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#prensa castrista
dodypaz · 2 years
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Facebook cierra cuentas castristas y los cubanos están de fiesta
Facebook cierra cuentas castristas y los cubanos están de fiesta
“Bueno ustedes ni deberían quejarse pues llevan 63 años CENSURANDO y REPRIMIENDO la LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN CUBA”, escribió un usuario contento de la medida tomada por Facebook Tal y como dice el dicho “Al que velan no Escapa”, Facebook ha cerrado varios sitios apoyados y subvencionados por el régimen castrista de Cuba, lo que ha causado una enorme alegría entre los cubanos a través de las redes…
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adribosch-fan · 5 months
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Editorial: Libertad de Prensa, un derecho violado por el régimen cubano
Los esbirros castristas intentaron una vez más desacreditar a CubaNet. Nuestra única lealtad es hacia el pueblo cubano y su derecho a estar informado. En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, mientras el mundo celebra la valentía de los periodistas independientes y su lucha por la verdad, en Cuba se perpetúa una realidad sombría: la represión del régimen castrista contra aquellos que se…
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aldiafl · 2 years
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Organizaciones pro castristas radicadas en EEUU entregan una donación al régimen cubano y critican a Joe Biden
Organizaciones pro castristas radicadas en EEUU entregan una donación al régimen cubano y critican a Joe Biden
‘Quizás no es mucho en términos de ayuda material, pero si en términos de amor y solidaridad hacia Cuba’, dice el director de Puentes de Amor. Carlos Lazo (izq) junto a miembros de Puentes de Amor y otras organizaciones procastristas. PRENSA LATINA Representantes de Puentes de Amor, Code Pink y otras organizaciones procastristas radicadas en Estados Unidos, entregaron al régimen cubano…
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zoevaldes · 2 years
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Relato de la decadencia castrista. Pablo S. Otero en La Prensa -
Relato de la decadencia castrista. Pablo S. Otero en La Prensa –
Por Pablo S. Otero/La Prensa. Hablar o escribir sobre la Revolución cubana y Fidel Castro suele confundirse siempre con la cuestión ideológica y es utilizado para elogiar o condenar el sistema político imperante en la isla desde hace más de seis décadas. En esta investigación el autor busca, más allá de la ideología, volcar su experiencia personal en Cuba, el contacto directo con sus habitantes y…
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«¿Por qué los gringos aman a Roberto Bolaño?», Horacio Castellanos.
Me había propuesto no volver a hablar o escribir sobre Roberto Bolaño. Ha sido objeto de demasiado manoseo en los dos últimos años, sobre todo en cierta prensa estadounidense, y me dije que ya bastaba de intoxicación. Pero aquí estoy de nuevo escribiendo sobre él, como un viejo vicioso, como el alcohólico que promete que ésa es la última copa de su vida y a la mañana siguiente jura que sólo se tomará una más para salir de la resaca. Y la culpa de mi recaída la tiene mi amiga Sarah Pollack, quien me hizo llegar su agudo ensayo académico precisamente sobre la construcción del “mito Bolaño” en Estados Unidos. Sarah es profesora en la City University de Nueva York y su texto, titulado “Latin America Translated (Again): Roberto Bolaño’s The Savage Detectives in the United States”, será publicado en el próximo número de la revista trimestral Comparative Literature.
Albert Fianelli, un colega periodista italiano, parodia al doctor Goebbels y dice que cada vez que alguien le menciona la palabra “mercado” él saca la pistola. Yo no soy tan extremista, pero tampoco me creo el cuento de que el mercado sea esa deidad que se mueve a sí misma gracias a unas leyes misteriosas. El mercado tiene dueños, como todo en este infecto planeta, y son los dueños del mercado quienes deciden el mambo que se baila, se trate de vender condones baratos o novelas latinoamericanas en Estados Unidos. Lo digo porque la idea central del trabajo de Sarah es que, detrás de la construcción del mito Bolaño, no sólo hubo un operativo de marketing editorial sino también una redefinición de la imagen de la cultura y la literatura latinoamericanas que el establishment cultural estadounidense ahora le está vendiendo a su público.
No sé si sea mi mala suerte o si a otros colegas también les sucedió, pero cada vez que me encontraba en territorio estadounidense -podía ser en el bar de un aeropuerto, en una reunión social o donde fuera- y cometía la imprudencia de reconocer ante un ciudadano de ese país que soy escritor de ficciones y procedo de Latinoamérica, éste de inmediato tenía que desenvainar a García Márquez, y lo hacía además con una sonrisa de autosuficiencia, como si me estuviera diciendo “Los conozco, sé de qué van ustedes” (claro que me encontré con otros más silvestres, que alardeaban con Isabel Allende o Paulo Coelho, lo que tampoco hacía diferencia, porque se trata de versiones light y de autoayuda -aunque no muy lejanas- de García Márquez). En los tiempos que corren, sin embargo, esos mismos ciudadanos, en los mismos bares de aeropuertos o en reuniones sociales, han comenzado a desenvainar a Bolaño.
La idea clave es que durante treinta años la obra de García Márquez, con su realismo mágico, representó la farsa de la literatura latinoamericana en la imaginación del lector estadounidense. Pero como todo se desgasta y termina percudiéndose, el establishment cultural necesitaba un recambio, hizo tanteos con los muchachos de los grupos literarios llamados McOndo y Crack mejicano, pero no servían para la empresa, sobre todo porque, como explica Sarah Pollack, era muy difícil vender al lector estadounidense el mundo de los iPods y de las novelas de espías nazis y jazz como la nueva imagen de Latinoamérica y su literatura. Entonces apareció Bolaño con Los detectives salvajes y su realismo visceral.
“Que nadie sabe para quién trabaja” es una frase hecha que me gusta repetir, pero también es una realidad grosera que me ha golpeado una y otra vez en la vida. Y no sólo a mí, estoy seguro de ello. Sigamos. Los cuentos y las novelas breves de Bolaño venían siendo publicados en Estados Unidos, con esmero y tenacidad, por New Directions, una editorial independiente muy prestigiosa pero de difusión modesta, cuando de pronto, en medio de las negociaciones para la compra de Los detectives salvajes, apareció, como surgida de los cielos, la poderosa mano de los dueños de la fortuna, quienes decidieron que esta excelente novela era la obra llamada para el recambio, escrita además por un autor que había muerto hacía muy poco, lo que facilitaba los procedimientos para organizar la operación, y pagaron lo que fuera por ella. La construcción del mito precedió al gran lanzamiento de la obra. Cito a Sarah Pollack:
El genio creativo de Bolaño, su atractiva biografía, su experiencia personal en el golpe de Pinochet, la calificación de algunas de sus obras como novelas de las dictaduras del Cono Sur y su muerte en 2003 a causa de una falla hepática a sus cincuenta años de edad contribuyeron a “producir” la figura del autor para la recepción y el consumo en Estados Unidos, incluso antes de que se propagara la lectura de sus obras.
Quizá no haya sido yo el único sorprendido cuando, al abrir la edición norteamericana de Los detectives salvajes, me encontré con una foto del autor que no conocía. Es el Bolaño posadolescente, con la cabellera larga y el bigotito, la pinta de hippie o del joven contestatario de la época de los infrarrealistas, y no el Bolaño que escribió los libros que conocemos. Celebré la foto, y como soy un ingenuo, me dije que seguramente había sido un golpe de suerte para los editores conseguir una foto de la época a la que alude la mayor parte de la novela. (Ahora que los infrarrealistas han abierto su sitio web, ahí se encuentran colgadas varias de esas fotos, en las que descubro a mis cuates Pepe Peguero, Pita, el “Mac” y hasta al periodista peruano radicado en París José Rosas, de quien yo desconocía su pertenencia al grupo). No se me ocurrió pensar entonces, pues el libro apenas salía del horno y comenzaba el revuelo en los medios de Nueva York, que esa evocación nostálgica de la contracultura rebelde de los años 60 y 70 era parte de una bien afinada estrategia.
No fue casual entonces que en la mayoría de artículos sobre el perfil del autor se hiciera énfasis en los episodios de su juventud tumultuosa: su decisión de salirse de la escuela secundaria y convertirse en poeta; su odisea terrestre de Méjico a Chile, donde fue encarcelado luego del golpe de Estado; la formación del fracasado movimiento infrarrealista con el poeta Mario Santiago Papasquiaro; su existencia itinerante en Europa; sus empleos eventuales como cuidador de camping y lavaplatos; una supuesta adicción a las drogas y su súbita muerte.
Estos episodios iconoclastas eran demasiado tentadores como para que no fueran convertidos en una tragedia de proporciones míticas: he aquí alguien que vivió los ideales de su juventud hasta las últimas consecuencias. O como rezaba el titular de uno de esos artículos: ¡Descubran al Kurt Cobain de la literatura latinoamericana!
Ningún periodista estadounidense resaltó el hecho, advierte Sarah Pollack, de que Los detectives salvajes y la mayor parte de la obra en prosa de Bolaño “fueron escritos cuando éste era un sobrio y reposado hombre de familia”, durante los últimos diez años de su vida, y un excelente padre, agregaría yo, cuya mayor preocupacion eran sus hijos, y que si al final de su vida tuvo una amante, lo hizo en el más conservador estilo latinoamericano, sin atentar contra la conservación de su familia y los valores de las telenovelas. “Bolaño aparece ante el lector (estadounidense), incluso antes de que uno abra la primera página de la novela, como una mezcla entre los beats y Arthur Rimbaud, con su vida convertida ya en materia de leyenda.”
Digo yo que a Bolaño le hubiera hecho gracia saber que lo llamarían el James Dean, o el Jim Morrison, o el Jack Kerouac de la literatura mejicana. ¿Acaso no se titula la primera novelita que escribió a cuatro manos con García Porta Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce? Quizá no le hubiera hecho gracia saber los motivos ocultos por los que lo llaman así, pero ésa es harina de otro costal. Lo cierto es que Bolaño siempre fue un contestatario; nunca un subversivo, ni un revolucionario involucrado en movimientos políticos, ni tampoco un escritor maldito (como sí lo fue su mentor de aquellos primeros años, el poeta veracruzano Orlando Guillén, pero ésa es otra historia que espera ser contada), sino un contestatario, tal como lo define la Real Academia: “Que polemiza, se opone o protesta contra algo establecido”.
Fue contestatario contra el establishment literario mejicano -ya fuera representado por Juan Bañuelos u Octavio Paz- a principios de los años 70; con esa misma mentalidad contestataria, y no con una militancia política, se fue al Chile de Allende (a propósito de ese viaje, que un periodista del New York Times ha puesto en duda, he llamado a mi amigo el cineasta Manuel “Meme” Sorto a Bayonne, Francia, donde ahora vive, para preguntarle si no es cierto que Bolaño pernoctó en su casa en San Salvador cuando iba hacia Chile y también a su regreso -el mismo Bolaño lo menciona en Amuleto- y esto es lo que Meme me ha dicho: “Roberto aún venía conmocionado por el susto de haber estado en la cárcel. Se quedó en mi casa de la colonia Atlacatl y luego lo llevé a la parada del Parque Libertad a que tomara el autobús hacia Guatemala”). Y se mantuvo contestatario hasta el final de su vida, cuando ya la fortuna lo había tocado y arremetía contra las vacas sagradas de la novelística latinoamericana, en especial contra el boom, a quienes llamaba, en un email que me envió en 2002, “el rancio club privado y lleno de telarañas presidido por Vargas Llosa, García Márquez, Fuentes y otros pterodáctilos”.
Fue esa faceta contestataria de su vida la que serviría a la perfección para la construcción del mito en Estados Unidos, del mismo modo que esa faceta de la vida del Che (la del viaje en motocicleta y no la del ministro genocida del régimen castrista) es la que se utiliza para vender su mito en ese mismo mercado. La nueva imagen de lo latinoamericano no es tan nueva, pues, sino la vieja mitología del “the road-trip” que viene desde Kerouac y que ahora se ha reciclado con el rostro ojiverde de Gael García Bernal (quien también interpreta a Bolaño en el film que viene, a propósito). Con la novedad de que, para el lector estadounidense, dos mensajes complementarios, que apelan a su sensibilidad y expectativas, se desprenden de Los detectives salvajes: por un lado, la novela evoca el “idealismo juvenil” que lleva a la rebeldía y la aventura; pero, por el otro, puede ser leída como un “cuento de advertencia moral”, en el sentido de que “está muy bien ser un rebelde descarado a los diecisiete años, pero si uno no crece y no se convierte en una persona adulta, seria y asentada, las consecuencias pueden ser trágicas y patéticas”, como en el caso de Arturo Belano y Ulises Lima. Concluye Sarah Pollack: “Es como si Bolaño estuviera confirmando lo que las normas culturales de Estados Unidos promocionan como la verdad”. Y yo digo: es que así fue en el caso de nuestro insigne escritor, quien necesitó asentarse y contar con una sólida base familiar para escribir la obra que escribió.
Lo que no es culpa del autor es que los lectores estadounidenses, con su lectura de Los detectives salvajes, quieran confirmar sus peores prejuicios paternalistas hacia Latinoamérica, como la superioridad de la ética protestante del trabajo o esa dicotomía por la cual los norteamericanos se ven a sí mismos como trabajadores, maduros, responsables y honestos, mientras que a los vecinos del Sur nos ven como morenos haraganes, adolescentes, temerarios y delincuentes bandoleros. Dice Sarah Pollack que, desde ese punto de vista, Los detectives salvajes es “una muy cómoda elección para los lectores estadounidenses, pues les ofrece los placeres del salvaje y la superioridad del civilizado”. Y repito yo: nadie sabe para quién trabaja. O como escribía el poeta Roque Dalton: “Cualquiera puede hacer de los libros del joven Marx un liviano puré de berenjenas, lo difícil es conservarlos como son, es decir, como un alarmante hormiguero”.
Autor: Horacio Castellanos
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jgmail · 4 years
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La nada secreta admiración del «gallego» Fidel Castro por Francisco Franco
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César Cervera
En septiembre de 1978, el dictador Fidel Castro recibió en su palacio de La Habana, con pistola al cinto y su inconfundible traje de miliciano, al presidente Adolfo Suárez, cuya visita a Cuba inauguraba una nueva etapa entre ambos países tras la muerte de Francisco Franco. El español se había presentado durante décadas como un martillo del comunismo y de sus líderes, de ahí que la diplomacia española esperara, con su desaparición, que algunas puertas bajo la esfera soviética ahora estuvieran más receptivas a hablar. Lo que nadie había calculado en la comitiva española es que Castro dedicara parte de la rueda de prensa a elogiar a Franco por haber «resistido las presiones del imperialismo y comerciado con Cuba».
Aquel discurso –cuenta el diplomático Inocencio F. Arias en sus memorias «Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones»– sorprendió en fuera de juego a algunos medios españoles, que esperaban oír unas cuantas críticas al jefe del Estado recien fallecido. Nada extraño para los que conocían al cubano y su gusto por la provocación. El periodista Pepe Colchero, asiduo a estos viajes oficiales, recogió en su crónica que el cubano incluso dejó caer su revólver al suelo durante la visita, probablemente de forma intencionada, para impresionar a sus invitados. En la rueda de prensa se coló sin estar programado y se mostró locuaz, simpático e histriónico al hablar de la maldad de los EE.UU.
«Mi padre era hijo de un campesino de Galicia»
De regreso a casa, muchos periodistas tuvieron que recurrir a la hemeroteca para comprender por qué de aquella admiración y agradecimiento entre dictadores. Norberto Fuentes, su biógrafo, llegó a asegurar que el cubano tenía una foto del gallego en la mesita de noche de su casa familiar en Birán.
La explicación más obvia estaba en la sangre gallega que Castro portaba y nunca ocultó. Hijo natural de un emigrado gallego, Ángel Castro Argiz, y de Lina Ruz González, descendiente también de españoles, el dictador comunista mostró toda su vida cierta morriña. «Mi padre era hijo de un campesino sumamente pobre allá en Galicia. En la última guerra de independencia de Cuba, iniciada en 1895, lo enviaron como soldado del Ejército español a luchar aquí. Después de la lucha regresó a España, pero parece que le agradó Cuba porque, una vez, como tantos emigrantes, volvió acá en los primeros años del siglo [XX] para, sin un centavo y sin ninguna relación, comenzar a trabajar».
Paradójicamente, el padre de Franco, Nicolás Franco Salgado-Araújo, también gallego, fue soldado en Cuba y posteriormente Filipinas en fechas parecidas. En 1886 combatió contra una insurrección en Filipinas y se le vinculó con una mujer de buena familia, hija de otro militar, y con la que descartó casarse en última instancia. Poco faltó para que, como el de Castro, el padre de Franco se afincara definitivamente en los territorios de ultramar del maltrecho Imperio español.
Años después de la reunión con Suárez y de otros tantos encuentros con Felipe González, Fidel Castro se decidió a visitar la tierra de su padre el 28 de julio de 1992. Fidel Castro visitó Láncara, en Lugo, donde fue nombrado Hijo Adoptivo de la localidad, participó en la aldea de Armea de una comida que se prolongó durante horas y visitó la casa donde había nacido su padre. «Bien pequeñita es; por eso mi padre tuvo que emigrar», fue el breve comentario que hizo un emocionado Fidel. Entre las lecturas que le acomparon en esta visita a Galicia, estuvieron varios ejemplares de «Los Episodios Nacionales», de Benito Pérez Galdós, un regalo de Felipe González, que, según el líder cubano, le ayudaron a entender muchos de los pasajes de la historia de España y del carácter de los españoles.
En cualquier caso, los vínculos gallegos y su cariño por España jugaron un papel meramente anecdótico en el respeto de Castro a la dictadura franquista. Con su admiración, Fidel agradeció a Franco que no rompiera las relaciones comerciales con La Habana, pese a las presiones de EEUU y pese a las confiscaciones que sufrió la colonia española. El régimen mantuvo el vuelo trasatlántico de Iberia con la Isla, a los niños cubanos no les faltaron juguetes españoles y el turrón de Jijona por Navidad o los autobuses Pegaso en las carreteras... Conforme creció el comercio bilateral entre ambos países, se firmó la ampliación de los acuerdos, en 1971, que se habían iniciado en 1959. «Fue una actitud meritoria, que merece nuestro respeto e incluso merece, en ese punto, nuestro agradecimiento. No quiso ceder a la presión norteamericana. Actuó con testarudez gallega. No rompió relaciones con Cuba. Su actitud fue firmísima», resumió el dictador cubano en declaraciones recogidas por Igancio Ramonet en «Fidel Castro Biografía a dos voces».
No había quien las rompiera
Pero, ¿por qué a Franco le pareció conveniente relacionarse así con un aliado de la URSS? Por un lado, hay que tener en cuenta el aislamiento compartido que sufrían ambos países, así como la preocupación que tuvo la dictadura franquista por evitar que la Cuba revolucionaria se convirtiera, como México, en un refugio para los republicanos exiliados. Fidel Castro recibió a dirigentes comunistas españoles en La Habana, elogiando a Dolores Ibárruri, La Pasionaria, y a militares republicanos como Enrique Líster y Alberto Bayo. Se dejó querer por la otra España, si bien a la hora de la verdad se impuso la política real y la senda iniciada por Fulgencio Batista, pronto exiliado en España.
Durante el primer año de la Revolución, el embajador Juan Pablo Lojendio logró mantener las buenas relaciones diplomáticas entre ambos países y que no reconocieran al Gobierno de la Segunda República en México. Aquel triunfo aseguró una mesa donde negociar en el futuro.
En enero de 1960, Fidel Castro acusó durante un programa de la televisión pública a la Embajada de España de amparar actividades «contrarrevolucionarias» y a los conventos de religiosos españoles de ocultar armas. Ni corto ni perezoso, Juan Pablo de Lojendio acudió a los estudios de televisión para refutar en directo las acusaciones de Castro. Relata el ABC de ese 20 de enero: «...se dirigió a la emisora de televisión, penetró en la sala donde se difamaba a nuestro país, subió al estrado desde donde hablaba Fidel Castro, y ante las cámaras de la televisión expuso rotundamente su protesta, ante el estupor de los asistentes al acto y de quienes lo presenciaban a través de los receptores de televisión o lo escuchaban por la radio».
Aquel gesto costó la expulsión del embajador del país y tensó las relaciones en los siguientes años. Franco, sin embargo, insistió en la conveniencia de llevarse bien con Cuba a cualquier precio. Cuenta Marcelino Oreja en su libro «Memoria y esperanza. Relatos de una vida», que cuando Fernando María Castiella explicó a Franco los detalles del incidente el general se limitó a decir: «No romper con Cuba. Le veré esta tarde en el Consejo de Ministros». Y colgó. Fidel Castro había insultado al franquismo, pero se cuidó de no hacerlo al propio Franco.
A partir del embargo comercial de 1960, la mayoría de países de Iberoamérica y los grandes aliados europeos de EE.UU. dieron la espalda a Cuba. No así España, que, a pesar de haber recibido pocos años antes la visita y respaldo de Eisenhower, renovó sus acuerdos comerciales y se convirtió en un verso suelto en lo respectivo a sus relaciones con Cuba.
«Las relaciones con Franco no había quien las rompiera. El tabaco nuestro quien lo compraba era España; el azúcar cubano lo compraba España; el ron cubano, España; y sin embargo, realmente, nosotros lo que teníamos era una fiebre y una crítica incesante contra Franco. Y además relaciones ostensibles con comunistas españoles, Santiago Carrillo, «La Pasionaria», con todo el mundo. Algunos de los que habían estado en la Guerra Civil española y después se habían ido para Rusia vinieron,que eran militares como el general Enrique Líster o tenían experiencia, a ayudarnos a organizar las milicias y todas esas cosas. Y Franco no rompió», reconoció Fidel Castro en una de las conversaciones mencionadas con Ignacio Ramonet.
Solo durante la Crisis de los misiles, en octubre de 1962 se frenó el intercambio comercial ante las amenazadas americanas. Estados Unidos amagó con retirar las ayudas económicas a España para que abandonase su postura, pero la renegociación de las bases militares en suelo español aparcó la medida en 1963. No conformes con ello, exiliados cubanos y grupos anticastristas, pertrechados por la CIA, atacaron en varias ocasiones a buques españoles ante la pasividad de EE.UU. En septiembre de 1964, el «Sierra Aránzazu» sufrió un ataque con lanchas que dispararon 1.500 balas y causando la muerte a tres marinos y heridas a seis. Estados Unidos negó cualquier implicación y se vio obligado a escoltar a otros barcos españoles para evitar nuevos incidentes.
A la muerte de Franco, Castro decretó como agradecimiento a esta extraña solidaridad tres días de luto, aunque se encargó de que aquello pasara inadvertido para la prensa. No en vano, el redactor de la agencia EFE Francisco Rubiales fue informado del decreto castrista por el embajador de España, Enrique Suárez de Puga. El periodista cuenta en su web Votoenblanco.com que tardó en digerir la información e incluso dudó del embajador: «Estoy hablando en serio. Tengo aquí delante el decreto oficial, firmado por el presidente Oswaldo Dorticós», contestó el diplomático algo molesto.
«Regresé a mi casa y envié la noticia URGENTE a EFE, que la rebotó de inmediato por todos sus canales. Días después pude poner en pie toda la historia: Cuba decreta duelo oficial, pero quiso mantener esa comunicación en niveles privados para quedar bien con España y, al mismo tiempo, evitar un escándalo internacional. Nadie había previsto que un periodista lanzara la noticia».
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veonoticia · 6 years
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Exguardaespaldas de Fidel Castro rompe el silencio y hace impactantes revelaciones
05/05/2018
La vida de Fidel Castro y su familia ha sido uno de los secretos mejor guardados en Cuba. Su modo de vivir, su entorno y su dinámica política siempre estuvieron ocultos como secreto de Estado.
Fuente: BBC
“(Fidel) siempre supo del hambre que pasaba su pueblo y de todos sus problemas, y no hizo nada efectivo para resolverlo mientras regalaba millones de dólares a naciones del tercer mundo”, ha revelado recientemente Eduardo Martínez Rodríguez, alias e-Maro, en su libro Yo fui guardaespaldas de Fidel Castro y su familia, disponible para su lectura gratuita en Freeditorial.com/es.
“La mejor excusa para su estilo de vida siempre se la propiciaron los propios estadunidenses con el embargo. Con eso Castro justificaba todos los problemas económicos y las carencias, su mal manejo de la economía y sus altísimos gastos en defensa y propaganda socialista”, comentó el exescolta del dictador cubano que llevó las riendas del país con absolutismo por 50 años.
Martínez Rodríguez estuvo, durante 11 años (1980-1991), encargado de proteger la integridad de los familiares de la dictadura castrista. Las anécdotas de esa vivencia tan cercana al poder –contraria y distante de la vida de los cubanos– hicieron que e-Maro escribiera en primera persona ese relato.
Licenciado de Historia en la Universidad de La Habana y escritor independiente sin filiación política, muy conocido en círculos disidentes internos y represivos, pero desconocido por el gran público, responde a nuestras preguntas desde La Habana a través del correo electrónico.
–Su libro se basa fundamentalmente en la era en la que usted trabajó como guardaespaldas de Fidel y su familia, pero también hace análisis de años posteriores. ¿Por qué tardó tanto en publicarlo?
El libro original fue escrito durante mi trabajo como escolta. Posteriormente en los años 90 pasé el manuscrito a mi primera computadora, pero intenté no alterar nada, solo agregué algunos detalles que, me parecía, podrían ilustrar más al lector sobre lo sucedido entonces. Hubiera sido un suicidio intentar publicarlo antes. Ahora tuve la oportunidad de sacarlo satisfactoria y discretamente del país, así hoy está disponible para todo el planeta en Freeditorial sin que ninguno de los represores pueda hacer nada para evitarlo. Nadie supo nunca sobre este libro, ni siquiera mis colegas y amigos, pues de otra forma hubiese desaparecido el libro y probablemente su autor.
–¿Alguna vez pudo hablar directamente con Fidel?
Para nada. Los escoltas se suponen que sean invisibles, se identifican por nunca hablar o mirar al protegido. Para poder hablar con él se necesitaría un permiso del alto mando, o que su persona se dirija directamente hacia alguno de nosotros, cosa que nunca pasaba. Él solo se dirigía al jefe de la Escolta.
–La propaganda oficial ha mostrado a un Fidel combativo, diferente al que usted relata en su libro, en el que explica que él “nunca se había acercado a menos de 60 km de los lugares calientes (Playa Girón, Sierra Maestra). Nunca estuvo al frente de los combates, siempre dando órdenes desde posiciones seguras”. ¿Era un cobarde?
No creo que haya sido una persona cobarde, pero sí común. Nada especial como lo mitifican los medios e interesados en la imagen. Puso en peligro a su país sin el menor reparo, e incluso al planeta, como en la crisis (de los misiles) de octubre de 1962, por puro obstinamiento político y megalomanía. Nunca aceptaba críticas y no permitía que se levantara la más leve voz políticamente discordante en su entorno.
–La realidad sobre la opulencia del Gobierno, que usted describe en su libro, ¿era un secreto de Estado o los ciudadanos comunes tenían una idea sobre ello?
Su vida personal (la de Fidel), así como la de todos lo demás dirigentes de alto nivel, era un absoluto secreto de Estado, aludiendo a seguridad personal y familiar, y así se trataba. Recuerde que en Cuba todos los medios informativos son propiedad del Estado, no hay alternativas reales dentro de la isla. Los escoltas en aquel entonces gozábamos de privilegios y regalos materiales y nos considerábamos algo así como clase media alta. El pueblo escuchaba rumores sobre el acomodamiento de los políticos, pero jamás obtenía algo de realidad que confirmara los hechos. Los numerosos casos de corrupción de alto nivel casi nunca llegaban a la prensa que más bien los encubría. Aún lo siguen haciendo.
–¿Por qué no intentó irse del país o dejar el trabajo si rechazaba lo que veía?
En aquel momento yo era una víctima más del imperante sistema de propaganda oficial, un producto del sistema político, aunque ya comenzaba a tener mis opiniones que cuestionaban la reinante hipocresía en las alturas directivas. El trabajo me gustaba por lo aventurero y privilegiado. Yo era el secretario ideológico de un núcleo del Partido Comunista e impartía clases en los grupos de estudio a los demás. Nunca se me ocurrió salir del país. La Contrainteligencia no me lo hubiera permitido.
–La crítica que usted hace en su relato, ¿era un sentimiento común dentro del anillo de seguridad de Fidel?
Yo en ese tema estaba mucho más avanzado que mis colegas, en los que no predominaba la intelectualidad o el cuestionamiento de algo que se nos vendía como bueno, aunque muchos sí comentaban, aun a riesgo de generarse graves problemas, sobre la corrupción y la opulencia que notaban, así como sobre todos los problemas de desorden y relajo que llegaban hasta nuestros oídos o podíamos presenciar.
–Al final de su libro, usted relata que Fidel lo despidió. ¿Por qué?
Ese año se produjo en el Ministerio del Interior una purga al estilo estalinista, que dejó desempleados a más de 500 oficiales que fueron sustituidos por otros del Ejército mucho menos capacitados. Ya me había hecho notable por cuestionar órdenes y disposiciones. Fueron miles los afectados, al desmovilizarme también renuncié a la membresía del Partido Comunista de Cuba (partido oficialista y el único permitido en la isla).
–¿Qué hizo a partir de 1991 para ganarse la vida?
Laboré en una empresa de ómnibus urbanos en La Habana. Después, por gestión propia, y debido a que hablo varios idiomas, en especial el inglés, me contrataron desde 1993 para trabajar como guía de turistas hasta 2011. Desde esa fecha hasta el 2017 fui taxista independiente. Ahora sobrevivo apenas como mensajero de farmacia. No puedo optar a ninguna plaza mejor remunerada y mucho menos por cargos de jefatura al estar en la lista negra de la disidencia.
–¿Haber sido destituido le trajo problemas para reinsertarse en la vida civil?
Por supuesto. Nadie quiere a un “seguroso” (agente de seguridad) cerca de su puesto de trabajo porque siempre puede ser un informante. Mis empleos posteriores fueron gestiones propias, sin referir nunca dónde había laborado antes. Cuando te expulsan de un cuerpo militar existen muchas restricciones para ulteriores empleos, no te puedes mezclar con extranjeros, aunque paguen bien. Los mandos jamás ayudan a nadie a reencausar su vida hacia lo civil. No es su problema.
–¿Ha considerado formar parte, activamente, de la disidencia?
Conocí a muchos líderes y miembros de la resistencia con los cuales colaboré hasta el 2013 cuando las actividades decayeron, pero creo que mis diligencias literarias son de mayor alcance que si participara en la infantería de la resistencia. En Freeditorial tienen otros 23 libros de mi autoría publicados, algunos de ellos con decenas de miles de descargas gratuitas. Todos hablan sobre la situación de la Cuba de hoy, muchas novelas sobre la realidad cubana actual, ensayos y cuentos.
–¿Cómo ha hecho para sortear la censura literaria en La Habana?
A pesar de mis intentos, ninguna editorial –todas son propiedad del Gobierno– ha aceptado mis trabajos por razones obvias. Desde la llegada a la isla de internet comencé a exportar mis trabajos. Colaboro asiduamente con la revista Primavera Digital de Cuba y Cubanet, donde se publican varios de mis artículos semanales. Con la aparición de Freeditorial en 2016, presenté un libro en el concurso que se mantuvo en el número uno por las descargas, desde mediados de mayo hasta mediados de diciembre, casi ininterrumpidamente.
–¿Ha recibido algún “castigo” por plasmar en papel sus ideas?
Perdí mi lucrativo trabajo como guía de turistas en el 2011 por presiones de la contrainteligencia. Perdí a mi familia cuando mi esposa no pudo soportar más la presión del terror y me presentó el ultimátum: “tu familia o tu literatura”, pero yo no iba a dejar de escribir jamás. Ella junto a nuestros hijos lograron escapar hacia Ecuador, donde residen. Los represores me han presionado repetidamente para que colabore con ellos, o deje de escribir, pero hace algún tiempo han dejado de molestarme.
–¿Ha temido que puedan atentar contra su vida por lo que escribe?
En esta isla, bajo este régimen, cualquier cosa puede suceder. No debemos olvidar los casos de apariciones súbitas de raras enfermedades letales o accidentes controversiales, como los de Laura Poyán, Oswaldo Payá Sardiñas y Darsi Ferrer, nadie está a salvo en ningún lugar de esta mafia veterana.
–Al leer su libro es imposible extrapolar aspectos que han vivido los cubanos en seis décadas, a los que padecemos actualmente los venezolanos: escasez, cortes de electricidad, propaganda política. Si pudiera darles un consejo a los venezolanos, sobre cómo lidiar con regímenes autoritarios, ¿qué les diría?
No dejarse engañar por campañas populacheras y discursos altisonantes, en los que los actores despotrican y prometen mientras las cifras reales indican otra cosa. Solo tendrían que observar a los últimos 60 años en Cuba, donde solamente hemos logrado destruir a la nación cuando pudimos haber hecho algo positivo de ella. El sistema de los Castro, al que ahora (Nicolás) Maduro desea imitar, ha hecho huir a más de un tercio de la población, y no han escapado más porque no han podido.
–El llamado periodo especial (1991-1994) fue muy grave para los cubanos. ¿Cómo el petróleo venezolano ayudó a Cuba?
(Hugo) Chávez salvó la vida del régimen con la tubería de petrodólares (en 2008 se enviaba un aproximado de 115.000 barriles diarios) con el que se sustituyó al crudo que venía de la desaparecida URSS, pero nada mejoró en la mesa y la vida del cubano de a pie, más bien ha empeorado recientemente, mientras nadie conoce a dónde va a parar todo ese dinero que ingresa en las arcas del Estado, si es que al final llega al país.
–¿Cuál es la opinión de los cubanos sobre Chávez?
Chávez fue un militar que intentó llevar a su patria a la fuerza por el camino que a él le parecía mejor para su pueblo, un camino copiado del cubano, y nuestro ejemplo dista mucho de ser ejemplar. Maduro es más de lo mismo, otro gorila que se encarama en las tribunas a gritar y despotricar, mientras más alto habla, más comunista. Es tonto. Los cubanos no queremos más miserias y todos conocemos las causas. Ojalá Venezuela no caiga en el mismo error.
–A pesar de la censura, la era digital ha abierto oportunidades para los cubanos. Una prueba de ello es esta comunicación que estamos realizando. ¿Cree que el régimen cubano siga teniendo el control de la población? ¿Podría internet ayudar a generar un cambio político?
Mi caso es exactamente la prueba del potencial de internet para llevar la verdad al universo, para que los dictadores pierdan esa gran herramienta que es el control de la información para manipular a las masas cautivas de sus medios informativos y propagandísticos. Trae la posibilidad de que una sola persona desde su rincón en el planeta pueda desafiar a todo un monstruoso, irrespetuoso y cruel aparato de represión y conformación de la realidad sin que puedan hacer mucho para evitarlo. Internet es el futuro y la actualidad. Pronto será nuestra vía universal de comunicaciones totalmente libres.
–Miguel Díaz-Canel fue nombrado nuevo gobernante de Cuba, sin sorpresas, pero es el primero que no se apellida Castro en seis décadas. ¿Cree que pueda haber avances hacia una transición democrática bajo su gobierno?
El mejor ejemplo de que el Estado está cambiando (más bien se está desmoronando) es mi ejemplo. Años atrás no hubiera sobrevivido horas en la calle y se hubiera generado un gran escándalo por las revelaciones del libro. Hasta hoy, casi a un mes de la salida del libro, no me han molestado. Carlos Lage casi llega a ser nombrado presidente, hace tan solo unos años atrás. ¿Qué habría sucedido si tan solo la Contrainteligencia hubiera demorado un poco en descubrir su (supuesto) caso de corrupción, junto al ministro de Exteriores de entonces? Díaz-Canel no es de la estirpe de los Castro, ni se crió dentro de una concha dorada a donde no llega el vulgo. Estudió ingeniería en la Universidad Central y pasó hambre como todos, subió su camino a fuerza de cuidados e imágenes humildes como la de Lage. Habrá que ver cómo se comporta cuando deje de sentir el aliento de los Castro en su nuca. Hasta hoy es la única forma real de que esto comience a cambiar, pero para bien, no para atrás como de costumbre, reseña BBC Mundo.
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dodypaz · 3 years
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Mientras el pueblo cubano no tiene que comer, Granma se preocupa por desabastecimientos en supermercados en USA
Mientras el pueblo cubano no tiene que comer, Granma se preocupa por desabastecimientos en supermercados en USA
“La diferencia es que la crisis de la economía cubana no es un problema de la pandemia de la COVID-19, el problema cubano viene hace 63 años desde que Fidel Castro llego al poder y elimino una de las economías más prospera de la América Latina” Mientras el pueblo cubano atraviesa una de las peores crisis económicas, Granma muestra hoy en un artículo con un doble sentido llamado ¿Estantes vacíos…
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adribosch-fan · 5 years
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DISCRIMINACION SOLAPADA CONTRA EL PUEBLO DE ADENTRO Y DE ABAJO - VIDEO
DISCRIMINACION SOLAPADA CONTRA EL PUEBLO DE ADENTRO Y DE ABAJO – VIDEO
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  Agustin Valentin Lopez Canino Cuba vista desde adentro, la verdad de los barrios que las cámaras de la prensa oficialista no recoge con sus lentes, como estos barrios que presente el video existen cientos en Cuba
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aldiafl · 2 years
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Prensa castrista confirma que bebé abandonada en Alquízar se encuentra “con todos los parámetros normales”
Prensa castrista confirma que bebé abandonada en Alquízar se encuentra “con todos los parámetros normales”
Según la prensa oficialista, la recién nacida abandonada en Alquízar se encuentra “con todos los parámetros normales” Actualmente la bebé tiene un peso de 2.508 gramos. Foto: Composición CPEM / Facebook Luego que a inicios de semana vecinos de Alquízar, en la provincia de Artemisa, encontraran a una recién nacida abandonada en plena calle, la prensa oficialista en la localidad reveló que la…
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zoevaldes · 3 years
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Kathleen Depoorter, Diputada General belga se pronuncia contra el régimen castrista y a favor de la libertad -
Kathleen Depoorter, Diputada General belga se pronuncia contra el régimen castrista y a favor de la libertad –
Por Redacción ZoePost. La Asociación BelgoCuba Cubanos Libres de Bélgica y su líder Léo Juvier-Hendrickx envían esta información. «BelgoCuba: Cubanos Libres de Bélgica agradece la valentía de la diputada federal Belga del partido NVA, Nueva Alianza Flamenca,  Kathleen por escribir una carta abierta a la prensa Europea en defensa del pueblo cubano y a favor de nuestra libertad! Nos sentimos por…
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aunqueudselocrea · 4 years
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ISRAEL ASESINÓ A JOHN F. KENNEDY ?
Jfk dijo que habia una elite que se infiltro globalmente y ese discurso causo su asesinato...y si no investigaron la elite correcta ?
Por Said Alami
Recientemente se conmemoró el 50 aniversario del asesinato del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, un 22 de noviembre de 1963 en la ciudad de Dallas, en Texas. No vamos a entrar aquí a explicar como fue perpetrado aquel magnicidio, sólo me limitaré a arrojar luz al más que hipotético papel de los Servicios […]
Recientemente se conmemoró el 50 aniversario del asesinato del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, un 22 de noviembre de 1963 en la ciudad de Dallas, en Texas. No vamos a entrar aquí a explicar como fue perpetrado aquel magnicidio, sólo me limitaré a arrojar luz al más que hipotético papel de los Servicios Secretos exteriores de Israel, el Mossad, en aquel magnicidio, que de hecho no benefició a nadie en este mundo tanto como benefició a Israel. Sin embargo, la prensa estadounidense de la época procuró ignorar estos hechos, y por consiguiente la inmensa mayoría de los medios de comunicación occidentales hicieron lo mismo.
Roza lo increíble que medio siglo después sigue sin aclararse por las autoridades estadounidenses el más importante magnicidio de su historia. Al parecer tampoco le interesó al FBI y a la CIA, ampliamente infiltrados por el Mossad, resolver este caso. Lo de la infiltración del Mossad en el FBI y la CIA ha sido reiteradas veces demostrada en los repetidos casos de espionaje israelí contra Estados Unidos descubiertos en los últimos decenios y archivados misteriosamente, sin más consecuencias, como fue el sonado caso de espionaje a favor de Israel protagonizado por el ciudadano estadounidense-israelí, Jonathan Jay Pollard, alto funcionario de la Administración americana. Numerosos oficiales y funcionarios de ambos cuerpos de Seguridad e Inteligencia estadounidenses son, además de ciudadanos estadounidenses, judíos nacionalizados israelíes y en muchos casos con años de residencia en Israel.
Teorías sobre el magnicidio
Son numerosas las teorías sobre el asesinato de Kennedy difundidas ampliamente por los medios de comunicación americanos tras el magnicidio. Una de las más importantes es la referente a la conspiración de la CIA para asesinar al presidente. Sin embargo, esta teoría conduce en realidad a acusar a Israel, pues la Agencia Central de Inteligencia está desde siempre fuertemente infiltrada por el Mossad israelí.
Esta teoría se basa en la honda enemistad hacía JFK que reinaba en la CIA en 1963 a causa de la negativa de Kennedy a apoyar militarmente a esta agencia en la invasión de la Bahía de Cochinos, que fracasó estrepitosamente, lo que reforzó sobremanera a la revolución castrista en Cuba. Kennedy estaba harto de los desmanes de la CIA y le dijo a su colaborador, Clark Cliford, al poco tiempo del fracaso en Bahía de Cochinos «quiero desmantelar en mil pedazos a la CIA y moverlos a los cuatro vientos». Israel, mediante sus hombres en la CIA, estaba al tanto de estas relaciones de máxima tensión entre Kennedy y la Agencia.
Otra teoría es la que implica el crimen organizado como responsable del asesinato de Kennedy, porque este había declarado la guerra a la mafia. Veremos más adelante cómo muchas de las principales cabezas del hampa estadounidenses eran judíos fuertemente ligados a Israel y al sionismo.
Por que asesinó Israel a Kennedy
Documentos desclasificados en los últimos años tanto en Israel como en Estados Unidos revelan con datos concretos lo que ya era conocido a grosso modo aquél fatídico día del 22 de noviembre del 1963: La fuerte tensión existente entonces entre el presidente Kennedy y el entonces primer ministro de Israel, David Ben Gurión, acerca de la insistencia de Kennedy en la necesidad de que Israel permita que científicos estadounidenses inspeccionen periódicamente la entonces recién construida planta nuclear de Dimona, en el desierto de Néguev, obra realizada por Francia.
Todo empezó cuando en 1960 la Administración del presidente saliente de Estados Unidos, Eisenhower (que en la guerra de Suez de 1956 había exigido a Gran Bretaña, Francia e Israel detener inmediatamente su ataque tripartito contra Egipto) pidió a Ben Gurión explicaciones acerca de una misteriosa construcción cerca de Dimona, en medio del desierto. Los israelíes contestaron que se trataba de una planta textil e inofensiva. Sin embargo la CIA siguió indagando y obtuvo fotografías de las instalaciones de Dimona que fueron clasificadas como «top secret» pero poco después The New York Times las publicó en portada.
Cuando el presidente Kennedy tomó posesión de su cargo, el 20 de enero 1961, la cuestión de Dimona se había convertido en una auténtica bomba de relojería en las relaciones entre Tel Aviv y Washington. La Administración Kennedy mantenía sus exigencias en torno a Dimona, lo que Israel rehuía alegando entonces que lo de Dimona es una planta nuclear pero que tenía fines pacíficos. Washington, como forma de presionar a Israel, se negó a invitar a Ben Gurión a visitar la Casa Blanca.
Para rebajar algo la tensión y poder obtener una entrevista con Kennedy, Ben Gurión aceptó permitir una visita de inspección de científicos americanos a la planta de Dimona, visita que se realizó el 20 de mayo 1961. Las autoridades americanas seleccionaron para esa misión a dos científicos, Ulysses Staebler y Jess Croach quienes llegaron a Israel tres días antes de visitar Dimona. Ambos certificaron en Washington, en un informe, que la planta nuclear israelí tenía fines pacíficos.
Ese informe hizo posible la celebración de una entrevista entre Kennedy y Ben Gurion el día 30 de mayo 1961, en el hotel Waldorf Astoria, de Nueva York, que fue dominada por el «affaire» Dimona pero transcurriendo en un ambiente tranquilo. La confrontación se había dejado para más adelante.
Ben Gurion, consciente de que Israel era entonces un estado débil y económicamente dependiente de las donaciones de poderosas familias judías y organizaciones sionistas en el exterior, especialmente en Estados Unidos, temía las posibles sanciones económicas estadounidenses contra Israel, que hubieran supuesto una catástrofe para el estado recientemente implantado. Así las cosas, el mandatario israelí se limitaba a dar largas a las nuevas demandas de Kennedy de establecer visitas de inspección periódica de científicos americanos a Dimona, con lo que el zorro israelí estuvo «mareando la perdiz» a lo largo de los dos años transcurridos desde aquella entrevista.
Finalmente Kennedy se hartó y dirigió una carta personal a Ben Gurion, el 18 de mayo de 1963, que contenía claras amenazas de aislar internacionalmente a Israel en el caso de que no le sea permitido a un equipo de científicos americanos inspeccionar Dimona. En vez de contestar a aquella carta, lo que hizo Ben Gurión fue dimitir súbitamente de su cargo.
«Algunas cartas intercambiadas entre JFK y Ben Gurión siguen siendo clasificadas. Ni siquiera altos cargos de la Inteligencia estadounidense, dotados de especiales facultades en materia de seguridad, les es permitido el acceso a estos documentos potencialmente explosivos». (Final Judgment, The Missing Link in the JFK Assassination Controversy, Michael Collins Piper)
Una nueva carta de Kennedy fue entregada a Levi Eshkol a los 10 días de haber tomado posesión de su cargo como primer ministro de Israel, el 5 de julio 1961. Desde aquel mensaje contundente enviado por el presidente Eisenhower a Ben Gurión en plena guerra de Suez (1956), Israel no había vuelto a recibir una carta tan desafiante procedente de Washington como aquella carta de Kennedy a Eshkol. El presidente americano advertía a Israel que el compromiso estadounidense a favor de Israel podría verse seriamente dañado si Tel Aviv no deja que Estados Unidos tenga «información fiable» sobre la actividad nuclear israelí. En la carta, Kennedy especificaba con detalle cómo debían llevarse a cabo las inspecciones periódicas estadounidenses en la planta nuclear de Dimona. En realidad Levi Eshkol veía en aquella carta un claro utlimátum.
¿Cinco primeros ministros de Israel implicados?
No se sabe a ciencia cierta cual de aquellos dos primeros ministros, Ben Gurión o Eshkol, el que había tomado la decisión de asesinar a Kennedy, pues ambos tenían un pasado de terroristas consumados. Ben Gurión era el promotor y fundador del grupo judío armado Hashomer, en Palestina en 1909, además de haber sido miembro de la Legión Judía del Ejército británico en la Primera Guerra Mundial. Eshkol no era menos, pues fue uno de los cabecillas de la organización terrorista Haganah, cuyo origen era precisamente Hashomer. Cualquiera de estos dos criminales, reclamados en los años 30 y 40 por sus múltiples asesinatos y atentados por la policía británica en Palestina y en el resto del mundo, y elevados posteriormente al cargo de primeros ministros, podía haber sido el que ideó el asesinato de Kennedy, aunque el que lo puso en práctica fuera Eshkol.
Un tercer terrorista y «futuro» primer ministro de Israel, Yitzhak Shamir, tomó parte en la conspiración para asesinar a Kennedy. Durante el mandato británico en Palestina, Shamir era miembro del grupo terrorista judío, Irgun, ingresando más tarde en Lehi, otra organización terrorista judía en Palestina.
Cuando Eshkol tomó posesión de su cargo de primer ministro, Shamir era jefe del comando de asesinatos del Mossad, donde sirvió desde 1955 a 1965, período en el que residía la mayor parte del tiempo en París, donde se ubicaba la oficina europea del Mossad. Shamir se dedicaba en el Mossad, entre otras cosas, a ejecutar la llamada Operación Damocles, en la que fueron asesinados varios científicos alemanes que se habían trasladado a Egipto tras la revolución de los Oficiales Libres en Egipto, en 1952, y la llegada al poder de Nasser.
Un ex-alto oficial de los Servicios Secretos franceses acusó a Shamir de haber contactado en persona con los futuros organizadores y ejecutores del asesinato de Kennedy.
Un cuarto terrorista y «futuro» primer ministro de Israel, Menachem Begin, reclamado a su vez por la justicia británica durante el mandato británico en Palestina, participó también, en 1963, en la conspiración para asesinar a Kennedy. Begin había militado en la organización terrorista Irgun hasta convertirse, en 1943, en su líder. Ha sido él quien ordenó la matanza del hotel Rey David, en Jerusalén, en 1946, en la que fueron asesinadas 91 personas. Dos años más tarde 132 terroristas de Irgun, comandados por el propio Begin, perpetraron la famosa matanza de Deir Yasin, en la que fueron asesinados dos centenares de aldeanos palestinos, incluidos mujeres y niños.
Quedó probado, gracias a declaraciones de testigos y documentos desclasificados, que semanas antes del magnicidio en Dallas, Begin mantuvo conversaciones con Micky Cohen, el hombre de confianza en la Costa Oeste de EEUU de la figura más importante del crimen organizado de Estados Unidos, el judío Meyer Lansky, personaje central en la conspiración contra la vida de Kennedy, como veremos más adelante. Cohen, fue quien reclutó al judío Jack Ruby -perteneciente a su vez al sindicato del crimen de Lansky- para que asesine a Lee Harvey Oswald, acusado de ser el autor material del asesinato de Kennedy. Según el libro de Collins Piper, Miky Cohen colaboró estrechamente con Menachem Begin en las semanas anteriores al magnicidio.
Un quinto futuro primero ministro de Israel, Yitzhak Rabin, se encontraba en Dallas el día del asesinato de Kennedy, tal como reconoce la viuda de Rabin, Leah Rabin, en la biografía que escribió sobre su marido tras su asesinato. ¿Se trataría de una gigantesca casualidad? No sería tal casualidad si tomamos en cuenta que Rabin trabajaba entonces precisamente en el Mossad.
No sólo esto, sino que Rabin puede haber sido uno de los «periodistas israelíes» que entrevistaron a Jack Ruby, el asesino de Lee Harvey Oswald, 2 días después de que este hubiera sido detenido y acusado de matar a Kennedy. ¿Qué hacían unos periodistas israelíes entrevistando a Ruby en el cuartel general de la policía de Dalllas el día anterior al asesinato de Oswald? ¿Eran aquellos periodistas de verdad y por qué se entrevistaban con Ruby en el cuartel de la policía y no en otro sitio? (Final Judgment, The Missing Link in the JFK Assassination Controversy, Michael Collins Piper)
Vanunu y Collins Piper, entre otros
En realidad, la teoría de que Israel estaba detrás del asesinato de JFK, ni es nueva ni es extraña, pero nunca fue tomada en serio ni por las autoridades de Washington ni por los medios de comunicación americanos, dos ámbitos estos controlados por el sionismo y por Israel mediante un formidable lobby político-financiero judío que los tiene sometidos.
Un ejemplo de ello es el disidente israelí, Mordechai Vanunu, que durante 10 años trabajó como técnico en la planta nuclear de Dimona y que en 1986 reveló al londinense The Sunday Times el programa secreto israelí de producción de armas atómicas. Vanunu desveló entonces que Israel tenía ya en su poder unos 200 artefactos nucleares, además de un indeterminado número de bombas de hidrógeno y otras de neutrones. Acusado de desvelar secretos que afectan a la seguridad nacional, Vanunu fue encarcelado en Israel a lo largo de 18 años, 11 de los cuales pasó en una celda de aislamiento.
Pues bien, Vanunu aseguró, en una entrevista con Al Wasat, suplemento semanal del diario Al Hayat, que se edita en Londres, publicada el 25 de julio 2004, que había «indicios casi ciertos» de que Israel estuvo envuelto en el asesinato de Kennedy, con el objetivo de poner fin a las presiones que Kennedy ejercía para lograr que EEUU inspeccione periódicamente la planta nuclear de Dimona. Sus declaraciones dieron la vuelta al mundo, siendo noticia de primera página y de amplios comentarios y artículos, salvo en Estados Unidos, donde el silencio mediático acerca del papel israelí en este magnicidio seguía siendo sepulcral.
En este contexto hay que señalar, entre otros, al libro del afamado periodista e investigador estadounidense, Michael Collins Piper, titulado «Final Judgment, The Missing Link in the JFK Assassination Controversy» editado en 1995 por Wolfe Press. Se trata de un libro que fue denunciado y criticado de modo histérico por parte de los defensores de la siempre falsa imagen de Israel en Occidente, acusando a su autor de ser antisemita, una acusación esta con la que Israel y el sionismo internacional pretende acallar a cualquier voz que denuncia en Occidente sus incontables crímenes perpetrados por los cinco continentes.
Collins Piper dice, refriéndose a como se le ocurrió escribir esta obra, que leyendo el libro «Coup d´Etat in America» de A.J. Weberman y Michael Canfield, editado en 1975, que versa sobre el asesinato de Kennedy, le llamó la atención poderosamente un párrafo, en la página 41 de ese libro, que dice así: «tras el asesinato de Kennedy, un informante de los Servicios Secretos y del FBI, quien se había infiltrado en un grupo de exiliados cubanos anticastristas, a quienes intentaba vender metralletas, informó de que el 21 de noviembre 1963 (un día antes del magnicidio) que personas de ese grupo le dijeron: «ahora tenemos mucho dinero, nuestros nuevos aliados serán los judíos, en cuanto hayan despachado a JFK». Este informante había administrado fiables informaciones en el pasado».
Algunos defensores de Israel en la prensa estadounidense de entonces intentaron desviar la atención para que no sea salpicado por esta referencia a «los judíos» en el mencionado párrafo de Coup d´Etat in América, alegando que a quien se refiere en realidad es a mafiosos judíos como el gángster Meyer Lansky quien antes del triunfo de la revolución castrista dominaban el negocio del juego y de los casinos en Cuba. El diario israelí Maariv publicó un artículo sobre Lansky en abril de 2013 en el que le describía a Lansky como «el gángster judío más grande de la historia» (Elder of Ziyon, 18 abril 2013). Según Maariv, Lansky pagó millones de dólares en apoyo a la creación del Estado de Israel.
Collins Piper siguió investigando en esta dirección llegando a la conclusión, mediante numerosos datos hallados en libros sobre la vida de Lansky y otros documentos, que ese gángster era en realidad el rey del hampa en la Cuba precastrista y en California. Por otro lado, numerosos libros, documentos e investigaciones periodísticas aparecidos sobre el magnicidio señalaban a mafiosos destacados como presuntos implicados en la conspiración para asesinar a Kennedy. Todos aquellos nombres no eran más que hombres de Lansky. Sin embargo, la mayoría de los medios de comunicación seguían ignorando el papel angular de Lansky en la conspiración.
Otra conclusión crucial a la que llegó Collins Piper en sus investigaciones es la existencia de estrechas relaciones de Lansky con Israel. De hecho este mafioso huyó a Israel cuando el ambiente estaba muy caldeado en Estados Unidos tras el magnicidio. En la década de los 70 Lansky solicitó refugio en Israel amparándose, en su condición de judío, en la ley israelí llamada Ley del Retorno, pero la gran presión ejercida por Washington impidió que Israel le acoja llegando a extraditarle a Estados Unidos donde tenía que comparecer ante los tribunales por varios delitos, ninguno de ellos era relacionado con su implicación en el asesinato de Kennedy. ¿Hubo entonces un pacto entre las autoridades israelíes y estadounidenses para que Lansky sea devuelto a Estados Unidos a cambio de ignorar su papel en el magnicidio? Semejante acuerdo es más que probable si tomamos en cuenta que las relaciones entre Tel Aviv y Washington eran excelentes en los años 70 y que el lobby judío-sionista en Washington era ya poderoso.
Permindex Connection
El autor de (The Final Judgment) dice: «Comprender las fuerzas que hay detrás de Permindex es comprender la respuesta al misterio más grande del sglo XX: la pregunta de quién asesinó a John F. Kennedy.»
Permindex, también conocida por Permanent Industrial Exposition, es una organización comercial internacional con cuartel general en la ciudad suiza de Basilea, cuna del Movimiento Sionista Internacional que celebró su conferencia fundacional en aquella ciudad en 1898. Permindex, según muchos especialistas en Servicios Secretos, no es más que una organización pantalla de la CIA estadounidense, que ha sido señalada con el dedo acusador de más de un investigador del asesinato de JFK. Esta organización fachada está fuertemente infiltrada, como veremos más adelante, por el Mossad israelí y es el «eslabón perdido» que conecta a Israel directamente no sólo con el magnicidio perpetrado aquel 22 de noviembre de 1963 en Kansas City sino también con procurar mantener indefinidamente en el misterio al más importante asesinato del pasado siglo.
Los personajes centrales de Permindex en 1963 y años inmediatamente anteriores tenían fuertes lazos no sólo con Meyer Lansky sino con el propio Mossad.
Ejemplo de ello allí estaba Clay Shaw, director de The International Trade Mart, en Nueva Orleans. El 1 de marzo de 1967 fue arrestado por orden del Fiscal General de esa ciudad, Jim Garrison. Garrison le acusó formalmente de conspirar para asesinar a Kennedy. Las investigaciones posteriores condujeron a descubrir fuertes lazos entre Shaw y Lee Harvy Oswald (único acusado de haber disparado contra Kennedy), el Mossad israelí, Permindex y el Sindicato del Crimen de Meyer Lansky. Declaraciones de testigos, ex-agentes y ex-directores de la CIA confirmaron, junto a pruebas contundentes, la participación de Shaw en la conspiración de matar a Kennedy. Misteriosamente, el jurado tardó tan sólo una hora en declarar inocente a Shaw, el 1 de marzo de 1969.
Otro de los personajes de la trama Kennedy ha sido uno de los jefazos de Permindex, el judío Louis M. Bloomfield, con base en Montreal (Canadá) quien había trabajado para la CIA durante años y representaba los intereses de la poderosa familia judía estadounidense, Bronfman. Esta familia no funcionaba entonces sólo como uno de los principales avales internacionales del estado de Israel sino que también era a lo largo de mucho tiempo una de los principales componentes del Sindicato del Crimen de Lansky. Además, Bloomfield era el líder de la Histadrut israelí en Canadá a lo largo de más de 20 años, según señaló The Canadian Jewish Chronicle, el 16 de julio de 1965 y el 16 de febrero de 2013. El gigantesco sindicato obrero israelí Histadrut llegó a ser uno de los pilares fundamentales del sionismo no sólo dentro de Israel sino también en el exterior. Bloomfield, a la sazón líder del lobby israelí y de la Comunidad judía en Canadá, falleció en Jerusalén en julio de 1984.
En Permindex también se encontraba otro millonario judío, Tibor Rosenbaum. Uno de los padrinos del estado de Israel y el primer director financiero y de suministros del Mossad. Israelí de nacionalidad, Rosenbaum fue además uno de los principales financiadores de Permindex. Como presidente del Banque de Credit Internacitional también sirvió como el principal responsable en Europa del lavado de dinero del sindicato del crimen de Meyer Lanskey.
Hay otros muchos nombres de implicados en la conspiración israelí para asesinar a Kennedy, muchos de ellos son judíos fuertemente ligados a Israel. Se trata, además de los ya mencionados, de otros pertenecientes a Permindex, de personalidades israelíes y de otras pertenecientes a la CIA, al sindicato del crimen de Lansky, a grupos de disidentes cubanos anticastristas, a influyentes sectores de los medios de comunicación de Estados Unidos que se encargaron de crear y difundir ampliamente la «carcasa» de un Lee Harvey Oswald «agitador pro-castrista y procomunista» con lo que se distrajo totalmente la atención de la opinión pública estadounidense de los verdaderos asesinos de Kennedy. Estos medios de comunicación sionistas ligados a Israel se dedicaron a difundir mil historias acerca de otras muchas hipotéticas teorías sobre el asesinato de Kennedy en una gigantesca operación de desinformación que dejaba enterrada para siempre la verdad de lo sucedido.
Ejemplo de estos últimos han sido dos judíos estadounidenses, los hermanos Edgar y Edith Stern, íntimos amigos de Clay Shaw y propietarios del imperio mediático WDSU, que se encargó de tergiversar la verdad sobre el papel de Shaw en el magnicidio hasta que este fue declarado inocente por un jurado fuertemente influenciado por esa vasta campaña mediática a favor del acusado.
La Comisión Warren
Lyndon B. Johnson, vicepresidente de Kennedy, tampoco se liberó de las acusaciones de haber estado implicado en la conspiración. A la semana de haber estrenado su cargo de presidente de Estados Unidos, una vez asesinado el presidente, Johnson ordenó la formación de una comisión para investigar el magnicidio, presidida por Earl Warren, entonces presidente de la Corte Suprema, por lo que fue conocida como Comisión Warren.
El informe final de la Comisión Warren, de 889 páginas, incluía testimonios de 552 testigos, miles de documentos y unas cuantas conclusiones. Estas venían a simplificar escandalosamente los acontecimientos acaecidos en Dallas aquel 22 de noviembre de 1963 y el posterior asesinato de Lee Harvey Oswald, reduciéndolo a que Oswald actuó por «motu proprio», lo mismo que el judío estadounidense Jack Ruby al asesinar a Oswald dos días más tarde. Según esta conclusión surrealista, nadie conspiró para matar al presidente de Estados Unidos y que todo fue obra de un individuo desequilibrado y pro-Castrista, y que Ruby, al asesinarle lo hacía porque sí, por iniciativa propia.
Algunos autores desmontaron las conclusiones de la Comisión Warren, como el propio Collins Piper.
Otro autor, Mark Lane, en su libro Rush to Judgment, 1966, llega a la conclusión de que hubo una conspiración múltiple para asesinar a Kennedy. Este libro, que recoge documentos y entrevistas con numerosos testigos, fue convertido en un documental de 122 minutos producido por la televisión de la BBC.
Lee Harvey Oswald y Jack Ruby (Jack Rubenstein)
Numerosos investigadores independientes del magnicidio de Dallas ponen en serias dudas que Oswald hubiera tenido nada que ver con este crimen, pues se trataba de un pésimo tirador muy lejos de acertar con sus disparos un blanco en movimiento y a mucha distancia, como era el caso del presidente Kennedy, montado en un coche que circulaba por la plaza Dealey, en Dallas. De hecho, Oswald, como cualquier otro infante de Marina, fue entrenado y examinado en tiro, anotando 212 puntos en diciembre de 1956, ligeramente por encima del mínimo para su calificación como un tirador. En mayo de 1959 su marca cayó a 191. ¿Quién iba a confiar un disparo tan «histórico» a un mal tirador? ¿Y a que tirador mediocre se le podía pasar por la cabeza intentar asesinar a un Kennedy en movimiento disparándole desde una larga distancia? Kennedy fue asesinado de tres tiros, que tuvieron que ser disparados por más de un tirador o por un tirador profesional y de mucha sangre fría.
Oswald, detenido minutos después del tiroteo e interrogado, negó en todo momento haber matado a Kennedy y afirmó en público que él era «un chivo expiatorio».
Pero suponiendo que Oswald fuera el verdadero y único autor de los disparos que mataron a Kennedy, eso no alejaría un ápice el hipotético hecho de que Israel es quien decidió y planificó el magnicidio. Las ya mencionadas investigaciones del Fiscal General de Nueva Orleans, Jim Garrison, dejaron probado -como hemos señalado anteriormente- que el acusado principal de organizar el crimen de Dallas, Clay Shaw, tenía fuertes lazos con Oswald, el Mossad israelí, Permindex y el Sindicato del Crimen del judío sionista Meyer Lansky.
Por otra parte, y según varias fuentes, el judío sionista A.L.Botnick, de quien The New York Times dijo el 9 de octubre de 1995 (poco después de su muerte) que fue director regional de la oficina de Nueva Orleans de la Liga anti-Difamación de B´nai B´rith (muy conocida entidad de propaganda israelí ligada al Mossad) a lo largo de tres décadas, tenía fuertes lazos con el responsable de operaciones de la CIA en esa ciudad, Guy Banister. Banister era quien labró, durante el período anterior al asesinato de Kennedy, el perfil de procastrista de Oswald, perfil que una vez perpetrado el crimen fue muy aireado por los medios de comunicación de EEUU en una gigantesca operación de desinformación. Múltiples evidencias e indicios señalan que la manipulación de Oswald hasta el día del asesinato de Kennedy se desarrollaba bajo la supervisión de la Liga Anti-Difamación.
En cuanto al judío Jack Rubenstein, conocido como Jack Ruby, no era ningún desconocido y no era un ciudadano cualquiera, como lo pintaron los medios de comunicación estadounidenses: un ciudadano simple que quiso vengarse el asesinato de Kennedy asesinando a su vez a Oswald a los dos días de la detención de este último, el 24 de noviembre 1963. El asesinato de Oswald se consumó mientras la policía le sacaba del cuartel de la policía en Dallas para trasladarle a la cárcel del condado. Había una multitud de fotógrafos, camarógrafos y periodistas siguiendo a Oswald que iba caminando junto a sus custodios por el aparcamiento subterráneo del cuartel de la policía. Jack Ruby se abrió paso en medio de aquel grupo de profesionales de la prensa y disparó contra Oswald, hiriéndole de muerte.
En el informe de la comisión Warren se afirma que Ruby, muerto misteriosamente el 3 de enero de 1967 en la cárcel (se dijo que murió de cáncer), actuó por iniciativa propia, sin formar parte de ninguna conspiración. Sin embargo, Ruby, que fue arrestado inmediatamente tras disparar a Oswald, declaró a gritos, ante numerosos testigos, que «los judíos tenemos agallas» reconociendo así que cometió su crimen en su condición de judío.
El autor de Rush to Judgment, Mark Lane, -que era abogado de la madre de Oswald en el juicio de Ruby- se pregunta en la página 18: «¿Cómo pudo Ruby acceder a Oswald y estar tan cerca de él cuando se encontraba fuertemente custodiado por la policía dentro de su cuartel?». Lane no descarta que hubiera connivencia por parte de la Policía para dejar que Ruby tenga acceso a Oswald, y además, en su condición de abogado que jugó un papel central en el juicio, presenta en su libro numerosos testimonios y pruebas de que el asesinato de Oswald fue premeditado como parte de una conspiración y de que la policía de Dallas tenía una larga y corrupta relación con Ruby, anterior al asesinato de Kennedy.
Ruby era un conocido gángster de Texas, donde regentaba cabarets y negocios de licores, y pertenecía, según Collins Piper, al sindicato del crimen de Meyer Lansky. En resumidas cuentas, Ruby era el hombre de Lansky en Dallas, con lo cual queda cerrado el círculo de implicación del Mossad israelí en el magnicidio de Dallas.
Si a todo esto añadimos que el entonces agente del Mossad -y muchos años después primer ministro de Israel- Yitzhak Rabin, se encontraba en Dallas, el mismo día del asesinato de Kennedy, como hemos explicado antes, quedan disipadas las últimas dudas de la implicación directa de Israel en el asesinato de Kennedy, con la connivencia de la CIA, el lobby judío estadounidense, el sindicato del crimen de Lansky, y los grupos mediáticos judíos de aquel país, ciegamente leales entonces, como lo son hoy, al sionismo y a Israel.
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Perú – Hugo Blanco: “No fui ‘guerrillero castrista’ ni terrorista”. [Entrevista – Pepe Mejía] — Correspondencia de Prensa En menos de 48 horas, más de dos mil personas han firmado un Manifiesto en apoyo a una de las referencias históricas del movimiento campesino, indígena y ecologista de Perú y América latina, el legendario político de izquierda, Hugo Blanco, que ha sido vilipendiado, difamado y denostado por sectores de la ultraderecha en las Fuerzas Armadas, Policía Nacional de Perú, periodistas y políticos… a través de Perú – Hugo Blanco: “No fui ‘guerrillero castrista’ ni terrorista”. — Correspondencia de Prensa
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luisjose56 · 5 years
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IV Ya tenemos el carnet y compramos la franquicia socialista, sólo necesitamos los clientes y ahí es donde Marx y Engels se retuercen en sus respectiva tumbas : La publicidad!! Con invención de la imprenta, fue fácil estafar a los que se la tiraban de inteligentes y se preciaban de intelectuales y altamente espirituales (buscando la piedra filosofal, para el terrenal fin de convertir el plomo en oro y ser inmensamente ricos y poderosos). ¿Epicureísmo? ¡Ve a que te den! Ni siquiera hace falta la prensa escrita, si Marx y Engels hubieran imaginado el alcance totalitario y alienante de la radio, la televisión el cine y, no se diga, internet y las redes sociales, se hubiesen puesto a escribir libros de cocina y, quizás, ni hubiesen escrito nada y se hubieran dedicado a recorrer el mundo. Diganme ustedes si los mejores cantantes no son de izquierda, Eduardo Aute, Facundo Cabral, Soledad Bravo, Alí Primera, Joaquín Sabina, el maestro Serrat, Chico Buarque, Mercedes Sosa... En fin hasta Pablo Milanés y el bufón de la corte castrista Silvio Rodríguez. Mueven el corazón y el intelecto, eso es como grasas mas carbohidratos (lo mas sabroso y lo mas letal). Quién no lloró con "Mama Pancha", "Napoleón", "Adiós en dolor mayor"; Yolanda", "Para vivir" "Paroules d' amor" y "Calle Melancolía? En fin! Y la literatura, ¡Ah, la literatura! "La madre" de Gorki, "El evangelio de Solentiname" y "En Cuba" de Cardenal; "Inventario" de Benedetti (Hombre preso que mira a su hijo) y "El Libro de Manuel" de Cortázar ¡Ah, Cortázar! Mi escritor favorito, "L'art pour l'art! Nada! Yo mismo, jamás de los jamases, podría ser capitalista, y no es por lo adoctrinado, que también , sino por detestar eso de la supervivencia del mas apto, para mi eso es Rokefeller, es el águila, el león, también las hienas, no nací para depredador y en el capitalismo, si no eres predador eres presa. Además, para qué querría tener miles de millones si al final terminaría haciéndome una selfie con Mickey y otra con Fidel ó con chávez y las Kardashians... Pero de ahí a votar por partidos izquierdistas que apoyan abiertamente tiranías, corruptas, sanguinarias, alienantes y esclavizantes...XD! https://www.instagram.com/p/BxPtToNAxLS/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=rc6bpj1gqy9m
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latikobe · 5 years
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Es un error no marchar hacia Miraflores
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LA HABANA, Cuba. – “Este es el principio del fin”, repiten desde esta mañana los venezolanos partidarios del presidente interino Juan Guaidó. También lo dijeron el pasado 23 de enero, luego de producirse el nombramiento del mandatario, y de nuevo el 23 de febrero, cuando éste aseguraba categóricamente que la ayuda humanitaria entraría “Sí o Sí a Venezuela”.
La reciente liberación de Leopoldo López gracias a un indulto de Juan Guaidó, y la toma de la base aérea “La Carlota” por militares que han decidido apoyar el retorno a la democracia, ha reavivado la esperanza de un pueblo que comenzaba a ser presa de la apatía luego de tantas arengas y marchas populares que no desembocaron en los resultados esperados. Aunque su poder mengua cada día, Nicolás Maduro continúa en la silla presidencial sostenido por el régimen cubano, que intenta denodadamente salvarlo para alargar su propia supervivencia.
El sucesor de Hugo Chávez no ha dado la cara a los venezolanos; pero Diosdado Cabello —segundo al mando— ha afirmado que los chavistas serán “radicales en la defensa de la revolución bolivariana” y ha llamado a los simpatizantes del (des) gobierno a defender Miraflores. Atrincherados en el Palacio de Gobierno procuran disminuir el alcance de la convocatoria de Juan Guaidó, alegando que son pocos los militares alzados y que “cada acción de los golpistas será respondida de forma contundente”.
Mientras, las calles de Caracas presencian choques violentos entre la gente y los aparatos represivos del chavismo, adiestrados por el servicio cubano de inteligencia. Se espera que los denominados “colectivos” intervengan para que la masacre luzca, ante la opinión internacional, como una “reacción legítima del pueblo revolucionario para proteger las conquistas de la patria bolivariana” —u otras frases calcadas de la retórica castrista—, omitiendo la participación de los militares y cuerpos policiales leales a Maduro.
Pero los venezolanos que ansían el fin de la dictadura y la restauración de la paz nacional, la legalidad y el estado de derecho, también parecen estar dispuestos a todo. Este concierto de voluntades, sumado a la promesa de una respuesta violenta por parte del chavismo, debería ser suficiente para que Guaidó dejara a un lado las digresiones verbales e iniciara la marcha hacia el palacio de Miraflores seguido por ese pueblo que ha acudido valerosamente a cada uno de sus llamados.
Según la prensa internacional, Guaidó va camino al Palacio de Gobierno; pero hace un par de horas él mismo aseguró que permanecerían en la base aérea pidiendo al resto de las Fuerzas Armadas que respalden la “Operación Libertad” para derrocar definitivamente al chavismo. Mientras el presidente interino “pide y espera”, la guardia nacional ha cercado las avenidas principales de la capital venezolana para impedir que manifestantes y pueblo en general se acerquen a las inmediaciones de “La Carlota”.
El saldo de esta jornada previa a la gran manifestación prevista para el 1ro. de mayo es impredecible; pero la oposición ha dado un paso temerario con la ocupación de la base aérea y la liberación de Leopoldo López. No hay vuelta atrás. En pocas horas se han reportado alrededor de cincuenta heridos; Vladimir Padrino López —Ministro de Defensa— ha reiterado su apoyo a Maduro, calificado el levantamiento civil de “golpe militar mediocre y terrorista”, y responsabilizado a la oposición por un eventual derramamiento de sangre.
Las plataformas digitales y medios de comunicación han sido bloqueados; de modo que los hechos se circunscriben casi exclusivamente a la capital, sin que otras regiones del país puedan recibir información precisa sobre el curso de los acontecimientos. En las calles de Caracas y en el exilio, los simpatizantes de Guaidó ven a Maduro vencido; pero si no existe la intención de ir a Miraflores cuanto antes y tomarla, el conjunto de acciones de hoy pudiera parecer una jugada torpe por parte de la oposición, quizás motivada por el desánimo que se había apoderado de la opinión pública y la sensación de que el presidente interino estaba perdiendo la confianza del pueblo venezolano.
No bastará con otra movilización popular. Sea cual sea el desenlace, Juan Guaidó debe colocarse al frente de los venezolanos y marchar hacia Miraflores. Los líderes nunca se plantean la opción de morir; pero en esta hora crucial el presidente interino tendrá que asumir el riesgo. No pueden repetirse las escenas de jóvenes malheridos, muertos o encarcelados, mientras el principal movilizador de la ciudadanía permanece a salvo en una base aérea.
Es inútil liberar a un ícono de la resistencia como Leopoldo López, o deshacerse en hipótesis sobre el silencio de Nicolás Maduro, si el Palacio de Gobierno continúa en manos de los chavistas y los militares que desertan van a refugiarse en Colombia.
La hora de Venezuela ha llegado también para Guaidó. Si quiere que el pueblo ocupe Miraflores tendrá que ponerse físicamente en primera fila. De lo contrario, será visto como el mandatario que no una, sino varias veces, envió a la muerte a tantos compatriotas para luego replegarse y planificar la próxima manifestación.
Es un error no marchar hacia Miraflores
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dodypaz · 4 years
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Tremendo raspón le da La Nación de Costa Rica a embajador cubano
Tremendo raspón le da La Nación de Costa Rica a embajador cubano
El pasado 20 de diciembre el periódico de Costa Rica, La Nación, publicó un articulo referente a las protestas del Movimiento San Isidro en la Habana y de las reacciones represivas del gobierno cubano hacia todo aquel que intenta expresarse diferente a los lineamientos castristas. En dicho articulo La Nación explica los hechos ocurridos con el rapero Danis Solís quien fue apresado, juzgado…
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