Tumgik
#zaidi mclu
evv8 · 5 years
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llacd · 6 years
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neilada-d6-meghah · 5 years
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I can’t decide between going for the one decent outfit, or going for Castiel’s face on that illu, lmao
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cintanna · 5 years
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hehe Rayan is jealous 
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noaaaahblack · 5 years
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Chama holis...TE EXTRAÑE A TI Y A TUS HISTORIAS..:3 Bueno tu sabes que en este evento de verano la Rayan pidió dos cuatros separados, uno para el y otro para la Su porque ajam...BUENO IMPACTAME CON QUE LA SUCRETTE HAGA UNA VISITA NOCTURNA A LA ROOM DE RAYAN... Y QUE FLUYA LO QUE TENGA QUE FLUIR ..:3xd Lo haces bien baby te amo, besos...:3
Hola, ¡qué feliz me hacéis cuándo me decís cosas bonitas! ¡Eres encantadora! Sí, he jugado la ruta de Rayan, pero obviamente no van a avanzar en la relación de las rutas en eventos, así que, solo nos queda fantasear y esperar a que eso pasé. Porque pasará. ¡Ahí te dejó tu shot NSFW con Rayan! Espero que disfrutes, aunque creo que no soy la mejor escribiendo sexo, soy más de cursi pero espero de todos modos que sea de tu agrado.
...
Rayan había reservado dos habitaciones.
Una para él y la otra para mí, me hacía sentir horriblemente distante, como dos amigos que jamás se tocan y que jamás se desean, era como si nuestro fin de semana romántico hubiese sido desplazado por las noches. Y yo quería dormir con él, aunque solo fuese dormir, controlaría mis manos, mis impulsos y mis besos... yo solo deseaba una cosa, dormir entre sus brazos y sentir su calor. Seguro que dormiría más plácidamente a su lado.
Por eso había ido, haciendo el númerito de la sonámbula, a su habitación, donde obviamente él me abrió la puerta entre risillas y aquí estamos, tirados en su cama, yo entre sus piernas y tumbada sobre su torso, mientras él continuaba leyendo el libro de Katy Evans, Real.
Era un libro completamente interesante, no todo giraba en torno al sexo pero era candente.
Cada palabra estaba bien hilada y cada palabra que narraba sentimientos tenía cierto erotismo que hacía temblar a cualquiera que se metiese de lleno en la historia, además, la voz de Rayan era tan sensual y grave, cada palabra que leía, la entonación con la que lo hacía y la forma en la que sus manos firmes y enormes agarraban el libro, con sus brazos a mi alrededor, me provocaba calambres, un cosquilleo en mi estómago haciéndome temblar. Cosa que quería controlar antes de que él se diese cuenta de la forma en la que mi feminidad comenzaba a humedecerse, imaginándome las cosas que Brooke deseaba que le hiciese Remintong como si yo fuese Brooke y el Remintong.
El deseo de Brooke por Remintong en los labios de Rayan me hacía trasladarme a su misma situación, desear a Rayan muchísimo más de lo que lo hacía normalmente, imaginarme esas manos que sujetaban el libro recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, sus caricias apremiantes se sentían increíbles y ni siquiera lo estaba haciendo. Sus manos sobre mi piel, sus labios húmedos desde mi cabeza hasta mis pies, mientras me dejo llevar por su cariño ardiente que daría paso a un desenfreno que me atraparía en su completo ser. Fundiéndonos el uno contra el otro.
Rayan simplemente hablando me causaba sensaciones que jamás había experimentado. Lo deseaba, tantísimo, quería que su lengua corriese por mis muslos haciendo que cada fibra de mi piel quemase y explotase en una vorágine de placer.
Cerré mis ojos, apartando cada pensamiento sensual de mi cabeza y me intenté concentrar en la necesidad de Remington por Brooke. Mis manos comenzaron a acariciar los fuertes brazos de Brayan, sus músculos relajados sobre mí, la calidez de su abrazo y su voz resonando en mis oídos.
Una risilla resonó por todo el lugar mientras me acurrucaba más contra él.
-       Ya es tarde, ¿quieres que nos vayamos a dormir?- murmuró en mi oído, con aquel aliento cálido chocando contra mi piel, haciéndome temblar.
-       Hm...
Salí de su abrazo y me senté, de rodillas, delante de él.
Su mirada verde me abrumó y me hechizó al completo y sonreí dulcemente hacia él. Inclinando mi cabeza hacia adelante, guardé uno de mis mechones detrás de mi oreja. Y me incliné hacia delante, dejando mis labios encima de los de Rayan, moviéndolos dulce y suavemente sobre los de él, provocando un pequeño fuego en mi entrepierna. Él continuó mi beso, introducidendo su lengua en mi boca, bailando contra la mía, entrelazándose con ella, mientras intensificábamos aquella danza salvaje mis manos corrieron por sus firmes brazos.
Pero Rayan siempre daba un paso atrás cuando avanzábamos en nuestros contactos y se separó de mí.
-       Mm... siempre sabes como volverme loco.
Tú si que me vuelves loca a mí.
-       Mm...
Rayan se levantó de la cama y se dirigió al baño, mientras me decía que iría a cepillarse los dientes, me acosté en la cama y me estiré a lo largo de la cama, un poco frustrada por el hecho de que no me estaba haciendo el caso que deseaba, pero lo entendía, había sido claro sobre el hecho de que quería que las cosas fueran lentas.
Algo como que estaba chafado a la antigua, pero sabía que no podría controlarse y que por eso huía.
Cuando regresó a la habitación se tumbó a mi lado, inclinándose sobre mí, besando mi frente, una risita salió de mis labios y capturé los suyos entre los míos, devorando su boca mientras mis brazos rodeaban su nuca, se sostuvo sobre mí, profundizando el beso y bailando contra él.
Una de sus manos acarició mi vientre, sus manos provocaron un pequeño escalofrío cuando empezó a trazar pequeños circulitos en él, mi cuerpo se acercó a él y mis manos le empujaron sobre mí, el impulso que ejercí sobre él le hizo poner una cara que me hizo reir por dentro.
-       Sucrette...- murmuró.
Sonreí tímidamente y una idea atravesó mi cabeza, salpicando completamente la situación en la que nos encontrabamos. Hice girar nuestros cuerpos, quedando Rayan debajo de mí. Mi mirada empezó a tornarse maliciosa mientras que por mi cabeza corrían miles de pensamientos que esperaba que sirvieran para que el ambiente se caldease y, obviamente, para bien.
Rayan abrió la boca, quizás para decir algo, quizás para rechazar mi movimiento, pero no le dejé, pegando mis labios sobre los suyos, me deslicé encima de él y mis manos comenzaron a recorrer su pecho, caliente, fortalecido y bien formado, sus manos se posaron en mis caderas y tiré de su labio entre mis dientes, deslizandome a su mentón, a sus mejillas y sobre todo por su cuello, deslizando mis labios sobre él y mi lengua recorrió un camino hacia su oreja.
-       Sucrette- murmuró. –Yo... te dije que...
Mordí el lóbulo de su oreja, arrancandole un suave gemido y me deslicé, colocando mi rostro frente al suyo, dulce y suave, incliné mis labios, dando un beso suave sobre su nariz y regresando a sus labios, lento y rápido.
-       ¿No te han dicho nunca que debes dejar que los sonámbulos actúen?
Mis labios fueron descendiendo, hacia su cuello, deslizándose hacia su pecho, mientras mis manos comenzaban a tironear de los botones de la camisa, Rayan gimió de nuevo, y deslizo sus manos sobre mi cintura.
-       Sucrette... yo...
-       Deja que los sonámbulos continúen lo que está claro que tienen que continuar.
Se rió, entre dientes, y mis labios continuaron trazando un pequeño camino, retirando la camisa veraniega del todo, mis labios hacian contacto con su piel ardiente, sus músculos se tensaban sobre ellos, sentía como se estremecía, como me sentía, la forma en la que me deseaba.
-       ¿Estás intentando hacerme perder los papeles?
Mis manos se movieron a lo que tanto ansiaba sentir en mi interior, se tensó, mientras que mi mano acariciaba su entrepierna. Le sentí retorcerse, mientras mis manos frotaban por encima del pantalón, ascendente y descendente, pero eso no fue lo único que capté, sus pantalones crecían más cuando lo acariciaba, pero ya estaba crecido de antes, lo sentía duro contra mi mano, y quería sentirlo más, dentro de mí, en todos lados, que me diese todo lo que ansiaba.
-       Quizás, por eso deberías enseñarme una lección.
Rayan nos hizo girar de nuevo y está vez, tomó las riendas él, la forma en la que me sujetó me hizo temblar, sus labios se posaron sobre los míos y comenzó a deslizarse hacia mi cuello, temblé una vez más, sus manos me recorrieron mientras sus labios se pegaban a mi cuerpo, de arriba a abajo, suave y despacio, me hizo sentir un pequeño escalofrío que me quemaba por dentro.
Sus labios ardían sobre mi piel, su boca quemaba y me erizaba cada cabello, tironeó de la camisa hacia arriba y me dejó desnuda, para la parte de arriba, sus ojos se abrieron como platos, al contemplarme y sus manos cubrieron mis pechos, deslizándose hacia abajo.
-       Tú...- murmuró, mirándome casi maravillado.
-       Rayan...- mi voz ahogada, mis suspiros saliendo.
-       Eres tan... hermosa....
Mis mejillas se ruborizaron.
Sentía tanto calor, mi cuerpo entero ardía, cada vez que sus manos circulaban por mi cuerpo, que su boca se acercaba a mis pechos y los mordía, comía y lamía, hacía a sus manos circular hasta el pantaloncito de mi pijama, tironeando hacia abajo, moviéndome tan hasta el fondo que mi corazón comenzó a latir tan fuerte que en mi mente solo se escuchaba eso, el latido de mi corazón. Mis suspiros salían, sus manos me apretaban en caricias apremiantes. Descendió con mis pantalones, su boca y sus manos corriendo por mis caderas hasta llegar por mis piernas, su húmeda y hábil lengua, besaba y lamía cada parte de ellas, gemía incontrolablemente.
Gemí al sentir un pequeño mordisco, ante la sorpresa de sus dientes sobre mi pierna, los pantaloncillos fueron retirados y se quedó mirándome.
-       Me lo has puesto tan complicado.
Me reí entre dientes y lleve mis manos sobre sus hombros, acariciando al completo su pecho. Se inclinó para besarme, sus ojos verdes ahora casi eran de fuego, sus pupilas estaban dilatadas por el placer y
-       ¿Fui quizás tu tentación? ¿La manzana del jardín de Adán y Eva?- pregunté, una sonrisa perversa estendiéndose por mi rostro.
-       Hm, y ya lo decía Oscar, para librarse de una tentación hay que caer en ella.
Mis manos corrieron hasta sus pantalones de pijama y tironee hacia abajo. Rayan se los quito a mi pedido y se deslizó sobre mí, una vez más, sus labios quemaban sobre mi piel, me arrancaba gemidos, me hacía morir del placer y quitó mis bragas, mientras clavaba sus labios y su lengua en mi clítoris, mi interior se contrajó de la sorpresa, retorciendome yo de placer, su boca me devoraba y la sensación se propagaba, quería disfrutar de eso, pero quería más disfrutarle a él, besarle la polla, tocarle, tenerle en mi interior, y era suficiente.
Un gemido salió de mi garganta al sentir su lengua moverse y lamerme para volver a entrar y penetrarme con ella.
Dios, Rayan, me vas a volver loca.
Quería tomarme mi tiempo, desearle de la misma forma que él me había deseado a mí, colmarle de atención y también metermelo en la boca como él estaba haciendo conmigo, pero le deseaba tanto en mi interior.
-       Rayan, n-no- mi voz temblaba, mientras él me comía concienzudamente, sus dedos me ayudaban a sentirle más profundamente.
Sin embargo, su atención no estaba puesta en mis palabras, si no en darme el mejor sexo oral de mi vida, era como si me conociera, como si hubiesemos estado hechos el uno para el otro, mi mano corrió por su cabello, intentando llevarlas a sus hombros para tirar de él.
-       Rayan, no, necesito, te necesito ahora...
Su rostro se levanto para miramr,e un brillo malicioso en sus preciosos ojos verdes. Me incorporé, de un salto en la cama, tumbandole hacia los pies de mi cama, llevando mis desesperadas manos a sus bóxers.
-       Sé paciente- dijo, haciendome girar de nuevo. –Me buscabas, aquí me tienes.
-       Rayan, como Brooke y Remintong, vamos a hacerlo toda la noche, así que ahora, quiero tenerte en mí, sentirte de verdad, unirme a ti.
Su sonrisa fue divertida.
-       Eres tan... excepcional.
Una sonrisa divertida corrió por mi rostro mientras mis labios corrían a unirse con los suyos, llenos de mí, nuestras lenguas se pelearon, mientras nos ayudabamos mutuamente quitándole los boxers, su polla saltó alegremente al verme y me subí sin siquiera pensarmelo, encima de él, cuando se metió en mi interior, ambos gemimos por el sentimiento de tenernos el uno al otro como habíamos deseado.
Su polla dentro de mí se sentía tan bien, grande, gruesa, caliente como él, sus manos se situaron en mis caderas y me ayudó a moverme encima de él, nuestros movimientos eran sincronizados, el vaiven era rápido, suave y duro, todo fue tan rápido, mientras le montaba, Rayan me besaba hambriento de mí y yo correspondía.
Las sensaciones eran inexplicables, le sentía tan grande dentro de mí, empujando fuerte, mientras sus dedos acariciaban mi clitoris, era increíble la forma en la que lo controlaba, mientras me estimulaba y me ayudaba con su mano a mover mis caderas, sentía el doble de las sensaciones, ahí tirado, tan sexy, tan experto me hizo gritar.
No sé cuanto tiempo estuvimos moviéndonos el uno contra el otro, saltando yo encima de él, volviéndonos fuego, sentía el sudor cayendo sobre mí, sus músculos contraerse, su mano provocarme tantos escalofríos, presionada contra mi botón y moviendose de la forma correcta e indicada.
Tenía calor, sentía como presionaba contra mí, como se estremecía, gruñía y acercaba su rostro a mi cuello, a mis labios, me besaba donde podía, perdía la cabeza, todo mi cuerpo tenía tantas sensaciones, escalofríos, calor, temblaba, suspiraba, gemía y quería gritar.
Su nombre se escapaba de mis labios, él sonreía entre los besos cuando me oía y murmuraba para mí, mi nombre, lo hermosa que era, lo que le gustaba oírme.
Santa mierda.
El cielo debía sentirse así, porque si no es así, yo no quería ir, correría al infierno si es necesario. Sus labios se unieron a los míos, su ritmo aceleró, mis saltos también, encima de él, mis caderas se mecieron, sintiendo como se me apretaba todo el interior, la contracción, como nuestros cuerpos se llenaban del placer más suculento, la cosa que querríamos hacer hasta que nos condenasen, amarnos de esta forma.
Desearnos igualmente.
Cortó el besó, gimiendo contra mis labios y le sentí liberarse, dentro de mí, caliente, la excitación del momento me hacía sentir todavía más la intensidad, se movió varias veces más su polla dentro de mí, dejando sus dedos conseguir mi orgasmo con su ayuda.
Me tiré hacia atrás, sintiendole salir de él, pegajosa dentro de mí, nuestras respiraciones agitadas, nuestros cuerpos abatidos de un placer indescriptible. Ni en aquel libro sería tan bueno, Brooke y Remintong serían fuego y deseo puro, pero nosotros eramos todavía más intensos, e iba a demostrarlo cuando me hubiese recuperado.
Rayan se tiró encima de mí, besándome.
-       Hm...- murmuró, tras abandonar mis labios.
-       Mm...- ronroneé de alguna extraña forma.
-       No creo tener suficiente de ti- me dijo, seductor, o al menos así sonaba siempre para mí.
Sonreí, jadeante, mientras apretaba mis piernas alrededor de su firme y hermoso torso.
-       Entonces, simplemente, no pares.
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tetrakys · 6 years
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I have this headcanon that the place where Rayan moved is actually Candy's old apartment.
How amazing would it be if, from episode 11's teaser, Candy's mom accidentally sent the package to their old address and when Candy goes there to get it back Rayan opens the door?
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monitagardienne · 5 years
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Ep 15 CDMU, Rayan
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Quée
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Jajaja un tsunami, que dramática esta mujer xD
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Qué estás haciendo padre!!
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Dile que noo! xD
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Jajajjaja demasiado tarde xD
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Jajdsjajdsaj xD me reí fuerte
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Le hablarás de Lys o qué xD
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Jajaj Lysandroo 
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xD
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Run Sucrette, Run
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Jajaja pobre Rayan
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Corre Rayan! xD
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thedevilprobs · 5 years
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Hi
I know you guys are having some feelings about Cassy and Nath but I'm begging!
Whoever has RAYAN spoilers
I will love you forever
Rayan spoilers please! :3
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lama-mama · 6 years
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Thanks for idea, 2202999!
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jintonicmcl · 6 years
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i mean, when rayan was in university, he probably had longer hair, right? 
(also his nose in game is way to small for my liking)
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evv8 · 5 years
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Episode 15 posters
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evv8 · 5 years
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Posters 14 ep
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cintanna · 5 years
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I just noticed that if you stop the animation Rayan in actually winking (✿❦ ͜ʖ ❦)
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cintanna · 5 years
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I love Rayan’s relationship with Candy T_T They’re so cute. Rayan is willing to give up the job he very much enjoys just so they can have a chance without Candy’s studies being in danger. Of course Candy doesn’t let him quit his job and prefers to keep everything hidden for a few months. These two are so in love with each other. I was left with a bliss when Rayan said he promises to come to Candy again before leaving her sleeping.
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noaaaahblack · 5 years
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Duda existencial.
Cuando juegas el episodio 8 de corazón de melón en la universidad y Rayan Zaidi te dice si quieres seguir conociéndole, si dices que si pero no eres su ruta, afecta en algo?
En la de Priya no, pero... ¿en las demás? En la de Castiel por ejemplo.
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noaaaahblack · 5 years
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Hola hermosaaaa...Realmente extraño muuucho ver tus historias, y me gustaría ver una nueva sobre mi Rayan(uwu)...Preparándole a la Su una sorpresa de cumpleaños (ya que se acerca el mio cof* cof*)..SORPRENDEMEEEEE!!! Besos:3
Hola linda.
Lamento haberme tardado, no he podidocoger el ordenador antes y he estado bastante ocupada, así que espero llegar atiempo. No sé cuando es tu cumpleaños, pero felicidades linda. Disfrútalo muchoy tómalo como mi regalo. Espero que esté a la altura de tus expectativas.
Desde aquella noche todohabía cambiado entre ellos, se mensajeaban todas las noches, se besaban todoslos días y, a veces, salían a pasear lejos de Amoris, donde nadie sabía quieneseran, donde nadie podía relacionarles como un profesor y una alumna, lugares enlos que solo eran Rayan y Sucrette.
Y era maravilloso.
Incluso aunquepreferiría no tener que esconderse, estar con Rayan al final del día, a mediatarde, a la hora que fuera, el tiempo que fuese, hacía que todo mereciese lapena. Que cada momento que ella se cuestionaba el peligro, se desmoronase enlas ganas de volver a sus brazos. Rayan la hacía sentir como nadie nunca lohabía hecho.
Y esa noche, sentía queRayan iba a elevarla a las nubes.
Por primera vez en loque llevaban saliendo la había invitado a su casa. Lo extraño del asunto es quela había invitado un domingo, cuando al día siguiente tenían clase, pensó quelo mejor sería el sábado, pero estaba tan emocionada que ni siquiera se locuestionó.
Esa noche quería quetodo fuera perfecto, no sabía que había preparado él para ella pero… ella sehabía preparado muy bien para él también. Tenía uno de sus mejores conjuntos,el maquillaje sutil pero perfecto y, además, debajo de aquel precioso conjunto,llevaba una ropa interior perfecta para el momento.
No sabía si Rayan haríaalgo esa noche, pero mejor prevenir quecurar.
Siguió caminando, apresurándosepara no llegar tarde, le había dicho que estuviese sobre las nueve y se habíaentretenido un poco, esperaba sencillamente que el disculpase sus diez minutostarde, pero realmente no calculo bien el tiempo.
Una vez frente al portaldel edificio, llamó al timbre, donde sin obtener siquiera unas palabras leabrió el portal.
Estaba nerviosa.
Maldita sea, estabamalditamente nerviosa.
Subió al último piso,donde vivía él, un ático que seguramente tendría su esencia por todas partes,con aquella decoración de soltero interesante que fijo que tenía. Se moría deganas de ver su apartamento, de verle a él, de besarle y de pasar otra de lasmejores noches de su vida, a su lado.
Cuando el ascensor paró,se encontró a Rayan en la puerta de su apartamento, sonriendo con aquellaparticular sonrisa que solía adornar su rostro. Aquella que la volvía locadesde el primer momento, pícara y adulta. Tan suya.
-         Hey,veo que estabas impaciente esperandome.
Sonrió más.
-         Estabadeseando que llegarás…
-         Y yoestaba deseando llegar- se acercó a él. –Espero que mis diez minutos no seanuna falta de puntualidad y me cuenten para nota.
-         Oh,creo que está vez podría hacer una excepción.
Y entonces se besaron.
Sentía mil hormigasrecorrer por su piel y Sucrette también lo sentía  a él, sentía que causaba la misma reacción enél, aquel deseo recorriendo por todo su cuerpo, como sus manos le abrazaban lacintura y la zona se quedaba completamente caliente.
Cuando se separaron,ella ya le extrañaba.
-         Megustaría que pasarás, pero primero…
-         ¿Primero?
-         Voy avendarte los ojos…
-         ¿Vendarmelos ojos? ¿¡Por qué!?
Él sonrió, casi como sile hiciera gracia, pero no dijo nada más. Solo dio la vuelta al cuerpo de sunovia y paso una corbate delicada encima de sus ojos.
-         Uy,esto es demasiado misterioso…
-         Soloespero que te guste…
-         Si lohas preparado tú, estoy segura.
Sintió un beso en sunuca.
Sabía que aquellaspalabras habían hecho mella en Rayan, que estaba sonriendo incluso aunque nopodía verle y sentía su felicidad. Sintió como la guiaba hacia algún lugar,anduvieron poco, hasta que la hizo detenerse.
-         Voy aquitarte la venda- susurró en su oido, estremeciendola por completo.
Esperó impaciente, cuandosintió como la corbata caía de sus ojos, la luz le permitió ver aquella hermosaescena.
Cuando revisó la vista,se encontró una escena que jamás pensó encontrar. Un montón de globos de colordorado y plateado por el suelo, una banda que ponía feliz cumpleaños y una mesaperfectamente colocada, con copas de vino y su plato favorito.
Se quedó sin palabras.
-         Felizcumpleaños, Sucrette.
Su cumpleaños… ahoratodo tenía sentido. Era hoy… lo había olvidado, habían pasado tantas cosasque ni siquiera había tenido tiempo para pensar que hoy cumplía veintiseisaños…
-         Y-yo…-no tenía palabras.
Rayan extendió un ramode rosas rojas para ella y se lo entrego con una sonrisa. Sus lagrimascomenzaron a salir… había sido tan completamente maravilloso…
-         Rayan…
-         ¿Te gusta?
-         ¡Porsupuesto que me gusta! ¡Maldita sea! ¡Es perfecto!
Rayan sonrió.
Sucrette no podía contenerla felicidad, sus lagrimas caían. Él siempre era tan malditamente dulce,consideraba completamente todos los detalles.
Sintió como él laabrazaba por detrás y se dedicó a observar aquella hermosa sorpresa.
Todo estaba tan bienpreparado, su plato favorito tenía una pinta de dioses, la vajilla teníahermosos diseños, como si fuera la mejor vajilla y la hubiese sacadoespecialmente para ella, reconoció aquel vino del que Rayan tanto hablaba, unareserva de varios años que según él estaba delicioso…
Todo era tan perfecto.
-         Es…perfecto… y-yo… gracias, Rayan.
-         ¿Tehe sorprendido?
-         Malditasea, por supuesto, ni siquiera sabía que era mi cumpleaños.
Él rió, tan dulce y tanatrayente a sus oídos…
Sucrette estaba cegadapor él, había hecho aquellas maravillosas cosas para ella, quería tanto a aquelhombre…
Antes de que la guiase ala mesa, saltó sobre sus labios para besarle intensamente.
-         Gracias,gracias, gracias… eres… el mejor.
-         Túeres la mejor…- besó de nuevo sus labios, con una suavidad tremenda.-¿Cenamos, entonces?
Asintió para él y ambosse sentaron a la mesa.
Rayan fue un completocaballero, sirvió la comida y el vino y dejó las rosas en agua mientrascenaban, se deleitaron de aquel delicioso menú mientras miraban las vistas deaquel ventanal en el comedor.
Charlaron de todo y denada, Rayan le contó muchas cosas, le habló de la casa, de su día, de como habíapreparado todo, de lo hermosa que estaba hoy para él… y de lo mucho que lodeseaba.
-         Estoes delicioso.
-         Mealegro de que te guste.
-         Eresrealmente un buen cocinero… a diferencia de mí que soy un horror.
Él sonrió dulcemente.
-         Meencantaría cocinarte todos los días.
Wow… eso eracompletamente una declaración romántica, sintió como sus mejillas seruborizaban y la mano de Rayan abrazar la suya y acariciarla.
-         Megusta tanto tenerte aquí…
-         Y amí me gusta estar aquí, contigo…
-         Tengoun regalo…
Sintió su manoabandonarla suya, y sus ojos le siguieron a él al levantarse, le observofijamente y fue a por una bolsa de una de las joyerías de la ciudad.
-         ¿Otromás?- cuestionó, sorprendida. –Era suficiente con esto, es más de lo que podríadesear-
Rayan sonrió.
-         Sinembargo, te mereces esto y más… siento que no te doy lo suficiente.
-         Claroque lo haces, Rayan, siempre lo haces.
Le entregó la bolsa conun beso en los labios.
Sus ojos conectaron yentonces, con su mirada, le indicó que lo abriese, y no espero más, deseosa desaber que más había hecho por ella, abrió la bolsa. En ella habían dospaquetes, uno más grande y otro más pequeño.
Abrió el grande, sesorprendió al encontrarse con una pulsera delicada y fina que parecía ser deplata. Al sacarla y sostenerla entre sus dedos, miró a Rayan con los ojosllenos de sentimientos.
-         Es…preciosa, Rayan… me encanta. ¿Me la pones?
-         Notan preciosa como tú…
Rayan sostuvo la pulseracolocandola en su pequeña muñeca, en aquel momento, Sucrette no podía aspirar anada más. Todos los sentimientos que estaba teniendo estaban desbordando de sucorazón y él se sentía de la misma forma.
Tenerla en suapartamento, tan hermosa y tan… maravillosa, haciendo que el tiempo pasasetan rápido que parecieran segundos, estremeciendo sus sentidos y haciéndolosentir en el cielo, era su mejor regalo.
Ni todas aquellas cosasque le había dado podrían superar todas las que ella le había ofrecido.
-         Tequeda perfecta.
-         Dios,en serio, esto es demasiado.
-         Nodigas tonterías, sigo diciendo que te mereces eso y más…
-         Esolo dices porque eres tan dulce…
Rayan negó con lacabeza.
Esta noche no podía dejarde sonreir, el tenerla allí, en su piso, sonriendo y pudiendo compartir el díade su cumpleaños con ella. Estaba tan agradecido, ella había endulzado eiluminado sus días y quería darle lo mismo que ella le había dado.
-         Abre elotro paquete.
-         Enserio, te has pasado.
-         No locreo, es una tontería, solo… abrelo.
Los nervios se denotabanen su voz, pero ella sentía lo mismo que él.
Cuando abrió el paquete,rasgando aquel papel, encontro una cajita de madera, al abrirla, descubrió algoque le hizo abrir la boca demasiado.
-         Rayan…esto es…
Estaba completamenteasombrada.
-         Sí.
-         Pero…
-         Lallave de este piso… He pensado que, como tú me has abierto tantas puertas atu interior, yo quería abrirte una nueva a ti-
Se levanto de su silla yse arrodillo frente a ella.
-         Séque es la primera vez que vienes, pero quiero que sepas que puedes venir cuandoquieras, escapar aquí de tus problemas, simplemente trabajar aquí, pasar unrato viendo la tele o simplemente venir aquí porque es lo que quieres. Quieroque esto sea también tu espacio, abrirte una puerta más a mí, como tú me abreslas tuyas todos los días. Quiero que pienses en venir los sábados ydespertarnos un domingo y desayunar. Poder llegar a casa y que tu ya estés enella, diciendome bienvenido con tu hermosa sonrisa.
-         Rayan…yo…
-         Tequiero, Sucrette.
Se lanzó a besarle,intensamente, tan fuerte que hizo que se cayese al suelo.
-         Yotambién te quiero, esto es… increíble… ¡es el mejor cumpleaños que hetenido en mi vida!- le besó una vez más. –Me has dado la llave de tu casa y…me conmueve, no era necesario.
-         Porsupuesto que lo era… quiero que la tengas.
Le besó una vez más, yotra, y otra y otra.
En el suelo frío delapartamento, continuaron besandose, intensa y dulcemente, mientras las manoscomenzaban a acariciarse, con las rosas en agua, con la comida acabada, lascopas de vino lleno y la llave encima de la mesa.
Se besaron hasta elamanecer, mientras sus cuerpos se unían por primera vez, con pasión, condureza. Con tanto anhelo y deseo.
Y ese, sin duda, era elmejor cumpleaños que había tenido… el mejor del mundo.
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