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#movimiento okupa
lastnews-espana · 2 years
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Rechazan el alejamiento para el okupa que desfiguró a un vecino
Rechazan el alejamiento para el okupa que desfiguró a un vecino
A pesar de la brutal paliza que recibió de manos de su vecino okupa, el juez ha rechazado la orden de alejamiento que solicitó Miguel Ángel, el vecino de Cubelles (Barcelona) que se grabó con la cara totalmente desfigurada tras una agresión que tuvo lugar el pasado 3 de noviembre. Es más, según explican desde Lexion Abogados, el magistrado se inclina por ahora por juzgar lo sucedido como una…
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trastornadosrevista · 2 months
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VUELVE SANTIAGO MOTORIZADO AMIGOS & AMIGAS
Luego de dos funciones agotadas en diciembre de 2023, junto a invitados como Vicentico, Julieta Venegas, Barbi Recanati, Feli Colina, Florian, Nina Suárez, Gato 107, Marina Fages y Julián Ibarrolaza, entre otros, Santiago Motorizado anuncia la tercera edición de esta ceremonia el jueves 10 de octubre en C. Art Media. Una vez más, junto a nuevos “Amigos & Amigas”, se unen para compartir una noche única llena de sorpresas.
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Santiago Motorizado, cantante y líder de El Mató a un Policía Motorizado, la legendaria banda argentina que encabezó el nuevo movimiento del rock alternativo latinoamericano del nuevo siglo, ya hace unos años que está desarrollando también su carrera como artista solista.
De hecho, actualmente, se encuentra en Texas grabando su primer disco solista junto a Eduardo Bergallo y Felipe Quintans en el mítico Sonic Ranch, el estudio ubicado en Tornillo, Texas.
Anteriormente, escuchamos el álbum que grabó Santiago, “La muerte no existe y el amor tampoco”, banda sonora de la aclamada película del mismo nombre dirigida por Fernando Salem. Más recientemente, Santiago lanzó “Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro”, álbum que fue la banda sonora de la mítica serie argentina Okupas, ganador del Premio Gardel 2022 en la categoría “Mejor Álbum Banda de Sonido de Cine/Televisión/Producción Audiovisual”.
Tiempo después, cantó junto a WOS el tema "Investido", que forma parte del álbum 333 lanzado el año pasado por EVLAY, ganador del Premio Gardel 2022 y 2023 al Mejor Productor del Año. Asimismo, se hizo viral la interpretación que hizo del clásico “No Podrás” de Cristian Castro en el ciclo de "Fa" de Mex Urtizberea, llegando a tener más de 13 millones de views, siendo estas solo algunas de las participaciones que Santiago ha hecho junto a numerosos artistas de la escena mundial.
TERCERA EDICIÓN DE “SANTIAGO MOTORIZADO AMIGOS &  AMIGAS” JUEVES 10 DE OCTUBRE C. ART LAB.
ENTRADAS A LA VENTA EN
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habitantesdelrio · 4 months
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TP#2: La producción/realización y su relación con las ideas, el guion y la puesta en escena.
Entregarán 2 textos breves (en total max. 3 carillas), uno haciendo un análisis crítico del film/obra que se escoja y relacione de algún modo con su TG; y otro texto donde desarrollen sus propias ideas de producción sobre sus propios proyectos. Sobre la escena elegida:
Para realizar el análisis crítico, elegimos la serie Okupas (2000) de Bruno Stagnaro, específicamente la escena del tren del capítulo 2:
LINK: Okupas- Escena tren a Quimes (Versión Netflix)
Para la realización de esta escena en particular tanto los actores como el reducido equipo de cámara y sonido subieron a rodar al tren con una cámara 120 camuflada dentro de una caja de alfajores. Este recurso realizativo hizo que el mundo real y el ficcional se fusionen dando una sensación de realidad muy verosímil, ya que los actores se tomaron la libertad de interactuar con la gente y entre ellos de manera natural. Por ejemplo, cuando van avanzando entre vagones muchas de las personas que están sentadas o simplemente pasando, miran a cámara; pero esas miradas no nos alejan como espectador, sino que suman a la escena un clima similar a la acción de viajar en tren. Algunos de los indicios que develan el aspecto documental del material son el tratamiento sonoro ya que muchas veces por el ruido y el movimiento del tren, los actores tienen que repetir sus diálogos con más volumen, pero también por la manera en la que se pisan esos diálogos; que, a pesar de dichos detalles, se los siente naturales y verosímiles.  Hay otros momentos en el que los actores improvisan, un ejemplo de esto es cuando el actor que interpreta a “el Chiqui” le compra alfajores a un vendedor del tren, él cual nunca se percató de la situación de “rodaje”; también ocurre que un señor se baja en la estación de Bernal y se posiciona delante de la cámara (obviamente sin saber que había una) ya que la misma se encontraba escondida para poder captar esas acciones reales y cotidianas de la gente en el tren, y que los mismos pasajeros no se sientan condicionados por la misma cámara y realicen acciones más bruscas como mirar o querer correrse del plano de forma brusca. Sobre nuestro proyecto:
Es a partir del visionado y análisis de estos materiales, que creemos que puede sernos útil a la hora de grabar en el río, con su gente particularmente. Es un buen ejercicio para pensar y observar cómo los lugareños habitan ese espacio y cómo desde ese registro pueden llegar a sumar a nuestro proyecto. Si bien no usaremos los recursos que usaron en Okupas, ya que no esconderemos la cámara, la idea es intentar condicionar las escenas lo menos posible, intentando que la observación de esos espacios y esas acciones sean lo más natural posible dentro de nuestras posibilidades de producción, quizás intentando usar teleobjetivos para mantener cierta distancia entre estas situaciones, y que puedan fluir de manera más orgánica, siguiendo a nuestros protagonistas entre la gente y aprovechando para registrar el movimiento real del día a día. 
Nos parece que incluir fragmentos de documental a nuestra ficción puede enriquecerla y sumar al tono naturalista del relato, no solo en las escenas que transcurre en la ciudad sino también en las del río. Para que ambos momentos sean verosímiles, nuestros personajes deben mezclarse con ese mundo real no ficcional, moverse con la gente y con la naturaleza del hábitat de río; así lo documental va a articularse con lo experimental. También, hablando específicamente de las escenas en la naturaleza, posteriormente a observar el espacio, registraremos secuencias propias que sucedan allí, tales como el movimiento del agua, de los árboles y de la gente que concurra al lugar. Luego de habitarlo, lo construiremos en nuestra obra mediante los sonidos e imágenes que creamos que caracterizan mejor el espíritu del lugar.  En conclusión, creemos que la observación puede nutrir al guion, adaptándolo a ese espacio particular del río platense, con sus imágenes, olores y sonidos, el diálogo entre la ficción y el mundo real nos resulta un punto de partida esencial en la construcción del mundo particular que imaginamos en nuestro relato.
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plusdigital · 4 months
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Vaticinio de "sorpresón"
Rugen los motores en la parrilla de salida de la carrera electoral hacia el Parlamento Europeo, del 6 al 9 de junio (en España, el 9J). El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el martes la resolución con las 33 candidaturas definitivas proclamadas (de las 39 presentadas).
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La campaña para cubrir 61 escaños arrancará a las 00:00 horas del viernes 24 de mayo y terminará a las 24:00 del viernes 7. La lista de Vox la vuelve a encabezar Jorge Buxadé, con los independientes Hermann Tertsch y Juan Carlos Girauta (exportavoz de Ciudadanos en el Congreso) en los puestos segundo y tercero. El jefe de la delegación y Girauta han estado de visita en Canarias. Días antes de la congregación de “movimientos patrióticos” (Europa Viva 24) del fin de semana en el madrileño Palacio de Vistalegre, Jorge Buxadé pretendía intervenir en la Comisión de Asuntos Europeos y Acción Exterior del Legislativo autonómico. Se quedó a las puertas, después de que la Mesa acordara, en conformidad con la Junta de Portavoces, posponer las comparecencias de Juan Fernando López Aguilar (PSOE), Gabriel Mato (PP) y del representante de los Conservadores y Reformistas Europeos a fin de “garantizar la neutralidad institucional”. En la calle, arropado por los cuatro diputados regionales del partido que lidera Santiago Abascal y Girauta, Buxadé dio cuenta de su enfado. Portador de un cabreo monumental, sin renunciar a la sonrisa, expresó un contundente rechazo al pacto sobre asilo y migración, confrontó “los arbitrarios criterios de los fanáticos del clima”, prometió una “patada en el culo” a los okupas y vaticinó “un sorpresón” como antesala de una “revisión” en la UE. 
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analisiscinmetografico · 10 months
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LOS ULTIMOS DIAS
Origen: España
Género: Drama, Ciencia Ficción, Thriller
Dirigida por Àlex Pastor y David Pastor
La película aborda temas universales de supervivencia, la resiliencia humana y la solidaridad en tiempos difíciles. A través de la trama, se exploran los límites de la desesperación y la importancia de la esperanza.
la odisea de estar con los familiares lejanos y las crisis producidas por el miedo, aunque también es cierto que bajo el contexto español hay detalles propios de su contexto actual, tales como las familias inmigrantes de medio oriente y los okupas, sabiendo ese punto se podría decir que la película planteo paralelismos que surgieron años después de su estreno, por lo cual el hecho de que los personajes murieran cada que salieran al exterior es algo que tiene mas sentido con lo que pasamos en el 2020 en vez de la idea principal que se relaciona con el afrontar la agorafobia en la época del ser sedentario.
es mas fácil empatizar con esta pelicula por que el contexto general ya a estado de protagonista la población actual, aun que cabe destacar su exageración al narrar la pelicula para que este sea mas emotiva y profunda con el espectador, quedado un poco mas como "pelicular" y no como "posible suceso".
se sumerge en un apocalipsis donde la humanidad se ve amenazada por un extraño fenómeno atmosférico que impide salir al aire libre. Las escenas se desarrollan con una mezcla de suspenso y acción, destacando la lucha por la supervivencia. La narrativa se centra en la odisea personal de los personajes principales mientras buscan un lugar seguro.
La paleta de colores refleja la desolación del mundo postapocalíptico. Tonos apagados y grises dominan las escenas al aire libre, enfatizando la atmósfera sombría y desesperada. La elección de colores contribuye a la sensación de aislamiento y desolación.
Por otra parte dentro de los efectos sonoros se utilizan para crear un ambiente tenso y claustrofóbico, como la mayoría de las peliculas de este tipo, con sonidos -irreales-: especialmente en las secuencias al aire libre es cuando se busca un sonido lo mas natural posible cuando no están en peligro, cuando lo están contrastan con sonidos sintetizados y grabes. La música, cuando se utiliza, refuerza la emotividad y la intensidad de ciertas escenas, contribuyendo a la experiencia emocional del espectador.
El enfoque de cámara incluye tomas cerradas que resaltan las emociones de los personajes, así como planos generales que capturan la magnitud del mundo devastado. Los movimientos de cámara contribuyen a la urgencia y la tensión de la trama
En comparación con otras películas apocalípticas, "Los últimos días" se destaca por su enfoque en la lucha contra un entorno específico, el mundo exterior. La premisa de no poder salir al aire libre añade un giro único al género, enfocándose más en la claustrofobia y la supervivencia en espacios cerrados.
Realizado por: Karla Estrada García, Camila Gutiérrez Ángeles, Isaí Solís Cruz y Oliver Armando García Jaimes.
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armatofu · 11 months
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1.-Okupas, anarquistas, antifascistas, y racismo.
2.-Antifascismo.
3.-Se busca fascismo con sus fascistas..
4.-El racismo antecede al fascismo, prefigurándolo.
5.-El racismo de los antirracistas. España es singularmente racista.
6.-El vergonzante antifascismo en España.
7.-Ecos resuenan desde Ferraz: «¡No pasarán!».
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1. Okupas, anarquistas, antifascistas, y racismo.
En las semanas anteriores a las últimas elecciones municipales y algunas autonómicas, saltó a los medios las protestas de los vecinos de un barrio de Barcelona por el medio ambiente creado en los alrededores por las actuaciones de los okupas de un conjunto de edificios. En general, los informativos narraban que los vecinos habían sido exaltados por partidos políticos de la derecha españolista y por la empresa Desokupa, muy sobreactivada publicísticamente ante los hechos, y que siempre se la ha señalado organizada por mentalidades neonazis.
Los medios más a la derecha y ajenos al régimen nacionalista señalaban el tiempo que llevaban los vecinos sin que sus demandas tuvieran eco alguno en las instituciones ni en los medios; a veces también indicaban que estos okupas eran de ideología anarquista, y acostumbrados a los métodos violentos. Dentro del mismo periodo, en Valencia, en el campo de fútbol de Mestalla, en un partido con el Real Madrid, una continuada oleada de gritos racistas de la muchedumbre provocó la reacción del aludido, el jugador brasileño Vinicius, contra la grada. Este suceso tuvo una reacción de signo contrario a la anterior, y aquí fueron especialmente los grandes informativos televisivos altavoces del gobierno los elevadores del volumen ante el racismo en la sociedad española planteado como cuestión.
Después, en las elecciones municipales, en Barcelona, no hubo cambio significativo en cuanto al predominio de independentistas y soberanistas. En cambio, en las autonómicas valencianas PP y Vox desbancaron al gobierno autonómico.
En los sucesos de Barcelona, la policía autonómica tomó posiciones en el lugar, ante las manifestaciones opuestas anunciadas. El apoyo a los okupas lo formaba un conglomerado de okupas, anarquistas, “colectivos radicales” y el estandarte del antifascismo anudaba la movilización.
No vale la pena dedicar atención a los okupas originarios (los emuladores de los antiguos squatters), el movimiento ha sido ampliamente desbordado por la realidad, y sólo representa una burbuja ensimismada, ajena y estéril sobre la holgazanería de la política institucional para el eterno problema de la vivienda en España. Como quiera que es mucho el tiempo que el ‘antifascismo�� aparece en manifestaciones y actos de boicot, sin que nadie plantee de qué es continente y a quien representa, se hace necesario abordarlo, y hay que empezar por revivir su historia.
2. Antifascismo.
La doctrina comunista que quedaría establecida es que el fascismo es una herramienta de último recurso de la burguesía ante la amenaza real de derrumbamiento del capitalismo por la acción revolucionaria o transformadora del obrerismo. Entonces: (a) burguesía y capitalismo son matrices sustanciales del fascismo; (a1) por tanto, el verdadero antifascista es anticapitalista, (a2) lo que permite una extensión básica de  la definición de fascista a todo lo que no sea anticapitalista. De acuerdo con esa definición base, el antifascismo implica una doctrina decisoria en la identificación de cualquier fascismo objetivo, pues se supone, en consecuencia, que hay quienes no se declaran como fascistas, y sin embargo lo son (incluso combatiendo al fascismo).
Por la teoría estalinista (y cuyo origen algunos remontan a la teoría leninista del socialpatriotismo)(1), adoptada en 1929 por la Internacional comunista y hasta 1935, entran en la definición los partidos socialistas y socialdemócratas alemanes (socialfascismo). Aunque Togliatti (1934) manifestaba que no era concebible abatir el régimen fascista para substituirlo por una democracia o una socialdemocracia de tipo burgués, sin embargo, habrá la revocación de la acusación sobre los socialistas, y se adoptará la política de la ‘unidad antifascista’ proclamada por Stalin en la III Internacional a partir de 1935, la unidad de acción con socialistas y demás partidos antifascistas (facciones burguesas salvables de su caída en el fascismo), que tomó el nombre de política de ‘frentes populares’.
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ferrolano-blog · 1 year
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La utilización de fantasma de la okupación como ariete por parte de la derecha tiene una década de historia y se intensifica en los periodos electorales... la causa está muy clara, el patrimonio inmobiliario triplica el PIB español y el negocio de la vivienda supone unos 135.000 millones de euros anuales, un 13% del PIB... el origen también, El origen de los discursos anti-okupación —al menos en su última versión— se remonta a los años posteriores al crack de 2008 y el 15M, recuerda Gil, cuando el movimiento de vivienda se lanzó a recuperar miles de vivienda vacías, que fueron ocupadas por personas en su mayor parte desahuciadas y expulsadas del mercado laboral e inmobiliario... cuando el tema de la vivienda empieza a ocupar el primer plano y se empiezan a exigir medidas que limitan los intereses financieros y de los grandes poseedores de vivienda con mucho apoyo social... “Han conseguido que la gente no se movilice contra los intereses de los fondos buitre y crean que el verdadero problema es la ocupación”
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vitortxo · 2 years
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rescatandoletras · 4 years
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Movimiento okupa: resistencia contra el capitalismo, Mg. Cristian Alejandro Venegas Ahumada 
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jgmail · 4 years
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¡Viva el fuego! Historia y actualidad del movimiento autonomista en Francia
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Por Peter Lucius
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Tal y como escribió Sébastien Schifres en su tesis de maestría “el movimiento autonomista es antes que nada una práctica y no tanto una ideología y, a diferencia del resto de las corrientes que conforman la extrema izquierda, no es necesario decir que uno es un Autónomo para ser uno, muchos Autónomos rechazan pertenecer a una ideología y también rechazan cualquier etiqueta, incluida la de ser llamados Autónomos. Por tanto, son sobre todo las prácticas individuales las que le permiten a uno ser identificado como un autonomista. Sin embargo, no basta con practicar las ideas de los autonomistas para ser considerado un Autónomo. También es necesario tener una cultura, elemento que es muy importante para comprender su identidad política. Las asociaciones de un individuo también pueden permitir identificarlo como un Autónomo: son estas asociaciones las que hacen que cierto individuo sea percibido como tal por quienes están fuera del movimiento y que pueda ser asimilado como un Autónomo. El movimiento reconoce quienes son los suyos” ... (Artículo publicado en julio de 2017 en la Rebelión 80, por lo que no menciona lo que ocurrió con el movimiento de los chalecos amarillos y ni tampoco el alzamiento contra la reforma salarial).
 El origen del movimiento autonomista: una metapolítica de la acción
 Antes de discutir los desarrollos recientes que ha tenido el movimiento autonomista, es necesario indagar su origen, por lo que al menos debemos retroceder hasta el siglo XX (1), momento en que el movimiento autonomista emerge como una fuerza a tener en cuenta al interior de la “extrema izquierda”, después de haber pasado mayo de 1968 y haber llegado a los albores de la década de 1970. El movimiento aparece debido a la burocratización y a la relativa impotencia que representan organizaciones de masas como el PC y la UNEF, que parecen incapaces de realizar una verdadera acción revolucionaria.
 Las diversas corrientes autonomistas, por supuesto, se alimentan de las teorías provenientes del anarquismo y el situacionismo, pero también, más inesperadamente, de un marxismo heterodoxo, incluido el maoísmo (ver los mao-espontaneístas) y el obrerismo italiano (2), los cuales constituyen las principales corrientes que los alimentan. El movimiento autónomo se distingue entonces por su afán de establecer una democracia obrera y llevar a cabo una insurrección, posturas que lo enfrentan a las organizaciones de masas.
 En ese momento, estas distintas corrientes se basaban en un trabajo meta-político real: con el surgimiento de los okupas, se lleva a cabo una verdadera reflexión política sobre las vanguardias y el rechazo del trabajo, todo ello avalado por numerosas publicaciones. La conexión que hace con la clase obrera, aunque es un poco floja, es de todos modos muy real, como por ejemplo lo demuestran grupos como las Brigadas Rojas italianas. De todos modos, tratan de unir realmente al proletariado y al lumpenproletariado, y sus vanguardias suelen estar vinculadas a la propaganda social y socialista.
 Dinamismo ...
 Nuevas estructuras
 Los movimientos autonomistas son los pocos que demuestran poseer algún dinamismo antisistema al día de hoy. Por ejemplo, Nuit Debout, cualesquiera que sean sus límites, depende en gran medida de los movimientos autonomistas. La ventaja de los autonomistas es su poder para movilizarse en un marco no partidista y por lo tanto relativamente amplio, que abarca multitud de revistas o personalidades distintas.
 Este ya era el caso del movimiento de los indignados y este tipo de mítines ha tenido un éxito relativo en el sur de Europa, especialmente en España con los indignados y ahora Podemos. Sin embargo, en Francia no existe ninguna estructura partidista que parezca tener la fuerza para capitalizar su dinamismo debido principalmente a dos razones: las instituciones de la Quinta República permiten pocos cambios políticos y los Frentes (el nacional y el de izquierda) tienden a institucionalizar cualquier clase de oposición.
 La politización de la ecología (al menos fuera de los Verdes) y el principio del Zad son uno de los méritos del movimiento autonomista, mostrando claramente que la defensa de la naturaleza y la lógica comercial son irreconciliables. Este tipo de organización en forma de Zad también permite una politización anticapitalista de muchos jóvenes "hippies" y otros activistas anti-globalistas que han permanecido como movimientos moderados. El punto fuerte de estas corrientes se manifiesta en una base que es afín a ellas y a la metapolítica. También es excelente que lleguen a situar sus acciones políticas en un marco sostenible. A decir verdad, el principal límite de su dinamismo es el permanecer en el espectro de un izquierdismo sectario y tomar posición por ideas anti-patrióticas, negándose a crear vínculos con otros movimientos (como por ejemplo el movimiento del 14 de julio). Sin embargo, a diferencia de España o de Italia, donde el regionalismo y el federalismo son fuertes, la mayoría de los franceses siguen apegados a un Estado nacional fuerte, aunque el patriotismo es un valor popular (y con mucha razón).
 La justa crítica ante el circo de los medios, aunque en muchas ocasiones este último sea explotado por los propios autonomistas, es también uno de sus puntos fuertes. Este rechazo a los grandes medios es coronado por el éxito que muestran sus programas de reinformación, como el documental "Merci, patron" o las conferencias de Lordon. Desde un punto de vista meta-político, su dinámica es obviamente muy interesante.
 Finalmente, en cuanto a tácticas de enfrentamiento, los black blocs poseen un cierto interés y están casi a un paso de la ilegalidad. De hecho, esta clase de operaciones han sido asumidas por diferentes grupos y han prosperado en todo el mundo.
 ... marcado por la decadencia individualista
 Lamentablemente, los movimientos autonomistas de hoy no son inmunes a la decadencia individualista que afecta al resto de la "extrema izquierda", que es la verdadera consecuencia que produce el capitalismo integral. Es gracias a que este se ha adaptado tan bien al espíritu de la época que tiene tanto éxito. Vemos en él un carácter pequeñoburguesa e izquierdista (en el sentido leninista) cada vez más asertivo, que no solo llega a negar las nociones de socialismo y proletariado, sino incluso a luchar contra ellos.
 Decadencia de las ideas
 El primer síntoma de esta decadencia es el sectarismo. Podemos encontrar muchas organizaciones informales que rechazan llevar semejante título y que operan de forma aislada, rara vez con más de una docena de personas y que comparten apartamentos, mantienen relaciones sexuales y que incluso comparten el cuidado de los niños (3). Estas sectas llegan incluso a volverse odiosas para otros movimientos autonomistas. Con el pretexto de rechazar la burocratización, llegamos a un proceso donde los elementos más ruidosos dominan el conjunto, camuflándose por medio de un intelectualismo que muchas veces es bastante oscuro.
 Las ideas de estos grupos pueden calificarse de nihilismo, en el sentido que esta palabra asumía al referirse al movimiento ruso que llevaba tal nombre durante el siglo XIX: es necesario reconstruir todo desde las cenizas, destruir la sociedad capitalista al hacer pedazos sus equipos y sus espacios públicos.
 El segundo síntoma es producto de su sustitución de las ideas socialistas, como sucede con ciertas organizaciones, debido a una mixtura social extraña que combina la lucha contra la prisión, la apología del lumpenproletariado de los barrios marginales, la inmigración, el rechazo al trabajo y el antifascismo. La conciencia de clase se ha desvanecido por completo en el limbo. ¿Cómo podrían, entonces, ejercer alguna importancia sobre la masa del proletariado?
 La decadencia de los modos de acción
 Pero, en general, no existen los atentados contra las comisarías o los cuarteles ni tampoco asesinatos. Prefieren los ataques contra las ventanas de los bancos, incluso contra las universidades y las paradas de autobús. Al destruir el escaso espacio que aún no ha sido privatizado, los movimientos autonomistas están cumpliendo el papel de los idiotas útiles del capital y preparan la fructífera “rehabilitación” de estos espacios por el capital. Las autorreducciones, defendibles en principio, se convierten en bandolerismo gratuito cuando la redistribución es ineficaz y mucho más cuando se practica un desdén y una serie de insultos contra los empleados, algo que revela un fuerte desprecio por el proletariado. También vemos la hipocresía de su retórica contra la organización cuando, después de algunas riñas durante las manifestaciones, muchas personas del movimiento autonomista vuelven a caer bajo la protección de la CGT o el NPA. En estas condiciones, sólo pueden reunir al lumpenproletariado más "marginal", dejando indiferente a la gran masa que existe al interior del mismo.
 En conclusión: dado el debilitamiento de las organizaciones políticas antisistema al día de hoy, los autonomistas están haciendo todo lo posible por adaptarse a la tribalización y atomización de la sociedad, atrayendo a quienes se encuentran decepcionados frente a las organizaciones tradicionales y a los militantes más apasionados que están listos para la batalla. Son una importante reserva de energía, desafortunadamente están atrapados en un dominio absoluto que, por un lado, se encuentra marcado por un intelectualismo estéril (y a menudo calcado del situacionismo) en la teoría, y, por el otro, por un radicalismo contraproducente en la práctica.
 No obstante, si alguna organización consigue establecerse en medio de este entorno, contará con una vanguardia llena de energía y con poderosos intermediarios metapolíticos.
 Leer:
 Sébastien Schifres, La Mouvance autonome en France de 1976 à 1984, Mémoire de maîtrise d’histoire contemporaine et sociologie politique, Université Paris Ouest Nanterre La Défense.
 Notas:
1. Sin ir rastrear el origen de este movimiento en los siglos XIX y XX, podemos ver sus antecedentes en el nihilismo ruso y el consejismo marxista.
2. Nacido en Italia a principios de la década de 1960, el obrerismo aboga por el rechazo del trabajo como institución y la espontaneidad de la acción.
3. El ejemplo de este movimiento, que con razón se llama "appelistes ", lleva por título una palabra extraída de La Revolución que viene del Comité Invisible.
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jeon-predeep · 4 years
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¿”ciber; okupa”?
Sí, ciber; okupa. Bienvenido al espacio cibernético okupado por la disidencia liberada. Un espacio de libertad dentro de la putrefacta estructura social: una zona autónoma, autodeterminada; resguardada por los marginados y sus movimientos, por las líneas de expresión en fuga que se mueven al ritmo del caos, del logos, del devenir constante.
Abrazamos con fuerza la incertidumbre y su irracionalidad, abrazamos la libertad y emergemos en nuestra potencia, delimitando espacios, rompiendo patrones, rasgando las cadenas de la sujeción. Delimitamos los espacios, hacemos nuestras sus fronteras. Dejamos marcas y heridas en las calles del inmundo monopolio cultural, en cada uno de los cuerpos sujetados. Nos reímos a la luz del fuego.
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alfbojorquez · 5 years
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Una bomba literaria contra el dogma
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Hay quienes piensan que el anarquismo es una planta foránea en nuestras tierras. Pero en realidad el movimiento es global y simultáneo desde el siglo XIX: esa nítida sincronía se percibe hoy entre Lectura fácil (2019) de Cristina Morales, que se presentó en México hace dos meses, y los edificios en llamas en Chile. En ambas corre una fuerza antigua, múltiple y feroz.           La novela trata de un grupo de amigas, pero a diferencia de la vida interior de las cuatro de María Luisa Puga en Pánico o Peligro, aquí traman la forma de romper el candado de una casa para vivir sin pagar renta. El cálculo de los porcentajes precisos del retraso mental de cada una define la cantidad de dinero que el Estado les da, la misma instancia que hoy ofrece casi medio millón –en moneda mexicana– a la autora por ganar el Premio Nacional de Narrativa. Desde ninguna perspectiva la autora y sus personajes concibe este dinero como contradictorio. Todo lo contrario, es una ventaja aprovechable.
           Aunque otros críticos lo consideran desafortunado, el contraste entre los puntos de vista de los personajes es una de las estrategias narrativas destacadas de Lectura fácil, el claroscuro entre Nati, Maria dels Angels, Patri y Marga es un hueco que va rellenando mentalmente el lector. Las andanzas del grupo giran en torno a la danza, los centros gubernamentales de salud mental de pueblos rurales y los okupas de Barcelona. El libro fue rechazado por Seix Barral, luego publicado por Anagrama y finalmente ganó dos premios nacionales: es un juego de formatos entre minutas, panfletos y una novela escrita en WhatsApp que logra retorcer de la risa al lector.
          Poco después de la mitad irrumpen unas hojas que parecen fotocopiadas con el título Yo también quiero ser un macho, donde sobran ataques al macho-facho-neoliberal encarnado en varias figuras públicas de España. Me parece celebrable que una novela tan bien compuesta logre incorporar un formato tan oscurecido como los zines. En México, durante la última década, las autopublicaciones salieron del ghetto subterráneo debido a las imprentas riso alojadas dentro de un pequeño circuito del arte contemporáneo influenciado por Ulises Carrión y el comic underground. Aunque los zines más higiénicos y despolitizados llegaron al Museo Jumex o al Museo del Chopo, o llenan los anaqueles de Réplica, el Foro de Imprentas Desobedientes que se celebra cada año, la ficción premiada vuelve a hacer del formato una bomba dentro de otro universo que históricamente le ha dado la espalda, el mundo literario.
           Lectura fácil deja ver un movimiento que ha sido perseguido e insultado una y mil veces: el relacionado con el Okupa Che Guevara –en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM–, el extinto Chanti Ollin –en pleno corazón de Reforma– y los satanizados encapuchados, temidos a cada paso en las marchas. La represión del deseo sexual, la sobredosis teórica, el lado ultra racional y la paranoia entre los militantes de la novela, sumada a la torpeza para ejecutar una asamblea, es una autocrítica al oculto mundo libertario, que en México existe por lo menos desde 1861 con Plotino Rhodakanaty y sus secuaces. Movida con mucha cobertura en América por los disturbios en Chile recientemente.            Es más, las referencias que se hacen a América Latina dentro de la novela suelen ser favorables, como la feminista boliviana María Galindo, los precursores peruanos del punk, Los Saicos, entre otras referencias. De hecho, la novela termina el 11 de septiembre de 2017 que es el “Día que es puesta en libertad la bailarina Maritza Garrido-Lecca tras veinticinco años de cautiverio en una prisión peruana” (417), artista relacionada con el Sendero Luminoso que, sin duda, es la inspiración de Nati, el hueso más duro de corroer entre los personajes de la incendiaria novela.
           Sin embargo, la novela difícilmente encuentre público de este lado del Atlántico, peor aún en el México de la Cuarta Transformación, porque uno de los objetivos principales y de constante burla es precisamente el pensamiento progresista, que en la novela se encarna en la activista y alcaldesa Ada Colau, la CUP y sus seguidores. Quizás por esa crítica tan frontal, el Premio Nacional de Narrativa señala que la obra de la escritora no tiene genealogía, cuando en realidad Lectura fácil es una heredera natural de Niebla (1914) de Miguel de Unamuno o las obras importantes de Pío Baroja, Ramón Valle-Inclán o cualquiera de la generación del 98 que, a demás de escribir una literatura leída con atención en nuestro continente y tratar de conjugar formas literarias innovadoras con un deseo profundo de cambiarlo todo, fueron parte esencial de La Revista Blanca (1898-1936) y la bohemia anarquista de hace un siglo.
            Cristina Morales escribe con mucha violencia creativa, como Temporada de Huracanes de Fernanda Melchor pero dirigida a derribar con tumbaburros lugares comunes de la izquierda y el feminismo. El lector de esta novela es el blanco de una balacera de argumentos en boca de personajes y formatos que abriga lúdicamente entre sus páginas. Lectura fácil es una novela infranqueable, el llamado a una nueva literatura política, cínica, joven, desenfadada; tan demoledora como en México lo es María Rivera, o Heriberto Yépez, planta vernácula que también gana premios y becas, es bastante conocido, sin dejar de ser tan libertaria como la española o el fuego chileno.
 Alfredo Bojórquez
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lgbtiaq · 5 years
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Libro: "El eje del mal es heterosexual. Figuraciones, movimientos y prácticas feministas queer."
El eje del mal es heterosexual versa sobre movimientos, prácticas y figuraciones queer contextualizándolas dentro del contexto peninsular y Europeo. Este libro surgió de una serie de encuentros donde problematizamos tanto el concepto como las teorías y prácticas queer, y analizamos sus relaciones, acuerdos y desacuerdos con otros movimientos feministas, okupas y de gais y lesbianas. Este libro es deudor de esas discusiones y de una particular visión de lo político: queríamos reclamar lo trans y lo inter de lo queer; queríamos hablar de las complejidades y contradicciones de las identidades múltiples; queríamos discutir las conexiones constitutivas de las diferentes opresiones; queríamos, también, hacer un texto que rompiera con el referente estadounidense y tuviera diferentes voces y tonos. Este híbrido, surgió del hartazgo de que, como señala Barbara Smith, la transfobia, la lesbofobia y la homofobia sean las últimas opresiones en ser mencionadas, cuestiones poco serias que distraen de la lucha contra los «enemigos principales» y fragmentas a la «izquierda»; al tiempo que se acusa a los movimientos queer de ser particularistas e interesarse solo por «lo meramente cultural», lo «estético», lo «teatral» de la sexualidad. Ello nos ha llevado a reflexionar sobre cómo se construyen los consensos y las multitudes en los colectivos o movimientos sociales, sobre la base de posponer, desdibujar o incluso eliminar determinadas demandas de la agenda como «secundarias» o «particulares».
Este libro surge también del rechazo a la dicotomía personal/político de un determinado espacio político como el único desde el que reclamar la resistencia. Porque, para muchas personas, lo quieran o no, sus propios cuerpos abyectos ya son «política», cotidianos campos de batalla susceptibles de ser interpelados violentamente y a su vez cuerpos-resistencia que cortocircuitan las normatividades.
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elestadonet · 5 years
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Análisis contra la criminalización del Movimiento Okupa en España
Análisis contra la criminalización del Movimiento Okupa en España
¿Son los okupas como nos han contado?
Se trata de un movimiento ya que, aunque algunos okupas muestren conductas bastante institucionalizadas, no existe una uniformidad de criterios ni una única respuesta a los problemas que se plantean. No es posible desligar los planteamientos que surgen de las okupaciones de los de otros campos como puedan ser el anticapitalismo, feminismo, el antimilitarismo,…
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ideasinrostro · 5 years
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Exarcheia (Grecia) se prepara para la autodefensa
(De Alasbarricadas.org. Traducción de Yannis y Maud ) http://alasbarricadas.org/noticias/node/41847
El nuevo primer ministro griego Mitsotakis hizo del desalojo de toda Exarcheia parte de su campaña electoral. El grupo anarquista Rouvikonas y otros informan de lo que está ocurriendo.
La operación policial “Ley y orden” contra Exarcheia y Rouvikonas estaría casi lista para ser operativa. La cuenta atrás se aproxima a su fin, decían el 9 de julio. Según el nuevo ministro de orden público, Michalis Chrysochoidis, y el viceministro a cargo de la política penal y penitenciaria, Lefteris Economou, el plan del Estado estaría a punto para atacar el barrio rebelde de Atenas. Se está preparando un enorme dispositivo policial con los MAT (el equivalente a los CRS franceses), combatientes del DIAS, oficiales de inteligencia, equipos antiterroristas y otras unidades.
El nuevo primer ministro Kyriakos Mitsotakis quiere que su mandato comience lanzando un gran golpe de efecto, lo más rápido posible, contra los anarquistas y los “encapuchados” que, según ellos serían los responsables del tráfico de drogas y armas en la capital. “Los migrantes” serían igualmente responsables de esta situación según los canales de televisión, más concretamente “empleados por los antiautoritarios” en una especie de “mafia libertaria y centro internacional”.
En resumen, una gran paranoia en todos los medios de comunicación para justificar la inminente ofensiva del estado griego contra uno de los pocos baluartes de la autogestión en Europa. Un distrito, el de Exarcheia, que “da muy malas ideas a otros lugares, durante demasiado tiempo”, especialmente en su resistencia contra las incursiones policiales. El nuevo gobierno ha anunciado la inminente evacuación de todos los lugares ocupados, independientemente del propósito de la okupación, en todo el vecindario, y numerosas búsquedas para buscar drogas, armas y otros equipos utilizados en luchas.
Los principales comisarios de la policía dicen que están listos para intervenir y algunos de sus subordinados incluso han hecho ruido en Facebook al anunciar su alegría de ir a ostiar anarquistas y migrantes. Por ejemplo, el policía Konstantinos Iliopoulos dijo: «Desde mañana, anarquistas de mierda e hijos de puta, estaremos en Exarcheia como si fuese nuestra casa con la fuerza Delta» (un infame grupo de energúmenos muy violentos reclutados entre la extrema derecha más virulenta). El gobierno también se preocupa por la idea de clasificar a Rouvikonas como una organización terrorista, algo a lo que sus antecesores renunciaron hace un año. “Definitivamente prevenir el daño de Rouvikonas es la prioridad del primer ministro”, dijo su portavoz. La okupa K*Vox, su sede en Exarcheia, está en la mira de esta operación que podría comenzar cualquier amanecer.
Es difícil decir exactamente cuándo o cómo se desarrollarán las razzias, pero esperamos mucha violencia por parte del MAT, ansiosos por vengarse de este vecindario que odian desde hace mucho tiempo y donde encuentran refugio los miembros del movimiento anarquista. Lo que es seguro es que Exarcheia no les dejará conseguirlo y, sobre todo, que les será más difícil mantener el control del vecindario a largo plazo que volver a él. No diré más aquí. Gracias por vuestro apoyo venga de donde venga: debe decirse que una vez más un Estado quiere someter una zona de resistencia, un laboratorio de autonomía, autogestión y experiencias libertarias, pero también una gran alternativa de acogida a los sórdidos campamentos de refugiados. Dicho de otra manera, una vez más, el poder quiere hacer desaparecer la utopía para no perder su impronta. Tarde o temprano será el poder o nosotros. La libertad o la muerte. Porque el capitalismo y la sociedad autoritaria nos llevan a un estancamiento en todos los aspectos. O esta sociedad mortífera seguirá destruyendo el mundo, tarde o temprano o nos liberamos y salvamos la vida o intentará algo más. Por supuesto, los próximos días serán difíciles y quizás incluso trágicos. Entre los muchos policías que vendrán a cazarnos, golpearnos o detenernos en el laberinto del vecindario y sus sombras, habrá neonazis y otros bichos fascistas impacientes por hacernos sufrir, para vengarse de la caída de Amanecer Dorado y simplemente para quebrar a la izquierda, al migrante, al anarquista. Pero no tenemos miedo. No tenemos miedo al presente porque ya estamos en el mañana. Llevamos otra forma de vivir juntos, en nuestras cabezas y en nuestros corazones, un mundo libre de los horrores que lo desfiguran, una vida sin tiranos ni criados. No nos resistimos por Exarchia, sino por todos: más que por un día, por todos los demás que necesitamos salir de la prehistoria política de la humanidad.
Estos días policías motorizados pasaron frente a la okupa de migrantes Notara 26 (esquina noroeste de Exarcheia) y gritaron a los compañeros que estaban de guardia: “los toletazos y la cárcel llegarán pronto!”
Parece  que se han dado instrucciones para evitar cualquier comunicación externa que no sea la que los reporteros de los medios propagarán en los próximos días. Por su parte, Facebook acaba de eliminar varias páginas de los colectivos de Exarchia, comenzando con el de Rouvikonas por segunda vez.
(Otro testimonio)
Exarchia se prepara para resistir 
8:30 am en Atenas. Me acuesto, después de varias reuniones y una noche de guardia en la okupa de Notara26 con otros solidarios y residentes. EXARCHEIA ESTA PREPARADO PARA RESISTIR. Todos están decididos a no ceder ante las amenazas del Estado que está a punto de atacar. Varios cortes de energía hoy, incluyendo Notara26, confirman la proximidad del asalto. La información nos llega. Los policías se están preparando. El nuevo gobierno quiere ponernos de rodillas lo antes posible. Todo el barrio está alerta. Los muchos lugares y colectivos aprietan sus lazos para resistir. Exarcheia se reúne, piensa, se organiza … Puede que no nos quedemos mucho tiempo, pero no nos rendiremos sin luchar. Gracias por todos vuestros mensajes de apoyo que nos reconfortan el corazón. Solo somos una línea de frente entre otras, entre la utopía y la distopía, porque este ataque autoritario es global. Pero incluso si el poder logra destruir Exarcheia, lo que no será fácil, no podrá, pase lo que pase, borrar su historia.
Algunas peticiones desde Exarcheia:
No es momento para hacer turismo revolucionario, ni para sacar fotos en los que se identifique a la gente (como ocurrió hace cinco años, cuando vimos a desconocidos grabando. Ello supondrá automáticamente la destrucción del material) No es momento para agobiar a preguntas a los activistas que se están preparando para defender todo un proyecto de vida.
¡Salud y Revolución!
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punxroutine · 5 years
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Estás bien buena, pero quítate... vine a ver a Robert Smith
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Por Javier Ibarra
Con 25 años escuché por primera vez en vivo “Boys don’t cry”. The Cure se presentó en el Foro Sol de la Ciudad de México el 21 de abril 2013. Muchos esperaban esa canción con morbo. Para otros fue el detonante pop que los hizo comprar sus boletos con desesperación. Y no es que ese sencillo sea mi canción favorita. Tampoco quiere decir que la odie. Pero mentiría si afirmo que no sentí algo especial al percibir el primer acorde de guitarra que trajo un grito en conjunto de todo el recinto, cuatro horas después de un temblor igual de extasiado que los presentes.
 Melodías como “Push”, “Prayers for rain”, “Pictures of you”, “Lullaby”, “Fascination street”, “Let’s go to bed”, “Fire in Cairo”… lograron que, al reconocerlas, sintiera cosas espoleando mi cabeza. Era el momento perfecto para identificarme con lo que dicen.
Pero regresemos al principio de todo: al hit que me provocó escalofríos al aceptar que sí, era verdad, estaba viendo tocar a The Cure.
Todo se remonta a los primeros días de enero 2012. En una reunión familiar mis tíos Roy y Rodolfo me preguntaron si quería acompañarlos a presenciar a esos viejos vampiros de Inglaterra que, tocando ese sombrío estilo musical, junto con Siouxsie & The Banshees, Joy Division, Bauhaus, Killing Joke, The Psychedelic Furs, Violent Femmes… dieron pie a un cliché más de los ochenta: el post punk.
La oferta consistía en que tendría que poner la mitad de mi boleto. Acepté y reconocí que en ocasiones lo correctos y fastidiosos que son mis tíos, desaparece cuando una banda del tamaño de The Cure da a conocer que vendrá al país; incluso logrando que se olviden que son unos comprometidos padres de familia, quienes ejercen la mayor parte de su tiempo como profesionistas, midiendo su estilo de vida por viajes de negocios al extranjero, mensualidades escolares altas, automóviles del año, ascensos laborales, capacitaciones, anécdotas de traje y corbata, y chequeos médicos que sus presiones altas comenzaron a exigir.
Cabe recalcar que mis tíos no se imaginaban que The Cure me gusta mucho, aun cuando algunas veces me llegaron a ver con mi playera del álbum Disintegration que logré conseguir en el Tianguis de Las Vías, cercano al Metro La Raza. Pero tal vez por eso vino la invitación al tan inesperado concierto.
En cambio, yo sí recuerdo a mis tíos en los noventa. Mi tío Rodolfo fungía como el genérico fan que gustaba de las canciones felices, populares y que The Cure dejó para la posteridad en videos que, seguramente, comenzó a disfrutar en sus noches de antro en la Zona Rosa, bailando “Just like heaven”, ya que fue con la rola donde abrazó de una manera natural a mi tía Sandra; seguro recordaban su noviazgo.
Mientras que mi tío Roy era el darketo fan que disfrutaba de las canciones más oscuras como “One hundred years”. Él fue quien por primera vez me hizo escuchar “Boys don’t cry” en su habitación tapizada de posters de luchadores. De hecho, siempre he creído que les sugirió a mis padres que debía de ser un vampiro en todos los festivales del kínder; como si siempre hubiera visto algo en mí.
  Crecí y mis tíos ya no escuchaban a The Cure como antes. La habitación que compartían en la casa de mis abuelos, después de que ambos se graduaron en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y se comprometieron con mis tías, se convirtió en nuevos recintos con esposas, hijos y perros schnauzers.
Uno de los últimos recuerdos que tengo de The Cure y mis tíos, antes de la invitación al concierto, es el DVD de Greatest hits. Mi tío Rodolfo me lo obsequió en uno de mis cumpleaños. Pero aún eran fechas que The Cure no sonaba tanto como ocurre ahora en mi habitación. En aquel entonces el hardcore y sus subgéneros lo era todo para mí. Mis gorras llevaban parches con slogans como Chaos is me, la frase de batalla de Orchid, una de mis agrupaciones favoritas de toda la vida. Usaba una cadena para sujetar mi billetera al pantalón, un cinturón de estoperoles, una sudadera que tenía un estampado de Tragedy, había una arracada en mi labio inferior, mi cabello era como el de Spock, de Star trek, y los proyectos que descubría, mientras fueran cada vez más ruidosos y nihilistas, eran muchísimo mejor que escuchar clásicos del rock.
Por todo eso, más la imberbe llama de rebeldía que nos ilumina por dentro cuando somos adolescentes, en 2004 me negué a asistir al concierto de The Cure, en la Arena Monterrey de Cintermex. Ninguno de mis amigos que tenía gracias a la música irían, y mis tíos se encontraban a más de 900 kilómetros de distancia. Entonces yo no iba a ser la excepción.
El amor no existía entre mis círculos de esparcimiento. En mi habitación sólo había canciones de Los Crudos, Reversal of Man, Cementerio Show, Ekkaia, Satanic Surfers, Descendents, Eterna Inocencia, Fun People, Capn’ Jazz, Jawbreaker, Fugazi, Charles Bronson, Contrakaos, División Minúscula y Noches prohibidas de Golden Channel. Para mí era necesario ser una especie rara que odiaba todo, por lo que no iba a pagar una cantidad alta de dinero, y así escuchar decir a Robert Smith que ese concierto había sido el mejor de su gira, que amaba a sus fans de la Ciudad de las Montañas con todo su corazón.
  Pasaron los años y las baterías aceleradas, las estridentes guitarras y los gritos desesperantes, se iban quedando en el camino. Las letras de Robert Smith comenzaban a ser las piezas faltantes de mi rompecabezas, cada vez que mi vida se estrellaba con algo, y alguna canción de The Cure se encargaba de cicatrizar las heridas.
Comencé a pensar que jamás estaría en alguno de sus conciertos, que el líder de uno de los míticos grupos de post punk, tarde o temprano podría sufrir un paro cardíaco; o explotar por lo obeso que se ve ahora. La vieja escuela suele bromear con su fisionomía. Mis tíos mencionaron lo del ataque al corazón en los días previos al concierto, cuando las reuniones familiares eran atrapadas en el televisor por alguna presentación reciente de los ingleses.
Hasta el día de hoy, nunca he contado los días que faltan para acudir a algún concierto masivo. Creo que se debe a mi pasado dentro del hardcore, a mi afán de preferir bandas que se presentan en casas, sótanos, cafeterías, cuartos de ensayo, okupas, tiendas de discos, librerías y pequeños bares a donde ellos mismos llegan manejando sus camionetas, después de organizar sus giras.
Sigo sin tolerar a los fanáticos de los conciertos masivos que hacen la señal del rock con sus manos y gritan con desesperación el tema que desean escuchar. Esquivar vasos con orines me es algo desconocido: prefiero la sangre o el sudor a centímetros del cantante herido que, desgraciadamente, sufrió un accidente-amigable. Pero comprar souvenirs que venden mientras caminas hasta llegar a la pista o asiento asignado me es interesante: el ingenio mexicano y la manera de supervivencia no tiene géneros musicales predilectos. Y en el interior de los estadios o arenas, ya es todo un requisito que tengas un teléfono inteligente para hacerlo pasar como el primitivo encendedor que solía acompañar baladas de Guns N’ Roses.
Ciertos dispositivos de un tiempo para acá funcionan como un encendedor que graba, ilumina y reproduce el recuerdo, con la diferencia de que ese aparato muchas de las veces terminaba en las gradas o la pista del lugar, al momento de agotarse su gas y no contar con una pila recargable.
Pero mi completo sentir de aberración viene al escuchar a mi otro tío (Ricardo, el menor de los tres hermanos de mi mamá), decirme todas las cosas que suceden cuando Metallica viene a México. Siempre lo relata con tanta emoción que sus ojos se cristalizan. Siempre me he negado a acudir a ese concierto con él. Hace poco me armé de valor y le dije que por su culpa odiaba a esos pinches rockstars. Desde que tenía 5 años me obligaba a que pusiera atención en las canciones de esa agrupación que se convirtió en una empresa. A un primo menor, Roger (hijo de mi tío Rodolfo), sí logró lavarle el cerebro, y ahora a cualquier propuesta de rock no la ve más allá que de un estadio a reventar, demandas multimillonarias, pose, y sin una historia previa de picar piedra junto con otros proyectos, para que exista un interés de sumergirse en un movimiento, un género musical y buscar artistas similares, descubriendo que no todo lo importante tiene que ver con la mercadotecnia.
  Después de ciertas cosas que me llevaron al concierto de The Cure, mis tíos pasarían por mí antes de las seis de la tarde. Esperaba que mi tío Roy llegara vestido de terciopelo, y mi tío Rodolfo con su mejor camisa de vestir, evocando las fiestas donde Patrick Miller lo hacía bailar high energy.
Y también, entre todo lo superficial que dice mi otro tío (Ricardo, el obsesionado por Metallica) sobre las explosiones, los gritos de “fuck yeah” y todo lo que ocurre en los conciertos masivos, la única información que me sirvió fue saber que el precio de la cerveza (dos de media en un vaso de plástico que nunca me ha gustado el sabor que le da) rondaba los 100 pesos.
Así que, aparte de los 200 pesos que tenía que darles a mis tíos, tomé un ciego más para disfrutar de una chela viendo y escuchando a The Cure, cuando me encontrara más que extasiado. Sólo que la mejor opción era comprar dos caguamas y pre-copear en mi habitación, viendo alguna serie de televisión, hasta que me recogieran.
Nada de eso ocurrió: mi celular sonó como a las tres de la tarde y tuve que ir a encontrarlos al Metro Velódromo. Al escuchar el clásico chiflido que siempre han usado mis tíos para dar a conocer que ya llegaron, me percaté que habían elegido ir únicamente en el Jetta blanco de mi tío Roy.
Cuando vi sus prendas de vestir descubrí que ninguna traía de vuelta a su juventud. Lo que pensé fue que yo pude haberme puesto mi traje de vampiro, para tomarme más en serio todo el asunto de los conciertos masivos. Lástima que crecí y olvidé las coreografías de los bailes en el kínder.
Subí al Jetta y mientras intentábamos dar con el estacionamiento indicado, mis tíos me preguntaban por qué estaba espantado. A la cuarta ocasión que me cuestionaron, no dude en decirles que era por sentir emoción, e igualmente por lo raro de presenciar a The Cure con ellos y mis tías Norma y Sandra, quienes estaban a mis costados, en el asiento trasero.
  Tras dar tres vueltas por el mismo sitio, mi tío Roy terminó estacionando su carro en el deportivo que está de frente al Velódromo Olímpico Agustín Melgar. En cuanto el Viene-Viene advirtió que eran 100 pesos de cuota, mis tíos dejaron saber que hace mucho no iban a un concierto masivo: la cantidad que ambos recordaban era menos de 50 pesos. Yo no me espanté por la cantidad de dinero del estacionamiento, sino que me preocupé por el costo de la cheve.
Cruzamos la estación del Metro Velódromo. Subimos los escalones de un extenso puente peatonal donde aparecieron los revendedores, preguntando si traíamos o queríamos entradas para el concierto. Desde ahí se podía ver el Palacio de los Deportes y detrás suyo el Foro Sol a punto de convertirse en un inmenso ataúd sonoro de post punk.
Nos internamos en una calle que daba a otro puente peatonal. Los gritos de los vendedores ambulantes te hacían voltear a ver la extensa gama de playeras, tazas, llaveros, bufandas y demás objetos que inventan para generar dinero. Para ese momento mis tíos ya caminaban tomándose de las manos con mis tías, rejuveneciendo en un contacto natural, el poético estilo de canciones que escribe Robert Smith.
En cuanto los vi me arrepentí de no haber tomado ninguna chela en mi habitación. Yo caminaba solo y nadie me susurraría al oído “Close to me”, en cuanto estuviera iniciando.
Si quería dejar de ser parte de ese acto romántico de mis tíos, lo mejor hubiera sido subir a un bicitaxi, los cuales, como si ya conocieran la manera de trabajar en los conciertos masivos, esperaban a un costado del puente peatonal a los fanáticos más güevones. Hasta me imaginé a los bicitaxistas vestidos como darketos, con sus medios de trabajo pintados de negro y soltando un vapor espeluznante por la parte trasera. Se me hizo gracioso y me despejó de todo.
Caminaba observando los diferentes tipos de fanáticos que The Cure ha germinado. Al frente de nosotros iba una señora que pudo haber sido una de mis tías, la pareja perfecta de mi tío Roy; vestía de terciopelo, botas de charol que rozaban sus rodillas, y su cabello estaba explotado como el de Siouxsie Sioux. A mis costados, del lado derecho, iba un grupo de jóvenes aproximadamente de la misma edad que yo, con sus novias portando vestidos de dominatrices. Del otro lado caminaban padres de familia que, al parecer, llevaban por primera vez a sus hijos a un concierto: un pequeño como de 3 años lucía maquillado del rostro, como un Edward Scissorhands, sin aún saber el significado que dictan los decibeles de la música, tal vez creyendo que lo llevaban al Zoológico de Chapultepec.
En el otro puente peatonal que nos esperaba para subirlo y bajar ya sonaba, primero, la desconocida voz de Andrea Balency Trio. Mi tío Roy, justo en medio del puente, me señaló la playera roja de la chica que caminaba a unos cuantos pasos de nosotros. Me preguntó si conocía a The Chameleons. La verdad, nunca había visto una prenda de ellos, y le dije que sí los conocía, cuando en mi cabeza se volvían a formar los rostros deformes de algunos nuevos valedores de Chilangolandía bailando la canción “Second skin”, bajo los influjos de alguna droga psicodélica.
La chica con la playera de The Chameleons era un monumento de pies a cabeza. Tenía el cabello corto y, para combinar con su indumentaria, era un hermoso ser pelirrojo que se parecía a la actriz Rose McGowan, en Scream.
Estoy seguro de que no pesaba más de 50 kilos. Aun así, su figura hacia juego con su estatura como de 1.55 como máximo. Su trasero era hermoso con ese pantalón de mezclilla que hacía juego con sus botas tipo Dr. Martens y, también, caminaba con quienes aparentemente eran sus familiares.
Con la boca abierta y casi babeando, rebasé a la chica pelirroja y a su supuesta familia, para que, en ese mismo instante, al voltear a verla a la cara, me di cuenta de que sí, era idéntica a la actriz que llegó a ser la pareja de Marilyn Manson.
Creí dar con el prototipo de chica que debe escuchar melodías oscuras, melodías sensuales para seres pálidos. Volví a verla un par de veces más, hasta que desapareció en una de las puertas del Foro Sol.
  Subimos al palco número 1. Mi asiento asignado era el 6. Otra vez, quedé en medio de mis tías. El ambiente de los conciertos masivos hizo que hablara un poco con ellas. Conversamos de mi trabajo en una editorial independiente de arte contemporáneo y de mi fanzine literario-musical.
Puse atención a las últimas dos canciones de Andrea Balency Trio, y mis tíos volvían a ser lo que son en el presente: hablaban de los cursos que imparten por México, Sudamérica y el Caribe. Fue cuando mis tías me preguntaron el género musical de los teloneros de The Cure. Pude haberles dicho shoegaze, pero como ahora existen estilos inclasificables, opté por decirles que se trataba de canción-melodramática-popular.
Andrea Balency Trio, antes de finalizar su presentación, agradeció al público. Creo que a muchos les gusto. Me incluyó porque aplaudí. En medio de sus palabras mencionaron que Robert Smith cumplía 54 años, en el último concierto de su gira latinoamericana. Para ese momento el vendedor de cervezas se paseaba enfrente de mí: sentía que me señalaba, que me inducia para preguntarle el precio que tenían.
Elegí poner mis ojos en otra cosa, pidiéndole al aire una fotografía para la posteridad, para dejar en claro que había visto a The Cure tocar en vivo. Mi celular no era inteligente, por lo que mi tío Rodolfo se puso de pie y señaló dónde debía pararme. Sin mostrar alguna señal de felicidad, vi como tocó la pantalla de su teléfono que sí es inteligente y listo, al otro día me la envió por correo electrónico.
Fui al baño y estoy seguro de que mis tías pensaron que iba a inhalar o fumar algo. Para ellas, dedicarme a escribir y trabajar en algo relacionado al arte, estaba 100% ligado a la drogadicción.
En el interior del sanitario olía a cheve. Olía tan fuerte a orines de cebada que se me antojó aún más la única bebida alcohólica que pensaba comprar.
Tocó mi turno de desabrocharme el pantalón y sacarme la verga entre otras más que chorreaban los ritmos de las canciones que querían oír. No miento: escuchaba el característico teclado de “The walk”.
Con la mirada fija al techo, detecté que el pendejo que meaba a mi lado izquierdo apretaba de más el estómago. Salpicó mi pantalón y la playera que estrenaba de Décima Victima. El pendejo gemía. Era uno de esos fanáticos que van maquillados y vestidos como vampiros, no por convicción a la subcultura dark, sino que sólo lo hacen para llamar la atención. Seguramente pudo haber sido uno de esos tipos que venden rosas negras en el Tianguis Cultural del Chopo, o que piden cooperación voluntaria para el Periódico Machetearte.
Le reclamé con un tono de voz norteño. Varios voltearon a vernos. Le dije que no apretara tanto la panza y que orinara hacia abajo, no a la pared. El pendejo salió corriendo por sentir pena. No pensaba lavarme las manos y terminé haciéndolo por tanto asco.
  Anocheció. El público comenzó a silbar. Fingían ser una parvada de cuervos. La noche y The Cure siguen convergiendo. La luna llena lo avalaba. Era el momento indicado para que Robert Smith apareciera en el escenario. Comencé a sentir la boca seca. Tanto, que no resistí y compré la única cerveza que tenía en mente (mi tío Ricardo tenía razón, el analgésico costó 90 pesos).
Después de que el vendedor me dio la chela, y cuando ya le había entregado la cantidad exacta de dinero, me la empiné y un gordo en la fila de atrás, gritó con miedo y desesperación: “¡Está temblando!”. Pensé que había sido buena idea comprar esa bebida, porque al primer sorbo logró marearme. Sin embargo, el temblor creo que era la manera perfecta de decirle a Robert Smith “happy birthday”, en el momento exacto que lo vislumbré mordiendo su pastel de chocolate, en el backstage.
No me espanté como en otras ocasiones. Estaba relajado, ya que no había edificios alrededor. Lo único que iba y venía era una de las lámparas a la que muchos aplaudían, chiflaban o le tomaban video.
Todos vitoreaban el sismo de 5.8 grados Richter. Cosas así, pensé que suelen ocurrir en los conciertos masivos, convirtiéndose en la mejor introducción al show de unas leyendas como lo son The Cure.
Cuando el temblor se detuvo volví a darle otro inmenso trago a la cerveza: me di cuenta de que era la bebida alcohólica más pinche cara y horrible que había tomado en toda mi vida.
Pasadas las ocho y media de la noche todas las luces del Foro Sol se apagaron. The Cure salió al escenario con la canción “Open”, la que abre Wish, su noveno álbum, dándome a entender que se trataría de un concierto muy especial.
Después sonaron algunos temas más populares que hicieron que el Foro Sol fuera un inmenso teléfono inteligente. Por momentos me hizo sentir fuera de lugar.
En “Lovesong”, al ver cómo mis tíos ponían sus manos encima de las de mis tías, la luna llena me cegó. ¿Qué podría haber estado pensando? Aparte, un tumulto de gente se paró enfrente de nosotros, tapándonos la visibilidad al escenario, que de por sí se veía hecho una miniatura. No sabía que eso suele ser bastante común en las gradas de los conciertos masivos. Nuestros boletos eran de los baratos y no me imaginaba que tendría que lidiar con esas pendejadas.
Fueron veintiséis canciones las que tocaron antes del primer encore. Las fui apuntando en mi celular de 200 pesos. Pensé que habían sido demasiadas, que The Cure sólo volvería a salir una vez más. Ya están rucos, y me convencí de eso cuando interpretaron “A forest” demasiado lenta, alargando de una manera escalofriante la parte inicial de guitarra.
El encore trajo “The Kiss”, “If only tonight we could sleep” y “Fight”. Nada más esas tres canciones, afirmando que sí, es cierto, los años no pasan en balde. Fue el momento perfecto para intercambiar opiniones con mis tíos. Por naturaleza estuve de acuerdo en cuáles habían sido los mejores temas. Los dos se mostraban felices, como si volvieran a ser muy unidos y estuvieran otra vez en la habitación que compartían.
Mis tías ya lucían aburridas, observando la hora que era en sus teléfonos inteligentes, y tecleando cosas para que el concierto transcurriera más aprisa. Llegué a pensar que saldríamos antes de que finalizara el espectáculo. Mis tíos, aunque no lo quieran aceptar, son mandilones. Por eso debí haber llevado otros 100 pesos más, por si tenía que regresarme solo a mi hogar. No obstante, The Cure parece ser que tiene un poder que soporta y desvía las miradas de las esposas que nunca, en ninguna etapa de sus vidas, esa banda de post punk les hizo sentir algo.
 Con otras tres canciones (“Plainsong”, “The same deep water as you” y “Disintegration”) de mi álbum favorito que lleva el mismo nombre que el último tema, The Cure hizo el encore número 2. Fue mi momento preferido de la noche. Robert Smith jugaba con nosotros, debido a que los primeros temas del encore número 1 pertenecían al álbum Kiss me, kiss me, kiss me y, después, continuaron con el mismo método, pero trayendo de vuelta el año de 1989.
La gente se volvió a gestar frente a nosotros. Me molestó tanto que pensé en orinar en el vaso de plástico y arrojárselo a alguien. Los guardias de seguridad que estaban en esa zona no cumplían con su trabajo: un hombre y una mujer que pertenecían al contingente de vigilancia se encontraban romanceando, casi-casi tomándose de sus macanas. Otros dos de plano observaban con morbo el escote de una rubia operada.
El gordo en la fila de atrás no dejaba de gritar cosas. Era insoportable, buscaba ser el hazmerreír del concierto. Como entretenimiento previo a que saliera The Cure y momentos antes del temblor, estuve contando los hot dogs que se tragaba. Me quedé en el quinto, y sudaba las cuatro cheves que ya se había empinado.
Intenté tranquilizarme, pensando que Disintegration era el álbum más amado por el público, que por eso la gente se volvía loca y hacía todo tipo de cosas.
En el encore número 3, la mayor parte de las personas que estaban de pie, comenzaron a regresar a sus lugares. Inesperadamente sólo quedó la chica de la playera de The Chameleons que era idéntica a Rose McGowa: el ser más hermoso que había visto afuera del Foro Sol, esperando a que tal vez temblara más fuerte o saliera The Cure por última vez.
  La ovación del público vino nuevamente en cuanto The Cure apareció. Tocaron “Shake dog shake” y la Rose McGowan mexicana se emocionó, ocasionando que diera unos brincos un tanto chuscos. El gordo y su estupidez le gritaron: “¡Estás bien buena, pero quítate… vine a ver a Robert Smith!”. Enseguida se escucharon risas, silbidos, vulgaridades, seguido de “The hanging garden” que no esperaba escuchar. Comencé a temblar de nervios y apreté mis puños.
El encore número 4, el final, aportó la parte más colorida, gracias a “Lovecats” y “Why can’t I be you”. Fue el momento donde me armé de valor y fui a posarme a un costado de la chica pelirroja, en cuanto comenzaba “Close to me”.
A mí alrededor lo único que había eran parejas de novios, matrimonios y hasta amantes. El gordo seguía gritando lo que le viniera a la mente. Hasta me gritó a mí, ya estando al lado de la Rose McGowan mexicana: “¡Quítate… pinche Harry Potter!”, gracias a mis lentes de pasta y mi cabellera lacia y aún parecida a la del Capitán Spock, de Star Trek. Se volvieron a escuchar risas, otros chistes y, enseguida, reconocí la voz de mi tío Roy: “¡Vampiro del kínder… muévete a la chingada”.
La chica pelirroja volteó a verme con una sonrisa espectacular. Vencí mis nervios y con una expresión similar le respondí su gesto con otra mueca de alegría.
“Hot hot hot” dio inició y algo me preguntó. No alcancé a escuchar, le sonreí por segunda ocasión y dejé que terminara la melodía.
Me mantuve a su costado, deseando estar tocando su piel transparente, acariciando su cabellera de fuego.
Lo que me había dicho la Rose McGowan mexicana es que cuál era mi nombre, y que ella tenía una playera idéntica a la mía. Le respondí que Décima Victima era de mis agrupaciones favoritas, y que los vampiros del kínder no tenemos nombre, queriéndome hacer el interesante.
Era una casualidad que nunca iba a volverme a suceder: The Cure ya interpretaba “Boys don’t cry”, la Rose McGowan mexicana pasaba los últimos instantes del concierto a mi lado, y el pinche gordo no dejaba de gritarnos cosas.
La chica pelirroja y yo conversábamos. Al principio pensé que era interesante, aun cuando se trataba de algo superficial.
“10:15 saturday night” llegaba a su fin. Mi amargura detuvo mi deseo de hacer algo más por la Rose McGowan mexicana. Sentí que nuestro intento de conversación era un laberinto sin salida. El presente se basaba en su belleza haciendo resaltar la playera de The Chameleons, los gritos del gordo, y The Cure interpretando el soundtrack que muchos desearían fuera parte de sus vidas.
Mi reacción fue ir hasta el lugar donde estaba el gordo, increparlo, y pedirle que se callara la boca (después de cuatro horas de música).
Recordé cómo la música me fue guiando al mundo de la literatura, que comprara mi primer libro de Albert Camus. Entonces el señor Meursault entró a mi cuerpo. Le tiré una patada al gordo y desahogué todo lo que representan los conciertos masivos para mí.
Pensé que no había cometido nada grave. El gordo se puso de pie, se me vino encima, y no sé cómo fue que comenzó a caer por las escaleras después de esquivar uno de sus golpes.
La chica pelirroja, mis tíos, mis tías y la gente que disfrutaba del concierto de The Cure en esa zona, ahora se reían, pero del gordo que rodó por las escaleras del Foro Sol.
Los guardias de seguridad siguieron sin hacer su trabajo, no me dijeron nada. Ya más relajado seguí sintiéndome El extranjero, coreando “Killing an arab”, la última canción del concierto, disfrutando de esa noche en la que tembló, y desprendiéndome del estigma del vampiro infantil que fui, el cual jamás pensó estar en el mismo lugar con Robert Smith.
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