Tumgik
#eran yeager
erenyeager2022 · 2 years
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Adevertencia: contiene, lenguaje sexual, sexo de todo para mayores de 18 años
La sirvienta que se convietre en mi mujer
Mikasa consiguio trabajo en una de las personas mas ricas que es Eren yeager un gran empresario y con mucho dinero, estaba Feliz de que la contrataran para el puesto de sirvienta y cuidadora de casa el primer dia se presenta a su jefe y ve que es muy apuesto y sexy, Le da la bienvenida y eren no dejaba de ver su figura sus pechos bien hermosos que queria tocar su trasero que queria amasarlo y queria saber si su coño seria tan hermoso como ella ,queria follarla pero tenia que esperar poco a poco y seria suya
Habian pasado tres meses desde que mikasa trabajaba en la casa de Eren todo iba bien y a veces se preguntaba por que tenia una casa tan enorme pero sin servicio ya que ella es la unica no habia mas personas asi que supuso que talvez no pasaba tiempo en casa y por eso no necesitaba ,aunque venia casi siempre ala casa ,la saludaba conversaban incluso le pedia que coman juntos ya que solo eran los dos luego de eso ya oscurecia y mikasa se quedaba en su casa en el cuarto de servicio aunque era muy grande
Iba a dormirse le gustaba dormir en ropa interior asi que lo hizo mientras estaba durmiendo sintio que alguien la cargaba no habrio los Ojos aun queria saber a donde iban y sintio que la dejaba en la cama
– puedes abrir los Ojos se que estas despierta
Los abrio y a quien vio fue a su jefe eren
– s-señor por que me trajo aqui yo estoy sin mi ropa
–tranquila bebé yo solamente te voy a dar placer
Asi se acerco ala cama y comenzo a besarla y sus besos bajaron hasta su bragas y la beso y gimio
– me encantas voy a comerme ese coñito bebé te voy a follar
–señor eren, hagalo folleme
Le quito las bragas y vio su coño rosa y le dio una lamida y ella gemia sin parar la chupaba hasta que llego al orgasmo
–Estas bragas se quedaran conmigo
Despues le quito la ropa dejandola desnuda el tambien y de una estocada la penetro un gemido salio de mikasa ,asi comenzo a darle unas duras estocadas haciendola guitar de placer luego eren se corrio y despues de unos minutos salio de su vagina
– a partir de hoy no utlizaras bragas ni sosten yo las tendre y solo cuando tengas que salir te las dos y tambien puedes pasear desnuda y follarte cuando quiero , porque seras mi mujer
– de acuerdo pero no puedo andar tan desnuda me dara un resfriado
–no te preocupes bebé yo te caliento
–quieres seguir
–claro bebé
Y asi pasaron la noche sin parar recibiendo passion.
Hola este es un pequeño one shots eremika espero que les guste aunque no soy muy buena escribiendo smut 😅😅
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ao3feed-eremin · 2 years
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LIGHT MUSIC
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by Cryvenge
Ambos se levantaron sacudiendo la arena de su ropa para comenzar a caminar en direcciones contrarias, el sonido de las olas rompiendo contra las rocas y la arena pálida, quizás su destino jamás fue caminar lado a lado, pero siempre atesoraría la música ligera que solían tocar cuando se conocieron, cuando eran libres de la corrupción del mundo, cuando solo eran dos idiotas inocentes que peleaban por idioteces.
Words: 5939, Chapters: 1/1, Language: Español
Fandoms: Shingeki no Kyojin | Attack on Titan
Rating: Teen And Up Audiences
Warnings: No Archive Warnings Apply
Categories: M/M
Characters: Eren Yeager, Krista Lenz | Historia Reiss, Ymir of the 104th (Shingeki no Kyojin), Armin Arlert, Jean Kirstein, Mikasa Ackerman, Annie Leonhart, Marco
Relationships: Jean Kirstein/Eren Yeager, Ymir Fritz & Krista Lenz | Historia Reiss, Mikasa Ackerman/Annie Leonhart, Marco Bott/Jean Kirstein, Armin Arlert/Eren Yeager
Additional Tags: Teen Romance, Angst and Romance, Emotional Hurt/Comfort, Toxic Eren Yeager, Anxiety, Depression, References to Drugs, Alcohol Abuse/Alcoholism, Idiots in Love, Sad with a Happy Ending, Tragic Romance, Past Jean Kirstein/Eren Yeager, Marco Bott/Jean Kirstein-centric, Eren Yeager is a Little Shit, Minor Armin Arlert/Eren Yeager, New Family, Psychological Trauma, Emotional Manipulation, Sexually Transmitted Diseases, Why Did I Write This?, I'm Sorry, Alternate Universe - Rock Band, No Canon-Typical Worms (The Magnus Archives)
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blerdsunited · 2 years
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Eran Yeager
Mr. Best Antagonist at the Crunchyroll Anime Awards this year. 🤨 He's an amazing question and very interesting indeed.
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animejasminekm · 6 years
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Older Eran! Okay so I was finally able to read the latest 3 chapter of the attack on Titan manga.... And because I couldn't continue to read the manga cause for one it just got updated and just like everyone else I have to wait to read the next chapter. Anyway i drew a doodle of older eran hoping it would help... it did in a way but I still really want to read that next chapter and I can't really say way because I don't lie to give people spoliers. But ahdhxhjajdheiqkdncuieksn Welp that's it really.
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twisting-vine-x · 7 years
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“We’re going our own ways now. The rest is up to you. Erwin may have thrown together your squad, but everything is riding on you.”
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ciferlecter · 3 years
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Chapters: 6/6 Fandom: Shingeki no Kyojin | Attack on Titan Rating: Not Rated Warnings: Creator Chose Not To Use Archive Warnings Relationships: Levi Ackerman/Erwin Smith, Levi Ackerman & Erwin Smith, Levi Ackerman/Zeke Yeager, Levi Ackerman & Zeke Yeager Characters: Levi, Levi Ackerman, Erwin Smith, Zeke Yeager, Eren Yeager, Armin Arlert, Mikasa Ackerman, Jean Kirstein, Connie Springer, Hange Zoë, Yelena (Shingeki no Kyojin) Additional Tags: Omegaverse, AOT Omegaverse, SNK omegaverse, Modern Shingeki no Kyojin | Attack on Titan, Shingeki no Kyojin | Attack on Titan Season/Series 04 Spoilers, Shingeki no Kyojin | Attack on Titan Manga Spoilers, Levi Ackerman Needs a Hug, Bottom Levi Ackerman, Alpha/Beta/Omega Dynamics, Omega Verse, Alpha/Omega, Beta/Omega, Omega Levi Ackerman, Beta Erwin Smith, Alpha Eren Yeager, Alpha Zeke Yeager, Pregnant Levi Ackerman, Top Zeke Yeager Summary:
Porque si los titanes no eran suficientes, también existían los tres subgéneros, alfa, beta y omega. Levi Ackerman, el hombre que contaba él solo como un escuadrón entero es un omega que siempre lo ha ocultado hasta que se encuentra con Zeke Yeager, un alfa que nunca ha tenido la necesidad de ocultar quién es.
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runrunruno · 4 years
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Título: Ojos vendados
Fandom: Shingeki no Kyojin
Pareja: Jean Kirstein/Mikasa Ackerman
Capítulo: Vida
Idioma: español
Mikasa Ackerman era una chica asiática de nuevo ingreso. Su familia, una pareja de doctores, había sido trasladada desde la ciudad de Shiganshina a la capital de la Región Rose para participar de la modernización del Hospital Base de Trost. No tardó en descubrir, por medio de los chismes de pasillo, que se trataba de una hija adoptada por el matrimonio y que, además, contaba con un hermano de la misma edad quien faltó el primer mes de instituto debido a una fractura de clavícula. Eren Yeager le sonaba a nombre de imbécil y no tardó en descubrir que verdaderamente lo era.
Ambos eran prácticamente inseparables. Ella, tímida por naturaleza, solía esconderse tras la figura – para nada imponente – de su hermano la mayor parte del tiempo. Podía entender su comportamiento, sin embargo; la raza asiática no era muy bien vista en la capital. Los niños solían apuntarla con el dedo, o susurrar venenosas palabras cuando caminaba cerca de ellos. Él no lo entendía. Aquel día en que se presentó ante su salón, sola, sin Eren para protegerla, entendió las peligrosas palabras que su maestro había pronunciado el año anterior. “Alma gemela”, repitió su mente. Qué estupidez, no podía ser cierto.
Cepilló su cabello con los dedos mientras cerraba su casillero. El pasillo se encontraba atiborrado de personas tratando de llegar a la próxima clase; a él le tocaba Educación Física y Salud. Si no apresuraba el paso no lograría llegar a tiempo para cambiarse. Empujó a la multitud tratando de abrirse paso, golpeando con poca suavidad a Armin Arlert, quien se dirigía en la misma dirección que la suya.
— ¡Oye, cuidado con Armin! — escuchó un grito, mientras alguien lo agarraba del cuello de su chaqueta de cuero.
Él se volteó enarcando una ceja. ¿Había mencionado que el chico Yeager se había vuelto muy amigo de Armin? Marco le había dicho que, antes de la pandemia, el rubio había vivido junto con su abuelo en Shiganshina. Una vez la enfermedad acabó con él, el chico fue forzado a vivir junto a sus padres en la capital. Jean infirió, por tanto, que ambos debían conocerse de algo.
— ¿Eh?  No lo vi, Yeager. Es tan pequeño que podría aplastarlo.
Sonrió, pícaro y victorioso. Claro que su metro noventa no dejaría ver a la pequeña hormiga llamada Armin. Ignoró despreocupado como Yeager le lanzaba ácidos insultos; realmente todo se lo tomaba demasiado a pecho. Visualizó el pasillo buscando una ruta de escape.
— Ey, sí. Que ya te entendí. ¿Puedes dejar que me vaya a clase? Tengo asuntos mucho más importantes que escucharte defender a tu novia.
— Armin no es la novia de Eren — escuchó.
Ah, sí, claro que se trataba de Mikasa. Su cabeza se asomó delicadamente tras el cuerpo del castaño, regalándole un gesto tímido y a la vez molesto.
— No recordaba que Eren tuviera guardaespaldas, Mikasa — dijo guiñándole el ojo. Ella se escondió aun más tras el chico. Desde ese ángulo solo podía ver una de sus coletas negras asomarse en su dirección.
— No te metas con ella, caracaballo.
— Eh, yo no me he metido con nadie. Solo quería llegar sano y salvo a Educación Física, pero — apuntó al reloj de pared sobre los casilleros —, parece que lograron frustrar mis planes. Felicitaciones, Jean Kirstein no podrá dar un espectáculo para las chicas hoy.
Eren le sacó la lengua, Armin se encogió de hombros y Mikasa no volvió a dirigirle la mirada. Ese trío le parecía de lo más raro y realmente lograban tocarle los nervios. Nada más faltaba que el entrenador llamase a su madre y lo castigaran otra vez; su pinta de chico malo solo duraba hasta que su madre – usualmente enfadada – dijera basta.
Ignorando su triste destino, dio media vuelta para abandonar al grupo. Sin embargo, antes de tomar su camino a quién sabe dónde, le guiñó sutilmente el ojo a la chica de largo cabello negro. Ella estrechó más fuerte el brazo de Eren, como si quisiera protegerse del atrevimiento mismo del chico.
— Nos vemos por ahí, preciosa.
Y se fue.
— ¿Ah? ¿qué le pasa a ese tarado? — preguntó Eren.
— Creo que le gusta Mikasa — observó Armin. Ambos miraron a la aludida, quien sintió como sus mejillas comenzaban a arder —, o tú. Una de dos.
— Já. Sí, claro. Como si a Kirstein pudiera gustarle otra cosa que no fuera él mismo. Por lo menos no necesitará preocuparse de agarrar el Hanahaki.
— No deberías bromear sobre eso, Eren — esta vez Mikasa intervino. Nadie, nunca, bromeaba con contraer la enfermedad —, no es gracioso.
Armin asintió.
— ¿Y a ustedes qué les picó? ¿prefieren irse con el caracaballo? Yo no tengo problemas.
Así comenzaba otro berrinche de Eren. Mikasa soltó el agarre y rodó los ojos aburrida; él se tomaba las cosas demasiado en serio para ser tan joven. Su padre solía decirle que si seguía así se iba a transformar en un viejo amargado para los 20.
— Vámonos a clase — dijo Armin. El castaño soltó un bufido y lo siguió. La joven miró por un segundo el camino que había recorrido hace instantes el atrevido muchacho y volteó, incorporándose junto a sus dos amigos.
— ¡Jean! ¿me estás escuchando? Vas a quemarte.
El rubio despabiló. El cigarro que reposaba en sus labios estaba a punto de quemarle la boca. Escupió el humo de su garganta, recobrando completamente la concentración. ¿A qué hora su mente se había ido a volar?
— Gracias, Marco. ¿Quieres? — le ofreció la cajetilla de cigarros. Marco negó con la cabeza —, bueno. ¿Qué decías?
Marco enarcó una ceja.
— ¿De verdad no escuchaste nada de lo que dije? — Jean se encogió de hombros —, no tienes remedio. Solo quería decirte que hay una fiesta en la casa de Historia. Nos invitaron.
— ¿Ah? ¿te invitaron a ti?
Marco Bott era su amigo de la infancia, se conocían prácticamente desde siempre. Sus madres habían sido amigas inseparables en la universidad, por lo que nunca tuvieron oportunidad de dar una opinión respecto a su amistad; siempre habían estado juntos y nada cambiaría eso. En otras noticias más importantes, la invitación de Historia, “la abeja reina” del instituto, le parecía especialmente extraña. Ambos eran renegados en el lugar, Jean por bocón y Marco por raro; ¿fiesta de qué había dicho?
— ¡Pues claro! No falta nada para graduarnos, es normal que los cursos hagan este tipo de celebraciones.
Eso sí era verdad, este ya era el último año de instituto de Jean. Ya pronto podría salir de su cuchitril en Trost y aventurarse en la universidad. Tenía la esperanza de poder entrar a alguna en la Región Sina, pero sus notas dejaban mucho que desear. Probablemente Marco, un nerd obsesionado con el estudio, entraría fácilmente a cualquier escuela que desease.
— Sí, bueno, no creo que “celebración” sea la palabra adecuada — dijo inspirando la última bocanada de humo que le permitía su cigarrillo. Botó la colilla al suelo y la pisó, procurando apagarlo bien —, ¿sabes quién más irá?
— Ya te dije, todos irán. Incluso invitaron a Sasha y a Connie.
Ah, entonces iba en serio.
— Será el viernes. Ya sabes, viernes por la noche. Reiner dijo que habría cervezas.
— Pues claro que habrá cervezas, Marco — se golpeó la frente con desdén —, ¿estás seguro de que quieres ir? No suena a algo muy tuyo.
— Hay una primera vez para todo — se encogió de hombros —, ¿y tú? ¿qué dices?
— No lo sé…
La verdad sí sabía. Probablemente su madre no lo dejaría ir, y no por su ausencia justificada a la clase de Educación Física la semana pasada.
— Tienes trabajo, ¿no? Podemos ir después. Historia me dijo que quien quisiese podría quedarse a dormir.
El rubio titubeó. Claro que emborracharse por el módico precio de tener que cuidar a Marco sonaba tentador, pero estaba seguro de que la respuesta que obtendría de su madre si se atreviera a pedirle permiso sería un rotundo no. “Habrá demasiada gente allí”, diría. Y eso normalmente no sería un problema pues Jean – a pesar de su poco tacto – era una compañía agradable. Más bien, eso último era aquello que preocupaba a su progenitora.
Desde que aprobó la capacitación obligatoria su madre no había vuelto a ser la misma con él. Recelosa, dejó de permitirle a Jean participar de actividades extracurriculares de cualquier tipo. Solo podía visitar la casa de Marco, ir al instituto y volver. Ni siquiera estaba enterada de que el chico había conseguido un empleo de medio tiempo hace casi dos meses. Era obvio, más que obvio, que no lo dejaría ir a una fiesta a la casa de una chica.
— No lo sé, Marco. Ya sabes cómo se pondrá mi madre.
— Puedo decirle a la mía que hable con ella. Seguro que dirá que sí, ¿eh? ¿qué te parece?
Realmente Marco parecía muy emocionado por la idea. Si no supiera, adivinaría que se trataba de la primera fiesta a la que había sido invitado jamás.
— Dices eso porque no eres tú el que debe aguantarla después. Me pondría una venda en los ojos si pudiera.
Jean nunca entendió de qué se trataba ese miedo irracional que tenía su madre hacia el síndrome. Desde muy pequeño trató de aislarlo de todo conocimiento al respecto y, cuando ya no pudo evitarlo, lo privó de toda circunstancia no esencial que le permitiera conocer personas. A él le parecía una tontería, sinceramente. Por supuesto que temía de la enfermedad, como cualquier persona teme al cáncer o a un infarto, pero no podía sacrificar el desarrollo de su vida por ese miedo. Ya hace tiempo había tratado de explicárselo a su madre, pero ella – como siempre – decidió ignorarlo.
— ¿Sabes qué? A la mierda, iré. Que tu madre le diga a la mía que me quedaré en tu casa a dormir.
Los ojos de Marco brillaron. Envolvió a su amigo en un apretado abrazo, mientras este luchaba para liberarse de su agarre.
— ¿Te he dicho que eres mi mejor amigo? — dijo regalándole una brillante sonrisa. Jean bufó.
— Por supuesto, no podrías sobrevivir en esta jungla sin mí. Me debes la vida.
— ¡Tienes razón!
Sonrió para sí. Por lo menos podría disfrutar de una fiesta en paz y tranquilidad antes de irse a la universidad. Había vivido muchísimas veces la adrenalina de salir sin el permiso de su madre y, en este caso, parecía a todas luces que sería un asunto más tranquilo. La madre de Marco era una excelente cómplice después de todo. Es más, ella tampoco entendía el recelo de su amiga al mundo exterior. Prefería pensar que, si había que morir de algo, que fuera de amor. Supuso que había escuchado eso último en alguna canción.
— Entonces, ¿a las 7 en mi casa? — preguntó Marco.
— Wow, fiera. Tranquilízate. No creo que quieras ser de los primeros en llegar. Yo paso por ti — le guiñó el ojo y señaló su auto.
¿Había mencionado que tenía auto? Por supuesto, su madre le obsequió uno al cumplir 16. Así no tenía que preocuparse de tomar el autobús escolar o el transporte público, le había dicho. Claro que sí, todo muy normal por ahí.
— Ah, tienes razón. Sería muy raro de nuestra parte, ¿no? Ni siquiera hablamos con Historia. O Reiner… o nadie, ahora que lo pienso.
— Sí, lo vamos a pasar de puta madre, Marco. Gracias por el entusiasmo — miró su reloj —, ya va siendo hora de que vuelvas a clases, ¿no? Tu estirado trasero no puede perderse economía doméstica.
— ¿No vienes?
Jean lo meditó un segundo.
— No, creo que me quedaré aquí un rato.
Marco asintió y entró al edificio. Jean sacó otro cigarrillo de la cajetilla y lo sostuvo con sus labios; no lo encendió. Reposó su cuerpo contra el frío capó de su auto; el invierno ya se comenzaba a sentir. Su chaqueta de cuerina no era para nada reconfortante, por lo que pensó que sería una buena idea entrar a su coche y encender la calefacción. Por lo menos ahí sí podría disfrutar tranquilamente su quinto cigarrillo del día sin que algún bocazas lo acusara con el director.
Entró y con el encendedor del auto – cacharro viejísimo que todavía contaba con esas baratijas – prendió el tabaco. Aspiró, sintiendo el click de menta esparcirse por su garganta; botó la ceniza en el posavasos aledaño a la caja de cambios. Su madre le patearía el trasero. Su madre le patearía el trasero si se llegase a enterar que planeaba ir a la fiesta. ¡Y con Marco! ¡De todos, Marco! Si se enterase probablemente le prohibiría verlo por un mes, dos quizá.
Vio desde el estacionamiento como unos chicos – probablemente de curso inferior – trataban de fugarse para hacer novillos. Soltó una risa estoica, se miraban muy divertidos pensando que nadie los había descubierto. Jean los visualizó traspasando la reja, sus risas victoriosas alejándose cada vez más.
En serio sonaba divertido ser un chico normal. Hacer travesuras de chico normal. Escaparse de clase, ir a fiestas, tener muchos amigos, incluso novia. Y si bien él hacía todas esas cosas, existía algo llamativo en el poder realizarlas bajo el silencio cómplice de su madre. Y que no se malentienda, amaba a su madre, enteramente; era la única persona en su vida además de Marco. De su padre jamás supo, su madre le había dicho que había muerto poco antes de darle a luz. No se lo creía, sin embargo. Nunca había visto una foto de su viejo, alguna carta, algún recuerdo que asolase a su madre dolida; nada. Como si jamás hubiese existido.
Exhaló nuevamente. El olor a humo se le quedaría pegado un buen rato y tendría que ventilar su cacharro antes de volver a casa. Su madre trabajaba hasta altas horas de la noche, pero nunca olvidaba inspeccionar meticulosamente su auto y su mochila. Probablemente buscaba alguna inocente nota de amor o algún condón usado en su guantera. No había punto medio.
— Vaya mierda de vida — suspiró botando el cigarrillo por la ventana. Encendió el motor y se dirigió a la salida. No le vendría mal comprar su cargamento de alcohol para el viernes
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7minutos-snk · 3 years
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Capítulo 2: stuckinmybrain
Había pasado una semana desde tu encuentro con Eren, y aún no podías sacártelo de la cabeza. Cuando Hitch salía para la clase y tú tenías la tarde sola en el dormitorio, a menudo encontrabas tus manos viajando por debajo de tus leggings, y te perdías en tus pensamientos. Pensabas en la cálida boca de Eren contra tu corazón, su sedoso pelo, el frío metal de su lengua contra tu carne, y la tierna forma en que te besaba como si fueras algo más que una cosa de una sola vez.
Tuviste más de esas mañanas de lo que te enorgullecía admitir, y hoy fue otra de ellas.
Aunque tampoco tenías problemas para sentir placer, no era el mismo tipo de alivio. No el mismo alivio que te dio Eren. Tal vez fue la libertad de dejar ir tus inhibiciones. Tal vez fue el secreto de orquestar a puerta cerrada con un apuesto extraño mientras la gente se reunía afuera, sin duda plenamente consciente de lo que ustedes dos estaban haciendo. La idea del voyeurismo nunca te atrajo hasta que tuviste ese momento con Eren. Se sentía salaz incluso pensar en su día a día. Por otra parte, no se puede decir que hayas hecho algo así antes en tu vida, y una parte de ti estaba convencida de que ese era el atractivo.
Tal vez por eso no pudiste quitarte de la cabeza a Eren Yeager.
Suspirando para sí mismo con una exhalación complacida pero agotada, se quitó las manos de los pantalones y alcanzó un pañuelo de su mesita de noche. Mientras se limpiaba, decidió darse una charla de ánimo.
No estabas a punto de ser colgada por un tipo después de un encuentro
. El día aún era temprano, tenías cosas que hacer, y lo más importante, tenías que concentrarte en la escuela. Esa era tu prioridad.
No un tipo.
Viendo que habías terminado todas tus clases temprano por el día, pensaste que podrías estudiar y trabajar un poco en la biblioteca. Ibas a tener todo el día para ti de todos modos, ya que Hitch te envió un mensaje de texto antes para hacerte saber que estaría con Jean el fin de semana. No tenía sentido estar encerrado en tu dormitorio más tiempo del que ya habías estado, pensando en cosas que no tenían ningún peso en tu vida.
Lo que pasó con Eren fue divertido, pero te aseguraste de que sólo fue algo (maravilloso) de una sola vez.
Ni siquiera lo habías visto después de la fiesta aunque tus ojos lo buscaron descaradamente por todas partes. Parecía como si apenas existiera en el campus, a escondidas de la casa de la fraternidad.
Tal vez fue todo para mejor de todos modos.
Al menos eso es lo que te dijiste a ti mismo por comodidad.
Después de todo, ¿cuáles eran las probabilidades de que lo volvieras a ver?
Habías estado escondido en la biblioteca durante lo que parecían horas. Cuando entraste, rápidamente encontraste el lugar más tranquilo que podías, con un pequeño y cómodo hueco hacia la parte de atrás. Era el lugar ideal para estudiar, y tuviste la suerte de tener una vista del exterior.
Casi no había nadie en el campus, ya que era viernes y afuera llovía a cántaros. La lluvia era tan fuerte que se formaban charcos profundos donde los terrenos del campus tenían saltos naturales, y uno veía con diversión cómo los estudiantes saltaban en ellos como niños.
Siempre te ha gustado la lluvia.
Por eso hoy no se usaron auriculares, ya que el golpeteo de la lluvia contra la ventana era la banda sonora perfecta para estudiar y enfocar. Esto era más que una fiesta, y tienes que admitir que se sentía bien estar de vuelta en tu entorno natural.
Nada podría arrancarte de la paz y la tranquilidad de...
"Oye, fiestero", escuchaste una voz familiar decir.
Bueno, excepto por eso.
Eso podría definitivamente arrancarte de... cualquier cosa, si fueras honesto.
Cuando miraste desde tu regazo, viste a Eren saludándote con una sonrisa. Hoy llevaba una sudadera gris con capucha, vaqueros y zapatillas, con el pelo recogido en su habitual moño desordenado.
Su atuendo y su cabello estaban empapados con agua de lluvia, y era casi injusto lo lindo que se veía a pesar de eso.
¿Cuáles eran las probabilidades?
"Um, hola", saludaste con la mano, haciendo que la cara de Eren se estirara en una dulce sonrisa.
Se pavoneó hacia ti con un confiado pavoneo en sus pasos, y luego se dejó caer a tu lado. Cuando se sentó a tu lado contra la pared, sacudió el agua de su pelo como un perro que entra en la casa después de salir a la lluvia, lo que te hizo reír.
"¿Qué pasa?" preguntó con una sonrisa arrogante mientras miraba la forma en que tus ojos permanecían en su cara.
La pregunta te desconcertó, ya que era lo último que esperabas que te dijera.
Después de días sin verse, Eren iba a actuar como si no estuviera enterrado entre tus piernas hace una semana e intentar tener... ¿una conversación normal contigo?
Sacudiendo la cabeza, inclinó la cabeza a un lado para ver su mirada y se detuvo.
"No mucho. Sólo estaba estudiando..." Empezaste a alejarte en silencio mientras veías la sonrisa de Eren en su cara.
En ese momento, te diste cuenta de por qué se dirigió a ti como "fiestero" en lugar de tu nombre al principio. En la fiesta, defendiste que fuiste a fiestas cuando lo conociste. Pero aquí estabas, estudiando en la biblioteca, un maldito viernes por la noche.
Maldito sea.
Una pequeña risa salió de los labios de Eren cuando se dio cuenta de que te habías dado cuenta, pero rápidamente se recompuso. En un instante, se acercó a ti, tanto que su muslo estaba a un centímetro del tuyo. Cuando no lo empujó o indicó que estaba incómodo, Eren se inclinó sobre su hombro para mirar el libro en su regazo.
Podías sentir su aliento cerca de tus mejillas, calentándote por todas partes, pero nunca estaba demasiado cerca para que te consolara. Siempre parecía seguir la línea de estar lo suficientemente cerca, pero nunca cruzaba la línea exactamente. No a menos que usted quisiera que lo hiciera. Apreciabas eso, y eso era ponerlo a la ligera.
Mientras estudiaba su libro con intención, notó que su aliento olía a menta, como si se hubiera metido una lata entera en la boca antes de venir aquí. Te estremeciste al recordar la forma en que su lengua se sentía fresca y dulce en tu boca... la forma en que olía y sabía a menta entonces... y rezaste en silencio para que Eren no se diera cuenta de la forma en que apretaste tus muslos.
Parecía como si no lo hiciera, porque empezó a leer en voz alta líneas de su libro de Ética de la Salud Pública, sin siquiera molestarse en bajar el volumen de su voz. Esto llamó la atención de la bibliotecaria, que los miró a los dos desde arriba del pequeño carro de libros que estaba organizando, pero Eren no se inmutó. Cuando le llamó la atención, continuó leyendo de su libro y le hizo un pequeño saludo antes de volver a sonreírle, haciéndole reír.
Qué idiota.
Te metiste un poco de pelo detrás de la oreja y viste como Eren leía tu libro con la lengua atrapada detrás de los dientes, casi como si intentara concentrarse tanto como pudiera, aunque estabas seguro de que no sabía lo que estaba leyendo.
¿Cómo puede una persona ser tan adorable?
Cuando el bibliotecario se calló de nuevo con usted y Eren, le dio un saludo de disculpa, y luego se encontró con la mirada de Eren de nuevo una vez que había terminado. Sus ojos se dirigieron a la bibliotecaria una vez más, y él sacudió su cabeza y se rió cuando ella se fue furiosa.
"No tengo ni idea de lo que acabo de leer. ¿Para qué es esto?"
Había curiosidad genuina escrita en su cara, y sus ojos brillaban mientras te miraba fijamente mientras te esperaba. Notaste que les faltaba el enrojecimiento que tenían cuando se conocieron por primera vez, y tenías que admitir que un Eren más claro y de ojos brillantes era incluso más atractivo que uno que estaba drogado.
No es que te haya importado ninguno de los dos.
"Ética en la salud pública", dijiste, sonriendo por su excitación.
"Cool". ¿Es tu especialidad?" preguntó, inclinando la cabeza a un lado.
"Sí, lo es", se rió, aún inseguro de hacia dónde se dirigía esta conversación.
"¿Qué te gusta...?"
"¡Yo, Yeager-meister!"
La repentina interrupción hizo que los dos miraran hacia arriba, sólo para ver a un niño pelirrojo parado frente a ustedes.
"Hey Floch", respondió Eren, levantando dos dedos para saludarlo de forma poco entusiasta.
"¿Vendrás a mi fiesta esta noche?"
Viste con diversión cómo hablaban Eren y su amigo, pero no por su conversación. Te divertiste sobre todo por el bibliotecario que estaba al acecho en la esquina detrás de Floch. No debería haberte sorprendido que ella doblara la esquina una vez más para espiar a tu sección, especialmente porque ni a Eren ni a Floch les importaba bajar la voz. Te reíste mientras veías cómo se desbordaba su ira y calculaste mentalmente cuándo perdería los estribos y volvería a aparecer.
"Sí, hombre. Te lo perdiste, pero fue genial. En serio, deberías venir a la de esta noche. Va a ser aún más loco", escuchaste decir a Floch cuando volviste de desconectar.
"Eh... podría saltarme esta, en realidad", Eren se encogió de hombros.
"¿Por qué, estás ocupado?”
Por el rabillo del ojo, viste los ojos de Eren parpadear hacia ti, y luego hacia su amigo, pero no respondió. La calidez que se extendió por tu cuerpo se encontró con algo más que tus mejillas esta vez, pero no dijiste nada e intentaste mantener la sonrisa que quería aparecer en tu cara. Tomando el silencio de Eren como respuesta, Floch se encogió de hombros y continuó hablando.
"De cualquier manera, está bien, sólo mándame un mensaje si decides pasarte por allí, hombre", Floch terminó con una ola.
"Sí, hombre. Lo haré. Nos vemos."
Con eso, Floch se fue, y Eren se volvió hacia ti. Sacudiste la cabeza y señalaste al enojado bibliotecario frente a ustedes dos con la esperanza de que Eren tratara de bajar la voz cuando te hablara de nuevo. Dejando caer su cabeza cerca de tu hombro de nuevo, Eren soltó una suave risa. Se negó a mirar al bibliotecario y eligió mirarte a ti en su lugar. Cuando se encontró con tu mirada, apretó sus cejas de una manera adorable, haciéndote reír.
"Lo siento", susurró en realidad.
"No lo estés. No sabía que te ibas a quedar en casa el viernes. Eso no es propio de ti", bromeaste en silencio, pinchando su firme bíceps con tu dedo índice.
"A veces sé cómo quedarme dentro", Eren se encogió de hombros, sin ceder a tus bromas. "Quiero decir, estaba dentro cuando te conocí. ¿Eso no cuenta?"
Pusiste los ojos en blanco por su broma descarada e idiota que le hizo reírse de nuevo. Había algo extrañamente encantador en la forma en que se comportó, que te hizo sentir cómoda en su presencia. Desde sus estúpidas bromas, hasta su seguro de sí mismo, mezclado con su extraño sentido de la conciencia de sí mismo... no se podía negar que Eren era encantador.
Cuanto más lo estudiaste y sus manierismos, más te diste cuenta de que te gustaba.
Y si tenías que ser honesto contigo mismo, tenías que decir que te gustaba mucho.
"¿Qué haces en la biblioteca de todos modos?" preguntaste, inclinando tu cabeza a un lado.
"Tenía que conseguir un libro", se encogió de hombros.
"Entonces, ¿dónde está...?"
Antes de que pudieras terminar tu frase, escuchaste otra voz saludando a Eren. Cuando levantaste la vista, reconociste que era la chica de la fiesta, en cuya falda Eren estaba acostada momentos antes de que compartieran siete minutos juntos.
"Hola Christa, ¿qué pasa?" Eren saludó amablemente.
"No mucho, sólo me dirigía al trabajo pero tuve que devolver un libro. ¿Vas a ir a la fiesta de Floch esta noche?" preguntó Christa con anticipación en su voz.
Una vez más, desconectaste la conversación para observar tu entorno; sólo que esta vez, te enfocaste en todos los que están detrás de Christa. Mientras hablaban entre ellos, notaste que mucha de la gente que iba y venía de la biblioteca se tomó un momento para saludar a Eren.
Fue extraño, viendo lo popular que era. Pero pensaste que tenía que ser de la zona, junto con la mayoría de la gente de tu universidad. Aprendiste desde el primer año que más de la mitad de los estudiantes de la Universidad de Shinganshina también fueron todos juntos al mismo instituto, que no estaba ni a treinta minutos del campus. Brevemente, te preguntaste si Eren también era así cuando estaba en el instituto, y luego volviste a centrar tu atención en la conversación que tenías delante.
"Muy bien, Eren. Avísame si decides pasarte por aquí. ¡Adiós!" Escuchaste el chirrido de Christa.
Cuando se fue, se despidió de los dos y Eren le volvió a sonreír tímidamente mientras se preparaba para disculparse una vez más por las constantes interrupciones. Antes de que pudiera intentarlo, los dos escucharon tacones de gatito pisoteando el suelo alfombrado, forzándolos a mirar hacia arriba otra vez.
"Oh... hola, Sra. Reeves", Eren sonrió ampliamente a la bibliotecaria mientras los miraba a los dos, sin impresionarse.
"Sr. Yeager. La gente de aquí está tratando de estudiar. Si quiere seguir hablando, le sugiero que vaya a una de las salas de estudio con su novia", dijo el bibliotecario con los labios fruncidos.
"Oh, no soy su..."
"Tienes razón. Lo siento, señora. No volverá a suceder. Vamos, hermosa. Vamos", se rió Eren, extendiendo la mano para agarrar su libro y su bolsa con urgencia.
Se lo echó por encima del hombro antes de que pudiera protestar, y luego le cogió la mano para llevarle a una de las salas de estudio privadas. Cuando entraron, las luces automáticas se encendieron y Eren dejó su bolso y su cuaderno suavemente sobre la mesa, cerrando la puerta tras él con un suspiro. Dijo su nombre, y volvió a fruncir las cejas como lo hizo antes cuando se estaba disculpando.
"Lo siento mucho. Ni siquiera recuerdo de qué estábamos hablando ahora", pasó la mano por la parte de atrás del pelo.
Te reíste de su sinceridad, y luego sacaste unas sillas para que ambos se sentaran. Acariciando el asiento de madera a tu lado, le hiciste una señal a Eren para que se acercara y lo hizo con una sonrisa en su cara.
"Estábamos hablando de mi especialidad".
"Oh, sí. Salud Pública, ¿verdad? ¿Te gusta?" se inclinó hacia la mesa y puso su barbilla en su mano como un niño ansioso, haciendo que te rías de su entusiasmo.
 "Sí". Mucho en realidad", reflejaste sus acciones, y te inclinaste hacia la mesa tú mismo. Eren parecía feliz con tu respuesta, mientras te hacía otra sonrisa y luego quitaba tu cuaderno de la mesa.
"Eren, ¿qué haces...?"
"Cuéntamelo todo. ¿Por qué te gusta?" Eren continuó, ignorando sus protestas mientras sacaba un bolígrafo de su bolsillo y empezaba a buscar una página vacía en su cuaderno.
Frunció el ceño confundido al tratar de encontrarle sentido a lo que estaba pasando, pero Eren lo alejó de su propia mente con un suave golpe en el muslo.
"¿Por qué decidiste especializarte en salud pública?" preguntó de nuevo cuando empezó a garabatear en tu cuaderno, esta vez cubriendo su trabajo con una mano.
"¿Por qué no puedo ver lo que estás dibujando en mi cuaderno?" bromeaste, tratando de asomarte por encima de su hombro para ver mejor.
"Porque es una sorpresa. Te dejaré ver si respondes a mi pregunta", dijo Eren, prácticamente riéndose para sí mismo mientras maniobraba el cuaderno fuera de tu vista.
Suspirando, se reclinó en su silla y estudió a Eren, curioso por saber cuáles eran exactamente sus intenciones. Viste como Eren se mecía hacia atrás y adelante en su silla, incapaz de mantener su enfoque mientras dibujaba en las páginas de tu cuaderno, y te preguntaste si siempre era tan enérgico con las cosas.
Se quitó un poco de pelo de la cara y habló.
"Quería especializarme en salud pública porque quiero ayudar a la gente", respondiste.
Eren hizo una breve pausa en sus garabatos para que pudiera dibujar una dulce sonrisa. Parecía genuinamente interesado en el asunto, y le resultaba entrañable.
"Es increíble. ¿Cómo funciona eso? Lo siento, no sé nada de salud pública".
"No, no. Está bien. Umm, ¿cómo lo explico? ¿Sabes cómo los médicos tratan las enfermedades y las lesiones?"
"Sí".
"Bueno, la salud pública se centra en la prevención en su lugar. Nos centramos en el bienestar y la seguridad, y tratamos de averiguar cómo podemos mejorar la sociedad para mantener a la gente protegida. ¿Como las leyes de los cinturones de seguridad y esas cosas? Eso es salud pública".
Eren dejó momentáneamente su bolígrafo, y luego se volvió hacia ti con una sincera y dulce mirada en sus ojos.
"Eso es... realmente genial. Suena como si te encantara."
"Sí". ¿Cuál es tu especialidad?", preguntaste, tratando de inclinarte sobre su hombro una vez más para echar un vistazo, pero sin suerte. Su brazo cubrió el dibujo lo suficientemente bien, y fue honestamente inútil incluso intentarlo.
Cuanto más te inclinabas sobre él, más podías oler su olor. Y ahí estaba... el más leve indicio de su colonia de vainilla almizclada otra vez. Sentiste tu cara caliente una vez más cuando Eren se volvió hacia ti, manteniendo su cara a centímetros de la tuya. Siempre demasiado cerca para la comodidad, pero nunca más de lo necesario. Su mirada se lanzó de un lado a otro entre tus ojos y labios, y la involuntaria mordida en los labios que le diste volvió a Eren más loco de lo que pensabas. Pero encontró su compostura rápidamente, y te respondió.
"No tengo uno", se inclinó, dejando salir una risa suave. "Estoy indeciso. No es sorprendente, lo sé."
Se rió ligeramente, una vez más intoxicado por el olor a menta que emanaba de su boca. Era extraño, como ustedes dos estaban actuando en este momento. Te preguntabas si iba a volver a mencionar la situación, o si también te veía como una cosa de una sola vez, y sólo estaba siendo amigable en este momento.
Masticaste tu labio inferior, haciendo que los ojos de Eren parpadeen hacia ellos una vez más.
Tenías que cambiar de tema.
"...¿por qué tu aliento huele tan a menta, Eren?" le preguntaste, mirándolo de nuevo, tratando de sacudir el cosquilleo que se disparó a tu espina dorsal.
Cuando le preguntaste esto, Eren echó la cabeza hacia atrás, soltando una risa sincera. Puso su bolígrafo en su bolsillo, y luego cerró su cuaderno.
"Oh, sí. Eso. Comí un rollo de mentos cuando bajaba de mi altura", Eren pasó su mano por la parte de atrás de su cabeza y luego se puso de pie.
Una fuerte risa dejó sus labios como imaginó a un alto Eren solo en su dormitorio, demoliendo completamente los rollos de mentos, uno tras otro. Era tan extraño.
"¿Por qué hiciste eso, bicho raro?" preguntaste, todavía riéndote mientras te ponías de pie con él.
Eren se encogió de hombros, y luego le entregó su cuaderno, que usted aceptó.
Se acercó a ti para cerrar la brecha entre ustedes dos, y luego se detuvo mientras meditaba sus palabras cuidadosamente.
"...porque me gusta el sabor", dijo con humildad, dándole una sonrisa perezosa y sabia. "Nos vemos por ahí".
Eren te hizo una pequeña ola, luego salió de la habitación, cerrando la puerta con un cierre suave.
Te dejaron absolutamente aturdido. No había duda en tu mente de que Eren estaba siendo deliberado con sus palabras, y estaba haciendo un juego de palabras sobre lo último que te dijo después de comerte, en lugar de hablar de su amor por las mentas.
Aún confundido, hojeaste las páginas vacías de tu cuaderno para tratar de encontrar la página que Eren dibujó.
Cuando llegaste a él, casi dejas caer el cuaderno al suelo por el shock.
Mientras tú te preocupabas por tu amor a la salud pública y le preguntabas sobre cosas inútiles, Eren estaba ocupado dibujando algo mucho más importante en tu cuaderno. Pensaste que no le importaba sacar a relucir lo que había sucedido entre ustedes dos, pero no podrías estar más equivocado.
Ocupó toda la página, y Eren se tomó su tiempo para dibujarlo a pesar de que era un garabato - pero estaba claro como el día.
En una sola página, había escrito su número, e incluso se tomó su tiempo para diseñar las palabras: "Llámame".
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edicion4 · 4 years
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Imagen: Guerreros aztecas ataviados con sus armas y vestimenta típicas.
Psicología: La percepción del tiempo puede ser engañosa
La famosa novela "Moby Dick" de Herman Melville, se publicó en 1851. Algunas de las ballenas que vivían cuando se publicó esa novela pueden todavía hoy seguir surcando los mares. Los tiburones ancestrales aparecieron en el tiempo antes que los árboles. Y la Universidad de Oxford es más antigua que el imperio azteca.
Noticias de la Ciencia, 29.01.2020.
Nuestra percepción del tiempo es muy relativa. Y más aún cuando se refiere a la historia. Ello puede dar lugar a aparentes paradojas. A continuación comentamos varias:
La famosa reina egipcia Cleopatra está más cerca de ser contemporánea de los primeros aviones supersónicos que de la construcción de la Gran Pirámide de Egipto y la de la Gran Esfinge, hoy símbolos inconfundibles del Antiguo Egipto. Pero no viajó al futuro en la máquina del tiempo. 
Simplemente, vivió en el siglo I antes de Cristo, y debido a ello el tiempo que la separa de la construcción de esos portentosos monumentos es varios siglos mayor que el que la separa de los primeros vuelos de esa clase.
El Antiguo Egipto corresponde a un período de la historia mucho más largo de lo que podría parecer, mientras que el primer vuelo supersónico de la historia lo efectuó Chuck Yeager el 14 de octubre de 1947, a los mandos de un avión experimental Bell X-1, soltado en el aire desde otro avión portador. Una vez libre, el avión desarrolló toda su potencia y Yeager se convirtió en el primer ser humano en romper la barrera del sonido, el extraño y fascinante momento en el que un objeto comienza a desplazarse a mayor velocidad que la del sonido.
Clyde Tombaugh, el descubridor de Plutón, nació cuando sólo habían transcurrido poco más de 2 años desde el primer vuelo de un avión, el de los hermanos Wright en diciembre de 1903. 
Tombaugh nació en una época en la que todavía había dudas sobre si los aviones llegarían a ser algo más que una mera curiosidad técnica.
Sin embargo, en el transcurso de la vida de un solo individuo, en este caso Tombaugh (1906-1997), la aviación progresó de manera espectacular, a ella se le sumó la astronáutica, y esta última fue capaz de desarrollar la tecnología necesaria para efectuar vuelos interestelares, de tal modo que pocos años después de la muerte de Tombaugh fue posible embarcar parte de sus cenizas a bordo de la sonda espacial New Horizons y éstas han sobrevolado el astro que ese astrónomo descubrió, Plutón, y van rumbo al espacio interestelar.
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Pirámide egipcia. (Foto: Wikimedia Commons/Nina Aldin Thune)
El tiempo desbocado
La famosa novela "Moby Dick" de Herman Melville, acerca de una peligrosa ballena y de un capitán de barco que anhela matarla, se publicó en 1851. La longevidad de algunas especies de ballenas es tan grande (hasta 200 años) que algunas de las ballenas que vivían cuando se publicó esa novela pueden todavía hoy seguir surcando los mares, como si el tiempo no hubiera transcurrido.
La vida vegetal parece que siempre debe ser más antigua que la animal, pero a veces las apariencias engañan. Si aceptamos como tiburones a sus ancestros evolutivos inmediatos que, en muchos rasgos eran como los tiburones actuales, entonces resulta que los tiburones aparecieron en el tiempo antes que los árboles, por más enraizada que tengamos en nuestra mente la idea de los árboles como sinónimo de perdurabilidad y antigüedad.
Los antiguos imperios, como por ejemplo el azteca, parecen cosa del pasado lejano, en tanto que una institución que funcione actualmente y sea muy famosa, como por ejemplo la Universidad de Oxford, parece más moderna.
Sin embargo, la Universidad de Oxford es más antigua que el imperio azteca. Se desconoce la fecha exacta de su fundación, pero ya se impartían en ella algunas enseñanzas en el año 1096, y su actividad docente aumentó con rapidez a partir de 1167, a raíz de medidas políticas impulsadas por el rey Enrique II de Inglaterra.
Aún habría que esperar un par de siglos de tiempo antes de que se pueda hablar de un imperio azteca propiamente dicho. Otras universidades en funcionamiento que son más antiguas que el imperio azteca son, por ejemplo, la de Salamanca en España, la de Bolonia en Italia y la de Cambridge en el Reino Unido.
Fuente: NCYT Amazings
https://noticiasdelaciencia.com/art/36385/la-percepcion-del-tiempo-puede-ser-enganosa
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cortanaland · 7 years
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                ❀┊━━ ❝Mechanic❞
    Su nombre era Tessa, aunque nunca llegó a conocer su apellido, pero en su acta de nacimiento decía "De Lioncourt", el apellido de una familia que había pensado en adoptarla. Ella no estaba segura de cómo era el papeleo, sólo sabía que, finalmente, la familia había logrado quedar embarazada y ya no necesitaban adoptarla. El papeleo de su acta de nacimiento había quedado aunque no consiguiera vivir con ellos jamás.
    Nació en mil novecientos noventa y siete, pero no sabía qué día, sólo sabía que las casas de acogida dejaban de cuidar a los jóvenes que pasaban de los diecisiete años. Decían que el gobierno de Estados Unidos dejaban de darles dinero para cuidar chicos casi adultos y que, sin dudarlo, podían trabajar. ¿Pero quién cuidaría a unos chicos que no tenían habilidades ni una buena educación? Es decir, no es como que Tessa no hubiera estudiado pero, ciertamente, vivir de escuela en escuela, con bajas calificaciones no era una educación decente. Y menos que no estudiaba en la universidad.
    Ha vivido toda su vida en Queens, un barrio de Nueva York. No sabe en qué lugar nació realmente, pero su acta de nacimiento dice que en Manchester, Nueva York. Algunas veces llegó a vivir en Brooklyn o Bronx, con familias que le dieron albergue algunos meses, pero se aburrían de su actitud altanera y rebelde, por lo que preferían regresarla, como si fuera un perro. Actualmente, vive con el señor Cade Yeager, un señor de setenta y ocho años, afroamericano, con más cabello blanco que negro y manchas de la edad en su rostro. Una persona muy amable y siempre respetuoso. Una persona que le dio un techo donde dormir.
    Pero no es una chica común y corriente. Es algo más. No es humano, pero tampoco es como si fuera un extraterrestre. No sabe decirlo; algunas personas dicen que es 𝓂𝓊𝓉𝒶𝓃𝓉𝑒 pero ella no está seguro de que eso exista. Igualmente, no es como que le guste categorizarlo. Sólo sabe que puede manejar el metal. Aunque, bueno, no está seguro del todo, porque puede hacer muchas cosas. Tessa piensa que su poder es manipular el metal y todo lo que ello conlleva, incluso hacerse cargo del electromagnetismo (considerando que ella no sabe cómo, debido a su falta de estudios). Lo que ella no sabe es que, en realidad, su poder se basa en la manipulación del hierro. Pero, vamos, esa es historia para otra ocasión. Pero, por igual, es importante aclarar que Tessa no es un pan de dulce ni un ángel. Hay maldad y desinterés para con otras personas.
              
    ━No puede simplemente botarme a la calle... ━dijo Tessa, con el ceño fruncido.
    El hombre delante de ella, soltó un suspiro de cansancio. Tessa era la quinta chica a la que echaba ese día y nunca era fácil pedirle a los chicos que, simplemente, se fueran. Muchos hacían destrozos. Otros se rehusaban a irse. Otros actuaban como si les importara poco y a algunos otros simplemente les alegraba.
    ━Lo siento, Tessa, no puedo hacer más. Se requiere espacio para otros niños, mucho más jóvenes, la mayoría son recién nacidos o no han ni cumplido cinco años. Ustedes pueden valerse por sí mismos, ellos no. Ellos nos necesitan, ustedes no.
    ━ ¿Y dónde te piensas que voy a vivir? ¿En la calle? ¿Eso es lo que ustedes quieren?
    ━Claro que no ━El hombre volvió a suspirar━. No me gusta esto más que a ti, créeme, Tessa, pero... No puedo hacer más, lo siento mucho.
    ━Vete a la mierda, Sean.
    La chica no podía, realmente, demostrar lo mucho que le costaba creer que estaba siendo echada a patadas de aquel orfanato. No tenía ni dieciocho años... ¿Qué iba a hacer de su vida, finalmente?
    Como pudo, cogió sus cosas. Echó en una pequeña mochila la poca ropa usada que tenía, un par de deportivos y, por supuesto, un pequeño peluche de pingüino que una niña le regaló antes de ser adoptada. Se imaginaba viviendo como aquellos chicos de la calle; drogada, sin propósito en la vida más que robar para comprar droga. No para comer, sino para aquel vicio que la haría "olvidar" lo que estaba pasando. Y lo detestaba. No le parecía justo vivir de esa manera, no le parecía justo que su vida se haya visto envuelta en una puta miseria por la culpa de una mujer que jamás se había preocupado por ella. Lo odiaba. Odiaba a todas esas personas que tenían la vida fácil. Que habían nacido en familias completas, que eran ricos, que los habían adoptado rápidamente. Los detestaba, más de lo que podía admitir.
    Y toda esa furia mientras recordaba a todos esos chiquillos que fueron adoptados y fueron amados, se fue concentrando en el aire. Sentía cómo comenzaba a pesar, como si fuera una especie de humo; denso, visible y venenoso. Cuando cogió su mochila y la echó a su hombro, en su cabeza se disparataban todas las imágenes de este rencor, pero con tal intensidad que su mirada se nublaba, como si una especie de nube cruzara por ella y, repentinamente, todo a su alrededor comenzara a moverse con desesperación: los muebles a su lado se agitaban con ligereza, pero las camas comenzaban a convulsionar abruptamente, algunos espejos se rompieron al sentir aquella vibración. Las lámparas en el techo hacían lo mismo, pero la luz comenzaba a parpadear así como temblar. Cuando salió de la habitación y azotó la puerta, se escuchó dentro del cuarto una pequeña explosión, pero Tessa no se regresó. No había razón para ello.
    Conocía a un chico que vivía en Brooklyn, así que, quizá, podía aterrizar en su departamento y ver qué haría después. Podía conseguir trabajando en una cadena de comida rápida, quizá podría sobrevivir bien. Pero prefirió no hacerlo. Él vivía bien, pero se la pasaba sumido en drogas y alcohol. Y aunque no era la persona más moralmente correcta, no quería perderse en esos vicios sin antes salir adelante. No sabía si era cuestión de orgullo, pero... quizá quería llegar a ser algo.
    Recordó hacía tres años, cuando se había fugado de una casa de acogida, un lugar que parecía más prostíbulo que hogar. Habían unas chicas que hablaban de cogerse a unos tipos a cambio de celulares y ropa. Entre muchos dilemas, eso había terminado de hartarla y había sido el detonante de su fuga.
    Después de coger una mochila y robar comida, caminó por medio Queens, buscando un lugar dónde quedarse. No descansó por todo un día, alerta y cuidando su propia integridad, hasta que el cansancio y la falta de comida la tumbaron cerca del río Harlem. Un señor, el señor Cade, la cargó hasta su hogar. Le dio cobijo medio día, mientras estuvo inconsciente, y luego le dio comida. Era un señor que había perdido a su esposa diez años atrás y que estaba completamente solo. No había tenido hijos, y era ligeramente humilde. Tenía un taller mecánico en el garage de su casa y era reconocido por muchas personas. Tessa se quedó con él dos días antes de que la llevara en automóvil a un hogar de acogida al otro lado de Queens. Pero a veces la invitaba a comer, a veces le regalaba ropa de su difunta esposa. Era una persona a la que le había cogido cariño y decidió que, quizá, podía pedirle vivir con él a cambio de trabajo. Ella era buena aprendiendo, así que quizá podía ayudarle en el taller.
    Caminó durante medio día hasta llegar a su hogar. Había llovido en todo momento y, para cuando llegó a su casa, estaba completamente empapada. Cuando el señor Cade abrió la puerta y vio la sonrisa demacrada y sin esperanza de Tessa, abrió la puerta de par en par. Ese día cenó un enorme bistec y durmió en una cama suave y caliente.
    Desde entonces, Tessa aprendió todo lo que concernía la reparación de un vehículo y todo lo que concernía a sus poderes. Cuando el señor Yeager no estaba cerca, sólo debía estirar la mano y un destornillador, una llave inglesa o un perico llegaban sin que aplicara mucha energía.
    Tessa pensaba que estaba sola en el mundo, que era la única con aquella clase de poderes, con habilidades más allá de las normales. Sólo hasta que se encontró con él.
    Ese día, su vida cambió por completo.
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ao3feed-jearmin · 5 years
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Feral
read it on the AO3 at http://bit.ly/2UHTdvF
by Chickzilla18
The group started to slowly retreat farther and farther away from the carnivore that would surely have no trouble killing them all if they were found by it.
The group of five hardly breathed as they kept their ears open and their eyes trained on the edge of the tree that protected them from the Troodon's view, ready to fight their way out of there it the dino turned the corner and saw them. It didn't look like they would need to though, because the footsteps of the dino were steadily getting quieter as the carnivore went in the other direction, away from where they were retreating.
It was okay, they were still okay, things would still end up fine if they were quiet and stealthy.
That's when a twig snapped from under Eran's foot.
Words: 38555, Chapters: 10/?, Language: English
Fandoms: Death Note (Anime & Manga), Shingeki no Kyojin | Attack on Titan, Kuroshitsuji | Black Butler
Rating: Mature
Warnings: Graphic Depictions Of Violence, Major Character Death, Underage
Categories: F/M, M/M
Characters: Yagami Light, L (Death Note), Amane Misa, Ciel Phantomhive, Alois Trancy, Eren Yeager, Jean Kirstein, Armin Arlert, Mikasa Ackerman, Levi (Shingeki no Kyojin), Marco Bott, Original Characters
Relationships: L/Yagami Light, Levi/Eren Yeager, Marco Bott/Jean Kirstein, Ciel Phantomhive/Alois Trancy, Armin Arlert/Jean Kirstein
Additional Tags: Dinosaurs, BDSM, Crossover, Smut, Stranded, Island - Freeform, Government Experimentation, Government abuse, Child Abuse, Character Death, Other Additional Tags to Be Added, My first crossover, Telepathy, L can read minds, Mind Reading
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madmythologist · 7 years
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Friendly giant vs Eran Yeager
Can you imagine how an encounter between a friendly giant and just about any main character from Attack on Titan would be?
If they have Maneuver Gear and they have a drive to attack (which most of them have a personal vendetta for it) then the giant would have to try to calm them down while trying to protect the back of their neck and convince them that they are not dangerous.
If they don’t have Maneuver Gear, or would rather run than fight, then trying to convince a scared human that they mean no harm when their only experience with giants is the titans from their world, that would be incredibly difficult.
… Unless it’s Hange, they’d be all~ over that poor giant.
Not sure where I was actually going with this idea, I’ve just been playing a lot of the Attack on Titan game and have had it on my mind.
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runrunruno · 4 years
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Título: Vino y otros problemas.
Capítulo: oneshot.
Fandom: Shingeki no Kyojin.
Personajes: Mikasa Ackerman/Jean Kirstein.
Palabras: 907.
Advertencias: alcohol, vómito.
Atrasada - otra vez - traigo mi colaboración para la semana 3 (canon) del Jeankasa Month organizado por @jeankasa-events. Espero que les guste, aunque sea ridículo wwww
CANON: ambientado en el capítulo 123 del manga.
Jean no tenía idea de qué era lo que ese viejo de acento curioso le había dado, pero estaba buenísimo. Recordaba haber saboreado el gusto del alcohol hace algún tiempo, poco antes de la misión de recuperación de la Muralla María, y, sin embargo, aquello no le llegaba ni a los talones al brebaje que estaba consumiendo. Parecía vino, ciertamente, mas la dulzura que emanaba de él y lo rápido que hacía que sus orejas enrojecieran, le indicaba que probablemente tenía más grados de alcohol que cualquier bebida que se pudiera fabricar dentro de las murallas.
Quizás las uvas eran muy buenas, pensó.
Y quizás fue por eso, por su delicioso sabor y cómo lo hacía perder el control de todos sus impulsos inhibitorios, que decidió sentarse al lado de Mikasa, sosteniendo dos botellas llenas de dicho líquido – que acababan de robarse con Conny – y brindarle una amplia sonrisa.
— Jean — dijo ella, mejillas tan sonrojadas como las propias — ¿puedo tomar de eso?
El chico destapó el objeto y se lo entregó; vio maravillado como la morena se bebía la mitad casi al instante. Supuso que era cierto el rumor que los Ackerman tardaban mucho más en emborracharse que una persona común.
— Está bueno — dijo, un hipido saliendo inconscientemente de sus labios —, perdón.
Él la miró de reojo, tratando de concentrarse más en beber el líquido que en su corazón que latía con intensidad. La borrachera estaba haciendo estragos en él: tenía unas brutales ganas de orinar y de decirle a Mikasa que era el amor de su vida, mientras su cerebro insistía en pensar que hacer ambas cosas al mismo tiempo era una excelente forma de economizar su tiempo. Sin embargo, se quedó allí, sentado, mirando como la chiquilla sorbía hasta la última gota que chorreaba desde la botella casi vacía.
— El rojo te queda — soltó escuetamente el castaño, ojos apuntando al suelo.
Ella arqueó una ceja, él levantó la mirada. En cuanto notó que a la mujer le costaba tanto como a él mantener la mirada en un punto fijo, supo que el cuerpo Ackerman sólo resistía cuatro botellas de vino.
— No traigo mi bufanda — apuntó. Cuando cayó en cuenta de lo que realmente se refería Jean, frunció el ceño avergonzada —, ¡oye!
El escándalo ambiental pasó a segundo plano cuando llegó a los oídos del hombre la risa casi imperceptible de la mujer. Fue un sonido mínimo, acompañado de otro hipido que reverberó en la habitación. Aun así, Jean se sintió en el cielo y, podría ser el alcohol o no, pero percibía su corazón ablandarse al escuchar como ella, en vano, intentaba aplacar su descontrolado hipo.
— Mierda — exclamó, sus ojos azabaches cerrados con fuerza —, creo que voy a vomitar.
— Hazlo — vio como la mujer se inclinó y comenzó a toser — te sostengo el cabello.
— No tengo tanto cabello.
— Solo hazlo.
El sonido de la chica que amaba regurgitando todos sus males no se sintió tan mal como creía. Sus manos, aprovechadoras quizás, acariciaban su corto cabello negro y su musculosa espalda, tratando de calmar la incómoda sensación de ahogo que tenía su compañera. Ella lo miró de reojo, acción para nada tranquilizante, y continuó hasta que ya no quedó nada más en su estómago para expulsar.
Al finalizar se limpió la boca con la manga y él le ofreció una botella de agua para poder enjuagarse. Vio cómo la bebía con dificultad y, obsesivamente quizás, recogió un mechón de pelo que había quedado a la deriva ante su estrepitoso vómito y lo colocó cuidadosamente tras su oreja izquierda.
— Gracias — gestó muy impropio de ella considerando la situación —, lo siento – hip – eso fue repugnante.
Si se tratara de cualquier otra persona, Sasha o Eren quizás, probablemente habría asentido enérgicamente. Habría dicho algo como "cierra la boca, apestas a vómito" o "son las once de la noche, es demasiado temprano para vomitar"; aun así, como si la escena que acababa de presenciar no le hubiera quitado la sed, bebió el resto de vino que quedaba en su botella en tiempo récord, brindándole una sonrisa cómplice.
— No te preocupes, ya pronto estaremos a mano.
Eso fue lo último que Jean recordaba antes de que todo se fuera negro. Cuando despertó, el capitán Levi, la comandante Hange y Onyankopon observaban la escena tras su "fiesta" con disgusto. Trató de levantarse, queriendo brindar una disculpa en nombre del grupo, pero una pierna desconocida sobre su pecho se lo impidió.
— Kirstein ni siquiera puede levantarse por la pierna de Yeager sobre él — señaló Onyankopon, su mano derecha frotando su sien por el cansancio —, esto es patético.
— Concuerdo — asintió Hange sonriente —, y Sasha está vomitando. A las cinco de la mañana.
Supuso que era cierto por los desagradables sonidos que lograba escuchar, pero no ver. Trató una última vez levantarse de su lecho antes de desmayarse nuevamente, víctima del cansancio y la resaca.
El capitán rodó los ojos.
— Cerca de las doce pasé para asegurarme que todo estuviera bien — habló Levi —, Kirstein brindó por el cabello de Mikasa y le propuso matrimonio, con un anillo hecho de lata y todo.
— ¡Ah! Mikasa lo trae puesto. Espero que sea una linda boda — rio la comandante.
— Siempre creí que a Ackerman le gustaba Yeager — dijo despreocupado el ex militar marleyano —, no creo que ninguno de los dos recuerde qué pasó de todos modos.
— Esperemos que así sea — dijo Hange —, sino Eren finalmente tendrá un motivo para matarlo.
Los tres asintieron con miradas cómplices antes de abandonar el lugar. Sería una excelente historia para contar de vuelta en Paradis.
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ao3feed-lawlight · 5 years
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Feral
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by Chickzilla18
The group started to slowly retreat farther and farther away from the carnivore that would surely have no trouble killing them all if they were found by it.
The group of five hardly breathed as they kept their ears open and their eyes trained on the edge of the tree that protected them from the Troodon's view, ready to fight their way out of there it the dino turned the corner and saw them. It didn't look like they would need to though, because the footsteps of the dino were steadily getting quieter as the carnivore went in the other direction, away from where they were retreating.
It was okay, they were still okay, things would still end up fine if they were quiet and stealthy.
That's when a twig snapped from under Eran's foot.
Words: 11194, Chapters: 3/?, Language: English
Fandoms: Death Note (Anime & Manga), Shingeki no Kyojin | Attack on Titan, Kuroshitsuji | Black Butler
Rating: Mature
Warnings: Graphic Depictions Of Violence, Major Character Death, Underage
Categories: F/M, M/M
Characters: Yagami Light, L (Death Note), Amane Misa, Ciel Phantomhive, Alois Trancy, Eren Yeager, Jean Kirstein, Armin Arlert, Mikasa Ackerman, Levi (Shingeki no Kyojin), Marco Bott, Original Characters
Relationships: L/Yagami Light, Levi/Eren Yeager, Marco Bott/Jean Kirstein, Ciel Phantomhive/Alois Trancy, Armin Arlert/Jean Kirstein
Additional Tags: Dinosaurs, BDSM, Crossover, Smut, Stranded, Island - Freeform, Government Experimentation, Government abuse, Child Abuse, Character Death, Other Additional Tags to Be Added, My first crossover, Telepathy, L can read minds, Mind Reading
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teleindiscreta · 7 years
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Las fotógrafas de ‘Playboy’ que revolucionaron el desnudo femenino
Fuente original: Las fotógrafas de ‘Playboy’ que revolucionaron el desnudo femenino Puedes ver más visitando Teleindiscreta - Las mejores noticias de actualidad, famosos, salud, belleza, cocina, motor, música y mucho más.
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La inventora de las pin-ups
Pocos fotógrafos de desnudos llegan a ser referencias culturales que inspiran a generaciones posteriores pero Bunny Yeager, la mujer que inventó a las pin-ups y la descubridora de Betty Page es una de ellas. La artista Cindy Sherman es una de sus más destacadas discípulas, que adoptó como Yeager la costumbre de retratarse con diferentes estilismos y peinados y convertirse en un personaje más de sus instantáneas.
Dos autorretratos de Bunny Yeager en el libro ‘Bunny Yeager’s Darkroom: Pin-up Photography’s Golden Era’ (Rizzoli, 2011).
La afición de Bunny de posar para su propia cámara es sin duda un legado de cuando ella misma fue modelo, ganadora de varios concursos de belleza y amante de los biquinis diminutos y los animales salvajes. La propia artista escribió un libro titulado How I Photograph Myself, dirigido a las mujeres de cualquier condición, con un cierto espíritu exhibicionista y sabedoras del poder de la cámara como método terapéutico para mejorar la opinión sobre una misma. A día de hoy se diría también que Yeager promovió la visibilidad de otros cuerpos y anatomías diferentes a la norma, ya que muchas de sus modelos abundaban en curvas y celulitis. “No me gusta la delgadez”, afirmaba la artista, que murió en 2014, al diario inglés The Telegraph en una entrevista. “Quiero ver a una modelo que tenga carne y hueso. Para moda tal vez sean preferibles mujeres delgadas, a las que le queda mejor la ropa; pero si quieres enseñar a la mujer necesitas formas, contenido”.
En los años 50, Bunny era la única mujer que tomaba fotos de otras mujeres desnudas y su entrada en el club fue casual. Como modelo de moda necesitaba imágenes suyas para entregar a las agencias o a los potenciales clientes pero los fotógrafos cobraban mucho por las copias de buena calidad. Yeager decidió ir a clases y aprender a hacerlas, y pronto descubrió que tenía más talento para estar detrás de la cámara que muchos de los fotógrafos con los que había trabajado. Una de sus profesoras la animó a que enseñara su trabajo a algunas revistas y ella eligió una que acababa de salir al mercado, Playboy. Lo hizo pensando que una publicación todavía desconocida sería más proclive a coger fotógrafos amateurs.
Con Bettie Page, a la que fotografió en múltiples ocasiones.
Mujer, buena con la cámara y ex modelo conocedora de mil y un trucos para posar y salir bien. Estas tres características hacían de esta profesional una de las más demandadas en su sector. “Todas las chicas querían trabajar conmigo porque sabían que no me aprovecharía de ellas”, afirmaba Yeager. Muchas incluso accedían a desprenderse de más ropas de las necesarias aunque, según contaba el personaje, “no las presionaba para que posaran desnudas si no querían. No era una época en la que prevalecieran las fotos de modelos totalmente en cueros”.
A la confianza que muchas modelos depositaban en Bunny se añadía su diferente método de trabajo, en el que abundaban siempre las ideas nuevas y raras. Por aquel entonces había cerca de un centenar de publicaciones estadounidenses interesadas en fotos de pin-ups, pero también muchos fotógrafos con sofisticados estudios en los que construían imágenes cada vez más imaginativas y depuradas. Ella, sin embargo, optó por captar sus instantáneas en exteriores, eligiendo lugares que resultaran divertidos para posar: una estación de bomberos, unas ruinas mexicanas o un parque zoológico en Boca Ratón, donde disparó las famosas fotos de Betty Page con traje de baño de leopardo junto a dos guepardos. La ex modelo afrontaba las sesiones como una excursión que sorprendiera también a la chica y la hiciera sentir que vivía una ocasión especial.
Bunny introdujo también grandes dosis de humor, picaresca y burlesque en sus imágenes. Sus chicas no destilaban esa tristeza de quien se ve forzada a realizar ciertos trabajos para pagar el alquiler. Como apuntaba un artículo del blog La Francoise, “la filosofía de las pin-ups era más sensual e imaginativa. Era la fantasía de una mujer sobre su vida consigo misma, sus amantes, sus mascotas, sus niños, sus vestidos, su lencería, su perfume, su jardín. No tiene nada que ver con el deseo masculino volcado en la vecina de al lado”.
Bunny, en una sesión de fotos.
Suze Randall. Una mujer con una cámara y la ropa puesta
Recientemente redescubierta en el documental Hot Girls Wanted: Turned On; Suze Randall, que ahora cuenta con 70 años, fue la primera mujer que fotografió un desnudo frontal para la revista Playboy, aunque ya antes Bunny Yeager trabajara para este medio en el mismo oficio. Eran los tiempos en los que sobraba el dinero y no había demasiada prisa. Hacer el reportaje fotográfico, en agosto de 1975, le llevó a Randall una semana entera en la mansión Playboy, trabajando durante el día y trasnochando en fiestas que se prolongaban hasta el amanecer.
Una de las fiestas que se celebraban en la mansión Playboy (y a las que Randall era asidua).
Como cuenta Suze en un reportaje de la revista Elle, el universo de las revistas masculinas, como Playboy o Penthouse, era un mundo en el que el papel de las chicas se reducía a posar delante de la cámara o amenizar las multitudinarias celebraciones, lo más ligeras de ropa posible. Trabajar en otra cosa que no fuera modelo era algo difícil pero Suze tenía una gran baza a su favor, “ser una chica sexy que hacía fotos a mujeres sexys”. Algo que las cabeceras para las que firmó no dudaron en explotar publicando imágenes del making off de las sesiones de fotos. Al fin y al cabo, todo conectaba muy bien con la eterna fantasía masculina del lesbianismo para deleite del varón.
Pero que una mujer se dedicara a la fotografía erótica destinada a hombres era algo que, incluso en los liberales años 70, extrañaba a muchos. El artículo de Elle cuenta como un día el legendario jugador de fútbol americano, Jim Brown, se acercó a la mansión Playboy y se quedó perplejo al ver a una fotógrafa con la cámara en la mano y con sus ropas puestas. A menudo, los ayudantes que Suze tenía durante las sesiones se negaban a hacer su trabajo. “¡Carga tu propia película!”, le dijo uno en una ocasión; mientras la mayoría pensaban que se había ganado su puesto por otras muchas cualidades, no precisamente artísticas o fotográficas. De cualquier modo, ella había roto las reglas y los tabloides le pusieron el apodo de “rebel camera-girl Suze”.
Las modelos, sin embargo, se encontraban más cómodas ante alguien que no trataba de meterse en sus bragas o que pretendía acabar la sesión con un final feliz. Pero además, Randall conocía el oficio ya que antes había trabajado como modelo. De hecho, todo empezó cuando a los 22 años nuestra protagonista, que era enfermera en un hospital de Londres, compartía piso en Earls Court con otras siete colegas y salía con un aspirante a novelista, contestó a un anuncio que buscaba chicas para posar desnudas a razón de 100 libras el día. Más tarde conoció a David Hurn, el que fotografió a Jane Fonda en Barbarella, quien la animó a convertirse en modelo, esta vez vestida. Las primeras 900 libras que ganó las gastó en comprarse una cámara Nikon, con la que empezó a fotografiar a sus amigas en topless.
Suze Randall, reseñada en ‘Playboy’.
Mientras sus colegas varones se limitaban a decirle a las modelos: “haz algo”, Suze ganaba su confianza, les daba ideas y hacía que se sintiesen seguras y desinhibidas. Una de sus máximas era, “como fotógrafo, tu calidad depende de lo bien que se sienta tu modelo”. Su hija, también fotógrafa y cineasta porno, confesaba que su madre le había enseñado a “poner a la modelo primero. Hacer que se sienta cómoda, alimentada, hidratada, guapa y feliz de estar ahí”.
Ginger Lynn, una de las leyendas del porno, posó para su primera foto erótica con Randall. Lynn comentaba a la revista Elle, “es una mujer que me ha inspirado en muchas maneras. Recuerdo que estábamos en México haciendo fotos en una roca en medio del mar. Suze acababa de dar a luz y tenía en una mano la cámara y en otra al bebé, al que le estaba dando el pecho. Ella me ayudó a salir del mundo de la cocaína. No era raro, en los años 80, celebrar cualquier cosa con drogas: acabar un trabajo o que te encargaran otro nuevo. Un día vino a mi casa y me dijo que tirara toda la cocaína que tenía o que saliera del negocio. Ella me enseñó que puedes hacer casi todo lo que te propongas, estar en la industria y ser una mujer de negocios, respetada por todos”.
Cuando el mundo de las revistas masculinas se vino abajo y muchas cabeceras cerraron, Randall pidió a Penthouse y a High Society que le pagaran lo que le debían en forma de derechos de sus fotografías. Con la llegada de Internet abrió un portal de imágenes eróticas, al que había que abonarse por 24,94 dólares al mes. En poco tiempo consiguió 12.000 suscriptores y empezó a ganar unos 400.000 dólares al año.
‘Love Bites’, una película de 1985 con Tracy Lords como protagonista y producida por Suze Randall.
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Fuente: SModa
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ao3feed-eremin · 4 years
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Seamos malos juntos || Yumihisu y Eremin ❰Omegaverse❱
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by Koogi666
❝Tarde o temprano llegará alguien que te corrompa, o conforme pase el tiempo la curiosidad te podría traicionar. Armin e Historia eran los próximos herederos al trono, debían conseguir una pareja y procrear, pero ninguno de los dos se mostraba interesado en ello, por lo cual, su padre decidió tomar medidas sin su consentimiento; los obligaría a casarse con Levi Ackerman y Reiner Fritz respectivamente. Las cosas se salieron de control, incluso para ambos rubios, y nada de lo que había en sus planes terminó tal cual querían.❞
✧₊˚.༄ Bad Together - Dua Lipa. ✧₊˚.༄ AU! // Omegaverse.
Words: 4735, Chapters: 1/?, Language: Español
Fandoms: Shingeki no Kyojin | Attack on Titan
Rating: Mature
Warnings: Creator Chose Not To Use Archive Warnings
Categories: F/F, F/M, M/M
Characters: Armin Arlert, Eren Yeager, Krista Lenz | Historia Reiss, Ymir (Shingeki no Kyojin)
Relationships: Armin Arlert/Eren Yeager, Krista Lenz | Historia Reiss/Ymir, Armin Arlert/Levi, Reiner Braun/Krista Lenz | Historia Reiss, Reiner Braun/Bertolt Hoover, Armin Arlert/Annie Leonhart, Mikasa Ackerman/Sasha Blouse, Mikasa Ackerman/Annie Leonhart, Sasha Blouse/Connie Springer, Ymir/Pieck, Pieck/Yelena (Shingeki no Kyojin), Pieck/Zeke (Shingeki no Kyojin)
Additional Tags: Drama & Romance
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