Tumgik
#Lain Faustus Fictober
lainfaustus · 1 year
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Fictober Day 01
Prompt number: “It's not too late, let's go” ("Aún no es demasiado tarde, vámonos")
Fandom: Boku no Hero, Death Note
Rating: +18
Warning/Tags: Allusion to suicide, allusion to death, school bullying, allusion to a traffic accident, Shinigamis.
Language: Spanish
Count word: 549 words
—Aún no es demasiado tarde,¡vámonos!
Lo miró con desconfianza. No confiaba en esa mano que se estiraba hacia él, pero, por otro lado, la emoción le golpeaba el pecho, al punto que sabía que si no lo seguía, se arrepentiría.
Lo tomó, y ambos corrieron a la estación, esperando el último tren. El andén estaba vacío, sólo un guardia y un ebrio en una banca, y ellos, tomados de la mano, con una sonrisa que no se borró, en ningún momento, ni siquiera cuando se dejaron caer frente al tren.
Por fin estaban juntos para siempre…
O eso era lo que creían.
Dos Shinigamis en Entrenamiento
Las clases habían terminado, y Monoma intentó huir, cuando el profesor lo llamó:
—Señorita Uraraka.
Lo último que quería era enfrentarse al hombre que permitió que el odio que sentía por otra persona afectara su relación con Shinsou. Todos pudieron ser felices, pero él lo arruinó. Sin embargo, aunque era odio lo que sentía cuando pensaba en él, ahora se sentía culpable: él regresó a la vida, y Shinsou segura muerto, y era su culpa.
—¿Sí, profesor? —dijo Monoma.
Estaban solos.
—Me alegra verla de mejor humor este día.
—He estado tomando terapia —mintió, pero Aizawa-sensei pareció creerlo.
—Me parece bien, traté de no meterse en problemas.
—Eso debería decirlo a Momo y las demás chicas, yo no soy la que comienza, ellas…
—Lo sé, sólo le pido que no se meta en problemas.
Monoma silenció todas las respuestas transgresoras que deseaba gritarle, y respondió: —Sí, señor.
Salió sin esperar una respuesta.
Aizawa-sensei la siguió con la mirada. Si bien él era el nuevo maestro, conocía la historia de la chica, la conoció un par de días antes de su último intento de suicidio.
Era por eso que no entendía porque ahora la chica le parecía tan fastidiosa y pesada. Algo nuevo en ella le provocaba una furia tan fuerte que, el mero hecho de controlarse le dio indigestión.
Había algo mal en ella.
***
Antes de tener que encontrarse con Momo y su grupo, Monoma huyó, encontrándose con su papá una calle adelante. Estaba feliz de verlo, que lo abrazó. La calidez del abrazo le hizo recordar a su propio padre, y su indiferencia, parte de lo que lo había llevado al suicidio. Y aún así lo extrañaba.
—Vamos a casa, Ochako.
—Sí —sonrió, utilizando todas sus fuerzas para reprimir las ganas de llorar, cuando, mientras cruzaban la calle, un auto no se detuvo, estando a muy poco de golpearlos. Sin embargo, Monoma levantó su mano y con una ráfaga de viento lo detuvo, haciendo que las llantas se poncharan por la fricción. Fue un reflejo, él solía hacerlo cuando era un shinigami.
—¡Ochako! —gritó asustado su padre, abrazándola. El conductor salió de su auto, acercándose para ver los daños y si alguno estaba lastimado.
Todo estaba bien. Parecía que nada raro había sucedido.
Pero, de camino a casa, Monoma no podía dejar de pensar en una sola cosa: aún tenía sus poderes de Shinigami.
Lain Faustus
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 28
Prompt number: "do I have to do everything here?"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Mature
Warning/Tags: Physical abuse, psychological abuse of a minor, paraphilia (?)
Count word: 1382
El Trato Que Merece Un Humano
—“¿Tengo que hacer todo aquí?” —dijo Todoroki molesto, recogiendo ropa y juguetes del piso. Llegó a la sala y miró molesto a su marido, Bakugo, jugando con su hijo. —¿Me escuchaste?
—Sí, pero te ignoré, estás hablando de nuevo de que haces todo en esta casa.
—¿Y es mentira?
—Si te molesta limpiar un poco, contrata a alguien, incluso podrías pagarle para que cuide a Yuki —levantó al niño con los pies.
—Sí, eso será lo mejor.
***
Bakugo volvió de la oficina, entrando a la casa ordenada. Escuchó reír a Yuki y vio una sombra entrar a la cocina, de donde venía la risa. Parecía que Todoroki estaba de mejor humor. Entró entonces y lo abrazó, dándose cuenta de inmediato que no era su marido, ni siquiera era tan alto como su marido. Lo soltó y miró al chico sonrojado de cabello verde, que le devolvió la mirada.
—Papi —gritó Yuki corriendo a los brazos de Bakugo. Todoroki entró también a la cocina.
—Bienvenido, Bakugo —lo besó.
—¿Cuándo tuvimos otro hijo? —preguntó Bakugo mirando al chico tímido.
—Es Izuku, lo contraté esta mañana, lo encontré en el mercado.
—No es un perro, Todoroki, es un chico.
—La gente dijo que tiene casi dos años viviendo en la calle, además…
—Siento que no deberíamos hablar esto frente a él, es incómodo.
—Oh, no hay problema, él está sordo —dijo sonriéndole a Izuku, que sonrió también. Bakugo se sintió incómodo por los modos tan insensibles de su marido.
—¿Y…sabe para qué está aquí?
—Claro, se lo expliqué, ya limpió la sala y la cocina, y Yuki está feliz con él.
—De nuevo estás describiendo a un perro.
—Los perros no limpian.
Todoroki salió y Bakugo bajó a Yuki, que siguió a Izuku mientras el chico terminaba de lavar los platos. Bakugo se sintió incómodo de nuevo. Se acercó y acarició el cabello del chico sonriéndole. El chico sonrió también.
***
Izuku era un buen chico, sonreía todo el tiempo, jugaba con Yuki, y obedecía la órdenes de Todoroki, aunque sólo lo hacía con manoteos, el chico parecía entenderlo bien.
Pero Bakugo no dejaba de sentirse incómodo con la sonrisa del dulce chico servicial que iba de un lado a otro como una ama de casa.
Cierto día mientras Bakugo estaba sentado en la sala, Todoroki llegó frente a él.
—Terminé de escribir mi libro —dijo.
—Felicidades —contestó Bakugo sin mirarlo.
—Y tenemos tiempo sin intimar, ¿no me extrañas?
—Supongo —levantó un poco la mirada y sonrió.
Todoroki se sentó a horcajadas en su regazo y comenzaron a besarse. Bakugo le sacó la camisa y luego lo lanzó al sofá. Se levantó para quitársela él mismo, cuando vio a Izuku en la cocina, de espaldas a la sala, lavando los platos.
—¿Qué pasa? —preguntó Todoroki.
—Izuku está allí. 
—Ya te lo dije, es sordo.
—No lo sé… Es incómodo.
—Vamos, sólo una vez.
Bakugo dudó.
—Hagámoslo rápido.
Todoroki hizo más ruido que lo normal, gimiendo casi a gritos, sintiendo más placer que otras veces, incluso los gemidos en el clímax fueron bastante apasionados. Bakugo se corrió primero, y luego Todoroki, abrazando a su marido.
Pero, a pesar de que Bakugo insistía en que le parecía incómodo, estás sesiones se volvieron una rutina, como si el saber que el chico estaba allí excitaba a Todoroki, que se volvió más apasionado, incluso que cuando eran jóvenes.
Hasta el día que, en la habitación, Izuku entró y los encontró en pleno acto, y ahora lo miraron. Todoroki le hizo salir de un grito, y el chico corrió asustado.
Bakugo no pudo continuar, para frustración de su marido.
—Esto es incómodo —dijo Bakugo vistiéndose de nuevo.
Y entonces Todoroki comenzó a odiar al chico. Bakugo comenzó a verlo con pequeños moretones que Todoroki adjudicó a la anemia que trataban con medicamentos. Izuku no levantaba la mirada, y comenzó a evitarlos.
Bakugo comenzó a sentir pena por el chico.
—¿Qué? —exclamó Todoroki indignado— ¿Por qué quieres deshacerte de él? Me ha ayudado mucho.
—Sí, pero se ve más triste.
—¿Y qué? Lo llevaré a la calle otra vez, eso haré?
—No, —le dio un folleto— encontré este internado, es para chicos huérfanos con alguna discapacidad, es sordo, allí lo ayudarán.
Todoroki miró el folleto molesto.
—Yo lo arreglo.
Bakugo lo besó y se fue. Todoroki entró a la cocina y miró al chico, que se volvió. Estaba asustado.
—Tienes un nuevo trabajo.
El chico bajó la mirada, comenzando a llorar.
***
Bakugo llegó de noche y encontró a Todoroki dormido en el sofá. Se veía cansado, vio sus manos y le pareció extraño que las usará, no estaba acostumbrado a los trabajos fuertes, pero lo único que hizo fue besarlo.
Se encontró a Yuri en el jardín y lo llevó a la cocina para darle de cenar.
***
Aunque el chico ya no estaba con ellos Todoroki seguía siendo tan apasionado como siempre, lo único que cambio fue el lugar, ahora intimaban todo el tiempo en el sofá. Era como un fetiche nuevo que funcionaba para Todoroki, pues se volvía muy efusivo, hacía más ruido, más movimientos, y deseaba hacerlo todo el tiempo, en ese sofá.
A Bakugo le parecía extraño, pero no decía que no, él también estaba excitado.
Una noche despertó de madrugada y no encontró a su marido a su lado. Se levantó y fue a ver la habitación de su hijo, que dormía. Bajó las escaleras, cuando escuchó la voz de Todoroki. Bajó en silencio, y escuchó:
—…poco más, ¿no tienes hambre? Anda, sólo un poco más…listo; mañana tendremos una cena, así que estaremos en este sillón todo el día, ¿lo entiendes? Buen niño.
Bakugo bajó de repente y vio a Todoroki acomodando uno de los cojines del sofá.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó, sorprendiendo a Todoroki, que tembló y lo miró.
—Bakugo, querido, qué haces…?
—¿Qué haces con el sofá?
—Yo…perdí mi anillo, y creí que estaba aquí…
—��A esta hora, mientras hablas con el sofá, con un plato de avena?
El plato estaba en la mesita junto a un par de libros. Todoroki lo miró, y luego a su esposo, que se acercó con largos pasos y quitó el cojín que estaba unido a una tabla, destapando un compartimento, donde estaba atado Izuku. Estaba amordazado, pero sus ojos estaban descubiertos, llenos de lágrimas, y tenía avena en la mejilla.
—Todoroki, qué hiciste —le gritó Bakugo—, ¡estás enfermo!
—No lo entiendes, esto me…
—¡Es un niño! ¿Qué tipo de trato inhumano es este?
—No abusé de él, no lo lastimé, le doy de comer, lo limpio, le…
—¡No es un perro, Todoroki! Es un niño, no puedes hacer esto, quizá no escucha…
—No está sordo.
—¿Pero me dijiste…?
—Es mudo, pero no entiende el idioma, es tailandés.
Bakugo estaba asqueado, mirando al chico lloroso, al hombre perverso, y comenzó a golpear a Todoroki con la tabla que aún sostenía en sus manos. Golpeó hasta que dejó de gritar y su marido dejó de moverse.
Había sangre en su alfombra blanca, en el sillón blanco, en la mesa de vidrio. En sus manos y en su ropa. Y un chico lloroso.
Qué haría. Ese chico hablaría. No, era mudo, pero…no podía dejarlo sólo así.
—Lo siento —se levantó y miró a Izuku—, pero no puedo dejarte ir así —lo sentó sin sacarlo, pero debía hacerlo—, lo siento, niño, lo siento.
Sólo necesito dejarlo caer una vez para destrozarle la cabeza al chico.
Metió ambos cuerpos al pequeño espacio del sofá, y llamó de inmediato para que se lo llevaran directo al basurero. Una empresa aceptó simplemente quemarlo a cambio de una gran cuota.
Las horas que faltaban para el amanecer, fueron de mucho trabajo de limpieza.
***
—¿Cuándo volverá papá Shoto? —dijo Yuri con tristeza.
—No lo sé, quizá papá Shoto entienda que debe volver, pero quizá no era tan bien papá como creímos.
—Pero yo lo quiero, y a Izuku.
—Izuku volvió con su familia, pero prometo que buscaré a alguien que te cuide y te agrade como Izuku, ok?
—Sí, papá.
Yuki se abrazó a su padre, que extrañaba a Todoroki sólo por los segundos antes de recordar lo perverso que era.
Ahora estaba mejor.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 29
Prompt number: “back up!”
Fandom: Boku no Hero Academia AU Medieval
Rating: None
Warning/Tags: None
Count word: 745
El Sello del Emperador
—“¡Retroceda!” —gritaron los soldados al príncipe que de acercaba con su caravana— Majestad, no entre al castillo, por favor.
Bakugo, el joven jefe de la tribu del bosque prohibido, los miró furioso.
—El emperador Todoroki pidió mi ayuda para eliminar al invasor —gritó—, ¡quitense de mi camino!
—Pero él no es…normal… Es por su bien…
—Tiene al prometido del emperador, y me pagará muy bien, además —todos miraron la tierra seca bajo sus pies— si el prometido está triste, la tierra lo está, y las tierras terminarán secándose, ¡déjenme pasar!
Los soldados le dieron paso, y Bakugo caminó con paso firme hasta el castillo, rodeado de soldados muertos. El portón estaba abierto, así que entró con algunos de sus guerreros, hasta el primer jardín, donde vieron al prometido de Todoroki, el chico de cabello y ojos verdes, con ropas orientales de color rosa. Alguien lo había llevado a tierras nórdicas al ver la magia que lo rodeaba cuando reía, y el emperador Todoroki lo compró para casarse con él.
Pero hacía poco un invasor atacó y había tomado el castillo y al prometido Izuku.
Lo extraño, según decían, era que aunque en invasor tenía un pequeño ejército, sólo él había atacado. Él sólo acabó con todos.
Los guerreros de Bakugo corrieron hacía Izuku, pero cuando Izuku lo notó, comenzó a gritar para que se alejaran, pero fue muy tarde: entre las flores que rodeaban al chico había largas agujas que se levantaron y atravesaron el cuerpo de los guerreros, asesinándolos.
Bakugo logró entrar al jardín, cuando sintió un golpe que lo lanzó contra el muro. Izuku lo observó desde su cama de flores.
—Vaya, otro invasor.
Bakugo levantó la mirada. El verdadero invasor era un chico rubio, una cabeza más bajo que él, y muy serio.
Bakugo se lanzó para golpearlo, pero el invasor sólo tuvo que mover su mano como si espantara a una mosca para lanzarlo de nuevo contra otro muro.
—No me molestes, salvaje —dijo el invasor—, mi nombre es Monoma, y vengo por lo que éste imperio nos robó —señaló a Izuku, que bajó la mirada triste.
—Izuku es el prometido del emperador.
—Izuku gobernaba el país donde yo vivo, su humor controlaba la fertilidad de la tierra, pero cuando se lo llevaron secaron nuestro hogar; él debe volver y gobernar para que nuestra tierra renazca.
—No, el mercader le dijo que era un huérfano que vivía en unas ruinas en una montaña…
—Así es como él eligió vivir, como un ermitaño, pero nosotros le llevamos ofrendas, no está solo.
—¿Cómo se que es verdad?
Monoma lo observó.
—El tatuaje en tu brazo, qué significa?
Bakugo miró su tatuaje y respondió:
—Es la marca de un tótem que perdimos con una tribu rival; era una mujer capaz de hablar con los elementos, ayudaba a mi pueblo.
—¿Quién te lo dijo?
—El emperador, él me puso este tatuaje.
Monoma se acercó a Izuku y le arrancó una manga, mostrando un tatuaje igual.
—Eso es un sello para evitar que usen su magia; tu tribu es tan vieja como el linaje de Izuku, pueden controlar a la naturaleza con facilidad, pero eso no le conviene al emperador.
—Eso es mentira.
—Arráncalo de tu piel, y verás que no miento.
Bakugo miró su tatuaje.
—A mí no me interesa su imperio, —dijo Monoma acercándose a Izuku para tomar su mano— yo voy a salvar mi hogar. Bakugo quiso acercarse, pero sus pies ya estaban enterrados en la tierra hasta las pantorrillas.
Izuku sonrió a Monoma, hizo una reverencia a Bakugo, y subió a los brazos de Monoma, que abrió un hueco en el muro y se fue, seguido de sus guerreros.
***
Todoroki volvió a su castillo y riñó al joven jefe, que no puso resistencia a lo que dijo el emperador. Se disculpó y se fue.
Fue a su aldea, a las antiguas ruinas de las que los ancianos hablaban, y allí encontró, bajo las enredaderas, la historia de su abrigo linaje, como utilizaban su magia, y como, desde que uno de ellos se relacionó con la familia del emperador la tierra comenzó a secarse, y ellos comenzaron a depender del imperio, como aún sucedía.
Bakugo quemó su piel, y de inmediato fue capaz de controlar el fuego con los movimientos de sus manos. Monoma tenía razón, pensó furioso. Y el imperio iba a pagar.
El imperio caería ante la fuerza del poderoso ejército de fuego de Bakugo.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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FICTOBER 2020
Día 01
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Día 02
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Día 03
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Día 04
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Día 05
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Día 06
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Día 07
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Día 08
Día 09
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Día 10
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Día 11
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Día 12
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Día 13
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Día 14
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Día 15
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Día 16
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Día 17
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Día 18
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Día 19
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Día 20
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Día 21
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Día 22
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Día 23👻
Día 24
Día 25
Día 26
Día 27
Día 28
Día 29
Día 30
Día 31
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lainfaustus · 4 years
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⚠️Advertencia⚠️
Este fanfic presents contenido muy violento, y no es para personas sensibles… Ahora que lo pienso, debí poner está advertencia antes, pero lo olvidé.
Se recomienda discreción, o como decimos en México: “Bajo advertencia no hay engaño”.
Gracias.
Fictober Day 19
Prompt number: "I can't do this anymore"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Mature
Warning/Tags: Rape, violence, sexual abuse, sexual abuse of minors, toxic behaviors, physical abuse, psychological abuse.
Count word: 924
Es Todo Lo Que Yo Conozco II
—“Ya no puedo hacer esto”, ya no lo soporto —lloraba con la frente pegada al piso—, duele mucho.
Se hablaba así mismo, se gritaba así mismo porque, ¿quién más lo escucharía, si había terminado por alejar a las únicas dos personas que le habían importado en su solitaria vida? Su miserable presencia era insoportable, incluso para el mismo.
Pero no tenía una forma de expresarse que no le pareciera humillante, era todo lo que conocía, era la primera forma de amor que había conocido, pero que también le había quitado el sentimiento de soledad con el que siempre había vivido. Sin embargo ahora se sentía era miseria.
Tumbado en el suelo al lado de la cama pensaba en si ese era el tipo de vida que estaba destinada para él.
***
Todoroki tenía pocos amigos desde que se había mudado. Realmente era muy serio y hablaba con muy pocas personas porque no parecían tan simpáticas como él creía. Y le dolía porque siempre los estaba comparando con Midoriya. Eso lo hacía sentirse miserable porque Izuku no había sido lo que él pensaba, creía que había encontrado un amigo, no, a alguien especial y había resultado ser algo asqueroso, y recordarlo le asqueaba. Pero pensar que era lo mejor que le había pasado lo asqueaba aún más.
Así que pasaba las horas de clases solo, apenas saludando a sus compañeros, y en los descansos prefería visitar la biblioteca.
Un día se encontró mirando por uno de los ventanales a un grupo de sus compañeros jugando fútbol. Recordó a sus antiguos compañeros y los extrañó, pero más recordó a Izuku al ver a un chico mayor con el mismo cabello revuelto.
Varias veces al día se preguntaba si debía darle otra oportunidad.
Decidió alejarse del ventanal, y se adentró a la biblioteca, hasta las salas que usaban los clubes después de clases, y el olor a cigarro llegó a él antes de las voces de un par de adultos, entre los que reconoció a uno de sus maestros. También estaba un maestro sustituto que no le agradaba.
—Eso no es nada —decía ese maestro—, yo me tiré a un chico de 13 años.
Él y el otro maestro rieron.
—¿Cómo? Cuenta —preguntó el maestro. El otro continuó:
—Era un huérfano, lo conocí en la secundaria y lo convencí que el sexo casual era amor, y luego comencé a llevarlo a moteles, le pagaba… Y él lo aceptaba, incluso lo pedía, pero el otro maestro volvió, y me fui.
—¿Y lo has visto otra vez?
—Sí, hace unos días, pero me dijo que se había estado prostituyendo, y me ofreció su cuerpo, pero ya estaba manoseado por otros así que lo rechacé, pero le di un consejo —dijo burlón—, le dije “deja la escuela y comienza a trabajar en un bar”.
—¿Y lo hizo?
—Ya no volví, ese niño da asco.
—¿Cómo se llama? Suena fácil de coger.
—Midoriya, aquí está su dirección —escribió una nota—, sólo dile que lo quieres, y te dejará golpearlo.
Todoroki no podía escuchar más, se dio la espalda y se alejó en silencio, con el corazón destrozado.
***
Acabando las clases, Todoroki tomó el autobús a casa, y bajó después, para llegar al edificio de Izuku sin que sus padres lo vieran. Subió y llamó a la puerta, espero una hora pero nadie contestó.
Quizá…
Fue al callejón, a unas calles, donde lo vio con el hombre, pero sólo encontró a un vagabundo. Miró hacía adelante; estaba a unas calles del barrio que estaba más cerca del tren elevado. Era un contraste muy obvio entre la clase media y la clase baja. Pero seguramente allí estaría, aunque de nada serviría ir tan temprano. Si las películas decían la verdad, quizá lo encontraría por la noche.
***
Todoroki se escapó de casa y corrió hasta el barrio, que estaba iluminado por letreros neón, y prostitutas en las esquinas por montones. También había chicos que trataban de llamar la atención de Todoroki, cuando se detuvo.
—Disculpen —dijo de pronto—, ¿alguien conoce a Midoriya?
—¿Un chico de sonrisa tonta y ojos verdes? —preguntó un chico mientras los demás se alejaban.
—Sí, ¿dónde…?
El chico señaló un bar, y Todoroki tuvo que pagar para entrar. Todo era como en las películas de gángster que veía: mesas con hombres de negocios o viciosos, tres pistas con chicas bailando en un tubo con poca ropa, o ninguna, y lindas meseras de hermosos cuerpos.
Todoroki estaba por sentarse en una mesa, cuando vio un cartel al fondo que decía “Espectáculo Nocturno”
“Hoy:”
“El Estudiante”
Tuvo que pagar más, y entró. El show apenas comenzaba. Había una colchón en medio del escenario, y de pronto, alguien apareció: Midoriya, vestido como una colegiala, con lencería negra, y una diadema con orejas de gato.
—Buenas noches —dijo—, ¿alguien podría ayudarme a hacer mis tareas?
Todoroki no lo podía creer. No quería mirar, así que se levantó cuando un hombre enorme y musculoso en tanga y un saco apareció, empujándolo violentamente al colchón, diciendo:
—Yo te ayudaré, nena.
Todoroki salió entre los vitoreos. No podía soportarlo.
***
Izuku estaba en una habitación arriba del bar, recostado, llorando en silencio, mientras, en otra habitación, un par de tipos brindaban felices.
Izuku esperaba. Igual que cada noche, el show que presentaba no era el único momento en que abusaban de él. Así como les sucedía a las chicas que dormían allí, él debía estar disponible para quién quisiera utilizarlo.
Amar dolía mucho.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 31
Prompt number: “I trust you"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Mature
Warning/Tags: Rape, torture, physical abuse, 
Count word: 835
Así Será Tu Vida Ahora
—“Yo confío en ti” —dijo Monoma mirando a los ojos a Iida, que recibió el dinero y se fue.
Monoma, atado de manos, sonrió mientras lo hacían entrar a la pequeña jaula en la camioneta.
***
Despertó atado en forma de equis, desnudo, en la oscuridad. Allí se quedó un par de días, hasta que alguien bajó con una lámpara y se paró detrás de él. Con una navaja marcó la figura de un par de alas en su espalda retirando un hilo de piel para que quedase una cicatriz más marcada. Monoma estaba amordazado, llorando de dolor.
Una vez que quedaron los canales de piel los rellenaron de un líquido negro y así quedó, como si fuese una marca de nacimiento de piel rugosa. Aprovechando la posición del chico, el hombre abusó de él por casi una hora, y luego se fue. Poco después volvió, e hizo marcas en el pecho y vientre del muchacho, pero esta vez le prendió fuego a la mezcla, sellándolo a la piel del chico.
Le dieron agua, y una mezcla pastosa que sabía a avena agria, y lo dejaron allí por un par de días, atado de manos, hincado en el suelo disparejo y frío, hasta que el dolor aminoró un poco, pero no por completo. Lo llevaron a otra habitación donde le dieron un baño y lo vistieron con un bodie rosa de encaje, que mostraba las marcas en su espalda y en su vientre, y sobre esto, un vestido blanco de gasa. Monoma esperaba, pensando en el momento en que conoció a Iida, como Iida lo conquistó, como lo hizo alejarse de todos, hasta que sólo le interesaba lo que él decía. Por eso había aceptado ser vendido para que Iida pagara una deuda que tenía. La deuda no existía, claro, pero Monoma creía que sí. Monoma confiaba en Iida-san.
Esa confianza lo hizo terminar en un espectáculo sexual, donde Monoma era colgado por sus muñecas, era golpeado, y cuando estaba casi inconsciente, así colgado, era ultrajado hasta el cansancio, incluso cuando se desmayaba, el hombre continuaba, entre aplausos, vitoreos, y palabras soeces. El hombre terminaba y dejaba a Monoma para que lo despertarán lanzándolole botellas, hasta que lograban despertarlo. Confundido, sólo pensaba en Iida. ¿Dónde estaba? ¿Pensaba en él?
***
La jaula no le permitía levantarse, aunque no tenía mucho ánimo para hacerlo después de las drogas y el alcohol que le obligaban a beber. Comía esa masa asquerosa, más por sobrevivencia que por hambre. Se quedaba allí, desnudo, esperando como una muñeca que alguien llegase y lo moviera para cobrar vida, si a esto se le podía llamar vida.
¿Valía la pena sobrevivir si ésta era la vida que le esperaba?
***
El espectáculo cambió de "estrella", y Monoma fue puesto en venta en una subasta esa noche y comprado por alguien cuya voz no escuchó, hasta que fue entregado en una casa cuyo aroma reconoció.
—Hola, Monoma.
Cuando le quitaron el vendaje sobre sus ojos, entre la cegadora luz, pudo ver el rostro que tanto ansiaba. Quiso gritar y lanzarse a sus brazos, pero no podía, su cuerpo no le respondía.
—¿Sufriste mucho? Cuando puedas hablar quiero que me lo cuentes todo, ok? Quiero saber cómo te humillaron, y cómo te sentiste, eso me excita.
Monoma asintió. Iida le obligó a hacerle sexo oral, aunque como Monoma se veía cansado, él le movía la cabeza de atrás hacia adelante, dividiéndose al ver que Monoma no podía resistirse. Le excitaba utilizarlo como un objeto. Había sido fácil torturarlo, hasta divertido, pero en ese momento necesitaba el dinero para ir de vacaciones con su novio. Sabía que comprar a Monoma de vuelta no sería tan costoso, ya estaría usado, y costaría poco tenerlo de nuevo, tan dócil y bien entrenado.
Cuando se corrió dentro del chico, se separó de él y se arregló la ropa. Hizo una llamada que Monoma escuchó sorprendido:
—…, ya sabes que sí, amor, te veré allá, ok?… Hasta luego.
Colgó y lo miró. Al notar la mirada, Iida le sonrió:
—Era mi novio, es muy dulce, pero tú no vas a conocerlo, me daría vergüenza.
—…Ii…
—Tranquilo, tengo algo para ti.
Abrió el armario y Monoma vio algo que le hizo soltar una lágrima: allí había otra jaula. Iida, con el pie, le hizo entrar, pateándolo igual que a un perro para que obedezca, sin maldad pero con indiferencia. Monoma gateó hasta sentir la cobija dentro de la jaula, y se sentó, mirando a Iida, que cerró la jaula con un candado, y luego la puerta del armario, cerrando con llave.
Monoma, sentado en su jaula, sonrió. Amaba a Iida, y sin importar cómo fuera, sería feliz estando cerca de él, sin importar escucharlo con su novio mientras estudiaban, mientras se besaban, y mientras intimaban. Monoma se excitaba con escuchando a Iida, Iida estaba excitado al saber que Monoma lo escuchaba, y el novio de Iida, Todoroki, simplemente amaba a Iida.
Así es como acaban las buenas historias.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Un poco de humor:
Tumblr media
Una disculpa, pero me encantan los personajes de Boku no Hero Academia, y creo cambiarlos por ahora.
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 30
Prompt number: "just say it"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: None
Warning/Tags: None
Count word: 955
El Dolor Que Sentí Por Ti
—“ 'Sólo dilo' ” —pensó Izuku—, “yo lo soportaré”.
—Conocí a alguien más —dijo Bakugo—, es más mi estilo, y yo…yo no puedo seguir contigo.
—Está bien —sonrió Izuku—, estoy feliz de que encontraras a alguien.
Bakugo le dio la espalda y se fue.
Este sería un verano muy solitario.
***
Por suerte para Izuku, su madre y él viajarían a la playa, así que eso le ayudaría a olvidar a Bakugo, o al menos eso le dijo su madre, mientras lo abrazaba y le besaba el cabello.
Izuku, recostado en el hombro de su madre que dormitaba, pensaba que podía ser posible, de cualquier modo, estar con Bakugo no había sido tan romántico como él había imaginado.
Izuku y su madre se quedaron en una posada en un acantilado, sobre la playa, dónde madre e hijo se sentaron a disfrutar del sol. La señora Midoriya tomó una siesta mientras Izuku daba un paseo. La playa no era muy comercial, había muy poca gente: una pareja, dos familias, y él y su madre.
Se sentó solo, a una distancia de las demás personas, y miró el mar, pensando en Bakugo, aunque no quería. Quería olvidarlo.
Sintió un temblor muy leve, seguido inmediatamente por otro aún más fuerte. Izuku corrió hacia su madre, y ellos y los demás visitantes subieron hasta la posada, desde donde observaron como el mar se recorría sólo un poco. Minutos después vinieron unas olas enormes que golpearon el acantilado. Izuku y su madre se quedaron en la habitación, hasta el día siguiente.
***
La mañana llegó con una imagen de ensueño: el agua estaba rodeando el acantilado, dejándolo como una gran isla en medio del mar. El agua bajaría en un par de días, así que todos estaban allí varados, y sin internet.
Izuku y su madre bajaron all buffet. Izuku servía dos platos, cuando se encontró con otro chico, ambos estaban por tomar el mismo plato con duraznos. Se disculparon y se miraron, sonriéndose.
—Me llamo Shinsou, mucho gusto.
—Soy Izuku, vine de vacaciones con mi mamá —señaló con la mirada la mesa lejos de todos.
—Tu mamá parece una agradable; yo vine con mis padres… ¿Es hermoso, verdad? 
—¿Qué? —se sonrojó.
—Como quedó el acantilado, parece un sueño.
—Sí, es hermoso.
—Como tú.
—¿Qué? —preguntó aún más sonrojado.
—¿Tú y tu mamá querían desayunar con nosotros? No hay mucha gente, y mientras seamos más, será más divertido.
—S…sí.
Los padres de Shinsou estaban felices con Izuku y con su madre. Las mujeres se llevaron bien de inmediato mientras el padre de Shinsou hablaba con los chicos.
Desde ese momento las dos familias empezaron a convivir. En el jardín de la posada salían a tomar el sol, y los chicos a hablar cerca de la cerca, mirando como cada día el agua volvía al mar.
Después vino la limpieza, en la que todos ayudaron para disfrutar de nuevo la playa, al menos la última semana de vacaciones. Todos esos días habían sido una maravilla al lado de Shinsou, que le tomaba la mano, acariciaba su cabello, y le decía lo hermoso que era. Izuku estaba enamorado.
Ya ni siquiera pensaba en Bakugo.
Hasta el día que tuvieron que volver.
***
Izuku y su madre volvían a la ciudad en autobús después de despedirse de Shinsou y sus padres, quienes insistieron en verse alguna vez, otra vez. Los chicos decidieron verse en Yokohama algún fin de semana. Se despidieron con un beso.
Pero mientras su madre leía, Izuku miró la televisión.
—Mamá —exclamó asustado, y ambos vieron la pantalla detrás del chófer que mostraba los estragos en la ciudad después del temblor.
—Oh, no —murmuró Inko.
Llegaron, aunque después de un mes, ya no era tan trágico como lo fue al principio. Ya no tantos escombros, había casas de campaña llenas de herida, pero todo parecía estar en una extraña tranquilidad.
Llegaron a su casa y se encontraron con el edificio a medio caer. Les permitieron subir rápido por sus papeles, y en cuanto se despidieron del departamento, el edificio terminó por caer. Los llevaron a una casa de campaña donde se sentaron en un rincón, en unos catres, cuando Mitsuki Bakugo entró. Ella e Inko eran amigas desde la infancia.
Mitsuki la abrazó llorando diciendo que estaba preocupada porque creía que había muerto. Inko le explicó lo sucedido, y le secó las lágrimas. Masaru, el marido de Mitsuki, los saludó y agradeció que estuviesen bien.
Y entonces, entró Bakugo. Tenía el brazo roto, por ayudar a buscar personas entre los escombros. Al ver a Izuku corrió a abrazarlo.
—Te extrañé —le dijo—, creí que… estabas muerto.
—Estoy bien —contestó Izuku—, y tú?
—Sí… Sabes, Izuku pensé en todo lo que sucedió el último día de escuela, y yo creo que…
—Conocí a alguien.
—¿Qué?
—Es un chico muy agradable, nos llevamos bien, y, mamá y yo estamos hablando de mudarnos.
—¿Como que mudarse?
—El edificio se cayó, además sería increíble estar cerca de Shinsou, y el distrito es más rural, cerca de la casa de mis abuelos, así que mi mamá está muy feliz por la idea.
—¿Y tú y yo? ¿Sólo lo vas a olvidar?
—Fuiste tú quien me pidió terminar, que habías encontrado a alguien más a tu…estilo, tú acabaste con "tu y yo". Ahora ya estoy bien, estoy tranquilo, y quiero estar en casa, con mi madre, sin importar si es en la ciudad, el campo, o en la playa; adiós, Bakugo.
Izuku le avisó a su madre que saldría un momento, pero sólo quería estar lejos de Bakugo.
Mirar la ciudad que se levantaba de nuevo, de a poco, volvería pronto a la vida, mejor y más fuerte. Igual que él.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 27
Prompt number: "give me that"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Teen+
Warning/Tags: Bullying, psychological harassment, torture.
Countt word: 1336
La Salvación En La Misma Presentación
—“¡Dame eso!” —Bakugo le arrebató la navaja a Todoroki, y comenzó a escribir los kanjis de su nombre en el pecho de estudiante de secundaria en cuyo vientre estaba sentado. Le sostenía los brazos con las rodillas mientras, con una gran sonrisa marcaba su nombre debajo del de Todoroki.
—Listo, mira esto.
—Que mala caligrafía tienes —dijo Todoroki.
—Ok, estás listo, ya puedes irte, Izuku —le sonrió.
Izuku lo miraba aterrado, amordazado con una vuelta de cinta adhesiva. Lloraba, no mucho después de toda una noche y una mañana sin comer, con esos dos estudiantes de preparatoria que lo habían elegido para torturarlo.
Lo despidieron riendo. Izuku se fue, adolorido, cubriendo con su mochila la sangre que manchaba su ropa. Llegó a su casa, subiendo lentamente las escaleras mientras escuchaba a su madre reír con sus dos nuevas amigas, las madres de Bakugo y Todoroki, que llegarían en cualquier momento.
Se escondió en su habitación, en el baño. Se limpió la herida y se curó, envolviéndose con una venda que tenía escondida con otras, para esas ocasiones. Cuando se cambió de ropa, llamaron a la puerta.
—¡Izuku! —llamó su madre— ¡Tus amigos están aquí!
Izuku suspiró profundamente y abrió la puerta, encontrándose con los chicos que eran una cabeza más altos que él, aunque sólo le ganaban por dos años.
—Hola, Izuku —dijo Bakugo—, tu madre dijo que subieramos a jugar contigo.
Todoroki sacó un cúter de su bolsillo.
—¿Por qué no nos dejas pasar a tu habitación?
Izuku se hizo a un lado, pero al entrar, Bakugo lo haló empujándolo a la pared.
—¿Qué hacemos primero? —preguntó Todoroki levantando el cúter— ¿Cortamos o quemamos?
Bakugo sacó un encendedor.
—Dejemos que Izuku decida.
Lo miraron, sonriendo de manera macabra sobre él, con las armas en sus manos, con las ideas perversas en su mente mientras otras nacían de ellas.
Izuku estaba atrapado, así que sólo murmuró, y causó risas en los chicos malvados.
***
Siendo nuevos en ese distrito, la madre de Izuku pronto encontró a dos amigas nuevas. Ella era una mujer agradable, así que Izuku estaba feliz de ver a su madre feliz. Por eso no podía decir nada sobre los chicos que habían elegido torturarlo sólo por diversión, como ellos mismos le dijeron.
Si última idea había sido llevarlo a casa de Todoroki, donde lo torturaron durante la noche, la madrugada, la mañana, y el medio día, enviándole mensajes a la señora Midoriya fingiendo ser Izuku. Izuku volvió a su casa con los nombres de los chicos en su pecho que en ese momento, las cicatrices le causaban comezón mientras se curaban.
Izuku sonreía ante su madre, y esperaba hasta la noche para llorar.
***
Una noche antes, Izuku encontró una ruta más corta a la secundaria, y por la que podía evitar a sus "amigos". Por allí pasaba por una patada de autobús, donde, al andar distraído, golpeó la espalda de un chico alto, dos cabezas más alto que Izuku.
Izuku comenzó a disculparse nervioso.
—No hay problema —dijo el guapo y algo chico de anteojos—, ¿tú estás bien?
—Sí… Gracias, debo irme.
Izuku se sonrojó y huyó. Hace semanas que se escondía de su madre para evitarle problemas, así que esa era la primera vez que alguien le preguntaba eso.
Después de clases tuvo que ver a los chicos en su casa.
***
—Vaya moretón.
Izuku se acercaba a la parada de autobús, cuando se encontró con el chico de los anteojos.
—Ah, sí —sonrió nervioso—, es que…me caí.
—Exactamente en el ojo, vaya tino.
Izuku bajó la mirada con una sonrisa triste.
—¿Estás bien…?
—¡Claro! ¿Por qué lo preguntas?
—Estás llorando.
***
Izuku llamó a su madre, diciéndole que se había encontrado con un amigo que se sentía mal y que necesitaba hablar con alguien. Su madre, tan comprensiva, llamaría a la secundaria. Izuku le contó al chico, de nombre Iida, lo que me sucedía. Sabía que era un extraño que usaba el uniforme de la academia de Bakugo y Todoroki, pero no podía irme peor, y quizá no lo volvería a ver, así que no importaba.
—¿Y piensas seguir soportándolo todo…por tu madre?
—Ella no tenía muchas amigas en nuestro anterior distrito, y rápidamente hizo amistad con la señora Todoroki y la señora Bakugo, y si digo algo, lo arruinaré todo.
—Entonces tienes dos opciones, o te vuelves más fuerte y los enfrentas, o te vuelves más fuerte y lo soportas mejor.
—Gracias, pero ya debo irme.
—¿Te molestaría si nos volvemos a ver?
—¿Quieres verme otra vez? ¿A mí?
—Vengo con unos amigos a esta cafetería después de clases, ven con nosotros, igual van a molestarte.
Izuku lo pensó un momento, y sonrió. 
***
Izuku era más feliz. Descubrió que no todos en la Academia eran tan malos como Bakugou y Todoroki sino que eran amables como Iida y sus amigos, Monoma y Shinsou. Ellos eran amables, le preguntaban cómo estaba, sonreían y no se burlaban de él. Platicaban y le aconsejaban. Monoma incluso le compró maquillaje para cubrir los moretones y le enseñó cómo usarlo. Iida era demasiado cercano a él, acariciando su cabello, su rostro, pagaba lo poco que Izuku comía. Era obvio que Izuku le gustaba.
Ya casi no veía a sus bully's, aunque cuando los veía, siempre terminaba lastimado.
Hasta el día en que no llegó a la cafetería.
Los chicos fueron a su casa, donde su madre les dijo que Izuku había tenido un accidente, que estaba en cama.
—Se rompió el brazo, un auto lo golpeó cuando venía de la escuela.
Los chicos vieron preocupada a la mujer. Izuku había intentado protegerla, no preocuparla, no causarle problemas que le costarán sus nuevas amigas. Y lo único que logró fue hacerla llorar. Ella no merecía esto. Izuku no merecía esto.
Prometieron volver al día siguiente.
***
Izuku recibió a sus amigos, a quienes les contó la verdad. Lo del auto era cierto, pero fueron Bakugou y Todoroki quienes lo habían empujado cuando Izuku los enfrentó.
—Quería ser valiente —dijo con tristeza—, pero sólo gané un brazo roto.
—Los soldados no vuelven de la guerra intactos —sonrió Monoma—; tu fractura es la muestra de que eres valiente.
—¿En serio?
—Sí —dijo Iida—, es lo único que importa.
Los chicos hablaron un poco más, y luego se fueron, disculpándose porque tenían exámenes y no lo verían en un par de días.
Bakugou fue al día siguiente.
***
Izuku bajó las escaleras, encontrando a Bakugou allí, mirando hacia la cocina.
—¿Cómo está Todoroki? —susurró.
—¿Te importa?
—Escuché que estaba lastimado.
—Alguien lo golpeó, le rompieron la nariz, y él ni siquiera hizo nada.
—Yo lo entiendo.
—¿Estás burlándote?
—No, eso que le hicieron es lo mismo que me hicieron a mí, yo no les hice nada, pero eso no evitó que me golpearan.
—Es diferente.
—¿En qué?
Bakugou lo miró y se fue a la sala. Izuku le dio la espalda y volvió a su habitación, cerrándola.
Uno menos, suspiró con tranquilidad.
El segundo llegó después. La señora Bakugo les contó que su hijo había sido atacado también. Izuku estaba preocupado y alegre también. Los chicos malvados ya estaban lejos de él, aunque estaban alejados por estar heridos.
Eran sentimientos encontrados.
***
Bakugo y Todoroki no volvieron a molestarlo. Aunque sus madres decían yendo a casa de Izuku, ellos dejaron de ir. Iida se confesó a Izuku, e Izuku aceptó, ahora tenía un novio y dos amigos.
Iida había hecho todo por Izuku no sólo porque le parecía lindo, sino porque él también había querido lastimarlo. Porque Iida y sus amigos eran tan bully's como Bakugo y Todoroki, pero el convivir con el chico convenció a Iida de no molestarlo, ya era suficiente con lo que vivía.
Además, Bakugo y Todoroki le habían copiado la idea de marcar día iniciales en Izuku. Él y sus amigos siempre lo hacían, y enterarse que les habían robado su marca los enfureció. Y eso sí era algo que no perdonaban.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 26
Prompt number: "how about you trust me for once?"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Teen+
Warning/Tags: None
Count word: 1544
(NOTA: He estado viendo La Ley Y El Orden, así que eso explica porque tanto lenguaje florido 😅)
El Verdadero Sentimiento del Alma IV
—“¿Qué tal si confías en mí por una vez?” —dijo Iida molesto.
—Será porque te acostaste con él.
—Ya te lo dije, él casi me obligó.
Shinsou abrazó a su marido y lo besó.
—¿Quieres un hijo, no? —dijo Iida.
—Sí, lo quiero mucho, pero él dijo que tenía pruebas de violación…
—Eso, o pruebas de que le gusta el sexo duro.
—Sí, supongo, pero… 
—Debes ayudarme a hacer esto, y si dices exactamente lo que te diré, tendremos un hermoso niño de cuatro años.
—¿Y crees que te creerán si dices que fue consensual?
—Piénsalo, quién le va a creer a alguien con esa espantosa sonrisa.
—Cierto… Al menos nuestro hijo no será rubio.
***
Monoma llevaba a su hijo al pre-escolar. Aun seguía inseguro con lo de su sonrisa así que a veces llevaba un cubrebocas, pero no volvió a tocar el tema con su hijo, siempre alegre, siempre sonriente, brincando y corriendo. Era un niño muy activo.
Después de dejarlo, fue al trabajo. Estaba un poco corto de dinero, no ganaba lo suficiente, y tenía que comprar algunas cosas para la casa, como una cama para Kaito, su hijo, pues ya no podían dormir juntos. Ahora que tenía ese tipo de problemas, había dejado de pensar en Shinsou e Iida, hasta se creyó libre, pero ese día, al volver a casa después de hacer unas compras, sus miedos volvieron.
Mientras Kaito miraba la TV, el revisaba el correo, cuando vio una carta del juzgado familiar. Sintió que el corazón le dolía, y sus miembros fríos. Lo abrió, y palideció: ese hombre quería quitarle a su hijo.
—Papi —dijo Kaito—, te ves asustado, ¿viste un fantasma?
—No… No, nene, yo… Necesitamos hablar.
Monoma apagó la televisión y lo sentó de frente a él.
—Kaito, sabes que yo soy tu papi, verdad? Y sabes que los otros niños tienen un papi y una mami, o dos papás, o dos mamás…
—Eso sí lo sé.
—Bien… Tú…tienes otro papi.
—Ah… —dijo sin mucha emoción.
—Pero él no vive con nosotros porque se casó con un hombre muy amable.
—¿Por qué no se casó contigo?
—Él no me amaba… Él me lastimó mucho… Y luego tú naciste.
—¿Yo también te lastimé?
—No —lo abrazó—, tú curaste todas las heridas que me hizo —le besó el rostro haciendo reír al niño.
—¿Y papá vendrá a vernos?
Monoma perdió su sonrisa.
—Él quiere llevarte con él y con su esposo.
—¿Para visitarlos?
—Para vivir con ellos.
—¡No! —gritó asustado y se abrazó a él— No dejes que me lleven, papi, yo no quiero irme de aquí, yo no quiero otro papi, sólo te quiero a ti.
Comenzó a llorar. Monoma lo consoló, abrazándolo.
—No llores, Kaito, yo jamás permitiré que te alejen de mí lado, no llores, papá va a cuidarte.
***
Monoma dejó a Kaito en el preescolar, y fue a buscar a un abogado barato. Aizawa Shōta era el indicado, era bueno y aceptó que Monoma le pagara de a poco, dada su situación.
Ambos fueron a la cita, dónde Monoma volvió a ver a Iida y Shinsou, junto con un atractivo abogado de nombre Hizachi Yamada, que, según decían, era un abogado cruel.
Aizawa-san mostró que Monoma no tenía deudas, tenía un departamento propio, y su hijo contaba con buena salud. También mostró los documentos que demostraban la tortura y violación que Monoma vivió tres días seguidos. Pero Yamada-san mostró que la evidencia policial podía mostrar también los gustos sadomasoquistas de Monoma, que, según ex compañeros, decían que eso era normal en Monoma, quien miró indignado a la pareja.
Yamada-san continuó diciendo que el departamento era pequeño, pedía que otro doctor revisara la salud del niño, pues, según decían, se veía muy delgado y pequeño para tener cinco años, y que Iida y Shinsou le darían una mejor vida, con más oportunidades a Kaito, sobre todo porque Monoma trabajaba hasta tres horas después de que las clases de Kaito terminaban, y el niño se quedaba en la dirección de la escuela.
El juez dio por terminada la sesión y los citaron para otro día.
Al salir, Monoma los miró.
—¿Cómo se atreven…? —quiso acercarse, pero Aizawa-san lo detuvo— ¡Es mi hijo!
—También es mío —dijo Iida con tranquilidad, mientras Shinsou se abrazaba a su brazo, sonriendo—, tengo derecho a darle lo mejor, y eso no está a tu lado.
—Él está bien, yo lo he protegido, lo he cuidado, ¡tú me violaste!
—Si te lastimé, no lo hubieras tenido.
Monoma quiso lanzarse a él, pero Aizawa-san logró meterlo al elevador, cerrando las puertas.
—No hagas eso —le dijo—, tratan de hacer que parezcas inestable.
—¡No es justo! Yo no quiero que Kaito…
—¿Hay algo que le falte a tu casa? ¿Lavadora, estufa, ropa?
—Ah… Una cama, para Kaito, duerme conmigo, pero le compraré una cama para él solo.
—Hazlo pronto, quizás envíen a una trabajadora social, y ellos utilizarán cualquier cosa, hasta una ventana sin cortinas.
—Sí.
***
Monoma fue a recoger temprano a su hijo y lo llevó con él a comprar una pequeña cama y un colchón que entregarían más tarde ese día, y luego fueron por algunas cosas más.
En casa, Kaito observó a su padre pintar la única habitación, y luego la sala. No había muchos muebles, salvo el sofá y en la pequeña cocina, una mesa con dos sillas. Sólo para ellos.
Cuando llegó la cama, Monoma la acomodó, puso el colchón y mientras, Kaito pintaba la barra de la cocina. Monoma terminó con las paredes cuando ya era de noche, así que pidieron comida.
—Papi…
—Fuí a ver a tu papá, su nombre es Iida Tenya, y su esposo se llama Hitoshi Shinsou… Ellos se aman.
Kaito se sentó al lado de su padre.
—Yo te amo, papi.
—Lo sé.
Lo sentó en sus piernas y terminaron de comer. Se dieron una ducha, dónde Monoma puso incluso calcomanías para evitar que el niño resbalara con el agua.
Kaito estrenó su cama, durmiendo en el momento en que se acostó. Estaba cansado. Monoma también, pero no durmió. No dejaba de pensar en la horrible posibilidad de perder contra el poderoso Iida Tenya.
***
La trabajadora social llegó dos días después. Revisó el refrigerador, la habitación, el baño, y hasta el diminuto balcón donde Monoma colgaba la ropa y sólo tenía espacio para una persona y la lavadora. Revisó los contactos, la sala y la cocina y hasta las dos sillas. Las ventanas, las puertas, y miró el techo unos segundos. Le hizo unas preguntas a Monoma, y luego a Kaito. Agradeció y se fue. Monoma no comió ese día, ni un día antes. Sólo miraba a su hijo, sin saber qué haría si decidían que Iida podía visitarlo, o se lo darían definitivamente. Y él se quedaría sólo nuevamente.
Al día siguiente, Aizawa-san fue a recogerlo. Debía llevar a Kaito.
***
El juez habló con Kaito a solas. Monoma estaba desesperado, no podía creer que Iida y Shinsou estuviesen tan tranquilos. Quizás sabían que iban a ganar.
Kaito volvió a los brazos de su padre. Miró sobre el hombro de su papá al hombre de anteojos que lo miró y le sonrió. Kaito se escondió en el pecho de su padre.
—Tengo miedo, —dijo— quiero irme a casa.
—En un momento.
El juez volvió. Parecía pensativo. Dio un discurso sobre la familia, y la importancia del desarrollo mental de los niños.
—Con eso en mente, declaro que el señor Iida Tenya puede visitar a su hijo…
Monoma estrechó a su hijo.
—… pero será una visita supervisada, dado el trauma evidente en el joven Monoma Neito. Iida Tenya deberá darle una pensión para el niño, pero tiene prohibido llevar al niño a su casa.
—¿QUÉ? —gritó indignado Iida— Eso no es justo, es mi hijo, no es seguro que esté con ese hombre, mírelo, ¿cree que alguien con esa horrible sonrisa merece tener a un niño?
—Señor, desde que comenzó este juicio nunca he visto sonreír a Monoma Neito.
—No debería verlo porque es horrible.
—Esa no es forma de hablar de su madre frente al niño que trata de proteger, le recuerdo que está aún en juicio, cuide sus palabras.
—No, quiero a mi hijo, y no quiero tener que ver a ese horrible tipo.
Shinsou y Yamada-san miraron a Kaito, asustado en los brazos de Monoma, que tenía la mirada baja. Esto no terminaría bien.
—¡Basta! —gritó el juez— Si no se calma, revocaré sus derechos de paternidad.
—¡No puede hacerlo! Ese niño es mi hijo, nadie puede quitármelo, nadie y si es necesario me lo llevaré ¡y no lo encontrarán jamás!
El juez lo miró.
—Su paternidad está revocada, Iida Tenya, tiene prohibido acercarse a Monoma Neito y a Kaito Neito, de lo contrario irá a prisión.
Como Iida continuaba con su discusión, los guardias tuvieron que sacarlo. Monoma agradeció y salió acompañado de Aizawa-san. Monoma y Kaito volvieron a casa, pero Monoma no estaba tranquilo. Quizá era hora de huir de nuevo, lejos de todos los que lo conocían.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 22
Prompt number:"and neither should you"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Teen+
Warning/Tags: mpreg
Count word: 1262
El Verdaderos Sentimiento del Alma III
—“Y tú tampoco deberías” —decía Monoma mientras caminaba por la calle, con las hojas de otoño crujiendo a sus pasos.
***
Monoma llegó a la cafetería y encontrando rápidamente a Shinsou.
—Hola… Ah! Monoma, que sorpresa.
—Sabías que iba a venir.
—No acompañado.
Monoma sonrió: llevaba de la mano a un pequeño niño de cinco años, rubio, de ojos azules con anteojos. Y con una sonrisa tan grande como la Monoma, pero más linda.
—¿Cómo se llama?
—Kaito, tiene tres años.
—Estoy feliz por ti, ¿significa que te casaste?
Monoma bajó la mirada. Se sentó frente a Shinsou, mirando hacia la entrada. Sentó a su hijo a su lado, y murmuró:
—Alguien abusó de mí.
—¿Qué? ¿Porqué no me avisaste?
—Acababas de regresar de tu luna de miel, no quería arruinarlo… Llamé a la policía, me hicieron pruebas, ya estoy…bien.
—¿Y tu hijo…?
—Sí,… No pude deshacerme de él… Es todo lo que tengo.
Shinsou se levantó para abrazarlo. Monoma lo imitó, y volvieron a sentarse.
—Eres una persona muy fuerte, Monoma.
—Gracias, ¿y tú? ¿Cómo estás?
—Pues yo he estado intentado tener un hijo, pero resulta que no soy un doncel, pero quiero un hijo con Iida, de verdad lo deseo, pero yo no puedo.
—¿Y han intentado rentar un vientre?
—¿Tú lo harías?
—Me lastimaron demasiado, creo que no podré tener otro hijo, o hasta dentro de unos años, disculpa.
—No hay problemas.
—¿Y tú…? —Monoma se silenció mirando la puerta. Iida estaba llegando. Shinsou lo notó y se volvió, saludando a Iida mientras la mesera traía el café y los pasteles que habían pedido.
Iida se acercó y besó a su marido, y luego miró a Monoma. Y al niño, que comía una tarta de fresa.
—¿Tienes un hijo? —preguntó Iida con verdadera sorpresa.
—Sí, —contestó Shinsou— se llama Kaito, ¿verdad que es lindo?
—Sí… No sabía que estabas casado.
—No me casé —lo miró sonriendo—, alguien abusó de mí.
Iida se tensó de repente. Jamás la sonrisa de Monoma lo había intimidado antes.
Iida se sentó, pero no al lado de Kaito, que comía la tarta. Monoma escuchaba con Shinsou mientras hablaba de su luna de miel, de su trabajo, de su vida, y de vez en vez, se volvía con su hijo y le limpiaba el rostro y las manos, y le ayudaba a beber su malteada.
Shinsou se disculpó un momento para ir al baño, y se ofreció a llevar al niño, que también quería ir. Y una vez que se perdieron detrás de la puerta, Iida miró molesto a Monoma.
—¿Qué le dijiste? Si hablaste…
—¿Querías que le dijera sobre los tres días que me encerraste en mi casa para abusar de mí? No creo que le agrade después de decirme que no puede tener un hijo tuyo.
—Eres una mierda.
—Y tú un violador, pero no lo estoy gritando.
—Pues sí no puedo tener un hijo con mi marido, entonces te lo quitaré.
—¿Y vas a aceptar que abusaste de mí? Porque la policía tiene todas las pruebas, las muestras. Si dices algo, tendrás que ir a prisión.
—Al menos Shinsou se quedará con mi hijo.
—Él es mi hijo, y de nadie más, lo cuido, lo protejo, doy mi vida por él, así que no vas a venir a decirme que eres su padre, no lo eres y jamás lo serás.
—¡Ese niño es mío! —gritó golpeando la mesa, y, antes de contestarle, Monoma se dio cuenta que Shinsou estaba detrás de Iida. Kaito, asustado, corrió hacia su padre.
—Shinsou —dijo Monoma—, no es como imaginas…
—Debo irme —dijo tomando su chaqueta, saliendo de inmediato. Iida lo siguió, llamándolo.
Monoma pagó la cuenta, y tomando a su hijo en brazos, volvió a su departamento. Desde el ataque se había mudado, y aunque aún tenía un lugar muy pequeño para vivir, era suficiente para él y su hijo.
Para evitar caer en la depresión, había creado una rutina: despertar, ducharse, desayunar, correr a la guardería, luego al trabajo, y salir al atardecer, y volver de la mano de su hijo al departamento. Una rutina sencilla, como cuando se quedó solo. Pero ahora tenía a Kaito.
—Papi —le dijo esa noche— ¿porqué estás llorando?
—Pelee con mi amigo.
—¿Y lo extrañas?
—Un poco.
—Entonces yo seré tu amigo —se acostó a su lado. Monoma lo abrazó y besó su rostro.
—Tú eres todo lo que necesito para ser feliz.
***
Días después, Shinsou fue a visitarlo. Estaba serio. Monoma envío a su hijo con la vecina, para que su hijo y Kaito jugaran.
—Hablé con Iida —dijo sin mirarlo sentado frente a él.
—Shinsou, lo siento…
—No, yo lo siento, siento haberte dejado estar en mi vida por tanto tiempo —siseó furioso, levantando la mirada.
—Shinsou…
—Yo sé que te gustaba Iida, pero cómo te atreviste a meterte con él.
—No fue así cómo sucedió todo, él me buscó.
—¡Él no tenía porqué buscarte, me tenía a mí! Él se enamoró de mí, vivimos juntos,¡me casé con él! ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Quieres fastidiarme porque se enamoró de mí y no de ti?
—No, yo jamás haría eso, eres mi único amigo, porqué haría algo como eso.
—Porque soy tu único amigo deberías ser más sincero conmigo; no es mi culpa que no te ame, no es mi culpa que seas tan indeseable para todos, incluso para mí.
Monoma lo miró sorprendido. Sintió como su corazón le dolía.
—Sí, es verdad, todo lo que dicen de tu expresión es verdad: es burlona, es hiriente, es horrible, no entiendo todavía porqué me quedé tanto tiempo a tu lado si no lo soportaba, y sigo sin soportarlo.
—Shinsou, basta…
—No, tú quieres quitarme a mi marido, tuviste un hijo con él, por eso no lo abortaste, por eso me invitaste para verlo, para presumir que tienes algo que yo jamás tendré, y sabes qué, no me importa, porque es el único placer que tendrás en tu vida, y porque ese niño va a necesitar de alguien cuando descubra que su sonrisa es tan siniestra como la tuya, y lo marginarán como lo hicieron contigo, así que disfruta a tu hijo, porque necesitará mucho amor para compensar la horrible persona que será al crecer… —lo miró de arriba a abajo— igual que su padre.
Shinsou salió dando un portazo, dejando a Monoma en la silla en la que se sentó. No tenía a nadie. Jamás había tenido a alguien.
***
—¿Por qué ya no sonríes, papá?
—Mi sonrisa no es muy bonita, por eso ya no lo hago… Y tú tampoco deberías hacerlo.
—¿Mi sonrisa no es bonita?
—Sí, pero es mejor guardarla para una persona especial, si encuentras a una persona especial, cuando sonrías lo harás muy feliz.
—Pero me gusta sonreír, siempre estoy feliz.
—Haz lo que papá dice, ok?
Kaito miró a su padre que siempre le estaba sonriendo, ahora, desde la visita de su amigo, se mostraba serio. Incluso cuando sonreía trataba de cubrirse con su mano.
—Sí, papá… Si dejo de sonreír, eso te hará feliz?
Monoma se detuvo y lo miró. De repente lo levantó en sus brazos.
—Olvida lo que dije, Kaito, quiero que sonrías mucho, siempre que sientas felicidad, sonríe, sí?
—Sí, papá.
—Te espera una vida muy solitaria, así que lo único que tendrás será tu felicidad.
—Y a ti.
—Y a mí.
Monoma llevó a su hijo en brazos, sonriendo, camino a casa.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 21
Prompt number: "this, this makes it all worth it"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Teen+
Warning/Tags: Sexual Abuse, Rape.
Count word: 2057
El Verdadero Sentimiento del Alma II
—“Esto, esto hace que todo valga la pena.”
Pensó Monoma al ver en su espejo la invitación a la boda de Shinsou e Iida. Habían pasado ya siete años desde que se conocieron, y no volvieron a separarse. Habían estudiado juntos, tomaban vacaciones juntos, y hace dos años habían comenzado a vivir juntos, mientras planeaban su boda y terminaban sus estudios.
Y Monoma observaba todo desde lejos. Los amigos de Iida se volvieron los amigos de Shinsou, Monoma no entró a la misma universidad, y no tomaba vacaciones por trabajar para pagar sus estudios, así que apenas veía a Shinsou, que siempre trataba de enviarle mensajes y preguntarle cómo estaba. Monoma siempre decía que bien. A Shinsou le preocupaba, pues su amigo ya no hablaba de corazonadas, se había mudado de su casa a un edificio de departamentos, en el piso 7, desde donde podía ver la ciudad, pero desde donde Shinsou temía que se lanzara. Monoma no era suicida, pero hacía tiempo que no convivían.
Pero Monoma siempre estaba sonriendo, pensando en la felicidad de su amigo para compensar lo que él no sentía.
—Ya es hora de ir al trabajo.
Para evitar caer en depresión, convirtió su vida en una rutina, eso, de alguna forma, ayudaba a mejorar su ánimo, pensar en lo que debía hacer, eso decía en internet. Le ayudaba. Se daba una ducha rápida antes de desayunar en el balcón de su departamento, entraba al elevador, muy temprano, y tomaba el metro a la oficina donde Shinsou le había conseguido un trabajo.
Al llegar, vio a sus compañeros alrededor de Shinsou, dándole regalos. Él apenas lo miró, fue a su oficina en silencio, encendió la computadora y regó unas planta que tenía en la ventana con la botella de agua que llevaba con él.
—Hola, Monoma.
—Shinsou —le sonrió—, ¿qué haces aquí? Te casas en cinco días.
—Vine a arreglar algo…y a invitarte…
—Estoy ocupado.
—Tú sabes de pasteles, me gustaría que me ayudaras a escoger uno; Iida no podrá acompañarme, y no quiero ir solo, sí?
—Está bien.
—Gracias, te debo un café… —se interrumpió y rió apenado— Ah, te debo un café desde hace tres años.
—No te preocupes, el café sin no se acaba, y hay montones de cafeterías, ese café puede esperar.
Shinsou se fue antes de poder preguntarle a Monoma como se sentía, alguien lo llamó desde el pasillo para avisarle que sus papeles estaban listos. Monoma cerró la puerta y se recostó en su escritorio, dándole la espalda a la puerta, con una ventana frente a él.
—El café puede esperar.
***
A las 3 de la tarde Monoma salió, pero se encontró con una sorpresa nada grata.
—Monoma —se acercó Shinsou—, mira, Iida nos acompañará.
—Ah… entonces no me necesitas.
—Eres mi mejor amigo, claro que te necesito.
—Pero sabes que yo no le agrado… Será mejor…
—Antes que novio, tuve amigo, y no a ti no te abandonaré por nada, anda —le tomó la mano—, necesito a mi amigo conmigo.
Monoma aceptó y subió al auto al asiento trasero. Iida conducía con Shinsou a su lado.
—Ah, Monoma —dijo Iida—, espero que no sigas molesto porque no pudiste ser el padrino de Shinsou, pero mi amigo…
—Lo sé, no estoy molesto —interrumpió Monoma con su sonrisa—, de cualquier modo estoy ocupado con el trabajo, y no…no tengo tiempo para ayudarles en la boda.
—Pero, ¿sí vendrás, cierto? —preguntó Shinsou emocionado.
—Jamás me la perdería.
***
Monoma habíaa prendido un truco para que vos su voz no sonará tan burlona cuando daba una opinión: comenzó a hacer críticas; a nadie le duelen las críticas, las toman bien, y si sonaba a burla, la gente lo tomaba con más humor. Claro que su sonrisa seguía burlona, y eso no lo podría cambiar.
Monoma y Shinsou hablaron de pasteles, y Shinsou escogió un pastel de vainilla con fresas. Salieron pronto, e Iida esperó al lado del auto mientras Shinsou y Monoma se despedían.
Iida levantó sólo un momento la mirada y vio algo que hizo saltar su corazón contra sus bien trabajados pectorales: vio por primera vez una expresión triste en Monoma. Pero no sintió amor, sino lo mismo que se siente al ver tu fetiche en la calle, frente a otras personas: estaba excitado.
***
La noche antes de la boda, Monoma salió muy tarde de su oficina, a pesar de que todos habían salido temprano para asistir a la ceremonia. Pero para él era una noche cualquiera. Hizo unas compras, y llegó al departamento. Ya no había nadie en el pasillo oscuro que se iluminaba con las lámparas sensoriales a su paso, hasta que llegó al final. Su luz no se encendió. Monoma hizo un gesto de fastidio y abrió la puerta, cuando alguien, de una patada lo empujó al interior violentamente. Antes de poder levantarse la puerta se cerró, y alguien cayó encima de él. Le sostuvo los brazos por las muñecas mientras las encintaba, y con la otra mano le metió una pañoleta en la boca. Monoma comenzó a llorar, intentando forcejear, pero el hombre lo arrastró unos pasos para alejarlo de la puerta, y en su pequeña sala-comedor-cocina, abusó de él, durante varias horas. Usó preservativos, pero antes de irse, le abrió la boca y le obligó a tragarlo todo. Cuando se iba golpeó por error una lámpara.
Monoma no se levantó de inmediato. Se arrastró al baño y se metió a la ducha, llorando, vomitando. Allí se quedó mientras el agua se derramaba hasta la alcantarilla en medio de la habitación, y allí se quedó dormido cuenta.
***
Alguien llamaba con fuerza a la puerta, golpeando y gritando.
—¡Monoma!
Era Shinsou.
—¡Monoma! Ábreme, sé que estás allí.
Monoma se levantó, adolorido. Se envolvió en una bata de baño, se puso un cubrebocas, y con su cabello, cubrió una herida en su frente. Respiró profundamente, y abrió sólo un poco la puerta.
—Shin… —comenzó a decir, y Shinsou gritó:
—¡Monoma! No contestabas mis llamadas, me preocupé, qué…¿estabas llorando?
—Me resfrié.
Shinsou estaban acompañado por dos amigos de Iida, que miraban molestos el reloj. Estaban vestidos para la ceremonia.
—¿Cómo? Hace unos días estabas bien…
—Shinsou —dijo serio—, ¿por qué veniste aquí? Tienes que estar en el salón de eventos en media hora.
—¿Verdad? —dijo uno de los amigos con fastidio.
—Creí que te había sucedido algo, me preocupaste.
—Tenemos que irnos —dijo el otro amigo serio.
—Vete —dijo Monoma—, me tomaré algo y si me siento bien…
—¡Genial! —dijo el amigo fingiendo su alegría— Vámonos, Shinsou.
—Pero…
—No dejen que vuelva —miró al amigo—, llévenlo a la ceremonia.
Shinsou apenas pudo despedirse pues los amigos se lo llevaron. Monoma cerró la puerta y corrió al baño a vomitar.
No podía fallarle a su amigo.
***
La ceremonia y la fiesta se harían en el mismo hotel: la ceremonia en un salón, y la fiesta en uno de los jardines privados, incluso habían rentado algunas habitaciones, sobre todo para arreglarse y cambiarse, y para luego salir al aeropuerto. Era una ventaja que el dueño del elegante hotel fuese el hermano mayor de Iida.
Monoma llegó antes de que comenzara la ceremonia. Se vistió de traje negro, se puso maquillaje en los moretones del cuello y la mejilla, y llegó con cubrebocas. Se encontró en el pasillo con Shinsou y unas chicas que le ayudaban con su traje blanco y un velo de encaje blanco.
Monoma no se acercó a nadie.
—Monoma, sí viniste —le dijo alegre.
—Es tu día especial, no podía faltar… Tomé un antibiótico, no contagiaré a nadie.
—Lo sé; te aparté un asiento al lado de mis padres…
—No, me sentaré atrás, no quiero correr riesgos.
Monoma los rodeó, y entró al salón, sentándose en la fila de atrás. Había tres más vacías, así que estaba separado por completo. Los padres de Shinsou lo saludaron e invitaron a sentarse a su lado, pero él se disculpó por la gripa, e insistió en quedarse lejos.
La ceremonia fue hermosa, los novios leyeron sus votos, y se besaron después de hacer un chiste sobre que Iida había perdido su anillo en la despedida de soltero, y ahora lo tenía una bailarina exótica.
Al final todos acompañaron a los novios al jardín. Bailaron, comieron, y rieron. Monoma, sentado lejos de todos, miraba feliz a su amigo, aún adolorido por el asalto de la noche anterior.
—Monoma —se acercó Shinsou—, ¿te diviertes? Pareces cansado.
—Es por la gripa; felicidades.
—Gracias; pero quería decirte que quiero presentarte a alguien.
—No estoy de humor…
—Él te conoce, dice que todo acercarse a ti en la preparatoria, pero cuando lo hizo te burlaste de él y se fue.
—Ah… ¿Aun así…?
—Claro, él dice que pareces una buena persona, sólo aceptó venir para verte.
Monoma se sonrojó.
—¿Es en serio?
—Yo no te mentiría, lo traeré, no te vayas.
Monoma dio la espalda a la fiesta y sonrió feliz. Por fin, alguien podía ver más allá de la sonrisa burlona que tenía en su rostro. Quizás había llegado el momento en que algo bueno le sucedería.
Se acomodó en la silla y bebió del vaso a su lado, cuando recordó que el había terminado su bebida. Se levantó y tuvo un mareo. No se sentía bien. Levantó la mirada, y alguien lo tomó antes de caer. Escuchó la voz de Shinsou, muy lejana, gritar su nombre. Alguien dijo que estaba ebrio.
No, él no bebe.
Alguien lo llevó en brazos a una cama y comenzó a desvestirlo con tranquilidad, pero cuando Monoma quiso alejarlo, el agarre se volvió violento.
—¡No…! Ayuda…no…
—Monoma.
Es Shinsou.
Las manos lo atan a la cama.
—Me duele…
—¿Te sientes bien?
Atan sus piernas flexionadas, para que no pueda golpearlo.
—No… por favor…
—Monoma, despierta.
Alguien está abusando de él, con más violencia, con más dureza. Lo hace llorar, y parece que lo disfruta.
—No…No…No quiero…!
Despertó por el flash de una cámara, y lo que escucha es la puerta cerrándose. Está en el piso del baño, rodeado de jirones de su ropa, oliendo a alcohol. Todo el cuerpo le duele. Por la pequeña ventana entra la luz de la mañana.
Se envolvió en una toalla y llamó al servicio a la habitación, pidiendo ropa.
Cuando baja con una camisa y un pantalón de mezclilla, escucha a algunos invitados en el bar, y toma un taxi antes de que alguien lo vea.
En el basurero al lado del edificio tiró todo lo que pudo encontrar en el baño que delatara lo sucedido. No quería arruinar el día especial de su amigo.
Al momento de entrar a la habitación, escucha su celular. Era una llamada de Shinsou. Monoma se sentó en la cama.
—Monoma, me dijeron que te fuiste hotel, ¿cómo te sientes?
—Estoy bien.
—Dijeron que te embriagaste en la fiesta, pero tú no bebes, así que…
—Tomé demasiados antigripales… tuve una sobredosis, pero ya estoy bien, ¿ya estás en el aeropuerto?
—Ya llegamos a la isla mis padres y yo.
—¿Dónde está Iida?
La puerta del baño se abrió. Allí estaba Iida.
—Tuvo que quedarse —explicó Shinsou—, dijo que llegará en tres días, por su trabajo, así que mientras estaré con papá y mamá… ¿Monoma?
—¿Tres días? —murmuró asustado.
—Sí, ¿estás bien?
Iida se acercó hasta estar frente a él. Era más alto, más fuerte, y en su brazo izquierdo tenía la cortada que la lámpara le había dejado.
—Es la gripa, estoy cansado, voy a dormir.
—Sí, descansa, háblame cuando te sientas mejor.
Monoma colgó e Iida tomó el celular, guardándolo en su bolsillo.
—Acuéstate en la cama —ordenó Iida—, y no hagas ningún ruido.
Monoma, aterrado, se subió a la cama y se arrinconó en la esquina. Iida se acercó con una cinta gris y sonrió.
—Odio esa sonrisa que tienes, pero me gusta verte llorar, así que —pegó un poco de cinta en su boca y comenzó a darle unas vueltas mientras Monoma lloraba y él hablaba— deshagámonos de lo que estorba. No te preocupes, te quitaré la cinta después, de cualquier forma nadie muere de hambre por no comer tres días.
Monoma no se defendía, sentía el cuerpo frío, no podía pensar, sólo sentir terror ante el dolor que se avecinaba.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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⚠️ Advertencia ⚠️
Este fanfic presenta contenido muy violento, y no es para personas sensibles… Ahora que lo pienso, debí poner está advertencia antes, pero lo olvidé.
Fictober Day 20
Prompt number: "did I ask?"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: Mature
Warning/Tags: Rape, violence, sexual abuse, sexual abuse of minors, toxic behaviors, physical abuse, psychological abuse.
Count word: 618
Es Todo Lo Que Yo Conozco III
—“¿Te pregunté?” —gritó dando un bofetada que dejó otro moretón en el chico, que intentó dejar de llorar— ¡Tú estás aquí para obedecer! ¿Has entendido?
—Sí, señor… —respondió asustado.
—Entonces sonríe, las muñecas sólo saben sonreír.
—Sí, señor… Perdón.
Izuku estaba atado por las muñecas a la cabecera de la cama mientras cerraba los ojos y permitía que el hombre sobre él abusara de él, igual que todos, igual que siempre.
Cuando el hombre terminó, salió sin desatarlo, pues de inmediato entraron otros dos, utilizándolo sin medir la fuerza que ponían en el chico a quien amordazaron, así que sólo podía llorar, e imaginar que estos hombres le hablaban con amor, como lo hacía siempre. Como lo hizo el hombre que lo contrató y luego lo encerró en el bar, sin permitirle salir de la habitación, salvo para el show que presentaba.
El dueño lo desató un rato después.
—Ve a darte un baño, esta noche hay show.
—Sí, señor.
Midoriya se dio una ducha, tenía un baño en la habitación, y se sentó envuelto en la sábana. Pensó en Todoroki, en su sonrisa, en su familia. En lo inútil que fue al arruinar su oportunidad de ser feliz.
Se quedó allí hasta que cayó la noche, y se preparó para salir. Frente a la ventana dio un suspiro profundo, y sonrió.
—Esas personas me aman —se dijo—, ellos vienen a verme para hacerme feliz.
***
Todoroki estaba en la habitación de Midoriya, con el chico sentado a su lado, con esa sonrisa tonta y sus ojos verdes, brillantes e inocentes. Él le tomaba la mano, y Midoriya ya estaba desnudo junto a él, aún con su sonrisa inocente.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó Todoroki incómodo.
—Así es como se ama, ¿acaso no lo sabes?
—No estoy cómodo…
—¿Acaso tu sabes cómo amar?
—No…
—¿Lo has hecho antes?
—No, yo no…
—Entonces, ¿por qué me rechasaste?
Todoroki despertó. Quizás había cometido un error.
***
Izuku estaba entre dos tipos en su show, cuando la policía apareció. Fue todo una algarabía: se llevaron a los tipos, salvaron a las chicas, y semanas después, Izuku pudo volver a su departamento, cabizbajo. Afuera estaba Todoroki.
—Todoroki… —susurró Izuku.
—Hola, Midoriya.
—¿Qué haces aquí?
—Estaba esperándote… He venido aquí varias veces, en realidad… ¿Cómo te sientes?
—…Bien… Yo…encontré a personas que me hacían compañía…, muchos estaban enamorados de mí…
—Te vi, Midoriya.
—Entonces lo sabes, ellos me amaban…
—Ellos no te amaban, Midoriya, estaban lastimándote.
—Tú no sabes la diferencia —sonrió desviando la mirada—, ellos me acariciaban, me besaban, ¡eran todo lo que tenía…! Y alguien me lo quitó —dijo con tristeza—… Estoy solo de nuevo.
—Yo…estoy aquí…
Midoriya sonrió.
—No, yo no te tengo, y tú lo sabes… —abrió la puerta y entró, seguido por Todoroki.
—Discúlpame, por favor, es que…me tomaste por sorpresa.
—Vete —dijo Midoriya dejándose caer en la cama.
Todoroki lo miró, pensó un momento y dijo:
—Enséñame.
Izuku lo miró.
—Enséñame y yo aprenderé.
—Yo… No puedo enseñarte lo que me enseñaron a mí; duele y tú no lo soportarías…
—Izuku, tú eres lo mejor que me ha sucedido, no dejó de buscarte en cada persona que conozco.
—¿Y quieres ser mi novio?
—Yo quiero ser tu amigo, pero si ser tu amante es la única forma…
—Yo nunca he tenido un amigo… No se cómo ser amigo de alguien.
Todoroki sonrió y se sentó a su lado, tomando su mano.
—Yo te enseñaré.
***
Izuku, por primera vez conocío algo que lo hacía feliz, y que no le dolía. Y, por fin, podía estar al lado de Todoroki sin sentirse miserable.
Por ahora.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 18
Prompt number: "you don't see it?"
Fandom: Mob Psycho 100, Boku no Hero Academia AU
Rating: Teen+
Warning/Tags: Paranormal situations 
Count word: 841
La Sentencia de Bakugo III
—“¿No lo ves?” —preguntó Hoyuelo a Kageyama-san, un psíquico adulto que había llegado a la academia Yuei a buscar un fantasma por encargo de dos alumnos: Bakugou Katsuki y Eijirou Kirishima.
Hacía poco Bakugo cometió un crimen: había empujado a su compañero Izuku Midoriya por el barandal de la azotea, asesinándolo. Si bien la había pasado mal con el chantaje que vivió por el silencio de tres testigos que lo utilizaron sexualmente, lo que de verdad se convirtió en una tortura fue encontrarse con el espíritu de Midoriya que se aparecía en su habitación, acercándose a él cada noche hasta estar a su lado. La sola presencia asfixiaba a Bakugo, que desesperado intentaba huir, pero todo lo que lograba era caer de la cama. La última vez, al caer, una mano quiso halarlo a abajo de la cama. Bakugo miró y vio la silueta de Izuku y sus ojos verdes brillantes.
Kageyama-san llegó en compañía de sus asistentes, Hoyuelo-san y Reigen, un chico de 14 años que acababa de despertar sus poderes gracias a un error de su maestro, observaba la esquina de la habitación de Bakugo, que en plena tarde, se veía más oscura.
—Sí —dijo Kageyama-san—, allí está, pero no es el chico del que me hablaste.
—¡Claro que lo es! —le gritó Bakugo— Yo lo conozco, lo veo, incluso tiene la herida…
—En la cabeza, del lado derecho; también la veo, pero no es lo que tú crees.
—¿Qué?
—Es un espíritu malvado, que se alimenta de tu dolor… Murmura que le gusta verte llorar, y que le gusta verte suplicar en la sala común…
—¡Basta! —gritó Bakugo— Es mentira, todo eso es mentira.
—Sí —dijo Kageyama-san—, porque lo que dice es aún peor.
Bakugo estaba aterrado, no quería que nadie más se enterase de lo que se había visto obligado a hacer.
—¡Larguese! —le gritó— ¡Es sólo un estafador larguese de mi habitación!
Kirishima los acompañó hasta la entrada. Tenían suerte que, al ser fin de semana, casi no había alumnos. Les agradeció que se tomaran la molestia de haber ido, y volvió con Bakugo.
—¿Nos iremos? —preguntó Reigen, mirando a su maestro.
—Nos quedaremos cerca.
—¿No puedes eliminarlo desde aquí? —se burló Hoyuelo-san.
—Puedo, pero son varios, y no lo dejarán hasta que él los enfrente, seguirán llegando sin importar cuántas veces los destruya porque, sin querer, —levantó la mirada laconica— él los está invocando.
***
Cuando cayó la noche, Bakugo estaba sentado sobre la cama bebiendo café. No siempre le funcionaba el café, pero tenía que intentarlo.
Sin embargo, como otras noches, sin importar que no estaba dormido, en la oscura esquina apareció Izuku, y el viento helado abrió la ventana. Bakugo miró a su amigo acercarse, y notó como su cuerpo comenzaba a paralizarse. No podía moverse. No podía gritar.
De repente, el espíritu estalló en luces de colores. Bakugo pudo moverse de nuevo. La puerta se abrió y Kirishima y Kageyama-san entraron, aunque sólo Eijirou se apresuró hacia su amigo.
—¿Estás bien? —le preguntó asustado, y Bakugo se abrazó a él. Sobre su hombro miró a Kageyama-san.
—¿Qué hace aquí? —preguntó Bakugo.
—Kageyama-san entró a mi habitación y dijo que…
—¿Entró a tu habitación? —miró a Kageyama-san— ¿Acaso nos está acosando?
Kageyama-san no respondió, señaló con la mirada hacía la ventana, y los tres vieron a Izuku mirar furioso a Kageyama-san. Pero, aunque físicamente era Izuku, algo en su presencia les advertía que no era su amigo. Era otra cosa, horrible y sin pensamientos propios. Era algo que alguien más controlando.
Kageyama-san miró de reojo a Bakugo:
—Esa cosa se alimenta de tu dolor, de tus recuerdos; si quieres que no vuelva jamás, debes enfrentarlo.
—No puedo.
—Sólo acepta lo que hiciste.
Bakugo lo miró, y luego al espíritu. Ese no era Izuku, no había porqué disculparse con alguien inmundo.
Bakugo se levantó y se acercó a la cosa.
—Me arrepiento de lo que hice, pero contigo.
—Bakugo —la cosa habló con la voz de su amigo—, ¿no me extrañas? Tú me mataste…
—Yo maté a Izuku, no a ti.
La cosa pareció enfurecer, y de repente miles de luces, tan tenebrosas como la principal, se unieron, convirtiéndose en un enorme ser corrupto que rápidamente abarcó toda la habitación, que quedó vacía cuando Kageyama-san sacó a los chicos. La cosa amenazante intentó salir de la habitación, pero antes de que pudiera hacerlo, Kageyama-san la desparecer con un leve movimiento de su mano, ante la mirada sorprendida de los chicos.
Kageyama-san se volvió y miró a Bakugo.
—Tu amigo murió, y ese día desapareció aquí, ya no lo vas a encontrar aquí.
Bakugo lloró, mientras Kirishima lo abrazaba. Kageyama-san salió, encontrándose con sus asistentes en la entrada, y los tres volvieron al hotel donde se hospedarían hasta mañana para volver a su oficina.
***
Por la tarde, vieron en las noticias que Bakugo Katsuki, su cliente iría a prisión. Kageyama-san sonrió. Ningún espíritu acercaría nuevo a su cliente.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober Day 17
Prompt number: "give me a minute or an hour"
Fandom: Boku no Hero Academia AU
Rating: None.
Warning/Tags: None.
Count word: 1118
El Verdadero Sentimiento del Alma
—“Dame un minuto, o una hora” —dijo Monoma.
—No tengo tanto tiempo —contestó Shinsou—, aún tengo tarea atrasada.
—Pero…
—Sé que esto es importante para ti, pero no tengo tiempo de quedarme aquí y esperar a que tengas otra corazonada.
—Claro que sucedió; yo estaba aquí esperando el taxi cuando él pasó en bicicleta, y mi corazón saltó.
—Sí, eso suena muy creíble, ¿y cómo era?
—Sólo lo vi de espaldas, cuando lo sentí, fue tarde para girarme.
—Quizá era alguien más.
—Pero fue a esta hora, así que no tardará en pasar otra vez, y estaré listo para ver su rostro.
—Sí, estarás listo tu solo, yo ya me voy.
Monoma no pudo detener a Shinsou, que no creía en las corazonadas de su amigo, aunque le tenía mucha paciencia, sobre todo por todas las veces que alguien le rompió el corazón. No era culpa de Monoma, sino de su rostro, burlón y cínico. Monoma era dulce, le gustaban las películas que le hacían llorar, y deseaba encontrar el amor. Shinsou sentía pena por su amigo de la infancia, y por eso permanecía a lado. Aunque, como ese día, lo mejor era esperar para consolarlo después.
Monoma siguió esperando, pero los días pasaron, y no volvió a sentirlo. Así que decidió dejar de ir.
Shinsou notó la tristeza de su compañero al día siguiente en el salón al verlo recostado sobre su mesa.
—Hola, Monoma.
—Buenos días —lo miró con tristeza, pero con su sonrisa burlona.
—Estaba pensando, ¿te gustaría que saliéramos esta tarde? Iríamos a esa cafetería que te gusta, donde hacen el pastel de café que te gusta.
—Sí…está bien.
Durante clases, Monoma retomó su alegría, hasta que vio a un chico acercarse a ellos, y sonrió a Shinsou, que se giró al notar ese brillo en su mirada que siempre le traía tristeza.
—Es él —susurró Monoma.
El chico era Iida Tenya, de la clase 1A, que se acercó. Mirando a Shinsou.
—Hola —saludó Monoma. Iida era más alto que los dos.
Iida apenas lo miró, su atención estaba ubicada en el otro chico.
—Ah, hola —apenas lo saludó, y miró a Shinsou—; disculpa, ¿eres Hitoshi Shinsou?
—Sí —respondió con sequedad—, ¿ya conoces a mi amigo Monoma? Está enamorado de ti.
Monoma lo miró sonrojado.
—Te vio pasar en la parada del autobús, afuera de la Academia.
Iida miró a Monoma.
—Disculpa —dijo apenas mirándolo—, pero no me gustas.
—Está bien —sonrió Monoma.
—Pero, Hitomi Shinsou, ¿te gustaría salir conmigo?
Shinsou miró la sonrisa de Monoma, que asintió feliz.
—No —contestó Shinsou—, pero si sales con Monoma, yo saldré con ustedes.
Iida y Monoma se miraron incómodos, pero Iida aceptó, alejándose.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Monoma— Yo estoy bien si sales con él…
—Mira, te conocerá y descubrirá que eres genial, y le gustarás, te lo prometo.
***
Iida se encontró con los chicos después de clases. Shinsou caminaba detrás de ellos, mientras Monoma, al lado de Iida, trataba de iniciar una conversación, pero cualquier intento lo hacía sentirse más incómodo.
Llegaron a la cafetería que los chicos de la clase 1B visitaban. Monoma pidió lo de siempre, una pizza individual y refresco de manzana. Iida pidió una hamburguesa vegetariana, y Shinsou le sonrió. Él pidió lo mismo, y ambos se sonrieron. Monoma lo notó, pero fingió mirar su celular.
La invitación no fue la mejor idea, pues resultó que Iida y Shinsou compartían muchas ideas y gustos. Ambos eran igual de inteligentes, querían estudiar lo mismo, disfrutaban de la misma música y los mismos libros. La conversación se ubicó en eso, y, de repente, Shinsou recordó porqué había aceptado la cita.
—¿Dónde está Monoma?
—Ah, creo que se fue…
—Tengo que ir a buscarlo.
—No es un bebé, puede cuidarse sólo.
—Sí, pero…
—Ok, busca a tu amigo, yo vuelvo a los dormitorios, y —le sonrió— hablamos más tarde.
Iida pagó la cuenta y se fue. Shinsou sonrió al verlo irse, y luego salió, preguntando a la mesera que atendía las mesas afuera si lo había visto. Sí, había tomado rumbo hacia el parque. Allí lo encontró Shinsou, sentado en un columpio, mirando hacia el piso con una sonrisa triste.
—Monoma, lo siento…
—Jamás te disculpes por estar enamorado —le dijo sin mirarlo.
—De verdad, yo sólo quería que tu…
Monoma lo miró. Sonreía como siempre.
—No dejes de salir con Iida-san.
***
Shinsou se sentía mal por salir con Iida, pero lo pasaba tan bien, que se olvidaba de Monoma, hasta que volvían a los dormitorios.
Monoma, en cambio, no dejaba de hablar con su amigo. Cuando Shinsou bajaba la guardia, le contaba a Monoma sobre su cita, y él lo escuchaba hablar sobre Iida, sobre lo que hablaban, y lo feliz que era. De pronto, se silenciaba, pero su amigo lo miraba sonriendo.
—Me gusta verte feliz —decía Monoma.
—Monoma…
—Oh, no te preocupes, yo estoy bien, he estado hablando con un chico muy lindo por chat, y nos veremos mañana.
—¿Quieres que te acompañe?
—No, estaré bien, no tienes que preocuparte por mí.
—Además, mañana se cumplen dos meses de su primera cita, tienen que celebrarlo.
***
Shinsou e Iida volvieron por la noche a los dormitorios, entrando a la sala común. Sus compañeros los recibieron con una pequeña fiesta, incluso había un hermoso pastel hecho por Sato.
Pero, entre tanta felicidad, Shinsou buscó a su compañero, preguntando a Tetsutetsu por él. El chico le dijo que hablara con Todoroki.
—Sí —dijo Todoroki—, yo hablé con él, pero no quise tener una cita, su sonrisa es muy…incómoda.
Shinsou lo miró molesto y subió corriendo a la habitación de Monoma, pero no estaba allí. Lo encontró en la azotea. Estaba acostado en una manta, con una bolsa comida al lado y tenía puestos sus audífonos, dándole la espalda a la puerta.
Shinsou se acercó, quedándose delante de él.
—Monoma.
Monoma lo miró. Sonreía, pero estaba llorando. Shinsou se sentó a su lado, y se abrazaron.
—Felicidades —susurró Monoma—, por favor, vuelve abajo…
—Tú y yo somos amigos, no voy a dejarte solo ahora.
Shinsou no lo soltó hasta que, en sus brazos, Monoma lloró por ser infeliz.
***
Shinsou dejó un par de días para salir con Monoma. Volvieron a salir por la tarde, a encerrarse en la habitación de Monoma a jugar, y, pocas veces, a consolarlo.
Monoma decidió no volver a confiar en corazonadas, comenzó a tratar con frialdad a todo el se le acercaba, burlándose de ellos. Si hubiera esperado un poco más, no habría alejado al chico que se enamoró de su sonrisa, y que ahora lo tenía que observar de lejos, en los brazos de otra persona.
Lain Faustus 🍁
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lainfaustus · 4 years
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Fictober 2020
Día 01
Donde nos conocimos, donde me arruinaste
Día 02
Mi final ya está escrito
Día 03
Lo que Todoroki no hizo bien
Día 04
Venganza silenciosa
Día 05
Maestro y Alumno
Día 06
No hay soluciones fáciles
Día 07
Lo mejor de lo peor
Día 08
Lo mejor de lo peor 2
Día 09
Los Secretos de Kageyama-san
Día 10
Los Secretos de Kageyama-san 2
Día 11
La sentencia de Bakugo
Día 12
La sentencia de Bakugo 2
Día 13
Aprendiz de psicópata
Día 14
Es todo lo que yo conozco
Día 15
Las Finas Hierbas del Amor
Día 16
Lo poco que puedas darme yo lo recibiré
Día 17
El verdadero Sentimiento del Alma
Día 18
La sentencia de Bakugo 3
Día 19
Es todo lo que yo conozco 2
Día 20
Es todo lo que yo conozco 3
Día 21
El verdadero sentimiento del alma 2
Día 22
El verdadero sentimiento del alma 3
Día 23
Dos Shinigamis en Entrenamiento
Día 24
Dos Shinigamis en Entrenamiento 2
Día 25
Dos Shinigamis en Entrenamiento 3
Día 26
El verdadero Sentimiento del Alma 4
Día 27
La salvación en la misma presentación
Día 28
El trato que merece un humano
Día 29
El sello del emperador
Día 30
El dolor que sentí por ti
Día 31
Así será tu vida ahora
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