Tumgik
#Espero que te guste aunque sea algo cutre
arthxrclang-blog · 6 years
Text
“Deberíamos ir entrando.” — @wxlkerm
—Ya voy, ya voy —dijo el británico quitando un poco de ceniza de su cigarrillo—. Te prometo que esta es la última calada —afirmó antes de poner de nuevo el cilindro entre sus labios y dar una buena calada, apagándolo en el cenicero de la papelera y tirándolo en la misma. 
Tumblr media
6 notes · View notes
teheesperadotanto · 3 years
Text
13 de Marzo de 2017
Mi amor es un lunes por la madrugada y nuevamente tu cara viene a mi pensamiento, ¿porqué eres tan perfecta? ¿Porque? Ojalá pudieras respóndeme y darme un abrazo, mi amor te dire más de 100 razones por las cuales te amo y cosas que amo de ti, espero algún día puedas leer esto,
RAZONES POR LAS CUALES TE AMO Y COSAS QUE AMO DE TI.
1 Amo tus ojos cafés.
2 Amo tus besos tan cálidos.
3 Amo tu risa que llena de vida.
4 Amo tu nariz que me da tanta ternura.
5 Amo tu mirada llena de amor.
6 Amo tu positividad ante todo.
7 Amo tus pies fríos.
8 Amo tu aroma.
9 Amo tu cabello.
10 Amo tu voz que me calma el corazón.
11. Porque eres capaz de soportar mis manías.
12. Por soportar mis enfados.
13. Por esas peleas de cosquillas que siempre ganabas.
14. Por esas veces que me miraba sin decir nada pero en realidad lo dices todo.
15. Por esos mimitos que teníamos en el sofá.
16. Por esa vez que te dije te amo sin esperarlo.
17. Por hacer que eso que tú y yo sabemos fue especial.
18. Por esos abrazos que me daba tanta fuerza.
19. Por todos los besos de despedida y regresar por más.
20. Porque me fuiste fiel.
21. Por enseñarme a amar en alguien 100%.
22. Por quitarme un poquitititititititiiiiiito los complejos.
23. Por decirme que para ti soy guapo..
24. Por las guerras de besos que siempre gane.
25. Por cada salida y beso que recordaremos.
26. Por cada día a tu lado.
27. Por aguantar mis pucheros.
28. Por comprenderme como nadie.
29. Por aguantarme cuando estaba horny.
30. Por las sonrisas que me provocaste con solo verte.
31. Por esas conversaciones por teléfono de 5 horas.
32. Por escucharme, comprenderme y aconsejarme siempre que lo necesito.
33. Por que me apoyaste en lo bueno y corregirme en lo malo.
34. Por calmarme cuando me daban “ataques de nervios".
35. Por darme los mejores momentos de mi vida.
36. Por todos los recuerdos que hemos creado juntos.
37. Porque serás el única en todos los aspectos.
38. Porque no te cambiaría por nada del mundo.
39. Por esos mensajes ñoños.
40. Por nuestras tonterías en el metro.
41. Por ser tan sumamente empalagosos.
42. Porque siempre me quisiste ver feliz.
43. Por esas noche de mensajes.
44. Por las canciones que te recuerdan a ti.
45. Por nuestra canción en la radio
46. Porque estábamos conectados.
47. Porque me haces extremadamente feliz.
48. Porque me has enseñado lo que es amar de verdad a alguien.
49. Porque me soportabas todos los días, aunque sea en la distancia.
50. Porque ningún km nos separa.
51. Por perdonar todos mis errores, que no han sido pocos.
52. Por dormir a mi lado cuando podíamos.
53. Porque me conoces mejor que nadie.
54. Porque estarás en mi corazón cada día de mi vida.
55. Por secarme las lágrimas.
56. Por siempre me recordabas que me amas.
57. Por tu paciencia.
58. Porque nos complementamos perfectamente, ya sabes, uno nervioso y tú tranquila... etc.
59. Por nuestros juegos.
60. Por nuestros sueños que espero y se hagan realidad.
61. Por no decir nada y expresar todo.
62. Por los días compartidos.
63. Por querer y ayudarme a cumplir mis metas.
64. Porque te preocupabas por que estudie.
65. Por hacerme soñar contigo.
66. Por cuando te escribo me siento en paz.
67. Por los dulces sueños que me dabas.
68. Porque cada momento a tu lado vale la pena.
69. Por todos los buenos y malos ratos juntos.
70. Por nuestras peleas, normalmente tontas.
71. Porque a pesar de no ser perfecto, me hacias sentir que lo soy.
72. Porque siempre me baso en ti cuando me piden que escriba algo sobre el amor.
73. Porque llegaste cuando más te necesitaba.
74. Porque el mínimo detalle que hubiese sido distinto en el principio de nuestra historia habría hecho que todo fuera distinto, y sin embargo, las cosas han sido así... eso es que estabamos destinados a estar juntos, no?
75. Por cada caricia que me dabas.
76. Por quererme como nadie lo ha hecho y lo hará nunca.
77. Por nuestras salidas.
78. Porque me encanta como me mimas.
79. Por nuestras salidas a pasear, comer, cenar,...
80. Por venir a mi vida.
81. Por abrirme las puertas de tu casa.
82. Por todos los buenos ratos que hemos dado.
83. Porque por ti hago estas ñoñadas cutres, pero que se que te encantan.
84. Por enseñarme tus gustos.
85. Por tranquilizarme cuando me pasaban cosas.
86. Por esas risas que nos hacían terminar en abrazos.
87. Por ser quien acerco.
88. Por el dia en el que nos conocimos.
89. Porque contigo he acabado siendo algo que nunca habría imaginado.
90. Porque por ti he hecho cosas que siempre había dicho que no haría.
91. Por cambiarme tanto.
92. Por aguantar mis payasadas tontas.
93. Por aguantar cosas que te he dicho y te han dolido.
94. Por serme sincera.
95. Por decirme siempre lo que piensas, me guste o no.
96. Porque haces que mis lágrimas se conviertan en sonrisas.
97. Por todas las tonterías que eres capaz de hacer para que me ría.
98. Porque nunca te diría que no.
99. Por cuando me tomas de la nada y me besas.
100. Por las veces que me cantabas.
101. Por todos los desayunos que te lleve.
102. Por nuestra primer shopping juntos.
103. Por enseñarme a que puedo ser feliz.
104. Por hacerme pasar esos días geniales con tu familia.
105. Por hacer todo lo posible para que no me ganara la tristeza pues por ti estoy en terapia mi amor.
106. Por nuestros frappes.
107. Por esos días en la casa de flojos.
108. Por esas comidas compartidas.
109. Por esas cartas románticas.
110. Por hacer que me sienta increíble aún que no lo sea.
111. Por enseñarme a ser un poquito más ordenado.
112. Por enseñarme lo que es realmente importante en la vida.
113. Por hacerme un poco menos caprichoso
114. Porque cada día estoy más enamorada de ti.
115. Porque siempre me haces irme a dormir con una sonrisa.
116. Por esos besos tan apasionados.
117. Por ser mi inspiración .
118. Por esa tarde en el planetario.
Te amo.
107 notes · View notes
ningyolita · 7 years
Text
¡Feliz cumpleaños, Zenny!  [Zen / MC]
Llevaba preparando este texto cierto tiempo, porque mi primer husbando no cumple años todos los días. Me hubiera gustado alargarlo más en cuanto a diálogos o sentimientos, pero aquello podría haber sido eterno y tedioso para aquél que tenga ganas de leerlo ><
En fin, sólo me queda añadir... ¡Felicidades Hyun!
Su agitación había terminado por despertarla.
No hacía más que moverse y murmurar en sueños, su frente se había perlado de sudor, incluso. Pero fue un grito ahogado lo que terminó por sacarlo de tal ensoñación, a coger el móvil sin demora, buscando el número de ella.
Un móvil empezó a vibrar en la mesilla contraria.
Y entonces volvió al presente.
No era necesario perder el tiempo con llamadas, puesto que ella se encontraba a su lado, mirándolo con unos ojos velados por el afecto, su constelación a la hora de encontrar el camino a sus brazos.
- ¿Qué ha pasado, Zenny?
Él se acomodó en su pecho, respirando ese aroma ya tan familiar, sosegado por el ritmo de su corazón.
- He tenido un sueño horrible. Seven se empeñaba en mandarme una tonelada de cartón por mi cumpleaños, Jaehee era un calentador de agua, Yoosung una tortilla que por poco muere a manos de una panda de gorriones… Y lo peor, ese estúpido niño rico se convertía en un gato aficionado a las sustancias ilegales. Espero que no sea un sueño premonitorio.
Ella se rió quedamente, notando él como se agitaba todo su cuerpo. La abrazó aún más fuerte, mientras se relajaba con el ir y venir de sus manos entre hebras de plata.
- Seguro que no, bobo. Venga, a dormir.
Y así lo hizo. Lo que no dejaba de ser una complicación para ella. Tenía muchas cosas que preparar mientras su chico dormía. Era su primer cumpleaños juntos y, bueno, realmente quería que fuera algo especial.
Zafándose de sus brazos con la mayor delicadeza posible, se atrincheró en el salón, rodeada de pequeños detalles que pedían a gritos un envoltorio.
Esperaba que todo saliera según lo previsto.
* * *
Lo despertó el olor a café y las sábanas frías.
¿Dónde estaba ella?
Con los ojos aún cerrados, notó como unos dedos conocidos le apartaban el pelo del rostro, labios de azúcar.
- Feliz cumpleaños, Hyun.
- Gracias.
Su voz aún estaba ronca, sus ojos pesados por un último vestigio de sueño. Pero la fuerza de sus brazos era patente cuando la arrastró debajo de las sábanas, buscando piel y besos.
Aunque ella hubo de detenerlo.
- Ahora no.
- ¿Por qué no?
- Porque no.
- Pero es mi cumpleaños.
- Y por eso mismo, deberías empezar a pensar en levantarte, va.
Huyó de su lado con la frialdad de un cubito de hielo. Entre murmullos del más puro descontento, él se sumergió en el agua caliente, intentando que el vapor nublara las imágenes tan presentes en su cabeza. Una vez bien despejado, comenzó el ritual de cada día, y cómo no, la incesante búsqueda de una goma de pelo, esos objetos escurridizos que siempre desaparecen cuando más los necesitas.
Pero al abrir el cajón se encontró un paquetito con una nota.
“¡Feliz cumpleaños! Espero que estas no las pierdas (me he asegurado de que sean muchas).”
En efecto, al rasgar el papel se encontró con lo que parecían un millar de gomas.
Sonrió sin poder evitarlo. Fue a buscarla.
Lo esperaba con una taza de café y un plato de fruta.
- ¿Y esto? –le mostró las gomas, señaló el plato.
- No todos los días se cumplen los 24 –se acercó un paso, dejando el desayuno de lado – es la primera vez que celebramos tu cumpleaños juntos.
La abrazó sin mediar palabra, buscando su boca en un roce que se tornó voraz.
Y ella, de nuevo, lo apartó.
- El desayuno es mi segundo regalo. Espero que te guste.
Aquello era divertido, pero también frustrante. Mucho. Demasiado.
En fin, a pesar de tratarse de un día especial para ambos, los horarios dejaban mucho que desear: entrenamiento por la mañana, ensayo por la tarde. Había intentado escaquearse, pero estaba visto que la suerte no estaba de su lado.
Ella se marchó primero dejando un rastro de excusas hasta la puerta. Se despidieron con un nuevo beso.
Cuando fue a prepararse para el gimnasio, una serie de nuevos paquetitos lo esperaban.
Calcetines nuevos en el cajón, seguramente, los más feos que había en la tienda, repletos de notas musicales de colores.
“¿Qué es un cumpleaños sin unos calcetines horribles? Espero que, al menos, no los aborrezcas.”
Se los llevó puestos.
Un marco de fotos dado la vuelta sobre su mesilla. Su foto favorita de aquella primera fiesta.
“Aún no éramos nada, pero para mí significabas un mundo.”
Se dio cuenta de que alguien había colgado un nuevo llavero de las llaves de casa. Uno de esos que están divididos en dos. Medio corazón.
“No puedo creer que semejante cursilería pueda parecerme algo tierno. Si llevas tú la segunda mitad, claro.”
El sexto regalo lo descubrió en la cinta de correr, cuando dio acceso a una lista de reproducción repleta de aquellas canciones especiales para ambos.
El séptimo y el octavo en los vestuarios, cuando en su mochila apareció un espejito de mano con un beso escarlata plantado en uno de los cristales, así como un bálsamo para labios.
“De verdad, Zenny, a veces no sé si le estoy haciendo regalos a mi novio o a mi mejor amiga.”
Un nuevo presente cuando llegó a casa a la hora de comer. Como era su costumbre, le gustaba esperarla con algo de música, que le permitía desconectar y concentrarse en la lectura de sus guiones.
Pero aquello… sonaba diferente. Conocido, pero nuevo.
Ahí estaba ella de nuevo. Uno de sus regalos.
Aunque también se encontró un par de paquetes sobre la mesa.
Una novela.
Vaya.
Osea, no es que no le gustara pero… ella sabía que no sentía especial atracción por la lectura.
Aunque cuando lo abrió se llevó una sorpresa al encontrarse prácticamente todas las páginas repletas de notas, señales que hablaban de recuerdos y semejanzas, de cómo los personajes trascendían las páginas para llegar a la realidad. Y una nota más.
“Ya lo sé, lo sé… pero esta novela es especial para mí, Zenny. En fin, sino te gusta, siempre quedará el otro paquete.”
Que se apresuró a abrir para encontrarse unas tapas de cartulina. Caligrafía familiar.
Su historia contada como un cuento de hadas, de una princesa y un príncipe maldito por su belleza.
Y de la última página, cayó una entrada.
“No es nuestra historia, pero sería un honor para mí que me acompañaras al teatro este fin de semana.”
Empezó a contar mentalmente. Once.
¿En serio iba a llegar hasta los 24 años que cumplía?
El timbre lo sacó de dudas. Ella.
Había venido a buscarlo con el fin invitarlo a comer en su restaurante favorito. Un tiempo a solas que agradeció enormemente.
- ¿Qué tal estás pasando el día?
- Genial, y eso que sólo vamos por la mitad.
Le guiñó el ojo y ella se removió en la silla, a medio camino entre el nervio y la emoción. De vuelta a casa intentó buscarla de nuevo.
Pero ella lo detuvo otra vez.
- Pasaré a buscarte después del ensayo. Tengo que irme a preparar unas cosas.
Y así, volvió a desaparecer.
Aquello empezaba a frustrarlo.
Pero tenía que irse al ensayo.
En el baño le esperaba un nuevo pack de regalos: tres botes etiquetados a mano identificados como mascarillas y exfoliantes; todo ello dentro de una caja pintada a mano llena de pequeños mensajes que derritieron su mal humor. Una nota.
“Completamente naturales y hechos por mí. Realmente no creo que puedan hacerte más guapo, pero oye, nunca se sabe.”
Durante el ensayo, dos nuevas sorpresas. Una entrega de flores y chocolate oculto en su mochila. ¿Cómo se había apañado para organizar todo aquello? No lo sabía, pero el aroma de las rosas blancas y rojas sólo pudo hacerlo feliz, por tenerla a ella, por pasar un día como aquel, insulso en un primer momento, para después tornarse lleno de alegría a cada minuto.
De vuelta a casa, toda la vivienda estaba inundada de un delicioso olor. Sus pasteles preferidos, recién hechos, recién traídos del carrito del vendedor que siempre rondaba su calle. La presencia de ella en la habitación a través de una nueva nota.
“Voy a por ti en breve, yo que tú me iría preparando. Hay algo para ti en el cuarto.”
Una camisa. Era un color precioso que favorecía el color de sus ojos.
Un… ¿peluche? Un muñequito de él en su papel de Zorro. Al levantarlo de la cama, se le cayó un ojo.
Ups.
“De acuerdo, es mi primer intento. Será cutre, pero guarda todo el amor del mundo en cada puntada.”
Única. Y tan especial.
Dejó de lado su retrato tuerto (él mismo se encargaría de ayudarla a arreglarlo al día siguiente), puesto que la nota era prometedora y no podía sino dar lo mejor de sí para estar presentable cuando ella viniera a buscarlo. Evidentemente, iba a estrenar esa camisa, así como alguna de las mascarillas, mientras devoraba los pastelillos en forma de pez.
Esta vez fueron sus llaves las que los sorprendieron, y prácticamente corriendo fue a buscarla para levantarla en volandas. Pero… vaya, su apariencia lo detuvo. Arreglada, con el pelo formando bucles en torno a su sonrisa, un vestido de falda amplia que denotaba la estrechez de su cintura, zapatos de tacón, labios de cereza.
Sin palabras.
- ¿Nos vamos?
Lo cogió de la mano sin darle tiempo a responder. No podían demorarse en exceso, puesto que un taxi los estaba esperando para llevarlos a su destino.
Una fiesta.
Y todos ellos. Desde sus compañeros de la R.F.A hasta gran parte de su compañía, hasta aquella bola de pelo se paseaba por la sala con un lazo rosa atado al collar (más le valía a Jumin que se mantuviera lejos de él).
Con ese sumaban 23. Y aunque disfrutó de la compañía de todos los invitados, miles de imágenes le sugerían ese último regalo.
Que no se hizo esperar demasiado.
Pues en cuanto cruzaron el umbral de su casa, ella lo atrapó frente a la puerta, lo enredó con su lengua y sus caricias, sin darle apenas tiempo a asimilar lo que estaba pasando.
- Feliz cumpleaños, Hyun.
Fue un mero susurro cuando sus labios se separaron.
Ella parecía volar, pero esta vez fue él quien puso el freno. Demorándose en cada poro de su cuello, cada fino recoveco, suspiro, piel de gallina con caricias de viento.
Con mano diestra le bajó la cremallera del vestido, con tacto seguro dejó que resbalara por sus hombros hasta llegar al suelo. Y de ahí levantó sus pies, llevándola en volandas hasta la cama que compartían todos los días, que ahora parecía un claro de luna, cuando la misma se coló por la ventana. Testigo mudo del cuerpo de ella, desnudo y suave, entregado a sus ojos de rubí. La tentó con su boca y sus manos, la acarició como a una criatura de cristal que pudiera romperse al más mínimo roce.
Pero ella no iba a hacerlo, no podía ser frágil. No ante esa mirada que revelaba la pronta venida de la bestia.
Estaba preparada para recibirlo, para sentir eso roce que perdía ritmo en cada embestida, que dejaba a su paso marcas de carmín en su blanca piel. Arañazos en la espalda de él. Llamadas que cortan la respiración. Nuevos besos, mareas de suspiros y un final ansiado por ambos.
Flotar.
Abrazos cansados, un beso entre hebras de plata.
Gracias por leer. Me encantaría conocer tu opinión~ 
4 notes · View notes