aday allen. 19. my heart is gold [ and ] my hands are c o l d.
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Comprendía casi a la perfección a lo que el chico se refería, entendía cómo en algunas ocasiones era justo y necesario el pretender o más bien el aislarse en cualquier situación por el miedo o más bien la necesidad de mantener hasta cierto punto la vida familiar cómo un secreto, la morena lo había hecho durante la mayor parte de su estadía aquí, un par de personas sabían realmente la situación, o al menos pretendían hacerlo, le miró fijamente a los ojos, sin cambiar la expresión del rostro, mordiendo el labio inferior con cuidado, intentando procesar aquellas palabras que en su mente parecían una especie de confesión “Si supiera de ti no me compadecería yo… se que no eres de las personas a las que les gusta la lástima. Y lo entiendo, créeme que lo hago” suspiró de manera pesada mientras se pasaba una mano por la melena castaña la cuál claramente era un desastre “Soy lo que se puede llamar accidente, mi madre me tuvo fuera del matrimonio” comenzó a explicar desviando momentáneamente la vista, quizá de a poco se abría con él, pero no podía darse el lujo de mirarle a los ojos, era demasiado, inclusive con él. “Su esposo, o al que conoces cómo mi padre le perdonó y decidió criarme cómo si fuera suya, al final ella se largó con su amante” finalizó con una risa seca, no le había contado aquello a nadie del instituto, quizá de una manera vaga lo había explicado en sus primeras fiestas, pero jamás había entrado en detalles. Se giró a mirarle de nueva cuenta tirando el cigarrillo para concentrarse completamente en lo que decía el ojiclaro, se acercó de manera cauta cuándo escuchó las palabras del contrario, una sonrisa ligera apareciendo en el rostro, quería apoyarle, en verdad, pero no sabía cómo acercarse sin que su amigo se cerrase completamente de nuevo, le miró a los ojos. “¿Que..que tiene?” se atrevió a preguntar mordiendo el labio inferior de nuevo “Mierda Aday, quiero ayudarte, pero no se cómo” masculló una mano volviendo a la cabellera castaña mientras con la otra daba una ligera palmada en la rodilla contraria “Sabes que puedes pedirme lo que sea somos…somos amigos” finalizó con una sonrisa de las que no solía esbozar con frecuencia, no era algo cínico o burlón, era simplemente sonreír, cómo pocas veces lo hacía. No pudo evitar poner los ojos momentáneamente en blanco ante aquella pregunta acompañado de un asentimiento de cabeza más o menos enérgico dejando que un suspiro se escapase de los labios “Más que bien Allen” masculló. Le sostuvo la mirada sin mover ningún músculo en lo absoluto, ladeando ligeramente la cabeza hacía la derecha, cómo si de alguna manera pudiese verle mejor. “Es un honor entonces” respondió dejando que una risa se escapase de los labios “Y gracias”

Sonrió al oír como la joven, por muy sorprendente que fuera, le conociera. La “lástima” estaba en el tope negativo de las cualidades que su historia solía causar en la gente. Curvando sus labios de nuevo, tomó su cigarro, dándole una suave calada sin dejar de observar a la castaña. Al notar como la muchacha movía su mirada, supo que llegaba el momento deque respondiera a su pregunta. Sin dejar de mirarla, captando cada una de sus palabras que con su dulce voz deleitaba sus oidos con una de las narraciones más horribles jamás oidas -Joder...-. Susurró, en un breve suspiro, pues no esperaba que su compañera hubiera tenido que pasar por todo aquello. Lo cierto es que él se quejaba por la enfermedad de su hermano y que su familia no tuviera dinero para apenas pagar la hipoteca, pero tener que vivir con gente que realemente no era su familia... Al menos, su familia de sangre -Yo, emmm...-. Susurró, de nuevo -Creo que no sé que decirte... Debió de ser jodido, y me asombra que pudieras pasar por todo aquello... Pero ni me voy a compadecer de ti ni puedo darte consejos, lo siento-. Sentenció. La primera parte era debida a la famosa frase “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Y en cuando a la segunda: Simplemente era una situación familiar, y si su madre se había largado, claramente no podía solucionarlo ni darle consejos para hacerlo -Igualmente, los querrás. Quiero decir, son los que te han criado y todo eso...-. Se encogió de hombros, algo dudoso pues él jamás había sentido aquello por sus padres. Nunca le habían ayudado en nada, solo le daban cobijo por tres dias a la semana, o menos. Apenas pagaban la mitad de la quimioterapia para su hermano. Lo cierto ya era sorprendente que pagaran su educación y comida, selectivas veces. Al escuchar la siguiente pregunta, un nudo se formó en la garganta, dejándolo atónito por momentos. Abrió la boca, apunto de pronunciar su primera palabra, la cual nunca salió a la luz pues atrapada en él se encontraba. Suspiró -Perdón-. Sonrió de medio lado -Tiene cáncer-. Rapidamente, dejándole hecho polvo. ealmente, recordar aquello le dolía aunque no lo dijera. “Un Allen no llora” Se recordó -De higado, desde hace dos años ya-. Continuó con su interna tortura, manteniéndola donde se cnontraba. No quería exteriorizar lo que hablar de todo aquello le suponía. No quería ni necesitaba la compasión de nadie. Ni sabía cuantas veces lo había repetido, pero no le importaba. Tan sólo deseba que quedaba claro -Recuerda que no necesito tu compasión-. Añadió, con cierto tiemble en su voz. Se aclaró la garganta -Perdón-. Repitió, en un intento de sonrisa. Negando, miró a sus ojos de nuevo -Me temo que no puedes hacerlo-. Soltó aire, a forma de risa -Lo soy, y tú lo eres para mi. Pero no hay forma que me ayudes en esto ¿Sí? No puedes ¡Nadie puede!-. Y allí mismo, el joven perdió los estribos de aquella increible conversación. Notó sus ojos algo empapados en lo que parecían ser ¿lágrimas?. No... No, él no lloraba ¿cierto? Sin saber como actuar ante su propia reacción, miró al cielo, como si este obtuviera todas las respuestas y curas a lo mal que ahora se sentía -Perdón-. Cuarta, pero no última vez -Perdón, yo...-. Pasó sus manos por los ojos, que cristalizados ahora se veían -Ya está-. Soltó una suave carcajada -Ya está-. Se repitió. Odiaba aquello. Jamás le había pasado, jamás le había contado nada a nadie sobre aquello, pero creyó que podría con ello. Y, como no; se equivocaba. Pasó su tacto por el cabello, saliente de su cabeza. Apoyó sus codos en las respectivas rodillas, mirando al suelo ahora -De nada, supongo... Ha debido de ser esúpido verme así, perdón-. De nuevo, la última disculpa apareció en la conversación. Ni sabía por qué tan repetitivo, tan sólo era un acto reflejo que sabía que incomodaría a Arabella. O al menos la molestaría.
#convo#c:arabella#i feel u#aaron es tsn bonito que ioro#wtf la resppuesta me ha quedado kilometrica y encima no me gusta como ha quedado ioro
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-Creo que primero me tendrás que decir donde queda, aunque si lo prefieres, vivo sola , y sería fuera de la escuela.- un pequeño guiño apareció en su ojo y era verdad, no quería meterse en problemas, o lo menos que pudiera, así que era seguro no se vería bien a la profesora entre las habitaciones de los alumnos, además de que prefería tener todas su aventuras en secreto, un pequeño jadeo se escapo de sus labios, para después se dibujara en ellos una sonrisa socarrona, poso su delicada mano sobre el pecho del chico, aquello le había tomado por completa sorpresa, pero no le desagradaba, le gustaba los chicos sin rodeos, pero quizás era un poco peligroso estar ahí de esa forma . -Claro que te puedo enseñar, te puedo dar clases privadas.- recalco aquella palabra, la cercanía del chico solo la comenzaba a poner nerviosa, miraba los ojos azules del chico y volvió a sonreír de una forma más coqueta. -Mejor por el cuello.- susurro acercándose al cuello del chico, dejando varios besos húmedos sobre él, no sabía si aquello calmaría al chico o lo pondría peor, pero no se podía detener.

-No tengo tiempo para ir fuera de la escuela...-. Susurró -Y tampoco coche-. Respondió. Lo cierto era que tan sólo quería no moverse de sitio. Estar allí y en ese momento. Si iban a una habitación, sería a la de la morena. Por el simple hecho de que la contraria gozaba de una preciosa casa de matrimonio. Aunque, bueno ¿quién necesitaba cama? Claramente él no. Observó a su acompañante, que ahora se encontraba entre sus brazos. Sonrió -Claro. Yo ahora estoy libre ¿tú?-. Formuló, a sabiendas de que la respuesta era negativa. Pero no le importaba. Aquella mujer era demasiado para hacer esperar. Cuando la joven cambió su idea, sonrió; pues le agradaba que ella tomara las riendas. Mordió su labio interior cuando notó como la boca de la muchacha pasaba por su cuello, posando besos que excitaban levemente al ojiazul. Bajó su mirada para dirigir su vista al cuello contrario, repitiendo los movimientos de la mujer en el cuerpo ajeno. Continuó subiendo sus besos, para acabar en su oreja derecha. Susurró, delicademente en su oido, pero tajante para que le escuchara -Te dije que no te vistieras-. Curvó sus labios de nuevo.
#convo#c: vanessa#no se ue iba aqui pero creo que aday va a dejarla con las ganas para continuar con la tradición judd#JJAJAJAJAJAJJAAJJAJAJA#ahora mismo me odias y lo se
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Terminó de limpiar las áreas que encontró menos lastimadas, de resto le dolería demasiado un simple contacto con aquel líquido que lo curaría con rapidez y era mejor que él lo hiciera por su cuenta, le dejó el paño a un lado para alejarse un poco y darle espacio. Quisieras tú comprobarlo. Acomodó su cabello mientras se veía al espejo, por vanidad más que por necesidad o conveniencia. Cualquiera creería que eres todo un mala conducta, Allen. Quizás tengan razón al pensarlo. Comentó divertida y se dio la vuelta, ojeando al ojiazul ya un poco recuperado y calmado, abrió la puerta para retirarse a la sala junto a él. Porno, obviamente. Bromeó, tomando asiento en el sofá gigante antes de prender el gran televisor. Aunque me aburre verlo, debo ser honesta al respecto. Hacerlo ya es otro caso…

-¿Quién no?-. Musitó, dejando el trapo apartado. Lo cierto es que la morena era bastante atractiva, así que no le veía nada malo a responder así. Siempre estaban bromeando con ese tema... Bueno, bromeando o lo que fuera aquello. Se volteó para quedar frente a la contraria, la cual se miraba al espejo. Una suave carcajada escapó de sus labios. Acercándose de nuevo a ella para salir del baño, a la espera de que la joven saliera del cuarto -¿Yo?¿mala conducta? Por favor ...-. Rodó los ojos, en una forma cómica. Al escuchar su respuesta, comenzó a reír; siguiendo a la joven hasta el gran sofá en el que ambos se sentaron, ciertamente uno en cada esquina del mueble. Sonrió al escuchar la última frase, levantando una ceja -Eso también debería comprobarlo...-. Bromeó, mirando directo a los ojos verdes que se encontraban en la otra parte del futón,
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-Quizás para ti es poca cosa, pero yo desde aquí veo una gran herida, no te cuesta nada dejarme curartela.- frunció un poco su ceño, no le agradaba que los j��venes se agarraran a golpes, y anduvieran por ahí con múltiples moretones y cejas rotas, miró al chico entrar al baño y le siguió, entrando él también. -Bueno, seguramente estará en la enfermería, déjame llevarte a la sala de maestros y no le diré nada a la directora.-

Rodó los ojos al notar que la presencia contraria era mayor a él. Eso dejaba ver que era un profesor, y no deseaba encontrarse a ninguno por allí, pues ya había tenido suficientes problemas con Noah en su fiesta de hacía un par de dias -No voy a ninguna parte contigo-. Tajante, con un suave giro, observando de nuevo al ojiazul -Me da igual que le digas algo a la directora. Creí que resultaba obvio-. Comentó, con un ligero tono de superioridad, pues así sabía que no había forma en la que el castaño le convenciera.
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Carter se había tomado unos minutos para ir al baño. En cuanto salió del cubículo para ir a lavarse las manos se encontró con una figura masculina que no tendría por qué estar en el baño de damas. La rubia frunció el ceño, estando a punto de recriminarle aquello cuando notó los golpes sangrantes que tenía en su rostro. —¿Y por qué eso debería servir de consuelo?— Inquirió, cruzandose de brazos. —¿Crees que está bien ir por la academia peleandote con tus compañeros y terminando todo golpeado?— Aquello era de barbaros. Se cruzó de brazos mirándolo fijamente. —Vamos, a la enfermería ahora mismo. Y luego me dirás el nombre del otro chico así puedo tomar cartas en el asunto. Para ambos.— No podía permitir que dos alumnos se lastimaran de esa forma.
Se encogió de hombros, girándose a ver a la rubia. Por su tono de voz, averiguó que se trataba de una profesora, además de que era fisicamente evidente. Rodó los ojos al escuchar su pregunta, volviendo atrás para volver a observar sus heridas en el espejo, mirando el reflejo de la mayor a la par -Tal vez se lo merecía-. Se encogió de hombros, tomando la toalla que reposaba a centímetros del lavabo. Cuando escuchó a la contraria, una carcajada salió despedida de sus labios, pues era obvio que no se presentaría en ninguna de las aulas que estaban en el edificio central -Ya, claro... Sigo soñando rubita-. Sonrió, limpiando la sangre que caía por su frente, en un intento de que la ojiazul se fuera del establecimiento.
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-Tienes un moratón gigante en la mejilla, y sangre en el labio, ¿en serio son solo un par de rasguños?-le respondió, rodando los ojos. Nunca entendía por qué la gente se metía en ese tipo de peleas gratuitamente. Le parecían una pérdida de tiempo y dignidad, pero prefirió no decirle esas palabras exactas al moreno. Escuchó la siguiente frase del chico y no pudo evitar reir. -Me lo creo Aday, me lo creo, así que no me lo quiero imaginar teniendo en cuenta lo deformado que estás ahora mismo, qué manera de destrozar una cara bonita. Pero bueno, ¿quieres que vaya a buscar alcohol y gasas o prefieres mirarte en el espejo por media hora más?
-Sí, solo un par-. Respondió, tomando la toalla que reposaba del aro colgado a pocos centímetros del lavabo. Observó a la rubia de reojo, mientras remojaba la tela en el agua helada que caía del grifo, para después chocar suavemente el húmedo objeto con sus heridas. Se quejó sutilmente ante sus propias acciones, pues dicha prenda resultaba dolorosa al tacto con sus rasguños. Finalmente, soltó la prenda, girándose a escuchar a la contraria -No, estoy, bien-. Restó importancia, sonriendo burlón ante su comentario -¿Me acabas de llamar guapo?-. Formuló, apoyándose en el lavabo que a su espalda se situaba.
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No pudo evitar rodar los ojos, la verdad las respuestas tan tenaces del contrario ya no le sorprendían, prefirió termina de limpiar tanta sangre de aquella bonita cara antes de que le dieran mas ganas de vomitar, no servía para ser doctora. Y no solo seré la vez más rápida si no la mejor, que te quede claro. Le guiñó un ojo divertida aunque sonaba como un coqueteo bastante directo, quizás lo era pero seguramente no lo hacía en el mejor momento, de igual forma no era la mejor en saber comportarse. Tranquilo damisela, te metiste en esto y ahora te aguantas. Comentó con cierto humor en su tono de voz, acercando el pequeño paño a la herida y aunque quería hacerlo rápido para aliviar el dolor también se fijaba de hacerlo con cuidado. ¿Hacemos algo hoy? ¿Cine? O más bien cine en la sala.
Sonrió al escuchar el comentario de la joven, observando como cuidaba su cara, con cierta cara de asco pues la sangre seguía brotando de algunas heridas -Eso habría que comprobarlo-. Rió, guiñandole un ojo. Obviamente estaban de broma. Lo cierto es que la contraria le atraía y negar que se la tiraría sería como negar que la tierra es redonda. Sonrió y rodó los ojos, soltando un suspiro con un matiz divertido en este -Sí, sí. Pero fue culpa del otro. Que no me vuelva a intentar quitar una botella de vodka, que lo dejaré en coma…-. Rodó los ojos, recordando al joven con el que se había pelado, o más bien; había recibido una paliza por parte suya. Se levantó de la cama, acercándose un segundo al baño para coger una toalla y aplastarla suavemente contra su perfil dañado. Hizo una pequeña mueca de dolor y volvió a donde se encontraba, escuchando la petición de la chica -Eso suena a sexo-. Bromeó, pues siempre que ‘iba al cine’ con alguien acababa ocurriendo aquello -Pero está bien ¿qué quieres ver?-. Formuló, acercándose más a la morena, para que la conversación no fuera a metro y medio de distancia.

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#convo#c:gaia#por que haces niños hermosos??#ytú que#jdr#te encanta mi gif random#estoy desde el movil pmy se quedara en misnuculas but esTAVA TODK EN MAYUSCULAS LO JURO
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Repitió el nombre para saborearlo en sus palabras, no quería olvidarle y rogaba por que ese chico hubiera reprobado Química y quizás anatomía… -Vanessa, el gusto es todo mío, guapo.- comenzó a reír cuando aquellas palabras salieron de su boca. -Pues si me invitas a tu cuarto un día de estos no me molestaría andar desnuda por ahí.- Saco una blusa algo escotada y se la puso, metiendola un poco dentro de la falda, otra risa volvió a salir de sus labios. -Que soy tu maestra de Química, Mira, si sigues viendo mi trasero de esa forma, se te va a caer la quijada.- se acerco, con un movimiento de caderas sensual hasta el chico, para cerrarle la boca, lo miró a los ojos y una pequeña sonrisa aparecio en sus labios. -y dime, ¿Reprobaste Química? ¿Anatomía? por que Anatomía te la podría enseñar.-

Sonrió al oír el comentario procedente de la castaña, tomando el “guapo” como un gran coqueteo. Mordió su labio interior al escuchar la contraoferta de la mujer, ampliando más su sonrisa -Entonces ven cuando quieras-. Alzó una ceja, realmente ofreciendo su habitación. Si hacía falta echaría a Dane de allí, pues aquella mujer se merecía cada uno de sus segundos -¿Eso es química?-. Preguntó algo burlón, pues sabía que no era así. Cuando la contraria se acercó a él, el ojiazul cogió por la cadera a la profesora, de casi la misma altura que él. Relamió sus labios y volviendo a levantar una ceja, una sonrisa que desvelaba todo lo que con la mujer deseaba se escapó de sus labios -Me temo que mi media de cinco se mantiene en esa asignatura… Pero podrías enseñarme de anatomía femenina…-. Sonrió de nuevo como anteriormente lo había hecho. Se acercó más a ella, rozando su nariz con la ajena -¿Empezamos por los labios?-. Susurró.
#convo#c:vanessa#*le sigue poniendo gifs de aaron haciando de john lennon*#no puedo con vanessa#me matas? gracias
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Envíame ✿ + una pregunta, y un miembro de la familia de mi musa la contestará.
Siéntanse libres de especificar de qué miembro se trata.
Meme traducido. Original: rpmememaker.
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Cuando se separo, pudo ver al chico con detenimiento, era muy guapo. -Hola.- contesto de la misma forma alargando la “o”, miró de arriba abajo, se podía ver que hacía ejercicio, quizás su primer día no estaba tan mal. -¿y tu quien eres?.- alzó una de sus cejas, acercándose a uno de los pupitres donde había dejado su pequeña maleta con ropa, le había dado la espalda al chico para buscar lo que se pondría, una pequeña sonrisa apareció en sus labios cuando escucho lo siguiente. -Si estuviera en mi casa, andaría desnuda, pero como estoy en la escuela, y debo dar una clase, creo que debo vestirme.- saco una falda, agachándose un poco para poder meterla por debajo de sus piernas, subiéndola lentamente y volteo para mirar al chico. -Así que si tienes clases de Química, bienvenido a mi clase.-

Sonrió, volviendo a dar un paseo por el cuerpo de la mujer. Era despampanante ¡menuda mujer! -Soy Aday, ¿tú?-. Preguntó, alzando una ceja de nuevo, pues la joven no le sonaba, y le parecía algo mayor para ser profesora. Observó como la morena sonreía, imitando sus movimientos -Tal vez no sea correcto que en clase vayas así vestida, pero nadie impide que vistas así en tu habitación o en la mía...-. Mordió su labio inferior -O que no vistas-. Sonrió, acercándose a la joven; cuendo esta se separó y el ojiazul comenzó a maldecir hacia sus adentros. La morena se giró y agachó, dejando al joven una buena vista de la trasera contraria -Dios...-. Susurró. Jamás había observado a una mujer de tales encantos. Cuando esta se giró, tardó un rato en volver a la tierra -¿El qué, perdona?-. Formuló, pues no había prestado atención a lo que había dicho después de ver semejante figura.
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(&&.- aday allen and arabella saltzman .)


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(&&.- aday allen and glimmer moore .)
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¿Hablas en serio? Preguntó confundida pero al mismo tiempo regañándolo, estaba todo lleno de sangre y ni se imaginaba por qué, conociendo al ojiazul simplemente tuvo una discusión que terminó en lo peor. A ver, siéntate idiota. Murmuró entre dientes, empujándolo levemente sobre la cama para revisarle bien la ceja que parecía ser el área más lastimada. Se dirigió al baño con rapidez y trajo una pequeña toalla mojada, con aquello logró limpiar el exterior de la herida. ¿Quien hizo esto si se puede saber?

-Sí, en serio-. Rió, parando pues cambiar de expresión le dañaba la cara. No sabía ni como había acabado en aquella pelea, pero así lo habia hecho. Cuando la morena le empujó, una sonrisa burlona apareció en su rostro -Que sepas que es la primera vez que una chica me lleva tan rápido a la cama-. Bromeó, observando como la contraria se movía por la habitación y se desvanecía por la entrada que daba al baño. Cuando volvió, notó como la joven comenzaba a limpiar sus heridas -No recuerdo ¿Peter, se llamaba?¿o era Josh? No sé...-. Le restó importancia, quejándose minimamente cuando el pañuelo que ella aguantaba fue presionado en la más dolorosa herida, que situada en el pómulo derecho descansaba; cual obra de arte representativa de una tragedia.
#convo#c:gaia#lO SÉ SOY UN HORROR NO ME DI CUENTA#Y ALSKDJAKSJDFHJSDFHLASHDFL TIENEN QUE BESARSE BC MIS PJS Y LOS TUYOS SIEMPRE SE ACABAN BESANDO(?#IDGAF#Y LUEGO LIA ME ODIA(?#en ese gif cASI ESTA LLORANDO Y YO IORO
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Una risa ligeramente seca salió de sus labios ante el comentario, mientras sacaba otro cigarro de la cajetilla para encenderlo, un suspiro pesado escapando de sus labios acompañado de una ligera nube de humo “Que orgullo” respondió con un tono de voz ligeramente burlón “No creo que tus pulmones compartan la idea, pero carajo, todos nos matamos a nuestra manera” añadió poniendo ligeramente los ojos en blanco, sintiéndose ligeramente ridícula con aquel comentario, se sentía principalmente hipócrita, teniendo en cuenta el hecho de que ahora se encontraba fumando. “En realidad podrías ser un poco menos cerrado” comentó cómo si aquello no fuese la gran cosa “Llevándonos tiempo conociéndonos para pasar de las estupideces del bien gracias” añadió con rapidez, sabía que quizá era un terreno ligeramente peligroso, le conocía desde hacía tiempo, compartían un par de clases pero en realidad no sabía cómo se tomaría aquello. Río ligeramente ante el comentario mientras negaba un par de veces con la cabeza, plenamente consiente de que había hecho exactamente lo que no quería que el contrario hiciese “Mi madre me mando una carta, de nuevo” comentó con un ligero tono de indiferencia, cómo si aquello no fuese la gran cosa, aunque para Arabella era algo tremendo “Comienzo a sentirme mal de no responder, quizá si cambio” comentó dejando que el cigarro se consumise en su mano, ligeramente ausente a aquello. Por un momento puso los ojos en blanco ante el comentario, sacudiendo los hombros de una manera casi imperceptible “No es mi verano ideal” cedió con un suspiro pesado “Pero lo prefiero a estar en casa, no lo se, sería peor tener que rechazar llamadas” murmuró volviendo a girar el rostro para mirar a su acompañante “Creo que ahora puedes decir un poco más qué sólo bien”
El joven vio como la contraria sacaba otro cigarro, mientras el se recostaba en el blando sofá en el que se había acomodado hacía tan solo unos minutos. Observó sus movimientos, incapaz de aguantar la tentación que en su cuarpo asomada de fumarse otro cigarro. Agarró su cajetilla, colocando el cigarro que acababa de coger entre sus labios, dejando la anterior donde se encontraba. Con su mechero, prendió el que descansaba en su boca, volviendo a disfrutar de lo que deshacerse del humo le causaba. Se encogió de hombros, sonriendo ante aquella frase; recordando lo que Kurt Cobain una vez dijo “Nadie muere virgen, la vida nos jode a todos”. No sabía como ni por qué aquella frase hinundó los pensamientos del ojiazul, volviendo a prestar atención a la contraria cuando su voz le llamó la atención. Se encogió de hombros -Prefiero ser cerrado, la gente no se compadece de mi... Porque no saben de mi-. Dijo, dándose cuenta de lo que le acababa de confesar a su amiga. No era normal en él hablar así a ninguna persona, ni a su propio hermano -¿Y qué con eso?-. Preguntó, pues él no sabía que problema había con la madre de la muchacha. Era cierto. Él no se abría mucho con las personas, pero claramente ella tampoco; al menos hasta hoy. La charla de la castaña proseguía, al igual que el ojiazul oía atentamente; pues deseaba enterarse de todo aquello que la ojiverde decía. Sonrió con su siguiente frase, pues él tenía el mismo sentimiento atrapado en su interior, salvo por un pequeño detalle. Él tan solo deseaba volver a casa. Quería estar con West. Robar para poder pagar su tratamiento, quitando la primera parte. Lo cierto es que le gustaba el subidón de adrenalina que atracar tiendas le causaba, y lo mejor sin duda era la recompensa del final. Cuando iba al local de siempre, con sus amigos y comenzaban a... Fumar, por decirlo de alguna manera -Vale...-. Susurró, respondiendo a su frase -No, no estoy bien... Quiero volver a casa, quiero estar con mi hermano y quiero poder pagar el tratamiento completo que él merece... Quiero que él esté bien...-. Suspiró, algo apenado; esperando que no se notara el nudo en la garganta que se había formado apenas segundos atrás -Eso es más que bien ¿te vale?-. Peguntó, pues no sabía que más añadir. No había hecho algo importante o le había pasado algo de potencia mayor desde que llegó a McMilan. Así que, con una mueca en la cara: -Eres a la primera persona que le hablo de mi ¿sabes?-. Dijo, como si de lo más significativo se tratara, aunque para él lo fuera. Sonrió levemente, mirando a la contraria a los ojos. Tomando otra calada del tubo que hacía solo unos segundos había reposado entre sus dedos.
#convo#c:arabella#sAME#OSE NO SE COMO NO PENSE EN AARON DESDE EL PRINCIPIO#BC ASLKJDEIUFHASKJDAIUPFH#but#tanto como lo de isa con sebas-----?!?!#bc eso tiene que mirartelo un medico omg
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-Tampoco me ha hecho tanto daño-. Rodó los ojos, observando a la persona a la cual recién había posado su vista -Solo un par de rasguños-. Espetó, girándo sobre si mismo y mirando las heridas que aquel joven le acababa de causar, en el espejo del baño al cual acababa de entrar; sin importarle si su entrada estaba betada -Creeme, el lotro está peor-. Conrinuó dando largas, a la persona que se encontraba atrás suyo. Ni sabía en que momento había entrado o si ya estaba allí, pero realmente no le importaba.
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Pregunta: ¿Quien crees que es el/la más Buenx de la escuela? Reto: Dale una nalgada a la primera persona que veas.
La que está más buena… Diría que Vanessa, Mandy o Alicia. Y el que está más bueno yo Bruno, supongo.
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Arabella en realidad nunca se había considerado una persona sencilla, pero en comparación con el contrario se sentía bastante simplona, o al menos no sentía que al mirarle las personas tuviesen que pensar con cuidado sus palabras, aquello le sucedía con el contrario, no de manera diaria, pero cuándo sucedía inclusive ella, que poco le importaba que pensasen, se encontraba en la situación de elegir las palabras con cuidado. Asintió ligeramente con la cabeza dejando que el cigarro descansase entre sus dedos “Los profesores nunca vienen por aquí” se limitó a responder todavía con la vista fija al frente sintiendo cómo el aire de a poco le alborotaba un par de cabellos marrones, una risa seca escapándose de los labios, mientras enarcaba una ceja “No voy a detenerte, pero quizá cuándo comiences a toser tus propios pulmones te entre un poco de razón” respondió con un tono de voz completamente monótono, era consiente de que era un tanto hipócrita el comentar aquello, principalmente porque ambos se encontraban allí por lo mismo, la diferencia era que quizá la morena no lo buscaba con tanta desesperación. “No lo se, quizá con más de dos palabras” murmuró con el cigarro casi terminado, mientras sin ningún apuro lo presionaba contra el suelo, para después dejarle allí “No quiero una historia de vida, pero quizá sería más sencillo si me dijeras, no se, golpee a un samaritano” torció ligeramente la boca poniendo los ojos en blanco ante el comentario, encogiendo los hombros para después echar la cabeza ligeramente hacia atrás “Bien” respondió ligeramente cortante “Todavía me pregunto que hice para que me obligasen a venir”

-Mejor-. Respondió ante el comentario de la castaña, agradeciendo cada una de sus palabras; pues sabía que necesitaría un lugar en el que poder descansar sin Dane a centímetros de él. Observó al lugar en el que se encontraba, aislado de todos y todos; perfecto para pasar un rato, para pasar el rato que duraban las clases. Escuchó antentamente el comentario de la joven, rodando los ojos en su final -Tampoco podrías, pero está bien. Llevo fumando cuatro años y sigo de una pieza-. Comentó, aunque si le preguntaran; no negaría que muchos de los médicos que había revisado le habían comentado el destrozo que le había causado el tabaco a sus pulmones -Estoy muy bien, gracias por preguntar-. Dijo, pues su comentario exigía aquello -Lo siento, pero no sé con que más contestarte. No he hecho nada hoy, aparte de saltarme las clases-. Recapacitó, contestando amablamente; ambas cosas sorprendentes para el joven, pues nunca se comportaba así, y mucho menos cuando le molestaban con algo tan ridículo. Escuchó la respuesta de la contraria a su respuesta, enarcando una ceja -¿En serio?¿sólo bien?-. Preguntó, algo mosqueado pues anteriormente le había obligado a responder algo más que”bien” -Suspendiste asignaturas y alguien decidió meterte aquí, como a mi-. Respondió, algo obvio, soltando finalmente su cigarrillo, y aplastándolo contra el suelo; al igual que la muchacha había hecho.
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