Me siento algo devastada. Lo que ayer sentía en orden, hoy lo siento y veo en formato de caos. Me siento en ruinas, y quizás esto es normal en medio de una extensa cuarentena absoluta, pero me siento sola, inútil, sin apoyo y perdida.
Algunos días me cuesta sonreír al espejo. Me siento mal conmigo mismo. Me siento gordo, siento que no debería comer en un día, en dos, en un mes entero... Luego pienso, reflexiono y recalculo mentalmente que lo mejor es una alimentación sana y ejercicio. Pero el verme distinto, el crecer, los cambios; pueden ser armas venenosas para la mente. De pronto en el espejo solo ves a alguien diferente, una maquinacion errática, un producto que no conoces. Te sientes con la cara gorda, los brazos flacos, un rollo de más, pechos pequeños, con demasiados pelos, con pocos músculos marcados, etc. La mente se destruye poco a poco en un solo instante. Pero yo todos los días me veo, me juzgo, me tengo paciencia y me entiendo.
Me enamoré de un chico que no gusta de mi. En un viaje de estudios coincidimos, pasé toda una semana viéndolo despertar. Escuchando un dulce: "buen día, ¿como amaneciste?". Eso fue y será un sueño hecho realidad.