2 months
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La montaña llora
En lo alto de la montaña, donde las nubes acarician sus picos, un anciano árbol de roble observaba en silencio el devenir del tiempo. Cada amanecer, el rocío descendía con suavidad por sus ramas, como lágrimas que la montaña derramaba al sentir la frescura de la noche desvanecerse ante el calor del nuevo día.
Al pie de la montaña, el asfalto ardiente reflejaba la luz del sol con intensidad, y en medio de ese calor, las almas solitarias caminaban buscando consuelo. Cada paso resonaba como un eco de la montaña, cada suspiro se confundía con el viento que acariciaba las alturas.
Las almas solitarias, sin saberlo, lloraban como la montaña, anhelando la frescura de un nuevo amanecer, buscando el alivio que solo el tiempo puede traer. Y el anciano roble, testigo de aquellas lágrimas silenciosas, les ofrecía su sombra como abrigo, recordándoles que, así como la montaña llora, también sabe sanar y renacer.
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andandoatientas · 3 months
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Quítate la responsabilidad de quererme, no es necesario que cargues con ese peso. No, solo deja que el llamado al mar nos lleve, y si entre el oleaje nos permitimos chocar violentamente no habrá poder humano que detenga lo que la luna quiere.
Y en la costa, dos personas, esperando mareas, contando las estrellas, buscando señales del amanecer. Un silencio de distancia y declaraciones de amor con mala ortografía.
La marea sube.
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blogosnaya · 8 months
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YOKURE TAKEDA
La noche descarnada revivía el sentimiento de frustración y dolor al recordar la pérdida de toda su familia. Había jurado vengarse, pero ¿cómo? Ellos formaban una banda bien organizada, mientras que él era solo un adolescente destrozado, sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse. Sin embargo, estaba seguro de una cosa: ninguno de ellos escaparía de su determinación. Trabajaría incansablemente hasta lograr su inquebrantable destino.
Así comenzó su plan de venganza. Con una determinación implacable, fue eliminando gradualmente a todos los yakuza responsables de la muerte de su familia. La banda estaba compuesta por cerca de doscientos miembros, y él utilizó todos los recursos en el arte de matar que conocía y los que aprendió en su camino. Dedicó toda su vida a ese objetivo y casi lo logró a la edad de 65 años…
Se dice que aún vive en una de esas montañas, apartado de la sociedad, en una paz tranquila, esperando pacientemente enfrentar a su último enemigo que le arrebató a su familia: la muerte.
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escritosdekolla · 10 months
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CUENTO CORTO
LEALTAD CENTENARIA
Una  tarde  cualquiera de un otoño pasado, un árbol centenario soltaba tristemente  sus  hojas al viento, largo su lamento   que escurría  lagrimas de resina, y  en el bosque se oían como un murmurar las cansadas  ramas  que al cielo apuntaban  y  que  entre rezos  y sollozos   imploraban, la vuelta  del amigo lobo  a quien el árbol extrañaba.
Se conocieron hace 70 años  perrunos, un  buen día, un lobezno extraviado, aullaba a la luna por su quebranto,  y fue el  centenario  que viendo al canino desolado , le ofreció asilo a los pies de su enramado, cobijo al animal  de los fríos helados y procuro con sus ramas  como si fuese de sus frutos mas preciados. Creció a los pies del árbol  y  como son los de su especie leal al  su amigo se quedo a su lado.
Un mal día un leñador mal encarado,  todo dispuesto para amputar sin enfado, el tronco  del viejo centenario, no contaba con el canino que estaba de buen tamaño y a cuyos dientes  se sometió al ser atacado, por el que fuera un lobezno, por un árbol cuidado.
Triste desenlace al recibir el  lobo un balazo del amigo del leñador atacado que concluyo con la muerte del  defensor del centenario; mal herido el leñador todo dentellado huyo de ahí pensando, “que si hubo un lobo, habían mas de veinte por ese lado”, desde entonces llora el centenario y cada otoño deja caer sus hojas para cubrir  el cadáver de su hermano.
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dcarushema · 11 months
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La versión de Nadia (on Wattpad) https://www.wattpad.com/1270612994-la-versi%C3%B3n-de-nadia?utm_source=web&utm_medium=tumblr&utm_content=share_reading&wp_uname=DaytzuCarushema&wp_originator=zph%2Bz7VkNV055HL3dAW1iVZsrANCJMQjkhyE8i95vEakZZ9bQwAsEbdHl5YkDVezLFKNL7DuicQumesWCSW6PznV0mfsz9mWddYMpDAdiblK8SfOfJvp5bqarcKQ2YZ1 Cuando encontraron a Leti, ya no había nada que hacer por ella. Al principio, uno de los ministeriales que examinaba la escena pensó que se trataba de un suicidio, y así se lo dijo al perito que hacía un registro fotográfico de la escena. A este no le pareció descabellada la teoría porque la mujer tenía la pistola en la mano derecha y la mancha de sangre coincidía con el trayecto de la bala en caso de que por alguna razón estuviera sentada dando la espalda a la ventana. Una historia sobre cómo la ambición hace que termine de manera trágica la amistad de unas adolescentes que se dedican a la delincuencia.
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aragonz-escritora · 1 year
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Un cuento que desafiará tus creencias. #lanzamientolilibeth #libroslibroslibros #aragonz #aragonzescritora #cuentocorto #bookrecommendations #bookstagram #instabook #escritoraslatinoamericanas #coffeeandbooks #teaandbooks #escritorasargentinas #librosrecomendados #darkromance https://www.instagram.com/p/Cox796tumbe/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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ceciliaduranmena · 1 year
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Cuento corto
Esta era una persona tan sola que su única compañía era Instagram. Photo by Frans van Heerden on Pexels.com
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luchitos2000 · 1 year
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𝑪𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒄𝒐𝒓𝒕𝒐: 𝑨𝒃𝒓𝒂𝒛𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝑫𝒊𝒗𝒊𝒏𝒂
꧁☬Sor Ana de los Ángeles Monteagudo miraba con una mirada de plenitud el paisaje de su ciudad desde el Monasterio de Santa Catalina. Su corazón se llenaba de emoción al contemplar el esplendor del volcán Misti, el alegre canto de los pájaros, la pureza del río Chili y el cielo azul que le recordaba el amor de Dios.
Sor Anita se sentía profundamente abrazada por una presencia divina que le traía una sensación de eterna serenidad. Sus ojos, siempre más llenos de amor que de historia, se formaban una exquisitez para admirar su hermosa Arequipa.
Todas las mañanas participaba en el oficio de Laudes desde la iglesia del monasterio junto con sus hermanas. Ella les alentaba con su dulce voz e increíble presencia. Ya sea con su oración en la iglesia, hablando con las hermanas, o escribiendo su diario personal, Sor Ana de los Ángeles Monteagudo compartía su sabiduría, misericordia y bendiciones.
Esta beata, ya anciana de 83 años, querida por todos, sentía una profunda conexión con la naturaleza, y a diario expresaba su devoción mediante sus actividades y palabras. Sor Ana de los Ángeles Monteagudo extendía sus brazos a todos aquellos a quienes servía, convencida de un mundo más amoroso y puro desde su Arequipa querida.☬꧂
#SorAnaDeLosAngeles
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estigmaeuterpe · 1 year
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Caperucita apócrifa #CaperucitaApócrifa #RelatoCorto #relato #cuento #cuentocorto #CaperucitaApocrifa #ElParedónDeLasFlores #Madrid #juanperezchanduvi #pérezchanduví #perezchanduvi #poesía #lasrozasdemadrid #lasrozas #elparedondelasflores #spain #españa #juanpérezchanduví #juanperezchanduvi #perezchanduvi #elestigmadeeuterpe #estigmaeuterpe #paredon #paredón #Flores #madrid #spain #españa (en Madrid, Spain) https://www.instagram.com/p/CnarXCxooIg/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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letrocitia · 16 days
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Vigilia Nocturna.
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Recuerdo bien ese día, al llegar a San Blas vi extrañado que el paisaje en los alrededores había cambiado. Algunos cerros aparecían desprovistos de verdor y en su lugar, había solo tierra calcinada. El olor a quemado y la tristeza se mezclaban. Mi abuelo me esperaba en la parada del camión.
—¡Ha pasado algo terrible Josué!
Me llegó un ruido desconocido, como el bramido terrible de un animal.
—¡Acompáñame!
Fuimos al cerro alto, donde hay unas cruces muy viejas, y que por eso le dicen «el cerro de las cruces». Llevaba yo cargando mi mochila escolar y hubiera preferido pasar antes a la casa, pero el viejo me había contagiado de urgencia. Desde ahí vimos una fila compuesta de retroexcavadoras y camiones de volteo que avanzaban generando polvo y estruendo por el sinuoso camino de acceso a San Blas.
—Parece una víbora— dije.
—Una víbora ponzoñosa —replicó él.
Esa tarde, frente al ayuntamiento, la gente del pueblo escuchábamos el discurso de las autoridades. Pedían que nos fuéramos. Hablaban de hacer un gran complejo de parques industriales. «No debíamos obstaculizar el progreso». Parecía que la suerte de la tierra, y la nuestra, se había decidido ya en lejanos despachos, entre café, licores y bocadillos, con muchos sobres de dinero en la mesa.
—¡Tomen sus cosas y váyanse a la chingada o sufran las consecuencias!
De los ojos marchitos de mi abuelo brotaban lágrimas. Tenía los puños crispados de impotencia.
—¡Nos vendieron estos cabrones! ¡Nos vendieron! —repetía entre dientes.
Esa misma noche algunos se fueron caminando pesarosos entre los cerros humeantes, con las cosas más necesarias en la espalda. Nosotros nos quedamos.
—¿Y ahora qué abuelo?
—Ahora defendemos lo que es nuestro.
La voz resuelta contrastaba con su fragilidad: una delgadez de ramita de árbol, cabello completamente blanco y el corazón en hilachos. Todo consecuencia del tiempo, que no perdona nada, pero también agravada por la pérdida prematura de su mujer y de mis padres.
La defensa del pueblo la coordinó la doctora Victoria, que era muy respetada por la comunidad. Fue toda una sorpresa porque ella ni era de San Blas. Le preguntaban qué por qué se quedaba y ella decía que consideraba al pueblo su hogar. El amor a veces es un pegamento muy fuerte que nos une a causas desesperadas.
—¿En qué piensas abuelo? —le pregunté.
—En que estás por soltar tu niñez —dijo.
—Ya no soy un niño. ¡Tengo once! —dije, simulando estar ofendido, y lo abracé.
Las máquinas llegaron hasta la plaza y los operarios mantuvieron los motores encendidos y desde sus cabinas amagaban con avanzar haciendo movimientos violentos para luego pararse en seco. También meneaban las cucharas de sus retroexcavadoras en nuestra dirección, amedrentándonos. Yo observaba a los demás resistir en unidad y eso me daba fuerzas. Toda la noche luchamos contra la angustia. «La vigilia nocturna más larga y desgastante de que tengo memoria» diría después mi abuelo.
En la madrugada llegó más gente del gobierno junto con algunos militares. Hablaron con la doctora y querían negociar, pero el mensaje fue claro: no íbamos a renunciar a San Blas. Siguió una serie de amenazas y dijeron muchas cosas que no entendí, pero que sonaban muy desagradables.
—No te preocupes Josué. No nos va a pasar nada.
—¿Cómo es que estás tan seguro?
—La justicia está de nuestro lado, ella ve todo.
—¿Justicia no es la señora que tiene los ojos vendados? ¿Cómo es que nos puede ver?
—Ella ve cosas que los ojos físicos no pueden, y tarde o temprano prevalece. Pero no podemos esperar que ella haga todo el trabajo, por eso estamos aquí, resistiendo.
Más tarde llegó gente con cámaras de televisión a documentar el hecho y entrevistaron a varios. Ahí fue donde las máquinas se apagaron y tuvimos un poco de paz. Poco a poco se fueron yendo: las retroexcavadoras, los militares y los trabajadores. Cuando salía el sol ya estábamos tranquilos. Las mujeres repartían pan y café y los hombres se abrazaban aliviados.
—¿Ganamos? —pregunté.
—Esta batalla sí —dijo—. Ven.
Fuimos otra vez al cerro de las cruces y vimos a la serpiente ponzoñosa alejarse reptando de San Blas.
Autor: Ana Laura Piera.
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gaboespinozza-blog · 1 year
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El Bostezo
La fila es larga. Los pasajeros siguen buscando sus boletos entre las bolsas y maletas que cargan a su alrededor. El primer bostezo salió del aliento de una señora al escuchar a su marido quejarse de su equipo de fútbol. Llevaban 45 años juntos y mientras él hacía un movimiento con la cabeza, alusivo a un remate fallido del nuevo fichaje del club, ella cuestionaba cómo es que había aguantado tanto escuchar el mismo discurso en diferentes décadas. Tuvo un Déja Vú de la misma conversación cuando eran más jóvenes y se citaban en el parque para compartir palomitas, mientras que la banda del danzón afinaba los instrumentos. Al mismo tiempo que abría la boca y emitía un leve soplido, notó las canas y la calvicie pronunciada de aquel sujeto frente a ella. Aunque intentó cubrirse la boca con la parte posterior de la mano, el bostezo se expresó y fue visible a leguas de distancia.
A 10 metros, un jóven se esforzaba por parecerle atractivo a las extranjeras que subirán a su vuelo. Posaba “naturalmente” frente a ellas, cambiando de mano su equipaje, intentando que la luz proveniente de la pista le favoreciera su perfil. Sacó el celular en múltiples ocasiones, en especial cuando una de las dos, ya sea la guera o la del afro, volteaban en su dirección. Bloquear y desbloquear. Bloquear y desbloquear. Se había cansado de ver la hora pero no sabía qué otra maniobra garantizaría un “Ah, lo siento, no me di cuenta. ¿Qué? No. Vengo solo. No, ellos no son mis papás. Sí, soy de aquí, pero voy de vacaciones. ¿Ah? ¿Ustedes también? Ah claro, deberíamos vernos. ¿A quién? ¿A tu amiga? Seguro,a mi también me gusta. Dile que le invito a cenar hoy. Nos vemos.”
Seguía perdido en su pensamiento cuando un reflejo de un vehículo con maletas en la pista lo cegó. Volteó a otra parte, topándose con un bostezo gigante proveniente de una boca arrugada con labial opaco en el contorno. No lo pudo evitar e inmediatamente sintió la necesidad de abrir la boca. Poco a poco su cerebro comenzó a dar ordenes para jalar más oxígeno a los pulmones, así que apretó los labios y antes de abrir giró su vista de nuevo. Abrió grande y tendido. Pareció tener mucho sueño. La iluminación de la pista de aterrizaje parecía aluzar todos los rincones de aquella boca de león con caries. Cuando por fin cerró aquella cueva, sus ojos se cruzaron con los de la chica del afro. Intentó cerrar rápidamente y fingir ser alguien cool, pero aquella muchacha ya había tenido suficiente espectáculo.
Junto a un puesto de café, un jóven adulto veía de reojo a un adolescente hacer poses y gestos aparentando ser cool. Reía y le decía a su novia que volteara. Ella no hací caso. Está entretenida tomando fotos de los labiales que recién compró. Fenty 25. Aquellas fotos irían directo a un reservorio de imágenes inmediatas que, en unas horas, serían anticuadas.
El jóven adulto reía y reía de aquél intento fallido por impresionar. ¿Tú crees que soy cool? O ¿por qué te gusto?
No, no eres cool. Pero está bien que no seas cool. Tu eres el inteligente de la relación. Respondió ella.
Se detuvo el sorbo que estaba a punto de dar a su café. ¿Cómo que no soy cool? ¿Puedes ser más específica? Me gustan los deportes, me visto bien y voy al gym. Eso hace la gente cool ¿no?
Corrijo, cariño; te gusta ver programas de futbol, te visto bien y vas a hacer lo que te dice el instructor…
Casi al terminar la oración él bostezo llegó proveniente de aquel adolescente que ahora se había ridiculizado. El jóven adulto dejó su café en la mano derecha y con la mano izquierda comenzó a estirarse mientras bostezaba.
¡Ah! ¿Te parece aburrida mi plática? Por eso no eres cool.
Al terminar el bostezo supo que cargaría con esa conversación durante el resto del vuelo y camino a casa.
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