Tumgik
#el primer trago
labossdelgenero · 9 months
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Si alguien conoce el número del más allá
Hágamelo saber para poder llamar a quien no está
Aunque sea un momentico, por un minutico
Para calmar este vacío infinito, triste y maldito.
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gogomeaty · 1 year
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My reaction just now drinking jamaica from the place i always buy it and the taste is totally different at how it usually taste aaaaa ]]':
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miskhalie · 7 months
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Besos Robados (Parte 1) - Matías Recalt x Reader x Enzo Vogrincic
Pairing: Matías Recalt y Enzo Vogrincic
Advertencias: La parte de antes del sexo.
Notas: ¿Parte dos? Comenta!
Hacia unos días atrás, después de los Goyas, que se quedaron un par de compañeros a seguir festejando la cantidad de premios recibidos. Fueron a un after y siguieron con los tragos y la musica, en el reservado se oía mucho más floja, con la oportunidad de poder charlar aún con la música puesta.
Al ser veinteañeros, la mayoría, decidisteis jugar a la botella, como cuando eran adolescentes. Algunos prefirieron bailar o seguir tomando tragos, pero una minoría quiso jugar. Generalmente ya ibais un poco bebidos por lo que la sensación de lo prohibido vibraba en el aire. Por suerte no eras la única chica, sino que algunos habían traído a sus parejas.
La primer pareja que quiso jugar fue la de Matías y Malena. Tú los habías visto besándose por los rincones y riendo de bromas suyas y habías tenido curiosidad. No era un secreto que Matías era un chico guapo, y que según el beso en el set que os disteis, él como Canessa y tú como Laurita, besaba de lujo. Verlos tan pegados, disfrutando el uno del otro te hizo suspirar y pensar como sería si tu fueras su novia. Si te besara y te tocara de esa manera.
Tu vida amorosa era complicada, no podías tener a Matías por quien empezabas a sentir algo y también disfrutabas de tiempo a solas con Enzo. Había empezado tras el rodaje de la película, tú estabas soltera y para él estabas super buena y eras una compañía encantadora, y viceversa. Besaba como si siempre hubiera sabido besar. Era una sensación tan sobre-acogedora que no podías evitar terminar en la cama la mayoría de veces. Y no te quejabas de ello. Pero no era nada serio, simplemente erais amigos con derecho a roce.
La segunda pareja en ofrecerse fuisteis vosotros. También se unieron varios chicos y chicas más, solteras o con pareja. La botella empezó a rodar con la tirada de Malena, quién le toco con un chico al que no conocías. Seguidamente de silbidos y gritos, era tu turno. Así como giraba parecía que fueras a besarte con Blas, pero no fue así. La botella se paró entre Enzo y Matías. Malena te dijo que volvieras a tirar que eso no contaba. Lo volviste a hacer con un resultado totalmente idéntico. Agustín dijo que eligieras quién más te gustaba, guiñándote un ojo. Para él era fácil, solo miraba con su novia al lado.
Besaste a Enzo, casi por costumbre, pero no sin sentir la pasión y la lengua cariñosa de él. El beso era suave y dulce. Había tomado un trago con sirope y podías lamerlo en el interior de su boca. Un escalofrío te subió por la espalda. Quisiste agarrarlo y nunca soltarle. Pero eso era lo que te provocaba el alcohol, una facilidad para calentarte con cualquier roce. O simplemente era Enzo, que era lo más probable.
Matías bebió de su copa un poco enfurruñado. Al parecer, no era un secreto que el joven había puesto el ojo sobre ti, un secreto a voces incluso, menos para ti. Tú solo sabías de su relación abierta pero no querías inmiscuirte, por lo que decidiste besar a Enzo, por mucho que os hubieras besado previamente. Aún así, Matías sintió un deseo extraño: los dos increíblemente atractivos besándoos como si no hubiera un mañana de la forma más pasional que hubiera. Puede que quisiera algo de eso. Suspiró y miró a sus novia, ¿le importaría si sucediera algo así? Probablemente no.
Por como avanzaba la noche, sabías que ibas a irte a la habitación de hotel de Enzo. No os dejabais de mirar y no podías resistirte a sus encantos de caballero. Te susurraba al oído y te estremecías, te daba de beber de su trago, te besaba en el cuello cuando alguien le tocaba besarse con otra persona. La fiesta no tardó en terminar y con las limusinas os fuisteis todos al hotel reservado.
Nota: ¿Qué pasara? ¿Enzo y tú pasareis la noche juntos? ¿Se unirá Matías? Eso lo veremos en la parte dos, si es que os interesa. Comentad o dad me gusta y me lo haréis saber.
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kaitoxw · 1 year
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había estado horas buscando esa ultima pieza, por lo que había decidido darse un tiempo para sentarse en uno de los restaurantes que quedaban abiertos, y beber un trago de vitae de su petaca. " ¿cuáles encontraste? si me muestras las tuyas, te muestro las mías. " propone a primer cainita que se encuentra. había invertido todo de sí en el juego, decidido a encontrar sus cinco gashapones. le faltaba sólo una para ganar. " tranquilx, prometo no robarte. "
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fantasy-relax · 2 months
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Solo un sueño (NSFW)
Donna Beneviento x G!p Reader
-Fuu, mi espalda me está matando- 
Estirando tus músculos adoloridos miraste a tu alrededor, sin polvo y 
telarañas la solitaria mansión perdía algo de su terror.
Eres la única persona que podía entrar y salir del territorio de Lady Beneviento sin repercusión alguna, en la última semana de cada mes visitabas la mansión de la cascada para limpiarla de arriba abajo muñecas incluidas , una labor que la sacerdotisa misma te había encomendado.
Al principio tenías miedo de hacer algo que ofendiera a Lady Beneviento, así que  pasaste toda tu estadía preguntando antes de hacer el mínimo movimiento para asegurar que todo fuera del gusto de la dueña de la casa.
Sorprendentemente a pesar de su enérgica y traviesa personalidad, Lady Angie respondió a tus preguntas claramente e incluso te enseño personalmente el procedimiento para limpiar cada muñeca, demostrando una paciencia que debía provenir de la señora de la casa.
Sacaste tu libreta y tachaste tu última tarea del día.  Con tres años en este trabajo, ya tenías una rutina establecida y te gustaba seguirla.
Te dirigiste al ascensor para tu rutina favorita del día: hora del té con Lady Angie.
-¡Tardaste veinte minutos más de lo habitual!- Angie reprocho apenas entraste flotado hacia la estufa con tetera en mano- ¡El té ya está frío!
-Me disculpo, Lady Angie tenía que reparar el hueco en la pared, que por cierto ¿tiene idea de cómo apareció?-  Preguntaste a la muñeca.
Después del primer año tu miedo se había desvanecido y el pasar tiempo con ella era algo que alegraba tus días.
-¿Un hueco? No tengo idea- Sabías bien que estaba mintiendo pero la dejaste ser.
-Hmm un misterio sin resolver.- Dijiste mientras mordías una galleta saboreando con deleite, Lady Beneviento realmente era talentosa en la cocina.
- ¿Te gustan? Donna uso cáscara de naranjas esta vez-
- ¡Están deliciosas! Ya quisiera yo hornear como Lady Beneviento-
- HA sigue deseando jamás llegarás ni a las suelas de los zapatos de Donna.- Lady Angie dijo mientras te servía una taza del té especial que la señora de la cascada había creado especialmente para ti.
Tomando un sorbo sentiste como todo tu cuerpo se relajaba, el dolor en tus músculos disminuyendo en cada trago.
Después de pasar un rato hablando con Lady Angie el reloj sonó marcando el final de tu tiempo juntas.
-Ya es hora de dormir, descanse Lady Angie- Te levantaste mientras la muñeca permanecio en su lugar como siempre.
-Arrivederci, dulces sueños-
________
Tus pasos resonaban en las paredes tu cuerpo pedía alivio y sabias bien quien te lo daría . Tocaste la puerta y entraste sin esperar respuesta.
-El punto de tocar es esperar que te respondan- Lady Beneviento habló desde su asiento enfocada en su trabajo.
Con tan solo escuchar su voz sientes la presión en tus pantalones aumentar. 
Donna se paró de la silla y rápidamente tomaste tu lugar mientras desabrochabas tus pantalones y liberabas tu miembro de tu ropa interior.
-Tan impaciente- Dijo mientras alzaba su vestido sentandote encima sin dejarte entrar en ella solo dejandote sentir su coño expuesto.
- Puedo sentir que no soy la unica impaciente mi señora- Comentaste mientras tocabas sus labios humedos por su necesidad.
- Tardaste mas de lo habitual- Dijo con ligero reproche en su voz.
- Mis disculpas, la reparacion me tomo mas tiempo de lo que pensaba- Acariciaste su cintura y besaste su cuello.
-Pues a mi me tomara mas tiempo terminar con esto- Suspiraste sabiendo bien lo que iba pasar.
- Asi que quedate quieta en lo que termino- Dijo mientras te tomaba con lentitud.
Tragaste saliva apretando su cintura a pesar de tener una piel fria al tacto su interior era calido.
Gemidos escaparon de ambas cuando finalmente te tomo por completo, sus paredes te apretaban tan placenteramente, eras la unica persona que podia entrar y salir de ella sin repercusion alguna.
Abrazandole de la cintura respiraste profundo, sabiendo bien que no podias hacer nada hasta que terminara su trabajo.
Era una dulce tortura.
—-
Donna jamas te la ponia facil cuando la hacias enojar, apretaba las paredes de su vagina  entre ratos movia la cadera y se levantaba ligeramente para bajar con suavidad. No sabias cuanto tiempo faltaba para acabar con tu inmerecido castigo.
-Donna por favor- Sonabas patetica y no te importaba.
Gimoteaste como perro cuando se levanto, solo para gemir cuando se volvio a sentar esta vez frente a frente.
-Tienes suerte de que te extrañe- dijo mientras  te montaba con una energia que nadie creeria provenia del lord mas recluido, le besaste y dejaste que su lengua exploraba cada centimetro de tu boca tragando tus gemidos.
Dejaste que siguiera por unos minutos antes de levantarte y acostarla sobre su mesa de trabajo, rompiste su blusa notando la falta de brasier, besaste sus pechos mientras embestias con rapidez. Soportabas tu peso con una mano y frotabas su clitoris con la otra mientras chupabas y mordias sus pechos con suavidad para luego lamer tus marcas.
Sus gemidos cuando se corria eran tan fuertes contrario a su callada manera de ser, saliste de ella y la besaste para luego voltearla, esta vez tus embestidas eran lentas y profundas justo como le gustaban. Pellizcaste su clitoris mientras acariciabas sus pechos cubiertos de tus mordidas a la vez que besabas y mordias su cuello.
-¡Non ti fermare!- Sabías que estabas haciendo un buen trabajo cuando cambiaba a italiano.-   ¡Vai, non ti fermare, Amore!
Agarraste su cadera para embestirle con fuerza, llenandola por completo,el sonido de tus saco chocando con su trasero aumentaba el ambiente pecaminoso, tu un simple mortal te estabas cogiendo a una de las hijas de la sacerdotisa. 
Sentías como estabas cerca de tu orgasmo, Donna movió su cabeza para besarte a lo cual correspondiste mientras movias una de tus manos para frotar su clítoris y con la otra apretaste su cuello.
-Donna- Susurraste en su su labios antes de correrte dentro suyo, sentias como sus paredes te apretaban como si te quisieran sacar hasta la última gota.
Seguiste besandola las dos disfrutando del orgasmo compartido.
-Llevame a la cama, Cara mia, no deseo destruir mi trabajo duro-
Miraste a las piezas de la muñeca en la orilla de la mesa, te sorprendía que no se hubieran caído antes en realidad.
Con un último beso saliste de ella para cargarla, la noche aún empezaba.
__
La alarma te levanto, sentadote parpadeaste para quitar el sueño de tu ojos.
Mirando a tu regazo notaste que de nuevo, tu amigo se había levantado antes que tu, recordando tu sueño sentiste tu rostro arder.
Te cubriste el rostro con vergüenza, otra vez habias tenido un soñado con Lady Beneviento en un escenario para nada profesional.
Suspirando te levantaste de la cama para bañarte con agua fria y al pararte notaste la humedad entre tus piernas.
Por dios pareces una bestia en celo.
Agarraste una toalla para cubrirte y una muda de ropa. Esta era una rutina que realmente odiabas.
________
Bajando para desayunar con Lady Angie, agradecias que la señora de la casa rara vez hacía acto de presencia.
-¿Dormiste bien?- La muñeca te pregunto con un curioso tono de voz, menos agudo y mas tranquilo.
- Perfectamente Lady Angie.
Te preguntabas si Lady Beneviento ya había desayunado.
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smoothoper44tor · 6 months
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Granada, Andalucía felipe otaño x malereader
(Una pequeña visión en el primer capítulo de mi historia. Pronto empezaré a publicar los capítulos, pero ya podéis ver la introducción +gráficos.
Público en wattpad bajo el nombre de @smothoper44tor)
Capítulo Uno ❝Foreigner waves❞
El sol anaranjado de Granada había desaparecido entre las olas. Había sido un baile lento, musicalizado por suaves ráfagas de aire caliente y la melodía de fondo que irradiaba del chiringuito. Sus ojos cristalinos se habían fusionado con el movimiento sereno del mar, abstracto de la ruidosa vivacidad que le rodeaba.
   «Mierda» murmuró contra la botella de cerveza, los chicos estaban lejos de ser vistos. Al igual que el sol, habían desaparecido entre la multitud, las luces de colores y la música.
A duras penas hizo apoyo en su propia rodilla, cediendo el espacio antes ocupado en el muro de roca a la soledad de la noche. Se enfrentó a un par de personas vomitando antes de divisar la figura delgaducha y estirada de Enzo entre la multitud, aún vestía el jersey rojo con el que había salido del hotel.
«¡Enzo!» Felipe pudo sentir la crudeza del grito en el fondo de su garganta. El volumen de la música apenas permitía que se distinguiera la letra de la canción «¡Enzo!» llegando por fin a él, tiró con crudeza de su hombro. Al girarse el individuo, la cara de Enzo desapareció de la ecuación, ni siquiera el jersey mostraba el mismo tono que el del uruguayo. «Mierda, disculpáme yo no-» El extraño alzó las manos con símbolo de paz.
   «Tranquilo guaje» Su voz melosa acalló todo el ruido, incluida la propia voz del argentino.
   «Te confundí con otro pibe, perdonáme» Quizás había sido la distancia, o el alcohol en sangre, pero la figura del chico frente a sí se asemejaba bastante a la de Enzo. Puestos a admirarlo de cerca no podían ser más diferentes; los trazos de su cara eran opuestos al completo, por no mencionar la mirada particular que diferenciaba a cada uno.
   «'Ta bien, 'ta bien» Una sonrisa del contrario acaloró sus mejillas, estaban muy cerca, demasiado.  «¿Andas solo?» Le dio una calada a su cigarrillo, sin apartar la mirada del chico. Pipe sintió que, por un breve segundo, el aire se le atascaba en la garganta.
«Yo-ahm» Un último vistazo confirmó que sus amigos todavía continuaban fuera del mapa «No encuentro an mis amigos» habló al fin, compungido.
«Voy a tomar un trago y te ayudo a encontrarlos ¿sí?»
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Justo en su temperatura,
esa que al sentirla en mis labios hace que me invada la gula con pequeños atisbos de lujuria...
El receptáculo adecuado,
ese que se adapta tanto a mi mano como a mi boca...
Caldo tórrido que estímula mis neuronas y
activa mis sentidos...
Ansío engullirlo,
anhelo saborearlo,
da igual por la mañana o por la tarde.
La cuestión es deleitarme con él,
relamerme con su adictivo sabor...
Mi lengua es afortunada de poder saborear semejante elixir y de sentir ese calor genuino bañando mis papilas gustativas...
Cuando se precipita por mi garganta siento que pasa a ser parte de mi,
me siento un privilegiado de poder beber semejante producto natural que se genera de las emociones más puras y de oscuras intenciones...
Ese primer trago, esa primera sensación produce un subidón de mi energía, de mi ego y mis ganas de más y más...
Toco con la mano el recipiente en el que me gustaría introducirme,
la calidez que siento me reconforta y me incita.
Acerco mi boca con parsimonia,
el aroma puro me embriaga,
lo inhalo con devoción mientras venzo mis párpados poco a poco...
Ese primer contacto con mis labios,
ese primer sorbo,
esa primera sensación en la rugosidad de mi lengua...
¿Acaso no son estos pequeños momentos, estos nimios gestos y esos ligeros detalles los provocan placeres mayores?
Luego nos tomamos un café ¿no?
©Navegandoportumente
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ocasoinefable · 3 days
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Llueve. Está palabra tiene el sabor de un suspiro. Cae la lluvia mientras el tiempo duerme. Calvo mis ojos entre la brisa y la lluvia, el ruido me atrapa, el peso de mis huesos aumenta. soy un alma humana esto lo sé, pero es esto la misma la causa de mis preguntas y dudas, tan humana como la tierra y el polvo. Pienso en las sombras y el olvido, me sacude el miedo, trago el aire y sello mis labios mientras deseo apagar mi mente. Aquí estás tú, como la luz en medio de la noche en el mar, como el suspiro que le falta a mi aire para respirar, el beso que llama mi alma, la sonrisa, la calma, mi hogar, el deseo de mis sueños y el aroma que baña mi piel. Te das cuenta de como la brisa se corta en mi boca o como el color de mis ojos cambia, y sin saber cómo lo haces, me dices lo que necesitaba escuchar, me didecas el silencio cálido, el abrazo tibio, el sudor de tu piel a la mia para no morir de frio. me lees desde el primer al segundo lati. es como si escucharas mis silencios y vieras la desnudes de cada pensamiento. me siento frágil, como el beso que rueda de tus mejillas cuando lloras, mi corazón se entibia como el aire que muerdes y sonríe entre tus manos y latir.
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stclli · 3 months
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FILE: STELLA LI. HABILIDAD: Agilidad (3/3). PÁRRAFO: Una escena de su adolescencia.
En una habitación envuelta en sombras, los dedos temblorosos de JingJing destaparon la primera cerveza entre risitas imposibles de silenciar. Shuhua nunca había bebido ni una gota de alcohol; fue casi predecible cómo su garganta rechazó el sabor en una arcada que supo detener presionándose los nudillos contra los labios. A continuación, más risas.
—No exageres, no está tan mal. ¿De verdad es tu primera vez? Yo a veces le robo a mis papás. Nunca se dan cuenta, —confesó con una sonrisa traviesa antes de quitarle la botella a su amiga y humedecerse el paladar con un trago corto. La clave, según explicaba, era tomar solo una. Si desaparecían varias, sospecharían. Si solo tomaba una, la ausencia pasaría desapercibida, por eso esa noche les tocaría compartir aquella. Arriesgadas pero no estúpidas, ¿cierto?
—Está un poco…
—¿Divertida?
—Asquerosa —la opinión sin tapujos se ganó un manazo inofensivo en su espalda—. Pero está bien. Me gustan las primeras veces… raras. Me dan ganas de seguir probando.
—¿Lo recordarás cuando seas anciana? ¿Pensarás en cómo tomaste tu primera cerveza conmigo? Qué romántica, Li Shuhua… —La más menuda se burló canturreando las palabras. Sus mejillas empezaban a adoptar un lindo color cálido. Casi le invitaba a acariciarlas con las yemas de los dedos... Comprobar qué tan suaves se sentían.
Shuhua bufa.
—Tendrás que tomar las veces suficientes conmigo como para no olvidarlo.
Si decidió retarla de reojo, fue para lucir indiferente. Shuhua, la Shuhua que todos conocían, era hermética y calculadora en su manera de actuar y hablar. Esa misma Shuhua que parecía desaparecer en la órbita de JingJing.
—Bebe conmigo todas las veces posibles. Me aseguraré de tener baijiu, vodka…
A Jingjing le gustaba pintar situaciones hipotéticas, como si las invitara a ambas a un paseo por el tren de la creatividad donde todo lo que recitaba su voz se hacía realidad. A Shuhua le gustaba Jingjing, así que cualquier cosa que pintara como un plan recibía un acatamiento dócil de su parte.
—¿Qué harás cuando seas una campeona famosa mundialmente? ¿Te olvidarás de mí?
JingJing apoyó la mejilla contra el borde del colchón. Shuhua no se había dado cuenta en qué momento se había acabado la mayoría de la botella.
—¿Quieres que lo haga, acaso? Si estás pensando en cómo va a terminar nuestra amistad mañana, me iré, —retó con una voz que sonó más seria de lo que pretendía. Para frenarla, su amiga le sujetó la tela de la camisa y le otorgó la negativa silenciosa con un leve movimiento de cabeza.
—Estemos juntas… Toda la vida. Vivamos mil y una primeras veces. Juntas.
Shuhua solo la observó con la mandíbula tensa. Solía hacer eso cuando más pensaba, como si las palabras correctas siempre se le escaparan o, quizás, deseando que solo una mirada fuera capaz de entregar lo que no salía por su garganta ahora contraída por el pánico.
Apenas habían terminado la preparatoria, sabían que tenían un mundo de incertidumbres por delante, y aún así había una sola cosa de la que Shuhua estaba segura: JingJing le había robado muchas más primeras veces de las que tenía conocimiento. Por ejemplo, su primer amor.
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blacksvans · 1 month
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❝ ¿Escuchaste las trágicas noticias, Silas? ❞ Cuestiona, metiéndose una de las jugosas y frescas uvas que estaban servidas en las diferentes cornucopias de la futura fiesta del más alto, acompañando su fruta con un trago del vino más exquisito. ❝ Uno de los cachorros de Altair cayó en batalla… ❞ Agrega cierto misterio, por si el otro desconocía cual de los dos había sido, generarle la intriga de si era el más alto, el macho, el alfa. O el más joven, bello e insaciable guerrero; el omega. ❝ Al parecer el reino del Sol tendrá su primer gobernante omega en milenios… ¿Cuándo fue la última vez que vimos uno? ¡Inmensurable! ❞ Y eso solo significaba una cosa, todos desearían desposar al omega para conseguir el reino del oro y el calor como aliado directo al tener un hijo. | @smileflowcr
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yourneondemon · 5 months
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🐬 Jotaro Kujo 🐬 [01] PRIMER ENCUENTRO
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Sinopsis: Han sido días atareados para Jotaro Kujo y un trago para acabar el día no es mala idea, sin embargo, no esperaba atraer la atención de una polilla que se creía una mantis muy hambrienta.
Ship: Jotaro Kujo, Rem Halloween
Fandom: Jojo's Bizarre Adventure
Recuento de palabras: 5493
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Jotaro: *No había podido pegar bien el ojo la noche anterior a la charla, era muy importante y eso le pesaba en los hombros como nunca. Aunque estaba seguro de sí mismo y había estudiado mucho -en especial lo que iba a decir-, sentía su estómago contraerse en sí mismo. En consecuencia, el té que tomó antes de salir del cuarto de hotel le generaba una molesta acidez. Se quejó al respecto en el camino pero no podía hacer más que seguir, dar esa charla y relajarse para luego ir a su tercera charla en los dos días entrantes*.
*Vestía un saco muy fino y elegante de color azul oscuro, si su madre estaría ahí le acomodaría la corbata muchas veces; pensar en eso le hizo esbozar una pequeña sonrisa. La echaba de menos y en muchos casos como estos, cuando se encontraba entre toda esa gente que halagaba su trabajo y esfuerzo, se sentía pequeño y más que nada, solo*.
*Actualmente se encontraba en la prefectura de Tokio, Japón, y debía dar charlas sobre su profesión como biólogo marino. Así que salió del hotel donde se hospedaba y fue caminando rumbo al salón de eventos. Era más que obvio que se llevó consigo un paraguas transparente, típico de allí por las constantes lluvias o garúos*.
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*El lugar era amplio con luces azules y toques verde agua que daban ambientación al evidente tema, la vida marina. Todos vestían muy elegantes, de seguro con las prendas -o una de las prendas- más caras de sus vidas para una ocasión tan importante. No iba a ser el único en presentar una charla informativa, eran varias personas luego de él, pero sí los más importantes. Solo rezaba en el fondo que no se cruce con un usuario de stand esa noche ni en ninguna otra que tendría que trabajar y hablar de foma pública*.
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*La noche transcurrió tranquila, no era lo mejor que se le daba estar con tanta gente, copas relucientes, mujeres coqueteando con disimulo con él, la mirada de los profesionales -aún así, le gustaba debatir con estos último-. Al principio pensó por un momento que podría estar con una mujer en la noche, solo sexo y luego al otro día vacacionar un rato. No se consideraba una persona de hacer esas prácticas, normalmente trabajaba la mayoría de días hábiles, pero descansar se veía bastante bien y mucho más luego de varios compromisos importantes. Después de hablar con algunos científicos de renombre, se quedó solo para comer un poco de un elegante banquete de entradas y picoteo, podías tomar los que querías. Bebió un poco de alcohol y se retiró de la fiesta finalmente*.
*Caminó por las calles de Japón que estaban muy iluminadas, le molestaba un poco al ser tan de noche, ni siquiera se veían las estrellas por la contaminación lumínica, este era otro mundo. La lluvia no cesaba y tampoco es que su saco le importase mucho, pero no quería lidiar con un resfrío, así que extendió su paraguas transparente y siguió caminando por las calles de Tokio, Japón*.
*Un buen trago no me vendría mal, pensó, no tenía que hacer nada al otro día. Una vez entró a un bar conocido de allí procedió a sacarse el saco negro, sentarse en la barra y pedir un whisky sabor menta con su característico color verde. Disfrutó el sabor en su paladar y el aroma que acariciaba sus fosas nasales al salir después de tragar. Una mujer se sentó con un bellísimo vestido plateado, corto hasta un poco más arriba de la mitad de sus muslos dejando ver sus hermosas piernas tan brillantes como las lámparas de los techos y con los hombros descubiertos. Hizo el intento de darle conversación*.
Mujer: Un hombre con su estatura y en solitario es como ponerse a la vista de las leonas de por aquí *Comenta mientras coloca su larga cabellera a un costado de su hombro, mostrando su delicada y bonita espalda blanquesina*.
Jotaro: *Baja el vaso de cristal con las gotas sobrantes dentro* Mh, *Mira a la mujer elegante y esbosa una sonrisa* ¿estoy siendo acechado por leonas?
Mujer: Tienes muchos de sus ojos, sí *Deja inclinar su cabeza levemente a un costado para asentir a lo que insinuaba, pero también mostrando un interés peculiar en él*.
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Jotaro: *Sonríe suavemente teniendo en cuenta su lenguaje corporal, era más que obvio que estaba interesada* Entonces, ¿se pelearán por mí acaso? *Realmente era un hermoso partido ¿Qué tenía que perder? Sin embargo, una voz y un delicado toque tan suave y pequeño subió de la mitad de su espalda hasta su nuca que lo obligó a voltearse para ver de quien se trataba. Se impresiona al notar que se trataba de un hombre, delgado, de baja estatura y con un corte de cabello particular. Supuso que era moda de Japón, pero no había visto a muchos así, con un flequillo casi cubriendo su cejas y de filo recto, y de largo hastaarriba de su cuello, casi a la altura de su mandíbula. Su acento suponía que no era japonés ni inglés, entonces, ¿de dónde?*.
Rem: Atrajiste mi atención, caballero *Hace un gesto con la mano para indicarle al bartender presente que le sirva un trago, que al parecer sabía cual era. Usaba guantes blancos con un pequeño detalle, era un botón de plata con una mantis grabada y en su ojo un cristal que apenas se veía* Biólogo marino, mh.. *Lo observa* Japonés, pero presiento que heredas otras partes del mundo *El bartender le entrega el trago, y antes de beberlo, procede a sacar de su bolsillo un pañuelo blanco y limpiar la zona donde iba a apoyar los labios, también aprovecha y lo pasa por la mesa*.
Jotaro: *Notaba esos movimientos, esa actitud aparte de acechante* ¿Toc?
Rem: Eres buen observador *Deja el pañuelo doblado en cuatro a un costado a la misma altura del vaso* Así es. Rem, Rem Halloween.
Jotaro: Jotaro Kujo *Endereza su espalda, estaba sorprendido del hecho que un hombre intente robarse la atención de él, se veía muy seguro de sí mismo. La mujer finalmente se rindió y se retiró del lugar dejando el dinero* ¿Eres la leona de la manada?
Rem: *Sonríe dando un pequeño sorbo a su vaso de cristal* Soy una polilla, una que se cree una mantis religiosa. Suelo comerle la cabeza a mis amantes... *Apoya su cabeza sobre la parte de arriba de su mano tomando una postura relajada y sin perder de vista los ojos del pelinegro*.
Jotaro: (Vaya, interesante) *Se le forma una pequeña sonrisa. Casi nunca mostraba su lado seductor, coqueto, atrevido, no tenía tiempo para estas cosas, pero este chico sí tenía toda su atención* Muy bien, polilla peligrosa, ¿qué puedes aportar a esta conversación?
Rem: Pues, seré directo. Vengo hambriento, ¿crees ser capaz de darme de comer? Una bonita noche lluviosa como esta merece un platillo prominentes *Acomoda un pequeño mechón de cabello detrás de su oreja*.
Jotaro: *Nunca había tenido esta conversación, pero le agradaba mucho el jugueteo tan delicado, sin palabras tan subidas de todo, con una caricia sensual era suficiente* Bueno, *Aprovecha a enderezar su espalda y contraer un poco sus escápulas sacando pecho y viéndose más grande y prominente* la pregunta es... ¿debo usar guantes?
Rem: (Increíble... se preocupa por mi toc) Sí. Nada de escupitajos o saliva arriba, por favor. Gracias por tener eso en cuenta. De lo único que debes preocuparte... *Dice inclinándose un poco hacia adelante y acortando las distancias, incluso acercando su mano a él sobre la mesa* es de mi apetito...
Jotaro: No tengo ningún problema con eso, no subestimes a un biólogo marino *Él también se inclina hacia adelante para mirarlo y analizar sus facciones, pecas, ojos marrones, cejas prominentemente peludas, cabello del mismo marrón, labios un tanto carnosos y micro cicatrices viejas; se preguntaba qué clase de trabajo tendría o qué situaciones pasó para tenerlas*.
Rem: No te subestimo, te desafío, Jotaro Kujo...
Jotaro: *Su sonrisa se amplía y bebe el último sorbo de su segundo trago sabor menta. Se pone de pie dejando ver su verdadera altura y toma su saco* Acepto el desafío, polilla... *Quedó sorprendido al ver la estatura de Rem cuando bajó del banquillo, estimaba que medía entre 1.60 a 1.70, incluso le dio gracia su actitud tan seductora, desafiante, firme y teniendo su altura, pero ¿quién era para juzgar? Al caminar por el bar, notó muchas miradas de mujeres en otras mesas que lo observaban. Tantas interesadas y quien salió ganando fue un hombre polilla barra mantis, ¿quién lo diría? Esbozó una sonrisa por su pensamiento. Ambos se dirigieron a la puerta de salida del bar para caminar por las cerradas veredas de Japón. Como llovía un poco, extendió el paraguas transparente y los cubrió a los dos*.
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Rem: Gracias, caballero. Olvidé mi paraguas, de hecho *Estaban cada vez acortando más las distancias del uno al otro mientras caminaban* ¿Vienes aquí seguido o solo estás por algo en particular? *Mira a Jotaro y su saco, tan delicado y bien arreglado, para luego observar las vidrieras de los locales a los que iban pasando*.
Jotaro: Vine de viaje por unas charlas sobre la vida marina de ahora, problemas actuales y poner en las mentes de la gente adinerada todo lo dicho, y para los expertos, es solo un recordatorio. Estos eventos no son una sorpresa para mí, rutina, nada especial. Me gusta viajar, es lo único atractivo *Camina por la peatonal notando las miradas de todos los japones y extranjeros que lo miraban por su increíble altura y gran complejidad*.
Rem: Ya veo. Cambiar de aires es bueno de vez en cuando. Me encantaría viajar a las montañas algún día, extraño el silencio y solo el sonido de algún arroyo de por ahí, o el viento moviendo las hojas de los árboles. Sentir frío por las mañanas y prender una hoguera. Son estupideces y- *Iba a continuar hablando, pero cuando giró la cabeza para ver de nuevo a Jotaro, él lo interrumpió*.
Jotaro: Decir que es una estupidez, fue una estupidez. No le veo lo estúpido *Sigue caminando, notaba que Rem debía dar más pasitos por lo bajo que era, así que desaceleró el ritmo, no quería agotarlo* También extraño el silencio. Aquí la gente se mueve todo el tiempo, es constante, hay ruido, música, parloteo en todas direcciones. Ni siquiera se pueden ver las estrellas en la noche, hay tanta contaminación lumínica...
Rem: Sí, es verdad. No viviría aquí por mucho tiempo, o me iría a una zona rural *Doblan por una esquina y el viento lo choca de frente, haciendo que unas pequeñas pinzas de su cabello se suelten, sujetaban sus antenas de polilla, tan esponjosas* Oh, mierda *Se da media vuelta y nota que las pinzitas se van volando*.
Jotaro: *Lo escucha maldecir y también lo sigue con la mirada* Así que eres una polilla literalmente, no te preocupes *Se quita su propia gorra y se la coloca* Ten, trata de que no se vuele, es especial *Continúa caminando por las bonitas y cuidadas calles*.
Rem: Oh, muchas gracias *Le quedaba bastante grande, pero era calentita por lo abrigada que era por dentro* No me gusta llevar las antenas expuestas con este frío, me da más frío *Comenta con una pequeña verguenza por dentro*.
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Jotaro: No es nada. Aquí es. Aquí me desalojo temporalmente *Con una tarjeta, logra abrir la puerta de entrada al edificio, pero obviamente le da el paso primero a Rem* Adelante.
Rem: Gracias *Sonríe apenitas por el buen trato, se sorprendía de lo educado y caballeroso que era. Había salido con varios hombres, y no todos eran así, muchos se saltaban el diálogo e iban a lo que iban, pero perdía todo el atractivo. Después de caminar un poco más, subieron al ascensor*.
Rem: *Le da el paso primero apenas las puertas se abren para devolverle el cumplido* Por favor.
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Jotaro: Gracias *Entra al ascensor, y cuando las puertas se cierran, mira a Rem. Se cruza de brazos* ¿Entonces... qué te gusta? ¿Me dirás o tendré que averiguarlo?
Rem: *Con cuidado coloca un mechón de su cabello detrás de su oreja y sus mejillas se tornan levemente rosas, no se esperaba esa pregunta tan directa. Le gustaba mucho enfrentar a los hombres, pero siempre terminaba teniendo problemas al momento de interactuar en la cama, por sus gustos y por su toc. A veces no respetaban uno o el otro, o ninguno de los dos, e incluso no llegaban a nada, perdió la cuenta de todas las veces que pasó eso, es decir, nada* Bueno... No son gustos tan... comunes *Frota un poco sus manos por el nerviosismo, ya no tenía esa postura tan segura y firme como en la barra*.
Jotaro: Mhh... Déjame adivinar, ¿malas experiencias? *Las puertas del ascensor se abren y le deja el paso*.
Rem: *Sale del ascensor y asiente con la cabeza* No hubo experiencias, no terminaban en nada. La gente no tiene paciencia y no está preparada para lidiar con un chico con una enfermedad mental como la mía, con una condición. Un trastorno obsesivo compulsivo de la limpieza, es difícil a la hora de tener relaciones *Da un pequeño suspiro siguiendo a Jotaro, ya que no sabía donde estaba su habitación de hotel*.
Jotaro: Ya veo. Tienes suerte esta noche, porque me desafiaste y acepté, así que, descubriré tus gustos para satisfacerlos y seguiré al pie de la letra tus reglas *Saca su tarjeta y la apoya en un lector, era nuevo en esto, estaba acostumbrado a las clásicas llaves. Le da el paso a su habitación*.
Rem: Gracias. Me sorprende escuchar eso venir de alguien, no es nada común. Como te dije, la gente hoy en día en impaciente *Cuando pasa a la habitación, lo primero que huele es canela, al parecer había algún perfume para sábanas o ambientes con ese toque. No le desagradaba. Todo estaba ordenado, eran pocas cosas sobre la mesa del reducido comedor, había un par de macetas pequeñas con plantas básicas y clásicas para habitaciones chicas, y por último divisó una taza en uso sobre la mesada de la cocina. Muchas veces que entraba a las habitaciones de la gente con la que salía, se ponía muy nervioso al ver su desorden si era muy llamativo: tazas tiradas, el suelo muy sucio, cama desecha, mal olor, y por último, terminaba desistiendo si había mascotas. Soportaba mucho más a los gatos que a los perros, ya que los gatos solo lo olían un poco y se iban, pero los perros de tamaño grande o pequeño, saltaban y se movían mucho, y eso lo alteraba demasiado*.
Jotaro: Tengo guantes de látex, pero también uso unos de cuero para el invierno *Deja su saco colgado en un perchero en la pared y desabrocha el chaleco de abajo* No quiero que te sientas incómodo, no debe ser fácil sobrellevar día a día un toc de esa magnitud *Aprovecha que Rem estaba de espaldas a él y baja su mirada a su trasero, no hacía eso con nadie, pero a punto de hacer lo que vayan a hacer, era un dato que quería comprobar y... no tenía mal trasero, a simple vista parecía uno normal, pero quería testearlo más de cerca*.
Rem: Mh, sí, los de cuero son mejor al contacto *Sus mejillas y orejas estaban más coloradas ahora, no se esperó que alguien cumpliese estas pequeñas normas antes de hacer las demás cosas, y aunque parezca loco, había una enorme contradicción, su acompañante debía tener cuidado con algunas actitudes pero una vez en la cama, algunas cosas sí eran permitidas. Poco a poco se iba animando a más*.
Jotaro: *No esperó mucho más para colocarse los guantes de cuero* Entonces... *Da pasos hacia adelante y corre el cabello de Rem detrás de su oreja y le regala un susurro* ¿Vas a decirme lo que te gusta?, ¿o tendré que explorar terreno desconocido? *Acaricia con su dedo índice el cuello del más bajito, intentando hacerle pequeñas cosquillas solo para molestarlo y ponerlo nervioso, pero no estaba listo para escuchar la siguiente declaración*.
Rem: *Se le forma una pequeña sonrisita torcida y temblorosa al sentir ese escalofrío por su columna, tan delicioso y fascinante, hacía tantos años que venía buscando este tipo de sensación. Levanta su hombro para proteger esa zona tan sensible y deja que una risita seca salga de su boca* Y-ya lo encontraste *Murmura con timidez aún de espaldas* Me gustan las... *Toma aire y suspira, trataba de agarrar todo el valor del mundo para decirlo en voz alta, cara a cara con su pareja* ...cosquillas, solo las suaves, con besos. Busco esa sensación porque... *Traga con dificultad por los nervios, en esta parte normalmente su pareja temporal lo miraba extraño o decidía no continuar* me resulta excitante...
*Hubo un breve silencio en todo el cuarto del departamento, gurutal, pesado, tenso*.
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Rem: *Entre esos segundos de silencio que pareció una eternidad, su corazón latió rápidamente y sentía que su respiración iba a traicionarlo. No se podía dar la media vuelta y ver a Jotaro a los ojos, temía que pensase mal de él* Mira, eh... Si te es muy extraño, tan solo puedo retirarme y que no sea una situación tan incómoda para ambos *Pero no hubo respuesta, así que se giró y buscó al pelinegro por la habitación. Así es, se encontraba parado detrás de él cruzado de brazos y mirándolo con una pequeña sonrisa que lo obligó a tragar con dificultad una vez más. Su corazón dio un salto tremendo*.
Jotaro: Acepté un desafío, acepté las condiciones y ahora... *Apoya su mano contra la pared de forma brusca para acercarse a su rostro* ¿Por donde empiezo, pequeña polilla? *Amplía su sonrisa sin cortar el contacto visual* No. Mejor, ¿por dónde te gustaría que empezace?
Rem: *Sus ojos se iluminaron, su deseo más íntimo iba a ser cumplido por este extraño que ya no le parecía extraño ¿Qué podía perder? Era alguien que vería esta noche y nunca más, podría confesar sus más oscuros secretos -o al menos para él se consideraban oscuros* D-dónde, e-eh q-quieras... B-bueno... *Hacía mucho tiempo que no tartamudeaba de esa forma*.
Jotaro: *Se inclina un poco más para verlo mejor a los ojos* ¿Por qué mejor no te sientas? Veo mucho estrés *Toma la mano del chico con cuidado, tenía los guantes puestos obviamente, y lo conduce hacia la bonita cama doble plaza que había* Está todo impecable, no te preocupes *Sienta a Rem en la cama* Ponte cómodo *Se va desabrochando los botones de su chaleco que estaba debajo del saco mientras observaba el bonito y delgado cuerpo del chico, pero al notar que a Rem se le dificultaba quitarse la camisa -posiblemente por los nervios-, lo ayuda y va desabrochando botón a botón* Te veo nervioso, ¿es la primera vez que te dicen que sí a tu petición?
Rem: O-oh, s-sí, de hecho sí. Disculpa si estoy en este estado *Se quita la camisa blanca y la corbata negra dejándola doblada a un costado*.
Jotaro: No te disculpes por eso *Toma la ropa recién doblada y la deja reposar sobre una silla* Ya te dije que cumpliré lo que me pidas, pero como estás tímido, entonces empezaré por explorar un poco *Y dicho eso, subió sus manos de forma inesperada hacia las axilas del contrario y viendo su reacción* Es una zona muy común *Sonríe un poco, no se esperaba estar en esta situación pero le divertía*.
Rem: ¡M-mh! *Muerde su labio inferior aguantando las pequeñas risas, pero le fue difícil* Jijiji *Se aleja un poco de él subiendo a la cama sin darse cuenta, bajaba sus brazos para bloquearle el camino*.
Jotaro: *Aprovecha su posición y se recuesta en la cama a su lado, sostenía su cabeza con su mano y con la otra picaba la sensible piel del otro. Subía y bajaba con su dedo índice por sus costillas hasta sus axilas* Así que... esto te excita. No me había planteado de su existencia nunca. Como biólogo marino, tengo una nueva curiosidad profesional ahora, y debe ser resuelta *Se inclina hacia adelante regalándole un bonito susurro* ¿Dónde eres más sensible? *No esperó más y se sentó sobre las caderas del más bajito, obviamente no lo aplastaba con todo su peso, se ayudaba de sus rodillas para amortiguar un poco. Mira al chico ya con una sonrisa juguetona e incluso maliciosa* ¿Por aquí era? *Otra vez asoma su dedo índice a su pobre axila*.
Rem: ¡G-gh! *Sus mejillas se tornan rojas y baja rápidamente sus brazos negando con la cabeza* N-no *Reía de forma tonta por los nervios mientras hablaba*.
Jotaro: Eso no escuché hace rato *Toma su brazo derecho y lo levanta a la fuerza, flexionandolo hacia atrás sin hacerle daño, solo para sostenerlo mejor* Entonces era... déjame recordar *Arrastra su dedo lentamente por sus costillas* Aquí *Presiona entre dos de ellas moviéndolo haciendo pequeñitos círculos*.
Rem: ¡Jajajajajaja! *Encorva un poco su espalda hacia arriba, trataba de apartarlo con su otro brazo pero era muy difícil, ¡medía casi dos metros de altura! y él era una cosita diminuta* ¡N-no no es ahí! ¡Lo juro!
Jotaro: Entonces es... *Va subiendo su dedo y aterriza en su cuello otra vez presionando en círculos* Aquí *Sonríe al verlo tan dramático, le parecía divertido e incluso tierno este juego*.
Rem: ¡Pff! *Ríe un poquito más fuerte y trata de subir el hombro, pero tampoco podía* ¡Jajaja! *Mueve sus caderas y al tener a Jotaro sobre él, hacía fricción y eso lo estimulaba más a ambos*.
Jotaro: Me pregunto si es... *Su dedo se va acercando al centro de su axila* por aquí ¿Qué me dices? *Lo mira a los ojos aún con su sonrisita juguetona y atrevida*.
Rem: *Niega rápido con su cabeza* No no no, no es ahí, d-debes estarte equivocando *Ríe por los nervios y baja lo que puede su brazo esquivando su dedo, pero lo perseguía a toda costa. Si se movía apenitas hacia la izquierda, el dedo de Jotaro lo seguía apuntando al centro* ¡Jiji! ¡N-no! ¡No!
Jotaro: Aquí es *Rasca su pobre axila, hasta que se le ocurre usar su pulgar y moverlo más rápido, casi como agarrandolo* Sabía que iba a encontrarlo, tomaré nota.
Rem: ¡JAJAJAJAJAJA! *Su voz subió un tono más y sus sacudidas fueron más intensas, se estaba despeinando* ¡Jajajajaja! ¡No, por favor! *Usa su otra mano para tomar la muñeca de Jotaro y alejarla con todas sus fuerzas* ¡B-basta!
Jotaro: ¿Por qué, querido? Si me pediste esto, ¿ahora te retractas? *Para él, la fuerza que hacía Rem no era mucha, simplemente lo empujaba* Acepté el desafío, no te quejes ahora *Clava sus cinco dedos sobre esa pobre axila, y ataca a la otra de regalo. Veía a Rem sacudirse como un gusanito, bajar sus brazos y dejar sus manos atrapadas ahí* Solo haces que sea peor para ti (O mejor).
Rem: ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! *Se sacude mucho más y con esfuerzo intenta darse la media vuelta pero era imposible, Jotaro lo tomaba desde las costillas para mantenerlo fijo. Tampoco pudo evitar una pequeña ereccion que lentamente iba creciendo entre sus piernas* ¡Jajajajajajajajaja! ¡Por favor! ¡Ten piedad!
Jotaro: *Nota la erección y lo mira* (Era verdad, creí que no lo decía en serio y solo sería un gusto que quería satisfacer, es decir, sí. Ojalá usar a Star Platinium en esto, pero lo espantaría y no tengo manera de disimularlo) *Decide dejarlo descansar* ¿Y bien? ¿Algo que quieras agregar a la lista de tus zonas sensibles, polilla? *Mira su axila algo colorada de tanto rascarla, así que acerca lentamente su dedo índice*.
Rem: Oh, no no no, ninguna más *Se le forma una sonrisa nerviosa y se aparta rápidamente* L-lo juro, lo juro *Más risitas como si de un niño se tratase*.
Jotaro: Entonces podemos seguir *Aún usando los guantes, baja una mano a su cadera para acariciarla y la zona de su vientre, con la otra masajeaba su miembro erecto, a veces de forma circular sobre su ropa interior, otras acariciando el tronco de arriba a abajo*.
Rem: *Aún tenía la respiración un poco agitada, pero poco se iba calmando y reemplazando por suaves quejidos* Mh... *Cierra sus ojos, los músculos poco a poco cedían a relajarse*.
Jotaro: *Relame un poco sus labios al ver su expresión, tan impaciente por recibir más. Pensaba en continuar con sus movimientos de mano, pero al visualizar su vientre desnudo le picó el bichito de la maldad. Era inevitable incluso para él, alguien muy serio en todo lo que hacía, así que simplemente rascó un poquito su vientre con una de sus manos*.
Rem: ¡G-gh! ¡Jajajajaja! ¡No, no, no! ¿Q-qué haces? ¡Jajajajaja! *Eleva sus caderas y las baja tratando de alguna manera evitar sus manos. Su cabello ahora estaba hecho un desastre, pero después de mucho tiempo, eso no le importaba una mierda*.
Jotaro: ¿Por qué? ¿Me vas a explicar? *Aprovechó para ocuparse de una de sus axilas y a la vez, su miembro. No dejaba de masturbarlo, escuchando sus risas y entre medio suaves gemidos. Se acercó a él inclinándose levemente para susurrarle al oído* Veo que lo disfrutas como nunca... me gusta oírte *Las cosquillas cesan, pronto escucharía más gemidos que risas, y así fue*.
Rem: Mhh.. Uff.. Uff.. Ou... *No puede evitar levantar su mentón para lanzar más gemidos. Cuando más el ritmo él aceleraba, más le tentaba a acariciar su nuca o cabello* N-no me lo esperaba *Murmura con la voz algo entrecortada* L-lo siento, no te pregunté, ¿qué te gustaría a ti?
Jotaro: *Sonríe al escuchar su pregunta* No te preocupes por mis gustos, no van más allá de lo usual *Redirige su mirada a su delicado cuello* ¿Puedo besar tu cuello? No lo lameré.
Rem: *Asiente con la cabeza* Nunca.. me dieron be- ¡Mh! *Mueve sus caderas de atrás hacia adelante sintiendo cómo el nivel de placer subía más y más* N-no me mires... d-debo verme ridículo... ¡Ou!
Jotaro: No digas estupideces, te ves bien, muy bien *Se inclina un poco más* Así que nunca te dieron besos, permíteme ser el primero entonces *Y dicho y hecho, depositó un beso simple y bonito sobre su piel, ocupándose de no dejar ningún resto de saliva al que pueda sentir*.
Rem: *Siente la cercanía, todo era tan extraño, pero le fascinaba la situación. Había intentado hacer esto con varias personas y nunca encontraban el equilibrio o se ponía demasiado nervioso, pero con Jotaro... era diferente* M-mierda ¡Ou! *Se cubre la boca una vez llega hasta el final de la línea* Uff... uff...
Jotaro: *Saca un pañuelo del cajón de la mesita de noche y con cuidado limpia su vientre con todo lo manchado, no quería que se ponga nervioso* ¿Estás bien?
Rem: S-si. Gracias, por eso *Sus mejillas estaban muy coloradas* Me gustó, fue.. increíble... *Mira a Jotaro con un poco de verguenza y timidez*.
Jotaro: También a mí, en especial tus risas *Se atreve a picar su panzita otra vez* No sabía que existía gente que le atrayeran las cosquillas, que le exciten *Se recuesta a su lado* No te preocupes por mí, sé que quizás no quieras tocarme y tocar flujos, podemos hablar de ello.
Rem: No quiero dejarte con las ganas *Lo mira con preocupación*.
Jotaro: *Niega con la cabeza* En serio, no estoy desesperado (Es cómoda esta cama. Quizás deba cambiar mi colchón) *Se distrae con algunos pensamientos tontos e insignificantes*.
Rem: Bueno, sí. Hay personas que les gustan las cosquillas y no muchos lo admiten. Se llama knismolagnia.
Jotaro: *Piensa en sus palabras* Puedes llamarme cuando quieras cosquillas, ¿sabes? quizás hay que ser más abiertos y directos con lo que uno quiere, así pueden cumplir tus deseos *Se levanta de la cama y saca de su saco una tarjetita con su número telefónico* Toma, guárdalo. Suelo viajar mucho y el dinero no es un problema, podemos reencontrarnos *Se vuelve a recostar boca arriba viendo a la gran mantis que ahora parecía una polilla tímida*.
Rem: *Agarra el pequeño papel, que a simple vista se podía intuir que era de buena calidad* Ok. Te llamaré entonces *Nuevamente se recuesta al lado de Jotaro, ambos estaban desnudos sobre la cama viéndose, era un momento especial y relajante, después de tantos años se sentía cómodo consigo mismo* ¿Puedes contarme un poco de la vida marina? Nunca me paré a ver ese lado del mundo. Mi trabajo consiste en ver la parte oscura de la humanidad y tratar con ella.
Jotaro: Déjame adivinar *Piensa un momento* Eres... ¿médico forense? *Toma una almohada de ahí y la abraza para acomodarse y verlo mejor, también aprovecha a cubrirse con las mantas. Estando minutos así el calor disminuía y no quería resfriarse*.
Rem: *Sonríe un poco* Cerca *También, con cuidado se cubre con la misma manta, pero mantenía la distancia entre su cuerpo y el de Jotaro. Dar abrazos y más si estaban desnudos, le resultaba complicado y todo un proceso*.
Jotaro: Mhh... Policía, pero de algún rango mayor. No cualquiera adivina mi profesión con solo verme.
Rem: Te vi en una revista en la mañana, pero creí que comentarlo iba a dar una buena impresión *Se le escapa una pequeña risita*.
Jotaro: *Se sorprendo* Funcionó, ¿cómo ves? *Toma su gorra nuevamente y se la coloca tapando sus ojos y parte de su cara, estaba ruborizado. Verlo así, no sabía cómo, si era por la desnudez, la cercanía, sus palabras, su sonrisa, su manera de decir las cosas y actuar o porque lo sedujo así. De cualquier forma, estaba tímido y se sentía pequeño*.
Rem: Soy oficial del FBI *Toma la almohada que le correspondía y le da la media vuelta para ver si estaba totalmente limpia, trató de respirar suavemente para no ponerse nervioso y sobrepensar las cosas, así que simplemente la abrazó y siguió mirando a Jotaro* ¿Es un rubor lo que veo?
Jotaro: No *Responde rápido desviando su mirada aún cubriéndose con su característica gorra. Tenía logos e insignias metálicas en plateado. Una de ellas era una estrella de mar y la otra un corazón con la inicial "J" grabada*.
Rem: *Sonríe y se acurruca bajo las mantas*.
*Después de un buen rato hablando de sus profesiones e incluso de sus poderes. Jotaro le presentó a Star Platinium que aprovechó para picarle la panzita varias veces por sorpresa. Estuvieron hablando hasta tarde, pero quien se quedó hablando más fue Jotaro, comentaba sobre su trabajo, las problemáticas, sus animales favoritos, los colores, su alimentación. Todo ayudó para que Rem se durmiera poco a poco hasta caer fundido; le siguió Jotaro al sueño*.
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Rem: *Mientras revisaba unos papeles en el escritorio de la habitación, Jotaro terminaba de vestirse, ya habían desayunado algo sencillo y rico habiendo pedido a la habitación* Entonces, ¿nos vemos pronto? *Dice firmando unas cosas y ya guardando sus cosas en la maleta, inclusive la tarjeta que le dio Jotaro*.
Jotaro: Por supuesto *Se pone su chaqueta y toma la de Rem* ¿Mantis?
Rem: *Se le forma una pequeña sonrisa y se acerca para que le ayude a poner su saco* Gracias *No se esperaba para nada el besito extra en su cuello, eso había sido tierno y sexy, pero hacía un esfuerzo gigante en no caer en el amor con este sujeto. Menudo desafío tenía ahora*.
Jotaro: Vamos. Hace mucho frío hoy *Y dicho eso, ambos salieron de la habitación del departamento. Ya afuera, mira al chico más bajito, le daba cierta ternura la enorme diferencia de alturas. Se inclina hacia adelante flexionando levemente sus rodillas para estar un poco a su altura, era gracioso* Nos vemos, reina mantis. Espero haber saciado tu hambre *Toma su mano y le da un beso sobre su guante de invierno*.
Rem: Sí, estoy satisfecho *Sonríe un poco más por sus palabras, y por el beso, un detalle tan encantador que lo conmovió. Gracias a eso, un destello de calor nació de allí en adelante y se preguntaba todo el tiempo, ¿qué es esto? ¿por qué se sentía así?* Gracias. Adiós, Jotaro Kujo...
Jotaro: Adiós, Rem *Se endereza y se coloca su gorro blanco, lo baja un poquito para tapar sus ojos y se aleja de ahí, pero en su pecho, en su corazón se llevaba algo que ardía... algo lo movio, lo tocó* Yare yare daze... *Antes de subir al siguiente taxi, se fijó si Rem estaba aún parado en donde se despidió, pero no lo estaba* Mh... *Se sube al taxi y cierra la puerta para ir a su próximo destino*.
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Las ilustraciones que aparezcan son hechas por mí, son de mi propiedad. Instagram Agash_Rotddom Las ilustraciones de fondos o paisajes son propiedad de sus propios autores, los links de sus trabajos están enlazados.
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ethxnb · 2 months
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🥞 un starter ubicado en Lugosi's Diner | con @dxphnehensley
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"¿no eres tú la que me quería reclutar a su secta de amante de los pies?" mira a la rubia con ojos entornados, dando a su rostro una identidad clara mientras espera turno para ordenar. su mala suerte con los tragos era lo segundo que más recordaba de la celebración, el primer puesto se lo lleva el alboroto. "mira, ya sé lo que dije, pero de verdad no estoy interesado en esas cosas."
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izzakry · 2 months
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.ೃ࿐ 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 𝐰𝐚𝐫𝐬: 𝐡𝐲𝐩𝐞𝐫𝐬𝐩𝐚𝐜𝐞 𝐥𝐨𝐮𝐧𝐠𝐞. caleb dice ‘  mezclar trabajo y placer, está siendo más complicado de lo que pensé.  ‘
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no se molestó en disfrazar carcajada, el calor extra y palabrerío lo valió. ciertamente, separar sus trabajos de placeres individuales costaba. la raya imaginaria que trazó en aquel punto desdibujada, casi borrosa, esperando su primer trago de la noche. desde que lo vio de espalda no dudó en saludarlo, ocupando el asiento libre de su lado. las prendas informales y de tela ligera han plantando las semillas del buen humor. aunque el mayor crédito se lo llevó su anterior visita a hogar. ausentarse de academia por casi una semana tuvo el efecto deseado.  ‘  ¿te comiste el cuento de que nos llamarán para misiones?  ‘  arqueó ceja, semblante tornándose sutilmente travieso. como si enfoque del inglés fuese absurdo.  ‘  lo más probable es que no dijeran directamente que son vacaciones. quieren evitar que perdamos el control y nos desconcentremos. por eso nos dieron estos trabajos.  ‘  simuló comillas con sus dedos, percatándose que su coctel de color azulino estaba frente a él, levantando copa en dirección adversa.  ‘  brindo por ti. a pesar de ser milico, todavía eres inocente.  ‘  mofó, probando entre suspiros y risillas la bebida del momento. su sabor fuerte y medio cítrico combinado a los pequeños toques de durazno hicieron la experiencia placentera, orbitando de vuelta al tercero.  ‘  debes darle una oportunidad. está realmente bueno.  ‘  @calebine
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cassandra-baker · 5 months
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Un poco de ayuda no hace daño (Hazbin Hotel Emilute one-shot)
Adam siempre se había visto como un hombre bueno, podría decirse que era la puta hostia. Siempre trayendo alegría al Cielo con su actitud apabullante. Le encantaba hacer conciertos de rock para el deleite de todos los ángeles y muchas veces organizaba noches de cine para ver películas con las exorcistas.
Esas perras eran lo mejor, un grupo de mujeres fieles a él, como debía ser. Y es que le encantaba pasar tiempo con ellas, eran como sus hijas y le gustaba pensar que ellas también lo veían como una especie de figura paterna. A su manera, intentaba ayudar a sus chicas cuando podía. Siempre pedía las hamburguesas sin pepinillos de Koala porque le daba vergüenza pedirlo ella, ayudaba a Kitty a entrenar en secreto porque se sentía inferior a sus compañeras y siempre que acababa un exterminio se encargaba de organizar una fiesta para que pudieran descansar después de tanta matanza desenfrenada.
Nunca lo admitiría en voz alta pero le encantaba ayudar a sus chicas cuando tenían problemas. Y es por eso por lo que llevaba varios días bastante inquieto.
Algo le pasaba a una de sus chicas y no sabía qué era. Se trataba de la más indescifrable e implacable de todo el escuadrón: Lute, su mano derecha.
Llevaba un tiempo viéndola muy distraída, lo que no era muy común en ella, pero ella nunca quería hablar con nadie de cosas que no fueran del trabajo y no había forma de que sacara a relucir sus preocupaciones. Pero estaba más que claro que algo la tenía preocupada y se notaba en su actitud. Por primera vez en siglos había fallos en sus informes, estaba tan distraída que no escuchaban cuando le hablaban y cuando por fin atraían su atención, se asustaba y tiraba todo que llevaba en las manos.
—Ey, Lute. ¿Podemos hablar?
Algo le estaba pasando al ángel y eso inquietaba al primer hombre.
—Claro, señor —respondió de forma inminente cuando acabó de recoger todos los documentos que se le habían escapado de las manos.
—Vamos a tomarnos algo.
—¿Perdone? —preguntó alzando la ceja.
—Estás muy tensa y necesitas relajarte. Ven a tomarte una cerveza conmigo —le ofreció con una sonrisa.
Como siempre, Lute aceptaba toda petición que le hiciera su jefe y se fueron a un bar tranquilos a tomarse unas cervezas.
Tras un par de tragos, Lute parecía estar más dispuesta a hablar.
—¿Cómo puede saber uno cuándo está enamorado? —cuestionó con las mejillas sonrojadas.
Aquella era la última pregunta que esperaba escuchar de su mano derecha. Adam estaba asombrado.
—Pues no lo sé, la verdad —contestó Adam algo apurado—. Supongo que alguna vez quise a Lilith y que también quise a Eva. Además de ellas tampoco he tenido muchas experiencias románticas.
—¿Y cómo se sentía? —preguntó llena de curiosidad.
—Supongo que bien. —Sonrió—. Quería estar con ellas todo el tiempo y cuando estábamos juntos me sentía bien. Pero cuando las dos se fueron con Lucifer fue como si me golpearan en el estómago.
No es que Adam fuera el mejor dando palabras de ánimos sobre todo en temas románticos, pero esperaba que aquellas palabras le sirvieran de algo a Lute. Aunque había un tema más importante que tratar.
—¿Acaso te pasa con alguien en concreto?
Con solo esa pregunta, el primer hombre pudo notar como las alas de Lute se tensaban.
—Estamos en confianza,Lute. Sabes que siempre hago lo que puedo para ayudaros —le dijo apoyando la mano en el hombro de forma protectora.
—Emily... —susurró.
—¿Qué? No te he escuchado.
—¡Que me gusta Emily!
Adam se quedó con la boca abierta completamente en silencio. Desde que Lute le había dicho que le gustaba alguien había intentado hacer una lista de posibles intereses amorosos, pero la pequeña y risueña serafín era la última persona que se le podía venir a la cabeza.
—Estás de coña. —El primer hombre no podía salir de su asombro.
—Ya sabía que era una tontería hablar de esto contigo. —Hizo el amago de levantarse.
—Espera, espera. —La agarró de los hombros para que se volviera a sentar—. Era solo que no me lo esperaba, no es tu tipo.
—¿No es mi tipo? —Alzó la ceja.
—Bueno, antes estabas saliendo con Vaggie. Pensaba que te gustaban las mujeres con más carácter.
—¿Lo sabías? —preguntó claramente alterada. —Todos lo sabíamos —respondió con una sonrisa mientras veía la cara completamente sonrojada de Emily—. Así que Emily.
—Sí...
—¿Y cómo ha pasado?
—No lo sé. —Lute se sonrojó todavía más—. Simplemente ha pasado .
—No sabía que podías poner una expresión tan adorable. Seguro que a la pequeña serafín le encanta. ¿Has hablado con ella?
—¿Cómo podría? —Se ocultó entre sus alas llena de vergüenza.
—Estás hablando del alma más bondadosa del Cielo. No pierdes nada por intentarlo. Seguro que hasta para darte calabazas es un encanto.
Había intentado volver el ambiente más distendido pero sus esfuerzos no estaban consiguiendo ningún resultado.
—Osea que no va a funcionar —dijo ella apareciendo de entre sus plumas con un pequeño puchero.
—Con esa actitud claro que no —bufó Adam—. No pierdes nada por intentarlo, Lute.
Pasaron los días y parecía que Lute no tenía intención de hacer caso a los consejos de Adam. Aun así el primer hombre había empezado a notar las miradas de Lute hacia la joven serafín. Era enternecedor ver esa faceta tan vulnerable de su mano derecha y era motivo más que suficiente para ayudarla a aclarar sus sentimientos.
Intentaba hacer todo lo posible para que hablaran juntas: muchas veces mandaba a Lute a entregar unos papeles cuando sabía que Emily estaba en el despacho de Sera, si se la encontraban en la calle, Adam le daba algún toquecito a Lute para que se lanzara a hablar con ella, pero el ángel siempre se resistía.
—¿Cómo puedes bajar sin miedo al Infierno y te congelas por hablar con Emily? —La actitud de Lute era un enigma que el primer hombre no era capaz de comprender.
—No lo sé, solo no quiero que piense mal de mí —acabó confesando.
—No sabía que eras una cobarde —la retó.
—¡No lo soy! —se defendió ella.
—Entonces habla con ella.
—¡Pues lo haré!
—Genial, ahí la tienes.
Lute frenó en seco y miró hacia donde señalaba Adam. En un parque, Emily estaba sentada en un banco alimentando unas palomas. Adam empezó a empujar a Lute hasta la serafín y cuando se dio cuenta de la cercanía empezó a revelarse.
—Adam, déjame —empezó a patalear.
—Deja de ser una niña pequeña.
—¡Nooo!
Lute silenció su propio grito cuando Emily se giró para verla.
—Hola, Lute. Hola, Adam.
—Hola pequeña serafín. Bueno yo tengo que irme, os dejo solas. Que Lute quiere hablar contigo.
La exorcista intentó huir pero Adam la volvió a empujar y no pudo evitar hacer un puchero hasta que la risa de Emily la hizo girarse.
—¿Qué te hace tanta gracia?
Mierda, había sonado más seca de lo que pretendía. No quería volver a asustar a Emily.
—Perdona. —Se secó las lágrimas—. Nunca te había visto con esa faceta tan divertida. ¿Quieres sentarte?
Lute se sentó muy tensa pero ver a Emily reírse le daba alegría. Quería seguir siendo el motivo de su risa aunque fuera a costa de su actitud infantil.
—¿Querías decirme algo no?
Lute no sabía qué contestar. Adam le había dado una oportunidad de lujo pero ahora no se veía con fuerzas para confesar sus sentimientos. Giró un poco la mirada para ver de lejos a su jefe alzando los pulgares como muestra de apoyo.
Suspiró antes de enfrentar la mirada curiosa de Emily.
—Emily, me gustas. Me gustas mucho. No te asustes por favor. Ya sé que no está bien. Osea tu una serafín y yo una simple exorcista, imposible. Y las dos somos mujeres ya sé que no es lo usual y no espero que sientas lo mismo por mí. Solo quería decírtelo pero no te preocupes que me iré y no te molestare más, los siento yo...
Al fin lo había dicho pero no se sentía con fuerzas para soportar el rechazo. Además sentía que no había hecho más que decir tonterías. Su discurso autocompasivo se detuvo cuando Emily le agarró las manos.
—No hables así de ti misma, Lute.
Emily la miró directamente a los ojos. Esos preciosos ojos que hacían que Lute se quedara fascinada.
—Pero...
—No hay peros. —Sonrió antes de decir algo que ella también había estado guardando mucho tiempo—. La verdad es que tú también me gustas —confesó visiblemente sonrojada.
—¿Cómo? —Lute juraría que lo que había escuchado no era más que producto de su imaginación.
—Pero siempre me ha dado algo de miedo acercarme a ti. Pero he visto que no siempre eres tan fría y eso también me gusta.
—Entonces yo...
—Sí, tontita —contestó con una amplia sonrisa—. También me gustas y me encantaría poder seguir hablando contigo. —Esbozó una media sonrisa—, pero tengo una reunión con Sera y tengo que irme. Si quieres podemos vernos esta tarde.
—¡Claro! —contestó llena de ilusión.
Emily sonrió y le dio un tierno beso a Lute en la frente y se marchó despidiéndose de ella con la mano.
Lute se había quedado congelada. Aquello tenía que ser un sueño. Cuando finalmente salió de la ensoñación se levantó y se encaminó hasta Adam casi corriendo hasta que se lanzó sobre él para abrazarlo con fuerza.
—¡Gracias, gracias! ¡Mil gracias Adam!
El hombre sonrió y le acaricia la cabeza con cariño.
—Lo que sea por mis niñas.
One-shot dentro de la antología Tanto en el cielo como en el Infierno.
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fantasy-relax · 4 months
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Alfa Dulce Omega Peligroso
Part 9.
KNOCK KNOCK
“Madre necesito hablar urgentemente contigo”
“Entra”
Bela entro acompañada por una joven omega y Alcina frunció el ceño al notar el olor a culpa que rodeaba a ambas, así como el de la ira de su hija.
“Dime”
Bela respiro profundo pero su aroma seguía irradiando con intensidad, lo que sea que haya pasado estaba afectándole seriamente.
Señalando a la mujer detrás de ella Bela procede a hablar con un tono controlado. “Zina me ha informado de una serie de abusos hacia el alfa por parte de las demás sirvientas” El olor a culpa aumenta. “Desde el primer día que el alfa empezó a vivir aquí ha sido víctima de ataques verbales y físicos al punto de evitar en lo posible el contacto con el demás personal, el único grupo que parece tratarle con decencia es el personal de cocina, la jefa de sirvientas Greta, la maestra carpintera Relia y la chef Dorottea”
Alcina suspiro colocando un cigarro nuevo en el portador y procediendo a fumar.
Eras un imán de problemas.
“Pudo haber hablado con Greta o contigo en lugar de ocultarlo para salvar su orgullo”
“Umm Señora Dimitrescu”
La señora de la casa volteo a ver a la sirvienta.
“¿Qué?”
“No creo que haya sido por orgullo, vera desde que tengo memoria esa mujer ha sido tratada así”
Imposible los alfas eran venerados, una mujer alfa mientras tratada de peor manera que un hombre seguiría siendo considerada mejor que los omegas o betas.
“Sus padres la habían echado de casa y nadie de su familia se acercó ayudarle, sobrevivía haciendo labores para los ancianos por una paga miserable, recuerdo a verla visto dormir en las calles de la plaza con solo su ropa vieja y rota como abrigo, dejo de hacerlo luego de un grupo de hombres la golpeara reclamándole por infectar el lugar con su olor” La joven sirvienta bajo la cabeza. “Supe que uno de los ancianos le había vendido una cabaña lejos del pueblo con un camino estrecho rodeado de árboles, pensé que los Lycan serían los que acabarian con su vida” Alzando la mirada Alcina noto la lastima en los ojos de la mujer. “Si no dijo nada no fue por orgullo fue por que para ella eso era lo normal”
La matriarca se froto las sienes.
“Así que Lucia le agredió y acabo con su paciencia”
Dirigiendo su mirada a la sirvienta noto como esta apretaba con fuerza sus manos, el miedo se mezclaba con su culpa.
Pero era opacado por el olor de furia que desprendía de si hija.
La humana se aclaró la garganta.
“El alfa se dirigía a la cocina cuando Carla le mando un comentario lascivo, el alfa la ignoro, pero se detuvo y ataco luego de escuchar lo que Lucia dijo”
Lady Dimitrescu miro fijamente a la sirvienta.
“¿Qué fue lo que dijo? “
La mujer estaba temblando.
“Le dijo a Carla que no bromeara de esa manera pues ser montada por un perro callejero era algo asqueroso”
Alcina alzo una ceja.
La humana trago saliva.
“Y que si lady Cassandra estaba tan desesperada por ser cogida bien podría haber dejar que los Lycan le dieran uso a su coño rígido”
BAM
CRASH
El escritorio choco contra el estante, destrozando ambos con el impacto.
La sirvienta estaba casi llorando, tartamudeaba incapaz de seguir con el relato por el terror que le provocaba el aroma de furia de madre e hija.
“Vete de aquí”
No tuvo que repetirlo.
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El silencio fue roto por Bela.
 “El alfa mantuvo su compostura todo el mes sin siquiera gruñir o devolver las palabras, solo ataco cuando el honor de la omega de su interés fue atacado” Si no fuera por sus guantes sus uñas ya hubiera atravesado la piel de su mano. “E inclusive mantuvo suficiente control para solo atacar al culpable, nadie mas fue herido no entro en frenesí a pesar de la inmensa furia que sentía” El peso de sus acciones y sus conclusiones precipitadas le pesaban. “Dejamos que nuestros prejuicios nos controlaran” Soltó una risa sin humor. “Que irónico”
Las heridas de tu cuerpo no fueron por padres tratando de controlar a un alfa rebelde que trataba de imponer su autoridad, fueron hechas por un hombre y una mujer que buscaban limpiar con tu sangre el estigma de tu existencia.
Bela asumió lo peor de ti a sabiendas de lo que habías hecho por su hermana, si hubieras intentando abusar de Cassandra esta te hubiera matado en segundos sin importar que estuviera en la cúspide de su celo sin embargo ella estaba contenta contigo y si Daniela no les hubiera interrumpido habría termino emparejadas, ¡Por el Dios Oscuro tu primera acción fue consolarla cuando volviste a verla! Estabas cubierta de suciedad y tenias vidrio incrustado en las plantas de tus pies y aun así tu prioridad era Cassandra.
¿Cómo era eso diferente a la manera en que los humanos trataban a su familia?
Cada vez que llegaba personal nuevo siempre susurraban los mismos rumores:
Las Dimitrescu secuestraban a las mujeres para esclavizarlas, experimentar con ellas y consumir su sangre.
Las Dimitrescu devoraban a todo hombre que tuviera el infortunio de entrar a su territorio.
La mayor tenía el corazón helado incapaz de sentir algo por nadie.
La de en medio era una bestia bruta cuyo único placer era causar dolor y miseria.
La menor tenia el cerebro dañado viviendo en fantasías que cuando eran rotas sangre manchaba el piso.
Eso era lo que la gente del pueblo decía.
No iba a negar que en los primeros años no tenían control alguno sobre la sed de sangre que tenían y entraban en frenesí al menor momento. Pero madre las mantuvo atrapadas en el castillo y les enseño a controlarse, no había servidumbre y el castillo estuvo años en descuido. El día en que entraron en razón y se dieron cuenta de lo que estaban comiendo se negaron a comer hasta que el hambre las envió de vuelta a un frenesí, para sobrevivir y mantener el control necesitaban como mínimo sangre humana no había otra opción.
Con los años se acostumbraron, la sangre y la violencia formaba parte de ellas, era su naturaleza negarlo sería negarse a sí mismas. Bela podía ser a veces apática, Cassandra disfrutaba castigando a las sirvientas y Daniela a veces perdía la noción de la realidad. Sin embargo, las cosas no eran como los rumores, algo que pocas sirvientas comprendían:
Casi nunca había secuestros, las mujeres eran las buscaban trabajar y lo hacían bajo un contrato con todo lo que debían hacer, así como las acomodaciones que necesitaran. Los castigos y muertes solo eran cuando incumplían con lo acordado, lo cual mientras era común no asesinaban sin pensar a todo el personal que ingresaba al castillo; algunas incluso preferían vivir en el castillo por el resto de sus vidas y al final ofrecían su carne como alimento.
Los hombres que entraban al territorio intentaban matarlas o aprovecharse de las sirvientas, actuando de manera grosera y asquerosa.
Bela era callada mas no cruel y cualquier problema era escuchado con atención y solucionado adecuadamente.
Cassandra se la pasaba peleando para proteger a los habitantes del castillo. Muchas sirvientas morían en sus manos, pero otras eran salvadas por las mismas de ser asesinadas por los animales salvajes o sometidas a perversiones por intrusos.
Daniela solía consolar a las sirvientas y trataba de amenizar su estadía, sus ataques no eran violentos y en realidad eran dolorosos de presenciar.
A pesar de eso la gran mayoría se negaba a ver a través de sus prejuicios pues el simple hecho de no ser humanas era suficiente para odiarles y romper con las reglas lo que las llevaba a conocer la afamada crueldad de las Dimitrescu.
Bela detestaba que crearan una falsa verdad basada en solo rumores y prejuicios sin siquiera tratar de ver el otro lado de la moneda.
Y eso fue lo que hizo contigo.
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Al sentir el aroma de culpa aumentar Alcina se acercó a su hija y se arrodillo frente a ella limpiando con delicadeza las lágrimas que por la mirada sorprendida su niña ni siquiera sabía había derramado.
Bela respiro profundo inclinándose mas a la mano que le acariciaba, se mantuvo unos segundos antes de componerse y alejarse.
“¿Qué procede madre?”
Alcina suspiro, pero sabia que su hija no dejaría de sentirse culpable hasta solucionar este desastre.
“Sacare al alfa del calabozo y la llevare a su habitación; tu busca a Greta y dile que me traiga un botiquín, luego ve con Daniela a buscar a Lucia, diviértanse con ella”
“¿Y Cassandra?”
“Sigue castigada nada de ir al calabozo por al menos otros cuatro meses, pero puedes pedirle consejo sobre como proseguir con Lucia”
La rubia rodo los ojos sonriendo. “Hablara por horas”
Alcina sonrió. “Por supuesto que lo hará”
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“Vamos estírate más ¿Qué no tienes hambre?”
Estaba demasiado lejos, lo único que conseguirías era abrir tus heridas. Tenías que aceptar que hoy no ibas a comer.
Pasos hacían eco por las paredes y un aroma a rosas llego hasta a ti sabias bien quien venia.
La sirvienta igual, por un momento pensaste que te acercaría la bandeja, pero en su lugar la tiro la suelo.
“¡Lady Dimitrescu que bueno que llego!” Lagrimas falsa rodaban por sus mejillas mientras te señalaba. “¡Esta bestia me ataco provocando que tirara la bandeja de comida que tan dadivosamente le traje, es un peligro!”  Suspiraste al oler la ira de la señora, no intentaste defenderte después de todo era tu palabra contra la suya y lady Dimitrescu no estaría de tu lado.
SLASH
“¡AHH!”
Un corte adornaba el rostro de la sirvienta quien trata de contener la sangre entre sollozos.
“Fuera de mi vista y agradece que no te corte la lengua rata mentirosa”
La mujer salió corriendo y la matriarca te miro, el olor a rosas era más fuerte y debajo de ello había una emoción que no podías identificar.
Sin decir nada abrió la puerta de tu celda.
“Sal”
Trataste de pararte, pero un mareo provoco que tambalearas y cayeras.
Escuchaste a la mujer suspirar “Eres un problema”
Manos te levantaron de las axilas para luego colocar tu cabeza sobre un hombro de blanco la señora coloco su brazo bajo tus piernas te asombraba la facilidad con la que podía cargarte como una niña pequeña.
El aroma era mas fuerte y aun no sabias que emoción era la que contenía.
Pero el cansancio que sentías era demasiado y el aroma de rosas era relajante.
Dormiste todo el camino con tu rostro oculto en el cuello de la matriarca y un ronroneo en tu pecho.
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projectrevolutionff · 5 months
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Sombras del Ayer — Dennis III
Copas van y copas vienen. La música a todo por lo alto con los últimos éxitos en su repertorio. Las bebidas le ayudaron a relajar los agarrotados músculos, a dar el primer baile “marido y mujer” y también a bailar tontamente con su esposa. Nicholas, el suboficial que se transformó en su mejor amigo, le acercó una margarita e hizo festejo cuando se la bebió de un solo trago. Miguel le acercó un Cuba Libre, no le duró ni siquiera dos tragos. Jason le tendió una copa de vino blanco y engulló como si no hubiera un mañana. Incluso le dio coraje para acercarse algunas veces más a la mesa treinta y dos, intercambiar algunas palabras con sus antiguos amigos y no sentirse agraviado por la presencia de Ethan. Oh si, escuchó su comentario con todas las luces… A la única que le permitió pisotear su elección de comida fue a Chelsea, a él no. Cuando sintió los irrefrenables deseos de romperle la cara desistió. Sumado a que sus padres lo miraron de reojo, Devin le pidió prudencia y su nuevo suegro se mostró disgustado. Aceptó la implícita regañoñina y decidió aguantarse de pelear como de beber, pasando a la sosa y confiable agua. Suspiró exhausto ya sin la chaqueta y la camisa arremangada hasta los codos. La única elegancia visible en él era el moño, aunque bastante desacomodado y hacia uno de los lados. Kelly le besó la mejilla una vez que tomó asiento, él replicó con una caricia en el rostro.
Sonrió de lado al verla; al menos eligió una mujer con buen sentido del ritmo. Aquello fue lo que lo retrotrajo a su ex mejor amiga, a quien siempre le gustó el bailar. Viró su visión hacia el otro extremo del salón; Chelsea danzaba entre su círculo de confianza con movimientos mucho más comedidos por su gravidez. Le dolió sentirla distante, rodeando a su marido con los brazos para que no se marchara de la pista. De golpe se sintió morir. Un terrible golpe de realidad fue dado al observarla besar a Ethan. El hombre se resignó a un baile más con su esposa, aceptando sí y solo sí le daba una pequeña muestra de cariño. Con actitud despreocupada ella accedió. Su resentimiento creció aún más rápido que en los últimos cinco años. Desde que lo conoció nunca le cayó en gracia. Siempre le pareció el típico imbécil con aires de superado, con “modales de caballero” y la necesidad de ser la voz de la razón. Esa sonrisa condescendiente y su mirada de superioridad lo atormentaron. Le resultó insoportable cómo Ethan parecía siempre estar siempre un paso adelante, como si todo lo que hacía lo hiciera parecer mejor. Nunca se tragó la idea de que Chelsea, la mujer que había sido su mejor amiga, estuviera ahora casada con alguien así. ¿Por qué se quedó? ¿Qué le veía? Las preguntas se arremolinaron en el peor momento posible. Consumirse en sus celos, inseguridades y rencor solo traería desastre. «Dios, necesito prenderme un puto porro o me reventará la cabeza. Nunca pensé que la música tan alta me iba a dar semejante quebradero de cabeza.» Vio que su madre se acercó y bailó un poco con la mujer que dejó escapar. Una sonrisa distinta se dibujó en el rostro de Chelsea, casi como si viese a su propia madre ir por ella. El cariño sin dudas era mutuo. Eleanor Atkins siempre la trató como la hija que nunca tuvo. Su madre volteó de repente, con su vestido largo girando y la falda plateada tomando vuelo. Le señaló con una mano que se acercara; el grupo lo observó con ojos expectantes, casi como si estuviesen rogándole que se arrimarse. En el momento en que se levantó para darles el gusto, el DJ elevó poco a poco la intensidad lumínica e indicó a los invitados tomar asiento. Una grata sorpresa para los novios seguiría. Sin más remedio, volvió a su lugar. La pista quedó vacía para dar paso a las pantallas plegables que se deslizaron hacia abajo, luego de eso los reproductores emitieron una consigna: “De mamá Eleanor, Susy y papá Douglas y Matthew, para Kelly y Dennis”. La muchacha rubia le tomó la mano, sonriéndole alegre y con ojos brillosos. Un vídeo fue transmitido con una serie de fotos a lo largo de sus vidas, desde los primeros momentos hasta dos semanas antes de la boda. Sintió vergüenza al verse de bebé sobre un urinal; fue peor cuando lo mostraron repleto de acné; mejoró cuando su adolescencia tardía se mostró. Incluso revivió ciertos momentos divertidos: cumpleaños, salidas, escapadas con sus amigos, bailes escolares, etc. No pudo ocultar su felicidad, ni siquiera cuando Chelsea apareció pegada a él en la mitad de las imágenes. Lástima que el maldito verano de fin de curso llegó, con todos sus errores a la vista. Se mordió el interior de las mejillas al ver la última foto que tenían juntos: su graduación. Recordó que semanas antes de ese gran día tomaron una difícil decisión. Pudo ver que ella le estaba mirando, pero no una la forma agradable. Más que tristeza vio reproche y enojo. Frustración volátil: la clase que Chelsea manejó desde la cuna. Por otro segundo más aguantó la vista, ella apartó la suya para pasar a cuchichear con su amiga Delaney. De no haber sido por un apretón de Kelly hubiera roto en llanto; la de orbes celestes señaló el proyector de manera discreta, sonriéndole radiante al ver sus primeras fotos juntos. La vio conmovida, agradecida y sumamente contenta por “su cuento de hadas”. «Al menos hago que alguien sea feliz. Debería bastarme, ¿verdad?»
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