Tumgik
#buenos aires muere en primavera
a-schwarzung · 1 year
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Mírame
Nota: Escrito a solicitud de Aquarius no Kari en 2007.
Apenas ayer, los primeros botones de pálido sonrosado han brotado de los antes marchitos árboles; desde mi ventana puedo admirar el  cambio casi imperceptible que se opera en el paisaje. Los primeros retoños sobresalen en los secos troncos; los áureos rayos del disco solar comienzan a despertar de su letargo invernal a natura, quien prodiga con suave esmeralda los campos antes cubiertos por una lámina escarchada. Los susurros de la fresca brisa primaveral poco a poco toman el lugar de los vientos polares.
Los delicados folios de pálido albor, poco apoco intensifican sus tonalidades rosáceas, dando lugar a preciosos y llamativos rosas que colorean los botones del  magnífico cerezo que da a mi ventana. EL viento juega suavemente con los delicados pétalos, convidándoles a un baile de caprichosos pasos, danzan con languidez por el aire, dejándose llevar hasta caer sobre el esmeralda del pasto, en un límpido espejo de un lago; o quizás en la cabeza de quien descansa a los pies del árbol, fascinado con el espectáculo.
El pequeño Shun abre sus orbes, enormes; antes de ponerse de pie y regresar al interior de la mansión apresurado. Recargo mi mentón en el marco de la ventana, observando con cierta indiferencia la llegada de la primavera; escuchando el arrullo de los pájaros que como por arte de magia han reaparecido tras su ausencia invernal. Mis oídos no tardan en traerme el sonido de unos suaves golpes es mi puerta.
—Adelante.
Comento con voz parca mientras observo como gira la perilla de la puerta, ésta última le cede el paso a la esbelta figura de cierto chico de grandes ojos verdes, cuya mirada alegre me saluda. Sin cerrar la puerta se aproxima hasta mí, mostrándome con esa candidez tan propia de él la flor en sus manos. Inclina su rostro mientras prosigue su estudio.
—Hyoga ¿has visto ya? Los cerezos ya  han florecido, se acerca el festival [1].
Las palabras de Shun son dichas con entusiasmo, antes de acortar la distancia entre ambos. Emito una sonrisa, no muy convincente por la expresión condescendiente en el rostro de mi amigo. Me encojo de hombros, sonriendo culpable, provocando la risa de Shun, algo que buscaba, lo admito.
—Hyoga ¿qué te parecería salir al parque? Un día de campo, ya sabes…
Su mirada suplicante me hace imposible rechazar su oferta, y quizás sea una muestra de egocentrismo mío, pero algo me hace pensar que lo hace para levantarme el ánimo, como casi todo lo que ha organizado desde Navidad.
—De acuerdo Shun, aunque no estoy seguro de que los demás quieran ir…
—No te preocupes por eso, déjalo todo en mis manos.
Sin más, sale de mi habitación, tal y como entrara. No puedo evitar que un suspiro se me escape; llevo ambas manos hasta mis labios; girando mi rostro en negación. Ha pasado casi un año, y sigo sin poder olvidarlo; y conforme pasa el tiempo, más me resigno a no olvidarle nunca. Es como un fantasma que nunca dejará de atormentarme. Y quizás, uno que no deseo olvidar por muy doloroso que sea su recuerdo.
Ha llegado el domingo, me levanto con pocos ánimos; pero le he prometido a Shun que iría al parque con ellos. Me doy un duchazo, esperando que el agua despabile un poco a mi apática persona, pero eso no impide que me dé el lujo de vestirme con toda la calma del mundo. Bajo las escaleras hasta la cocina, misma en la que me encuentro con más gente de la que me esperara.
Ahí está Miho, ayudando a Shun a terminar de guardar las cosas necesarias para el almuerzo. June, quien lleva una semana en la mansión de visita conversa con Shun, y una sonrisa cruza mis labios; ¿quién sabe? Hoy podría ser el día. Solamente Shiryu carece de su media naranja; pero es imposible que Sunrei venga desde China para un simple almuerzo en el parque. Imagino que Shiryu muere de ganas por regresar a los Cinco Picos. Y bueno, yo no me cuento. Realmente en estos momentos dudo haber dejado de estar solo en el pasado. Ni siquiera estoy seguro de lo que sentíamos el uno por el otro. Pero eso ya no importa, y como han notado mi presencia ya, decido hacer como que no lo recuerdo, como si su persona nunca se  hubiese cruzado en mi camino.
Después de unos cuantos incidentes, logramos salir; yo llevo la canasta en mis manos, mientras los demás conversan. Voy inmerso es mis propias meditaciones, aunque de vez en cuando alguno de mis amigos se acerca, me ofrecen ayuda con la canasta, y hasta conversan un rato conmigo. No los rechazo, por más que deteste la sensación de incómoda compasión; pero sus intenciones son buenas, y es por ello que no les aparto como lo haría en otras circunstancias.
Llegamos al parque y debido a mi falta de humor, escojo un árbol de abundante follaje  para recostarme debajo de éste. Shun pretende que me incorpore a los juegos, pero una mirada basta para que comprenda que prefiero estar así, apartado. Les veo conversar animadamente, de vez en cuando alguna de las chicas se las arregla para provocar que las mejillas de alguno de ellos se enciendan.
De cuando en cuando percibo cierta incomodidad por parte de Shiryu, y no puedo evitar sentirme culpable por el hecho de que le he dejado morir solo. Cierro mis ojos momentáneamente, permitiendo que la placentera oscuridad me lleve hasta la semi—conciencia, pero un ruido, o más bien, la ausencia de éste, provoca que mis párpados nuevamente me den la vista del pasto cubierto por pétalos sonrosados.
Y ahí está, de pie, observando con una de esas discretas sonrisas  que tanto he añorado; viendo al menor de nosotros, quien se pone de pie para correr y alcanzar a su hermano mayor. Se funden en un abrazo, y no puedo evitar que se me escape el aire. Sí, desearía ser quien le abrazara, o quizás no. Todo este tiempo pensé que le extrañaba demasiado y que estaría contento cuando lo viera. Pero la verdad es que al verle, tan fresco ahí de pie, siento como el color sube por mi rostro, y no es precisamente alegría o un pudor fuera de lugar, es molestia, enojo lo que hace que mi pulso se acelere.
Mi ceño se frunce, mientras mi puño se crispa, no puedo soportar ver su descaro, por lo que sin importarme lo mucho que mis amigos se lamenten, o le posible espectáculo, me giro y me alejo de ahí a grandes zancadas. Puedo escuchar que Seiya me llama, pero no le hago caso, sigo mi camino, tratando de no atropellar a ningún niño en mi camino, puesto que no estoy como para disculparme ni consolar a nadie.
Antes de que me percate de mi rumbo, me veo frente a ese bar, el lugar donde todo comenzó. Cómo olvidar que esa noche le propuse salir a Ikki, estábamos cansados, sí, él seguía deprimido, pensado en Esmeralda aunque no lo aceptara. Duro como siempre, y yo… deseaba olvidarme de mi madre, de Camus, y de todas las personas a las que he herido en toda mi vida. Primero una cerveza y luego otra, y hacia las botellas se fueron formando y nuestras lenguas se soltaron, como suele pasar con el alcohol.
Me llamó niña el muy desgraciado, y pues no tardamos en hacernos de palabras. Eso sí, nada de golpes, no daríamos un espectáculo a los demás ebrios del lugar. Y sin saber cómo fue, estábamos en la calle, caminando con dificultad para poder llegar a la mansión. El imbécil se cayó, en definitiva estaba más bebido que yo, le quise ayudar, pero no calculé bien la fuerza de mi impulso, y terminó ganándome el peso de Ikki, así que lo siguiente que supe es que sus labios besaban los míos, con desinhibición, hasta que me sentía morir, ahogándome debido a la falta del aire. Por fortuna el beso había terminado, y torpemente trataba de ponernos de pie para proseguir.
Llegamos media hora más tarde de lo que hubiésemos tardado de no haber sido por las continuas provocaciones de mi amigo. Sus brazos buscando soporte y de cuando en cuando sus manos se paseaban por mi espalda, causándome escalofríos. Comenzó a decir una sarta de tonterías, que si yo era el que más le agradaba, que si era el menos ingenuo, que de no ser por mis problemas no superados con mi madre sería un caballero impecable. Ahí fue cuando perdí el control le hablé de su insistencia por parecer duro, por querer ser el malo de nosotros. Cuando en realidad no puede superar que Shun no lo necesite. Y eso era todo, atravesamos la puerta enredados en el otro, comiéndonos a besos.
Nunca imaginé terminar así con un chico, mucho menos con Ikki, pero las sensaciones simplemente eran tan excitantes, todo se sentía repentinamente tan bien. No importaba si era simple calentura de ambos, o si de repente la soledad había pesado de más, éramos él y yo, juntos, su piel ardiente sobre la mía, sus besos de fuego consumiendo los míos. Fue una noche inolvidable, o al menos para mí, me sentía extraño por la mañana, me levanté antes que él e hice como si nada hubiese pasado, pese al dolor entre mis piernas. El jodido de Ikki me había tomado desprevenido, y cuando me di cuenta, ya era un poco tarde.
Todo ese día transcurrió normal, no le había visto y estaba mejor así, no podía evitar sentir que nos habíamos usado y ya, quizás quiso ver en mi cabello rubio al de Esmeralda, quizás deseaba pensar que mientras me embestía, era una niña a la que tenía entre sus brazos, no lo sabía y tampoco quería asegurarme de nada. Sólo deseaba que el maldito escozor entre mis piernas me dejase en paz.
Por la noche estaba solo en la cocina cuando sentí su abrazo, sus brazos no me dejaban mover, intenté quitármelo de encima, el muy maldito era demasiado fuerte, y un ataque con mi polvo de diamantes me pareció exagerado. Fue así que compartimos otra noche, y esta vez no fue silenciosa, de hecho temía que todos se dieran cuenta, pero cómo no iban a hacerlo, si la situación se extendió por dos semanas. Casi no hablábamos, algunas miradas suyas me confundían, repentinos ataques agresivos acompañados de besos hambrientos. Era demasiado confuso para mí, y estaba dispuesto a discutirlo con Ikki, aunque tuviese que congelarlo para evitar que sus labios me obnubilaran. Pero no fue necesario, el cabrón desapareció ese día. Me dejó ahí a la mitad de abril solo. Sin explicaciones, sin un adiós o hasta pronto… nada.
Desde ese momento su sombra me ha asechado, me he sentido un objeto y eso me molesta, lo maldije, y aún más cuando vi los rostros dolorosos de los demás, sus ganas de consolarme, cuando yo no necesitaba consuelos, sólo deseaba una explicación, una explicación de él. Paso el tiempo, me vino una depresión en invierno y ahora simplemente estaba de  malas, furioso si es ello posible y en este bar, sentándome en la barra mientras pido un vaso bien servido de vodka.
Abren la puerta y para mi poca sorpresa, eres tú quien entra, te miro con indiferencia, que no me cuesta fingir, después de todo Camus ha sido mi maestro.
Tomas asiento a mi lado, pero te sigo ignorando así de molesto como estoy. Te ves como ese día, pareciera que el tiempo se ha congelado para ti, y me pregunto cómo me verás, si es que te parezco el mismo, porque no lo soy Ikki y más vale que te des cuenta antes de que no lo soporte más y te rompa la cara. Pides lo mismo que yo, vaya con tu originalidad.
De repente te aproximas hasta mi oído y susurras con suavidad ciertas palabras que me hacen molestarme aún más, puesto que me has hecho sufrir un escalofrío.
—Te estaba buscando.
Sí cómo no, pues puedes seguir buscando, porque no pienso contestarte para nada pedazo de imbécil. Me tienes  preocupado todo este tiempo y luego vuelves tan tranquilo pensando que todo sigue igual.
—Hyoga ¿dejarás de portarte como el niño de mami de siempre y me harás caso?
—Ah, pero mira quién lo dice, yo no soy el que salió corriendo.
Me recrimino, yo no te iba a contestar, y mira, ya me sacaste las primeras palabras, siempre tiene que hacerse lo que quieres ¿no es así?
—Hyoga, tenía que irme, no comprendes, eso no podía seguir así.
—Desde luego que no, pero en vez de discutirlo como toda persona normal, tenías que hacer algo tan…tan como tú…huir, y dejarme aquí sin saber ni siquiera qué demonios pasó.
—Vamos Hyoga, ya eres bastante grandecito para saber qué pasó ¿Quieres que te lo explique con flores y abejitas?
Tu tono de sorna me saca de quicio, provocando que mis manos se cierren en tu cuello, puedo ver como se te dificulta respirar y es que así te deseaba ver, con un rostro que no sea el de expresión irónica.
—Vete al demonio—, susurro peligrosamente cerca de tus labios, aun sabiendo que el dueño del lugar nos observa alarmado.
Te saco del lugar, jalándote por la playera hasta cierto rincón de la calle que está vacío para conveniencia mía. Te estampo contra la pared, viéndote a los ojos, azul contra azul.
—Mímame Ikki, y dime qué ves, dime que queda del arrogante Hyoga de siempre…
No contestas, me miras pero no contestas.
—Porque yo por las mañanas frente al espejo, no me reconozco a veces, me veo molesto, incompleto, insatisfecho y todo es tu jodida culpa.
Me quedo casi sin aliento mientras te grito esto en la cara, y tú maravillosamente inmóvil, curveas tus labios, y deseo borrar esa sonrisa de ellos.
—¿Quieres que te diga que veo? Veo lo mismo que me da los buenos días cada mañana, a alguien confundido, molesto, tal y como lo he estado todo este tiempo. Sigues tan arrogante como siempre, no te preocupes por eso Hyoga. Pero admítelo, tú también lo sientes….
—¿Sentir qué Ikki? ¿Desprecio por ti? Enojo, molestia, siento todo eso Ikki así que no te  hagas el misterioso, que no te queda,  y dime lo que piensas. Antes de que tomes tus cosas otra vez y te largues a quién sabe dónde a hacer dios sabe qué.
—No es como piensas, necesitaba tenerte lejos, ¿no has notado que estando cerca de ti no puedo ser el mismo de siempre?
—No me vengas con esas frases baratas Ikki, yo no tengo nada que ver con tu síndrome de escapista. Siempre que se trata de hacer algo distinto a pelear sales huyendo a esa Isla ¿no es así?  A la tumba de ella.
—¿O me dirás que no te quedaste porque soy una adicción Ikki?
Espeto con desprecio en su rostro, que se desvía hacia un costado y no, esta vez no dejaré que se quede todo lo que debemos aclarar.
—Anda dime, ¿qué fuimos, o mejor aún, qué somos? Porque yo ya no sé. Esa noche pudo pasar, y hubiese estado bien, un polvo y nada más. No hay problema. Pero las demás noches…no me digas que fueron un vil accidente Ikki, porque fueron más que premeditadas ¿o lo niegas acaso?
—Mira cómo estás, tan silencioso. Creí que si me buscabas era para hablar o no…ya sé ¿es esto lo que quieres?
Y dejo que mis labios se estampen en los suyos, abriendo con violencia el camino hasta su cálido interior, mientras mi brazo le empuja por el cuello a permanecer en la pared, y me hace temblar el sólo contacto de sus labios, no debí hacerlo, pero ya es tarde, finalizo el beso con rudeza para mirarle con sorna.
—Hyoga yo…—, finalmente logras deshacerte de mi agarre, y no es porque lo quisieras, es porque yo he decidido dejarte en paz.
—No era mi intención, todo esto se salió de control. Éramos camaradas y si me preguntas que somos, pues no lo sé, no sé nada. Sólo sé que aún en esa isla como la llamas, no importaba qué tanto entrenara. Ahí estabas atormentándome. Las noches eran largas y aquí me tienes, dime qué es lo que quieres.
—Vete Ikki, lárgate y déjame en paz, no quiero saber de ti, eres más problemático de lo que crees, no fuiste el único que la pasó mal, no eres víctima, y yo tampoco. Nos conocemos y lo que pasó fue culpa de los dos, así que cada quien por su lado, esto por mi parte se ha terminado.
Siento de nuevo tus brazos alrededor de mí, y me detengo, no lo deseo, o quizás sí, el caso es que siempre me confundiste Ikki, nunca te he entendido y eso no cambia, y me hace mal; nos hace daño más bien.
—Aléjate  si sabes lo que es bueno para ti, porque te aseguro que si sigues abrazándome Ikki, sólo nos haremos más daño, porque no me importará si eres feliz o no, te voy a atar a mí, y no te permitiré que vuelvas a abandonarme como lo hiciste, ya me has dejado en un estado lamentable. Te destruiré antes de permitir que me quites lo que soy.
—¿Nunca te he dicho Hyoga cómo me gusta lo rudo y arrogante de tu persona? Además soy un hombre de retos, y tú eres mi mayor reto.
—Pues buena suerte Ikki, sigue intentando.
Y me alejo de nuevo, dejándole ahí solo en la calle, mirándome completamente extrañado, mis labios esbozan una sonrisa.
—¿Te piensas quedar ahí parado idiota? ¿O me vas a mostrar que tan bueno eres para superar  los retos señor modestia?
Y  caminamos en silencio  hacia la mansión, no te he perdonado, pero no lo sé, quizás algún día, en algún momento. Uno nunca sabe… pero mírame bien Ikki, porque puedo ser tu paraíso, o tu más cruel infierno.
Nota:
[1] Sanno—matsuri de primavera, cuando los cerezos florecen Este festival celebra la primavera y las familias preparan un picnic debajo de los árboles de cerezo florecidos. Los niños celebran volando cometas muy coloridos y decorados.
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makes-boys-cry · 8 years
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Buenos Aires muere en primavera.
Si fueras Nueva York en enero,
entonces yo seria los turistas alucinados y enamorados,
encandilados por tu sonrisa sublime, tus facciones de porcelana.
Y estaría sacando una foto en el corazón de la selva de nieve.
Creando aventuras en el medio de Times Square con un anuncio de neón de fondo
donde nos encontramos, donde alzo los dedos al cielo y creo tocarte, tus pómulos, el aire frío cortándome los nudillos,
y entonces hay suficiente amor en mi como para colapsar y convertirme en un anuncio tirado,
mojado y olvidado por los transeúntes ensimismados.
Un destello de luz, un parpadeo, y ya no existo.
  Si fueras París en febrero,
yo sería una carta de amor en la punta de la Torre Eiffel,
al borde de caerme con una brisa,
cortándome las palabras,
cortándome el corazón,
los sentimientos
y yo no quiero que París me deje caer en invierno.
No quiero que me olvides, olvides
para siempre.
  Si fueras Santorini en mayo,
yo seria un perro aprendiendo a nadar,
en el mar embravecido un día de lluvia,
a una ola de ahogarme.
Y seguramente me hunda,
me pierda en mi propio egoísmo
y entonces desaparezco.
Y Santorini jamás se entera, jamás
te enteras.
  Si fueras el Palacio de Buckingham en julio,
yo estaría entre tus filas,
deseando ser notada por la nobleza,
vistiendo lo último de Prada y Dior,
y de repente me olvido de vos, de tus ojos cielo
porque soy muy egoísta.
Tan egoísta que me dejo llevar,
por los zapatos de charol y las chaquetas de piel
y un día Buckingham ya no prende sus luces,
dejas de brillar.
Hay un apagón y toda la ciudad se pregunta qué pasa.
Qué pasa que el Palacio pierde su magia.
  Si fueras Buenos Aires en septiembre,
yo estaría sentada en un parque,
dándole de comer a las palomas,
esperando que vengas a buscarme.
Pero tus labios quedaron lejanos,
tus manos ásperas son parte del pasado,
ya no te interesa brillar para mi,
y soy muy estúpida porque todo es mi culpa.
Es mi culpa haberte perdido, haber arruinado Buenos Aires.
Y cuando te vas,
Buenos Aires muere en primavera conmigo.
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elbiotipo · 3 years
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Línea del Tiempo del Mundo Biopunk:
Esto más que nada está basado en la perspectiva de los personajes que en una perspectiva global... todos los demás eventos sociopolíticos, científicos, culturales, etc. los voy a contar muy pronto y en mucho más detalle:
2020s-2060s: Tiempos de Cambio: La economía y la sociedad mundial entran en una diversidad de crisis, producto del cambio climático, el sobreconsumo de recursos, la inestabilidad política, y los cambios sociales. La biotecnología avanza a pasos agigantados; hacia mediados de siglo, la mayoría de las industrias y productos tecnológicos incluyen nuevas creaciones biotecnológicas, generando nuevas potencias económicas... y crisis en otros países. La humanidad por primera vez empieza a reconocer a las inteligencias artificiales y a los animales inteligentes como parte de la sociedad.
2060s-2100s: La Era Dorada Del Biopunk: La biotecnología se vuelve accesible a las masas, generando una revolución cultural y social nunca antes vista. La subcultura biopunk crea arte de la vida misma y se expresa con sus genes. Alocados jóvenes en constante evolución crean un nuevo mundo, desde la economía, la sociedad y la industria hasta las artes, la ciencia y la filosofía. Nuevas especies nacen alrededor de todo el mundo en un florecer de la vida, árboles-edificios crecen entre rascacielos unidos por lianas, ranas, aves e insectos cantan la alegría de los pueblos libres, la Tierra sana con bosques nuevos, los carnavales se llenan del color del arte de la vida. Sin embargo, nuevas tensiones bioéticas y políticas crecen durante todas estas décadas, incluidas revoluciones en Latinoamérica, África y Asia, y terribles armas son desarrolladas en estos tiempos.
2067: La Biosuite “Charles Darwin”, la clásica "Charly" entra al mercado, considerada el primer laboratorio de ingenería genética accesible a las masas.
2075: Nace Feliciano Winogrodzki, en La Plata.
2076: Revolución Andina: Proclamación del Musuq Tahuantinsuyo.
2081: El Bioclub Mariposa Tecnicolor es fundando en Buenos Aires.
2085: Reforma constitucional argentina; nacimiento de la Confederación Democrática Argentina.
2093: Argentina reconoce la ciudadanía de todos los Delfines Franciscana.
2098: Nace Maximiliano Solís, en Buenos Aires.
2100: La Marcha del Billón de Almas para recibir el nuevo siglo es la manifestación pacífica más grande de la historia.
2102: Nace Lucía Acosta, en Rosario.
2107: Se disuelve el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
2110: La Selva de Borges, una obra de bioarte, le da al club Mariposa Tecnicolor reconocimiento mundial.
2113: El Año Maldito: Tensiones entre las superpotencias desencadenan la Tercer Guerra Mundial.
2114: Las primeras armas biológicas son activadas. Empieza el Ecocidio.
2113-2123: El Ecocidio: Las tensiones del siglo pasado finalmente estallan. Las superpotencias del mundo libran una insensata guerra por recursos e ideologías. El uso de armas biológicas diseñadas ya no solo para matar al enemigo, sino para destruir su naturaleza y medios de vida, casi destruye la biosfera terrestre. Esto es el Ecocidio, el peor crimen de la historia de la humanidad.
2115: Primavera Muerta: patógenos destructivos amenanzan a todo el planeta. Las naciones neutrales forman la Alianza por la Salvación de la Bioesfera. Feliciano es puesto a cargo del bioclub Mariposa Tecnicolor (aunque queda en suspenso por la crisis)
2116: El Armisticio de París termina con la Tercer Guerra Mundial, pero las armas biológicas sueltas siguen destruyendo el planeta. Se suspenden prácticamente todas las actividades, desde la exploración espacial hasta los bioclubs. El mundo se pone en pie de guerra, ya no entre países, ahora contra la misma extinción.
2117: Las fuerzas aliadas contienen un brote en el Mediterráneo en su primer victoria.
2118: Operación Pachamama; el hemisferio sur es estabilizado. Nace Martín, el hermano mayor de Marcos.
2119: Operación Imphotep triunfa contra los brotes en el Sahara. Ariel nace en Buenos Aires.
2120: Operación Freyja; los brotes en el hemisferio norte son finalmente contenidos.
2121: Las campañas de inmunización de las fuerzas aliadas continúan alrededor del mundo. Marcos nace en Buenos Aires.
2122: Continúan las campañas. Florencia nace en Resistencia, Chaco. Marina nace en Fortaleza, Brasil.
2123-2143: La Década Traumática y el presente incierto: El final del Ecocidio deja un pavoroso saldo en vidas y una pesada carga para las futuras generaciones. La reconstrucción mundial continúa paso a paso, pero las heridas todavía no cierran.
2123: El Tratado de Conakry proclama el fin del Ecocidio y la reforma total de las Naciones Unidas. Melanie nace en Buenos Aires.
2124: Comienza el Plan de Reconstrucción Global.
2125: Un último ataque por fuerzas que no respetaron el armisticio devasta varias ciudades, entre ellas Buenos Aires. Se pierden incontables vidas, entre ellas los padres de Melanie y la hermana mayor de Ariel.
2124: Nacen Pancho, en el Río de La Plata, y Fito, en Buenos Aires.
2127: Reabren los bioclubs en Argentina, con severas limitaciones. Muchos de ellos ya fueron sido cerrados permanentemente.
2129: Los Juicios Finales condenan a los perpetradores del Ecocidio como Hostis Terra - Enemigos de la Tierra.
2132: El padre de Marcos muere en una misión de paz de la ONU.
2133: Primeras elecciones globales a la Asamblea General de la ONU.
2134: El Consejo de Infraestructura Ecológica de las Naciones Unidas anuncia la “inmunidad completa global”. Florencia se muda a Buenos Aires.
2137: Marcos y Florencia se unen al bioclub Mariposa Tecnicolor.
2138: Melanie anduvo por el bioclub por esta fecha, pero nadie se acuerda lol
2139: Maximiliano se vuelve CEO de Recursos Cósmicos Federales (RCF).
2140: Marcos, Ariel, Florencia y Melanie se conocen entre ellos.
2141: Ariel y Melanie se unen al Bioclub definitivamente. Lucía se vuelve vicepresidenta del club.
2142: Pancho se une al Bioclub. Marina decide ir como estudiante de intercambio a Buenos Aires y se une al Bioclub a fin de año. La UNASUR anuncia el relanzamiento de su programa espacial en los próximos años.
2143: Más o menos por marzo o abril... los Biopunks se ponen a trabajar, como todos los años, en un proyecto de devolución a la comunidad que el Bioclub tiene que hacer todos los años. La historia propiamente dicha comienza...
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welele · 4 years
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Toda la verdad y nada más que la verdad, bueno, no
20 Reglas del COVID-19:
1. No puedes salir de casa, pero si lo necesitas, si puedes.
2. Las máscaras no sirven de nada, pero sí sirven, si puedes pontela, o si no un foulard o no te la pongas xq en realidad solo sirven si estas contagiado, pero puedes estar contagiado y no lo sabes. Entonces sí, las máscaras sí sirven, pontela. Ah, qué no hay? Pues no te la pongas, porque no sirve para nada.
3. Las tiendas están cerradas, excepto las que están abiertas.
4. No hay que ir a los hospitales, a menos que necesites ir, solo hay que ir en caso de emergencia ¿Cuándo es emergencia? Si ves que te estás muriendo es emergencia, entonces vete. Si no, quédate en casa porque es como una gripe… Bueno, es como una gripe fuerte. Bueno, es mucho peor que una gripe. Bueno, puede que mueras.
5. Los guantes no ayudan, pero pueden ayudar.
6. La comida en el supermercado no faltará, pero hay muchas cosas que faltan si vas al final del día pero no hay que ir por la mañana. Vete al final del día mejor y si falta algo vuelves al día siguiente. No, no, mejor no salgas.
7. Después de ir al supermercado, deja los zapatos en la puerta y lava la ropa a 60º, si la lavas normal el virus no se irá. Que este dando vueltas en la lavadora con jabón a 40º no mata el virus. Eso sí, si lo tienes en las manos, con que te las laves 2 minutos ya lo has matado.
8. El virus no afecta a los niños excepto en aquellos que lo tienen. Bueno, en Madrid ingresan muchos niños, pero más personas mayores (como en todas las enfermedades). Así que no, no afecta a niños.
9. Los animales no están contagiados, pero a pesar de todo un gato dió positivo en febrero en Bélgica... Cuando aún no se hacían pruebas a nadie, pero a este gato sí xq nos caía muy bien, y ya está. Los animales no lo tienen, solo algunos, pero no sabemos xq no les hacemos pruebas, así que están sanos. Aunque el virus lo han trasmitido los animales, pero ya no. Un murciélago, un pangolin, un Laboratorio, bueno no, fue un unicornio, o un panda, o un delfín. Un señor se comió una sopa de algo y la ha liao parda!
10. Tendrás muchos síntomas si estás enfermo, fiebre muy fuerte, pérdida de olfato y gusto, falta de aire, disnea....Pero también puedes enfermarte sin ningún síntoma, tener síntomas sin estar enfermo (embarazo psicológico) o ser contagioso sin síntomas o tener alergia a la primavera o alergia a la primavera y te mueres de todas formas pero no.
11. Para no estar enfermo, tienes que comer bien y hacer deporte, pero come lo que tengas a mano y no salgas a hacer deporte. Bueno, en casa puedes, hay muchos vídeos, todo el mundo hace deporte. Yoga yoga, haz mucho yoga.
12. No tengas contacto con personas mayores, pero tienes que cuidarlos y llevar a tus vecinos mayores compras y medicinas. Es decir, ten contacto.
13. Puedes pedir comida preparada que tal vez la haya preparado  personas que no usan máscaras ni guantes. Pero cuando te llegue no te la comas y dejas que se descontamine por 3 horas afuera de la casa.
14. No puedes ver a tu madre o abuela, pero puedes coger un taxi y conocer a un taxista mayor o hablar con la de la farmacia que es una señora mayor muy simpática.
15. El virus permanece activo en diferentes superficies durante dos horas, no, cuatro, no, seis, no, no, no hemos dicho horas, tal vez sean días? Pero necesita un entorno húmedo. Oh, no, no necesariamente.
16. El virus permanece en suspensión en el aire, o no, o sí, tal vez... especialmente en una habitación cerrada. En una hora un enfermo puede contaminar diez, así que si cae un niño, todos vuestros hijos ya han sido contaminados en el Escuela hace tiempo, pero mejor las cerramos xq no se han contagiado todavía.
17. Se dice el número de muertos pero no se sabe decir cuántas personas están infectadas. Vamos a hacer pruebas masivas, pero mañana, no pasado, no la semana que viene. Bueno, ya las haremos, no hay prisa. Es que nos dieron tongo con los tests. Pues ya no las hacemos ala! si te sientes mal estás contagiado y ya está.
18. No tenemos tratamiento pero tal vez haya uno, que aparentemente no es peligroso y funciona pero en realidad no, o sí ,tal vez, es que solo ha dado buenos resultados en algunos pero no en todos, entonces tenemos tratamiento, pero no, no tenemos.
19. Deberíamos permanecer confinados hasta que el virus desaparezca pero solo desaparecerá si llegamos a una inmunidad colectiva y por lo tanto, siempre que circula... y para eso tenemos que dejar de estar confinados...
20. No os preocupeis que está todo controlado y lo tenemos todo claro xq en Egpaña hay los mejores pofesionales y sanidá. La Reina Letizia bien de salud, gracias.
PD: Sal a aplaudir y canta Resistiré varias veces al día para no deprimirte. Que cada día que mueren 500 personas, sea como si a diario se estrellase un avión con 500 pasajeros, no quiere decir nada xq el número va bajando, y es una cifra y es importante aplaudir y cantar y ambiente festivo. Españoles mucho españoles.
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mrferro · 5 years
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Carta para Aquiles
I Parte.
Aun lloro en lo profundo un amor perdido, una soledad que hace mucho ya no existe, sigo viviendo en memorias y hablando como quien no pasa los días ni los meses, quien se convierte en atemporalidad, repite un constante sueño siempre igual donde cae y vuelve a caer, como el conejo de Alicia afanoso por el tiempo, pero que al caer por el árbol termina en el camino, corriendo otra vez hacia el árbol. Así va envejeciendo hasta que un dia muere sin darse cuenta que lo único que hizo en toda su vida, fue correr afanosamente en círculos a su propio final.
II Parte.
Los sentidos, la fe, el amor, todo esto parece una ilusión, una gran mentira por donde recorrer las ideas, por dónde hacerse un poco más ciego, más crédulo, más viejo y claro, menos joven. ¿Por Qué del Tiempo es el único del que no puedo escapar?, siempre estará sobre mi como los muros de quien está en prisión, y así como la luz no los atraviesa nada vuelve, y creo que por mi parte nada tampoco va. Un estado permanente del limbo, donde la historia no se sobre pasara sobre mi olvido, y mi nombre sera como los muchos otros nombres que pasan a la eternidad, no de dioses o grandes héroes, si no del olvido de los muertos. 
III Parte.
Soy la mala y errada definición de lo bueno, lo digno, lo puro, por no decir que soy el antónimo de dichos simbolismos, siendo siempre un mar de dudas, siempre un discurso inconcluso, un sueño entrecortado y negro, un libro sin final que siempre vuelve a empezar absurdamente en lo ya dicho, no en lo vivo sino en lo muerto, que cae una y otra vez en la misma zanja argumental, un estrecho de innovación, donde nada nuevo sale, solo un absurdo montón de ideales reciclados, desechables, sin profundidad o  amplitud.
IV Parte.
Mis manos recuerdan el tacto, así como temperaturas y humedades. Creo poseer en mis manos más de un sentido, una multitud de sentidos se juntan en ellas, y desembocan en recuerdos, en cómo la piel invade todos los sentidos, y te convierte en un ciego con vista de profundidad detallada en perpetua oscuridad, en un sordo con musicalidad en amplitud de onda, ser quien padece de anosmia  y encontrar dulces fragancias en tonalidades cítricas y aromáticas, o si padezco de Ageusia encontrar sabores entre los poros de la piel. 
V Parte. 
Canta libertad, canta llanto, canta muerte, canta amanecer, canta ríos, canta y sigue cantando, que más se tiene, que una canción en el corazón, en la garganta. Una que aturde los vientos, que silencia la mar, y da brillo al sol. ¿No eres acaso solo musica? No, eres un paisaje que cambia de sonido, como el mundo de estación, que a gusto pasa de primavera a otoño, que así, como le nacen flores, las hojas caen de sus labios, no encuentro sonata o corrido que llene los sentidos, como el verso que sale, de tus imaginarios besos, no hallo, ni hallaré silencios tan armoniosos, como, los existentes entre tu y el piano, entre el salto y el giro, entre el párpado y la pupila, entre tus labios y tus dientes; la sonrisa del verano y el invierno, siempre se danza, siempre eres danza, la música como un vuelo que ondea en el aire, alas de mariposa generando tormentas, que mueren al pasar el viento. Armonía que brilla sobre el alba, que enciende la luna, y apaga las estrellas, toda, una composición de la paleta de colores, de tonos y barítonos, la calidez de un coro, un salto al vacío y el encuentro con el profundo océano de nuevos recuerdos. 
VI Parte.
¿Estoy en un sueño profundo? recuerdo los sentidos, recuerdo las frías olas golpear mis pies en la seca arena, recuerdo el delgado viento pasar por mi rostro, recuerdo el sonido de las olas sobre las rocas a mi izquierda, recuerdo el color triste del cielo, el sol evasivo del atardecer, no creo que fuese un sueño. es una vieja vida, es más una memoria, una donde era de fuertes patas, de cabeza con largos cuernos, con la espalda heroica; un ser sublime de mitologicas inspiraciones y agradables sacrificios. No fue un sueño, fue el momento de mi muerte, una muerte; un paso, trascendencia, en la infinidad de pasos donde se despierta, donde se vuelve a levantar, donde se vuelve a la luz antes que sol luego de una noche de temblores, de suspiros, de gestación, de sangre, de llanto y dolor. y volver  al encuentra de lo insípido, lo marcesible, lo cruel de lo físico, de la realidad
VII Parte.
El no, y otras negaciones
Porque jamás tendrás
Mi boca de nuevo,
No mis besos,
No mi sonrisa,
No mi lengua,
No mi voz,
No mis letras,
No mi saliva,
No mi aliento,
No mis suspiros,
No mi amor,
No, mi amor,
No tendrás lo que un día tuviste de lleno
En el rostro, 
Mirando tus ojos,
Respirando tu esencia,
Hablando a tu presencia,
Me niego a ti, como tu me has negado. 
VIII Parte.
-¿Dónde está mi alma?- es la pregunta que me invade y desborda mi mente,  me lleva a buscar en las calles. Un miserable sin sentido, falto de propósito, que deambula la oscuridad y busca encontrar su salvación, encontrar su alma. La noche ha caído sobre mí, y con ella criaturas nocturnas que atormentan mis huesos; mi corazón. Cómo enfrentar el dolor, la angustia, la ceguera que me sumerge en tinieblas abismales, que me consume una y otra vez, que asfixian mis banos sentidos, mi mente se llena de ideas muertas, un naufragio.
IX Parte.
Tengo tantos miedos como sueños. Soy una orquesta, donde nadie está en su lugar, donde nadie toque al unísono; la suma de muchas piezas todas puestas al azar de una larga caída, Todos los músicos son, nada más que dolores, irreversibles miedos que inundaron un día terrenos en mi corazón con una densa oscuridad, y así se quedaron, en un ancho y profundo mundo, por el que me muevo con las manos enfrente, cuidadoso de no tropezar o chocar.
X Parte.
Intento creerme esta mentira, la mentira de que soy buen escritor y que algún día al menos publicaré un lindo libro, o uno feo quizá, el punto es que creo que lograré publicarte en un libro. Pero realmente no me siento capaz de lograr tal cualidad, es difícil, quiero hacer una buena obra, no digo que una obra maestra pero sí una en la que seas admirada, que seas amada, o quizás odiada y rechazada, pero que las personas disfruten de leer, eso sería no solo bueno, seria magnifico para mí. 
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thaurusus · 4 years
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ASI ESTAMOS...ACELERO O FRENO?🧐🤔🤫
20 Reglas del COVID-19:
1. No puedes salir de casa, pero si lo necesitas, si puedes.
2. Las máscaras no sirven de nada, pero sí sirven, si puedes pontela, o si no un foulard o no te la pongas xq en realidad solo sirven si estas contagiado, pero puedes estar contagiado y no lo sabes. Entonces sí, las máscaras sí sirven, pontela. Ah, qué no hay? Pues no te la pongas, porque no sirve para nada.
3. Las tiendas están cerradas, excepto las que están abiertas. Los chinos de las tiendas han cerrado, xq es un virus chino, pero no digas eso xq es racista. Pero el sur de Europa es malo y eso no es racista. Y los chinos no abren xq al final el negocio era un lavadero de dinero y no hace falta abrir y el virus es chino pero mejor es culpa de Italia. Y es que los chinos se comen cualquier cosa y en occidente solo nos comemos animales que son bonitos.
4. No hay que ir a los hospitales, a menos que necesites ir, solo hay que ir en caso de emergencia ¿Cuándo es emergencia? Si ves que te estás muriendo es emergencia, entonces vete. Si no, quédate en casa porque es como una gripe… Bueno, es como una gripe fuerte. Bueno, es mucho peor que una gripe. Bueno, puede que mueras. Si tienes más de 60 muerete directamente, no molestes.
5. Los guantes no ayudan, pero pueden ayudar.
6. La comida en el supermercado no faltará, pero hay muchas cosas que faltan si vas al final del día pero no hay que ir por la mañana. Vete al final del día mejor y si falta algo vuelves al día siguiente. No, no, mejor no salgas.
7. Después de ir al supermercado, deja los zapatos en la puerta y lava la ropa a 60º, si la lavas normal el virus no se irá. Que esté dando vueltas 1 hora en la lavadora con jabón a 40º no mata el virus. Eso sí, si lo tienes en las manos, con que te las laves 2 minutos ya lo has matado.
8. El virus no afecta a los niños excepto en aquellos que lo tienen. Bueno, en Madrid ingresan muchos niños, pero más personas mayores (como en todas las enfermedades). Así que no, no afecta a niños.
9. Los animales no están contagiados, pero a pesar de todo un gato dió positivo en febrero en Bélgica... Cuando aún no se hacían pruebas a nadie, pero a este gato sí xq nos caía muy bien, y ya está. Los animales no lo tienen, solo algunos, pero no sabemos xq no les hacemos pruebas, así que están sanos. Aunque el virus lo han trasmitido los animales, pero ya no. Un murciélago, un pangolin, un Laboratorio, bueno no, fue un unicornio, o un panda, o un delfín. Un señor se comió una sopa de algo y la ha liao parda!
10. Tendrás muchos síntomas si estás enfermo, fiebre muy fuerte, pérdida de olfato y gusto, falta de aire, disnea....Pero también puedes enfermarte sin ningún síntoma, tener síntomas sin estar enfermo (embarazo psicológico) o ser contagioso sin síntomas o tener alergia a la primavera o alergia a la primavera y te mueres de todas formas pero no.
11. Para no estar enfermo, tienes que comer bien y hacer deporte, pero come lo que tengas a mano y no salgas a hacer deporte. Bueno, en casa puedes, hay muchos vídeos, todo el mundo hace deporte. Yoga yoga, haz mucho yoga.
12. No tengas contacto con personas mayores, pero tienes que cuidarlos y llevar a tus vecinos mayores compras y medicinas. Es decir, ten contacto.
13. Puedes pedir comida preparada que tal vez la haya preparado personas que no usan máscaras ni guantes. Pero cuando te llegue no te la comas y dejas que se descontamine por 3 horas afuera de la casa. Y después de las 3 horas mejor no te la comas y tirala. O llamas al repartidor y se la regalas para que se la coma xq está prestando un servicio esencial y tú que eres muy bueno le haces salir de casa y luego le dices que la comida es para el y te sientes mejor contigo mismo.
14. No puedes ver a tu madre o abuela, pero puedes coger un taxi y conocer a un taxista mayor o hablar con la de la farmacia que es una señora mayor muy simpática.
15. El virus permanece activo en diferentes superficies durante dos horas, no, cuatro, no, seis, no, no, no hemos dicho horas, tal vez sean días? Pero necesita un entorno húmedo. Oh, no, no necesariamente. Es que muta. Depende de la cepa. No, no. No ha mutado. Bueno un poco.
16. El virus permanece en suspensión en el aire, o no, o sí, tal vez... especialmente en una habitación cerrada. En una hora un enfermo puede contaminar diez, así que si cae un niño, todos vuestros hijos ya han sido contaminados en el Escuela hace tiempo, pero mejor las cerramos xq no se han contagiado todavía.
17. Se dice el número de muertos pero no se sabe decir cuántas personas están infectadas. Vamos a hacer pruebas masivas, pero mañana, no pasado, no la semana que viene. Bueno, ya las haremos, no hay prisa. Es que nos dieron tongo con los tests. Pues ya no las hacemos ala! si te sientes mal estás contagiado y ya está.
18. No tenemos tratamiento pero tal vez haya uno, que aparentemente no es peligroso y funciona pero en realidad no, o sí ,tal vez, es que solo ha dado buenos resultados en algunos pero no en todos, entonces tenemos tratamiento, pero no, no tenemos. Es que lo ponía en un artículo que está en inglés y con el traductor de google no nos ha quedado claro si hay tratamiento o no lo hay pero este 2020 vamos a aprender inglés para en la próxima epidemia saberlo todo bien bien, xq somos los mejores pofesionales del mundo. Mueren muchos pero es culpa de PP.
19. Deberíamos permanecer confinados hasta que el virus desaparezca pero solo desaparecerá si llegamos a una inmunidad colectiva y por lo tanto, siempre que circula... y para eso tenemos que dejar de estar confinados... Pero solo un poquito, saco la patita y me meto a casa otro poco.
20. No os preocupeis que está todo controlado y lo tenemos todo claro xq en Egpaña hay los mejores pofesionales y sanidá. La Reina Letizia bien de salud e Irene Montero en casa cuidando de los nenes. Gracias.
PD: Sal a aplaudir y canta Resistiré varias veces al día para no deprimirte. Que cada día que mueren 500 personas, sea como si a diario se estrellase un avión con 500 pasajeros, no quiere decir nada xq el número va bajando, y es una cifra y es importante aplaudir y cantar y ambiente festivo. Españoles mucho españoles.
(encontrado por ahí)
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Alejandro Crotto + Harold Budd
Oculto y misterioso es el camino de la gracia. Esa fuerza que fija los colores en las flores y deshace la fruta hasta el carozo, la semilla que muere para abrirse... Pan, recibí pan, no piedras. En su lenta marea no vinieron escorpiones sino peces. Y peces y más peces y más peces. Porque esto quiso su ávida bondad: marcarme suya. Y lo hizo emboscándose un verano de mi infancia en los fresnos, filtrándose en el viento de las hojas, susurrando su música imposible y verdadera en mis pobres oídos, seduciéndome, tendiéndome la trampa en que quería que cayera. Y yo caí en las manos temibles del Dios vivo, en sus llagadas manos. Caí sin entender cómo caía y dónde, qué decía eso en mí que repetía “quiero, quiero”. Yo era la mariposa cuando siente el alfiler, y mi sí repetido el aleteo de escaparme pero el acero de su amor me atravesaba toda. Y después de quemarme en lo más hondo se alejó dejándome la marca de una sed inconsolable para que yo a mi vez hacia su amor atravesara el mundo. Toda la distancia desgarrada. Y siempre como fondo la oscura vibración de esa secreta herida. Así los días luminosos con mi hermano, la poesía, la música, los números. Así la pubertad, los libros y los otros, el liceo, mi creciente tesoro: la atención. Así también mis alumnas, la guerra y la pobreza, el sindicato, las horas implacables de la fábrica, mis lágrimas de mirar fijamente, sola, en vela, tantas veces la pared frente a mí como quien mira una extensión absurda, atenazada por la nieve. Y en la nieve unas gotas de sangre que después fructificaron. Me acuerdo por ejemplo de esa noche en un pueblito de pescadores cerca de Lisboa; celebraban su fiesta patronal: unas mujeres con antorchas cantaban caminando en procesión junto a los botes una canción tristísima y valiente, acompasada por el ruido apagado de las olas en la orilla. Y comprendí que todos –yo entre ellos– los que fueran esclavos no podrían evitar precipitarse como las pobres mariposas de la noche al fuego en el Dios de los brazos extendidos en la cruz. O también en Asís, años más tarde, esa mañana en la que ya hace varios meses todo me era plano, con esa irrealidad, esa tristeza que es el signo de su falta. Y entré en Santa María de los Ángeles y pensé en san Francisco, il poverello, que sin duda había orado ahí cientos de veces; y de pronto algo en mí, pero más fuerte que yo, me hizo ponerme de rodillas (yo nunca antes me había arrodillado) y repetir: “Son tres las oraciones para el hombre: Señor, tensá mi vida, que si no me pudriré. Señor, no demasiado, que si no me romperé. Señor, tensá por compasión mi vida aunque me rompa”. Señor, tensá por compasión mi vida aunque me rompa. Y pasé en la Abadía de Solesmes la última Pascua siguiendo los oficios, sumergida en la dulcísima fusión de las palabras y la música del canto gregoriano. Un silencio aún más hondo que la música se abría al apagarse el coro, y refulgía en él una alegría que también era dolor y hacía que yo amara a través de mi desdicha. Esa pasión me acompañó durante tres semanas. Y después –no sé cómo decirlo– hace unas noches yo sufría uno de mis dolores de cabeza y empecé a recitar muy lentamente ese poema, Love, de Herbert, concentrando mi atención en su ternura. Y cuando vi desnuda mi miseria, y que no importa, que al Amor no le importa, que Él insiste en mendigar que nosotros, criaturas, lo aceptemos, vino Cristo. Sentí el dulce aguijón de su presencia: un beso al centro de mi marca ardida, un no querer dejar de ser herida y curada –no había diferencia. Una brasa de oscura transparencia durando en su ternura estremecida, un íntimo temblor que engendra vida: no saber que trasciende toda ciencia. Sentí, y es para siempre, el roce pleno que me entreabrió mezclando risa y llanto. Probé su extensión íntima, infinita. Y me tiene cautiva su amor bueno, su ternura que quema, dulce, tanto. Y me tiene su música. Y me invita. Ahora entiendo que soy como una planta que debe decidir si colocarse o no a la luz del sol. Y que el mayor peligro para el alma no es dudar de si existe el agua o no, sino dejarse persuadir de que no tiene sed. Y esforzarse en ser bueno es tan inútil como tratar de levantarse tirándose del pelo para arriba. Porque la voluntad no opera en el alma ningún bien. Y sólo en la alegría y el placer puede dar frutos el deseo. Ahora entiendo: vinimos a este mundo dados vuelta, invertidos. Y convertirse es descubrir que, bien mirado, el bien resulta irresistible. El bien es eso que da más realidad a los seres y las cosas. Clarea. El aire frío se abre en luz. Todo está quieto, todo espera obediente en esta nueva primavera. Y yo soy como Ulises que despierta en un lugar desconocido con el alma rota de nostalgia por Ítaca y entonces cuando al fin limpian las lágrimas sus ojos se da cuenta alborozado que esa tierra es Ítaca. La costa reconoce, los olivos. Lo recorre de golpe la alegría de saber que ya llegó, que sin saber bien cómo, está en su casa. Estoy en casa, ahora. Es una casa real, dura, rugosa. Y también hecha de esta luz pura del alba. Una patria hermosísima y difícil que debemos amar. Porque está a cada instante siendo redimida. Estoy en casa. Ahora debo ser una herramienta. Debo enraizarme toda en la obediencia del vacío. Dar lugar. Mantener la orientación de la mirada. Sea mi vida el sarmiento en que la Vida resplandece, dando sus blancas flores delicadas y la carne dulce, veteada como un iris, de las uvas, dando, al que pruebe, la fuerza incomparable de este vino. Y que me sepa abrir en la madera de ese árbol terrible que parece no dar frutos cuando llegue mi corona de espinas. Por su gracia. Pocos cuerpos acaban lo que todos los espíritus empiezan. [Alejandro Crotto, "Simone Weil", Once personas, Bajo la Luna, 2015]
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bondenargentina · 5 years
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“James Bond: Los superhombres están entre nosotros” [Primera Plana, 19.04.1966]
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Cinco mil años atrás, los egipcios or­ganizaron un óptimo servicio secreto e incluyeron el espionaje entre las ciencias ocultas. Durante el reinado del faraón Thutmose III, un capitán lla­mado Thute introdujo 200 soldados en Jafa, disimulándolos bajo un carga­mento de harina, gracias a los informes de sus agentes. En la Ilíada, Homero canta a una de las obras maestras del espionaje: el Caballo de Troya. En el siglo XV, Juana de Arco fue traicionada por el Obispo Pierre Cauchon de Beauvais, un espía pagado por los in­gleses. Pero las complejidades de la guerra moderna crearon divisiones den­tro de esa ciencia vasta y deleznable.
El espionaje político, por ejemplo, persigue informaciones sobre industria, agricultura, comercio, trabajo, trans­portes y, por supuesto, política. En su ensayo La sociedad desnuda, Vance Packard analiza cómo las grandes cor­poraciones de USA establecieron hasta con los baños una vigilancia de sus em­pleadas y obreras a través de micró­fonos ocultos. Pero fue Joseph Fouché, ministro de Policía de Napoleón, el verdadero inventor de la estrategia que luego heredaría James Bond: durante el Consulado y el Imperio consiguió desbaratar todos los complots contra su príncipe.
 En el terreno militar, el privilegio de la creación suele adjudicarse a Federico el Grande, quien estableció un sólido cuerpo de agentes separado en cuatro categorías: los espías comunes, prole­tarios y campesinos que pretendían así ganarse algún dinero extra; los espías dobles, que trabajaban simultá­neamente para potencias enemigas y cuya misión era confundir al adversa­rio; los de alto rango, oficiales del Ejército, nobles y embajadores, que cobraban sueldos altísimos; y los es­pías a la fuerza, por lo general jefes de pueblos conquistados que debían pasar datos contra su voluntad. Fede­rico solía decir: "El mariscal de Sou­bise es siempre seguido por cien coci­neros; a mí me preceden cien espías".
La Primera Guerra tuvo su heroína del espionaje, Mata Hari, glorificada después por Greta Garbo y Jeanne Mo­reau; es curioso que su entregador fuera el agente alemán Walter W. Canaris a quien Hitler concedió el rango de almirante y designó jefe de la Inteli­gencia Exterior, a las órdenes de von Ribbentrop.
A fines de la Segunda Guerra, los escarceos bélicos entre la Unión So­viética y los Estados Unidos se con­centraron en sus propias centrales de espionaje: la terrible NKVD, con sede En Moscú, era conducida por el maris­cal Beba (a su muerte, en 1953, fue reorganizada y rebautizada como KVD); la CIA (Central Intelligence Agency) se fundó en 1947 y prosperó luego a las órdenes de Allen Dulles; un año después de su nacimiento, un sensacio­nal caso de espionaje se ventiló en USA: Whittaker Chambers, ex comunista, denunció que Alger Hiss, fun­cionario del Departamento de Estado, pasaba informes a la NKVD.
 Nace el Superhombre
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Toda esa rara secta de próceres más o menos embozados encontró, por fin, hace 14 años, un semidiós que los re­sumía: fue en la primavera de 1952 cuando Ian Lancaster Fleming, ex agente del Naval Intelligence britá­nico, escribía las páginas iniciales de Casino Royale e introducía al perso­naje James Bond en el universo de los mitos. El parto se consumó apacible­mente en una de las islas del Caribe: Ocarabesa, en Jamaica.
La semana pasada, Buenos Aires se sacudía a su vez con las consecuen­cias de ese acto sereno pero artero: en la sala del Gran Rex se estrenaba Operación Trueno, el cuarto film de la serie Bond, y los 83 mil espectado­res convocados durante los primeros siete días de exhibición festejaban con carcajadas o silbidos la indemnidad de este nuevo Superhombre. Más de doce años tardó esa glorificación en trasla­darse de Londres a las playas suda­mericanas: en 1953, uno de los clubes londinenses consagrados a la adoración de Bond —con 1.200 socios— libró batalla En Sobo contra una banda de eduardianos que hablan tratado de mancillar al héroe; treinta muchachos terminaron en el hospital. El 17 de abril de 1963, el Gran Rex de Buenos Aires cerraba la primera semana de exhibiciones de El satánico doctor No con una recaudación apenas superior al medio millón de pesos y un total de 10.803 espectadores; Bond se reivindicó el 22 de mayo de 1965, cuando el pri­mer balance semanal de Goldfinger (Dedos de oro, tercer film del ciclo) reveló la asistencia de 52.429 personas y un ingreso de 5.429.022 pesos, ex­cluidos los impuestos.
Entre el sábado y el domingo últimos, no menos de sesenta espectadores con­sultados por esta revista parecían estar dispuestos a fundar un Club de Amor a Bond o a inscribirse en los que hu­biera. Todavía extasiada por los re­cursos que acaba de exponer el ídolo, Adriana Divarian, de 45 años, madre de tres hijos, admitió que Sean Con­nery, el escocés que encarna a Bond, "representa el ideal masculino" y que el propio personaje es algo así como un soplo de Dios. "Lástima que trate tan mal a las mujeres —suspiró—. Ojalá cambie algún día." Miguel Bersaiz, un estudiante de arquitectura de 20 años, explicó: "Admiro su seducción. Pero lo que más me fascina son sus rasgos de sadismo". Tulio Suárez, de 31 años, agente publicitario, opinó que Bond "sintetizaba todas nuestras ansias, pese a lo sobrenatural e increíble que es, pensándolo un poco".
Es posible que nadie lo piense de­masiado; de otro modo no podría ex­plicarse que la ficción propuesta por Ian Lancaster Fleming golpee tanto la realidad, se entronque con ella en un juego de siniestros mimetismos. Cuando en 1957 un periódico inglés que folletinizó la novela De Rusia con amor incluyó una variante en el final e insinuó que James Bond habla muer­to, la redacción del diario fue acosada por centenares de iracundos que exi­gían una retractación. Asediado por las protestas, Fleming tuvo que demandar al periódico por daños, y dar fe de que 007 estaba sano y salvo. Desde que Arthur Conan Doyle decidió eli­minar a Sherlock Holmes (a manos de Moriarty, un símil del señor Goldfin­ger), no se repetía un fenómeno se­mejante. Esta vez, en cambio, los ad­miradores de Bond no se contentan con su supervivencia: se apoyan en él para extraer sus propios beneficios.
Los provechos no consisten sólo en copiar sus desplantes y en drogarse a su conjuro. Los security men de In­glaterra pidieron aumento de sueldos invocando los riesgos a que están ex­puestos. En una revista del sindicato de empleados estatales escribieron: "Se debe pensar que verdaderamente estos hombres viven una vida de James Bond y que están de servicio incluso cuando descansan. Cobran actualmente 900 li­bras esterlinas al año como máximo; deben vestir con mucho decoro, si no tan rebuscadamente como el famoso personaje de Fleming; deben también afrontar gastos excepcionales y están expuestos a continuas insidias".
Otro ejemplo: Allen Dulles, jefe de la Central Intelligence Agency, confe­só a un redactor de Life que desde que Jacqueline Kennedy puso en sus manos un libro de Fleming, se interesó cada vez más en los ingenios técnicos de 007: "Por ejemplo —reconoció—, el artefacto que Bond instala en los automóviles de sus adversarios para seguir su itinerario, inclusive a mu­chos kilómetros de distancia. Enco­mendé a nuestros expertos el estudio en el laboratorio de un aparejo se­mejante".
Los comerciantes, a su vez, no vaci­lan en exprimir la historia bondista, y, en París y Nueva York, abarrotan el mercado con batas celestes —el color que más sienta a Connery— y nuevos modelos de prendas sport. Con todo, el regalo más apreciado por los neoyorquinos, en la Navidad de 1964, resultó una réplica de la valija diplomática que Bond lució en De Rusia, y que Macy's vendió por centenares. A mediados del 65, cuando su fama había impregnado todos los estratos sociales y atrapado a los fanáticos del cine, la marca del champagne preferido de Bond, Taittinger, aumentó su venta en un 40 por ciento con respecto al año anterior, y en un 30 por ciento las importaciones de su vodka favorito. Los cuerpos casi desnudos de sus amigas (Ursula Andress, Daniella Bianchi) ilustraron las páginas de las lujosas publicaciones que exaltaban el fiction's sexiest Bond.
El éxito de las películas de Bond no es, sin embargo, sino el efecto directo que provocaron las trece novelas de la serie, clausurada por la muerte de su autor en 1964. Hasta el año pasado se habían vendido 25 millones de ejemplares de esas trece novelas, traducidas a dieciocho lenguas, incluidas el catalán y el turco. La cifra equivale a la edición total de las obras de Balzac y a todas las de Hemingway. En mitad de ese boom, es posible que John F. Kennedy haya contribuido a engrosar el torrente de adeptos cuando, en conferencia de prensa, situó a Fleming entre sus autores de cabecera y a From Russia entre las diez obras que salvarían a la humanidad del desastre atómico. Curiosamente, Kennedy y Lee Oswald, su presunto asesino, tenían gustos análogos. Semanas antes del crimen, Oswald tomó prestadas de la biblioteca pública de Dallas todas las historias de 007.
La semana pasada, en el vestíbulo del Gran Rex, la mitad de los espectadores confrontados no habían leído una sola novela de Fleming, pero casi todos prometieron una inmediata adhesión literaria, Cabría determinar, pues, los niveles de predominio: hasta qué punto Connery es Bond, o Bond es Connery.
 El vicario de 007
Pero no, Connery y Bond no se parecen realmente, salvo por sus ascendentes escoceses. Hijo de un obrero textil de Edimburgo, Sean Connery abandonó la escuela a los 13 años para ganarse una vida muy dura como lustrador de ataúdes, salvavidas, marinero, modelo, boxeador de peso liviano, aprendiz de impresor y, finalmente, como comediante de cuarto orden en una compañía de comedias musicales que cantaba South Pacific. En 1957 tuvo que optar entre ser un centro delantero profesional o un actor aceptable. Resolvió inscribirse en una escuela de arte dramático y estudiar esforzadamente: al cabo de un año, lo citaron para pequeños papeles y luego consiguió encaramarse como primera figura en los teatros provinciales de Inglaterra. Los fantasmas de Shakespeare (Macbeth, Hotspur) vivieron bajo su piel más veces que James Bond.
A los 26 años recaló por fin en el cine, contratado por la Fox, pero sólo para languidecer en una retahíla de films mediocres que culminaron con una pequeña parte en El día más largo.
Poco antes, Fleming había cedido, por fin, a las melosas presiones de los productores Harry Saltzman, canadiense, y Albert Cubby Broccoli, norteamericano, y consintió en venderles los derechos de sus novelas. Elegido en un referéndum, esa mera debilidad del novelista, ante el dinero que le prometía el cine, cambió la vida de Connery. Desde entonces trató de entender quién era Bond: "Fleming me contó —dijo el actor— que, al concebir el personaje, 007 era un simple instrumento de la policía, muy recto, sencillo, distante de cualquier forma de ingenio; en suma, un funcionario capaz de cumplir con su trabajo al pie de la letra. El snobismo del autor, sin embargo, acabó por transferirse al héroe".
La vida de Connery no cambió demasiado desde entonces, salvo por el hecho de que sus ingresos ascendieron de 18 mil dólares (la cifra que le pagaron por El satánico doctor No) a un millón. Sigue casado con Diane Cilento, conviviendo con un hijo de ella y otro hijo de los dos, cocinando su goulash y ensillando sus caballos. Pero mientras tanto, los imitadores cundieron.
 Los hijos de Bond
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A fines de 1964, la certeza de que Bond era sinónimo de oro tentó irresistiblemente a los productores de Cinecittá, en Roma: con apuro, encomendaron algunos plagios paródicos y se los endilgaron a Totó (007, de China con tenor) y a Vittorio Gassman (Slalom). En esas dos empresas invirtieron medio millón de dólares, pero los artefactos de cartón que montaron en torno de sus personajes ahuyentaron al público. El negocio resultó un fiasco, y los pequeños Bond que nacieron en los meses siguientes ya no se exportaron de Italia. Por entonces, Saltzman y Broccoli gastaron tres millones de dólares en la filmación de Goldfinger, y eso convenció a los competidores de que para acabar con Bond hacían falta juguetes caros y actores caros. Sólo Hollywood estaba en condiciones de librar semejante batalla.
En la primavera de 1965, por lo menos cuatro imitadores ingratos de 007 ya parecían listos para salir a estrangularlo: sus nombres eran Napoleon Solo, Derek Flint, Matt Helm y Modesty Blaise. Un detalle los unía al Padre Todopoderoso: o defendían una sigla, o combatían contra una sigla. El enemigo de Bond era SPECTRE; Solo, agente de la UNCLE, enfrentaba al agente TRUSH; Flint, miembro de ZOWIE, se oponía a GALAXIE; Modesty Blaise ponía los bandidos de su equipo FILET al servicio de Su Graciosa Majestad. Sólo Matt Helm sigue oscilante, todavía, entre depender de la CIA o fundar su clan propio.
Los otros elementos comunes son el sexo y las armas secretas; al Aston Martin de usos múltiples imaginado por el novelista Ian Fleming, los creadores de Flint oponen un encendedor que cumple 82 funciones (revólver, máquina fotográfica, soplete, contador geiger, microscopio, rayo laser, radio-emisora) y hasta una función extra, si el caso lo exige: la de encendedor propiamente dicho. Helm dispone de un revólver que dispara hacia atrás y viste un saco cuyos botones son cartuchos de dinamita; Modesty Blaise, extraída por el realizador Joseph Losey de una tira cómica que se publica en The Evening Standard, emplea un encendedor lanzallamas, un vaporizador de perfume que puede convertirse en máscara de oxígeno y un lápiz de labios que dispara flechas; pero ninguno de sus argumentos es más fuerte que the Nailer, el Inmovilizador, un cierre relámpago en el rompevientos de Modesty, que al abrirse deja sus pechos al descubierto e inmoviliza a los enemigos.
Es en el territorio sexual donde se despliegan los mayores refinamientos: a gloria de Bond consiste en su aptitud para vencer la resistencia de mujeres asexuadas o francamente lesbianas (como la Pussy Galore de Goldfinger); sus herederos no parecen tener otro remedio que apelar a la mecanización del amor. La eficacia de Napoleon Solo se mide por el número de mujeres que se le rinden (una decena en su última aventura, El espía con mi cara); la de Flint, por una cama de cinco plazas donde se tiende con cuatro fidelísimas amigas. Matt Helm, en cambio, duerme en un vasto diván circular y móvil que le permite estar siempre cerca de sus juguetes mecánicos: al despertarse, el diván atraviesa el cuarto, y el tabique que da a un jardín desaparece; luego, el colchón se levanta y desliza a Helm hacia una piscina cuidada por una graciosa náyade. Es la apoteosis del reposo del guerrero. Pero además, como Modesty Blaise, Helm confía en sus talentos naturales: lava y cepilla a su enjambre de admiradoras, las divierte con un sofisticado strip-tease y les canta en voz baja. Como se define a sí mismo, es el espía que viene del show.
Sin embargo, la erudición de estos semidioses en disciplinas aparentemente inútiles es lo que más impresiona al público. Bond puede reconocer hasta por el tacto el año de cosecha de un Dom Périgord o de un Pommery; Flint distingue la diferencia que hay entre dos platos de bouillabaisse por los miligramos extra de ajo que le añaden los taberneros marselleses; Modesty Blaise conoce al dedillo las fórmulas químicas de todos los perfumes posibles.
Los presupuestos bajos que el cine francés o el italiano consagraban a estos devoradores superhombres acabó por excluirlos de ese nuevo Mercado Común que se llama Club Atómico, Club de Vuelos Espaciales o Club de los Grandes Espías. Tampoco la estrategia de resucitar a Fantomas o de armar a Lemmy Caution con versos de Paul Eluard (en Alohaville) dio el menor resultado. Pero el combate de los hijos de Bond contra su Padre Todopoderoso no se libraba sólo en el campo de los efectos especiales, de las escenografías gigantescas o del lujo visual. A principios del 85, se convirtió también en un problema de estrategia empresaria.
El actor que iba a encarnar a Bond fue elegido por Saltzman y Cubby Broccoli mediante un referéndum que propició el Daily Express en Londres: se publicaron las fotografías de diez jóvenes comediantes británicos y se instó a los lectores a elegir. Una mayoría del 62 por ciento optó por Sean Connery; el segundo clasificado, un tal Terence Cooper, consiguió sólo el 7 por ciento. Cuando tuvo que designar al intérprete de su primer semidiós, Derek Flint, la Columbia concentró su referéndum en Los Angeles y aceptó al sofisticado cowboy que habían seleccionado los diez mil californianos encuestados: James Coburn. Los expertos habían decidido que Flint fuese un personaje paródico, capaz de ridiculizar a Bond con sus propias armas. Pero los resultados fueron inesperados: en el primer mes de exhibición, el éxito de Flint era arrasador, casi igual al de Bond. Pero después de ese tope, el público parecía fatigarse. Fue entonces cuando se pensó en Matt Helm, un play-boy del espionaje creado por Donald Hamilton. La Columbia eligió el cuarto libro de la serie Helm, The Silencers (Los silenciadores), y encomendó el papel a Dean. Martin. Como explicaron sus agentes de relaciones públicas, la lucha contra Bond iba a librarse ahora en todos los campos: un actor famoso contra otro, un presupuesto de 6 millones de dólares contra los 5 y medio de Operación trueno. Pero el punto de partida para el ataque no se había modificado: Helm salía con la misma consigna de Flint, derrotar a Bond por el ridículo.
Más miel para los dioses
En los tiempos de Dashiell Hammett y de Eric Ambler —poco antes de la Segunda Guerra—, el espía o el detective privado eran apenas seres duros, capaces de incurrir en el Mal. Ian Fleming agregó a esas cualidades la certidumbre de que un espía puede ser todopoderoso, salvo ante la Reina o ante su jefe. La omnipotencia encandiló a los lectores, les despertó una sed que ni siquiera James Bond podía saciar: según los sociólogos, la avalancha de espías-semidioses se debió no tanto a que encarnaban los Sueños de las Masas sino a una simple condición humana, el hubris o ciega seguridad de uno mismo.
Los ojos devoradores de aventuras consiguieron que el género del espionaje prosperara y arrasara el mercado. El más importante de los novelistas que surgió a la zaga de Fleming (y su real contracara) es el británico John Le Carré, seudónimo de David John Moore Cornwell, un funcionario del Foreign Office que nació en 1931. La fama de Le Carré se consolidó con su tercera novela, The Spy Who Came in From the Cold (El espía que no vuelve, 1963), una historia ambientada en el Berlín de la Guerra Fría, cuya versión cinematográfica acaba de estrenarse en los Estados Unidos. El clima de sordidez y desvalimiento en que se mueve Alee Leamas, el viejo agente de Spy, quizá tenga dos antecedentes: Raíces en el fango (Confidential Report, 1956, de Orson Welles), y Los espías (Les espions, 1957, de H. G. Clouzot).
Para Le Carré, el espía es un hombre común, ni atleta ni buen mozo, ni patriótico ni buscador de gloria. Elige su oficio por rutina, por necesidad de dinero. Son parte de ese suburbio de la sociedad en el que también entran los delincuentes. En el caso inglés (los antihéroes de Le Carré están, como Bond, al servicio de la Reina), esos espías denostados, arrojados al infierno por la sociedad, sometidos a la soledad y al miedo, desvalidos de armas electrónicas o complicados equipos, trabajan para God, King and Country. Las culpas no son transferidas a los espías, simples empleados del Mal, sino a quienes fabrican, inventan y mantienen las redes del espionaje. El espejo de los espías (1965, su última novela; las otras fueron Llamada para el muerto, 1961, y A Murder of Quality. 1962) es el más violento anatema contra el espionaje, como institución, que se haya escrito. Para Le Cerré, cada caso es una auténtica tragedia, y por lo tanto se niega a toda trampa. Su grandeza debe buscarse, ante todo, en el hecho de que el Mal asume la forma de un laberinto del que es imposible escapar: y en tal sentido, más que un heredero de Fleming, Le Carré puede ser visto como un epígono de Kafka.
Otro de los novelistas uncidos al aluvión es Len Deighton, cuya columna sobre recetas de cocinas aparece en The Observen de Londres. Menos afecto que Le Cerré a la disciplina que exige el oficio de narrar en serio, Deighton ya ha vendido un millón y medio de ejemplares de sus cuatro novelas y sus das recetarios. El dúo de productores Saltzman-Broccoli (que monopolizó definitivamente el mercado del espionaje al lanzar también al actor Michael Caine en The Ipcress File, otra obra de Deighton) acaba de comprar en un cuarto de millón de dólares los derechos cinematográficos de The BiIlion Dolar Brain, una novela que el Daily Express está publicando en folletín.
Los esquemas de Deighton son siempre iguales: un agente bohemio, joven, que ejerce el espionaje por azar y cuya apariencia es la de un tonto, se ve envuelto en casos importantes, y lo que es más grave, los esclarece. Deighton enfila su humor contra los jefes de los servicios secretos, flemáticos caballeros ingleses que dirigen sus oficinas como empleos burocráticos y que obligan a los espías a llenar fatigosas planillas diarias, con el resumen cronológico de sus movimientos, sólo para que justifiquen los horarios asignados. Deighton escribe con tres máquinas a la vez, en su casa de Southwark, y ha terminado por convertirse en un empresario: tiene una compañía de viajes (la Trinity Travel Co.), una casa en Portugal que suele prestar a otros escritores cuando él no la ocupa, y una editorial en formación, la Hemisphere Publications, cuyo primer volumen será el Deighton Dictionary, una enciclopedia con voces cockney y hasta malas palabras del slang vietnamita.
Dentro de este cortejo gigantesco, cuyo primer Padre fue Mickey Spillane (un narrador lleno de una fuerza grosera, elemental), son los burladores, los parodistas, quienes parecen alcanzar la mayor repercusión. Hace una década, Graham Greene ocupaba los ocios de un espía haciéndolo copiar los planos de una aspiradora (en Nuestro hombre en La Habana); en 1936, el detective Sam Spade, inventado por Dashiell Hammett, se farsaba de los expedientes policiales y convenía en que la única arma posible contra el mal era el mal. El intento de Greene era francamente satírico, un áspero dardo contra los servicios de Inteligencia británicos; de la misma manera, los personajes de Flint o Matt Helm son ridiculizaciones de Bond. Pero el caso de Sam Spade, el de los espías de Le Carré, es de un orden moral: luchan por quien les paga o por interés propio, no por obedecer a una abstracta idea de justicia. En la práctica, son agudamente asociales.
Bond se les distingue por su extrema insensibilidad, salvo ante el alcohol; por su increíble fortuna sexual, por sus contactos frecuentes con la alta burguesía. Sólo Spillane sobrelleva juegos parecidos con las mujeres: en The Flier, el violento Mickey dispone de una joven morena, vista de espalda, que se cubre apenas con un corpiño y una falda a punto de caer; en Dedos de oro, Bond asiste a la muerte de una amante dorada, desnuda, yaciendo boca abajo. Es verdaderamente el sexo lo que mejor prueba la calidad de la miel segregada por estos semidioses.
 Las mujeres de Bond
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En una entrevista para Playboy, el actor Sean Connery admitió que tenía "sólo cierta experiencia con las mujeres. Pero nunca las perseguí sádicamente, como James Bond. Por supuesto, el apetito por las chicas lindas es algo que no se pierde, aunque ahora también me fascina la conversación de los hombres. Y algo más: no siento una avidez retrospectiva por las mujeres de mi pasado". Esa imagen de buen burgués británico está en las antípodas del semidiós 007, con quien Connery suele, (muy a su pesar) ser confundido.
Para Bond, el único entendimiento posible con las mujeres es de índole sexual. Sus tres amantes casadas abastecen semanalmente todas sus exigencias sádicas: toleran que las abandone, que las castigue, que les dispense una melancólica frase de despedida. Pero el Bond típico se revela en sus relaciones ocasionales: la historia que él quisiera vivir le fue narrada por su amigo Darko Kerim, y está transcripta en De Rusia con amor. Cuenta la captura de una muchacha en Besarabia:
La había ganado en una pelea con algunos gitanos, aquí, en las colinas que crecen a, espaldas de Estambul. Me persiguieron, pero conseguí meterla en un bote. Primero tuve que desmayarla de un golpe. Todavía trataba de matarme cuando volvimos a Trebizonda, de modo que la llevé a mi casa, le quité toda la ropa y la mantuve encadenada, desnuda, debajo de la mesa. Cuando comía, me acostumbré a tirarle algunas sobras, como se hace con los perros. Ella tenía que aprender quién era el amo...
Siempre las mujeres de Bond irrumpen imprevistamente, desde un lugar lejano, y desaparecen de modo misterioso, como un desprendimiento de la carne. Los dos ejemplos extremos son Honeychile, la pescadora de caracoles de El satánico doctor No, cuyo magnetismo se concentraba íntegramente en su nariz quebrada, y Solitaire, de Vivir y dejar morir, que, oculta bajo sus tocas negras, puede leer el pensamiento y sentir el pasado y el futuro de los hombres a través del vudú.
Las únicas excepciones a las relaciones lascivas de Bond con las mujeres son las secretarias del Servicio Secreto. Llevan nombres plausibles: Leolia Ponsonby, Mary Goddnight, Moneypenny. Todas son hijas de familias honorables, que se sacrificaron durante la guerra, y por lo tanto no hay el menor riesgo de que traicionen a la Madre Inglaterra, vendiendo secretos al enemigo. La idea británica al respecto señala que si provinieran de hogares más humildes, la tentación no podría resistirse.
Según Kingsley Amis, autor de The James Bond Dossier, el agente no trata de seducir a estas ejemplares matronas porque delante de M, jefe del Servicio Secreto, siente que se reduce "su normalmente alta potencia sexual". Amis también conjetura que Bond es un adulador de M, y por lo tanto no se atrevería a contrariarlo. En el fondo, el agente 007 intuye que su jefe ejerce droits de seigneur sobre las secretarias y no toleraría ninguna usurpación de sus predios.
Esa falta de autenticidad en las relaciones del personaje con las mujeres acaban por minarlo: los rastros de pesadumbre ya son muy acentuados en You Only Live Twice, el penúltimo libro escrito por Fleming. La historia acontece en Japón, luego de un período en el que Bond vivió borracho todo el tiempo. Sin insistir demasiado en la descripción, el novelista desliza la idea de un semidiós caído, cuyas manos temblorosas sólo se ocupan de mezclar whiskies y vodkas. Su ropa está descuidada y su camisa llena de arrugas. No sólo tiene muy poco dinero: también las mujeres ya no lo toman en cuenta.
Para vencer el miedo
Bond es un hombre sin identidad y sin proyecto, con la impostura típica del psicópata en el que todo afecto es congelado. En plena Guerra Fría, aparece como uno de los pocos personajes capaces de mantener un inestable equilibrio entre dos mundos en tensión. En el contexto de la llamada revolución capitalista o neocapitalismo (una ideología que se estructura al amparo de la automación, aunque mantiene el carácter monopolista del capitalismo tradicional), Bond asume tres papeles: agente secreto, saboteador y depositario de un permiso para matar. En el fondo es también un funcionario contratado para inmovilizar el capital de un grupo contrario a su bloque (sean norteamericanos, franceses o soviéticos). Esa actitud de mero funcionario se esclarece al advertir que Bond trabaja en el área de pequeños grupos, siempre con un líder o jefe (M), con una estrategia, una táctica, una técnica y una logística en forma de código: su papel no está del todo institucionalizado, y se le permite sólo un escaso índice de espontaneidad y creatividad.
Tanto él como su mundo inmediato son manejados a distancia: vive en un clima cibernético, esto es, enajenado, reducido a la función de un instrumento. Si deja crecer su iniciativa personal tiende invariablemente al fracaso. Detrás de todo ese andamiaje subyace el gran miedo a un enfrentamiento atómico entre USA y la URSS, cuyas consecuencias catastróficas son imprevisibles. El sociólogo C. Wright Milis había sostenido que "la Tercera Guerra Mundial está en preparación y será librada fríamente en nombre del Estado soberano, por las élites mandatarias de las dos superpotencias, con la aquiescencia del público y las masas y las abstenciones de los políticos e intelectuales". Así, pues, Bond no sólo trabaja en la Guerra Fría sino también en el incubamiento de la otra: quizá sea su imagen, con la Beretta pegada al rostro, la señal más rotunda de esta época temerosa, una imagen más sádica y abominable que la del hongo atómico que la engendró.
¿Quién es James Bond?
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El cine y las tiras cómicas —pero sobre todo las biografías apócrifas— han disuelto en una especie de confusa nube la historia de James Bond, su carácter, sus gustos, el dinero que gana y hasta las cosechas de vino que prefiere. Como ocurre con todo mito, 1a anatomía de un semidiós se modifica siempre según la interpretación de sus adoradores. En este caso, mientras sobrevivan los trece libros que lan Lancaster Fleming escribió entre 1952 y 1964, siempre será posible peregrinar hasta las fuentes y establecer la verdadera anatomía del personaje.
En De Rusia con amor se determina, la edad de Bond, 35 años. El último libro de la serie, The Man of the Golden Gun, dice, sin precisar demasiado, que "anda entre los 38 ó 37". Mide un metro 83, pesa 76 kilos.
Se parece mucho a Hoagy Carmichael, el autor de "Polvo de estrellas” (Sabotaje). Tiene los ojos de un clarísimo gris azulado, un mechón que tiende a caer sobre la ceja derecho (Sabotaje) y una cicatriz blanca qui le atraviesa la mejilla izquierda (The Spv Who Loved Me).
Su padre era un escocés del Glencoe; la madre, Monique Delacroix, había nacido en el cantón suizo de Vaud. Bond fue educado por una tía de gran cultura —según la define M, jefe de Servicio Secreto— y gracias a ella pudo ingresar en Eton, donde su padre lo había inscripto desde su nacimiento A los 17 años, James ya habla representado a su colegio como boxeador de peso liviano y especialista en judo. Durante la Segunda Guerra, alcanzó el grado de comandante en la Marina.
Su renta anual es de 1.500 libras esterlinas, más mil libras exentas de impuestos (Sabotaje). Cuando está de servicio, puede gastar todo lo que quiere. Vive en un departamento pequeño en Kings Road, un barrio elegante dc Londres. Lo atiende una vieja ama de llaves escocesa, May.
Es vivamente racista. Siente horror por los negros y los chinos, detesta a los soviéticos y a los balcánicos, considera ridículos a los franceses y una de sus mejores satisfacciones es insultar a los italianos. "Los italianos son inútiles para todo —reflexiona en Diamantes eternos—. Llevan camisas bordada y pasan el dia perfumándose y comiendo spaghetti."
Cuando no le encomiendan alguna misión, su vida es opaca, tediosa. Trabaja de diez de la mañana a seis de la tarde en las oficinas del Servicio Secreto; almuerza en el restaurante de edificio: por las tardes, juega a las cartas con algún amigo o se dedica con escaso entusiasmo amoroso a una de las tres mujeres —casadas— que lo perturban. Carece de vacaciones, pero 1e conceden dos semanas libres al término de cada misión: M le encarga la solución de un caso sólo dos o tres veces año. No tiene nadie a quien mantener. Es huérfano y viudo. Se casó el 1º de enero de 1962, en el Consulado inglés de Mónaco, con la condesa corsa Teresa de Vincenzo; según se narra en Al Servicio de Su Majestad, su mujer es asesinada dos horas después del casamiento.
 Muchos de estos rasgos coinciden con los del propio Ian Fleming. El escritor había estudiado en Eton, fue corresponsal de Reuter en Moscú y redactor de The Sunday Times; combatió en la Segunda Guerra como asistente del contraalmirante Goodfrey, jefe del Ser-vicio Secreto de la Marina, y logró ser admitido como socio del Elides, el más exclusivo de los clubes londinenses. Su pasión por los automóviles llegaba casi al delirio: más rico que Bond, Fleming había conseguido cambiar un Standard caqui por un Lancia Gran Turismo; un Morris Oxford caqui por un Thunderbird de diez mil dólares. En 1941, el espía Fleming intentó ganar en el juego todos los fondos de que disponía el espionaje alemán; convocó a seis agentes del almirante Canaris ante una mesa de punto y banca en el casino de Estoril, Portugal, y fue aniquilado: los nazis le arrancaron ocho mil dólares. El espía Bond lo vengó once años después: pudo limpiar los bolsillos de Le Chiffre, uno de los jefes del SMERSH, en el casino de Royale-les-Eaux. Pero quedan todavía otras dos identificaciones claves entre el autor y su semidiós: Bond es un prodigio como hombre-rana; Fleming se lució en algunas incursiones submarinas junto al comandante Jacques-Yves Cousteau; el escritor había imaginado un coctel afrodisíaco, compuesto de tres partes de Gordon, una de vodka y media de China Lillet; en De Rusia con amor, esa receta aparece como una invención de Bond.
 El agente secreto no es nada excéntrico en sus gustos. Su encendedor es un Ronson de gas, su máquina de afeitar una Gillette, su pistola una Beretta, su reloj un Rolex Oyster Perpetual, sus palos de golf son Penfold.
Fuma de 60 a 70 cigarrillos diarios: la casa Morland, de Grosvenor Street, en Londres, se los prepara expresamente para él con mezclas muy fuertes de tabacos turcos y griegos. Cuando está demasiado intoxicado, se inclina por los Senior Service (en Operación Trueno) o los Chesterfield King Size (en Dedos de oro). También en esto es idéntico a Fleming.
Demuestra un arrasador convencionalismo en sus viajes, y eso es casi previsible si se advierte que su consejera era la Guía Michelin (For Your Eyes Only). Sólo con los automóviles y las bebidas se revela como un experto de increíble refinamiento. En Casino Royale maneja uno de los últimos Bentley modelo 1933, de 4 cilindros, color gris oscuro. Esta espléndida joya, capaz de correr a 190 kilómetros por hora, se incendia en un accidente: M, el jefe de Bond, le regala entonces un Mark VI de 1933, deportivo, color gris perla. El famoso Aston Martin de Dedos de oro (guardabarros reforzados con acero, emisor y receptor de radio, radar, patentes intercambiables, etcétera) carece de importancia en la vida de Bond: es en verdad un DB III, pro-piedad del Servicio Secreto.
Con el alcohol, Bond llega a limites casi orgiásticos: adora el champagne y el vodka, pero su sabiduría esplende al elegir Taittinger Blanc de Blancs brut, cosecha 1943, o whisky Haig & Haig Pinch-Bottle. A menudo se equivoca: el Dom Perigon es un champagne mediocre, y por lo demás, la cosecha 1948 (su predilecta) es la peor; el Pommery 1950 resulta absolutamente trivial para los expertos. Esos deslices no son demasiado frecuentes, sin embargo.
Sus menús son absolutamente ejemplares, aunque Bond no gaste en comida todo su precioso sibaritismo. En Inglaterra, se inclina por el lenguado a la parrilla, ensalada mixta con mostaza, una tostada con queso y café (Sabotaje); en la Florida prefiere los cangrejos de roca frescos, rociados con manteca fundida (Dedos de oro); en Italia, tallarines verdes al pesto y café (For Your Eyes Only); en Francia, pate de foie gras, langosta con mayonesa, frutillas con nata y café (Casino Royale).
Bond acabó por sembrar una aluvional moda, pero según el sastre italiano Caraceni, la manera de vestir del agente "es absolutamente sin errores, en todo de acuerdo con los cánones anglosajones". Jamás lleva zapatos acordonados: se consuela con mocasines cuya punta está reforzada por un bloquecito de hierro; sus camisas son de manga corta, inclusive cuando no viste de sport; su corbata es siempre negra y tejida; prefiere los trajes livianos, de alpaca o telas tropicales y de tonos azules profundos; los combina con camisas de seda, blancas o crema. En Operación Trueno incurrió en la osadía de mezclar esas camisas con sandalias negras: en The Spy Who Loved Me, descendió a la vulgaridad de ponerse un impermeable azul oscuro, con cinturón.
Todos los indicios parecen señalar que Bond es un hidalgo, como Fleming. Sólo resta averiguar hasta qué punto la hidalguía de un agente secreto se parece a la de los ladrones de guante blanco que proliferaron en el siglo XIX, a la sombra de Rediles y Arsène Lupin. En el fondo, a Bond lo acongojaban sus constantes acercamientos a la vileza. No por nada debía tomar píldoras de bencedrina para mantenerse en pie y una fuerte dosis de seconal para dormirse.
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edisonbenavides · 6 years
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Por qué cantamos
Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos
si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos
si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por que cantamos
cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Benedetti
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bienmiguate · 4 years
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El Quetzal, todo lo que tienes que saber de esta ave
Su nombre científico es Pharomachrus mocinno y es un ave que habita en los bosques nublosos. En Guatemala es un ave sumamente relevante para la identidad nacional; tanto que la encontramos hasta en el escudo de nuestra bandera y es nuestra monera ¡Acá te contamos varias curiosidades del Quetzal!
¿Cómo es?
El Quetzal es un ave que, en promedio, mide 36-40 centímetros de largo. Los machos alcanzan hasta 65 centímetros por la cola serpentina que poseen y el plumaje de su cuerpo en en la mayoría un verde oscuro aunque con el reflejo de la luz puede variar a azul-violeta. En la parte de su pecho destaca un plumaje rojizo.
Esta ave suele tener una cresta erizada que tiene pigmentación negra y amarilla. Las hembras tienen colores más opacos en su plumaje. este tipo de ave no suele viajar a grandes velocidades y su canto es un silbido o grito muy agudo, pero encantador.
EL QUETZAL. Una ave misteriosa se pierde en las alturas de la selva húmeda y siempre verde: el QUETZAL, un animal majestuoso y solitario, sagrado para los aztecas y venerado por los mayas. pic.twitter.com/1CP1gAPik3
— PAISAJES (@PAISAJE80670101) May 27, 2020
Importancia Nacional
Desde 1871 es el Ave Nacional de Guatemala y se encuentra posando en la parte superior del pergamino que está en el escudo nacional. en las culturas antiguas se solía asociar al Quetzal con Quetzalcoatl, la serpiente emplumada que era deidad para las culturas de ese entonces.
Al Dios del aire se le asoció con la pureza, bondad y luz; es por eso que los mayas y los mexicas veneraban sus plumas color verde iridiscentes para el crecimiento de las plantas en primavera.
En muchas culturas de Mesoamérica se denomina al Quetzal como un ser sagrado y/o divino.
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Un Quetzal es la ave nacional de Guatemala y rinde honor a su bandera y moneda ademas esta ave simboliza la libertad .Ya que muere en unas horas si esta atrapada en una jaula.#sabíasque #sabiasque #curiosidades #interesante #curioso #datoscuriosos pic.twitter.com/Tiw1bdgKMl
— CURIOSAS MENTE (@curiosasmente) January 2, 2021
Un ave protegida en Guatemala
El Quetzal es un ave magnífica que suele ser un atractivo para la caza y captura. Como curiosidad, si un Quetzal es enjaulado; deja de comer hasta morir. Es por ello que siempre permanecen en espacios abiertos.
Guatemala ha implementado distintas reservas ecológicas y áreas naturales protegidas para que el Quetzal pueda vivir en armonía con su entorno y también ser admirado y estudiado.
El #quetzal, ave emblemática de Mesoamérica, al borde de la extinción https://t.co/FbfYk5vbM2 pic.twitter.com/ovjQfLRhty
— MVS Noticias (@MVSNoticias) December 5, 2015
Su majestad; el Quetzal
El Quetzal es un ave que se encuentra al borde del peligro de extinción; sin embargo, en nuestro país es venerado por todos y todas. Hasta la moneda en Guatemala hace alusión a esta ave y casi toda la identidad chapina se basa en emular las fortalezas y características del ave.
Sin duda alguna, entre lo místico y divino, el Quetzal es un orgullo para Guatemala #BienMiGuate
Buenos días. Hermosa pluma, ave sagrada.#Quetzal pic.twitter.com/nM35lwOve1
— Arely (@_IKIKUNARI) November 29, 2018
El cargo El Quetzal, todo lo que tienes que saber de esta ave apareció primero en Bien Mi Guate.
from Bien Mi Guate https://bienmiguate.com/el-quetzal-todo-lo-que-tienes-que-saber-de-esta-ave/
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LOS FAVORITOS
Hicimos una encuesta en nuestro grupo de facebook para que los amigos que participaron elijan sus páginas favoritas entre las 40 que habían salido en la primera tanda de “Nuevos Discos, Nuevas Historietas”. Tuvimos unos cuantos ganadores y los queremos compartir (nuevamente) con ustedes, además de algún que otro nuevo dato de ellos que podría interesarles.
PUESTO #4 - JUAN PEZ “ESCUPIME”
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SOBRE EL AUTOR
Dibujante e ilustrador. Su trabajo ha sido publicado y expuesto en Argentina, Colombia, Perú, México, Estados Unidos, España, Japón, entre otros. Su primer muestra individual, “Dibujos feos”, se realizó en Mayo del 2012 en el Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso de la Nación de Bs.As.Juan actualmente trabaja de manera independiente en el ámbito editorial y publicitario en proyectos que incluyan la ilustración y el diseño de personajes.
SOBRE SU HISTORIETA
Juan se abstuvo de hacer declaraciones sobre su trabajo y nosotros creemos que es lo mejor porque sospechamos que ha participado de una situación similar a la que relata. Nos encanta su dibujo y ojalá lo volvamos a tener en otro desafío.
PUESTO #3 - FEDERICO WATKINS Y JULIÁN MONO “DOS GALAXIAS”
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SOBRE LOS AUTORES
Julián Mono: (Mar del Plata, Argentina) Nace en 1982 y en 2007 empieza a hacer su primer fanzine con varios autores titulado ``La Baba´´ que tuvo su libro recopilatorio (Llanto de Mudo, 2012). Entre sus obras más destacadas se encuentran ``Mar de caca‘’ (Llanto de Mudo, 2014) y ``La última Navidad´´ (Ediciones Noviembre, 2016). Actualmente realiza su fanzine ``¡Muere Turista Muere! ´´, colabora en muestras y fanzines de todo el planeta y se desempeña como ilustrador freelance en su ciudad natal.
Federico Watkins: (Neuquén, 1977) es publicista y hace algunos guiones de historieta. Vivió en La Plata 8 años, los universitarios, los de la formación del espíritu, y su cuore quedó anclado para siempre en la ciudad. Por eso no le extrañó el enamoramiento instantáneo con El Mató cuando los escuchó ya vuelto, años después, a su Neuquén natal.
SOBRE SU HISTORIETA
Federico estaba anotado en el Desafío, faltaba menos de una semana para el deadline y se caía el dibujante para "2 Galaxias". Así que le envió el guión a Mono, que lo miró, lo sopesó, dijo "Hagamos así, así, así" y Federico dijo "Sí, sí, sí" y ahí está el resultado final para quien quiera ver. El dúo regresará para “como esas noches de verano” y “soldado orificial 5 – misión anal” (nah, esa última es mentira, creemos).
PUESTO #2 - TOMÁS WORTLEY Y RODRIGO CARDAMA “REY DEL TERROR”
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SOBRE LOS AUTORES
Tomás Wortley: nacerá en Buenos Aires en 2056, por lo que puede decirse que es un adelantado a su época. Durante toda su infancia se dedicó a mirar dibujos animados hasta que, eventualmente, logró que le pagaran por hacerlo. Orgulloso inventor del papel picado comestible y del ski acuático de tierra es, también, un mentiroso compulsivo. A veces, escribe.
Rodrigo Cardama: nació en 1981, a la primera oportunidad que tuvo se robó un lápiz y empezó a dibujar. Completó su primera historieta a los quince días de nacer (pero no aprendió a atarse los zapatos hasta los 25, así que eso... karma). Le enseñó a Horacio Lalia todo lo que sabe... o posiblemente fue al revés. Trabaja freelance dibujando (que es el mejor trabajo que se puede tener que no involucre probar helado).
SOBRE SU HISTORIETA
Tomás y Rodrigo laburan juntos desde hace un tiempo. Dice Tomás sobre la página: “Lo único que te puedo contar para sumar algo es que al no ser dibujante no pensaba participar hasta que Rodri que ya había pedido Rey del Terror me sugirió hacer algo juntos.” Lo que podemos agregar nosotros, es que el dúo vuelve en “los quiero mucho a esos muchachos” y “como esas noches de verano” y no podemos estar más contentos.
PUESTO #1 - FERNANDO SAWA “AHORA IMAGINO COSAS”
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SOBRE EL AUTOR
Nací en la primavera de 1980 y dibujo desde que pude sostener un lápiz en mis manos. Caminé junto al dibujo toda mi vida y por esa suerte conocí el mundo de la ilustración y la animación. Hoy soy ilustrador y director de arte. Y también soy ese nene que se sentaba a dibujar hasta que salía el sol en las noches de verano.
SOBRE SU HISTORIETA 
Fernando fue el elegido de prácticamente todos los que votaron en nuestra encuesta. No es para menos, su trabajo es de lo mejor y para muchos fue un descubrimiento espectacular. “Descubrí tarde a El mató cuando ya habían lanzado Día de los muertos. Estaba en una época de semi negación a la música ya que hacía unos años había dejado la banda en la que tocaba con amigos y me costaba mucho volver a conectarme con esas ganas de tocar en una sala de ensayo con olor a pucho y cerveza. Bueno, El mató transmite esa sensación cruda. Y cuando vi que podía hacer una página de historieta con un tema de ellos me tiré de cabeza literalmente. Busqué lo crudo y me salió eso.” A Fernando lo vamos a tener de nuevo en “los quiero mucho a esos muchachos” y “como esas noches de verano”.
Estas son las páginas favoritas de nuestros participantes, pero ¿Cuáles son SUS FAVORITAS? ¡Compartan!
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Jueves, 1 de marzo
Todo el día escribiendo cartas y viendo llover... Es maravilloso. Las gotas de lluvia en los cristales..., los cedros, más allá de mi ventana, batidos por el viento de marzo. Me encanta esta estación del año, que es una especie de estación intermedia, cuando está a punto de dejar de ser invierno, pero aún no es plenamente primavera... Marzo y abril... Tiempo, lo llamo yo, de Semana Santa. Marzo es el mes de la locura, al menos en la tradición anglosajona...; no sé exactamente por qué. En inglés existe un dicho, incluso: estar tan loco como una liebre de marzo. No sé si en Lewis Carroll hay un personaje que tenga que ver con la Liebre de Marzo...; quizá fuera el Sombrerero Loco, que es otro que tal... Lewis Carroll no fue nunca santo de mi devoción (podría decirse que no me interesa en absoluto. Me parece que yo no sería capaz de leer Alicia en el país de las maravillas ni aun cobrando por ello... El género llamado «fantástico», y sus géneros y subgéneros afines, me dejan frío como la mano de un muerto octogenario. No entiendo lo que ve la gente, o mucha gente, en ellos... ¡A mí no me gustaban ni cuando era pequeño! Bueno, las historias de espadachines, y de romanos —tipo Espartaco—, y de castillos y batallas medievales, ya eran otro asunto... Yo eso no lo meto en lo fantástico. Yo lo que no podía soportar, ni puedo soportar hasta este día, son los cuentos chinos de hadas voladoras y piterpanes envueltos en nubecillas de estrellas... O de pobres sapos que se convierten en príncipes... Tampoco soporto eso que llaman «gótico»..., que para empezar no sé qué tendrá que ver con lo gótico, porque si el monstruo de Frankenstein es un personaje gótico yo debo de ser como mínimo Fumanchú).
Se suele decir que cuando no prestamos atención nos comportamos «como quien oye llover». Será porque nadie escucha el sonido, el dulce o no tan dulce rumor, la música divina de la lluvia. La lluvia habla. Cae, y parece que trae un mensaje; parece que se dirige a ti, que te susurra, que te acaricia y reconforta, que quiere decirte algo tremendamente importante..., y luego cesa, y con su cese muere su mensaje, su palabra. Pero un eco visual y olfativo impregna el mundo tras ella... La lluvia es bendición, agua consagrada por los dioses para un mundo que gira, cautivo de su órbita, en lenta y mecánica pena. Ayer hablaba yo en este diario de grandes poemas sobre la lluvia... Hoy quiero copiar aquí otro, del magnífico poeta alicantino (nacido en Alcoy) Juan Gil-Albert, que me extasía (Gil-Albert le dedicó varios poemas a la lluvia, y todos ellos son maravillosos). Y en la estela de su manso eco despedirme, y ver caer la tarde, y la lenta lluvia, tras mi ventana, sin encender la luz, dejando que las sombras vayan impregnando la estancia, y el murmullo del agua arrulle mis congojas hasta disolverlas en terapéutica ataraxia.
VER LLOVER
                        A Rosalía de Castro
Cuando llueve, la tierra suspende sus labores y el hombre se recrea en su silencio como si nada externo fuera nada, sino tan sólo el húmedo murmullo del agua universal. Se asoma enfrente de mi balcón un rostro entre penumbras y ambos, lejanos, mudos, solitarios, contemplamos el raudo deshacerse de las nubes ha poco luminosas. No hay como estas paradas de la vida para que todo adquiera fugitivo su semblante más vasto: su invisible poder evocador: ¿Será la vida más que nuestro ajetreo este trastorno dulcemente fragante, esta fragancia trastornadora, un eco de lo que por debajo de la tierra se cumple ante los ojos en la forma de una suave bondad? ¿Es todo un aire sombrío que se anega en su belleza? Mucho ha indagado el hombre de las cosas que en torno lo rodean; mas si llueve olvídase de todo y sólo entonces asiste a este extenderse por el mundo de lo que nunca fue ciencia ni arte: una música gris, una cadencia triste como es el alma pensativa de quien la escucha.
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tox-i-ca · 4 years
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«Si cada hora viene con su muerte si el tiempo es una cueva de ladrones los aires ya no son los buenos aires la vida es nada más que un blanco móvil usted preguntará por qué cantamos si nuestros bravos quedan sin abrazo la patria se nos muere de tristeza y el corazón del hombre se hace añicos antes aún que explote la vergüenza usted preguntará por qué cantamos si estamos lejos como un horizonte si allá quedaron árboles y cielo si cada noche es siempre alguna ausencia y cada despertar un desencuentro usted preguntará por que cantamos cantamos por qué el río está sonando y cuando suena el río / suena el río cantamos porque el cruel no tiene nombre y en cambio tiene nombre su destino cantamos por el niño y porque todo y porque algún futuro y porque el pueblo cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca cantamos porque creemos en la gente y porque venceremos la derrota cantamos porque el sol nos reconoce y porque el campo huele a primavera y porque en este tallo en aquel fruto cada pregunta tiene su respuesta cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga ceniza». Mario Benedetti. https://www.instagram.com/p/CCyXHdwj64HT8roPQ-7KrS79x2H0Axctzqq_k00/?igshid=ab297zvyb3cs
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gamagosanti · 5 years
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Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia, se practica a plena luz del día. John Lennon.♪Imagine all the people living life in peace♪🤲 🎶🎶🎶 #8DParoNacional💪🏾 🎶🎶🎶 La #Colombia🇨🇴 de hoy es un país diferente y nunca jamás va a regresar a la normalidad de cinco siglos igual. ¡Se acabo! Únanse al baile, de los que sobran #8DElParoSigue 💪 La #Séptima llena porque estamos llenos de razones: La generación de la paz. #ElParNoPara ¿Quiénes son los que sufren🤔 No sé, pero son míos. Pablo Neruda Que nuestros ríos lleguen sanos al mar...✊ De esto le hablamos viejo: Mire la calle. ¿Cómo puede usted ver indiferente a ese gran río de huesos, a ese gran río de sueños, a ese gran río de sangre, a esa gran río? Nicolas Guillen 🎶¿Por qué cantamos #UnCantoXColombia🇨🇴 🤔🎶 📹La marcha ¿#NoPudieron?: https://youtu.be/-krzZjTAxwg ♦Mario Benedetti.: https://youtu.be/qaK0Q6M13lU Si cada hora viene con su muerte si el tiempo es una cueva de ladrones los aires ya no son los buenos aires la vida es nada más que un blanco móvil usted preguntará por qué cantamos si nuestros bravos quedan sin abrazo la patria se nos muere de tristeza y el corazón del hombre se hace añicos antes aún que explote la vergüenza usted preguntará por qué cantamos si estamos lejos como un horizonte si allá quedaron árboles y cielo si cada noche es siempre alguna ausencia y cada despertar un desencuentro usted preguntará porque cantamos cantamos por qué el río está sonando y cuando suena el río / suena el río cantamos porque el cruel no tiene nombre y en cambio tiene nombre su destino cantamos por el niño y porque todo y porque algún futuro y porque el pueblo cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca cantamos porque creemos en la gente y porque venceremos la derrota cantamos porque el sol nos reconoce y porque el campo huele a primavera y porque en este tallo en aquel fruto cada pregunta tiene su respuesta cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga ceniza. https://www.instagram.com/p/B51ZWmMpGK_/?igshid=1fc1jrivq4xx
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eternautaenepantlae · 7 years
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Si dejamos de hablar nos morimos
–Si dejamos de hablar nos morimos ¿verdad?
—Sí.
—Pero yo no quiero morirme.
—…
—En serio que no quiero. Y a ti ¿no te da miedo?
—No, ya no.
—¿Por qué?
—No sé… Creo que estoy en paz.
—No digas tonterías. Nadie está nunca en paz y nadie vive sin tener algo que hacer para mañana. Estas cosas no se aceptan así porque sí.
—Entonces sí, tengo miedo de morir.
—…
—…
Afuera desde hace rato se había violado el silencio que aquí dentro daba peso a las palabras.
—No voy a dejar que nos muramos, así que háblame, cuéntame algo o yo te pregunto.
—Pregunta, no se me ocurre nada que decir.
—Mmmh, deberías tener más iniciativa. Pero bueno ¿cómo estás?
—…
—¿Qué?
—Estoy… bien.
—Qué bien.
—¿Y tú?
—Bien.
—…
En algún lugar del mundo se presionaba el botón de un control remoto.
—¿Cuáles son tus sueños?
—Quisiera alguna vez ganar un concurso de comer jotdogs. Tampoco me quejaría si encontrara el amor, pero eso no me importa tanto ahorita. ¿Y los tuyos?
—¿Un concurso de comida? ¿En serio?
—Sí.
—Qué… divertido. Lo del amor es más bonito. Yo también quisiera encontrarlo algún día. Pero mi verdadera pasión es la música, voy a ser una gran violinista. En este momento, detrás de tus palabras, suena la primavera de Vivaldi. Yo la toco en el aire con mis dedos. ¿Verdad que te lo imaginas? Tan tan tan tan tararáaaaaaa tarará tan tan tararáaaaa…
Los paramédicos, entre gritos y sangre, se abrieron paso en la sala de urgencias del hospital.
—Y a ti ¿te gustaría tener hijos?
—Sí ¿por qué no?
—¿A pesar de la situación en el mundo? La pobreza, la violencia, la sobrepoblación, el calentamiento global…
—Sí, a pesar de todo eso.
—Es una locura cómo hemos llegado a este punto. Pero yo creo que las dichas de la humanidad corren paralelas a sus desconsuelos. Hay gente que se muere de hambre y se mata por todas partes. Y también hay gente que sólo hace el bien, personas que alimentan a los perros de la calle, lloran y luchan ante la injusticia ajena, se conmueven con la música. Nos quedan cosas así, por eso voy a ser violinista.
—Y tú ¿no quieres tener hijos?
—Sí…
Un resplandor de cuarenta pulgadas iluminó por completo la habitación.
—Aún no he dado mi primer beso.
—No es la gran cosa, pero tampoco es fácil. Te comprendo.
—Y he tenido la oportunidad, sabes. Con un chico de la escuela.
—¿Y luego?
—No sé…
—…
—No sé, me da pena. Es que no es mi novio, pero es como si lo fuera. Luego nos abrazamos y reímos con nuestros labios muy cerca de los del otro. Pero me volteo antes. Creo que, más que pena, es miedo. ¿De qué? Quién sabe...
—…
Las manos diligentes cruzaban sin cesar por encima de la camilla, los pasos chillaban sobre el azulejo blanco.
—La vida es complicada hasta en sus cosas más pequeñas. Sólo que cuando las recordamos, en el futuro, ya se nos ha olvidado lo difíciles que fueron al principio. Atarse las agujetas no requiere pensar en ello, tampoco andar en bici una vez que te han enseñado… Con el violín es parecido, sólo que siempre se puede y se debe ser mejor.
—…
—Por eso creo que estoy de acuerdo con eso de que el primer beso no es la gran cosa. O no sé. De seguro habrá otros después, mejores, más lindos, más cálidos. No podría decírtelo, no sé cómo se siente... Pero confío en que, cuando llegue, no me voy a arrepentir; y, si me arrepiento, tendré más oportunidades para olvidarlo ¿no crees?
—…
—Siempre se tienen más oportunidades de hacer las cosas, sobre todo cuando se es joven. La siguiente semana podría ocurrir con este chico del que te platico, la siguiente semana…
En algún lugar del mundo una mano trémula no pudo presionar nuevamente el botón del control remoto. Luego se oyó un llanto.
—Oye ¿me escuchas?
—…
—Oye, en serio, no estoy jugando.
—…
—Si te molestaste por algo, perdóname, aunque no te entiendo. Pero háblame…
—…
—Aún quisiera contarte cómo se llama este chico, cuándo lo conocí… Tengo que decirte que a él también le gusta Vivaldi. El martes que viene tendré mi primer concierto, estoy nerviosa. Ya fui con mi madre a probarme vestidos para ese día, pero ninguno me quedó muy bien. El fin de semana iremos a buscar más. Y lo que me pone nerviosa, más que la pieza y el teatro, es que lo invité y dijo que iba a ir. Y he estado imaginando que, al terminar de tocar, él corre hacia mí y me da un beso sin que yo pueda voltearme, como si no me hubiera dado tiempo de reaccionar, pero yo ya lo habría tenido planeado. Será el día del primer concierto y del primer beso. Nada podría salir mal ¿verdad? Subirá los escalones y me dará un beso frente a medio mundo y después no dejaremos de reír y sonreír…
 -Alejandro Flores Ramirez
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pornostalgia17 · 7 years
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De “La muerte”
te llevo sobre el muslo eres yo creyéndome otro tiempo por ultimo cuando te enciendas ni asistiré a tu primavera * de codo contra el suelo buscando un río donde apoyar mi boca pero qué quieres que le haga? un general trepa y una mariposa muere * cuando me canse de buscarte o el amor desigual de Buenos Aires olvide mi tristeza cuando no te quiera rabiosamente aunque no sé si estás ahora cuando me funcione el cerebro como quieren muchos o me olvide de Discépolo remato el corazón para qué andar con vueltas * en este desesperado oficio también juego con la muerte a su rayuela final y siempre me duele el amor que llevo en el costado
- Roberto Santoro
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