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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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MAGIA
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ES INFINITA ESTA RIQUEZA ABANDONADA
esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido después del rostro hay otro rostro tras la marcha de tu amante hay otra marcha tras el canto un nuevo roce se prolonga y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas remotas siempre será así algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo pero otro sueño se levanta y no es el mismo entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos de cualquiera no eres el mismo no son los mismos otros saben la palabra tú la ignoras otros saben olvidar los hechos innecesarios y levantan su pulgar han olvidado tú has de volver no importa tu fracaso nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada y cada gesto cada forma de amor o de reproche entre las últimas risas el dolor y los comienzos encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas una máscara de abedul presagia la visión has querido ver en el fondo del día lo has conseguido algunas veces el río llega a los dioses sube murmullos lejanos a la claridad del sol amenazas resplandor en frío no esperas nada sino la ruta del sol y de la pena nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada.
EDGAR BAYLEY
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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Sobre una poesía sin pureza. Manifiesto.
La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales; las huellas del pie y los dedos, la constancia de una atmósfera inundando las cosas desde lo interno y lo externo.
Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.
Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.
La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada.
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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"rosa de fuego en la penumbra de mi vida"
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“…sólo les quiero hablar de ella, de lo lindo que tiene el culo y de los besos profundos que me pega frente a la Facultad de Odontología, por Marcelo T, la calle más fea del mundo, el rioba más espantoso de Buenos Aires, pero por ahí se pasea mi muñeca, mi uturunca, mi amante jaguareté, mi jilguera mojada, la que me mató de amor, rosa de fuego en la penumbra de mi vida, camión ardiendo junto al río, vagón de subte quemado por los usuarios, que con ella me pongo metafórico, comparativo, nerudiano”.
de El Curandero del Amor, W. Cucurto
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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22 de diciembre de 1989
Aquello que hay en mí, que no soy yo, y que busco.
Aquello que hay en mí, y que a veces pienso que
también soy yo, y no encuentro.
Aquello que aparece porque sí, brilla un instante y luego
se va por años
y años.
Aquello que yo también olvido.
Aquello
próximo al amor, que no es exactamente amor;
que podría confundirse con la libertad,
con la verdad
con la absoluta identidad del ser
-y que no puede, sin embargo, ser contenido en palabras
pensado en conceptos
no puede ser siquiera recordado como es.
Es lo que es, y no es mío, y a veces está en mí
(muy pocas veces); y cuando está,
se acuerda de sí mismo
lo recuerdo y lo pienso y lo conozco.
Es inútil buscarlo; cuanto más se le busca
más remoto parece, más se esconde.
Es preciso olvidarlo por completo,
llegar casi al suicidio
(porque sin ello la vida no vale)
(porque los que no conocieron aquello creen que la vida no vale)
(por eso el mundo rechina cuando gira).
Este es mi mal y mi razón de ser.
Mario Levrero ~ El discurso vacío
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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GENERAL DYNAMICS (Astronautics) SPACE CARDS por Unkee E.
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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La visualización de los avisos incluye información extraída y procesada mediante técnicas de inteligencia artificial.
boletín oficial gob ar
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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Today marks our 11th Anniversary! Our dedication ceremony was held on September 16th, 2010.
Watch this video showcasing our dedication and what it meant to the Vignellis! https://youtu.be/eBKF3Vuud7A 
We are honored to continue to preserve and share the legacy of the Vignellis and we appreciate all your enthusiasm and support!
Be sure to visit our digital archives which launched 1 year ago today: https://g.co/arts/xqwRNVwkbZRTKqVS9
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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PARIS NIGHTS 1925-1930
Photographer: Léon Gimpel, collection Société française de photographie
via www.laboiteverte.fr
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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TABAQUERÍA
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No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto, cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe quién son (y si lo supiesen, ¿qué sabrían?) Ventanas que dan al misterio de una calle cruzada constantemente por la gente, calle inaccesible a todos los pensamientos, real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta, con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres, con el de la muerte que traza manchas húmedas en las paredes, con el del destino que conduce al carro de todo por la calle de nada.
Hoy estoy convencido como si supiese la verdad, lúcido como su estuviese por morir y no tuviese más hermandad con las cosas que la de una despedida, y la hilera de trenes de un convoy desfila frente a mí y hay un largo silbido dentro de mi cráneo y hay una sacudida en mis nervios y crujen mis huesos en la arrancada.
Hoy estoy perplejo, como quien pensó y encontró y olvidó, hoy estoy dividido entre la lealtad que debo a la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera, y la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fallé en todo. Como no tuve propósito alguno tal vez todo fue nada. Lo que me enseñaron lo eché por la ventana del traspatio. Ayer fui al campo con grandes propósitos. encontré sólo hierbas y árboles y la gente que había era igual a la otra. Dejo la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¿Qué puedo saber de lo que seré, yo que no sé lo que soy? ¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tantas cosas! ¡Y hay tantos que piensan ser esas mismas cosas que no podemos ser tantos!
¿Genio? En este momento cien mil cerebros se creen en sueños genios como yo y la historia no recordará, ¿quién sabe?, ni uno, y sólo habrá un muladar para tantas futuras conquistas. No, no creo en mí. ¡En tantos manicomios hay tantos locos con tantas certezas! Yo, que no tengo ninguna ¿puedo estar en lo cierto? No, en mí no creo. ¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo genios-para-sí-mismos a esta hora están soñando? ¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas -sí, de veras altas y nobles y lúcidas- quizá realizables, no verán nunca la luz del sol real ni llegarán a oídos de la gente?
El mundo es para los que nacieron para conquistarlo no para los que sueñan que pueden conquistarlo, aunque tengan razón. He soñado más que todas las hazañas de Napoleón. He abrazado en mi pecho hipotético más humanidades que Cristo, he pensado en secreto más filosofías que las escritas por ningún Kant. Pero soy y seré siempre el de la buhardilla, aunque no viva en ella. Seré siempre el que no nació para eso. Seré siempre sólo el que tenía algunas cualidades, seré siempre el que aguardó que le abrieran la puerta frente a un muro que no tenía puerta, el que cantó el cántico del Infinito en un gallinero, el que oyó la voz de Dios en un pozo cegado. ¿Creer en mí? Ni en mí ni en nada. Derrame la naturaleza su sol y su lluvia sobre mi ardiente cabeza y que su viento me despeine y después que venga lo que viniere o tiene que venir o no ha de venir. Esclavos cardíacos de las estrellas, conquistamos al mundo antes de levantarnos de la cama; nos despertamos y se vuelve opaco; salimos a la calle y se vuelve ajeno, es la tierra y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, muchacha, ¡Come chocolates! Mira que no hay metafísica en el mundo como los chocolates, mira que todas las religiones enseñan menos que la confitería. ¡Come, sucia muchacha, come! ¡Si yo pudiese comer chocolates con la misma verdad con que tú los comes! Pero yo pienso y al arrancar el papel de plata, que es de estaño, echo por tierra todo, mi vida misma.)
Queda al menos la amargura de lo que nunca seré, la caligrafía rápida de estos versos, pórtico que mira hacia lo imposible. Al menos me otorgo a mí mismo un desprecio sin lágrimas, noble al menos por el gesto amplio con que arrojo, sin prenda, la ropa sucia que soy al tumulto del mundo y me quedo en casa sin camisa.
(Tú que consuelas y no existes, y por eso consuelas, Diosa griega, estatua engendrada viva, patricia romana, imposible y nefasta, princesa de los trovadores, escotada marquesa del dieciocho, cocotte célebre del tiempo de nuestros abuelos, o no sé cual moderna -no acierto bien la cual- sea lo que seas y la que seas, ¡si puedes inspirar, inspírame! Mi corazón es un balde vacío. Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco, me invoco a mí mismo y nada aparece. Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta. Veo las tiendas, la acera, veo los coches que pasan, veo los entes vivos vestidos que pasan, veo los perros que también existen, y todo esto me parece una condena a la degradación y todo esto, como todo, me es ajeno.)
Viví, estudié, amé y hasta tuve fe. Hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por ser él y no yo.
En cada uno veo el andrajo, la llaga y la mentira. y pienso: tal vez nunca viviste, ni estudiaste, ni amaste, ni creíste (Porque es posible dar realidad a todo esto sin hacer nada de todo esto.) Tal vez has existido apenas como la lagartija a la que cortan el rabo Y el rabo salta, separado del cuerpo.
Hice conmigo lo que no sabía hacer. Y no hice lo que podía. El disfraz que me puse no era el mío. Creyeron que yo era el que no era, no los desmentí y me perdí. Cuando quise arrancarme la máscara, la tenía pegada a la cara. Cuando la arranqué y me vi en el espejo, estaba desfigurado. Estaba borracho, no podía entrar en mi disfraz. Lo acosté y me quedé afuera, Dormí en el guardarropa como un perro tolerado por la gerencia por ser inofensivo. Voy a escribir este cuento para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles, quién pudiera encontrarte como cosa que yo hice y no encontrarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente: Pisan los pies la conciencia de estar existiendo como un tapete en el que tropieza un borracho o la esterilla que se roban los gitanos y que no vale nada.
El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta y se instala contra la puerta. Con la incomodidad del que tiene el cuello torcido, con la incomodidad de un alma torcida, lo veo. El morirá y yo moriré. El dejará su rótulo y yo dejaré mis versos. En un momento dado morirá el rótulo y morirán mis versos. Después, en otro momento, morirán la calle donde estaba pintado el rótulo y el idioma en que fueron escritos los versos. Después morirá el planeta gigante donde pasó todo esto. En otros planetas de otros sistemas algo parecido a la gente continuará haciendo cosas parecidas a versos, parecidas a vivir bajo un rótulo de tienda, siempre una cosa frente a otra cosa, siempre una cosa tan inútil como la otra, siempre lo imposible tan estúpido como lo real, siempre el misterio del fondo tan cierto como el misterio de la superficie, siempre ésta o aquella cosa o ni una cosa ni la otra.
Un hombre entra a la Tabaquería (¿para comprar tabaco?), y la realidad plausible cae de repente sobre mí. Me enderezo a medias, enérgico, convencido, humano, y se me ocurren estos versos en que diré lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos y saboreo en el cigarro la libertad de todos los pensamientos. Fumo y sigo al humo con mi estela, y gozo, en un momento sensible y alerta, la liberación de todas las especulaciones y la conciencia de que la metafísica es el resultado de una indisposición. y después de esto me reclino en mi silla y continúo fumando. Seguiré fumando hasta que el destino lo quiera.
(Si me casase con la hija de la lavandera quizá sería feliz). Visto esto, me levanto. Me acerco a la ventana. El hombre sale de la Tabaquería (¿guarda el cambio en la bolsa del pantalón?), ah, lo conozco, es Estevez, que ignora la metafísica. (El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta). Movido por un instinto adivinatorio, Estevez se vuelve y me reconoce; me saluda con la mano y yo le grito ¡Adiós, Estevez! y el universo se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza  y el Dueño de la tabaquería sonríe.
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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Escribir historia de ventanas
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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Some collages, Jim Jarmusch
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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Alexander Rodchenko. Handwritten poster “Be glad, the revolution spirit is in front of you today….” 1919.
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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LA CLARIDAD
Me ha tentado siempre la claridad
Y la claridad se me ha negado a veces
Como un pájaro que vuela en sueños
Y cae y sigue cayendo
Sin volar
Como peso muerto
Me ha tentado siempre la claridad
Especialmente la claridad de las hojas de sáuco
También la claridad del guijarro
Y de las ramas de abeto
Y la rápida y voraz claridad de una salamandra
He querido tener claridad para mirar
Los terrones del campo recién movido
Y para mirar también el mismo arado
Y el agua que se desliza límpida por la acequia
Claridad he querido para recorrer tantos sueños
Y glorias y poderes y dispersas situaciones y gentes
Y para estar en el aire sin ausentarme del fuego
Me ha tentado siempre la claridad
De estar totalmente en cada flor
En cada herida o condena o semilla
He querido tener claridad para vivir
Y cuando al fin pude definir la claridad que yo buscaba
Advertí cuánto sueño y plumón y roja tierra
Y confusión y olvido hacen falta para comprender claramente
Y estar aquí con total lucidez sentado a la vera del camino
Avivando el fuego bajo el cielo y el polvo de las horas
Y como me ha tentado siempre la claridad
Aquella vez cuando bajo un abierto y extendido sol
Comenzaron a encresparse las aguas de la bahía
Hasta adquirir un tinte violáceo
Y un gran pájaro blanco surgió de repente de entre las nubes
Batiendo sus alas y revoloteando suavemente a mi alrededor
Decidí que era el momento de arrojar estas palabras al mar
Porque la claridad que tanto he buscado
Sólo está en algunos silencios
En algunos espacios en blanco
Antes y después de unas pocas y triviales palabras.
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tantalia-blog-blog · 4 years ago
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Abrir la puerta
me pregunto y es una pregunta inmoral si servirá de algo abrir esa puerta que da al patio a la tierra al viento del mundo a los pasos de la gente me pregunto si servirá de algo escribir a estas horas de la noche en el silencio de mi habitación con la puerta cerrada sería tan sencillo me digo abrir por fin la puerta y asomarme y mirar dejando que me lleven los pasos y las sombras del camino me pregunto si servirá de algo explicar por qué no explico cuando tanta palabra y confidencia intentaron traducirme y ponerme al descubierto si servirá de algo abrir la puerta me pregunto y andar por el patio por el mundo entre la gente abrir de par en par la puerta para que todo pueda cumplirse como la hoja de un cuchillo al extremo de un puente como la red y el roble que salvan la alegría al final del espectáculo como el canto de las aguas y el susurro de la siesta como la playa en sombras y el lecho infinito de los amantes reencontrados para que todo pueda cumplirse la luz la noche la inocencia el nombre que pasa entre las ramas la puerta se abrirá enteramente se abrirá por fin la puerta por si alguno quiere volver a entrar o salir o curiosear entre mis cosas o esperarme mientras vuelvo y si tardo y no regreso salir al viento y olvidarme Edgar Bayley
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