Tumgik
#Es que es un pedazo de pendejo ese man parce
that-soccer-guru · 9 months
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Parce, no era sino que regresara Abadía al banco para empezar perdiendo el partido
Mi madre me mando un audio que solo decia "Abadia deberia quedarse en la tribuna mas bien," y... tiene toda la razon.
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tintius · 4 years
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Cuentos de sobremesa
EL VICIO DE COMER.
I
Estaba cansado de comer. Ya era un vicio. Se leyó de joven “El artista del hambre” de Kafta,  y le pareció muy simple.  Solo ir desapareciendo hasta volverse una pajilla. ¡Qué tonto! . El problema no era alimentarse  o resisitir el hambre. El problema era hacer la deglución y eso era lo que le cansaba.  Buscarse la comida, luego abrir  la boca y estimular la saliva para después hacer un bolo y pasarlo desde el esófago hasta el estómago. Qué rutina por siglos. Qué falta de inventiva. Además ¡qué pereza hacerlo!. Abrió el trozo de diario viejo, uno de tantos en que envolvía las sobras de los restaurantes para luego, sentado en el andén, masticarlas o mascarlas y tragarlas simplemente. Era un trozo de la página doce en el que se leía el nombre del muerto. Asesinado un hombre para robarle su teléfono celular. Otro muerto, otro celular. Mañana vendrán a ofrecerlo en esta misma esquina por unos pesos, y un hombre bien vestido lo comprará para engañar a los comerciantes legales. Y el ladrón, que casi siempre no es el mismo asesino, sino primo, amigo o en nada familiar de quien lo recibió en el último eslabón de la cadena, se comprará un porro, un vareto, un frasco de pegamento  o un pan. Bueno, cualquier cosa es comida, siempre y cuando entre al cuerpo por cualquier vía. Será que hay comida que entre por la vía anal? Se preguntaba y se reía de su torpe chiste. Pero igual, le preguntaría al doctor que por las mañanas pasaba de prisa hacia el norte y de vez en cuando le regalaba una moneda. El mismo que un día se conmovió con sus convulsiones febriles y le aplicó un menjurje que llevaba en su maletín, una inyección etiquetada como “muestra gratis”. Ese doctor me responderá  la pregunta o se reirá de ella. De cualquier manera no me importa. Pero se lo preguntaré en la mañana porque en las noches pasa borracho y no me reconoce. Y en ese estado, ni que me aplique un menjurje de su maleta entreabierta.
Comió la sobra contenida en el pedazo de papel lo tiró y se abrigó con el resto de diario. Cuando el doctor pasó con su maletín entreabiero, lo miró sin reconocerlo. Ya estaba dormido.
II
Esta mañana el policía tardó en despertarlo. Esta vez no lo hizo como  siempre con el  bastón en sus canillas. Quizá era domingo, qué sabe un “desechable” cuándo es domingo o lunes. El doctor no pasó o ya había pasado. O se murió. ¿Mueren los doctores?. ¿No pueden curarse a sí mismos? Otro chiste pendejo que me hago. Me estoy volviendo tonto. Y eso que sólo como sobras y no me gustan esas drogas que tiran mis parceros. ¡Son tan caras! Hay que matar para robar celulares y comprarlas. Ellos dicen que soy una güeva porque no tiro vicio y en cambio me mantengo pensando en pendejadas. Uno me llamó alguna vez “el filósofo”. El doctor me dijo que era una palabra buena y nada tenía que ver con hambriento. Como nosotros le decimos “filo” al hambre, yo le casqué al parcero mientras averiguaba, por sospecha no más. Después le pedí perdón.
El doctor ya pasó o se murió, pero un parcero me dice que existen unos supositorios. Que pregunte mejor por eso en la farmacia y me los meta por el culo. Este me cree marica. También le casqué…mientras averiguo qué es eso. Pero me late que son parecidos a unos tubos empapados con vicio y que se meten las muchachas para que no les huela la boca a alcohol y así dizque se emborrachan. Lo que no sé es por donde se los meten y me da risa pensar en un culo borracho. Ay, y si de pronto es por donde estoy pensando?. Chimba de borrachera, parce.
 III
El marica de policía hoy sí me coronó, lo que quiere decir que esta mañana  me levanté temprano. Y qué rabia porque anoche que sí me conseguí unos cartones más calientitos…güevón de polocho y le regaló los cartones al man que recoge y vende la chatarra. Bien, pero hablé con el doctor y le comenté mi idea, comer por otra parte diferente a la boca. El  estaba como de afán y no le entendí bien lo de ósmosis, ni qué mierda, pero sí lo de las raíces de la plantas. Eso sí me lo imaginaba porque las pobres plantas no tienen boca ni tragadero. Un man hace tiempo me dijo que había plantas carnívoras. Marica, si lo veo otra vez le casco por mamarme gallo. ¡Plantas carnívoras!, si ellas son vegetarianas. En fin, el doctor dice que sí es por el culo lo de los supositorios y que la idea mía de no tragar es para pensarla y experimentarla “dado que los organismos pueden asimilar sustancias mediante ósmosis y convertirlas de la misma manera que lo hacen los humanos cuando digieren”. Ese doctor sí habla bacano, parce. Aunque yo le entiendo menos que más. Mejor dicho, no le entiendo pero le creo la última frase: “Sí es posible”.
 IV
Son las siete de la noche y el sol ha dejado calientes las aceras. Hoy no va a necesitar de periódicos ni cartones. Por lo menos mientras se duerme. Debajo de su chaqueta vieja, a medio terminar, un frasco de pegamento se evapora y se mete por sus narices. Tiene un par de celulares en el bolsillo que amarra contra sus muslos. Mañana los venderá para comer o para tirar vicio. Se duerme. A su lado, páginas medio rotas de un periódico dejan ver dos titulares: en la página 12, “Asesinadas dos personas más para robarles el teléfono celular”. Y en la página 4, “Se investiga sobre absorción de alimentos por ósmosis mediante tampones”.
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