#Kavafis autore
Explore tagged Tumblr posts
Text
"Muri" di Konstantinos Kavafis: Un Grido Silenzioso d’Isolamento e Riflessione Interiore
La Prigione Invisibile dell’Anima nelle Parole di Kavafis
La Prigione Invisibile dell’Anima nelle Parole di Kavafis. Muri: Il Dolore dell’Isolamento nei Versi di Kavafis “Muri” di Konstantinos Kavafis è una poesia che esplora il tema dell’isolamento, dell’invisibile barriera che si erge tra l’individuo e il mondo esterno. Il testo è breve ma di grande intensità, e descrive il dolore dell’autore di fronte a muri costruiti “senza preavviso” e “senza…
#Alessandria today#alienazione#ANGOSCIA#barriera emotiva#barriera invisibile#blocchi emotivi#blocco esistenziale#cultura greca#Destino#Dolore Silenzioso#Emozioni profonde#Esilio interiore#ESPRESSIONE POETICA#Google News#introspezione#introspezione dell’anima#Introspezione poetica#isolamento interiore#italianewsmedia.com#Kavafis autore#KONSTANTINOS KAVAFIS#Letteratura classica#Lotta interiore#metafora dei muri#mondo interiore#Muri#paure nascoste#Pier Carlo Lava#poesia esistenziale#Poesia Greca
0 notes
Text
«Poesías completas», de Konstantino Kavafis

Primera vez leyendo a Kavafis (o Cavafis, según se transcribe más frecuentemente), y estuvo bastante bien. A quien esté interesado en la Antigüedad seguramente le guste, porque buena parte de sus poemas giran alrededor de personajes de la historia o de la mitología grecorromana. El amor (marcadamente homoerótico) y el paso del tiempo también están muy presentes. La escritura es sobria y directa, nada oscura ni demasiado cargada.
A la edición de Hiperión le falta una mejor introducción, pero al menos es traducción directa del griego y tiene algunas notas. Reúne los 154 poemas canónicos y 24 no recopilados por el autor, que, aunque no son todos (que son 305 según las ediciones más recientes), son suficientes. Una buena manera de conocerlo por primera vez también podría ser viendo esta conferencia de la Fundación Juan March en la que José María Pou recita varios de sus poemas según la traducción de Ramón Irigoyen, quien lo acompaña con comentarios.
“Velas”
Los días del futuro se alzan ante nosotros como una hilera de velas encendidas; doradas, vivaces, cálidas velas. Los días del pasado quedaron atrás, fúnebre hilera consumida donde las más cercanas aún humean, velas frías, torcidas y deshechas. No quiero verlas; su aspecto me aflige, me aflige recordar su luz primera. Miro ante mí las velas encendidas. No quiero volverme y estremecerme al contemplar qué rápidamente se alarga la hilera sombría, qué rápidamente crece con sus velas ya consumidas.
“Ventanas”
En esas habitaciones oscuras donde vivo pesados días, con qué anhelo contemplo a veces las ventanas. —Cuándo se abrirá una de ellas y qué ha de traerme—. Pero esa ventana no se encuentra, o yo no sé hallarla. Y quizá mejor sea así. Quizá esa luz fuese para mí otra tortura. Quién sabe cuántas cosas nuevas mostraría.
“Fin”
En medio del terror y de la sospecha, con la mente agitada y los ojos asustados, buscamos soluciones y planeamos qué hacer para escapar de la segura amenaza que tan espantosamente nos acecha. Y sin embargo nos equivocamos, ése no es nuestro camino; las noticias eran falsas (o no escuchamos, no comprendimos bien). Otro desastre, otro que nunca habíamos pensado, súbita, tempestuosamente cae sobre nosotros, y sin darnos tiempo —sin prepararnos— nos arrebata.
“Cuanto puedas”
Si imposible es hacer tu vida como quieres, por lo menos esfuérzate cuanto puedas en esto: no la envilezcas nunca en contacto excesivo con el mundo, con una excesiva frivolidad. No la envilezcas en el tráfago inútil o en el necio vacío de la estupidez cotidiana, y al cabo te resulte un huésped inoportuno.
“Monotonía”
Sigue un día monótono al otro día igualmente monótono, idéntico. Las mismas cosas sucederán de nuevo, una y otra vez las mismas circunstancias nos toman y nos dejan. A un mes sigue otro mes igual. Lo que vendrá fácilmente se adivina; serán las mismas cosas de ayer. Y el mañana nunca parece ese mañana.
“Los pasos”
Sobre una cama de ébano, adornada con águilas de coral, duerme profundamente Nerón. Inconsciente, tranquilo y feliz; floreciendo en la salud de su carne y en el hermoso ardor de su juventud. Pero en la estancia de alabastro que cierra el antiguo templo de los Enobarbos cuán inquietos están sus Lares. Tiemblan todos aquellos pequeños dioses y se esfuerzan por ocultar sus insignificantes cuerpos. Porque han escuchado un sonido terrible, un sonido de muerte subiendo la escalera; pasos de hierro que hacen temblar los peldaños. Y asustados los miserables Lares se esconden en los rincones del templo, uno sobre otro cayendo y tropezando, un diosecillo sobre otro, porque saben ya qué imagen es la de ese ruido, han reconocido el paso de las Erinias.
2 notes
·
View notes
Text


LIVROS DO ANO | Ípsilon, Público
O SERMÃO DE NOÉ DENTRO DA ARCA E OUTROS POEMAS, de José António Almeida, integra as escolhas do Ípsilon, no Jornal Público (livros de poesia publicados em 2023).
A menção e a nota sobre a obra são de António Guerreiro, para ler na página 8 (ed. papel) ou aqui: https://www.publico.pt/.../melhores-2023-ipsilon-literatura/ (ed. online)
O SERMÃO DE NOÉ DENTRO DA ARCA E OUTROS POEMAS é o volume III do ciclo METAMORFOSES [obra em curso], e foi publicado em Outubro deste ano, com capa a partir de colagem do autor.
«O Alentejo não foi uma opção. Foram as circunstâncias, como diria Kavafis, que me impuseram uma certa “vila da província”. Talvez os meus poemas agradem mais ao homossexual dos velhos tempos do que ao jovem gay livre e emancipado dos dias de hoje. Para o meu labor, prefiro — acima de tudo — o leitor comum e entusiasta da poesia. Não saí do “armário” — há muitos e muitos anos, e a poesia foi a chave da porta — para ser engavetado, por quem não ama a poesia nem a vida e ainda menos a raiz erótica de ambas, no cacifo da literatura gay com um rótulo na testa ou uma etiqueta na nuca.» José António Almeida https://livrosnaoedicoes.tumblr.com/post/731437790705991680/colecção-mutatis-mutandis-24-o-sermão-de-noé
/// O livro está disponível através de pedidos via [email protected] ou nas habituais livrarias: https://naoedicoes.tumblr.com/livrarias
#poesia#livros do ano#livros2023#2023#crítica / imprensa#ípsilon#jornal público#imprensa#José António Almeida#colecção mutatis/mutandis#o sermão de noé dentro da arca e outros poemas#António Guerreiro#livros#leituras
2 notes
·
View notes
Text
Vivir de ver. A propósito de “Cuaderno de Cabo Verde”de Melchor López, Ediciones del Pampalino, Tenerife, 2021.
Por FRANCISCO LEÓN
El cuaderno poético compuesto bajo el signo del viaje no es práctica novedosa en la ya bastante extensa obra lírica de Melchor López (Tenerife, Canarias, 1965).
En 2018 la editorial asturiana Trea puso en las manos del lector interesado una recopilación de todos sus ―así llamados por el propio autor― «cuadernos de viaje», desde el más antiguo, Cuadernos marroquí (1993), hasta el entonces último de ellos, Cuaderno de Azores (2015). Entre uno y otro, fueron surgiendo Cuaderno inglés (1996), Cuaderno de la isla de La Gomera (1997), Cuaderno de la isla de El Hierro (1997), Cuaderno portugués (2007), Cuaderno de Granada (2010) y Cuaderno de Lisboa (2013). Está de más decirlo: no son sus únicos poemarios publicados. Pero estos forman, a decir verdad, una suerte de ciclo lírico macaronésico o atlántico.
Por desgracia, el poema modelado a partir de la arcilla densa de los viajes no tiene buena prensa entre entre los lectores españoles, o menos entre los lectores españoles ―para ser más exactos―, que entre los poetas de nuestro país. Por ejemplo: «Los libros de poemas basados en viajes no suelen tener demasiado interés, y sólo una mano poética firme y capaz de atrapar lo esencial en la anécdota puede salvarlos.» (Vicente Luis Mora, Diario de lecturas, domingo, 28 de julio de 2019).
Los libros de poemas basados en viajes sí que suelen tener interés. A menudo se percibe este tipo de libros, erróneamente, como surgidos de una práctica ancilar de la verdadera composición poética, como una suma de apuntes descoloridos, como una escritura de naturaleza inferior entregada al anecdotario. No es el caso de Poeta en Nueva York, sin ir más lejos, o de La prose du Transsibérien et de la petite Jehanne de France de Blaise Cendrars o de Sendas de Oku, de Matsuo Basho, por poner aquí unos pocos, poquísimos casos incontestables.
A decir verdad, lejos de ser una anomalía, el poeta-viajero ―y su consecuencia: el poemario de viajes― ocupa un lugar central en la literatura de todos los tiempos. También en la poesía moderna: el poeta que convierte las potencias de su escritura en el símbolo de un verdadero viaje, físico e imaginario al mismo tiempo, hacia la otredad se halla, con «Le voyage» de Baudelaire o con «Viaje a Ítaca» de Kavafis, por ejemplo, en la base de nuestra profunda tradición lírica reciente.
El viaje ―«un libro de viaje donde el viaje sea el libro», como dice en Galaxias Haroldo de Campos― depara al poeta verdaderos tesoros, tesoros para la vista y tesoros para la mente. En primer lugar, el viaje a tierras extrañas suele arrancar al poeta de sus hábitos y automatismos compositivos. Lo obliga, en cierto modo, a despertar a una nueva existencia y a un nuevo modo de observarla. Aparece ante él una realidad que lo empuja establecer un nuevo trato con su lenguaje, con su expresión, pero también con la realidad de llegada. Si acaso la tiene, la imaginación creadora del poeta se ve impelida dar un salto hacia lo desconocido, hacia la otredad, sí, pero sobre todo hacia los misterios de la otredad. Así pues, pocas experiencias tan enriquecedoras para la poesía como la de la experiencia de la poesía a lo largo del viaje.
Precisamente con una cita de la emperatriz de la poesía portuguesa, Sophia de Mello Breyner Andressen ―otra poeta-viajera brillantísima, por cierto―, acerca del otro, daba comienzo Según la luz de López: E outro nasceu de tudo quanto viu. El propio López se refiere a ello en una entrevista publicada en 2018:
En la cita de Sophia de Mello que abre el libro [...] aparece la idea del otro que nace en el viaje, del otro que se revela en todo viaje; con palabras más conocidas, otro poeta portugués, Pessoa (ele-mesmo), escribió: ′Viajar! Perder países!, / ser outro constantemente’. Lo que me interesa, en primer lugar, de esa experiencia del viaje, es la conversión del yo en otro; esa es la dádiva que nos espera cuando «vivimos de ver» espacios desconocidos.
Tampoco se debe despreciar, por cierto, el efecto crítico, de extrañamiento, que causa en el lector lugareño, en el otro, la visión novedosa de la tierra visitada que ofrece el poeta-viajero a través de su obra. En mi antología sobre este asunto, El sueño de las islas, en que compilo medio centenar de poemas de tema canario pertenecientes a autores no canarios, aparece el Teide visto por Haroldo de Campos o por Emily Dickinson. El maestro brasileño visitó Canarias en 1996, pero la poeta norteamericana jamá viajó a Tenerife, por su puesto, pero igualmente, empujada por la tradición simbólica del poeta-viajero, ofrece al insular una visión inédita y potente, una visión deslumbrante, del gastado icono volcánico de las Canarias.
La «conversión del yo en otro» a que se refiere Melchor López en esa entrevista, concedida hace algo más de tres años, se concreta en Cuaderno de Cabo Verde. En el poema «Vida retirada» dice:
Sou agora um homen velho
en una de mis vidas imposibles
―o tal vez no―.
Amalgamado por completo con el lugar adonde ha viajado, el poeta se imagina como un viejo «retirado / cerca de Tarrafal», un anciano caboverdiano. También imagina su nueva voz, su nuevo idioma.
En «Los rebelados de nuestro Señor Jesucristo, circa 1960», de nuevo transformado en otro, habla por boca de uno de los rebeldes, integrantes de la comunidad religiosa de isla de Santiago:
Porque somos los rebelados les pedimos solamente que nos dejen vivir en paz. Le pedimos que nos dejen vivir apartados, en la sierra más agreste, con nuestras costumbres y nuestra fe...
«Autoproclamación en la ciudad de Praia», poema con que se abre este Cuaderno de Cabo Verde, Melchor López, con nombre y apellidos, alzado también en rebeldía, como los rebelados coboverdianos, proclama su autoexilio:
Yo, Melchor López,
descendiente de un Mendes portugués,
natural de Los Silos, Tenerife,
[...]
me autoproclamo aquí
[...]
en voluntario exilio...
Se declara también en este poema: «vil traidor de su patria chica / y de su miserable parnasillo que mengua / bajo las mustias flores del almendro». Curiosa, comprometida y no sé si contradictoria decisión tomada por un poeta que, por otra parte, ha afirmado recientemente, en otra entrevista, que la poesía canaria, con respecto de la poesía española continental, ha iniciado un viaje definitivo:
Sobre mi deseo de pertenencia a otras constelaciones literarias, más allá de este circo de rocas abismadas en el que he ido creciendo hasta mi inminente inexistencia, le confieso que me siento extraño dentro de la actual poesía española. Ya he manifestado que, de alguna forma, por todos esos antecedentes a los que me he referido a lo largo de esta respuesta, yo me encuentro dentro del Gran Desvío que se produce en la literatura canaria en las últimas décadas, acentuado sobre todo a partir del ejemplo resistente de Syntaxis y el repudio de la poesía de la experiencia, una corriente desustanciadora que ha ocupado casi de manera asfixiante (con valiosas excepciones) el panorama peninsular.
Lejos, por tanto, de entender el poema de viaje o el libro de viaje como un anecdotario, como una sucesión de fotografías comunes y sabidas, López demuestra en Cuaderno de Cabo Verde que, pese a que todo poema es de circunstancias, como afirmaba Goethe, la ocasión del viaje constituye no obstante algo más que un escenario pintoresco en el que naufraga la escritura de la poesía. Todo lo contrario, para el López, inserto en la tradición del poeta-viajero, el viaje ―el viaje de traslaciones macaronésicas, hay que repertirlo― ilumina en su ojo vigilante la oportunidad un misterioso renacimiento.
2 notes
·
View notes
Text
“Autumn at Sorrento”: la parodia del viaggio in Italia per Robert Browning. Ovvero: riflessioni sull’opera di un poeta da rileggere (senza di lui, non potremmo capire T. S. Eliot, Ezra Pound e Kavafis)
Un autore che non è più letto è un autore che non parla più. La sua voce è condannata al silenzio. Dimenticato, passato di moda (ma cosa c’è di più effimero e fuorviante delle mode letterarie?). Quando poi l’autore in questione si chiama Robert Browning, il poeta vittoriano che per oltre trent’anni fu, nonostante il suo genio, il «grande estraneo» della letteratura inglese, in quanto le sue opere venivano sistematicamente ignorate dal pubblico e stroncate dalla critica, può venire il legittimo sospetto che il destino si accanisca con certi artisti con una particolare determinazione. Eppure Browning è poeta grandissimo, senza il quale sarebbe impossibile comprendere autori del Novecento di primo piano, da T. S. Eliot e Ezra Pound, fino a Konstatinos Kavafis. Come mai, dunque, nessuno più lo legge? La prima risposta che mi verrebbe da dare è che è poeta troppo difficile per i nostri tempi (come altri poeti venuti dopo di lui poco o nulla letti, penso a Luis Cernuda, Hart Crane, Wallace Stevens). Tempi di semplificazioni, che rifuggono la complessità. E tuttavia Browning va letto e riletto (mi riferisco soprattutto ai suoi superbi «monologhi drammatici», e a tutta la produzione antecedente al poema che lo rese finalmente famoso, «L’anello e il libro», nel 1868), perché è dalla sua poesia che ha origine la modernità, così come la intendiamo oggi, così come la interroghiamo oggi, a dispetto della volontà di metterlo in soffitta. Così, dal momento che ruolo del critico è anche quello di ridare voce agli autori dimenticati, tenterò di farlo con una poesia di Browning, non la sua più importante, ma una di quelle a cui sono più affezionato, una poesia di estrema (ma solo apparente) semplicità, composta al ritorno dal suo secondo viaggio in Italia, nel 1845 (il terzo, e ultimo, lo compirà un anno dopo, nella sua fuga d’amore a Firenze con la moglie Elizabeth Barrett, appena posata).
La poesia è The Englishman in Italy (inizialmente con il sottotitolo Autumn at Sorrento, che mi fa venire sempre in mente, per assonanza, il malinconico e cullante standard di Vernon Duke, Autumn in New York, cantato da Billie Holiday): è ispirata al soggiorno di Browning a Piano di Sorrento, sui Colli di San Pietro, dove probabilmente il poeta fu ospite presso il Castello Colonna. Seppure priva di quella spiccata componente narrativa e drammatica tipica delle poesie che Browning andava elaborando per la raccolta Dramatic Romances and Lyrics, pubblicata nello stesso anno, questa poesia prende chiaramente le distanze dall’astrazione e vaghezza shelleyana scaturita dai viaggi italiani, rovesciando il sublime romantico in un elogio della concretezza e dell’infinitamente piccolo, della semplicità e dell’osservazione minuta, che l’avvicina, paradossalmente, al «prose-poet» del mai amato Wordsworth, per il quale la poesia doveva scegliere «eventi e situazioni dalla vita comune» (ma, come vedremo, l’avvicinamento è solo un pretesto, perché in Browning nulla è mai ciò che sembra). Non c’è più traccia qui di identificazione del Soggetto con la Natura, la quale è riscoperta piuttosto con uno sguardo microscopico, con un’attenzione al dettaglio, all’elencazione precisa, alla catalogazione quasi pignola, alla «descrizione pura» che cancella ogni residua partecipazione sentimentale. La componente emotiva è invece tutta sviluppata sul versante delle sensazioni visive, uditive e tattili, come una gioiosa rapsodia sensoriale, un caleidoscopio di immagini, suoni e colori. In questo eden ritrovato che è l’emblema di quella «rara, traboccante bellezza d’Italia» di cui Browning parlerà nella tarda raccolta poetica Asolando, l’io lirico descrive a un’immaginaria bimbetta di nome Fortù, sullo sfondo autunnale di una giornata di pioggia e scirocco, le vivide immagini di un paesaggio e dei suoi natural objects, caratterizzate da un notevole dinamismo descrittivo, tra cui il cibo svolge una funzione di primo piano.
Così, mentre «fuori, sui tetti a terrazza /dove seccavano i fichi, /le ragazze mettevano i graticci al riparo», a causa del maltempo, non c’è lo spettacolo del pescatore che torna da Amalfi, con il suo cesto «tutto palpitante / di polpi grigio-rosei e frutti di mare», mentre attorno a lui si stringono «come diavoletti mocciosi nudi strillando, / bruni come i suoi gamberetti».
Intanto è cominciata la vendemmia:
Nel tino in mezzo al portico /ribolle sanguigno il mosto, / e vi danza a gambe nude tuo fratello, / finché ansando fa una smorfia, / stremato dalla fatica incessante / di pigiare l’uva; / e quando pare abbia finito /nuovo bottino riversano /le ragazze che vanno e vengono senza posa / con la gerla sulle spalle / socchiudendo gli occhi alla pioggia sferzante.
Attraverso queste descrizioni vivide, Browning accumula pennellate di tonalità, con accostamenti cromatici, come in un quadro: il rosso del pomodoro «polposo», il porpora delle «fette di zucca fritta», insieme al blu dell’uva, al bianco della caciotta che «si sfalda come una cipolla» e ancora al rosso della polpa del fico d’India. Ma qual è lo scopo del poeta? Questa scoperta componente pittorica, questo colorismo, che cosa nascondono? Per capirlo dobbiamo arrivare alla seconda sezione della poesia, che è anche la centrale e più ampia, dove viene descritta la scalata, a dorso di mulo, sul «Monte Calvano», ovvero il Monte Vico Alvano, un’altura di 613 metri nei pressi di Arola, una frazione di Vico Equense (un’escursione che mi è capitato di fare a piedi, in pellegrinaggio, per omaggiare Browning e questa sua deliziosa poesia).
L’inizio ha un tono dimesso, ironico, in perfetta sintonia con la serena e gaudente bonarietà dell’introduzione:
Ieri pomeriggio sono salito alla montagna: / tuo fratello, che mi faceva da guida, / presto mi lasciò / per rimpinzarsi di mirtilli / che offrivano sul ciglio della strada / le bacche nero lucide e succose / o per cogliere il tesoro dei sorbi, le biondo rosee mirabili / sorbe lanuginose. / Ma il mio mulo continuava cauto sul sentiero, sicuro e sobrio, / fermandosi solo a ragliare / quando scorgeva giù nella valle / i compagni per via, / carichi di barili d’acqua e di fascine.
I riferimenti espliciti alla lirica di Shelley Marenghi sono qui utilizzati più per prendere le distanze dai suoi toni poetici solenni che per rendere omaggio al suo modello. Ed è proprio questa distanza ironica la chiave di lettura dell’intero componimento. L’immagine della guida che abbandona il poeta per «rimpinzarsi di mirtilli» – laddove il cibo e l’atto del mangiare svolgono ancora una volta un ruolo centrale – è infatti scopertamente comica, e anche quando il registro si fa più elevato, nell’accenno al tesoro dei «mirabili» sorbi, subito dopo il tono si abbassa con la descrizione del mulo che prosegue ragliando. Poi assistiamo ancora a un mutamento di tono: nel continuare la descrizione dell’escursione, e in particolare il movimento ascensionale del percorso, la natura viene antropomorfizzata, ma non per farsi specchio dello stato d’animo del poeta, secondo il tradizionale canone romantico, al contrario per enfatizzarne l’alterità, la distanza dall’uomo, la separazione, perfino l’ostilità. L’atteggiamento del poeta di fronte a questo nuovo aspetto della natura non cambia: il suo occhio resta impassibile, e continua ad essere attento alle manifestazioni più minute della realtà, con un approccio quasi da botanico, annotando le piante selvatiche come la «fumaria», i «mirtilli», i «nespoli», i «sorbi», i «fichi», e i sempreverdi come il «rosmarino» e i «lentischi». Solo quando viene raggiunta la vetta del monte Browning sembra cedere al topos romantico dell’ascesa alla montagna che conduce a una visione rivelatrice: «L’abisso divino /era sopra di me, e attorno, a me le montagne, /e sotto il mare, /e dentro di me il mio cuore a testimoniare / ciò che fu e che sarà».
I versi qui rievocano l’immagine del quadro di Caspar David Friedrich, Il viandante sul mare di nebbia, divenuto poi emblema del Romanticismo, e naturalmente della Ehrebung di matrice kantiana. Non c’è più traccia di «common life»: il tono sembra adeguarsi ora al travelogue poetico, a quel genere, cioè, del diario di viaggio in versi tipico del periodo romantico, dal tono uniformemente solenne, ispirato proprio dal Grand Tour in Italia, come il celebre Childe Harold’s Pilgrimage di Lord Byron, o Italy di Samuel Rogers. Anche la citazione biblica cui Browning ricorre, quando accenna al «terrible crystal» del cielo, riprendendo l’immagine da Ezechiele, è tipico del genere. E l’invito rivolto a Fortù di rinnovare l’avventura di Ulisse con le sirene, di fronte alla visione degli isolotti dei Galli, è un chiaro riferimento all’Italia immortalata come terra del mito e dell’antichità, come vuole la tradizione. Ma siamo sicuri che Browning non stia ancora parodizzando il suo modello? L’ironia, in effetti, è qui nascosta, ma continua ad agire ed è corrosiva. L’intero brano della poesia, infatti, assomiglia molto di più a un congedo definitivo, a un ultimo e tardivo omaggio a un periodo storico-culturale ormai chiuso del tutto, non a caso inserito proprio all’interno di un componimento che si confronta con un modello della tradizione romantica solo per prenderne le distanze, in un audace rovesciamento parodico. E difatti, chiusa la parentesi solenne della Ehrebung, Browning ritorna bruscamente al tono minore della prima parte, quasi a ricordarci la reale dimensione della sua poesia, fatta di notazioni minute, di personaggi umili, di distanziazione ironica: la comparsa in scena del «fabbro calderaio», che «ha piantato il suo fornello a mantice / e si è subito accovacciato / a martellare là sotto il muro» dilegua il climax romantico per contrasto, come se una miniatura avesse preso il posto di un affresco, con un procedimento non troppo dissimile da quello che utilizzerà di lì a poco Gustav Mahler nelle sue Sinfonie, opponendo triviali marcette militari e canzoni popolari a temi più «alti». Ora la scena è occupata interamente dai preparativi per la processione della Vergine del Rosario, con gli «addobbi apparecchiati» in chiesa – le colonne e gli stipiti decorati con «bandierine rosse e azzurre», la volta che «è uno sventolio di nastri», gli altari che brillano di ceri – e il palco pronto ad accogliere i musicisti che suoneranno indifferentemente Auber e Bellini. Browning indugia al pittoresco, ma la descrizione, animata e ricca di dettagli, va letta ancora una volta in chiara funzione ironica e oppositiva rispetto alla maestosità della «visione» sulla cima del monte. Così la «Madonna dai capelli di stoppa», condotta «in pompa magna / attraverso Piano», e i fuochi d’artificio esplosi a chiusura della «processione sgargiante» lasceranno il posto, a notte, alle «vampe di falò» che guizzeranno «dalla cresta del Calvano» e ad altri scoppi. E il racconto dell’io lirico si conclude, non a caso, con un altro invito alla fanciulla Fortù: stavolta, però, il poeta non le chiede di unirsi a lui per partire sulle tracce del mito di Ulisse, ma molto più modestamente – e l’abbassamento drastico di tono ha ancora una volta una funzione parodicamente antitetica – a vederlo «battere con una zappa sull’intonaco / finché non cade uno scorpione / dalle grandi pinze irose», come se l’unica odissea possibile fosse quella da vivere all’interno del proprio «orto», dove le fatali sirene da affrontare sono trasformate in un piccolo scorpione.
Quell’Italia che Byron definiva nel suo Childe «garden of the world», con tutto il suo carico di mitologie e fascinazioni è qui ridotta dunque a «garden» familiare, domestico, recintato da un muretto. Un microcosmo di piccole cose e di eventi minuscoli. «Bazzecole», come le definisce la stessa Fortù – «Such trifles!» – alle quali non resta che contrapporre, a chiusura della poesia, un riferimento concretissimo, cronachistico, alla discussione sull’abolizione del dazio sul grano – ancora il cibo come topos ricorrente, rivelatore direi – prevista in quegli stessi giorni nel Parlamento inglese. Una sorta di ritorno forzato in patria, un’Itaca non desiderata, che incarna il freudiano principio di realtà, a sancire una volta per tutte la fine del «sogno italiano». Il viaggio, l’evasione, l’alterità non sono più possibili. La fine dell’utopia, del mito, del Romanticismo, si celebra qui nella familiarità dello sguardo, nella reticenza dell’immaginario, nella percezione che il mondo finisca là dove la vista può estendersi. Un passo avanti, e siamo già alla vita misurata «con cucchiaini da caffè» dal Prufrock di Eliot. Anche per questo Browning è un grande poeta. E per questo va letto, dunque, per questo bisogna lasciare che la sua voce ritorni a parlare, la voce dei suoi fanatici religiosi, ciarlatani, artisti rovinatisi con le proprie mani, amanti traditi, cattivi poeti, insani uxoricidi, sofisti, mascalzoni di varia natura, viaggiatori caduti in disgrazia, truffatori; la voce del suo Pictor Ignotus, che si fa una ragione del suo anonimato, vi si arrocca dentro come se fosse una corazza, e finge di averlo scelto volontariamente; la voce del suo adorabile Fra Lippo Lippi, l’artista del corpo e dell’esperienza, convinto che, nonostante tutto, il mondo abbia pur sempre un significato «intenso» e «buono»; la voce del suo Orlando, il cavaliere in cerca della Torre Oscura, con la sua vocazione al fallimento. Solo così si può riscoprire il genio sorprendente di questo poeta vittoriano che, forse, ci può aiutare a guardare al nostro presente da una prospettiva più sghemba, più ardita, più imprevedibile, e soprattutto più ricca. In fondo, non è ancora questo lo scopo della poesia?
Fabrizio Coscia
*
(La traduzione dei versi della poesia è di Angelo Righetti, tratta dal volume: R. Browning, Poems-Poesie, Mursia, 1990).
L'articolo “Autumn at Sorrento”: la parodia del viaggio in Italia per Robert Browning. Ovvero: riflessioni sull’opera di un poeta da rileggere (senza di lui, non potremmo capire T. S. Eliot, Ezra Pound e Kavafis) proviene da Pangea.
from pangea.news https://ift.tt/2L9Pcft
5 notes
·
View notes
Text
25 Instantáneas de Renato Tinajero o Tiene el amor su gloria a las puertas del infierno/ Héctor Alvarado Díaz

1. ¿Te imaginabas como escritor?
Sí. Sí me recuerdo de niño deseando ser escritor. Muchas veces.
2. ¿Eras buen estudiante?
Puro diez y cuadro de honor. Siempre. Abanderado en la primaria, la secundaria y la prepa. Pero en la universidad me daba mucho sueño en algunas clases, por causas que me son totalmente imputables.
3. Comenzaste como cuentista ¿no?
Como cuentista y cronista de un reino imaginario llamado Conejilandia. A los ocho años.
4. ¿Cómo llegaste a la poesía?
Por la lectura de algunos poetas muy honestos. Vallejo, Kavafis y Pessoa, creo, entre los primeros. Después también Szymborska. Por un poema de Celan y otro de Heaney. Por el Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Por García Lorca, que lo escuchaba con mi papá en unos cassettes de Nati Mistral. Por mis lecturas de filosofía. Y porque creí que escribir un poema era más rápido y menos arduo que escribir un cuento. Estaba muy equivocado.
5. ¿Sueñas con libros?
Sueño con largos y maravillosos libros que escribo verso por verso. Y a la mañana siguiente no recuerdo una sola línea.
6. Cinco poetas axiales en tu vida.
(Ver respuesta a la instantánea número 4).
7 ¿Algún día seremos un “país de lectores”?
Sí. Algún día, cuando se agoten todos los pretextos y el último político, exhausto, se haya solazado en la invención de la última mentira, mientras esperamos a los bárbaros y aguardamos la colisión inminente de un asteroide siete veces más grande que el Cerro de las Mitras, volveremos los ojos hacia las bibliotecas que estuvieron siempre ahí. Y leeremos. O quizás antes, cuando la educación y la ciencia se conviertan por fin en una prioridad para el Estado.
8. ¿Fueron importantes las bibliotecas en tu formación?
Las visitaba con frecuencia cuando era joven. Sí. Pero fue más importante la cultura subsidiada. Leí cientos de Novelas inmortales y Joyas de la literatura. Quienes pertenezcan a mi generación probablemente recuerden esas publicaciones de pulpa de celulosa, tipo cómic y baratísimas que vendían en los estanquillos.
9. ¿Buscas o encuentras tus imágenes?
La búsqueda y el encuentro son dos caras del mismo fenómeno. Uno sale a la búsqueda, pero en el otro extremo de la ecuación se sitúa el laberinto de las causas y de los efectos, quien sirve generoso el banquete. Hay que ser fieles porque el cosmos también es fiel, y lo es de un modo ejemplar. La fidelidad es mutua. Lo escribí así en un poema: “en suave trote acuda fiel a nuestro fiel llamado”.
10. ¿Te desvelas escribiendo?
Por temporadas, claro que sí.
11. ¿Das a leer tus libros antes de darlos por terminados?
No.
12. ¿Cómo fue tu niñez?
Nada me falt��. Pero era en extremo tímido, en extremo temeroso. Algunos de esos temores me acompañan todavía.
13. ¿El Premio Aguascalientes te cambió la vida?
Sí, desde luego. Gané lectores, pero sobre todo amigos. He conocido gente muy buena.
14. ¿Asiduo al cine, los antros, las exposiciones, los conciertos?
Siempre me falta tiempo para todas esas cosas.
15. ¿Qué te deprime y qué te estimula?
Me deprimen los actos cotidianos de crueldad. Los humanos somos escandalosamente indiferentes al sufrimiento y la necesidad ajenos. Me estimulan las bondades cotidianas, la diaria invención de la bondad.
16. ¿Pasas tiempo con tus amigos?
No mucho.
17. ¿Viajas mucho?
No.
18. ¿Trabajas poemas individuales o con la idea de un libro?
Casi siempre con la idea de un libro, o cuando menos con una visión de conjunto. Necesito el plano del edificio. Soy malo para improvisar.
19. ¿De dónde vienen tus títulos?
De la improvisación. Por eso son malos.
20. ¿De qué te mantienes?
De la generosidad del universo. ¿Puedes creer que en 20 años de haber terminado la carrera de filosofía no me haya faltado nunca el trabajo? Pensé que los filósofos tenían más tiempo para pensar. Casi siempre doy clases. Durante muchos años fui bibliotecario.
21. ¿Una vez que comienzas ya no paras?
Puedo parar muchas veces. Tengo que. La vida te reclama. Los niños piden de comer; al gato, herido, hay que llevarlo al veterinario. Hay una gotera en la regadera y una pila de trastos por lavar.
22 ¿En tu libro más reciente retomas la narrativa?
Sí. Y no. Porque en mis libros de poemas también narro muchas cosas. Sería más exacto decir que en mi libro más reciente abandono por una temporada la versificación.
23 ¿Lees a los escritores de tu generación?
Leo de todo, pero sin método. Así que claro, leo a mi generación, pero aún no leo bastantes de sus libros. Me gustaría.
24 ¿Ha sido importante la Universidad de Nuevo León?
¡Sí! Tengo una deuda impagable con mis maestros. Algunos de los mejores incluso ya murieron. Ni cómo hacerle para cuando menos ir a estrecharles la mano. Y la Universidad ha publicado algunos de mis libros.
25 ¿Te irías a vivir a otro país?
¿Por qué no?
_______
Renato Tinajero. Ciudad Victoria, 1976.
Estudió filosofía en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es autor de cuentos, poemas y ensayos, profesor universitario y coordinador de talleres literarios.
Entre sus libros se cuentan Yorick (Diáfora/UANL, 2008), Fábulas e historias de estrategas (FCE/ICA/INBA, 2017) y El mal de Samsa (UANL/UMM, 2019).
En el año 2012 fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en la especialidad de Poesía. En 2017 su libro Fábulas obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes.
Vive en Apodaca, Nuevo León.
0 notes
Text
Posso capire il senso di incompiutezza che lascia un'opera non terminata, però per un momento pensa a quanti finali non ci sono piaciuti di saghe che abbiamo apprezzato nel corso degli anni. Sì può andare dai libri alle serie TV fino ai film.
A me personalmente non interessa la meta ma il viaggio, come direbbe Kavafis e ti dirò: forse lasciare un finale in sospeso mi permette di immaginarlo in molti modi. Non migliori, sicuramente, ma forse mi deluderebbe di meno, chi lo sa.
Il punto è che un autore non è al mio servizio in quanto lettore e questo lo si dimentica spesso. Pensa a quante polemiche ci sono state per il finale di GoT televisivo, per dire.
Forse lasciare Berserk in sospeso è la cosa migliore.
Quanto hai commenti: posso pure ignorarli ma non mi evita di ricordarmi che ci sono, purtroppo.
Perché la gente fa schifo
Per chi è appassionato come me di fumetti e di manga sarà stato facilissimo apprendere della morte di Kentaro Miura mangaka la cui opera più famosa è Berserk. Morte avvenuta il 6 maggio ma resa pubblica solo ora per via del riserbo tipico nipponico per eventi luttuosi tipo questo.
Miura aveva 54 anni ed è morto per una dissezione dell'aorta una patologia difficile da scoprire e che una volta palesata ha circa l'80% di possibilità di portare la morte del paziente, forse pure di più (ma qui chiedo l'intervento di @kon-igi per correggermi se ho scritto una cazzata).
Quando muore qualcuno di così giovane dovresti essere dispiaciuto. Se poi è un grande artista dovresti essere dispiaciuto ed empatizzare per la sua morte per ciò che lui ti ha dato, giusto?
Sbagliato!
Oggi sugli stati di Facebook e altri social la preoccupazione di molti suoi fan è l'aver lasciato incompiuto Berserk.
Non lo ricordano per ciò che ha dato ma perché doveva dare ancora qualcosa.
Sticazzi che era giovane, che lascia una famiglia nel dolore e tutto il resto, no la logica è "non vederemo il finale di Berserk".
Questo egoismo insensato mi fa detestare la gente sempre di più.
Quanto cazzo mi fate schifo.
42 notes
·
View notes
Text
VEROLJUB VUKAŠINOVIĆ: VETAR I DAŽD
SREDA, 29. MAJ U 19. 00 MALA SALA
učestvuju: Danijela Kovačević Mikić, Vesna Kapor i autor
„Poetska knjiga ,Vetar i dažd’ Veroljuba Vukašinovića pronalazi svoje sagovornike u onim čitaocima koji vole melodiju maternjeg jezika u vezanom stihu i utvrđenim pesničkim formama. U sedam pesničkih ciklusa (Cvetna, U strogom obliku, Oaza, Mitke, Molebna pjenija, Trublje i Prijezdin skok), sa poetičkim prozrenjima prološke (Radosti moja) i epiloške pesme (Vetar i dažd, za koju je dobio Nagradu ,Zaplanjski Orfej’), vezući za svaku godinu života po jednu pesmu (ukupno 58), Vukašinović ostaje odan temama patrijarhalne Srbije koja se gasi i lirskog subjekta koji ne prihvata izazove savremenog, više virtuelnog sveta, u kojem se ,lajkuju’ svi moralni sunovrati, i koji, svestan svojih grehova, ali ne pristajući na moderno (oličeno savremenom leksikom), traži put ka duhovnom ozarenju (religiozna leksika). Uz tradicionalne pesničke matrice, Vukašinović opeva i književne svetionike (Sladoje, Prešern, K. Radović, Kavafi) i likove kao simbole unutrašnjih oluja (Mitke, Lenka), nudeći čitaocima i prefinjen lirski sadržaj i virtuoznu pesničku formu.“ D. K. M.
0 notes
Photo

📖📚 Konstantinos Kavafis - Poesía completa (1982) . . . . . . #accionpoetica #poema #versos #poesia #poeta #poemas #libros #escritor #amolibros #lectores #textos #lector #escritores #letras #citas #autor #amantedeletras #leermás #instalibros #amoliteratura #inspiración #motivación #instafrases #blog #books #nombrandosilencios https://www.instagram.com/p/Brpg1NBnQpv/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=1vjt7lrspscqb
#accionpoetica#poema#versos#poesia#poeta#poemas#libros#escritor#amolibros#lectores#textos#lector#escritores#letras#citas#autor#amantedeletras#leermás#instalibros#amoliteratura#inspiración#motivación#instafrases#blog#books#nombrandosilencios
0 notes
Text
De Odiseo a nuestra Ítaca
Imaginemos un inventor, llamémoslo Homero. Su obsesión son los robots, también se le podría llamar Isaac, por lo cual está determinado a construir un robot que simule todas las capacidades del ser humano, menos las biológicas. Después de varios años de investigación y fracasos logra desarrollar su máquina, solo falta encenderla y comprobar su funcionamiento. Sus primeras palabras son irreconocibles y ajenas, nuestro demiurgo se decepciona y descarta el trabajo de su vida. Ahora bien, supongamos estas dos opciones, que Morin me disculpe por la pobreza de pensamiento: el robot es inútil y su programación está lejana de la naturaleza humana, o que las primeras palabras de ese robot hayan sido las mismas que pronunció el primer homo sapiens sapiens.
Este juego de ficción tiene como objetivo darle una interpretación inicial al escurridizo narrador de la Odisea. Homero se sumerge en el hombre de una manera tan vertiginosa que raya en la perversidad. ¿Quién es Odiseo?¿Por qué Homero arriesga tanto a este personaje? La voz poética de este poema tiene una intención educadora, como lo menciona Jaeger (1933). Esta es una reconstrucción del hombre como representación del hombre. Odiseo es un viajero que conoce el mundo y en él reconoce su humanidad. Retomando a Morin, de una manera más fiel, deben existir múltiples causas para sus múltiples consecuencias, solo basta recapitular todas las aventuras del Laertíada para entender que no estuvo una década lejos de Ítaca por cegar a Polifemo. El canto homérico ha demostrado la capacidad de adaptarse a más de dos mil años de pensamiento humano, es como un antiguo mausoleo heleno en el que siempre se encuentran puertas a nuevas galerias.
Homero edifica al hombre heleno. Adorno y Horkheimer (1969) postulan que el desarrollo de esta interpretación del ser humano se dio en una etapa de descubrimiento y dominación por parte de los helenos, es decir, de control al más débil. A partir de eso, se comprendería una visión unilateral del Odiseo como imagen del hombre homérico. ¿Es el poder la esencia de la obra de Homero? Difícil empresa es el responder esa pregunta, así como responder si existió un Homero o varios, pero determinar la Odisea de esa manera sería negar la alteridad de la obra poética. Ulises no es más que un hombre, es varios. Tómese como referencia los multiversos que existen en las historietas: existe un número tentativamente infinito de un superhéroe gracias a la cantidad de historias que pueden contar en distintos contextos. El viaje de Odiseo a través de los multiversos es su viaje en el tiempo, desde los tiempo helénicos, pasando por las abadías del Medioevo, las bibliotecas de los ilustrados y las páginas de internet. Este héroe se reescribe constantemente, y la perspectiva de Adorno y Horkheimer corre el riesgo de limitarse a un enfoque determinado.
Si la Odisea fuese un robot, Homero sería el encargado de su programación. La acción artística implica creación, y esta, para los helenos, está relacionada con lo divino. Esta es la razón por la cual el aedo invoca a las musas, el hombre es un instrumento de los trascendente. Así, el demiurgo no sería el que impone la naturaleza humana, sino el que la retrata para que no sea olvidada. Esta es una de las intenciones de la Odisea para Jaeger: educar. El autor menciona que la astucia y la prudencia son los principales valores que se rescatan en esta obra, pero, de la misma manera que Adorno y Horkheimer, su visión es limitada por la determinación. La alteridad de una obra es infinita, especialmente si es poética, sin embargo, Jaeger se aproxima más a los tiempo homéricos gracias a sus valores. Si hay algo que distingue al pueblo heleno de otras culturas, es la areté, la virtud. Quizás la Historia puede ser injusta con los textos extraviados o las civilizaciones que perecieron ante los helenos, pero la Odisea es una pieza esencial en el entendimiento de la civilización griega. Ulises es un ejemplo de acción que intenta comunicar. Homero retrata a un personaje que toma decisiones y estas tienen sus consecuencias, luego, existe la confrontación de estas consecuencias, Este poema épico documenta el fracaso y el triunfo humano, lo cual lleva al aprendizaje por medio del error y la experiencia. El Laertíada de la Ilíada no es el mismo que el de la Odisea, veinte años pasaron para que la astucia del hombre que peleó en Troya sea el que llegó a Ítaca. Si este canto homérico fuese un robot que pretende emular al ser humano, Odiseo sería su voz, contándonos su manera de entender el mundo.
Odiseo es humano, un personaje de más de dos mil años de antigüedad, una interpretación del hombre que fue. La Odisea es una de las obras que mejor representa la visión cíclica de la vida que comprenden los helenos. Así como un niño que se pierde de su madre y luego la encuentra, el hombre se aleja de su origen para luego encontrarlo, pues, como dice sabiamente Kavafis (1999): Itaca te brindó tan hermoso viaje./Sin ella no habrías emprendido el camino. Homero retrata el reconocimiento del mundo en busca de nuestro hogar. Ulises es un mortal que se enfrenta ante bestias imposibles, dioses rencorosos, a su propia memoria y hasta a sus deseos más profundos. Este último ejemplo es, personalmente, uno de los dos más apropiados para expresar la naturaleza humana de Odiseo. El regreso a casa es un camino eterno que podría alegorizar el regreso a la nada, pero el regreso como un deseo. El protagonista de este poema conoce un método en el que puede confrontar sus propios deseos sin hundirse en ellos: atarse a un mástil y escuchar el canto de las sirenas. Si no hubiese estado impedido de movilidad, hubiese encontrado una muerte temprana, pero al evitar que sus impulsos lo controlen, Odiseo logró tentar a la tentación, y así escuchar los deseos más profundos de su corazón cantados por otro ser vivo. El segundo ejemplo lo rescato de Prigogine: el laertíada se niega ante la propuesta de Calipso, elige el tiempo por la eternidad, el destino humano por el destino de los dioses. Esto no es una negación de lo divino, es la aceptación de lo humano y sus virtudes, y, personalmente, es Homero recordándonos que aunque podamos ser inmortales, nuestros deseos están en el hogar, en el deseo de un final.
Es osado tener certeza de lo que Homero dice en su obra, incluso es arriesgado pensar que solo un aedo se encargó de edificar la Odisea. Lo cierto es que este poema es un mapa de causas y consecuencias que construyen un camino a Ítaca para Odiseo, pero miles para quien lee este poema. Esta obra es una voz del pasado que hace Eco en nuestro tiempo. Nunca sabremos cuáles fueron las primeras palabras del hombre, pero podemos aprender de su eco. Adorno y Horkheimer tienen una visión algo oscura sobre Odiseo, mientras Jaeger siente que Ulises es un personaje que da ejemplo, y la intención de Homero es educar al lector. Las dos perspectivas son distintos caminos a Ítaca, pero el final somos nosotros los que llegamos al inicio, porque si bien Jaeger puede estar equivocado, la Odisea es un texto del que se puede aprender, es la lectura personal la que nos lleva Ítaca, a nuestra Ítaca.
Referencias:
Prigogine Ilya (1983). Tan solo una Ilusión. Recuperado de: https://elartedepreguntar.files.wordpress.com/2009/12/prigogine-ilya-tan-solo-una-ilusion-conferencia.pdf
Adorno, Horkheimer (1969). Dialéctica de la Ilustración. Recuperado de: http://pucemoodle.puce.edu.ec/pluginfile.php/498624/mod_resource/content/1/Dial%C3%A9ctica%20de%20la%20ilustraci%C3%B3n.pdf
Jaeger, Werner (1933). Paideia: los ideales de la cultura griega. Recuperado de: http://pucemoodle.puce.edu.ec/pluginfile.php/437302/mod_resource/content/1/Jaeger-%20Paideia%5B1%5D.%20Libro%20Primero.pdf
Morin, Edgar (1990). Introducción al pensamiento complejo. Recuperado de: http://www.pensamientocomplejo.com.ar/docs/files/MorinEdgar_Introduccion-al-pensamiento-complejo_Parte1.pdf
Homero. La Odisea. Editorial Ramón Sopena S.A.Barcelona, 1982.
Cavafis, C (1999). Antología Poética. Alianza Editorial. Barcelona.
1 note
·
View note
Text
Le Cose Nascoste di Costantino Kavafis: Una Ricerca di Libertà e Identità. Recensione di Alessandria today
La poesia del grande autore greco esplora il mistero dell’essere e il desiderio di un futuro libero dalle catene interiori.
La poesia del grande autore greco esplora il mistero dell’essere e il desiderio di un futuro libero dalle catene interiori. “Cose Nascoste” di Costantino Kavafis è un’opera che svela con eleganza e profondità la complessità dell’identità umana. La poesia, ricca di simbolismo e introspezione, riflette il conflitto interiore dell’autore, diviso tra desideri inespressi e un mondo incapace di…
#Alessandria d&039;Egitto#Alessandria today#arte e mistero#Aspettando i Barbari#Autenticità#CANDELE#Conflitto Interiore#Cose Nascoste#Costantino Kavafis#cultura greca#desiderio di libertà#Espressione Personale#filosofia dell’essere#futuro ideale#gesti inosservati#Google News#identità#introspezione#introspezione greca#Introspezione poetica#ITACA#italianewsmedia.com#letteratura mondiale#libertà personale#lotta sociale#Malinconia#Modernità#Modernità e tradizione#opere postume#ostacoli interiori
0 notes
Text




NOVO LIVRO
Neste mês de Maio é editado um novo livro do ciclo METAMORFOSES, de José António Almeida, com o título AMENDOEIRAS BRANCAS E VERMELHAS. Este volume IV conta com capa/grafismo a partir de colagem do autor e é o n.º 27 da Colecção Mutatis-mutandis.
do livro: https://livrosnaoedicoes.tumblr.com/post/751395559674429440/colecção-mutatis-mutandis-27-amendoeiras
/// Disponível através de pedidos via [email protected] \\\ O livro pode também ser adquirido no Pavilhão F 03 (Livros de Bordo) da Feira do Livro de Lisboa.
«O Alentejo não foi uma opção. Foram as circunstâncias, como diria Kavafis, que me impuseram uma certa “vila da província”. Talvez os meus poemas agradem mais ao homossexual dos velhos tempos do que ao jovem gay livre e emancipado dos dias de hoje. Para o meu labor, prefiro — acima de tudo — o leitor comum e entusiasta da poesia. Não saí do “armário” — há muitos e muitos anos, e a poesia foi a chave da porta — para ser engavetado, por quem não ama a poesia nem a vida e ainda menos a raiz erótica de ambas, no cacifo da literatura gay com um rótulo na testa ou uma etiqueta na nuca.» J.A.A
#colecção mutatis/mutandis#poesia#livros#lançamento#novo livro#novidade#colecção mutatis mutandis#José António Almeida
1 note
·
View note
Text






NOVO LIVRO O Sermão de Noé Dentro da Arca e Outros Poemas, de José António Almeida
/// do livro 'O Sermão de Noé Dentro da Arca e Outros Poemas' é o volume III do ciclo METAMORFOSES [obra em curso]. A capa foi composta a partir de colagem do autor. # 24 da Colecção Mutatis-mutandis.
«O Alentejo não foi uma opção. Foram as circunstâncias, como diria Kavafis, que me impuseram uma certa “vila da província”. Talvez os meus poemas agradem mais ao homossexual dos velhos tempos do que ao jovem gay livre e emancipado dos dias de hoje. Para o meu labor, prefiro — acima de tudo — o leitor comum e entusiasta da poesia. Não saí do “armário” — há muitos e muitos anos, e a poesia foi a chave da porta — para ser engavetado, por quem não ama a poesia nem a vida e ainda menos a raiz erótica de ambas, no cacifo da literatura gay com um rótulo na testa ou uma etiqueta na nuca.» J.A.A. https://livrosnaoedicoes.tumblr.com/post/731437790705991680/colecção-mutatis-mutandis-24-o-sermão-de-noé
/// do autor José António Almeida nasceu em Lisboa a 8 de Fevereiro de 1960. Livros publicados: António Nogueira (Lisboa, edição de autor, 1984) O Rei de Sodoma e Algumas Palavras em Sua Homenagem (Lisboa, Presença, 1993) A Mãe de Todas as Histórias (Lisboa, Averno, 2008) A Vida de Horácio (Lisboa, &etc, 2008) O Casamento Sempre Foi Gay e Nunca Triste (Lisboa, &etc, 2009) Obsessão (Lisboa, &etc, 2010) Arco da Porta do Mar (Lisboa, &etc, 2013) Memória de Lápis de Cor (Lisboa, &etc, 2014) Mar Vermelho na Vila Toda Branca [Metamorfoses I] (Lisboa, não edições, 2022) O Minotauro e Outros Versos Assim [Metamorfoses II] (Lisboa, não edições, 2023) Obra reunida: A Angústia da Azeitona Antes de se Transformar em Luz (Lisboa, não edições, 2019) Pouca Tinta (Lisboa, não edições, 2020) A Vida de Horácio e Outras Ficções (Lisboa, não edições, 2021)
/// O livro está disponível através de pedidos via [email protected] e chegará na próxima semana às habituais livrarias: https://naoedicoes.tumblr.com/livrarias
#colecção mutatis/mutandis#mutatis-mutandis#poesia#novo livro#livros#Colecção Mutatis-mutandis#José António Almeida#O sermão de Noé dentro da Arca e outros poemas
1 note
·
View note
Photo







NOVO LIVRO MAR VERMELHO NA VILA TODA BRANCA, de José António Almeida /// do livro: Mar Vermelho na Vila Toda Branca é o volume I do ciclo METAMORFOSES [obra em curso] e o primeiro livro de poesia inédita publicado por José António Almeida desde 2013. A capa foi composta a partir de colagem do autor. # 21 da Colecção Mutatis-mutandis. «O Alentejo não foi uma opção. Foram as circunstâncias, como diria Kavafis, que me impuseram uma certa “vila da província”. Talvez os meus poemas agradem mais ao homossexual dos velhos tempos do que ao jovem gay livre e emancipado dos dias de hoje. Para o meu labor, prefiro — acima de tudo — o leitor comum e entusiasta da poesia. Não saí do “armário” — há muitos e muitos anos, e a poesia foi a chave da porta — para ser engavetado, por quem não ama a poesia nem a vida e ainda menos a raiz erótica de ambas, no cacifo da literatura gay com um rótulo na testa ou uma etiqueta na nuca.» J.A.A. https://livrosnaoedicoes.tumblr.com/post/702873813217591296/colecção-mutatis-mutandis-21-mar-vermelho-na
/// do autor: José António Almeida nasceu em Lisboa a 8 de Fevereiro de 1960. Livros publicados: António Nogueira (Lisboa, edição de autor, 1984) O Rei de Sodoma e Algumas Palavras em Sua Homenagem (Lisboa, Presença, 1993) A Mãe de Todas as Histórias (Lisboa, Averno, 2008) A Vida de Horácio (Lisboa, &etc, 2008) O Casamento Sempre Foi Gay e Nunca Triste (Lisboa, &etc, 2009) Obsessão (Lisboa, &etc, 2010) Arco da Porta do Mar (Lisboa, &etc, 2013) Memória de Lápis de Cor (Lisboa, &etc, 2014) Obra reunida: A Angústia da Azeitona Antes de se Transformar em Luz (Lisboa, não edições, 2019) Pouca Tinta (Lisboa, não edições, 2020) A Vida de Horácio e Outras Ficções (Lisboa, não edições, 2021) /// O livro está disponível através de pedidos via [email protected] e chegará nos próximos dias às habituais livrarias: https://naoedicoes.tumblr.com/livrarias
#Novo Livro#novidade#poesia#ineditos#Colecção mutatis/mutandis#José António Almeida#Mar Vermelho na Vila Toda Branca
11 notes
·
View notes
Photo






NOVO LIVRO O Minotauro e Outros Versos Assim, de José António Almeida /// do livro: 'O Minotauro e Outros Versos Assim' é o volume II do ciclo METAMORFOSES [obra em curso]. A capa foi composta a partir de colagem do autor. # 23 da Colecção Mutatis-mutandis. «O Alentejo não foi uma opção. Foram as circunstâncias, como diria Kavafis, que me impuseram uma certa “vila da província”. Talvez os meus poemas agradem mais ao homossexual dos velhos tempos do que ao jovem gay livre e emancipado dos dias de hoje. Para o meu labor, prefiro — acima de tudo — o leitor comum e entusiasta da poesia. Não saí do “armário” — há muitos e muitos anos, e a poesia foi a chave da porta — para ser engavetado, por quem não ama a poesia nem a vida e ainda menos a raiz erótica de ambas, no cacifo da literatura gay com um rótulo na testa ou uma etiqueta na nuca.» J.A.A. https://livrosnaoedicoes.tumblr.com/post/716208497448173568/colecção-mutatis-mutandis-23-o-minotauro-e /// do autor: José António Almeida nasceu em Lisboa a 8 de Fevereiro de 1960. Livros publicados: António Nogueira (Lisboa, edição de autor, 1984) O Rei de Sodoma e Algumas Palavras em Sua Homenagem (Lisboa, Presença, 1993) A Mãe de Todas as Histórias (Lisboa, Averno, 2008) A Vida de Horácio (Lisboa, &etc, 2008) O Casamento Sempre Foi Gay e Nunca Triste (Lisboa, &etc, 2009) Obsessão (Lisboa, &etc, 2010) Arco da Porta do Mar (Lisboa, &etc, 2013) Memória de Lápis de Cor (Lisboa, &etc, 2014) Mar Vermelho na Vila Toda Branca [Metamorfoses I] (Lisboa, não edições, 2022) Obra reunida: A Angústia da Azeitona Antes de se Transformar em Luz (Lisboa, não edições, 2019) Pouca Tinta (Lisboa, não edições, 2020) A Vida de Horácio e Outras Ficções (Lisboa, não edições, 2021)
/// O livro está disponível através de pedidos via [email protected] e chegará nos próximos dias às habituais livrarias: https://naoedicoes.tumblr.com/livrarias
#Novo Livro#novidade#Colecção mutatis/mutandis#poesia#José António Almeida#O Minotauro e outros versos assim
1 note
·
View note
Text
Vivir de ver. A propósito de Cuaderno de Cabo Verde
Por FRANCISCO LEÓN
* Cuaderno de Cabo Verde, Melchor López, Ediciones del Pampalino, Tenerife, 2021.
El cuaderno poético compuesto bajo el signo del viaje no es práctica novedosa en la ya bastante extensa obra lírica de Melchor López (Tenerife, Canarias, 1965).
En 2018 la editorial asturiana Trea puso en las manos del lector interesado una recopilación de todos sus ―así llamados por el propio autor― «cuadernos de viaje», desde el más antiguo, Cuadernos marroquí (1993), hasta el entonces último de ellos, Cuaderno de Azores (2015). Entre uno y otro, fueron surgiendo Cuaderno inglés (1996), Cuaderno de la isla de La Gomera (1997), Cuaderno de la isla de El Hierro (1997), Cuaderno portugués (2007), Cuaderno de Granada (2010) y Cuaderno de Lisboa (2013).
Por desgracia, el poema arrancado de las vicisitudes de los viajes no tiene buena entre entre los lectores españoles, o menos entre los lectores españoles, para ser más exactos, que entre los poetas de nuestro país. Por ejemplo: «Los libros de poemas basados en viajes no suelen tener demasiado interés, y sólo una mano poética firme y capaz de atrapar lo esencial en la anécdota puede salvarlos.» (Vicente Luis Mora, Diario de lecturas, domingo, 28 de julio de 2019).
Suelen percibirse este tipo de libros, erróneamente, como surgidos de una práctica ancilar de la verdadera composición poética, como una escritura de naturaleza inferior y entregada al anecdotario. No es el caso de Poeta en Nueva York, sin ir más lejos, o de La prose du Transsibérien et de la petite Jehanne de France de Blaise Cendrars o de Sendas de Oku, de Matsuo Basho, por poner aquí unos pocos casos incontestables.
A decir verdad, lejos de ser una anomalía, el poeta-viajero ocupa un lugar central en la literatura de todos los tiempos. También en la poesía moderna: el poeta que convierte las potencias de su escritura en el símbolo de un verdadero viaje imaginario a la otredad se halla, con «Le voyage» de Baudelaire o con «Viaje a Ítaca» de Kavafis, por ejemplo, en la base de nuestra profunda tradición lírica reciente.
El viaje depara al poeta verdaderos tesoros, tesoros para la vista y tesoros para la mente. En primer lugar, el viaje a tierras más o menos lejanas suele arrancar al poeta de sus hábitos y automatismos compositivos. Lo obliga, en cierto modo, a despertar. Aparece ante él una realidad que lo empuja establecer un nuevo trato con su lenguaje, con su expresión. La imaginación creadora se ve impelida dar un salto hacia lo desconocido, hacia la otredad. Precisamente con una cita de la emperatriz de la poesía portuguesa, Sophia de Mello Breyner Andressen ―otra poeta-viajera brillantísima―, acerca del otro, daba comienzo Según la luz de Lopez: E outro nasceu de tudo quanto viu. El propio López se refiere a ello en una entrevista publicada en 2018:
En la cita de Sophia de Mello que abre el libro [...] aparece la idea del otro que nace en el viaje, del otro que se revela en todo viaje; con palabras más conocidas, otro poeta portugués, Pessoa (ele-mesmo), escribió: Viajar! Perder países!, / ser outro constantemente. Lo que me interesa, en primer lugar, de esa experiencia del viaje, es la conversión del yo en otro; esa es la dádiva que nos espera cuando «vivimos de ver» espacios desconocidos.
Tampoco se debe despreciar, por cierto, el efecto crítico, de extrañamiento, que causa en el lector lugareño, en el otro, la visión novedosa de la tierra visitada que ofrece el poeta-viajero en su obra. En mi antología sobre este asunto, El sueño de las islas, en que compilo media decena de poemas de tema canario pertenecientes a no canarios, aparece el Teide visto por Haroldo de Campos o por Emily Dickinson. La poeta norteamericana jamá viajó a Tenerife, por su puesto ―al contrario que Horoldo de Campos―, pero igualmente, empujada por la tradición simbólica del poeta-viajero, ofrece al insular una visión inédita y potente del gastado icono volcánico de Canarias.
La «conversión del yo en otro» a que se refiere Melchor López en esta entrevista concedida hace algo más de tres años, se concreta en Cuaderno de Cabo Verde en más de un pasaje. En el poema «Vida retirada» dice:
Sou agora um homen velho
en una de mis vidas imposibles
―o tal vez no―.
El poeta, amalgamado por completo con el lugar adonde ha viajado, se imagina como un viejo «retirado / cerca de Tarrafal», un anciano caboverdiano.
En «Los rebelados de nuestro Señor Jesucristo, circa 1960», el poeta, de nuevo transformado en otro, habla por boca de uno de los rebeldes, integrantes de la comunidad religiosa de isla de Santiago:
Porque somos los rebelados les pedimos solamente que nos dejen vivir en paz. Le pedimos que nos dejen vivir apartados, en la sierra más agreste, con nuestras costumbres y nuestra fe...
Y en otro, definitivamente, decide transmutar el autor en el poema de apertura de este libro singularísimo, «Autoproclamación en la ciudad de Praia». Aquí Melchor López, con nombre y apellidos, alzado también en rebeldía, proclama su autoexilio:
Yo, Melchor López,
descendiente de un Mendes portugués,
natural de Los Silos, Tenerife,
[...]
me autoproclamo aquí
[...]
en voluntario exilio
Lejos, por tanto, de entender el poema o el libro de viaje como un anecdotario, López demuestra en Cuaderno de Cabo Verde que, pese a que todo poema es de circunstancias, como afirmaba Goethe, la ocasión del viaje constituye no obstante algo más que un escenario pintoresco en el que naufraga la escritura de la poesía. Todo lo contrario, para el poeta inserto en la tradición del poeta-viajero, el viaje suele ofrecer a su ojo vigilante la oportunidad un misterioso renacimiento.
1 note
·
View note