#ENCIMA pensando que eso lo iba a hacer feliz y que era su final destinado o algo así

[malkaviian]

fred se hace el cancherito y todo, pero conforme pase el tiempo, no haber detenido la ejecución de eris (siendo el único con el poder de hacerlo) le empezaría a afectar MUCHO la mente

[btscenarios-espanol]

NOTHING LIKE US – MIN YOONGI

Pedido de este SONG escenario AQUÍ...

Pareja: Yoongi x Lectora

Género: angst

Argumento: A pesar de que el tiempo transcurre, y junto a él, también la vida, es inevitable que el pasado haga su aparición de vez en cuando. Eso es lo que le ha sucedido a Yoongi: una persona de su pasado le ha hecho una visita a través de sus recuerdos antes de dar un importante paso… ¿Cambiará algo?

Yoongi podía decir que ahora mismo, en este momento de su vida, era feliz: profesionalmente, tenía una gran carrera musical, duradera, y que aún estaba en ascenso; tenía también a su familia y sus amigos a su lado, siempre apoyándolo; y también la tenía a ella, a la mujer que hacía ahora sus días más bonitos y perfectos. 

Con esa mujer se iba a casar en apenas una semana.

Tenía todo lo que cualquier hombre puede pedir en esta vida. Sin embargo, esos días previos a dar ese paso tan importante, como es el de ligar su vida con la de alguien más, le era inevitable pensar.  Pensar y volver al pasado, recordando todo aquello que le ha llevado hasta este preciso momento... y todos aquellos que le han llevado a ser lo que es hoy.

«Últimamente he estado pensando, pensando en lo que teníamos Y sé que fue difícil, era todo lo que sabíamos...»

Fue inevitable que por sus recuerdos se pasearan imágenes de momentos tan lejanos y preciados… Momentos en los que eras la protagonista: Tú, aquella joven de la cual se enamoró perdidamente antes de que toda esta locura llamada «fama» comenzase; aquella joven a quien entregó su corazón y por quien estaba dispuesto a dejar todo.

Tú, su primer y único verdadero amor. Aunque amaba a la preciosa mujer con la que se iba a casar, no podía negarse a sí mismo que lo que sintió por ti jamás lo había vuelto a sentir por nadie más; ni por ella.

«Porque nada puede jamás, jamás remplazarte. Nada puede hacerme sentir como tú lo haces.»

Y es que habíais pasado demasiadas cosas juntos; demasiadas batallas, contra vosotros mismos y contra en el mismísimo mundo y sociedad, que, si no llega a ser porque os teníais el uno al otro, seguramente os habría hundido en lo más profundo del abismo. 

Juntos erais insuperables, incombatibles. Vivíais en un mundo en donde sólo existíais el uno por y para el otro: si la vida golpeaba a Yoongi, tú estabas ahí preparada para plantar cara y defenderlo, y lo mismo a la inversa, cuando el universo decidía ponerte a ti difícil las cosas.

Era un dar y recibir.  Amor puro y desinteresado; genuino y verdadero. 

«No hay nada como nosotros. No hay nada como tú y yo, juntos a través de la tormenta.»

Yoongi recordó esa vez en la que, ilusionado, iba a vender su primera canción. Tú fuiste con él a ver al productor que estaba interesado, por lo que presenciaste cómo el hombre se reía en la cara de tu esforzado y trabajador novio, arrugando el papel entre sus manos y tirándolo al suelo con desdén, diciéndole que esos versos no valían ni los 3 dólares que se suponía que le iba a dar por la canción. 

Al ver esa escena, no te callaste y le gritaste en la cara las cuarenta. Cogiste el papel del suelo –no ibas a permitir que, encima, se quedase con la letra– y luego atrapaste la mano de Yoongi con la tuya para hacerlo levantar y sacarlo de allí. 

No ibas a aceptar que lo humillaran de esa manera. 

Esa noche consolaste a Yoongi en tus brazos, susurrándole en el oído amorosas y cálidas palabras de ánimo mientras se dormía bajo el tierno roce de tus dedos sobre su cabello. 

"Cuando tus letras sean cantadas por grandes artistas, ese hombre se va a retorcer en las ruinas de su productora." –decías, provocando ligeras risillas en Yoongi. Eso eran para él «amorosas y cálidas palabras de ánimo», aquellas que hasta en los momentos más bajos le hacían reír.

Sonrió ante ese recuerdo. Para él, ese tipo de momentos contigo eran lo mejor. Eras su refugio; la persona que lo hacía sentir seguro, protegido y amado. Sabía que, a tu lado, aunque todo estuviera mal, había esperanza de ver luz en medio de la oscuridad. 

Y al final, esas promesas esperanzadas que le hacías en los momentos más oscuros, parecían ir viendo la luz. 

Pero, al mismo tiempo, te percatabas de que, probablemente, tú ibas a ser una piedra en el camino tan prometedor que parecía ser el de Yoongi. 

Viste el potencial antes que él. Es por eso que comenzaste a alejarte, para así, dejarlo florecer; permitir que brillase como la estrella que sabías que era.

Yoongi en ese momento no lo entendía. Te amaba, y te había dado todo lo que nunca jamás le había dado a nadie más. 

«Te di todo, cariño, todo lo que tuve para dar. Chica ¿por qué me alejarías?»

Luego, con los años, acabó por comprender por qué hiciste lo que hiciste; por qué lo dejaste. 

Para Yoongi, habías sido una de las personas más importantes de su vida; uno de los pilares principales que le había llevado a ser lo que es ahora; desde la sombra, le ayudaste a cumplir su sueño, e incluso se llegó realizar aquella inocente promesa que le hiciste acerca de aquel productor patán quien, años más tarde, pidió disculpas a Yoongi cuando se dio cuenta del gran error que cometió. 

Te agradecía desde lo más profundo de su corazón tu apoyo incondicional y tu amor sincero; por ayudarlo a superar sus momentos más turbios, y animarlo a seguir viviendo; por darle motivos para seguir por este duro viaje que es la vida. 

Pero, a la vez, sentía rencor por la manera en la que le dejaste... Con una escueta carta y una vieja camiseta tuya en su cama es lo que le quedó de ti tras tú partir una madrugada. 

Nunca llegarías a comprender ni saber cómo es que su vida dio un giro de 360º cuando, de la noche a la mañana, estando acostumbrado a verte todos los días y tener su rutina contigo, tuvo que aprender a vivir sin ti.

«Perdido en la confusión, como una ilusión.. Sabes que estoy acostumbrado a hacer tu día.»

Al principio te odió, porque no entendió por qué lo habías dejado tan de repente. Luego, con el tiempo, comprendió que lo que hiciste fue el mayor acto de amor que nadie puede hacer. 

Poco a poco, el dolor por tu ausencia fue cubriéndose por todo aquello que le deparaba el futuro más cercano: esos hermanos que había conocido por el camino, todo el amor que recibía de sus fans, y el reconocimiento por su duro trabajo.

Quizá, si hubieses permanecido con Yoongi, él habría preferido dejar todo por ti, porque sí: por ti, lo habría hecho. 

Se dijo a sí mismo que era cosa del destino... Tenía que haber pasado así, porque esa era la manera en la que estaba escrito que debía de pasar desde el principio. 

«Supongo que está destinado a ser así.»

"Yoongi" –una voz lo despertó de su inmersión al pasado.– “¿Cuál te gusta más? ¿Este o este?" 

Era ella, su futura esposa. Le preguntaba acerca de los detalles florales a poner en las mesas del convite.

Yoongi le sonrió y le hizo una seña para que se acercase. Ella, sin comprender, le hizo caso y, tras unos pasos, ya estaba frente a él. 

Él no hizo caso a las opciones que su prometida le daba y, simplemente, enganchó sus dedos delicadamente alrededor de su muñeca y tiró ligeramente de ella para hacerla sentar encima de su regazo. 

"¡Uy!"  –exclamó ella, entre risitas. Dejó la revista en el suelo y rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos, plasmando en sus labios una dulce sonrisa. 

Yoongi le dio un tierno besito en la mejilla, a lo que ella respondió apoyándose en su hombro mientras él la mecía en sus piernas. 

Sí, Yoongi la amaba. No era como el amor que en su día sintió por ti, pero era amor. 

Y sí, aunque vosotros erais perfectos juntos, como almas unidas de otra vida pasada, la realidad era que ya no estabas…

«Dime, ¿valió la pena? Éramos tan perfectos…»

Si te preguntaran después de todos estos años si había valido la pena irte y dejar a quien, probablemente, había sido el amor de tu vida, solo por verlo triunfar, dirías un rotundo sí. 

Todo tu sufrimiento y soledad tras dejarlo, definitivamente, había valido la pena; todas y cada una de tus lágrimas habían sido recompensadas. 

Verlo feliz y con éxito era tu mayor recompensa, y pensar que tú cooperaste para ello, aunque tan solo fuese con un 0’0001%, ya era suficiente.

Hello!!!!!🐱

Omg, literal, MIL AÑOS DESDE EL ÚLTIMO SONG ESCENARIO.

¡¡Esperamos que os haya gustado!!

Hacía tiempo que no escribíamos este tipo de escenarios. Es el único pedido que teníamos en el askbox sobre un SONG escenario, así que seguramente no habrá más de este tipo hasta... no sé????? 😂

En fin,

¡Un beso muuuuuy fuerte para todaaaas!🌸💜

[noaaaahblack]

Stress Out (CastielxSucrette) episodio 17

Aviso de Spoiler del episodio 17.

Hola chicas.

Acabo de ver por fin el episodio 17 en ruta Castiel, Nath y Rayan, veré más tarde lo de Priya y Nath. Y mientras estaba viendo a mi ruta de corazón, Castiel, me imagine un escenario super bonito en mi cabeza.

Imaginaos, por un segundo, que Nath no hubiese desaparecido, que simplemente estuviese allí, que no hubiese movida con ese tema y fuese todo maravilloso. Por fin has conseguido entregar tu tesina, y hace unas horas le habías pedido ayuda a tu novio con el tema de imprimir la misma, y justo, en ese momento, cuando piensas que quieres contárselo a él, te llama.

Imaginaos eso.

Y si no podéis…

Tenéis suerte, lo voy a escribir. (Suerte la mía, que quería escribirlo xD)

Avisos: He inspirado la situación y conversación que tendría yo con mi pareja después de todo ese estrés, creo que es muy sano expresarse como deseas con tu pareja y si quieres compartir tu estrés para liberarlo, es totalmente normal y que tu pareja deberá entenderte como tú le entenderás a él. (Cuando no te están atacando con todo ese estrés, obvio). Y bueno, contiene un leve spoiler del episodio 17 como puse con anterioridad.

….

“Stress Out”

Justo cuando pensaba en ti, me llamaste.

 Justo en ese momento, ahí, ahí es cuando te das cuenta de que tus preocupaciones, que te llevaban a la obsesión, se habían esfumado, que habían perdido contra ti. Y te sentías libre, libre y tan jodidamente calmada que solo querías gritar de euforia por el reto impuesto que habías superado.

Era una especie de superación personal que todo el mundo deseaba por algún momento en su vida.

Y en serio, era liberador.

Liberador en tu garganta que había estado cerrada, de la voz constante que gritaba en tu cabeza que ibas a fallar, que algo iba a fallar y la necesidad compulsiva de no poder hacer nada para evitarlo.

Dios, era quitarte quilos y años de encima.

Una liberación.

¡Oh, dios! ¡Castiel! ¡Maldita sea, tengo que contárselo, tengo que decirle que ya está, que por fin ha terminado! ¡Y sobre todo después de haberle llamado como le llamé antes por lo de imprimir!

Mi teléfono resonó en ese mismo instante.

¿No?

Oh, dios, maldita sea, ¡¿no?! Dios, es él.

Sí, maldita sea, es él. ¿Cómo es posible, que ahora, cuando estoy ahí pensando en llamarle me llamé él? Lo sé, es completamente una locura… suena como el maldito destino. Y sí, en el fondo lo sé, suena al típico cuelgue de adolescente idiota, pero eso no es real, es solo la gente envidiando el no haberlo sentido como yo lo siento.

Puedes amar a tantas personas en tu vida, da igual que terminé para el año, en dos meses, ¿a caso te embarcas en una relación romántica con alguien y te pones a pensar en que lo que ha vivido no contará cuando rompáis? A veces las cosas no son reales por la presión social, a veces lo son, aunque sea por poco tiempo, cuando quieres a alguien de verdad, no piensas en lo que pasará, piensas en conservarlo y en desear seguir con esa persona a tu lado más años de tu vida, más meses, lo que sea. Y yo… estoy segura de él.

Tan segura que estoy dispuesta a romantizar la situación diciendo que es el destino, porque es bonito, porque me hace sumamente feliz pensar que realmente estábamos destinados.

-       ¡Castiel! ¡Dios mío, estamos conectados! ¡Iba a llamarte!

-       Ey, ¿ha ido bien con la tesina al final?

-       Dios, casi me da un ataque ahí dentro, al final fui a la enfermería, dispuesta a coger todas esas pastillas y terminar con mi destino cruel, pero Rafael estaba ahí, y dios, tenía una maldita impresora. ¡Pero era tan lenta, quedaban solo 3 minutos y ni siquiera estaba funcionando el ordenador! ¡Te juro que corrí, llorando, todo este dolor por una mísera página, UNA SOLA, CASTIEL, LA MALDITA DIECINUEVE, MI NÚMERO MALDITO A PARTIR DE AHORA, ¿ENTIENDES?, Maldita sea, maldita sea, estaba al borde. ¡¿Y te puedes creer que cuando llegué al lugar de entrega, las 4 Y UN MALDITOS MINUTOS, CUANDO EL MALDITO RESPONSABLE ADMINISTRATIVO ME HABÍA DICHO, ahí al fondo, EL SEÑOR LEBARDE ILUMINANDO MI DESTINO CRUEL!? Una. Confusión. De. Horario. Sí. Sí. Lo sé. Te doy un momento para que lo proceses. ¡Te puedes creer que he sufrido tanto para tener todas unas malditas siete horas más y no unos quince minutos escasos de dolor y sufrimiento!  ¿Cómo te quedas?

El silencio siguió mi discurso.

Me quedé allí, teniendo miedo de que mi discurso le hubiese perturbado un poco, solo quería reírme de la situación como, mira, me agobiaba realmente por nada, tengo que empezar a relajarme, por eso vamos a hacer humor. Pero a su vez, una risa clara y cristalina se coló en mi tímpano.

La suya.

-       Me has soltado toda esta información tan… bien narrada, dios, podrías ser parte de uno de los mejores monólogos de “a todos nos ha pasado y es super gracioso como hablas de ello”, piénsalo, quizás tengas futuro.

Bromea.

Sonrió como una idiota.

-       Dios, quiero abrazarte tanto.

-       Yo quiero hacerlo también.

Ni siquiera sé porque doy explicaciones de querer lanzarme al vacío con él, creo que es mi destino, las cosas que me hace sentir con su risa, la forma en la que nos entendemos, bromeamos y nos comunicamos, el nivel de confianza que trasmite cada vez más, como se abre para que le conozca, para que nos acerquemos más, como, igual que yo, peleamos día a día por mantenerla.

-       Es una pena que tenga ensayo hasta las nueve y media.

-       Lo sé. Por cierto, es un poco absurdo, porque ya me lo has dicho antes, pero… ¿entonces tu tesina todo bien? Siento que he acaparado toda la atención con este tema y tus estudios me importan también.

-       Lo sé, sí, todo correcto, imprimí la mía hace mucho tiempo.

-       Preguntaría por el tema, pero me lo contarás más tarde, demasiadas tesinas en mi mente por ahora.

Se ríe de nuevo y me lo imagino allí, en su salón, mirando por la ventana o sentado en ese salón solo, me lo imagino hablando conmigo y echándome de menos como yo a él, queriendo ir a su lado para abrazarle.

-       Dios, quiero abrazarte.

Me dice.

Y es exactamente lo mismo que estaba pensando.

[dreamedsilverwings]

Marked

Todos tienen una marca al nacer, una cicatriz con el nombre de la persona con que vas a compartir tu vida. Ichigo tenía una en su pecho, pequeña pero muy profunda, un nombre en katakana. Pero extrañamente también una pequeña y delicada cicatriz en su muñeca con el nombre de una de sus compañeras de clase. Todo iba perfecto hasta que el destino lo alcanzó.

También en FF y AO3.

I   II   III

Capítulo 3

El día llegó antes de que Ichigo quisiera. No quería lastimar a su compañera, pero de verdad no perdía la esperanza de encontrar a Rukia, y aceptar salir con ella aunque estuvieran acompañados de Tatsuki en cierta forma era una especie de compromiso con la chica de cabello naranja. Aunque siendo sincero al parecer ella ya creía que tenían algo desde que hablo con ella sobre su segunda marca.

¿Qué se supone que debía hacer? ¿Cómo le diría a Inoue que no correspondía sus sentimientos sin lastimarla y sin que Tatsuki le rompiera la nariz?

Sabía que era inútil preocuparse, de nada le iba a servir. Y para colmo Yuzu lo convención de usar este año un yukata. Había sido muy rudo con su hermana los últimos días, y que Karin hubiera aceptado lo termino de convencer, incluso su papá se compró uno para ir "igual" que sus vástagos.

Vio bajar de las escaleras a su padre con un yukata gris, le dio una patada antes de que se acercara a sus hermanas y tratara de atar el obi de Yuzu. Esa normalmente era la tarea de su madre, pero desde hace siete años que ella ya no está y aunque la menor de las mellizas arreglaba el yukata de Karin, ella no sabe cómo hacerlo en el suyo. Le tomo varios intentos, pero no se desanimó hasta que vio que su hermana sonreía al ver el moño doble en el espejo.

Karin usaba un yukata que en lugar de flores por toda la tela tenía lunares de colores índigo, turquesa y rosa pastel -seguramente su hermana lo había escogido- y Yuzu usaba uno de color blanco con girasoles y peonías decorándolo.

Se encargó del propio, no era tan vistoso como el de sus hermanas.

Por un momento antes de salir se permitió ver a sus hermanas, en ellas estaban desapareciendo poco a poco los rasgos infantiles, le costaba algo de trabajo aceptar el hecho de que algún día llegaría alguien a arrebatarle a sus bebes. Ichigo cuando era pequeño nunca le preguntó a su madre, pero de todas formas más tarde decidió que no quería saber los nombres que estaban en el cuerpo de sus hermanas. No creía poder aceptar que ellas estaban atadas a un hombre desde su nacimiento.

—Onii-chan, levanta a papá. No me quiero perder nada del festival.

—Ya voy— sacudió a su padre, que al poco tiempo reacciono—, vamos viejo, se nos va a hacer tarde.

— ¡Pero que hermosas hijas tengo! ¡Igual de hermosas que su madre!— el hombre inmediatamente abrazo a sus hijas con ambos brazos levantándolas del suelo—. Una lástima que mi único hijo varón no sea tan apuesto como su padre.

Ichigo rodó los ojos, ni siquiera valía la pena molestarse por eso.

Llegó al festival casi siendo arrastrado por Yuzu, que parecía que realmente había una razón en especial para que hubiera tanta prisa para hacerlo llegar al festival, y es que su hermano normalmente no los acompañaba desde que entro a la preparatoria, pues en su lugar caminaba y comía con sus amigos una o dos horas y después volvía a casa sin esperar el inicio de la proyección de los fuegos artificiales.

Paseo con sus hermanas y su padre aguantando las niñadas de su papá, comieron takoyaki e Ichigo incluso se permitió el gusto de comer uno que otro dulce. Ichigo debía de admitir que genuinamente feliz de estar en estos momentos con su familia, trataba de no pensar en su "cita" con su compañera de clases, pero sabía que el tiempo ya estaba en su contra. Cuando vio a Tatsuki saludarlo a la lejanía con Orihime a su lado, ambas con yukata de color rojo y celeste respectivamente, Ichigo sabía que todo había comenzado. Al menos no haría el ridículo siendo él el único usando la vestimenta tradicional.

Al final había sido una peor idea de lo que había pensado, no porque le desagradara estar con Tatsuki e Inoue, sino por cómo los estaban viendo, como si su cabello no hubiera llamado suficiente la atención, el estar acompañado de dos mujeres que obviamente no eran su familia llamaba la atención de aquellos que parecían tener nada mejor que hacer. Seguramente pensaban que era un yakuza que casualmente sacaba a pasear a sus mujeres.

Orihime continuaba paseando con tranquilidad, quizás no se había dado cuenta o simplemente les ignoraba, pero Tatsuki definitivamente se había dado cuenta de las miradas que recibían, y la incomodaban tanto como a él.

Terminaron decidiendo que lo mejor era alejarse de los lugares concurridos, y poco a poco Ichigo notó que estaba siendo llevado hacia un pequeño puente de madera.

—Pensé en que sería agradable ver los fuegos artificiales.

Tatsuki se encogió en hombros y acabo poniéndose al lado izquierdo de Ichigo mientras Orihime del derecho. Aunque le regalo una expresión dudosa ella ni se inmuto, así que supuso que se trataba de exageraciones suyas y se regaño a si mismo pensando que debería de confiar en su amiga y disfrutar del show que llevaba años sin disfrutar. Mientras Ichigo escuchaba los primeros juegos artificiales explotar, se percató gracias a su visión periférica que Tatsuki ya no estaba allí. Frunció el ceño ¿A dónde había ido? Volteo a ver a la muchacha a su derecha.

—Inoue ¿Sabes dónde está…?

Sintió un abrazó repentino en sus hombros al tiempo que su pregunta murió, y el brusco contacto en sus labios con los de la chica de cabellos naranjas que en estos momentos cambiaba ligeramente de color debido a las luces de la pirotecnia. Ichigo se sintió extraño, más bien no estaba la chispa que supuestamente se sentía al dar el primer beso con tu destinado, de hecho ni siquiera tenía los ojos cerrados. Era consciente de que tan solo habían sido unos segundos, pero su incomodidad le hizo sentir que fue mucho más tiempo.

Ella se separó de él aunque no tan sonrojada como esperaba. Trató de sonreír, pero Orihime no era boba, obviamente había percibido su incomodidad.

—Kurosaki-kun… quería que tú fueras tu quien lo hiciera, pero ya no quiero esperar— ella bajo la vista para mirar sus propios pies, tan nerviosa como siempre. Él también estaba nervioso sabía por dónde iba esto—, estamos destinados. No hay porque esperar.

Ella le vio a los ojos, ya no había tanto nerviosismo como antes, parecía muy emocionada, estaba sonriendo y con las mejillas ligeramente sonrojadas. Estaba expectante, quería saber si sus palabras habían servido de algo, no podía simplemente dejarla allí. No era esa clase de persona.

—Inoue, no te ofendas pero… creo que vas demasiado pronto.

— ¿Eh?

—Hay cosas que quiero hacer, aún somos muy jóvenes.

—Tenemos dieciséis, casi diecisiete.

—Pero aún falta mucho ¿No quieres ir a la universidad? Creí que tenías deseos de hacerlo.

Ella asintió, pero aun así seguía firme.

—Pero si estoy contigo todo estará bien Kurosaki-kun.

—No puedes ponerme por encima de todo— el frunció el ceño, estas ideas no eran buenas para Inoue—, debes de pensar primero en ti misma.

—Es por ella verdad— al notar el semblante confundido del muchacho continuó—, es por Rukia, ¿Verdad?

—No Inoue, no es por ella— no iba a lastimarla más, pero ella negó con su cabeza mientras se mordía los labios y sentía las lágrimas invadir sus ojos—, ¿Cómo podría querer a alguien que ni siquiera conozco?

—No lo sé Kurosaki-kun. Yo sólo sé que estoy aquí, estoy dispuesta a dejar todo por ti ¿Por qué no puedes hacer lo mismo? ¿Por qué te aferras a alguien que quizás nunca conozcas? Yo te amo, te amo desde que era una niña y ella ni siquiera se ha aparecido ¿Por qué?

—Yo no lo sé— escucho que Inoue sollozaba, pero no se atrevió a tratar de darle algo de confort aunque ella se dobló en sí misma mientras dejaba salir un quejido, tratando de ocultar su vergüenza y la cara que ya se encontraba empapada—. Lo siento mucho, pero en estos momentos yo no quiero estar en una relación sentimental.

Ella se levantó y se le escapo un suspiro triste al mismo tiempo que se limpió las lágrimas, y acabo dando la vuelta para correr lejos. No la persiguió, decidió no hacerlo mientras veía su kimono de color a juego con sus horquillas desaparecía entre la multitud. Supuso que necesitaba estar sola.

Se quedo parado allí mismo mientras veía a las personas ir y venir, su familia lo más seguro es que no permanecía en el festival, pero en estos momentos de verdad quería estar solo, poder pensar en un acontecimiento como aquel. Quizás estaba exagerando demasiado, tan sólo había sido un beso, no debería de darle esa importancia. Estaba seguro de que de haber sido una chica con la que le tuviera más confianza se hubiera molestado porque alguien podía verlos y eso arruinaría su reputación, pero sabía que Inoue era demasiado frágil como para soportar esas palabras, aunque haberla dejado ir como lo hizo no fue lo mejor tampoco, de verdad se veía destrozada. El verdaderamente deseaba poder corresponderle, pero por alguna razón no podía hacerlo, y dudaba que algún día lo logrará.

— ¿Cuál es el camino que debo tomar mamá? ¿Debo corresponderle o esperar la llegada de Rukia?— vio al cielo, como esperando una respuesta que le guiara, lo único que recibió a cambio fue una gota de agua en su mejilla, como si alguien allá arriba se estuviera burlando de él—. Maldita lluvia.

Nunca podría estar seguro de como paso, pero para cuando se dio cuenta de los hechos no había absolutamente nada que hacer. Simplemente caminaba de regreso a casa, debía confesar que no estaba poniendo mucho cuidado porque se encontraba más concentrado en buscar la manera de resultar menos mojado en lugar de voltear a hacia los lados al cruzar la calle. Siempre pensó que era demasiado rápido como para que algo como esto le pasara, recordó que a veces consideraba que había que ser tonto para que algo así te pasase, pero al parecer de verdad alguien allá arriba se quería burlar de él por todo lo que era, por lo que había hecho y pensado. Quizás el destino quisiera darle una reprimenda por negarse tanto a seguirle la corriente.

Ni él ni la otra persona que ni siquiera conocían podían hacer nada para arreglarlo. Yuzu probablemente le regañaría diciéndole que había solución para todo, menos la muerte. Pero ese era precisamente su problema.

Ichigo Kurosaki había muerto.