Tumgik
#además para ese punto ya era un demonio así que los dientes se le habían afilado un poco y podía morderlo más fácil ah
malkaviian · 8 months
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Algo random but, a Blade le gustaba mucho dejarle chupones y mordidas a Beau (es algo que le gusta hacer en general lol), pero como no podía hacerlo en lugares muy obvios como el cuello, solía dejárselos en el estómago y los muslos-- y hasta le gustaba más porque eran lugares más privados e íntimos uwu
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maeda-ai · 3 years
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Into the shadows _C8_
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Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Ichigo & Rukia
Sinopsis: Rukia, con sus hermosos ojos fijos en aquella silueta semi-humana oculta entre las sombras, solo quería comprender, pero más que nada, conocer a aquel que le hacía el amor noche tras noche. . . en sus sueños.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 8 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Los encuentros íntimos entre ambos jóvenes se habían tornado casi constantes, sin mencionar intensos y hasta peligrosos. . .
Hacer el amor en la terraza de la escuela, donde podían ser descubiertos en cualquier momento y por cualquiera. . . sin duda era muy excitante, pero también estúpido ya que a ninguno de los dos parecían importarles las consecuencias.
De cualquier forma, las entregas que Kuchiki más disfrutaba sin duda eran aquellas en la intimidad de su habitación, cuando Ichigo se escabullía a su recamara con sigilo, la despertaba con besos y carias suaves y al verlo, sus ojos miel centelleaban, pero también algo más fuerte que ella aun no se había animado a descubrir.
Y en ese momento precisamente se estaba llevando a cabo una de las entregas que a Rukia tanto le gustaban.
Ichigo había entrado en su habitación. ¿Cómo?, ¡ quién sabe !. Todo estaba total y perfectamente cerrado.
""Seguro que para un demonio como él, un cerrojo no es nada.""
Pensó la ojivioleta, sintiendo las grandes manos del muchacho delineando su frágil figura.
La hora no la sabía, pero aun estaba oscuro. Suponía que debía ser de madrugada pues estaba refrescando.
""Pero aquí adentro pronto se desatará un incendio.""
Pensaba Kuchiki, sonriendo ante lo que sabía, sería una exacta predicción.
Pero Ichigo estaba un tanto extraño esa noche.
* Estás muy callado. *
Susurró la joven, clavando sus hermosos ojos en los del pelinaranja, quien, como respuesta, le sonrió ligeramente. Rukia dobló las cejas. Esa sonrisa era tan falsa.
""¡ Es la sonrisa más triste que haya visto en mi vida !.""
Pensaba. Y se le rompía el corazón porque era Ichigo quien se la dedicaba.
* Ichigo, ¿qué?. . . *
La voz de la chica se apagó de pronto; Kurosaki le había plantado un beso desesperado y Kuchiki no pudo cuestionarlo más, no cuando el beso se estaba tornando tan apasionado.
Por esos instantes, la pelinegra se olvidó de todo aquello que no fuese su apuesto compañero, cuyas manos expertas la despojaron de su minúscula bata de dormir mientras las braguitas fueron destrozadas de un leve e insignificante tirón.
Los dedos del Kurosaki, ya sin obstáculos, acariciaron la intimidad de su acompañante, encendiéndola casi de inmediato. Definitivamente, hoy el pelinaranja estaba muy ansioso, pero no por ello apresurado, al contrario, se tomó su tiempo en brindarle placer a su bella novia. Primero con los dedos, mimando aquella parte del cuerpo femenino, tan delicada y suave, llevando a Rukia hasta el éxtasis en un par de veces, a pesar de la travesura de detenerse justo cuando ella estaba a punto de llegar al orgasmo, frustrándola. Si no lo hubiese hecho, Rukia seguro habría tenido cinco maravillosos orgasmos.
* I-Ichigo, eres mmm. . . *
Kuchiki hablaba entrecortada debido a su reciente clímax.
Él la miró. Una sonrisa traviesa le cruzó el rostro poco antes de inclinarse sobre ella y regalarle un beso fugaz.
* Te quiero !. *
Le dijo ella; sus ojos titilantes y las mejillas sonrosadas.
Al escuchar a su compañera, la sonrisa del muchacho se suavizó, volviéndose gentil. El corazón de Kuchiki latió con fuerza ante ese gesto tan sencillo. Estaba tan embelesada que ni siquiera se percató cuando el pelinaranja se acomodó entre sus perfectas y torneadas piernas, frotando su verga contra la vulva.
* Estás mojada !. *
* ¡¡ Estoy ardiendo !!. *
Le dijo ella.
Rukia buscó casi con necesidad los labios del demonio, aferrándose a él, sin poder soportar los centímetros que los separaban.
Ansiosa, incluso más que el pelinaranja, la chica de ojos violetas comenzó a mover las caderas, buscando casi con desesperación el roce con la masculinidad del Kurosaki.
* Ichigo, onegai !. . . ¡ no puedo más !. . . *
El chico la miró serio. Aunque no lo demostrara, él estaba igual o peor que ella. La deseaba con locura, pero temía tanto lastimarla.
""Y esta noche debe ser perfecta, no puedo arruinarla por no ser capaz de controlar mi lujuria y deseo por ella.""
Pensaba el pelinaranja, para luego sacudir la cabeza. No era el momento de divagar, sino de entregarse a la bella humana que lo deseaba con desesperación, con todo su ser.
Así, el joven demonio colocó la punta de su pene justo en la entrada vaginal de la pelinegra, presionando ligeramente, clavando solo la cabeza de su miembro viril... permaneciendo unos segundos así.
La pelinegra se estremeció y soltó un ligero jadeo.
¡ Dios, esto era el cielo !. Pero no tuvo tanto tiempo para armar metáforas, pues de pronto, Ichigo empujó las caderas, clavando totalmente la verga en el pequeño cuerpo de Kuchiki, quien arqueó la suave espalda ante tanto gozo que recibía de golpe.
Casi de inmediato, Ichigo impuso un balance de caderas que ella estaba más que dispuesta a seguir. Era un baile en el que sus cuerpos se fundían hasta formar uno solo, unidos por el placer y el deseo.
Probaron algunas posiciones, pero se acoplaron perfectamente cuando Kuchiki terminó arriba del pelinaranja, prácticamente brincando sobre la verga de su amante, imponiendo ella el ritmo y la fuerza.
Pero su insofocable excitación la llevó a mecer de arriba a abajo las caderas de forma desesperada, clavándose ella solita la deliciosa herramienta sexual de su compañero, no. . . ¡ de su hombre !.
* Ru-Rukia, ahhh !!. . . *
Ichigo nunca se sintió tan torturado, y es que la vagina de la pelinegra se estaba volviendo más y más estrecha, matándolo de placer. Pero resistió hasta que la joven tuvo su deseado y necesitado orgasmo.
Kuchiki echó la cabeza hacia atrás, arqueándose de placer y deleitándose con las embestidas que su amante seguía proporcionándole y poco después con el semen caliente que llenó su matriz, logrando prolongar su clímax.
E Ichigo. . . él lleno de placer, apretaba los dientes, pero reprimiendo el deseo de liberar todo su placer con temor a lastimar a su compañera.
Le encantó sentir como las palpitaciones del sexo de Rukia lo volvían loco en un principio, desencadenando su intenso orgasmo, para luego mimarlo con dulzura y suavidad, cuando las contracciones perdieron fuerza y constancia.
La mortal se desplomó sobre el pecho de su amante sobrenatural, siendo recibida por los fuertes brazos del pelinaranja, que además, en ese momento eran cálidos y protectores.
* Voy a irme !. . . * _Le dijo él._ * Rukia, yo. . . debo regresar a mi mundo. *
* ¿Por qué?. . . justo ahora?. *
Las pequeñas cejas de la pelinegra se torcieron con enojo y pesar al tiempo en que se mordía el labio inferior. Luego bajó el rostro, incapaz de sostener su triste mirada ante la seria del Kurosaki.
El silencio los envolvió por largos minutos. Kuchiki sentía que se le rompía el corazón; no quería separarse de él, no estaba lista, y es que esta vez sus sueños no le advirtieron de este dolor.
Más justo cuando creyó que sería el fin de su romance con el demonio, la voz de este se dejó escuchar. . .
* ¡ Ven conmigo !. *
Rukia alzó el rostro sorprendida, no tanto por la proposición, sino por lo que esta significaba.
* Yo. . . soy el príncipe de las tinieblas, pronto seré rey, así que tengo que volver al averno y yo. . . * _Ichigo desvió la mirada mientras se rascaba la nuca. No era nada sencillo explicarle a su novia quien era él y de dónde venía._ * Necesito una reina !!. *
La sonrisa en el rostro de Kuchiki lo hizo estremecer de emoción y lo animó a continuar. . .
* Y quiero que tu. . . Rukia, ¿quieres ser mi reina?. *
* Sí, sí, sí !!. . . *
La pelinegra se arrojó a los brazos de Kurosaki, llenándole de besos el rostro.
La chica ni siquiera meditó en la proposición del muchacho, y es que no había nada que pensar. Él era todo para ella y necesitaba estar con él.
Ichigo sonrió feliz. Nada lo esperaba en el infierno y lo único que lo retenía en el mundo humano era la pequeña mujercita entre sus brazos. Pero con Rukia a su lado. . .
""¡ Por fin encontré a mi reina !.""
Pensaba el pelinaranja, al tiempo en que recostaba a su compañera sobre la cama y se situaba nuevamente entre las piernas de su chica.
* Te amo !!. *
Le dijo ella, con la mirada baja y las mejillas encendidas en carmín. Sin esperar nada a cambio, ni siquiera unas palabras. . . pero las hubo. . .
* ¡ Y yo a ti !. *
Kuchiki alzó el rostro, sorprendida una vez más y con la felicidad desbordándose de su ser.
La joven no pudo más que buscar los labios del Kurosaki en un beso cargado de amor, mientras él empujaba suavemente las caderas, penetrándola una vez más.
Y balanceándose suave y delicadamente, sellaron el pacto entre ambos. . . un pacto de amor para la eternidad.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Cuando se me acababan las ideas para este fic, me pareció interesante el que Rukia e Ichigo fuesen al mundo de este último, el infierno.
Además me gustó más este lemon que el del capítulo anterior ^^.
De cualquier forma, esta historia está en la recta final.
—I LOVE ICHIRUKI—
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 04 de Enero de 2012.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 9 ||
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elvis-conti · 3 years
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Desasosiego
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- ¿Un ratón? - Se preguntó.
Ni siquiera se lo contestó, tomó la almohada y le hundió la cara. Un pánico inexplicable la había dominado a partir de que la última gota de luz vespertina se diluyó en la noche. Dos horas después ahí seguía, inmóvil y tratando de adivinar la forma de las cosas en medio de la obscuridad.
Se quitó la almohada para respirar mejor, aunque fuere el aire extrañamente helado de la habitación. Una tenue luz de luna roja se filtraba por el manto de nubes negras que la tenía secuestrada allá arriba, hasta meterse de a poco por la diminuta y única ventana de la buhardilla. No obstante, ese tímido haz le daba suficiente para distinguir el filo de la mesa y, desde ahí, perfilar la jarra con agua y algo cruciforme en la pared. Con toda seguridad algún Cristo colgado que no notó al entrar.
Después de una prolongada decisión, por fin saltó al piso para dar los dos pasos que la separaban del apagador del foco. Ella, agitada, supuso que bastaría guiarse por el tacto. Seguir la moldura rústica de la puerta hasta asir la perilla y, a unos 15 centímetros, supuso, podría alcanzar el botón.
Inexplicablemente, aquella maniobra aparentemente sencilla, resultó fallida por varios segundos, al grado que, acusando taquicardia, llegó a pensar que el apagador había desaparecido.
Hizo un esfuerzo por serenarse. Respiro hondo mientras se repetía una y otra vez que no era posible que desapareciera lo que hace apenas unas horas se encontraba justo ahí, a un lado de esa puerta. Después de porfiar en contra de esa absurda situación, lo palpó al fin, no sin soltar un ridículo grito de júbilo. Empero, aquella alegría espontánea fue fugaz, se encontró completamente frustrada al confirmar que el foco simplemente no prendía. No había corriente eléctrica.
Su siguiente pensamiento fue ir a quejarse con el encargado de la hostería.
Abrió la puerta sin meditarlo mucho, pero el ímpetu inicial se difuminó después de la fuerte impresión que recibió y terminó por descorazonarla. Se encontró con un pasillo largo y lóbrego al que no se le distinguía un fondo, ausente de luz y sin una sola señal de vida, aquello la confinaba de regreso al cuarto.
- ¿No estaba ocupado totalmente el hostal? - Se dijo mientras daba un paso hacia atrás sin apartar la vista al frente. Cerró finalmente la puerta de un portazo cuando, entre la obscuridad reinante y los nervios que la afectaban, creyó ver algunas sombras.
Cerrada la puerta se sacudió esas ideas. Le causaba coraje cuando su imaginación la ponía en jaque.
Enseguida, se lanzó sobre la cama como si esta fuera un sitio inexpugnable para cualquier tipo de amenaza, especialmente esas que su mente le fraguaba. Estando ahí, recordó que no había regresado el botón al modo de apagado. Poco le importó, ¡ya no se aventuraría más!
Deseaba dormir desesperadamente. Estaba convencida que, si lo lograba, despertaría hasta el nuevo día y se libraría de esa noche tan… ¿inquietante? Solo por darle un adjetivo.
Cerró los ojos y casi enseguida empezó a percibir algo que le sonaba amortiguado, algo francamente muy cerca de ella. No era un ratón. Ella conocía perfectamente el ruido de un ratón. Con sus pequeñas uñas y dientes rasgando y ruñendo lo que sea que encuentren a su paso. De hecho, hay que dejarlo consignado, ella había sido dotada de un sentido del oído realmente extraordinario, tenía la rara habilidad de desentrañar los sonidos más extraños y sutiles. Tanto era así, que continuamente le provocaba temores diversos, sobre todo durante aquellas noches en las que, como hoy, se hallaba en un sitio fuera de sus dominios y querencias. ¿Que sería si se llegara a topar con algo que no quisiera escuchar? O peor aún… ver.
Luchó para deshacerse de esa idea. Se disgustaba tanto cuando constataba como se sugestionaba gratuitamente. Se hizo un ovillo para enterrarse bajo una gran zalea de buey y una gruesa cobija de lana rasposa con un olor añejo de baúl.
Y hasta ese refugio improvisado le llegó otro rumor. Este era distinto. Parecía un murmullo que lo atravesaba todo, incluidas sus manos, con las que insistía en cubrirse los oídos. Desesperada por no poder ignorarlo, extrajo coraje desde algún punto de sus adentros para destaparse y, muy decidida, hacerle frente a aquello, lo que sea que fuere. Se sentó sobre la cama con las piernas en flor, siempre con el buen cuidado de no dejar colgando los pies, por figurarse que se los podría tocar algo o alguien.
Era inevitable la regresión a su niñez, cuando estaba segura de que, anidado en las paredes, vivía un ser con grandes extremidades que se descolgaba lentamente, como un reptil, para irse a habitar abajo de su cama, encaramado a los resortes del antiguo camastro de latón de allá, su casa paterna en Morelia.
Salvo la luz roja mortecina de la luna, el negro ahí era espectral. Por si aquello no fuera suficiente, en el cuarto primaba una sensación glacial incomprensible. Ella no lo veía, pero estaba segura de que soltaba un vaho cada que su respiración caliente chocaba con el ambiente polar que la tenía entumecida.
Otra vez, apenas audible, escuchó algo que la puso en guardia y a su concentración a prueba. La tensión estaba desbordada, claramente algo la acechaba adentro de ese cuarto de apenas 4 por 4.
Lo que estaba oyendo era muy similar a un jadeo. – Sí, ¡eso… un jadeo! – Se decía. Pero era uno muy peculiar: un jadeo diminuto.
En el pasado, cuando llegó a sentir que el misterio se impondría sobre la razón, ella optaba por la explicación más lógica y se aferraba a ella como a la vida misma, no daba pie al terror. Sabe que el terror paraliza, trastorna y la deja sin defensa. Ella prefiere por encima de todo al miedo. El miedo avispa los sentidos, abre la mente e inyecta chorros de adrenalina que la ponen alerta como espada desenvainada.
Un escalofrío lento le recorrió la espina cuando oyó con absoluta fidelidad la caída al suelo de algo metálico. Ella supo de inmediato que había sido un tornillo, uno minúsculo y ligero. Instintivamente se hizo pequeña, como una tortuga en su caparazón. Para ese momento, sus oídos se habían sensibilizado tanto que podrían haber identificado los pasos de una hormiga caminando sobre el piso.
Volvió a escuchar nuevamente esa respiración que, de tan pequeña, le parecía más y más enigmática. Unos minutos después un nuevo sonido se sumó.
Inadvertidamente, una suave pero pertinaz llovizna empezó a estrellarse contra el techo de dos aguas justo a metro y medio encima de su cabeza. Muy pronto, las gotas se fueron haciendo más gruesas y el golpeteo inicial se convirtió en un martilleo incesante que terminó por confundirse, al menos un poco, con aquello que la tenía completamente absorta, sumida en el desconcierto y la angustia.
Se quiso convencer de que así estaba mejor, sin escuchar nada, sin provocar a sus propios demonios. Decidió acostarse nuevamente y cubrirse con aquella zalea gigante y la colcha de lana con olor a granero. Dormir tan hondamente que terminara por olvidarse de todo. De los ruidos, de esa noche y de lo que sea que la amenazara.
Pero también quería expulsar de su pensamiento, aunque fuera momentáneamente, su vida presente, tan cargada de tristezas y desazones, de soledad, de nostalgia por tiempos y personas ya idos. No quería detenerse tampoco en su trabajo ni en el dictamen que debía emitir a primera hora en la mañana, y que era la razón por la que se encontraba hospedada en aquella hostería de mierda en Tepoztlán.
Quería en una palabra olvidarse de todo aquello.
Sin poder impedirlo, empezó a llorar. Su llanto era quedo y reprimido. Un llanto sin gimoteos ni grandes lamentos. Pero no por eso dejaba de ser desgarrador y doloroso. Y tuvo que ser en medio de esa tregua que, al final, liberó un poco su mente del entresijo que la había estado sobrecogiendo prácticamente desde que arribó a ese sitio. Aquello, además del cansancio por la tensión acumulada, hizo que se durmiera pesadamente.
Pero aquello no resultó ni plácido ni reparador. Ni siquiera duró mucho. Casi una hora después, un sueño terrible la expulsó de regreso a la realidad. Y aunque no podía recordar un solo detalle de la pesadilla, si se quedó con un sentimiento de desasosiego muy intenso. Todavía amodorrada, necesitó de unos segundos para percatarse que había estado sumida en un sueño muy tortuoso. En ese breve tiempo que pasa mientras se transita de un sueño profundo a la realidad, cuando la cabeza está concentrada en reordenar las ideas, en separar la realidad de lo onírico, hasta esa frontera donde lo fantástico se niega a regresar al inconsciente, llegaba el mismo rumor que la había mantenido en zozobra. Un jadeo incesante, un resuello casi angustioso. Algo que ocurría muy cerca de donde estaba.
Ese retorno le estaba resultando horrible. Después de la pesadilla despertó para encontrarse sumida en la incertidumbre, en el desconsuelo, el miedo hacia lo desconocido, hacia lo que no se puede controlar. Instintivamente se volvió a cubrir con la gran piel, cuando un poderoso trueno le recordó que afuera caía una tormenta, y que el topeteo de las gordas gotas de lluvia sobre el techo no eran ni escasas ni pacíficas. A pesar de esa batahola, en la que primaba un estrepito incansable, aquella respiración prevalecía por encima de todo.
En esas estaba cuando, inesperadamente, el foco de la habitación prendió. La energía eléctrica había regresado. Todavía incrédula volteaba en todas direcciones para cerciorarse que no era otro sueño. Aunque al principio quedó deslumbrada, sintió un alivio instantáneo al saber que la obscuridad había sido desterrada por una bombilla de 100 watts. El regocijo y el bienestar que la embargó era abrumador, tanto que terminó desternillada por una risotada loca.
Ahora, hay que decirlo, los seres humanos solemos atribuir todo lo enigmático y la ignominia a la obscuridad y, consecuentemente, la verdad y la justicia a la luz. Creemos que la claridad nos va a mantener siempre bajo buen resguardo de todos aquellos peligros que el misterio nos puede deparar. Ignoramos que el terror es más probable y severo bajo una luz plena.
Cuando sus ojos finalmente recuperaron su visión normal, se sorprendió de volver a oír aquel jadeo. Su vista siguió hasta donde parecía que ese rumor se originaba.
Estremecida observó con absoluto y profundo espanto, como nunca en su vida, que a unos tres metros de ella, el cristo del crucifijo se esforzaba denodadamente con su brazo derecho para liberarlo del tornillo que le tenía sometido su brazo izquierdo.
Fuera de sí, totalmente despavorida, escuchó como ese pequeño tornillo caía finalmente y se estrellaba contra el piso.
Entonces el cristo negro se dedicó a desenroscar el tercer tornillo que sujetaba sus dos pies. Ella, sin movimiento ni gesto alguno, absolutamente congelada, no movía otra cosa que los ojos que, abiertos como dos ventanas, seguían con un terror crudo aquel ente sin rasgos que respiraba copiosamente.
Sin saber cuánto tiempo transcurrió, el tercer tornillo cayó. El hombrecito se había liberado finalmente.
Ella trató de moverse, de reaccionar, pero no podía, seguía clavada en esa cama, estaba hipnotizada por esa visión tan detestable como fascinante.
Con un terror mayúsculo, vio como el aquel hombrecito se descolgó y se dejó caer sobre la mesa, después corrió diagonalmente a toda prisa para saltar hacia la silla. La que bajó por una de sus patas hasta el suelo.
Lo siguiente que ocurrió es que, raudo, no se detuvo hasta meterse debajo de su cama.
Ella, consumida por la andanada emocional que la tenía presa en esa habitación, sentía que perdía la conciencia. El corazón, a riesgo de colapsar, ya no podía latirle más fuerte.
A veces, cuando las circunstancias nos llevan hacía algún extremo, cuando nos apremian poniéndonos pruebas casi imposibles de superar, solo a veces, puede pasar que todo empeora.
Repentinamente, la luz se apagó. Nuevamente se había cortado la energía. Una negritud definitiva lo devoró todo.
Lo siguiente que escuchó fue distinto... se trataba del sutil reverberar de un resorte, lo que se terminaría mezclándose con unos gritos destemplados que nadie escuchará.
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you-moveme-kurt · 3 years
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Glee «A very important dinner» Part III
Diciembre de 2041
-¿Serás la Andy Sachs para mi Miranda Priestly?... —pregunto Kurt divertido, acto seguido tomó dos copas bebiendo inmediatamente de una de ellas. -¿Quien? -«Devil wears prada»... -¿Cómo?... -Ok… no se si despedirte o tirarte este vaso de espumante por ser tan joven y no entender esa cita cinematografía.. -Lo siento Señor Hummel… -Esta bien… bebe conmigo… —añadió entregando una de las copas— allí vienen dos personas...—dijo Kurt señalando con disimulo la pareja que venía hacia ellos como si lo conociera de toda la vida, Helen buscó toda la información pertinente y se le susurro al oído en tiempo récord y así lo fue haciendo con todas las personas desconocidas para su jefe.
-Tengo la impresión que esa de allí es la mesa Señor Hummel… —dijo Helen indicando hacia adelante, la mayoría de los invitados a la cena ya estaban ubicados en sus asientos y parecían ansiosos por la comida. -¿Segura?... ¿no esta un poco adelante?... —replico Kurt arrugando el entrecejo mientras miraba el resto de las mesas. -¿A que se refiere? -A que las personas que organizan, siempre ponen a la gente más importante en las primeras mesas… -¿Y usted que es?... -¿Disculpa? -Señor Hummel, usted es tanto o más importante que cualquiera de los aquí presentes… no se si lo sabe, pero ha ganado a cuánto premio lo han nominado… —dijo Helen soltando una risa, Kurt la miró un instante y se irguió un poco como si recién cayera en la cuenta de cuán importante era en el mundo de Broadway— y mire… esta si era su mesa… —añadió la mujer al ver que el código de la invitación coincidía con el que estaba junto al centro de mesa. -Vaya… esto al menos nos garantiza un plato caliente… —dijo tomando ubicación, miró de reojo la hora antes de terminar de sentarse y dejo su teléfono al lado de  los cubiertos.
-¿Conocía este hotel Señor Hummel?... —pregunto Helen también sentándose. -Por supuesto… no se si te lo he dicho, pero desde que llegamos a New York, con Blaine hemos hecho un tour bastante sexy pero todos los hoteles de la ciudad… —respondió alzando una de sus cejas de manera traviesa, Helen también sonrió pero como con vergüenza— ¿se ha demorado?, ¿no crees?... —dijo Kurt mirando hacia la entrada del salón y a su teléfono de manera alternada. -La verdad es que no… solo ha pasado media hora desde que llegó Señor Hummel… —hizo notar Helen mientras tocaba con mimo los cubiertos y todos los detalles que habían en la mesa.. -¿¡Es verdad eso!?... —exclamó mirando la hora nuevamente— vaya… si que lo es… —agregó al comprobar por el mismo que de verdad solo había pasado media hora. -No se preocupe, estoy segura y ya viene en camino, el mensaje de mi hermano da para interpretar que al gatito lo atendieron de inmediato… -Pues eso espero… si hubiésemos esperado hasta mañana como sugerí, nada de esto habría pasado, pero Blaine insistió e insistió… -Debe ser porque cuando le sucede algo a usted o al pequeño Noah, el Señor Anderson es de los que reaccionan así… —contestó Helen chasqueando sus dedos cuando decía lo de «así», Kurt volvió a lo del respingo de sorpresa pensando que esta vez no se quedaría callado. -¡¿Que?! -¿Que?... —repitió la asistente sintiéndose un poco intimidada. -¿Qué demonios se supone qué significa eso? -Nada… es decir… -¿Has estado hablando con Julianna? -No, ¿por qué? -Porque si las dos creen que yo soy un consentido o no se que mas, déjame decirte que... -¡Señor Hummel!...  —exclamó una mujer saludando a la distancia, acto seguido hizo un par de señas indicando que iría hasta donde ellos estaban. -Ella es importante, fue la presidenta del AEA en 2020 —susurro Helen mientras buscaba más información— es la señora Kathe... -Se quien Helen, gracias… —interrumpió Kurt hablando entre dientes. -Señor Hummel… —repitió ya llegando a la mesa— que honor mas grande… —añadio estirando su mano— mi nombre es Katherine Shindle -Lo se… y el honor es mio… —respondió este  levantándose de la silla para saludar a la recién llegada, era una mujer de edad avanzada pero que derrochaba elegancia y  vitalidad. -¿Que tal todo? -Hasta ahora todo genial, espero y la comida sea igual… -Solo espera y verás, este hotel no es el Plaza, pero es bien fantástico en realidad… ¿ella es? —pregunto la señora Shindle apuntando a Helen. -Mi asistente…  Helen Fitzsimmons… —respondió Kurt apuntándola, la aludida se levantó y le  estrechó la mano de inmediato. -Excelente, lo que mas necesitamos en este medio son asistentes.. -Ni que lo diga… -¿Su esposo?, creí que vendría con él. -Si… bueno llegara mas tarde, tuvimos una emergencia con la mascota de mi hijo más pequeño... -Nada grave espero… —dijo Katherine llevándose una mano al pecho como para demostrar angustia e interés. -No, no tengo tanta suerte… -¡Auch!... ¿asumo y no le agrada esa mascota? -No… disculpe, lo que dije estuvo fuera de lugar… ya que a quien tiene que agradarle es a mi hijo… yo me conformo con agarrarme los pelos cada ve que se sube a uno de mis muebles.. -Claro… -¿No quiere sentarse?... —pregunto Kurt abriendo uno de los lugares. -No por favor… tengo que volver a mi mesa a escuchar a Hugh Jackman hablar de «The  music man».. —respondió Katherine blanqueando los ojos. -¿Hugh Jackman?, ¿en serio?... -Obvio… ¿no lo conoces? -No personalmente…¿están por aquí? —preguntó señalando las mesas de alrededor. -No cariño, a los viejos nos ponen más atrás... cerca del baño por supuesto… —añadió soltando una risa, Kurt no supo si debía reír también o aquello se consideraría de mala educación de su parte— gusto en conocerte Helen… —agregó sonriéndole a la asistente quien  batió la mano bien rápido y rio de manera nerviosa— y usted Señor Hummel… déjeme decirle que debió pedir una mesa en la primera línea… -Por favor… -Es la verdad… eres una leyenda desde tu primera obra… -No tanto como usted.. -Por favor… yo solo presidí el AEA hace como mil años… -Pero en el año más difícil para todos… -Tal vez...  pero cualquiera lo podría haber hecho… cosa que deberías hacer tú en algún momento de tu vida… -No estoy seguro de eso… -Pues yo sí… tengo mis ojos puestos en ti desde que escribiste el prólogo del libro de Benjamin D. Brantley... -Fue la tercera edición… -¡Y la más vendida!... ¿que pasa contigo?... tu jefe necesita unos cursos de apreciación y valoración  personal… —añadió mirando a  Helen,  esta solo se limitó a sonreír como diciendo «lo se, pero que quiere que haga», Kurt la miró de vuelta con mala cara y Helen pensó que al parecer y además de todo, su jefe podía  leer la mente— bueno… me voy, me hubiese encantado conocer a tu esposo… -En cuanto llegue, me aseguraré de que nos acerquemos a su mesa… -Por favor… así me liberan de la historia de «The showman» que no se cuantas veces la he escuchado...—agregó Katherine haciendo un gesto con su mano en alto mientras se retiraba. -Que amable… —dijo Helen bebiendo de su copa. -Lo mismo digo, ahora... creo que nosotros  estábamos a punto de dilucidar algo cuando Katherine nos interrumpió, así es que... creo que me debes una explicación Helen Fitzsimmons… —añadió Kurt cruzando sus manos sobre la mesa, Helen se bebió todo de un solo trago y suspiro  aliviada cuando vio aparecer a Blaine. -Allí viene el señor Anaderson..  —dijo tragando. -¿Cómo?... -Allí… —repitió Helen señalando hacia la entrada donde Blaine hablaba con un par de personas, una de ellas le indico dónde dirigirse y la otra le pidió una foto. -Y causando revuelo como siempre… —agrego Kurt soltando un suspiro enamorado, Blaine hizo un par de señas y apuró sus pasos hasta llegar a la mesa que les correspondía.. -No es tan tarde —dijo como primera cosa, casi anteponiéndose a lo que su esposo se supone y le diría.. -Lo se… —dijo de vuelta Kurt echándose hacia atrás en la silla, su esposo se acercó y le dio un pequeño beso de saludo— ¿nuestro hijo? -En casa con Julianna, muy feliz de que todo saliera bien para su querida mascota… —explicó Blaine sentándose a su lado, Kurt blanqueo los ojos e hizo una seña al mesero para que trajera más licor,  Helen hizo un gesto saludo que fue respondido con una sonrisa por el esposo de su jefe— ¿y aquí?... ¿como esta todo?... —preguntó acercando su silla un poco mas a la de su esposo, tanto que Kurt pudo usar el pecho de él como respaldo en vez de su asiento. -Como lo ves… ah… se me acercó Katherine Shindle.. -¿Katherine Shindle?... -Si, la que fue presidenta del sindicato de Broadway en el 2020.. -Por supuesto… ¿y que quería?… —quiso saber Blaine apoyando su mentón en el hombro de su esposo. -Pues conocerme… ¿puedes creerlo? -Por supuesto…  —respondió sin vacilar, Kurt sonrió engreído— ¿y de qué hablaron?. -De todo, pero lo más importante es que me dijo que debería estudiar la posibilidad de presidir la AEA… que lo haría bien y todo… -¡Por supuesto que lo harías bien!… —exclamó de vuelta Blaine besándole el cuello— tú lo haces todo bien… —agrego repitiendo lo de los besos. -Adulador… -Apuesta tus mejores partes a que si lo soy… -¿Me roba mis frases Señor Anderson-Hummel… -Un poco si.. —respondió Blaine riendo, Kurt también rio y se acomodó más sobre él— ¿has hablado con al gente importante?... -Casi con todos… solo me falta llegar  a la mesa principal donde están los productores de más peso… -Si quiere yo puedo ir a hacer algunos contactos Señor Hummel… —dijo Helen levantándose, ambos giraron la cabeza al unísono como si recién cayeran en la cuenta que no estaban solos en la mesa. -¿Harías eso linda? -Obvio… vuelvo enseguida… -Gracias Helen… —dijo Blaine sonriendo, la mujer hizo una especie de reverencia divertida mientras se dirigía hacia donde dijera. -No le agradezcas tanto, al fin y al cabo hace su trabajo, además que necesito reprenderla por algo y no quiero que me conteste porque gracias  a ti se le subieron los humos.. -¿De que tienes que hablar? -Pues ella y Julianna dijeron un par de cosas que me dejaron bien estupefacto… -¿«Estupefacto»?... —repitió Blaine riendo. -¿Que?… ¡es una palabra!… y muy adecuada por lo demás... -Por cierto que lo es… ¿y qué cosas fueron esas?, si me permites preguntar... -Pues  ambas dijeron que cuando se trataba de mi o de Noah tu reaccionabas así… —dijo Kurt chasqueando los dedos— y Julianna añadió el término aprehensivo… —Blaine sonrió para sí sin decir nada— ¿me escuchaste?... —agregó mirándolo hacia atrás por sobre su hombro. -Por supuesto que te escuche… -¿Entonces?... ¿qué es ese silencio Señor Anderson-Hummel?... —pregunto Kurt moviéndose para quedar mirándolo a la cara. -No es nada… —respondió Blaine haciéndole un cariño en la cara— es solo que... que puedo decir además que es todo verdad… —dijo encogiéndose de hombros. -¿Cómo?... —respondió Kurt casi derretido. -Lo que oyes… Kurt… —Blaine le tomó las manos, se las besó y lo miró fijo a los ojos, Kurt sintió que le daba algo— tú… eres lo mas importante para mi… lo mas importante… y con respecto a Noah... bien sabes que amo a todos nuestros hijos pero él… no lo sé… tal vez porque es el menor, o porque es nuestro... o porque no costó tanto concebirlo… —dijo Blaine soltando un suspiro— es por eso que reacciono así… —agrego chasqueando sus dedos— o soy ese aprehensivo que dice Julianna… lo siento... -No lo sientas… me elevas el ego hasta más arriba de las nubes, pero puedo vivir con ello, no te preocupes… -Muy bien… —dijo Blaine sonriendo. -Ahora… ¿quieres conocer a alguien? -¿A quien? -A Hugh Jackman… -¿Que?, ¿Wolverine, esta aquí?... —pregunto mirando a su alrededor. -Difícil porque ese es un personaje de ficción pero la Katherine esa de la que te hable… esta en la misma mesa que Hugh Jackman y me dijo que si quería me acercara… ¿quieres conocerlo? -¡Por supuesto que sí!… —exclamó Blaine levantándose de inmediato. -Ok, tanto entusiasmo no me parece pertinente… -Vamos...es Wolverine de quien estamos hablando… —añadió acomodándose la corbata— aunque no se que haría si decide sacar sus garras… —dijo sonriendo con travesura. -Pues que no las saque o yo sacaré las mías… —termino por decir Kurt alzando su ceja inquisidora.
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moov-bianco · 3 years
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Gota 2. ¿Y la novia para cuando? 
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– gracias por su compra – despide Luna con una dulce sonrisa al joven cliente.
El chico apenas da una respuesta clara y agarra la bolsa con su libro para salir con grandes pasos de la tienda; y cuando estaba en el vidrio del exhibidor, Luna aprovechó para despedirlo también con la mano. Se pintó de un rojo intenso toda la cara del chico y ahora sí se fue corriendo de ahí.
Hasta que el chico se fue, ahora sí pudo devolverle la mirada a Mavro; quién hace rato tiene la mirada clavada en la nuca de la morena, y de seguir así va hacerle un hoyo en el cráneo.
– ¿Que? – cuestionó ella con confusión.
– ¿No te parece que es un cliente muy frecuente? Es su quinto libro en esta semana.
– pues debe ser un ratón de biblioteca como tú.
Cómo reemplazo a una ceja levantada, los ojos vidriosos del chico se tornaron a los de una punta de lápiz.
– ¿Y es completamente normal que parezca semáforo cada que viene, no, cada que Tú lo atiendes? 
– exposición excesiva al sol – respondió Luna con una amplia sonrisa.
Mavro soltó risitas y volvió a retomar su libro, y Luna volvió a acomodar la estantería enfrente de ellos. Solo leyó unos párrafos para finalmente agregar.
– eso se llama aprovecharse de un pobre humano que no tiene idea que quiere andar con un esqueleto de la edad de los dinosaurios.
Dejó de hacer lo que hacía, se bajó de la silla pequeña de metal y se plantó enfrente de su amigo, con ceja pronunciada y vena casi a punto de explotar.
– repite lo que no te escuché bien – quitó el libro del camino y puso sus brazos en los brazos de la silla giratoria – esqueleto, ¿De qué época? 
– dije dinosaurios, pero tú fuiste creada con los primeros seres vivos en la tierra.
Y con esas palabras, Mavro había firmado su sentencia de muerte.
Pero una dulce voz de niño lo salvó de morir.
– ¡MAMI! – exclamó con gran alegría el pequeño Mike, quien fue corriendo a los brazos de su madre.
Luna se había agachado y con el impulso de sus piernas levantó a su pequeño de 5 años hasta que sus piernas quedaron colgando en el aire, dieron giros y ella lo llenaba con muchos besos en su rostro y en su cabeza.
– ¿Cómo le fue hoy a mi hombrecito favorito? 
– ¡FUE GENIAL! – volvió a exclamar entre risas en los brazos de su madre.
Ambos adultos rieron, pero vieron mejor la sonrisa del pequeño. Sus ojos quedaron como platos, en el caso de Mavro se tornaron de un morado tan oscuro que estaba a un paso de volverse negro; cuando vieron un gran agujero en los dientes traseros izquierdos del niño.
– volvimos – aviso Leo cerrando la puerta de cristal.
El pequeño dió pequeños empujones a su mamá para que lo soltara y ahora fuera a los brazos de su padre, quien lo subió a sus hombros. 
– mmm, hijo – llamó Luna a su pequeño, quien volteo a ver a su mamá – ¿Y tus dientes? 
Luna se atrevió a pluralizar a ver semejante hoyo que ahora tiene su niño, dónde mínimo le caben tres de sus pequeños dedos.
– ¡CIERTO! 
Mike le pidió a su padre ponerlo encima del mostrador de madera y ahí empezó su relato.
– bueno, estábamos mis amigos y yo en el recreo, habías terminado de comer nuestros almuerzos y estábamos pensando que podíamos jugar. Pensamos y pensamos – el pequeño se cruzó de brazos – pero nada se nos ocurrió.
Levantó sus delgados brazos, y de un puño antes hecho, ahora solo tenía el dedo índice de cada mano.
– ¡Boris dijo: "si somos bestias, ¿Podremos llegar al techo de un salto?" 
Ahora puso sus manos en la cadera.
– nadie se atrevió, y solo yo lo intente – dijo el niño con tanto orgullo que inflaba su pequeño pecho.
Pero esto solo hacía a su madre plantearse el tipo de educación y vigilancia que tenían con los niños, los ojos del mitad bestias ya habían tenido dos tipos de verde, uno normal y el otro chocando con el azul, naranja desde el tono más pálido hasta el más oscuro, y el morado oscuro se transformó en lila, y todo en esos escasos minutos; y Leo, estaba aguando la risa desde lo más profundo del diafragma y espera con ansias su parte favorita de esta historia.
– entonces, imaginen que está esta es la mesa del patio de mi escuela – dijo agitando con mucha velocidad sus pequeños brazos y con sus palmas extendidas hacia el mostrador que tiene a sus pies – entonces me prepare, lo calculé en mi cabeza, y ¡Salte! 
Flexionó sus piernas igual que hizo en la mesa del patio, y tan buena fue la actuación que si salto; pero ahí tenía la ventaja de caer en brazos de cualquiera de sus padres o en los de su tío. Y como el más cercano, Leo fue el que sirvió de lugar cómodo para caer del pequeño niño.
– gracias papá – dijo para poner sus pies en la segura tierra – y así pasó – terminó con una amplia sonrisa.
Los ojos de Mavro se mantuvieron lilas y Luna tenía ojos llenos de confusión, pero en su rostro mantuvo su sonrisa dulce hacia su niño.
– entonces mi niño, ¿Te caiste de cara…?
– no, no, no, no, no – interrumpió él a su madre, negando también con la cabeza – se me cayó mi diente cuando termine estampado con la columna.
En instantes de explicarse los ojos del mitad bestia se transformaron en un verde oscuro y su boca empezó a notarse cada vez más. Pero un codazo y una mirada fulminante después, lo hizo regresar sus ojos de cristal blanco y su boca ya era inexistente.
– y por eso perdiste tus dientitos y ahora tu ojito está morado.
Y una vez más, el niño empezó a negarse.
– no, solo fue uno. El otro fue después de mi caída, cuando estábamos viendo mi diente mis amigos y yo el timbre sonó, la maestras llegó antes, no me vio y me estampo la puerta en la cara – dijo otra vez con su sonrisa amplia – creo que se había aflojado después de la caída – dijo mientras lamía uno de los dos agujeros donde antes estaban los dos dientes.
Mostró con alegría sus dos dientes que guardó en una de las bolsas del costado de su pantalón de deportes de los colores cálidos de la escuela. Ambos hombres tenían una mano en la boca y ya varias carcajadas habían salido.
Luna suspiro, para no matar a esos dos antes de tiempo, y se agachó para mirar mejor los pequeños dientes de leche.
– wuaw, mira esos dos dientes. Apuesto que el ratón te traerá mucho dinero.
Los ojos del pequeño empezaron a brillar.
– ¡¿De verdad?! – dijo emocionado.
– por supuesto – aseguró Luna – lo suficiente para completar lo que te falta para ese carro tan bonito que quieres a control remoto. 
Las risas de ambos pararon cuando Luna los miró con una mirada cómplice y una sonrisa maliciosa; esa sonrisa maliciosa con la que siempre ella podía salirse con la suya.
– ¿No es así? – fue tan descarada que incluso lo hizo notar en su voz.
– si cielo, el ratón es muy generoso – sonrió Leo dolido.
Ahora sus billeteras son las que lloran mientras el niño da brincos cual saltamontes, agradeciendo en gritos alegres al ratón y su gran imaginación explotó en tan solo pensar en tener ese hermoso carro en sus manos. Horas y horas de juego sin fin.
– iré a limpiar mis dientes y ya los pondré en mi almohada – dijo con gran entusiasmo, y con ese mismo iba corriendo hacia la planta de arriba.
Cuando los adultos ya estaban solos, Luna empezó a repartir golpes a diestra y siniestra.
– y yo pensé que el único niño era Mike – dijo furiosa, para ir con un paso marcado al mostrador.
Ambos compartieron una risa cómplice, con Mavro sus ojos se tornaron de un verde llegando al amarillo, pero se apagó en cuanto Luna volvió hablar; pero esta vez fue diferente. 
– y espero el dinero muy pronto, señores.
Su expresión molesta se volvió en su sonrisa malévola de villana de cuento de niños, incluso el tono llegaba ser tan aterrador como si el mismo demonio viniera por tu alma, pidiendo la con la mano extendida. Y por la inocencia del niño más adorado, con mucho dolor en sus codos, le dieron el dinero suficiente para el costoso carro de juguete que tanto ansía el pequeño Mike.
Recordatorio para ambos, Luna es muy aterradora y malévola.
– por cierto, Mavro – el mencionado volteo con ojos en un azul llegando al verde muy pálido – ¿Cómo va mi paciente? 
Luna mira a su mejor amigo con una sonrisa y con ojos expectantes por la respuesta, mientras Leo mira al mitad bestia con una media sonrisa.
– bien – respondió con sequedad.
Leo ríe con libertad y Luna mira a su amigo con una mueca de descontento total; boca abierta, ojos muy abiertos y cejas muy inclinadas. 
– debes de estar bromeando.
Ahora los cristales se tornaron de un gris grafito y soltó un largo suspiro, tanto que incluso varias gotas de su saliva cayeron esparcidas en el piso. 
– Luna – dijo el chico con cansancio extremo – no vamos a tener esta conversación otra vez. 
Ahora, para evitar por completo el sermón e ignorarlo mejor, empezó a acomodar los libros; pero Luna no se rindió. Salió del mostrador y confrontó a su mejor amigo.
– Mavro, es una chica sexy.
– además es amable y gentil – agregó Leo.
Sus ojos volvieron hacer de un cristal blanco, agarró su libro y dió inicio al plan de escape. Luna y Leo lo hubieran seguido de no ser por la pila de cajas que aún los esperan dentro y fuera del demostrador, todas llenas de libros y artículos que hay que acomodar para la venta.
Pero no se quedaron con las palabras en la garganta.
– aunque sea invitala a una salida casual – dijo Luna encogiéndose de hombros.
A estas alturas se conformaba con que Mavro saliera un rato con alguien más que no sean ellos dos.
– o un rato divertido – agregó Leo con picardía.
Cómo antiguo casanova, quería quitarle lo amargado a su mejor amigo con una hermosa y sensual chica.
Los ojos volvieron hacer grafito, volvió a suspirar, esta vez en su interior, y se fue lejos de ambos “cupidos” que quieren desesperadamente verlo con una persona; hombre o mujer, se conforman con cualquier género mientras sea otro individuo, humano y bestia, tampoco importa mucho.
Evitó a sus amigos hasta que ya estaban muy cansados por la mercancía para seguir siendo sus “cupidos personales” y ahora sí los ayudo con las montañas de libros que tenían que acomodar. Cuando terminaron ya era hora de cerrar, y el pequeño Mike había terminado rendido por Morfeo, por eso en esta ocasión cada quien se fue a su casa.
Cuando llegó lo recibió la escena normal, la señora Cook saludando y dando la bienvenida al edificio, el regresando el saludo, darle un vistazo rápido al correo antes de abrir lo cómodamente en casa y contando su día con rápidas palabras a la señora Cook como ella siempre lo hace con él.
Hasta ahí era normal.
Pero la rutina se rompió cuando la vieja Cook la llamó para que bajara, apenas había pasado las primeras escaleras.
– casi lo olvido. Hijo no te voy a mentir, nunca voy a entender a los cazarrecompensas; pero puedes pedirle a tus amigos que no hagan tanto ruido. Sé que los Miller están de luna de miel, pero aún así pueden molestar a los demás inquilinos.
La señora Cook es del tipo de personas que explican con detalle las cosas, no es del tipo de dejan un halo de misterio, es directa y por eso es de las pocas personas que Mavro habla con ella sin necesidad de utilizar la libreta. Además de la cercanía de 5 años ha hecho que ella identifique cada color en los ojos del mitad bestia; y por eso, no se atrevió agregar más.
Las palabras dejaron de fluir, su garganta se había cerrado, y no era para menos. Solo ha visto el rojo intenso en los ojos del mitad bestia unas cuantas veces en el tiempo que lleva conociendo lo, y jamás ha sido buena señal.
– señora Cook – Mavro abre ligeramente su boca y se quita los guantes, dejando ver la placa de metal y las cuchillas filosas que tiene como dedos – escóndase en el almacén, llame a cada inquilino y dígales que ninguno salga. No importa que puedan escuchar. No. Salgan.
Con esas últimas palabras Mavro se fue disparado hacías las escaleras, corriendo con velocidad las pasillos donde cada pared cuenta con un par de puertas, y brinca como gato las escaleras para ir corriendo otra vez en los pasillos; llegó el punto que el mitad bestia dejó de caminar en dos pies y empezó a caminar en cuatro para ahorrar mucho más tiempo. Hasta que en minutos llegó al séptimo piso, segunda puerta en la derecha, está colgando de un lado, unida únicamente con uno de los seguros de la pared.
Y adentro era peor.
La gran mayoría de su vajilla había sido destruida, sus muebles estaban volteados y su mesa había sido privada de una de sus patas traseras. La puerta de su cuarto estaba tirada, sus cosas no habían sido tocadas al menos no a grandes rasgos; y la segunda puerta del cuarto, estaba semi cerrada y un agradable olor a rosas provenía de él.
QUE! YA EMPEZAMOS CON LA ACCIÓN!? Pues si nun 💜
Y ahora las preguntas que deben de correr en tu mente loquita.
¿QUE PASO AQUI, SEÑOR GARCÍA?
¿Quien va a limpiar esto? Mavro por supuesto.
¿Esto tiene que ver con la llamada de antes? ✨👀
Averigüe lo, lean lo que sigue ✨
Y ya sin más que decir
MUCHAS GRACIAS POR LEER 💖💜💙
NOS LEEMOS LUEGO. BYE BYE 💖
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lubay-nue · 4 years
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Corazones Indomables 8
Notas del cap:
 Como cuando dejas con ganas al seme XD… creo que sería el mejor resumen para este capítulo hahahahahaa pero bueno
 ¡A leer!
 8 - Veneno de media noche
 Su semblante fácilmente demostraba que no estaba de humor ni siquiera para que el sol le llenara de calidez y luz; no parecía ni siquiera ser necesario con ese fuego que irradiaba en ira y desdén. Después de todo, ni siquiera Alemania, su “hermano” se había salvado de la furia del más grande de los empresarios. Indudablemente, Rusia estaba hecho una furia colérica desde que había sido interrumpido antes de poder atrapar por fin y en definitiva a aquel doncel que le había robado algo más que su reloj y en su segundo atraco varias joyas (muy costosas cavia resaltar)
 Y ahí estaban ambos, preparándose a mala gana para una nueva fiesta donde eran los invitados de honor. No podían decir simplemente no, además, Alemania lo había logrado convencer después de haber pasado más de la mitad de la mañana en ello explicándole a bolitas y palitos que se trataba de una reunión de negocios más que una fiesta para pasarla bien. Llegado el atardecer, de algún modo “milagroso” finalmente logro convencerlo de que asistiera, también sumado a que alego que así podría olvidarse por unos momentos aunque fuera, de su situación bastante compleja con aquel doncel que le había encandilado con tal facilidad
 Rusia, aun se pregunta de dónde demonios es que Alemania tiene el don para hacerlo acceder con sus comentarios; se estaba terminando de colocar la corbata mientras se observa en el espejo, rememorando todo lo que en pocos días había tenido oportunidad de encontrar. Si bien, es verdad que no gusta del tipo de fiestas a las que está obligado a aparecer, es verdad que debe agradecer que en una de ellas ha podido encontrar a aquel joven que le ha cautivado, tal vez, sin ellas, jamás lo hubiera podido encontrar en primer lugar; así que, trata de pensar que tal vez, las cosas no han salido tan mal como pensaba; otra cosa, era la regularidad con la que lo había estado encontrado, otra cosa también que lo tendría medio tiempo de buenas; sabiendo que siempre lo termina perdiendo, era normal que la otra mitad del tiempo estuviera de malas ¿Era mucho pedir que se quedara a su lado? Un momento
 Claro, Rusia se dice, no lo había pensado hasta ahora… no le ha pedido que se quede a su lado, aunque bueno, no es como que no quiera intentarlo, es que, siempre su aparecer indica velocidad, energía, movimiento… no te da ni un minuto para pensar o sino, lo pierdes para siempre; es normal, se dice a sí mismo, que no pueda pedirle que se quede a su lado, si siempre que trata con él, ya está buscando como escapar. Se aseguraría la próxima vez que lo vea, de pedirle que se quede con el
 Termina de acomodar una camisa de botones y un poco de holanes en las mangas, con un gran saco carmesí casi con la fora de una gabardina, en un color vino tinto con toques azul marino; un pantalón de terciopelo negro con varios cinturones a juego y finalmente la camisa desfajada dándole un aire más gallarlo de lo esperado, acabando por acomodar una pequeña pañoleta roja en su cuello que es adornada por una gema azul vibrante; una vez listo salió de su habitación encontrándose con Alemania quien iba con una camisa roja de vino tinto y varios holanes además de un chaleco blanco junto a un pantalón igual blanco y botas de marino volviéndolo un aspecto casi de pirata
 -¿Nos vamos ya?-  pregunta como siempre, ganándose un bufido de enfado de su “cariñoso” hermano junto a un simple y seco asentimiento; ambos “hermanos” se terminan colocando ambos mascaras para la fiesta de disfraces que se efectuaría justamente aquella noche tan especial. Alemania no tarda mucho para ver a Rusia rebasándolo y casi a punto de amenaza, obligándolo a que marchen ya para acabar con aquel asunto lo más pronto fuera posible. Alemania ríe por lo bajo, divertido del mal humor que tiene Rusia. Últimamente siente que sonríe demasiado gracias a ese pequeño ángel de nombre Polonia, pero no quiere aceptarlo aun… tal vez cuando consiga hacerlo su esposo pueda conseguir sonreír aun mas radiante, aunque por ahora, al tiempo que avanza para darle alcance a su “hermano” se da cuenta que ese doncel ladronzuelo le ha terminado por encantar a su querido y terco hermano y que ahora, por su precisa culpa, todos sufren las consecuencias de haberlos separado
 Llegar al lugar de la fiesta es algo verdaderamente largo para todos los que van en la carroza. Alemania trata de hacerle charla a Rusia pero no parece hoy mas conversador de lo que es regularmente; por lo menos, “a ojos de Alemania” no ha atacado a nadie ni hecho destrozos como teme que haga en un punto donde su paciencia explote en ira. Para suerte de Alemania, llegan a la fiesta con cierta velocidad que se hizo eterna debido al ambiente del ruso; aun así, una vez llegado, Rusia baja con ese porte serio que intimida y atrae las miradas de todos los que están cercas; Alemania suspira, esta noche sí que sería bastante agotadora aun para alguien como el
 Y mientras sus pensamientos vagan en el trabajo que tendrá esa noche para controlar a su querido primo político, sus ojos se posan en una cabellera rosa pálido que porta un vestido azul cielo casi traslucida sus telas, de gran escote, pegado a su plano pecho y desde sus hombros hasta los lados de sus brazos, varios holanes azules con partes blancas y un gran vuelo, un vestido abierto a forma de cascada desde el frente mientras que por atrás apenas se arrastra; aquella persona charla gustosamente con un grupo de doncellas ocultando su rostro detrás de un abanico blanco y un antifaz negro de mariposa. Alemania lo hubiera dejado de lado de no ser porque los largos cabellos rosas ondulados que a leguas se veían falsos habían caído grácilmente hacia su espalda dejando ver una marca pequeña y morada que le pareció intrigante. Alemania observo otro poco más a la doncella y finalmente toco el brazo de su agresivo hermano quien le miro amenazadoramente
 -Tal vez me equivoque pero mira por allá a la chica de cabello rosa y vestido azul…-  fue todo lo que alcanzo a decirle. Por suerte, aunque su hermano estuviera molesto, le hacía caso casi siempre y había sido eso lo que le había dado tiempo de ver a la misma joven que le señalaba Alemania de un modo discreto, rápidamente ubicándolo como el doncel que había desaparecido de su lado
 Por supuesto y sin demoras, Rusia había casi corrido a su lado; por desgracia, alguien más le había ganado y había llevado al doncel de ojos marrón directo a la pista de baile al tiempo que una suave música entonaba endulzando el oído de los presentes. Rusia rechino los dientes al compas que cerraba sus puños dispuesto a ir para acabar con el bastardo que sujetaba a “SU” doncel; sin embargo, apenas había comenzado la fiesta, el dulce ladrón se había alejado de aquel que le había invitado a bailar y se había marchado a la zona de comidas, suspiro entonces he hizo sus rubios cabellos blancos hacia atrás tratando de calmarse y comenzar a caminar lentamente para estar a su lado
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 -Una dama como usted no debería de ser vista con un indigno como aquel joven-  hable logrando que de nueva cuenta diera un salto ese doncel moreno; al girar su mirada sus ojos oscuros se abrieron de par en par al veme, sonreí de medio lado y tome su mano antes de que tratara de escapar; esta vez, inclinándome un poco y besando suavemente el dorso de esta, no pude evitar sonreír emocionado de saber que lo tenia de nuevo entre mis manos
-¿Me haría el honor de su compañía en esta velada, bella dama?-  pregunte galante, observando gustoso el suave rojo en sus mejillas y como tartamudeaba tratando de ver a todos lados e, igualmente al no ver manera de negarse termina accediendo; rio divertido y comienzo a caminar a su lado en cualquier dirección sin importancia
 -Es increíble la perfección en tus disfraces, otro poco y no te reconozco-  hago la mención divertido, observando sus gestos y llevándolo hasta la pista de baile donde comenzando con una suave melodía, hemos dado inicio a nuestra danza tranquila, el me mira molesto y no puedo evitar volver a reír divertido por sus tiernas expresiones
 -Se supone que nadie debería de reconocerme con esto puesto- gruñe molesto, haciendo un puchero, inflando sus mejillas y elevando sus labios en un adorable gesto que me hace desear besarlo, mas debo de mantener cierto respeto a su persona… por lo menos en publico
 -Es verdad, es difícil reconocerte pero…-  menciono, hasta acercando mi rostro al suyo, estando a escasos centímetros de rosar sus labios, gustoso hablo sobre ellos sintiendo el deseo del contrario por poder unirlos y su renuente lucha por no acceder a sus propios deseos; aunque no está muy diferente que yo, igual deseo robarle otro beso a este doncel que ahora se oculta tras los hermosos trajes de una hermosa damisela
-No me puedes engañar a mí, mi dulce ladrón fantasma… podría reconocerte sin importar que tipo de traje portes-  susurro en sus labios y finalmente llegando a su oído, puedo notar como gime apenas coloco mi rostro ahí y como trata de alejarme de aquel lugar que es tan sensible para el
 -N-No lo hagas cabron-  gruñe bajito, tan suavemente que me hace desear besar la zona, aun así, solo sonrío internamente gustoso por las acciones de mi amada presa; aferro su cuerpo al mío mientras llega la parte más movida de aquella pieza musical, el sigue mi ritmo con facilidad, como si ambos fuésemos uno, sonriendo radiantes y divertidos ambos con la situación y nuestro pequeño descubrimiento. El “tranquilo” baile se vuelve una guerra por su libertad aunque ahora que finge ser una dama le es imposible hacer movimientos más bruscos que los que hace, facilitándome el poder bailar con él, divertido de su guerra por su libertad y como poco a poco, parece dejarse llevar
 El baile termina y aunque él no lo quiera termina aun mas aferrado a mi pecho, solo que yo gustoso he inclinado su cuerpo para que se aferre a mi mientras nuestras miradas colindan sin oportunidad de separarse; este es el momento que había esperado; me acerco lentamente, falta poco para poder robar un nuevo beso de esos labios que me han hipnotizado; pero un leve salto suyo me hace salir de nuestra burbuja de sueños para volver a una realidad donde ahora ambos somos aplaudidos por el baile. Ayudo a ponerse en pie a mi “pareja de baile” y noto como dulce y tiernamente se abraza a mi pecho ocultando su rostro aun oculto tras la máscara; le miro gustoso, no es que me incomode, muy por el contrario, si se quedara así, sería perfecto pero igual tengo mis dudas con respecto a sus acciones
 -¿Qué te ocurre? ¿Te sientes mal?-  pregunto al tiempo que lo estrecho entre mis brazos para darle la protección que dulcemente pide sin palabras, puedo notar que su rostro esta calentándose muy rápido y por un segundo me llego a sentir preocupado ¿estará enfermo?
 -N-No… no me gusta que me miren… e-es… vergonzoso- susurra tan bajo que apenas puedo escucharlo; al cae en cuenta de aquello no puedo evitar reír divertido al tiempo que acaricio esos falsos cabellos rosas. Como desearía arrancarlos de su cabeza para que muestre toda la verdadera belleza que oculta tan celosamente; pero al momento reacciono, no es de mi agrado que haya alguien mas que le mire con esos ojos de tiburón a esta hermosa criatura, así que lo llevo con lentitud y cuidado hasta una esquina para vernos solo entre nosotros dos
 -Quien lo diría, la flor que mas resalta entre este montón de flores falsas y se cohíbe por algo como llamar la atención-  digo divertido como burlón, el solo me mira y hace otra vez ese adorable puchero, aunque no parece negar ni sentirse incomodo ante nuestra agradable cercanía, esto me permite estrecharlo más entre mis brazos para poder disfrutar del cuerpo del contrario aun sobre la ropa
 -Mi disfraz sirve para pasar inadvertido, no para ser el centro de atención-  me refuña, rio un poco más, a su lado me he dado cuenta que rio con tanta facilidad; todo lo que no había reído en mucho tiempo y eso, es bastante intrigante al igual que fascinante para mi
 -Te será muy difícil entonces mi pequeño ladrón… resaltas más que ninguno de los presentes, tu belleza natural es algo que muy difícilmente se puede ver por estos lugares donde todos son falsos y con mascaras aun más peligrosas que estas que tenemos hoy-  digo, acariciando su mejilla suave al tacto y tocando también su antifaz para hacerle comprender, el baja la mirada unos momentos y luego sonríe de un modo bastante amargo al tiempo que desvía la mirada al baile nuevo que se efectúa
 -No soy tan natural como crees ver… así como ellos, yo también poseo un antifaz; mi única diferencia es que no porto solo uno, sino varios y tu… mi noble señor, no serás quien para ver mi verdad-  dicho esto, se aleja de mi unos momentos, suspiro algo fastidiado, hasta cierto punto ha tenido mas que razón, no es para nada alguien fácil de leer y es eso lo que más me atrae de él. Camino un poco, no pienso perderle la vista pero prefiero mantener una distancia prudencial; notando molesto que no soy el único que observa con ojos felinos su silueta hermosa y perfecta, sino que otros más lo miran como a una presa y algo mas; gruño molesto, mas alguien capta mi atención. Un sujeto, idiota y joven como cualquiera que ha colocado algo en una bebida… pobre dama que lo beba, espero no sea veneno pero ese no es mi asunto
 Observando a México aun hablando con doncellas y donceles de su edad, observo con suave sonrisa, su silueta es encantadora y sublime, sin lugar a dudas, una de las joyas más hermosas de la corona. Pero algo que me ha alertado y hecho correr con velocidad hasta poder llegar a su lado fue otra situación aun más alarmante
 México había hablando con el mismo sujeto de hace un momento, el mismo que le entrega la copa con los polvos en su bebida y México como si nada lo ha bebido todo por completo, puedo ver en los ojos de aquel idiota sus malas intenciones para con el doncel que se oculta como una dama
 Puedo ver a México beber de la copa como si nada y aun antes de que aquel imbécil le ponga un dedo encima, he abrazado la cintura de México y lo he apegado a mi mientras observo su susto ante mi intromisión y como parece hablar entrecortadamente por mi nombre
 -¡¿Pero qué?!-  pregunta y reclama al mismo tiempo, mas no tengo tiempo para esto, solo observo al imbécil que me mira como a una amenaza y a un estorbo… en serio, si no fuera porque esto es una maldita fiesta de negocios, juraría que el ya no existiría más tiempo en este mundo
 -¿Quién rayos eres tú? ¡Piérdete! La dama está conmigo ahora-  suelta enfadado, todos miran la escena y yo solo lo golpeo, al diablo la alcurnia; aun antes de que pueda recuperarse por el golpe a su rostro, sujeto la copa que traía México y la tiro en el rostro del bastardo
 -No te atrevas a ensuciar los labios de una hermosa dama con tus venenos baratos, escoria de la sociedad-  dicho esto, tomo por la cintura a la doncella que no parece reaccionar y llegamos rápido al carruaje; por supuesto Alemania me llama a lo lejos, explicando solo que saldré de la fiesta antes de lo esperado, solo espero que no haya sido lo que me temo que es…
 Notas finales:
 Algo cortito pero por promesa, al siguiente cap hay lemon, así que nada… sean pacientes que se va poniendo bueno esto ¬u¬
 ¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
 Ko-fi 
 Patreon (No se muy bien como funciona) 
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qironvg · 3 years
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Capítulo 13: Impostores Sacan Relámpagos
Shen Qingqiu ya había confiscado su martillo; podría ser que iba a usar su enorme cuerpo para aplastar a Luo Binghe?
Pero al verlo con los brazos abiertos como para abrazar a Luo Binghe, algo en la mente de Shen Qingqiu dio vueltas como relámpagos, y todo su cuerpo comenzó a sudar.
¡Mierda! ¡Mierda, mierda, mierda, mierda! ¡Todavía está usando la armadura de espinas envenenadas!
En ese instante, Shen Qingqiu olvidó por completo la regla del cuerpo indestructible de Luo Binghe. Inconscientemente, se movió para bloquear.
Xiu Ya salió de su vaina, y la brillante luz blanca como la nieve atravesó directamente en el cuerpo del Anciano Martillo del Cielo. Pero el demonio se apoyó en la fuerza bruta y crueldad en su cuerpo para avanzar, y no estaba dispuesto a retirarse, incluso con un agujero en su pecho. En cambio, parecía muy contento, cargando hacia delante y dejando que la espada Xiu Ya le atravesara la espalda. Una sonrisa siniestra se extendió por su rostro y de repente cambió su dirección para arrojarse hacia Shen Qingqiu.
Shen Qingqiu rápidamente tomó la decisión, y se dio por vencido en detenerlo, pero ya era demasiado tarde.
Sintió un dolor punzante en su mano derecha, e inmediatamente una ola de frío recorrió su corazón hasta el fondo.
Anciano Martillo del Cielo se cayó en el suelo, escupiendo sangre.
–¡Shen Qingqiu, te derribé conmigo, jajaja! ¡Ha valido la pena! –río locamente.
–¡Shizun! –Luo Binghe de repente tomó la mano derecha de Shen Qingqiu–. ¿Te han pinchado?
Shen Qingqiu soltó su mano y dijo:
–No, todo está bien. No me han pinchado. No le pongas atención, solo quiere asustarte.
Mientras hablaba, agachó la cabeza para mirar hacia abajo, y su corazón rebotó frenéticamente de nuevo.
¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda!
Desde la muñeca hasta el brazo, ¡su piel estaba llena de múltiples pequeños agujeros! ¡Ya se estaban volviendo rojos!
Por suerte, él no tenía tripofobia.[1] Más bien, fue la cara de Luo Binghe que se le puso completamente blanca después de verlo.
Nadie podía escuchar los rugidos en el corazón de Shen Qingqiu: «puta madre, ¡¿cuantas veces ya te ha jodido el protagonista?! Ya sabes que no moriría, ah, ¡no puede morirse! Por qué te apresuras a rescatarlo, ¡que jodideraaaaas!»
El Anciano Martillo del Cielo al fin había arrastrado a alguien a la ruina con él, y ya no estaba deprimido.
–Yo nunca he dicho las cosas nomas por decir. Si digo que este veneno no tiene cura, no tiene cura. Señor de la cumbre Shen, ¡espere su muerte con tranquilidad! –dijo alegremente.
La luz de la espada brilló, y Luo Binghe sacó a Xiu Ya y la sostuvo contra su cuello. Sus movimientos fueron tan ágiles que Shen Qingqiu casi no los alcanzó a ver.
En ese momento, Luo Binghe parecía ser otra persona.
–¡Tu grupo ha de tener una solución! Si no me das el antídoto, te mataré primero! –dijo con frialdad.
–Joven, el Anciano Martillo del Cielo realmente no está mintiendo. Este veneno se llama Sin Cura[2] porque con los humanos realmente no hay cura –Sha Hualing contestó–. Ya que perdió el combate y además hizo algo como esto, solo lo espera la muerte; ¿Por qué temería ser amenazado por ti?
¡Sin Cura!
¡Nunca había escuchado un veneno nombrado con tan mínimo esfuerzo!
¡Aunque ya había leído la novela original y sabía sobre este veneno, Shen Qingqiu todavía no podía evitar maldecir[3] al “Gran Maestro” Avión Disparando Hacia el Cielo y su manera de nombrar las cosas!
Los ojos de Sha Hualing brillaron; era obvio que con el giro repentino en sus circunstancias, estaba planeando algo malvado de nuevo.
¿Cómo podría no saber la naturaleza de su personaje? Concentró su energía espiritual en su mano derecha para suprimir el continuo dolor punzante, mientras sonreía, fingiendo estar relajado.
–Aunque no te equivocas, ¿te has olvidado que ya he cultivado por muchos años? Ya que estoy en La Formación del Núcleo de Etapa Media, ¿todavía cuento como una persona común? –dijo Shen Qingqiu.
La expresión de Sha Hualing cambió, pero se calmó rápidamente y se rió.
–No se si eres una persona común o no. Pero, conozco un método para probar si ha sido envenenado. Cuando alguien está envenenado con ‘Sin Cura’, empezando de la herida, su energía espiritual se desconectará, y se extenderá a todo su cuerpo. Al final, no sólo su qi espiritual se estancará, sino que la sangre también. Le pido al Señor Shen que use su mano derecha para intentar un ataque de energía espiritual, y así veremos –dijo Sha Hualing.
Un ataque espiritual,[4] como el nombre indicaba, era acumular una gran cantidad de energía espiritual en un solo punto, y luego dejar que se explote violentamente usando las olas poderosas de la energía espiritual como ataque. Este efecto era similar a presionar un gatillo y disparar una bala, o lanzar un misil. El resultado en realidad dependía del cultivo de la persona.
Shen Qingqiu lo había practicado en privado y pudo alcanzar el nivel de lanzar una granada. Pero ahora, su mano derecha era como el brazo de un robot al que le habían cortado los cables. Se esforzó con todas sus fuerzas, pero su circulación espiritual había sido completamente bloqueada.
¡Maldita sea! ¡¿No podía haber quedado dañado con solo esto, verdad?!
Al escuchar la descripción de “Sin Cura”, los labios de Luo Binghe temblaron.
En ese instante, todas las veces que Shen Qingqiu lo había dañado en el pasado fueron olvidadas en su corazón.
Lo único que estaba muy claro era que los demonios habían lastimado a su Shizun al punto de dañar sus habilidades de cultivación, ¡hasta su vida estaba en peligro!
Todo eso por él.
Shen Qingqiu vio su expresión solemne y rápidamente acarició su cabeza.
–No te preocupes –Shen Qingqiu alzó los ojos, sonriendo–. No hace daño intentarlo. Solo que no voy a poder hacerlo sin algunos problemas. Joven Sha, hoy entraste y creaste pánico en la cumbre Qiong Ding, y lo he tolerado hasta ahora. Ahora he cambiado mi decisión. No puedo dejarte ir y venir como quieras; si lo hago, la secta de la montaña Cang Qiong sería un hazmerreír. ¿Por qué no hacemos un combate de ataque de palma, de vida o muerte? Sin importar quien termine herido y cómo, solos tendremos la culpa. Pase lo que pase, debemos aceptar el resultado. ¿Qué tal eso?
¡No podía mostrarse débil ahora!
La cumbre entera de Qiong Ding dependían de él, un miembro de la vieja generación, para apoyarlos. Una vez que él caía, con los cálculos de Sha Hualing, a lo más el resultado sería los demonios destruyendo la sala principal de Qiong Ding, llevándose la inscripción y los portones de la montaña de vuelta al mundo demoníaco, y de ahí la reputación de la secta sería destrozada. ¡El peor caso sería una masacre de toda la montaña!
No dudaba que esta mujer era más que capaz de hacer algo así.
Era mejor hacer una apuesta rápida, no sería tan difícil matarla al último momento.
Shen Qingqiu no se fijó que ni siquiera había tomado en cuenta el resto de los discípulos que habían allí, si estaban ansiosos, enojados, o indecisos.
Sha Hualing se mordió el labio, en conflicto.
Si Shen Qingqiu realmente no estaba envenenado, esto sería una batalla contra sus fuerzas espirituales, y ella definitivamente terminaría muerta. Pero si solo estaba fingiendo y perdía esta oportunidad para tomar a toda la cumbre Qiong Ding, ¿no se arrepentiría ella por toda la vida?
Shen Qingqiu la miró con calma; en su expresión no había ni anticipación ni evitación, solo esperaba su decisión.
Luo Binghe tiró de su manga y dijo:
–Shizun, yo estoy dispuesto a tomar su lugar, y recibir el ataque.
–¿En qué sentido sería aceptable que un maestro sea protegido por su discípulo? –dijo Shen Qingqiu, jalando su manga para atrás sin cambiar su expresión.
–Pero te hirieron por mi culpa… –dijo Luo Binghe.
–Pues si ya sabes que fue por ti, ¡encárgate de proteger tu propia vida! –dijo, dándole una mirada enojada.
Luo Binghe sufrió un golpe al corazón; no pudo decir nada, pero sus ojos se pusieron aún más rojos.
–¡Entonces, Señor Shen, por favor discúlpeme! –dijo Sha Hualing, apretando los dientes.
–¡Ven! ¡No te mostraré piedad! ¡Deja que el destino decida quién vive o muere! –dijo Shen Qingqiu.
El corazón de Sha Hualing comenzó a latir con fuerza en su pecho, y no se atrevió contestar. Se lanzó hacia arriba con un salto, su palma blanca como la nieve acompañada con una fuerte y negra energía demoníaca.
Shen Qingqiu empujó a Luo Binghe hacia un lado. Ya que se había preparado, con este golpe, ¡se aseguraría de que no hubiera victoria para ambos!
Sin embargo, no había salido volando por el ataque de Sha Hualing, ni tosió sangre, ni murió con el cuerpo destrozado.
Lleno de aura asesina, el líder de la cumbre Bai Zhan con su espada ya fuera de la vaina, sin levantar ni un dedo y solo usando la fuerza de la energía espiritual que emanaba de su cuerpo, aventó a Sha Hualing quien estaba atacando con todas sus fuerzas con una explosión.
Después de un momento en silencio, toda la cumbre Qiong Ding pareció explotar.
–¡Liu-shishu!
–¡Liu-shishu salió de reclusión!
¡El Dios de la Guerra de la cumbre Bai Zhan ha salido de reclusión; demonios, a ver si ahora se atreven a ser arrogantes!
Los aplausos eran más grandes que como de genial[5] Shen Qingqiu iba a ser justo ahora. Una lluvia de lágrimas cayó sobre su corazón.
«¡Que presumido! ¿Ahora decidiste llegar? ¡Déjame ser genial también!»
Esto era prueba del “fan service” es novelas sementales. Después de que Sha Hualing fue arrojada, la tela roja cubriendo su cuerpo también explotó, causando una serie de exclamaciones. Rodó de forma elegante y se paró con un gruñido. Los demonios eran audaces y sin vergüenza por costumbre, y aunque todo su cuerpo estaba censurado no se acobardó y tiró cruelmente de la capa de uno de sus subordinados para cubrirse.
–¡Hoy fue un error mío! ¡Definitivamente nos toparemos en el futuro! ¡Todos, vámonos! –dijo Sha Hualing.
–Saliendo y entrando cuando quieres, ¡que desvergonzados! ¡Sigue soñando! –dijo Liu Qingge, riéndose con frialdad.
Su postura cambió, y la espada Cheng Luan en su espalda se alzó hasta el cielo. La energía tangible pareció convocar cientos de espadas resplandecientes, que se organizaron en una matriz brillante antes de caer hacia abajo como lluvia sobre la multitud de demonios.
Sha Hualing y su ejército huyeron mientras ella convocaba un rayo de gasa roja sobre sus cabezas como protección, antes de lanzarlo hacia arriba. Desafortunadamente, simplemente no pudo bloquear la feroz lluvia de espadas, y muy pronto la gasa roja estaba llena de agujeros. Los discípulos de la montaña Cang Qiong comenzaron a bloquearles el camino, así que la mayoría de los demonios sufrieron grandes heridas o fueron capturados. Solo el grupo pequeño que rodeaba a Sha Hualing logró huirse de la montaña, completamente humillados.
Después de envainar su espada, Liu Qingge se dio la vuelta, sin expresión, y examinó la condición de la herida en la mano de Shen Qingqiu. Los discípulos de la cumbre Qing Jing también lo rodearon. Más de diez caras, todas con la misma expresión de ansiedad.
Shen Qingqiu suspiró y dijo:
–Definitivamente tome la decisión correcta en enviar a Ning Yingying a copiar a Xue Yi,[6] para golpear en la pared de las cuevas Ling Xi y gritar hasta que salieras.
–¿Quien es Xue Yi? –preguntó Liu Qingge.
–La belleza del mundo –contestó Shen Qingqiu–. ¿Cómo estoy?
–No moriras por ahora –resopló Liu Qingge.
Aunque había dicho esto, su mano izquierda no paró de enviarle energía espiritual al cuerpo de Shen Qingqiu, y su expresión se volvió grave. Shen Qingqiu miró su mano y Liu Qingge declaró específicamente:
–¡Estoy devolviendo lo que me diste en las cuevas espirituales!
¡Que actitud tan tsundere!
¡Su plan de hacerse amigos con Liu Qingge estaba yendo bien! Pero las venas en el cuerpo de Shen Qingqiu parecían tener una serie de espasmos, así que no pudo sonreír.
–Liu-shishu, este veneno “Sin Cura”, ¿realmente no tiene cura? –preguntó Luo Binghe.
Liu Qingge lo miró, y aún no había contestado cuando de repente las rodillas de Shen Qingqiu se sintieron muy débiles, y casi se caía de rodillas. Por suerte, Luo Binghe lo había estado soportando. Pero Shen Qingqiu ya no podía seguir parado y agitó su mano.
–Déjame acostarme… déjame acostarme por un rato –dijo Shen Qinqgiu.
Luo Binghe nunca lo había visto así de débil. Se arrodilló junto a Shen Qingqiu con ojos rojos, y un nudo en la garganta.
–Shizun…
Con dificultad, Shen Qingqiu levantó una mano y acarició su cabeza como siempre había querido. El bocado de sangre que había estado conteniendo finalmente se derramó.
Ya que las cosas estaban así, todavía termino de decir una línea importante para ganar su favor.
–Sabía que… ganarías.
Al escuchar esta oración, Luo Binghe sintió todo su cuerpo temblar.
Después de pensarlo, Shen Qingqiu pensó que si él estuviera viéndolo de un punto de vista omnisciente, hubiera explotado y tirado el libro y maldiciendo: «¡que chingados es con este personaje ah, maltratando un momento y salvando el siguiente, ha de estar mal en la cabeza! ¡Múltiples personalidades!
Justo en ese instante, el sistema mandó una notificación.
[Complejidad del personaje Shen Qingqiu: +20. Profundidad del personaje, +20. Puntos de suspensión +10, puntos B totales +50.]
… Shen Qingqiu está horrorizado. ¿Así se calculaba la profundidad del personaje?
¡Por favor no inventes extraños tipos de puntos, gracias!
Como su visión se estaba oscureciendo, Shen Qingqiu levantó su cabeza, y pensó que vio las lágrimas de Luo Binghe cayendo de sus ojos como perlas.
Habría visto mal.
Ese fue su último pensamiento antes de perder el conocimiento.
[1]密集恐惧症, la fobia de grupos de pequeños agujeros
[2] 无可解, lit. no tiene cura
[3] 吐槽, se refiere al concepto japonés de tsukkomi, un rol en comedia manzai.
[4] 灵力暴击, un golpe violento de energía espiritual
[5] aquí Shen Qingqiu usa B, así que es un juego de palabras. Se refiere a los puntos B que ha ahorrado, y la imagen de ser chido que había sostenido.
[6] 雪姨, literalmente “Tia Nieve”, un apodo para la famosa actriz Wang Lin, referencia a un personaje que actuó en una obra china Romance en la Lluvia
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hanabiaoi · 6 years
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AMOR DE LAMIA
CAPÍTULO 27 
Era... esto no era lo que estaba esperando en absoluto... ¿cómo demonios fue que sucedió? él le había declarado sus más sinceros sentimientos a Sans y este simplemente huyó del lugar, lo rechazó y de la forma más cobarde se fue, sin duda estaba molesto, triste también pero como siempre su rasgo le hacía sentir más enojo que cualquier otra cosa; así que mejor puso su cuerpo y mente a trabajar tan rápido como pudo, dejando una buena cantidad de dinero sobre la mesa y corrió hasta su auto estacionado en la calle y comenzó a manejar tan rápido como la ley se lo permitía, estaba prácticamente seguro de saber a donde se había dirigido Sans.
...
El pequeño esqueleto ex-lamia, estaba temblando en la sala del departamento, se las había arreglado para rechazar a Edge tras la confesión de este... le dijo que le gustaba... ¿pero y el otro? ¿lo habría dejado Edge por culpa de Sans? el solo pensarlo lo hacía sentirse muy mal, pero entonces se dió cuenta que no se había movido y debía irse, antes de que su amigo lo encontrara aquí y lo confrontara.
Sin perder un poco más de tiempo el esqueleto fue directo a su habitación y comenzó a quitarse la ropa que llevaba puesta para ponerse algo de lo poco que él se había comprado, dejando todo lo que el más alto le hubiese comprado antes, la ropa que era realmente suya junto con su serpiente de felpa la puso dentro de una mochila que Alexa le regaló al poco de entrar a trabajar, del cajón de su mueble de noche sacó el dinero que estuvo ahorrando y luego sacó su caja de recuerdos de debajo de la cama.
...
Como un poseso Edge manejó hasta llegar al estacionamiento del condominio, debido a la hora había poco tráfico y el restaurante no estaba tan lejos en carro, como máximo unos 10 minutos, rápidamente bajó del carro y pudo ver que las luces del departamento estaban aún prendidas, este era el momento de demostrar que sus largas piernas no solo le servían para respirar aire más puro, ah no, hoy sí que les daría un buen uso corriendo hasta la puerta de su casa.
...
Sans ya tenía todo listo, corrió a la sala para ir a la puerta y se detuvo a ver el lugar una última vez, quería grabar en su memoria cada preciado momento que vivió ahí, pero ya todo estaba hecho y ahora él solo podía ver la opción de irse para salir de una vez por todas de la vida de Edge.
Justo cuando daba la vuelta el alto esqueleto entraba por la puerta principal activando su magia azul para evitar que Sans escapara con uno de sus atajos, no!, lo había atrapado y se notaba por el aura que despedía su magia que estaba realmente molesto.
-AH NO, TU NO TE VAS HASTA QUE ME DES UNA EXPLICACIÓN, YO ME ARMO DE VALOR PARA CONFESARTE MIS SENTIMIENTOS Y TU ME DEJAS AHÍ VOTADO.
-E-edge d-dejame ir por favor...
-NO, AHORA VAS A EXPLICARME TODO, TE HE DICHO LO QUE HAY DENTRO DE MI ALMA Y A TI SIMPLEMENTE NO TE IMPORTA, QUIERO LA VERDAD!!- con esto Edge se acercó y tomó a Sans por los hombros, por lo que por un momento el pequeño temió que el otro lo lastimara... esto ya era demasiado, además después de ese desplante, lo más seguro es que su amigo lo terminara odiando, así que no tenía opción, igual ya no tenía nada que perder.
- Esta bien!! te diré la verdad, toda la verdad... no me lastimes- no pudo evitar bajar la mirada y dejar que Edge lo levantara por los hombros para sentarlo en el sillón lo más delicado que pudo mientras se para frente a él esperando que hablara.
-¿Y BIEN?!
Sans estaba asustado pero ahora también ya se sentía al límite, su falsa respiración se agitó mientras levantaba la mirada para sostenerla directamente con la de su amigo.
-Me enamoré de ti!! si, me enamoré en cuanto regresaste a Ciudad Ebott y lo hice de forma tan estúpida que sin pensarlo renuncié a ser lo que era por ti!! renuncié a ser una lamia para poder estar a tu lado, sin restricciones, sin miedos... pero me equivoque... no pensé en nada más que estar contigo y esa noche en la que le entregué mi inmunidad a la Luna me transporte directo al parque...- por la mejillas de Sans rodaban gruesas lágrimas pero nunca rompió el contacto visual con Edge- te vi!! te vi, estabas con otro esqueleto abrazado, entonces me dí cuenta de lo imbécil que soy, por no haber pensado que tu ya tuvieras a alguien más en tu vida.
Edge estaba sin palabras, todo este tiempo Sans había estado enamorado de él, pero no solamente eso, había dejado todo atrás debido a que quería estas a su lado, sin embargo... ¿a cuál esqueleto se refería? el arquitecto no tenía una pareja ni nada parecido, así que comenzó a hacer memoria mientras Sans se desmoronaba en llanto en el sillón; fue luego de un poco que lo recordó, pudo saber con quien lo había visto el más bajo y eso lo hizo molestarse un poco, no con su amigo sino con...
-Eso sigue sin explicar porque me has rechazado de esa forma tan radical.
-¿Cómo me pides ser tan desconsiderado?!! había alguien que te amaba y yo solo vine a ponerme en su camino... eso está mal, tu ya tenías alguien que era tu compañero...
-BASTA!!- Edge no pudo evitar levantar la voz pero enseguida trató de tranquilizarse para luego sacar su celular- ahora mismo se va a aclarar todo este desastre, lo que viste no fue lo que pensaste que era y te lo probaré.
Sans estaba asustado tras escuchar eso y sus ojos se abrieron como platos al ver que el más alto ya había marcado algún número en su teléfono, y casi podía escuchar el tono distintivo de la llamada entrante... por fin alguien contestó del otro lado de la línea, no pudo entender lo que el otro decía pero de inmediato el alto esqueleto frente él decía.
-Mira pedazo de cenicero andante, será mejor que traigas tu perezoso trasero hasta mi casa y aclares una situación que tengo entre manos
-No, por favor Edge, no lo hagas venir- al pequeño la idea de ver llegar a esa persona le hacía sentir que su magia se congelaba en el momento pero a su amigo no pareció importarle eso.
-Me importa un carajo lo que estés haciendo!! vienes ahora mismo o puedes irte despidiendo de este mundo en cuanto te encuentre- una de las pupilas de Edge comenzaba a brillar de un rojo muy intenso haciendo que el más bajo sintiera más temor.
Al parecer solo una breve respuesta del otro lado de la línea y la llamada ya había finalizado, dejando a los dos mirándose.
-Él estará aquí en 2 minutos.
...
Y tal como lo había dicho a los dos minutos de una espera muy silenciosa la puerta del departamento era ligeramente golpeada, lo que le hizo a Sans dar un pequeño brinco en el sillon de que no pudo levantarse pues Edge aún lo tenía atrapado con su magia azul; el alto esqueleto fue a abrir la puerta y una voz apenas perceptible su pudo escuchar.
-Oye, tendré que dejar a mi acompañante afuera, espero que esto no tarde, estábamos en medio de algo sabes...
-Entra de una buena vez- Edge dió paso a ese otro esqueleto casi tan alto como él, quizá unos 10 cm era la diferencia entre ellos, pero este no tenía dientes filosos sino más bien planos, sus pupilas eran del mismo color de la miel, un mezcla de Justicia y Valentía sin duda; sus ropas no eran más que una sudadera naranja que parecía quizá una talla más grande de lo necesario, unos pants negros con rayas blancas y tenis con la agujetas desatadas.
-¿Qué es tan importante que me hagas venir a tu mansión Edgyboy? - ese sobrenombre de inmediato hizo que la cara del mencionado se volviera roja.
-TE HE DICHO MILES DE VECES QUE NO ME LLAMES DE ESA FORMA!!! AHORA VEN!!
-Hey Edgelord ¿que no te han dicho que raptar gente es ilegal por aquí?- fue lo primero que se le ocurrió decir al otro esqueleto al ver que Sans era sujetado con magia a través de sus alma.
Por su parte Sans estaba temblando ligeramente al ver que en efecto este era el mismo esqueleto con el que vió a su amigo en el parque aquella noche, se sentía aún peor viéndolo en persona ¿cuál era el punto del arquitecto en ponérselo justo enfrente?
-Te dije que vinieras para poder aclarar un gran malentendido con mi amigo aquí presente- entonces este dirigió su mirada al más bajo mientras seguía hablando- y la forma más rápida de hacerlo es presentandote... CON TU NOMBRE COMPLETO... nada de abreviaturas ni nada por el estilo, nombre completo AHORA.
-Oww vamos Edgelord... ¿él nombre completo?.. pero- el mencionado simplemente lo miró como si estuviera a punto de apretar su cuello y eso fue suficiente estímulo para el otro- ok ok... Mucho gusto mi nombre es Strech Papyrus Serif, a tu servicio.
Espera... ¿QUE?... ese nombre...
-¿Has dicho P-papyrus?
-Sep! ese mismo soy yo y el idiota que tenemos aqui tambien- dijo Strech.
Los otros dos habían comenzado a hablar pero todo eso no fue más que ruido de fondo para Sans quien comenzaba a atar cabos sueltos al fin... otro Papyrus, eso solo quería decir un algo: estos dos eran primos y todo el tiempo él pensó que eran otra cosa por no haberle preguntado directamente qué había sucedido esa noche, solo pudo bajar la mirada al piso mientras su cara estaba más azul que nunca, se sentía el más tonto de todo los monstruos sin duda alguna.
-Oye... como que tu amiguito no se ve muy bien- Strech se veía claramente incómodo pero en eso escuchó que tocaban nuevamente a la puerta- hum... Edge mi acompañante se debe estar impacientando...
-Déjalo pasar- la verdad es que ya no estaba poniendo mucha atención a Strech sino a Sans, pues lo veía realmente avergonzado al haber entendido toda la situación, ahora él también se sentía algo mal por haberlo hecho pasar por esto pero era la única forma de que entendiera.
-Ok! tan solo voy a...- el esqueleto sudadera abrió la puerta e invitó al otro a pasar; aún desde la puerta era posible ver al más bajo sentado en el sillón, pero estaba tan metido en sus pensamientos que no se dió cuenta que la magia azul de Edge se había disipado por completo, así que al entrar el acompañante Strech logró verlo de inmediato.
- Papy! me estaba aburriendo mucho ahí afuera y... ¿Sans? ¿Eres tú Sans?  
Al escuchar esa voz y que su nombre era mencionado el pequeño esqueleto de magia azul alzó incrédulo la mirada al ver que el acompañante de Strech era un esqueleto tan bajo como Sans mismo, al que reconoció de inmediato.
-... Blue!!..- este corrió a abrazar a Sans rápidamente ante la mirada sorprendida de los primos que no pudieron evitar hacer la misma pregunta al tiempo.
-¿Ustedes dos se conocen?
Los dos esqueletos más bajos se separaron para ver a los primos y también contestaron al unísono.
-Él es la otra lamia de la que te hablé.
-Aunque creo que ambos tuvimos la misma idea ¿o no Sans?- preguntaba Blue dejando ver una gran sonrisa en su rostro.
Vaya vaya... esta noche se dió lugar a una confesión, un rechazo, la resolución de un malentendido y ahora esto, que afortunado que la noche aún fuera bastante joven.
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Hola!!! soy Hanabi!!!
ahhhh si ya sé que me tardé horrores en actualizar pero se me cruzó el aniversario de MUD y hubo mucho que hacer de este lado, colorear imágenes, seleccionar ganadores, publicar cosas en tumblr y poner nuevos multimedias en ese libro y publicar el shot Bonus con un final adicional en el libro de shots, pero aquí lo tienen...
... Por otra parte... CAYERON REDONDITOS!!! de verdad creyeron que Edge estaba saliendo con Strech??? jajajajajajaja no!! ellos son primos en realidad y el rubor de Edge en esa ocasión se debió a que Strech lo tomó por sorpresa y lo llamó Edgyboy... jajajajajajajajajajaja... ojala pudiera ver sus cara en este momento... o acaso alguien se dió cuenta de que esto sucedería?? bueno, ahora ya saben la verdad de lo que sucedió en aquella noche, que pasará ahora? muajajajajajaja
espero tardar menos en el próximo y no olviden que ya estamos en los ultimos caps fuhuhuhuhu.
nos vemos en la próxima y no olviden no meter el dedo en aceite hirviendo XD
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mxrrifxr · 6 years
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A un año de su emisión, el Music Bank desataba locura entre la juventud.
El programa, transmitido por KBS, no escatimaba recursos para conseguir las presentaciones más sensacionales del momento, incluyendo tanto innovadores efectos visuales y de sonido, como la asistencia de grupos top line en cada promoción de una nueva canción.
Debido a ello, no existía chica en toda Corea que no dedicara la tarde entera en cantar a todo pulmón sus melodías favoritas o intentando seguir la coreografía de la boyband que sacudía su corazón. A veces significaba un momento reconfortante tras tantas horas de estricto estudio y también –muchas– otras veces resultaban siendo castigadas por sus madres al patear el colosal televisor a color que costaba una pasta inimaginable; ¡aún más si se podían grabar programas en una cinta VHS!
En pocas palabras: Music Bank era una influencia a la cual considerar.
Al estar ahí lo tenías todo. Demonios, con emitir una presentación ahí, ¡ya podías ser lanzado en directo a la fama!
Claro que, ellos ya no lo necesitaban tanto.
En el transcurso de los últimos meses Bangtan Sonyeondan incrementó su fama de forma considerable. Aparecían en todos lados: especiales de revistas, promocionales de restaurantes y productos, espectaculares por las calles.
De igual forma, la fanbase que al inicio era humilde no demoró en convertirse en una marea de hormonas rosas que los perseguían por todas partes, levantando por los aires y a todas partes la mercancía oficial de su nombre. ¡Eran tan locas! ¡Incluso los perseguían al servicio para poder entregarles regalos!
Y no es que ellos no aceptaran un amor tan puro como el de sus fans, sino que en ocasiones era tan denso que resultaba agobiante, sobre todo considerando el nuevo término que surgía de boca en boca: sasaeng.
No obstante, a pesar de abrazar tan súbito éxito, no podían darse el lujo de permanecer tranquilos.
De tal forma que cuando KBS los contactó para promocionar su nuevo mini álbum en el más icónico programa de la historia (TRANSMITIDO A COLOR), ellos aceptaron frenéticamente, casi arrodillándose como agradecimiento.
“HYUNG, HAY QUE DEJARLOS BOQUIABIERTOS”
La emoción de Taehyung era más notoria que sus increíblemente largos mechones de cabello al más puro estilo Backstreet boys o que sus pantalones tan anchos que –si corría– llegaban al suelo (por suerte sus calzoncillos eran casi igual de largos).
Él, por su parte, estaba extasiado por una razón un poco diferente.
Los productores habían llamado a su mánager dejando muy en claro que sí, ellos tendrían una aparición más que memorable, pero asimismo tendrían que compartir la transmisión con otro grupo que igualaba su número de fans y –por poco– superaba su popularidad... EXO.
Habiendo mencionado eso, también valdría la pena aclarar lo abierto que Hope era con otros idols. No temía dirigirse a superiores o a grupos del mismo rango para pedirles su número telefónico. Después de todo, gustaba –en exceso– de salir a beber con alguien y así quejarse del trabajo en una noche añejada.
Y en el grupo mencionado anteriormente conocía alguien con quien congeniaba de puta madre cuando se refería a tragos: ChanYeol a.k.a Dumbo.
Tanto tiempo sin verlo o contactarlo y ahora sólo faltaban un par de minutos antes de intercambiar bromas infantiles –rozando la estupidez fingida–.
En aquel momento le retocaban el peinado usando litros de fijador para cabello además de un maquillaje levemente imperceptible que a la vez afilaba sus facciones con naturalidad.
Todos a su lado entablaban una conversación tan amena como ansiosa, desvelando un poco del nerviosismo que se apoderaba de sus corazones.
Debían romperla en aquel momento, no sólo por la fama o la oportunidad que suponía el evento, sino como agradecimiento a las fans que hicieron posible algo tan grande para su carrera.
Alucinando en sus pensamientos, Hope se vio interrumpido con un grito ajetreado del staff.
— Maldición, ¡todos aquí deben apresurarse! ¡EXO acaba de llegar al estudio y tenemos treinta minutos para la apertura! ¡Muevan sus traseros! — El jefe del staff agilizaba a todo su equipo con las palmas que disminuían en ruido conforme se alejaba.
Compadeció a la chica que moveteó las manos sobre su anatomía, arreglando los detalles más visibles y que pronto salió echando chispas por la puerta. Seguramente no le pagaban lo suficiente.
Pero él, con una actitud muy contraria, se levantó del asiento excusándose con el resto de sus amigos para poder atrapar al orejón en el pasillo antes de que las estilistas iracundas pusieran sus manos sobre él hasta el inicio del programa.
Es decir, ¿por qué esperar cuando podía adelantarseles?
Siendo así, corrió a trote por los pasillos del lugar, asintiendo con la cabeza a quien lo llamaba por su nombre.
Podía ver a un equipo de profesionales moviéndose casi a su ritmo, y por el uniforme que llevaban contaba con que serían parte de la SM que a su vez estaría cuidando a EXO en tal intervención.
Lo tomó como un buen presagio, debido a que entonces su objetivo estaría cerca.  
Segundos después, comprobó que su corazonada era verdadera.
Halló a Yoda pegado a un vitral. Murmuraba en voz baja, dirigiéndose a Sehun.
Su atuendo, pese a no ser el que usaría oficialmente en televisión, lucía a la moda. Pantalones de mezclilla holgados y caídos, cabello reluciente levantado (con el mismo exceso de spray fijador) que dejaba expuestas su características orejas, además de la camisa pegada en un color negro que abarcaba en absoluto la tela.
— ¡Hey-yo, Dumbo hyung! — Saludó sin formalidad alguna, levantando una mano en el aire como se acostumbraba en la onda de aquellos días dorados. No obstante, concedió una pequeña reverencia para el compañero de su amigo.
Yeol se dio cuenta de su presencia y lo saludó a medias levantando la palma.
Tenía un gesto divertido que no podía descifrar. Por un lado parecía estar divirtiéndose a causa de algo, pero al mismo tiempo se advertía cierta rigidez en su sonrisa.
La curiosidad ganó en Hoseok y se aproximó al punto que veían tras el vidrio.
— En verdad están locas.
Entendió nada más ver lo que ellos.
En el piso inferior se encontraba la entrada destinada a los fans que asistirían al “concierto”. Para aquella ocasión se rumoraba que los boletos volaron en menos de cinco minutos pues BTS y EXO eran los grupos con mayor número de fans en aquel momento; muchos otros fandoms se vieron afectados pues eran estos dos últimos los que acapararon toda la capacidad del recinto, más no había algo que se pudiera arreglar al respecto.
La noticia fue sorprendente incluso para ambos grupos, pero no tanto como lo que sus ojos veían en aquel momento.
— Largo de aquí, conseguiremos los mejores puestos. ¡Ustedes no tienen oportunidad! — Los gritos eran cantados por el ejército de EXO-Ls reunidas en aquel momento.
— Por suerte EXO será el primer grupo en presentarse, después ustedes se irán junto con su mal olor. No merecen el arte. — Auguró la líder de ARMY fans, cruzándose de brazos y clavando bien los pies a la tierra.
— ¡BTS no llega ni a la suela de EXO, ellos sí merecen estar aquí! ¡Aceptalo! ¡No hay talento en BTS! — La respuesta se abrió paso entre el gentío, dejando a plena vista a una joven delgada con una camiseta del logo oficial de su grupo predilecto.
— ¿Eh? Ajumma, ¿has tomado tus medicamentos hoy? Porque creo que tu problema del oído interno te sigue afectando.
— ¿A QUIÉN CREES QUE LE ESTÁS DICIENDO AJUMMA? ¡NO PUEDES REFERIRTE A MÍ ASÍ CUANDO TUS LÍNEAS FACIALES YA ESTÁN MARCADAS! — Vociferó a todo pulmón la líder contraria, acercándose peligrosamente.
La otra chica estalló en carcajadas, orgullosa de lo buena que era provocando al gentío de perdedoras ahí. Más, poco le duró el gusto; ella vio como la chica anterior sacaba un póster del rostro se JungKook de su bolsillo y comenzaba a romperlo en pedacitos frente a su rostro, deletreado la palabra “basura” con las comisuras de sus labios.
La ira tiñó de rojo el gesto de la ARMY que avanzó dos pasos y golpeó con palma abierta la mejilla de su enemiga.
Ésta última no se quedaría de brazos cruzados, sino que saltó al ataque usando uñas, manos y dientes para atacar a su contrincante.
Los gritos de dolor y obscenidades que surgían de la pelea llegaban a los oídos del trío de idols a pesar de estar en un piso superior.
Las veían avecinándose a la entrada sin dejar de atizar golpes a diestra y siniestra, “defendiendo” el honor de sus insuperables idols.
— Mierda, ¡esa casi queda sin camiseta! ¿qué carajo ocurre en su mente? — Hoseok también vislumbró a la joven que parecía mantener el rostro bañado del color de la vergüenza.
SeHun mostró su desacuerdo negando con la cabeza y desapareció en el fondo del pasillo cuando vio pasar a su estilista.
Restaban ChanYeol y él, que no podían apartar la mirada de tal masacre.
— Esto ya es suficiente, hyung. — Mencionó caminando directo al ascensor. Pensó que el otro no lo acompañaría pero erró, pues tras de él su amigo avanzaba a zancadas, dejando pasmado tanto al equipo de seguridad correspondiente a KBS como a la seguridad extra que escoltaba a los idols de ambos grupos.
Los mánagers echaron a correr por las escaleras tras el par prófugos.
“¿ACASO NO PIENSAN EN LO QUE HACEN? POR MIL DEMONIOS” Tronaban los guardaespaldas entremezclados en un tumulto ansioso y frenético.
Mientras que en el ascensor, Hope pensaba cuál sería su actuar al llegar a la escena; por obvios motivos, no se atrevía a acercarse demasiado, más aún así debía poner un alto de peso en aquel desastre.
ChanYeol tamborileaba los dedos, recargandose en una de las paredes con los brazos cruzados sobre el pecho. Tampoco parecía tener intenciones de hablar en aquel momento. Bueno, ni en aquel momento, ni después de éste, pues la sonrisa irresponsable que sostuvo al inicio ahora ya sólo era una franja dura que no cedía a la inconformidad.
Por casualidad, segundos antes de que las puertas se abrirán, ambos hicieron contacto visual, hallándose decididos a lo que harían.
Coordinaron sus pasos sin intención, en tanto una línea de hombres aseguraban la entrada y salida alrededor de las celebridades. A los costados, llegaban los primeros guardias que inútilmente les aconsejaron frenar; ellos respondieron con una mirada de fastidio, pues, por favor, tal evento no hubiese acontecido si ellos desarrollaran debidamente su trabajo. ¿Dónde estaba el maldito orden del que ellos se encargarían? ¿pensaban que ellos sólo eran jóvenes talentosos y atractivos?
Su trabajo como Idol no se limitaba a sonreír frente a una cámara, sino a representar y encaminar a buen puerto el corazón de los jóvenes que tenían sus ojos fijos en ellos.
Motivo por el cual ahora no querían apartar la mirada y ceder (tras lo que ya era mucho tiempo) el control de la situación.
ChanYeol le colocó una mano en el hombro al colosal sujeto que retenía su paso. Acción tan fría pero elocuente a la que el contrario no supo hacer más que obedecer.
Las puertas se abrieron con el apoyo del staff, revelando la presencia de los chicos.
Tanta algarabía se vio reducida a un murmullo incrédulo después de gritos mencionando la bienvenida a ambos.
Las dos filas, que en algún momento tuvieron la intención de proporcionar una entrada organizada, volvieron  a adquirir forma. Y apenadas, no por sus acciones sino por su aspecto, comenzaron a arreglar su cabello, maquillaje y ropas para poco después elevar con orgullo los carteles de apoyo.
— ¡ChanYeol oppa! ¡les he dado duro! ¡les he hecho entender que EXO es el mejor!
— ¿Sigues mal de la cabeza? ¡Ahjuma, no seas ridícula! ¡BTS ya lidera Corea! ¡cuida tu boca y vive de forma responsable!
Nuevamente se abrió el griterío entre las chicas. Sus pantalones estilizados de corte recto, las camisetas en monótonos colores, los peinados prolijos y altos gracias a cientos de pasadores. Una horda femenina de soldados dispuestos a acabar con su contrincante.
— ¡YAH! ¡¿Qué rayos hacen?! — Intervino Hoseok, pronunciando por fin sus más preocupantes pensamientos. — Entonces, ¿lo que ustedes dicen es que ChanYeol sunbae y yo también deberíamos pelear?
Las manos del rapero de BTS sostuvieron con ligera violencia la camisa del mayor, quién no reaccionó en absoluto.
— Hope-ssi, ¿estás loco?
Él, continuando con su intervención, siguió con el acto cogiéndolo por la cabeza con la mano restante. Ambos quedaron a una distancia breve.
Elevó una ceja con aspecto amenazante que combinó a la perfección con el peligroso movimiento de su brazo, tomando impulso para un buen golpe seguro.
Las fans contenían el aliento entre insultos o palabras de aliento para ambos jóvenes, una que otra chica continuaba agrediendo a las demás; pero la mayoría concentraba su vista en la aterradora escena que tenían en frente.
Finalmente, movió el puño como atizando la furia que predominaba en el ambiente. No obstante, ninguna colisión hizo eco.
En realidad, los brazos del menor se extendieron envolviendo a Yeol en un abrazo, manteniendo una sonrisa en sus labios y en los de su amigo, quienes pronto estallaron en carcajadas.
— ¿En verdad pensaron que él me iba a golpear? ¿le han visto los bíceps? — ChanYeol estiró los brazos en el aire, sonriendo para todas sus fans como signo de redención.
— Aigoo, Channie y yo, ¡somos amigos! — Murmuró, separándose de su superior. — “Very, very friendu”— El inglés fraudulento que emanaba de sus labios consiguió arrebatar carcajadas a las ARMYs y a algunas EXO-Ls. Aprovechó el buen ambiente que poco a poco carcomía la enemistad, y de esta manera abrazó con un brazo los hombros de su amigo. — Así que, ¿por qué pelean ustedes? ¿por nosotros o por su propio orgullo?
— EXO y BTS hemos llegado aquí con el deseo de aliviar sus corazones y sin embargo las cosas se han tornado de esta forma. — Yeol consiguió expresar sus sentimientos, retomando aquel gesto de seriedad y convicción que Hoseok tanto admiraba.
— Por eso, ¿podrían detenerse y disfrutar de la música? ¡Les aseguramos un show inolvidable! Será nuestra promesa si ustedes nunca vuelven a discutir por asuntos sin valor. Trabajemos juntos una vez más, por favor.
Tras finalizar sus palabras ambos le dedicaron una reverencia larga a ambas fanbases.
Algunas lloraban, aceptando el error que cometieron, otras respondiendo al gesto de sus ídolos y compartiendo el mismo con las demás chicas en cercanía. Claro que hubo quién pasó por alto las palabras y haciendo un mohín se abstuvo de hablar hasta que ambos se fueran.
ARMY y EXO-L, sintiéndose afortunadas de recibir tal lección, retomaron las frases de aliento y apoyo a sus respectivos grupos; entre tanto, el rapero de BTS y el de EXO regresaron a salvo en el interior del edificio en apáticos colores pastel.
Suspiraron aliviados de haber contribuido a una comunidad más armónica, por lo menos durante aquella ocasión.
Lamentablemente, un equipo extremadamente furioso los esperaba. Raudas estilistas, mánagers intranquilos y un equipo pavoroso de hombres que los llevarían de nueva cuenta a sus camerinos antes de que se les ocurriera otra idea inaudita.
Encogiéndose de hombros ante el parlotear de PD-nim, vio alejarse a su amigo que acataba sus responsabilidades con una sonrisa. Le pareció que él no se arrepentía de nada, aliviando la angustia en su corazón.
Y si de algo no había duda, era que Hoseok no podía evitar ser tan idiota. Después de todo, seguía planeando la forma en que podría hablar debidamente con el mayor, sin importarle la asombrosa pila de problemas que él mismo había colocado sobre sus hombros con su repentina (pero agradable) iniciativa.
A él verdaderamente le importaba poco, pues tampoco se arrepentía. Había actuado conforme a su profesión y en consecuencia, ahora más que nunca, todos pasarían una noche más que memorable.
Miles de voces entonadas sólo en una… ¡y grabado en televisión a color, damn!
Después de todo, ¡los noventas ofrecían tal comodidad para fans y Idols!  
I mean, ¿qué podría superar encuentros fortuitos como aquel, grabar un VHS de presentaciones que se repetirían por cientos de veces o ahorrar para comprar cada disco nuevo y desgastarlo en el walkman? A cosas así, no les veía un fin
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elconvoy · 3 years
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Ronin
Un vulpera de pelaje naranja y moteado avanzaba por una de las calles más transitadas del Muelle Pantoque. Que no era de por allí era un hecho que saltaba rápidamente a la vista de los locales: vestía una armadura de placas, desde los pies hasta la cintura, y el pecho lo llevaba al descubierto, con sus brazos vendados a la altura de los codos y protegidos por unos guanteletes metálicos. El diseño de sus quijotes era muy particular: estaban hechos de hierro fantasma y lucían pequeñas púas circulares, que remedaban la clase de pinchos con los que adornaban sus corazas los mogu. El vulpera llamaba la atención, también, por su sombrero de paja y los pendientes engastados con piedras de kubilina, procedentes de Zuldazar, que ornamentaban sus orejas pequeñas y redondeadas. No obstante, sin lugar a dudas, lo que más extrañaba e inquietaba de él eran sus armas: una era una sencilla espada bastarda pandaren salpicada de sangre reseca y oscura; la otra, un filo largo y apenas perceptible, que fácilmente podría pasar inadvertido en una noche oscura, de no ser por los leves quejidos que emitía al desenvainarlo.
Cuando se detenía en un puesto callejero, clientes y vendedores lo estudiaban y algunos se apartaban de él, incómodos en presencia de su acero gemebundo. Examinó con sus ojos heterocromáticos una tienda de aceros de exportación, con gesto circunspecto y de desaprobación. También estuvo husmeando en un comercio de máscaras e identificó varias falsificaciones.
–El Bazar Sepultado de Vol'dun está mucho mejor surtido. De eso no cabe duda –Rumió para sus adentros.
Con todo, y pese a que se estaba tomando su tiempo para recorrer el mercado e inspeccionar cada uno de sus tenderetes, parecía que nunca encontraba lo que buscaba. Los chillidos de los mercachifles, ansiosos por deshacerse de sus mercancías, lo agobiaban y lo irritaban sobremanera. Ya estaba a punto de abandonar su búsqueda cuando alguien, alguien que no temía importunarlo y que no se achantaba ante su fachada de tipo duro y solitario, le cortó el paso.
–¡Eh, Daji! ¡Daji! –Lo llamó una dragona nimbo minúscula–. ¡Daji, mira qué ropa más chula! ¡Ahora parezco una dragona de los deseos!
Daji le echó un vistazo desapasionado. La diminuta serpiente de escamas azules se había engalanado con un traje rojo del Festival Lunar, bordado con hilo de plata y estampado de motivos astrales. La muy pícara hasta había conseguido un gorrito a juego. A pesar de que su aspecto era ciertamente monísimo, Daji bufó y miró hacia otro lado con desinterés.
–¿De dónde has sacado esa ropa?
–Hay una tiendecita con un montón de souvenirs. ¡Deberías venir a verla, Daji!
–Creo que paso –dijo el guerrero–. A todo esto, Ryoko, ¿con qué dinero has comprado el disfraz?
–¡No es ningún disfraz! –respondió ella mientras hinchaba los carrillos–. ¡Es el atuendo tradicional de los dragones de la fortuna de Pandaria! ¿No se nota? ¡Me sienta como anillo al dedo!
–Lo que tú digas. Pero ¿cómo lo has pagado?
–¿Pagar? ¡Un dragón de la fortuna no necesita pagar! Le he dado mi bendición al tendero y me he marchado.
Daji arqueó una ceja bajo el sombrero de paja. Compuso una sonrisa mordaz.
–O sea, que lo has robado.
–No lo he robado –Insistió Ryoko, inflando el pecho con solemnidad–. A ver si te enteras de una vez, Daji: los dragones de la fortuna no usamos la misma moneda que los mortales. Pagamos a nuestros mecenas en bendiciones.
–¡Eh! ¡Tú! –gritó un goblin entre la muchedumbre, a diez metros de distancia de ellos–. ¡Serpiente alada ladrona, dame mi dinero!
–¡Soy una dragona de la fortuna, idiota! –Le espetó Ryoko.
–Parece que justamente ese mercader no acepta tu divisa.
–No es más que un ignorante… ¡Vámonos, Daji!
–Así que finalmente lo vas a robar...
–Lo vamos a robar. En plural. Somos un equipo, ¿recuerdas? –Le corrigió la dragona–. Y además, no lo considero latrocinio. Es… más bien un castigo por su descaro.
–No somos un equipo y si sigues llevando ese disfraz de bufón, yo no te conozco –afirmó el vulpera, que ya le daba la espalda y arrancaba a caminar en dirección opuesta.
Ryoko farfulló una retahíla de improperios entre los dientes, se quitó la ropa para niños y se la tiró a la cara al vendedor.
–No está bien que hables así de mi madre, Ryoko –La reprendió sosegadamente Daji.
–¿Qué? ¿Me has oído?
–No –contestó él, ensanchando su sonrisa–. Pero me he imaginado lo que decías.
–¡Eso es trampa! Además, estaba alabando a tu madre por haber concebido a un hijo tan honesto y…
–No cuela.
–Y terriblemente aburrido –dijo Ryoko–. Eso iba a decir, sí. ¡Eres un rollo, Daji!
–Nadie te obliga a acompañarme.
–¡Pff! ¡Pero si me lo estabas pidiendo a voces cuando nos vimos en el Rancho Kon Kon! –aseveró ella–. Tus ojos decían: "oh, Ryoko, qué guay eres. Me encantaría que un dragón de la fortuna me concediese tres deseos".
–Yo nunca usé esas palabras –protestó Daji–. Además, pensaba que funcionabas igual que los djinn. No deberías ir proclamando por ahí que eres un dragón de la suerte si luego no vas a conceder ningún deseo. A eso se le llama "publicidad engañosa".
–"I isi si li llimi piblicidí ingiñisi" –Lo imitó Ryoko.
El Juraespadas puso los ojos en blanco y suspiró hondamente.
–¡Aaaaaaaaaaaaah! ¡Mira eso, Daji! –exclamó la dragona.
Cuando Daji se giró hacia ella, ya había desaparecido y se había transportado por arte de magia al carro de un goblin anciano que vendía juguetes mecánicos artesanales. El guerrero torció el hocico y se planteó dejarla plantada, pero finalmente cedió a sus insistentes llamadas de atención y se acercó al comercio a husmear.
–¡Mira, mira! –dijo Ryoko. Le mostró la figura de un dragón nimbo articulado, precariamente sujeta con sus patitas–. ¡Es un ídolo de los dragones de la fortuna! Daji, tienes que comprármelo…
–No es más que un muñeco, Ryoko…
–¡Es un ídolo!
–Lo que tú digas, pero no pienso pagarlo –Se obstinó él.
–Cómpramelo, por favor. ¡Lo necesito para la decoración de mi nuevo santuario!
–¿Te estás construyendo un santuario a ti misma?
–¡Sí! ¡Pronto tendré un montón de adoradores! –Aseguró Ryoko–. Publicaremos las imágenes en la Gaceta de Vol'dun. ¡Pero para eso me hacen falta más ídolos!
–Mira que eres egocéntrica –Daji resopló–. No te lo pienso comprar. Págatelo tú con bendiciones.
–Jo…
–Joven –Los interrumpió el viejo goblin–. Joven, debería comprarle el juguete a su hija.
–Esta ladrona de disfraces no es mi hija –dijo el vulpera.
–Pfff. ¡Este estirado no es mi padre! –Enfatizó la dragona–. Ya le gustaría…
–Bueno, yo solo le digo que es un juguete muy valioso –Siguió hablando el goblin–. Posee una inteligencia artificial muy avanzada, ¿sabe? Y además, puede practicar kung-fu…
–¿Puede hacer kung-fu? Daji, definitivamente necesito este ídolo –Insistió ella–. ¿Daji?
Daji estaba quieto, recto como una caña de bambú, catando fijamente a los ojos al vendedor. Alargó su zarpa hacia el juguete del dragón nimbo, lo cogió y lo acarició muy lentamente con los dedos. El comerciante, un poco intimidado por la intensidad de la mirada de su cliente, alzó sus manos en señal de disculpa y humilló la cabeza.
–Oiga, no se tense, señor. Se lo dejaré a un buen precio, ¿de acuerdo?
–Eres Rizzak, ¿verdad? –Preguntó Daji, sopesando en su mano la figura.
La dragona nimbo, confundida, les echaba vistazos a uno y a otro.
–¿Cómo? ¿Cómo sabe usted mi nombre? ¿Quién es usted? –Inquirió el goblin.
–Rizzak, alias el Juguetero Loco. El principal proveedor de armas del Dragón Dorado en la isla de Roanapur. Armas artesanales, de aspecto inocente, con una exquisita factura y un sinfín de utilidades. Especializado en pistolas inteligentes –expuso el guerrero, mientras iba tensando despacio, como un tigre al acecho, todos sus músculos.
–¿Eres…? ¿Eres de LINCE…? –Tartamudeó Rizzak.
–No.
Daji estrujó el muñeco del dragón nimbo con tanta violencia que lo rompió.
–¡Eh, que ese era mi ídolo! –Se quejó Ryoko.
En un latido, el Juraespadas desenfundó sus armas y lanzó una estocada directa al pecho del mercader.
Pero Rizzak ya se había dado a la fuga. El goblin volcó su carro y activó el jet-pack de sus botas. Rápidamente, se impulsó por los cielos y cubrió diez metros de distancia con el vulpera y la dragona nimbo.
–¡Uy! ¡Que se te escapa, Daji! Parece que alguien va a necesitar que cierta dragona de la fortuna le eche una manita, je, je –Se jactó Ryoko.
–Ni lo sueñes.
Daji extendió su brazo derecho, presionó un botón situado en la cara interna de la manopla y disparó un gancho acoplado a un kunai hacia el saliente de una cabaña de madera. Acrobáticamente, haciendo gala de una inmensa agilidad, el guerrero se balanceó en el cable y se encaramó al tejado. Desde allí le resultaría más fácil divisar a Rizzak y seguirle el paso.
–¡Guau! ¿Desde cuándo puedes hacer eso, Daji?
–Es un regalito de parte de Tiny Toon y del Cártel Noir –Le explicó él–. No está nada mal…
Ryoko culebreaba flotando detrás de Daji, que saltaba y se deslizaba como un demonio por los tejados metálicos y oxidados de los edificios goblins. Los propulsores de Rizzak ya habían consumido casi todo su combustible, lo que lo obligó a aterrizar en lo alto de una fábrica de explosivos. El Juraespadas le dio alcance velozmente, pero cuando ya estaba a punto de empalarlo con su hoja espectral, el mercader se sacó algo de su bolsa: un inofensivo rifle de agua que el anciano se apresur�� en cargar.
–¡Puff! ¡Qué absurdo! –Exclamó Ryoko–. ¡Si crees que nos vas a derrotar así, alucinas pepinillos, viej…!
–¡Cuidado, Ryoko!
El vulpera aferró a la dragona por la cola y tiró de ella para ponerla a cubierto tras una chimenea que humeaba profusamente. A él, no obstante, no le dio tiempo a apartarse y tuvo que proteger su rostro con el dorso de su guantelete. Cuando el arma de Rizzak vomitó su malsano contenido sobre el mismo, el metal se derritió en cuestión de segundos. Unas gotitas de ácido verdoso salpicaron el pelaje blanco del abdomen de Daji.
–Daji, no tengo nada en contra de que vayas por ahí luciendo palmito, pero me parece que deberías ponerte una camisa…
El vulpera gruñó y antes de que Rizzak pudiese descargar de nuevo, le arrojó una de sus hojas –la que no estaba encantada– al corazón. El anciano, sorprendentemente, acertó a moverse a tiempo para evitar una estocada mortal, pero el filo se le clavó en el hombro del brazo con el que sostenía su arma. Entre alaridos de agonía, el goblin la soltó y se retorció por el tejado cual larva a la espera de ser devorada por un gorrión.
En un instante, el Juraespadas se colocó frente a él. Apoyó su otra espada en su cuello. Rizzak escuchó con nitidez los lamentos de las almas contenidas en ella.
–Tortúrame cuanto quieras… ¡No cantaré! –Proclamó desafiante el goblin.
–No voy a torturarte, anciano. Voy a matarte –aseguró Daji–. Y el resto me lo contarás después.
–¿Qué…?
–Te presento a Muramasa, la Hoja Fantasma –dijo mientras acariciaba su gaznate con el filo casi invisible de su acero–. Las almas de todos a los que he asesinado con ella yacen cautivas en su interior. Una temporada ahí dentro y me lo contarás todo.
–Jo, Daji, eso da un montón de cague –apostilló Ryoko–. Las oigo gritar… Uff, ¡qué yuyu!
–Le estás quitando toda la gravedad al momento, Ryoko…
–Te lo tienes merecido por cargarte mi ídolo.
Daji elevó el brazo para asestarle el golpe final al anciano, mas de pronto, sintió una brisa árida rozándole la punta de las orejas. Se volteó al momento, alerta, y atestiguó como una nube de polvo oscuro cobraba forma ante sus ojos y cómo de ella emergía la silueta de un trol de arena, con el torso tatuado con el símbolo de una víbora, no muy distinta de las que empleaba en sus grabados la Mamba Negra.
–Será mejor que lo suelteh, Juraehpadah –Le amenazó el trol Farraki–. El señor Rizzak ehtá bajo nuehtra protección.
–¿Tuya y de cuántos más?
Otras cinco nébulas de arena negra aparecieron en torno a Daji y a Ryoko.
–Mía y de loh Sombrarena –declaró el trol.
–Dunamantes y Sombrarena… ¡La peor combinación de la historia! –Bufó Daji.
–¡No os tenemos miedo! –Gritó la dragona de la suerte–. Daji no le teme a nada…
El vulpera adoptó una pose de combate flexible y abierta, empuñando sus dos hojas.
–Ehtoy seguro de que el Cártel Noir no ehtá dihpuehto a iniciar una guerra de mafiah por tuh accioneh, Daji…
–¿Sabes? Vissena se alegrará cuando se entere de adónde han ido a parar todas las ratas que desertaron de la Mamba Negra. Quizá también deba contárselo al Raposo –Sugirió Daji–. ¿No fue él uno de los que mataron a vuestro líder, Ner'khal el Sombrahueso?
–¿Noh hablah de fracaso? ¿Y qué ocurrió con vuehtra caravana en Roanapur, eh? –Le preguntó el asesino Sombrarena–. ¿No se supone que tú erah su guardián? ¿El que tenía que defenderla? Daji, el capitán de loh Juraehpadah... ¡Según algunoh, tan diehtro con el acero como el maehtro del filo Roukan!
–No, no sigas por ahí –Le advirtió Ryoko–. Daji, Daji, hazme caso y cálmate…
–Daji… Yo no me creo lo que cuentan acerca de ti. Para mí no ereh máh que un ronin, como dicen loh pandaren. Un gran fraude –Lo insultó el trol–. ¿Qué sucedió con la caravana de Roanapur, eh, Daji? ¿Qué pasó con tu hermano…?
El Sombrarena no pudo finalizar la oración. Su enemigo se abalanzó sobre él, desplazándose a la velocidad del viento, y le encajó un tajo en vertical con el que le amputó el brazo. Enseguida, tres reflejos de sí mismo descargaron idénticos golpes en sus rivales, mas estas copias ilusorias se desvanecieron en cuestión de segundos y en cuanto los trols se repusieron de su asombro, conjuraron cobras de las Sombras para picarle y asfixiarle con ellas. Daji repelió todas salvo una, que alcanzó a morderle en la planta del pie. El veneno que inoculaban las serpientes de la Mamba Negra, lo sabía por experiencia, podía probarse letal. Sus adversarios, los dunamantes, eran escurridizos: pusieron a salvo a su líder mutilado y después viajaron convertidos en nubes de polvo por todo el tejado de la factoría, camuflándose con el humo. El vulpera acometió contra ellos varias veces, pero desaparecían y eran demasiados. No podía bajar la guardia ni por un segundo y se veía forzado a pelear a la defensiva. Además, el tósigo del áspid comenzaba a pasarle factura y ya sentía cómo sus fuerzas empezaban a flaquear.
–¡Daji! –Lo llamó Ryoko.
–¡Ahora no, Ryoko!
–Daji… Vamos, di las palabras mágicas.
–¡Ni hablar! –Rugió él mientras contrarrestaba las puñaladas de dos Sombrarena.
–Daji, ¡no seas terco!
–¡Que no!
Los trols lo habían acorralado. Lo acosaban desde todos los puntos cardinales. O conseguía abrir una brecha, o estaba condenado.
–¡Daji, vamos! ¡Puedes hacerlo!
–Grr… ¡Está bien, cederé a tu estúpida demanda! –dijo él– ¡Ryoko, dragona de la fortuna, te imploro que me saques de aquí!
–¡Oki doki!
La dragona juntó las palmas y se transformó. Su cuerpo mudó, multiplicó siete veces su tamaño original y vomitó un relámpago hacia los Sombrarena que, atónitos, no reaccionaron a tiempo y quedaron paralizados por la electricidad. Daji, algo aturdido por la toxina de sus sierpes mágicas, se encaramó al lomo de Ryoko y permitió que la dragona nimbo lo transportara lejos de allí.
–¡Chupaos esa, mamones! –Bramó, con voz de adulta, Ryoko–. ¡Eh, Daji! ¿Has visto eso? Te dije que formábamos un GRAN equipo. Y tú vas por ahí destruyendo mis ídolos…
–Se nos ha escapado –Daji apuntó con la garra a Rizzak, el Juguetero Loco.
–No va a irse a ninguna parte. Será nuestro tarde o temprano, ¡ya lo verás! –Le prometió ella–. Eh, Daji, ¿estás ahí? ¿Daji? Daji, ¿me oyes? ¿Daji…?
El vulpera perdió el conocimiento.
Cuando volvió en sí, estaba en una de las habitaciones de la planta superior del Nyx, tendido sobre un lecho fresco, cómodo y limpio. Sentía su cuerpo entumecido, pero se obligó a caminar y bajó al bar, tan abarrotado como de costumbre. Aunque se encontraba débil, se sentó frente a la barra y alzó la mano para pedir una bebida. Roa, que ya conocía al Juraespadas, directamente le sirvió un vaso de sake. Se consintió a sí mismo deleitarse con la música del cantante principal de aquella noche, que no era otro que el propietario del local, míster Shaytan, que entonaba un tema de jazz suave.
–Pensaba que míster Shaytan ya no cantaba en público –dijo Daji. Acto seguido, le propinó un sorbo a su copa.
–Y no lo hacía, pero algunas cosas han cambiado desde los tiempos del Nyx en Roanapur –le explicó Roa–. Ahora, de vez en cuando se sube al escenario y nos deleita con su voz. Lo echaba de menos.
–Yo también me alegro de oírle cantar. Me trae buenos recuerdos.
–La jefa está furiosa contigo, Daji. Casi provocas una guerra de cárteles.
El vulpera se encogió de hombros con indiferencia.
–Iba a ocurrir más pronto que tarde, Roa.
–Soy la primera que respeta una búsqueda de venganza, Daji, pero has cometido errores que podrían habernos costado muy caros. Y ni siquiera has capturado a tu objetivo –señaló ella. Sus palabras le dolieron al Juraespadas–. Las Cinco Familias están reformándose y ahora nuestros rivales son peores que nunca. Son bestias completamente nuevas. No puedes plantarte en sus territorios esgrimiendo tus espadas y esperar que no haya represalias.
–¿Bestias nuevas, dices? –preguntó Daji. Miró a Roa por el rabillo del ojo, atento al espectáculo musical–. Los Fontana de Oro continúan siéndonos leales, ¿no? Y ahora el Dragón Dorado sirve a la Mamba Negra. Ninko se ha asegurado de eso.
–Hemos ganado algunos aliados, pero también hemos hecho enemigos –Le informó la sethrak–. Por ejemplo, los Sombrarena. El Príncipe Nassam los ha enviado aquí para que nos vigilen y para extender su influencia y su riqueza. Esos trols del desierto son sicarios y hechiceros de la peor calaña. ¿Sabías que hace años los Sombrarena trabajaban para la Mamba Negra? Pero se desmandaron y comenzaron a asesinar vulperas a diestro y siniestro. Como eran demasiados y estaban bien entrenados, Vissena no podía aniquilarlos a todos, así que en vez de ejecutarlos, los expulsó. O más bien, los animó enérgicamente a que desertasen.
–Sí, lo sabía. Me cargué a unos cuantos en su día, Roa –respondió él–. Por no hablar del Raposo… Aún le guarda rencor a la Mamba Negra por culpa de esos miserables. Su líder, el Sombrahueso, mató a toda su familia. A su caravana.
–Los Sombrarena manejan magias oscuras y peligrosas, Daji. Las Arenas Negras están ahora bajo su control.
–Son enemigos conocidos utilizando poderes a los que ya nos hemos enfrentado. No me parecen una gran amenaza…
–Para no ser una gran amenaza, casi te matan.
–Eran dunamantes y contaban con una vergonzosa superioridad numérica de su lado –Se justificó el Juraespadas–. La próxima vez no tendrán tanta suerte.
–De no ser por Ryoko, ahora estarías muerto.
–Shh. No lo pronuncies en voz alta…
El vulpera agachó el cuello y se ocultó bajo el ala de su sombrero de paja. No sabía dónde se había metido la dragona de la suerte, pero por si acaso, no quería que se le subiesen a la cabeza las alabanzas.
–Muy bien. ¿Y qué harás cuando tengas que cruzar espadas con el Filo Maldito?
–¿Matarlos? –Propuso él–. ¿Y quiénes son esos, de todos modos?
–El Filo Maldito es uno de los clanes de la Horda del Caos, que ahora sirve a la Corporación Karma en Terrallende –le relató Roa–. Su jefe de guerra, Roukan, es un consumado maestro del acero. Los orcos del Filo Maldito tratan de imitarlo, pero están totalmente pirados. Se automutilan y luego sustituyen sus extremidades por prótesis mecánicas: ametralladoras, motosierras, katanas… Además, llevan puestas esas horribles máscaras de hueso con aspecto de demonio. Los del Dragón Dorado se refieren a ellos como onis.
–Una panda de dementes aficionados a los implantes. Mecagnomos en versión orco –Resumió Daji–. Además, nosotros también tenemos esa tecnología a nuestra disposición. No creo que sean nada novedoso ni especialmente original…
–Puede que no, pero son efectivos –afirmó la camarera–. Cuando el Mercado del Cuervo y la Corte de los Milagros cayeron, los Sombrarena y el Filo Maldito ocuparon rápidamente su lugar. Si llegasen a aliarse entre ellos, estaríamos en serios aprietos.
El Juraespadas torció sus labios en una mueca de disgusto.
–De acuerdo, tienes razón. Seré más cuidadoso la próxima vez.
–Capitán, a Dipsa también le atormenta la pérdida de tu hermano. Era uno de los agentes a su cargo, después de todo. Lo único que te digo es que no puedes hacerlo solo. Necesitas ayuda.
–No –objetó al instante Daji–. Me niego a involucrar al resto de Juraespadas en esto, Roa. Es mi vendetta contra los asesinos de mi hermano. Se trata de un asunto personal...
Míster Shaytan concluyó su actuación. La audiencia le aplaudió fervorosamente.
–¿Y si te dijese que hay alguien que también tiene cuentas pendientes con las personas que mataron a tu hermano?
Daji se cruzó de brazos. Los antídotos de los traficantes de drogas del Lirio Rojo en el Cártel Noir habían demostrado ser tremendamente eficaces. Ahora el capitán de los Juraespadas se encontraba muchísimo mejor: más vigoroso, centrado y despejado. El vulpera apuró su trago y observó con interés a la sethrak.
–Te diría que me trajeses otro vaso de sake… Y que me hablases más de esa persona.
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seleneysuluna · 3 years
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CASAMIENTO CON EL VILLANO DE CORAZÓN BLANDO 13: Debería estar bien compartir la cama... ¿verdad?
Ruan Qiuqiu ya había decidido que si el Señor Lobo Gris todavía apretaba los dientes y no se tragaba la comida, ella solo podía mantener su barbilla hacia abajo y verter la comida en su garganta.
Para su sorpresa, el Señor Lobo Gris fue muy cooperativo esta vez.
 Quizás, instintivamente tragó la comida porque su cuerpo estaba tan hambriento. No pasó mucho tiempo para que ella terminara de darle el plato de comida de aspecto cuestionable.
 Sus dientes chocaron suavemente contra la cuchara de madera. Ese sonido claro hizo eco en la cueva que se estaba calentando gradualmente.
 Ruan Qiuqiu vio que el rostro mortalmente pálido del Señor Lobo Gris había recuperado algo de color después de que ella le dio la comida. Había un sentimiento extraño en su corazón.
 Estaba usando la cuchara de madera que ella usó antes ...
 Su mirada, inadvertidamente, cayó sobre el rostro del Señor Lobo Gris. Se sentía como si hubiera un rayo de luz cálida que brillaba sobre sus pálidos labios en la cueva tenuemente iluminada. Las yemas de los dedos que habían tocado sus labios antes se sentían ligeramente calientes.
 Ruan Qiuqiu sintió que estaba siendo extraña y rechazó esos pensamientos. Lavó la cuchara de madera y los tazones antes de guardarlos.
 El agua hirviendo en la palangana de madera ya se había enfriado a una temperatura agradable. Ruan Qiuqiu iba a usar esta agua para darse a ella y al Señor Lobo Gris una simple limpieza.
 La cara de su marido lobo había sido bastante limpia para empezar.
 Basándose en sus interacciones con el Señor Lobo Gris hoy, Ruan Qiuqiu supuso que debía haber sido un lobo gris muy honorable en el pasado.
 Aunque se veía feroz, también tenía un hermoso pelaje gris plateado en su forma de demonio. Su forma de demonio era tan grande e impresionante. ¿Le gustaba estar encima de la cueva y aullar? En su tiempo libre, ¿le gustaba levantar las patas y lavarse la cara peluda?
 Ruan Qiuqiu se rió un poco por las imágenes que imaginó. Sosteniendo la suave piel de animal humedecida, movió su cabello hacia un lado para limpiar la sangre que goteaba lentamente de su cicatriz.
 Ella arqueó los labios. Al mismo tiempo, sintió que su situación era tan desoladora.
 Si ella no hubiera aceptado casarse con él, ¿este lobo gris soportaría en silencio el dolor y el hambre en esta cueva fría hasta que falleciera lentamente?
 La novela había pasado por alto el final del Señor Lobo Gris. Hasta la parte que ella había leído, no estaba claro si había muerto. No se escribió nada sobre su futuro.
 Fue porque eran iguales. Eran personajes secundarios prescindibles en la novela.
 La tranquilidad en la cueva era espantosa. Ruan Qiuqiu miró el hermoso rostro del Señor Lobo Gris, que parecía un poco nefasto debido a la cicatriz. Un rato después, dijo lentamente:
—Señor Reserva de Comida, estoy segura de que, con el cuidado adecuado, podrá ganar peso lentamente.
 Había escuchado que la carne de lobo demoníaco era astringente y dura. Además, de todas formas, no quería comer carne de lobo.
 Sin embargo ... Si aumentara de peso, la próxima vez que el Señor Lobo Gris se convirtiera en un cachorro de lobo, ¿se vería más lindo?
 Probablemente sería una sensación muy feliz colocar tu mano sobre el vientre esponjoso y regordete de un cachorro de lobo.
 Ruan Qiuqiu pensó que estos eran pensamientos tontos. Al Señor Lobo Gris no parecía gustarle en absoluto en este momento. Puede que nunca llegue el día en que ella pueda frotarle la barriga.
 Después de limpiar la cara del Señor Lobo Gris, Ruan Qiuqiu revisó sus heridas nuevamente.
 Luego, tomó un poco de leña duradera y colocó una pequeña cantidad en la estufa de piedra. De esta forma, incluso si dormía toda la noche, el fuego no se consumiría ni se extendería.
 Ruan Qiuqiu realmente quería tomar una ducha o un baño. Pero en este momento, esa instalación no estaba disponible. Además, se sentiría avergonzada de hacerlo frente al Señor Lobo Gris, incluso si estaba inconsciente. Y así, después de lavarse la cara, Ruan Qiuqiu simplemente se limpió el cuerpo con una piel de animal humedecida.
 Por supuesto, esto fue después de que ella volvió a tapar los ojos del Señor Lobo Gris.
 El resto del agua se utilizó para lavarse los pies.
 Fue solo cuando sus pies entraron en contacto con el agua tibia que Ruan Qiuqiu descubrió la razón por la que sus pies no le dolían. Fue porque se habían congelado hasta el punto de perder la sensibilidad.
 Ahora que sus pies estaban un poco calientes, la sensación volvió con punzadas de dolor y picazón. Casi no podía respirar.
 Las plantas de sus pies estaban cubiertas de sangre seca. Una vez que se lavó, pudo ver el color púrpura azulado de sus pies. Sus pies se parecían a dos pezuñas hinchadas.
 Ruan Qiuqiu:
—...
 De repente sintió que el muñón del Señor Lobo Gris no se veía tan feo.
 Ruan Qiuqiu suspiró. Realmente necesitaba un par de zapatos.
 Guardó la palangana de madera, se envolvió en una gran piel de animal, se puso las pieles de animales andrajosas que servían como zapatos improvisados ​​y cojeó hasta la cama de piedra.
 Ruan Qiuqiu se subió con cuidado a la cama de piedra desde los bordes y no tocó al Señor Lobo Gris, que estaba acostado en la parte exterior de la cama.
 Estaba usando una de las grandes pieles de animales que había traído como sábana para la cama de piedra. Esa gran piel de animal se cosió a partir de varios trozos de piel de animal. En su mayoría era de color marrón claro y la longitud y el ancho eran de unos dos metros.
 No sabía de qué tipo de piedra estaba hecha esta cama. La piedra era lo suficientemente grande como para que la piel del animal no pudiera cubrirla por completo. Sin embargo, eso estaba bien, significaba que ella y el Señor Lobo Gris tenían mucha distancia entre ellos mientras dormían en la misma cama.
 En realidad, no quería compartir la cama con un marido que acababa de conocer. Además, su marido era un demonio.
 Sin embargo, esta cueva solo tenía una cama. Incluso si le había dicho que se mantuviera a un metro de él, estaba inconsciente en este momento. Debería estar bien compartir la cama... ¿verdad?
 El lecho de piedra era mucho más cálido que las paredes de la cueva. Acostado sobre la piel de animal ligeramente peluda, estaba lo suficientemente caliente.
 Una vez que Ruan Qiuqiu encontró un lugar cómodo para acostarse, ajustó la piel de animal que se había envuelto alrededor de ella. Finalmente, se sintió un poco recuperada.
 Aunque hizo todo lo posible, era imposible fingir que no había un demonio lobo acostado a su lado.
 Ruan Qiuqiu giró lentamente la cabeza y vislumbró las largas pestañas del Señor Lobo Gris. Se ven dorados a la luz del fuego. Sus pestañas proyectaban una sombra abigarrada en su hermoso rostro. Su largo cabello negro yacía sobre la piel de animal marrón claro debajo de ellos. Su nariz ligeramente redonda y sus labios pálidos hacían que su rostro aterrador pareciera bastante joven y frágil.
 Desde esta perspectiva, no parecía que pudiera haber sido un jefe frío y despiadado que estaba muy por encima de los demás. Por el contrario, parecía un lobo indefenso y demasiado joven para saberlo mejor que lo había perdido todo.
 —Buenas noches, Señor Lobo Gris —dijo Ruan Qiuqiu en voz baja esas palabras, luego silenciosamente le dio la espalda al lobo gris que ya era su esposo de nombre. Cerrando sus cansados ​​ojos, continuó pensando en el futuro.
 Todavía les quedaba algo de comida: unos 20 gatos de carne seca y 9 gatos de tubérculo en polvo. Tenían suficiente leña para medio mes. Ella estaba consumiendo las pieles de animales muy rápidamente. La que había estado usando como ropa se había convertido en una cortina para bloquear el viento, y estaba usando la otra pieza grande como sábana.
 De las diez pieles de animales que la tribu le había dado, una se había ensuciado y otro trozo se había roto para vendar las heridas del Señor Lobo Gris con los restos apartados como toallas improvisadas. Quedaban ocho piezas.
 De esas ocho piezas, tres se usaban como mantas.
 Debido a que el Señor Lobo Gris era tan alto, necesitaba dos piezas para cubrir la parte superior de su cuerpo hasta su pie derecho aún intacto.
 No podía desperdiciar las últimas cinco piezas de pieles de animales. Ella planeaba usarlos para hacer ropa.
 Si el señor Reserva de Comida permaneciera en su forma humana, no podría quedarse solo sus innombrables cubiertos, ¿verdad?
 Afortunadamente, cuando cambiaba a su forma humana, una piel de animal gris plateada aparecería envuelta alrededor de su cintura.
 Decir que era una piel de animal no era del todo correcto. Probablemente era la piel de lobo del Señor Lobo Gris...
 ¿Qué tipo de estructura mística era? ¿Podría quitarse esa piel de lobo?
 El hilo de pensamiento de Ruan Qiuqiu se desvió hacia un área extraña...
 Ahora que el Señor Lobo Gris era un lobo casado, ¿él prefería más su forma de demonio o su forma humana? Recordó que el Señor Lobo Gris podía cambiar el tamaño de su forma de demonio...
 En cuanto a su forma humana... ¿Podría quitarse esa piel de lobo?
 La conciencia de Ruan Qiuqiu gradualmente se volvió borrosa. Había pensado que estaría demasiado preocupada de que un demonio o un demonio se precipitara y los matara, pero estaba realmente demasiado agotada.
 Ni siquiera prestó atención a lo que estaba pensando en su camino a quedarse dormida. Su mente solo pensaba en los hermosos ojos azul grisáceo del Señor Lobo Gris y si podía o no quitarse la piel de lobo en forma humana. Solo así, lentamente cayó en un sueño profundo.
 ***
 Fuera de la cueva estaba completamente oscuro. Gigantescas masas de copos de nieve cayeron del cielo y borraron gradualmente las manchas de sangre en la entrada de la cueva. Después de un tiempo, solo se pudo ver un manto de nieve blanca.
 La fuerte nevada estuvo acompañada de un viento frío. La nieve se amontonó sobre los árboles que ya habían perdido la mayor parte de sus hojas, y la nieve tardó poco en pintar el mundo de blanco.
 Un demonio lobo de mediana edad que tenía menos de dos metros de largo se acercaba sigilosamente a la cueva con cuatro patas. Lentamente, se acercó a la cueva en la que vivían Ruan Qiuqiu y Yuan Jue.
 Se detuvo cuando estuvo a 20 metros de la cueva de Yuan Jue. Tenía buena visión nocturna y ya podía ver la tenue luz proveniente de la cueva.
 El demonio lobo olisqueó cuidadosamente el área circundante como si estuviera confirmando algo.
 Un momento después, el demonio lobo de mediana edad parecía haber obtenido la respuesta que quería. Una tenue luz verde brilló en sus ojos.
 Salió lentamente de la cueva en la que vivían Ruan Qiuqiu y Yuan Jue. Una vez que llegó al borde del bosque, su ritmo cambió a una carrera rápida. Desviándose por la zona residencial de la tribu Lobo de Fuego, que estaba densamente poblada, continuó corriendo hasta que llegó a una cueva que estaba en el otro extremo del territorio de la tribu. Esta cueva estaba cerca de un acantilado, pero era muy segura.
 El demonio lobo cambió a su forma humana por la cueva brillantemente iluminada. Era el demonio lobo de mediana edad que había liderado al grupo de demonios lobo para llevar a Ruan Qiuqiu de la Tribu León del Viento a la cueva de Yuan Jue.
 De pie frente a una cortina que estaba hecha de gruesas pieles de animales, llamó en un tono reverente y respetuoso:
 —Chamán.
 Una voz algo vieja vino de detrás de la cortina.
 —¿Lin Xun? Adelante.
 El demonio lobo de mediana edad llamado Lin Xun murmuró un reconocimiento, levantó la gruesa piel del animal y entró en la cueva.
 Aunque estaba muy oscuro afuera, había plantas especiales en la cueva del chamán que emitían luz. Estas plantas azules tenían la misma forma que las campanillas. Cubiertas de lámparas tan delgadas como escamas de pescado cubrían las plantas. Estas plantas adornan el borde de las mesas y emiten una luz azul brillante.
 La luz azul única iluminó brillantemente toda la cueva. Debajo de esta extraña iluminación, el rostro del chamán, que estaba cubierto de marcas pintadas, se veía aún más sobrenatural.
 El anciano chamán sostenía un bastón con una cabeza de lobo tallada en la parte superior. Estaba sentado junto a una estufa de piedra para mantenerse caliente cuando entró Lin Xun. La mano arrugada del chamán tembló y su voz se tensó cuando preguntó:
 —¿Cómo te fue? ¿Esa humana está muerta?
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veronica-lyp2020 · 4 years
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El Realismo Mágico
Definición:
El realismo mágico es un movimiento literario y pictórico  que se dio a inicios del siglo XX. En el caso del movimiento literario, este ocurre en Amércia Latina, dando paso a lo que hoy conocemos como ‘Boom Latinoamericano’.  
Los textos que pertenecen al realismo mágico reúnen unas condiciones que los vuelven característicos. Algunas de estas características son:
- Posee una temática con características realistas pero que posee elementos irreales que tienen que ver con la memoria latinoamericana, la búsqueda de la identidad y la sensibilidad.
- Un espacio particular, mínimo donde se desarrollan todas las acciones que posee una atmósfera de intimidad donde se desenvuelven las figuras que le dan vida a la historia.
- Personajes un poco ‘locos’, soñadores de la vida y que planifican y realizan viajes de tiempo y espacio sin moverse del lugar, en ptras palabras sueñan despiertos. En estos estados de trance se les permite vivir intensos acontecimientos y resolver conflictos que cargan desde la infancia. Además son seres que siempre se encuentran a la vanguardia de los acontecimientos políticos y sociales de su época.
- El tiempo es cíclico o aparece distorsionado, para que pueda repetirse el presente o resulte similar al pasado. En cuanto a los escenarios, suelen estar relacionados con la realidad latinoamericana, por lo que es común que aparezca la pobreza y la desigualdad social que existe.
Referencias:
Julián Pérez Porto y Ana Gardey. Publicado: 2008. Actualizado: 2012. Definición de realismo mágico (https://definicion.de/realismo-magico/)
María Ramírez Ferreira. La identidad Latinoamericana y el Realismo Mágico Publicado: 2013. https://repositorio.comillas.edu/jspui/bitstream/11531/21624/1/TFG001524.pdf
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Estos son algunos ejemplos del realismo mágico reflejados en el cuento de García Márquez, ‘Un señor muy viejo con unas alas enormes’.
“Además los escasos milagros que se le atribuían al ángel revelaban un cierto desorden mental, como el del ciego que no recobró la visión pero le salieron tres dientes nuevos, y el del paralítico que no pudo andar pero estuvo a punto de ganarse la lotería, y el del leproso a quien le nacieron girasoles en las heridas. Aquellos milagros de consolación que más bien parecían entretenimientos de burla, habían quebrantado ya la reputación del ángel...”
“...siendo casi una niña se había escapado de la casa de sus padres para ir a un baile, y cuando regresaba por el bosque después de haber bailado toda la noche sin permiso, un trueno pavoroso abrió el cielo en dos mitades, y por aquella grieta salió el relámpago de azufre que la convirtió en araña.”
¿Qué evidencia hay en el texto por considerar el señor muy viejo un ángel? ¿Hay evidencia que no es un ángel?
Este cuento, se narra la historia de un hombre que aparece en un pueblo de pescadores, y es considerado un ángel, debido a sus enormes alas. Este “ángel”,  a pesar de corresponder con el simbolismo al que el católico se encuentra acostumbrado (hombre con alas), de ángel casi no tenía nada: 
“Estaba vestido como un trapero. Le quedaban apenas unas hilachas descoloridas en el cráneo pelado y muy pocos dientes en la boca, y su lastimosa condición de bisabuelo ensopado lo había desprovisto de toda grandeza.” (Márquez, 207)
Si comparamos esta descripción de la apariencia de un ángel, con una comúnmente conocida que es la de Ezequiel en la Biblia, a la cual se refiere que estos seres son de ‘belleza extraordinaria’, existe una contradicción rotunda a lo ya conocido. Sin embargo esta no es la única descripción de un ángel si no que existen aquellos (Mateo 28:4) quienes los exponen como seres con ‘ojos de fuego’ y el rostro de un ‘relámpago’. La percepción actual de los ángeles está basada en la belleza pero esto es debido a los artistas renacentistas de la época donde se realizaron la mayoría de las ejemplificaciones pictóricas de la religión así lo quisieron, para preservar el concepto y la belleza que a su parecer, era el arte que se debía mostrar más no refleja una realidad. 
A su vez esta percepción fue impuesta por la institución, que es la iglesia.  Retomando la apariencia del ángel en la lectura, los habitantes del pueblo, ante su ignorancia, lo consideran un verdadero ángel, es un hombre con alas y coincide con al menos una de las descripciones de la Biblia, mientras el párroco, se muestra escéptico: 
“Les recordó que el demonio tenía la mala costumbre de recurrir a artificios de carnaval para confundir a los incautos”. (Márquez, 209)
¿Cómo es posible que el máximo ‘conocedor’ de los escritos religiosos se niegue a reconocer la naturaleza del ángel? La ignorancia de los habitantes del pueblo les permite creer en la naturaleza de este ser, ya que tiene alas, pero por otro lado el párroco la cuestiona, jugando un papel fundamental en lo que a la hipocresía se refiere en esta obra con sus acciones. Si bien, como se menciona anteriormente, un ángel tiene un sinfín de descripciones y atributos que lo catalogarían como parte de esa ‘especie’ de ser sobrenatural, la autoridad, en este caso el Padre, duda de su naturaleza y lo encierra cual animal en el gallinero, rodeado de peste y estiércol, una práctica cruel e inhumana, para nada una acción digna de un ‘predicador de la palabra de Dios’. 
A través de este cuento, el autor crítica la hipocresía que este percibe en la sociedad, sobretodo en la latinoamericana. Una sociedad católica, sumamente fiel a su fe y que es capaz de ser muy cruel e ignorante y ciega. 
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cinnxmonsummxr · 5 years
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macchiato project | la primera vez que te vi
le002, cinnamonpie
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Manhattan, New York. Agosto 15, 2019. 08:15 AM.
Cuando Cassia abrió los ojos finalmente, lo primero que notó al despertar fue un sabor bastante peculiar en la boca, como a herrumbre, lo cual le resultaba completamente desagradable y nauseabundo. Tenía los labios resquebrajados debido a la sequedad y le ardían las fosas nasales por culpa de la cánula que no recordaba tener allí la última vez que había estado despierta, la cabeza le palpitaba con lacerante fuerza como si estuviese a punto de estallar y la luz rutilante que entraba por la ventana sólo consiguió encandilar su sensible vista a pesar de que no le daba directo a la cara. Aunque estaban en pleno verano todavía,  temblaba de frío desmesuradamente, como si la habitación estuviese sumida en un crudo invierno por culpa del aire acondicionado. Estaba aturdida, ofuscada y demasiado confundida acerca de dónde estaba o lo que había ocurrido, pero fue en cuestión de minutos que todo lo sucedido antes de perder el conocimiento la golpeó de repente. Aspiró con dificultad como si alguien le hubiese golpeado el estómago con fuerza en ese mismo instante, provocando que se ahogara en un breve lapso, y maquinalmente acudió a alzar las manos –que le pesaban como el demonio– con la intención de retirarse el tubo de la nariz.
—Aaron… —balbuceó de la nada, repitiendo el nombre con tono débil e inentendible un par de veces más.
Había llamado la atención de alguien, pues pudo sentir un par de manos cálidas sujetarla de las muñecas para evitar que se lastimara con sus movimientos erráticos. Hizo el mayor esfuerzo posible por girar el rostro y fue así como se vio a los ojos con su padre, quien parecía estar bastante agobiado pero feliz de verla despierta; tenía años sin ver aquella expresión en el rostro de Mikael, casi desde la última oportunidad que fueron al médico con Leilani para asegurarse que todo estuviese en orden, y ese gesto fue el que le bastó para comprender la seriedad de lo que había ocurrido.
—Todo está bien, hija —le susurró al oído en un intento por apaciguarla a la vez que con dulzura le acariciaba el cabello.
Cassia cerró los ojos de nuevo por unos instantes, dejando que el oxígeno que corría por la cánula le llegara a los pulmones para ayudarla a regular el raudo repiqueteo de su corazón contra el pecho. Mikael agregó un “eso es” para incentivarla a continuar y le plantó un beso sobre la frente antes de llevar su mano disponible a sujetar la de su hija con dulzura. Cuando estuvo lista, abrió los ojos una vez más –ahora brillantes a causa de las lágrimas– y miró a su padre en busca de las respuestas que quizás solo él tendría.
—Aaron… Papá, Aaron… —inició, incapaz de preguntar o asumir lo que había ocurrido por temor a escuchar lo que no deseaba.
Mikael sonrió con amplitud.
—Está en perfecto estado, tuvieron que colocarlo en una incubadora para monitorearlo, pero se encuentra de maravilla. Margueritte está con él ahora, no se ha apartado de tu lado en todo el día.
Una lágrima escapó por el rabillo del ojo de la chica, quien de nuevo apretó los ojos con fuerza con mayor paz enmarcando en su rostro.
—Perdiste el conocimiento poco después de que nació... —prosiguió su padre, aún acariciándole el cabello y con tono afligido. —Dijeron que no habías comido bien las últimas 48 horas, lo que provocó que tu presión se desplomara… Además, perdiste un poco más de sangre de lo esperado. Ya se encargaron de eso también, te hicieron una transfusión y recuperarse el color casi de inmediato —intentó bromear, soltando una risa airosa entre dientes. 
Guardó silencio de nuevo y Cassia abrió los ojos para verlo justo cuando se llevaba una mano a presionarse los ojos en busca de impedir que las lágrimas bajaran por sus mejillas; siempre le había parecido curiosa la manera en que su padre era demasiado sensible pero pretendía ser fuerte con tal de no hablar de lo que sentía.
—Papi, estoy bien... —murmuró ahora ella con debilidad en un tono bastante inocente, extendiendo la mano hacia él para tranquilizarlo. —Estoy bien.
Mikael sonrió y asintió, aún algo lloroso. —Lo estás, mi vida. 
—Entonces ya no te preocupes.
La charla no se prolongó por mucho más, al menos no de parte de Cassia, a quien los analgésicos no habían abandonado del todo. Sin darse cuenta había caído dormida otra vez, en un sueño mucho más superficial ahora, y no abrió los ojos sino hasta que escuchó la puerta abrirse. Se sorprendió al ver que la silla donde Mikael había permanecido estaba vacía ahora, pero antes de llamar a alguien, de nuevo rechinaron los engranajes de la puerta al abrirse y logró divisar a una enfermera robusta pero de facciones dulces y gentiles entrando a la habitación. Con una amplia sonrisa al verla despierta, la mujer se acercó a la castaña para revisar que todo estuviese en orden y le dedicó una amable mirada en busca de transmitirle confianza y tranquilidad. 
—¡Que bueno que despiertas! —le dijo con un marcado acento británico, se alejó hacia la puerta e hizo un ademán con la mano para indicarle a sus colegas que entraran. Su mirada pronto regresó a Cassia, quien la miraba con confusión. —No te asustes… Hay alguien que ha estado esperando por conocerte desde hace horas.
La enfermera se apartó una vez más de la cama de la sueca para así dar paso a otra mujer más, de tez oscura pero con facciones igual de dulces, que empujaba lentamente una camita. Instintivamente y olvidando por completo el dolor físico que estaba experimentando en ese momento, Cassia se empujó con ambos brazos en el colchón para poder enderezarse hasta recargar la espalda contra las almohadas. Antes de poder pronunciar palabra alguna, las dos enfermeras acomodaron la cuna justo al frente de su cama y la primera en entrar fue quien tomó en brazos con suma facilidad el pequeño cuerpo desnudo del prematuro que descansaba allí, provocando que estallara en un agudo llanto. Con los ojos llorosos miró a ambas sin ser capaz de decir nada, pues las palabras abandonaron su garganta y su mente quedó en blanco. Al ver a la mujer acercarse a ella, la mirada de Cassia se nubló instantáneamente y sollozó, mas se obligó a mantener la compostura.
—Me parece que este pequeño llevaba bastante buscándote —musitó con dulzura y se inclinó lo suficiente para depositar al neonato en los brazos de su madre. —Muy bien… Sujeta su cabeza, con cuidado. 
Acatando las indicaciones de la experta, acunó a su bebé entre brazos y lo apegó a su pecho lo suficiente para dejarle descansar allí, consiguiendo de aquel modo que el llanto del pequeño cesara. En cuanto sus manos tocaron el delicado cuerpo de su hijo, el tiempo para Cassia se detuvo al instante y todo transcurrió en cámara lenta, permitiéndole atesorar cada segundo. Con su dedo índice le acarició el puño que Aaron apretaba con fuerza, hizo lo mismo con su mejilla y delineó también el arco de su pequeña nariz, lo cual al parecer le causó cosquillas pues lo hizo estornudar, provocando que tanto ella como las demás presentes rieran. El llanto no demoró en hacerse presente finalmente, justo cuando su padre y hermanos mayores cruzaban la puerta para unirse a aquel acontecimiento que sin duda consiguió unirlos a todos de nuevo. Supo entonces, sin necesidad de señales, que todo lo ocurrido antes que marcó el camino hasta ese día, había valido la pena completa.
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lubay-nue · 4 years
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Amarte es un Pecado 9
Notas del cap:
 Primero que nada ¡Bola de pekadores! Segundo… Muuuuuchoooosssssss, pero de verdad, mucha gente me estuvo pide y pide un buen lemon decente de esos dos y ya dije que sí, lo iba a poner (digo, si tanto me lo piden ¬u¬ yo no me niego) PERO. El lemon que me han pedido va a tardarse mucho en venir, ustedes preguntaran “¿Por qué?” fácil. Desde este capítulo y lo que le sigue son las partes de tensión… dentro de la misma historia no habrá lemon, ya verán ustedes a lo que me refiero; así que, hasta que se pueda crear la oportunidad de un lemon, esto va a tardar mucho, pero de que hare un lemon de esos dos, hare un lemon… ustedes solo tengan paciencia… ahora si
 ¡A leer!
 9 - Colores y romance
 -Arrg…-  se quejo adolorido cuando sus ojos sintieron los rayos del sol sobre si. Se levanto muy lentamente, todo el cuerpo le dolía como el demonio… había ya tenido bastante con su cumpleaños, celebrado en sus tierras, en el centro, con sus amigos y su gente, grande, escandalosa, entre gritos y risas y bailes alocados y por supuesto, mucho alcohol…
 Recuerda que le había dicho a Nazi que no lo esperara ese día pues no podría estar con él, además, era para no levantar sospechas… igual, era algo ya normal entre ellos. Nazi sabia que debía ser así para que a él no lo descubrieran y realmente no le molestaba al german según había visto y escuchado de sus conversaciones… recuerda que llego al día siguiente, con una cruda cabrona como siempre, aun con resaca y para colmo, también de un trabajo pesado pero ahí estaba Nazi, saludándolo, con champan de calidad que compro de quien sabe donde… bueno, igual se le haría demasiado bueno que el alemán no saliera de la casa. Supondría en algún punto que iría a salir y tener un intento de vida alrededor de la gente del pueblo que, gracias al cielo, es de esos pueblos casi incomunicados que no permiten mucho contacto… supondrá México que por eso aun no se ha sabido globalmente de Nazi… o tal vez ni siquiera le estaban prestando atención a su presencia por ser un “fuereño”
 En cualquier caso ¿Qué paso después de ser recibido en la casa por Nazi y un par de perros que no se le fueron encima a morderlo y besarlo?... cree recordar el sonido de vasos y algo espumoso cosquilleando en sus labios… o tal vez era dulce combinado con alcohol…
 Lo siguiente que cree medio recordar es siluetas rojas, algo extraño en su cuerpo, una sensación peculiar y de pronto… nada. Solo el típico dolor de cabeza y la resaca de beber demasiado. Se endereza, sintiendo dolor por todo su cuerpo, se queja bajito, logrando sentarse y encontrar su cuerpo desnudo. Que es la cama de Nazi y en especial, que tiene un putero de mordidas por todos lados… ni las pinches pirañas dejaban tantas marcas. Se dice un instante hasta que cae en cuenta… Nazi tenia dientes de picos… sus marcas si bien, serán de dientes, son dientes de picos… tiene moretones mas marcados entre sus piernas claramente dándole a entender que lo que fuera que hizo anoche, de verdad fue salvaje… y por extraño que pareciera, no era muy notorio el dolor de sus caderas…
 *¿Qué mierda paso anoche exactamente?*  se pregunto el latino, poniéndose de pie, encontrando al menos su ropa, entra rápido a darse un baño, sintiendo como algo escurre en su interior, lo limpia sin ver. Prefiere no ver por el momento. Cuando se encuentra limpio y fresco, sale de la ducha y se pone su ropa del día anterior, encontrando que solo Ikal, el pastor alemán viene y le saluda alegremente esperando por caricias
 -Ikal, ¿Dónde está Nazi?-  pregunta tranquilo. El perro ladra y corre en dirección a la habitación que tiene Nazi especialmente para sus pinturas y, habitación en la cual, por cierto, México no ha entrado en meses por respeto a Nazi y su privacidad
 … … …
 Toc toc toc
 -¿Puedo pasar Nazi?-  pregunto México a la puerta cerrada de la habitación, escucho movimiento de parte del interior y una negatoria. México tuvo que darle la espalda a la puerta y esperar a que Nazi saliera. Escucho la puerta abriéndose y cerrándose luego de ver a los perros rodeando a México en busca de atención… y aun cuando las ganas de ver hacia atrás era mucha, no hizo ningún tipo de movimiento y simplemente espero a que Nazi cerrara detrás suyo para pode volver la mirada hacia atrás y encontrarse por fin
 Los ojos de México se abrieron y un sonrojo apareció en sus mejillas cuando noto que Nazi en su camisa abierta de tres  botones, también dejaba al descubierto claras muestras de chupetones y mordidas en su pecho y cuello además de hombros y algunas en sus brazos bien ocultas por la tela de la ropa. El latino bajo la mirada sin saber que decir al respecto…
 -Hmp… recuerdo que me dijiste una vez que habían ocasiones que bebías demasiado y olvidabas lo que hacías al día siguiente-  dijo suavemente Nazi, avanzando hacia la cocina para preparar algo y poder desayunar. México no dijo nada, solo avanzo algunos pasos detrás de Nazi, avergonzado y sintiéndose estúpido, además de saber que sin desearlo estaba creando un ambiente incomodo
 -M-Me disculpo por lo que hice… ni siquiera sé si tú estabas de acuerdo con lo… lo que paso-  hablo bajito, cual niño regañado, pero tratando de darse el valor para afrontar lo que había hecho… subió la mirada lo mas que pudo, se puso de pie, derecho… pero su mirada no logro llegar a los ojos de Nazi, solo se quedaron en su pecho donde aun podía ver las marcas en su piel… no tenía el valor siquiera para ver sus labios luego de saber que tal vez habían pasado mas cosas de las debidas
 Hubo un pesado silencio después de eso. Nazi tampoco sabia exactamente como decir lo que paso anoche… el logra recordar mejor lo que ocurrió en la noche y sabe de antemano que México lo hizo adrede, es decir, al menos, estando ebrio, era muy cooperador y bastante amoroso. Nazi se llego a preguntar en ese momento y aun ahora, si el latino seria así de cariñoso estando consciente o si solo podría verlo en ese estado. Fuera cual fuera la situación, suspiro cansado
 -A decir verdad… es una enorme sorpresa para mí descubrir que eres tan despistado-  se rio bajito, sentándose en una silla luego de haber apagado la estufa. México lo miro confundido, enarcando una ceja, Nazi por fin pudo ver por escasos segundos la mirada de México colindando con la suya. Al ver sus sonrojo y como se mordía el labio inferior, supuso que podría correr el peligro que no había intentado desde que llegó a esas cálidas tierras
-Sígueme-  menciona poniéndose de pie y caminando de vuelta a su habitación especial para la pintura. Entra dejando la puerta abierta. Para sorpresa de México recibe una invitación a entrar. Lo primero que nota México es que los grandes ventanales están abiertos de par en par permitiendo una ventilación deliciosa. Hay plantas rodeando todo el lugar y un montón de cuadros, algunos apilados, otros colgados. Cada uno enmarcando algún paisaje hermoso, otros, siendo solo cuadros a medio acabar pero que ya denotaban belleza y equilibrio
 México abrió sus ojos… cada obra de arte, aun las que todavía no estaban acabadas, eran preciosas, cada una más hermosas que la anterior, siendo, finalmente, que en el centro de todo, cubierta por una tela suave había el caballete principal y Nazi a su lado, observando con una divertida sonrisa las expresiones de México
 -Tus obras son preciosas Nazi-  susurra sin ser muy consciente de su boca, el alemán sonríe satisfecho de saberse reconocido al fin por alguien, aun si nunca lo dice a viva voz. Pero, luego de un pequeño carraspeo de su parte, México reacciona volviendo la mirada a Nazi quien, entre suaves sonrisas de medio lado, como esas de un niño pequeño que va a mostrar su plan maestro de travesuras. Nazi eleva la tela de golpe, al tiempo que avoca a una única frase
 -¡Feliz cumpleaños México!-  anuncia con seguridad. El latino abre sus ojos cuando, lo que encuentra pintado en aquel lienzo, no es un hermoso paisaje casi celestial, sino su figura, su rostro y cuerpo, plasmado en un gesto tranquilo, sonriendo apacible y casi como si destilara un aire de sabiduría… México abre sus ojos, imposibilitado a dar algún tipo de comentario, solo se encuentra ahí, avanzando a pasos lentos, viéndose en aquella pintura, cambiando por fin a ver al dueño de aquella obra de arte que, sonriendo divertido, se acerca, cerrando levemente su boca y uniendo sus labios en un beso casto y dulce que México corresponde por inercia
 Ahora reconoce que ese sabor dulce que había en sus labios y que creía recordar, no era por alguna comida y o por la champan… sino por los labios de Nazi quien, luego de haberlo besado, se separa con tranquilidad, sonriendo de ese mismo modo que le recuerda cuando se conocieron por primera vez en el medio de aquel campo de batalla
 -Te amo-
 Aquellas palabras, simples y cortas, hacen a México sentir un fuerte estremecimiento en su cuerpo y en su alma completa. Sus mejillas se calientan violentamente, sus ojos no desean parpadear, su cuerpo se mueve por inercia y estrecha contra su cuerpo a Nazi con fuerza
 ¿En qué momento se volvió algo tan necesitado como el respirar, el escuchar esas simples dos palabras de labios del alemán? México no para de temblar, sus ojos apenas se encuentran levemente abiertos, sus manos toman con cuidado las mejillas del contrario y comienza a depositar desesperadamente besos por todos lados del rostro de Nazi. La desesperación de quien se estuvo conteniendo todo este tiempo. De quien necesitadamente descubre la necesidad del otro
 Su necesidad se vuelve aplacada por las caricias del contrario… las palabras no salen de boca del mexicano, pero no es como que sean necesarias en estos momentos… México puede saberlo, le está diciendo con sus acciones, con sus besos desesperados, con sus caricias inocentes y amorosas, lo mucho que había en el corazón del tricolor oculto por si mismo
 Había pasado el tiempo, si. México había hecho la vista gorda a esa amabilidad de Nazi para con él y esos coqueteos… que bueno, el mexicano es idiota pero Nazi era casi hasta burlesco y literal en sus acciones… era algo que atraía al latino pero que siempre se negó a aceptar porque sabía no solo que seguían en bandos opuestos, sino que Urss, al seguir vivo, no sería alguien de confianza… Nazi seguía siendo su enemigo acérrimo y, sabiendo que Urss y los aliados fuero los que ganaron la guerra, sabía que habría posibilidad de que algo malo pasara… tenía miedo
 Tenía miedo por Nazi, tenía miedo por él y por su gente… pero a su mente siempre terminaba llegando el alemán y sus divertidas sonrisas, su aspecto serio, su forma de ser ególatra en ocasiones o sensible tratándose de la pintura y el arte que ambos disfrutaban por igual… México simplemente no quiso enamorarse de alguien como Nazi, porque también debía de apreciar que había una enorme posibilidad de que Nazi en realidad solo lo estuviera manipulando para crear una nueva guerra mundial y poder por fin ponerse en lo más alto de las potencias… era una posibilidad que aun en estos momentos México baraja
 Pero el sentir los brazos de Nazi estrechándolo entre sus brazos, envolviéndolo dulcemente, sentir sus labios y su saliva combinándose con la suya propia, esos suaves suspiros, esos “te amo” que se dicen entre caricias inocentes y que lentamente van subiendo de tono… lentamente hacen a México perder de vista esos miedos y simplemente hacer lo que había estado queriendo hacer desde hace ya algún tiempo…
 Entregarse a Nazi por amor
 Notas finales:
 Y se me había olvidado que Nazi era el seme XD pero bueno… son esos semes que tienen cara de uke ¿? Que se yo… por hoy no creo que haya necesidad de dato extras ¿cierto?
 ¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
 Ko-fi 
 Patreon (No se muy bien como funciona) 
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qironvg · 3 years
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Capítulo 26: 无间深渊 Abismo Sin Fin 2
El llamado ‘Abismo Sin Fin’ era un lugar en la frontera entre el reino demoníaco y el reino humano.
Como espacio de transición, el Abismo Sin Fin estaba lleno de riesgos peligrosos y de lo desconocido. Vórtices que deformaban y rasgaban por el espacio, furiosas llamas, y magma ardiente se encontraban en cada rincón.
Los discípulos presentes habían luchado todo el camino, y sus cuerpos y corazones ya estaban exhaustos. Después de ese temblor violento, la mayoría de ellos se habían caído al suelo; solo Shen Qingqiu, Luo Binghe, y Shang Qinghua permanecieron parados.
Como el Abismo Sin Fin se había abierto, significaba que algo demoníaco definitivamente saldría del otro lado. Los tres contuvieron la respiración en anticipación, y esperaron con calma.
La figura de un hombre salió lentamente de la oscuridad.
Una vez que vió esa cara tan fría como hielo y expresión indiferente, Shen Qingqiu supo quién era.
Lanzó una mirada a Shang Qinghua, cuyo rostro se había puesto completamente blanco, queriendo reír pero siendo incapaz de hacerlo.
¿Por qué el futuro subordinado de Luo Binghe, su excelente mano derecha quien lo ayudaba a cometer todo tipo de actos malvados, apareció aquí y ahora?
Mobei-Jun era un demonio de sangre pura y heredero de una casa demoníaca. En el futuro, heredaría el territorio de su familia en la frontera demoníaca en el norte, y luego pasaría su tiempo apareciendo y desapareciendo a voluntad, sin nada que hacer y sin prestar atención a nadie. Así que este personaje inconformista, después de ser golpeado por Luo Binghe, quien estaba en medio de volverse demasiado poderoso, capítulo a Luo Binghe y siguió sus órdenes. Desde ese momento en adelante, Luo Binghe había obtenido un compañero impresionante y leal.
«¡Pero… de acuerdo con la línea de tiempo de la novela original, faltan como quinientos capítulos antes de que aparezcas, Gran Maestro!»
–¿Quién eres, y por qué has venido a este lugar? –Shang Qinghua se apresuró a gritar.
«¿No es tu verdadero jefe? ¿Que no fue el que te ordenó a liberar esas criaturas peligrosas a la Conferencia de la Alianza Inmortal? ¡Vamos, sigue fingiendo!»
Mobei-Jun inclinó la cabeza. Su figura apuesta media sumergida en las sombras de la oscuridad, una escena escalofriante. Con un movimiento rápido de su dedo, Shang Qinghua fue arrojado al aire por una fuerza invisible, golpeando un árbol y desmayándose. Escupió sangre incesantemente de su boca hasta que Shen Qingqiu no pudo evitar suspirar con respeto.
¡Tanto esfuerzo, tanta dedicación! Hermano, ¡realmente haces mucho por el bien de tu trabajo!
Después de darle su respeto, volvió a suspirar. Lo sabía, al final tendría que intervenir.
Sostuvo su espada frente a él, bloqueado el camino de Mobei-Jun. Ni arrogante ni humilde, dijo:
–¿Un demonio?
Sus palabras sólo eran tonterías. Tendrías que estar ciego para no ver esa masa negra de energía demoníaca.
Una figura de blanco pasó como un rayo brillante; y sin decir una palabra, Luo Binghe se puso delante de Shen Qingqiu.
Acababan de discutir, y ahora se enfrentaban con un enemigo poderoso, pero aún así estaba jugando el rol de un escudo humano sin dudarlo. Si dijeras que Shen Qingqiu no se sentía conmovido, sería una mentira.
Pero cuanto más conmovido estaba, más sentía que lo que estaba a punto de hacer era demasiado horrible.
–Binghe, apártate.
Luo Binghe no respondió, y no se movió. Miró directamente a Mobei-Jun, realmente impasible ante su poder.
Mobei-Jun dejó escapar un “eh” de curiosidad, como si hubiera encontrado algo que despertó su interés un poco.
–¿Desde cuándo un discípulo debe proteger a su maestro? –preguntó Shen Qingqiu.
–¿Eres un discípulo de la montaña Cang Qiong? –dijo Mobei-Jun.
–Luo Binghe, discípulo de la secta Qing Jing de la montaña Cang Qiong, gracias a este distinguido señor por la guianza –respondió Luo Binghe fríamente.
–El inmortal actúa como un mortal, y el demonio actúa como un humano –se mofó Mobei-Jun–. Que interesante.
Al escuchar eso, Shen Qingqiu se dio cuenta de lo que estaba pasando.
¿Podría ser que… Mobei-Jun era un reemplazo del Rinoceronte Pitón Lunar Negro para avanzar la trama?
El “inmortal” probablemente se refería a Shang Qinghua, quien estaba tirado en el suelo haciéndose el muerto mientras tosía sangre; aunque claramente era un cultivador, trabajaba sin descanso para el reino demoníaco, a diferencia de un inmortal. Una acusación justa. Y el “demonio”, ¿a quién más podría referirse que a Luo Binghe?
Shen Qingqiu no estaba seguro si Mobei-Jun realmente podía ver a través del linaje oculto de Luo Binghe con una sola mirada, y pensó mucho sobre esto. Al verlo fruncir el ceño, Luo Binghe pensó que aún estaba molesto sobre su desobediencia, y dijo:
–Shizun, no dejará que ninguno de nosotros se vaya. Sería mejor juntar nuestras fuerzas para luchar juntos.
Era verdad, pero también jodidamente inútil.
–Si te quedas aquí, estarás perdiendo la vida en vano –dijo Shen Qingqiu.
–Ya sea muriendo por Shizun, o muriendo con Shizun, estoy feliz de hacerlo –dijo Luo Binghe.
–¿Luchar contra mí? –se mofó Mobei-Jun. Fue lo suficientemente educado como para no agregar “que arrogancia tan ridícula”. Shen Qingqiu pensó: «Da gracias a que no lo dijiste en voz alta. En tres años, Luo Binghe será capaz de golpearte hasta que no puedas levantarte. Y además, ¿qué no te convertiste diligentemente en su subordinado? ¡Realmente estarías golpeando tu propia cara!»
–Bien. Demuéstrame –contestó Mobei-Jun.
Apenas había terminado de hablar cuando una aura asesina inundó el aire.
Sus pasos ágiles e inescrutables, Shen Qingqiu se movió como rayo frente a Luo Binghe, desenvainando a Xiu Ya con su mano izquierda para retrasarlo por un momento aunque sería inefectivo. Al mismo tiempo, levantó a Luo Binghe como una águila a su polluelo con su mano derecha, y lo tiró hacia atrás. Después de lanzarlo fuera del rango de la energía demoníaca de Mobei-Jun, ¡se dio la vuelta y se enfrentó al golpe de palmas de Mobei-Jun!
Cuando sus palmas se conectaron, la sangre en el pecho de Shen Qingqiu se revolvió como si alguien lo hubiera golpeado allí. El poder espiritual de su cuerpo surgió como si estuviera hirviendo. Aunque ya había formado un núcleo, y su nivel de cultivación no era bajo, no se comparaba a la mano derecha del futuro señor de los demonios Luo Binghe.
¡Pero tenía que intentar!
El único método para sobrevivir requería luchar hasta la muerte sin importarle su propia vida. De acuerdo con las décadas de experiencia de Shen Qingqiu leyendo todo tipo de novelas wuxia y xianxia, esa clase de personaje formidable respetaría a alguien que luchaba batallas sangrientas hasta el final sin admitir la derrota. ¡Pero no tendrían piedad con los cobardes!
Shen Qingqiu había enviado a Luo Binghe a cierta distancia, pero regresó, sacando a Zheng Yang de su vaina. Con una sola mano, Mobei-Jun envió para atrás el resplandor de la espada blanca. Zheng Yang no pudo soportar la energía demoníaca y en un estallido de luz blanca, se rompió en pedazos.
Una palma de Mobei-Jun estaba deteniendo a las dos de Shen Qingqiu, pero aún tenía la ventaja. Aburrido, usó su poder para tirar a Shen Qingqiu, y dijo:
–Inusualmente inferior. Los cimientos y la técnica son inflexibles. Lárgate.
–…
Shen Qingqiu no era ningún genio inigualable en el reino humano, pero podía considerarse un talento de primer nivel. Y las técnicas fundamentales de la montaña Cang Qiong no eran inflexibles, ¡eran ortodoxas! Bajo la descripción de Mobei-Jun, eran un puño de basura. Si fuera el Shen Qingqiu original, definitivamente habría vomitado tres litros de sangre.
Su espada estaba rota, pero Luo Binghe no le prestó atención. Cuando vio a Shen Qingqiu herido de ese golpe, sangre goteando de sus dientes apretados, su mirada se volvió fría. El aura alrededor de él cambió en un instante. Al captar este cambio sorprendente, una luz de interés atravesó los ojos azules de Mobei-Jun.
De repente convocó una espada de hielo completamente negra del aire; esa se volvió en dos, dos se volvieron cuatro, y comenzó a multiplicarse hasta que cientos de espadas de hielo rodearon a Shen Qingqiu, ¡disparándose hacia él!
Los métodos normales de defensa eran totalmente incapaces de bloquear estas espadas, porque estaban formadas de la energía demoníaca más pura. La energía espiritual de Shen Qingqiu ya estaba casi agotada. Si se enfrentaran, sería como una chispa luchando contra una ola de fuego.
En el instante en que los cientos de espada estaban a punto de caer como lluvia, Shen Qingqiu rugió en su corazón.
«¡He hecho mi mejor esfuerzo, pero todavía piensa que soy basura de bajo nivel, qué puedo hacer!»
¿Ni siquiera puedo morir de una forma mejor? Con cientos de espadas negras clavándose en mi cuerpo, ¡me convertiré en un colador!
Sin embargo, a pesar de que pasaron muchos segundos, no sintió el dolor de ser clavado con cientos de espadas.
No creía que Mobei-Jun hubiera cambiado su opinión y retirado las espadas, así que solo había una posibilidad. Solo una persona pudo haber bloqueado este ataque que surgía con aura asesina.
Shen Qingqiu levantó la cabeza lentamente.
Como se esperaba.
En el aire alrededor de ellos, todas las espadas se habían roto.
Estaban completamente rotas, como si nunca hubieran existido, dejando solo un cielo lleno de cristales negros que reflejaban la luna.
Era una escena hermosa.
Sin embargo, Luo Binghe, quien estaba parado en el medio de la escena, una tormenta que parecía rugir a su alrededor y en su mirada, sólo podía describirse como “aterrador”.
Shen Qinqgiu se sentó contra un árbol y observó la batalla entre estos dos demonios, tragándose la sangre en su boca y circulando su energía para tratar sus heridas.
El sello demoníaco en la sangre de Luo Binghe todavía no se había removido; Mobei-Jun solo lo estaba probando, pero aún así lucharon una batalla que oscureció el cielo y la tierra, destruyendo toda la luz. Ambos emitieron ondas furiosas de energía demoníaca, suficiente como para cubrir el cielo entero.
Esta área era la del Loto de Nieve de Mil Hojas Limpiadoras… ese era el nombre, ¿no? Dentro de los alrededores del Loto de Nieve de Mil Hojas Limpiadoras, las criaturas demoníacas no se atreverían a acercarse. Pero después de ser inundada por la energía demoníaca, los lotos de nieve comenzaron a morirse desde la raíz, y todas las criaturas demoníacas ocultas en la oscuridad salieron una por una, inhalando lo que era para ellos un aroma fragante.
Muchas arañas cabeza-fantasma salieron y subieron a unos de los discípulos de la montaña Cang Qiong, sus patas peludas listas para clavarse en sus sienes. Shen Qingqiu ya no tenía energía espiritual, y no podía usar ataques de hechizo. Solo podía agarrarlas directamente por su asqueroso pelo greñudo y tirarlas a un lado. Se aseguró de tirarlas hacia ese traidor, ¡Shang Qinghua!
Por otro lado, Mobei-Jun ya había terminado de probar a Luo Binghe, y se preparó para el último golpe. Con un movimiento de su dedo, envió una corriente de luz escarlata al centro de la frente de Luo Binghe.
Una vez que esa luz tocó su frente, inmediatamente entró a su piel, convirtiéndose en una marca roja ardiente. Luo Binghe se perdió en la locura de la necesidad de matar; no sabía que era, solo que su cabeza le dolía como si fuera a explotar. Todo su cuerpo se agitó con un impulso de crueldad salvaje; sin saber que hacer, lanzó su mano en frente, y una erupción de energía demoníaca explotó como un cañón hacia Mobei-Jun.
Esa vez el golpe era extremadamente fuerte. Mobei-Jun levantó la mano y lo detuvo, un poco sorprendido.
–No está mal –no le importaba el estado mental de Luo Binghe, y continuó hablando–. El reino humano no es donde perteneces. ¿Por qué no regresas a tus orígenes?
Ahora Shen Qingqiu estaba completamente seguro. La aparición repentina de Mobei-Jun fue para tomar el lugar del Rinoceronte Pitón Lunar Negro. Pero a comparación de la novela original, Mobei-Jun había hecho su trabajo más a fondo. Él… él… Realmente abrió directamente el sello, liberando la sangre demoníaca de Luo Binghe.
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josephine-waters · 5 years
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Predicciones.
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¡Hola lectores! Por fin esta listo y revisado este nuevo capitulo, tuve problemas para actualizarlo y corregirlo pero ya quedo y espero que les guste. Vienen grandes cambios en las vidas de Annie y Johana ¿podrán resistirlos?.
Nota importante: Los personajes centrales de esta historia, así como el universo donde se desarrollan no me pertenecen, sino a la asombrosa Suzanne Collins, yo solo juego un poquito con los espacios en blanco que nos dejo.
Aquí pueden leer los capítulos 1, 2, 3 y 4.
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Pollux estaba exhausto, los últimos días habían resultado especialmente agotadores no por que hubiera incrementado el trabajo, sino por inclemente sol que caía sin tregua en el Distrito. Al anochecer llegaba tan agotado que hasta sus peleas con Johana se habían detenido, no por que esta no lo molestara sino que el no tenía energía suficiente para responder a su pullas, apenas terminaba de cenar se disculpaba para ducharse e irse a la cama.
Este era el cuarto día de calor excesivo, por lo que a las 6 de la tarde en el momento justo en que sonó el silbato que indicaba el final de la jornada Pollux se dejo caer junto a la montaña de escombro, sin darse cuenta sus ojos comenzaron a cerrarse. Cuando volvió a abrirlos se sintió brevemente extraviado, el área estaba prácticamente vacía y del sol solo quedaba una suave estela en el horizonte. Entonces un movimiento capto su atención n, una figura apenas visible que caminaba en la oscuridad con dirección al centro, "Johana" reconoció de inmediato el avox por sus movimientos felinos.
"Demonios" pensó Pollux, por el lugar del que provenía era evidente que la chica venia de la Base Militar, de hablar con su contacto en el Capitolio, "debió pasar cuando estaba dormido" se maldijo el avox, llevaba días vigilando la base para enterarse cualquier nuevo plan de la vencedora y ahora se lo había perdido, lo que lo dejaba sin forma de averiguar que se traía entre manos y su cabeza comenzó a imaginar los perores escenarios.
... ... ... ...
Una semana después el Distrito era un hervidero de rumores, Roble, el contacto directo con las autoridades del Capitolio, había convocado una Asamblea para el día siguiente a las cuatro de la tarde y nadie sabía la causa. Desde que la guerra había terminado se habían celebrado solo tres Asambleas, la primera para anunciar la victoria definitiva de la revolución y la instauración de un nuevo orden con Paylor a la cabeza, la segunda para informar sobre la llegada de suministros y acordar el área donde se llevarían a cabo la reconstrucción de los hogares, la escuela, el mercado y demás instalaciones, y la tercera para elegir un Gobernador aquella reunión había terminado de manera caótica y sin que se pusieran de acuerdo, por lo que Roble, el hombre mayor autoridad en el Distrito ejercía de líder provisional pese al descontento de varios.
Los trabajos de edificación se suspendieron a medio día, por lo que a diferencia de otros días estaban los cuatro reunidos en la casa para almorzar.
—¿A qué hora es la asamblea? —preguntó Annie nerviosa, mientras se sentaba junto a Cressida.
—no es necesario que vayas —respondió Johana, haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia, Pollux emitió un bufido contrariado por su contestación "esa ni siquiera fue la pregunta".
—¿algún problema bichito? —pregunto mientras lo fulminaba con la mirada.
—solo creo que Annie debería poder ir a la reunión, hasta donde sé solicitaron la presencia de todos los habitantes del Distrito —transmitió el avox a través de su diadema —siempre que quiera ir —termino con una mirada amable, tratando de transmitirle su apoyo a la joven.
—permíteme que te ubique insecto —la chica lo miro con un gesto furibundo —lo que tú creas —hizo énfasis en la palabra usada por el avox —vale menos que cero en esta casa.
—¿y la opinión de Annie? —rebatió molesto
—Pollux, creo que Mason conoce mejor a Annie —intervino Cressida —si cree que no es necesario que vaya y Annie esta de acuerdo, hay que respetarlo —terminó y le sonrió a la joven, para hacerle saber que valoraba su opinión.
—pero la decisión es de Annie —insistió el joven, molesto por qué Cressida no estuviera de su lado, estaba listo para decir algo mas pero la mano de Annie sobre la suya lo detuvo.
—prefiero quedarme en casa —dijo con un hilo de voz y una mirada de disculpa.
—¿te quedo claro? —pregunto la taladora, mirándolo con su acostumbrado gesto furioso. El avox emitió un bufido frustrado y apago su transmisor con el ceño fruncido.
Cressida había decidido que ellos también acudirían a la Asamblea para ver si las escenas de la reunión podían utilizarse como la "unión y organización del Distrito 7", estaba muy ansiosa por regresar como Directora después tanto tiempo así que termino su almuerzo y se marchó de inmediato para visualizar el lugar y elegir los mejores puntos para la filmación.
A las tres de la tarde Pollux recorría nervioso la casa buscando la batería de su cámara, estaba por poner su cuarto patas para arriba cuando de pronto recordó que la semana pasada había filmado el amanecer y que cuando la batería se agotó la coloco en la ventana para que los rayos del sol la recargaran, se apresuró a bajar pero unas voces provenientes de la cocina lo hicieron detenerse.
—deja de preocuparte Annie —escucho que decia Johana.
—este es nuestro nuevo hogar y no quiero que piensen que no me importa lo que suceda en el Distrito —se lamento la chica.
—le tirare los dientes al que se atreva siquiera a insinuarlo —prometió su amiga —además como ya te dije solo se hablará del avance en la reconstrucción y de que el Distrito se organice de una vez por todas para trabajar, nada de eso tiene que ver contigo Ann —siguió con tono persuasivo
—¿y contigo si? —no había malicia en su pregunta sino autentica curiosidad.
—si Annie, conmigo si —respondió la morena sin dar más detalles.
—¿por qué? —Johana guardia silencio y el brillo de una sonrisa se reflejó en sus ojos, Annie a veces le recordaba a un niño preguntando incansablemente por qué
—es una de esas cosas que no puedes contarme, ¿verdad? —concluyo resignada ante su silencio.
—Es complicado Ann.. —se pasó la mano por la corta cabellera insegura de que podía decir.
—esta bien Jo, no tienes que decirme —la miró directo a los ojos haciéndole saber que tenía su confianza.
... ... ... ...
—El día de ayer recibí una llamada del Capitolio —anunció Roble su voz grave hacia fácil que lo escucharan en toda la plaza, estaba subido a un pequeño atrio de madera construido especialmente para que aquel que hablara pudiera ser visto por todos los presentes.
—Rendí un informe sobre el estado del Distrito y el avance en la reconstrucción —aunque el lente de la cámara continuo enfocado en el orador, la mirada de Pollux se dirigió de inmediato a la vencedora colocada en las orillas de la plaza, estaba de pie sobre una pequeña montaña de grava y con los brazos cruzados sobre el pecho, otra vez había acertado en su predicción, era justo lo que le había dicho a Annie.
—como saben hasta este momento los materiales para la reconstrucción se reparten entre todos los Distritos de acuerdo al nivel de los daños... —hubo un murmullo de desaprobación, la mayoría creían que los insumos recibidos no correspondían a los daños del Distrito "aunque claro no han visto los otros Distritos", pensó el avox recordando el estado del Distrito 11 y 9.
—lo que llega en cada tren es repartido equitativamente entre todas las familias —Roble alzo la voz para hacerse oír sobre las quejas.
—Algunos de ustedes también han recibido materia prima adicional de manera particular, en razón de cartas que han enviado de forma privada al Capitolio, estos materiales han sido entregados de manera particular a quien corresponde —las voces de descontento regresaron, esta vez con mayor fuerza, incluso se gritaron unos nombres como Jay y Roxane.
A Roble le costo un poco mas retomar el orden —Pese a todo, este modo de repartición de recursos no ha generado los resultado esperados y como a la fecha no hay una sola casa terminada el Capitolio nos ha ofrecido una alternativa.
Un sentimiento expectante se instalo en la multitud lo que acalló finalmente el griterío —el Capitolio ofrece enviar en los siguientes dos trenes toda la materia prima, las herramientas y el equipo que hace falta para concluir las labores de reconstrucción de una vez por todas —un breve silencio de incredulidad, seguido de vítores y gritos de emoción se produjeron en todo el lugar.
—Un momento, no he terminado —gritó el líder, acallando y regañando directamente a aquellos que no le obedecían
—El Capitolio solo realizará esta entrega bajo una condición —guardo un momento de silencio no para generar expectativa, sino para asegurarse que todos lo escucharan —de aquí en adelante los trabajos de reconstrucción se realizarán de manera colectiva. —las sonrisas y gestos de entusiasmo desaparecieron del rostro de varios pobladores.
—se formaran equipos de limpieza y explanación, de excavación, de cimentación y fundición, de construcción, de plomería y electricidad, de aislamiento, de acabados e incluso otro que fabrique muebles básicos.
La idea le parecía excelente a Pollux, había visto de primera mano las desventajas de trabajar por separado, así que no comprendía por que las personas no se mostraban entusiasmadas por esta propuesta.
Roble continuo su exposición —el diseño de las edificaciones también será discutido y aprobado por un equipo y el levantamiento de la obra seguirá estrictamente esas especificaciones..
—¿Que pasa con las construcciones que ya están diseñadas y avanzadas —gritó un hombre de la multitud.
—Estas serán respetadas, siempre que su cimentación y fundición sea segura —un murmullo de preguntas siguió a esta respuesta.
Roble levanto ambas manos, solicitando calma —Se revisará cada caso a detalle, por temas de seguridad se...
—¿que pasara con los materiales que ya tenemos? —interrumpió otro hombre impertinente.
—Deberán integrarse al fondo común, junto con los que llegue en los trenes, luego estos se..
—¿Pero quien elegirá que casas se construirán primero? —volvió interrumpir el mismo hombre sin dejar que terminara.
—Se dará preferencia según las necesidades —respondió con paciencia Roble —se trabajará simultáneamente en edificios públicos como una clínica, una escuela y..
—No es justo —reclamó el hombre —deberíamos rifar el orden de construcción, para que sea a la suerte —grito quejumbroso, seguido por varios cuchicheos a favor.
Pollux comenzaba a impacientarse ante su falta de educación y su evidente egoísmo, si Cressida esperaba obtener pruebas de solidaridad de esta reunión se estaba llevando una gran decepción.
—No te preocupes Randall —la voz de la vencedora resonó en el espacio y de inmediato todas las miradas aún las de aquellos que hace un segundo parecían distraídos estaban fijas en ella —tendrás preferencia —continuó mientras le sonreía con amabilidad fingida —los discapacitados mentales van primero —varias risas burlonas se hicieron presentes.
El hombre ahora identificado como Randall, se puso rojo ya sea por la humillación o la furia, probablemente por ambas y agacho la cabeza sin seguir la discusión.
Una mujer de piel olivácea levanto la mano y Roble le cedió la palabra —Deberíamos empezar con las construcciones mas grandes, luego las mas pequeñas, así ahorraríamos tiempo.
—Deberíamos matar a la mitad de la población y construir solo la mitad de las casas —volvió intervenir la extributo cargada de ironía —eso también nos ahorraría tiempo —Pollux torció la boca, "¿Cómo podía siquiera bromear con ello? Estas personas habían perdido a sus seres queridos durante la rebelión". El rostro de la mujer perdió color y se quedo callada.
La mano de Jay se levanto insegura y pese a que Roble fue el que le dio la palabra este miraba a Johana cuando comenzó a hablar. —Podríamos terminar las que ya están muy avanzadas, no tomara mucho tiempo y..
Johana volteo los ojos con su gesto patentado de "que idiotez" —Primero se construirán las casas de las familias que tienen niños y ancianos —le cortó cansada de escuchar estupideces —luego los que resultaron con alguna discapacidad total o parcial durante la guerra y finalmente el resto según el tamaño de las familias —su tono era condescendiente, como si hubiera explicado esto un millón de veces antes.
La plaza se quedo en silencio luego de su sugerencia, durante el cual los pobladores se miraron unos a otros nerviosos, solo un pequeño grupo al final hablaba y manoteaba evidentemente en contra de la vencedora.
—¿alguien tiene una mejor idea? —cuestiono desafiante la vencedora.
—a ella le da lo mismo, por que duerme tranquila y cómoda en su casita de muñecas —chillo una mujer flaca y canosa que al parecer lideraba el grupo disconforme del fondo, Pollux regreso la mirada a Johana esperando su estallido pero para su sorpresa esta no reacciono.
—Esas casas van a ocuparse responsablemente —aclaró Roble retomando la palabra —Una de las casas pertenece a la Srita. Cresta y la otra la Srita. Mason —el hombre miro a la vencedora quien asistió para manifestar su acuerdo.
Este gesto reavivo el resentimiento del avox al comprobar sus sospechas, Johana mantenía secuestrada la Villa de los Vencedores, al grado que tenían que pedir permiso para utilizarlas, "¡No le había importado dejar todo este tiempo sin hogar a estas personas!" pensó indignado, "e incluso ahora, mantenía dos casas para ella, ¡si todo mundo sabía que Annie y ella vivían juntas!"
—Las seis casas restantes se ocuparan como inmuebles temporales destinados a un orfanato, un asilo, una guardería y escuela, una clínica de salud, una oficina de gobierno y la ultima como comedor y almacén —anunció Roble, la rapidez con que determinó el destino de los inmuebles dejaba claro que era algo que ya se había planeado "pero que no se había llevado a cabo por la oposición de cierta bruja egoísta" pensó con enojo Pollux.
Luego de eso ya no hubo más quejas, el voto a favor de la nueva organización para la reconstrucción gano con una aplastante ventaja. La Asamblea continuo con la conformación de cada uno de los equipos de reconstrucción y Johana aprovechó las discusiones para retirarse en silencio sin que nadie la notara, bueno casi nadie, por que ciertos ojos azules e irritados la siguieron hasta que se perdió de vista.
Annie y Johana ya estaban en su cuarto cuando los capitalinos regresaron, decidir sobre la composición de los equipos y demás detalles del plan de construcción habían tomado demasiado tiempo, pese a que todo eran asuntos técnicos aburridos Cressida insistió en quedarse hasta el final, repitiendo que era mejor tener material de sobra al momento de la edición. Al avox le dolía la cabeza y estaba mas cansado que después de una jornada de trabajo, que complicado era que las personas se pusieran de acuerdo. Habían hablado tanto que le costaba recordar todo lo que se había acordado, en parte por el zumbido de las altercados y griteríos, pero sobre todo por qué seguía dándole vueltas al poder apabullante que tenia Johana en el Distrito, el modo en que todos habían cedido a sus mandatos, por mas que su propuesta tuviera sentido, que tuvieran que pedirle permiso para decisiones en las que no debería tener ninguna influencia como la distribución de las casas y una vez más el hecho de que supiera de antemano lo que iba suceder en la Asamblea.
A la mañana siguiente los cuatro desayunaban y comentaban los eventos del día anterior, ninguno tenía prisa puesto que se había acordado suspender las labores de construcción para que cada familia entregará la materia prima que poseía y se armara un inventario de los totales.
—Creo que es una estupenda idea —concluyó Annie una vez que sus amigos la pusieron al corriente.
—es una fantástica noticia —coincidió Cressida —habrá mucho más avances e interacciones que filmar, aquí mismo podremos grabar varias escenas una vez que nuestros nuevos vecinos se instalen.
Pollux vio como Johana se tensaba nuevamente al escuchar de las personas que pronto ocuparían las otras casas de la Villa y sintió una oscura satisfacción al ver que esto le molestaba.
—habrá mucho más ruido y movimiento ��transmitió, solo para disfrutar de las reacciones incómodas de la taladora.
—espero que la señora Rosie se traslade al asilo —musitó Annie —soy tan mala tejiendo que solo avanzó cuando me va guiando paso a paso —su tono de decepción alertó a Johana que por fin levanto la vista de su plato.
—tranquila Ann, aún tienes tiempo —la pequeña sonrisa que surgió de sus labios y el intento de confortar a la madre dejaron atónito al avox "así que no es del todo incapaz de ser amable".
—deja de verme bicho —siseo la vencedora atrapando su mirada —se me va el apetito —terminó con un expresión de repulsión dibujada en la cara, "olvídenlo" pensó el avox irritado.
Poco después Johana y Annie se ocupaban de los trastes, Cressida había salido a caminar demasiado entusiasmada por las novedades para quedarse quieta, Pollux se había negado acompañarla alegando cansancio pero en realidad se había quedado en casa para hacer algo de lo que no se sentía nada orgulloso; estaba de pie con la espalda apoyada en la pared de las escaleras para evitar ser visto, tenía un pie en el escalón de abajo preparado fingir que estaba bajando en caso de ser descubierto. Se sentía ridículo, no le gustaba espiar a las personas, pero no se le ocurría otro modo de descubrir los planes de la vencedora, nunca compartía nada sobre si misma, guardaba demasiados secretos y tenia demasiado poder tanto dentro como fuera del Distrito, poder que hasta ese momento solo había usado para abusar de otros y hacer su voluntad.
—que mal que no se hizo desde antes —comentaba Annie mientras secaba los platos que su amiga le pasaba —recuerdo que dijiste que algunas de las construcciones son deficientes, habrían quedado de mejor calidad si se hubieran organizado desde un principio —se lamento la joven madre.
—las construirán desde cero —respondió la otra sin una gota de duda.
—Espero que no les tome demasiado —su voz sonó algo rota, sin duda las hormonas comenzaban a hacerla mas sensible.
—Un poco mas de lo planeado, pero es necesario —respondió con tranquilidad la otra.
El avox frunció el ceño confundido, el se había quedado hasta el final de la Asamblea, y aunque estaba algo aturdido para el final, estaba seguro que no habían decidió demoler el avance de las construcciones. Esta vez la extributo se equivocaba, las construcciones no empezarían desde cero, no era necesario.
O al menos no lo fue hasta 3 días después, durante esa tarde las familias estaban reunidas en la plaza para verificar los saldos finales de todo lo aportado y concluir el inventario. En esta ocasión Cressida no vio necesario acudir a filmar las discusiones que seguro se originarían así que Pollux tenía el día libre, estaba en casa disfrutando un té con Annie y Charlie, mientras les contaba una historia sobre sus travesuras infantiles con Castor.
—¡Pollux! —gritó Cressida desde la entrada —corre, trae tu cámara —le ordenó mientras pasaba como una tromba y recogía su propia cámara fotográfica, Charlie y Pollux se habían puesto de pie de un salto y veían a la capitalina extrañados.
—Hay fuego en la zona de reconstrucción —explicó su amiga. El avox abrió los ojos alarmado y Annie se estremeció visiblemente, solo entonces Cressida se dio cuenta de su error al notar el rostro angustiado de su amiga y la rigidez de su cuerpo.
—no te preocupes Annie, ya han cercado la zona —aclaró disculpándose por haberla alterado.
Un par de minutos después y tras asegurarse de que Charlie se quedaría con su amiga, los capitalinos salieron corriendo en dirección a la zona del desastre. Siguiendo las direcciones de la directora, Pollux capturó las imágenes del accidente y los intentos de los pobladores por sofocar las llamas, el escenario no era nada alentador.
Más tarde, en una junta de emergencia Roble informo el resultado del siniestro, afortunadamente nadie estaba cerca del lugar donde se había originado el fuego, por lo que no se reportaban heridos, salvo algunos intoxicados por inhalar el humo, pero las perdidas materiales eran otro cantar, el fuego había arrasado con las edificaciones, el resultado: las construcciones debían empezar de cero.
Pollux se estremeció al escuchar las noticias, Cressida sabia que el incendio había consumido semanas de su arduo trabajo comprendía que se sintiera devastado, le dio un apretón solidario y se alejo tomando fotos de todo lo ocurrido, pero en el rostro del avox había algo más que impotencia por los días perdidos, de hecho tenia un gesto de terror grabado en sus facciones que se acrecentaba cada vez que recordaba quien había hecho esa predicción.
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¿Qué opinan Johana tiene poderes o hay algo mas detrás de sus predicciones? Escucho sus teorías.
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