#cartas para el principito | Explore Tumblr Posts and Blogs

aricastmblr · 2 months

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교환앨범 MMM(Mini & Moni Music) - 지민 (Jimin)

(https://youtu.be/EWwP3wKOVd4?si=CS53Zdot_8Cz8icc)

rm-!EL evento mas grande que te ocurrió durante un año 2022-2023! jm- Estar activo con el álbum "FACE"

Jimin grabando para su álbum

Aprendió a cantar desde el principio

rm- "Park Jimin es la persona mas humana"

Esto es una historia del crecimiento de una persona

Album Exchange MMM

Hablan que pueden irse pero tienen que regresar sus armys

Habla del titulo FACE y como se llama el siguiente álbum

Hablan de SMGB de su banda - los miembros de face cambiaron a sgmb

Jimin habla de la forma de organizar su Álbum Muse

Todo empezó a preparar para Muse en Abril 2023 casi al mismo tiempo que Face - Escribe las letra sobre la canción, decidió claramente las melodías en Abril 2023 después de lanzar Face

A rm se le afigura jimin como el principito por las dos primeras canciones y todo su estilo X)

Jimin termino la grabación de su Álbum en junio 2023 duro casi 1 año 3/4meses haciéndole

Hizo varios generos y a rm le gusto muco.

Jimin recuerda el miedo de no verse en el escenario sin los chicos.

rm le recuerda a jimin TODO lo que es para bts - Jimin de BTS

rm recuerda desde cuando conoció a jimin en 2012 desde antes del debut y habla lindo de el y dice que es a quien mas ama y confía y que si jimin lo ocupa a su lado el estará siempre para el.

-Al día siguiente que grabaron esto jimin se fue a hungría a grabar el mv entoces esto lo grabaron el 14nov2023

-Closer than this es una canción-carta a ARMY

-Hablan rm y jimin mucho mas de su álbum vean el vídeo completo tiene subs

Jimin recibio todo tipo de clases para prepararse para dejar todo listo para cuando se fuera al sm

Jimin admira mucho a bts y quiere crecer mas como artista y escribir su historia

Hizo una canción ?Quieres tomar una copa? pero la tiro XD

rebirth intro para jimin dice fue muy difícil escribir de terminar fue la que tardo mas. jm-Ni siquiera podía recordar la última vez que estuve enamorado (tuvouncrush). y rm hace suspiro* le dice bro-hermano.. ambos y se dan la mano X)

Vean el vídeo completo hablan mucho mas y rm dicen lindas palabras de jimin

교환앨범 MMM(Mini & Moni Music) - 지민 (Jimin)

(https://youtu.be/EWwP3wKOVd4?si=CS53Zdot_8Cz8icc)

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al3xryhs · 2 months

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Pues el día de hoy no fue nada productivo, temprano por la mañana salimos en dirección a casa de mi tía a desayunar y chismear acompañadas de un rico café, todo bien hasta ahí, salí a comprar esmalte para las uñas (me ayuda a no morderlas) y encontré un terrible color verde que compre de todas formas.

Cuando caminábamos de regreso pasamos junto a una librería, entramos por curiosidad y encontré libros como 'la divina comedia' (el cual ya tenía pero perdí y por ello deje su lectura a medias), 'Hannibal: el origen del mal', una colección completa de los escritos de HP Lovecraft entre otros, salimos con la promesa de regresar a comprar algún libro otro día.

Igualmente hoy fue día de ir con mo psicóloga, pude habalr sobre algunas cosas que me molestaban y que me habían afectado a lo largo de la semana.

Pronto será el cumpleaños de Jess y estaba pensando en que podría comprarle, quizá un libro sobre misterios, o la edición de colección con ilustraciones de 'Él principito', sudaderas como las que ella usa, alguna carta, hotwheels y... no lo sé.

En el camino de regreso a casa me deboré una hamburguesa ENORME, es de las cosas más grandes que me he metido a la boca JAJA.

Jueves 18 de Julio del año 2024 a las 7:17

#blog personal #misery #random #día a día

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treceollin · 9 months

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Carta.

"Contigo lo tenía todo. Enteramente todo. Lo inmaterial y lo físico. Y es que, de verdad pude sentir tu amor dentro de mi. Lo guiaba con un movimiento de cadera. Tus ojos se perdían. Yo te miraba. Eso me gustaba. Y a ti también. Explotabas en pasion. Sonreías. Yo me estremecía. Quería eso durante toda mi vida. Bueno, no solo eso. Me refiero también a lo otro, lo que esta antes y después. Cómo el Principito, si decías que nos veríamos a las 4 yo era feliz a partir de las 2. Antes incluso, desde que la respuesta era afirmativa. Era feliz. Eso bastaba. Y escogía cómo quería que me vieras. Frío. Calor. Cine. Cena. Caminar. Fotos. Libros. Improvisar. Descubrirnos. Cada a ocasión merecía un atuendo adecuado. Poco a poco descubrí cómo volverte loco en cada variante. Y cada una era también el pretexto exacto para que me acercaras a ti. Hasta la fatiga calurosa era una buena razón para sentir tu aroma cerca de mi. No había nada más. Solo yo. Tu. Este amor. Inevitablemente llegó más gente a nuestras vidas. Pero yo no entendía a veces el por qué ser tan amable con otra persona. Demasiada sonrisa, atención. Caballerosidad. Yo sé cómo es. Reconozco las miradas. Sé que se ha enganchado. Que sentirse ganarte es saberme perder, victoria suya. Mujer valiosa. Y yo lejos, mirandote. Vienes a mi. Me abrazas, me besas. Pero no dejo de pensar en su sonrisa. En su cercanía. ¿Por qué? ¿Por qué habría de acercarse a ti? Solo busca divertirse, saber que te tiene y al mismo tiempo que puede irse. Y tú irás tras eso. Tras la curiosidad. Detrás de más de esa atención que no es como ésta que te entrego. Porque allá, buscará sólo lo que no tiene. Sonreira complacida y se marchara feliz. Pero nada asegura que te querrá y cuidará tanto como yo. Con esa desesperación tan urgente de verte, de alegrarse. No podrá profundizar en toda la magia que te envuelve. No querrá quererte. Lo hará mal. Lo sé porque yo sólo te quiero a ti. Con todo lo que implicas. En cambio cuando enfureces, es claro para mí. Sé el porqué. Y yo quiero hacerte entender que es sencillo. Que te quiero. Que mi cuerpo ha sido tuyo. Que mis manos te han acariciado solo a ti. Con esta pasión. Que alguien más solo me reafirma que eres tú. Porque aquél carece de tu fuerza. De tu determinación para hacerme sentir parte de ti. Porque solo busca que le resuelva su vació o que satisfaga una necesidad carnal sin sentido. No. Nadie me tocará cómo tú. Porque nadie tendrá siquiera la oportunidad de verme en ese delirio. Solo tu lo has logrado. Solo tu me haz hecho morderme el labio. Solo tu haz hecho que yo olvide el silencio. Cuando pierdes la calma solo quiero que vuelvas a verme. Que sientas esto. Que veas que no basta nada más que esto. Cuando no hallas respuesta, para mí es obvio que hay que seguir. Que si caminamos juntos tendrémos más valor. Porque yo te abrazaré cuando lo necesites y yo correré a ti si me debilito. Porque lo haré todo con valor y si tropiezo sé que estarás para ayudarme a levantar. Y porque te veré feliz en cada éxito que tengas. Nuestro amor será la luz que nos adentre en el camino desconocido. Eso basta. Esto que siento es lo que basta. Cómo deseo que lo sientas. Pero tus palabras… Las mismas de siempre. No te escucho. No entiendo. No hago. No doy. No soy. ¿No lo sientes? ¿No lo has sentido? ¿Qué hago? ¿Qué no he hecho? Para mí solo basta una elección. Eres tú. Para ti, hay mucho por delante. Tienes tanto que hacer. Yo también, pero quisiera que fuera contigo, siempre."

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abensica · 10 months

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Para todos los amantes de "El Principito" ¿Sabían que "La Rosa" no era solo un personaje cualquiera? Resulta ser la salvadoreña Consuelo Suncín, esposa de Antoine de Saint Exupery, mujer controversial considerada por algunos una mujer adelantada a su época y para otros, una mujer con vocación "puteril" Hija de un General dueño de fincas cafetaleras, a los 18 años consigue una beca y se va a Estados Unidos a estudiar inglés; esto dice mucho de ella. Se casa con un militar mexicano, aunque después se supo que solo era un vendedor de pinturas. Decide divorciarse meses antes de que su esposo muriera en un accidente de ferrocarril. Viuda y con ganas de comerse al mundo, llega a México con una carta de recomendación y solicita entrevistarse con José Vasconcelos, si, el mismo que dijo “por mi raza hablará el espíritu”; la hace esperar por dos horas y cuando al fin la recibe, le dice: “una mujer bonita, joven y viuda no necesita trabajar, puede ganarse la vida con sus encantos”. Consuelo insiste y aunque Vasconcelos no le da el empleo, le ayuda para estudiar Derecho, se enamora de ella y tienen un romance. La lleva a París y conoce al prosista guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, era considerado el más exitoso escritor latinoamericano. Consuelo lo abandona y se casa con Gómez Carrillo. Despechado, Vasconcelos le dedica varias páginas en sus memorias y dice que el romance con el príncipe de los cronistas es debido a la vocación "puteril" Vuelve a quedar viuda pero ahora con mucho dinero, así que bonita, joven, viuda y con mucho dinero, viaja a Buenos Aires a liquidar las propiedades de su difunto marido y ahí conoce a Antoine de Saint Exúpery. Lo de ellos fue amor a primera vista, él la invita a volar y ahí suceden una serie de incidentes pero Consuelo mantiene a raya a Antoine (Creo que ella me ha domesticado, dice Saint Exúpery. ¿Les suena?). Se casan en contra de la voluntad de la familia del escritor ya que era odiada por la sociedad francesa por el hecho de ser extranjera, "venida de quien sabe dónde”. En realidad no le perdonaban que una mujer viuda y de origen indígena se ganara el corazón del escritor más famoso de Francia. La familia Saint Exúpery era terriblemente antisemita y para ellos era peor aún que casarse con una judía. La única defensora de Consuelo fue su suegra y según sus propias palabras: “si su hijo la amaba. Consuelo y Antoine vivieron 13 años de matrimonio intenso, el gusto por la vida bohemia y sus múltiples infidelidades Según palabras de ella, ser la esposa de un piloto fue un suplicio, pero serlo de un escritor, fue un verdadero martirio. A pesar de sus peleas siempre estaban al pendiente uno del otro, ella era asmática como "La Rosa" (que tosía) y el Principito la tenía en un capelo para que no le pasara nada. La sociedad francesa trató de no relacionar su nombre con el escritor y le propinaron tremendos desaires, y fue hasta hace pocos años que reconocieron que sin su influencia, El Principito no habría sido escrito.

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ishouldhavedonethisalongtimeago · 10 months

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Carta para vos.

Menos macho y más varón. Eso era lo que querías para mi. Hoy te agradezco, porque estoy convencido de que esa era apenas una de tantas enseñanzas que venían desde el mismo lugar. Y hoy también me pregunto, qué pasó?

Me enseñaste que no tenía que leer solo cosas religiosas, que tenía que leer de todo, para poder abrir la cabeza, para entender el mundo. Me regalaste El Principito hace más de 20 años, y ese mismo librito aún está acá conmigo.

Todavía me acuerdo esa noche cuando me dijiste algo, aclarando que solo me lo podías decir a mi, porque yo era el mayor. “Te gustaría que el día de mañana la gente diga de tu hermano esas cosas que vos le dijiste?” “No lo defenderías?” Creo que no hace falta aclarar a qué me refiero.

Cuántas veces me recordaste lo difícil que había sido subsistir cuando mis necesidades de bebé se llevaban la mitad de los ingresos. Qué difícil cuando tantas horas de trabajo no alcanzaban ni para lo básico. Terminar algunos días dependiendo de la bondad de otras personas que se acercaban con algo que, sin saberlo, nos salvaba el día o la semana.

Recuerdo tus historias de las cartas enviadas a esos pibes que estaban dando la vida, literalmente, en las islas. Las historias de cuán horrible habían sido esos tiempos.

Te encantaba hacerme escuchar las canciones de Silvio. Había tantas cosas en esas canciones que muchos años después recién fui entendiendo. Pero vos si sabias lo que decían. Y hoy me pregunto, qué pasó?

Te molestaba que escuche Arjona, porque decías que era un machista. Claro, yo en ese entonces no tenía ni idea que el patriarcado existía.

También te molestaba que haya querido un rifle de aire comprimido para mi cumpleaños. Cuál era la necesidad de matar y hacer sufrir animales? También me enseñaste que había que cuidar mucho el agua y el planeta con todo lo que esté a mi alcance hacer.

Miro hacia atrás y me pregunto una y otra vez, qué pasó? Qué te pasó?

Miro hacia atrás y me doy cuenta que, aunque durante estos últimos años creí que fui solo yo y el entorno que elegí lo que moldeó mi persona, en realidad tu mano se ve reflejada en todo lo que soy.

Terminé siendo feminista, defensor de las disidencias, socialista y vegetariano (entre otras cosas). Acá estoy, amante de Silvio, detractor de Arjona, consumidor de múltiples y variadas fuentes de información, trabajando siempre en mi sensibilidad. Cada vez menos macho y más varón, como vos querías.

Hace un tiempo me dijiste que me lavaron el cerebro, pero no se, yo creo que me parezco bastante a esa chica que escuchaba a Silvio, que le escribía a esos pibes, y que tantas veces desafió los mandatos de esta sociedad cruel.

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subtlecrone · 1 year

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Girasol.

Este cuento fue escrito para un concurso de escritura. :)

Una flor descansaba en la mesa donde se encontraba el retrato de su madre, mirando hacia la cámara con su sonrisa característica. Poco a poco, la flor se marchitaba. Poco a poco, se le iba la vida, los pétalos perdiendo color conforme pasan los días. Iván se sentía igual. Después de dos semanas de deliberación, había llegado a la conclusión de que estaba completamente solo en este mundo, así como la rosa del principito, que quedaba sumida en soledad el minuto que el principito se va de su pequeño hogar. Y su madre… Ella era su principito. Y ya no está –la encerraron cruelmente en ese cajón oscuro, haciendo que Iván pusiese una florcita blanca encima– e Iván no entendía por qué. Mamá fue a trabajar un día y no volvió, lo que confundía a Iván aún más. Ella le había prometido ir a un campo de flores ese fin de semana, pero en vez de eso, su padre lo llevó donde su tía.

Y su tía, Margarita, intentaba explicarle que su mamá se fue al mundo de las flores, que su madre se había transformado en una flor hermosa, y que brillaba con el sol. Margarita le dijo que cada persona que se va de esa manera se transforma en un girasol, uno grande y amarillo, que va dandose vuelta conforme a la posición del sol arriba de todos ellos. Iván seguía sin entender, y sólo quería a su madre de vuelta. Noche tras noche se iba a dormir llorando por su regreso, consiguiendo nada más que un abrazo y una promesa por parte de su tía de que si se iba a dormir su mamá lo visitará en sus sueños. Y Iván le creyó… Las primeras tres veces. Las otras, se quedaba mirando a la luna, allá en el cielo. ¿Será que la Luna sabe dónde se fue su madre? Iván se preguntaba lo mismo con una multitud de cosas, como el sol, las calles, su padre, o sus abuelos. Quizás no lo han querido ver porque no le quieren decir. ¿Por qué más podría ser?

Porque, sinó, Iván no podía llegar a una respuesta concreta. Extrañaba a sus abuelos, extrañaba las tardes que pasaba con sus abuelos viendo tele, comiendo empanaditas de queso y tomando leche con plátano. Cuando encerraron a su madre en el cajón ni lo miraron, limitándose a dejar la florcita blanca esa y irse. Iván se preguntaba si ya no lo querían, o si había hecho algo mal para merecer ese trato. Tía Margarita, mientras tanto, le revolvía el pelo suavemente, intentando calmarlo, sin lograrlo en absoluto. Iván lloró hasta que se quedó dormido en los brazos de su tía.

Pasaban y pasaban los días, la pena por la desaparición repentina de su madre haciéndose cada vez más liviana, hasta que llegó mayo. El catorce de mayo, para ser más precisos. El día de la madre. Su profesora lo miró con pena después de dar la instrucción de hacer una carta con forma de flor para sus madres. Iván decidió hacerle una carta con forma de girasol, para irselo a dejar a donde está el cajón donde se supone que está encerrada, donde su tía le había prometido ir a dejar florcitas.

Al finalizar el día, Iván esperaba en la recepción de la sala cuna, a la cual su tía siempre se atrasaba en llegar, por alguna razón. A Iván no le molestaba esperar, así que se quedaba hablándole a la recepcionista hasta que llegase su tía. Ese día, a diferencia del resto, en vez de su tía apareció un hombre que decía ser amigo de ella, que decía que ella no pudo llegar, por lo que él llevaría a Iván a su casa. Iván se mostró escéptico, pero no sería la primera vez que alguien le rompiese una promesa, así que se fue con el hombre sin protestar.

Al día siguiente, en las noticias apareció una noticia sobre un niño pequeño desaparecido, de nombre Iván Valdes. En el reportaje, se muestra el único rastro de evidencia: Un girasol de papel roto a la mitad en la vereda justo fuera de la sala cuna.

#escritura creativa #español #flores #girasol #cronieposting

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moicabinetdecuriosites · 1 year

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Para todos los amantes de "El Principito", ¿a que no sabían que "La Rosa"🥀 no era solo un personaje cualquiera? Este personaje resulta ser la salvadoreña Consuelo Suncín, esposa de Antoine de Saint Exupery, mujer controversial considerada por algunos una mujer adelantada a su época y para otros, una mujer con vocación "puteril" (así dicen los libros).

Hija de un General dueño de fincas cafetaleras, a los 18 años consigue una beca y se va a Estados Unidos a estudiar inglés; esto dice mucho de ella, ya que salir de su casa en esa época era algo muy mal visto. Se casa con un militar mexicano, aunque después se supo que solo era un vendedor de pinturas caseras.

Consuelo decide divorciarse meses antes de que su esposo muriera en un accidente de ferrocarril.

Viuda y con ganas de comerse al mundo, llega a México con una carta de recomendación y solicita entrevistarse con José Vasconcelos, si, el mismo que dijo “por mi raza hablará el espíritu”; este personaje la hace esperar por dos horas y cuando al fin la recibe, le dice: “una mujer bonita, joven y viuda no necesita trabajar, puede ganarse la vida con sus encantos”.

Consuelo insiste en una segunda entrevista y aunque Vasconcelos no le da el empleo, le ayuda para estudiar Derecho, se enamora de ella y tienen un romance de esos con notas de mil colores.

La lleva a París y conoce al prosista guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, quien en su tiempo era considerado el más exitoso escritor latinoamericano. Consuelo lo abandona y se casa con Gómez Carrillo.

Despechado, Vasconcelos le dedica varias páginas en sus memorias y dice que el romance con el príncipe de los cronistas es debido a la vocación "puteril" de su amada.

Vuelve a quedar viuda pero ahora con mucho dinero, así que bonita, joven, viuda y con mucho dinero, viaja a Buenos Aires a liquidar las propiedades de su difunto marido y ahí conoce a Antoine de Saint Exúpery. Lo de ellos fue amor a primera vista, él la invita a volar y ahí suceden una serie de incidentes pero Consuelo mantiene a raya a Antoine (Creo que ella me ha domesticado, dice Saint Exúpery. ¿Les suena?).

Se casan en contra de la voluntad de la familia del escritor ya que era odiada por la sociedad francesa por el hecho de ser extranjera, "venida de quien sabe dónde”. En realidad no le perdonaban que una mujer viuda y de origen indígena se ganara el corazón del escritor más famoso de Francia. La familia Saint Exúpery era terriblemente antisemita y para ellos ese matrimonio era peor aún que casarse con una judía. La única defensora de Consuelo fue su suegra y según sus propias palabras: “si su hijo la amaba, ella la amaba”.

Consuelo y Antoine vivieron 13 años de matrimonio intenso, él con sus frecuentes viajes, el gusto por la vida bohemia y sus múltiples infidelidades (“Vete a ver las rosas, que así comprenderás que la tuya es única en el mundo”. ¿Les vuelve a sonar?).

Según palabras de ella, ser la esposa de un piloto fue un suplicio, pero serlo de un escritor, fue un verdadero martirio. A pesar de sus peleas siempre estaban al pendiente uno del otro, ella era asmática como "La Rosa" (que tosía) y el Principito la tenía en un capelo para que no le pasara nada.

La sociedad francesa trató de no relacionar su nombre con el escritor y le propinaron tremendos desaires, y fue hasta hace pocos años que reconocieron que sin su influencia, El Principito no habría sido escrito.

BUENA LUNA 🥀

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rawrpeony · 2 years

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ㅤㅤ ㅤㅤㅤ𝐂𝐑𝐎𝐍𝐎𝐋𝐎𝐆𝐈́𝐀 𝐃𝐈𝐂𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄 - 𝐄𝐍𝐄𝐑𝐎

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cherryliess · 2 years

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Color me Blue

Después de mi primer amor, vuelvo a escribir por primera vez con la melodía que le dedique a aquel amor, aun después de tanto tiempo al percatarme que siempre fui amado de la manera que espere alguna vez serlo. Mientras mis lágrimas caen por mi rostro, desconsolado, perdido, solitario y oscuro aún preguntándome cuando fui domesticado. Creando una metáfora de como me sentí en el tiempo que mi primer amor me acogió y aun así sentir que tal ciclo no se ha cerrado.

¿Eras el amor de mi vida o para mi vida? No lo sé, no lo quiero saber. A veces solo pensar que el hecho de que fueras mi primera vez en tantas cosas hace que te tomará tal cariño especial y la manera en que todo sucedió entre nosotros.

Asi como en el principito yo fui un zorro entre muchos zorros y tu fuiste un niños entre miles de niños. Aunque aveces puedo pensar en que yo fui la rosa, no volví a leerlo porque me recuerda a nosotros y a la otra gran cantidad de cartas que algún día pensé en escribirte y como el día en el que te fuiste no pude dedicar mis palabras a nadie más.

Y podría recriminar ahora mismo como en poco tiempo lograste conseguir a otro para decirle palabras que algún día llegaste a dedicarme. También luchas otras palabras que no y por seguro que nunca leerás esto. Pero ahora mismo como se cierra el ciclo y conexión que alguna vez existió entre nosotros. Pero sin dejar de pensar en todas las cosas que poraños dejamos o compartimos. Cometí tantos errores pero ahora solo puedo pensar en que en algún momento como tú, yo conseguiré y conectare sin miedo por alguien nuevamente, sin temor a salir lastimado si sucediese. Estoy feliz de que estes feliz y que ahora tengas todo lo que alguna vez deseaste.

Por los momentos seguiré mi camino solitario donde el ciervo se separa para emigrar.

Ahora que lo pienso no éramos compatibles, pronto algunos de los dos se iría. Un Tigre y un ciervo, dos tipos de seres sin ningún parentesco en común lograron pasar el tiempo necesario juntos. Puede que vuelva a escribir o no. Pero por ahora, puedo ver tu metamorfosis y estoy bien no sabiendo mas nada de ti y que no sepas mas nada de mi como nuestro último encuentro. Sin embargo, no me arrepiento de nada de lo que te di que seguro ya borraste.

Lovely C, you're good and me... I'm still looking for something meaningless

#roleplay #frases de amor #critical role #fakeland #beauty #beautiful quote

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ocasoinefable · 2 years

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[En lo alto de la colina, tiempo atrás... No he vuelto a decir su nombre, lo he olvidado al cerrar la ventana. No quiero, pero debo volver. Hace cuatro años que le dije adiós esperando no volver, pero regreso de nuevo. Quizás el olvido no existe, es solo una coartada para dejarse tragar por los días sin ser ausencia. No supe en sí nada de ella, fue una cascada de ilusión que rompió hueso a hueso mi pasado. No supe nada de su vida, más que sonreía y brillaba en sus labios el sol, nada más que mentía mientras sus ojos se ahogaban de verdad. El tiempo es una mentira, junto con su nombre. Llevo un ramo de flores y no sé si es suficiente para enterar nuestro pasado. Cada pétalo llora entre mi boca al intentar colocarle palabras. No debí haber hecho esa pregunta... no debí haber llamado ¿Cómo está ella...? La respuesta quemo entre “recuerdos” Esa bendita palabra que me ha hecho regresar a nuestros días, que me trae de regreso a las colinas y olvido que me ha tragado la cuidad. - (Yo que He sacado palabras de mi vocabulario. Soy la que no puede escribir ciertas oraciones sin sentir lágrimas y quizás una sonrisa. No puedo sostener algunas letras sin ver su ausencia, el frío de los años y lo que no dije. Hay palabras que ya no existen más para mí, que se murieron conmigo y a la vez con ellas, y solo salen entre un poema o a la boca de un cuento)- otra vez su voz zumbando entre el cuarto. Recuerdo cuando me contaba sus cuentos e inventaba un mundo de letras y líneas, la recuerdo sonriendo contra el vacío, mirando por horas sus manos y lapicera, recuerdo el patio de juegos y esos destellos que mordía al mover su boca cantando distraída. Recuerdo con rabia al sentir los agujeros de unos años que no volverán, de espejismos dados a una diosa que solo estuvo ardiendo en mi piel. Me arrepiento de haberla conocido, de haber besado sus labios descoloridos y pintados de nimbos, me arrepiento de sujetar sus caderas y ver cómo sus movimientos ardían junto al sol, me arrepiento de haberle hecho llorar, de haberme quedado aun cuando ya no la quería, de no haberle dicho lo que ella sabía y cruelmente se callaba por su brutal inocencia y tonta inexperiencia en su propio amor, fui la sonrisa que lloro en soledad, el niño que se quemó en la colcha de la luna. Las flores siguen sangrando a medida que las marchita el tiempo y las apretó entre mis manos. No debí haber hecho esa llamada ¿Para qué preguntarle...? ¿Qué buscaba...? Pensé que sería un está bien y se terminaría aquel arrebato de nostalgia, se cortaría en dos y ya no volvería por lo que me queda de vida a ella. Supe muy poco. Había demasiado silencio como de costumbre en todo lo que la rodea, se me había olvidado que ella siempre ha estado ausente y que todo es una liria que corre entre delirios. Durante la semana las horas daban vueltas, nada parecía seguir con naturalidad, al llegar el trabajo y comprobar que seguía andado entre mi pecho. He ascendido de puesto y casi concluyó los detalles del crédito para al fin irme a vivir con mi pareja, le faltan meces para tener el bebé, pronto seré un padre… y todo aprieta, a veces la miro y la costumbre se burla, me distraigo mirando los anuncios, planeando salidas con amigos, dando uno que otro rodeo. A veces me cansa de todo e incluso estar hasta tarde en la cama. "El tedio es la respuesta a las inconformidades del ser humano" solía decirme al escuchar mis quejas, por dios, como le gustaba matarse la cabeza en estás fusileras de platón o socráticos métodos de disyuntivas de analices. Luego de un tiempo de conocerla comencé a darme cuenta que lo hacía con el mismo método que emplea un niño para inventarse un amigo imaginario, con la misma inocencia y templanza que tienen para darle detalles, se entretenía en estos vertederos, se reía y se olvidaba una vez conseguidas sus oraciones, quizás por eso no recordaba la mayoría de cosas…Había mucho silencio al ver hacia su casa, temo que saldrán de las flores los fantasmas de una abeja. Me di prisa, recogí sus cartas y me alejé por segunda vez. Parece que nada cambia en las cosas, se empolvan, pero siguen igual; la madera roída, el olor a miseria y la vejez alumbrando en las esquinas. Un escalofrío me recorre el centro de mis ojos, todo lo que había dejado a tras allí está latente. Cuando me fui quise borrar aquel insignificante estado de indigencia sin sostener un recuerdo, olvidar las carencias, los anhelos… olvidar los agujeros de mis zapatos y el lodo que mantenían en ellos, el trabajo de campo, las ampollas y verrugas. Las moscas andado por la ratonera. fue rápido, más de lo previsto, o eso creo. Fue tan irreal que aún teniendo la cajita con las cartas y el listón parece un sueño. Cae la media tarde y no puedo más, así que solo me tumbó en el pasto. Parece que todos nuestros recuerdos me han golpeado. Tiro del listo y lo primero que veo es una nota. "Quizás el tiempo me ha besado y ya no estoy, quizás tienes las cartas, sabes que siempre fui una sombra queriendo ser flor, pero la lluvia a tirado y la tierra se ha vuelto Mar. Te quise y aunque llore al ver tu adiós, lo esperaba y en el fondo lo quería, porque yo no podía cortarme para darte gusto, no podía encerrarme en la rutina para darte años, he sido así y no puede decirlo. Me alivia que la marcha se diera y se llevará mis primeros sueños. No las leas, mejor , ellos me veían anotar y cuando quise quemarlo me lo han quitado, no he tendido fuerza para pelear y sé que no hubiera servido así que les he dicho, que es mi última voluntad y que son para ti por si algún día regresas. Son tan devotos a todos esos asuntos que jamás la leerán lo cual es mi mayor angustia, no romperán la petición de un moribundo. Como de costumbre no sé cómo llegué hasta aquí, cómo es que las cartas vivirán hasta que tu llegues si es que llegas y así las destruyas o el tiempo borré cualquier guardián que pueda tenerlas. Es curioso, No sé cómo sucedió todo esto, Pero ya está y solo me atengo a esta nota para calmar la ansiedad de mis últimos días. Olvida y rómpelas. Espero que no las tengas ¿y sí las tienes, cómo es que has regresa? ¿Cómo llegaste hasta aquí de nuevo...? Es curioso, Seguimos entre un misterio pensado.. ¿Cómo ha sucedido? sé que es así, ríe un poco. Adiós. Posdata; Espero que no me hayas traído flores, es triste que traigas flores muertas a un muerto, vaya ironía (puedo reír besando tus labios a la llegada de una sonrisa)"

no debí haber llamado a preguntar por ella, debí haber ignorando esa corazonada, pero como siempre no se sabe cómo ha sucedido. Solo sucedió. Las flores se caen y se quedan junto a la caja abierta esperando la lluvia y que el riego las olvide. Se llevarán cada letra y la agonía de su corazón, el sufrimiento y el amor que le sostenían, yo sé que tienen sin necesidad de leerlas, el viento me las ha narrado una a una.

Hubo olvido al subir al carro, solo sucedió, no se sabe cómo, pero sucedió. Solo sucedió. Una tregua para seguir con mis días y besar entre Pequeños destellos la horma de su adicta boca entre letras]

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Fragmento de "Beso al tiempo"

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#Fragmentos de un relato Beso al Timepo #cartas para el principito

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rafa-sb · 2 years

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Parafraseo

Fiódor Dostoievski En Los hermanos Karamazov, apuntó: “¿Qué es el infierno? Mantengo que es el sufrimiento de no ser capaz de amar”.

Parafraseo se refiere a la sensacion de no haber encontrado el amor en tantos años a el saber que la persona que quieres no sienta lo mismo por ti

William Shakespeare

En Sueño de una noche de verano, aludiendo al “ojo de la mente”, Shakepeare escribió: “El amor no mira con los ojos, sino con la mente”.

cuando nos enamoramos no vemos abierta mente y no nos fijamos en los sentimientos en las intenciones de la persona

Susan Sontag En sus bitácoras y diarios, Susan Sontag registró: “Nada es misterioso, ninguna relación humana. Excepto el amor”.

nada es mas raro,impredesible, que el amor no tiene explicacion

Henry Miller

En sus cartas a Henry Miller, Anaïs Nin dijo: “Qué es el amor sino la aceptación del otro, lo que sea que el otro sea”.

cuando nosotros amamos de verdad y enserio a una persona la aceptamos por lo que son y no por lo que queremos que sea o como se vea la tenemos que aceptar y querer por sus erres y virtudes

Antoine de Saint-Exupéry d

Antoine de Saint-Exupéry, autor de El principito, escribió en Vuelo nocturno: “El amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar hacia afuera en la misma dirección”.

en el amor no puede tener mas ojos mas que para la persona que amas o prometiste amarla

Agatha Christie

Por su lado, y haciendo eco de lo que dijo Nin, Agatha Christie señaló: “[el amor] es un pensamiento curioso, pero es sólo cuando ves a alguien que se ve ridículo que te das cuenta de cuánto los quieres”.

no sabes que es amor asta que lo conoces y te das cuenta que no sabes nada del amor

Aristóteles “El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos”.

cuando dos personas se enamoran de verdad son como una sola persona

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nashlancrew · 4 years

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El significado oculto de “El Principito”

Por ti, me leí “El Principito”, escrito por Antoine de Saint-Exupéry. “El principito” era uno de entre esos miles de clásicos en los cuales pensé que aunque leyera trozos sueltos por alguna parte, jamás metería mi nariz entre sus páginas. ¿Por qué? No lo sé, pero tenía la sensación de que jamás lo leería.

Yo, yo que te quería tanto, presté atención hasta del detalle más pequeño de esa temporada en la que estuviste hablando conmigo. Desconozco cuanto fue, ¿fueron cuatro? ¿Quizá cinco meses? No lo sé, de todas maneras, ¿de qué sirve contar los minutos hablados con una persona que ya creó una vida en la que no formas parte ni del punto o coma más microscópicos? Me leí el libro, porque siempre me decías que era tu libro preferido.

Vivías tan lejos mi vida, tan, tan lejos; que el único salvavidas o tabla de madera a la que me veía capaz de aferrarme para no hundirme era ese libro con ilustraciones en tapa blanda de unas 95 páginas junto a las canciones del Cuarteto de Nos y Caramelos de Cianuro. Por cierto, que sepas, que sigo escuchando esa lista mierdera que me hiciste, ahí sigue. La escucho, más que nada, porque es amiga de la brisa calificada de nostalgia, porque abraza esos recuerdos que ambos sabíamos que iban a permanecer.

Comencé a leer el libro, y una vez llegados a la mitad, me veía incapaz de continuar, no porque no me atrajera su contenido, pues al contrario, picaba más y más mi curiosidad. Me veía incapaz de continuar por que te veía en cada ilustración y letra a medio borrar. Te vi en muchos de los planetas que ese pequeño hombrecito narró al autor cuando su avioneta no hizo más que irse a nada más y nada menos que el mismísimo desastre.

Primero, te localicé en el hogar del propio principito. Te veía deshollinando dos volcanes y sentándote en otro que estaba apagado. Te escuché, y observé intentando proteger a una rosa que no tenía más de tres espinas con poco más que una campana y un biombo. Tú tenías una, que pensabas que era única aunque simplemente fuera una cómo cualquier otra que terminó en tu planeta haciéndote compañía. Un día, te hartaste de todo y decidiste irte. Decidiste irte muy, muy lejos y explorar todas las estrellas que había al alcance de tus dedos.

En el instante en el que abandona su hogar, yo ya no te asocio con él, te pierdes de nuevo en los recodos más oscuros y profundos de mi memoria, cómo había ocurrido desde que te fuiste. Ya no te encontrabas a mi lado leyendo el libro conmigo. Sencillamente me convertí en una niña que caminaba detrás del autor a medida que va escuchando la historia de un niño que le pide que dibuje un cordero pequeño para su hogar, entonces ya no te encontrabas ahí.

Eran 7 planetas, los cuales fui visitando con lentitud para quedarme hasta con el más mínimo detalle y así comprender porque amabas ese libro. Más que en planetas, te encontré en pensamientos sueltos, en palabras que sin contexto no poseían coherencia ninguna. Te encontré en la extrañeza que expresaba el pequeño, respecto a los adultos y los números. Te vi, en el planeta del borracho, por la manera que tenía de olvidar.

- ¿Para qué bebes?

- Para olvidar

- ¿Para olvidar qué?

- ¡Para olvidar que tengo vergüenza!

- ¿Vergüenza de que?

- ¡Vergüenza de beber!

Tú no bebías para olvidar tu vergüenza de amante del alcohol y tus malos vicios. Tú bebías para pintarte la ficción de que eras fuerte y hacerte pensar a ti mismo que no te llegaste a enamorar. Te querías hacer creer a ti mismo, que no llegaste tarde, que no pasa nada, que más que nada no servía de nada llorar por tu famosa leche derramada. Te lo repetí entonces, y en este escrito que quiero pensar que no verás porque tengo la sensación de que ya no me lees en absoluto te lo vuelvo a repetir, eres humano, de manera que está bien que muestres debilidad y que llores. A veces, hasta al caballero más fuerte se le cae la armadura.

Fui visitando, localización por localización, y en mi imaginación tuve conversaciones con reyes, astrónomos, faroleros, y geógrafos. Me hicieron embajadora de un planeta pequeño, me hicieron comprender que a veces nos importan en exceso las posesiones hasta que llegamos al punto de exigir algo cómo las estrellas numeradas que no pueden ser de nadie, aún por la inmensidad del firmamento.

El geógrafo le pidió al principito que le contara cómo era su planeta de procedencia. Él, emocionado, le habló de sus atardeceres, de sus volcanes y cómo no; de su hermosa rosa protegida del viento por un globo de cristal. El geógrafo lo corrigió, explicando al pequeño que en los mapas solamente se escribían cosas eternas y que las flores o las puestas de sol eran efímeras, que desaparecerían nada más que con el roce de una fuerza mayor. Creo que por eso el principito no comprendía o le desagradaban los adultos. Con el crecer, me parece que olvidaron que el recuerdo también nos hace eternos. Que eterno por definición, es aquello que no puede ser medido por el tiempo o que da la sensación de no tener principio ni fin. El recuerdo, nos hace eternos, es algo que no tiene capacidad de medida a nivel temporal. El principito vivía junto al recuerdo de su rosa, ella era eterna, inmortal; y nadie le podía decir lo contrario.

Nosotros, a ratos pensábamos que tendríamos fecha de caducidad y en otros que sería eso, que seríamos eternos. Éramos distintos, tú querías con prisas, yo amaba con calma. Tú desaparecías y yo aguardaba pacientemente a tu regreso, con la esperanza de que lo hicieras, con la esperanza de que fueras a regresar. Quiero pensar que la rosa esperó al principito con paciencia, y que después de ese año y poco más que se pasó lejos del hogar, este volviera con más historias que contarle a su flor preferida.

En la Tierra, comprendí muchas cosas. Tú y yo, físicamente no éramos únicos. Tú eras un muchacho cómo cualquier otro, y yo era una niña que era una más entre un millón. Sí, éramos un poco distintos físicamente al resto de personas de nuestro alrededor, pero no dejábamos de ser muñequitos de porcelana creados de todos los colores y tamaños imaginables a granel. De todas maneras, al igual que para el principito no había flor más única que la suya, no había chico inconcluso más único que tú para mí, y quizás no había mujer más incomprensible que yo para ti. Así estaba bien.

Dejándote un poco más de lado, quiero poner el foco sobre otra cosa. ¿Tú crees que a ti te llegaron a domesticar? ¿Te pones a pensar y te das cuenta de que has creado unos lazos interpersonales tan potentes que te ves capaz de añorarlos? El niño iba en busca de un amigo, y se encontró a un pequeño zorro que le asocio el hacer amigos con la creación de esos lazos, o dicho de otra manera, con el ser o no domesticado.

Me puse a pensar sobre eso mismo. Mi primera fase de pensamiento no se limitó más que a un:

- Yo no creo haber domesticado a nadie, pero sí creo haber sido domesticada por alguien.

En ese instante, pensé en todas las personas que de una manera u otra me habían domesticado. No voy a mentir, no fueron muchas, no tantas cómo pensaba, pero sí que fueron bastantes. Entonces esta misma duda, con mi respuesta se la planteé a mi mejor amiga y me dijo algo que llamó mucho mi atención:

- Domesticaste a un zorro que es libre además de curioso, y a un infierno que es incapaz de confiar en alguien y que solo quema. Aún así dudas del poder que tienes.

¿Yo? ¿Tener poder? Me costaba hacerme a la idea de que una niña sobre ruedas, tuviera poder con tan solo un bolígrafo de colores y un papel con líneas espaciadas de un 0.5cm de espacio. Yo no tenía unos pies fuertes que me ayudaran a recorrer el mundo, tampoco era muy inteligente para tener grandes ideas o era tan buena con los números cómo para contar todos los astros del universo para decir que eran de mi pertenencia y que yo los descubrí cómo hizo el obsesionado de los números. Entonces, ¿dónde me quedo? ¿Dónde se encuentra esa magia, ese poder del que tanto habla? Me di cuenta a base de observarte, que domesticar a alguien cómo tú resultaba una misión muy complicada, extremadamente laboriosa. De todas formas, a veces me pregunto si lo conseguí por accidente.

Por último, hago hincapié en el regalo del principito. Regaló al aviador, unas estrellas que ríen. Después de mucho tiempo, unos seis o siete años, el autor aún las miraba y sonreía porque escuchaba la risa de cascabel que procedería de alguna de esas estrellas. A tí, fui incapaz de dedicarte estrellas, pues las canciones de mis estrellas y la llave de mi corazón pertenecían a otra persona. Sin embargo, te regalé borrones de carboncillo, cera rosa y sellos de colores que me hacen sonreír al igual que el eco lejano del cielo. A pesar, de que todas y cada una de las cartas que te mandé se perdieran, no puedo evitar sonreír cada vez que paso por delante del estanco de la escuela, y la mujer del flequillo negro me saluda a través de la puerta de cristal, porque me acuerdo de ti.

Tú le diste un significado nuevo, hermoso y oculto para mí a ese relato tan cortito. Gracias, gracias por hacer al principito tan especial para mí.

- María I

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roblitteronauta · 3 years

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Bitácora de lectura

2021

Lunes 22 de marzo: retomo mi bitácora de lectura.

2014

Lunes 29 de diciembre: leí 2 Samuel.

Viernes 19 de diciembre: leí 1 Samuel.

Lunes 1 de diciembre: leí Rut.

Jueves 27 de noviembre: leí Jueces.

Lunes 17 de noviembre: leí Ester. Viernes 14 de noviembre: leí Nehemías.

Lunes 10 de noviembre: leí Josué.

Sábado 1 de noviembre: leí Daniel y las Cartas a Timoteo.

Sábado 25 de octubre: leí Apocalipsis.

Jueves 16 de octubre: leí Hechos.

Domingo 12 de octubre: leí Proverbios.

Sábado 4 de octubre: leí Mateo.

Viernes 12 de septiembre: leí Deuteronomio.

Jueves 21 de agosto: leí Números.

Lunes 11 agosto: leí Levítico.

Lunes 28 de julio: leí Éxodo.

Sábado 12 de julio: leí Génesis.

Viernes 27 de junio: leí Zacarías y Malaquías.

Jueves 26 de junio: leí Hageo.

Miércoles 18 de junio: leí Sofonías.

Lunes 16 de junio: leí Nahúm y Habacuc.

Jueves 12 de junio: leí Jonás y Miqueas.

Miércoles 11 de junio: leí Abdías.

Martes 10 de junio: leí Amós.

Viernes 6 de junio: leí Joel.

Martes 3 de junio: leí Oseas.

Viernes 30 de mayo: leí la antología Poesía romántica hispanoamericana.

2013

2 de noviembre: leí Kitchen, de Banana Yoshimoto.

12 de octubre: leí Crónicas marcianas, de Ray Bradbury.

15 de junio: leí Antología de cuentos canadienses contemporáneos.

23 de mayo: leí Cuentos de amor, locura y muerte, de Horacio Quiroga.

15 de mayo: leí, de John Fante, Pregúntale al polvo.

06 de mayo: leí, de Alberto Ruy Sánchez, Decir es desear.

04 de mayo: leí La casa de los espíritus, de Isabel Allende.

24 de abril: leí El profeta, de Gibrán Jalil Gibrán.

1 de abril: leí Poemas de Paul Verlaine, con ilustraciones de Louis Joos.

11 de febrero: leí La naranja mecánica, de Anthony Burgess.

23 de febrero: leí Elogio de la locura, de Erasmo de Rotterdam.

2012

05 de octubre: leí Hojas de hierba, de Walt Whitman.

27 de septiembre: leí La Revolución Interrumpida, de Adolfo Gilly.

16 de septiembre: leí el Popol Vuh: las antiguas historias del Quiché.

09 de septiembre: leí Erotismo en la mitología, de César Torre.

07 de septiembre: leí Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach.

05 de septiembre: leí, de José Rubén Romero, La vida inútil de Pito Pérez.

28 de agosto: leí Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez.

21 de agosto: leí, de Elena Garro, Inés.

17 de agosto: leí, de Mario Vargas Llosa, Elogio de la madrastra.

11 de agosto: leí 120 días de Sodoma, del Marqués de Sade.

06 de agosto: leí Príncipe y mendigo, de Mark Twain.

-Leí Albina y los hombres-perro, de Alejandro Jodorowsky.

-Leí, de Wayne Dyer, Tus zonas erróneas.

-Leí Manual del perfecto ateo, de Rius.

2011

20 de febrero: leí “Competencias genéricas que expresan el perfil del egresado de la educación media superior”.

17 de febrero: leí también el acuerdo 447, del 29 de octubre de 2008.

16 de febrero: leí el acuerdo 444 de la Secretaría de Educación Pública, en el Diario Oficial del 21 de octubre de 2008.

7 de febrero: leí El banquero anarquista, también de Pessoa.

2 de febrero: leí Antología poética, de Fernando Pessoa.

31 de enero: leí Antología poética, de Alfonsina Storni.

26 de enero: leí Los hijos de la ira, de Dámaso Alonso.

22 de enero: leí Dulces momentos frustrados, de Samuel Acosta Aroche.

20 de enero: leí Gotán, de Juan Gelman.

17 de enero: leí las Fabulas de Samaniego.

15 de enero: leí Los niños de la guerra, de Josefina R. Aldeoa, así como poemas de Miguel Hernández, Machado, Alberti, Garfias y Cernuda.

09 de enero de 2011: leí Muerte sin fin, de José Gorostiza.

07 de enero de 2011: leí El gato y el ratón, de Günter Grass.

03 de enero de 2011: leí Retrato del artista adolescente, de James Joyce.

2010

06 de noviembre: leí el libro Historias de Wagner.

25 de octubre: la enfermedad me ha acercado a Dios. Dejé para otro tiempo mi lectura de la novela Por el camino de Swann, de Marcel Proust.

15 de septiembre: leí Ojerosa y pintada, de Agustín Yáñez.

25 de agosto: leí, del PNUD Argentina, “Cómo ven los latinoamericanos a su democracia”, en La democracia en America Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos.

20 de agosto: leí “La integración al ALCA, el caso del Grupo de los Tres”, de Esperanza Martínez Ortiz.

30 de julio: leí la resolución de la OEA “Cooperación para la seguridad en el Hemisferio” (5 de junio de 2000).

24 de julio: leí Filosofía, de Luz del Carmen Méndez González.

18 de junio: leí Gestarescala, de Philip K. Dick.

13 de junio: leí “Los derechos humanos en América Latina. El caso de El Salvador”, del Mtro. Ignacio Medina.

07 de junio: leí “Reproducción de la fuerza de trabajo en América Latina: algunas hipótesis”, y “Degradación de las condiciones de vida en las ciudades latinoamericanas”, en el libro Las ciudades latinoamericanas en la crisis. Problemas y desafíos.

03 de junio: leí El alienista, de Caleb Carr.

02 de junio: leí “La ciudad, archivo de la historia” y “La ciudad antigua”, en Breve historia del urbanismo, de Fernando Chueca Goitia.

28 de mayo: leí “Migración y educación”, de Luis G. Benavides Ilizaliturri.

25 de mayo: leí “Desde la distancia. Migración y comunicación en red”, de Miriam Cárdenas Torres. También leí “La migración de mexicanos a Estados Unidos: importante proceso de creación cultural y de construcción de identidades”, de Mariángela Rodríguez.

22 de mayo: leí “Contribuciones en torno a una visión epistémico-poética desde una nuestra América”, de Ricardo Romo Torres.

19 de mayo: leí “La necesidad de un análisis social de la calidad educativa en las instituciones de educación superior”, de César Correa Arias y Gerardo Bernache Pérez.

12 de mayo: leí “La globalización indeterminada. Por los caminos de Davos, La Realidad y Porto Alegre”, de Jorge Ceja Martínez, en La globalización en América Latina a la luz del nuevo milenio. También leí del mismo autor “Propuestas para la construcción de otro mundo: el caso del V Foro Social Mundial”, en Portadores de utopías. Actores y resistencias en la globalización.

10 de mayo: leí “El movimiento social altermundista. La nueva praxis de la acción política”, de Tania Sánchez Garrido.

05 de mayo: leí “El príncipe, el ciudadano y el mercader. ONG´s en México”, de Anna Pi I Murugó y Rafael Grasa; también de este último autor: “Sociedad civil y estado en la globalización”.

29 de abril: leí El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder.

28 de abril: leí “Las políticas públicas: productos del sistema político”, de Omar García Palacios.

27 de abril: leí “Otra América Latina para los niños y adolescentes” en Niños y adolescentes creciendo en contextos de pobreza, marginalidad y violencia en América Latina, de Irene Rizzini, María Elena Zamora y Ricardo Fletes Corona.

24 de abril: leí “Itinerario de los saberes feministas entre dos milenios” de Virginia Vargas, en Jerarquías en jaque, Estudios de género en el área andina.

21 de abril: leí “Espacios e instrumentos de participación ciudadana para las políticas sociales del ámbito local” en Participación ciudadana y políticas sociales en el ámbito local, de Alicia Ziccardi.

16 de abril: leí “Separar las palabras de las cosas” en La idea de América Latina, de Walter D. Mignolo, y otro texto de Sergio Marras en América Latina, Marca registrada.

18 de marzo: leí, de Juan Gelman, En el hoy y mañana y ayer, Antología personal.

15 de marzo: leí Generalidades históricas sobre la fundación y los primeros años de Guadalajara, de Jaime Olveda y José María Muriá.

13 de marzo: leí La casa junto al río, de Elena Garro.

10 de marzo: leí Fabulas de Tomás de Iriarte, además de Herencias, de Berónica Palacios Rojas.

08 de marzo: leí Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez.

02 de marzo: leí, de Milan Kundera, El libro de los amores ridículos.

24 de febrero: leí Éxodo.

15 de febrero: leí, de Erwin W. Lutzer, Cómo decir no a los hábitos pecaminosos.

05 de febrero: leí La Piedra del Sol, de Eduardo Matos Moctezuma.

26 de enero: leí Y Matarazo no llamó…, de Elena Garro.

18 de enero: leí Industrias y andanzas de Alfanhuí, de Rafael Sánchez Ferlosio.

17 de enero: el Espíritu de Dios, como una fuerte corriente eléctrica, paralizó mis manos.

05 de enero: leí El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

04 de enero: leí Génesis.

2009

28 de diciembre: leí Sakuntala, de Kalidasa.

25 de diciembre: leí La metamorfosis, de Franz Kafka.

22 de diciembre: leí El anticristo, de Federico Nietzche.

18 de diciembre: leí, de Jung Kweon Tae, Antología general de la poesía coreana.

15 de diciembre: leí Antología personal, de Augusto Monterroso.

14 de diciembre: leí, de Rabindranath Tagore, La luna nueva, El jardinero y El cartero del rey.

08 de diciembre: leí Carta al padre, de Franz Kafka.

05 de diciembre: leí Homo videns, La sociedad teledirigida, de Giovanni Sartori.

28 de noviembre: leí la antología Cinco mujeres locas, Cuentos góticos de la literatura norteamericana.

16 de noviembre: leí, de Patrick Süskind, La paloma.

11 de noviembre: leí “El perseguidor”, de Julio Cortázar.

06 de noviembre: leí, de James Joyce, Relatos (“Arabia”, “Una nubecilla” y “Duplicados”).

02 de noviembre: leí la antología Cuentos clásicos juveniles.

30 de septiembre: leí Cartas a un joven poeta, de Rainer María Rilke.

28 de septiembre: leí Estaciones, de Adriana Díaz Enciso.

24 de septiembre: leí la antología poética Voces de un corazón, de Martha Eugenia Martín del Campo.

22 de septiembre: leí, de Agustín Yáñez, Flor de juegos antiguos.

16 de septiembre: leí La feria, de Juan José Arreola.

12 de septiembre: leí La Guerra del Mixtón, de M. Claudio Jiménez Vizcarra.

11 de septiembre: leí, de Miguel Unamuno, Niebla: “…esta chiquilla es un pequeño erizo”.

02 de septiembre: leí poemas de Paul Valery.

28 de agosto: leí Nostalgia del absoluto, de George Steiner.

21 de agosto: leí, de Lovecraft, Las montañas de la locura.

01 de agosto: leí La interpretación grafológica, de Carlos Muñoz Espinalt.

29 de julio: leí Historia de la crítica literaria, de David Viñas Piquer.

28 de julio: mi cabeza es un colador roto. Lo esencial es humo y no martillo o bilingüismo.

25 de julio: leí, de Luis Palés Matos, Tuntún de pasa y grifería.

16 de julio: leí los capítulos referentes a la novela (de pre y posguerra) en la Historia de la literatura española, El siglo XX, de Gerarld G. Brown.

03 de julio: leí “Pasando y pasando…” y “Manifiestos”, en Poética y estética creacionistas, de Vicente Huidobro.

26 de junio: leí cuentos de Giovanni Papini.

25 de junio: leí poemas de Fernando Pessoa.

24 de junio: leí “La carta de Lord Chandos” de Hofmannsthal, y algunos cuentos de Kafka.

19 de junio: leí Historia de la literatura jalisciense en el siglo XIX, de Magdalena González Casillas.

12 de junio: leí La Taberna, de Émile Zola.

09 de junio: leí, de Honoré de Balzac, La piel de zapa.

27 de mayo: leí “Los muertos” de James Joyce.

26 de mayo: leí algunos poemas de Alcoholes y Caligramas, de Guillaume Apollinaire.

25 de mayo: leí Tierra baldía y el poema “Burnt Norton” en Cuatro cuartetos, de Thomas S. Eliot.

24 de mayo: leí poemas de Aragon, Mallarmé y Baudelaire.

23 de mayo: leí algunos poemas de Rimbaud, Rilke y Cummings. También textos breves: “La cruzada de los niños” de Marcel Schwob; “El mito de Sísifo” y “Entre sí y no” de Albert Camus.

22 de mayo: leí Historia de dos ciudades, de Dickens.

21 de mayo: leí “Plegaria sobre la Acrópolis”, de Ernest Renan.

15 de mayo: leí, de Charles Dickens, Canción de navidad.

14 de mayo: leí Los miserables, de Victor Hugo.

08 de mayo: leí La hija del capitán, de Alexandr Pushkin.

06 de mayo: leí Werther, también de Goethe.

04 de mayo: leí Fausto, de Goethe.

28 de abril: leí, también de Poe, Las aventuras de Arthur Gordon Pym.

25 de abril: leí Narraciones extraordinarias, de Edgar Allan Poe.

19 de abril: leí Ivanhoe, de Walter Scott.

09 de abril: leí, de Alejandro Manzoni, Los novios.

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helloiamdaisy · 4 years

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take yourself home (tony x liam)

L.A., 4am

Se sentía sucio, usado, preparado para rendirse. Cabían dos posibilidades: o no se había dado cuenta de que todos los botones de su camisa estaban mal atados, o no le importaba lo más mínimo. Vestirse fue un mero trámite para salir lo más rápido posible sin ser detenido por escándalo público, así que las exigencias estaban en un mínimo. De igual manera, no tardó en desnudarse de nuevo en cuanto llegó a casa, apresurándose a entrar en la ducha dejando un rastro de prendas por el camino.

El agua fría cayó sin piedad sobre su cabeza y Tony lo agradeció. Aunque ínfimo, lograba hacer cierto efecto en la sensación de caluroso agobio, de olla hirviendo, como si acabase de hacer el mayor esfuerzo físico de su vida. Un fuerte peso seguía colgando de su pecho y luchaba por salir, detalle que le hizo apreciar no haber comido nada durante las últimas horas. Ese era el razonable motivo por el que le temblaban las rodillas, aunque tampoco descartaba achacarlo a los nervios. Se hizo rápidamente con la esponja de baño y empezó a frotar cada centímetro de piel que quedaba a su alcance, provocando que rápidamente comenzara a enrojecer. Quería eliminar cualquier rastro de ella que pudiera quedar sobre su cuerpo, sustituir el más mínimo olor con el aroma del jabón hasta que no fuera capaz de percibir otra cosa. Sabía que era culpa suya por no haberlo visto venir antes: el momento en el que ya no podía decir que no. No servían excusas ni negativas: nada le valía a Angela como un buen motivo para dejarlo en paz, por mucho que se lo pidiera. Antaño hubiera achacado su error a fiarse de una mujer, pero ahora sabía que eso no era cierto. Continuó frotando hasta que su piel pidió clemencia. Fue entonces cuando dejó a su cuerpo sentarse sobre la cerámica fría de la bañera y abandonarse al tiempo. ¿Qué podía hacer si no? ¿Huir? Nunca. ¿Pero acaso seguía mereciendo la pena todo aquello? Hacerse esa pregunta, aceptar que el pensamiento de abandonar había cruzado su mente, era demasiado. Hubiera preferido que Angela le diese una paliza antes de volver a dejar que esas ideas flotaran por su cabeza. Pasaron los minutos o eso le pareció, sin ser demasiado consciente. Sólo recobró la noción de dónde estaba cuando notó la falta de la presión del agua golpeando su espalda. Alguien había cerrado el grifo.

La Haya, 7pm

Era su momento favorito del día: cerrada la agenda, cena completada. Era su tiempo libre, su instante de libertad hasta que lo separasen de la cama a la mañana siguiente. Claro que aquel día no había seguido la cadena de eventos habitual: se había requerido su presencia al oeste del país, para supervisar durante unos días las obras de restauración del palacio Huis ten Bosch, y durante el resto del mes viajaría a otras regiones del país para visitar a otros familiares y allegados de la Corona. Aquellas tareas no disfrutaban precisamente de su devoción, pero viajar, ver a su familia, y alejarse un poco de la rutina diaria sí era de agradecer. Y dicha fuera la verdad, también podía poner kilómetros de distancia entre él y los esfuerzos casamenteros de su madre.

A pesar de sus escasos deseos de convertirse en el próximo monarca, Liam era capaz de apreciar el valor de los pasillos por los que había caminado esa semana. El palacio le traía muchos recuerdos: recordaba haber pasado mucho tiempo correteando por sus estancias, jugando con Juliana, antes de que todo ocurriera y tuvieran que huir del país. Lo entristecía observar el estado en el que se encontraba, con severos destrozos y claras señales de saqueo.

De vuelta en el tren en el que pasaría la noche de camino al siguiente destino, se disponía a escribir una carta empapada en nostalgia para su hermana, que se había quedado en Ámsterdam. De pronto, le sobrevino una ráfaga de frío que le heló la piel. Liam se apresuró a levantarse para cerrar la ventana del compartimento, pero se percató rápidamente de que estaban cerradas. Con gesto extrañado, se giró para descubrir que estaba mucho más lejos de casa de lo que pensaba.

El espacio que compartimos, a ninguna hora, en ningún lugar

Cuando Tony se giró para descubrir a Liam cerrando la llave del agua, no pudo evitar mostrarse sorprendido. A pesar de que ya había pasado cierto tiempo, una parte de él seguía sobresaltándose ante la presencia súbita de otra persona cuando se creía solo.

—¿Qué haces? —espetó, a falta de algo mejor que decir, todavía a medio camino entre la realidad y su vacío.

—No, qué hago yo no, ¿qué haces tú? ¿Estás loco? ¡Te vas a morir de una hipotermia!

Y antes de que pudiera protestar, una toalla seca cayó sobre su cabeza. Liam pareció a punto de ir a secarlo, así que Tony se apresuró a apartarlo de un manotazo y asegurar de que se valía por sí mismo. Salió de la bañera refunfuñando sobre la privacidad y frotando la toalla contra su cabeza para secarse el pelo. Liam le tendió otra toalla que había encontrado junto a la anterior, y por la manera en la que trabajosamente trataba de evitar mirar a la zona bajo su estómago, claramente pretendía que Tony se cubriera el cuerpo con ella. En cualquier otro momento se hubiera reído y no hubieran faltado chistes al respecto, pero no era el día. Decidió hacer un favor a la situación y cumplir con su parte colocándose la toalla alrededor de la cintura mientras buscaba algo de ropa limpia, y a poder ser, seca.

Por desgracia para él, el principito contaba con ventaja respecto al resto de humanos, y es que no podía ocultarle aquella marea nauseabunda de sentimientos que bullían en su interior. No se veía capaz ni sabía si lo era. La pregunta no tardaría en llegar y sólo tenía que estar preparado para dar una respuesta medida y sosegada. Y así fue, cuando inevitable Liam preguntó qué había sucedido, Tony se limitó a repasar los eventos de manera objetiva y ajena, totalmente en discordancia con las crecientes expresiones de espanto en el rostro del holandés.

—No —cortó de raíz antes de que llegaran las sensiblerías—. No quiero hablar de ello, ni quiero hablar de mis sentimientos, ni quiero un abrazo. Dejémoslo estar.

—Pero...

—He dicho que no.

—¿Y si llamamos a Theo? —Liam creía haber tenido una buena idea, pues el dibujante parecía ejercer un efecto calmante sobre Tony.

—¡QUE NO! —la respuesta fue estruendosa.

Supo que se había pasado cuando Liam se encogió un poco ante su grito. Pero no podía enfrentarse a Theo ahora. Aquellos ojos azules que parecían atravesarlo de lado a lado cada vez que se veían... no jugaban limpio. Aquellos ojos lo pondrían de rodillas, llorando como un niño. El orgullo le impedía disculparse, pero se apresuró a bajar el volumen de su voz y relajar su tono.

—¿Quieres ayudar? Liam asintió rápidamente, sin perder un instante, como si temiese que Tony se arrepintiera en cualquier momento. El americano le dio la espalda un momento para terminar de colocarse un jersey, y mientras se giraba de vuelta, estampó contra el pecho de Liam una botella sin abrir de whisky. —Pues entonces bebamos —sentenció. —Bueno, yo estaba pensando más en algo tranqu- —Calla y bebe —anunció una vez más, acercando su rostro al de Liam, clavando sus pupilas sobre las suyas, escrutándolo sin piedad. —Pues si hay que beber, bebemos —cedió Liam, tratando de parecer lo menos intimidado posible. Carraspeó. Sin duda no había sido su momento más digno. Tony avanzó sin esperarlo hasta el salón de su apartamento. Desde su ventana, si se esforzaba un poco, podía distinguir las olas en la negrura, rompiendo contra la playa. Avanzaron a su vez hasta uno de los patios del palacio, donde Liam sabía que no habría nadie. Tony sirvió dos vasos tan llenos que desbordaron un poco sobre la mesa. Liam luchó contra el deseo de limpiarlo. Esperaba que le ofreciera uno de los vasos, pero en lugar de eso, se bebió los dos y volvió a llenarlos. En esa ocasión sí decidió acercarle uno de los vidrios.

Liam tomó el vaso, deteniéndose a mirar el contenido. Aunque no sería la primera vez que bebía alcohol, nunca solía hacerlo en grandes cantidades ni consumía bebidas tan fuertes como aquella. Llegó a la conclusión de que cuanto más lo pensase, peor sería, así que dio un trago rápido. No tardó en llegar el picor a su garganta, que a su vez provocó que cerrase los ojos con fuerza. Esperando alguna mofa por parte de Tony, sólo encontró silencio. El americano lo miraba en silencio, prendiendo un cigarrillo, con expresión muerta en el rostro. ¿Ni una sola broma? La situación era grave. —¿Qué haces aquí? —preguntó de pronto. Liam no esperaba verse interrogado de aquella manera, por lo que emitió un par de sonidos sin sentido antes de que pudiera juntar palabras coherentes: —¿Cómo que qué hago aquí? —Conmigo. No te he llamado. ¿No deberías estar en otro sitio? Haciendo lo que sea que hacen los príncipes. —¿Lo que sea que hacen los príncipes? —era consciente de que no paraba de repetir lo que Tony decía, pero aquella conversación se le escapaba de entre los dedos. —Sí, ya sabes, pidiéndole a tus sirvientes que te pongan el pijama y te cuenten un cuento antes de dormir. —Si estás intentando que me ofenda y me vaya, no va a funcionar. Por un momento temió que Tony fuera a gritarle de nuevo, pero sin embargo guardó silencio. Aunque aún molesto, parecía que ahora estaba más tranquilo. Era difícil dilucidarlo, o al menos Tony siempre le resultaba más enigmático que el resto. Más o menos como Carol. Seguramente ella sabría manejar la situación mucho mejor que él, pero eso no significaba que no fuera a intentarlo. —Estoy aquí como podrían estar cualquiera de los demás —Liam decidió tentar a la suerte y aprovechar el momento—. Porque todos nos preocupamos por ti. No vamos a decirte lo que tienes o no tienes que hacer, pero es difícil mantenerse al margen cuando sentimos el mismo ahogo que tú, Tony. Y si no quieres nuestra ayuda, por lo menos podemos escucharte. Si nos dejases, claro. Un nuevo silencio fue la respuesta de Tony, que observaba el rostro de Liam de una forma hasta ahora desconocida. Supo que algo había logrado cuando escuchó su respuesta. —Ni siquiera tenemos pruebas de que esto sea del todo real. Y lo más probable es que no lo sea. —¿Y qué? ¿Soy producto de tu mente? ¿Todos lo somos? No me lo creo. —Otro como Isabel. —Que según tú, no existe. Tony suspiró, exasperado. Se sirvió otro trago y regresó a su cigarrillo.

—Vale. Supongamos que tienes razón. Supongamos por un momento que todo esto es real. ¿Entonces por qué nos pasa esto? ¿De verdad me quieres decir que de entre todas las personas en el mundo, me tocó a mí? ¿Siete personas que me entienden y se preocupan por mí?

—Quizá ese sea el motivo. A lo mejor... —Liam se había olvidado ya de sus temores y hablaba con libertad, teorizando sobre algo a lo que él mismo había dado muchas vueltas—. A lo mejor no es aleatorio en absoluto. Y estamos conectados precisamente por ser quienes somos. Yo no puedo demostrarte que es real. Pero tú sí puedes.

Tony captó lo que quería decir al vuelo. Liam supo que el comentario lo había afectado, porque el bufido que dejó escapar sonó mucho más sentido de lo que acostumbraba. Sin decir ni media palabra, Tony apagó el cigarrillo dentro del vaso a medio llenar y se levantó del asiento. —Voy a dormir —fue todo lo que decidió darle por despedida, con una voz ronca que no admitía réplica.

Liam lo observó adentrarse en su habitación, sin seguirlo. En cuanto giro la cabeza, estaba de nuevo y únicamente en el vagón del tren. Suspiró, cansado. Se preguntaba si lo que acababa de ocurrir había servido para algo, si realmente había conseguido crear una brecha en el impenetrable muro de Tony, y si por lo contrario, sólo lo había afianzado. Como no tenía una respuesta para eso, decidió que él también haría bien en irse a descansar pronto. Le esperaba un viaje largo.

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