Sophie| 26| Blog Selectivo |Cuenta multirol y multifandom en español
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@official__wonho: 케데헌 원호 선물~~~~~ #원호 #WONHO
KPop Demon Hunters gift from Wonho~~~~~
#원호 #WONHO
Translation: official-wonho. Please take out with full credit.
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Some more dandadan art
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dandadan episode 8 in shitpost form
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Out;;Vengo con buenas nuevas mi gente querida.
FINALMENTE TERMINE MI CARRERA
Así que comenzaré una etapa nueva en mi vida llamada ✨buscando trabajo en campo laboral saturado✨ mientras tanto disfrutaré de estos lares.
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—No es un lugar donde sea de mi especial interés, su alteza, nuestros ducados están al borde de la periferia del Imperio, pero al menos hago el esfuerzo de representar el honor de mi familia.— Respondió con sinceridad, mientras ofrecía a la mujer la mano para que tomara asiento. —¿Me permite? No es correcto rechazar a una dama lastimada, de seguro usted deseará bailar con un noble, siempre hacen este tipo de eventos sobretodo para la heredera al trono, ya sabe, esta en edad para casarse.—
¡Oh, mi..! Era tímido aunque también podría solo ser un inepto social. Hay una frase que siemprese repite entre las mujeres jovenes de donde vengo: “Escucha un hombre hablar y sabrás que tan tonto es” aunque también apelar al visual no tiene nada de malo para mantenerse sorda solo un poco, todos los hombres que rodean la corte, sean de Lilryum o cualquier otra nación eran guapos, era como un festival de caras bonitas pero ninguno de ellos hasta el momento era más atractivo que el sucio protagonista maculino. Era un perro en celo por Triana; aun con ello el Duque era más guapo ¿cómo un sujeto con su rostro no fue protagonista? Aunque viendo la manera en la que habla entiendo el por qué.
—¡Oh! Cierto…— entone con suavidad, a la mayoría de los hombres les gustaban las mujeres suaves y dóciles, no perras manipuladoras como yo, sin embargo, fingir ser afable solo por una presentación será parte de mi juego esta noche. Tape mi busto con la mano derecha para inclinarme ligeramente y decir —Josephine Florence Irisian, princesa de Liryum, — ese maldito nombre de mierda, por eso la autora no era tan buena en lo que hacía, tampoco era muy lista —encantada de conocerle Duque Edevan— salude para luego apreciar sus facciones de cerca ¡Wah! Era un bombón.

—Realmente lo estaba observando, lamento la descortesía, fue interesante conocer al Duque ya que no es muy común verlo, tanto como al Duque Lyra, entonces deje que la curiosidad me consumiera— un poco de mentira con verdad ¿Quién se daría cuenta? No parecía muy listo —Para nada yo…— llevé mi tacón detrás de mi espalda, mientras el otro estaba tirado a lo lejos —No estoy acostumbrada a los tacones altos, así que… mis talones terminaron lastimados— me reí sutilmente. Diablos pase de zorra a mojigata en un solo momento ¡ugh! —Sólo necesito vendarlos— aunque podía usar magia pero me era más conveniente seducir y coquetear con el Duque —Si no es mucha molestia ¿me ayudaría?
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Hizo un puchero al escuchar su respuesta—¿No puedo saber el nombre de la dama que me llama molusco? No creo que pequeña sirena sea su nombre...además ya estamos hablando, ya eres una conocida...al igual que las almejas me llevo la corriente, una corriente muy salvaje si le soy sincero—
—Creo que soy bastante mas grande que un ostión o un pulpo, puedes hablar conmigo...solo deseo quedarme a su lado...viendo el mar que nos hizo encontrarnos—
El hermoso rostro del forastero eclipsaba cada pensamiento lucido que pudiese tener al respecto, era indescriptible por lo que me tome un momento fugaz de explorar la forma de su cuerpo, las ropas que usaba y el como sus botas pisaban la arena, tal cual un sujeto de investigación.
—Entiendo...— solté sin emoción alguna, pensando en ello, quizá era de esos sujetos Casanovas.
—Su lógica es que no todos los desconocidos son forasteros pero todos los forasteros pueden ser conocidos, interesante— hablé muy rápido ante aquellas palabras sin detenerme a analizarlas —Pero usted no luce como un isleño, así que lo consideraré como un molusco de mar, es un conocido de las aguas que vienen con la corriente— asentí —Logan, es un buen nombre para un molusco de mar y ¿por qué desea saber el nombre de una desconocida como yo sir? ¿quiere que le muestre la playa o algo así?—
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Se había enterado en labios de otros sobre el cumpleaños de sir Lovelace. Nerissa, no era precisamente la mejor dando regalos, de hecho todos los regalos que daba se limitaban a una simple palmada en el hombro y un sencillo “Felicidades”, no tenía el mínimo interés en regalar algo, sobretodo por que consideraba que los nobles o la gente de mayor estatus que ella recibían regalos costosos de oro y platino, sedas fina en tonos morados o azules, cosas de esa índole, así que una palmada era todo su presupuesto. No obstante, al saber que Logan cumpliría años se quedó despierta toda la noche mirando desde el balcón de la residencia de la duquesa, bebiendo esa fina bebida rosa que se robó.
¿Qué podría regalarle a un sujeto como Logan? Obvio él tendría regalos lindos y caros si sus amigos eran gente pudiente, no lo dudaba. Quizá también tendría regalos físicos como caricias y besos de damas completamente enamoradas de él. Si le daba una palmada, ella misma se estamparía la cara contra los muros de la habitación y tras debatir que podría o que no se decidió por algo que esperaba fuera de su gusto.
A la orden del día, llevaba una caja fina con un lazo color aguamarina en las manos, recorriendo la residencia, hasta llegar a la habitación que a Logan le habían organizado, toco la puerta un par de veces pero no respondió, seguramente el idiota se había salido a la playa. Rodó los ojos, corriendo por los pasillos para salir. El amanecer se había ceñido en el cielo y el mar debía reflejar la calma del sol con sus colores.
Llegó a la playa y precisamente ahí lo vio. Saludó a Logan casualmente, ocultando la caja en su espalda, no escuchó nada de lo que él le decía pero se hizo silencio entre ellos perseguido por las mareas resonando en la costa.
“Supe que era tu cumpleaños hoy, buen día para nacer” entonó con algo de ironía. Lo enfrentó, extendiendo su caja.
“Toma, no es mucho pero anhelo que sea de tu gusto y si no te gusta me lo puedes devolver” sus mejillas se pusieron ligeramente rosadas, bajando la mirada.
Nerissa le había regalado a Logan la brújula de su abuelo.
Es un poco extraño celebrar el día en que te encontraron, un tal 11 de marzo hace un poco más de 30 años. Para otros es un momento de júbilo porque estás vivo, existes. Pero para Logan solo generaba dudas y reflexiones. ¿De dónde venía? ¿Cuál era mi misión en este mundo?
Lian y su padre eran los principales organizadores de aquella celebración. Incluso para la señora baronesa miraba con desagrado tal gasto por un “don nadie”, se realizaba, invitando a los hombres de la fragata y otras amistades.
Decidió salir un rato a la playa, este día en particular lo hacía sentirse algo excluido del mundo, como si realmente le agotase su existencia, como si de un disfraz se tratase de su real ser.
No se había percatado de la chica hasta que escucho su melodiosa voz, andaba algo nerviosa por el temblor de sus palabras, como si de una declaración de amor indirecta se tratase.
—Vaya vaya, quien vino a visitarme hoy— Se volteó mirando a la chica, escuchó su excusa, era tan adorable. Le siguió el juego, sin parar de mirar la caja —Je, ¿Qué tipo de oferta de regalo es esa? Los regalos son apreciados de manera igualitaria, me encantan los regalos.— Al tomarlo y abrirlo, vio una reluciente brújula de color cobre que de forma automática señaló el norte. Debió ser una reliquia valiosa para ella por las telas que envolvían el artefacto. —¿Temes en que me pierda? No te preocupes...con la brújula sabré siempre donde esta el camino directo hacia ti...muchas gracias, es el mejor regalo que he recibido— Se acercó para posar su cabeza sobre la suya, envolviendo su delicado cuerpo entre sus brazos
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—Eso es una buena idea, lo haré, quizas debería darle algo que la anime, quizas algo dulce— Sonrió a su amigo, Eungi era su apoyo en esto de las relaciones amorosas.
—¿Y si le das un abrazo? El contacto físico ayuda más de lo que aparenta— asiente, asiente.
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—¿Cómo podría animar a mi novia? Se ve demasiado triste y eso que le regale unos chocolates después de la practica— Pensamientos de un novio principiante.
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Analizó la situación mientras sonreía por el comentario del chico—Pues necesito que estemos con más energía para ello. Aquí en Corea dicen que el desayuno es muy importante además que yo invito ¿Qué mejor?— Lo analizó, levantándole el mentón de manera juguetona, notando sus intenciones. —Si eres un buen chico, podría ser más intenso contigo que anoche ¿Qué te parece, Adrian?— Le mostró uno de los perfumes que tenía— ¿Quieres este de olores del bosque o algo más cítrico? Lo elabora la empresa en que trabajo, me gustaría que lo pruebes—
Adrian solamente rodó los ojos con cara de fastidio al ver que simplemente no pasarìa nada una noche más. —Está bien, está bien. estaré listo en unos minutos. —Se levantó de la cama haciendo una especie de berrinche y se dirigió al clòset para tomar algo cómodo y vestirse. Aún tenía una oportunidad asì que se pasó de frente al chico intentando que lo viera más de cerca, tal vez podría llegar a provocarlo y si no al menos lo habría intentado. —Espero que el café estè mejor que un buen acostón Sijong. —Suspiró profundo y resignado. Tomó una playera y unos joggers para ponérselos.
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𝑯𝒂𝒑𝒑𝒚 𝒃-𝒅𝒂𝒚, 𝑴𝒚 𝑨𝒎𝒆𝒕𝒉𝒚𝒔𝒕
Era otro cumpleaños junto a ella, a la mujer que conocí hace tanto tiempo en nuestra juventud y que llevaba 3 años en una relación.
Era extraño enfrentar esta situación, no era un deja vu, cada mujer que he estado ha sido diferente y me ha impactado en mi vida… pero en esas etapas ha estado dos veces Chae. Ahora teniendo mas de 40 años debo tomar las riendas de mi vida nuevamente para una decisión importante. Quizás la nostalgia de la nevada me ha hecho reflexionar sobre ello con más impetú.
Verla con su cabello desordenado y ondulado, con la nariz enrojecida por el frio y abrigada por mi propio aroma, más me embriagaba por su encanto. Ya vivimos juntos, trabajabamos juntos como dupla y hemos estado en situaciones complejas para ambos…solo quedaba ese paso.
Ibamos en dirección a la mansión de los Yong, mi antiguo hogar. Ver las decoraciones y la euforia de mis padres fue una sorpresa, hace años que no los veía tan felices. Ver el enorme arbol de navidad radiante y que mi hermano, su “amiga”, la familia de Kyungri y Jun esten ahi me regocijaba el corazón, pero a la vez necesitaba respirar ese aire gélido. Necesitaba prepararme mentalmente para el regalo que era exclusivamente para Chae y que ninguna persona había logrado obtener.
Invite a Chae a visitar a una de las terrazas, nosotros dos solos. Solo quedaban unos minutos para que el sol se esconda, por lo que la lleve cerca del jardín de lavandas y rosas, donde emergía una enorme fuente que no solía ver para no encontrarme con los recuerdos de un niño alegre y puro que ya no existe pero que ahora debía reencontrarme con él. Necesitaba esa motivación y no arrepentirme de esa decisión, porque sostenía en este momento el corazón cicatrizado del amor de mi vida. Inspiré y tome ya el valor. Era ya el momento.
— Chaeyong, llevamos ya bastante tiempo juntos. Soy un hombre de ciencias, el destino no es algo explicable pero a lo largo de los años he aprendido que las coincidencias de la vida son más frecuentes de lo que uno piensa…Chaeyeong, tu has llegado de manera inesperada como siempre lo has hecho, la incoherencia en tu conducta ha sido siempre un interés personal, ya te he estudiado y aún así no dejo de aprender…por ello…— Me arrodille frente a ella mientras mis labios se estiraban plenamente llenas de júbilo.—Con este anillo, entrego mi cerebro, cuerpo y corazón a ti, Jang Chaeyeon… ¿Quieres casarte conmigo?—

————————
A veces solo necesitas un poco de sol…
El invierno había llegado como cada año, delicadamente, cayendo sobre nuestros hombros con copos que desaparecen al toque más mínimo. He vivido recluida todo este tiempo, en un invierno eterno. Mi corazón por algún motivo se había cerrado a todas las posibilidades y había erosionado cada centímetro de mi dejando una placa fría, helada, donde me recostaba, dejando que la nieve cayera para mandarme al olvido. Así era mi vida, así siempre supuse que existiría en este mundo, pero de alguna manera todo cambiaba.
El anhelo de sentir calidez suscribió en mi interior sentimientos más intensos y densos de los que podía siquiera considerar. Quería, deseaba, exigia que el sol cayera por la cúpula de mi recluso corazón y derritiera cada copo de nieve en mi y como si alguien más allá de mi escuchara mis deseos, él llegó a mi vida, no una sino dos veces, tendiendo su mano hacía mí, abrazando todo lo que era para llenarlo de su calidez. Fue entonces que el eterno invierno cambió a una próspera primavera.
Ahora miraba el cielo, el vaho que emergía de mis labios se perdía en el tiempo. Estaba esperándolo para nuestra cita. Al verlo solo pude correr a él, como si cada abrazo suyo fuese parte de mi. Mi necesidad de su calor era de todas las cosas que podía comparecer la más intensa. Lo amaba, lo amaba tanto que sentía miedo de que todo fuese un sueño y tuviera que volver a vivir en el frío.
Me rodeó con su bufanda, bese sus labios y compartimos un largo camino hasta su mansión. Era nuestro cumpleaños, por supuesto. Nacimos el mismo día, empezamos a salir el mismo día de nuestro cumpleaños, así durante tres años consecutivos como la racha de suerte más amplia que vivía, y ahora solo lo acompañaba fuera, con el sol cayendo sobre nosotros, en el jardín que mis sueños creaban a veces.
—Es lindo…— sonreí, mirando flores que crecían en invierno y lo escuché, lo escuché llamarme.
Declaró aquellas palabras tan dulces y solo pude derramar lágrimas de felicidad, tapando mis labios para responder con un gran:
—¡Si! ¡Por supuesto que sí, Yong Minho!— extendí mis brazos hacia él, abrazando su cuello, percibiendo mi propia euforia como algo destinado a estallar. Quizá, no podría amar a nadie más como lo hago con él, puede que incluso cuando el destino se aventuró en separarnos era simplemente para darnos tiempo para reencontrarnos pero de algo estaba segura, él era la primavera que llegaba a mi puerta y se adentraba a mi jardín para hacerme florecer.
Él era mi persona, mi amor.
—Te amo Minho.
A veces solo necesitas un poco de sol, un poco de sol que te haga florecer.
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Sijong salió de la cocina poniéndose las colleras de su camisa, dirigiéndose a su habitación a buscar una chaqueta para ese fin de semana hasta que vió a su reciente compañero de noche despierto.
— Buscas mucho mi atención y eso que no nos conocemos tanto— Sonrió de lado mirando de cabeza a los pies al joven hombre mientras se arreglaba la camisa. Al ser soltero, podría darse el lujo de disfrutar las noches independiente si era una dama o un varón. — Ten mi chaqueta, te morirás de frio. Seúl es bastante helado y te podrías resfriar. Te invito a un café, el que tu quieras—
Adrian estaba recostado con solo un supsensorio puesto, estaba mostrando básicamente todo su cuerpo, evidentemente estaba buscando provocar a su compañero. —Está bien, no voy a negar que fue completamente intencional, pero vamos tiene como dos días que no pasa nada entre nosotros y sinceramente no puedo resistir más. —Confesó honesto y abriendo las piernas para que se pudiesen acentuar más detalles de su cuerpo, además la contra luz favorecía demasiado cada parte de sus músculos. —Anda, vamos, que sabes que podré complacerte muy bien. Y claro, tú a mi.
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THE END
Hoseok.
Debía admitir que escucharla era toda una experiencia. Como relacionaba con la mitología griega, y me comparaba con Prometeo “El que se sacrificó a si mismo para darle el fuego a los humanos”. Me dedique a escucharla con atención a mi colega, solo al erguirme para ponerme derecho, sentí que estaba completamente inclinado hacia delante. Debía admitir que al exponer sus conocimientos se veía muy linda…quizás no era tan profesional ese pensamiento
Suspiré con pesadez ante la mención del artista español y su relación con sus “musas”—Picasso tampoco es de mi agrado si soy sincero. Creo que sus obras responden a su propia historia y acciones, bastante cuestionables. Las musas estuvieron tanto tiempo bajo la sombra de los maestros del arte que es su momento de brillar y es algo que es necesario resaltar en nuestros estudiantes.—
La pregunta sobre como debía llamarme me tomó por sorpresa por lo inmerso que estaba en la conversación. —Eh! Pues puede llamarme como desee, no tengo problemas con las formalidades. Puede llamarme Hoseok si lo desea—
Durante las conversaciones siempre tendía a hablar de más, parecía algo natural expresar todo lo que venía a mi mente, en la preparatoria mis compañeras le llamaban vomito verbal, por lo que fácilmente se desesperaban conmigo y llegaba un punto en que solo decían: ¡Ya cállate, Raim! dejé de hablar por un tiempo de esa manera, incluso ahora intento frenar mis palabras pero no puedo evitarlo, sin embargo, el profesor parecía interesado en mis palabras por lo que simplemente me deje ir.
— ¿Verdad que sí? Es increíble como hay personas que idolatran ciegamente a Picasso, cuando había artistas mucho mejores que él— el odio a Picasso parecía habernos unido solo un poco, algo bueno para ambospor que tendríamos que trabajar a diario juntos. Sonreí ante sus palabras, me recordaba tanto a “esa persona” que me sentí un poquito abrumada por ello. No eran la misma persona y eso estaba bien, solo pensaban similar.
—Pienso lo mismo, los estudiantes necesitan buenos ejemplos para poder hacer arte, incluso la seguridad de hacerlo aunque consideren que no tienen talento alguno. Cuando estudie en la universidad fue abrumador ver a otros teniendo ese halo de gran artista que incluso pensé en dejarlo todo y volverme servidora pública, pero…— me rasque la mejilla —No lo hice y heme aquí— me reí solo un poco, extendiendo mis brazos como presentandome para así continuar con lo último.
—¡Ah! Tuteame, eres más grande que yo, lo considero justo y te llamaré Hoseok-ssi, cuando seamos más cercanos haremos una reunión de cambio de mote, espero lleguemos a ese punto ¿no crees que sería agradable?— le ofrecí una sonrisa.
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