#colectivo nostalgia

[caostalgia]

Hoy, dejé botada en la banca del colectivo, la bitácora en la que llevo anotadas mis cicatrices; ahí, donde subrayé con sangre quién las infringió y cuándo ocurrieron.

Tengo muy presente que con lágrimas, también están remarcadas las tristezas; con odio, las amarguras y con pesadumbre, los raspones causados por mi propia miopía.

Me bajé y no eché la mirada atrás. De hecho, no cambié... Pero fue una buena decisión no cargar más la columna de papeles amarillentos que huelen a encierro: La nostalgia es un acto imbécil.

Ya no seré más su sumisa cautiva.

-Cinthyacabalga

[actnod]

𝐂𝐈𝐄𝐑𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 ;

Penumbra es enemiga de criaturas que rechazan el abrazo de su comodidad, ahí entre el melodioso repiqueteo de gotas que chocan contra toda superficie y sólo erizan aún más los nervios de seres cuyos estómagos rugen hambrientos, esperando al próximo humano valiente en adentrarse a la húmeda noche dónde el peligro parecía latir entre los rascacielos de la gran ciudad. Los nervios son palpables en el aire, los quejidos diurnos perturbando el cambiado sueño de los vástagos cercanos a la vivienda de gobernantes reales de Japón. Aquellos más antiguos pueden asegurar que la paciencia de los mortales ha comenzado a dinamitar hace siglos, siendo las últimas décadas donde chispas parecían explotar de manera tan masiva un presagio de aquel tan temido fin. El cuarto día tiene a todos mordiéndose las uñas con nerviosismo, el vandalismo escapando de las zonas bajas y extendiéndose a los alguna vez pulcros caminos subterráneos. Aún así la solución viene casi milagrosamente tras días de incertidumbre, un suspiro colectivo abandonando hasta pechos que inútilmente repiten patrones humanos - sea por apariencia o tonta nostalgia. Pequeñas luces comienzan a despertar a la inquieta ciudad, radios desprenden sonidos insoportables y las teles se reinician en los peores programas posibles para aquellos que intentan dormir antes de enfrentar un día más. Pero tampoco es fácil para quienes acechan en la noche. A medida que la electricidad fluía de nuevo por las calles de Tokio, los neonatos se reencuentran con aquella renovada perspectiva sobre su fragilidad en un mundo en constante cambio. Pérdida de aquellas comodidades del mundo moderno no eran tan temibles como los escritos que las paredes gritaban y de a poco seres nocturnos reproducen entre murmullos: “Los antiguos despiertan ante el llamado de la Gehena”. “¡Resistencia hacia la luz o sumisión bajo el mar de sangre!”. “Ninguno de los nuestros volverá a ser sacrificado”. Siniestro augurio no pasa desapercibido por ningún vástago sobre el dominio de la Camarilla. Algunos lo toman como una simple provocación, mientras que otros lo ven como una advertencia inquietante mientras se encargan de debatir sobre el misterio de aquella obra sin autor. Incluso en tiempos de luz, las sombras de la Gehena siempre acechan en el horizonte.

𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.

⦾ Los sucesos narrados han sido vivenciados por todos los personajes de primera mano y quedará en los usuarios cómo han recibido esta situación.

⦾ El tiempo límite para cerrar toda interacción correspondiente a la actividad actual será hasta la publicación de la siguiente. La siguiente actividad comenzará el día de mañana, MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE, a las 15 HRS GMT-6.

⦾ Cualquier consulta, les recordamos que estamos a su disposición y a tan solo un mensaje de distancia. ¡Nos seguimos leyendo!

[sobreiromecanico]

Arboreality: uma pequena ode ao mundo em declínio

Houve uma altura em que não ia passar o fim-de-semana ao Alentejo sem levar comigo o portátil, a pesar na mochila, nas horas de ida-e-volta do Intercidades (agora que conduzo e tenho carro, e que troquei as quatro horas de leitura da viagem para ganhar a capacidade de transportar aquilo que bem me apetecer de cima para baixo e de baixo para cima, deixo quase sempre o portátil na secretária em Lisboa. O que talvez diga qualquer coisa a meu respeito, não sei bem o quê). Desta vez teria dado jeito para escrever o rascunho deste texto, quiçá para publicá-lo logo no blogue algures durante o Domingo. Assim, como não só deixei o computador em casa como também me esqueci do caderno de bolso que anda quase sempre comigo, tive de recorrer a um dos meus cadernos antigos dos tempos do Secundário (já lá vão mais de 20 anos!) que ainda tenho na estante do quarto em casa dos meus pais. Enfim, é o que se arranja.

(Nestas alturas noto quão má se tornou a minha caligrafia. Eu sei que consigo fazer bem melhor - tenho de praticar isto.)

Mas a ideia hoje não é falar sobre a escrita à mão nos cadernos da adolescência, ou sobre as vantagens e desvantagens do comboio face ao transporte próprio, mas sobre o livro que li durante o fim-de-semana. E esse livro é Arboreality, da canadiana Rebecca Campbell.

Cheguei a este livro através da lista de finalistas do Prémio Ursula K. Le Guin de 2023. Tive a esperança de que o extraordinário The Spear Cuts Through Water, de Simon Jimenez, levasse a distinção - é um livro espantoso, um dia destes falarei dele aqui - mas quem acabou por ganhar o prémio foi este pequeno livrinho de pouco mais de cem páginas. Nele, Campbell recupera o conto An Important Failure, publicado originalmente em 2021 na revista online Clarkesworld e já então distinguido com o Prémio Theodore Sturgeon, expande-o para trás e para a frente através de contos interligados (quase como as árvores entrelaçadas que ganham relevância no texto), e cria uma narrativa multigeracional de sobrevivência durante o longo e inevitável desastre ecológico que talvez seja o nosso futuro colectivo. E fala de árvores. De imensas árvores.

Admito: as duas primeiras histórias, Special Collections e Controlled Burn, deixaram-me a pensar como diabo teria o livro chegado à nomeação, quanto mais à vitória. São bons contos, atenção - bem escritos, com uma voz melancólica cativante, ainda que isoladamente não me tenham parecido extraordinários. Mas a meio da leitura da terceira parte, a tal An Important Failure, tudo se encaixou na perfeição. Como se as sementes discretas que a autora foi semeando nas duas primeiras partes germinassem ali de forma quase explosiva.

E digo quase porque nada em Arboreality é apressado - algo que talvez só notemos mais tarde, e que é espantoso. Ao ler as palavras de Campbell vamos descobrindo um mundo em declínio acentuado, assustadoramente plausível - pode ser o nosso numa mão-cheia de anos -, seja através de uma biblioteca inundada ou pelo abandono progressivo de um subúrbio, entregue à flora e ao fogo. Vemos esse mundo a encolher em redor das personagens, até a pequena ilha e as paisagens que os seus olhos vêem se tornarem em quase tudo aquilo que conhecem. Arboreality não é um livro de acção - não há heróis e vilões no sentido convencional do termo, não há esforços hercúleos para impedir uma catástrofe iminente. A catástrofe já chegou - lenta, pesarosa inevitável. O que aquelas personagens fazem é sobreviver no desastre, tentando abrandar o declínio em seu redor por mais um pouco, criar algo local no meio da devastação global. A prosa de Campell, limpa e evocativa, encerra uma imensa melancolia, tanto pela nostalgia de um passado de abundância que se perdeu, mas que perdura na memória, como pela incerteza de um futuro que está longe de estar ganho. Personagens, e situações são descritas com uma economia assinalável, sem esforço aparente (mas bem sei quão difícil é escrever de forma tão simples). E assim, em 114 páginas, se conta uma história - várias histórias - belíssima, nostálgica, algo triste mas ainda assim cautelosamente optimista. É um prodígio de síntese, de eficácia narrativa, de beleza da palavra.

Não seria talvez minha escolha para vencer o prémio, mas uma vez lido não tenho dúvidas: Arboreality é um justíssimo vencedor. Mais do que isso: é um livro que Ursula K. Le Guin decerto apreciaria.

(A fotografia foi tirada no Domingo, com o livro nos braços de um sobreiro jovem que vai crescendo perto da casa dos meus pais, no Alentejo. Pareceu-me um lugar apropriado, dado o tema deste livro maravilhoso.)

[elavainorb]

sobre mis sueños, mis vidas pasadas:

Soy pura conciencia, era una tarde cálida como de primavera, el sol iluminaba un naranja intenso de esos que irradian la función calmante al interior del ser, tanto que te hace suspirar.

Con esas emociones a cuesta, estaba esperando el colectivo, por fin llega y subo observando a tres personas. Me encontré con otra consciencia muy consciente de mi presencia, atiné directamente a sentarme a su lado, nos conociamos lo suficiente para saber que nuestro rol era el estado más puro del enamoramiento, casi no hablamos porque la vista del sol, sus rayos, ese cielo naranja era admirable como para desperdiciarlo tan descaradamente. Me miró, "tengo un sueño impresionante" así pidió permiso para acostarse en mi hombro y mi reacción más sincera fue acariciarle el rostro.

Tanta paz, percate lo vacío del mundo y lo duradero del viaje, abrí mis ojos para sentir el principio del fin, sólo así me desperté de ese sueño, o esa vida, el cuál aún recuerdo con mucha nostalgia.

[ignaciobenedetti]

Nací en 1977. Mi infancia no contó con los avanzados medios que dominan nuestra existencia actual. En esa etapa la curiosidad era alimentada por aquello que se enseñaba en la escuela, por los hermanos mayores de los amigos y las cosas que se debatían en la escuela. Por ello, el rock’n’roll se convirtió en una vía hacia otros hechos que no eran comunes en los ámbitos naturales de un chico de aquella época.

La primera mención al conflicto nicaragüense la encontré en el disco “Sandinista” de The Clash. El nombre sonaba extraño, pero con preguntar un poco se podía conocer qué era el sandinismo, quienes eran sus oponentes, cuáles eran sus objetivos y sis acciones. Éramos libres de posicionarnos en el bando con el que nos sintiésemos identificados. Lo discutíamos porque éramos niños y porque la maldita cultura de cancelación no existía.

Viví lo mismo con el conflicto norirlandés, mejor conocido como “The Troubles”.

U2 hizo muy sencillo comprender que había algo muy fuerte detrás de su tema “Sunday Bloody Sunday”. La canción invitaba a escudriñar un poco y descubrir una realidad lejana al día a día con el que me enfrentaba. ¿Qué carajo podía aprender sobre Unionistas y Republicanos a esa etapa escolar? No obstante, una canción despertó mi curiosidad.

Puedo decir lo mismo sobre los Sex Pistols y su “God Save the Queen” y otras bandas, pero sería redundar en ejemplos y alejarme de aquello que motivó estas letras: la música que me cautiva y cautivaba no se conformaba con la creación de melodías sino que alimentaba la cultura rock, algo mucho más amplio que el género musical.

Estoy en una etapa en mi vida en la que, como dice el Indio Solari, no me siento capaz de juzgar manifestaciones populares que conmueven a gran cantidad de personas. Sin embargo, reconozco que cuando las escucho e identifico la ausencia de algo más que la promoción de lo efímero, me alejo de ellas. Aún más, lamento profundamente que estas juventudes no cuenten con la abundancia cultural en las melodías y letras que llenan sus días.

Hoy abundan los rockeros de redes sociales y escasean los representantes de la cultura rock. Porque la cultura rock siempre fue necesaria para inspirarse, educarse y promover los valores de igualdad, tolerancia y respeto que hoy, aunque nos quieran hacer lo contrario, son manipulados por los más rancios colectivos. En la cultura rock no existía el lavado cerebral, como tampoco la veneración a la estupidez que estos rockeros de redes sociales promueven.

Sin embargo, lo que más diferenciaba a la cultura rock de nuestra actualidad social era que podías formar parte de un colectivo sin comprometer tu individualidad.

Es falso que todo tiempo anterior siempre fue mejor que el actual. Eso es nostalgia y negación del progreso. Lo que es indiscutible es que la sociedad actual camina como rebaño por vías autoritarias e intolerantes, por lo que hoy, más que nunca, se necesitan respuestas amparadas en el rock. No en las melodías sino en la cultura…

[iagoglez]

Músculos, caos y notas en los márgenes

El cacao era intragable para los europeos hasta que le añadieron azúcar. Eso, convertido en máxima, es lo que Netflix parece aplicar a buena parte de sus series documentales: hay una gran base, pero suavizada para que llegue a todos los públicos.

Hace unas semanas estrenaron “Músculos y caos: Una versión no autorizada de 'Gladiadores americanos'”. La serie, en su esencia, responde a esa necesidad tan pesada de una generación, la X, que parece llevar años reclamando su derecho a generar espacios de nostalgia. Sucedía en “The Toys That Made Us”, “The Films That Made Us” o en “High Score”: paseos por iconografía que encuentra su máxima expresión en los 80. Sin embargo, en todas estas series acontece algo peculiar: todas son, como mínimo, interesantes. Doblegarse a generar contenidos basados en la mitificación del pasado no es sencillo, y menos si no quieres abrir (demasiadas) heridas. “Músculos & Caos” expone de manera directa en el resumen de sus cinco episodios todas sus cartas: Una idea loca para producir un programa (1) consigue evolucionar con éxito y desmadre asociado al rumor del consumo de drogas (2), pero estos problemas se superan y se termina convirtiendo en un fenómeno mundial más lucrativo para una parte que para otra (3), lo que no impide que se cree una gran familia capaz de propiciar una evolución del formato que termina agotando a las protagonistas (4), y que deriva en un final acelerado por las malas decisiones de la productora (5).

Por desgracia, y con esto no quiero decir que no merezca la pena verla, cada vez que la serie va a tocar un tema espinoso pega un viraje de timón y consigue escaquearse. No la vi por la cosa esta de la nostalgia, sino por mi convencimiento acerca de todo lo que queda por rascar de una década fascinante. En serio, siempre lo diré: los 80 son más que synthpop, hamburguesas, superproducciones y la imposición definitiva de la cultura estadounidense. Los 80 es esa década que podría definir la primera aparición de John Rambo: dramón de tonos fríos y crítico con su sociedad neoliberal, que pasaría a ser todo lo contrario en su segundo capítulo. Acorralado (First Blood, 1980) se mantiene en el imaginario colectivo como el detonante del cine de action héroes: o sea, películas de mamporreros hipermusculados simplificando la existencia humana. Lo gracioso es que Stallone en esta primera interpretación del personaje no lucía tal rotundidad física. No digo que no estuviera en una excelente forma física, claro, pero es en Rambo (en realidad Rambo: First Blood Part II, lo de “Rambo II” no existe) cuando la historia arranca presentando, literalmente, un desfile de músculos.

Pero el accidente en la recepción de Acorralado como una película (solo) de acción ya había derivado en el éxito de los dos Conan en los años 82 y 84, y en el año 85 comienza el mejor momento de la WWF, esta pantuflada de señores hiperhormonados. Los 80 ya eran los años de los músculos y del fitness, y toda esa burricie consiguió algo tan complicado como que el carrerón de Jane Fonda quedar opacado por sus vídeos de aerobic.

Gladiadores Americanos surge de todo esto a finales de la década, estrenándose su primera temporada ya en el 89, el mismo año en que ve la luz el proyecto más personal de David Hasselhoff, Los Vigilantes de la Playa. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión El resumen de los capítulos en realidad ya sirve para saber qué se va a ver, pero lo interesante creo que se encuentra en aquello que no se cuenta. El primer punto sería que Gladiadores Americanos llega a la cultura norteamericana cuando la percepción de los héroes de masas iba a cambiar de manera peculiar: en el año 93 el propio Schwarzenegger se pegará una monumental hostia con El Último Gran Héroe (grandioso guion, por otro lado), el mismo año que triunfan el culo ridículo de Michael Douglas en Instinto Básico y, sobre todo, Parque Jurásico. Sí, las bolsas de músculos parecían no tener ya ese calado. Un segundo punto: ¿Por qué triunfa entonces Gladiadores Americanos? En la propia serie lo dejan claro: por la gente que concursaba, igual de musculada en su primera temporada, pero “más humana” a partir de la segunda. Ignoro si los responsables que hablan en el documental eran conscientes de lo que esto implicaba, pero en el fondo lo que hicieron, de manera muy inteligente, fue dar cabida en un escenario de fantasía a personas más o menos convencionales. Gente con excepcionales capacidades físicas, pero normal, no infraseres de gimnasio. Gladiadores Americanos coincide en el tiempo y el espacio con algo tan peculiar como el mandato de George Bush. Peculiar por único, boicoteado desde sus propias filas pese a tener elementos favorables, a ojos estadounidenses, como para asegurar una reelección. En España nos sigue sorprendiendo que El Hormiguero, Iker Jiménez o Ana Rosa puedan marcar corrientes de opinión relevantes, pero en EEUU la política siempre supo contaminar la cultura popular de la manera que más beneficiara al poder, y es en ese contexto en el que la apuesta por un espectáculo anabolizado de este calibre podría parecer segura. Pero no. El tercer punto ni se menciona en su plenitud: lo Gay. Porque, sí, Gladiadores Americanos tiene una estética marcadamente gay. El colorido, los trajes, las poses presentando a los y las gladiadores… Al contrario del wrestling y su aspiracional estética destinada a evocar los efluvios de un calzón sudado, Gladiadores Americanos trabajó el formato para reforzar un ambiente de brillibrilli de cardados pétreos y pulcra agresividad cordial: el afecto en el choque afectivo de dos cuerpos hipermusculados tras un asalto tenía tanto o más valor que la propia batalla. Curiosamente, en la serie no tienen reparos en desvelar un porcentaje considerable de lesbianas al tiempo que no se menciona la existencia de ningún luchador gay, algo probablemente imposible ya solo en términos porcentuales.

El cuarto, y último, punto, y el más relevante, es netamente político, algo que en realidad no se esconde en la serie (es una de las claves) pero que jamás se llega a mencionar de manera directa: la necesidad de la defensa sindical. El contexto es importante: empiezan bajo mínimos en la primera temporada para intentar sacar adelante el proyecto y se someten a un ritmo descomunal durante las dos siguientes al tiempo que el programa se convierte en un éxito. Es en ese momento, cuando está claro que la productora está consiguiendo grandes ingresos cuando llega el gran y ridículo giro del guion: varios de sus protagonistas exigen una subida salarial, pero el productor, Samueld Goldwyn Jr, se niega, los despide sin pensárselo, y provoca con una serie de reemplazos que marcan el principio del fin del programa. En un escenario de fantasía puedes tener muchos elementos relevantes: edificaciones, luces, colores… Hasta personas. Los Gladiadores Americanos eran parte de ese escenario que se había convertido en el gran éxito del formato: ese espacio al que gente de a pie podía acceder para sentirse en un mundo diferente al suyo. Esa situación a la que accedían muy pocas personas, pero que permitía a millones proyectar sus deseos de tener esa inmensa fortuna. Ni siquiera importaba lo que pagaran a las personas concursantes, algo de lo que a veces solo eran conscientes al terminar: el premio era estar. La proyección tal vez sea la gran emoción de las personas que habitamos el planeta a partir de los años 50. De una transmisión cultural que primera era oral se pasa a la escrita, y, muchos siglos después, a la cinematografía, una nueva gramática capaz de representar aquello solo se había podido imaginar. Pero es en realidad a partir del auge de la televisión cuando la necesidad de rellenar espacios banaliza y desvirtúa la intencionalidad del relato, algo que termina de desmadrarse con el vídeo, y, finalmente, los contenidos de internet. Esa proyección de la emoción deja de responder a un orden: ya no se puede controlar a partir de los deseos de guionistas, el público la desarrolla como le viene en gana. En el caso de Gladiadores Americanos, ese público establece una conexión con el equipo original, capaz de transmitir a través de las pantallas una familiaridad y un compadreo que queda excelentemente retratado en el cuarto capítulo de la serie, en el que narran su gira por el país con un espectáculo en directo que les obliga a pasar innumerables junt@s haciendo… Bueno, pues esas cosas que se hacen cuando se pasa mucho tiempo junt@s. A “Músculos y Caos” le falta el arrojo de exponer una conclusión evidente: el programa muere por la avaricia de una productora que no quiere reconocer ni los méritos ni los derechos de quienes le dieron la gloria. A “Músculos y Caos” le falta el arrojo de exponer otra conclusión evidente: en los EEUU a día de hoy se ha normalizado el ocultamiento de la importancia de la lucha por los derechos de las personas trabajadoras, y solo por eso fueron capaces de hacer un documental de cinto episodios en el que no reflejan claramente este hecho. A pesar de todo, “Músculos y Caos” es una serie que merece la pena ver, porque este mensaje, en el fondo, queda perfectamente claro, aunque no lo digan, de la misma manera en que son capaces de recrear un fascinante ambiente de libertad extremo, ese que solo se puede dar en una familia disfuncional que se enorgullece de serlo. Conseguir que sientas cariño y respeto por sacos de músculos no parecía sencillo. Bola extra: John McTiernan dirigió a Schwarzenegger en 1987 en Depredador, pero al año siguiente hizo La Jungla de Cristal, y fue uno de los responsables de la elección de Bruce Willis como protagonista para poder reírse del arquetipo de héroe de acción. Cuando en 1993 estrenó ese gran fracaso de Schwarzenegger, El Último Gran Heroe, McTiernan jugó con una historia que se desarrollaba a partir de una idea muy concreta: el poder de los espectadores para ser felices al proyectarse sobre historias ajenas. Bueno, en este caso de manera literal, pero es que era una película.

[kenialcaso91]

la era de la nostalgia o mejor dicho, en mi ✨nostalgic era✨

No sé tú pero una de las pruebas fehacientes para mi de que estamos atravesando por una era de nostalgia a nivel colectivo es el regreso de los 2000’s, reflejándose en la moda, electrónicos, música y más. Claro que ha habido resurgimiento de otras épocas, la moda es cíclica y abarca temas tan cotidianos como la música, shows, moda, entre otros, pero esta vez ha sido diferente, no se siente como un resurgimiento, ni siquiera como un homenaje a dicha década, se siente como una copia, todo está volviendo 99% igual a como se vivió de primera mano. Como una persona que constantemente está viviendo en el pasado y que pasó una etapa de su vida tan importante como la adolescencia durante dicha época para mi fue normal encontrarme siempre recordando, rememorando y tratando de revivir dichos años a la menor provocación, sintiéndome siempre fuera de lugar por mi intento de volver en el tiempo. Resulta ser que hoy en día en pleno 2024 no soy solo yo ni otra bola de raros los que intentamos revivir estos años, también son las generaciones que no alcanzaron a vivirla conscientemente e incluso personas que nacieron durante la década siguiente. ¿Cuál es el vacío que estamos viviendo colectivamente para que esta década no tenga su propia personalidad?.

[vitrinanorte]

Tango argentino| Teatro musical, aterriza en Antofagasta con el espectáculo 

PIAZZOLLA OBLIVION

Karina D’Arino, reconocida cantante de jazz, se presenta en Antofagasta con un nuevo proyecto junto a C.I.TANGÓ (colectivo de improvisación en tango) con “Piazzolla Oblivion”. En él, se proponen re-versionar obras de uno de los artistas argentinos más representativos de la cultura nacional argentina como lo es Astor Piazzolla. 

Las funciones se realizarán el próximo viernes 13 y sábado 14 de septiembre a las 20:00 horas, en el Liceo Experimental Artístico, además, se dictará una masterclass de improvisación en tango gratuita para la comunidad.

Piazzolla Oblivion, es un proyecto que nace en Buenos Aires, Argentina. Primeramente como un proyecto musical pero que fue transmutando por el tiempo, con un desafío mayor de representar a Piazzolla desde varias aristas que engloban su música, su historia, su esencia y finalmente su legado.

Sus obras imprimen magistralmente estas imágenes que tienen la capacidad referencial para describir simbólicamente a la ciudad de Buenos Aires, su andar y su nostalgia.

“La música tiene raíces pero no tiene fronteras”. Karina D’arino, aterriza en Antofagasta con el objetivo de mostrar y vivenciar su cultura pero de una manera íntegra y tomando contacto con la cultura y con los artistas de la ciudad, para que el fin sea un aporte al enriquecimiento y además sumar al patrimonio cultural de la región.

La artista escénica en colaboración con el director de la compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta Raúl Rocco, se encuentran trabajando en conjunto, recopilando el material y textos que servirán como hilo conductor entre las obras.

LA MÚSICA.

Cabe destacar que en la matriz de su música se encuentra la fusión con la música clásica y el jazz. Los músicos que acompañan este proyecto son del colectivo de improvisación “C.I TANGÓ”, integrado por: Adrián Mastrocola, piano; Pablo Motta, contrabajo; Hernán Fernández, batería, todos destacados músicos de la escena porteña.

MASTERCLASS

IMPROVISACIÓN EN TANGO PASO A PASO

C.I TANGÓ serán los encargados de dictar esta clase magistral, con la colaboración del Consulado Argentino en Antofagasta en el marco de integración entre músicos argentinos y chilenos.

La actividad es gratuita y se realizará el próximo jueves 12 de septiembre, a las 15:00 hrs en el auditorio del Liceo Experimental Artístico, clase dirigida para artistas y músicos de la ciudad , especialmente para estudiantes de piano, batería y contrabajo.

Los interesados/as deberán inscribirse en el siguiente formulario:

FUNCIONES 

PIAZZOLLA OBLIVION, se presentará con dos únicas funciones el próximo viernes 13 y sábado 14 de septiembre a las 20:00 horas, en el auditorio del Liceo Experimental Artístico ubicado en calle Coquimbo #827 

La venta de entradas es a través de Ecopass.

PRESENTACIÓN PALACIO SANS SOUCI - BUENOS AIRES

EN ESTUDIO DF

[ferrolano-blog]

Sahra Wagenknecht recupera, incluso con la tan estigmatizada nostalgia, los principios de lucha, solidaridad y cohesión social que caracterizaba a los obreros industriales de los setenta... y denuncia el “liberalismo de izquierdas”, un relato de la clase media universitaria, que es individualista y partidaria de una economía globalizada. Para ellos, hablar de derechos es defender colectivos identitarios para lograr cuotas de representación por diversidad étnica, religiosa, de género o de orientación sexual... desprecia a los sectores obreros o rurales, a los que observa con arrogancia porque usan coches diesel en lugar de eléctricos, compran carne industrial en Aldi y prefieren tener una familia y quedarse en su pueblo... Es por ello que grandes sectores populares se están incorporando a las filas de la ultraderecha ante la orfandad que sienten en las organizaciones de izquierda... Por supuesto no le han faltado los ataques desde la izquierda. La han llamado ultraderechista disfrazada de izquierda, xenófoba y hasta negacionista del Covid y del cambio climático... Yo he buscado en las más de cuatrocientas páginas de su libro esa xenofobia y ese negacionismo y no lo he encontrado... se reivindican conservadores, es verdad, pero no se trata de un conservadurismo político, sino de conservadurismo de los valores frente a lo que consideran una agresión del capitalismo globalizado... Wagenknecht piensa que si seguimos despreciando a todas esas personas y, desde nuestra arrogancia y superioridad moral, llamandoles fascistas porque creen que esos valores solo se los ofrece la ultraderecha, solo lograremos más enfrentamiento con vecinos a los que no hemos sido capaces de presentarles unas propuestas sugerentes desde la izquierda... Quizá va siendo hora de mirar a esos barrios obreros y regiones rurales que antes votaban izquierda y ahora se están yendo a la ultraderecha (Pascual Serrano)

[trastornadosrevista]

1915 presenta "Los 90"

Consolidados en su sonido eléctrico y filoso, 1915 presenta una canción explosiva que planta bandera ante el mundo. Un guiño pícaro al poder cíclico de la historia, pero desde una mirada esperanzada. En búsqueda constante por la honestidad creativa, más allá de recetas y fórmulas de éxito, 1915 sigue construyendo una voz identitaria y poderosa.

1915 se planta con su nueva canción “Los 90”, reafirmando su nervio más rockero y su sangre caliente. Antes del show más grande de su carrera este 17 de agosto en el Complejo Art Media, la banda de Cruz Hunkeler (guitarra y voz), “Penzo” (teclados y synths), Jeremías Alegre (batería) y Alejo Freixas (bajo) vuelve a demostrar su versatilidad para la construcción de un universo musical amplio, donde la sutileza del indie pop se combina con la potencia del rock y del punk, pero que siempre suena propio.

En un juego vertiginoso de baterías y guitarras, “Los 90” condensa el espíritu inquieto y comprometido de la banda. “Es una canción que conserva las raíces de la música de nuestra adolescencia y obviamente está cargada de un mensaje político y coyuntural que es algo que nos identifica”, explica Cruz Hunkeler.

“El alma de la canción es trazar un paralelismo entre la nostalgia de los 90, siendo pibes que nacieron en esa época y que escuchábamos cierto tipo de música cuando éramos adolescentes, con la realidad política del país que está últimamente imitando a los 90”, agrega.

Grabada en el Mejor Estudio, de Buenos Aires, bajo la producción Mateo Rodó, “Los 90” amplía la nueva búsqueda sonora que inauguró “Resaca” y profundizó “Noches de la Luna”. Un recorrido que refleja la evolución musical de una banda que no para, no se conforma y no cede a la corriente. Una canción vibrante que resuena en el imaginario colectivo porque es expresión generacional y manifiesto de identidad.

Con un video alegórico dirigido por Julián Kominek, 1915 reafirma su visión de mundo y bucea en la estética de una era y una generación. Un viaje nostálgico para revisitar la infancia de una nueva camada musical y revivir una época disruptiva que sigue latente.

Además, como si fuera poco, este 17 de agosto prometen sorprender con un espectáculo explosivo en el Complejo Art Media, desplegando un repertorio que repasará todas las etapas de su carrera, caracterizada por el movimiento y el volantazo constante para descubrir nuevas emociones. Un show vertiginoso y de alta tensión con la complicidad y la energía de siempre.

17 de agosto || Complejo Art Media

ENTRADAS A LA VENTA POR SISTEMA PASSLINE 

[menchupicarzo]

Somos la única especie que conoce el mundo anterior a nuestro nacimiento, las únicas criaturas capaces de asomarnos al misterio de los milenios antiguos. Un caballo, un gato o una pulga ignoran las peripecias de sus antepasados. Nosotros podemos reconstruir las nuestras —y las suyas—. Heródoto, inventor del género, tituló en plural sus “Historias”; en griego significaba “investigaciones”. Nos encanta indagar en el ayer, reinterpretarlo desde la mirada del ahora. Viajamos por los meandros de la nostalgia, las falsificaciones, las raíces, los asideros, la curiosidad y las coartadas. Nuestra relación con lo que fue es apasionada: el pasado pesa, y eso es lo que nos pasa.

Las ansias del presente modelan también nuestra memoria íntima. La palabra “recordar” incluye en su interior la raíz latina de “corazón”; en ella suena la sístole y la diástole de las emociones, es un juego de constante de demolición y reconstrucción. Como escribió Gabriel García Márquez en sus memorias: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda”. Casi sin querer, la fantasía empieza a rellenar los huecos excavados por los remordimientos y el olvido: por eso nuestro relato vital puede ser completamente imaginario, pero nunca totalmente verdadero.

Investigar la historia —una tautología, según Heródoto— es tarea lenta, paciente, ardua, en perpetua tensión con lo trillado y consabido, solo apta para temperamentos serenos. Precisa mentes sabias y vigilantes, capaces de preguntar a las fuentes sin tergiversarlas con una humareda de prejuicios. Sin embargo, en tiempos precarios y cambiantes, ciertos discursos políticos apelan al mito colectivo de la autenticidad, una ficción tan ilusoria como las farsas de Augusto. Anhelan recuperar grandezas perdidas, el brillo de imperios derribados y halos de pureza desvanecida. Desde la atalaya de su conveniencia, seleccionan determinadas etapas de la historia nacional para encarnar las esencias, como si otras épocas históricas del mismo país fueran solo impureza y simulacro. Ante la fragmentación de un hoy convulso y un mañana incierto, ese ayer soñado parece más íntegro, firme y sólido.

Las naciones son creaciones modernas, pero presumen de raíces remotas. Nos encanta creer que alguna vez fuimos genuinos. Hay quien afirma que el término proviene del latín genu, “rodilla”, porque los paterfamilias romanos admitían a los recién nacidos como hijos legítimos cuando se los colocaban sobre las rodillas. Lo que ahora es un juego inocente con el bebé dando pequeños brincos —al paso, al trote, al galope—, antes era cuestión de vida o muerte. Desde la Antigüedad, por convención, el órgano que reconoce el rango ajeno es la rodilla, con sus reverencias y genuflexiones.

Todas las sociedades tienden a ver tradiciones ancestrales donde en realidad hay grandes dosis de leyenda, influencias cruzadas y mestizaje. El antropólogo Richard Dorson acuñó la expresión fakelore, “folclore de pega”, para referirse a la mitología y los espectáculos acerca de héroes del Oeste que solo existieron en novelas. El western clásico edificó un imaginario de aguerridos vaqueros, siempre blancos, ocultando que un tercio de los cowboys fueron mexicanos y un cuarto negros; cuidar el ganado era un trabajo duro, propio de pobres y antiguos esclavos. Las fantasías creadas en torno a las esencias de cada cultura se denominan “efecto pizza”. La pizza, inventada en Nápoles, alcanzó su forma más conocida entre la emigración estadunidense. A través de parientes de visita, regresó a Italia, donde se expandió conforme a las ideas de los turistas sobre su autenticidad. Algunas de las especialidades gastronómicas europeas más típicas, como el gazpacho español, el café italiano o el chocolate suizo, serían imposibles sin ingredientes traídos de otros confines.

Lo que consideramos auténtico es, casi siempre, producto de una nostalgia o de un malentendido. Nada hay que en su origen no fuera una novedad ante la que refunfuñaron los vigías de la tradición. Muchas de nuestras ideas más afianzadas son, a decir verdad, invenciones: las leyes y leyendas, la patria y las palabras, los derechos y las desigualdades, las hipotecas y las discotecas, el dinero, las dinastías, las fronteras, los sistemas políticos o incluso los domingos por la mañana. Como especie, nos caracterizamos por creer con pasión en cosas imaginarias. Asumirlo no las vuelve más frágiles sino, al contrario, adaptables y resistentes a los embates del tiempo. Entre nuestras ficciones hay algunas maravillosas; las mejores serán las que nos ayuden a vivir en comunidades más unidas y humanitarias.

Al recibir el Premio Cervantes, Ana María Matute recordó a la hija de un compositor que, siendo niña, le dijo: “La música de papá, no te la creas: se la inventa”. La futura escritora se rebeló ante la idea de que las creaciones no merezcan confianza. Terminó su discurso expresando un ruego: “Créanse mis historias, porque me las he inventado”. Solemos pensar que las ficciones son etéreas, ingrávidas y dudosas, mientras las verdades rotundas y las certezas nos fortalecen. Sin embargo, como explica la filóloga Mamen Horno en Un cerebro lleno de palabras, la terminología drástica —como “nunca, siempre, todos, nadie, jamás, odiar”— es peligrosa para la salud. El lenguaje absoluto tiende a provocar ansiedad y depresión. En cambio, resulta sanadora la habilidad de matizar una opinión tajante o rebatir racionalmente ideas simplistas —“nos roban, nos odian, nos invaden”—. Las investigaciones prueban los beneficios de dejar resquicios a la duda y ser capaz de cimbrear. Eso ya lo sabían los antiguos maestros. Lao Tse escribió: “Los hombres nacen suaves y blandos; muertos son rígidos y duros. Quien sea inflexible es discípulo de la muerte. Quien sea suave y adaptable es discípulo de la vida”. Hay que evitar a toda costa formular opiniones radicales e imperiosas; es decir, desconfíen de frases como la que ahora mismo están leyendo.

Lo genuino no es agachar las rodillas para reverenciar y añorar imperios extintos o conceptos inamovibles, sino usarlas para caminar y avanzar. Como articulaciones, simbolizan nuestra flexibilidad y ligereza andariega. El estudio de la historia nos demuestra que gran parte de lo que hemos construido se apoya en ideas, que son aire, vaho, niebla y pálpito. Al reivindicarlas, paso a paso, nuestras creaciones más valiosas amplían el mundo. Esa constatación nos invita a inventar: confíen en nuestros mejores hallazgos, porque son ficciones.

[ardeportal]

Los hermanos sean unidos - el under rioplatense convergió en otro Nuevo Día

El Festival Nuevo Día regresó a Uruguay, alimentando el vínculo entre las escenas underground de ambos lados del río

Por Ginny Lupin Fotos Gino Bomba

Un grupete de chicos muy chicos camina con paso rápido por la calle Ciudadela, en dirección a Canelones. Las camisetas delatan el destino: Mora y los Metegoles, Neamwave y Los Walrus sólo pueden conducir al Tazú. Un pionero los espera en la escalera que da al sótano con la casaca de Las Tussi, a horas de que el trío marplatense cierre la segunda edición del Festival Nuevo Día en Uruguay. Las entradas están agotadas y la expectativa es absoluta.

El fenómeno denominado en la vecina orilla como "post-punkdemia" es común a las naciones rioplatenses, otros puntos de Latinoamérica y rincones tan lejanos como Inglaterra y Estados Unidos. El nuevo auge del post-punk, hardcore y shoegaze como corrientes musicales "de moda" lleva unos cuantos años gestándose como un secreto a voces entre los melómanos, pero sin lugar a dudas el distópico encierro de 2020/21 avivó las inquietudes musicales de los centennials, que saltaron directamente de escuchar música en sus cuartos a mirar a sus pares desde el escenario.

Afín al ritmo global y alimentada por el entusiasmo de las nuevas generaciones, la escena musical montevideana vivió en este último año una explosión en forma de fechas cada vez más masivas, festivales autogestivos y una agenda de recitales independientes que dificulta la elección de planes para cada fin de semana. A la par, el público se multiplica.

Pero entonces, ¿por qué es tan especial el Nuevo Día?

El festival gestado por los argentinos de Surfer Rosas empezó como un movimiento que buscaba reunir a los principales exponentes de la nueva escena. Con proto-ediciones en Moscú y Strummer, el festival creció a pasos agigantados llegando al teatro Vorterix en abril del año pasado, para comenzar la aventura itinerante que los llevaría a La Plata, Rosario, Córdoba y Montevideo.

En 2024, ya instalado en el imaginario colectivo underground como ese evento que nadie puede perderse, el Nuevo Día redobló la apuesta con una edición de verano en el Konex que desmintió la quietud sufrida por la capital porteña en enero y de ahí directo al Rock en Baradero, donde montaron un escenario destinado a los exponentes de la nueva era.

Con viento en la camiseta, este viernes y sábado el Nuevo Día volvió a su segunda patria, alimentando el intercambio entre dos escenas hermanas que se agigantan en paralelo. A continuación, la crónica de dos noches de celebración por y para la nueva música.

Las anticipadas para la primera fecha se habían vendido como pan caliente, agotando la capacidad antes de la apertura de puertas. Puntuales y vestidos para la ocasión (con un guiño al despecho de Carrie en el vestuario y la performance) Naoko y la Melancoliga rompieron el hielo de este nuevo-Nuevo-Día con una propuesta teatral desfachatada.

El proyecto que sorprendió con su disco debut, Urbe Vortex, cautivó al público desde el arranque, entre lágrimas de glitter, flores y nostalgia. Aunque la banda llegó con hinchada (ostentan un público fiel que no se pierde ni una de sus muchísimas fechas), incluír una versión de "National Anthem" de Lana del Rey fue el gol al ángulo en el set, reforzando la teoría probada por Flor Sakeo en la edición anterior: un buen cover es lo más efectivo para agitar a los curiosos.

La Plata nunca decepciona

Desde un principio, allá por el año 2017, Mora y los Metegoles quiso distanciarse del concepto de "rock platense", una suerte de cruz que carga cada proyecto nacido en la ciudad de las diagonales. Y es entendible, el fantasma de Virus, los Redondos y la ola indie de Laptra es un peso difícil de llevar; pero por más que se busque esquivar los prejuicios, el karma de La Plata es más rápido y tarde o temprano llega para marcar su sello de calidad. En el caso de la banda de Wendy Rock, con más fuerza que nunca.

Mora y los Metegoles fue al Nuevo Día 2024 lo que El Club Audiovisual a la edición 2023: la gran sorpresa, esa banda que un puñado de defensores había pregonado sótano a sótano hasta hacerse escuchar, consiguiendo que todo el Tazú coreara sus letras.

Dueños de los primeros pogos de la noche, en donde se pudo divisar a Los Walrus (comandando la ronda, como si no estuvieran a punto de tocar); los platenses volvieron a su ciudad con el público uruguayo guardadito en los bolsillos. Si usamos el nivel de exigencia de un bis como indicador del éxito de su primer paso por Montevideo, no va a pasar demasiado tiempo para que vuelvan.

Para este Nuevo Día, la producción local a cargo del El Bloque buscó un sano equilibrio entre nuevas y viejas caras del festival. El viernes, el quiebre se dio justo a la mitad de la noche, cuando Los Walrus reincidieron en el show desaforado que los hizo destacarse el año pasado en Inmigrantes, invitando al pogo desde el arranque.

Con una setlist acertada en orden y contenido, el quinteto llevó al público en una euforia in crescendo, entre golpes de pandereta canciones nuevas y los (nuevamente grabados) temas de La Expansión: su próximo disco. Para Samuel Acosta, productor de este tercer intento de Los Walrus en el estudio, los chicos "bajaron al escenario todo lo que estuvimos trabajando en los ensayos este último mes".

Sobre el final, la banda dueña de uno de los mejores agites de la escena se dio el lujo de llevarse dos momentos kodak: el público coreando el estribillo de "Lejos" para pedirla y la presencia de Delfi y Mati de El Club Audiovisual en "Chetalov". Así, la hermandad que distingue al festival se evidenció en abrazos y respeto tanto en el escenario como en el pogo.

Contra viento y marea

Pasadas las nueve de la noche del jueves, El Club Audiovisual supo que no tenía baterista para su viaje a Uruguay. Un inesperado percance de salud impedía que Juan Paz agarrara las baquetas y la banda tuvo que salir a reclutar un reemplazo a contrarreloj. Por suerte, Dayvan de Nenagenix tiene un gustito por la aventura: aprendió los temas, armó el bolso, le consiguieron un pasaje y para la mañana del viernes ya estaba rumbo a Uruguay. ¿El ensayo? La prueba de sonido, un par de horas antes de tocar.

Si bien todo apuntaba a que la banda preferida del público local iba a tener una tercera visita al país complicada, los reyes del pop sónico sortearon todos los obstáculos y se la jugaron con un set para fanáticos. Los hits de su último disco, como "Hoy quiero hacer lo que me gusta" y "Madrugadas" se cruzaron con su último lanzamiento, una versión de "Será" de Las Pelotas y temas más viejos, como "Quietud" y "Solo un momento".

Sobre el final y con la camiseta de Peñarol bien puesta—a pesar de la advertencia de Tuka Solana por posible mala suerte asociada a la casaca—Delfi se las arregló para cantar "Cuando Dormis" más fuerte que el público. Entre los más entusiasmados del pogo se pudo vislumbrar una camiseta de Hablan Por La Espalda, como si el destino quisiera demostrarle a su guitarrista que El Club no necesita suerte, el público uruguayo les hace de amuleto.

Un par de constantes se mantuvieron a lo largo de los dos días. Por un lado la gran representación femenina sobre el escenario, fiel representación de la realidad de la escena, que dio la bienvenida a guitarristas, cantantes, bajistas y bateristas con mucho girl power rioplatense.

En segundo lugar, la extensa convocatoria que también agotó entradas el sábado y recibió con igual entusiasmo a los artistas de ambas fechas. Por último, la cercanía de las bandas y el público, un fenómeno muy Nuevo Día que contribuye enormemente al disfrute. Ya lo diría Manolo Lamothe, baterista de Nina Suárez, al bajar del escenario: "Hay una cosa que se arma en los lugares así y es que estamos todos juntos. Ahora nos vamos a tomar una birra con la gente que nos vino a ver, eso está buenísimo".

Tacuarembó en la casa

Primer representante del interior del país en llegar al Nuevo Día, Incluso si es un susurro soviético abrió la segunda fecha respaldado por un comité entre montevideano y tacuaremboense de amigos y colegas.

Quizás entre la barra más punkilla que espera escuchar a Newave y Las Tussi había un cierto miedo al arranque "tranquilo" del post-indie que Fede Cáceres y los suyos proponen, pero la realidad fue de una fuerza arrolladora. Embanderados con el concepto del nuevo disco: MUDA (Make Uruguay Depressive Again), "el Susu" y su banda instalaron una figurativa puerta giratoria al costado del escenario, por donde se colaron más invitados de los que parecían entrar sobre las tablas. Estuvieron Fede Morosini de Julen y la Gente Sola (a esta altura planta permanente en la banda norteña), Flavio Lira de Amigovio y Pablito de Alucinaciones en Familia.

Además, Hangwire interpretó en vivo Vorkutá, la colaboración que lanzaron el 1° de este mes y Tallo de Solo Bueno le puso broche de oro al repertorio, con una versión explosiva de "Policía".

Al hombre más querido del under local, le siguió la artista que más esperaba quien se encuentra detrás de estas líneas. Nina Suárez, dueña de una voz única y autora de uno de los mejores discos del año pasado, salió de Argentina por primera vez y tuvimos la suerte de que Montevideo fuera el destino de su trío de rock desgarrador.

Nina logró algo muy difícil en el contexto de un festival: generar momentos íntimos en la vorágine de una fecha grande, con bandas que suben y bajan del escenario, publico que entra y sale, ruido y dispersión por todos lados.

Desde un comienzo la artista se propuso hacer algo especial, arrancando su presentación sola sobre el escenario para interpretar una versión simplemente hermosa de "Something Stupid", editada en su single doble de canciones de amor "Verano en Capital". Ya con el trío completo sobre el escenario, ese nivel de cercanía y emotividad se reiteraría en canciones como "Algo para decirte" o "Ciudad", haciendo temblar la pista con "Batalla naval" e incluso sorprendiendo con temas inéditos.

Bajo una fórmula infalible, el proyecto tiene un batero preciso en Lamothe y una excelente bajista en Juana Muschetti, pero Nina es directamente de otro planeta. Hábil en la guitarra y la voz, la joven artista conmovió al público local con sus letras e interpretación. Desde Arde estaremos militando con vehemencia su regreso.

Con un leve retraso, Neamwave volvió al escenario del Nuevo Día con su infalible ruido para gurises. Abajo, el piberío cumplió con las expectativas de pogo desenfrenado y redobló la apuesta de su aguante con la incorporación de utilería: así, entre las cabezas agitadas en el mosh, un avión se personificó con los primeros acordes de "Pluna" y quedó planeando entre la gente por el resto del festival.

La banda del 2023 quiere defender el título este año y si bien estuvieron bastante quietos en comparación con los últimos shows (con piruetas, crowdsurfing y caminatas sobre la audiencia incluidas), los Neamwave apostaron a que la música hablara, mechando algún que otro tema nuevo entre los clásicos de su disco Mental.

Para "Post Ánima" la ronda de pogo había crecido superando los límites de la pista, mientras Nina Suárez agitaba la cabeza atenta a la sobredosis de distorsión. Luego del festival, la sub 25 del under sería nuevamente el comentario de los asistentes, dejando hasta a Las Tussi anonadadas.

"Ojalá haya algún hueso roto" dijo Juan Pablo de Neamwave minutos antes de sumergirse en el pogo de ignorant punk marplatense. No podemos decir que no intentó conseguirlo.

El Nuevo Día cerró su segunda edición local a pura energía y distorsión, presas del huracán que genera el power trío más salvaje de la costa Argentina. A los pies de Las Tussi, el público se descontroló.

"Vamos a tocar una más tranqui", prometió Mecha en el micrófono y el tussiclub uruguayo respondió con la primera ronda de pogo del set, un torbellino de fanáticos y colegas corriendo en fila al ritmo del potente bajo. De ese punto en adelante, Las Tussi no pudieron decir mucho: la gente controló la playlist exigiendo temas a los gritos, corearon los estribillos más alto que los golpes del bombo y pidieron por el regreso de la banda al paisito antes de que siquiera hubieran bajado del escenario.

El "olé olé olé olé Tussi, Tussi" siguió rebotando en las paredes de Tazú aún mientras los últimos rezagados apuraban un trago final de cerveza y aceptaban a regañadientes el fin de otro Nuevo Día.

Si existe un santo patrono del under, habría que agradecerle que facilite encuentros como estos. Y que siga creciendo la escena, ¡hay post-punkdemia para rato!

La transmisión completa del festival está disponible en el canal de YouTube de El Bloque Radio, junto a las entrevistas que realizamos con lxs artistas en el living de Arde Radio.

[teammargus7y14]

Al final del recorrido y con nostalgia por aquellas noches de Enero/Febrero 2023, Margus fueron aquellos space hasta primeras horas de la mañana, aquel delirio colectivo, las teorias, los memes, los mejores fics, los mejores fanarts, los mejores edits, los encuentros con los mutuals. Que nos reencontremos en otros fandoms y en otras historias.

[asvellyon]

¿Cuál fue la alineación titular del Fulham en el último partido contra el Brentford?

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¿Cuál fue la alineación titular del Fulham en el último partido contra el Brentford?

Alineación titular

La alineación titular es un elemento crucial en cualquier equipo deportivo, ya que determina los jugadores que iniciarán un partido. Es la selección de los mejores en su posición, aquellos que se considera más adecuados para enfrentar al rival y lograr la victoria.

El entrenador es el encargado de decidir la alineación titular, tomando en cuenta diversos factores como la forma física de los jugadores, sus habilidades técnicas, su desempeño en los entrenamientos y partidos previos, así como la estrategia a seguir para enfrentar al equipo contrario. La alineación también puede variar dependiendo de lesionados, sanciones, rotaciones o cambios tácticos.

Es importante que los jugadores estén al tanto de la alineación titular con antelación, para prepararse adecuadamente y asumir su rol en el campo de juego. La comunicación entre el entrenador y los jugadores es fundamental para garantizar un buen desempeño colectivo.

Una alineación titular bien estructurada puede marcar la diferencia en un partido, permitiendo al equipo tener un buen inicio, generar oportunidades de gol y mantener el control del juego. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que la alineación no funcione como se espera, por lo que es importante estar preparado para hacer ajustes durante el partido si es necesario.

En resumen, la alineación titular es un aspecto clave en el mundo del deporte, que requiere de análisis, planificación y toma de decisiones por parte del entrenador, con el objetivo de lograr el mejor rendimiento del equipo y alcanzar los objetivos establecidos.

Fulham

Fulham es un equipo de fútbol con sede en Londres, Inglaterra, que actualmente juega en la English Football League Championship, la segunda división del fútbol inglés. Fundado en 1879, el Fulham FC es uno de los clubes más antiguos de Inglaterra y ha tenido una historia rica y variada a lo largo de los años.

El equipo juega sus partidos en casa en el estadio Craven Cottage, ubicado a orillas del río Támesis y con una capacidad para más de 19,000 espectadores. Los colores tradicionales del club son el blanco y el negro, y su apodo es "The Cottagers".

A lo largo de su historia, el Fulham ha tenido altibajos en cuanto a su rendimiento en las diferentes divisiones del fútbol inglés. En la temporada 2018-2019, lograron ascender a la Premier League, la máxima categoría del fútbol inglés, pero descendieron nuevamente al término de la temporada siguiente.

El club ha contado con la participación de jugadores destacados a lo largo de los años y ha tenido varios momentos memorables en competiciones como la FA Cup y la UEFA Europa League.

En definitiva, el Fulham es un club con una historia interesante y una base de seguidores apasionados que continúan apoyando al equipo en su camino hacia nuevos logros en el mundo del fútbol.

Último partido

El último partido de cualquier evento deportivo suele estar cargado de emoción, expectativas y, a menudo, nostalgia. Ya sea el último partido de una temporada, un torneo o la carrera de un jugador legendario, estos momentos finales suelen ser recordados y celebrados por mucho tiempo.

En el mundo del fútbol, el último partido de una temporada puede determinar el destino de un equipo: el ascenso a una categoría superior, la permanencia en la liga o, en algunos casos, el descenso. Los aficionados se reúnen en los estadios o frente a las pantallas de televisión para presenciar estos momentos decisivos y apoyar a sus equipos hasta el último minuto.

Para los jugadores, el último partido puede ser un momento agridulce. Por un lado, es la culminación de meses de trabajo arduo, entrenamiento intenso y sacrificio personal. Por otro lado, puede significar despedirse de compañeros de equipo, entrenadores y aficionados que se convirtieron en parte de su familia durante la temporada.

En el ámbito individual, el último partido también puede marcar el final de una carrera deportiva. Para algunos atletas, es la oportunidad de despedirse de la cancha con dignidad y gratitud, mientras que para otros puede ser un momento de reflexión y nostalgia por los momentos vividos a lo largo de los años.

En resumen, el último partido de cualquier evento deportivo es mucho más que un simple encuentro en el calendario. Es un momento cargado de significado, emoción y recuerdos que perdurarán en la memoria de jugadores y aficionados por igual.

Brentford

Brentford es un equipo de fútbol profesional con sede en el oeste de Londres, Inglaterra. Fundado en 1889, el club ha experimentado varios hitos a lo largo de su historia. El equipo se enorgullece de su identidad comunitaria y de la lealtad de sus seguidores, lo que lo convierte en uno de los equipos más queridos en la región.

Brentford ha pasado por diferentes divisiones del fútbol inglés a lo largo de los años, con momentos de gloria y desafíos también. Sin embargo, en los últimos años, el club ha logrado un notable ascenso al competir en la English Football League Championship, la segunda división más importante del fútbol inglés. La pasión y el compromiso de los jugadores, el cuerpo técnico y la afición han sido clave en este logro.

El estadio de Brentford, Griffin Park, ha sido testigo de momentos emocionantes y partidos memorables a lo largo de los años. Sin embargo, el club está emocionado con la próxima apertura de su nuevo estadio, el Brentford Community Stadium, que ofrecerá modernas instalaciones para los seguidores y jugadores del equipo.

En resumen, Brentford es un club con una rica historia y una base de seguidores apasionados que han estado junto al equipo en los altibajos del fútbol. Con su ascenso en la English Football League Championship y la próxima inauguración de su nuevo estadio, el futuro se ve brillante para Brentford y sus seguidores. ¡Vamos Brentford!

Fútbol

El fútbol, conocido como el deporte rey, es una pasión compartida por millones de personas en todo el mundo. Este deporte no solo es un juego, sino que también representa valores como la pasión, el trabajo en equipo y la dedicación.

El fútbol se juega en un campo rectangular con dos equipos de once jugadores cada uno. El objetivo es marcar goles en la portería contraria, utilizando principalmente los pies y la cabeza para controlar y mover el balón. La emoción del fútbol viene de la combinación de habilidad, estrategia y trabajo en equipo que se requiere para tener éxito en el campo de juego.

Los partidos de fútbol a menudo son eventos cargados de emoción y tensión, con aficionados apoyando a sus equipos favoritos de manera apasionada. Las ligas de fútbol profesionales, como La Liga en España, la Premier League en Inglaterra o la Serie A en Italia, atraen a millones de espectadores en todo el mundo y hacen que la competencia sea aún más emocionante.

Además de ser un deporte popular, el fútbol también ha demostrado tener beneficios para la salud física y mental de quienes lo practican. Ayuda a mejorar la condición física, la coordinación y la resistencia, además de fomentar la socialización y el trabajo en equipo.

En resumen, el fútbol es mucho más que un simple deporte. Es una pasión que une a personas de diferentes culturas y países, y que promueve valores positivos como la perseverancia, el compañerismo y la superación personal. ¡El fútbol es un deporte apasionante que seguirá emocionando a millones de aficionados en todo el mundo!

[todoestoquesiento]

13/03 - 18/03

pasé unos días en neco después de meses sin ir.

no quise pasar el verano allá porque ya no me queda nada en esa ciudad más que mis padres (y patrick y las gatas).

fue una mezcla de emociones debo admitir.

sentí mucha nostalgia, es el lugar donde me crié después de todo. me sentí como una nena chiquita en mi habitación revisitando todas mis cajas llenas de cosas de la infancia.

me gustó pasar por los lugares que conozco de memoria, yendo a donde ya me conocen.

disfruté MUCHO de la playa. me metí al mar y me cargué de su energía, descansé al sol, merendé sentada bajo la sombrilla de siempre como años atrás. sentí paz.

compartí con mis papás como antes, me mimaron mucho, salimos a desayunar y cenar. patrick me despertó todas las mañanas llenándome de besos, pude darles amor a mis gatitas.

sin embargo el sentimiento de angustia y ansiedad se hacia presente. los recuerdos y las experiencias dolorosas me siguen atormentando cada vez que voy. me siento muy juzgada cada vez que estoy allá. ciertas rutinas, acciones y comentarios detonan algo negativo en mi y necesito escapar.

es un amor-odio que siento. el último día ya no veía la hora de tomarme el colectivo para volver a mardel.

trato de quedarme con lo lindo.

foto de la playa porque es verdaderamente hermosa (lo único que le gana a mardel).

[lizortizsblog]

Volver a empezar

Elizabeth Ortiz

El propósito de aquel año se parecía a un regreso a clases después de las vacaciones de verano. Borrón y cuenta nueva.

Fátima estaba tan entusiasmada como cuando estrenaba sus útiles escolares. A principios de curso ponía especial esmero en cada línea; escribía el siguiente capítulo de su vida aprendiendo de los errores del ciclo anterior. De ese modo quería escribir su nuevo comienzo. Sentía mucha nostalgia por aquella época en la que su mayor preocupación era sacar buenas notas. Le encantaba recibir el reconocimiento de sus profesores, su familia y, ¿por qué no?: los celos de sus compañeros. No recordaba cuando fue despojada de todo eso.

Despertó ese primero de enero en casa de sus padres, su habitación permanecía de la misma manera en que la dejó cuando se fue a vivir con Roberto; su madre quería conservarla así, porque estaba segura de que pronto regresaría, sin embargo, ya habían pasado tres años. Una semana atrás, Roberto le dijo que saldría de viaje el treinta de diciembre para supervisar el inventario de una de las empresas que auditaba en Cuernavaca. Fátima no le creyó, pero fue la excusa perfecta para volver a casa unos días. Le encantaba estar ahí, aunque no podía admitirlo: no quería darle la razón a su mamá.

Roberto había estado actuando raro. Antes, solía revisar su celular de inmediato al escuchar cualquier notificación, pero últimamente, evitaba hacerlo en presencia de Fátima. Decía que tenía una carga de trabajo excesiva que lo hacía llegar cada vez más tarde y pasar menos tiempo con ella. Eso aumentaba su inquietud, dando lugar a un nubarrón de incertidumbre en su relación. Fátima no le preguntaba nada para evitar que cuestionara su madurez y su inteligencia; Roberto siempre hacía énfasis en que la diferencia de edades era la causa por la que no lo entendía, no la llevaba a los eventos sociales de su trabajo ni a las fiestas de sus amigos; según él, no quería que se aburriera con conversaciones que no podría comprender. Tan solo eran diez años y Fátima era muy madura, así la convenció de salirse de su casa, pero al parecer, a él ya se le había olvidado.

La chica se había cansado de los malos tratos y del aburrimiento en casa. Estaba segura de que esta vez no se dejaría convencer con rosas y promesas. Tenía la primera semana de enero para encontrar un trabajo y buscar en dónde vivir; era un gran reto, pero era muy probable que la única de sus amigas que vivía sola le diera alojamiento por algunos días. Parecía que el entusiasmo colectivo por el año nuevo la había recargado de valor y de energía, le gustaba mucho sentirse así.

Al día siguiente todo cambió, Roberto la llamó diciendo que había llegado a casa y que la quería de vuelta: le tenía una sorpresa. Ella estuvo a punto de decirle sus planes por teléfono, pero la llamada la tomó desprevenida, pensó que lo mejor sería hablarlo de frente. Cuando llegó al departamento sus propósitos se desvanecieron, había en la mesa un ramo de rosas que decía: “¿Te casarías conmigo?”. Fátima estaba desarmada, se sentó sin poder asimilar la noticia. Esperaba que Roberto saliera de alguna parte con el anillo. No podía creer que al fin le presentaría a su familia y podría vivir lo que tanto soñó, se sentía inmensamente feliz. La vibración de su teléfono la hizo regresar al presente, era un mensaje de Roberto: “Lo siento nena, tuve que salir, te veo en la noche”.