Tumgik
#todo se va volviendo monótono
spicynoodles4u · 1 year
Text
últimamente la depresión y la ansiedad me están pegando muy duro. quisiera que alguien se diera cuenta que no estoy bien, porque no me atrevo de decirlo o a pedir ayuda, siento que voy nuevamente cayendo en ese vacío y me va a costar salir de ahí
traté que este cambio que hubo me ayudara a ya no sentirme así, pero creo que solo lo empeoró más, siento que todo se está volviendo demasiado monótono
a veces solo ya no quiero levantarme y que todo quede ahí
0 notes
misantropia-666 · 2 years
Text
~QUE ES LO ABSURDO?~
-Para que quisiera, querer influir, valer o conocer? si la duración de mi existencia es absurda-mente ridícula en comparación de la infinitud de la linea temporal. para que quisiera yo querer influir, valer o conocer? ni siquiera sabrían de que yo eh existido alguna vez, si la nada es tanto mi origen y como mi inducible final, para que quisiera yo querer influir, valer o conocer? si la vida es absurda se caracteriza principalmente por comprender, que vivir es sufrir pero antes de morir deberíamos nacer, para que quisiera yo querer nacer y aceptar que hay que envejecer?que importa si sonrió o quiero llorar, amar e incluso odiar!! que importa si siento miedo o quiero disfrutar de escribir o cantar, si en cien o en dos-mil años seguro que nadie me va a recordar, para que quisiera yo querer influir, valer o conocer? si mi existencia choca radicalmente con lo irracional, por actos monótonos, repetitivos y bastantes fútiles, con un absurdo significado de ejecutar por costumbres absurdas y poco racionales, que a veces es por tener necesidades o por inercia, pero mucho mas que por entusiasmo que por lógica o coherencia, para que quisiera yo querer influir, valer o conocer? si absurdamente voy a terminar buscando una persona similar, que solo busca quejarse, justificarse y no hará nada para cambiar, para que quisiera yo tener hijos, enamorarme o enamorar? si la obsesión por buscar un efecto a lo que me pueda causar?para que nacer enfermo si la vida ya me podría enfermar? para que quiero la razón de cada echo o el todo de cada parte, para que enamorarte si en algún momento tendré que dejarte? para que quisiera yo querer influir, valer o conocer? para que dejar que mi trabajo lo hagan otros si me matara la ansiedad? incluso si el trabajo no lo hago para que sufrir el doble? incluso para que quisiera yo ser el esclavo de mi responsabilidad?para que mentir o incluso para que existe la honestidad? para que quisiera yo querer influir, valer o conocer? para que dormir y despertar e incluso para que preguntar? para que contestar? si hasta mis preguntas son absurdas como para que alguien las quiera aclarar, como la obsesión insanas de normas estrictamente absurdas y estúpidas, que hay que obedecer sin rechistar o como los cuentos de románticos donde solo puedes escuchar cosas absurdas donde solo se quieren quejar y justificar, si después los vez volviendo al círculo vicioso que se caracteriza por volver a empezar... o para que interesarme por cosas que a muchos ya les puede dejar de interesar? y es hasta absurdo seguir a una manada que tiene una absurda manera de pensar, incluso para que nececito yo aparentar? o para que nesecito impresionar? o para que escribo esto si Quizás nadie se va a poner a reflexionar? Ya que mis discursos son discontinuos, laberinticos y con vacíos que el lector debe de llenar.
-Cual es el sentido de la vida? -La vida no tiene sentido. El corazón hace preguntas y el cerebro te ofrece las respuestas. -Tu solo... Vive... Vive. -Pero... Quien soy yo? Y cómo debo ser percibido? -Esto es absurdo...
Tumblr media
1 note · View note
tararira2020 · 4 years
Text
| Ira |
Romina
José María Fernández Alara
Esto no es un cuento, es una historia real que sucedió el jueves 23 de julio 2020, mientras nos rodeaba la pandemia. Como confirmación de verdad he respetado el nombre de quienes fueron parte de ella.
Cuando sonó el timbre estaba en la cocina preparando el mate y me pregunté quien llamaba a las nueve y media de la mañana en un día lluvioso, en plena cuarentena total. No fui hacia la puerta sino que entreabrí la ventana. Hay una seria recomendación de seguridad de primero ver quién es antes de abrir la puerta.
Al mirar hacia afuera recordé que el primero en avisar fue Enrique, luego Rosa mandó un WhatsApp. Esta semana comienzan los testeos de Coronavirus en San Telmo. Personal sanitario de la Secretaría de Salud van a recorrer el barrio haciendo chequeos preventivos. A los propietarios de los inmuebles elegidos se les va a mostrar una nota donde se les comunica la elección del domicilio y solicita prestar colaboración.
Detrás del vidrio estaba una chica jovencita, menudita, más bien baja, con uniforme celeste de enfermera, guantes y máscara de plástico. Llevaba un kit en el que leyendo la mitad pude adivinar que decía “Covid 19 – Sec. Salud – Comuna Uno”. A unos pasos de ella estaba otra muchacha con barbijo de tela, también joven, vestida de particular, con un traje sastre negro, pero que llevaba colgado del brazo algo blanco que imaginé un guardapolvo.
- Buenos días, señor, – me dijo, mientras me extendía una carta- espero  que pueda atenderme. Ya van tres casas que no me contestan. Vengo por el testeo.”
La llovizna estaba convirtiéndose en lluvia y líneas de agua se deslizaban sobre su máscara de protección. Hasta me pareció ver que detrás de las gotas su mirada  me pedía que las dejara pasar porque se estaban empapando.
Miré la nota, vi el membrete, los sellos y mi dirección. No sé por qué pesó más la lluvia y algo frágil dentro mío, que la obligación de sopesar la autenticidad, legalidad y demás cosas necesarias a ser observadas en el húmedo papel.
Al minuto siguiente les estaba abriendo la puerta. Como ustedes saben, vivo con Gloria, mi mujer, en una vieja casona de San Telmo, de esas que tienen de entrada un portón de cuatro puertas, que a los pocos metros desemboca en dos patios con galerías a los costado, adonde dan las habitaciones.  
Entró la enfermera con su kit, agradeciéndome y se puso a un costado de la entrada. La otra chica pasó a mi lado y llamativamente, en estos tiempos de distanciamiento, me saludó tocándome el brazo con la mano y siguió caminando hacia el patio delantero.
Como mi atención estaba centrada en la enfermera, pensé que a la otra, la acompañante, le había llamado la atención la vieja casona y se había asomado al patio de curiosa.
La enfermera sacó del kit algo como un formulario y empezó con las preguntas: Cuántas personas vivían en la casa, el nombre y edad de ellas, si estaban en el domicilio...
Mis respuestas eran concisas y rápidas, pero comencé a escuchar como un eco. Presté atención y noté que había una repetición de lo que decía, pero rara. Hablé más despacio y escuché clarito que la otra muchacha había pasado al patio y que repetía cantando lo que yo decía.
En ese momento apareció Gloria, que se estaba levantando y al oír el timbre y la conversación se había asomado a una de las puertas que del comedor dan al patio para averiguar qué pasaba. Cuando comencé a contarle, me preguntó si estaba con barbijo. Como le contesté que no, le alcanzó mi barbijo a la chica que estaba en el patio, quien me lo acercó.
Ahí me distraje un poco y volví a concentrarme en las preguntas. Pero de nuevo el eco  cantado. Ya un poco entre desorientado y molesto, le pregunté a la enfermera.
- Decime. Esta chica que está en el patio… ¿Viene con vos?
- No, señor. – Me contestó con cara de asombro-. Yo creí que vivía aquí. Venía atrás mío. No la conozco.
Bueno, pensé: me hicieron el cuento. Ya está. Caí en la trampa yo solito. Ahora abren la puerta y entran los muchachos. Pero no. Todo seguía igual, salvo que desde el patio venía un canturreo monótono en voz baja. Me repuse y rápidamente  caminé hacia el patio.
- ¿Qué haces acá? –le pregunté con voz alta, un tono duro y serio y mi peor cara de malo- ¿Quién sos?
La chica no se inmutó. Se había sentado en un silloncito de metal que hay en un costado y desde allí,  me miraba mansamente y continuaba cantando.
Volví sobre mis pasos a ver si la enfermera estaba abriendo la puerta a sus cómplices, pero me la encontré donde la había dejado, pero ya apoyada contra el ángulo de la puerta y la pared. Tenía los ojos agrandados que se le salían de la máscara y me miraba fijo.
- No sé nada, señor. No viene conmigo - atinó a balbucear-
De vuelta en el patio encaré seriamente  a la otra y ya en voz fuerte le grité
-Te vas. Vamos,  ¡fuera! Ya mismo salís de acá.
La chica no se inmutó. Paró de canturrear, posó en mí sus ojos claros, me miró fijo y sólo me contestó:
-Yo vivo acá – y volvió a su canto –.
- Te vas o llamo a la policía. ¡Vamos!
Como no me contestó, pasé delante de ella y entré a buscar el teléfono. Cuando estaba volviendo me encuentro con ella que estaba entrando. Entonces grite más fuerte aún que no entrara. La chica retrocedió y volvió al patio con cara de asustada.
Con mis gritos apareció Gloria,  quien recordando seguramente a sus antepasados, guerreros de la Independencia, presurosa se acercaba con dos paraguas para defendernos por si nos atacaba. Tomé uno y salí con el teléfono en una mano y el paraguas empuñado en la otra.
Allí me encontré con la chica decía algo sobre un bebé y volvía canturrear. La enfermera seguía petrificada contra la puerta. Le pedí a Gloria que no saliera y a través del vidrio vi que tenía el paraguas con las dos manos, en posición de bayoneta calada.
Tomé el teléfono y marqué el 911. Me atendieron al instante. Tuve que repetir dos veces lo que sucedía hasta que lo tradujeron a su idioma: “Intruso, femenino, joven, delirante, no agresivo”. Sin mucha convicción me aseguraron que un móvil salía ya.
Pasaron quince minutos donde, como en un mal documental, se repetía todo: mis gritos, el canturreo, palabras un poco inconexas, la enfermera pegada a la puerta y Gloria que me miraba a través del vidrio de la puerta y me decía que llamara a Nahuel, su querido sobrino, que es oficial de la Policía. Como sé que vive en Monte Grande, tardé un rato en escuchar que ella me decía que trabajaba cerca y seguro que podía mandar alguien.
A la segunda llamada me contestó el celular. Al escuchar lo que pasaba Nahuel quería venir por el tubo. Quedó en mandar a un amigo y antes de salir para aquí, le pidió a Barbie, su novia, que la llamara a Gloria para estar cerca de ella.
La chica se había ido cerca de la puerta y ante la mirada horrorizada de la enfermera, se sentó en el suelo y sin sacarse la ropa, hizo pis. Luego se paró y siguió hablando sola.
Volví a insistir con el 911 y de vuelta toda la explicación y la extraña disculpa: “Cálmese. Usted no habló conmigo. Ya le mando un móvil”.
A los quince minutos oí ruidos en la puerta y me fui para adentro para ver por la ventana qué pasaba. Eran el amigo de Nahuel y el patrullero que llegaban al mismo tiempo. Ya podía respirar un poco más tranquilo.
-Tuvimos una emergencia, jefe – se disculpó el oficial que bajó junto con un agente más joven.- la cosa está complicada en todos lados. Ya estamos aquí.
Yo les abrí la puerta, pensando que por ahí la chica aprovechaba para escaparse, pero no, se quedó adentro lo más pancha y se puso al lado mío. El oficial me hizo ir hacia el patio, mientras el más joven enfrentó a la chica. Todavía estaba de espaldas, cuando oigo:
- ¿Qué hacés aquí, Romina?
Me di vuelta como un resorte; el oficial se me acercó y me dijo en voz baja:
- Es una piba del barrio… Media loquita. Está en situación de calle.
- ¿En situación de calle? –Pregunté- mirando que estaba  bien vestida y peinada-
- Sí – me contestó serio-. Ayer la encontramos desnuda. Las colegas de la comisaría la vistieron y hasta la peinaron. Pero no pudimos hacer más. El fiscal sostuvo que no estaba cometiendo ningún delito y el médico que la atendió dijo que estaba bien, que se ubicaba bien en espacio y tiempo... La tuvimos que soltar.
Entonces comenzó una larga charla donde los policías, de mil maneras trataban de que Romina saliera, y lo único que obtenían era su respuesta de que esa era su casa y que ella vivía allí. Los argumentos que usaban los policías pasaban de la alta dialéctica sofista al dulce chamuyo y  las voces desde la seriedad de  autoridad constituida a ruegos en la oreja con voz suavecita. La indiferencia firme de la muchacha no se perturbaba, al contrario les bajaba una mirada condescendiente, como que eran ellos los que no entendían.
Como yo ya me había tranquilizado, pude observarla  con más atención. Era llamativa la tranquilidad con que se movía. Su rostro era blanco, sus ojos claros tenían una mirada ausente, pero mansa. Su pasividad transmitía paz, que coincidía con la paciencia de los policías que la trataban casi con cariño.
Gloria salió al patio y se puso a charlar con el amigo de Nahuel. Todavía llevaba el paraguas. Esta vez apoyado en el hombro.  En un momento se dio cuenta y señaló el cielo que seguía encapotado y dejó el paraguas en un mueblecito que había en un costado.
Cuando todo parecía que había entrado en un círculo sin salida. Vi movimientos en la puerta y de repente desaparecieron todos, incluida la enfermera que no se había movido desde que entró. No sé si respirado… ¡Romina había aceptado salir!
De curioso, entré y me fui a la ventana para ver cómo terminaba la cosa. Observé que los policías se subían al patrullero y se iban raudamente. Me imaginé que se la llevarían con ellos, pero unos fuertes golpes en la puerta me anoticiaron que Romina quería volver a entrar en “su casa”.
No podía creer que los policías se hubieran ido. En la vereda de enfrente, estaba parada la enfermera, todavía shockeada y con la mirada fija en lo que sucedía en la puerta.
En ese momento vi a Nahuel que llegaba y que junto con su amigo trataban de calmarla. Los golpes y los ruidos continuaron por un rato. Yo me corrí de la ventana y entorné el postigo porque pensé: Lo único que falta es que me vea y comience a golpear acá.
Al rato, escuché que se detenía un auto en la vereda y entreabrí un postigo. Eran los policías que habían vuelto. Iba a protestarles cuando escuché que hablaban en voz baja con Nahuel que se les había acercado.
-Nos llamaron de urgencia. A dos cuadras de acá había un 238, pero cuando llegamos ya estaba interviniendo el subcomisario, así que volvimos… con Romina. En el camino llamamos al Same. Están mandando una ambulancia.
Los saludé con la mano. Y de nuevo la charla con Romina, quien al verlos se calmó bastante, pero no aflojó en su intento de entrar y de sostener que ésa era su casa.
En la vereda de enfrente seguía parada (¿petrificada?) la enfermera. Se había levantado un poco la máscara y se podía ver que sus ojos estaban atentos pero que estaba lejos de entender lo que pasaba.
Desde la ventana pude ver que aparecía lentamente una ambulancia del Same. El chofer estacionó enfrente; un médico joven, de anteojos ahumados, se bajó y se dirigió a hablar con los policías. El chofer, por su lado, se informaba por la enfermera que parecía responderle con monosílabos.
Una nueva tarea nacía: convencer a Romina de que lo mejor para ella era subir a la ambulancia. No iba a ser fácil. Gloria y yo estábamos pegados al medio postigo abierto de  la ventana. La conversación se hacía difícil de escuchar porque con tantos interlocutores se volvía confusa.
Unos golpes fuertes en la ventana nos hicieron saltar. Cuando la entreabrí más, me encontré con el más joven de los policías, el agente, que con voz seria me decía:
-Jefe, ¿No podría preparar un tecito para Romina? Póngale, por favor mucha azúcar. Vaya a saber desde cuando no come. Seguro que eso la va a calmar un poco.
Fue el té más raro que con Gloria preparamos en nuestros largos años de vida en común. Cuando estuvo no muy caliente se lo acerqué al agente a través de la reja. Escuché tragos, gorgoritos y largos suspiros.
Cuando volví a mirar por la ventana vi una procesión: el médico que suavemente llevaba a Romina del brazo, los dos policías atrás, Nahuel y su amigo y finalmente el chofer, acompañado de la enfermera. Todos iban acercándose lentamente a la parte de atrás de la ambulancia.
La Romina ya estaba entregada. Con los brazos caídos y la cabeza un poco inclinada miraba la puerta de casa, como despidiéndose. La enfermera la ayudó a subir y junto con el médico se quedaron atrás con ella. El chofer puso el motor en marcha y la ambulancia despaciosamente se fue calle abajo.
Gloria fue a preparar un cafecito para Nahuel y los policías que se relajaban estirando los brazos y moviendo el cuello. Yo me quedé solo en la ventana pensando adónde la llevarían.
De a poco nos fue abandonando la sensación de miedo. Quedó lejos la angustia y nos cansamos de decir ¡qué suerte que no pasó nada! También nos reímos mucho de la estrategia de los paraguas. Pero, con el correr de los días, nos fue invadiendo una  duda:
¿Romina era un chica del barrio, media loquita y en situación de calle, o era un ángel de ojos claros, medio perdido, que necesitaba un té con mucha azúcar y decidió pasar a tomarlo en casa?
Tumblr media
2 notes · View notes
Text
Destino pt4
Pt1  Pt2  Pt3  Pt4 Pt5 Pt6 Pt7 Pt8 Pt9 Pt10 Pt11 Pt12 Pt13  Pt14
Hice mis cuentas al mejor estilo Pidge y en el anterior capitulo me equivoqué, el fic no tendrá 6, sino ocho capítulos. 
Es un poco más largo que los otros, pero estoy tratando de compensar porque no podré escribir hasta el domingo/lunes.Lo lamento. Por favor no se olviden de mí en el entre tiempo!
También vi que algunos se ofrecieron a ayudarme con la traducción. Se los agradecería eternamente. Cuando esté más cerca del final seguramente voy a precisar su ayuda para que traduzcan la mitad de algún capitulo. Tampoco quiero explotar a nadie jajaja 
Por ultimo, encontré un fanart que es P.E.R.F.E.C.T.O  para el próximo capitulo, se los dejo aquí a modo de spoiler:  X
Saber el futuro definitivamente podía volver paranoica a una persona.
Pidge admiraba a Keith por guardar tantos secretos dentro de él y aun así seguir con su vida como si todo fuera normal. ¿Cuántas cosas realmente sabía sobre el futuro? ¿Qué tal si había visto a  una criatura interdimensional del tamaño de mil planetas comerse a la tierra? ¿Cómo podía mantener aquella actitud desinteresada? ¿¡Cómo no se estaba volviendo loco?!
Además del estrés post traumático de la guerra y un corazón roto, ahora Pidge también debía lidiar con la ansiedad de saber exactamente lo que ocurriría; y eso no era todo. Luego de meditarlo por días, la chica había llegado a la conclusión de que lo peor de toda la situación no era conocer el futuro, sino la incertidumbre de no saber cuándo pasarían las cosas. Sí, seguro, su amigo le había dicho “pronto”, quizás semanas, o tal vez meses. Pero no había nada de preciso en eso.
Los primeros días Pidge creyó poder manejar la situación. Si Keith era capaz mantener esa fachada de “todo está en orden”, entonces ella sin dudas también podría, ¿Cierto? Pues estaba en enorme error. A medida que las semanas pasaban, Pidge sabía que en cualquier momento Lance y Allura oficializarían su relación, y la expectativa la estaba matando. Si pudiera encerrarse en su laboratorio a calcular el día y hora exacta en la que eso ocurriría, sin dudas lo habría hecho hace tiempo…. Pero la ciencia y matemáticas no podían ayudarla en esa situación.
En cada comida, cuando veía a Allura y Lance sentarse uno al lado del otro, ya no solo eran celos los que la invadían, si no también una punzada de culpa. Y no era como si pudiera hablar con Keith al respecto. Cada vez que intentaba cruzar miradas con él, su amigo estaba comiendo sin prestarle atención al mundo que lo rodeaba, o hablando con Shiro y Hunk. “¿De qué sirve tener a alguien que sepa lo mismo que tú sobre el futuro si el desgraciado no va a ni siquiera mirarte?”  Pidge realmente no podía comprender como el muchacho podía estar tan aparentemente tranquilo. Para ser sincera, no esperaba que Keith la consolarla cada vez que Lance y Allura se reían en complicidad, pero ¡Diablos! Al menos podía hacer una señal para demostrarle que sabía cómo se sentía. Un poco de empatía, eso era todo lo que necesitaba Pidge. Ignorar que habían tenido esa conversación solo la hacía sentirse aún más paranoica ¿Qué tal si todas aquellas horas de insomnio finalmente le habían provocado alucinaciones? ¿Qué tal si se encontraba en una alucinación en ese preciso instante? Al fin de cuentas tendría sentido porque ¿Por cuál otro motivo nadie más se había percatado de que Lance estaba prácticamente pegado a Allura? Si Pidge activaba su cinismo, podía adivinar que hasta estaban tomados de manos debajo de la mesa ¡Vamos! ¡No podía ser la única en notarlo!
Su mano, que hasta ese momento había estado aferrando la cuchara con una fuerza excesivamente innecesaria, finalmente la soltó con violencia, dejándola caer en la sopa. El violento movimiento captó la atención de todos los presentes.
Genial.
-Pidge… ¿Ocurre algo?
La voz sorprendida de Allura fue la primera en hacerse oír... La voz de la preciosa princesa alienígena Allura. Pero sobre toda las cosas, la voz de su amiga Allura.
Pidge levantó la vista del plato y le sonrió. Nadie parecía creerle aquella actitud súbitamente relajada. Si estuviera alguno de sus padres presentes ella sabía a la perfección que la confrontarían al respecto. Sin embargo estaba Shiro, quien ocupaba básicamente el mismo rol. De hecho podía sentir la mirada penetrante del hombre, analizándola y juzgándola en ese momento.
-Estoy distraída.- Explicó Pidge.-Necesito dormir más.
-¡Es lo que venimos diciéndote hace meses!- Esta vez fue Lance quien intervino.- ¿No es así, Hunk?
El muchacho de ojos azules buscó la aprobación del ex paladín amarillo, quien estaba en el proceso de tragar su comida, por lo que solo se limitó a asentir con solemnidad.
-Y tienen razón…- Respondió Pidge levantándose de la mesa, tomando el plato de sopa en el proceso.- Es por eso que me iré a dormir una siesta ahora mismo.
Sin decir otra palabra se retiró del salón, mientras podía oír a Hunk murmurar “¿Pidge nos acaba de dar la razón?” Esa frase sola le bastó para entender que su amigo se estaba percatando de más cosas de las que aparentaba saber.
Sus sospechas fueron confirmadas dos días después, mientras ambos trabajaban en el laboratorio. Hunk se ocupaba de ayudar con la creación de una barrera protectora para la Tierra. Ese era uno de los proyectos más grandes en los que actualmente estaba trabajando el cuartel Garrison. Pidge se suponía que debía colaborar también, pero se estaba permitiendo ocuparse de su proyecto personal.  La chica podía notar como Hunk la miraba de reojo cada dos minutos, y sin dudas estaba comenzando a resultar un tanto molesto, en especial porque la distraía de su prototipo de Rover 2.0.
-Pidge… Creo que algo te pasa.- Declaró Hunk finalmente, alejando la silla de su mesa para darle su completa atención a su amiga. – Antes estabas raramente depresiva. Ahora solo estas.... rara.
-En primer lugar, no se cual es esta obsesión de todo el mundo por preocuparse por mí. – Con un suspiro lleno de frustración, Pidge imitó a su amigo y alejó su asiento de la mesa para mirarlo a los ojos. Colocó una mano en su cadera, mientras en la otra aún sostenía los cables. Muy dentro de su cerebro sabía que esa era la posición habitual de su madre cada vez que los regañaba a Matt o a ella. -No es como si no hubiera notado que faltaste tres días la semana pasada al trabajo. ¿Pero caso te molesto al respecto? No. Porque sé que lidias con tus propias cosas, como todos.
El muchacho alzó las cejas, un tanto sorprendido por aquel súbito cambio de actitud, y Pidge enseguida sintió una oleada de culpa. Si de alguien no podía quejarse, era de Hunk. Un tanto avergonzada, se aclaró la garganta como para distraerse de lo que acaba de decir, y volvió a enfocarse en Rover 2.0.
-Disculpa- Susurró arrepentida, sin poder mirarlo a los ojos.- Pero no sé porque lo dices. No es como si estuviera haciendo algo raro ahora mismo.
-Bueno….para empezar estuve viendo tu configuración de Rovet 2.0-Comenzó explicando con calma el chico.
-¡Hunk!
-Son solo códigos Pidge, no es como si hubiera visto tu diario íntimo – “Lo cual ya es hecho en el pasado”, pensó Pidge pero decidió no comentarlo en voz alta.-… como sea, estuve viendo la programación y estas modulando individualmente el gendocam. ¡Individualmente!
-¿Y? Tú lo haces todo el tiempo.- Se defendió la chica, sin evitar sentir que le acaba de fallar a su futuro robot.
-¡Porque soy yo! Tú haces las cosas distintas y más complicadas. Es tu estilo.
-En primero.- Dijo Pidge, apuntándolo con los cables en su mano izquierda.- No le digas complicado a lo que simplemente es ser precavido, y en segundo…. Estás alterándote tú solo.-La ex paladín verde volvió a acercarse a su mesa, dispuesta a proseguir con el trabajo.
-Pidge. Modulaste. Individualmente. El. Gendocam. ¡Eso es… es…!
-¡Inaceptable!
En un instante Pidge apretó con más fuerza los cables y Hunk se olvidó de regañar a su amiga. Ambos voltearon para ver como Lance estaba apoyado en el marco de la puerta, negando con aire de solemnidad que todos bien sabían, era fingido.
-¿No lo estás modulando doblemente?- Prosiguió el muchacho exageradamente, llevándose una mano al corazón.- Pidge, lamento decirte esto, pero eres una deshonra para tu familia.
Ella simplemente respondió poniendo los ojos en blanco y dándose la vuelta para seguir con sus cosas. Hunk, por su parte, rió por lo bajo. Pero aun así le dio una mirada de desconfianza a su mejor amigo.
-¿Qué haces aquí, Lance? Creí que le tenías fobia al laboratorio.
Esta vez fue Pidge quien rió, y sin apartar la vista del robot, alzó una mano para que Hunk chocara los cinco con ella, gesto que él no dudo en corresponder, sonriéndole burlonamente a Lance.
-Ja, ja, que chistosos.- Contestó el chico, ingresando al laboratorio y desplomándose en la primera silla que encontró. Para desgracia de Pidge, era la más cercana a ella. –Vengo a rescatarlos de este penosamente aburrido sitio para invitarlos a mi humilde habitación y jugar….redoble de tambores.- El mismo Lance comenzó a golpear sus piernas para crear expectativa.- ¡“Killbot Phantasm veinte, El retorno de la oscuridad”!
La cara de Lance irradiaba felicidad, mientras aguardaba ansioso por la respuesta de sus amigos. Hunk, que aunque disfrutaba de jugar esporádicamente videojuegos con ellos, no entendía la fascinación por aquella franquicia.
-¿Escuchaste, Pidge? Nos viene a rescatar.- Comentó el chico cruzándose de brazos y dándole una mirada divertida a su amiga.
-Oh, es nuestro héroe.- Acotó ella en tono monótono pero con el atisbo de una sonrisa burlona.
-¡Oh vamos, Pidge! ¡Creía que sabías apreciar este juego!
Okey, eso parecía una ofensa hacia su persona. Pidge soltó los cables con suavidad, se quitó los guantes y con un aspecto intimidante clavó sus ojos en Lance.
-¿Apreciar el juego? ¡Sin mí ni siquiera sabrías que es! –Explicó Pidge, sumamente afectada por la declaración de Lance. Killbot Phantasm era algo suyo en primer lugar, y si no lo hubiera obligado dos años atrás a comprarlo en aquel centro comercial espacial,  él jamás hubiera sabido que existía, ¿Y ahora se atrevía a decir que no sabía apreciarlo? Era una insolencia sin precedentes.
-¡Genial! Entonces los espero después de la cena en mi habitación.
Lance se levantó con aire triunfante y Pidge sintió el peso de las conciencias sobre ella. Había caído en la trampa más tonta del mundo. Primero modular individualmente el gendocam, ¿Y ahora esto? Wow, sin dudas no paraba de caer cada vez más bajo.
-Bien hecho Pidge.- Comentó con ironía Hunk, negando para sí mismo, mientras volvía a focalizarse en su trabajo. –Deberías ir tu sola. Nunca fui bueno en Killbot Phantasm.
-De eso ni hablar. Vienes conmigo.  –Le exigió la chica, observado de reojo como Lance abandonaba del laboratorio con una sonrisa que se extendía de oreja a oreja. De repente se sintió un poco desconsiderada. Seguro, ella no quería estar sola con Lance ni en un millón de años... pero obligar a Hunk a ir parecía injusto.- Claro… si no tienes problema con eso. Sé que a veces prefieres estar solo.
Hunk nunca había sido fanático de la soledad. De hecho, aun cuando trabajaba en silencio durante horas, Pidge siempre estaba allí, avanzando con sus propios proyectos…. Pero como todos, su amigo estaba sufriendo a su modo la post guerra. Algunos días necesitaba estar todo el tiempo junto a los demás, abrazándolos o cocinándoles galletas… otros prefería apartarse un poco de la multitud y salir a tomar aire fresco por su cuenta.
-¡Estoy bien! –Antes de que ella pudiera replicarle, Hunk se apresuró a completar la frase.- Okey, quizás no bien. Pero creo ser capaz sobrevivir una noche de videojuegos contigo y Lance. No te preocupes tanto.
Pidge alzó una ceja y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios. Su amigo tardó unos segundo en entender a que se debía ese comportamiento hasta que finalmente lo comprendió. Con un rostro inexpresivo se alejó de Pidge para volver mirar la pantalla con todos los planos de la barrera protectora.
-De acuerdo, tú ganas. Eso fue bastante hipócrita de mi parte. Prometo dejarte en paz.
-No seas tonto, no serías mi amigo no te preocuparas por mí, Hunk.- Explicó Pidge con una enorme sonrisa, mientras se colocaba los guantes nuevamente.
Las horas pasaron más rápido de lo le hubiera gustado. Antes de darse cuenta estaban cenando. No había podido hacer mucho después del trabajo. Al no quedarse tiempo extra por primera vez en meses, Pidge tuvo algunas horas libres que decidió utilizar para ayudar a su madre en la supervisión de la construcción de las nuevas viviendas. Resultaba un tanto tedioso a su gusto, pero al menos pudo cumplir su promesa personal de pasar más tiempo con su madre. Sin embargo luego de eso se dio cuenta que apenas tenía tiempo para ducharse antes de comer. Su plan de pasar a ver como andaba Matt tendría que esperar al día siguiente.
-¿Saben que es lo mejor de esto? Podemos usar los enchufes terrestres. Nada de raros y complejos aparatos para conectar un videojuego.
Lance parecía sumamente animado por esa noche. Pidge y Hunk lo seguían de cerca, caminando por los pasillos del Garrison. Ya casi todos estaban yendo a dormir, pero allí estaban ellos, detrás de su amigo, sin ser capaces de negarse a su petición de jugar videojuegos. Honestamente, más allá de esos estúpidos sentimientos dentro de ella, Pidge añoraba aquellos momentos. Los tres habían empezado juntos la aventura de Voltron, y ahora, años después, aquí estaban. Aún amigos, aun siguiendo a Lance en cada plan que se le cruzaba por esa mente hiperactiva.
-No sé de qué te quejas. Yo fui la que debió reprogramar y unir un montón de cacharros en el castillo para que ese videojuego funcionara. –Comentó Pidge mientras saludaba con un asentimiento a algunos científicos que se cruzaron en su camino.
-Soy una persona empática. Tu dolor es mi dolor. –Lance volteó la cabeza para mirar a Pidge y regalarle un guiño cómplice. La chica apartó la vista inmediatamente, rogando que su cabello despeinado tapara cualquier posible rubor.- Y créeme, realmente sufrí mientras te veía unir todo esos cables.  Por un momento pensé que moriría de aburrimiento.
Pidge recordaba a la perfección como Lance se negaba dejarla sola mientras construía el equipo necesario para poder conectar y jugar Killbot Phantasm. Ella había intentado decirle que era inútil, a fin de cuentas no podía colaborar en nada… pero Lance era persistente. Se había negado a dejarla trabajar en eso sola. “No me parece justo estar divirtiéndome por ahí mientras tú tienes que quedarte aquí, armando esta cosa.”   “¿Y que pasa si para mí esto es divertido?” “En ese caso tendrás el doble de diversión. Armar el equipo y además estar conmigo.”
Por supuesto Lance se había terminado aburriendo a los cinco minutos. Pero aun así no aceptaba la idea de irse de allí hasta que Pidge terminara. Ni aunque fuera tarde, ni aunque ella le dijera que no podría hablarle mientras trabajara porque eso la desconcentraría demasiado. Él se quedó allí por horas, hasta que finalmente  Pidge dio los últimos toques y conectó el videojuego. Cuando en la pantalla apareció el logo de Killbot Phantasm, ambos comenzaron a gritar de alegría, dando saltos por toda la habitación. Keith fue el primero en aparecer para decirles, en el tono más intimidante posible, que cerraran sus bocas porque el resto del castillo intentaba dormir. Pidge no recordaba con exactitud como había sido la conversación, pero Lance y Keith discutieron un rato hasta que, en aquel entonces paladín rojo, se retiró del cuarto luego de que ella prometiera que no gritarían más.
Aquella vez, aunque ambos estaban exhaustos, jugaron tres partidas de Killbot Phantasm en las que dos ganó Pidge, y la tercera dejó ganar a Lance.
Hace años que no jugaban videojuegos. Por un motivo o por otro no parecían encontrar el tiempo.
-Sean bienvenidos a mi humilde cuarto.- Dijo Lance mientras hacía una pequeña reverencia, indicándoles que podían entrar.
Hunk fue el primero en ingresar, seguido de cerca por Pidge, quien había decidido no alejarse ni un segundo del ex paladín amarillo.  No confiaba ni en ella, ni el Lance, ni en la situación.
Lo primero que observó fue una habitación desordenada… o mejor dicho una habitación a la que habían intentado ordenar rápidamente pero el trabajo había quedado por la mitad. Personalmente Pidge no podía quejarse, su cuarto estaba mil veces peor que eso. Pero Hunk, una persona sumamente ordenada a quien le gustaba perfumar su ropa y jamás dejarla en el suelo,  no dudo en mencionarlo.
-Oh dios, tengo flashback a nuestros días como compañeros de cuarto en el Garrison. Veo que tus costumbres no han cambiado.
-¡Oye! No es justo. Mis sobrinos se enteraron del videojuego y decidieron invadir mi cuarto para intentar vencerme en una partida. –Contestó ofendido Lance, haciendo a un lado la ropa sucia y los envases de soda vacíos, en su camino hasta le mesa de luz donde Killbot Phantasm se encontraba.
-¿Y como terminó eso?- Pregunto con una pequeña pizca de curiosidad Pidge mientras tomaba asiento junto a Hunk frente a la televisión.
-Lo importante es que gané experiencia, ¿De acuerdo?
Hunk ni siquiera intentó contener una risa burlona, y Pidge no fue capaz de quedarse callada tampoco. La idea de Lance, un muchacho de casi veinte años, quien había luchado y ganado contra el Imperio Galra, perder con sus sobrinos de trece era demasiado bueno para ser verdad.
-¡Las nuevas generaciones son mejores con la tecnología!-Se justificó Lance mientras prendía la televisión y el logo de Killbot aparecía en la pantalla.
Pidge y Hunk cruzaron miradas burlonas antes de volver la atención a Lance. Pidge no sabía cuánto había extrañado aquellas pequeñas interacciones con ellos dos hasta ese momento.
Lance se dio vuelta, y su silueta se dibujó gracias a la luz del videojuego a sus espaldas. Llevaba un control en cada mano y una sonrisa desafiante en los labios.
-¿Hacemos piedra papel y tijera o…?
-No es necesario.- Declaró Pidge. –Pueden empezar ustedes.
-¿Tienes miedo de estar fuera de práctica, Pidgey?- La interrogó Lance con un tono de soberbia, a lo que ella no dudo en contraatacar.
-No importa si voy primera o ultima, Lance.  Creo que todos sabemos que te voy a destrozar, como siempre.
Hunk parecía visiblemente incomodo en esa situación, probablemente porque sabía que de una u otra forma él sería el peor jugador de los tres. Lo más seguro era que se sintiera en medio de dos tiburones sedientos de sangre. Pero Pidge no le estaba prestando su completa atención. La sonrisa que Lance le estaba dando en esos momentos había apartado cualquier pensamiento racional de su cabeza. A primera vista parecía la típica sonrisa burlona de su amigo… pero había algo más…algo dentro de Pidge le decía que Lance estaba realmente feliz de volver a pasar tiempo con ella. Una sensación cálida invadió su cuerpo y se encontró devolviéndole el gesto. El momento, sin embargo, se vio interrumpido abruptamente cuando Lance decidió tomar asiento al lado de la chica, causando que, casi por acto reflejo, ella se levantara de un salto y se sentara en la cama del muchacho. Hunk y Lance intercambiaron miradas confundidas.
-Si ustedes van a jugar esta partida creo que es mejor que tengan más lugar ¿No? Yo me quedaré aquí por ahora.
Ninguno discutió la lógica de Pidge y Lance le entregó el control numero dos a Hunk para luego apretar inicio.
Pidge observó en silencio la mayor parte de la partida, riéndose de los comentarios de sus amigos y apoyando a Hunk, aunque todos sabían que lo más probable era que perdiera. Sin embargo, lo que resultaba innegable era que su amigo realmente se esforzó hasta el final, y para sorpresa de los tres, acabó solo dos puntos debajo de Lance.  Pidge se dejó caer desde la cama hasta el piso,  y tomó el control de la mano de su amigo declarando dramáticamente que lo vengaría. Hunk no parecía realmente afectado por su derrota, pero le divertía toda la situación, y ella disfrutaba verlo de esa manera. Por unos segundos podían olvidar las miserias de la guerra y concentrarse en ser adolecentes normales, por más imposible que eso fuese.
Cuando fue su turno, Pidge se sentó estratégicamente lejos de Lance, para que su presencia no la distrajera de ninguna manera. Antes de empezar la partida, el chico quiso convencer a Hunk que lo apoya a él, pero su amigo declaró que no tomaría bandos… y que si llegaba  hacerlo probablemente estaría con Pidge, porque ella estaba intentando salvar su honor.
Cuando Lance presionó el botón de inicio, todos los pensamientos y emociones que la chica podría haber tenido durante esas semanas se extinguieron de repente. Toda su atención estaba en ganar la partida. En esos años sin dudas había perdido algo de práctica, pero el espíritu competitivo estaba intacto.  Sus movimientos eran algo lentos y quizá esos controles eran diferentes a los del castillo, pero si algo la caracterizaba era su rapidez para aprender y adaptarse; y sin dudas tenía que ponerlo en práctica cuanto antes, porque Lance era un oponente formidable.
Quince minutos después, Pidge reclama su victoria, y con esta, el honor de Hunk, estando seis puntos arriba de Lance, quien no había dudado en pedir un desempate.
El tiempo pasó inesperadamente rápido. Los tres rieron, gritaron, comieron, se burlaron de Lance, y simplemente pasaron un rato excelente entre amigos.  Cuando Pidge miró la hora se sorprendió al ver que eran los tres de la mañana. Era un milagro que nadie hubiera tocado la puerta para callarlos. Sin dudas habían estado riéndose a carcajadas por horas.
-¡La próxima deberíamos invitar a los demás! No sé cómo Shiro podría jugar por… ya saben, ese brazo robótico... ¡Pero aun así! –Declaró Hunk, poniendo los envoltorios de comida en una bolsa mentiras Lance extraía el Killbot.
-Sí. Quiero que  Keith juegue esto. Debe ser muy gracioso verlo estresarse con un videojuego.-Concordó Pidge, parándose y comenzado a estirarse.
-De hecho…- Respondió Lance aguantando la risa tras el comentario de Pidge.- Quería estar solo con ustedes esta noche.
Hunk y Pidge cruzaron miradas enseguida.
-Oh Lance, ¡Es muy tierno de tu parte, amigo! – Hunk se llevó una mano al corazón y sus ojos se llenaron de lágrimas. A diferencia de Lance, Pidge sabía que aquella actitud no era una broma. El ex paladín azul había tocado una fibra sensible.
-Si… bueno. Es que quería hablarles de algo.
La sonrisa de Pidge se fue borrando muy lentamente mientras su cerebro se reactivaba luego de haber estado adormecido por tantas risas y comida chatarra.
-No se alteren pero…
Oh no…
-Hay algo que vengo guardando en secreto desde hace tiempo….
No. Por favor, no lo digas.
-Allura y yo estamos saliendo.
Y lo dijo.
Ni Hunk ni Pidge pronunciaron palabra durante unos cuantos segundos. Pidge no necesitaba procesar nada. Había sabido que ese momento llegaría hacia muchas semanas…. Pero aún así escucharlo decirlo decirlo en voz alta le provocaba un dolor inexplicable en el pecho.  Se reprochó aquellas emociones y hasta envidió el inesperado y asombroso control de Keith. Ella no podría lograrlo ni en un millón de años. Por el momento simplemente se obligó a concentrarse en no llorar, y rogó que Hunk fuera el primero en romper el silencio.
-¡Increíble! Ya sabía que algo pasaba entre ustedes dos pero… ¿Hace cuánto que…?
Las voces parecían lejanas. Pidge solo podía describir aquel sentimiento como aturdimiento. Cuando creyó que había llegado su turno para emitir una opinión puso su mejor sonrisa y declaró estar feliz por ellos.  Hunk la miró de reojo y ella no supo cómo tomarse aquel gesto de su amigo, pero decidió que lo meditaría  cuando llegara a su cuarto… algo le decía que a fin de cuentas no podría conciliar el sueño por un largo rato.
En el camino de regreso Hunk parecía querer preguntarle algo pero no encontraba las palabras adecuadas. Por su parte Pidge estaba sumergida en un océano de pensamientos y emociones encontradas. Apenas fue capaz de saludar a su amigo cuanto llegaron a su cuarto.
Una vez sola en los pasillos desiertos del Garrison, Pidge arrastró los pies hasta su cuarto. ¿Realmente estaba feliz por ellos? Si Allura y Lance se hacían bien mutuamente y querían estar juntos ¿No debería alegrarse por ellos? La ex paladín se sorprendió sintiéndose a gusto con la pareja. A fin de cuentas, más allá del dolor inmenso que cargaba dentro de ella, esos eran sus mejores amigos…. Lo que solo la llevaba a experimentar una culpa horrenda. No había salida. El futuro se estaba cumpliendo y ella aún no podía encontrar la manera de ser feliz en todo ese desastre. De hecho, lo peor de todo era que no sabía cómo ninguno de los tres podría hallarla. Si solo fuera ella… pero Pidge sentía que, consigo, estaba arrastrando a todos a una vida miserable.
La primera lágrima cayó por su mejilla cuando llegó a la puerta de su cuarto. Tragando saliva con dificultad, la chica se apoyó contra la pared y se dejó caer. No quería entrar y ver el tablero sin la foto. No quería pensar más en Lance, Allura o en el futuro.
-Idiota…- Murmuró.- Prometiste no llorar más por Lance.
Pidge respiró con dificultad. Odiaba romper una promesa. Al fin de cuentas, la persona con quien siempre podría contar era ella misma. Si comenzaba a romper las promesas que se hacía, entonces… entonces no tenía a nadie. Estaría completa y definitivamente sola.
-¿Dijiste Lance, Pidge?
El movimiento violento que hizo al levantar la cabeza le provocó un dolor que le recorrió todo el cuello.  Pero eso no era nada comparado con lo que sintió al ver el rostro lleno de amargura de su hermano frente a ella.  
54 notes · View notes
michellecoradogt · 2 years
Text
Tumblr media
No ves a Dios por NINGUN lado...!!!
De repente, has visto que el camino se te ha vuelto árido y monótono...
Da la impresión que vas en medio de un terrible desierto lleno de amenazas diversas...
Nada tiene sentido, ademas del temor que te envuelve, debido a las circunstancias contrarias que se te han presentado...
El cansancio y el desgaste ya no lo soportas...
Esa incertidumbre en la que no sabes como terminaran las cosas...
Que desanimo tan grande...
Sinceramente, no ves a Dios por ningún lado...
Has llegado a sentirte así como cuando Elías quedo tendido en el desierto, sin ganas de continuar mas la marcha...
Lee la referencia bíblica:
Y Elías se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová,
quítame la vida.
1 Reyes 19:4
Definitivamente, no entiendes porque razón te suceden las cosas...
Buscas preguntas...
Buscas explicaciones lógicas y... NADA.
Estas considerando tomar opciones humanas, porque tal parece que las divinas no te funcionan...
Cuidado...!!!
No vayas a cometer tal insensatez, pues aunque parezca una buena solución, no te traerá ningún provecho...
Mira con que anticipación estas recibiendo este consejo...
Como quisieras que las cosas fueran de otra manera, pero no.
Son como Dios las ha permitido...
Con esto que te sucede, hay propósitos sabios de parte de Dios para tu vida, aunque ahora no sepas por que...
Pablo te lo recuerda en la carta a los Romanos:
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28
Volviendo al ejemplo de Elías que te mencione en los primeros párrafos:
Fíjate bien...
Cuando Elías estaba prácticamente tirado en el desierto, un angel llego hasta donde estaba y le dijo:
Levántate, come...
Levántate y come, porque largo camino te resta.
1 Reyes 19:5,7
Hoy, Dios, por medio de esta reflexión te recuerda la importancia de alimentarte de su Palabra...
Necesitas hacerlo desde este momento, para que tengas esas fuerzas que estas necesitando hoy…
Para que tu mente sea clarificada y ordenada, y no tomes decisiones precipitadas...
Para que tus ojos espirituales, tengan la nitidez necesaria para ver mas allá de lo que los demás ven...
Necesitas alimentar tu alma, para que tu interior sea revitalizado con el Poder Sobrenatural del Espíritu Santo...
De hecho, nuestro Señor Jesús dice:
No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Mateo 4:4
Mantente fiel a la voz de Dios, aunque todo lo tengas en contra, el te garantiza que se encargara de solucionarte todo aquello que no puedas resolver...
Eso que te aflige, Dios se encargara de solucionartelo...
Esta es una respuesta que Dios te esta confirmando en estos instantes...
¿Te das cuenta como te lo ha confirmado?
No hay pues, razón para dudar...
No temas mantenerte fiel a lo que Dios te diga en la reflexión de su Palabra, pues te esta garantizando hoy, su total cobertura de protección y provisión...
Haz lo que le habías planteado a Dios en días o meses pasados.
El no lo ha olvidado...
Tu sabes de que se trata...
Hazlo...
Dios sera tu refugio, aunque las tempestades diversas, arrecien a tu alrededor...
Nadie podrá removerte de donde estas, si Dios no lo permite:
El justo no sera removido jamas...
Proverbios 10:30
¿No ves a Dios por ningún lado?
Creo que ahora, SI lo estas viendo con esto que te ha dicho hoy...
ADELANTE, PUES LARGO CAMINO TE RESTA AUN...
---------------------------------
0 notes
bemicarus · 2 years
Text
8/8
Son las 17:45, no estoy escribiendo mucho porque la verdad no vienen pasando mucho, estoy en "piloto automático", además creo que medio como que vos me cortaste en menos 10, y está bien lo re entiendo y es una paja ponerme mal por eso, digamos que es la 5ta vez ya que me lo digo, que no me enrosques si total me lo dejaste claro que no querías saber nada conmigo, que me veías de otra forma. Es triste y me duele y me cuesta un montón, pero que más puedo hacer? Si creo que te demostré algo de lo que estoy sintiendo (si estuviste leyendo esto después de ese solo día que te paso, seguro pensas que estoy enfermo jsjsjskwkwnekwk, igual si, no?), En fin vienen siendo unos días muy vacíos, monótonos, por lo menos esta semana tengo el Finde libre que seguro me la pasé haciendo nada, pero bueno, despejar un poco la mente o comerme más la cabeza. Es todo muy vacío sin vos, pero bueno, creo que a esta altura ya no se va dar más.
:(
Son las 17:52, estoy volviendo a casa, solo quiero acostarme y llorar un ratito para sentirme mejor.
0 notes
laentabipolar · 6 years
Text
El percance familiar.
Todo comenzó hace un mes y medio más o menos. Con el TAB es difícil saber si simplemente estas sintiendote bien, si estas en un periodo particularmente productivo o si estás en el comienzo de un episodio maníaco.
Desafortunadamente esta vez fue la última posibilidad. Había comenzado un par de proyectos artísticos, un par de semillas de emprendimiento y de alguna forma mi tarjeta de crédito se volvió mi mejor amiga. Pagando Uber, comidas rápidas, compras online, tatuajes (incluso pensé en dejar que un amigo se tatuara y pagarlo con mi tarjeta de crédito también). De alguna forma y de manera misteriosa, en menos de dos semanas casi la sobregiro, no sin antes haber gastado todos los ahorros que tenía en el banco, y todos los ahorros chiquitos que tenía en casa.
~Adiós ama y señora del dinero, fue bueno tener el control mientras duró.~
Con mis padres habíamos planeado y pagado, un mes atrás, un viaje familiar aPerú, ellos estaban súper emocionados; yo intrigada por conocer las maravillas creadas por mis ancestros lejanos.
Faltando tres semanas para el viaje llegué al punto máximo del episodio maníaco. Luego de una semana de descontrol y ansiedad, de saltarme dosis de medicamentos, de beber alcohol como si mi vida dependiera de ello. De llorar todas las noches mientras me reía de mí misma y no saber exactamente que parte de mi situación me hacía reír y que parte me hacía llorar, finalmente llegó el día.
Miércoles en la noche, a eso de las 2 o 3 am texteo a mi demonio favorito (de aquí en adelante le llamaremos F), quien como ya hemos determinado que es un demonio y es favorito obviamente no contesta. Entonces texteo a mi ángel favorito (mi amante actual), quien estaba en otra ciudad y probablemente durmiendo pues tiene que trabajar al día siguiente (a este ángel le llamaremos JF).
Tras no recibir respuesta de ninguno de los dos, recalc��, son las 3 am y ninguno de los mensajes es particularmente entendible, me quedo en el ataque de pánico, la hiperventilación, el saber – porque no es la primera vez que ocurre, y obviamente no fue ni será la última – que todo va a pasar pero no saber cuándo.
En algún punto me quedo dormida, me levanto tarde el Jueves, hacia las 11 am, desesperada por algo: un cigarrillo, alcohol, cortarme, darme contra el mundo de alguna forma que duela, abolle, moretee y deje marcas permanentes en esta carcasa humana; finalmente decido que la opción menos autodestructiva es hacer Yoga.
Si.
Yoga.
Hice yoga, lloré mientras lo hacía, lloré cuando terminé. Lloré después de haber pasado 45 minutos tirada en el mat. Llorando. Uno de esos llantos atacados que simplemente no podés parar.
Finalmente me levanté del mat para hacerme algo de desayuno (también lloré mientras hacía el desayuno, pero hey! Nadie dijo que el TAB funcional no está lleno de emociones). Me preparé un té y saqué un pan de la nevera. Busqué el cuchillo y lo encontré.
Y.
Lo.
Encontré.
Eso era lo que había estado necesitando toda la mañana, un filo, una hoja de corte para acariciarme la piel, abrirla como no lo hago desde hace 10 años y estaba en el cole. Dejar correr la sangre a ver si podía vaciarme de todas las cosas que no se estaban vaciando con las lágrimas. Cortar mi carne, abrirla, sacar cosas de allá adentro a las que nunca he podido poner nombre y por lo tanto nunca he podido hacerlas mías y dominarlas (tomamos poder de todo aquello que podemos nombrar y por eso no le das tu nombre a cualquiera).
Ahí supe que no estaba bien (si, en ese momento lo supe, no antes) y llame a mamá quien estaba trabajando. Mamá que deja todo tirado por mi desde que nací. Mamá que es una heroína y una de las pocas razones por las que nunca intenté suicidarme. Mamá que trabaja al otro la de la ciudad pero de todas formas viene en un santiamén. Mientras ella llegaba hablo con JF, le cuento más o menos del meltdown que estoy teniendo en ese momento. Me alejé de los cuchillos, salgo de la cocina, lloro mientras él me habla por teléfono y yo no entiendo nada de lo que dice. Solo su voz hasta que mamá llega y de ahí al hospital.
Tumblr media
Desde las 3 pm del jueves que me ingresaron a emergencias hasta las 5 am del viernes estuve en la misma sala, papá también llegó a acompañarme y no dejarme sola. Como en emergencias no hay psiquiatras me dieron un calmante (que no me hizo nada) así que le pregunté a la médico de guardia si debía tomarme mis medicamentos normalmente, la médico titubeó un poco antes de decir que sí. Finalmente alguien llegó con otra inyección, esa sí que hizo efecto. Me dormí en la sala de emergencias y desperté en la habitación del hospital psiquiátrico no sé cuantas horas después. El siguiente día que recuerdo es el domingo, aunque yo pensaba que era sábado hasta que me explicaron que había dormido casi todo el día por el sedante.
Ahora, los hospitales psiquiátricos no se parecen en nada a Girl, interrupted. No se hagan ilusiones. Son aburridos, monótonos y no sé cómo la gente sale de allá supuestamente mejor de lo que entró, pero de eso hablaré en otro post, lo prometo.
Volviendo al tema de este post y su título. Después de salir del hospital comencé a ver a un psiquiatra particular por aquello de la psicoterapia (que no soy muy fan pero dicen que ayuda así que ahí voy una vez a la semana y tomo mis medicamentos a la hora, y llevo un chart de moods etc,. De todo esto tmb hablaré en otro post). Uno de mis más grandes miedos es volverme un obstáculo. Ese miembro de la familia que nunca puede avanzar por sí mismo y siempre hay que estar cuidando. El minusvalido, el enfermo. Así me siento y me da miedo. El doctor dijo que probablemente era mejor aplazar el viaje.
Tumblr media
Ese día fuimos con mamá y papá a la cita. Unas horas antes mamá me había dicho que le diría al médico que recomendara eso precisamente, que le da miedo salir de país o ir a cualquier lado mientras sigo tan inestable. El médico estuvo de acuerdo con ella y papá se reservó el derecho a guardar silencio (siempre el mediador y terreno medio). Por mi parte no pude ignorar los miedos de mamá, al fin y al cabo son los mismos míos. ¿Qué va a pasar si un día tengo que responder por un trabajo real que no se ajuste a mis necesidades? Es una pregunta que me llena de pavor y que al parecer discutiremos en la próxima sesión con el Dr. MM (mi doctor).
Lo del viaje… Al final quería ir solo para demostrar que puedo, que la enfermedad no me controla y que soy “libre“, pero no es tan así. La depresión y el trastorno bipolar son las causas más grandes de discapacidad a nivel mundial, ya debería de saberlo, lo he estado viviendo y negándoselo a todo el mundo (hasta a mi misma) por más de la mitad de mi vida.
Finalmente papá llamó a la agencia de viajes para cancelar/posponer el viaje por un “percance familiar“. Y auqne sé que ellos no piensan de mí en esos términos yo sí lo hago; me siento así con todo lo que ha pasado y la forma en que las cosas han cambiado en casa, de lo que hablaré en otro post.
A.
14 notes · View notes
kimhofmont-blog · 6 years
Text
Hasta nunca
José va saliendo de la embajada alemana. Al fin, al fin se va a ir y me va a dejar en paz. Se va a Alemania, el país de la cerveza y las papas. No se porqué en Alemania todos aman comer papa. Papa hervida, papa a la francesa o papa al horno. Da igual la presentación, a todos les gusta. La papa es un tubérculo originario de Perú, que durante la época prusiana se comenzó a comercializar en Europa. Hoy en día es uno de los alimentos mas populares de la cultura occidental.
Personalmente la papa no es de mi agrado. Detesto llegar a mi casa y escuchar de mi madre que de comer hay papa. En serio no me gusta este tan famoso tubérculo. En mi opinión no tiene un sabor particularmente especial y su consistencia tampoco es de mi agrado.
Siempre me quejo cuando mi mamá sirve papas en la comida y como es de esperarse ella se pone furiosa. Gracias a una simple papa se desata una extensa  discusión, que al final poco tiene que ver con las papas. Empezamos a discutir sobre mi desagrado por las papas y terminamos peleando sobre el orden o, según mi madre, sobre el desorden de mi cuarto.
Yo no creo que mi cuarto este demasiado desordenado. Admito que si hay una que otra cosa fuera de su lugar, pero juro que encuentro todas mis cosas. En cambio mi madre afirma que en mi cuarto ha de haber hasta ratas bajo todo el desorden y que seguro no tengo ni idea de que hay tirado en mi cuarto.  Algo que si puedo afirmar para su tranquilidad es que en mi cuarto no hay ninguna rata, esté recogido o no, porque les aseguro que de existir una seguramente ya la hubiera visto y no hubiera vuelto a entrar a mi cuarto  por nada del mundo.
Volviendo al aburrido y monótono camino de José, el camina todo derecho hasta llegar a una glorieta. En la glorieta hay una tienda de Telmex y José se pone a pensar si debe o no pagar la cuenta del teléfono, pero decide que no es una buena idea en ese momento.En la primera salida de la glorieta da vuelta a la izquierda y vuelve a caminar todo derecho. En ese tramo se vuelve a encontrar una tienda de Telmex. Vuelve a pensar si debe de ir a pagar su teléfono. ¿Qué pasará si no paga el teléfono? ¿Le importará esto a la enorme  empresa mexicana de telecomunicaciones que ofrece una alta gama de servicios y productos relacionadas con las telecomunicaciones? No lo creo.
Si eres mexicano debes saber que esta empresa da servicios de internet, teléfono y televisión por suscripción a la mayoría de los mexicanos. Seguramente tú también utilizas algunos de estos servicios que la empresa Telmex brinda. Como todos saben Telmex es controlada por uno de los grupos mas poderosos de México, el tan famoso y conocido, Grupo Carso, cuyo accionista mayoritario es el magnate Carlos Slim.
Carlos Slim es uno de los empresarios más exitosos de toda la historia y probablemente es uno de los mexicanos con más influencia en el mundo. Seguramente él decide un gran porcentaje de tu vida y tú ni te das cuenta.
Slim también es padre de familia y tiene seis hijos: Carlos, Marco Antonio, Patricio, Soumaya, Vanessa y Johanna. El nombre de su segundo hijo me recuerda a un político romano, pero creo que no tiene nada que ver la elección del nombre Marco Antonio, por Slim y su esposa, con la importancia del político romano.
Para los que no sepan por pura ignorancia quien es Marco Antonio se los presentaré. Marco Antonio fue un militar y político romano que durante su vida logró gobernar el gran imperio romano, además de ser un personaje que logró grandes hazañas militares. Pero como cualquier ser humano se enamoró de alguien. Pero en el caso de Marco Antonio su enamoramiento fue tan dramático que hasta el mismísimo Shakespare se interesó en el.
Luego de haber pasado por Telmex y haberse decidido por si pagar el teléfono, José cruza el parque Lincoln y se encuentra a nada de llegar al restaurante Bello puerto de Polanco. Mientras José camina lentamente por el bosque escucha unos pajaritos que cantan alegremente.
Cualquiera ama pasearse por este precioso parque. Los pájaros no dejan de cantar y el estanque esta rodeado por niños que felizmente juegan con unos barquitos a control remoto. La magia de este lugar solo se interrumpe cuando un niño llora porque su barquito dejó de funcionar o una mamá regaña a su pequeño por estar haciendo travesura tras travesura.
Los niños son muy traviesos, pero es una parte de su naturaleza. Todos los niños hacen una que otra travesura. Le jalan el cabello a sus hermanos, pintan una pared con acuarelas o rompen alguna ventana con un balón. Y claro que los padres muy decepcionados los regañan.
Es horrible cuando tus padres te regañan, aunque de niño ni cuenta te des. Pero conforme pasan los años vas notando que a ellos les provoca un profundo dolor ver a sus hijos tristes y decepcionados después de un regaño. Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, por lo cual luchan para que ellos tengan el mayor éxito posible en sus vidas después de dejar su hogar.
José termina de recorrer el parque Lincoln y llega al restaurante, en el cual al fin nos despediremos para nunca volvernos a ver. Él se va a Alemania, dejará Mexico para siempre y seguramente yo me olvidaré de él.
1 note · View note
jorgemengia · 4 years
Text
Un docente de oficina
A mediados del 2005, cambié las clases en el ISMM de Villa del Parque por la sede de Olivos, en Vicente López, a dos cuadras de la quinta presidencial. Mi desembarco en la Provincia de Buenos Aires estaba comenzando. Y más aún, cuando en Julio, me llaman del lugar más polémico y extraño en el que trabajé alguna vez: La Fundación Unión de Centros Educativos (FUCE) radicada en el multitudinario centro de San Miguel. El FUCE era un bachillerato a distancia y acelerado, o sea, todo lo que está mal en educación. Aquí comprobé que todavía se puede bajar un nivel más a la hora de obtener un título secundario. Pasando por las clases particulares y el secundario acelerado llegás al secundario a distancia. Si no lográs terminar el secundario con ese sistema ya nada ni nadie puede ayudarte. Quedé a cargo de todas las materias de sociales que daba el Instituto, con una carga horaria, si mal no recuerdo de 30 horas cátedra. La grilla estaba organizada como el horario de una escuela presencial, absurdamente, con los recreos incluidos. Yo tenía que ir todos los días de 17.10 a 21.30 de la noche, pero no tendría clases. Mi trabajo consistía en estar frente a una computadora con internet y un teléfono de línea para responder consultas de los estudiantes que estaban cursando. Era un trabajo de oficina, pero con una particularidad: No tenía nada que hacer. Yo estaba sorprendido y hasta a que no me depositaron el primer sueldo nunca creí que me podían pagar por eso. Lo más bizarro: nunca, absolutamente nunca, en las tediosas horas que dediqué en ese empleo, recibí consulta por mail, y durante el eterno año que estuve allí, sólo dos estudiantes me llamaron por teléfono. Es decir, que mi trabajo era ir, sentarme frente a la computadora y no hacer nada. Compartía oficina con el resto de los docentes, que tenían muchas menos horas que yo, llegaban, cumplían su horario y se iban. Yo me quedaba y buscaba pornografía en horario de trabajo.  No había nada más que hacer, las redes sociales aún no existían y yo cumplía el horario religiosamente. Me iba después que la directora, quedándome sólo con el personal de limpieza. Una adulta mayor bastante charleta que seguro sabía que yo usaba internet para fines onanistas. Cuando se dieron cuenta que yo cumplía el horario como un boludo, me dieron una llave y fui el encargado de cerrar la oficina. De Agosto a Diciembre fue igual. Monótono, aburrido y solitario. De vez en cuando, me visitaba Alejandro, que vivía por la zona. Pasábamos la tarde en San Miguel. Recorríamos el centro, comprábamos facturas y merendábamos en la oficina. Así conocí esa zona céntrica del conurbano. Fue lo más interesante de ese trabajo. Nunca había visto tanta gente caminando por la calle, ni siquiera en el centro de Buenos Aires. En palabras de mi malicioso amigo Alejandro, era como estar en Nueva Delhi. En este punto, es inevitable caer en el lugar común del porteño que descubre el conurbano. Llegaba a San Miguel en el ferrocarril San Martín, desde la estación Devoto. Locomotora Diésel y coches con puertas abiertas. Para mí, un cándido porteño, era algo completamente nuevo.. La estación San Miguel, de la que tanto hablaba Dolina en sus programas, donde simulaba ser un vendedor de panchos, era el último punto de civilización en ese conurbano indomable. Por lo menos yo lo creía así. Me sentía un extraño en ese mar de gente. Algo así como Beatriz Sarlo, aquella vez que escribió una nota en la revista de Clarín sobre el nuevo shopping de Haedo y las curiosas costumbres de los lugareños. A diferencia de Sarlo, yo iba a San Miguel todos los días, de modo que, mi identidad porteña comenzó a desvanecerse por esa época y, después de 13 años trabajando en el conurbano, donde hice escuela en más de 10 localidades, puedo decir que me siento un experto hablando de ese vasto universo. Con Alejandro, Martín y Eduardo, podíamos hablar horas sobre las gentes, los lugares y las costumbres de regiones desconocidas para cualquier porteño, como Rafael Castillo o González Catán.
Volviendo a al FUCE, la única tarea, relativamente seria que hice allí, fue corregir algunos exámenes que los inscriptos, me niego a llamarles estudiantes, vinieron a rendir en varias fechas. Ahí me di cuenta que era verdad. Había gente que estaba “cursando”. Otra tarea, mucho menos seria, fue pasar varias horas firmando exámenes ya corregidos por otra persona. Llegaban exámenes de otras sucursales, suponía, y como la directora me había pedido que los firme, los firmé a todos. Eran cientos, miles. Y lo hice, más que nada por hacer algo.  
A partir de Enero del 2006, después de cumplir religiosamente por 5 meses el horario en San Miguel, comencé manejar los tiempos a discreción. No había control de entrada ni salida, no había libro de firmas ni fichaje de ningún tipo. Así que en vez de entrar a las 17.10 como era habitual, comencé a hacerlo a las 18 o 18.30, según me viniera en gana. Y, obviamente, nunca más me fui a las 21.30. Nunca nadie me dijo nada. La Directora, la secretaria y los otros docentes no aparecieron durante el verano. Sin embargo yo iba, porque me habían dicho que tenía que ir y porque era una forma de salir de mi casa y decir: “me voy a trabajar” aunque sea una farsa. Ellos seguían pagando, y no ir me parecía una total desfachatez. Con el tiempo cambié de opinión.
Mundial 2006 y yo ya había decidido no ir al FUCE los días de partidos importantes y así lo hice. Como era de esperarse, nadie opuso resistencia. Hasta que un día, en el cual Alemania e Italia se jugaban la permanencia en el mundial, me llaman del FUCE. Yo estaba mirando el partido en mi casa en el mismo momento que tendría que estar allí, respondiendo consultas.
–Hola, Jorge ¿Vas a venir? –me preguntó la secretaria que había visto unas pocas veces en la oficina
–Sí, sí, estoy yendo. –contesté mientras comenzaba a manotear la ropa para vestirme. -En media hora estoy.
–Bueno, dale, te estoy esperando porque tengo que hablar con vos.
Listo, me echan, pensé mientras manoteaba la mochila y la campera. En el viaje en el San Martín, mi mente divagaba sobre posibles diálogos con la secretaria. ¿Debía pedir o no indemnización? Me parecía un caradurez pedir indemnización cuando hacía un año me pagaban sólo por cumplir el horario que, además, había cumplido solo por 5 meses. Obviamente estaba en mi derecho. Si me contrataron fue por mi capacidad para trabajar, mi fuerza de trabajo, diría un marxista. Si ellos no dispusieron de esa capacidad en todo el año no era mi problema. Al llegar me recibió la persona que hacía de secretaria y allí me di cuenta que tenía un papel administrativo mucho más importante. Me informó que el instituto iba a cerrar. No tenía que ir más. Se me iba a pagar el salario del mes, los proporcionales y si te he visto no me acuerdo. Ni siquiera atiné a reclamarle indemnización. A pesar que me correspondía, me parecía una estafa mayor a la que ellos habían organizado. Me dio una dirección en el centro de Buenos Aires para ir a buscar la liquidación y eso fue todo. Adiós al FUCE, a San Miguel y al glorioso ferrocarril San Martín que me llevaba y me traía
Unos días después, mientras estaba cenando en casa la casa de mi amigo Carlos, aparece en TN una noticia que me dejó estupefacto. La sucesión temporal se detuvo por un instante. Habían denunciado al FUCE, en España y Argentina, por expedir títulos truchos. -Bueno, voy en cana, pensé. Había firmado miles de exámenes y libros de actas. Mi nombre estaba en todos lados. Me acordé de la película “Plata Dulce”. Yo era el boludo de Bonifatti y la supuesta secretaria, que me había contratado y despedido, era el hijo de puta de Arteche. Fueron momentos de incertidumbre y de seguir la noticia minuto a minuto. Finalmente, con el correr de los días, la angustia inicial de que mi carrera docente terminara antes de empezar se desvaneció completamente. Mis amigos y mi familia nunca supieron que yo había trabajado allí.
https://www.facebook.com/estodeladocencia/
0 notes
kyrylys · 4 years
Photo
Tumblr media
Hoy aprovecho una foto para hablaros de tres libros, ya que -por lo menos en la edición digital que tengo- las portadas no varían y pienso que sería muy monótono ver la misma portada con el título cambiado. Además hasta dónde sé hay una edición en físico que aúna en un sólo volumen la trilogía. Pero bueno, al lío: La trilogía es "Claus y Lucas", también llamada "El cuaderno de las mentiras" y que se compone por "El gran cuaderno", "La prueba" y "La tercera mentira". He de decir que esta trilogía me ha dejado con sentimientos muy confusos; no sé si estoy ante una genialidad o ante un esperpento producto de drogas psicotrópicas más fuertes que las que tomaba Phillip K. Dick. El caso es que son adictivos, tremendamemte adictivos y que nunca sabes por dónde te va a salir. Recuerdo que en el segundo tomo cuando las cosas parecía que se estaban encauzando y volviendo a una cosa bastante normal, tuve que parar de leer mientras me entraba una risa nerviosa mientras decía "no puede ser, es que no hay nadie normal en éste libro???" y seguía riéndome a carcajadas. Lo que si me sorprendió es que a pesar de la premisa que nos sitúa a los dos gemelos cuando son dejados con su abuela en un pueblo lejos de la capital en la que viven con su padre por culpa de la guerra es el aura de nostalgia que desprende, no sólo por el costumbrismo si no incluso por amparar en el mismo sentimiento violencia sexual sobre todo dirigida a menores y casi hacer que el conflicto bélico sea casi anecdótico. Me imaginaba algo... más al uso. Creo que es la mejor forma de definirlo. Y poco más puedo decir sin entrar en spoilers, pero si que si tenéis alguna red flag con los abusos sexuales no os acerquéis al primer libro. #Leído #Read #ClausYLucas #ElCuadernoDeLasMentiras #AgotaKristof #ElGranCuaderno #LaPrueba Traduce: #AnaHerreraFerrer #LaTerceraMentira Traduce: #RoserBerdaguéCosta #novela #LeoAutoras #Bookstagrammer #Bookstagram #BookstagramEspaña #BookstagramEnEspañol #marKapaginas #ebook #kindle #kindleK3 #KindleKeyboard #leoendigital #bookaddict #bookaholic #bookphotography #booknerdigans #bookporn #booklove #instabooks #bookstagramcommunity (en Triana (Sevilla)) https://www.instagram.com/p/B_Si6R2l0ld/?igshid=11jduwotvp3w5
0 notes
se-m-piterno · 4 years
Text
Amor de mi vida...
Voy a empezar esto diciéndote que son las 8 de la mañana y tuvimos un día bastante loco, por lo que quizás no me esperaba estar haciendo esto de esta manera. Llevo planeándolo mucho tiempo, tuve mil ideas distintas y ninguna se acercaba ni un poco a todo lo que te mereces vos. Pedí ayuda en su momento incluso, no me sentía capaz de hacer algo que estuviese a tu altura. Pero por alguna razón siempre que lo planeaba y planeaba algo grande las cosas salían mal, de alguna manera u otra. Pero nunca pude dudar de eso en el medio, de lo que quiero, de mis sentimientos y es que creo que hay mucho en lo espontáneo que me hace pensar en nosotros. Porque justamente todo lo que somos pasó de forma inesperada, tanto el hecho de conocernos, como cada una de todas las cosas que pasaron después. Dejame explicarte un poco más sobre esto…
Dicen que para ser espontáneo quizás también hay que ser un poco imprudente, “vivir el momento”. Hay mucho en la naturalidad que tiene que ver con ser espontáneo y es que todo lo que sale de serlo realmente parte de lo que uno siente -o eso dicen-. Yo puedo afirmar que eso es verdad y puedo hacerlo desde el primer segundo en el que te apareciste en mi vida, a romper con todos mis esquemas, a descolocarme y darme vuelta el mundo de maneras en las que todavía no termino de explicarme del todo. Aprendí de lo espontáneo al conocerte porque eso nunca antes se sintió seguro para mí. Y en todo el proceso de aprender a ser espontáneo y a dejar de lado todos los límites y reglas que le ponía a mi vida, aprendí en el medio lo que es amar sinceramente, naturalmente. Porque cuando amas de esa manera las cosas no se planean, no se piensan, porque todo es tan real y está tan presente que es muy difícil hacer algo para controlarlo. Porque al amor verdadero no se lo puede controlar y lo sentís desde el fondo del corazón hasta que es casi imposible hacer algo para pararlo y las cosas solo pasan, a medida que todo se va incrementando cada vez más, más y más. Y así pasamos nosotros, espontáneamente y dentro de toda esa espontaneidad y naturalidad construimos esto que hoy es toda mi vida. Vos sos toda mi vida. Y dentro de toda esa imprudencia y de ese “aquí y ahora” encontré mi lugar, a mi persona y juro con una mano en el corazón que nunca antes me había sentido tan seguro como ahora. Entonces para hablarte de eso ahora me toca hablarte un poco más sobre mí, sobre vos y sobre nosotros.
Te conocí en un momento bastante difícil de mi vida, ya sabes bastante de eso. Estaba muy acostumbrado a estar solo y es que ya me había decepcionado lo suficiente de los demás y de mí mismo como para seguir intentando algo que para mí -en ese momento- no tenía ninguna clase de sentido. Estaba solo, perdido en lo monótono de una vida llena de cuestionamientos y es que, si algo no se adaptaba realmente a las reglas que me había puesto para protegerme en ese momento, entonces lo descartaba. Dejé de hablar de amor por mucho tiempo y que hay mucho en el amor que es tan subjetivo que no me dejaba estar tranquilo, porque había mucho en la objetividad que en ese momento lograba darme paz, seguridad. Mis miedos me atormentaban constantemente, pero siempre que me acercaba a alguien me tocaba ocultarlos porque estaba seguro de que de alguna forma u otra iban a juzgarme y eso terminaba pasando en algún momento, porque el mostrarse vulnerable a veces es inevitable, pero lastimosamente hay que saber bien con quién. Me cerré bastante, estaba tan acostumbrado a verme mal y a convencerme de eso mucho más con cada vez que intentaba seguir adelante y hacer las cosas bien que me convencí de muchas cosas. Me convencí de no ser bueno para nada y menos para alguien. Me convencí de que quizás hay muchas cosas que no me merezco y por eso salen mal. Me convencí de ser incapaz de hablar de amor porque de igual forma era incapaz de querer. Me convencí de cada cosa que dijeron de mí y de cada cosa que pensaba yo por todo lo que pasaba en el momento hasta volverme lo suficientemente inseguro como para encontrar paz únicamente conmigo mismo. Y quiero que sepas que no iba a mencionar nada de esto porque soy incapaz de arruinar este momento, pero hay mucho en todo esto que siento que es importante para explicar de mejor manera mi punto.
Cuando llegaste todo estaba quieto para mí, apagado, en el mismo lugar de siempre y yo estaba convencido de que, a pesar de que me llamabas la atención, nunca iba a estar a la altura que necesitaba para llamar la atención de alguien como vos. Ahí fue cuando me contradijiste por primera vez. Recuerdo perfectamente lo mucho que me costó convencerme de todo lo que estaba pasando cuando Tomás vino a hablarme de lo que había hablado con vos, incluso recuerdo cómo me reí al momento en el que me dijo que iba a pasarte mi user cuando pusiste ese tweet sobre lo que esperabas para año nuevo, realmente no pensaba que algo así podía salir de esto. Cuando él vino a mostrarme tu reacción me paralicé, me paralicé tanto que incluso me costó seguirte hablando como siempre, supongo que traté de disimularlo lo suficiente como para que no se notara. Hablaba mucho con él de lo poco que podía creer que una persona como vos se fijara de esa manera en alguien como yo y tu reacción fue tan espontánea y tan sincera que me diste la seguridad de animarme a avanzar con eso. Y no sabes cuánto agradezco toda esa secuencia de cosas. Desde el primer like hasta la primera captura de un tweet tuyo que saqué bastante nervioso para preguntarle a Tomás si pensaba -como yo- que lo que habías puesto era por mí. Y cada día que pasaba te encargabas de mostrarme con algún detalle lo bien que te sentías hablando conmigo, así no fuera directamente. Tus escritos siempre fueron parte de lo que tenemos vos y yo. Cada día que pasaba tenías algo para decir que me hacía pensar mucho en nosotros y lo plasmabas de una forma tan particular que me hacía incluso poder verte de forma mucho más transparente a través de todo eso. Al principio me daba un poco de miedo mostrarte que me identificaba con ellos porque no quería asustarte, pero lo hacía y te veía. Te veía en todos y cada uno de esos y ahora cada vez que me tomo un tiempo para pensarlo me doy cuenta -una vez más- de lo recíproco que fue todo siempre entre nosotros dos. Y con cada cosa que iba pasando entre nosotros, por cómo íbamos sintiendo los dos -a la par- me convenciste de que quizás ese sí era el momento y vos sí eras la persona para mí.
Las cosas fueron avanzando muy naturalmente entre nosotros, lo suficiente como para que todo se sintiera muy seguro desde el principio y es que yo siempre me sentí bastante loco por tener la sensación de conocerte de toda la vida, como si estuviéramos destinados a ser. Una vez me dijiste que una de las cosas que destacabas de nosotros era que, a pesar de conocer -en parte- los sentimientos del otro, nunca dejamos de ser amigos y nuestra amistad solo se fue fortaleciendo mucho más con el paso del tiempo, hasta que el lazo entre los dos se volvió irrompible. Y es que siempre fuiste eso, mi mejor amigo y mi compañero, a pesar de que mis sentimientos por vos solo se iban incrementando con el paso del tiempo, nunca pude dejar de sentirme en confianza respecto a las cosas que queríamos o podíamos hacer. Y eso siempre habló mucho de la relación que tenemos nosotros dos. Siempre nos sentimos seguros con el otro y con la confianza suficiente como para hablar de lo que sea y esa fue una de las cosas que sentí desde el primer segundo en el que empezamos a hablar. Nos mandábamos mensajes muy largos, hablando de más de un tema a la vez y proyectando a futuro como si nos conociéramos de toda la vida. No quería tardar en responderte y a veces eso se me hacía difícil por todas las cosas que teníamos para decir y desde ese primer momento conectamos, a pesar de ser tan diferentes, en nuestra forma de pensar, en todo lo que -nos- queríamos. Y las cosas entre ambos solo se fueron dando tal y como tenían que darse, sin que ninguno de los dos pudiera siquiera percatarse de eso. Así siempre funcionamos los dos.
Recuerdo lo mucho que me aterraba no ser suficiente para vos, lo mucho que me asustaba que las cosas salieran mal entre nosotros y es que con cada segundo que pasaba yo me sentía más y más seguro con vos, y eso me asustaba. Nunca me creí capaz de llevar una relación como se debe y cada día que me despertaba sintiendo más y más cosas por vos solo podía pensar en lo mucho que me aterraba que las cosas se terminaran y en mi instinto siempre estaba el salir corriendo, irme lejos, porque no me sentía lo suficientemente capaz de ser alguien que estuviera realmente a la altura de lo que vos te merecías. Y me atascaba, me bloqueaba y durante todo el día pensaba en mil cosas distintas hasta que finalmente llegabas y me hablabas tan tranquilo como siempre y sin darte cuenta, me devolvías toda la paz en un segundo, volviendo a convencerme de que, de hecho, no había otro lugar en el mundo en el que tuviera que estar que no fuera ese, ahí con vos. Y así fue como me contradijiste por segunda vez. Cuando en cada momento en el que tenía miedo me abrazabas con tanta fuerza sin siquiera percatarte de eso porque la seguridad que me dabas vos nunca se comparó a nada que pudiera haber sentido antes y eso lo sentía simplemente con tenerte cerca, porque todo lo que me dabas y me mostrabas siempre fue más fuerte que cualquier miedo que pudiera tener y aunque a veces me ponía bastante terco, vos estabas ahí para recordarme que las cosas iban a estar bien entre nosotros sin siquiera tener la intención de hacerlo.
Y desde ese momento comencé a ver algo en vos que nunca había visto en nadie más y eso es lo que en parte nunca me creo capaz de explicarte, pero ahora voy a hacer el intento y espero darte al menos una mínima idea de lo que pienso en ese sentido. Yo siempre vi luz en todo lo que tiene que ver con vos. En tu forma de ser, tu forma de hablar, las cosas que te interesan y la forma en la que te interesan, tu forma de sentir e incluso todo tu entorno. Y es que yo nunca había conocido a una persona como vos en ningún sentido. Hay mucho de eso en lo que te escribí en su momento y hay partes en particular que creo que me van a ayudar un poco mejor a hablarte de esto:
(…) “Su fuerza, que es capaz de hacer temblar la tierra y hacer caer el mismo cielo, sin ni un poco de remordimiento, de culpa.” Porque sos tan imponente que donde sea que estés siempre te vas a hacer notar, por el brillo que irradias constantemente, por lo talentoso que sos y por la capacidad que tenés para cambiar todo -y a todos- a tu alrededor sin darte cuenta porque quizás muchas veces no tenés la intención de hacerlo, pero sos lo suficientemente capaz de hacer las cosas bien y de -hacer bien- como para poder hacerlo sin siquiera darte cuenta de eso en el momento. Porque hay mucho de vos que tiene que ver con el amor, porque sos apasionado, sensible y todo lo que haces es tan desinteresado que ni siquiera tenés una mínima idea de todo el cambio que generas tanto en lo que haces como en los que conoces. Sé y estoy seguro de que naciste para cambiar el mundo de alguna manera y así va a ser. Yo soy muy afortunado por el hecho de que compartir tu vida conmigo para cambiar la mía todos los días.
“Porque para mí eras energía, fuerza. Ese tipo de fuerza que mueve montañas. Que te levanta desde el suelo hasta el mismo cielo, hasta tocar las estrellas.” Porque desde el primer momento en el que apareciste me tomaste por sorpresa y a pesar de que yo veía todo de manera bastante mala, te encargaste de levantarme desde el suelo y elevarme hasta lo más alto del cielo, casi cerca de donde estás vos. Y eso haces siempre, haces que hasta lo más horrible del mundo se sienta bien. Haces que lo complejo se sienta muy fácil, casi un chiste. Porque tenés la capacidad de encontrarle el lado bueno a cosas que yo nunca pensé que podía cuestionarme hasta que te conocí. Porque sos muy constante y dentro de todo eso ves mucho de la vida que nadie más ve y la haces ver fácil, aunque no lo sientas así, lo haces ver muy fácil.
“En tu mirada estaba el futuro en el mismo presente. Lo coherente dentro del desquicio más grande. La respuesta a un sinfín de preguntas que -según yo- jamás podrían ser resueltas.” Y es que yo siempre te repito que hasta el desquicio más grande se siente mucho más coherente cuando vos estás conmigo. Porque estás completamente loco en el mejor de los sentidos, porque siempre podés ver más allá, nunca te quedas en su lugar, nunca te conformas, siempre aspiras a más y dentro de todo ese caos, tenés los pies sobre la tierra y haces que hasta la locura más grande del mundo se sienta segura, porque estás vos y si estás vos, nada malo puede pasar. Yo doy fe de eso.
“Porque adentrándome dentro de lo complejo de tu singularidad no podía mantener nada, no podía mantenerme firme. Mucho menos controlarte.” Y es que hay algo en la simpleza de lo que sos que no se parece a absolutamente nada de lo que vi jamás y con una mano en el corazón puedo decirte que eso nunca deja de hacer que me quede completamente helado. Porque todo lo que tiene que ver con vos es tanto, es tan grande, tan particular, que es in capaz de controlar y es tan difícil controlarte, que hay mucho en esa seguridad que hace que todo lo que está a tu alrededor se pueda sentir tan seguro, tan estable.
“Eras calma, paz en medio de una multitud incesante, que nunca deja de moverse, de hacer ruido. Y así, en el silencio incluso, vi que eras eso: insurrección. Un grito de esperanza frente a un mundo que parece estar perdido.” Porque a pesar de que seas muy tranquilo y todo a tu alrededor se sienta tan calmo, tan en paz, sos mucho más que eso. Y eso de estar tan alto y tener tanta fuerza es tan tuyo, que te llevas todo por delante sin siquiera darte cuenta. Porque cuando estás todo se siente bien en el medio del caos y aunque todo esté calmo, aunque vos estés tranquilo, tenés la fuerza suficiente para cambiar todo y hacerlo ver de manera diferente. Y sé, una vez más, que estás acá para hacer un cambio inmenso y aunque a veces sea difícil ver eso, estoy seguro de que la vida se va a encargar de mostrártelo con el paso del tiempo y no sabes lo afortunado -otra vez- que me siento de poder compartir eso con vos.
Hay mucho más que podría poner de todo lo que te dije, pero creo que la mayoría se resume a eso. Siempre vi algo diferente en vos, que no tiene nada que ver con lo que siento, siempre vi que eras diferente. Lo siento en tu forma de ser, en tu energía, en todo lo que irradias sin darte cuenta. Veo tu amor en cada cosa que decís o haces, incluso en los momentos en los que pensas que no veo nada o que no debería ver nada. Porque sé y estoy seguro de que no hay absolutamente nada que no hagas con amor, porque sos sensible, apasionado y constante. Sos la persona más detallista que conocí en mi vida, sos muy perfeccionista también y por eso nunca nada te sale mal, incluso las cosas que no te gustan tanto. Sos muy inteligente también, sos muy dedicado y por eso disfruto tanto de leerte/escucharte. Sé que no vas a decir nada sin estar seguro de eso y cuando hablas de las cosas que sabes me siento muy seguro y tomo todas y cada una de esas, porque incluso las cosas que te gustan tienen mucho que ver con la persona que sos, con lo que querés y dentro de todo lo que elegís para tu vida, para vos, se reflejan tus ideales y tu forma de pensar y yo no podría estar más orgulloso de poder compartir mi vida con una persona como vos. Tan única en todo el sentido de la palabra.
Y poco a poco fui enamorándome de cada una de tus cosas, de todas y cada una de las cosas que te complementen y te hacen ser quien sos. Y es que amo infinitamente la forma que tenés de expresarte, siempre sabes qué decir y cómo decirlo, aunque a veces te sientas mal porque no sea en el momento. Amo que todo con vos sea tan espontáneo y que a pesar de serlo siempre sea tan perfecto. Amo que tu amor sea tan desinteresado, tan puro y tan sincero. Amo la forma en la que proteges y querés a tus amigos, preocupándote siempre hasta por el más mínimo detalle. Amo que estés en todo, que no se te pase nada a la hora de hacer algo por alguien que te importa. Amo verte feliz y que irradies toda esa luz que es tan particularmente tuya. Amo que tengas momentos de reírte de todo y decir estupideces, esos momentos donde pensas que sos pesado, son los momentos en los que más estoy convencido de que sos la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. Amo que sea tan fácil reírse de la vida cuando estás. Amo que te enojes cuando te cuentan el final de una serie que te gusta y que cueste tanto que se te pase eso. Amo que incluso en los momentos en los que estás enojado necesites que te consientan tanto. Amo que me dejes consentirte. Amo infinitamente proyectar mi vida con vos y que nos vea antes que nada comiendo juntos en Burguer King todos los nuggets y papas que te puedas imaginar. Amo que tengas cosas que te hagan sentir raro y las compartas conmigo porque yo también las tengo y me siento muy seguro cuando las hablo con vos. Amo lo mucho que te metes en lo que te gusta al punto de llorar hasta con las cosas más mínimas pero que para vos tienen una importancia enorme. Para mí también la tienen. Amo los momentos en los que no podés parar de decirme lo que sentís. Amo que me extrañes tanto como yo te extraño. Amo que me necesites tanto como yo te necesito. Amo que veas la vida de una forma tan particular. Amo que te gusten tanto los gatos como para imaginarnos a ambos viviendo con un millón de esos. Amo que saques lo bueno del dolor y te vuelvas más fuerte cada día sin darte cuenta. Amo que te gusten tanto las materias que yo odio como matemática o cualquier exacta que a mí me hace llorar. Amo que te interesen temas tan importantes. Amo que seas tan personal con tus opiniones. Amo que siempre te mantengas al margen de lo negativo a pesar de que sos más capaz que nadie para argumentar en un momento como los que normalmente vemos acá. Amo que siempre me lleves la contraria, que me provoques. Amo que seas celoso y que incluso se note, aunque no me lo digas. Amo que estés tan loco y que siempre aspires a más, en todo sentido. Amo las cosas que amas, a las personas que amas. Te amo tanto que me pasaría la vida entera comiendo nuggets y papas mientras vemos vídeos de cirugías y a David Dobrik haciendo estupideces. Te amo tanto que inventaría uno y cien mil apodos de todas las características tan particulares que son parte de la persona hermosa que sos. Te amo tanto que me pasaría la vida entera tratando de aprender sobre tus raíces, sobre lo que te conforma e incluso a tu familia, porque lo disfruto y porque cuanto más te conozco, mucho más me enamoro de vos. Te amo tanto que me despertaría todos los días a las 4 de la mañana solo para cumplir uno de tus caprichos. Amo que seas tan ocurrente, que estés tan chiquito a pesar de ser tan grande y estar tan alto. Te amo tanto que te llevaría de la mano todas las noches a buscar agua solo para que no tengas miedo. Te amo tanto que las palabras raras que tanto te dan risa ahora son mis favoritas. Te amo y amo infinitamente a la persona que sos, a todo lo que te conforma. Y te amo mucho más aún en los momentos en los que pensas que no debería hacerlo, en los que pensas que debería irme, porque incluso cuando pensas que estás equivocado, cuando pensas que todo está perdido para los dos y que hiciste las cosas mal, cuando estás bloqueado, incluso ahí me haces sentir tu amor sin siquiera percatarte de eso. Te amo y amo cada parte tuya, mucho más todas esas que quizás no te gustan tanto. Y por sobre todo amo la manera en la que me amas, tan desinteresadamente, de forma tan pura, real, sincera y transparente, haciéndome sentir tu amor hasta lo más profundo de mi corazón hasta en momentos en los que siento que todo está perdido, porque cuando todo está mal y me siento mal con todo, sé que voy a poder salir adelante con lo que sea y que vamos a poder con lo que sea mientras estés conmigo, mientras estemos juntos.
Sé que ambos tenemos errores, yo más que nada. Todavía hay muchas cosas que veo de forma muy negativa sobre mí, aunque trabaje mucho en eso. Tengo muchas inseguridades y también muchos miedos, muchas heridas que todavía sigo tratando de sanar. Pero vos siempre me hiciste sentir seguro respecto a eso y a todo lo que me hace mal. Porque besaste cada una de mis heridas desde el primer momento con un amor que soy incapaz de explicar, pero lo sentí tan en el fondo de mi corazón que nunca más va a poder salir de ahí. Y lo siento y te siento, te veo, te leo y tomo todo lo que me decís. También te veo y sé que hay cosas que todavía te cuestan y las veo y las entiendo y te entiendo, lo entiendo. Pero sé que vamos a crecer juntos, que vamos a pasar por eso juntos porque así lo venimos haciendo desde el principio y esa fue la forma en la que me salvaste la vida sin darte cuenta, desde el principio, sin siquiera percatarte de eso. Hay algo que tengo muy presente en mi cabeza y en mi corazón y es que cuando me pediste que seamos novios yo me asusté mucho, me asusté mucho porque me sentía tan mal conmigo y con todo a mi alrededor que tenía mucho miedo de dañarte y fue la primera vez que me mostré vulnerable frente a vos. Recuerdo que te mostraste tan tranquilo respecto a eso a pesar de lo mal que te había puesto y tengo grabadas en la cabeza todas las cosas que me dijiste: “El amor es muchas cosas y a veces no todas son bonitas, puede llegar a ser complicado y es porque las personas estamos todas dañadas en algún nivel. Pero el amor también es aprender a ver esas heridas y en lugar de huir, quedarte y ayudarnos mutuamente a estar mejor. Amar es entendernos y saber que vamos a tener malos momentos, pero también estar seguros de que eso no va a ser un factor que pueda alejarnos o hacernos sentir incómodos con el otro. Amor es tolerancia, y yo amo cada parte de vos y voy a aprender amar las que no me has mostrado todavía porque estoy seguro de que no existe nada lo suficientemente malo como para que me haga retroceder o querer buscar otro camino.” Y así fue siempre, te quedaste conmigo en cada momento, desde el mejor hasta el más difícil de todos y supiste ver en mí cosas que nunca nadie se atrevió a ver o de las que nunca nadie pudo percatarse siquiera. Me viste como soy y no te asustaste, no corriste. Y yo hago lo mismo con vos. Te veo todo el tiempo. Te veo cuando tenés miedo, cuando querés salir corriendo, cuando no querés que te vea. Te veo cuando las cosas te abruman, cuando no te sentís capaz de nada. Te veo cuando pensas que no te queda tiempo, que no nos queda tiempo. Te veo cuando pensas que haces las cosas mal, cuando sentís que me estás lastimando o cuando incluso pensas que no te merezco. Te veo y te veo todo el tiempo y en cada cosa que me mostras sobre vos, por más horrible que pienses que es, veo tu amor, te veo amándome como nunca nadie me amó en la vida y eso es suficiente para mí. Te veo esforzándote, te veo creciendo y te veo haciendo hasta lo imposible para estar mejor, por vos y por todas las personas que amas y se nota. Entonces con una mano en el corazón quiero decirte que no hay nada lo suficientemente malo como para hacerme retroceder. No existe nada en el mundo que pueda alejarme de vos, que pueda separarnos, que pueda hacer que sienta menos. Porque cada día que paso a tu lado solo siento más más y más y con cada cosa que me mostras de vos solo confirmo que sos la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.
Nuevamente cito parte de otra de las cosas que te escribí para terminar de cerrar la idea:
(…) “Porque la forma en la que me habías devuelto la vida me había hecho aceptar incluso que eras el único capaz de decidir qué iba a pasar con la misma. Y a ese punto era tan tuyo que aquella idea ya no me asustaba.
Me devolviste la vida para quedártela por completo, para hacerla parte de la tuya, parte de lo tuyo. Y dentro de todo lo tuyo me encontré a mí mismo, anhelando cada vez más nunca volver a ver hacia atrás.
Que nunca más te vayas, que no me obligues a dejar de sentir, de sentirte. Porque aquello ya se había vuelto tan imposible para mí como lo había sido lo simple de sentir antes de conocerte.”
Y llegaste de repente a devolverme la vida por completo, a salvarme incluso de mí mismo cuando yo pensaba que ya nada tenía remedio. Te metiste debajo de mi piel y me hiciste ver las cosas diferente y cada día que paso con vos, solo vuelvo a convencerme de lo feliz que me hace estar vivo porque sé que estoy vivo para vivir mi vida al lado tuyo. Porque todos los proyectos que tenemos a futuro me hacen sentir muy seguro respecto a lo que quiero hacer y la incertidumbre ya no me molesta, ya no le temo a lo que puede pasar porque sé que al final de todo, pase lo que pase, hagamos lo que hagamos, vamos a estar juntos y eso es lo único que necesito para tener por seguro que voy a vivir la vida más maravillosa de todas.
Cuando recién me conociste recuerdo perfectamente que me dijiste, después de que empezáramos a proyectar juntos casi al momento de hablarnos, que nosotros íbamos a ser muy muy felices, a pesar de todo. Que íbamos a vivir en nuestra isla juntos, con nuestros gatitos y teniéndonos solamente a los dos. Hace un tiempo te dije que no era necesario que viviéramos en una isla físicamente para que se sienta de esa manera, porque cada vez que estás conmigo todo lo demás desaparece y solo somos nosotros dos, incluso en los momentos en los que los dos pensamos que no debería ser así. Porque cada momento que pasamos juntos es solamente nuestro y estamos tan metidos en lo nuestro cuando pasa, que así sea algo mínimo como un juego o hablar de algo estúpido, se vuelve uno de mis mejores recuerdos y junto a vos tengo miles de esos. Como la primera vez que sentí que me estabas gustando mucho más o la vez que nos dijimos en chiste -o no- que ambos queríamos enamorar al otro. Como la primera vez que empezamos a provocarnos entre los dos y se vio al instante la química que había entre nosotros, lo cómodos que nos sentíamos en ese sentido y la conexión tan particular que tenemos. Recuerdo lo mucho que nos retamos y discutimos hasta que -como siempre, lo admito- diste el primer paso y te animaste a hacer todas las cosas de las que yo solo sabía hablar. Y entonces estuvimos cerca del otro por primera vez y las cosas se nos salieron de control bastante rápido, como siempre que estamos juntos. Recuerdo cada segundo de cada uno de esos momentos, todo lo que sentí y todo lo que sentiste vos también. Y sentí tanto, tanto que tengo grabado en la memoria cada cosa que hicimos juntos y tengo un sinfín de cosas más que quiero hacer con vos. Desde ese momento solo puedo pensar en lo mucho que amo sentirte, verte, escucharte y es que es que es otro de los momentos en los que me haces sentir muy vivo y todo lo que pasa entre nosotros cuando es así, solo me convence una y otra vez de lo importante que es todo esto que tenemos. Encajamos perfectamente y eso solo se confirma con lo conectados que estamos. Incluso cuando solamente hablamos y me haces sentir más de lo que imaginé que podía llegar a sentir alguna vez en mi vida. Porque no tenés que hacer absolutamente nada para terminar de confirmarme una y mil veces que te pertenezco completamente, en cuerpo y alma. Recuerdo nuestro primer roce y cada uno de esos, lo mucho que te preocupabas por mí y lo mucho que nos preocupamos siempre por resolverlos. Recuerdo los nervios que sentí la primera vez que nos dijimos te quiero. Recuerdo perfectamente el momento en el que sentí que te amaba, como así también recuerdo el momento exacto en el que me di cuenta de que estaba enamorado de vos y me lo guardé por un tiempo para no asustarte, pero te bastó con ser vos mismo para hacerme explotar en un momento random del día y decírtelo con asteriscos, como normalmente acostumbrábamos a decirnos todo. Recuerdo incluso lo bien y cómodo que me sentí la primera vez que jugamos a algo juntos y a pesar de enojarme en el fondo me di cuenta de lo mucho que me gustaba verte tan competitivo respecto a eso. Recuerdo también el momento en el que supe y confirmé que eras -y sos- el amor de mi vida, medio bastante pánico al principio y todo eso se intensificó al momento en el que por fin nos lo pudimos decir y me di cuenta de que ambos estábamos igual de nerviosos por lo mismo. Recuerdo también lo nervioso que estabas cuando me pediste que seamos novios, también lo mucho que lloré después de eso y es que nunca nadie se había tomado el tiempo de recordarme tantas cosas con tanto amor como lo hiciste vos en ese momento. Recuerdo también que nos decíamos novio desde antes, siempre estuvimos muy seguros respecto a lo que sentíamos y a lo que queríamos y eso siempre fue y va a ser algo que voy a destacar de nosotros. Recuerdo la primera vez que vimos vídeos de David Dobrik juntos y cómo te reías de eso y lo mucho que me gustó que compartieras eso conmigo. También cuando vimos los vídeos de las personas riéndose nos reímos hasta que nos dio dolor de cabeza. Recuerdo mucho el día que hablamos por WhatsApp por primera vez y ninguno quería llegar al punto de decirle al otro que vayamos ahí. O la primera vez que hicimos llamada y después de eso las demás en las que te harté un poco porque, así como soy muy hablador escribiendo, lo soy de igual forma hablando y suele (es) ser un poco irritante. También recuerdo que intercambiamos audios y nos dijimos varias cosas, los tengo a todos en destacados aunque odies esa idea. Nuestras interminables peleas por ver si hacíamos llamada o no y de ahí salió esa captura que tanta risa te da. Lo mucho que tardamos en decirnos que nos gustaba escucharnos o todo lo demás. Tengo tus chistes y mis chistes guardados también. O la vez que hablamos de hacernos un tatuaje, lo sigo teniendo presente, aunque este año sea lo suficientemente alocado como para no permitirnos hacer nada más que proyectar y esperar a ver qué pasa. Tengo cada cosa que pasamos juntos grabada en mi cabeza y podría decirte mil cosas más, pero creo que eso es parte de lo más importante que pasamos juntos y en cada uno de esos momentos no hubo nadie más que nosotros dos, porque cada cosa que pasamos juntas se siente así de única y cada cosa que volvemos a hacer, por más de que la hayamos repetido mil veces, se siente como la primera vez y eso siempre va a ser muy importante para mí.
Todo lo que tiene que ver con nosotros para mí es muy único y todo lo que siento, como ya te había dicho antes, nunca lo sentí en la vida y es por eso que cada día que pasamos juntos aprendo mucho de todo eso gracias a vos. Por eso mismo también sé que hay una razón para que los dos estemos donde estamos ahora, juntos y por eso y por todo lo que pienso y veo en vos, sé también que hay una razón para que ambos hayamos entrado en la vida del otro de forma tan inesperada. Creo mucho en las energías y en el destino y desde el primer segundo en el que te conocí supe que te conocía de algún lado y siempre me sentí un desquiciado completo por eso hasta ahora que estoy acá escribiéndote esto, más que convencido de que sos mi alma gemela y la única persona para mí en todo el mundo, no tengo dudas de eso. Sé también que te conozco desde antes y lo siento por todo lo que pasa cuando estamos juntos, por la conexión que tenemos, por lo cómodo que me siento con vos desde el principio y no sabes, en serio no sabes lo afortunado que me siento por haberte encontrado ahora, por habernos encontrado. Cuando estamos juntos realmente me llevas a otro mundo y todo con vos se siente como si fuera mil veces más intenso de lo que es porque cada vez que estás conmigo me haces subir en todos los sentidos y nunca bajo, nunca bajo porque nunca me dejas caer y nunca me soltas la mano y yo nunca voy a soltar la tuya.
Con todo lo anterior dicho, solo me queda decirte lo obvio, no soy perfecto y no intento serlo, sé que no lo somos y no tenemos que serlo. No puedo prometerte que las cosas no van a estar mal a veces, te estaría mintiendo, tampoco puedo prometerte que no voy a equivocarme porque también estaría mintiendo, pero sí puedo prometerte que por más difíciles que se pongan las cosas, por más bloqueados que estemos, por más feo que se ponga el día, yo nunca voy a huir, nunca voy a correr y nunca voy a dejarte solo. Con una mano en el corazón te prometo que nunca voy a lastimarte, soy incapaz de hacerlo, aunque tenga mis errores. Te prometo que nunca voy a mentirte. Te prometo que siempre voy a decirte todo, aunque a veces algunas cosas parezcan más difíciles que otras. Te prometo ser paciente, escucharte, entenderte y no juzgarte, no importa qué sea lo que esté pasando. Te prometo que voy a trabajar mucho en amarme tanto como te amo a vos, sé que eso te importa y lo veo. Te prometo que voy a amarte con cada parte de mi corazón siempre, en cada momento, toda la vida, incluso cuando parezca que nos odiemos. Te prometo que voy a cuidarte como si tuvieras 5 años siempre, aunque a veces me ponga insoportable y me digas abuelo. Te prometo que nunca voy a dejar de estar loco. Te prometo que nunca voy a dejar de ser tan intenso como soy ahora, no importa cuánto tiempo pase. Te prometo que nunca voy a dejar de buscar enamorarte más y más, aunque siempre me convenzas una y otra vez de que no podrías estar más enamorado de mí. Te prometo que voy a intentarlo siempre, por más difícil que se ponga. Te prometo que vamos a ser muy felices, a pesar de todo y de todos. Te prometo que vamos a vivir juntos, no importa cuánto trabajo nos cueste llegar a eso. Te prometo que voy a ser única y completamente tuyo toda mi vida, en cuerpo y alma. Te prometo que me tenés completamente y que todo mi corazón es solo tuyo. Te prometo que cada parte de mi alma y de todo lo que tengo siempre te va a pertenecer, como lo tuyo a mí, para -como lo dice el amor de mi vida- hacerlo nuestro. Te prometo que vamos a crecer juntos hasta ser muy viejitos y confirmar que soy tan gruñón como el de Up aunque a veces lo niegue. Te prometo, una vez más, que nunca te voy a soltar la mano y que sé desde el fondo de mi alma que vos nunca vas a soltar la mía. Te prometo que te veo, que te siento y que tu amor le da pie a cada latido de mi corazón desde el primer segundo en el que tuve el placer de cruzar palabras con vos.
Por esto y por todo lo anterior, quiero que sepas que estoy seguro, me siento seguro con vos. Y estoy seguro de que este es mi lugar, de que vos sos mi persona. Estoy seguro de cada cosa que siento como nunca en la vida pensé que lo iba a estar. Estoy seguro de que sos la persona con la que quiero seguir creando recuerdos. Estoy seguro de que sos la persona con la que quiero crecer, equivocarme y aprender de eso. Estoy seguro de que sos la persona con la que quiero compartir cada segundo de mi tiempo y cada parte de mi vida. Estoy seguro de que quiero darte todo lo que tengo y todo lo que soy. Estoy muy muy seguro de que sos la persona con la que quiero vivir y formar una familia, así sea con gatitos o algo -alguien- más. Estoy completamente seguro de que quiero despertarme cada mañana por el resto de mi vida y acariciarte la carita antes de recordarte nuevamente que sos el amor de mi vida. Estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi vida recordándote lo mucho que te amo y amándote cada vez más. Estoy seguro de que sos para mí y de que yo soy para vos. Estoy seguro de que te pertenezco y voy a hacerlo toda la vida. Estoy seguro de que cada día que pase voy a amarte más, más y más, sin importar qué. Estoy seguro de que sos el amor de absolutamente toda mi vida. Estoy seguro de que sos mi otra mitad, mi motor y que nunca voy a funcionar sin tenerte conmigo, tampoco quiero. Estoy seguro de que mi vida va a ser vida realmente solo si te tengo conmigo y por eso mismo estoy seguro de que sos la única persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, de esta y de todas las que siguen.
Estoy seguro de que quiero tener una casa en la isla con vos. Estoy seguro de que quiero vivir en esas casas que tanto nos gustan de TikTok con vos en cada parte del mundo que elijamos para ambos. Estoy seguro de que quiero seguir agrandando nuestra familia con gatitos con vos y aunque sea muy celoso -demasiado- también estoy seguro de que sería muy feliz viendo tus ojitos en una versión más pequeña tuya (igual eso está a confirmar porque la verdad sí soy celoso y estoy desquiciado). Estoy muy seguro de que quiero consentirte por el resto de mi vida y que hagamos desayunos y meriendas juntos. Estoy seguro de que sos la única persona con la que podría querer bailar incluso. Estoy seguro de que sos vos la única persona con la que quiero hacer las cosas más estúpidas del mundo para reírnos de eso. Estoy muy seguro de que quiero que nos amemos de todas las formas posibles hasta no poder más con eso por el resto de nuestras vidas. Estoy muy seguro de que sos vos Matías, nadie más que vos.
Y porque estoy seguro de que sos y vas a ser solo vos para mí toda la vida, y porque sos el hombre de mi vida y la única persona con la que quiero compartir el resto de la mía hasta el fin de mis días, temblando un poco a pesar de conocerte lo suficiente como para no tener que hacerlo, te pregunto oficialmente: Matías Vianello Bellavia, ¿harías feliz a este pobre idiota -yo- aceptando acompañarlo por el resto de su vida? ¿Te casarías conmigo?
Creo que te conozco lo suficiente como para saber la respuesta, pero como soy lo suficientemente inoportuno como para hacer esto ahora, quiero que sepas y tengas claro que tenés todo el tiempo del mundo para responderme si hay algo que necesites pensar, aunque sé de vos lo suficiente como para saber que no es así.
Sos el amor de mi vida, Matías y nada va a hacerme más feliz en esta vida que compartirla sola y únicamente con vos. Como te dije una vez: “Te amo así, inmensamente, sin límites, con la misma fuerza del océano e incluso un poco más. Te amo porque incluso en la parte más oscura del mismo, teniéndote a mi lado voy a sentirme seguro.” Te amo eternamente, (mi) amor.
          (Tu) Santi. Para toda la vida.
0 notes
Photo
Tumblr media
Buenas noches. Son pasadas las 22.30 y no tenía ganas de ver alguna serie de TV o leer algo, además, en vista de que todos se están motivando a regresar a esto de los "diarios online" quise probar qué tal era. Es extraño, porque no soy buena escribiendo, ni conversando ni manteniendo relaciones de ningún tipo. Si, soy un asco, pero mi madre siempre me dice que toda situación a la cual no estamos acostumbrados, es incómodo al principio y, que tan sólo con práctica y esfuerzo se verán los resultados. Yup, mi madre es psicóloga, creo que de cierta forma Dios sabía que necesitaba una gratis o terminaría con gastos horribles. Mi nombre es Leyla Hale y mi mamá, Linds Hale es alguien quién es conocida en este mundo. Ella es todo lo contrario a mí y siempre fue la "popular" aunque todos tienen sus problemas durante la adolescencia, ¿no? Bueno, los míos eran algo constantes ya que siempre fui definida como la "freak" dentro de mi grupo debido a ciertos asuntos de los cuales no me siento cómoda hablando en esta ocasión (y quizás nunca). Esa situación me afectó hasta cierto punto en que enfermé de verdad y terminé la secundaria sin saber realmente qué camino tomar. Me di un año sabático y otro... así consecutivamente. Solía creer (o excusarme) de que la razón del porqué estaba tan perdida por el mundo era porque a diferencia del resto, aún no me golpeaba mi destino.  Esa fe se fue alejando hasta que por fin llegó y no bromeo. Esa chica solitaria que perdía el tiempo haciendo bocetos que no podía entender se estaba forjando para algo más grande que carreras aburridas que terminan convirtiendo a cualquiera en un "ser monótono". La emoción más grande de un ser humano es estudiar, sufrir por conseguir un estúpido título. ¿Para qué? Para convertirse en esclavos de la rutina. Unos que solo se contentan porque el día termine y mucho mejor, el mes, para recibir su paga. Si genios, tienen dinero para comprarse las cosas que gustan pero prefiero mil veces ser pobre y dueña de mi vida que un muñeco que hace todos los días lo mismo. Pero bueno, cada loco con su tema. Volviendo a mi historia, llegué a CAS luego de un accidente en la calle. Fui atacada y terminé lastimada, por lo que unas cuantas personas me recogieron y me llevaron a un lugar seguro. Ahí es dónde yo pensé que ese lugar sería el Hospital porque es la respuesta más obvia, pero no, acabé en este centro el cual cambió mi mundo, abrió mis ojos y me mostró que mi vida podía no ser monótona ni me convertiría en un muñeco. Si, es arriesgado, pero las aventuras que hasta el momento he realizado son increíbles. Tengo para contar tantas historias que me faltarían años y eso que estoy joven aún. ¿A qué me dedico? Soy cazadora, pero me va bien eso de andar de incógnito para descubrir pistas o enemigos. Como aún soy novata, mi único propósito por ahora es divisar el objetivo, mezclarme y recoger información. Esa es la parte divertida. Puedo ir donde quiera y convertirme en lo que se necesite. Me gustaría llegar más lejos en estas misiones pero por ahora no me quejo. Estoy entrenando y quiero ser lo suficientemente buena para terminarlas. Darles yo misma un punto final a cada historia. ¿Vida personal? No tengo tiempo y no quiero. Veo allá afuera tanta mentira, engaño y actitudes estúpidas que sinceramente, prefiero estar sola que mal acompañada. La falsedad en la gente que te sonríe y luego te habla mal por la espalda, me enferma. Se que eventualmente tendré que llegar a eso, pero si mi madre pudo tenerme y criarme sola, ¿Por qué yo voy a necesitar de un hombre para lograr lo mismo? Si, pueden notar que no llevo el apellido de mi padre, porque los hombres en su mayoría, apestan. Te amo, mami. Me voy, mañana madrugo y debo hacer unos cuántos deberes para que no me suspendan. Muchos saludos. ⍣ Leyla Hale.- ________________________________________________________________ BETTER THAN REVENGE es una historia ORIGINAL INDEPENDIENTE.
1 note · View note
bemicarus · 2 years
Text
8/8
Son las 17:45, no estoy escribiendo mucho porque la verdad no vienen pasando mucho, estoy en "piloto automático", además creo que medio como que vos me cortaste en menos 10, y está bien lo re entiendo y es una paja ponerme mal por eso, digamos que es la 5ta vez ya que me lo digo, que no me enrosques si total me lo dejaste claro que no querías saber nada conmigo, que me veías de otra forma. Es triste y me duele y me cuesta un montón, pero que más puedo hacer? Si creo que te demostré algo de lo que estoy sintiendo (si estuviste leyendo esto después de ese solo día que te paso, seguro pensas que estoy enfermo jsjsjskwkwnekwk, igual si, no?), En fin vienen siendo unos días muy vacíos, monótonos, por lo menos esta semana tengo el Finde libre que seguro me la pasé haciendo nada, pero bueno, despejar un poco la mente o comerme más la cabeza. Es todo muy vacío sin vos, pero bueno, creo que a esta altura ya no se va dar más.
:(
Son las 17:52, estoy volviendo a casa, solo quiero acostarme y llorar un ratito para sentirme mejor.
0 notes
Quote
Se me escapa la vida esperando que me pase ALGO. Es increíble como todo se va a volviendo cada vez mas monótono y rutinario.
Se me ocurrió por ahí
9 notes · View notes
akaitsxki-blog · 8 years
Text
Relamió sus labios al oír la afirmación que tanto ansiaba, fue un gesto que él mismo pareció desconocer, tranquilo y relajado se acercó sonriendo. Su cabello rubio, fue invadido por las caricias ajenas, no disfrutaba de aquel trato desde hacía mucho tiempo. Lentamente y sin apuro, uno de sus dedos recorrió el tabique de la muchacha, hasta caer en aquellos labios suaves. Estaban secos, su respiración era caliente, al punto de sentirse como un soplo de vapor. Eric, dejó su dedo en el centro de aquellos labios, no pasó mucho tiempo para sentir la lengua caliente recorriéndolo. La muchacha, disfrutaba el sabor de su piel, lo había hecho involuntariamente. Cuando se dio cuenta de esto, se separó, agachando su cabeza. Fue entonces cuando el temor la recorrió, temblorosa y asustada, aquello encendió una chispa en el muchacho. Sus ojos grises, monótonos y apagados, cobraron vida y energía. “-No pediste permiso” le reclamó, para acto seguido golpearla con la mano abierta, el sonido tuvo un eco rotundo en el pequeño espacio. La mejilla comenzó a cobrar color, pasando del pálido al rojo, no había sido por un sonrojo. No era vergüenza, era dolor, dolor mezclado con el placer. Eric se embriagaba con aquel maltrato, le gustaba, le deleitaba. Solo podía pensar en forzarla al límite, en verla de rodillas, en sus ruegos.  “-Por favor” la voz se notaba temblorosa, pero a la vez delataba su excitación, el rubio la miró fijamente por unos minutos. La tomó de su mentón y la acercó a él, la miró a los ojos, desafiante. La chica no se dejaba intimidar, le respondía esa mirada, no le gustaba ser sumisa a nadie. “-¿Y si no quiero?” las respiraciones de ambos se entrelazaban, las palabras fueron acompañadas de un poderoso soplido, el cual impactó en el rostro de la muchacha sacudiendo su flequillo. La había desconcertado, estaba al borde de las lágrimas ante la negativa, pensó en que excusa usar antes de que sus labios fueran sellados. Un beso suave, lento, que se fue volviendo cada vez más violento y apasionado. Había caído en su trampa y el rubio lo sabía, la había desorientado y ahora podría jugar con ella.
Se separaron, la recostó con suavidad, cada vez que la trataba suavemente, el temor crecía dentro de ella. Podía notarse, cada golpe, cada insulto la dejaban más tranquila que su tacto suave y delicado. Porque como toda bestia, el rubio, ocultaba su naturaleza. Su suavidad solo podía anunciar que algo más, algo mucho más violento, estaba por golpear en su diminuta realidad. Sintió como el rubio ataba sus piernas con fuerza, podía huir, pero no quería. Se dejó atar completamente, solo apretando sus labios cuando las ataduras eran demasiado fuertes. “-¿Vas a castigarme?” preguntó entre suspiros, la mente de adolescente le jugaba malas pasadas, Eric solo podía suponer. “-Has sido mala” le respondió el rubio antes de empezar a desabotonar la camisa que ella tenía puesta. Las ataduras tiraron cuando sus fríos dedos tuvieron contacto con la piel, aferrada a sus ataduras, tiró su cabeza hacia atrás. Sintió como los dedos ignoraban su falda, se dirigían por debajo desde su abdomen, trató de rogar pero un gemido fue lo único que salió desde su boca. “-Tu piel está muy caliente” recriminó el rubio, quién seguía bajando su mano, le gustaba tenerla a su merced. Le encantaba esa situación, en la cual no había que luchar, en la cual ella no tenía defensas. “-Es...tu tacto” le respondió entre jadeos, sus dedos habían llegado por debajo de su ropa interior, no habían empezado y ya estaba mojada. Eric la invadió, dos de sus dedos comenzaron a recorrer su interior, mientras que sus labios se centraron en morderla. Mordía cada centímetro de piel que veía, parecía furioso, le deleitaba como sus dientes se marcaban. Le arrancó la prenda superior con sus dientes, comenzó a lamer y morder sus pechos, literalmente la estaba saboreando. Ella solo podía morderse el labio, un hilo de sangre corría por su mentón, se había mordido hasta no poder más. Un gemido fue proseguido por otro, sucesivamente comenzó a llenar el silencio, Eric disfrutaba sin descuidar su labor de aquel concierto. Finalmente logró hacerla estremecer al punto de acabar, atada e indefensa, lo miró desde abajo. Sus ojos estaban llorosos, su cabello rubio como el del muchacho alborotado, sus labios lastimados y temblorosos. “-No hemos terminado” le recordó con una voz firme el mayor, no, por supuesto que no habían terminado. Aunque no físicamente, ambos estaban amarrados a una pasión, a aquel choque de poderes. A la sensación de dominación, a los juegos y los castigos, amarrados y aferrados. Aferrados al no querer liberarse, ni uno ni otro, deseaban disfrutar hasta la muerte. La golpeaba, la ponía de rodillas y le hacía obedecer, como su mascota personal. Ella le discutía, pero él tiraba de las ataduras, se resistía pero un rodillazo la devolvía a su papel sumiso. Chupaba, lo hacía con maestría, deseaba recibir algún halago pero el rubio era un libro desconocido. Aunque disfrutase, aunque tuviera el mejor encuentro de su vida, no lo diría. Se mostraría indiferente, no se conformaría hasta llenar cada rincón, hasta marcarla. Pero esto, solo bastaba para encenderla más, lo daba todo por él. Un amor tan enfermizo, que no distinguía entre el placer y la tortura, tóxico y a la vez dulce. Una droga que ninguno de los dos podía dejar, eran adictos a sus maltratos, se destruían mutuamente. Y lo disfrutaban.
Lo había conseguido, la había dominado, le había golpeado y saboreado a su placer. Jugado con su dolor, apretando con pinzas cada punto, la había torturado. Ahora se encontraba a su lado, temblando, cubierta por los moretones y las mordidas que aquel acto salvaje le habían provocado. Estiró la sábana y la tapó. “-Oblígame” aquella frase la había repetido infinidad de veces, él la había obligado, no comprendía la razón de defender su piel del frío. O quizás eran celos, celos de que solo su tacto acariciara aquella piel, que solo él fuera su enfermedad. Enfermedad, cura, tortura y placer. Quería ser el único, y aquello lo volvía blando, pero a la vez se sentía bien de vez en cuando. Siempre que ella no lo notase, siempre que las cosas se tornaran violentas, deseaba conservar esos momentos que los unían para siempre. 
1 note · View note
cherryxxdays · 4 years
Text
24 de mayo 2020
Hola otra vez terrícolas, a pasado un buen tiempo desde la ultima vez que escribí, y la verdad si tenía un poco olvidado el blog, creo que han pasado muchas MUUUCHAS cosas en 3 meses, pero les voy a hablar de las más importantes, como el hecho de que se esté viviendo una pandemia a nivel mundial ocasionado por un virus de laboratorio parecido al de la gripe que tiene al todo mundo en sus casas, la mayoría paralizados, como la economía, los medios infunden miedo y noticias alarmistas, habían filas y se promulgó el uso de mascarillas, además de cuarentena total por lo que no se puede salir sin un permiso, los milicos y los pacos en las calles, en algunos lugares de chile se han echo levantamientos, pero la situación se vive a nivel global, sin duda un fenómeno colectivo que nos ayudará a elevar nuestra consciencia...
No les pasa que cuando creen que todo va bien ocurre un quiebre y todo se va a la v? En este tiempo e estado aumentando mi frecuencia vibratoria e iniciando mi camino espiritual para mi evolución, pensar positivo, meditar, comer vengan, hacer yoga, estar con gente que no consuma mi energía y no darle el control a personas o situaciones, en fin solo algunas formas para estar en el presente vibrando y siendo luz, contemplando la alegria de ser y estar aquí... pero como todo es a su par de opuestos la oscuridad no tardó en manifestarse, entidades de baja vibración (un demonio) asecho al Diego y no tardó en manifestarse también en mi, al poco tiempo sentía mi energía muy baja, no tenia ganas de nada, y en el contexto de pandemia (porque esto empezó en marzo pero hace unas semanas ya se puso más intensa la cosa) me quedé en casa existiendo y evitándome, viendo series y atracándome, extrañando al diego, necesitándolo más de la cuenta para estar feliz. Me comenzaba a ahogar en un vaso que no veía, busqué informacion para que el parasito energético me dejarapero caí en el juego del miedo. Termine con el Diego porque no estábamos sintiendo lo mismo, mi nivel vibración al bajo mucho y pese a que no me dolió tanto, no podía soltarlo...así que abril fue para volver a estabilizarme, sumado a que ENTRE A LA UNIVERSIDAD estoy estudiando psicología y si bien me gusta la carrera la modalidad de online no me gusto, sumado a que las clases ya habían comenzado hace un mes así que debía varias cosas, ,as estrés, y más incertidumbre... no conocer a los profes, pasar la materia muy rápido, no querer hacer preguntas... estoy penando congelar, últimamente nisiquiera e entrado a las clases porque siento que mi brújula se descalibró... ya no quiero Santiago ( y probablemente tampoco me vaya con la Renata como lo tenía planeado) todo las estructuras cayendo y yo teniendo que tomar una decisión de que hacer... de que es lo que me gustaría realmente.., todavía me estoy aclarando pero e leído muchas cosas, metafísica, libros de astrología , númerologia y cosas de ese estilo, siento que ya tengo algunos peldaños conquistados y mis demonios conciliados y reconocidos, pero hay momentos en los que simplemente no aplico nada y vuelvo a ser mi ego por decirlo así, estoy aprendiendo a conciliar i mente y corazón, estoy trabajando en mi cada día y de verdad que aunque no tenga tan claros los pasos se que voy por el buen camino.. con mis papas la relación está mejor, hoy medite con mi mamá, fue muy lindo conectamos y después tuvimos una conversación de esas del alma, si les soy sincera esta cuarentena si me a servido para reconocer mis debilidades y trabajar mis fortalezas, ser agradecida pero por sobre todo ser consciente. Por fin mi plantita estaba echando raices, pese a que en las ramas del conocimiento habían hojas, tanta información también en un momento me saturó y me hizo derrumbarme, ahora estoy conviviendo mejor conmigo, integrando mi sombra, entendiendo los procesos y amándome,mucho mucho mucho, este tiempo de estar en casa puedo decir que a sacado lo mejor y lo peor de todo, si bien volvimos a hablar ( y follar like the first time 1313) a estado un poco ahí nomas, yo lo quiero demasiado todavía, fue un maestro para mi, a sido una de las relaciones mas profundas que e tenido y uffffff no quiero seguir hablando de él para que no crean que todavia sigo enamorada de el🙄🙄🙄 en mi despecho conocí a otro niño llamado Gerard que si bien fue muy lindo conmigo no cumplió mis expectativas ni paso la prueba de fuego, pero me hizo dRme cuenta que mi temor por los hombres ya estaba superado y mi empoderamiento recargado al 100% así que se puede decir que si, a pasado de todo y mucho más, creo que no estoy contando muchas cosas pero la verdad son demasiadas y por ahora solo quiero decir que estoy más cerca de mí y preparando una nueva versión 5D.
pese a lo monótono de los días en casa que muchas veces se vuelven lo mismo ( despertar, yoga, comer, leer, pasear al perro, fumar repeat) quiero subir más cosas que se me ocurran historias post sobre temas interesantes, subir mis dibujos y cosas así,así que lo voy a decretar aquí y ahora y espero que este Tumblr se impregne de esaenegia creativa que está volviendo a surgir en mi....Más que nunca quiero ordenar mi mente y comenzar proyectos aquí y ahora.... así que nada nenes espero estar pronto de vuelta con más luz y energia bonita multicolor para plasmar❤️❤️❤️
0 notes