#wooo primera pregunta de
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redclown19 · 2 months ago
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bdbwjen literal. somos vos, un chico q va conmigo a la escuela y yo. soy se santa fe. mandame un dm si te gustaría hablar ! :33
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mgatito · 6 years ago
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DANGER Capítulo 3 -A partir del Comienzo-
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Pasando a saludarlos y dejando mi actualización  =)
Con la chica en su regazo y esa pregunta en el aire, Sayaka no pensó en la respuesta si no en todo lo que había sucedido.
–¿Ella? –
–Sí, Yokoyama–
–No lo sé–
Levantándose solo un poco para verla a los ojos, Miyuki la sorprende de nuevo dada su cercanía y la manera en que vuelve a mirarla.
–¿Después de la graduación, adonde fue? –
–P-pues, creo que sus padres la mandaron a estudiar a América… algo así–
–¿América? –
–Eso creo–
–Mmh, pues juraría que no hace mucho la vi en el cruce de Shibuya–
–¿En verdad? –
–Vaya, que rápida ¿Te importa? –
–Bueno, ella fue...–
–A la única que le permití llegar a ti ¿Cómo era en Tokyo con ella?–
Miyuki no le permitió decir más, con la simple mirada callaba cualquier palabra, se respiraban celos en el aire y no era para menos, en el pasado en verdad tuvieron sus dificultades.
–Pues era mi única amiga desde que tenía cinco años, mh me comprendía y jamás cuestionaba nada a pesar de mi comportamiento hostil… mi mejor amig.. de ese entonces–
–Hummm–
–¿Estas celosa? –
–¿Yo? Para nada–
–Cuanta seguridad–
Miyuki se acerca lo suficiente para respirar el aliento de la chica sin dejar de mirarla a los ojos y como era de esperarse le roba un beso que duro algunos segundos sin caer en la lujuria, era un beso poco común con cadencia deliciosa suficiente para trasmitirse un sentimiento en común. Separándose un poco, yendo hacia una de las orejas de Yamamoto dejando besos en el camino le susurra.
–No es seguridad,  Tú Yamamoto Sayaka, en esta y cualquier vida me perteneces– Miyuki Regresa a mirarla de nuevo a los ojos y como si de un conjuro o hechizo se tratasen esas palabras, Sayaka le devolvía la mirada pérdida en su encanto junto la profundidad de esos labios que sabía bien, no la dejarían ir a ninguna parte.
Miyuki se levanta un poco sin perder el contacto de ese beso bien dado solo para acomodar mejor su cuerpo arqueando la espalda. Inicia una danza erótica haciendo fricción lenta contra el cuerpo de Yamamoto. Regular mente Sayaka es quien toma el control de este tipo de situaciones, siempre la deja hacer y deshacer a su antojo, esta vez Miyuki tenía otro plan en mente. Ahogaba lo que quería refutar  haciendo más presión sobre sus labios y junto a sus movimientos perfectos la temperatura subía.
El timbre del apartamento suena pero aunque Sayaka quiere atender  le es inútil intentarlo, lo ignoran tanto que dejan de escucharlo mientras sus manos cobran vida y Sayaka está completamente sometida a la voluntad de Miyuki. Sus acciones comenzaban a tener efecto y Sayaka por primera vez deja salir un quejido inusual.
–¿Por qué no- WOOW–
Momoka se voltea sabiendo que llego en un muy mal momento y vio algo que no debió de ver, pero es una sinvergüenza así que solo finge impacto.
En un movimiento rápido ambas voltean a ver que ya no están solas y junto a ese movimiento Miyuki lastima el labio de Sayaka sin querer.
–¡AUh! – Inmediatamente se toma la boca con una expresión de dolor.
–¿Momoka? –
–Perdón, la puerta no tenía seguro y nadie respondía y decidí entrar, además es hora de irnos las otras chicas nos esperan–
–Oh, ire a cambiarme– Sayaka huye de esa situación bochornosa dejando a Miyuki sentada en el sillón al cual se acerca Momoka para sentirse sus anchas.
–Perdón, las interrumpí caray que pena~ –
–Siempre tan oportuna, eres como su ángel guardián–
Hablando irónicamente, Miyuki se acomoda en el sofá acomodando su ropa, a ella no le hacía falta cambiarse, su atuendo era sencillo pero elegante.
–Bueno, así que tú digas un ángel pues no soy más bien su amiga y me alegra que te tenga a ti–
–¿En verdad te alegra? –
–Si, a pesar de todo si–
–Mmm, eres todo un caso Kinoshita–
–Estoy lista, ¿nos vamos ya? –
–SI–
Las chicas salen de su apartamento dirigiéndose a la entrada principal donde las esperan Jurina y Rena.
***OSAKA [Años Atrás]***
Deteniéndose en la entrada de la puerta principal, suspira. No queriendo cometer los mismos errores, se promete a si misma guardar las apariencias y pasar desapercibida, solo un poco más. Romper las reglas no es lo suyo, pero de un tiempo para acá le es bastante fácil. Sabiendo sobre el bien y el mal, cree que puede encontrar un equilibrio. Aún es muy reciente lo que le acaba de pasar así que es mejor tomar las cosas con calma.
Traicionada por su ser relajado, lleva su maletín al hombro pero enseguida lo baja en un gesto de atraparse en el acto natural de su antigua ella. Mirando como las demás lo llevan al frente, ella simplemente lo empuña con fuerza a su costado  y se arma de valor para iniciar un nuevo comienzo.
En cuanto ella cruza la línea de la entrada,  en seguida una chica de cabello  hasta el hombro de color poco común, portando el mismo uniforme pero siendo vista como un bicho raro por quien pasaba a un lado de ella, se llevaba una mano a la barbilla mientras sonreía y alzaba su ceja  en una mueca de conspiración.  
Sayaka seguía su caminar, lento y sin prisa sin embargo, le incomodaban un poco las miradas que recibía, de su saco saca una pequeña papeleta que le dio su tío esta mañana y revisa el aula que debe visitar pero es una escuela demasiado amplia, hacia donde debe ir.  
–¿Perdida? –
–¿Eh? ¿yo? –
Una voz desconocida le habla repentinamente y ella voltea por inercia hacia el propietario de esa voz. Bien dicen que la primera impresión es lo que cuenta y en definitiva esta chica no es normal. Sayaka miraba hacia sus lados pero parecía que no le hablaba a nadie más. Con su dedo índice se señalaba hacia ella misma bajo la mirada picara sonriente de la chica extraña que le daba vueltas escudriñándola.
–Mmh que bien hueles–
–¿Eh? –
–Entonces, ¿estas perdida? –
–P..pues…–
–Eres tímida, que divertido. Quien quiera que te vea diría todo lo contrario–
–¡No soy tímida! Es solo que es mi primera vez…–
–Entonces si estas perdida–
–Un poco–
–¿Puedo ayudarte? –
–Bueno, debo ir a este salón–
–¡Ah! Con que Yamamoto. Es el área de orientación, no soy bien recibida ahí pero puedo acompañarte. Sígueme.–
–Oh, gracias–
La chica de cabellos extraños camina mostrándole el camino y ella le sigue en silencio mientras seguía mirando a su alrededor lo lujosa que era esta escuela. Incluso es más ostentosa que de la que proviene.
–¿No eres de por aquí cierto, Yamamoto? –
–¿Eh? –
–¿No sabes decir otra cosa que no sea “¿eh?” “¿oh?” –
–¿Ah? –
–Muy lista–
–Lo siento, yo–
–Lo sé, no te preocupes, al dar la vuelta en esa esquina no voy a asaltarte y amarrarte y desnudarte y quizá aprovecharme un poco por que en verdad te llevo a un lug- –
–¡Qué! – Sayaka se detiene de golpe, ¿Quién es esta chica que se toma demasiadas atribuciones y dice muchas cosas extrañas? – ¿Qué pasa contigo? –
–Ahh, perdón a veces suelo hablar de más–
–¿A veces? –
–Sí, pero solo en casos extremos como ahora, tu no coperas–
–Bueno, no te conozco–
–Y tampoco eres muy social–
–Bueno…–
–Camina, o se no hará tarde–
–Ah sí–
–Entonces, ¿de donde vienes? –
–De Tokyo–
–Wooo la gran ciudad–
–¿Y qué haces aquí? Es raro que trasfieran a alguien a estas alturas–
–Ahh, prefiero omitir eso por ahora ¿está bien?–
–mmh, bueno te disculpo solo si me respondes ¿Te gustaría tener una cita conmigo Yamamoto? –
De la nada lanza esa indiscreta pregunta que le pone helada la sangre a Sayaka, ¿Qué pasa con esta chica, está bien de la cabeza?
–¡QUE! –
–JAJAJAJA, mírate  completamente roja JAJAJAJA~ –
En una burla inmediata la chica se tomaba el estómago sin dejar de reír cayendo en cuenta Sayaka que esta chica se ha dado cuenta que es muy fácil alterarla y tomarle el pelo.
–¿Cómo puedes? –
–Naa ya, ¿te gusta la Música? –
–Sí, bastante–
–mmmh, excelente. Este es el aula que buscas y mientras yo me voy a mi clase– La chica extraña da algunos pasos hacia atrás para volver por donde venían –Te estaré vigilando Yamamoto pronto tendrás noticias de mi– Le dice ella guiñándole el ojo – ¡ah! Por cierto, Kinoshita Momoka, pero tú puedes llamarme Momoka, hasta luego–
Sayaka ve como desaparece la chica dejándola en la puerta de un aula que no tenía ventanas hacia el pasillo. Bastante parlante esta chica para su gusto y en verdad espera que sea otra de sus bromas aquello de estarla vigilando. Antes de tomar la puerta para deslizarla hacia un lado, ésta se abre pasando por un sobre salto tan to ella como quien está del otro lado.
–¡Ah! Tu debes ser la nueva alumna, este a ver…– La aparente maestra busca entre sus cosas la lista –¡Ah! Aquí está, Yamamoto Sayaka ¿Cierto?–
–S-si– Inmediatamente, la chica hace una reverencia–
–Como vi que no llegabas ya me iba al aula–
–Ah, bueno, me perdí un poco–
–Si supongo es una escuela muy grande y con un alumnado muy peculiar, sobre todo las chicas de prepa–
–Sí, algo–
–Vamos, te llevare al que será tu grupo y tu salón, sígueme–
–Si–
Sayaka sigue a la maestra como antes lo hizo con la chica de nombre Kinoshita, esta escuela lo que tiene de lujosa lo tiene de extraña.
–De acuerdo a los informes, vienes de Tokyo–
–Si–
–Y de la mejor academia, unida a la universidad de Tokyo – La maestra parece sorprenderse –No me explico que haces aquí, en fin. Esta es el aula ¿estas lista?–
–Creo que si–
–Bueno, esta es una institución para chicas como ya debiste darte cuenta, cada una es muy peculiar pero en su mayoría son muy buenas compañeras y alumnas. –
La maestra desliza la puerta, la primera impresión de Sayaka es un salón muy amplio con bancas muy cómodas, al menos así se ven a simple vista. Hay mucha luz y una mezcla de aromas muy agradable, no cabe duda que son  muy femeninas.
–De pie– Escucha una voz en el interior dar órdenes.
–Buenos días señoritas–
–Buenos días Maestra– Responde unísonamente –Sentados. – Dice después la misma voz de hace un momento.
Una vez todo acomodados en sus asientos, la maestra saca su lista y voltea hacia la puerta haciéndole una seña a Sayaka para que entre.
– Ella una nueva estudiante,  es de Osaka, pero viene de Tokio por favor trátenla con respeto, preséntate por favor–
–Mi nombre es Yamamoto Sayaka tengo 15 años espero y podamos llevarnos bien, mucho gusto a todas.– Ella hace una reverencia para mostrar su educación y respeto ante sus nuevas compañeras aunque en realidad está bastante incómoda de ver solo chicas en aquel amplio e iluminado salón.
Regresa a su poción erguida  y su  mirada recorre rápidamente esa amplia habitación que aun que llena, la encontraba vacía. No presto mucha atención a quienes eran esos nuevos individuos con los que tenía que interactuar.
–Bien, veamos te asignare un lugar– Dice la maestra mientras ella continuaba observando únicamente moviendo sus ojos lo más discreto posible. –Qué te parece ese asiento de allá, el del fondo aun lado de la ventana
–[Excelente lugar]– Piensa ella e su mente. –Está bien, gracias–
–Adelante por favor–
Sin pensarlo más se dirige hacia él, sintiendo las miradas interrogativas de todas las chicas presentes en el aula daba pasos seguros hasta llegar ahí. La clase dio comienzo y no tardó mucho en darse cuenta de qué a pesar de que la maestra es una excelente maestra, ella ya había visto ese tema incluso no tuvo que asistir a clases para aprobar la materia. No presto mucha atención a esa clase y a las que le siguieron, presiente que esta mitad de año faltante será pan comido, de nuevo.
Dedico su tiempo a mirar por la ventana y los maestros se dieron por vencidos  ante su distracción ya que al preguntarle cosas ella respondía correctamente. La misma clase se dio cuenta que no era una chica ordinaria y que su coeficiente intelectual estaba quizá muy por encima de muchas.
En la hora del almuerzo, esta nueva y sencilla estudiante salió del aula para ir a la cafetería. No sentía hambre pero no se le ocurrió otra manera de matar el tiempo para no estar en esa ala todo el tiempo. Al llegar exitosamente sin ayuda, distingue de entre todas a alguien peculiar.
–Ay no, ahí está la chica de la mañana–
Mirando hacia todas partes buscando una salida, ve una que da acceso a alguno de los patios, ella se escurre entre las alumnas para no ser vista por ese ente raro.
–¡OH! ¡Yamamoto! –
Kinoshita la ve y grita sus nombre pero las demás chicas que le rodeaban le hacen perderla de vista.
–¿La conoces? –
–Sí, es mi amiga–
–Pero según los rumores es nueva–
–aaah, pequeñeces, la conocí esta mañana– Kinoshita miraba entre las chicas pero ya no la veía a ella  –¿A dónde se fue? – decía mientras sacudía su cabello.
–Pues parece que ella no piensa lo mismo–
–Bueno, es bastante tímida pero descubrí que le gusta la música–
–¿Enserio? –
–Sí, y quizá sea el elemento que nos falta para por fin poder ensayar como es debido–
–Deberíamos de hacer una invitación–
–Déjenmelo a mí, esta misma semana ella estará con nosotros. –
–Si tú lo dices–
Viéndose fuera de su alcance corre un poco llegando a un lugar algo solitario. Tuvo que ocultarse y no solo por la chica de cabellos extravagantes de verdad se había vuelto popular en un santiamén. Muchas chicas intentaron tomarle foto discretamente, y otras eran muy evidentes.
Usual mente no había estudiantes nuevas a mitad del año, el rumor de su belleza y elegancia se corrió en un par de horas gracias a las redes sociales. A demás su aspecto no le ayudaba mucho, su cabello corto le daba un toque varonil y eso a un sin saber  sus demás talentos.
Había que sumar también el uniforme, era color negro con adornos rojos, camisa blanca y saco también con adornos rojos y el escudo metálico dorado del lado izquierdo. Era opcional usar moño o corbata, sin duda alguna le sentaba mejor ese pedazo de tela alargado negro con la terminación en flecha color rojo.
Ella se encontraba oculta detrás de unos arbustos sobre el pasto cerca de un invernadero. Fue el mejor lugar para huir de todo aquello a pesar de que se propuso pasar desapercibida esta mañana. Pronto se dio cuenta de que no estaba sola y había alguien más ahí, recostada escucha algunos murmuros y gira su cuerpo ayudándose de sus manos para levantar un poco su cuerpo y ver entre los arbustos.
En una banca fuera del invernadero alguien leía un libro, los rayos del sol hacían brillar su cabello castaño, largo y un poco ondulado. El uniforme le sentaba tan bien que no parecía una simple estudiante, aunque ella llevaba moño del mismo color de su corbata.
El timbre para volver a clases suena y es distraída por ello volteando hacia la dirección de dónde provenía el sonido, cuando regreso su vista a la banca ya no había nadie más ahí. Mira hacia diferentes direcciones y no hay rastro de la chica.
–¿Adonde fue? – Murmuro quedándose pensativa mirando hacia la banca –Oh no, se me hace tarde– Levantándose de golpe sale corriendo de entre los arbustos.
Al entrar a su nuevo salón algo agitada y aliviada de que no estuviera aun el profesor, escucha inmediatamente como murmuraban cosas por su llegada, pero no les dio importancia solo sonreía a quien la miraba mientras se aproximaba a su asiento.  Nuevamente se distrajo cuando su mirada cayó en la misma persona que estaba en el invernadero, caminar por el patio de la escuela tranquilamente con su libro en su regazo. La observaba desde la ventada del segundo piso tan fijamente que no escucho la indicación de la presidenta de la clase decir que se sentara provocando así su primera llamada de atención del día.
Las clases terminan, y está más agotada que nunca. Desde su lugar ve como una a una las chicas abandonan el aula y hablan de sus clubs
–Es verdad, debo elegir un club– piensa ella. –Esperare un poco más–
Toma su maletín y camina hacia la salida del salón es temprano para volver a casa así que solo camina sin rumbo fijo. Quizá deba ir al centro de la ciudad a comprar algunas cosas que le hacen falta, su mudanza fue tan apresurada que ni siquiera tiene su propia cama.
La primer semana fue la más dura y agotadora, pero logro adaptarse gracias a que poco a poco sus dotes naturales salieron a relucir durante las clases de música y hasta ahora una de sus favoritas descubrieron que tenía una voz bien entonada y con un color muy agradable a los oídos el profesor de música la felicito de inmediato y la invito a formar parte del coro de la escuela. En deportes  las chicas hacían gran alboroto cuando le tocaba correr o hacer saltos de altura.
Un día más terminaba, ella guardaba sus apuntes  y abrumada por el acoso de muchos clubs y de sus ahora admiradoras decide huir cuanto antes de ahí.
–Vaya que eres experta en escapes– Reconociendo al instante la voz, mira hacia todas partes e incluso gira pero no ve a nadie. –Acá arriba erudito–
–¿Eh? – Mira hacia la barda y cual lagartija, Kinoshita Momoka estaba acostada sobre ella, por un momento vino a su mente la escena de Alicia en el país de las maravillas y el gato Chesire  hablándole desde un árbol, aunque no hay mucha diferencia.
–Te he estado buscando– De un brinco cae al piso, una experta en ello.
–¿A..Así? –
–Sí. –
–¿Qué paso con eso de que ibas a vigilarme? –
–lo hice–
–Pues no lo sentí como tal–
–Dije “voy a vigilarte” nunca a acosarte–
–Bueno, honestamente siendo tú y lo poco que te conozco es casi lo mismo–
–Pues no, te seguí de cerca y casi robo tu ropa de deportes–
–¡Que! ¿y dices que eso no es acoso? –
–Bueno, no quería que hicieras las pruebas para el club de atletismo–
–Eres muy extraña ¿sabes? –
–Sí, me lo han dicho muy a menudo–
–¿Y que mas descubriste? – Sayaka cruza sus brazos dispuesta a escuchar a su si/no acosadora.
–Sé que corres 50 metros en 7.40 segundos, nadas 100 metros en 57 segundos , encestas 15 canastas en un cuarto de partido, eres pésima para cocinar, pero tu coeficiente intelectual está por encima incluso de nuestra queridísima presidenta, aciertas 10/10 en tiro con arco el club de kendo te persigue porque derrotaste a su líder–  
–Mmh–
–Tocas varios instrumentos, tienes  una maravillosa voz, – Sayaka se sorprende, en verdad la ha estado observando.  –… buenas piernas, busto grande– Sayaka hace una mueca de nervios y molestia escuchando como la chica sigue con sus bromas aun después de todo.  –y tu ropa interior casi siempre es negr- –
–¡Suficiente!¿A dónde quieres llegar? –  
–Ya, no te enojes. Quiero que me acompañes a un lugar especial~ – Sayaka la mira con mucha desconfianza. –Tranquila, te va a gustar–
–Quieres ¿Quieres dejar de ser tan sugestiva? –
–Está bien, está bien. – Llevándose la mano derecha al pecho y alzando la otra la altura de su cara. –Prometo firmemente respetar tu integridad si aceptas venir conmigo–
Aun mirándola con desconfianza desenreda sus brazos bajándolos a los costados chistando con su boca.
–Está bien, vamos–
–¿En verdad? –
–Sí y vamos ya antes de que me arrepienta–
–No se diga más, ven sígueme–
La felicidad repentina de la chica le parece nítida  de alguna forma le agrada. Era el lugar más alejado y quizá el más olvidado del instituto, aun así seguía confiando en la palabra de Kinoshita mientras caminaban sin llegar a ningún lugar.
–Bienvenida–
Kinoshita abre la puerta con una gran sonrisa y en cuanto ella mira hacia adentro sus ojos se iluminan y le brillan cual niño pequeño en dulcería. Era exactamente lo que buscaba desde hace mucho tiempo solo que había un pequeño detalle, solo había dos chicas dentro.
–Adelante– Sayaka entra, a pesar de las pocas integrantes estaba muy bien equipado incluso hasta tenían un mini estudio de grabación y una bella sala. Era evidente que estaba muy olvidado el club debido a la falta de integrantes aunque estando Kinoshita no le sorprende. –Chicas preséntense–
–Ijiri Ana de segundo año, soy la tecladista y mezcladora de sonidos–
–Yamaguchi Yuki segundo año, soy la bajista y toco otros instrumentos–
–Y yo, soy Kinoshita Momoka, la baterista y te toco lo que quieras~ –
–¿Tú no tienes vergüenza, verdad? –
–¿Qué es eso? –
–No puedo creerlo–
–¿Quieres unirte a nosotros? – Yuki camina hasta ella y la toma de los hombros obligándola a sentarse en uno delos sillones. –Te acostumbraras a ella, es algo fastidiosa pero es excelente baterista y guitarrista y si tuviera más manos te aseguro que tocaría muchas más cosas–
–Toquemos algo para ella chicas– Momoka propone yendo hacia su batería y tomando asiento en ella.
–¡Si! – Las chicas animadas por tener un espectador y un posible miembro hacen su mejor esfuerzo.
Sayaka veía como talento no falta, pero carecen de un orden y falta una guitarrista y una vocalista y algo de armonía. Son un completo desastre sin duda alguna sin embargo, es lo que ella anhelaba desde que comenzó la primaria en Tokyo.
A pesar de que la mayoría de los clubs intentaron reclutarla, ella no lo pensó dos veces y decidió unirse a lo que ahora sería una verdadera banda y ella tendría un protagonismo fundamental.
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