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Louis - GMA 8/4

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Tengo ganas de un rp grupal.

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Me voy unos días y no sé cómo funciona tumbr bueno. ¿Alguien sabe cómo se recorta el texto ahora? 

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“¿De verdad?” Comentó con una pequeña pero débil sonrisa en sus labios, feliz en parte porque su amigo, por fin, había conseguido una casa para él solo, y porque ya no tendrían que estar comportándose medio decentemente al compartir piso. “Tengo muchas ganas de verla.. Seguro que es muy bonita.” Susurró, acariciando la mano del chico con su meñique, ya que aún se sentía muy cansado como par mover alguna parte más de su cuerpo. “Todavía no te he llenado las paredes de mis dibujos..” Rió un poquito, ya que él siempre estaba haciendo retratos de casi cualquier cosa, y se las regalaba a su amigo, que las guardaba con bastante cariño, incluso alguna que otra vez las colgó en las paredes de su habitación, hecho que le hacía bastante feliz.

“Espero poder verla cuando salga de aquí, y que ella esté bien..” Tomó aire con fuerza, puesto que sabía que su padre iba a pagar todo con ella ahora que Karim ya no iba a estar nunca más con ellos, y le preocupaba. Apoyó la mejilla en la mano de su amigo, buscando algo más de caricia, mientras le regalaba una pequeña sonrisa después. “No sé qué haría sin ti.” Añadió con honestidad, ya que así se sentía respecto al chico. Era como su héroe, su ángel.. Esa persona que le protegía de todo mal, y que intentaba siempre sacarle una sonrisa hasta en los momentos más duros de su vida. Tenía mucho que agradecerle, demasiado.

La sonrisa que se apoderó de los labios del mayor fue sincera y cálida. Parte de él aún se rehusaba a creer que por fin Karim había despertado, pero conseguía convencerse más y más cada segundo. De no estarse sintiendo tan feliz y afortunado, continuaría envenenándose de odio contra el padre del moreno. Pero no era el momento de pensar cosas tan desagradables. Ahora sólo quería permanecer al lado de su amigo y vigilar su evolución. Ansiaba el momento en el que pudiese llevárselo de allí.

“En un edificio de apartamentos. Queda a 4 cuadras de aquí”, respondió, señalando un punto lejano a través de la ventana. “Tu madre…”, titubeó. ¿Debía ser sincero con él? Bueno, no es como si Andrew disfrutase mucho mentir de todas formas. “No ha venido hoy. De hecho, soy el único que viene a diario… Pero estoy seguro que vendrá tan pronto se entere que despertaste”. Trató de ser tan optimista como le fue posible, pero así mismo, seguía conservando esa pizca de egoísmo que le caracterizaba. “Pero no se enterará aún, porque yo quiero mi tiempo a solas con el bello durmiente”, declaró. Llevó entonces su mano al rostro ajeno, dejando una caricia suave, sin siquiera tratar de ocultar que era más que una amistad lo que había allí. “Cuidarte es lo que hago, Karim. Nunca me aburriría de cuidarte… Especialmente no ahora que puedes hablar más o menos.”

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"¿Y por qué vas a hacer una redacción de algo que sabes que no me gusta? Sería una completa gilipollez.” Gruñó, sacudiendo su cabeza mientras se dejaba caer en la cama, jugando con sus pulgares. No tenía mucha intención de ayudar al chico, él no había nacido para malgastar su tiempo pensando en ese tipo de tonterías. “Me da igual, solo que esté bien.” Insistió, agarrando el mando de la Play con intención de ponerse a jugar allí.

Elliot dio un paso hacia atrás cuando escucho al chico, no había nadie que le asustara mas que aquel chico de ojos azules que tantas veces le había echado dentro de un cubo de basura. “Pe-ero… Ellos sabrán que es mentira… Imagínate que hago una redacción sobre que te encantan… Las aves.” Dijo pensando algo rápido. “Todos vieron como el otro día casi le das un golpe a una… Nadie se creería eso.”

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“No, no” Corrió con todas las fuerzas que su cuerpo tenía, en un vano intento de alcanzar el autobús que ya había partido desde la parada que usualmente tomaba para regresar a su casa, después de una dura jornada de trabajo. “No puede estar pasando.” Volvió a quejarse, apoyando la espalda en la fría pared blanca, donde debía esperar unos veinte minutos hasta que volviese a pasar el próximo autobús. Resopló fastidiado, últimamente solo le sucedían aquellas cosas a él, y llegaba tarde a todas las citas. Se dejó caer con cuidado en el banco, sin darse cuenta que ya había allí alguien, dando un bote justo cuando le escuchó hablar. “¿P-Perdón? ¿Ha dicho usted algo?” ( nightxspaces )

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Solo me pasa con Lean wtf. 

El resto se me da reblog bien. 

Me meo.

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Me sigue sin funcionar me voy a tirar de los pelos c:

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No sé porqué cuando doy reblog se me cambia el texto y no me lee ni tildes, ni interrogaciones ni nada.. Hasta que no lo solucione no sé si voy a poder rolear, porque va a salir el texto el chino a este paso y queda super feo xD

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Tomó aire con lentitud, debido a que sus pulmones aún no estaban demasiado acostumbrados a respirar de nuevo y sin ayuda. El simple hecho de intentarlo suponía un esfuerzo del que ahora el chico carecía, por lo que se limitó a no forzar sus palabras, así como tampoco sus actuaciones. Formó una pequeña sonrisa en sus labios, débil pero sincera, y acarició el borde de la mano ajena, puesto que sus dedos ahora eran los únicos con una movilidad aceptable. “Mucho tiempo suena bien..” Susurró, notando su contacto, su calor, sintiéndose cada vez más seguro y relajado.

“¿Dónde vives ahora..?” Preguntó con cierto interés. No sabía cuánto tiempo había estado allí, pero suponía que había sido bastante y se había perdido gran parte de la vida de su mejor amigo. Y era un buen momento para ir poniéndose al día. “¿Y mi madre..?” Se atrevió a preguntar, dejando escapar un fuerte suspiro. De toda su familia era con la que mejor se llevaba, aunque estaba casi seguro que ni había asomado la cabeza por allí, el miedo a su marido era mucho mejor. “Suena divertido.. Aunque ahora no tengo cuerpo para hacer nada más que descansar. Seguro que te aburres mucho.” Susurró mientras hacía un leve puchero en sus labios.

“Shhh….”, calló al otro. Entendía lo cansado que debía estar, y su voz hacía bastante evidente que incluso hablar era un reto. No esperaba que se moviese o que hiciera alguna clase de esfuerzo, sólo quería tenerlo consciente un rato para decirle todas las cosas que se había perdido y, ojalá, para hacerlo sonreír un poco.

“Tendremos mucho tiempo” reclamó en un susurro, sin detener las caricias que repartía por el pecho ajeno, esperando que eso le ayudase a sentirse más a gusto. Aún no llamaría a los doctores, primero quería un momento a solas con el moreno. “Ya verás. Cuando te den de alta iremos a mi casa. Y sí, ya no estoy compartiendo un apartamento cutre con otras 4 personas”. Karim se había perdido demasiado durante las semanas que estuvo dormido, y ahora la vida de Andrew había tomado un giro inesperado al conseguir un trabajo en un bar. “Iremos a mi casa, te pondrás algo de mi ropa y te quedarás conmigo hasta que te mejores del todo”, propuso, aunque era más como un plan inalterable que tenía. Ni loco lo dejaría volver con su padre. “Será como una pijamada… Una muy larga pijamada.”

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“La cafetería de la Universidad no está nada mal, pero preferiría salir a un sitio más tranquilo, donde no haya tanta gente.” Pidió, dejando escapar un pequeño suspiro. No es como si estar con gente le molestase, pero en ciertas ocasiones todo el mundo necesita su espacio, y algo de tranquilidad. Caminó despacio a su lado, guardando las manos en los bolsillos de su pantalón, tratando de mantenerse cerca en todo momento, para no despistarse. “Tienes que contarme más cosas sobre ti..” Comentó, ya que le interesaba conocerle al haber congeniado con él desde el minuto uno, supuso que podría tener un nuevo amigo con el que compartir experiencias, y no sentirse tan solo en su día a día.

Steve y Theo habían estado un buen rato dando un paseo por aquel instituto. De echo, habían estado hasta en la sala de musica mientras Theo le enseñaba a Steve sus cualidades que, a pesar de estar ciego, era capaz de hacer, cosa que era increíble.

Ahora los dos acababan de salir de la sala de música y iban a un bar a tomar algo. Steve iba completamente al lado de Theo por miedo de que a este le pasara algo, aunque ya el otro le había demostrado que era capaz de cualquier cosa a pesar de su dificultad. Aquello se podía llamar una cita no planeada, por lo menos por parte de Steve que se sentía atraído por el otro. Le gustaba su fuerza y la manera en la que hablaba, se sentía a gusto a su alrededor.” Entonces a que bar vamos, Theo?”

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“Me gustaría reventarte la cabeza ahora mismo.” Respondió sin ningún tipo de escrúpulo, frunciendo el ceño profundamente mientras cruzaba los brazos a la altura de su pecho. “¿Qué más da? Te lo inventas y ya está. No voy a hablarte de mí ni de mi vida.” Resopló, rodando la mirada, acomodándose más cerca de él. “No voy a dejar que te muevas hasta que esté terminado.” Amenazó.

“No me hagas daño” Murmuro el pequeño en la habitación del otro. Estaba allí porque el otro le había obligado a ayudarle con los deberes, el era el matón de colegio mientras que Elliot era el empollón. Un clásico. “Prometo que te haré los deberes… Pero es que esa redacción la tienes que hacer tu o decirme que te gusta.” Dijo mientras se tapaba la cara por miedo a que este le metiera un puñetazo en ella.

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Mantuvo sus ojos cerrados por varios segundos, los que parecieron eternos dada su situación. No sabía cuánto tiempo llevaba allí, postrado en aquella cama, preso de las cuatro paredes que se encargaban de vigilar su sueño día y noche. Tampoco quería saberlo. Había dejado su letargo atrás, y estaba más que seguro que jamás volvería a mirar una camilla con los mismos ojos. Tras varios minutos de inactividad, abrió sus ojos muy despacio, posando su atención en su amigo que seguía hablando, lo que agradeció. Aún no se sentía con fuerzas suficientes como para hacer o decir nada, y así tampoco hacía que el silencio fuese incómodo.

“Pensé que no iba a despertar nunca.. Ha sido mu difícil.” Susurró, mordiendo su labio inferior mientras trataba de incorporarse, aunque sus músculos no tenían la suficiente fuerza como para sostener aún su cuerpo. Rió sonoramente, notando como sus pulmones se llenaban de aire, notando una paz y una tranquilidad que llevaba días sin poder sentir. Sintiéndose libre de toda cadena, feliz por primera vez en toda su vida. “Tendremos tiempo de verlos cuando salga de aquí.” Comentó, ya que estaba más que seguro que lo cuidaría, y no dejaría que se levantase de la cama hasta que estuviese totalmente recuperado. Algo así como su enfermero particular. 

Sabía que debía llamar a los doctores en el mismo momento en el que Karim dio reacción, pero no fue capaz de hacerlo. No quería dejar su lado ni perderse de sus primeros momentos conscientes luego de lo que pareció una eternidad. “Claro que estoy aquí. ¿Dónde más iba a estar, pajarito?”, reclamó

con un tono que intentaba ser divertido, pero que en realidad fue tan débil y tembloroso como la mirada del castaño, que comenzaba a llenarse de lágrimas. Por mucho tiempo había soñado con el día en que Karim despertase y tuvo que morderse fuertemente el labio hasta que el dolor le comprobó que realmente estaba despierto. Era muy bueno para ser verdad.

Por instinto, llevó su mano al rostro ajeno, dejando allí una caricia suave. Debía tranquilizarlo, pues aquella respiración irregular sólo le complicaría las cosas. “Hey, no me agradezcas. Para eso están los amigos, ¿verdad?”, respondió en un susurro, inclinándose hacia el otro lentamente para descargar

un único y suave beso en su frente. Andrew podía ser altanero y distraído, pero era muy cariñoso con el menor, incluso en esas circunstancias. “¿Dormiste bien?”, preguntó luego de encontrar, por fin, asiento al lado de su amigo en su misma cama. Su actitud impulsiva no había cambiado en absoluto, y ahora que Karim estaba despierto, por fin sentía algo de alivio. “Grabé todos los capítulos de Game of Thrones mientras dormías como un Snorlax, por cierto. No iba a dejar que te perdieras media temporada por ser un holgazán”, trató de bromear, acariciando el pecho ajeno distraídamente.