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#Ratas libres o ratas encerradas
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Homo Deus: ¿Somos ratas libres o encerradas? —03
Hago un repaso y reflexiono a partir del libro de Yuval Harari (Homo Deus) sobre los cambios de la sociedad. —j re crivello “En 2010, unos científicos llevaron a cabo un experimento con ratas. […] Encerraron a una rata en una jaula minúscula, colocaron la jaula en una celda mayor y permitieron que otra rata deambulara libremente por dicha celda. La rata encerrada emitía señales de angustia, lo…
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juuanre · 2 years
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Homo Deus: ¿Somos ratas libres o encerradas? —03
Hago un repaso y reflexiono a partir del libro de Yuval Harari (Homo Deus) sobre los cambios de la sociedad. —j re crivello “En 2010, unos científicos llevaron a cabo un experimento con ratas. […] Encerraron a una rata en una jaula minúscula, colocaron la jaula en una celda mayor y permitieron que otra rata deambulara libremente por dicha celda. La rata encerrada emitía señales de angustia, lo…
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¿Y DIOS?
El suelo está congelado y húmedo. Ya ni siquiera se cuánto tiempo llevo encerrada entre estas cuatro paredes en donde no llega el más mínimo rayo de sol, perdí la cuenta en el día 86 ya que esa fue la última vez que escuche el chillido de mi vecina la rata. Desde ese día no paro de temblar, aunque ya no se si es debido al miedo o al frio que tengo en esta obscura habitación de la que sé que nunca saldré.
Cada día que pasa me siento menos humana. Desde que llegué se han dedicado a despojarme de mi cuerpo: los primeros 20 días me arrancaron todas las uñas sin importar cuanto implorara que por favor pararan. En los siguientes 20 días se dedicaron a cortarme cada uno de mis dedos con unas pinzas grandes de esas con las que se corta el alambre, cuando cortaban solo sentía como poco a poco mi alma se desprendía junto con los ríos de sangre que de mis extremidades brotaban.
Poco a poco siguieron separando mi cuerpo y extirpando mi aliento sin importarles mis lamentos. El tiempo siguió pasando y durante el día 45 mis manos con sierras fueron destrozadas, al plazo de 52 días mis alas a tirones me fueron arrebatadas y mis ojos como si de cereal se tratara, los quitaron con una cuchara. No les bastó con eso, sino que también profanaron mi cuerpo y desde el día 56 no para de dolerme el sexo. Aunque algo “bueno” de todo esto es que me acostumbre al olor del hierro, mis nauseas desaparecieron y me he familiarizado con el dolor que siente mi corazón.
La ansiedad y el miedo siempre van en aumento, y cada noche entre sudor, lágrimas y sangre yo solo pregunto volteando al techo: “Dios, ¿por qué dejas que me hagan esto?”.
No tengo idea de cuándo todo esto acabará solo espero que alguien me encuentre ya, para que me libre de este terrible dolor y soledad.
Hoy es el día 106 o eso quiero creer. Ahora solo soy un simple bulto que permanece en silencio en la obscura esquina de la habitación, encadenada como perro con un gran dolor en el cuello. Sé que dios me ha abandonado y no puedo hacer nada al respecto.
Mientras me compadezco escucho el sonido de la puerta abrirse una vez más. Pero, algo es diferente ya que nadie entra en la habitación, hay un silencio sepulcral y no parece que alguien me vaya a lastimar. Pasan los minutos y puedo escuchar a alguien llorar. La voz me resulta familiar, ¿acaso es mi mamá?
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xcasandrawr-blog · 5 years
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Fe de ratas
En mi último año de la carrera, me involucré en unos experimentos con ratas. Medíamos los signos vitales y las ondas cerebrales de roedores medicados con fluoxetina y roedores sobrios. Mis compañeros me decían que era una estupidez llamarlos "sobrios", que era herencia de mis años de soma. Pero yo misma soy paciente psiquiátrica y cuándo alguien me pregunta cómo se siente la olanzapina le respondo que es como la marihuana sin lo divertido: mucho sueño y mucha hambre. A mí lo que me parecía una estupidez era darle fluoxetina a las ratas porque sí. Las habíamos criado desde pequeñas y algunas ya habían participado en otros experimentos. Las más pequeñas venían de un estudio que hicimos para medir el peso de una camada desde antes de nacer. Eran también las más inteligentes, en términos humanos, ya que estaban bien adaptadas al laboratorio. En fin, les digo, les daban fluoxetina porque sí, ¿cómo se deprime una rata? Vaya, todas estaban encerradas, todas trabajaban en el día, tomaban un descanso para comer y luego iban a dormir. Aprendieron a comer tres veces al día, como nosotros, para que tuviesen más posibilidades de sobrevivir, o lo que es lo mismo: que engordaran. Era más fácil tenerlas controladas de esa forma, también. Todas sus energías después de la hora de la comida se concentraban en sus digestiones. Había una por la que sentía un cariño especial: Timmy, una rata sobria que destacaba en la prueba del laberinto y tenía gustos marcados en su alimentación. Le puse así porque un día sin que nadie lo supiera, entré con un amigo, ambos marihuanos, y le pusimos una microdosis (tamaño roedor) de LSD en su agua. Mi amigo me contó ese día que en sus años viviendo en Cholula conoció a un tal Tim, (que según había sido amigo de Hoffmann y Sabina), un señor que daba clases de Antropología, y que siempre perdía sus llaves y pasaba la noche afuera de su humilde (por no decir otra cosa) casa abrazando a su perro. Timmy rodó toda la noche y comenzó a hacer ruidos extraños, si alguien hubiese entrado al laboratorio en ese momento me hubieran expulsado. No solo por el olor a mota, Timmy estaba frenético, era obvio que le habíamos dado algo más que fluoxetina. Mi pendejo amigo se puso a probar qué clase de música le agradaba más a la rata. No tenía los medidores que usaban mis compañeros de Biología conmigo en esos momentos, así que lo tanteábamos de acuerdo a su lenguaje corporal y el tono de sus chillidos. Un secreto: a las ratas no les gusta Pink Floyd. Mi amigo tenía menos qué perder, era fácil convencer a las autoridades de la Facultad de que no lo acusaran, a pesar de todo, había sido buen alumno y pronto sería profesor. Timmy pasó 3 noches sin dormir. Nadie notó nada porque solamente yo revisaba el laboratorio de noche. Comencé a sentir algo de culpa cuando se negaba a comer, pero se disipó cuando se convirtió en la rata más trabajadora la semana siguiente. Seguí con el experimento de la fluoxetina y las demás ratas. Tenía mucha lástima por todas. Se creían libres y existían únicamente para que nosotros jugáramos con ellas. Después de ver el progreso de Timmy pensé en repetirlo con las otras ratas, ameritaba mi propio experimento, pero nadie me tomaría en serio. Nadie más notaba la diferencia entre una rata y la otra, así que cambié a Timmy de lugar, temía que se sintiera triste después de haber alcanzado el cielo. Lo tratamos bien esa noche, incluso le regalamos una rebanadita de gruyere que tardó seis horas en comerse, la observaba y la olía mucho. Ahora Timmy viviría fluoxetinado, ojalá no perdiese su brillo. Me gustaba porque era la rata que tardaba en obedecer nuestras órdenes, y aun así lograba sobresalir en las pruebas, me sorprendió que no la fluoxetinaran desde el principio, había más ratas así en las filas de la fluoxetina pero no tenían el encanto de Timmy. O tal vez estaba proyectando algo en esa rata, pero ¿por qué? Era físicamente igual a las demás, blanca y con ojos rojos, quizá un poco más panzona. Les enseñamos a hacer trucos con pelotas, a nadar y a ejercitarse en una rueda. Seguía saboteando el experimento y otra noche solté a las que vi mejor condicionadas, para que convivieran entre ellas. Se abrazaron y jugaron unas con otras, como si fueran perros. Timmy lucía bien, en esos momentos incluso parecía el rey de las ratas. Le solté otra rebanada de queso y esta vez la devoró rápidamente. El proyecto tenía que acabar pronto y yo pensaba llevarme a Timmy a casa. La prueba final se trató de una piscina, con cientos de estímulos estresantes y obstáculos. Las ratas sobrias lucharon, pero pocas lograron sobrevivir, las que lo hicieron llegaron agitadas y con taquicardia, con niveles de estrés hasta el cielo. Las ratas de la fluoxetina actuaron lentas y torpes, ni siquiera lo intentaron, se dejaron morir. Eso sí, en todo momento estuvieron relajadas.
En la última ronda, Timmy comenzó a bracear frenéticamente, iba con todo; saltando, nadando velozmente, dando un increíble espectáculo. Hasta que, a media piscina, se quedó viendo una luz. La luz blanca de la lámpara del laboratorio. Agitó sus manos en un ademán por imitar el ventilador. Y se ahogó, sin más. Nadie supo qué salió mal, al final del día, solo era una desviación en la estadística y hasta ahí.
Llegué a casa a llorar. Le dio un flashback en la presentación de su vida. Me negué a participar en la exposición el día del simposio. Todavía no tengo título.
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mgatito · 7 years
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CASI PERFECTO Capítulo 6 -Noche de encubierto-
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Hola, Dicen que las penas con pan son buenas....y con Fanfics mejor jajaja
@haruko48 Todo tuyo :)
PD: #SeAgradecenTusMensajesAMediaNoche =S jajajajaja
Fanfiction.net
Jurina caminaba hacia el pilar donde antes estaba observando a la maestra, dejándola ahora a su espalda. Sayaka al ver eso encuentra muy inútil huir de ahí pero lo intenta.
–¿Cuánto tiempo llevas ahí? –
–¿Eh? – Volteada, dando la espalda a lado contrario por donde aprecio Jurina, Sayaka se encoje de hombro por ser descubierta.
–¿Eh? – Imita su tono –¿Qué haces Komatsu? – Siguiendo su papel encubierto utiliza el apellido falso, por si alguien pudiera escuchar.
–Nada, solo pasaba por aquí y te vi, es todo–
–Claro…–
Jurina regreso la vista a donde se encontraba la maestra, pero ya no había nadie ahí. Sin darle mucha importancia, no pudieron  seguir hablando cuando una llamada entrante las hace salir del museo y dirigirse a una extraña bodega, no sin antes encontrar a Miyuki.
Así, las chicas se trasladaban a su verdadero trabajo, el primero desde que llegaron. Era un lugar bastante húmedo y parecía estar recién abandonado, ya había agentes del departamento hurgando el lugar así que solo fueron directo a la escena.
–Agente Lola– Jurina fue la primera en hablar mientras Sayaka hacía gestos de repulsión y miraba para todas partes. Miyuki daba apoyo a los criminalistas que no sabían que hacer en el momento.
–¿Por qué nos mandan llamar tan repentinamente si tienen todo bajo control? –
–Agentes, bienvenidas– Saluda educada la agente Lola – Ciertamente esta todo bajo control, se les hizo venir para que vean como es un acto del crimen organizado en este país–
–Pues no hay mucha diferencia–
–Puede ser, pero aquí los homicidios suelen parecer suicidios–
–Oh ya veo–
–Es una forma en la intentan persuadirnos sin embargo, no esperábamos esto… Síganme–
Pronto llegaron al área del crimen donde el olor era más concentrado y la agente Sayaka parecía perder el control de su rudeza, se le podía notar su incomodidad en el rostro.
–¿Le ocurre algo agente? –Pregunto la oficial a cargo.
–No, no, todo está bien– Dijo recobrando su compostura. –¿Qué fue lo que ocurrió? –  Pregunto después, al no ver nada parecido a un asesinato. –¿Y ese olor? – Sayaka ya se veía algo pálida pero seguía firme a su profesionalismo.
–Caldo humano– Fue la respuesta de la forense Miyuki que estaba haciendo lo suyo y apareció por detrás de la agente.
–¿Eh? – Obviamente esa definición causo repulsión en la sensible Sayaka –iaghh~~… –
–Efectivamente Doctora Miyuki, ven ese caldero–
–¿Lo que parece una tina gigante de metal?– Pregunta Jurina.
–Sí agentes – Vuelve a intervenir Miyuki  –es una tina llena de ‎H2SO4, con una densidad‎ de ‎1800 kg/m3; 1.8 g/cm3 lo hace ser bastante ‎miscible, altamente corrosivo–
–¿Qué? – Aparte de asqueada Sayaka no pierde su falta de interés por los términos científicos de la Doctora.
–Ácido sulfúrico– Aclara la agente Lola –Comercialmente se conoce de esa forma–
–Me alegra que alguien al fin me comprenda– Dijo con la intención de molestar a Sayaka adulando a la agente Lola.
Sayaka miro a la Doctora importándole poco aparentemente, pero antes de que pudiera decir algo, Jurina intuye lo que viene y causa distracción.
–¿Podemos revisar el área mientras la Doctora hace lo suyo? –  Dice.
–Claro, adelante– La agente Lola les da pie para que urgen en el lugar.
Jurina jala a su compañera del brazo solo para hacerla dar algunos pasos y  alejándose de la escena del crimen, observaban a detalle cada rincón del lugar. Aparentemente viejo, con un olor excesivo de humedad y narcóticos, recién que recién se producía, además del olor de un posible cuerpo deshecho. Llegan hasta un cuarto de esa bodega y la policía no parece haber llagado hasta ahí, está bastante alejado del lugar de los hechos.
Las agente Sayaka mira por una pequeña ventana aparentemente no hay nadie a la vista, mientras Jurina miraba hacia otro lado.
–Parece una oficina– Le dijo Sayaka y Jurina se acerca para mirar también.
–Muy ordenada por cierto– Complementa Jurina observando cómo es muy sospechoso el lugar.
Se miran una a la otra y hablándose con señas, desenfundan su arma con mucha seguridad y conforme la colocan en forma de prevención apuntando hacia arriba, la cargan. Con su mano Izquierda  Sayaka abre lentamente la puerta y se introducen en esa habitación.
–Huele a Rata encerrada– Comento Jurina conforme registraban la amplia habitación.
–Sí, ¿me pregunto que habrá ahí? – Sayaka camino hasta lo que parecía un closet.
Cuando abrió una de las puertas, un hombre  muy bien vestido salió cono un muñeco de trapo cayendo al piso. Jurina hablo por radio a otros elementos inmediatamente al ver eso.  
–Wowow–  expreso Sayaka mirándolo en el piso y tocándolo con la punta de uno de sus pies viendo que no reaccionaba –Está muerto– Afirmo después  y  efectivamente, el cuerpo tenía varias puñaladas y el tiro de gracia – Y adivine que Agente Matsui–
–¿Qué? –
–El hombre es asiático–
–¿Qué? –
–Como lo oye–
Jurina se acerca al cuerpo sin vida del sujeto y lo analiza sin tocarlo, sabiendo bien que la Doctora Miyuki anda cerca, no quiere ser reprendida por su curiosidad.
–¿Qué es eso? –
–¿Qué cosa? –
–Ah, eso…espera, – Con un guante de látex la Agente Sayaka se arrodillo en el piso y apenas si toco el objeto, no podía moverlo por completo si no han tomado fotografías antes. –se parece al crucifijo que le dejaron al forense de nuestro departamento–
–Todos los crucifijos se parecen, sin embargo este parece mucho a aquel ¿Crees lo mismo que yo?–
– ¿La organización lo usa para dejar su marca?–
–Puede ser o, que estamos en el lugar indicado –
–Mira, tiene algo escrito…– El objeto se encontraba con la parte trasera a la vista.
–L..a ..ca…No distingo y no entiendo, sin tocarlo no puedo saber que dice–
En ese momento, llegaron los criminalistas junto con la Doctora Miyuki, y procedió con la rutina de rigor, había dos cadáveres  que necesitaban la atención.
–¿Dónde está la agente Lola? – Pregunta Jurina a Miyuki, al no verla en el lugar.
–No lo sé– Miyuki se acercó a uno de los policías para preguntar, siendo la única que comprende y habla un poco el español y después de preguntar, regresa con las agentes y les informa.
–Me dicen que fue a una vigilancia–
–¿Qué? – Eso no le gusta para nada a Jurina.
–Es cuche hace un momento algo referente a un sospechoso del caso del “extranjero” – Jurina jala sutilmente a la forense y a la otra agente.
– ¿Tienes idea de porque estamos aquí? –Pregunto Jurina a Miyuki.
– Pues, para investigar la posible relación de los atentados y asesinatos de Japón con miembros delictivos de este lado del mundo–
–No, bueno si–
–Estamos aquí, buscando al extranjero– Dijo Sayaka a su compañera.
–Pero por alguna razón, no nos han invitado a la fiesta…– Jurina se queda pensativa  –De todas formas toma algunas fotografías del crucifijo– Le pidió de favor a Miyuki y eso hizo.
Dando por terminada su permanencia en aquel lugar, deciden volver a la comisaria, Sayaka y Jurina maquilando cosas en su mente y Miyuki revisando sus pruebas que le fueron permitidas tomar. El camino de vuelta  muy silencio, pero algunos ruidos ajenos a las voces llaman la atención de Sayaka que mira al asiento trasero del auto.
– ¿Que traes ahí? – Pregunto Sayaka
–Algunas muestras  del caldo humano– Respondió en su usual tono de felicidad.
–Iaggg~~… ¿Te trajiste al muerto en frasquitos? –
–No lo sé,  es lo que voy a revisar– Dice Sonriente –Siendo bastantes litros de disolución, lo han repartido a distintos forenses y criminalistas–
Con una actitud diferente a la de todos los días Jurina estaba muy seria, al parecer no le gustó nada que no se le haya informado de la vigilancia, siendo ella la líder del en esta misión.
****Comisaria****
–No veo nada sospechoso–
–Yo tampoco–
Las agentes se encontraban revisando las pruebas que aparentemente no les compete, pero Jurina se empeñó en asistir en el caso por aquel objeto que reconocieron ella y la agente Sayaka.
–Parece un simple asesinato ¿pero quién mato a quién?–
–Es una buena pregunta, además me es muy sospechoso que uno de los muertos es asiático–
–Bueno, ya es tarde, será mejor que volvamos a casa, mañana hay cosa que hacer como gente normal– Sayaka estaba cansada, viéndose aun afectada por el cambio de ciudad, le pesa aun el horario.
–Tienes razón– Puntualizado Jurina dando pie a la retirada.
–¿Vienes o te quedas? – Pregunto Sayaka a Miyuki sorprendiéndola un poco.
–También me retiro– Dijo.
–Bien, entonces vámonos–
Ellas volvieron a casa, estaban a punto de dar las doce de la noche y fue un día largo dado que deben fungir dos papeles al día y sin contar sus actividades extra clase.
****** Universidad, Siguiente Día******
 Las chicas están a punto de terminar un día que por más es agotador, han estado interactuando con media universidad interrogando sutilmente a maestros y alumnos, siempre tratando de aprovechar al máximo sus estadía en ese lugar, ahora mucho más familiarizadas con el idioma se podían desenvolver con mayor facilidad, pero Miyuki tenía una forma muy peculiar.
A la distancia, en un par de horas libres que rara vez tenían, mientras Jurina visitaba locales externos con la excusa de consumir algo, Sayaka al volver de su comisión, observa como Miyuki interactúa con un español demasiado alto (para su gusto).  Sonreía como es su costumbre coqueta y  al tipo parece no molestarle al contrario cada vez se le acerca más y más. De un momento a otro lo que hacía dejo de tener importancia cuando el tipo sujetó su mano la cual jalaba con sutileza, bastaba con ver como Miyuki solo sonreía y no parecía tener desinteres en seguirlo. Ver a la distancia era un poco flagelante y con gestos involuntarios manifestándose en la comisura de sus labios, se acerca con una paso seguro movida por  un impulso. Ha observado esta escena tantas veces en los casos de acoso y abuso sexual que puede leer muy bien las intenciones del tipo.
–Es hora volverá a clase– Un voz familiar hace voltear a Miyuki.
–¡Ah! Sayaka, él es Enrique– El joven le sonríe un poco apenado por ver otra chica linda frente a él.  –Estudia medicina y le falta un año para graduarse, trabaja…–
–Sí, sí, que bien, mucho gusto, ahora si nos disculpas…– Sayaka la tomo de la otra mano y la levanto con un poco de prisa.
–WOW que fuerte….Oye ¿Qué te ocurre? Solo platicábamos –
–Debemos volver a clase–
–Aún falta Media hora–
–Yo puedo acomp… –
–No, ella puede volver solita– Sayaka lo interrumpe con un rostro que más que provocativo le dio miedo al tipo.
–Discúlpame Enrique, mi amiga no tiene modales–
–No hay problema, nos veremos luego–El chico apenas si logro despedirse, al parecer Sayaka tenía prisa por llevársela de ahí.
–¿Qué te sucede Sayaka? – Miyuki se zafa de la mano de la agente ya que la apretó un poco fuerte.
–Te llamó más tarde– Grito  el chico a la distancia haciendo la simulación con su mano derecha en el oído. Visto por ambas chicas que voltearon, una con la sonrisa más grande que tenía y la otra con la cara más horrible que pudiera mostrar.
–¿¡Eh!?¿Le diste tu número de teléfono? –
–Sí, ¿Qué tiene de malo? –
–Estamos de encubierto además,  no me da buena espina–
Ellas caminan hasta su aula que no está muy lejos, pero mientras lo hacían discutían como ya se había vuelto una costumbre.
–Precisamente eso es lo que estamos buscando ¿Ahora vas a elegir a mis sospechosos?– Miyuki tenía un punto a su favor, persona de edad adulta y que al menos hayan estado en ese lugar entre cinco y seis años de antigüedad.
–No, pero tampoco debes exponerte–
–No parecía mala persona–
–Qué tal que es un violador o un secuestrador o asesino en serie…–
–¿Y tú eres una adivina o qué diablos?–
–No, pero te puedo decir que ese sujeto parece más delincuente que médico…–
–¿Y ahora porque discuten?–
Las chicas voltearon al escuchar a  Jurina que las vio  a lo lejos y se apresuró a darles alcance al verlas dar vuelta por las escaleras antes de entrar al aula, solo para ser testigo de cómo se peleaban de nuevo.
–Pues aquí tú amiga Sayaka que ve alucinaciones– Dijo deteniéndose justo en la entrada del aula.
–¿Qué? –
–No son alucinaciones, deberías hacerme caso–
–¿De que hablan? –
–Hoy conocí a un chico muy agradable– Miyuki suspira y junta sus manos al frente emocionado mientras Sayaka hacía gestos desagradables.
–¿A sí? – Jurina parecía emocionada también, siguiéndole el juego a la Doctora viendo las reacciones de Sayaka.
–SI, los occidentales son muy interesantes–
–Y también tienen un índice de delincuencia y genocidio muy alto– Intervino Sayaka quitándole la felicidad por su comentario.
–Pues no te preocupes demasiado se cuidarme sola–
–Vamos Sayaka, no seas tan estricta–
–Si debo, si no te regreso a Japón sana y salva tu padre me arrancara cabeza y la exhibirá en el recibidor del departamento– Dijo puntualizando –Y la tuya también Jurina, solo te lo recuerdo–  
–Es verdad, debemos preocuparnos– De pronto Jurina cambia su postura pues el Jefe es de temer y mucho más si se trata de su hija.
–¡Gosh! Ustedes dos son tal para cual– Miyuki viendo se envuelta en un ambiente de desconfianza se mete al aula dejando a ambas a fuera en el pasillo
–Es por tu bien…– Le dijo finalmente Sayaka, pero no alcanzo a oírlo.
–¿Por su bien? – Jurina le pregunta sugestivamente.
–Si, por su bien– Sayaka viendo insinuación venir por parte de Jurina, exclama y se mete también al aula. Jurina sonriente ante tan divertido suceso hace lo mismo.
***Clase de la maestras Matsui****
Las chicas presenciaban su clase de literatura y análisis de las palabras, era un módulo bastante amplio y apenas estaban en la introducción del tema pero aun así las últimas dos horas se fueron muy rápido.
–Antes de que se retiren– Sonriente como siempre la Maestra Matsui culmina la clase con algo que no recordaba Jurina –Entréguenme su ensayo, tendrá un valor en el parcial–
–¿Qué? – Jurina expreso más para sí misma viéndole la cara sus otras dos compañeras.
–¿No lo hiciste? – Pregunta Sayaka.
–¿Tu cuando lo hiciste? –
–Ayer antes de dormir– Dijo levantándose yendo al escritorio de la maestra junto con Miyuki
Jurina se lleva una mano con la que cubre su frente deslizándola hacia su barbilla, jamás, nunca e la vida había faltado con algo. Notas perfectas, adulaciones por su excelente trabajo y desempeño, a hora solo ríe ante la ironía. Lentamente ve salir a sus compañeros incluyendo a las de encubierto.
–¿Utagawa?– La maestra la nombro viéndola con un rostro cuestionante aun sentada en su asiento. –Acérquese por favor–  La maestra, experta en expresiones corporales de alumnos incumplidos la llama.
Jurina, poniéndose de pie y sintiendo por primera vez un temor extraño llega hasta ella.
–Dígame–
–¿Y su ensayo? –
–Lo olvide– Dijo con el orgullo asomándose en su voz.
–Que lastima, tendrá valor en la evaluación de parcial, ¿qué piensa hacer al respecto? –
–Lo que usted me… ¿pida? – Sin saber que decir, solo habla como se supone lo haría un estudiante.
–No suelo dar segundas oportunidades–
–Y yo no suelo ser incumplida– Murmuro entre dientes sintiendo una molestia impotente.
–¿Qué dijo? –  
–Lo siento,  no tengo excusa para ello–
–Sea más cuidadosa para la próxima vez, hasta mañana  Utagawa–
–Hasta mañana– Dijo de forma resignada aceptando su incumplimiento. Nunca le ha gustado que le llamen la atención, hoy se siente verdaderamente extraña.
Las chicas que esperaban a Jurina, ven salir a la maestra y la saludan inclinándose un poco al ver pasar a la maestra.
–¿Jurina? – Miyuki le hablo.
–Ya voy– Respondió acomodando su mochila en su hombro.
Inmediatamente notaron como las facciones de Jurina se descomponían a algo muy parecido a la molestia. Mayor fue su sorpresa cuando al llegar al auto, le entrego las llaves a Sayaka.
–Maneja tú– Sayaka recibiéndolas a la altura del pecho, quita los seguros y suben al auto.
–Te pego fuerte en el orgullo– En el acto de encendido no  puede evitar comentar con forme el motor del auto disminuía su sonido.
–Y como no, ¿Por qué tenía que ser precisamente con ella? – Respondió con mucha frustración en su voz.
Sayaka gira su cabeza hacia a un lado mirándola como si la desconociera.
–¿Qué pasa, por qué me ves así? – dijo abrochando su cinturón.
–¿Por qué te molesta tanto? ¿Tan importante es? –
–¿Eh? –
–Me pregunto si de verdad es solo tu orgullo–
Jurina la miro con  fastidio y dando un suspiro profundo recargándose en el asiento  voltea hacia afuera para no seguir con la conversación.
Sayaka al volver su vista al frente entendiendo el mensaje de Jurina, pero se topa con los ojos interrogantes de Miyuki en el retrovisor, ambas estaban en el mismo canal ahora preguntándose ¿Qué le ocurre a Jurina?, desde que llegaron incluso días antes de salir de Japón, no es la misma.
Después de haber  cumplido con los alimentos del día, se dirigieron a su lugar de trabajo, la comisaria.
Las agentes miraban continuaban con su examinación a las pruebas fotográficas y búsqueda en los aparatos inteligentes familiarizándose con otros lugares. La Doctora Miyuki entro a esa habitación de tecnología para entregarles reportes escritos.
–Oh, Miyuki ¿Puede mostrarnos las fotos del crucifijo? –
–Claro–
Proyectadas las imágenes en una de las pantallas gigantes, Miyuki hizo lo que Jurina le pidió.
–¿Ven eso? – Jurina señalizo a  los otros dos agentes, Ricardo y Lola.
–¿Qué? –
–Es exactamente igual al que el sembraron a nuestro forense–
–¿Qué forense? – Pregunta el agente carlós
–Cuando estábamos en Japón,  asesinaron a nuestro forense  de recién capturado un tal “Edgar”– Intervino Sayaka, mientras Miyuki solo escuchaba.
–¿Quién? –
–Edgar, dijo ser el jefe de una célula criminal conocida– Respondió dio Jurina tomándola palabra de nuevo.
–Ahh, el Señor…–
–¿Qué señor? –
–Él es el señor,  “señor” es su alias. Usualmente no usamos sus nombres–
–Oh, ya veo–
–¿Y cómo lo sabes que es el mismo? –
–Pedí al departamento de Japón que me enviaran unas fotos de aquel crucifijo–
Comparando ambos en su pantalla, vuelven a ver que tenía algo detrás.
–Ven la misma leyenda…supongo–
–Aah…interesante–
–mmm– Murmura Miyuki y hace algunos acercamientos a las imágenes –Ahí dice… La…la Casa…–
–¡La casa del Señor! – Exclama el agente.
–¿Qué?
–Claro–
–¿De qué habla? –
–Es un bar en el cual no podemos entrar, conocen a la mayoría de nuestros agentes, pero ustedes…– Las chicas voltean a mirarse entre ellas, que  es lo que quiere decir el agente –Ustedes si pueden, aunque hoy es martes.  Por hoy sería bueno que vayan y revisen los alrededores, pero el viernes deberán entrar a investigar ahí. Este bar le pertenecía a Edgar pero al ser detenido fue desplazado. Es todo lo que sabemos–
–Entendido– Respondieron las Agentes encubierto.
Y así, por órdenes del comandante de la unidad,  por esta noche vigilarían el Bar para ver como era su movimiento.
****Casa de la Maestra Matsui****
Mientras tanto, en otro lugar, casi al mimo tiempo. Después de un día ordinario como todos los días, La maestra Matsui volvía a casa después de culminar sus actividades tanto en la Universidad como en algunas galerías. A pesar de ser conocida por al gunos famosos artistas en el medio era muy discreta al relacionarse con otras personas. Un hobie muy disfrutado por ella era pintar, un medio por el cual descubrió que podía olvidar sus aflicciones, además de ser remunerada por ello.  Ella era un chica muy peculiar, llevaba varios años dando clases en la Universidad y era muy querida por sus compañeros de trabajo. Había algo que la caracterizaba de entre muchos extranjeros. Reservada y desinteresada por lo que le rodea, pretensiones, conquistadores, a nada hacía caso. El siempre  estar concentrada lo suyo la hacía parecer inalcanzable, especial. Envidia de muchas, tanto alumnas como maestras y admirada por otros tantos, esa era la visión que tenían de Rena Matsui. “Perfección” era la palabra que encubría su misteriosa personalidad.
Ella se encontraba revisando los ensayos uno por uno y leía, 17 de 30. De forma peculiar le llama la atención  los dos siguientes en su revisión. En definitiva  nota que no son alumnas comunes, su redacción y precisión a los detalles tienen un mundo de diferencia a los de los demás ensayos. Piensa que muy posiblemente el de Utagawa hubiera sido excelente también.
Sacude su cabeza y se pone de pie de su escritorio, ¿Por qué debía pensar en Utagawa? Ciertamente no es como un alumno cualquiera. Tiene una personalidad peculiar, es más atenta y sabe que decir y hacer en el momento adecuado. Siempre ha sido la que ha estado más alerta de todos sus alumnos.  Ha tenido la oportunidad de verla en extra clases es muy sobresaliente y juguetona con su compañera Komatsu, casualmente las tres chicas eligieron natación. Nuevamente sonríe y sacude su cabeza, ha perdido sus pensamientos en aquella chica,  Utagawa, varias veces en el día. Su comportamiento y su actitud le parecen conocidas, a excepción de su personalidad, si no fuera por eso Juraría que es muy similar al maestro que busca.
Por alguna razón llama mucho su atención,  y aunque no quiera verlo de esa forma, la ínsita a no tratarla como una alumna.
   **Coche, fuera del Bar**
Las agentes se encontraban en su lujoso auto fuera del bar, solo vigilando el movimiento. Lo analizarían antes de entrar en él.  Ya llevaban un par de horas y todo lucia normal, ellas solo permanecían viendo los alrededores y bebiendo café.
–Aaah~~, que aburrido– Dijo Jurina en un puchero con las manos sobre el volante recargándose completamente en el siento, mirando un poco hacia el techo del auto.
–Lo sé– Le respondió Sayaka dando un sorbo a su café –¿Jurina? –
–Si–
–¿Qué te ocurre? –
–¿Qué? ¿A qué viene eso tan de pronto?–
–¿Te pasa algo malo? Desde que conociste a la Periodista no eres la misma–
–No de nuevo– Se expresó con fastidio sentándose correctamente en su asiento.
–¿Te molesta que pregunte?, puede que no me consideres importante, pero tú para mí eres una amiga, más que mi jefe–
–Hey, por supuesto que eres mi amiga, no me ocurre nada, créeme–
Sayaka la miraba como si no estuviera convencida de las palabras de Jurina. Aquella ausencia en sus ojos antes, sabía que era lo que la causaba pero ahora, su mirada tiene algo diferente.
–¿Sabes que pienso? –
–No… no leo mentes–
–La forma más estúpida de perder tu identidad encubierta es haciendo cosas que usualmente no harías pero tú,  eres capaz de arruinarlo todo haciendo lo que sabes hacer muy bien –
–¿Qué, qué quieres decir con eso?–
–¿Qué planes tienen con la maestra? – Sayaka sin más rodeos pregunta seriamente.
Jurina involuntariamente amplía sus ojos en sorpresa,  aquello que creyó controlar dentro de ella es visible ante los ojos de las demás personas y mucho más ante su amiga.
–Nada– Fue su respuesta mientras voltea hacia el frente y se recarga en el volante con su barbilla sobre sus brazos.
–Explícame algo, si no la crees sospechosa, ni alguien “interesante” como esas mujeres que estas acostumbrada a tratar, ¿Por qué la persigues? ¿Por qué fallar en algo que cualquier estudiante haría te afecta al grado de enojarte? Somos simples estudiantes ¿Lo olvidas?–
Sayaka la deja sin respuesta, solo escucha un suspiro a cambio. Ni ella misma sabe que es lo que sucede. El hecho de estar en un país extraño la hace sentirse fuera de lugar. Estar en donde vivió su hermano y también donde falleció la hace vulnerable incluso parecer novata. Pero eso es lo que menos le preocupa si no lo que descubrió hace poco.
–Cuando estuve con la reportera– Hace una pausa y regresa a su anterior postura recargada en el asiento pero sin dejar de mirar al frente  –me sentí….me sentí tan sola…– Confiesa ante la sorpresa que ahora le pertenecía a Sayaka –No sé cómo explicarlo, pero verla al día siguiente, fue muy incómodo e incluso me sentí mal–
–¿Te gusto? –
–No, no sé… Últimamente siento cosas extrañas…– Dice pensativa
–Después de todo si tienes sentimientos–
–Cállate, ¿Qué hay de ti y la Doctora? –
–¿Qué hay? Nada–
–Eso es lo más triste, no hay nada–
–¿A qué te refieres? –
–Sus peleas constantes me hacen sentir estar en un campo de tensión sexual–
–¿Qué? –
–No te hagas, sabes que es verdad y mira que poner una excusa para que deje de hablar con un chico…–
–No fue una excusa, solo deberías vera ese tipejo–
–¿Ves? –
–Bueno…es complicado–
–Solo deberías considerar tratarla bien–
–¿Tratarla bien?  Ella es la que me provoca–
–¿Y por qué será? Solo reacciona a lo que tú le provocas ¿Te gusta, cierto? – Sayaka  giro su cabeza para mirar al frente, evadiendo los ojos interrogantes de Jurina. La conversación inicio por el comportamiento de la agente y termino volteando los papeles. –No sé qué es lo que te detiene, pero no siempre estará ahí–
El silencio se apodero del interior del coche, ambas agentes miran hacia el exterior a las personas que pasaban por ahí y a los que entraban al bar. Dando por terminado su vigilancia cecas de las dos de la madrugada, deciden volver a casa, donde todo se tornó en silencio y cada una yacía en su habitación.
 ***Fin de semana***
La noche se consumió rápido y las chicas se alistaban para salir  como todos los días en su papel de estudiantes. Hasta ahora eran las más destacadas de la clase, mucho más lo era la sabelotodo de Miyuki, ya que siempre tenía una respuesta lógica y debatiente.
Siendo viernes por la maña, ellas visitarían hoy el bar y trataran de sacarle el mayor de los provechos sabiendo que es fin de semana. Sin embargo, deben cumplir con la clase de la maestra Matsui,  muy interesante por cierto. El análisis de las palabras o lo que un autor quiere decir, suele ser mal interpretado por la mayoría de los lectores. Influyen el sentimiento y el estado de ánimo. Eso de verdad es interesante Jurina tomara muy en cuenta eso la próxima vez que un libro toque sus manos.
–Voy a hacer entrega de sus ensayos revisados, la mayoría fueron excelentes, pero hubo algunos que deben esforzarse más ¿de acuerdo? –
–Si~~– Dijeron los alumnos.
–Voy a nómbralos y pueden ir saliendo, disfruten su fin de semana. [Enríquez de Santiago, Rodríguez…]– La expresión en su rostro es tan tranquila, pensaba Jurina mientras aquella mujer repartía los ensayos.
–Las espero afuera–Se levantó y les dijo a sus compañeras
–¡Utagawa! – Exclamo la maestra interrumpiendo la lista de nombres al verla que se iba.
–Dígame–
–Espere hasta el final por favor–
–Como usted diga– Ella volvió a sentarse a esperar.
Después, cuando la maestra Matsui termino de entregar los ensayos, la miro y le hizo una seña para que se acercara al frete, estando únicamente ella en el aula.
–Los ensayos de sus compañeras fueron los mejores–
–No se ofenda pero, ¿por qué me lo dice a mí? –
–Porque no dudo que el suyo hubiera sido igual o mejor, pero no veo que le importe...–
–Me importa, pero si algo sé muy bien es que hay que aprender de los errores, yo lo hice y créame que jamás volveré a fallarle–
–Qué raro–
–¿Qué cosa? –
–Los estudiantes comúnmente se excusan de diferentes formas y ruegan siempre por otra oportunidad–
–Tal vez no soy una simple estudiante– Pensó en voz alta más distraída por esas nuevas sensaciones dentro de ella que se manifestaron desde que olvido hacer su ensayo,  arrepintiéndose de inmediato.
–Veo que no– Dijo con sorpresa –pero es usted un poco arrogante–
–Lo siento–
–¿Se disculpa?  Que peculiar– Con la situación en sus manos se atreve a considerar una segunda oportunidad  –¿Qué va a hacer mañana por la tarde? –
–¿Eh? – Jurina se sorprende de eso tan repentino.
–¿Estará ocupada?
–Ehh, pues no…– La tomo de tan sorpresa que olvido que es un agente.
–La veo mañana en el salón de la quinta avenida a la una de la tarde, es el único sea puntual–
–¿Eh? – Seguía la sorpresa en ella.
–Necesito un poco de ayuda y puede ser que le ayude a usted también en el parcial– Sin decir mas muy enigmática, recogió su maletín y se fue dejando a Jurina sin saber cómo reaccionar.
Sale del aula y ve a sus compañeras las cuales ya caminaban a la salida, cuando les da alcance se veía ausente.
–¿Qué ocurre? ¿Te regaño de nuevo?– Miyuki le pregunta al verle su rostro.
–No~~–
–Entonces, ¿Por qué esa cara? –
–Me dijo que me quería ver mañana…–
–Vaya… ¿El ratón está cazando al gato?– Después de su plática y la cara de pánico Sayaka se da el lujo de bromear con la inestabilidad de Jurina.
–¿A mí? Por favor no digas tonterías eso jamás pasara–
–¿A no? Deberías verte la cara–
–¿De qué hablan? ¡Oh! ¿Te gusta la maestra Jurina? –
–¿Qué? no – Su respuesta no fu tan convincente.
–Me habían contado que eres de temer agente, pero yo no he visto tal cosa–
–¿Te asusta la maestra? – Sayaka seguía con su broma.
–¡No! Déjenme en paz – De forma inusual, Jurina deja verla otra cara de la moneda.
Des pues de que Sayaka jugara un poco con ella divertida por el humor peculiar de Jurina, no le queda más duda de que algo más en este viaje puede resultar para su amiga la agente Ellas regresaban a casa para alistarse en su misión nocturna, emocionadas y amando su trabajo que les regala situaciones de ese tipo.
  ****Noche de encubierto****
Las agentes ya se encontraban listas para salir y un poco impacientes pues la Doctora de los muertos llevaba horas arreglándose. Para ellas lo más natural era mejor, pero siempre con estilo, gustaban de jeans o pantalones de vestir ajustados  tenían un muy buen gusto con sus blusas y camisas, además de amar las chamarras de piel.
–¿Por qué se tarda tanto?– Refunfuñaba Sayaka cruzada de brazos en el sofá de su elegante sala.
–Yo que sé, es tu mujer– Se burlaba Jurina para entretenerse un poco, encontrando la oportunidad perfecta para regresarle las burlas de esta tarde –Tu deberías saberlo mejor que yo– Seguía con su burla mientras revisaba su celular.
–¡No es mi mujer! – Exclama un poco alarmada entre dientes.
–Pero quisieras que lo fuera– Jurina le sonríe sínicamente.
Ahora que sabe un poco más se atreve a decirlo y  puede apostar por algo muy interesante.
– ¡No!, de ninguna manera asalta tumbas–
– ¿Asalta tumbas? –
–Pues la maestra es más grande que tu…–
–Y eso puede ser muy interesante ¿no crees? – A Jurina no parece afectarle ahora lo que Sayaka le decía, pero era parte de su plan para molestarla –¿Por qué no consideras portarte mal un rato? –
– ¡Porque No! No soy como tú–
Mientras ellas discutían Sayaka más irritada que la bromista de Jurina, unos tacones sobre las escaleras de caracol de metal se escucharon, haciéndoles saber que ya venía la única chica femenina del hogar descendiendo por fin.
Jurina tenía de frente las escaleras y quedo sorprendida por lo que veía sonriendo involuntariamente, no puede evitarlo cada que ve una chica bella y ya sabía que Miyuki era hermosa pero verla por primera vez en un vestido así era un deleite para sus ojos. Le hace una seña a Sayaka para que voltee fascinada por lo que estaba frente a ella, y ella gira su cabeza hacia donde veía Jurina, pero la sorpresa para Sayaka es mucho mayor, cosa que Jurina ya sabía. Mientras descendía y tocaba delicadamente con su mano izquierda el barandal de protección Sayaka abría lentamente su boca completamente embelesada ni siquiera podía parpadear y solo la seguía con la vista.
Jurina se puso de pie, miro a su amiga que estaba en otro mundo tirando una sonrisa burlona y camino hacia las escaleras para ayudarle a bajar el último escalón, ayuda que Miyuki agradece caminando después hacia la puerta.
– ¿Sayaka– La llama Miyuki notando que seguía sentada y obviamente se dio cuenta de lo que le había causado.
Tania la ligera sospecha de que el comportamiento de Sayaka había cambiado un poco desde lo que sucedió en su mansión de Osaka.
La chica responde inmediatamente en un sobresalto sacudiendo su cabeza y saliendo de su asombro. Era tal cual la recordaba como la última vez que la vio y aunque no era el mejor de los momentos lucia increíble. Por otro lado Jurina confirmaba cada vez más sus sospechas y simplemente  hacia pequeños movimientos con su cabeza como obviando divertida la situación.
***Bar***
Todo era tranquilo esa noche, había buen ambiente y siendo las únicas chicas orientales, a pesar de que había de otras nacionalidades, llamaban mucho la atención y más lo hacia Miyuki quien era una tremenda y sexy novedad a la cual le sobraban invitaciones para bailar, y eso, definitivamente le molestaba a cierta agente.
–No comprendo si no te interesa, ¿por qué estas así?–
– ¿Así como? No estoy de ninguna forma– Se empeñaba en decir Sayaka pero su cara decía todo lo contrario. –Voy al tocador– se levanta  y desaparece, mientras Jurina socializaba con todas las personas que podía sin perder de vista a Miyuki.
Al volver Sayaka el ambiente era un caos total, había un círculo en el centro de la pista de baile y lo amenizaban nada más y nada menos que la Doctora de los muertos y la agente en cubierto Jurina.
Sayaka observa desde lejos aquellos movimientos delirantes de Miyuki perdiéndose un momento en ellos, pero después, los energéticos y sensuales de Jurina roban un poco de esa atención. Si fuera alguien más seguro ya le hubiera arrancado la cabeza, aunque por un momento lo considero si no fuera por el suceso que no esperaba.
A un tipo degenerado se le ocurrió la buena idea de darle una palmada en uno de sus bien formados glúteos. Sayaka al sentir eso, primero no supo qué hacer y volteo enseguida a buscar al causante, posiblemente fue un accidente, pero al verle la cara de depravado se molestó y mucho.
Primero simplemente se le quedo viendo, pero al ver los gestos sugestivos que le enviaba no lo resistió más.
–Aaah, nooo, te equivocaste de trasero amigo– Moviendo su cabeza en señal de desaprobación. Ella dejo salir uno de sus mejores golpes, directamente al rostro y noqueando de inmediato al pobre sujeto incauto que cayó al piso.
En un abrir y cerrar de ojos se armó tremendo alboroto, y la atención se dirigió hacia ella ya que el tipo no venía solo. Con la música electrónica opacando los murmuros Jurina se da cuenta que algo sucedía al ver un grupo de gente y ver entre toda esa gente a Sayaka en problemas rodeada de varios tipos. Acudió sin pensarlo en su ayuda y se hicieron de golpes en aquel elegante bar que ahora parecía de mala muerte. Había quienes golpeaban solo por golpear, otros por ayudar a las chicas aun sin conocerlas, pero hubo un punto donde los golpes venían de cualquier lado.
Nadie podía creer lo que veía, dos de las chicas asiáticas eran auténticas luchadoras. Mientras que la tercera fue la responsable de las botellas voladoras al intentar defender a las chicas cuando se les juntaban más de dos hombres, muy efectivas por cierto, ya que su ajustado vestido no la dejaba hacer mucho.
–¡AY!– Se quejó Jurina de un golpe en la cabeza con una botella perdida, desconcentrándose un poco y siendo capturada por un tipo.
–Lo siento Jurina– Se disculpa Miyuki llegando hasta ella y pegándole al tipo que había tomado ventaja sobre Jurina, afortunadamente Jurina esta agente es de cabeza dura.
Sin embargo, entre tanta multitud al voltear a ver hacia otro lado,  trata de llegar con Sayaka a la cual le daban golpe tras golpe, esquivando algunos y recibiendo otros. Justo cuando Miyuki le da la espalda a Jurina, es sometida de nuevo por un sujeto que no había visto o no recordaba entre tatos.
–Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí? – Dijo aquel tipo quien parecía ser el líder de los que comenzaron todo esto –No había visto rostros tan bellos desde hace mucho tiempo– Él tipo la tomo de la barbilla estando en una posición muy incómoda para ella –Espera, tú me recuerdas un  poco a alguien…– pero Jurina  hizo un movimiento con su cabeza bruscamente zafándose de sus dedos, ser sometida no es mucho de su agrado,  el sujeto se rio sínicamente por el carácter de la chica –niponas rudas eso me gusta…–
Jurina seguía mostrando mucha habilidad y resistencia así que no era fácil de someter y sabía perfectamente que hacer, basto con poner en práctica sus mañas y mostro inmediatamente  su superioridad, con la cual terminaba siempre volteando los papeles.
– ¿De quién hablas?–
–¡WOW! – Se expresa el tipo burlándose –No te molestes todos los asiáticos se parecen. Pero no, me equivoque, tú no eres como ese Cab…¡Ouch! – El tipo se quejó de un movimiento torturante por parte de Jurina, uno de sus favoritos.
–¿A quién te refieres?–
–Está bien, está bien, ¿vas a romperme el brazo? –
–Depende de ti–
–¿Cómo es que eres tan fuerte? –
–Habla–Dijo ejerciendo más fuerza a su movimiento.
–¿Por qué te interesa? ~~ooocuh~~…– Dijo con dolor pero burlándose, solía venir a este bar muy bien acompañado, decían que era la hija del Jefe, pero de pronto desapareció junto con todos–
– ¿Quiénes son todos? ¿Y quién e..?. –
No alcanzo a terminan  de preguntar cuando fue interrumpida. Ese momento de información le valió un golpe en la espalda y esta vez no fue Miyuki si no alguien más defendiendo a su jefe. Fue un golpe bastante fuerte a la altura de las cortillas el cual la hizo caer al piso de rodillas siendo levantada de inmediato con dolor en su rostro por dos tipos que la mantuvieron sujeta.
La cantidad de individuos se vio multiplicada como si les hubieran hecho llamada de auxilio sus cobardes compañeros y las cosas se invirtieron para las tres chicas. Sayaka podía ver su surte delante de ella sujetada de los brazos por dos tipos, tres contra ella recibiendo un par de golpes limpios en el rostro pero aun así no dejaba de forcejear con ellos.  Estuvo a punto de darle un fuerte golpe en la boca del estómago pero una vez más Miyuki la sorprendió atrayendo la atención del tipo con uno de sus tacones a falta de botellas.  De inmediato el sujeto intento defenderse pero Miyuki sabía muy bien donde golpearlo.
– ¡Auch! Eso dolió– Pensaba dentro de sí con gestos muy expresivos por cada golpe que repartía Miyuki viéndola también con admiración.
Poco le duro el gusto ya que fue la primera en ser capturada ante la mirada de Sayaka    que seguía cautiva entre los dos tipos. Ahora su mirada  estaba mucho más molesta que antes al ver un arma de fuego que sometía a la Doctora. La única al parecer en el lugar por ahora. Sin pensarlo dos veces baja la guardia y deja de forcejear al igual que Jurina segundos después. Ambas chicas sometidas debían mantener la calma para no poner en riesgo la vida de Miyuki y la de las demás personas.
Todo se tranquiliza y la música del lugar dejo de escucharse, ahora las personas que quedaban en aquel lugar veían con susto lo que pasaba.
– ¿Quién eres tú? – Pregunto Jurina a quien le había hablado antes mientras peleaban.
– ¿Tu, me preguntas a mí que quien soy? Este, es un lugar que está bajo mi custodia, todos me conocen pero la pregunta es ¿Quién eres tú?–
–Soy… soy una simple estudiante que quiso venir a divertirse con sus amigas– Habla ágilmente, aunque tienen nombres de encubierto, no puede evitar ese instinto provocador.
– ¿Estudiantes? –
– ¡LA POLICIA!– Alguien grito desatando el caos entre toda la gente y en un ágil movimiento de Miyuki desarmo al tipo que la sometía.
Fue demasiado tarde no todos pudieron escapar y parecía ser una noche muy larga, además de que el arma la encontraron en manos de Miyuki, de esta no iban a escapar fácilmente.
 ***Celdas de la comisaria***
Se encontraban solas en una de las celdas casi en las últimas de un pasillo largo, tenían de frente a algunos con los que estuvieron repartiendo golpes, pero no estaba a la vista el que le dio información valiosa a Jurina, al parecer logro escapar o, alguien infiltrado lo conoce y le dejo ir, piensa ella.
–Y a todo esto, ¿Cómo fue que terminamos golpeando gente? – Pregunto Jurina mientras se tomaban su cabeza con sus manos esposadas. Había una pequeña cortada cerca de su ceja pero comenzaba a inflamarse y los golpes comenzaban a doler y más el botellazo proporcionado por Miyuki.
–Es verdad, –Dice Miyuki –yo estaba disfrutado de la noche, Sayaka ¿Qué fue lo que hiciste? – Le decía mas como un reclamo.
–¿Yo? Yo no hice nada–
–¿Entonces? – Pregunta Jurina.
–Ah, p…pues– Sayaka tartamudeaba un poco, le daba pena decir el motivo de su enojo –Mientras ustedes… bailaban yo las miraba y pues, este…verán… ~~un tipo me dio una palmada en el glúteo~~… – Dijo balbuceando lo último.
–¿Qué? No te entendí– Le dijo Jurina.
–¡Que un tipo me agarro un glúteo!, ya, ¿satisfecha?– Lacara irritada de Sayaka daba más risa que preocupación.
Tanto Jurina como Miyuki se quedaron sin habla volteándose a ver verdaderamente sorprendidas, pero después de su momentáneo shock soltaron tremenda carcajada. Viendo inmediatamente la cara de enojo de Sayaka ambas chicas.  No podían evitarlo, a la chica de temperamento recio le ocurrió algo como eso.
–¡Basta! no es divertido– Decía con el ceño fruncido viendo cómo se burlaban de ella y más Jurina sin contenerse ni un poco.
–JA JA JA… No… ¡no puedo con esto!~~ JA JA JA JA ¡Ay! Mis costillas ¡JAJAJAJA!…. Mi estómago ~~…–
–Las tres chicas de ahí, puede salir– Uno de los custodios de las celdas las llamo conforme se acercaba a su celda golpeado los barrotes con una macana,  una hora después de haber ingresado.
Una por una, abandono la celda conforme les quitaban las esposas, eran las únicas por fortuna ahí dentro, de lo contrario hubiera habido otra pelea.
–Nos volveremos a ver  preciosas– Decían lo tipejos encerrados.
–No lo creo– Respondió Sayaka haciendo hacia el medio a Miyuki quien aún se veía provocativa con su vestido.
–Adiós Muñeca– Le dijo quien le había tocado con su nariz rota y lleno de sangre.
–¡Cállense! – Les grito el custodio a los que parecían perros en celo y no dejaban de decirles cosas sugestivas con gestos y silbidos.
Las chicas sabían cómo fue que salieron de ahí, deberán esperar hasta mañana para ser llamadas por su jefe en esa misión, saben que no viene nada bueno. Por ahora solo irán a su casa después de recoger sus pertenencias para descansar y darle atención a algunos de los golpes como el de la botella en la cabeza de Jurina.
***De vuelta a casa***
–¿Segura que estarás bien? – Pregunto Miyuki preocupada, teniendo a la Doctora en casa no había de que preocuparse. Había aplicado una pomada un poco más arriba de su ceja donde Miyuki la golpeo accidentalmente y tenía una ligera cortada que cubrió una bandita en  forma de mariposa. También le coloco un parche muscular donde recibió el golpe que la doblego.
–Sí, estaré bien con lo que has hecho, gracias–
–Tomate esto también– Dijo –Bueno, entonces te dejo descansar, ya paso un tiempo considerable creo que ya puedes dormir –
–Gracias– Le respondió nuevamente.
Al dirigirse a su habitación después de revisar a Jurina, se topó en el pasillo con Sayaka saliendo del baño principal. Se había lavado su cara, era una costumbre después de pelear, le ayudaba a sentir frio y menos dolor, además de hacerse un poco.
–¡Oh! ¿Estás bien Sayaka-chan!? – Después de ese de lo que ocurrió hoy se tomó la libertad de llamarla así.
–No soy una niña, no me llames “Sayaka-chan”–
–Está bien, Sayaka. Vaya que eres muy cambiante, déjame ver– Se acercó más a ella mirando de cerca los golpes de la ceja y la boca, a comparación de Jurina se notaba mas ya que no pudo cubrirse del par de golpes y el agresor traía algo en los dedos que la corto.
– ¿Tu estas bien? – Preguntaba mientras  se resistía un poco a la exanimación de Miyuki que le tocaba el rostro, tenerla tan cerca era un poco incómodo para ella, pero se dejaba examinar.
–Sí – Respondió como si nada. –Tienes el labio roto, ven– Aunque también había recibido algunos golpes cuando la sometieron con el arma.
No le da oportunidad de negarse y la mete a su habitación, donde más que habitación parecía laboratorio quirúrgico. Para Sayaka era la primera vez que estaba ahí dentro.
–Wow, ¿vas a tratarme coma uno de tu muertos?– Dijo haciendo uso de su habitual sarcasmo.
–No, realmente estoy preocupada por ti, siéntate ahí– Le indico mientras sacaba una cajita.
–Oohmm…– Solo se limitó a expresar mientras seguía examinando el lugar con la vista sin darle importancia a lo que dijo antes Miyuki y tratando de distraerse por obvias razones..
–¡Auch! – Se queja involuntariamente por el dolor ocasionado, pero se distrae por el escote muy cerca de ella.
–Aunque, no hay mucha diferencia entre el corazón frio de un muerto y el tuyo– Le dice haciendo presión innecesaria en el labio con ungüento.
–¡AY!....Sayaka obvio se ofusca con la indirecta en el comentario, – ¿Qué rayos es eso? – Pero lo evade preguntando y evade también la vista de enfrente.
–Una pomada, te ayudara, lo uso con las heridas que no cierran pos-mortem, debería de ayudarte…–
– ¿Así que no estás segura? –
–No del todo, los muertos ya no sangran, solo me ayuda a pegar las heridas…–
–Entonces si me está tratando como uno…– Dijo Sayaka con un gesto de dolor.
–Ya te dije que no, no podría–  Le respondió con un cambio de voz más sutil lejos del sarcasmo.
Después de ponerle un par de banditas en la ceja y cerciorarse que la curo perfectamente Miyuki se alejó de ahí para devolver la caja de donde la tomo. Sayaka se levantó y camino a la salida dispuesta a irse a descansar.  No quería discutir con Miyuki después de notar ese cambio de voz, la conocía perfectamente bien. Pero también estaba preocupada por ella.
–¿Segura que estas bien? – Dijo deteniéndose un poco antes de abrir la puerta girando y observando la figura que ceñía el vestido.
-Sí, lo estoy ¿Por qué de repente te preocupa? – Voltea a verla notando como ella dirige su  mirada hacia un rincón de la habitación.
–Es normal ¿no?– Responde un poco nerviosa.
–Claro, ya lo sé… casi se me olvida que solo soy tu compañera de trabajo–
–Bien, entonces te dejo descansar, hasta mañana.- Sayaka gira sobre sus talones para disponerse a dejar la habitación de.
–¡Saynee! – Miyuki la llama repentinamente de forma linda antes de que salga lo cual le hace sentir escalofríos.
–¡Sí! – En un tonto movimiento torpe Sayaka regresa sus pocos pasos atendiendo rápidamente a su apodo.
–¿Me ayudas con la cremallera, por favor? – Miyuki fue hasta ella.
Mientras Sayaka trago saliva, y torpemente asienta tratando de no verse intimidada por aquella petición.
–S…Si, Si claro…–
Miyuki le da la espalda recogiéndose su cabello y haciéndolo hacia enfrente de ella dejando libre su espalda mirándola con el rabillo del ojo. No había aparente perversión en su petición, como usual mente es esta coqueta mujer. Así que Sayaka se acerca un poco más a ella temerosa, y movía sus manos como no atreviéndose a tocarla cuando por fin estuvo completamente detrás de ella.
Sentía de pronto un calor intenso invadiendo su cuerpo al ver de tan cerca la espalda semi descubierta de la chica y con mucha delicadeza deslizaba el cierre de aquella cremallera mientras tragaba saliva, apretaba sus dientes y después labios que ahora le temblaban sin su consentimiento. Las palabras de Jurina vienen ahora a su mente y sabe que no estaba del todo equivocada. Desearía que fuera suya pero algo se interpone entre su deseo y ella.
-Ya está.- Dijo volteando hacia otro lado y dando pequeñas miradas involuntaria a su humanidad.
El vestido flojo era detenido por  los brazos al frente de Miyuki, quien se dio la vuelta repentinamente, teniendo muy cerca a la agente.
–Gracias –Con una radiante sonrisa  le agradece  dándose cuenta del nerviosismo que ahora invadía a Sayaka.
Esta se sobre salta por ver un poco más abajo el escote del vestido dirigiendo su vista hacia otro lado, lejos de la repentina mirada erótica de la chica que tenía enfrente. Se siente frágil dentro de ella,  siempre esa expresión en ella fue tan natural  que ni siquiera se da cuenta que lo hace.
–¿Sayaka? – Dijo su nombre acercándose a ella y haciendo la retroceder como intentado no saber que le sucede fingiendo ingenuidad.
–¿S…si? –
–Gracias por lo de hoy–
–N...No…No hice nada especial, no sé de…de que hablas. – Respondió ya viéndose atrapada entre la puerta y la poca distancia que quedaba entre Miyuki y ella.
–Lo hiciste,  como siempre, como aquella vez en el campo minado o debo recordar también ¿el parque? Siempre te arriesgas para que todo salga bien–
–No tienes nada que agradecer, es mi trabajo. –
–Huuum, ¿de nuevo? –
– ¿De nuevo Qué? –
–¿Desde cuándo me volví algo cotidiano en tu vida? –
–Desde que eres la hija de…. – Trata de responder enmudeciendo al instante interrumpida por Miyuki
–¿A sí? – Miyuki dejo caer el vestido ante la media respuesta obviándola.
Puede que en un pasado fuera justificable su comportamiento, pues su madre era la directora del colegio al que asistían ambas antes de fallecer. Y ahora la historia se repite pero con su padre como el Director del departamento de investigación en el cual ella y Jurina son su mano derecha las cosas son mucho muy distintas, además no solo es eso.
Sayaka obvio se inquieta por ver ese vestido caer el piso y admirar esa preciosa y provocativa lencería.  De pronto comenzó a temblar y a verse frágil ante la sutil insistencia de Miyuki.
– Déjalo ir – Sayaka no le respondió nada, solo fue juzgada por su silencio por parte de Miyuki –No fue tu culpa – Le dijo recortando completamente la distancia haciendo topar a la otra chica con la puerta cerrada y poniendo sus manos sobre sus hombros. Había otorgado una clara invitación a Sayaka para manifestar eso que celosamente guarda dentro de ella y es bastante obvio no solo para ella sino para otras personas.
–No debería, yo no pu…– Pero un par de dedos sobre sus labios cortan sus palabras.
–Si no te importo, ¿por qué me cuidas tanto? – El silencio por parte de Sayaka era acompañado de una mirada perdida y comenzaba a perder el control de sí misma – ¿Por qué te resistes?– Miyuki le pregunta tomándola de ambos lados de su rostro haciendo que la mirara directamente a los ojos.
Sayaka no es más alta que Miyuki, son perfectas una para la otra, de hecho Miyuki lo es un poco más, pero es mínima la diferencia y como se había despojado de sus tacones las botas de piel de Sayaka la hacía ver ligeramente hacia abajo.
Su cuerpo temblaba completamente, no se había sentido tan vulnerable desde aquellos días en la preparatoria donde al reconocer a Miyuki su vida dio un giro total y ahora sabe que nunca pudo olvidar del todo.
Miyuki era una seductora perfecta, su arte natural, dueña de una eterna sonrisa y ojos manipuladores era todo lo que Sayaka pudiera pedir para caer en su encanto. Siempre supo cómo doblegar su indiferencia y avergonzarla con facilidad. Antes se mofaba de poseer un temple de acero y un carácter frio. Mucha seguridad y perfección en lo que hacía, pero cuando volvió a encontrarse por segunda ocasión con Miyuki, torpe era una palabra insuficiente para describirla.
Así, dejándose llevar después de mucho tiempo, recordando ese pasado que se empeñó en enterrar, resurge un sentimiento de posesividad reclamando lo que siempre ha rechazado. Era consciente de lo que ocurría, de cómo poco a poco se acortaba la distancia  de sus rostros entre ellas por aquel movimiento orquestado por Miyuki la cual aún tenía las manos en su rostro. No podía luchar más contra ella misma,  ante ella tenía a su delirio, su culpa.
Ya se había dado cuenta de que estaba completamente indefensa pero perdió la noción del tiempo y el espacio cuando se vio envuelta en un beso tímido donde únicamente tocaban sus labios.
Era tarde para ignorar que lo disfrutaban cuando en la lentitud de Sayaka entre abrió su boca y correspondió de forma profunda ese beso que comenzó inocente. Frunció un poco su ceño al sentir un poco de dolor, pero era un dolor que le hacía sentir que todo era real.  Supo que estaba todo perdido cuando sus manos se movían por si solas y tocaban cálidamente la espalda y la cintura desnuda de la chica mientras la pegaba completamente a su cuerpo. Las manos de Miyuki desaliñaban el cabello corto perfectamente arreglado de Sayaka y tomaba respiraciones profundas cuando el beso comenzó a intensificarse.
Miles de emociones venían al cuerpo de cada una, y poco a poco se dejaban llevar por aquello que sentían,  estando lejos de Japón se siente menos culpa. Sayaka camino sin separarla de su cuerpo hasta la cama y bajo su juicio nublado abandono los labios y beso las clavículas empezando a marcar un camino bien hecho reconociendo un cuerpo que le daba la bienvenida nuevamente. Un gemido por parte de Miyuki que se abrazaba con fuerza al cuerpo de Sayaka, le hizo saber lo que estaba haciendo una vez arriba de ella. Dejo de explorar la parte baja del cuello, muy cerca de sus pechos. Y se reincorporo separándose de ella pero estando aun encima. Su rostro estaba asustado y su respiración en extremo agitada.
–Lo siento, lo siento– repetía varias veces, levantándose de la cama. –Lo siento– Hizo una reverencia y salió prácticamente corriendo de ahí.
–¡Sayanee…!– La llamo rápidamente Miyuki apoyándose sobre sus codos levantando medio cuerpo, pero fue inútil, solo vio cómo se cerró la puerta. –¡Idiota!– Exclamo al no ser escuchada, volvió a recostarse mirando el techo y arrugando las  sabanas con impotencia.
Al cerrar la puerta, Sayaka puso sus manos sobre su rostros como ahogando un grito frustrado. Camina para alejarse de ahí con su corazón acelerado dirigiéndose a la cocina muy agitada. De ninguna forma posible podría dormir y en todo el camino hacia allá, se flagelaba mentalmente no perdonándose lo que acaba de hacer. Al dar la vuelta para entrar a la cocina se topó con Jurina, pegando un brinco de susto.
–¡Jurina/ Sayaka!– Dijeron ambas al mismo tiempo.
– ¿Tampoco puedes dormir? – Pregunta Jurina con un vaso de leche en su mano.
–¿A qué te refieres con “tampoco”? – Sayaka devuelve la pregunta malhumorada.
–No es obvio, ¿qué te sucede? estas muy a la defensiva –
–Nada –  dice entrando completamente.
–¿Nada? – Se pregunta Jurina más para ella misma que para Sayaka, viendo como entraba apresurada.
–Sí, nada– Responde más irritada y Jurina vuelve regresa sus pasos a la cocina.
–Disculpa mi atrevimiento, pero te conozco desde que entraste a la academia, y nada es mucho.–  Dijo poniendo una buena razón para preocuparse por la actitud de su amiga, nunca le había visto esa expresión en su rostro –¿Se trata de Miyuki, verdad? – Pregunto ya sin duda.
–¿Qué? – Susto era poco para lo que había en su rostro.
–Ehhh, ¿acerté? –
– No he dicho nada–  Sayaka evadía a Jurina mientras se servía un vaso con agua.
–No hace falta que lo digas, yo lo sé–
– ¿Eh? ¿Y qué es lo que según tú sabes? –
–Jaja, ¿vas a jugar con migo a preguntas y respuestas? Simplemente no me engañas el 80% de lo que supongo es verdad, todo el tiempo –
Siendo su mentora en este asunto de investigación, Jurina le había enseñado prácticamente todo lo que sabe en cuestión de interrogatorios, sin mencionar que era una de las mejores investigadoras.
– ¿Quién te hace pensar eso? –
–Pues, voy a ser honesta contigo.  Un campo minado, fuegos artificiales ¿Creíste, qué solo el sospechoso de parque se dio cuenta?– Confiesa –Siento mucho no poder ignorarlo, pero solo verte como la miras, como desconozco a mi compañera cuando está presente ella, tu forma de decirle a todo aquel que se atreva a mirarla que le costara caro acercarse a ella. Y ella, como te mira, como se defiende de tu sarcasmo hiriente que creo yo es la forma en que le demuestras aprecio pero, estoy cansada de sus peleas sin sentido aunque a veces pueden llegar a ser divertidas. Quise ignorarlo pero me di cuenta de que te mueres por ella – Sayaka escuchaba atentamente las palabras de Jurina, no cabe duda que es de las mejores. –Ella hoy se vistió especialmente para ti–
–¿EHHH?¿Eh? ¿Cómo lo sabes? –
– Lo supe desde que bajo por la escalera y no dejaba de mirarte. Solo un ciego y sordo no podría entender las indirectas que se han mandado todo este tiempo. Solo acepta que la quieres y ya–
– No es tan simple, es la hija de Direc…–
– Yo no veo a ningún director por aquí– La interrumpe haciendo señas de buscar a su  jefe poniéndose una mano sobre la frente y mirando a todas partes. –Eso lo sé, pero ¿y? –
– ¿Cómo que “Y”? –
–No es su padre verdadero…–
– Eso lo sé pero, no solo es eso–
– ¿A no?, ¿Hay algo más? –
– Me sorprende que no lo sepa, sensei–  Le dice en broma y completamente desarmada.
– Bueno, yo solo te puedo decir lo que veo, en lo que concierne a ti en un “aquí y ahora”. No tengo derecho de inmiscuirme en tu pasado mucho menos en el de ella–
–Sabes que ella y yo nos conocimos en la preparatoria…–
–Ahá, ¿Y? –
–Entonces, ella murió…– Murmuro con pesar en su rostro.
–¿Ella?,  ¿te refieres a su madre? ���
–Miyuki quedo devastada y me sentí culpable y aun me siento culpable, además durante el funeral estaba muy bien acompañada– Dijo con una mueca de desagrado en la comisura de sus labios.
– Pero no fue tu culpa ¿O sí? –
–El día del final del festival de verano, yo estaba con su madre, la directora, y ella después de muchos problemas me dijo que cuidara de Miyuki, que estaba bien si la quería y que no le importaba. Me dejo estar con su hija pero cuando salí a buscarla, apenas si iba bajando las escaleras del área de la dirección las alarmas de incendio se activaron, comenzó a incendiarse todo el lugar... Acudí  en su auxilio pero no pude rescatarla… Desde ese momento hasta ahora he sentido que lo fue… En el funeral ni siquiera pude acercarme a ella y estaba bien acompañada por un hombre–
–Mira, es cierto que he hablado con Miyuki de esto, ella me hablo de algo mientras tú estabas en el campo minado y cuando la lleve a casa después de estar contigo en el hospital– La mirada de Sayaka era de desconcierto – Honestamente no sabía de esto, pero ella estaba verdaderamente vulnerable, le importas ¿De qué forma quieres que te lo diga? Entiendo, puedo comprender tu culpa, pero sí entre ustedes dos existe un pasado ¿Cómo puedes ignorarlo? –
–Antes podía, aun los últimos meses pude distanciarme de ella lo suficiente, tomando mi lugar como una simple alumna y renunciando al consejo estudiantil–
–¿La dejaste sola?…–
–Al pasar el tiempo, ella se volvió fría y también solo me hablaba para lo necesario y cuando quería entretenerse, solo… Parecía jugar conmigo. Nos graduamos y no volví a saber de ella… hasta que supe que nuestro jefe la había adoptado además seguía con el mismo hombre del funeral y juraba que se había casado…–
–Eso explica tu comportamiento todo este tiempo, crees que ella y el tipo…–
–No lo sé, viéndola coquetear con el sujeto del otro día, me da mucho que pensar, es por eso que antes podía, pero hoy…–
–¿Hoy? –
–Rayos ella es tan persuasiva, no me guarda rencor pero a mí me cuesta tanto trabajo verla y no sentirme mal…–
–¿Qué paso hoy? –
–Me deje llevar y…– Sayaka Suspiro más con culpa que con satisfacción mientras Jurina obviaba lo que diría.
– ¿En serio? – Jurina no se sorprende, está claro que lo que hay entre ellas no fue un simple juego de adolescentes y parece un bomba que aguarda el momento perfecto para explotar –¿La quieres? –
–No–
– ¿No? –
–Para ella es fácil seducir a cualquiera–
–¿Crees que ella te engañó con aquel chico y ahora intenta jugar contigo?–
–Lo creo, además el director es… mi tío–
–¡QUE! –Jurina escupe el líquido que bebía.
–Ese es otro de los motivos por los cuales debo dejar en de pensar en ella, pero debo cuidarla al mismo tiempo–
–Ahora comprendo tu desaparición después de que nos dijeron que vendríamos a España, supongo que hablaste con él de esto–
–Sí–
–Él, sabe…que–
–Sí, lo sabe todo y hoy no puedo darme el lujo de fallarle también a él. Es el único familiar que me queda–
–Pero tú la…–
–No, no lo digas y creo que es suficiente por hoy, vamos a dormir  en algunas horas vamos a las oficinas de investigación y te recuerdo que no tenemos auto–
–Ya se–
–Hasta mañana, te vas directo a tu habitación he~~…–
–No fastidies–
Sayaka sabe ahora que Jurina le recordara cada que tenga oportunidad lo que le acaba de contar, pero ahora no sabe qué hacer con lo que hizo anteriormente.
Miyuki, después de que su madre murió, en el funeral estaba con un chico que parecía más que su amigo. En aquel tiempo ella la quería de verdad pero a Miyuki no le importó. Después de todo aquello que ocurrió, no volvió a saber nada de ellos hasta hace poco en la oficina del director cuando la nombro forense de la unidad, vio la foto en su escritorio.
Devuelta por el pasillo,  vuelve a toparse con Miyuki al parecer nadie puede dormir en esa casa. Después de lo que habían hecho hace unos instantes no podían verse con normalidad, bueno al menos por parte de Sayaka. Continuaron caminando por el pequeño pasillo.
–Ojala pudieras ser más amable conmigo y honesta contigo misma Yamamoto–
Le dijo repentinamente al pasar junto a ella y deteniendo sus pasos, ahora traía puesta su pijama más modesta pero de igual forma dejaba ver mucha piel. Sayaka se paró en seco al escuchar eso quedando casi hombro con hombro.
–Lo siento, a diferencia de ti, yo no puedo decir lo que pienso con facilidad, lo siento Miyuki– Dijo finalmente y continúo su camino hacia su habitación dejando a la chica parada en medio del pasillo meditando si perdonar tanta estupidez o darse por vencida.
+++Oficinas principales de investigación+++
Al siguiente día, presentándose ante el Jefe del departamento, viendo a dos de ellas golpeadas se molesta muchísimo por el hecho y  por llamar la atención en aquel lugar.
–¡PERO QUE COJONES ESTAIS HACIENDO! Me dijeron, ¡NO! ¡Me aseguraron, me perjuraron que sois las mejores de Japón!, Tokio específicamente ¿y qué esto? ¿¡Debo salvarlas de  mi  comisaria por una pelea de gatas!?–
–Director, – Toma la palabra educada mente y con encanto Miyuki –Lamentamos este pequeño incidente–
–¿LO LAMENTAN?, el departamento debe pagar 20mil euros por los daños al local–
–No fue nuestra culpa, ellos iniciaron todo, además  los tipos de aquel lugar son miembros de alguna organización–
–¿Que sucedió? ¿Dijeron el nombre?– Pregunto más tranquilo el Jefe por las palabras de Jurina.
–No, salió a relucir cuando logre mantener una conversación con el que parecía el Jefe y casualmente logro escapar del lugar –
–Prosigue Matsui–
–Menciono a alguien que se le recordaba mi rostro y a una acompañante…–
–¿Dijo quién?–
–No, solo que se rumoraba ser la hija del dueño–
–¡Sebastián!– Grita de la nada sobresaltando a la chicas.
–Si señor–
–¿Aún están los tíos en las celdas?–
–Si señor–
–Que los pongan en interrogatorio–
–Pero solo están detenidos por riña señor–
–Me importa un…. Los quiero ahí–
–Bueno a uno le encontraron 10gr de Cocaína–
–Eso es suficiente…–
–En realidad no–
–¡Dije que es suficiente coño! –
–Pero…–
–¿Quién es el jefe con un  demonio? –
–Enseguida voy…– El asistente se retiró pensando en cómo incriminarlos para justificar un interrogatorio.
–¿Y por qué empezó la riña? –
–Señor, uno de los sujetos…– Sayaka estaba avergonzada por el hecho mientras las otras chicas intentaban no reír –Toco uno de mis glúteos y me hizo insinuaciones sugestivas. Entonces lo golpee señor y no venía solo, así fue como todo comenzó–
–Esos tíos, seguro que ahí sigue siendo una de sus madrigueras ¿Cómo fue que les confeso todo eso?–
–Él lo dijo en presunción, ser el encargado del lugar creyendo que nosotras éramos simples universitarias–
–Al menos hicieron algo productivo, ustedes dos, – Señalo a las agentes –vamos a la sala de interrogatorios, y usted– en un tono más sereno le dijo –Vaya a los laboratorios necesitan de su asesoría–
–Claro– Miyuki sonrió y salió de la oficina del Jefe, dejando a las otras dos agentes ahí como regañadas.
***Sala de interrogatorios****
–¿Quién es el que la ultrajo agente? – Pregunto el jefe.
Los detenidos se encontraban en la sala y los observaban desde el cristal del cual se podían aprecie bien. Sayaka los miraba uno por uno hasta encontrar a su agresor.
–Es él– Diciendo el número del agresor –el cinco–
–¡Sebastián! –
–¿Señor? –
–¿Quién es el que tenía cocaína en su posesión?–
–El tres señor–
–Bien, entonces quiero a ese y a ese guardados, no pueden salir bajo fianza ¿entendiste? –  
–Sí, señor, pero a uno se le imputara la posesión de drogas pero ¿al otro? –
–Estos tíos son unos miedosos cuando vena un policía, vamos a darle una sorpresa hasta el lunes, por ahora acúselo de daños al pudor–
–Entendido– El oficial asistente del Jefe se retira a cumplirlas ordenes dejado a las otras chicas ahí.
–Y ustedes, tómense un descanso. Las veré de nuevo el lunes. Pueden irse–
–Con su permiso señor– Dicen las chicas anisómeramente.
 ****Ya fuera de las oficinas*****
Ellas se dirigen al corralón donde la policía llevo el auto. Siendo sábado y el estar reprendidas ambas agentes  las hacia libre al menos esta tarde y Jurina recordó tener un asunto pendiente.
–Yo debo ir con la maestra– Dijo Jurina.
–Oh es verdad. Al paso que vas puede que pases todos los exámenes–
–Cállate, tú deberías arreglar las cosas con la forense– Hoy no se han dirigido la palabra, ni ha escuchado Jurina ninguna pelea.
–No lo creo posible, va verse con el tal “Enrique” –
–¿Cómo lo sabes? –
–Escuche por accidente cuando hablaban por teléfono–
–¿Por accidente?–
–ACCIDENTE DIJE–
– Esta bien, está bien fue un “accidente” ¿Y piensas dejarla así sin más?–
–Si– Respondió ella como si de verdad no importara –No, no he estrenado esa motocicleta y aprovechare para dar un paseo mientras ella sale de los laboratorios la vigilare muy de cerca, ese sujeto no me da buena espina–
–No esperaba menos de ti–
–Entonces ¿me llevas a casa? – Le pregunto Sayaka.
–Ya que~~–
–¡Oye! –
Las agentes se retiraron del lugar para cumplir cada una con sus actividades programadas. Al despedirse  ya en la salida de su casa, una en la moto y otra en el auto. Sayaka le recuerda algo muy importante a Jurina.
–Ten cuidado, es la maestra y te recuerdo que ella si entra en las reglas de la Universidad–
–Todo está bajo control– Dijo guiñándole el ojo, como hace mucho no lo hacía.
 ***Quinta avenida**
Jurina estaciona el automóvil sobre esa avenida en un lugar hecho para aparcar. Con lestes oscuros y su cabello recogido, daba un aspecto más grande de lo que en verdades. Caminaba buscando el salón que la Maestra le menciono ubicándolo del otro lado de la acera. Cuza de la calle fijándose que no venga ningún auto y llaga a las afueras de una elegante puerta de cristal. Un señor de altura media le hace parase.
–Hola, ¿se le ofrece algo? –
–Pues, vengo con la Maestra Matsui ¿La conoce? –
–¡Claro! Ella vive en el edificio de aquí a lado– Jurina gira su cabeza un poco y ve un edificio también con arquitectura hermosa y elegante. Devuelve su vista al señor un poco sonriente por el extra de información –Mucho gusto, mi nombre es Samuel, y soy el portero y el recepcionista del salón–
–Oh, eso bueno saberlo–
–¿Y, usted… es? –
–Jurina, Utagawa Jurina–
–Mucho gusto de nuevo Jurina– El señor es un poco parlante pero parase buena persona –¿Entonces usted busca a la Señorita Rena? –
–Sí, así es…–
–¿Ella le mando llamar? –
–Algo así…–Jurina ya se encontraba algo abrumada por las preguntas consecutivas del portero.
–Entonces no se diga más, pase usted–
Jurina un poco inquietada por tantas preguntas, que por un momento casi se invierten los papeles de investigación, agradece con pequeñas reverencias y entra en el recibidor de ese salón.
Aparentemente no hay nadie, pero tiene mucha iluminación por lo cual no se quita los lentes ya que no hay diferencia entre afuera y dentro. Camina sin saber a dónde ir, conforme lo hace,  mete sus manos a las bolsas de sus jeens y mira hacia todas las direcciones posibles, daba el aspecto de ser una galería y tenía innumerables cosas dentro, aunque solo se podía observar por un par de puertas de cristal
Cuando llega a una habitación muy amplia, mucho más grande que las demás, sobre un andamio  no más de dos metros encuentra por fin a su maestra. Abre una de las puertas sin hacer mucho ruido. Una vez dentro se queda quieta admirando la majestuosidad que tenía frente allá. Retira lentamente sus lentes oscuros de sus ojos asombrados de que una mente y unas manos humanas puedan hacer eso. Un bello mural que de alguna forma le trasmitía un sentimiento  indescifrable.
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xlemonciel · 7 years
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¿Qué preferirías? ¿Pasarte 13 años transformada en rata o 13 años encerrada en Azkaban? 🌚
Sin duda prefiero ser una rata, al menos estoy libre y no encerrada con un montón de dementores(?)
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goticahq-blog1 · 8 years
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this is definitely not a city for nice people!
En nombre del Alcalde de la ciudad y sus demás funcionarios, te damos la bienvenida a Gotham, MEGARA JACOBS. Estamos conscientes de los rumores que circulan sobre nuestras amadas calles, sin embargo, podemos asegurarte que no tienes nada de que preocuparte, Son historias pasadas, cuentos de una Gótica que ya no existe. Ahora una nueva era llena de gloria se cierne sobre nosotros. El Caballero de la Noche, junto al cuerpo policíaco están aquí para velar por tu seguridad. Esperamos que goces de una agradable estancia.
¡Buen día, ARYA! Agradecemos que hayas decidido unirte a nuestro roleplay. A partir de éste momento posees 24 horas para enviarnos la cuenta de su personaje, las cuales podemos expandir en caso de ser necesario. ¡No te olvides de seguir todos nuestros tags y de estar atenta a cualquier anuncio que podamos hacer!
PARTE OOC
PSEUDÓNIMO CON EL QUE TE CONOCEREMOS: Arya. EDAD: Diecinueve años. NACIONALIDAD Y ZONA HORARIA: Argentina ( GMT -3 ). NIVEL DE ACTIVIDAD QUE CREERÁS TENER (Puedes usar escalas, si lo ves más fácil): Un 7/10 diría, por lo menos mientras siga de vacaciones. ¿CONOCES ALGO SOBRE EL UNIVERSO DE DC? (La respuesta no afectará la audición, simplemente nos servirá para adaptar el roleplay al conocimiento de nuestros usuarios): Considero que sí, sé algo. No soy una gran fanática que vio todas las películas y leyó todos los cómics, pero todo ese mundo siempre me agradó y tengo un conocimiento bastante amplio. ¿ACEPTAS CONTENIDO NSFW? ¿POSEES ALGÚN TRIGGER QUE CREAS CONVENIENTE MENCIONAR? (A la sangre, la violencia, tortura, entre otros): Acepto contenido nsfw. Y un trigger sería la tortura demasiado gráfica, y las imágenes de arañas. ¿HAS LEÍDO LAS REGLAS?: Así es. ¿ALGO MÁS QUE AGREGAR?: Sé que ya lo mencioné anteriormente, pero enserio me parece una trama súper interesante y espero que tenga mucho éxito porque lo merece.
PARA CIVILES
¡Pero si es MEGARA “FOX” JACOBS! La DESOCUPADA de veinte años, oriunda de GOTHAM CITY. He escuchado que puede ser VALIENTE, INTRÉPIDA y PERSPICAZ, como también; INSUBORDINADA, AGRESIVA y DESHONESTA. También se parece bastante a IVANA BAQUERO, ¿crees que sean gemelas?
¿TIENE PODERES? (De ser así, mencionarlos): Fuerza y agilidad superiores a un humano promedio. Sana rápidamente. Control mental ( inestable ). ¿QUÉ OPINA DE LOS METAHUMANOS? (¿Está a su favor o en contra?): Ella es un metahumano, o por lo menos eso es lo que cree. Por lo que no puede estar contra ellos, aunque tampoco se considera a favor, y eso se aprecia claramente en su personalidad y estilo de vida.
CUATRO DATOS SOBRE LA VIDA DEL PERSONAJE.
Producto de una aventura entre una humana promedio ( su madre ) y un curioso hombre proveniente de otro planeta ( su padre ). Megara nunca conoció a su padre, pero él definitivamente dejó gran parte de sí en la pequeña niña. En sus primeros años de vida, comenzó a demostrar particularidades que la diferenciaban de los demás niños, de los demás humanos. Su madre, apasionada científica, se encontraba maravillada de que el experimento hubiese dado sus frutos… sí, experimento. Ella no quería una hija, quería un sujeto de prueba, ansiaba descubrir si era posible engendrar un metahumano, y así fue. Viendo que Meg era extraordinariamente fuerte, las pruebas no tardaron en llegar, la vida de una niña de ocho años se vio opacada por exámenes, laboratorios, entrenamientos, tortuosas horas en aquella máquina que, según su querida madre, “perfeccionaría su cerebro”. Y, definitivamente, así lo hizo. No hubo escuela, ni juegos, ni tardes en el parque para la joven Jacobs. La noticia que más alumbraba sus días, probablemente era que era la hora del almuerzo, o que estaba enferma, entonces no podía ingresar en la máquina. Máquina a la que denominó, y aún la recuerda como: Inferno.
Aún recordaba aquel día, su cumpleaños número dieciséis. Esas fechas habían perdido todo significado ya, ¿quién festejaría el cumpleaños de una rata de laboratorio? Su madre seguramente no. En alguna parte de su recóndita y oscura cabeza, lo planeó. Por largos años lo planeó, y finalmente, lo hizo. La fuerza de voluntad floreció de algún lugar que creía inexistente, pero se abrió paso con violencia por su cuerpo. Repartió golpes, uno tras otro, noqueando a cada persona dentro de aquel asqueroso lugar; recordando cómo cada uno de ellos había profanado su cuerpo de una manera distinta, ya fuese con agujas, tratamientos, incluso palabras. Finalmente, llegó a su madre. La aterrada mujer observaba a su hija escondida detrás de un escritorio, arma de fuego apuntando en su dirección. Pero qué inútil fue, ¿qué podía hacer un arma, contra un cerebro perfeccionado como el de Megara? Sus puños impactaron una y otra vez contra el rostro de su madre, la sangre empapando sus nudillos. Y quiso matarla. Claro que quiso hacerlo… pero no lo hizo. ¿Por qué otorgarle aquel regalo? Aquella mujer merecía sufrir, tanto como la había hecho sufrir a ella. Aún recuerda perfectamente lo que le dijo: “Mamá, es hora de que veas a tu experimento en acción. Soy el mounstro que tú creaste.” Y fue así, como logró enloquecer a la científica que le había dado la vida. Sin siquiera saber cómo funcionaba, manipuló sus pensamientos e ideas hasta que la quebró, como si su cerebro se hubiese freído. Así fue como Kimberly Jacobs fue encerrada en el Manicomio Arkham.
Libre de su antigua vida, pero presa de su propia inestabilidad, Megara necesitó buscar una nueva forma de ganarse la vida. Sola en las calles, perdiendo su cordura a cada paso que daba, encontró la solución en una lluviosa tarde de verano: pelear. No importaba por qué, para quién, o cómo, pero ella lo haría. Nunca conoció la existencia de la moral, lo que está bien y lo que está mal. Sorprendentemente, aquello le resultó más que ventajoso. Un día ayudaba a un detective en aprietos, al otro, cobraba dinero para la mafia rusa. No importaba qué hiciera, siempre que lo estuviera haciendo. Finalmente, decidió que era momento de esconderse en las sombras, si continuaba de esa manera, terminaría detrás de las rejas… y ese lugar, definitivamente la haría perder la cabeza. De esta manera, su nombre comenzó a sonar en las calles como “Fox”, debido a que era tan astuta y a la vez traicionera como un zorro. Aliada de los villanos, y de los héroes; de todas las organizaciones y a la vez de ninguna. Si alguien requiere ayuda, por un cómodo precio Fox estará allí, utilizando aquella túnica bordó tan característica, haciendo uso de todas y cada una de sus habilidades. Ha logrado ser reconocida, ya que es inusual que en las calles de Gotham exista alguien tan inestable en cuanto a alianzas, pero sin embargo, siguen recurriendo a ella. Sus capacidades de combate son excelentes, y sus habilidades mentales se desarrollan cada vez más. Aunque, al final del día, cuando tiene que inyectarse drogas para poder dormir y acallar su cerebro, ahí es cuando la oscuridad la abraza una vez más. No hay héroes, no hay villanos, no hay nadie más que ella, en completa soledad y sin nadie que le susurre un “buenas noches”.
Debido a que se trata de una persona que vivió la mayor parte de su vida en un laboratorio, su personalidad se forjó en los últimos cuatro años, provocando así que aún mantenga rasgos notorios de adolescente; como su impredictibilidad y sus intenciones de tomarse las cosas a la ligera, resultándole imposible preocuparse por las cosas que los demás parecen tomar tanto en consideración. Por esta razón, no puede aliarse a los héroes. Al mismo tiempo, es incapaz de tomar vidas. Puede romper cada hueso del cuerpo de una persona, pero nunca acabaría con una vida; por lo cual hace inimaginable la idea de que se mantenga entre los villanos. Dueña de una personalidad seductora y explosiva, como si se tratara de una bomba de tiempo. Ignorante de pies a cabeza, nunca asistió a la escuela, los pocos conocimientos que posee sobre aritmética y la literatura, los adquirió a la fuerza en el laboratorio. No sabe cómo comportarse en la sociedad, porque nunca vivió en una. No sabe cómo ser una persona. Poco a poco adquiere conocimientos que los demás consideran innatos, como por ejemplo, que debe pagar la comida antes de llevársela de una tienda. A veces, cree escuchar a su padre hablarle, como si pudiera comunicarse con él en sueños, aunque cree que se trata simplemente de eso: un sueño. No negaría que tiene ansias de conocer a aquel hombre que le arruinó la vida desde el momento en que se la dio, quizás incluso poder encerrarlo junto con su madre. Aunque, cierto es, que necesita alguien que la guíe, consciente de que cada vez se está hundiendo en un hoyo más profundo y oscuro del que duda poder salir. Y sólo está viva hace cuatro años.
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