Tumgik
#están pendejitos los dos
mvngar · 1 year
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Wenas wenas, aqui llegando a tarde a presentar a las basuritas, no tienen nada que ofrecer pero ahí vamos echando a andar la neurona para ver que puede salir, así que si de casualidad se les antoja algo ahí me echan un corazón e iré veloz a sus ims uvu advertencia de mucho texto y poca seriedad u_u
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Garam Mun, 23 años, matriculado, sol sagitario luna piscis asc escorpio, enfp, estudia música o eso dice, mansión seis, primer año, miembro del club de poesía, escritura, japonés y pintura.
Su madre era la vocalista en un grupito que empezó de forma super improvisada, que con el tiempo fue mejorando, sin embargo no se volvió famoso o algo por el estilo, tocaban en bares o eventos con gente de gustos muy alternativos underground ahr. Eran conocidillos pero muy en su ambiente. Su padre era un mirrey con plata y una vida planeada para ser perfecta y modelo, tuvieron un romance cortito durante unas vacaciones y él cñor se regresó a su realidad dejando al Garam en la panza de su mami uvu y pos ya el muchacho creció en ese ambiente así que ahora que llegó a una universidad fancy se siente super perdido porque él planeaba ser el vagabundo de la esquina :/
En fin su mamá rip por conveniencia del guión, pero contacto a su padre antes de la unvivición para que cuidara de su pendejo, entonces el papá después de negarlo mil veces y dudar de su propia existencia le hizo las pruebas de adn, resultó si ser su hijo y ahora quería estar presente para cuidarlo pero el garam le dijo "nel don" pero el papá le dijo "cuidaré de ti aunque no quieras hdtpm" y ya le jodió la vida por un ratote hasta que al morrito no le quedó de otra que aceptarlo. El señor se está haciendo cargo del dinerin de sus estudios.
Es el hermanito bastardo del Robyn @rovnss
Es multiinstrumentista, pero se maneja mejor en la guitarra, tenía su grupito con sus compas siguiendo los pasos de su ama y trabajaba en un estudio de tatuajes antes de llegar acá.
Tiene muchos tatuajes y perforaciones que no se esfuerza en ocultar porque pa'empezar él ni quería estar en la universidad ah.
Es extrovertido y amistoso la mayor parte del tiempo, pero desde que le pusieron la correa no anda en el mejor mood, ahorita se siente como arenita cantándole a texas v':
No creo que sea coherente buscar conex super profundas con él porque es de primer grado, pero me esforzaré en al menos dar algunas memorables para que puedan reconocerse entre la multitud ah
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Ren Sakurai, 21 años, matriculada, sol aries luna leo y asc. libra, entj, estudia actuación y dirección de escena, mansión ocho, segundo año, vocera en el consejo estudiantil de st. beatrix d'este, actriz en teatro musical, miembro del club de italiano, esgrima y cerámica.
Sus papás son ricos y poderosos, fueron casados por un acuerdo entre familias, nunca se llegaron a querer y eran muy infelices de pretender hacerlo cuando les tocaba hacer apariciones juntos en sus fiesta de gente kul. Entre ellos tenían un acuerdo de poder salir con quien quisieran mientras pudieran mantenerlo en secreto frente a la sociedad, pero a la Ren siempre le tocó conocer a todes sus novies y ahora tiene issues.
Desde muy chiquita aprendió a valerse por si misma pues sólo tenía a las nanas y al personal que trabajaba en su casa y no le gustaba la idea de ser una molestia, entonces desde que tomó un poquito de consciencia no quiso ser una carga.
Por las constante ausencia de sus padres en su hogar fue quien terminó encargándose de la administración de este, por lo que es una control freak y puede que muchas veces ni se de cuenta, es normal para ella pensar que nada saldrá bien a menos que ella se haga cargo.
En fin, ella al ir en segundo debería conocer un poco más de gente
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rolmaniacos · 3 years
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Es un foro pequeño, la gente rolea a su ritmo, de ahí que haya pocas cosas. Entra y prueba por tu cuenta, no hay mejor forma de juzgar que esa, así te haces una mejor idea de si se adapta a lo que buscas o no. Nunca pidas opiniones externas, vive la experiencia por tu cuenta || Traducción: Somos muy inactivos, por eso hay pocas cosas. Somos grupistas, solo te adaptarás si te pones de tapete. Si quieres actividad e integración este foro no es para ti. No hagas caso a los malos comentarios, pls. // Concuerdo. Un foro puede ser pequeño pero entre 4 usuarios puedes hacer varias tramas, no solo de pareja. Y si 3/4 se multicuentean y solo hacen eso... Es bastante raro, es perjudicial. Porque un foro publico no vive de hacer una ambientacion y dejarla tirada. Llegarán usuarios nuevos, y si los viejos están acaparados con sus dos temas de follirol y romance, y de ahí no salen. Los nuevos ¿a qué van? No hay rol. Dejas tu petición de rol libre y nadie contesta, o el que lo hace, te da la misma movida de contestarte una vez al mes mientras a su trama de romance le dedica biblias de rol al menos 3 veces al mes.
El nuevo se asoma al foro, deja búsqueda, pide rol. Nadie contesta. Y a la semana se percata de que los viejos usuarios abren grupales...
¿Me van a decir que eso no es grupismo?
Tres días después los viejos usuarios hacen nuevos personajes para otra trama de romance. Y el nuevo como pendejito. Y así no uno ni dos sino varios usuarios. Llegan los dos meses y los viejos usuarios abandonan sus primeras tramas de romance y movidas x, para hacer nuevas, para quitar/agregar 3 o 4 cosas y ya decimos que son "diferentes". Siguen en ese son y el foro se llena de multicuentas, grupismo. Ya no hay amor por el personaje, ni por hacer una historia. Solo por abrir una cuenta nueva, hacerle match forzado encima, y con eso ya tienen ganas de rolear otra semana.
Eso no es un foro publico. Y los privados sabran que ni ellos se maltratan de esta forma.
Yo sé que la gran mayoría quiere escribir un romance o un follirol al menos un par de veces. Pero no hagan esta mierda, ni desde el staff.
Ya que lo pones de ese modo, es un panorama desalentador. 𝔐𝔢𝔪𝔬𝔯𝓎.
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graciasbalan · 3 years
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Eh we, ¿puedes pasar por mí?
Pieza teatral para transporte público.
Personajes
Samuel (veintitantos años)
Fernando (entre 13 y 16)
  Esta pieza es pensada para ser interpretada en un camión, o quizá en un tren, o donde se les de la gana, ultimadamente a mí qué me importa. De preferencia por dos hermanos que tengan que hacer un trayecto de unos veinte o treinta minutos en camión y que sean lo suficientemente tetos para aprenderse este texto.
Fernando sube primero, pero es Samuel el que se detiene a pagar los pasajes. Fernando va pachequísimo, se le quieren cerrar los ojos, de esas veces que ya nomás te estás esforzando por mantenerte en este plano dimensional. Recomiendo que los ojos irritados, la piel pálida, el sudor frío y el olor a mota sean truqueados con algo, yo que sé, pero igual si ustedes quieren poner bien marihuano a un morrito pues muy su pedo, yo no les voy a decir cómo hacer su trabajo, no soy actor. Ni tampoco dramaturgo, para qué me hago pendejo, nomás estoy escribiendo por escribir. Bueno, prosigo: Fernando se apoya de lo que encuentre, mientras espera a que su hermano mayor termine de pagar los boletos. Si encuentra asientos amarillos vacíos, que le valga verga y se siente ahí, los marihuanos tenemos también el derecho de sentarnos cuando nos estamos paleteando. De haberse sentado en los asientos amarillos, si hay lugar más atrás, Samuel lo levantará con brusquedad y lo llevará a sentar a otro lado. De no haber asientos disponibles mas que los amarillos, Samuel se quedará parado junto a Fernando. Y si no hay asientos disponibles en absoluto, pues Fernando hará lo que crea conveniente para sobrellevar la tremenda pálida que trae encima. Pero eso sí, en cuanto un lugar se desocupe, Samuel deberá agandallarlo a cualquier costo, para que se siente su hermano.
En fin.
SAMUEL: Ira nomás cómo vienes, Fernando.
El otro no dice nada.
SAMUEL:  Hasta para fumar eres pendejo, de veras. ¿Y sabes a quién va a cagotear mi amá? A mí, cabrón.
FERNANDO: (levantando la cabeza) Yo no te pedí que vinieras por mí.
SAMUEL: Me llamaste hace una hora y me dijiste “Güey, estoy muy marihuano y creo que me voy a morir” y colgaste.
Fernando se ríe.
A Samuel esa risa lo irrita profundamente y le mete un sopapo bien duro en la nuca a su hermano. Si existe algún resentimiento entre los actores, este sería el momento perfecto para sacarlo. En respuesta al golpe, Fernando intenta meterle un putazo a Samuel, pero lo falla.
SAMUEL: Íralo, todo pendejito, primero abre bien los ojos y después intentas verguiarme, morro.
FERNANDO: Creo que me voy a paletear.
SAMUEL: Te estás paleteando, pendejo.
FERNANDO: ¿Está ocupado el baño?
SAMUEL: Nomás que te vomites encima y te voy a poner la putiza de tu vida, Fernando.
El otro sólo esconde la cara entre las manos, completamente mareado.
SAMUEL: ¿Fumaste o comiste?
FERNANDO: ¿Qué?
SAMUEL: La mota, ¿la fumaste o la comiste?
Fernando está demasiado concentrado en mantener el vomito dentro de su estómago. ¿O que lo que hay en su estómago no se convierta en vómito? ¿el vómito se convierte en vómito cuando lo vomitas, o ya es vómito desde antes? Yo que sé, no soy médico y soy demasiado huevón para buscarlo en google, ahí háganlo ustedes.
SAMUEL: Luego, como no sabía dónde estabas ni nada, estuve marcándote, yo creo te marqué unas seis veces antes de que me contestara una morra, amiga tuya, supongo, no sé, no la ubico. Y ya me dice que te andas paleteando y que están en casa de un güey que tampoco ubico.
Fernando deberá buscar estar cerca de alguna ventana, si tiene oportunidad de intentar abrir una, que lo intente.
SAMUEL: ¿Y sabes qué pensé? Pensé, ay, mi hermanito, su primera vez fumando mota. Pero cuando venía en el camión para acá, me di cuenta: probablemente no es tu primera vez fumando mota, sí tu primera pálida no tú tu primera vez fumando. Y entonces me emputé contigo.
Fernando, para este punto, debe estar intentando respirar profundo. Ya debe notársele algo desesperado. Samuel lo verá durante unos momentos, antes de sacar una botella de agua de su mochila y entregársela.
SAMUEL: Ten, toma más agua.
FERNANDO: (con la voz temblorosa) Me voy a vomitar.
SAMUEL: No te vas a vomitar, tómale.
Fernando le da un tragote al agua y le regresa la botella.
SAMUEL: Yo estaba seguro de que ibas a fumar mota por primera vez conmigo. No sé por qué, era algo que parecía natural para mí. Soy tu hermano mayor, es lo que un hermano mayor hace, le enseñas a tu hermanito a andar en bicicleta, le pones películas de terror, y lo guías cuando vaya a meterse chingaderas. Es el ciclo natural de la vida.
Fernando le vuelve a arrebatar el agua a Samuel y la da otro trago.
SAMUEL: Yo sabía incluso cuál era la historia que iba a contar antes. Te iba a decir “no we, la primera vez que me puse pacheco…” e iba a exagerar algunos detalles, muchos detalles. Iba a ser una historia casi completamente inventada. En donde mis compas y yo nos fumábamos un blunt entre los tres y luego nos quedábamos dormidos y compartíamos el mismo sueño, y que después lo volvimos a intentar pero que nunca nos volvió a resultar así de fuerte y así de natural. Y tú me hubieras creído, porque estás bien pendejo y me crees cualquier mamada que te cuento, y luego, ya después de unos meses, o unos años, ya que te hubiera dado tu primera pálida, hubieras tenido visuales, hubieras ido a alguna fiesta con tus compas, hubieras besado a alguien teniendo hartas ganas de llorar, entonces recordarías la historia que te conté de mi pachequera y te darías cuenta de que fue todo mentira, y te cagarías de risa y me llamarías y me dirías eh we, vamos a caguamear y me cuentas la verdadera historia de esa vez.
Fernando ya se mira más repuesto, tiene los ojos cerrados y se concentra mucho en respirar.
FERNANDO: (con la voz todavía temblorosa) ¿Y cómo fue en realidad?
SAMUEL: Estaba en casa de Cardona. Íbamos a ver una película y ahí andaba también Nestor y Diana. Y Nestor nos dice que traía un porro y que si queríamos. (se ríe) Yo me puse muy nervioso, we. Quería escaparme de ahí, la verdad es que me daba culo. Mucho culo.
Fernando se ríe
SAMUEL: Le fumé y no sentía nada, estuvimos cotorreando un ratote, y luego, no me di cuenta cuándo, estábamos callados, acostados en el piso del cuarto de Cardona. Se había detenido la playlist y nadie le ponía para que volviera a empezar. Todos estábamos callados, y a mí me dio risa, pero no me reí, y me quedé pensando y pensando, y pensando y ya que vimos la hora, vimos que habían pasado cuarenta y ocho minutos de puro silencio, y nos empezamos a cagar de risa.
FERNANDO: Nunca supe por qué dejaste de hablar con Cardona. Ella me caía bien.
SAMUEL: Sí, yo tampoco estoy seguro.
FERNANDO: Porque luego iba a la casa y no pedía permiso ni nada y se tragaba lo que encontrara en el refri (suelta una carcajadota) y a mamá eso le encabronaba tanto (la risa es estridente) una vez sacó todas las sobras del refri y se hizo un lonche de (la risa no lo deja continuar)
Samuel le pone una mano en la frente.
SAMUEL: Tranquilo, we.
Fernando sigue riéndose, pero la risa se va calmando. Vuelve a quedar en silencio, mirando por la ventana.
SAMUEL: ¿Y tú we? ¿Cómo fue tu primera pachequera?
Fernando parece querer decir algo, pero vuelve a mirar por la ventana.
SAMUEL: Sí, mejor en otro momento. Todavía estoy emputado, eh. Pensé que tardarías más en crecer y es muy pendejo, pero no quiero perder otro amigo. Después de lo de Cardona y luego de mi… Estoy completamente atorado, Fernando.
Hay silencio.
SAMUEL: Cuando lleguemos a la casa, te vas directo a acostar y no te acerques a mamá. Yo te llevo un vaso de leche.
Más silencio.
SAMUEL: Lo sorprendente de esa vez que nos quedamos en silencio, fue que yo nunca me quedo en silencio. Siempre hablo y hablo y hablo y nomás no me para el hocico y… fue reconfortante. Este silencio también. Gracias, Fer.
Ambos dejan de hablar durante el resto del camino. Cuando tengan que bajar, bajarán en completo silencio.
 Notas para la obra:
1-      No agradezcan ni se anuncien ni pidan dinero al final, solamente hagan esto si están muy aburridos y son unos tetos. O igual y sí pidan dinero al final, si tienen mucha hambre, o si están pendejos. Es más, hagan lo que quieran, a mí que me importa, ni que pudiera hacer algo para evitarlo, ni siquiera existo fuera del concepto de la voz que lee esto en sus cabezas, escribí esta pendejada bastante rato antes de que ustedes la leyeran, seguro ahorita ando pensando en otras mamadas.
2-      Queda prohibido que esta obra sea interpretada por gente cuyo sueño sea viajar a Europa, estudiantes de letras, panistas, y personas que tengan una rutina de cuidado de piel por las noches.
3-      Chinguen todxs a su padre, ¿por qué siguieron leyendo hasta acá? ¿no tienen nada mejor que hacer? Pónganse a trabajar o algo.
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Ya en 1952 Ingmar Bergman experimentaba con filmar en 3D. Si él, el director sobrio y regio por antonomasia, ya experimentaba con la tecnología en la narrativa fílmica hace más de medio siglo, quizá sea tiempo de replantearse la crítica visceral de chavo irreverente. Aquella crítica que sólo repite década tras década: ya están rucos, actualícense, no entienden la chaviza, etc.  Vayamos más atrás, hasta realizadores clásicos, de hace un siglo, como Méliès o Lang o Vértov, que utilizaban ya los más novedosos avances tecnológicos con los que contaban y narraban con ellos. Aparece entonces una incongruencia con la crítica "joven" que pide a gritos que le hagan caso y que todo se reduzca a su pequeño mundo. Y es que no se trata de las plataformas tecnológicas sino del lenguaje. It's the language, stupid.  Ya durante todo el siglo XX, la tecnología pasó sus respectivos juicios frente al cine. Ya Bergman, Godard, Buñuel, hablaron sobre las que los agoreros veían como "amenazas" del cine: la televisión, la videocasetera, el 3D, etc. Ya las abordaron, ya las refutaron, ya les dieron vuelta. ¿Entonces dónde está el punto? El asunto está en el lenguaje: no es la plataforma la que construye la obra, es el lenguaje del director.  Uno podría proyectar La Rosa de Guadalupe en un gran cinéma francés con su suelo de mármol y sus acabados en or moulu, y no por eso la telenovela rascuacha adquiriría súbita calidad. No la actuación mejoraría a dramatismos profundos, ni la música crecería a una sinfónica orquestación, ni la fotografía adquiriría nuevos encuadres arriesgados y propositivos. No. La Rosa de Guadalupe seguiría tan chambona y desarrapada como siempre. Tan basura como toda la vida. Porque no es la plataforma la que hace la obra.  Y continuaría así aquella telenovela porque así fue concebida. Las telenovelas son obras hechas para la televisión, con las convenciones que la televisión requiere. En este caso una televisora mexicana de difusión nacional y enfocada -según sus propios directores- a la gente pobre, sin educación, y con claras intenciones de mantenerla en ese estado. Y no es muy distinto a lo que pasa en la televisión de Argentina o de España o de Turquía o de Francia. El entretenimiento en casa suscribe estas convenciones: las de no "incomodar", porque los horarios siempre son familiares, porque nadie quiere "invitar" a un desconocido a sus casitas, nadie quiere que se hable de ciertos temas frente a sus bieneducados hijos, nadie quiere que se le cuestionen sus creencias. En fin, que es entretenimiento para tomarse frente a la sopita de la comida, mientras los niños hacen la tarea y la abuelita dormita. El entretenimiento en casa está sujeto a todas estas variables y muchas más. Como la de las distracciones permitidas, poder ir por un sangüichito en los comerciales, tener el dvd o bluray o casette (según la época) y poder ponerle pausa para contestar el teléfono, para ir a la tiendita, para hacerse pendejito. Las distracciones nuevas, de estar viendo el show y también poder estar contestando el whatsapp, subiendo memes, leyendo el artículo, viendo otro video en el celular mientras la pantalla reproduce, taruga, otro espectáculo que nadie mira. Y todo eso está bien, es la televisión. De alguna manera como sociedad hemos aceptado la convención y ahora entendemos que así funciona y que así le gusta a la mayoria. Fin. De hecho, cualquier canal que exhiba algo distinto es visto como el bicho raro, la gente misma lo dice: eso no es televisión. Todos los canales culturales o científicos quedan -aunque dentro del mismo aparato- segregados del colectivo denominado "la televisión". Así funciona. Lo que hace falta entender es que las "nuevas" plataformas de exhibición son extensiones de La Televisión, en tanto que son diseñadas ex profeso para el Entretenimiento en casita. Los videos en streaming, las redes sociales de video, el sharing por internet, todos esos están concebidos para el mismo entretenimiento de sopita y abuela que la televisión. Habrá sus excepciones, claro, como hay uno o dos canales científicos o culturales entre 800 otros canales de la televisión. Pero el punto es este: las plataformas de internet son una extensión de la televisión, del entretenimiento en casa. Cuando los directores o creadores cinematográficos contemporáneos se refieren a que ver una "película" en una pantallita del celular NO ES cine, no se refieren a que el aparato tecnológico en sí mismo sea el que le quite su característica de ser cine. Se refieren a las directrices y convenciones que automáticamente aceptan los creadores de esas "películas" de hacer entretenimiento en casa. A eso, que es una extensión de la televisión y no cine. Vamos, que nadie diría que tal telenovela española está al nivel de Vértov sólo por estar "muy-bien-hecha-para-televisión". Sin embargo sí se empeñan en decir que tal cosa del streaming lo es. Ése es el problema, y contra eso se han manifestado los grandes directores contemporáneos. Porque por supuesto que se puede tener una pantallota bien perrona, bien acá; o ser elegante y tener uno de esas pantallas-esculturas de decenas de miles de dólares que venden en Bang&Olufsen, se puede. Se puede también tener una propia sala de cine con sus butaquitas y todo, pero incluso con todo aquello el producto que se proyecte en la pantalla (si es de plataforma streaming) seguirá siendo entretenimiento para ponerle pausa, para ir a la tiendita, para que dormite la abuela. Del mismo modo que La Rosa de Guadalupe, exhibida en un gran cine de París, seguiría siendo la apestosa telenovela que es.  Y del mismo modo que la televisión exige sus convenciones a la hora de ser grabada o escrita. Del mismo modo quien escribe para el cine adquiere la convención escénica del teatro, el acto de proyectarse sólo una vez para un público expectante también en convención adentro de una sala. Todo eso, más la plasticidad de la gran pantalla o la fotografía y la luz adecuada, están en la mente del creador a la hora de realizar el filme.  Por supuesto que nuestra proximidad con EEUU y su basurilla ha hecho que mucho de lo exhibido en salas sea entretenimiento vulgar y barato. Es normal. No hay mucho que hacerle. Y por supuesto que si ves la nueva de Brad Pitt, en una pantallita de celular, no te vas a perder de mucho, claro, porque está hecha también para transitar dualmente entre el cine y el entretenimiento en casa. Y me parece que es ahí donde empieza toda esta confusión. La gente asume que si pueden ver a Salma Hayek en el cine y luego en sus casas en sus pantallotas HD mientras hablan por teléfono, entonces también podrían hacer eso con Dreyer o con Fassbinder. Les parece lógico. Porque nunca recapacitan en esta parte: no es el medio físico, es el lenguaje. Y habrá quienes, como Bergman haciendo 3D en 1952, hagan arte ex profeso para el internet y los celulares, pero por ahora son los menos, son los casi nadie, y realmente se ve imposible revertir esta tendencia en la que el streaming es una extensión de la televisión y no del cine. Y no es por anticuados ni por no entender, de hecho, quienes no entienden son los "creadores" de aquellas plataformas, ellos todavía están necios a aceptar su papel como apéndices de la televisión. Así que la crítica de "actualícense" debería ser hacia ellos, hacia los creadores de streaming. A ellos sí que les urge actualizarse y definirse, hacia dónde van y qué buscan, que lo digan claro, para ya no andarnos con tonteras. Pero mientras sigan generando entretenimiento para casas y sopas, ellos serán muchas cosas y podrán llamarse de muchas maneras pero no serán cine. Y no es por el tamaño de la pantalla.
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a-pair-of-iris · 7 years
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Ha llegado la Cigüeña 2/5
Iris
Parte 1
-¿Esos dos, con un hijo? -En alguna parte a su espalda, Luciano estaba riendo a más no poder, hasta podía imaginárselo retorciéndose en el sillón. Sebastián lo ignoró por el momento y reacomodó el teléfono para que estuviera mejor apoyado entre su hombro y oreja mientras continuaba lavando los platos- No es algo que me habría imaginado...
-¡Ni yo! Es decir, aún recuerdo los días en que Martín nos arrastraba a las marchas de cualquier cosa solo para poder gritarle a los policías.
-Eh, no es la figura de responsabilidad que uno podría esperar.
-¡Y Manuel! Míster amargado no es que digamos, la representación de maternalidad.
En la sala Luciano estaba recuperando un poco el control sobre sí mismo. Sebastián terminó de enjuagar los platos y fue a sentarse a su lado en uno de los brazos.
-¿Cuándo vamos a ir a visitarlos para conocer al nene? -Preguntó después de unos minutos de Miguel enumerando las mañas de cada uno.
-¡Ya envié a Francisco para un primer reconocimiento! Debería aparecer con noticias en un rato. Aún tengo que llamar a un par de gente, encárgate de avisarle a Daniel, cuando estemos listos podemos organizar todo.
-Bien, haré un grupo en whatsapp para eso...
-Lo tomaste bastante bien, digo, hace unos años ya estarías buscando nuevo departamento, o de allegado con Miguel y conmigo -Francisco aceptó el café que Manu le trajo, pero pronto lo depositó en la mesa, lejos del pequeño Alejandro cuando este arrugó la nariz y comenzó a hacer arcadas.
-Sí, sí, soy un santo -Escondió su sonrisa detrás de la taza y miró a su amigo quien no podía dejar de acariciar el pelito de Ale a cada tanto. La verdad es que el pendejito no tardó nada en poner a Francisco bajo su encanto, lo único que necesitó fue una de sus risitas y ya tenía a un tío chocho dispuesto a cargarlo hacia donde apuntaran sus pequeños dedos.
-Tampoco podía dejar a este angelito solo con Martín, te digo, fueron como diez minutos que lo sostuvo, después de lo evitó lo más que pudo, está peor que hombre hetero patriarcal, mi tío fue así con su primer hijo...
-Deben ser los nervios, o todavía no lo considera como suyo, espera un poco más, cuando se le pegue su olor ya lo aceptará como su cachorro -Dicho eso dio vuelta a su nuevo sobrino honorífico y comenzó a hacerle cosquillas en el estómago para sacarle otra risita.
-Que suerte tener un veterinario en la familia, ahora me siento mucho más tranquilo -Comentó Manuel antes de volver a beber de su té. Francisco le mostró la lengua y por fin obtuvo esa risita del bebé.
Su amigo se quedó un par de horas más, ignorando las llamadas de Miguel, seguramente para que volviera a la base a informar. Pero finalmente tuvo que despedirse de Alejandro, no sin hacer un poco de drama para estar unos minutos más con el bebé. A Manuel le dio un fugaz abrazo y un gesto de mano cuando logró llevarlo hasta su auto.
No tenía ganas de que Miguel le cayera encima gritando que le devolviera a su hombre, otra vez.
-Bien chiquito, mientras llega tu papá vamos a revisar las nuevas páginas para el libro que estoy ayudando a publicar -Cargó a Ale hasta su escritorio y abrió el notebook para seguir con su trabajo.
-Aga-ga-gah... -En cuanto el bebé vio la pantalla encenderse quiso tocarla, más cuando dos cachorritos aparecieron en la imagen de inicio- Ohhh...
-Sí, en cuanto consiga un celular con buena cámara vamos a cambiar el inicio... y el fondo de pantalla -Dijo cuando al poner su clave apareció la cara de Martín sonriéndole en el escritorio.
-Ga-ga... -Ale señaló al sujeto rubio, y abrió grande sus ojitos pardos.
-Te verás precioso entre las carpetas de archivos y el RealPlayer...-Manuel acomodó mejor al bebé sobre sus rodillas, le pasó una de sus pelotas de goma para el estrés y estiró los dedos antes de comenzar a corregir lo último que su autora a cargo le mandó- Vamos a tapar los hoyos en el argumento, ¡Seeh!
Martín miraba con ojos de odio su computador, Luciano lo había contactado por skype, pero con suerte hablaron dos minutos y el tonto de su amigo y novio de su primo se echó a reír. Si fuera un poco más maldito le habría cortado hace tiempo.
-¿Tienes algo más que decirme o piensas seguir así? Tengo un proyecto al que volver, no tengo tiempo para tus payasadas, Luciano... -Su amigo se controló a fuerza de voluntad, y con voz un poco ahogada volvió a hablar.
-Ay, Martín, ¿Cómo te metes en estas cosas? Ja-ja... -Se tapó la boca para ocultar su sonrisa, lo que no servía de nada porque el rubio sabía que seguía burlándose de él en su interior.
-¡Oh, vamos! Quiero decir, que dentro de un margen razonable de posibilidades, esto le puede pasar a cualquiera...
-Eh, no, bueno, no a alguien que aseguró un par de veces que era completamente gay... -Luciano estuvo a punto de echarse a reír nuevamente por la mirada de odio que el rubio le dedico- No sé cómo Manuel no te las ha... cortado, todavía...
Martín volvió a pasar una mano por su cara.
-Cielos Lu, Manu ha sido un ángel durante todo esto, cuidando al pibito, y en general no estampando la puerta en mi cara y abandonándome a mi suerte...
-Por lo que pude escuchar, parece que Manolín se ha encariñado más rápido que tú, ¿Qué pasa Martín?
-¿Y de dónde escuchaste eso?
-Bueno, Sebita volvió a hablar hace poco con Miguel, y creo que Migue...
-¡Espera! ¿"Volvió"? ¿En qué están todos ustedes?...
-Ese no es el punto aquí Martín, no me cambies el tema, ¿Qué pasa? Nunca has dicho que quieres hijos pero tampoco diste muestras de lo contrario... ¿No te agrada el niño?
-No es que no me agrade... bueno, no sé, no he pasado mucho tiempo con él la verdad -Terminó sentándose frente a su computador, ya que al parecer no iba a terminar rápido aquella conversación- Me aterra, Luciano, no puedo decir que no es mío porque se parece mucho a mí, pero lo veo y me pone nervioso... -Su estómago empezó a revolverse al pensar en el pequeño- Me siento como un patán, pero prefiero que Manuel esté más con él, al menos él no lo va a traumar por desapego o negligencia...
-Bueno, yo creo que con un poco más de tiempo te vas a terminar encariñando también -Luciano sonaba tan convencido que Martín no quería nada más que creerle- no todos procesan los hechos de igual forma o responden igual emocionalmente...
-Suenas tan zen Lu, ¿Seba te sigue arrastrando a sus clases de yoga? -Tal vez el rubio debió quedarse callado, siendo que su amigo en serio parecía querer apoyarlo, pero es que estaba sonando tan sabio y tan… Sebastián, que no pudo controlarse. Luciano no pareció apreciarlo, por la mirada que le puso.
-Sabes qué, es mentira, eres una horrible persona y no puedo creer que nuestro Manuel siga con voce... -Se lo dijo con la mejor cara de orto que tenía.
-¡Ja, ja, ja! ¡Lo siento, lo siento! Sigue con lo que estabas diciendo.
-Idiota -Porque al morocho todavía le quedaba un poco de simpatía por su amigo, siguió con su punto- A lo que iba, con tal de que hagas el esfuerzo por ahora es suficiente, después de todo te enteraste hace dos días de que el niño existía. Ahora bien... -La expresión de Luciano se tornó un poco más seria- ¿Piensas hacerte cargo definitivamente o vas a buscar a otro familiar para darle la custodia?
-Ese es el otro tema que no me deja acercarme -Sacó su celular del bolsillo y tocó la pantalla- Me mandaron un mensaje, el funeral es mañana y, bueno, estoy pensando en ir...
-¿En serio? ¿Y qué dice Manu de eso?
-Manuel quiere mandarles un detective poco menos, pero sigo pensando que estaría mejor con uno de ellos, es decir, a ellos ya los conoce y nosotros... bueno nosotros... -Tragó saliva y observó un poco más la pantalla de su celular antes de volver a mirar a su amigo- Lu, ¿Qué familia le vamos a dar?
-Martín...
-Es decir, soy feliz con Manuel, no lo dejaría por nada, ¿Y si esas personas me lo quieren quitar porque vivo con otro hombre? No creo ser capaz de dejar a Manuel por el niño... y eso me hace sentir como un canalla más grande -Apartó la cara nuevamente para evitar que Luciano viera que sus ojos se estaban humedeciendo.
-Martín, no puedo creer que diga esto, pero lo estás pensando demasiado... -Por el lado de Luciano se escuchó una puerta abriéndose y la voz de Sebastián pronto la acompañó. Mientras el moreno miraba hacia atrás, Martín se frotó los ojos con la mano y se aclaró la garganta.
-Bien, trataré de no pensarlo tanto, ahora tengo que volver al trabajo.
Su amigo dio un suspiro, percatándose que estaba huyendo antes de que la conversación se tornara aún más profunda e incómoda.
-Bien, no seas tan pesimista, y date una oportunidad con tu hijo...
-Adiós Lu -Cortó rápidamente, y en cuanto la cara de Luciano hubo desaparecido se cubrió la cara con las manos y se desplomó sobre la mesa.
-Uhm, ¿Por qué me pasan estas cosas?
Manuel no quería ni toser, aunque hace rato tenía el impulso de hacerlo, el olor concentrado de las flores le estaba molestando, pero creyó que lo mejor era pasar lo más desapercibido posible entre toda la gente. Aunque al lado de la jirafa rubia que era su novio y el bebé balbuceante que tenía en brazos era algo difícil.
-Creo que venir no fue tan buena idea -Le murmuró Martín, parado a su lado. El rubio tiraba una y otra vez del cuello de su camisa, como si esta le ahogara. Manuel concordaba con su sentir, aunque las miradas furtivas y algo desconfiadas de los familiares lo sofocaban más que la corbata. Al menos Alejandro todavía no encontraba nada muy raro en el ambiente, estaba entretenido viendo las flores y babeando la punta de la corbata de Manuel.
-Bueno, ya estamos aquí -Le respondió simplemente, mirando hacia los lados, haciendo otro escaneo de la sala, tratando de determinar si alguno de los familiares de la muerta se les iba a acercar por fin, por último para ver que no habían transformado a Ale en vampiro, o algo.
-"Pero qué pasa con esta gente" - Pensó para sí, mirando otra vez cómo parecían estar al centro de un área de seguridad, los demás dejando un espacio entre ellos y los dos aparecidos. No era la primera vez que a Manu le hacían la desconocida, lo que le daba rabia era que ninguno parecía interesado en Alejandro.
Martín quería salir corriendo, desde que llegaron y la hermana, o la que podría ser la hermana, se puso a llorar más fuerte al verlos bajar del auto con Alejandro. Aunque nadie se había acercado a ellos todavía, estaba esperando que alguno llegara corriendo y les arrebatara al nene de las manos. Y aunque todavía no se hallaba en su rol de padre, estas personas no le estaban dando muy buena espina como para dejar al niño con ellos.
-¿Serán los parientes lejanos? ¿Tal vez estamos en el lugar equivocado? -Martín tenía la leve esperanza de que así fuera, al fin y al cabo no se habían acercado al ataúd para confirmarlo. Pero cuando el cura los llamó para iniciar la ceremonia y mencionó el nombre de la mujer, sus esperanzas se fueron al caño.
-¡Psst!
Manuel y Martín dieron un salto, hasta Alejandro se asustó un poco y comenzó a removerse, inquieto, y Manuel tuvo que abrazarlo y acariciarle la espalda para que no empezara a armar escándalo. Martín sí se volteó hacia quien los estaba llamando. En la fila de atrás y reclinado sobre el respaldo de las bancas, había un hombre como de su edad, con la corbata mal puesta y las mangas arremangadas.
-¡Ese es el hijito de Elisa! ¿El Alexis? ¿Alexander?
-Alejandro -Contestó Manuel un poco irritado, sin girarse a mirarlo.
-Sí, no sé por qué le puso un nombre tan largo, ¡Hola! -Le movió la mano al bebé. Ale lo miró por un instante con ojos grandes, pero pronto se escondió, pegando la cabeza contra el pecho de Manuel. El sujeto volvió su mirada a Martín y le ofreció su mano- Edu, primo de Elisa.
-Martín, eh, padre del… de Alejandro -Estaba seguro que Manuel lo patearía si le decía "niño" al pequeño, sabiendo su nombre. Misa o no misa.
-¡El papá! ¡Oh! Con razón el chiquito salió tan rubio, esa loca nunca quiso decir de dónde había sacado la panza -Los dos escucharon a Manuel atragantándose, pero lo ignoraron- ¿Así que te tocó hacerte cargo, eh? ¿O qué vas a hacer con Alex?
Manuel masculló algo que Martín no alcanzó a entender.
-Siendo que solo hace tres días me enteré de él, quiero ver si entre la familia que ya conoce hay alguien más… apto, para encargarse de él.
-Ah, por supuesto, lógico…
-Claro que hasta ahora nadie se ha acercado ni siquiera a ver cómo está -Manuel habló lo suficientemente fuerte para que las dos filas contiguas lo escucharan. Martín tragó saliva, e intentó conservar una apariencia amigable por los dos.
-¿Sabes con quién podríamos hablar?
-Bueno, está el papá de Eli, Juan, aunque lleva un tiempo con problemas a los huesos, su hermana Ana, es la que no ha parado de llorar, pero creo que la depresión la tenía de antes, están los otros hermanos, pero son aún más raros -Edu paró por un momento para sacar una pequeña botellita de su bolsillo y tomar un sorbo. Martín quedó con los ojos abiertos como platos, dándole otro sentido al sonrojo que veía en las mejillas del hombre- ¡Ah! Y esos serían los que han ido a verla desde que nació el niño, bueno, aparte de mí…
-Ja -Por primera vez Martín notó a la mujer sentada al lado del hombre, estaba bien arreglada, y se veía mucho más seria que Edu, y mucho más fría- Pero a ti nadie pensaría en dejarte un niño, eres demasiado irresponsable.
-Pues, supongo que tú, primita, serías la perfecta opción, ganas suficiente como para mantener a seis.
Martín dirigió su mirada a la mujer, comenzando a alzar sus esperanzas. La mujer alzó una de sus elegantes cejas.
-Ni de chiste.
Martín volvió a mirar al frente, totalmente decepcionado.
Al finalizar la ceremonia caminaron junto a la procesión, bien atrás de la cola, bordeados por Edu que de alguna manera lograba no tambalearse demasiado, y Lucia, la prima elegante y fría.
-Qué bueno que acompañes a tu amigo en esto -Le comentó el primo a Manuel, mientras todavía seguían caminando. Lucia, a un lado de Manuel, alzó otra ceja y meneó la cabeza, pero no dijo nada.
-Ah, sí, ¿Para qué son los amigos? -El moreno fulminó con la mirada a Martín, que no sabía si quería reír o que la tierra se lo tragara.
El entierro se sintió bien raro, al menos para Martín y Manuel. La que más lloraba era la hermana con la supuesta depresión, Manuel quería sentir pena por ella, pero no podía evitar pensar que era demasiado escándalo para una sola persona. Martín por su parte, se sentía como un horrible ser humano, porque apenas se acordaba de la muerta y no conseguía sentir suficiente pena por la partida de una completa extraña. Una extraña que lo había dejado con un bebé de la nada, además.
Edu los invitó a que fueran al encuentro que la familia iba a tener después, diciendo que sería la oportunidad de Martín para hablar de Alejandro con los posibles candidatos. Lucia nuevamente alzó una ceja, pero le hizo un pequeño gesto con la cabeza a Manuel, quien al parecer le había caído bien.
-¿Don Juan? ¿Hola? -Martín trató de llamar la atención del hombre mayor, que se estaba quedando dormido en el sillón con una taza entre las manos. La señora sentada a su lado solo lo miraba con grandes ojos negros como de vaca- ¿Señor?
El hombre dio un respingo y Martín temió por la taza.
-Buenas señor, mi nombre es Martín, soy… ah, el padre de su nieto Alejandro -El viejo se lo quedó mirando con ojos confundidos- ¿El hijo de Elisa?
-¿Mi Eli tuvo un hijo? -Preguntó, consternado. La señora a su lado miró hacia arriba antes de hablarle.
-Hace casi un año Juan, trata de acordarte -Mientras el hombre trataba de hacer eso, la mujer miró a Martín y meneó la cabeza.
-Oh, Ale, ahí estás -La mujer se ahogó en la última palabra. Y sus ojos se volvieron a tornar brillosos. Manuel quiso dar un paso atrás y cubrirle la cara a Alejandro pero supuso que eso la haría llorar más fuerte.
-Siento mucho su pérdida -Fue lo único que atinó a decir mientras la hermana de la muerta se limpiaba la nariz estrepitosamente.
-G-gracias, qué dulce -La chica intentó recomponerse, y volvió a mirarlo- ¿Tú eres el padre?
-Eh, no -Reacomodó al niño que se le estaba cayendo- Soy el amigo del padre -Frunció el cejo ligeramente luego de decirlo. No le gustaba para nada ese título, ya no.
-Siento que se haya enterado así -La voz de la pobre mujer se fue haciendo más aguda con cada palabra- Lo habría ido a buscar pero es que, es que… -Terminó casi con hipo, respirando fuertemente y con las lágrimas a punto de salir- ¡No estoy nada bien! -Terminó apoyando la cara contra el hombro de Manuel que Alejando no estaba usando- ¡Nada bie-enn!
Manu ahora sí que sintió pena por ella.
-Tranquila, ya pasará, te repondrás -Siguió diciendo ese tipo de cosas mientras ella sollozaba sobre su hombro. Hasta Alejandro comenzó a gemir suavecito después de un rato- Vaya…
-... y ya que ustedes son sus hermanos, pensamos, bueno... -Martín se fue callando a medida que registraba la cara de espanto de uno de los hermanos, y la de total indiferencia del otro. A unos pasos de él y aún consolando a la hermana estaba Manuel. Juntaron miradas y menearon la cabeza al mismo tiempo.
-¡No puedo creerlo! ¿Ni siquiera uno...? ¡Argh! -Martín se tomaba del pelo y marchaba de un lado al otro en frente de Manuel, quien se había sentado a un lado del pasto, porque Ale quería mirar a los bichitos.
-Creo que con un buen psiquiatra la hermana depresiva podría resultar -Dijo Manuel con un ya conocido tono de sarcasmo.
-¡Manuel! Esto no es divertido -Dio otra vuelta y fue a arrodillarse al lado de su novio- ¿Qué haremos si no hay nadie que pueda hacerse cargo? El único interesado en Alejandro es el primo, ¡Y no dejó de tomar en toda la ceremonia!
-Es un buen sujeto, aunque un tiro al aire según Lucia...
-¡Ella! ¿Crees que haya alguna forma de convencerla...?
-De ninguna manera -Respondió tajante. Una mirada y entendió que con la mujer no había caso.
-¡Diablos! -Volvió a revolverse el pelo. Su grito asustó a la mariposa que Alejandro estaba mirando, y al verla alejarse el pequeño se puso más y más triste. Manuel se alzó y comenzó a caminar por el jardín mientras le acariciaba la espalda.
-¿Qué vamos a hacer? -Se preguntó Martín. Manuel miró a Ale y rodó los ojos. El niñito rió al verlo.
Parte 3
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tomatoesauce · 7 years
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Ya en 1952 Ingmar Bergman experimentaba con filmar en 3D. Si él, el director sobrio y regio por antonomasia, ya experimentaba con la tecnología en la narrativa fílmica hace más de medio siglo, quizá sea tiempo de replantearse la crítica visceral de chavo irreverente. Aquella crítica que sólo repite década tras década: ya están rucos, actualícense, no entienden la chaviza, etc. Vayamos más atrás, hasta realizadores clásicos, de hace un siglo, como Méliès o Lang o Vértov, que utilizaban ya los más novedosos avances tecnológicos con los que contaban y narraban con ellos. Aparece entonces una incongruencia con la crítica "joven" que pide a gritos que le hagan caso y que todo se reduzca a su pequeño mundo. Y es que no se trata de las plataformas tecnológicas sino del lenguaje. It's the language, stupid. Ya durante todo el siglo XX, la tecnología pasó sus respectivos juicios frente al cine. Ya Bergman, Godard, Buñuel, hablaron sobre las que los agoreros veían como "amenazas" del cine: la televisión, la videocasetera, el 3D, etc. Ya las abordaron, ya las refutaron, ya les dieron vuelta. ¿Entonces dónde está el punto? El asunto está en el lenguaje: no es la plataforma la que construye la obra, es el lenguaje del director. Uno podría proyectar La Rosa de Guadalupe en un gran cinéma francés con su suelo de mármol y sus acabados en or moulu, y no por eso la telenovela rascuacha adquiriría súbita calidad. No la actuación mejoraría a dramatismos profundos, ni la música crecería a una sinfónica orquestación, ni la fotografía adquiriría nuevos encuadres arriesgados y propositivos. No. La Rosa de Guadalupe seguiría tan chambona y desarrapada como siempre. Tan basura como toda la vida. Porque no es la plataforma la que hace la obra. Y continuaría así aquella telenovela porque así fue concebida. Las telenovelas son obras hechas para la televisión, con las convenciones que la televisión requiere. En este caso una televisora mexicana de difusión nacional y enfocada -según sus propios directores- a la gente pobre, sin educación, y con claras intenciones de mantenerla en ese estado. Y no es muy distinto a lo que pasa en la televisión de Argentina o de España o de Turquía o de Francia. El entretenimiento en casa suscribe estas convenciones: las de no "incomodar", porque los horarios siempre son familiares, porque nadie quiere "invitar" a un desconocido a sus casitas, nadie quiere que se hable de ciertos temas frente a sus bieneducados hijos, nadie quiere que se le cuestionen sus creencias. En fin, que es entretenimiento para tomarse frente a la sopita de la comida, mientras los niños hacen la tarea y la abuelita dormita. El entretenimiento en casa está sujeto a todas estas variables y muchas más. Como la de las distracciones permitidas, poder ir por un sangüichito en los comerciales, tener el dvd o bluray o casette (según la época) y poder ponerle pausa para contestar el teléfono, para ir a la tiendita, para hacerse pendejito. Las distracciones nuevas, de estar viendo el show y también poder estar contestando el whatsapp, subiendo memes, leyendo el artículo, viendo otro video en el celular mientras la pantalla reproduce, taruga, otro espectáculo que nadie mira. Y todo eso está bien, es la televisión. De alguna manera como sociedad hemos aceptado la convención y ahora entendemos que así funciona y que así le gusta a la mayoria. Fin. De hecho, cualquier canal que exhiba algo distinto es visto como el bicho raro, la gente misma lo dice: eso no es televisión. Todos los canales culturales o científicos quedan -aunque dentro del mismo aparato- segregados del colectivo denominado "la televisión". Así funciona. Lo que hace falta entender es que las "nuevas" plataformas de exhibición son extensiones de La Televisión, en tanto que son diseñadas ex profeso para el Entretenimiento en casita. Los videos en streaming, las redes sociales de video, el sharing por internet, todos esos están concebidos para el mismo entretenimiento de sopita y abuela que la televisión. Habrá sus excepciones, claro, como hay uno o dos canales científicos o culturales entre 800 otros canales de la televisión. Pero el punto es este: las plataformas de internet son una extensión de la televisión, del entretenimiento en casa. Cuando los directores o creadores cinematográficos contemporáneos se refieren a que ver una "película" en una pantallita del celular NO ES cine, no se refieren a que el aparato tecnológico en sí mismo sea el que le quite su característica de ser cine. Se refieren a las directrices y convenciones que automáticamente aceptan los creadores de esas "películas" de hacer entretenimiento en casa. A eso, que es una extensión de la televisión y no cine. Vamos, que nadie diría que tal telenovela española está al nivel de Vértov sólo por estar "muy-bien-hecha-para-televisión". Sin embargo sí se empeñan en decir que tal cosa del streaming lo es. Ése es el problema, y contra eso se han manifestado los grandes directores contemporáneos. Porque por supuesto que se puede tener una pantallota bien perrona, bien acá; o ser elegante y tener uno de esas pantallas-esculturas de decenas de miles de dólares que venden en Bang&Olufsen, se puede. Se puede también tener una propia sala de cine con sus butaquitas y todo, pero incluso con todo aquello el producto que se proyecte en la pantalla (si es de plataforma streaming) seguirá siendo entretenimiento para ponerle pausa, para ir a la tiendita, para que dormite la abuela. Del mismo modo que La Rosa de Guadalupe, exhibida en un gran cine de París, seguiría siendo la apestosa telenovela que es. Y del mismo modo que la televisión exige sus convenciones a la hora de ser grabada o escrita. Del mismo modo quien escribe para el cine adquiere la convención escénica del teatro, el acto de proyectarse sólo una vez para un público expectante también en convención adentro de una sala. Todo eso, más la plasticidad de la gran pantalla o la fotografía y la luz adecuada, están en la mente del creador a la hora de realizar el filme. Por supuesto que nuestra proximidad con EEUU y su basurilla ha hecho que mucho de lo exhibido en salas sea entretenimiento vulgar y barato. Es normal. No hay mucho que hacerle. Y por supuesto que si ves la nueva de Brad Pitt, en una pantallita de celular, no te vas a perder de mucho, claro, porque está hecha también para transitar dualmente entre el cine y el entretenimiento en casa. Y me parece que es ahí donde empieza toda esta confusión. La gente asume que si pueden ver a Salma Hayek en el cine y luego en sus casas en sus pantallotas HD mientras hablan por teléfono, entonces también podrían hacer eso con Dreyer o con Fassbinder. Les parece lógico. Porque nunca recapacitan en esta parte: no es el medio físico, es el lenguaje. Y habrá quienes, como Bergman haciendo 3D en 1952, hagan arte ex profeso para el internet y los celulares, pero por ahora son los menos, son los casi nadie, y realmente se ve imposible revertir esta tendencia en la que el streaming es una extensión de la televisión y no del cine. Y no es por anticuados ni por no entender, de hecho, quienes no entienden son los "creadores" de aquellas plataformas, ellos todavía están necios a aceptar su papel como apéndices de la televisión. Así que la crítica de "actualícense" debería ser hacia ellos, hacia los creadores de streaming. A ellos sí que les urge actualizarse y definirse, hacia dónde van y qué buscan, que lo digan claro, para ya no andarnos con tonteras. Pero mientras sigan generando entretenimiento para casas y sopas, ellos serán muchas cosas y podrán llamarse de muchas maneras pero no serán cine. Y no es por el tamaño de la pantalla
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luzelyn · 8 years
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¡Feliz cumpleaños Eve! 
¿Cómo te la estás pasando el día de hoy? ¿te están consintiendo mucho? más les vale que sí. Tu sabes que me gustaría un montón estar contigo hoy en tu día, pero motivos de pobreza extrema no se pudo :( pero que no cunda el pánico, un día de estos, en el que menos te lo esperes... ahí me tendrás y te vas a surrar de emoción ahvdd. Ya lo soñé, así que se tiene que cumplir. 
Feliz cumpleaños mejor amiga ¿ya cuántos? ahvdd, si mal no me equivoco eres un año mayorsita pero con el tiempo no te haces vieja si no más pendejita ahvdd es broma, te haces más bonita y más especial para mi la vdd. Espero que este día sea muy especial y que te la pases súper turbo bien. Yo se que con la uni es más dificil pero se que tus amigos de allá no te van a defraudar. Y ojalá si no les parto su maye. 
Te tenía que dedicar foto de estos dos si o si ¿no son bellos? mira que hermosos que son, su amistad es tan bonita que me recuerda a la mía contigo, estos dos pendejitos se complementan en todo sentido pero a la vez son totalmente diferentes como tu y como yo. Por eso es que decidí dedicarte fotito de ellos en un día tan especial como hoy. Sin más que decir, espero te guste todo esto que preparé para ti. Te amo mucho mejor amiga. Gracias por existir y a tus papás por no usar condón.
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a-pair-of-iris · 7 years
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Ha llegado la Cigüeña 4/5
Parte 3
-A ver, no te pongas pesado conmigo pendejito, abre la boca -Manuel acercó la cuchara a la boca de Alejandro, pero el niño volvió a correr la cara y mover los pies- Ya po Ale, no te creo que ya no tienes hambre, abre.
-¡Nah! -Manuel estaría más irritado con su situación si el niño no fuera tan adorable. Y es que no parecía una pataleta con Alejandro sonriéndole y moviendo alegremente sus piececitos. La paciencia de Manuel estaba durando mucho más  que de costumbre gracias a eso.
-Vas a quedarte chico si no comes... -Le comentó con voz de alarma. El rubiecito lo miró con ojos grandes, y Manuel casi creyó que le había entendido, pero pronto el pequeño soltó una de sus risitas y volvió a mover sus pies- Eres igual a Martín -Quiso sonar decepcionado pero el comentario salió demasiado dulce. Cuando Ale volvió a abrir la boca para balbucearle algo, rápida y eficazmente puso la cuchara sobre su labio inferior y logró que tragara. El niño quedó saboreándose la boca-¡Viste que te gusta! Si no cocino mal, anda, nos falta poquito -A la próxima que le acercó la cuchara el pequeño le aceptó la comida, y también la siguiente, y así, en poco tiempo se acabó todo- Eres un angelito...
Mientras el chiquillo reía y aplaudía con las manos, Manuel lavó el plato y la cuchara que habían usado.
-Si sigues portándote así de bien voy a pensar en comprarte esas galletas que estabas viendo cuando fuimos al super...
-¡Gaah!
-También hay que comprarte una cuna decente, no puedes seguir durmiendo con Martín y conmigo, en algún momento te vamos a aplastar, y ves que el arquitecto tiene que dormir bien o deja la caga en los planos... -En internet Manuel se había topado con algunos artículos que recomendaban hablarle a los bebes  para estimularles el área de la comunicación, y como Ale solo decía algunas variaciones de ga-ga, ta-ta y ohh, supuso que no estaba de más. Por eso ahora parecía cacatúa hablando todo el día y de cualquier idiotez que se le ocurriera, Martín no dejaba de burlarse cuando llegaba del trabajo y se lo encontraba discutiendo las cuestiones de la vida con Ale, y sobre todo esa vez que lo pilló analizando las ventajas comparativas entre comer una galleta de mantequilla o una tritón con el té, y si untarlas o no en la taza. Al menos todavía no lo descubría cantando 31 minutos o cambiándole la letra al resto de las canciones de monitos.
-Tu tío Daniel dijo que iba a conseguirte una silla para el auto, y Seba se ofreció a pagar por un coche, pero igual hay que ir a ver cuál queremos...
-Ta-ta-ah... -Alejandro se puso a saltar feliz en su silla para comer, esa solo la tenía porque uno de los vecinos puso en el patio algunas cosas para vender y la silla estaba entre ellas.
Manuel a veces creía que le entendía todo lo que decía, cuando reaccionaba acorde a la situación, otras pensaba que todavía era medio como los perros y solo captaba su tono de voz. De todas formas, estaba más animado y duraba más tiempo tranquilo cuando le hablaba sin parar.
-¿Qué color te gustaría para el coche? ¿Verde? ¿Naranja? -El niño lo miraba con una sonrisa pero con ojos perdidos- A ver... -Manu miró por la cocina y la sala y tuvo una idea- ¡Vamos a ver! -Tomó al pequeño en brazos y le fue señalando ciertos colores y diciendo su nombre. Ale algunos solo los miraba por un rato pero después cambiaba su atención a otra parte, a otros solo les corría la cara, esos Manuel los desechaba enseguida. Al final de su experimento quedó con una cuchara amarilla para la ensalada, un delantal celeste que Martín había comprado, y una bola roja de cerámica que tenían de adorno en la sala.
-Tres posibles candidatos, brocacochi, es hora de escoger, ¿Cuál será el elegido de nuestro jurado?
-¡Ga-ga tah! -Alejandro tenía una expresión emocionada, y miraba con interés los objetos que Manuel había puesto en frente suyo, pero fuera de eso, no parecía entender qué ocurría.
-Si puedo hacer una sugerencia, creo que con el amarillo de tu pelito ya tenemos suficiente, así que... -Sin más tomó la cuchara y la lanzó hacia el sillón haciendo un sonido de "Zuussshh". Alejandro rió al verla volar hacia el cojín- ¡Bien! Eso nos deja dos finalistas -Pero Manuel estaba seguro que podía convencerlo de elegir a su campeón personal.
-Ga-ah...
-Hora de decidir, vamos Ale -Le tomó suavemente su manita y la movió de un lado al otro- ¿Rojo? ¿O celeste? ¿Rojo, o celeste?
- ¡Giih! -Movió sus pies y empezó a dar pequeños saltitos hasta que el moreno lo soltó, entonces se quedó con la mano levantada sobre la mesa, siguió quieto por unos segundos hasta que comenzó a bajar el brazo hacia el delantal.
-¿Seguro? -Preguntó Manuel, con un tono medio preocupado, y Ale volvió a quedarse quieto y mirarlo- Sé que favorecen los tonos pastel para los bebes, ¿Pero un derivado del azul? ¿No te parece algo, uhm, aburrido? -El niño lo miraba con ojitos tan grandes que hasta le vino un poco de culpa por estar sobornándolo. Solo un poco- Es decir, con eso de comprar ropita rosada si es niña, o azul si sale niño -Mientras hablaba, hizo rodar la bola roja por la mesa, Alejandro desvió su atención inmediatamente hacia ella- Y pintemos la pieza de ese color también, mi abuela siempre hacia calcetines azules cuando le salía otro nieto, más encima el celeste se ve tan desteñido... -Solo con un dedo la movía alrededor, pero paró en cuanto Ale alargó la mano y tocó la cerámica.
-¡Tah! -Exclamó en cuanto la tuvo en su poder, y la sonrisa de Manuel se ensanchó.
-Sí, estoy de acuerdo, es el mejor -Dejó que Ale jugara un rato con ella pero se la quitó antes de que pudiera lanzarla hacia el sillón como había visto que hacía con la cuchara.
...
-¿No que sabían cómo armarla? -Manuel tenía a Alejandro en brazos, y los dos miraban el desastre que Pancho y Migue tenían en el cuarto con las piezas y los manuales de armado de la nueva cuna del bebé. El moreno presintió que algo así pasaría en cuanto Miguel comenzó a juntar partes antes de que Francisco siquiera terminara de desenvolverlo todo.
-Nos lo mostraron en la tienda, ¡Claro que sabemos! -Respondió Miguel, medio complicado con unas esquinas, porque la malla de seguridad tenía que ir metida en los fierros pero ya no tenía lado por dónde hacerlo.
Manuel pudo guardarse su comentario por un total de diez segundos antes de que se le escapara.
-Pues no me parece que esté resultando -Se mordió la lengua para no reírse de la cara de indignación que le dedicó Miguel.
-Te dije que leyéramos el manual, los fierros tienen letra por algo.
-¡Pero si los vimos armarlo! ¡No necesitamos el manual!
-¿De qué sirve estar más conectados con nuestro lado femenino si seguimos haciendo las mismas idioteces? -Preguntó Francisco al mundo en general, y Manuel no pudo callarse más las risas.
Después de una hora y media, y luego de tres veces de desmontarlo todo y comenzar de nuevo, la cuna de Ale estaba lista e instalada en un rincón del cuarto de Manuel y Martín.
-¿Quién es el niño más lindo? ¿Quién es mi sobrino más pechocho? -Miguel tenía a Ale sentado en la orilla de la mesa frente a él, le sostenía los brazos para que no se cayera y le hacía caras para que riera.
-Ni siquiera es tu sobrino, Migue... -Comentó Manuel, sin quitarle su atención a las verduras que estaba pelando para cocer.
-¡Ay! ¿Y cómo dices que Fran es su tío? ¡Claro que también es mi sobrino! -Miguel arrugó la nariz y volvió a mirar al pequeño- Además, puede ser el único que vaya a tener... -Se lamentó al pensar en el resto de su familia y amigos.
-Probablemente Rodrigo vaya a tener un par de hijos -Francisco llegó a quitarle el niño, lo abrazó contra su pecho y comenzó a caminar por la cocina mostrándole todo lo que apuntaba con sus deditos.
-¡Si es que algún día se atreve a pedirle matrimonio a Fernanda! -Miguel estaba convencido que Fernanda sería la que se arrodillara primero- ¿Qué haces Manu? -Ya que Francisco se raptó al pequeño, fue a molestar a su amigo.
-Se me acabó la comida de Ale, y no quiero que coma tanto de los frascos del super -Estaba llenando la olla con agua cuando Miguel llegó a su lado.
-¡Perfecto! Déjame a mí -Se arremangó el chaleco que traía, y sin importarle la mirada de Manuel, fue hasta el refrigerador a sacar un trozo de carne.
-¡Ash! Está bien, pero no le pongas tanto condimento, ¿Quieres?
-¡Ale, ahora sabrás lo que es comida de verdad!
-¡Miguel!
...
-¡Oh por dios! -Los ojos de Manuel estaban llorando por el olor, y maldijo por tercera vez a Martín, que por estar en el trabajo siempre se perdía estos momentos. Pero bueno, Manuel sabía que no todo sobre tener un niño era fácil, o agradable. Gracias a sus tías que sacaban primitos como conejas lo había aprendido de chico.
-¡Ale! ¡Mierda, oh! -Aguantando la respiración, y tratando de no mirar mucho esa montaña de porquería, le sacó el pañal, lo envolvió y lo tiró en la dirección del basurero, sin soltar los piececitos de Ale para que no manchara con caca la toalla que había puesto abajo. Arrancó como pudo una de las toallitas húmedas para bebé que había comprado en el super y limpió el resto de mierda en su trasero.
-Okey, ven aquí -Ya sin tanto excremento, lo tomó por debajo de los brazos y lo llevó hacia el lavamanos del baño para limpiarlo bien. Por su experiencia con sus primos sabía que era la mejor forma de asegurarse que quedara limpio y evitarse problemas después.
- ¡Aga-gah! -Alejandro no sabía la tortura por la que lo hacía pasar, a él solo le entretenía que le echaran talco después. Y mover sus pies de un lado a otro para que a Manu le costara ponerle el pantalón. Como cualquier bebé, parecía preferir ir pilucho por la vida.
-¡Gah!
-Te ríes porque sabes que igual te amo, aunque tu caca huela a muerto -Comentó Manuel, sonriéndole en el reflejo del espejo. Ale siguió riéndose y hasta comenzó a hacer burbujas de saliva.
...
-Me dejas en vergüenza frente al tío Seba, ¿Dónde están tus modales? Va a pensar que no te enseño nada en todo el día -Manuel, acorde a las últimas dos semanas, no paraba de hablarle a Alejandro mientras trataba de limpiar la mancha que había quedado en su ropa después de comer. Una gran mancha a decir verdad.
-Tranquilo, trataré de no juzgarte demasiado -Sebastián tenía una sonrisa pegada a la cara desde que Manu llegó a visitarlo con el niño. Aparte de que el nene era adorable, aún no se iba la sorpresa de presenciar a Manuel en, lo que Miguel justamente había nombrado, su faceta de superMami.
-¡Uhm! No hay caso, la arruinamos -Se rindió con la camiseta, y como su abuelita lo dejó traumado, toda su niñez regañándolo para que no llevara la ropa sucia, "¡No eres un cabro chico de la calle! ¡Sácate esas pilchas!", tomó a su niño en brazos y lo llevó hasta el sillón donde tenía el bolso con la ropa extra- Bien, ¿Con cuál quieres reemplazar al oso? ¿Las estrellas o el pato? -Sacó las dos mudas y se las mostró a Ale. Como ya tenían experiencia en esto, el pequeño sabía qué se esperaba de él. Miró detenidamente las dos prendas, y finalmente se decidió por el pato con el sombrero chistoso- Ahh, algún día te vas a poner este -Dijo guardando la camiseta con estrellitas y fondo azul que se moría por ponerle. Le colocó el del pato chistoso  expertamente, la cabeza y luego las manitas, esta vez con nula resistencia de Alejandro.
-¿Cómo lo haces? -La voz de Sebastián lo interrumpió cuando terminaba de acomodarle las mangas al bebé para que no le molestaran. Manuel miró a su amigo y levantó una ceja para que siguiera- Es decir, ¿Cómo es que te manejas tan bien?
-Ah, bueno, para Martín, es mi instinto maternal por ser... tú sabes -Sebastián cubrió su boca para tapar su sonrisa- Pero en verdad es gracias a todas mis vacaciones con mi abuela, y mis tías por parir como conejas -Con eso, Seba ya no logró contener sus carcajadas- Salieron varios primitos después de mí, y como de los grandes era el más tranquilo, y el más avispado... Eh, me dejaban a cargo algún crío de vez en cuando... -Terminada su explicación, abrazó al crío que tenía a cargo ahora y se acurrucó con él en el sillón. Sebastián siguió sonriendo mientras los miraba.
-Ok, eso explica todo para mí... -Se sentó a un lado de Manuel, y movió sus dedos frente a la carita de Ale- ¡Hola tú! -Jugaron y hablaron con Alejandro hasta que Luciano llegó en la tarde. Con una bolsa de juguetes para su sobrinito querido.
...
-¿De dónde sacamos esto? -Martín sostenía el peluche de murciélago con dos dedos, lejos de él, mirándolo con expresión horrorizada.
-Luciano...
-¡¿Luciano le compró esto?! -Aquella monstruosidad era demasiado hasta para el naturista de su amigo.
-Corrijo entonces, Luciano entró a la tienda de niños, que prácticamente estaba regalando todo por cierre de local, agarró lo que más pudo y salió de ahí -A Manuel también le había perturbado un poco el juguete la primera vez que lo vio, cuando cayó fuera del montón al moverlos el moreno dio un salto al pensar que era de verdad. Pero ahora hasta le parecía tierna la rata con alas, además que a Ale le encantaba, por alguna extraña razón.
-¡El niño no va a dormir con esta cosa en la cuna! -Gritó Martín, aún mirando el peluche.
-¡Ash! No le pongas tanto...
-¡No le pongo nada! Que se olvide de él, voy a comprarle uno menos horripilante para que abrace -Dicho eso se fue con el muñeco a esconderlo en algún lugar oscuro, a donde Manuel lo iría a recuperar más tarde. Siempre podía servir para halloween, o si más grande al niñito le daba una faceta creepy.
-Como quieras Martu -De todas formas sonrió cuando escuchó a Martín hablando con Ale.
-Eso te iba a dar pesadillas después, ya verás, te compraré un oso, o un conejo, o algo que no parezca un demonio con nariz de cerdo...-Siempre era bueno ver que el rubio sí se interesaba en las cosas de su hijo.
...
-¡Queremos uno rojo! -Dijo Manuel, golpeando su mano contra la rodilla.
-¡To-to! -Ale lo imitó, y juntos miraron a la vendedora que ni trataba de esconder la ternura que le causaban. Esta cruzó miradas con Sebastián que los seguía por atrás y los dos se sonrieron.
-Muy bien señores, veamos si encontramos uno que les acomode.
-¡To-to!
-Y que sea rojo, sí cariño...
-Que tenga un buen acolchado en la silla, no queremos que el nene vaya incómodo -Sebastián quiso marcar aquel punto después de tocar los asientos de un par de coches, y encontrarlos deficientes.
-¡Sí, pero que se pueda doblar! Ya sabe, como esas bicicletas que se desarman para ocupar menos espacio -Manuel estaba pensando en el pequeño auto que tenían con Martín. Aún estaba esperando el momento de hablar con el rubio para que lo cambiaran por uno con más espacio, con su familia en crecimiento y eso. Y aún les faltaba el perro para estar completos.
-Eh, muy bien, creo que tengo algo por acá...
De que tenía, tenía. Tantos que con Seba ya tenían dolor de cabeza de ver los modelos, así que dejaron que Ale decidiera cuál prefería. Bajo la mirada divertida de la vendedora, y el resto del local, fueron sentando a Alejandro en cada uno, juzgándolos por su reacción. El niño miraba curioso de un lado a otro en donde lo ponían, pasaba sus manitos por la tela o tiraba de uno u otro lado, pero pronto miraba a Manuel y estiraba las manos para que lo sacara de allí. Al final se llevaron el que duró más tiempo con la atención del niño. Tenía buenos cojines, espacio abajo para dejar un bolso, mesita para dejar comida y un vaso, un techo decente y era desmontable. Ah, y lo tenían en rojo.
-¡Yu-hu por nosotros! -Dijo Manuel en cuanto salieron de la tienda, Sebastián soltó la caja que iba cargando para darle los cinco, y miró como Ale hacia lo mismo.
-¡Tu-tu! -Exclamó Ale mientras golpeaba una y otra vez la palma de Manuel.
-Este niño me va a matar, te lo digo -Comentó Seba con una expresión de absoluta ternura, sentía que se derretía cada vez que su sobrino intentaba balbucear lo que Manu estaba diciendo.
-Sí, a mí igual... -Manuel le dio un besito en la nariz al niño y declaró que, ya que se habían esforzado tanto eligiendo el coche, los tres se merecían un helado.
...
-¡Manu! ¡Esta cosa está rota! -Martín ya estaba desesperado, una y otra vez trató de enganchar la silla del auto, pero no tenía idea cómo. Hasta Ale, desde la silla, lo estaba mirando con los ojos entrecerrados y la boca apretada en una fina línea. Cada día se parecía más a Manuel.
-¿Y ahora qué pasó? -Le gritó el moreno desde la entrada de la casa, venía con el bolso del niño y el coche, reducido a su mínima expresión, en las manos. Al llegar a su lado y ver cuál era el problema, lo miró con la misma cara de desaprobación que tenía el bebé.
-¡No me mires así! ¡Es imposible! Dani nos trajo la que estaba mal... -Martín tenía lista una variedad de razones por las cuales tenían que devolver el aparato. Pero terminó con la boca cerrada. Manu lo corrió a un lado, dio vuelta el asiento, movió dos cosas y pasó la correa del cinturón por algunos huecos y dejó la silla de Ale lista para el viaje. Antes de cerrar la puerta de atrás le dio al bebé su nuevo peluche de vaquita para que se entretuviera. A través de la ventana Martín vio cómo Ale estrujaba el peluche que le compró.
-¡Ejem! -Miró a Manuel con la cara roja de vergüenza. El moreno lo observaba con una ceja alzada- Estaba rota la wea po...
-¡No me mires así! -Chilló- ¡Tú tienes más práctica!
-Hay que decirle a Dani que nos mandó la caga mala...
-¡Manu!
...
-¡Cresta-cresta-cresta! -Manuel tan solo tiró el auto sobre la acera y apagó el motor. Don Pepito, el portero, iba a tener que perdonarle su asquerosa estacionada, pero iba muy, muy atrasado- ¡Ale! ¡Llegamos, llegamos! -El pequeño se había quedado dormido, a pesar de su acelerada conducción. Lo desató rápidamente y se echó el bolso al hombro, entró corriendo a la editorial, con un Ale apenas despertándose en brazos. Don Pepito lo miró bien raro mientras corría hacia la oficina en la que tocaba su reunión.
-¿Ah? -Alejandro dio un bostezo y miró con interés la cara de Manuel.
-¡Perdón! ¡Ya llegué! -Entró y se encontró con las dos escritoras y el editor en jefe de su sección.
-¡Manuel! ¿Dónde estabas metido...? -Su compañero empezó, pero Laura, una de las escritoras, lo interrumpió.
-¡Un bebé! Oh, Manuel, ¿De dónde lo sacaste? -Se levantó, y mientras Manuel acomodaba sus bolsos ella tomó al bebé en brazos- ¡Pero qué lindos ojos!
-Es mío -Respondió el moreno. No quería ventear todo el drama de la verdadera historia, no vaya a ser que a alguna se le ocurriera escribir algo con ella.
-Pero si tú eres gay -Respondió Cristina, a quien técnicamente tenían para escribir personajes sarcásticos y finales tan tristes como para matarse, o matarla.
-Sí, ¿Y? -Logró sacar su libreta, y viendo que Ale todavía no se ponía a llorar en brazos de Laura. Tierna, amable y siempre con finales felices Laura, Manuel simplemente se sentó a su lado y miró al resto- Bien, ¿En qué iban?
-No quieren ponerse de acuerdo en un final -Respondió inmediatamente su jefe y compañero.
-Ah, ¿Entonces ya acordaron todo el resto de la historia? -Manuel estaba impresionado. La reunión era para discutir problemas que surgieron en la trama que las tenía trabadas.
-¡No! ¡Pero saltaron de eso hacia el final! -La cara que tenía le mostraba a Manu lo frustrado que estaba con las dos. Pero se lo buscó, fue él quien aprobó la colaboración.
-Uhm... -El moreno alistó su lápiz y pasó su atención a las autoras- ¿Y cuál es el problema?
-¡Ella quiere otro final feliz! -Exclamó Cristina, apartando el fleco de sus ojos.
-¡Y ella quiere matarlos a todos! -Chilló Laura, aún sosteniendo a Ale quien jugaba con los cordones como de cortina  que tenía su blusa.
-No dije que a todos, solo a un par.
-¡Pues no lo permitiré!
-¡Chicas, chicas! -Manuel alzó las manos para llamar su atención, aún recordaba la primera reunión en que volaron lápices y libretas antes de que se pusieran de acuerdo en los personajes principales- Tranquilas niñas, ¿Por qué no afinamos primero el resto de la trama? Con eso veremos qué final le queda mejor a la historia.
-¡No! -Gritaron las dos al mismo tiempo. Ale dejó escapar un "Ohh", mientras miraba de una a la otra. Si lo hacían llorar, Manuel no respondía.
-¡Bieen! -Su jefe juntó las manos y se levantó de un salto, yendo hacia la puerta- Recordé que Marce tenía un problema con la portada, y ya que estás aquí, te dejo para que lo resuelvas con tus encargadas.
-¡Oye no, para justo ahí! -No le hizo caso y huyó, dejándolo con las dos locas.
-No vamos a matar a ninguno de los principales, no se lo merecen después de todo por lo que quieres hacerlos pasar -Laura continuaba defendiendo el derecho de sus personajes a un final feliz.
-¡Pero eso es tan predecible!
-¡No para los que hayan leído tus otros libros!
-¡Señoritas! -Manuel volvió a interrumpirlas, porque Ale ya tenía una expresión asustada con tanto grito- ¿Por qué no llegamos a un compromiso? ¿Hay alguna posibilidad para eso?
Las dos se miraron, miraron a Manuel y se quedaron pensando. Finalmente Cristina, con una sonrisa a la altura de su más  malvado villano, propuso algo.
-¿Y si matamos... a uno solo? -La cara de Laura se tornó aún más horrorizada.
-¡De ninguna manera!
Manuel soltó un frustrado respiro, y lo más sutil que pudo, sacó a Ale de las piernas de Laura y se acomodó para escuchar otra más de sus interminables discusiones.
...
-...y luego Cristina quiso regalarle de sus libros también, así que sobornaron a Marce para que les trajera uno de los de archivo y, eso, Ale ya tiene cuentos de cuna -Manuel terminó su historia, tomando al fin un sorbo de su té. Ale mordisqueaba una galleta en su silla, y Martín masticaba una media luna mientras miraba la torre de libros intentando recordar cuál era cuál- Esperá, ¿"La puerta trisada" no era de ese lunático que mataba estudiantes y después no recordaba nada?
-Ese es de Cristina, sí...
-¡Manuel! ¡¿No le vas a leer eso para dormir, verdad?!
-Claro que no, pero no le iba a decir a mi escritora que no lo quería, no. Quedará ahí para cuando tenga trece y le venga el interés por los asesinos seriales -Martín lo miró con una cara totalmente espantada- O bueno, para cuando vaya a la universidad y necesite soltar un poco de estrés.
-Ya veo por qué Cristina te pide siempre como editor, son tal para cual.
-¡Graaacias!
...
-... Ahí en medio de una rama, tenía escondida su casa, comía pedazos de hojas, le gustaba tomar sol en las copas... -Manuel llevaba un rato cantando para Alejandro. El pobrecito había despertado llorando, seguramente de una pesadilla. Se aferraba al chaleco de Manu con ambas manos y recargaba su cabecita en su pecho, sobre su corazón. Todavía tenía mojadas las mejillas y los ojitos brillosos. Se le partía el corazón al verlo así.
-¿Quieres que cante algo más animado? -El bebé solo apretó con mayor fuerza su ropa- Cosita, tranquilo... -Le dio un besito en el pelo y fue a sentarse en la cama- Estoy aquí, no pasa nada... -Ale dio un lastimero gimoteo, pero no se largó a llorar otra vez- No vamos a leer más libros de Cristina por un tiempo, ni siquiera los más tranquilos... -Era más fácil para él echarle la culpa al ambiente angustiante y melancólico de los libros de la escritora. La otra razón para los sueños feos de Ale eran todos los cambios que el pobrecito tuvo que sufrir el último mes, y como era parte de esos cambios no se sentía muy cómodo pensando en ello.
-Creo que quedan de las galletas con chips, ¿Comamos unas cuantas a ver si se te pasa? -Fue a levantarse, pero en cuanto se movió el niño tiró con más fuerza y comenzó con su llanto que, más que llanto parecía hipo- No, no, mejor no, nos quedamos aquí, tranquilito... -Viendo que Ale no quería que se moviera, se tiró sobre la cama y abrazó el pequeño cuerpecito que quedó recostado sobre su pecho. Empezó a tararear una melodía, mientras intentaba recordar alguna canción que fuera tranquila y dulce para reconfortar a Alejandro.
- Hijo del corazón... deja ya de llorar... -Dumbo siempre le daba pena de chico, pero era una bonita letra para cantarle a un niño. A su niñito en particular-...junto a ti yo voy a estar, y nunca más te han de hacer mal... -Cerró los ojos, y puso una de sus manos sobre la cabecita de Ale-...tus ojitos de luz, el llanto no ha de nublar... Ven aquí mi dulce amor, nadie nos ha de separar...
Al llegar Martín unos veinte minutos después los encontró así, Manuel tarareando la melodía de "Mira niñita" y Ale con su ojitos cerrados sobre su pecho, gimiendo de vez en cuando entre sueños.
- ¿Manu? -Susurró al entrar al cuarto. Manuel abrió los ojos y con vos triste le habló.
-Está teniendo pesadillas...
Martín sintió el pecho apretado. Se quitó los zapatos y la chaqueta, y cuidadosamente para no despertar al bebé, se tendió a un lado del moreno. Lentamente se fueron acomodando, hasta que Manuel usaba el brazo del rubio como almohada, y Martín cubría la espalda de Alejandro con la mano. Una vez que Manuel comenzó a dormirse, Martín siguió cantando algo para los tres.
...
-¿Cómo va Martín con el chiquito? -Manuel terminó poniendo en altavoz la llamada, siendo que estaba tratando de cambiarle la ropa a Ale. Otro conjunto perdido por el colado. En cuanto el niño escuchó la voz de Francisco, se quedó quieto mirando el teléfono y Manuel aprovecho de ponerle los calcetines.
-Mejor que antes, pero aún no va para el papá del año -Siguió con los pantalones ya que Ale no parecía querer volver a sacudir sus piernas- No sé qué pasa, le ha tomado cariño, lo noto pero es como si no quisiera aceptarlo... tal vez es porque no está tanto en la casa con nosotros, puede que si tuviera que trabajar afuera todos los días como él no me habría encariñado tan rápido tampoco... -Dijo eso, pero viendo los ojitos de Ale que le devolvían la mirada, estaba casi seguro que a esas alturas igual lo querría con locura.
-¿No han sabido nada de la familia? Tal vez algo pasa que no te esté contando...
-Pues más le vale que no, ya me ha dado muchas sorpresas el weon como para volver a ocultarme información.
-Bueno, será mejor que lo hagas hablar, es su hijo después de todo, tiene que hacerse a la idea.
-Eso pienso yo, pero sigue actuando como si Ale solo se fuera a quedar por un rato no más...
-¡Gah! -Ale comenzó a balbucear en cuando Manuel le metió la polera por la cabeza, pero por suerte no trató de quitársela como otras veces.
-Te tengo que cortar, el cabro chico ya me está retando porque lo estoy vistiendo.
-Está bien, ¡Adiós Ale! ¡Pronto vamos a ir a visitarte otra vez!
-Ti-ti Dah...
Manuel cortó la llamada y miró al niño quien también lo miraba con un dedo en la boca.
-Ya nadie me viene a ver a mí, solo vienen por ti.
-¡Mah! -Alejandro aplaudió una vez, y volvió a meterse la mano a la boca. Manuel lo dejó por unos segundos antes de apartarla y secarle la baba.
-Se te van a poner los dedos chuecos, o eso dice mi abuelita...
- ¡To!
Lo levantó de la cama, e iba a llevarlo consigo al escritorio para ponerse a revisar algunos textos cuando un rington que no era el suyo comenzó a sonar.
-¡OH! -Ale giró la cabeza rápidamente hacia un lado, y luego hacia el otro, buscando el origen del ruido. Manuel dio un gruñido.
-¡Argh! ¡Este otra vez no se llevó el celular! -Buscó el teléfono de Martín, hasta que lo encontró a un lado de la tele en la sala. En la pantalla salía el nombre de uno de los hermanos de la madre de Ale. Curioso por saber qué quería, contestó la llamada.
parte 5
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