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The Butterfly Said "Help Me"
22 posts
¡Hola! Díganme Rilu, este es el blog donde pondré traducciones al español de canciones y novelas y hasta posts que encuentre aquí, intentaré mantenerlo activo ;v; ¡Pedidos siempre son bienvenidos!
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Queen of Hearts
¡Bienvenida al País de las Maravillas! El lugar cubierto en obscenidad. ¿Señorita, cómo le va? Pero te seduce la luna. Hagas lo que hagas, es inútil; aún si mueres no escaparás. El Gato de Cheshire rió en la oscuridad. "¡Vaya, pero qué húmeda estás!" Esa exquisita voz te llama la atención. Es una virgen, nuestra Alicia. Para no matarte y que al clímax no llegues voy a amarte hasta que te rompas. El placer es para el amor la droga por la que los soldados ruegan tal y como un perro. Este amor es demente. "Esta es la escena en la que la bruja se presenta". Por tu no-cumpleaños hay un festín. La máscara amable está rota. "¿Dónde está mamá de siempre?" ¿No te diste cuenta aún? Si esto es un sueño, alguien despiérteme. ¡Córtenle la cabeza! Y entonces Maryanne corrió. Y la canción del sombrero resonó. Cuando todos llenen los agujeros con mentiras la verdadera máscara se verá. Para no violarte, no contaminarte este jardín de rosas crece en lujuria. Si este almíbar es lo que quieres, arrodíllate y expresa tu devoción. Ahora, tráiganme su corazón. Sí, su Majestad. Mi corazón corto por ti. Sí, su Majestad. Mi corazón corto por ti. Para no violarte y que al climax no llegues incluso esta cena de locura tiene tal sabor. Esta soy yo, la Reina de Corazones.
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REVOLVER
Tus instintos te hacen gemir en el medio de este placer. Hey, apúrate, carga una bala. Esta chica tan suave, tan linda y amada (pfft) está cansada. Los hombres rodean el dulce néctar. Yo soy quien domina la media noche, así que... Borren a esa otra chica. Si incluso una pequeña flor puede hacer de una dulce rosa ella puede florecer, así que creí. Y aún así los ojos de todos están esa cereza roja. Esa chica tan horrible. ¡La odio! ¡La odio! ¡La odio! Ahora, carga esa pistola con placer. Si das en el blanco, quien terminará llorando, la flor del néctar esa será. A cambio, los hombres no desobedecerán. Hey, por favor, haz que esa chica se vuelva loca. Destruir y robar todo está simplemente lejos de ser suficiente. Atraigo a los hombres con dulce néctar. Esta noche te dispararé con mi revolver, a ti. Alzaré el martillo. Con el vestido fuera y el corazón abierto las mujeres se vuelven rosas llenas de espinas. Y lo mismo sucede con los hombres que caen. ¿Sobrevivirás a la espina final? Ahora, escondo la pistola detrás de mi espalda. Una trampa de amor termina en tragedia. Pero no puedo ver detrás de la máscara. Hey, ¿por qué no soy suficiente? No me importa lo que cueste. Maten a esa perra. No importa qué arma uses, si disparas son como cosquillas. Al final, si los celos te dominan, perderás todo. Soy tan horrible. Me odio. Me odio. Me odio. "Esta es mi última canción hoy. Es sobre la promesa con mi mejor amiga. Aun si nuestros caminos se separan, siempre estaremos juntas, así que no lo olvides." Aunque el placer satisfaga mi cuerpo, la flor del pecado fue corrompida y se va a ahogar. El corazón me duele, cae en la ruina, se deshidrata, pero no quiero que pongan agua en mí. Hey, por favor, llena el hoyo en mi corazón--
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Cherry Hunt
Ahora, del código de vestir averguénzate en la medianoche en un escenario de siete estrellas donde las miradas y el deseo de mezclan. Si las puntas de mis dedos se tiñen de rojo esta noche yo tambien seré atrevida. ¿Podemos continuar esto luego, por favor? Ella sí, ella también; pero yo no soy una chica con la cabeza en las nubes. Estos celos vestidos de un rosa indecente te mostraré, solo por esta noche. Ah, sigue amándome... Este amor tan poco convencional, tan inocente - Si caes y te ahogas en placer, bueno, eso es el destino ¿verdad? Una dama que no llora no puede ser una buena chica. Morderé los restos de la cereza que capturé. "Quiero tenerte a mis pies". Con esas palabras mi trampa está lista. Más de lo que esperaba escapa en un suspiro. Muy adentro mi pecho es rojo como el rostro de un alcohólico. Para mi corazón tres en la cama. Una débil y pasajera coartada está quebrándose. Me lanzas las palabras, yo respondo con una sonrisa. No estamos negociando por un amorío, quiero ver como es tu corazón en realidad. Ah, sigue amándome... Esta noche es cada vez más traicionera, más cobarde - Se disuelve en ese cóctel, y si bebes de él esto es un adiós. Como la noche de la primera vez. Hasta con tu color favorito, si así deseas. Pero al final siempre me quedo sola, llorando. No pienso irme luego de un beso así - No has intoxicado mi cereza completamente aún. El dulce aroma a citrus me abre el apetito y una vez más florezco en mis sueños. Ah, sigue amándome... Para volver este amor realmente, espléndidamente eterno - Si puedes hacer eso, muéstrame. Cazadora de cerezas, aun existe en mi mente. La cereza que capturaste esta noche también me quedaré.
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Torschlusspanik
Oh, tráeme a tierra. 
Tengo la cabeza en las nubes. 
No, no hice ruido 
al estrellarme contra el suelo. 
 Ha pasado tanto tiempo. 
Todo se ha ido. 
Solo me quedaron escombros. 
 Estoy completamente consciente. 
Mi error. 
Ya no aguanto más. 
Pensar en ti solo me hace peor. 
Esos momentos no volverán.
Pero es todo lo que me queda. 
Eres tan difícil de olvidar. 
¡Torschlusspanik! ¡Ah! 
Llévame a una época mejor. 
Encuentra una manera de escapar 
a algún lugar que no existe. 
Molesta, 
seducida 
por ti. 
Si sigues voy a romperme. 
No puedo ver. 
No puedo respirar. 
Me lo has dado todo. 
Pensar en ti solo me hace peor. 
Son momentos que no volverán.
Pero es todo lo que me queda. 
Eres tan difícil de olvidar. 
Llévame contigo una vez más. 
Hazme creer que no fue mentira. 
Que al menos pasó. 
Que no lo imaginé. 
Porque intentar recuperar lo que perdí 
es peligroso, es tóxico. 
Pero es todo lo que me queda. 
Nunca voy a olvidarte. 
 ¡Torschlusspanik! ¡Ah! 
 Aah...
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Tell Me
Las personas vienen y se van. Alguien que jamás había visto antes me miró desde adelante. Creí oír algo, creí que me habían llamado. Ahora, aquí, ¿hay algo aquí, ahora? Sabes, no sé, no encuentro respuesta. Esa expresión infantil vino a mi mente, y cuando se fue... Ah, sé que no hay nada aquí, pero es inútil. Esa sonrisa de resignación, So Bad. Siempre, siempre, siempre está siguiéndome. Mi yo del pasado esta justo aquí. Tell me. No hay duda, nunca hubo mañana, ni ayer ni hoy. Los días que pasé solo, tan solo. Es verdad, todo fue con mis propias manos. Yo sí maté a alguien. Y así sobreviví. Como ahuyentando el presente, matando al futuro. No hay forma, haga lo que haga, no veo nada. Negarse a vivir lo mismo todos los días y aburrirse. A todos esas personas... Fue con estos ojos, con estas manos. Tíralo todo, Go Way. Ahora, aquí, ¿hay algo aquí, ahora? Sabes, no sé, no encuentro respuesta. Esa expresión infantil vino a mi mente, y cuando se fue... No hay forma, haga lo que haga, no veo nada. Negarse a vivir lo mismo todos los días y aburrirse. A todos esas personas... Fue con estos ojos, con estas manos. Tíralo todo, Go Way. Ah, sé que no hay nada aquí, pero es inútil. Esa sonrisa de resignación, So Bad. Siempre, siempre, siempre está siguiéndome. Mi yo del pasado esta justo aquí. Tell me.
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Butler's Philosophy
Si así deseas, por favor, deja que me arrodille ante ti. Más que humillación, es un instante de felicidad. Ese encuentro planeado por el destino fue algo que mandó el cielo. Y este sentimiento que no puedo contener de servirte también. Quedémonos así siempre, por el resto de nuestras vidas. ¡Te acompañaré por cada rincón del mundo si así lo deseas! Soy un mayordomo a su disposición. ¡Dedicarme a servirte es mi única y absoluta filosofía! Si así deseas, por favor, déjame arreglar esta taza de té que preparé. Como dijiste, habrá tiempo para los asuntos más importantes. Cuando a veces te empiezas a preocupar yo estoy aquí, cuidándote. Seré quien sostenga este corazón noble y solitario... Estar contigo es un instante de asombro. ¡Pase lo que pase, siempre estaré a tu lado! Es todo lo que le importa a un mayordomo. Si en el camino aparecen obstáculos, no tendré piedad, ¡Es filosofía (de un mayordomo)! ''Bajo tus órdenes... ¡Estoy dispuesto a luchar solo por su bien!'' Por el mundo que deseas crear. Sean uno o un millón de peligros y adversarios, daré mi vida por ti. Soy un mayordomo a su disposición. ¡Dedicarme a servirte es mi única y absoluta filosofía!
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Kyousou Requiem
El réquiem que toco todas las noches, he llegado al clímax con ��l. Te ves delicioso. Te encontré. Te teñiré de rojo, como una fruta. Verte madurar me excita. Vomitas sangre, dejas de respirar. Ese dulce momento, dulce será por siempre. Sal, sal de los arbustos. Esos ojos temblando te voy a quitar. Solo espera, dame tu mano. Cuelgan las mentiras en este festín de locura. Esta noche quiero abrazarte. Apilándonos tan hermosamente. Volverse uno con el amor, es espléndido. Húmeda, cae una gota. Si la aprieto, se volverá una rosa. Se dispersa y vuela, pierde calor. Ese momento carmesí, carmesí será por siempre. Ven, mira los sueños en el escenario. El peligro enredado, veneno dulce. Solo espera, dame tu mano. Te teñiré en la locura de la caprichosa noche. Basta con que mis ojos te capturen. ¿Ya no sientes vida en ti, verdad? Eres solo mío porque eres precioso, demasiado como para romperte. Sal, sal de los arbustos. Esos ojos temblando te voy a quitar Solo espera, dame tu mano. Déjame tocar para ti este réquiem de la locura. [ Traducción al inglés: willeke4439.livejournal.com/231004.html ]
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Alice Mare, la novela: Capítulo 5 - Manzana envenenada.
  La cuarta puerta tragó mi cuerpo. Me levanté despacio y miré la habitación. Al fondo había un piano negro de apariencia majestuosa, y justo frente a él una niña de aire inusual estaba parada. El piano no ayudaba mucho.
  “Oh, vaya, Alicia. ¿Qué sucede?”
  Pelo largo y limpio de color negro. Un tocado blanco con lazos tinto. Un vestido con un diseño curioso. Y por último pero no menos importante, un destello rojo penetrante en sus ojos. La mirada de Stella era fría, como siempre.
  “Ah, sí. Quieres jugar. Muy bien. ¿Qué deberíamos hacer?”, hablaba con una voz escasa que no oía seguido. Aunque usualmente era más clara. ¿Era realmente la voz de Stella?
  “¿…Abrimos el armario?”
  Sin esperar respuesta, me miró. Me moví como si sus ojos estuvieran manipulando mi cuerpo y mente. Seguía manteniendo contacto visual con Stella. Fui hacia el armario de espaldas y me choqué con una de las perillas. Ouch.
  Stella en silencio me miraba a los ojos. ¿Qué sentía? ¿Siquiera tenía sentimientos? No tenía idea.
  Con la espalda todavía contra el armario, busqué las perillas y las giré con ambas manos. Tirando el cuerpo hacia atrás, abrí el armario.
    Una brisa fresca tocó mi piel. Aunque estaba bajo una sábana, me dio un escalofrío. No lo soportaba, así que me fui.
  No me esperaba lo que estaba viendo. No era ninguna habitación; era un área al aire libre llena de objetos de piedra de diferentes formas. Árboles negros que habían perdido todas sus hojas la encerraban. Las ramas delgadas se mecían con el viento.
  Me paré y miré alrededor intentando averiguar dónde estaba. Las piedras alrededor, ahora que las veo de cerca, tenían letras grabadas. Eran nombres.
  “¿Northrop…?”
  ¿Eran lápidas? Entonces esto debía ser un cementerio.
  Cuando me di cuenta, la voz usual empezó a hablar en mi mente acompañada de mareos dolorosos.
  “Había un pequeño pueblo en lo más profundo del bosque.”
  “Muchas personas vivían en esta pequeña ciudad. Todos vivían saludablemente, sin enfermedades. Pero en una noche de tormenta, cayó.”
  “Cayó una maldición en el bosque.”
    Usando fuerza en mis piernas, pude mantenerme en pie. Hasta me había acostumbrado a este dolor.
  De repente, sonaron muchos pájaros agitando las alas y me sobresalté. Hasta donde podía ver, no había un alma en todo el cementerio, además de la mía. Se convertía en nada como mis emociones, no podía librarme de ese miedo.
  …Me pregunto  a qué le tenía tanto miedo.
  Fui por el camino de piedra. Cada paso que daba hacía eco en el aire pacífico. Quiero encontrar a alguien, rápido. Stella debería estar por algún lado. Aceleré el paso.
  Las lápidas hacían una especie de laberinto: una bloqueaba el camino, pero la otra me lo mostraba. Aunque tuve que retroceder un par de veces, pude avanzar. Luego de caminar un rato, vi una puerta de hierro. Estaba oxidada y era dura.
  …No quiero abrir más puertas.
  Frente a la puerta, un callejón sin salida. Pero los extremos de las barras estaban tan oxidados que se cayeron e hicieron un gran agujero. Creo que podía pasar por ahí si me agachaba. De alguna manera estaba aliviado de poder pasar sin abrir la puerta. Gateé por debajo de las barras.
  Luego de quitar las piedras que empujaban mi rodilla, caminé otra vez. No había lápidas de este lado de la puerta, sino árboles delgados y oscuros formando un camino. Lo seguí.
  “¿…?”
  Vi dos sombras frente a mí. Caminé hacia ellas. Vi a Stella… Y al Profesor. Ambos sentados en sillas. El Profesor cepillaba el cabello de Stella con un peine bordó.
  “Oh. Allen.”
  Stella me vio primero y ladeó la cabeza ligeramente. El Profesor hizo lo mismo y dejó de mover sus manos, mirándome.
  “Bueno, gracias, Profesor. Con eso está bien. Sabes, deberías arreglarte el cabello también.”
  “No, estoy bien. Lo dejo crecer porque no sé cómo cortarlo.”
  “¿? …Hm.” Stella le dio una mirada sospechosa y volvió a mirarme. “Es aburrido estar en un solo lugar. Vamos a otro lado, Allen. Te sigo. El Profesor dijo que no se movería de aquí.”
  “Stella…”
  “¿Esto no está bien? Nada va a pasar si nos quedamos en el mismo lugar. ¿Qué vas a hacer, Profesor?”
  El Profesor se veía amargado, se sumió en sus pensamientos. Su cara se tensó.
  “…Niños, ustedes realmente nunca me escuchan, eh… Iré con ustedes”, dijo con exasperación. Relajó los hombros.
  “Está decidido. Bueno, Allen. Vamos.”
  Los dos se pararon de la silla y fueron atrás mío. ¿Estaba bien si no solo Stella, pero que el Profesor me deje todo a mí? Estaba esperando en silencio a que me moviera al igual que ella, pero la desconfianza que le tenía no se iba.
  “¿Qué pasa? Si no nos movemos, nos vamos a congelar con el viento.”
  Stella pinchó mi espalda con el dedo. Ahora que lo pienso, es la primera vez que tenemos una conversación. Mientras caminaba, le hablé.
  “…Estás hablando bastante, Stella.”
  “¿Oh? No es que odie hablar. Hablo si me hablan. Lo único raro es que yo sea la que empieza la conversación.”
  “Pero Joshua te habla todo el tiempo.”
  “…Siempre saca temas que odio. No lo soporto, es todo”, habló francamente.
  Su voz estaba más cerca de lo usual. Quería escucharla mejor, pero la brisa fría congelaba mis labios. Así que eso fue todo; caminamos en silencio. Stella a veces apuntaba su dedo pálido a alguna dirección para guiarme.
  “Hay muchos agujeros aquí�� Ustedes dos, cuidado. Pueden resbalarse y caerse.”
  “Usted también, Profesor. Eres el que tiene más posibilidad de caerse.”
  El lugar adonde llegamos tenía hoyos frente a las lápidas. Parecían profundos, no podíamos ver el fondo.
  “Esto parece lo suficientemente grande como para que yo entre”, Stella murmuró mirando un hoyo. Su voz era más fría de lo usual.
  “No puedo ni ver el fondo… ¿Huh?”
  Balanceando mi mano en un hueco, toqué algo. Cuando lo tomé, empezó a moverse y quité la mano.
  “¿…Patas de insecto?”
  Stella mantuvo su distancia, incómoda. Los insectos no parecían agradarle.
  “Quieto. No te acerques. …Tienes una cara bonita, Allen, pero en el fondo eres un chico después de todo. Como él.”
  Había patas de insecto moviéndose en mi mano. Stella se inclinó para verlas y se alejó más.
  “Uh… ¿Qué es una cara bonita para ti, Stella?”
  “Creo que una vez dijo que tu cara es bonita como un muerto es bonito”, el Profesor respondió amablemente y se acercó a mí. “…Las tomaré. Sería un problema si te cayeras con esto en la mano, Allen.”
  Me extendió la mano. El Profesor era el de siempre; nuestro gentil profesor que siempre se preocupa por nosotros. Quizá yo tenía un problema con desconfiar de las personas.
  Le di las patas de insecto al Profesor. Frunció el ceño cuando las tomó, luego las metió en una bolsa en su cintura. Al parecer los insectos tampoco eran su fuerte.
  Stella estaba junto a mí ahora, sin mostrar emoción alguna. “…Creo que ya terminamos aquí. Vayamos a otro lugar.”
  Y partió. El Profesor y yo nos apuramos en alcanzarla. Cuando estaba solo, siempre llegaba a callejones sin salida en el laberinto, pero desde que alcanzamos a Stella ella empezó a guiarnos. Todos los Mundos parecían venir de los recuerdos de los niños de la residencia, pero este Mundo solo tenía lápidas vaya donde vaya.
  “¿Sabes dónde estamos?”
  “Lápidas. Cuando las personas mueren, las entierran y graban sus nombres en estas piedras.”
  …Luego de una respuesta un poco diferente a lo que esperaba, cerré la boca. En realidad, mantener una conversación larga con ella era una tarea difícil. Cautelosamente seguí la dirección a la que apuntaba.
    Caminando entre las filas de lápidas, vimos una sombra. Era como una araña, pero mucho más grande de lo normal y sin patas.
  “¿Oh? ¡Heeeey! ¡Vengan! ¡Necesito ayuda!”, nos llamó una voz más profunda de lo que esperaba. Miré al Profesor.
  “…Es mejor no interactuar mucho con los habitantes de los Mundos, pero él parece inofensivo. Los protegeré si algo pasa.”
  Sonrió y me dio un empujoncito. Confiando poco y nada en él, me acerqué a la criatura.
  “¡Ah! Bien. Escuchen, estaba echándome una siesta cuando alguien tomó mis piernas. Las buscaría pero ¿¡con qué piernas!? ¿Saben dónde podrán estar?”
  Los ocho ojos flotando sobre su cuerpo nos miraban. Los ojos de las arañas dan bastante miedo, ahora que lo pienso.
  “¿…No habíamos tomado patas de araña antes? ¿Serán esas?”, Stella murmuró.
  El Profesor sacó las patas de la bolsa en su cintura. Las patas se escurrían alegremente.
  “¡Sí! ¡Síiii! ¡Esas! ¿Pónganlas de vuelta rápido, sí?”
  Miré al Profesor. Estaba pálido. “Yo lo haré”, dije y le quité las patas. Prolijamente le puse las ocho patas a la araña una por una.
  “Ahh, me salvaron la vida. ¡Como agradecimiento, les diré de un lugar secreto! ¡Cierren los ojos”, la araña comandó con autoridad. Stella estuvo viendo cómo las cosas transcurrían sin reacción alguna, pero los comentarios de la araña.
  “…No. Odio la oscuridad. Y odio a las arañas también.”
  “No parece muy buena… Podría atacarnos mientras cerramos los ojos.” El Profesor también estaba alerto a lo que hacía la araña.
  “¡Al Diablo, hombre! ¡No dijiste una palabra antes! ¡Ciérrenlos! ¡Rápido! ¡Cierren! ¡Cierren! ¡¡Cierres!!”
  La araña se había ofendido por haber sospechado de ella e insistió con que cerráramos los ojos. Las ocho patas que le devolvimos flotaban en el aire como si estuviera en el agua.
  “…Hagamos lo que dice”, dijo el Profesor y cerró los ojos. Stella seguía insatisfecha, pero también cerró los ojos. Y cerré los míos despacio igual.
  Sentía mi cuerpo inclinarse, flotando en el medio de la nada. Me mareé, y ya no sentía nada.
    Cuando abrí los ojos, no vi una sola lápida alrededor. Había un camino frío de piedras adelante rodeado de barras de metal.
  “…Ah…Ya veo.”   Stella, sola, pareció darse cuenta de algo. Quería preguntarle dónde estábamos, pero al recordar la respuesta anterior me tragué las palabras.
  Un poco después, encontramos una fuente de agua. En ambos lados había estatuas de diosas sin cabeza. Daba un poco de miedo.
  “…Estoy un poco cansada. ¿Podemos descansar aquí?
  “Sí… Bien. Tomemos un descanso.”
  El Profesor y yo estábamos de acuerdo. Fuimos a la fuente y nos sentamos en el borde. No salía agua de ella, la estancada se movía con el viento. Me asomé y vi mi reflejo. ¿Esta era mi cara? Los ojos del otro yo estaban mucho más vacíos de lo que recordaba.
  “¿Qué es este lugar? …Los conozco, y al mismo tiempo no. Y son bastante grandes. Estoy tan cansada de caminar.”
  “Sí, los caminos son bastante complejos. Es fácil perderse.”
  “…Tú siempre eres el que se pierde, Profesor. ¿En serio eres tan inteligente como ese doctor dice?”, Stella lo estaba provocando.
  El Profesor forzó una sonrisa y se rascó la cabeza. “No soy tan inteligente, no. Hay cosas para las que sirvo, pero realmente no tengo esa imagen de mí.”
  “Hm. Y los libros en tu habitación parecen complejos también. Aunque aun no los entiendo, personalmente.”
  Stella se acomodó la falda y peinó su cabello negro con una mano. Su piel no parecía viva, me recordaba a una muñeca.
  Stella y el Profesor dejaron de hablar, así que pregunté algo que me estaba inquietando últimamente. “¿Profesor, qué estás investigando?”
  Me miró nervioso, giró la cabeza adelante y cambió la cara. “…Es secreto”, su tono era más oscuro de lo usual.
  “¿Por qué no puedes decirlo?”
  “…Cuando quiero hacer algo, terminan dándome un sermón. Las personas que no me conocen, sobre todo, son muy duras. ¿Dime, es tan extraño?”
  “¿Y te rindes cuando te dicen eso, Profesor?”
  “Sí. De alguna manera suena tan convincente que me rindo. Y antes de que me diera cuenta, me volvería una persona aburrida.”
  Sujetando su cabeza y mirando a alguna parte, hizo una sonrisita. “Así que mantengo en secreto lo que hago por ahora. …Me afectan mucho las críticas. Decidí no contarle a nadie lo que realmente quiero.”
  No podía preguntar nada más. Su cara era una mezcla de agonía, tristeza y todas las emociones negativas que puedas imaginar. Pensé tanto. Pero no dije nada.
  “…Bueno, debo irme. Si no quieren seguir, ustedes dos pueden quedarse aquí.”
  El Profesor iba a pararse y Stella agarró su manga.
  “¿…Por qué siempre eres así, Profesor?”
  “¿Por qué siempre soy qué?”
  “¿Por qué estás tan ansioso por irte por tu cuenta?”
  El Profesor se congeló al escuchar esa pregunta. …Me pregunto a qué se refería con eso.
  Luego de un breve silencio, el Profesor respondió en voz baja sin darse vuelta. “No me gusta que las personas me conozcan. O involucrarlas. Siempre… he sido así.”
  “Ya veo” murmuró Stella. Se paró y me miró. ¿Qué dices, Allen? Si estás cansado, puedes quedarte aquí, como dijo el Profesor.”
  “…También voy”, dudé un poco y me decidí. Me paré, sacudí la tierra en mi ropa y el Profesor y Stella fueron detrás de mí. Una brisa fría me acarició y seguimos por el camino.
  Seguimos. El Profesor nos guió por el escalofriante escenario. Sentí un olor horrible, me dolía el cuerpo. Me tapé la nariz para no oler nada más.
  “…Conozco este olor. Lo he sentido varias veces.”
  “Ya veo… Debe estar cerca.”
  No estaba seguro de lo que hablaban el Profesor y Stella. Caminamos en silencio y vimos una sombra. Cuanto más nos acercábamos, más fuerte era el olor. Cuando nos acercamos lo suficiente para ver qué era, dejé de caminar.
  Tenía forma de humano. Pero partes de su cuerpo habían perecido y caído, y podías ver sus huesos. Haga lo que haga, no podía ver eso como una persona.
  “…Qué horrible olor. Como a una manzana envenenada.”
  Stella rápidamente se giró y pasó de él. El Profesor se apresuró en seguirla, pero paró y se giró a mí.
  “¿Estás bien, Allen? ¿…Te sientes mal?” Parecía preocupado. Se acercó y me acarició la espalda.
  “Estoy bien” dije en voz baja y sonreí.
  “…No te sobre esfuerces”, me dijo en su usual tono amable.
  Pasamos junto al casi-humano de olor repugnante para alcanzar a Stella. Se adelantó y paró, esperándonos.
  “…Son muy lentos”, Stella dijo disgustada. Este lugar, al contrario de los que pasamos antes, parecía una habitación de la residencia. Era bastante raro encontrar un lugar así, habiendo pasado por todos los caminos de hace rato. Detrás de Stella había puertas dobles.
  De repente, sentí un escalofrío. Miré a la derecha y a la izquierda, pero no había nadie más excepto Stella y el Profesor. La expresión de Stella se torció y el Profesor se acercó a las puertas.
  “Allen, Stella. No pueden continuar desde aquí”, declaró fríamente. Abrió las puertas lo suficiente como para poder pasar.
  “¿…Estuviste observando, no es así? …Recuerda nuestra promesa.”
  Sin dejarnos responder, entró y cerró la puerta de nuevo. Quise ir tras él, pero una figura apareció frente a mí y se rió.
  “¡Ahh! Buenas tardes, Alicia y Alicia.” El Gato de Cheshire se inclinó ante nosotros y dio la sonrisa más grande que pudo. “Chico, ¡otra vez esa cara larga! ¿Si te duele tanto, quisieras que te libere?”
  “¿…Si te pidiéramos, nos ayudarías, me pregunto?”
  “¡Naaah! Demasiado trabajo”, respondió burlándose de Stella. Entrecerró el único ojo flotando de su capucha. Ella estaba aun más irritada que antes.
  “…No me gusta. No puedo decir si está vivo o muerto. Y es asqueroso.”
  “¡Oh, qué ruda! ¡Morí una buena muerte tieeempo atrás!”, una respuesta extraña en una pose extraña. Stella miró a otro lado y abrió un poco la boca al darse cuenta.
  “…Las puertas no están.”
  El Gato de Cheshire se volteó con un “¿huh?” para ver. En efecto, las puertas no estaban.
  “¡Síp, no soy nada más sino alguien que cumple promesas! Y eso fue lo que me pidió.”
  “¿…Hablas del Profesor, no?”
  “¿Y si es así? Sabes, eres muy interesante, Alicia. ¡No robé nada de ti, y aun así eres igual que todas las Alicias! Supongo que no había necesidad de robar nada, porque no tenías mucho de eso en primer lugar.”
  Stella empezó a pensar en los comentarios del Gato de Cheshire.
  “Solo hablaba conmigo mismo. ¡Bueno, terminé mi trabajo aquí! ¡Dulces sueños!”
  Se dio vuelta y desapareció. Stella había ladeado la cabeza; aún no encontraba la respuesta que quería.
  “…No sé nada de lo que le pasó al Profesor, o sobre él. …Me pregunto… ¿Por qué estoy tan confundida?”
 “¿…Stella?”
  “La puerta no está. ¿Qué haremos?”, preguntó mirándome. Sus ojos fieros se empezaban a ver tristes.
  “…Te lo dejo a ti”. Sin esperar una respuesta, fue detrás de mí.
  Las puertas no estaban, pero había caminos por donde podíamos ir. ¿Dónde había ido el Profesor? …Debíamos ir. Algo me estaba apurando. Aun no confiaba en mí. Las emociones incompletas estaban consumiéndome.
  Stella estaba ahí, esperando a que me mueva. Sentía su mirada atravesarme la espalda. De alguna manera podía sentir su aura y el disgusto. No quería que se ponga peor. Vi los caminos, izquierda o derecha… Escogí ir por la izquierda.
    El camino a la izquierda nos trajo a otro lugar parecido a un cementerio. La gran diferencia entre este lugar y el anterior era que, pasando las filas y filas de lápidas, había un gran piano brillando. Dejé de caminar y contemplé el escenario, Stella pasó junto a mí y fue a él.
  Presionó una tecla. El sonido resonó entre el viento. Siguió presionando las teclas alegremente. Y sentada en una pequeña banqueta, empezó a tocar las teclas con ambas manos y tocar una canción. Me acerqué como si el sonido me arrastrara.
  Dejó de tocar de repente y Stella me miró. “…Se escucha mejor desde aquí que desde allá.” Tocó la banqueta, había un espacio sin ocupar. Me senté algo intranquilo, había algo de espacio entre nosotros. No dijo nada, miró el piano de nuevo y empezó a tocar otra canción.
  Sonaba tan diferente en comparación a detrás de la puerta. Era un sonido claro como el agua, delicado y suave. Pero el frío estaba metiéndose hasta llegar a mi corazón, al que estos Mundos lastimaron tanto. Un dolor agudo y, junto al piano, una voz hizo eco en mi mente.
    “Muchas víctimas de la maldición morían todos los días. Pero la maldición no alcanzó a una niña…”
  “Muchas personas se apenaron de la niña, a quien su familia la maldición le había quitado, y la invitaron a sus casas.”
  “Pero la maldición vino otra vez, y la niña perdió otra familia.”
    “…Los pianos son lindos. No hacen sonidos innecesarios.”
  Cuando volví en sí, me giré y la miré. Mientras Stella hablaba, sus dedos bailaban entre las teclas.
  “Las personas… siempre hablan tonterías. Es ruido.”
  Escuché a Stella y al piano en silencio. Quizá mi voz también era ruido. El miedo no me dejaba abrir la boca, estaba controlado por ese pensamiento extraño.
  “¿Por qué tú y todos los demás siguen mis órdenes aun si soy egoísta? Si no puedo hacer nada por ustedes…”
  El sonido perdió intensidad. Stella bajó la mirada hacia sus dedos, que seguían moviéndose.
  “No creo que las personas hagan todo esperando algo a cambio.”
  “…Ya veo.” Stella aceptó esa respuesta. La armonía en el sonido volvió y recuperó vigor. Me sumergí en él otra vez.
  “Son unos raritos. Aunque al mismo tiempo parecen muertos. Todos perdieron algo. Los muertos también…”
  ¡Bwooong!
  La repentina disonancia me hizo sobresaltar. Stella dejó caer sus manos en las teclas.
  “…Creo que lo entiendo. …Suficiente. Vamos a otro lugar.”
  Stella se levantó de la banqueta y caminó. Me paré y fui tras ella. ¿…”Lo entiendo”? ¿Qué entendió? Esta vez, la seguí y caminé junto a ella. Volvimos la habitación.
  “…Yo los dibujé.”
  Stella observó los cuadros en la pared. Estaba tan alerta que no pude verlos antes, pero eran dibujos escalofriantes. Una chica que parecía triste, un gato verde, una persona con la piel azul y un gran círculo, una persona sosteniendo algo y mirándonos. No podía decir qué intentaban describir.
  “Aquí hay cualquier tipo de enfermedades. Algunas te hacen vomitar sangre cuando mueres, o que tu piel se vuelva de un color extraño, o hacer que tengas un olor especial. Y… la medicina moderna no puede curarlas todas.”
  Stella hablaba pasando un dedo por los cuadros. ¿Había recordado algo?
  “¿…Había un olor terrible antes, no es así?”
  “Sí. Es el olor que más conozco. …Es casi amargo. Cuando huele a banana, es diabetes. Cuando huele a manzana… Supongo que es la epidemia. Pero… todos son diferentes.”
  Dejó de mirar el dibujo y fue por el camino de la derecha. La alcancé y seguí su ritmo.
  “Todos en mi pueblo murieron por una enfermedad desconocida. Bueno… No, algunos tomaron su propia vida voluntariamente. Pero yo no moriría, pase lo que pase.”
  “¿…Estás intentando averiguar de qué trataba esa enfermedad?”
  “Sí. Hay algunos libros sobre medicina en la biblioteca de la residencia. Algunos tienen notas escritas en lápiz. …Estoy casi segura de que es la letra del Profesor.”
  ¿La letra del Profesor? ¿Estaba intentando averiguar sobre alguna enfermedad?
  “¿Había algo que relacione las notas?”
  “…Sueños. Todas tenían que ver con sueños. Leí más que nada los libros sobre la enfermedad de mi pueblo… Así que supongo que está buscando algo sobre una enfermedad del sueño.”
  Una enfermedad del sueño. Algo despertó en mi cerebro. Recordaba haber visto algo así en los diarios, o en la televisión. Aunque no habían encontrado cura… Parece que discutían la causa. Pero por más que piense, no podía recordarlo.
  De repente Stella paró y fui hasta ella casi corriendo. Mi corazón se aceleró un poquito.
  “…Los nombres de todos los que vivían en el pueblo.”
  Pasó su dedo por una gran roca con un montón de palabras en ella. Viéndola de cerca, eran nombres de personas que la cubrían de arriba abajo.
  “Conozco este lugar. Pero dije que era diferente porque los nombres no tenían una lápida para cada uno. Sería exagerar. …Esta lápida es la correcta.”
  Stella se detuvo en un nombre. El nombre “Northrop” estaba inscrito aquí. Ese era el nombre que vi en la primera lápida.
  “…Es el nombre de mi familia. Claro, hace rato que olvidé a todos los que tenían ese apellido.”
  “¿Entonces tu padre y tu madre…?”
  “Sí. Cuando era pequeña fueron malditos y murieron. Luego las siguientes personas. Y las siguientes, y las siguientes, y las siguientes. A todas las mató la maldición.”
  Apenas solitaria, Stella quitó el dedo de la piedra y procedió. La seguí.
  “¿Y los olvidaste? ¿…Puedes olvidar todo como si nada?”
  “Sí. …El Profesor dijo que lo primero en irse son las voces. Apenas puedo recordar sus voces yo misma. …Y eventualmente, el resto se irá y los olvidaré por completo.”
  ¿Funcionaba así? ¿Si muriera, las personas que me conocían iban a olvidarme gradualmente? …Daba algo de miedo.
  “¿Olvidamos para superar la muerte de esa persona? ¿…O nos dejan de importar una vez que mueren? Me pregunto cuál es de las dos.”
  Frente a nosotros había un gran árbol. Sus raíces pasaban por el agua, e incontables frutos rojos crecían de sus ramas. Parecían manzanas. Stella se acercó al árbol, tomó dos manzanas y las sostuvo.
  “Mi nombre no me gusta mucho. Stella, estrella. Acertó perfectamente. …Todo lo que podía hacer era ver a las personas morir por la maldición desde arriba en el cielo.”
  Stella miró las manzanas en sus manos con ojos del mismo color. Se veía más misteriosa de lo usual.”
  “Odio a los vivos. …Solo mueren y desaparecen.”
  “Stella…”
  “Al Profesor… tampoco le gusta su nombre. El Profesor está ocultando algo. Pero estoy demasiado cansada como para seguir caminando. Allen, estoy segura de que tú aun puedes.”
  Me miró. Ya no había vida en ella.
  “Lo que nos falta, lo que queremos… Lo sé. Sé por qué ninguno de ustedes están vivos para mí.”
  “¿Qué nos falta?”
  “Cuando las personas pierden XXXX, mueren.” La estática oscureció esa palabra. Sentía a Stella sonreír.
  “Debería haber comido la manzana envenenada entonces. ¿…Tú qué dices, Allen? Si quieres comer conmigo, no voy a detenerte. ¿…Quieres ir también?”
  Stella me hizo la pregunta final. ¿Qué debo hacer? …No creía poder parar a Stella. Estaría solo otra vez… pero.
  “Aún quiero vivir.”
  Debía. Quería recuperar el XXXX que perdí.
  “…Ya veo. Eso es bueno. Es quien eres, Allen. …Buenas noches.”
  Me dio una sonrisa femenina y besó una manzana. Le dio un mordisco. Lentamente colapsó en el suelo sin hacer ruido. La manzana en su otra mano rodó hasta mis pies. Y cuando los tocó, mi cuerpo empezó a doler.
  “Luego de perder una quinta familia, conoció alguien en la iglesia que le ofreció una manzana.”
  “Esta manzana trae consigo la maldición de la muerte. Con esto, puedes ir al cielo con el resto de ellos.”
  “Pero la niña se negó. Y esa persona murió por la maldición también. La niña se arrepintió profundamente de no haber comido la manzana. Pronto, en la niña brotó odio hacia la vida.”
  “…La niña renunció a estar vinculada a la vida.”
    Volví en sí. Ya no había una manzana a mis pies, sino una llave brillando. Respiré hondo y la toqué.
  La escena era clara, apareció en mi mente. Ya no podía ver o sentir algo que no sea el recuerdo.
    …Abrí la puerta. Primero, instantáneamente un olor repugnante hizo mi cuerpo convulsionar. Tapé mi boca con la mano que tenía libre para impedir que lo que estaba en mi garganta saliera.
  Lo que estaba frente a mí definitivamente se parecía a mamá y papá.
  Pero eran diferentes.
  Papá y mamá no tenían incontables hoyos en la espalda, y nunca salieron líquidos rojos de ellos. Y sus ojos no estaban tan vacíos. Estos no eran mamá y papá.
  No. No, no, mal, mal, mal. No podía creerlo. Esto estaba… mal…
  Sí, eso es. Cuando abrí la puerta vi a mamá y a papá horriblemente desfigurados. Finalmente lo recordé.
  Sentía calor en el cuerpo. Dolía. Mis sentidos estaban colapsando. No podía respirar. Mis latidos eran cada vez más fuertes. …En silencio, cerré los ojos.
    ~Profesor~
  “Me pregunto si ese gato realmente cumplió la promesa…”
  Me estiré y miré alrededor. Era mi habitación en la residencia. En el escritorio había un desorden de papeles y notas sobre la investigación, y dos tazas de té vacías.
  Cuando vino aquí, tomó té de una de esas tazas y discutimos. Por supuesto, no habló casi nada. Luego solo asintió o negó con la cabeza.
  Pero la primera vez que conocí a Stella Northrop… fue antes de esto.
  La conocí en una pequeña ciudad en lo profundo del bosque. Parecían tener sus propias costumbres y cultura ahí. No hacían mucho esfuerzo por comunicarse con el exterior, tenían su propia cultura; hasta recordaba haber recibido un par de miradas cuando fui por primera vez.
  Mi amigo Cliff me mandó allá. Cliff estaba investigando sobre una enfermedad desconocida que se estaba expandiendo ahí. Me dijo que no podía ir solo y me convenció para acompañarlo.
  “No es fácil ir solo ahí. Nadie más quiere venir conmigo, pero supongo que a ti no te molesta, ¿no? ¿No? ¡Es solo un día!”
  “¿Estás investigando sobre esto desde hace tiempo, no? ¿Con quién vas, usualmente?”
  “…La abuela Revis. Es la… farmacéutica que vivía en el bosque”, respondió en voz baja y un tono raro. La abuela Revis, la madre de mi mentora, murió no hace mucho en el incidente de Chelsy.
  “Me dio muchos buenos consejos. Pensamos que podríamos encontrar una cura pronto, pero…”
  “Está bien, yo iré contigo. Pero solo un día. Debo cuidar a los niños.”
  “¡…! ¡C-Claro! Gracias, te debo una”, dijo Cliff. Su rostro se había iluminado.
    Unos días después, le dije a los niños que me iría y fui a la ciudad en cuestión. No había muchos caminos donde pudieras pasar con un auto, así que caminamos por un campo lleno de vegetación, y llegamos al pequeño pueblo.
  Cuando entramos, todas las personas dejaron de hacer lo que estaban haciendo solo para mirarnos. Ya entendí lo que dijo sobre que era difícil venir solo. No hay nada más sofocante que tener miradas tan crueles sobre ti. Los ojos de Cliff iban de derecha a izquierda, estaba buscando algo.
  “Ese es el lugar del que te hablé tanto.”
  Cliff apuntó a cierto edificio. Parecía una iglesia por fuera, pero no indicaba a qué religión pertenecía. Tenía tantas grietas que lo hacía inquietante.
  “…Realmente no parece un lugar donde viven personas.”
  “Sí, solía ser una iglesia abandonada. La prepararon para que al menos se pueda vivir ahí. Y las personas aquí son de religiones diferentes, así que no sirve como iglesia exactamente. Por lo que recuerdo, juntan a los niños que perdieron a sus padres por la enfermedad y los cuidan…”
  Cliff tocó la puerta. No tardó mucho en aparecer una mujer joven vestida como una monja.
  “Oh, Sr. Cliff. Hace mucho que no viene. …Por favor, pase.”
  La mujer nos guió adentro. El lugar tenía muchas sillas y pedestales rotos por los que muchas mujeres y niños corrían. Cuando nos vieron, se alejaron y miraron.
  “Sobre la ropa… ¿Le dan buen uso a lo que quedó aquí?”
  “Sí, así es. Estamos algo aislados, así que nuestras vidas no son abundantes exactamente y tenemos que usar lo que nos den. …Ahora más que nunca.”
  Se sentó en una silla que crujió y nos pidió sentarnos también. Tomé una silla cercana que también crujió.
  “¿Cómo va la medicina? Veo menos personas que la última vez que vine aquí… Supongo que no funcionó tampoco.”
  “Sí… Murieron ocho personas desde entonces. Aunque sufrieron mucho en sus últimos momentos y al tomar la medicina fueron más tranquilos. …Aunque, claro, otros sí sufrieron.”
  Cliff se mordió el labio. El asunto no estaba avanzando.
  “Necesito investigar un poco más. Me encantaría poder ver a esa niña…”
  Cliff miró a los niños. Miré al mismo lugar y vi a una niña ligeramente distante de los otros de cabello negro, piel pálida y ojos rojos.
  “Otra familia la adoptó luego de que sus padres murieron… Y cuando los que se hicieron cargo murieron, ella sobrevivió. Y luego otra familia, y pasó lo mismo… Una y otra vez. Los otros niños mueren con sus padres, o los toman de aquí sanos y salvos.”
 “¿Así que, piensas que tiene anticuerpos contra la enfermedad que se está esparciendo? ¿Por qué no coopera?”
  “…No parece querer hablar. La primera vez que intenté hablarle, solo me miró y dijo “No eres bueno”, y fue el fin del asunto.”
  …Me pregunto si Cliff había hecho algo malo. Bueno, tenía un lado algo tonto, pero no era cruel. …O eso pensaba.
  Me puse a pensar y vi que la niña en cuestión estaba sentada junto a mí. No la sentí acercarse, así que casi me caí de la silla cuando la vi. Por suerte, Cliff me sostuvo y no lo hice.
  “…Estás… muerto. No exactamente… pero estás muerto.”
  Habló claro y rápido, mirándome. No entendí bien lo que decía, pero por la expresión de sorpresa de Cliff y las monjas, supuse que no hablaba muy seguido.
  “Um… Quisiera hablar contigo. ¿Puedo?”
  “…Si eres tú, está bien”, dijo una voz joven marchitándose. Se sentó en una silla cerca. Mirando de cerca, su rostro parecía el de una muñeca que costó trabajo hacer.
  “Er… ¿Sabes si las personas que murieron dijeron o hicieron algo en particular antes de hacerlo?”
  “No lo sé. Hacían lo que quisieran, y de repente tosían sangre roja y colapsaban. Eso fue todo lo que pasó.”
  “¿Si no hay algo en común, quizá no hay solo una causa? ¿O quizá… toma un tiempo en aparecer? ¿Comes algo además de lo que crece aquí?”
  “…”
  La niña no le respondió a Cliff. Suspiró con una sonrisa, arrepentido. Solo tenía intención de hablarme a mí. Aunque no entendía bien por qué.
  “¿…Y bien? Puedo preguntarle por ti.”
  “Bien… Bueno, no le preguntes eso. Pregúntale si podemos tomar una muestra de su sangre.”
  “Quisiéramos tomar un poco de tu sangre. Tendremos que usar una aguja, pero… ¿Está bien?”
  “…Hagan lo que quieran”. Estiró un brazo delgado y pálido.
  Cliff rápidamente preparó todo y tomó algo de sangre de ella. No movió un músculo y observó el proceso. Luego de eso, hablamos un poco con las mujeres vestidas de monjas y nos fuimos por hoy.
  “Ahora que lo pienso, no viniste con esa mujer esta vez.”
  “¿Huh? Oh, er… Estaba ocupada. Traje a mi amigo aquí esta vez. Cuida niños que no tienen dónde ir, como tú.”
  La repentina introducción me sorprendió. No era exactamente favorable para Cliff decir mucho sobre la residencia tampoco, pero por suerte, la enfermedad no podía esparcirse si estaban tan aislados. Con esa conclusión, no intenté parar a Cliff y continué.
  “…Han pasado cosas extrañas afuera también. Así que cuido a los niños que perdieron a sus padres.”
  “¿Eh, tú solo? Te ves tan joven… Pero es maravilloso. ¿Me dirías dónde está?”, la joven dijo con una mirada seria repentina. “…Si crees que es correcto.”
  No sabía por qué preguntaba, pero de cualquier manera, había olvidado cómo llegar aquí, así que Cliff dibujó un mapa por mí. La monja lo tomó agradecida, nos dio las gracias y nos vio irnos.
    “Dimos un gran paso. Si encuentro anticuerpos, seguramente pueda salvarlos. Pero no hay mucho tiempo, debo apresurarme. Cuídate.”
  Tomó sus bolsas en orden y Cliff se subió al auto que estaba estacionado frente la residencia. Lo saludé hasta perderlo de vista y volví a la residencia.
  Pasaron unas semanas. Los vientos hoy eran fuertes. Escuché a alguien tocar la puerta. Cliff no me avisó que vendría. Quizá era un joven que escuchó las historias sobre fantasmas aquí y quería probarse a sí mismo. Vi por la mirilla. Ahí vi a la niña de cabello negro y ojos rojos.
  Rápidamente abrí la puerta. Tenía un pedazo de papel en la mano, y aunque su ropa estaba gastada, su expresión no había cambiado. No entendía la situación, pero la dejé pasar. Lejos, escuché truenos.
  “¿Qué pasó? ¿Viniste sola?”
  Asintió. Me dio el papel en su mano. Era el mapa que le dimos el otro día. Atrás había otra carta manchada y difícil de leer.
  “¿…”Cuida a Stella por nosotros”…? ¿Qué pasó con las personas en el pueblo?”
  “…Murieron”, respondió apagada. “Todos murieron. Incluso los que sobrevivieron comieron manzanas envenenadas y fueron malditos.”
  ¿Todos murieron por la enfermedad? Y manzanas envenenadas… ¿Decía que algunos tomaron su propia vida?”
  “…Ya veo. Es una pena… Hay habitaciones disponibles aquí. Si quieres… bueno, fue lo que las hermanas me pidieron. ¿Vivirías conmigo?”
  Estaba abatido por las noticias, pero la invité. Asintió.
  “Muy bien. …Te daré ropa nueva. Er… ¿Stella, no es así?”
  “…Stella Northrop. Quisiera algo de té”, pidió sin mostrar expresión en absoluto, frotando las manos.
  El cielo estaba horrible afuera, debía tener frío por culpa del viento. Asentí, le traje té y hablé un poco más con ella.
    “…”
  No dijo ni una palabra y tomó mi manga. Tenía un cuaderno negro en la mano. Sonreí, dije “gracias” y lo tomé.
  “Oh… Qué extraño, Stella. Esta vez escribiste en vez de dibujar algo.”
  “…Sí.”
  Dijo eso, se dio vuelta y volvió a su habitación. Hablar con ella seguía siendo difícil. Guardé el cuaderno en mi bolsillo temporalmente.
  Las tazas vacías olían a dulce. Recordé que se había quejado de que era demasiado dulce.
  Pensé en lo que escribió en su cuaderno.
    “Todos tienen los mismos ojos. No entiendo por qué. Pero están muertos. Todos ellos.
  Hace tiempo que buscan, pero no lo encuentran.
  …Pero, Profesor, ¿tú lo entiendes, no es así?”
    …Propio de ella, lo que escribió no era sobre ella, sino una pregunta para mí. Como dijo, entendía mejor que nadie cómo todo terminó así. Pero…
  Las tazas empezaron a temblar. El Mundo estaba colapsando.
  “…Solo queda un Mundo”, murmuré a mí mismo.
  Ya había estado en cuatro Mundos, pero no encontraba lo que estaba buscando. Si tampoco estaba en el que quedaba… estaba claro lo que debía hacer. Mis conclusiones tenían más esperanza de salvación que lo peor que pueda pasar, pase.
  Se me nubló la vista y la oscuridad me tragó. …Antes de que me dieron cuenta, estaba diciendo esas palabras a mí mismo.
    ƸӜƷAllen ƸӜƷ
  “¡Ahh, estupendo! Son todas las llaves. Ugh, este problema tardó demasiado en solucionar.”
  El conejo me miraba mitad irritado, mitad feliz. No sabía bien cómo reaccionar. Dio un gran suspiro y volvió a mirarme.
  “¿Ahora, qué harás? Puedo imaginar que estás cansado.”
  “…El sueño. Dijiste que me dirías cómo despertar de este sueño.”
  “Ah, ya veo. Sí, bien, nos ahorraré la larga explicación… Y lo haré fácil para ambos. Hay dos maneras de conectar este Mundo con ese mundo. Una de ellas, bueno… es imposible, por así decirlo. La otra es esta.”
  El Conejo Blanco sacó del bolsillo una llave con la punta filosa y una gran manecilla. Parecía más un cuchillo que una llave.
  “…Clávale esto a la persona que consideres más mala en este Mundo. Luego, se abrirá una puerta a tu mundo”, explicó con una sonrisa. ¿Así que en serio era para clavársela a alguien?
  “Si piensas quedarte más tiempo, recuerda que las Alicias están inestables. Si nadie las salva, se convertirán en espuma. Así que, dulces sueños. …Ah, por cierto, no soy una persona, así que eso no tendría sentido.”
  Parece que los habitantes de este mundo podían leer mentes, eh. Guardé la llave que preparaba para usar en mi bolsillo.
  Y fui donde estaban las puertas a los Mundos.
    “¡Yo! Este muchacho es bastante fuerte. ¡Alcanzaste un nuevo récord! La mayoría de los niños se caen a pedazos cuando entran en contacto con los corazones de los niños.”
  El Gato de Cheshire apareció con la capucha ondeando, como si hubiera estado esperándome. Pero esta vez podía ver algo parecido a un humano bajo la capucha.
  “¿Te dije, no? Que te iba a mostrar lo que estaba bajo la capucha. Por supuesto, solo junté un par de cosas. El ojo izquierdo de un niño atacado por una oveja. Cabello de una chica que perdió la vista. ¡Orejas de un gato abandonado por sus padres! ¿Bastante genial, no crees?”
  Se quitó la capucha y, en realidad sí tenía silueta humana. Pero con el ojo izquierdo y la piel cosida no se veía como un humano en lo más mínimo.
  “¡Mweeheeheehee! Así que, ¿el conejo ya te dijo cómo conectar al Mundo con el mundo?”
  “…Clavarle esto a quien creo que es el más malo. Pero debe ser una persona.”
  “¡Sí, así es! Y somos demonios. Así que, te diré otra forma.”
  El Gato de Cheshire puso una garra negra en mi ojo.
  “Hablo de hacer un pacto con un demonio. …Te daré los detalles apenas me lo pidas. ¿Así que qué debería hacer ahora? ¿Quizá darte algunas pistas? Qué tipo soy.”
  Balanceó el cuerpo y su dedo lo hizo con él.
  “Uno: Ya te conté que robé algo de ti. Fue solo una cosa. Es agotador robar demasiado, sabes. ¡Pero no creí que eso solo te volvería un caparazón vacío! Es raro verlo en estos tiempos.”
  El Gato de Cheshire entrecerró los ojos y puso otra garra frente a mí.
  “Dos: Cuando uses la llave, el objetivo se volverá una puerta. Una puerta que conecta Mundo y mundo. Así que no pueden volver. ¡Quiere decir que estás dejando su alma atrás! Pero no necesito lo de afuera, así que creo que dejaré que se queden con eso.”
  Su voz era babosa. Levantó otra garra.
  “Tres: Dijiste que esto era un Sueño. Y como lo dijiste, se cumplió. Porque lo que Alicia dice, es. ¡Síp, un Sueño que realmente te atormentó! ¡…Mweeheehee! Así que, si este es un Sueño, significa que alguien lo está Soñando. Ahora, ¿de quién es el Sueño?”
  Esa frase me sorprendió. ¿Alguien creó este sueño…? Un posible candidato vino a mi mente. Pero no estaba convencido, como siempre. Había tanto que aun no entendía.
  “¿Ahora, a quién vas a elegir? Reaaaalmente me intriga.”
  Esa risa escalofriante hizo eco y el Gato de Cheshire desapareció. La persona más malvada en este sueño. ¿No sería quien lo creó? Y además… no he recuperado mis recuerdos por completo.
  Claro, pude recordar el día del incidente. Pero había otras cosas fundamentales que no volvieron aun. ¿En este Mundo… podría ver todo? Fui hasta la puerta del Mundo final y puse la mano en la perilla.
  Quiero vivir. Entonces debo continuar. Respiré hondo. La inquietud ya no era nada para mí. Iba a despertar de este sueño… todos nosotros.
  Giré la perilla y me lancé a la puerta.
    “Todos tienen los mismos ojos.
  No entiendo por qué.
  Pero están muertos. Todos.
  Hace tiempo que lo buscan, y no lo encuentran.
    Pero Profesor, ¿tú lo entiendes, no es así?”
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Alice Mare vs. Jojo
stella: za warudo joshua: MUDA MUDA MUDA MUDA MUDA chelsy: TOKI O TOMARE!!!! letty: WRYYYYYYYYYYYYYYYYY profesor: y a r e y a r e d a z e ..... allen: allen:
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Dependent Fritters
"¡Pero, pero, pero es la verdad!" Hablas y finges no saber nada. Si sigues parloteando así como un muñeco de nieve caerás. "He aprendido de mis errores". Pero tus ojos quieren que desaparezca. Cubrir las cosas de azúcar y miel no hará nada más que ridiculizar. Son cosas de un amor superficial, "Como a ti no amaré a nadie más". Por más que lo intentes justificar tú sabes de la evidencia ¿no? Dime la verdad, dime la verdad. Guardar secretos no es nada bueno. Aquí puedes ver, aquí puedes ver a la cuenta de tres todo se desgastó. Bebe ese café tostado todo de un solo trago, vamos. Y luego de eso sale humo; todo es basura apilada. Esas mentiras en oferta las escupes con tanta jactancia. Y ese vestido que compraste ayer se lo pondrás a ella ¿o no? Juguemos algo, juguemos algo. La inocencia y timidez es espléndida. Por un momento, por un momento deja que todo se suelte, un, dos, tres. Alguien está observando a alguien. ¿A ti? ¿A ti? ¿Será que es a ti? ¡Mira sus caras de terror! Por los ojos que están, que están, que están alrededor. Alguien está persiguiendo a alguien. Allá, allá, huye y se pierde. Hagan lo que hagan los come vivos la insolente indecisión. Termina todo, termina todo. Solo un momento deja heridas incurables. En frente de ti, quien escupió amor con contrición. Es malo guardarte secretos. Dime la verdad, dime la verdad. Guardar secretos no es nada bueno. Aquí puedes ver, aquí puedes ver a la cuenta de tres todo se desgastó. No se mezclarán, un, dos, tres, juntos. Pero otra vez buscarán amor de nuevo, de un salto.
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Alice Mare, la novela: Capítulo 4 - El lobo llora
  Como esperaba, tras la puerta estaba una de las habitaciones de la residencia. En el escritorio había tarea en blanco ordenada prolijamente en una esquina, y un poster raro en la pared junto a un estante de libros.
  “¿Wah? ¡Hey, Alicia! ¿¡Buen clima, eh!?”, la persona en el medio de la habitación me gritó alegre, aunque, no podías ver el clima sin ventanas. Un niño usando un gorro de lana negra con una cadena de plata tratado con muchísimo cuidado.
  “¿Sabes qué significa esto? ¿¡Sabes!? ¿¡L-Lo sabes!?”. Joshua siempre hablaba como si estuviera disparando las palabras con un rifle, pero estaba repitiendo lo mismo como si se hubiera quedado atrapado en su garganta.
  “¡Sí sí! ¡Sisisisisisí! ¡J-J-J-Juguemos!”. Me invitaba con palabras superpuestas, me recordaba a la voz de un juguete muriendo poco a poco. Contrastando el ritmo inestable en el que hablaba, Joshua sonreía pacientemente esperando mi respuesta.
  Iría al Mundo, encontraría la llave y recuperaría una parte de mi memoria. Y encontraría al Profesor, y hablaría con él… Con dos objetivos en mente, es mejor que me apure o será más difícil encontrarlo. Él siempre estaba un paso adelante.
  “Claro, juguemos”. No sé por qué, pero hablé en voz alta y mi voz se quebró. ¿…Quizá solo estaba cansado?
  “¡W-W-Wow! ¡Sí! ¡Cool! ¡Bien!”, el tono de Joshua se superponía y cada vez era más alto. “Abre el closet.”
  Asentí y me dirigí al closet de Joshua. Cuando puse mi mano en la perilla me di cuenta de que estaba temblando. ¿Qué pasaba conmigo?
  Forcé la puerta, aun temblando. Usé toda mi fuerza.
  Una suave sensación se infiltró en mi cuerpo. Me sentía liviano. Al más mínimo movimiento, una fricción desconocida me hacía cosquillas. Me senté. Había cosas caras y muebles en toda la habitación.
  Me paré de la cama donde desperté y suavemente me paré en la alfombra azul. La habitación era lo suficientemente grande como para ser una sala, pero como había una cama, era probablemente una habitación. Si vi a Joshua antes de entrar, quizá esta es la casa donde solía vivir antes de ir a la residencia.
  Una cómoda junto a la cama, una televisión grande cerca de la ventana, estantes de libros… Inspeccioné todo en la habitación. Lo que más me llamó la atención era una cajonera llena de ropa. En el cajón de abajo había muchos gorros como el de Joshua. Y… ropa interior.
  Terminé con esta habitación, pensé, y fui a la puerta. No estaba cerrada. Se abrió fácil, suspiré aliviado. No quería forzar más puertas.
  Afuera había un largo, ancho pasillo. Caminé hasta encontrar unas escaleras que llevaban al piso de arriba, pero una fuerza invisible no me dejaba subir.
  Me rendí, seguí caminando por el pasillo y encontré una puerta cerrada. Luego de girar la perilla de izquierda a derecha sin resultado, la dejé y seguí de largo.
  Llegué a una pared blanca. Era un pasillo sin salida. A mi lado había otra puerta. Puse mi mano en la perilla algo inquieto. Pero se abrió con un lindo sonido, me tranquilizó.
  Había muchísimos relojes en la pared de atrás. Cada uno tenía un diseño y un sonido diferente, creaba tal disonancia que si te quedabas suficiente tiempo, podrías volverte loco.
  “¿…Hm? ¿Allen?”
  Estaba hipnotizado por los relojes, pero alguien tocó mi hombro y me sobresalté. Miré hacia abajo y encontré a un niño mirándome con curiosidad.
  “…Joshua.”
  “¡Ese soy yo!”, respondió entusiasta cuando susurré su nombre. Bien – este era el Joshua real.
  “Me alegra verte aquí. El resto de las puertas estaban cerradas… ¿Has visto al Profesor?”
  “¿Huh? ¿Hay puertas cerradas? Las de las habitaciones a las que fui antes estaban abiertas, y no vi a nadie… ¿Pero, el Profesor está aquí?”
  Al parecer Joshua no vio al Profesor aun. Pero juzgando por los eventos anteriores, probablemente planeaba ver a Joshua también. Por suerte llegué primero.
  “Hey, Allen, ¿dónde estamos? Solo desperté aquí y…”
  “Estamos… en un sueño”, mentí. No estaba seguro dónde estábamos realmente, pero esto no era solo un sueño.”
  “Hmm, sí, eso pensé. ¡Se parece a mi casa, pero mucho más pequeña!”
  “…Tu casa debe ser muy grande.”
  “Por supuesto. He estado soñando lo mismo un montón. Pero nunca hay nadie aquí, así que me siento a jugar a los dados. Bueno, es mas como jugar con dados.” Joshua tomó con orgullo unos pequeños dados y los revolvió en su palma.
  “Pero si estás aquí, Allen, olvidémonos de eso. ¡No hay nada aquí, vamos a otro lado! ¡Quién sabe, quizá los demás también están aquí!”
  Hablaba alegre, pero el pecho me dolía. Recordar lo que había visto antes hacía que mi corazón arda, y eso provocaba una sensación tan profunda en mi pecho. Mis oídos zumbaron.
    “Había una casa grande en una ciudad grande.”
  “En esta casa vivía una madre, un padre, un niño, el hermano y la hermana del niño, y otras personas.”
  “Al niño le divertía escaparse de esa gran casa al mundo exterior, y luego le contaba a su madre de sus aventuras.
  “Muchas de las historias eran mentiras, pero a su madre le gustaba oírlas y le daba palmaditas en la cabeza.”
    “¿…? ¿Estás bien, Allen? Parece como si hubieras comido un limón.”
  Joshua me miró preocupado. Las fuerzas chocando en mi cuerpo me hicieron perder el equilibrio, y caí al suelo.
  “…Bueno, te lo dejo a ti. Solo dime cuando estés listo y yo iré contigo.”
  “Está bien. Creo que solo estoy algo dormido”. Froté mis ojos. Cada vez que iba a llorar hacía eso, así que ardía un poco. Bajé mi cabeza para que él no lo vea, al menos. Luego le dije que vayamos y dejamos la habitación de los relojes atrás.
  “En uno de los cajones de la habitación donde desperté encontré un montón de los gorros como el que tienes puesto… ¿No usas otro?”, le pregunté mientras caminábamos.
  “¿Huh? Bueno, si había tantos gorros, era mi habitación. Sucede que este gorro tiene el poder secreto del universo, así que solo uso así…”
  “¿Y la ropa interior junto a ellos? ¿También la usas en tu cabeza?”
  “¡No en mi cabeza!”
  Intenté cambiar de tema, ya que estaba dando en el orgullo de Joshua. Aunque habían cosas en su expresión que decían que lo disfrutaba.
  “En realidad, este gorro fue mi primer regalo. Las personas dicen que me comprarán otros, pero estos son mis favoritos.”
  “¿…Quién te lo regaló?”
  “¿Huh? Me lo regaló, uh… Hombre, ¿quién fue?”
  Joshua paró y ladeó la cabeza. Luego se encogió de hombros, murmuró “Bueno, lo que sea” y siguió caminando.
  El pasillo parecía ser más largo que antes, no veía las puertas que vi antes – solo paredes blancas y altas. Aunque el pasillo iba derecho, me daba esa sensación de estar perdido.
  Cuando Joshua se cansó de hablar, me siguió en silencio. Cuando la ansiedad empezaba a crecer en mí, las grandes escaleras que no pude subir antes aparecieron ante nosotros.
  Cuando puse mi pie en el primer escalón, sentí algo pesado sobre mí. No podía subir al segundo. Mientras que Joshua subía tranquilo a mi lado.
  “¿Huh? ¿Allen, estás jugando o algo así? ¿Eh? ¿No puedes subir?”
  Su comentario me incitó a intentar de nuevo. Forcé mi pierna al segundo escalón y la fuerza misteriosa se fue de repente. Estaba forzando tanto que terminé cayendo de cara al piso.
  “¿Estás bien? Hombre, no te sobre esfuerces”. Joshua extendió su mano. La tomé un poco inquieto. Al igual que Letty y Chelsy, estaba más fría que de costumbre.
  Arriba había un pasillo que, como el de abajo, parecía no terminar nunca. De tanto caminar, estaba empezando a agotarme. Realmente no estaba en forma, eh. Aunque en el mundo real sería peor.
  “…Hey, dijiste que esto era diferente a tu casa, pero… ¿Tienes más o menos una idea de dónde están las cosas aquí?”
  “¿Hm? Bueno, si es “una idea”… Sí, creo que sí.”
  Iba a colapsar si seguíamos deambulando sin rumbo. Cambiamos, Joshua guiaba ahora. En unos minutos, encontramos una puerta. Joshua giró la perilla sin pensarlo dos veces y la puerta se abrió sin problemas.
  En la habitación había muebles que se veían aun más caros que los de la habitación de Joshua. Filas y filas de espadas que parecían pesadas y cosas así, y un retrato de alguien en el medio de la pared. Era un hombre adulto con un bigote que le daba una apariencia digna.
  “Oh, es mi papá. Da miedo cuando se enoja”, Joshua explicaba mientras veía la pintura con curiosidad. Esos ojos oliva tan intensos sí se parecían a los de Joshua.  
  “Compra un montón de cosas y lleva las viejas a habitaciones sin usar. Mira, como esta espada.”
  Joshua tomó una de las espadas y me la mostró. La hoja estaba tan bien pulida que podías ver tu reflejo, y brillaba por la luz en la habitación.
  “…Genial.”
  Joshua sonrió travieso al oír mi comentario.
  “Atrás… Atrás, Atrás, Atrás.”
  De repente, alguien murmuraba algo detrás de mí. Me di vuelta y vi… ¿Una persona? No estaba seguro ni de si podía llamarlo criatura – parecía que le habían dado vuelta la piel y se la hubieran cosido. Murmuraba lo mismo, una y otra vez.
  “¿Y este tipo qué?”
  “Atrás… Adelante… Atrás Atrás…”. Estaba mirando la mano de Joshua.
  “¿Esto? ¿Lo quieres? Claro, tengo muchos”. Joshua le dio uno de sus dados. Sostuvo el dado, lo miró y jugó con él.
  “Atrás de Uno… Seis. Atrás de Tres… Cuatro.”
  “Yup, y cuando sumas las caras opuestas de un dado siempre da siete. ¿Cool, eh?”
  Joshua trataba a esa forma bizarra como si fuera algo normal. Al tener la piel invertida, podías ver sangre corriendo por los vasos. Era algo inquietante.
  “Atrás… ¿Tú Atrás? ¿Atrás? ¿Atrás… Atrás?”
  De repente el cuerpo le preguntó algo a Joshua. Pero ambos ladeamos la cabeza, no entendimos qué quería decir. Empezó a repetir “Atrás, Atrás” y me estaba comenzando a dar miedo en serio. Dejé la habitación y fuimos a otra parte.
  Luego de caminar otro rato, Joshua encontró otra puerta. Cuando yo lo guiaba, normalmente tardaba alrededor de veinte minutos en encontrar una habitación – pero si decía eso Joshua me miraría raro.
  “¿…Huh? ¿Ese no es el Profesor?”, se quedó quieto con la puerta entreabierta.
  Miré por el agujero; había un conocido sentado en una silla al fondo de la habitación, mirando a otra parte. Joshua y yo nos miramos. Sigilosamente nos acercamos a él, y no nos vio.
  Ambos pinchamos su espalda con un dedo y lo despeinamos un rato, pero Joshua empezó a cansarse de que no reaccione para nada y le pegó al Profesor en la cadera. No pareció ser un golpe fuerte, pero el Profesor gritó como si hubiera sido un puñetazo y se desplomó en el escritorio frente a él. Espero que esté bien.
  Se dio vuelta, vio a Joshua y luego a mí. “…Joshua… ¿Y Allen? Te lo dije bastantes veces ya, Joshua, ¿pero podrías dejar de pegarme en la cadera tan fuerte?”
  El Profesor se sorprendió un poco cuando me vio. Luego pareció sumirse en sus pensamientos, luego asintió para él mismo.
  “¿Cadera no? ¿Y el costado?”
  “El problema… no es dónde me pegues”, el Profesor respondió con una sonrisa irónica. Luego se puso alerta y cubrió sus costados.
  “¿Profesor, qué haces aquí? No sueles aparecer en mis sueños.”
  “…No es un sueño exactamente. Deberías tener cuidado con lo que haces aquí.”
  El Profesor negó que este Mundo fuera un sueño. ¿Así que sí sabía una o dos cosas sobre estos Mundos, o no?
  “¿Qué hacemos entonces, Profesor?”
  “Lo mejor sería que se quedaran aquí. …No abran más puertas.”
  “…Entonces…”
  “Ah, debo irme. ¿Harán lo que les pido, no?”, el Profesor me interrumpió y nos miró a los ojos. Joshua miró a otro lado.
  “Seh , no te preocupes, Profesor, ¡me quedo aquí! Uh… ¡con calma, sana!”
  “…Cuando hablas con tanta confianza es que me empiezo a preocupar. Espero poder confiar en ustedes.”
  El Profesor se levantó despacio, pasó junto a nosotros y dejó la habitación. Últimamente no puedo entender bien al Profesor. Me estaba mareando.
  Cuando el Profesor se había ido, Joshua se quejó aburrido. “Hm, no hay mucho que hacer en esta habitación…” Parecía tener intención de obedecer al Profesor y quedarse.
  “Oh, sí, pero debería haber por aquí…” Pareció recordar algo y corrió a una estantería en un rincón de la habitación. Tanteó en un agujero entre los estantes y la pared y unos segundos después sacó un rifle plateado.
  “¡Ruleta rusa! ¡Juguemos!”
  “¿Ruleta rusa…? ¿Ese juego de poner una bala en un rifle y turnarse para dispararse a la cabeza?”
  ¿Las familias ricas jugaban juegos de vida o muerte desde la infancia? Perdí mis recuerdos, así que no confiaba mucho en lo que aprendí antes, pero quizá nací en un lugar más humilde. No comprendía ese juego.
  “¡No, no! El real sería muy peligroso. Este juguete está muy bien hecho. Pones una bala de pintura, y si pierdes, una aguja sale y la explota. ¿Podemos jugar a eso, no?”
  “…Claro.” Finalmente entendí cuando Joshua me explicó. Seguía siendo un juego un poco peligroso de cualquier manera. Si perdía, mancharía mi ropa, así que no estaba tan entusiasmado. Pero Joshua estaba desesperándose, así que me rendí. Alegremente puso la bala de pintura con movimientos ágiles.
  “¡Muy bien, hay seis cilindros! ¡Y hay una bala rosa en uno de ellos! Ten, Allen, tú empieza. ¡Di cuántos disparos serán!
  Joshua me alcanzó el rifle. Me arreglé para agarrarlo, aunque casi se me resbala. “Tres tiros”, dije y apreté el gatillo – click, click, click.
  “Ooh, ¿tres tiros? Nada mal. Yo uno.” Apretó el gatillo una vez.
  Quedaban dos tiros, así que si disparaba una vez y la bala no salía, ganaría. Pero luego de los tres tiros, me di cuenta de algo y predije mi derrota. Bajé mi cabeza un poco para evitar mancharme, dije “uno” y apreté el gatillo.
  ¡Bang!
  La magnífica bala rosa tiñó mi cabello. Hizo un pequeño estruendo.
  “¡Aw, qué mal!” Joshua metió una mano en el bolsillo de su pantalón y sonrió burlón.
  “…Ahora que lo pienso, no giraste el cilindro luego de poner la bala, Joshua.”
  “¿Hm? ¡Oh, sí! Así que sabía dónde estaba, sí. ¡Pero Allen, debías decirlo cuando tenías la oportunidad!”
  Sonrió mostrando los dientes. Me alegraba ver a Joshua tan feliz, aunque mi cabello tuviera que pagarlo. Esbocé una sonrisa también.
  “Bueno, limpiemos. Ten una toalla. No debería costar mucho sacarla.”
  Joshua me dio una toalla esponjosa de color blanco. No sé de dónde la había sacado. Luego tomó otra toalla y limpió la pintura en el suelo.
  “…Mi hermana y mi hermano a veces jugaban conmigo. Pero casi siempre estaban muy ocupados estudiando para jugar. Así que me alegra haber tenido oportunidad de jugar con alguien. …Aunque mamá y papá no estuvieron descansando bien, no me prestan atención en absoluto”, Joshua me contaba mientras limpiaba,
  “¡Mi hermano es muy bueno jugando fútbol y cosas así! Y mi hermana saca buenas notas en los exámenes más difíciles. …Pero yo no soy nada.”
  Joshua hablaba alegremente de su hermano y su hermana, pero cuando empezó a hablar de él, mordió su labio y bajó la mirada.
  “Creo que eres interesante, Joshua. Hablas de todo tipo de cosas, y haces bromas… A veces van un poco lejos, pero tienes mucha imaginación.
  Su rostro se iluminó y me miró.
  “Allen… ¿Crees que sí? ¿Sí tengo algo?”. Se dio vuelta avergonzado de nuevo. Pero el dolor desapareció de su cara; de alguna manera parecía liberado. Qué bueno, parecía haber recuperado un poco de alegría.
  “Bueno, jugamos a la Ruleta rusa, así que ya no hay mucho que hacer aquí. Aw, bueno… ¡Decirme que me quede aquí solo me da ganas de ir a otro lado! ¡Vamos!” Joshua dobló las toallas sucias, las dejó en una mesa y me tomó de la mano.
  La voz del Profesor advirtiéndonos de no abrir ninguna otra puerta sonó en mi mente. De a poco otros ruidos la cubrieron hasta convertirse en un timbre desagradable.
  “Un día, la tormenta sonó y el castillo de papá fue arruinado.”
  “El castillo quebró, ya no quedaba dinero. La última vez que el niño pudo ver a su padre, sus pies no tocaban el suelo.”
  “El niño le dijo a su madre. Pero ella dijo:”
  “¿¡Qué dices, en un momento como este!? Todos estamos agotados. No mientas así nunca más.”
  “El niño intentó que su madre vea a su padre una y otra vez, pero ella lo soltaba todo el tiempo.”
  “¿Allen? ¿Qué pasa? …Lo siento, ¿te duele la mano?”
  Cuando volví en sí, Joshua había soltado mi mano y me estaba mirando intranquilo. Lo miré y le dije que estaba bien, pero por alguna razón él miró a otro lado. Luego, aliviado, puso su mano en la perilla.
  …Me pregunto si Joshua siempre tuvo problema con mirar a las personas a los ojos.
  “¿Qué hacemos? ¿Vamos o no…?”
  “…Vamos”, respondí firme luego de una pausa. Debía ir. Ya lo había decidido cuando entré a este Mundo.
  Sabía qué iba a pasar, qué iba a ver ahora. Y aun así seguía adelante – quizá ya estaba quebrándome.
  Joshua no dejaba de darme miradas preocupadas. Abrió la puerta y seguimos por el pasillo. Y seguimos caminando.
  Luego de unos diez minutos, nos chocamos con una pared blanca. Un pasillo sin salida.
  “Esta es la única puerta que queda, supongo. En realidad, deberían estar más… juntas, una al lado de la otra ¿sabes?”, Joshua intentó ilustrarlo moviendo sus manos al costado de su cuerpo un poquito decepcionado. Luego, sin más, abrió la puerta.
  Un olor dulce venía de la habitación. Adentro había dos pasteles blancos en una mesa al medio, con fresas arriba.
  “Ooh, papá siempre compra estos pasteles cuando viene a casa. Son de una famosa… repos… una persona que hace pasteles, saben bien. Aunque algo empalagosas.”
  Joshua se acercó a la mesa. Lo seguí, la esencia me abrió el apetito.
  “Hey, Allen, no comas con las manos. Vas a manchar tu ropa…” Joshua buscó debajo de la mesa. “Uh, ten, un tenedor.”
  El porqué había un tenedor y cómo lo encontró no me interesaba, estaba más concentrado en el pastel. Justo cuando iba a tomar el tenedor…
  “Baaa.”
  Una voz débil vino de abajo de la mesa. Y vi una criatura parecida a una oveja con un montón de lana y unos cuernos grandes enrollados.
  “¿Eh? ¿Quieres un poco también? Bueno, no te lo recomendaría. La comida humana no le hace bien a los animales.”
  “Baa, baa…”
  “…Está bien, está bien. La fresa no te hará nada.”
  No entendía lo que decía, pero Josua parecía hacerlo. Tomó la gran fresa de su tarta y la lanzó hacia mí. La criatura, ágil, saltó y la tomó en el aire. Dio un balido de placer.
  “Comamos también. Caminar cansa, descansemos aquí.”
  Joshua apoyo el tenedor en el pastel para cortar una porción. Lo clavó y lo mandó a su boca.
  “¿…No vas a comer? ¿No te gustan los dulces, Allen?”
  “Nah, estoy bien. No es nada.”
  Corté el pedazo – con cierto disgusto en comparación a cómo lo hizo Joshua – clavé mi tenedor y lo comí. En el instante que lo probé, me mareé.
    “¡…Hey, Allen! ¿Me oyes? ¿Estás bien?”
  Una voz me llamaba de lejos, parecía ir acercándose. Cuando volví en sí, Joshua me estaba mirando desde arriba, preocupado.
  “Estoy bien… ¿Eh? ¿Cuándo llegamos aquí…?”
  “¿Hm? Oh, sí. Me mareé y me quedé dormido también. Cuando desperté, estábamos aquí”, Joshua me explicó rascándose la cabeza. ¿Lo golpearon ahí y quedó inconsciente?
   Miré alrededor. Solo una cosa me llamó la atención. Unas cortinas rojas que bailaban en el viento, daban un aire que me daba mala espina. A veces, la oscuridad vacía se veía desde el agujero.
  “…Hombre. ¿Había una habitación así?”, Joshua ladeó la cabeza. Parecía alerta y muy atento al agujero entre las cortinas.
  “Me pasó cuando me hablaste de las voces arriba también, pero… ¿No te gustan las cosas que dan miedo?”
  “¿Eh? ¡No! ¡No tengo miedo! Es solo que, cuando ves un hueco o cosas así… ¿No se siente como si te estuvieran mirando desde él?”
  ¿Eso no era otra manera de decir que estaba asustado? Abrí las cortinas. Todo estaba oscuro, no había ni una sola luz.
  “¿…Vas a entrar? ¿Espera, esto lleva a algún  lado?”
  “No hay muchas otras salidas además de esta… Mira, iré adelante. ¿No da tanto miedo entonces, no?”
  “¡No! ¡Te equivocas, Allen! ¡No tengo miedo…! Pero sí, hazlo.”
  Joshua rápidamente fue detrás de mío y tomó mi ropa. Con cuidado, caminé hacia la oscuridad.
    “…”
  Mientras caminábamos en la oscuridad absoluta, sin decir mucho, Joshua paró de repente.
  “¿Qué pasó?”
  “Oh, nada. Me siento extraño. Como si me estuviera olvidando de algo…”
  “¿Olvidando… qué?”
  “Ni idea. Y me mareo porque no sé qué es.”
  Me tomó de la manga con más fuerza. Cada tanto reaccionaba así con cosas que no veía, mi ropa se estaba gastando.
  “Allen, ¿hay algo que tienes miedo de perder?”, Joshua preguntó de la nada.
  Como ya perdí una vez mis recuerdos y pude recuperar algunos, me di cuenta de que realmente tenía miedo de perderlos. Pero no estaba seguro, porque nada me aseguraba que esos eran mis recuerdos. Pensar eso me hundía en una sensación que no sé explicar.
  “Oh-“ Joshua pareció recordar algo. “…Lo siento, Allen”, se disculpó apenado.
  “Solía odiar la oscuridad. Pero ahora hasta me relaja. …No veo a nadie, y nadie me ve”, murmuró en un tono débil que no parecía suyo.  
  Intentando figurar cómo responder a eso, encontré algo frente a mí. Lo toqué. Una pared. Tanteando, me choqué con algo: una perilla.
  “¿…Vas a abrirla?”
  La voz detrás de mí me hizo sobresaltar. El sudor caía de mi frente.
  “¿…Por qué no lo haría?”
  “Solo… No lo sé, tengo un mal presentimiento. No es que no quiera ir, pero no quiero que tú vayas… No lo sé, pero… ¿Vas a entrar?”, preguntó otra vez.
  Tenía un presentimiento – no, ya sabía lo que había detrás de esta puerta. ¿La iba a abrir de igual manera?
  “Si quieres ir, Allen, está bien”, me dejó decidir. Tantas emociones incompletas me paraban de abrir la puerta como si fueran cadenas.
  ¿…Por qué esto debía estar pasando?
  “¡Yo te ayudo!”
  “¿Eh?”
  Escuché una voz y alguien me empujó. La perilla se abrió y la habitación nos absorbió. Caímos hacia adelante, con Joshua arriba mío. La habitación estaba un poquito más iluminada que el pasillo de antes.
  “Oww… Deberías haberme dicho cuando la ibas a abrir. Todo…”, dejó de hablar de repente.
  Algo andaba mal, me quité a Joshua de encima y me paré. Lo hice con la fuerza suficiente, pero él seguía mirando arriba paralizado, temblando.
  Miré a la misma dirección y vi una gran muñeca colgada del techo. No había viento, pero el cuerpo se mecía hacia atrás y hacía adelante.
  “¿Click? ¡…Clack!”
  Escuché otra voz susurrándome. No era Joshua. Sí, era la voz que me empujó. Nada más ni nada menos que el Gato de Cheshire.
  “Ahora, ¿qué hacen aquí? ¿¡No les dijeron que se queden donde estaban, Alicia!?” el Gato le recordó a Joshua con una sonrisa detestable. Pero él seguía sin responder. Solo miraba arriba y temblaba.
  “¿Hey, te dormiste? ¿…Eh, te da curiosidad de la muñeca de arriba?”
  Joshua al fin respondió a la persistencia del Gato. “¿Huh? …No, esa es mamá. Es el cuarto de mamá. Espera… ¡No, no, no, no! No es mamá…” Estaba pálido, nunca había visto esa expresión suya antes.
  ¿…Esa muñeca colgando es su mamá?
  “¿Hmm? Alicia ve otra cosa…”
  “N-No, no, no… Los ojos de mamá no son así…”
  “¿Ohh? Entonces… ¿qué ojos? ¡…Dime tú!” El Gato se acercó a Joshua y abrió los brazos.
  En un instante, ojos humanos de todos los colores aparecieron en la habitación, las paredes, los muebles, mirándonos. Ese sentimiento me hizo gritar.
  “¡¡¡!!! ¡Ahh…! Debes… Quiero decir, quien estaba colgando en el aire, era… ¡Hey, Allen!” Joshua me tomó del brazo. “¿Esto está mal, no? Está mal…”
  Joshua me miraba con ojos desesperados. Su cara empezó a oscurecerse y caer como si fuera barro. El barro cayó y manchó su ropa. Solo podía negar con la cabeza, tenía miedo.
  “¿Por qué… me miras así? ¿Por qué… tuve que ver esto?”
  “¿Qué pasa, Alicia? Tú también dices todas esas mentiras tan horribles, y esto es lo que obtienes. Y créeme, ir por la ruta del “si solo hubiera…” es una pérdida de tiempo.”
  Al ver a Joshua quebrando, los ojos del Gato se entrecerraron con alegría. Sentía un disgusto que me haría vomitar y casi furia.
  “¡¡PaRA!! …para.”
  Joshua dijo eso y dejó de moverse. Me acerqué a él inquieto, ¿estaba muerto? Entonces sentí un dolor en mi cabeza.
  “Luego de un tiempo, el hermano y la hermana del niño condujeron a su madre donde su padre estaba.”
  “Si yo lo digo, es una mentira. ¿Por qué? ¿Es porque ellos tienen algo y yo nada?”
  “¿Sabías que eran mentiras desde el principio? ¿Estaba bien si no sabías que era una mentira?”
  “…El niño renunció a mejorar.”
    “Aww, qué aburrido… Pero ya no está.”
  Esa voz me hizo regresar. El Gato de Cheshire parecía más aburrido esta vez, su sonrisa no era tan grande, suspiró. Caminó lejos de Joshua y miró el techo.
  “¿Solo ves una muñeca estúpidamente grande también, no? Sí, tienes razón. Tranquilo, no estás loco ni nada. Usé un hechizo especial en esa Alicia.”
  El Gato de Cheshire hablaba como si fuera un mago en un cuento de hadas, pero los hechos eran mucho más crueles. Entonces Joshua pensó que su madre se colgó de esa soga…
  “¿Cuándo te vas a romper? ¿O, eres tú quien los rompe? ¡Porque aunque me odies a mí y a mi coraje, quizá no somos tan diferentes! Lo que odias de los demás es lo que siempre haces sin darte cuenta.”
  Los comentarios del Gato de Cheshire me atravesaron como un cuchillo en el pecho. Yo también abrí la puerta de Letty y Chelsy también. Que se arruinen era mi culpa por haber pisado sus Mundos.
  “¿Oh? Un ratoncito. Fin. ¡Buenas noches, Alicia! ¿Qué buen sueño, eh? ¡Ten, un regalo!”
  Tiró algo a mis pies. Era una pequeña llave.
  Con cuidado la tomé del suelo, era lo único que me podía salvar. Y recuperé una parte de mí mismo.
    Era un agradable día de primavera, soleado y cálido. Ahora que había podido leer un libro que quería, estaba entusiasmado. Casi había llegado a casa – giraba a la izquierda luego de caminar tres cuadras, y luego todo derecho. Aceleré el ritmo, deseaba poder llegar a casa y leer. Llegué a la puerta principal, puse mi mano en la perilla y la abrí…
  …Algo me presionaba y no me dejaba mover. No podía respirar. Escuchaba mis latidos. Ahí también fui yo quien abrió la puerta.
  …Ahí, yo…
 ~Profesor~
  El cambio de estación repentino me agotaba. La primavera se había ido, era verano. Frente a mí había un camino prolijo de ladrillos rojos y un gran jardín al lado, cada flor estaba tratada con cuidado.
  “No es que esperara otra cosa, pero… Hace calor.”
  Era un día de calor abrasador cuando lo conocí también. Entonces este Mundo era de la primera vez que lo conocí.
  Joshua Bartlett era el hijo de una pareja dueña de una empresa de mucho dinero. Y esta gran mansión la habían heredado de los managers. Si fuera solo, probablemente ya me habría perdido.
  Había venido porque Cliff me lo había pedido, algo había pasado que cambió a Joshua y él quería que lo cuide. Al parecer Cliff conocía al hermano mayor de Joshua, quien, cuando dije que cuidaba a niños marcados por un incidente, me preguntó si podía ver a su hermano menor.
  “Lo siento, sé que estás ocupado”, Cliff se disculpó un poco arrepentido. “¿Los niños estarán bien?”
  “La otra niña era un poco alborotada y me preocupaba, pero la nueva es bastante seria. Mientras ella esté ahí, no hay problema. …No debe tomar mucho, de cualquier manera.”
  Seguí a Cliff hasta la puerta principal. Tocó un par de veces con la aldaba. Un poco después, una mujer cansada que parecía envejecida apareció con un hombre joven atrás.
  “Hey, Cliff. …Y, uh, hola. Me llamo Blanc Bartlett. Oí un montón sobre ti… Ella es mi madre.”
  Luego de saludar casualmente a Cliff e introducirse formalmente a mí, el joven, Blanc, se inclinó. Ayudando a su madre, nos invitó a la mansión.
  La alfombra carmesí del pasillo le daba un aspecto refinado al lugar. Ocasionalmente las armaduras en los costados brillaban con la luz. Varias puertas caoba estaban alineadas en filas contra las paredes blancas. Pasamos junto a algunos sirvientes y se inclinaron.
  “Quizá ya lo sabes, como lo dice en las noticias y periódicos… Mi padre falleció el otro día, y Joshua se está comportando extraño desde entonces.”
  “Sí, escuché sobre ello. …Mi más sentido pésame.”
  Unos días antes, el padre de este hombre y del niño que estaba a punto de conocer, y el jefe de esa gran empresa, fue encontrado colgado en su habitación. Estaba encima de papeles. Según los reportes, justo antes de suicidarse, hubo un escándalo en la compañía que hizo que los clientes perdieran confianza. Obviamente esto afectaría económicamente, rumores dicen que se suicidó por eso.
  “Fue de repente… Nuestra empresa cayó como si hubiera sido algo más que lo provocó. Mi intención es suceder el puesto, pero hay un par de problemas… Ah, lo siento. Llegamos.”
  Blanc paró frente a una de todas las puertas en el pasillo y tocó. Escuché a un niño decir “pasen” desde adentro.
  Dentro estaba un niño de cabello plateado agachado en una pequeña banqueta. La mitad de su hermoso cabello plata estaba cubierto por un gorro negro.
  “¿Eres de quien mi hermano me habló? Un gusto.” El niño se paró y educadamente se inclinó. Debe ser por su familia, pero parecía bastante maduro para su edad. Le dije mi nombre y me incliné también.
  “…Hey, hermano, prefiero estar solo con él. Es más fácil hablar.”
  Blanc asintió, llevó a todos excepto a mí y al niño afuera y cerró la puerta despacio.
  En el instante en que la puerta se cerró, el niño puso sus manos en los bolsillos y se sentó en la banqueta con fuerza. Cruzó las piernas y sonrió travieso. Yo lo miraba sorprendido.
  “Me llamo Joshua. Es, como, sofocante estar con esos ¿no? Bueno, aquí puedes relajarte.”
  Los hombros de Joshua se relajaron. Ah, entonces sí tenía un lado que encaje con su edad. Quizá la actitud de antes era especial para visitantes. Tomé otra banqueta y me senté frente a él.
  “Siguen diciéndome que hable, pero no hay nada realmente raro en mí. ¿De qué quieren que hable?”
  “Bueno… Quiero saber sobre ti, así que me gustaría que me cuentes.”
  “¿…Yo? Veamos. Soy bueno jugando fútbol, siempre hago cientos de goles en los juegos. También me gusta estudiar, ¡así que siempre tengo notas perfectas en todos los exámenes, todos los días!”
  Sus ojos temblaban y sus palabras eran ambiguas. Parecía estar tomándome el pelo, y al mismo tiempo no.
  “¿Y? ¿Algo más?”
  “También… ¡No tengo alas, pero puedo volar muy alto! ¡Me gusta escaparme de casa y hablarle a las palomas mientras vuelo por el cielo!”
  Cuando decía esas cosas, sus pupilas temblaban. Le sonreí a su visión infantil de la realidad. Metí el tema principal.
  “¿…Sabes algo de tu padre?”
  Joshua tembló un poco y sus ojos volvieron a mí. Luego de pensar un poco, miró a otro lado.
  “…No lo sé. Quiero decir, fueron mi hermano y mi hermana quienes lo encontraron flotando.”
  “¿En serio? ¿Quién lo encontró primero? En serio quiero saber.”
Hizo una pausa y se mordió el labio. Luego suspiró y me miró.
  “Yo. Yo lo encontré. Estaba estudiando aquí y escuché a un gato. Lo seguí, y de repente oí un chirrido de la habitación de papá. Y abrí la puerta. Y cuando la abrí, papá…”
  Joshua cerró la boca. Él debe haber visto a su papá ahorcarse. “No digas nada más”, le dije y le di una palmadita en la espalda. Empezó a temblar un poco.
  “Debe ser duro. No vas a poder librarte de ese sentimiento por un tiempo. …Está bien. Con calma. Gracias por decirme.”
  “¿…Señor, usted me cree? Soy un mentiroso… Podría estar mintiendo… ¿Pero me crees?”
  Me miraba desesperado. Asentí, y sus hombros se relajaron.
  “Ah, sí… Hay otros niños que pasaron por cosas así. Viven conmigo en una residencia, están intentando sanarse.”
  “¿…Sí? ¿No soy el único que sufre? ¿…Puede llevarme con usted y hacer que mi dolor también se vaya, señor?” Joshua mostraba interés, aunque solo había hecho un comentario.
  “Bueno, podría, pero necesito que tu madre y ellos me dejen.”
  “…Estará bien. Mamá ni siquiera me mira, no quiere hablarme. Seguramente me odia ahora.”
  Llevé al solitario Joshua a su madre, que nos esperaba afuera, y le dije lo que él me pidió. El joven y Cliff estaban sorprendidos y dudaron un poco, pero no costó que su madre accediera.
  “Me llevaré a su hijo un tiempo, entonces. Llamaré inmediatamente si algo pasa.”
  Saludé a su familia y llevé a Joshua a la residencia en el bosque.
    “¡Prooofesooor!”
  Joshua llevó su puño a mi cadera. Me sorprendió, hice un ruido extraño y caí adelante.
  “Joshua, te lo he dicho mil veces, nada de golpear caderas…”
  “Pero nunca prestas atención si no lo hago, Profesor…” Llevó sus manos atrás de su cabeza y sonrió burlón.
  “…Supongo que no voy a conseguir que te portes como cuando recién te conocí.”
  “¿Eh? ¡No, de ninguna manera!” Sacó la lengua. “Porque eso era mentira. El tipo de mentira que, si no confieso, me gritan.” Este era el verdadero Joshua…
  “Oh, sí, ten, cuaderno. ¡Escribí en él, como me lo pediste!”
  Llevó su mano a su bolsillo y tomó un cuaderno turquesa. Lo tomé y vi las páginas. Las palabras estaban escritas muy prolijamente.
  “Gracias. Voy a responder y te lo devolveré. Ahora, a dormir.”
  “¡Claro! Haz eso, Profesor. ¡Buenas noches!”, se inclinó. “Buenas noches”, me incliné de vuelta. Hacía travesuras, pero siempre seguía las reglas.
    Me protegí en la sombra de algunos árboles del jardín. Respiré hondo, ya no tenía calor. Y fui a la página más reciente en su cuaderno.
    “Mi hermano es bueno en fútbol. Mi hermana es inteligente.
  Pero yo no soy nada.
  No soy nada, pero dije que era algo. No tengo nada, pero dije que tenía algo.
  Y me sentí tan mal luego de decirlo. Pronto, ya ni sabía qué tenía, o quién era.
  Diga lo que diga, voy a herir a alguien. Pero igual lo diré.
  Profesor, ¿qué debo hacer?”
    Mentía por la atención de su madre. Así que, cuando fue a decirle que su padre había muerto, ella no le creía. Si lo que digo es cierto, por los problemas en la empresa, ella no estaba emocionalmente estable en ese momento. Pasaron demasiadas cosas al mismo tiempo, que desencadenaron ese hecho.
  Cliff me dijo que, ahora que el hermano de Joshua se encargaba de la compañía, lentamente se estaban recuperando. Su madre también estaba mejor. Si seguía cuidando bien a Joshua, probablemente podría volver pronto. …Solo debía seguir haciéndolo.
  Hubo un viento fuerte y un sonido agudo hizo eco, y la sombra a mi alrededor se hizo más grande. Se hizo cada vez más profunda hasta convertirse en oscuridad envolviéndome.
  …Qué raro. Les dije a ambos que no se fueran de su habitación – que no abran puertas. Es difícil creer que me desobedecerían. Especialmente porque Allen, que siempre paraba a Joshua a tiempo, estaba ahí.
  “Chico, ¡este también se está rompiendo! ¿Son frágiles, eh?”
  Una voz familiar me habló al oído, junto con el timbre. Los dientes y ojos blancos flotaban en la oscuridad frente a mí.
  “¿…Sabes algo?”
  “¡Síp! Me dijiste que los vigile, y eso hice. Esa Alicia abrió la puerta. Así que esa Alicia se rompió. ¡Eso pasí!”
  La oscuridad alrededor resaltaba los ojos y boca brillantes del Gato. No podía saber si era verdad o mentira, pero según él, aparentemente Allen abrió la puerta.
  “Ya veo… ¿Él abrió la puerta?”
  “Bueno, ¿qué será, Alicia? Quedan dos mundos. ¿Es que tu plan no funcionó? ¿O quizá tú te estás volviendo loco?”
  El Gato de Cheshire intentaba inquietarme, pero ignoré todo lo que dijo e inmediatamente le respondí.
  “Quiero pedirte algo. ¿Como no puedes degradarme si te pido ser el único que entre a los Mundos, estaría bien, no?”
  “¡Claro! Quiero decir, lo detuve. Pero ya sabes cómo son los niños, siempre hacen lo que les dices que no hagan. Claro que lo harán si les dices que sí, también… ¡Mweeheehee! Muy bien, muy bien, déjamelo a mí.”
  Ya no estaba sintiendo nada. Le expliqué todo al Gato de Cheshire. Y mi cuerpo se hizo uno con la oscuridad.
 ƸӜƷAllen ƸӜƷ
    “¿Oh? Tu expresión es diferente a la de antes. …Ah, no. Entiendo, no hace falta que respondas. Buen trabajo, recuperaste la llave”, el Conejo Blanco hablaba como si esto fuera un trabajo. Asentí sin pensar mucho.
  “¿Te estás acostumbrando a los Mundos? …Bueno, por tu reacción, apostaría a que no. Bueno, cuando llegué, también dije ¿¡qué estoy haciendo aquí!? Ahora me doy cuenta de que no es tan malo.”
  “¿…No opinas nada de este Mundo, Sr. Conejo Blanco?”
  “¿Por qué? No debes preocuparte ni por comer. Prefiero este Mundo al mundo. …Pero no parece que te guste mucho a ti, Alicia. Así que, si quieres volver, puedo decirte cómo.”
  “¿En serio?”
  “Luego de que recuperes las llaves, por supuesto.” El Conejo Blanco puso una sonrisa artificial. Contradiciendo su nombre, no era tranquilizante ni dulce en absoluto. ¿Por qué se hacía llamar Conejo Blanco?”
  “…Solo estoy usando “Conejo Blanco” temporalmente, es todo”, respondió con desinterés a la pregunta que no hice. “Ya-sabes-quién generalmente es el que decide los nombres, y yo acepto porque, qué lata hacerlo tú mismo.”
  “Aunque apreciaría si pudiera dejar de cambiar entre esto y lo otro. Hasta mi apariencia cambia solo por mi nombre, sabes… Ah, diablos, me molesta.”
  El Conejo Blanco estaba irritándose de nuevo, así que rápidamente dejé el lugar y fui a las puertas a los Mundos otra vez.
  Lo único que podía pensar eran cosas que me hacían sentir como si me estuvieran quitando los pulmones. ¿Era una reacción a solo poder recuperar una parte de mis recuerdos y emociones? ¿O era por abrir las puertas de los Mundos? No, eran ambas. ¿De quién es la culpa? Me molestaba solo contar todas las emociones brotando en mí.
  “¿Se la vas a echar a otro?” Y como siempre, el Gato de Cheshire de repente estaba frente a mí.
  “Solo piensan en ustedes, pero cuando están tristes, son rápidos en culpar a alguien más. ¡Las personas son peores que los demonios por lejos, en realidad!”
  Con una sonrisa viscosa, balanceaba sus manos alrededor. Estaba demasiado cansado hasta para sentirme irritado o incómodo por el Gato de Cheshire. Tomándolo en cuenta… Sí, es un demonio.”
  “Correcto, soy un demonio, y él también. Los nombres no importan. No los necesitamos entre nosotros, como ves.”
  ¿Así que tampoco había una razón para llamarnos “Alicia”?
  “¡Yep! No me podría importar menos cómo te llamas. Así que todos se llaman así. Quiero decir, ¿no le pones  nombre a cada hormiga o rana, o sí?”
  ¿Para el Gato de Cheshire no había diferencia entre nosotros y hormigas o ranas? Nos había puesto un buen apodo. Aun si estaba tan desesperado por no olvidar mi nombre…
  “No pareces estar divirtiéndote mucho. No dejes que los otros te amarguen. Ser una basura es la clave para el éxito aquí. Es más fácil simplemente volverse loco”, dijo con un tono persuasivo.
  Estaba aun más confundido sobre qué era verdad y qué no. Deja de pensar. Mi cabeza duele.
  “…Por supuesto, sabes que todo lo que escuchas es a un demonio parloteando. ¿O te vas a tomar en serio lo que dije? Chico. ¿Siempre fuiste tan aburrido?”
  Luego de clavarme las palabras en el pecho, se ofrece a quitarme las dagas del corazón. ¿Qué era este gato? ¿Por qué hace estas cosas?
  “¿Por qué lo hago, eh? ¿Oh, no sabías…? No hay nada más fácil que herir a las personas.
  Me respondió como si fuera algo obvio, y el gato desapareció ante mis ojos con una risa extraña.
  En la habitación vacía, solo podía escuchar mi respiración y mi pulso. Una extraña ansiedad me estaba trepando por la espalda. Intentando librarme de ella, fui a la puerta del cuarto Mundo. Ya no sentía esa sensación de algo tirándome del pelo e impidiendo que camine. ¿Qué me había pasado?
  Y entonces, giré la perilla. Sabía qué podía pasar al abrir de esta puerta. Lo único que quería era escapar de aquí, de esta intranquilidad, de todo.
  Como si me absorbiera, empujé la puerta con mi cuerpo.
    “La luna se cayó. ¡Esa gran luna redonda se cayó!
  Cuando le dije a mamá, se sorprendió y sonrió.
  En realidad, la luna no se cayó.
  Aun nos miraba desde el cielo.
  Pero me gustaba la expresión de mamá, así que le dije todo tipo de cosas.
  Vi a un gran lagarto habar, vi al vecino volar, vi a un gato nadar en el lago.
  Siempre que decía algo, mamá se sorprendía y reía un montón.
  Pero empezó a reírse menos.
  Hasta que mamá ni siquiera me mirara.
    Un día, le dije a mamá que papá se enfrió mientras dormía.
  Mamá estaba sorprendida como no lo había estado en mucho tiempo. Muy sorprendida.
  Luego se enojó. Pero no paré.
  Casi diariamente, le decía que papá se enfrió.
  Siempre se sorprendía, y siempre se enojaba.
  Me gustaba.
  Porque solo me hablaría cuando estaba sorprendida.
    Estaba encerrado en mi habitación. Quiero decir, tenía una televisión. Y juguetes.
  Pero era diferente. ¿Claro que lo era, verdad?
  Mirarían a mi hermana y a mi hermano. Pero no a mí.
  Si solo las arañas y ranas pudieran hablar, no estaría tan aburrido.
  Sí, soy diferente. ¿…Por qué?
    Papá se enfrió. En serio lo hizo.
  Le dije a mamá, pero no me creyó.
  Ya no creía en nada de lo que decía.
  Pasó un tiempo hasta que mi hermano y mi hermana se dieran cuenta, y finalmente se dio cuenta.
  Hizo una cara que nunca había visto. Una cara que no quería ver.
  No había sorpresa, ni ira, ni sonrisas, ni risas.
  Luego de ese día, mamá dejó de hablar.
  Solo estaba en silencio, fríamente mirando a alguna parte.
    Mi hermano es bueno jugando fútbol. Mi hermana es inteligente.
  Pero yo no soy nada. No soy nada, pero dije que era algo. No tengo nada, pero dije que tenía algo.
  Y me puse tan triste cuando lo dije. De pronto ni siquiera sabía qué tenía, o qué era.
  No importa lo que diga, voy a herir a alguien. Pero lo diré igual.
    Profesor, ¿qué debo hacer?”
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Zenryoku Batankyuu (Osomatsu-san OP2)
¡Esto es una emergencia! 
Joven, sé que estás ocupado 
pero el mundo se volvió loco...
 Es un enfrentamiento cara a cara, con cuidado. 
Tu vida es una nevisca y luego pétalos cayendo. 
Siempre llorando, oh ¡y tan vago! 
Y esa tendencia a burlarte del llanto. 
Círculo, triángulo, luego cuadrado. 
¡Nos vemos mañana! 
¡Ve por ello! 
Poniendo voluntad.
En la noche dormirás como un bebé. 
Con actitud, mira esta señal. 
Siempre haciendo las cosas de colores que vuelan. 
Luego de la noche, el sol vuelve a brillar. 
¡Ahora vamos! ¡A sumergirse en él...! 
Entras en un sueño no-REM
y ruedas igual que un gato callejero. 
El nombre de esta sociedad generalmente perfecta 
es Osomatsu-san.
[Nota: “Sueño no-REM” es un ciclo del sueño conformado por tres etapas. En la etapa 1 estás durmiendo pero es fácil que un ruido te despierte. En la etapa 2 el tono muscular es un poco más débil y, si algo nos despierta, el estímulo que se envía al cerebro que hace que nos despertemos (umbral del despertar) se eleva. Y finalmente en la etapa 3, donde el sueño es más profundo, el tono muscular y la frecuencia cardíaca y respiratoria bajan. Y ahí es donde ocurren los sueños.]
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I Hate Sailor Uniforms
Estos lemas simbólicos y anticuados sólo son inocencia, o quizá errores. Ya tuve suficiente de este gastado juego de asociación. En otras palabras, no hay posibilidad de ganar.
Con cuchillos en la mano, las chicas alardean "Soy diferente a ellas," en coro.
Sentimental y sistemática imposibilidad de avanzar. Pensamientos destructivos y un equipo estratégico. Más juegos de imitación, tuve suficiente de todo. En otras palabras, el remate está disponible.
"Recuerden seguir las reglas" Mesías, hecho de retazos, salió de la tumba. La popular señal dice "Avanza, d-e-t-e-n-t-e"
Al final no puedo hacer nada, lo siento. "Está mal, está mal", sostengo mi cabeza y marchamos como soldados.
Cubierta por una piel inocente. No puedo deshacerme de ella. Ahh, ahh. Esta ropa fuerza a mi cuerpo a tener confianza ¡La odio!
"Dispérsense, como los nobles cerezos" "Resistan, como la madera de maple quemándose en las heladas de otoño" ¿Estos tipos no se cansan de jugar siempre a lo mismo? En otras palabras, es una pila de fraudes.
"Recen por esta señal" Un Mesías condenado al fracaso está colgado en la sala de ejecución. La señal rota dice "Hey, a-van-cen"
Al final no haré nada, lo siento. "Está mal, está mal", mi corazón se rompe y marchamos como pecadores.
Con esta ropa de niña buena, al final no pueden detenerme. Incluso cuando ya no lamentas nada, de estas opciones, ¿Con quién quieres morir?
Al final no puedo hacer nada, lo siento. "Está mal, está mal", sostengo mi cabeza y marchamos como soldados.
Estancada pretendiendo no saber nada, al final no pueden detenerme. Ahh, ahh. Solo puedo determinar y distorsionar lo que hago con mi cuerpo ¡Lo odio!
[Traducción al inglés: renna-translations]
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The Last Queen
El fin del mundo, una canción sin nombre. Un sueño sin fin - yo, la Reina de las Cenizas, te lo daré todo a ti. En el primer instante, en el mar de estática tus manos frías me despertaron. No conozco las palabras, no conozco sentimientos. Un lindo vestido no va a satisfacerme. Luego de una eternidad, he abierto una puerta. Las llamas brillan, brillan mientras me quemo. Te mostraré todo lo que hay en mí. El fin del mundo, una canción sin nombre. Un sueño sin fin - yo, la Reina de las Cenizas, te lo daré todo a ti. Si cierras tus ojos, se ilumina el futuro. Este frio cuerpo esconde un secreto de amor para ti. El cielo corrupto se cae a pedazos. pero la luz lo atravesará. Espléndidamente se incendia, se balancea hasta volar. ¿Qué color me manchará? Todo se mezcla, los sonidos hacen eco. Yo, la Reina de las Cenizas, te dedico esta melodía a ti. Las llamas brillan, brillan mientras me quemo. Te mostraré todo lo que hay en mí. El fin del mundo, una canción sin nombre. Un sueño que no termina. Espléndidamente se incendia, se balancea hasta volar. ¿Qué color me manchará? Todo se mezcla, los sonidos hacen eco. Yo, la Reina de las Cenizas, te dedico esta melodía a ti.
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The Fifth: Pierrot
A las dos de la mañana en una calle hundida en oscuridad, ¿quien será la víctima? Castigaré a los niños malos, ese es mi trabajo como payaso.
La señorita Santa me ha dicho que el mundo está infestado de errores. N° 5, el payaso, bailaré una vez más en la oscuridad de esta noche.
Con su cara pintada de blanco el chico de apariencia tonta un cerdo apuñaló con su cuchillo de plata.
Esta noche el sin descanso paya-payaso. En el circo nocturno sin audiencia para la luna toca la flauta y todo de negro a rojo tiñe. Hoy, también felizmente bailará el paya-payaso. La caja de Pandora se abrió de nuevo y fue liberada la bestia que pasó por el aro de fuego que ahora deambula por las calles.
Con ojos dulces y amables 7°, la maga intentó pedirme escapar de este lugar con ella.
Así que le dije a la señorita Santa que hay un traidor en la casa. La maga desapareció el día después.
Gentilmente acariciando la cabeza del paya-payaso la mano de Santa estaba casi...
Hoy hay una nueva tarea para el payaso. Esperé a mi presa en el oscuro callejón. Y de repente, escuché un disparo y todo cambió de negro a carmesí. ¡El pecho del paya-payaso duele! ¡El payaso no quiere morir! ¡Yo no quiero morir! Parada en silencio frente a mis ojos estaba N° 8, la francotiradora.
Hoy el sin descanso paya-payaso estaba muy cansado, así que cerró sus ojos. En su sueño, vio a alguien sonriéndole. Sus verdaderos padres. Nunca más bailará el paya-payaso. "¿Lo ves? ¡Te dije que escaparas conmigo!" Murmurando y luego riendo era N°7, la maga.
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Alice Mare, la novela: Capítulo 3 - El color rojo
Y otra vez, cuando abrí la segunda puerta, encontré una habitación familiar. Las puertas a los Mundos son imitaciones modeladas a partir de las habitaciones de la residencia. Había muchos ositos de peluche observándome. Sentí un déjà vu.
“¿…A-A… Alicia?” La absurda cantidad de ositos de peluche me llamó la atención. En medio de ellos alguien me miró y me habló. Un poncho rojo y una falda globo adornada con un delantal blanco. Tenía el cabello atado hacia abajo con dos hebillas, una en cada lado… Era Chelsy.
“…A-Ah…” Parecía querer decir algo, pero no podía formar una oración. Parecía aun más tímida que lo usual.
“¿Quieres jugar?”, la invité, parecía perdida. Se sobresaltó al oír mi voz y sus chillidos eran más agudos y patéticos que de costumbre. 
“¿…Eh? Eh, uhhhmmm… Está bien.”
“¿Qué quieres hacer?”
“¿…Puedes abrir el closet?”
Letty me dijo lo mismo. “Okay”, respondí, mirándola fijamente. Sus pupilas giraban anormalmente rápido. Me di vuelta y me apresuré a abrir el closet. Un aroma a flores salía del agujero. Me calmó un poco. Cuando apoyé mi mano la puerta me absorbió, corazón y todo. Las sábanas eran cálidas y cómodas, y la luz que venía desde la ventana las templaba más. Consideré la opción de dormir aquí, pero lo descarté por completo y me obligué a mí mismo a levantarme. Por el tono naranja que tenía la habitación, supuse que estaba atardeciendo.
No tantos como en la habitación de Chelsy, pero habían ositos de peluche sentados uno al lado del otro. Tomé uno. Era esponjoso y ligero. Parecía hecho a mano.
Cuidadosamente dejé el osito en su lugar y miré la habitación. Nada me llamaba la atención. Supuse que era el Mundo de Chelsy por los ositos de peluche, pero no la veía en ningún lado.
Me acerqué a la puerta e intenté abrirla. Me preparé, pensando en el Mundo de Letty, pero se abrió fácilmente con un click. Me decepcionó un poco.
Entré a lo que parecía el comedor. El aroma me recordaba a flores y árboles. 
De mi lado había una puerta junto a la que había entrado. No quería explorarla por ahora, así que miré alrededor y encontré armas para cazar en una esquina. Los arcos y rifles impresionaban un poco. Parecían fuertes…
En la otra esquina había un armario. Antes de abrir los cajones, lo toqué y pinché sin una razón en particular. Este no hablaba, al parecer.
Adentro del cajón había algunas cartas. Dudé si debía leerlas, pero de cualquier manera era un sueño. ¿Qué podría pasar? La miré, abrí el sobre y saqué el papel de adentro. “Gracias por la carta. ¿Cómo está tu mamá? No te esfuerces demasiado tampoco ¿sí? Si necesitas ayuda, por favor pídele a un adulto”. El mensaje tenía un tono amable, las letras dibujadas prolijas y grandes. Abajo había un objeto extraño que podía jurar que lo vi antes, y una especie de acertijo.
Todas las cartas parecían ser de la misma persona. En la última, el autor prometía “visitarte pronto” y ver a “tu mamá”. Si era la casa de Chelsy, supongo que se refería a la mamá de Chelsy. …Esto no me ayudaría a encontrar la llave, pensé, y puse las cartas con su respectivo sobre en los cajones de vuelta.
}brí la puerta junto a la que había entrado. Otra vez, la puerta se abrió sin problemas. En el Mundo de Letty, tenía que forzarlas… ¿Entonces cuál era la diferencia?
Cuando abrí la puerta, sentí un fuerte olor. No era uno que haya sentido, jamás. Por reflejo, tapé mi nariz con mi mano. Era tan fuerte que estaba olvidando qué iba a hacer.
Al fondo, había una niña mirando la mesa. No podía ver qué estaba haciendo. Despacio me acerqué a la mesa, y el olor era cada vez más fuerte.
“Ch-Chelsy… Agh… ¿Qué haces?”
Cuando abrí mi boca para hablar, el olor se infiltró en mi cuerpo y tosí. La chica en la mesa, Chelsy, no se había dado cuenta de que estaba ahí hasta que hablé. Rápidamente giró hacia a mí y se cayó de la silla.
Intentó levantarse apresurada, pero estaba demasiado perdida e intentó agarrarse del aire. Extendí mi mano, se sonrojó y tímidamente la tomó, levantándose al fin. Murmuró algo tan bajo que no pude escuchar qué dijo. Creo que fue “gracias”.
“Squeak…“
Escuché una vocecita de algún lado. Parecía venir de un ratón en la mesa, llorando. Había frascos con algún tipo de medicina junto a él.
“¿…Experimentas con animales?”
“Ah, n-no, Allen. Dice que le duele el estómago, así que intenté mezclar medicina para curarlo… No me está yendo muy bien…”
El olor en la habitación venía de ahí aparentemente. El color del contenido en los recipientes era difícil de describir y las burbujas que salían de él me daban mala espina.
“¿Vas a hacerlo beber esto?”
Chelsy mecía sus brazos en pánico. “¡N-No, me equivoqué! ¡Explotará si bebe esto!”. Por supuesto, no debía negarme tanto para convencerme de no darle eso al ratón… Ya había pensado en eso. Aunque no sabía que los humanos y los ratones tenían tanto en común.
“T-Tiraré esto. La habitación olerá mal si lo dejo aquí, así que…”, Chelsy tomó la sustancia misteriosa de mis manos y se fue de la habitación. Me llamaba la atención que a Chelsy no le desagrade el dolor. ¿…Quizá ya estaba acostumbrada?
Aunque ya habíamos sacado la fuente, el olor no se había ido de la habitación. Abrí la ventana para que corra aire y noté que el cielo hoy era de un rojo escalofriante. Empujé despacio la ventana para evitar romperla. Un viento tibio acarició mi mejilla.
“Uff… ¿Huh? ¿Allen? ¿Tenías calor con la ventana cerrada?”
Estaba algo avergonzado de que me vea intentando dispersarme. Me di vuelta y pretendí que no pasaba nada. “Oh, uh… Ignora eso. ¿Debes preparar la medicina, no?”
“Ah, sí… para el ratón. La medicina para calmar el dolor de estómago se prepara con tres remedios de tres colores distintos. Pero no puedo leer la nota de mi abuela…”
Chelsy me dio la nota. La receta estaba en tres pasos, aunque la letra era algo extraña.
“No estoy seguro, pero… El orden es verde, amarillo, rojo según esto”, me arreglé para entender lo que decía. Su rostro se iluminó, me dio las gracias y volvió a su lugar. Luego, como decía, mezcló los colores hasta formar otro.
“¿No entiendes la letra de tu abuela?”
“Um… Bueno, en general ella misma me muestra cómo hacerlo… Aún no entiendo bien su letra, así que me dice que no haga nada con la medicina cuando esté sola”.
“¿…Y ahora está bien?”
“No… realmente… Pero debía, pobre ratoncito…”
Algo angustiada, Chelsy mezcló con cuidado. Había dicho que si bebías la otra medicina explotarías, así que probablemente solo un sorbo nos haría volar en pedacitos. Por pensar eso, solo ver a Chelsy trabajando hacía que mi pecho se acelere.
“¡Listo! Oh, bien… Sr. Ratón, beba esto en tres sorbos”.
La cabecita azul del ratón asintió y tomó el pequeño contenedor. ¿Qué pasaba si tomaba todo de repente…? Me estaba preocupando por cosas realmente estúpidas.
“Aah, gracias. Me siento mucho mejor ahora. ¡La medicina de tu abuela sí sirve de algo!”
El ratón hablaba como si no hubiera sido nada y nos agradeció. No me sorprendía, pero Chelsy abrió sus ojos de par en par y se escondió detrás de mí.
“Iré camino a casa. Adiós”. El ratón brincó de la mesa y se desvaneció.
“¿Q-Qué fue eso…? Los ratones solo hablan en cuentos o sueños…”
“¿Pero esto es un sueño, no?”
“¿Huh?” Chelsy me miró sorprendida.
“Es un sueño. Está bien”, me lo recordé a mi mismo también. No estaba seguro de si era cierto, pero ya no me importaba tanto. Ella entendió y la tensión desapareció de su cara.
Quizá algo avergonzada, dejó ir mi espalda y habló en voz baja. “Ya veo… 
Bueno, esta es mi casa. No es exactamente igual, pero los armarios tienen las mismas cosas y mi cama era igual de cómoda, supongo que estoy aquí por alguna razón…”
Letty dijo algo parecido del Mundo anterior… Mientras pensaba, una brisa suave sopló desde la ventana.
“…El viento es cálido y refrescante aquí”, comenté. El rostro de Chelsy se iluminó.
“Oh, sí, a esta hora el sol se oculta así que hace calor. Y la habitación tiene un lindo tono naranja”.
“Sí, es cierto. ¿…Y huele a flores?”
“¡Sí! ¡Hay un jardín cerca con todo tipo de flores! Um… ¿Quieres ver?” Chelsy me invitó con timidez afuera. No había investigado bien la habitación así que no sabía si la llave estaba aquí o no, pero decidí ir de todas formas. 
Parecía cerca, así que podíamos volver cuando queramos.
Atravesé el comedor hasta la puerta principal. Intenté girar la perilla, pero hizo un sonido brusco y no se abrió. Ya me había pasado varias veces. Todas las puertas en el Mundo de Letty eran así, pero esta era la primera que no se abría.
“¿Eh? ¿…No se abre?”
Mientras pensaba en si usar la fuerza o no, Chelsy lo intentó en mi lugar. Se abrió fácilmente, como si hubiera estado esperando por ella. Del agujero vino una brisa y el aroma a flores se sentía más ahora.
Miré su mano sorprendido y ella dijo casi tartamudeando “¿Um? No está cerrada… Quizá esté rota. Mi casa es algo vieja, así que…”
Aunque podía abrir las otras puertas sin problemas, así que no creía que sea un problema estructural. ¿Había requerimientos de algún tipo…? Chelsy agarró mi manga y me interrumpió. Dejé de pensar y fui con ella.
Di un paso afuera y miré al cielo. El sol se veía más rojo de lo que parecía y pintaba el cielo del mismo color.
“El sol hoy brilla un poco más que de costumbre…”, Chelsy murmuró con una mano sobre sus ojos y mirando al cielo. Su expresión infantil estaba iluminada de color rojo, su delantal blanco igual, y su falda se veía más roja que nunca.
“…No me gusta el color del cielo”, Chelsy frunció el seño y miró a otro lado. 
“Sigamos nuestro camino”, insistió y volvió a tomar mi mano.
“¿…Hm? ¿Vegetales?” estaba curioso por las huertas así que dejé de caminar.
“¿Huh? Oh… Sí, no podemos ir a comprar a la ciudad porque está muy lejos, así que intentamos cultivar nosotras mismas. Creo que ahora… ¡Ah!”
Chelsy, algo perpleja, señaló los vegetales para explicarme y una lombriz se enroscó en su dedo.
Gritó un poco y cayó encima de mí, y ambos perdimos el equilibrio.
“Aah… ¡P-Perdón, Allen! T-Tomé tu m, m, man…” Caímos y la mano de Chelsy estaba sobre la mía. Estaba algo fría, inmediatamente la quitó. Estaba tan espantada que no podía articular las palabras.
Llevé al gusano que se estaba retorciendo en el suelo, luego de que Chelsy lo lanzara, de vuelta a la huerta y le extendí mi mano a Chelsy para ayudarla a levantarse. Dejó de agitar sus brazos y me miró. No estaba seguro de qué era, pero parecía asustada y nerviosa.
“¿Iremos al jardín, no? Si no nos apuramos, se hará de noche”.
Realmente dudaba que eso pasara, pero con tal de buscar una excusa, tomé su mano. Aunque dudó, se paró con mi ayuda y limpió la tierra de su ropa.
“…El camino al jardín es por allá.”
Chelsy tanteó hasta tomar mi manga. Quizá tenía un hábito de agarrar de la ropa a las personas. Iba a tomar el camino que me dijo hasta que�� “Había una casa blanca cerca de un jardín de flores”.
“En esta casa blanca vivía una madre, un padre, y una niña. El padre casi nunca estaba en la casa”.
“Su madre era anciana y débil, así que la niña se ocupaba de todo por ella”.
“¿…len? ¿Allen, estás bien?”
“¿Um? Oh, lo siento… Estoy bien”.
Cuando volví en sí Chelsy estaba acariciando mi espalda. Al parecer caí al suelo por el dolor.
“Si no te sientes bien, no hace falta ir…”
Me levanté. “No, estoy bien, en serio. Vamos”, le dije a Chelsy y seguí caminando. Parecía no entender lo que estaba sucediendo, pero la llamé otra vez y, aunque dudó un poco, volvió a tomar mi puño.
Y caminamos al jardín.
“¡Oh, Allen, es ahí!”, Chelsy gritó alegremente luego de caminar un rato. Miré donde apuntaba. Era una alfombra de flores de todo tipo. El viento sopló y trajo aromas diferentes.
“¿Huh? Estas flores no son de temporada, estas tampoco… Bueno, es un sueño, así que supongo que esto es normal.” Chelsy estaba juntando algunas flores con cuidado, en forma de anillo. La miré trabajar un tiempo y, antes de que me diera cuenta, tenía una guirnalda en sus manos.
“Ten, Allen. Es muy raro ver flores de primavera e invierno creciendo en el mismo lugar…”
“¿Huh? ¿Para mí…?”, me dio la guirnalda con una sonrisa dulce. “…Creo que se vería mejor en ti, Chelsy”.
Tomé la corona de flores, pero se la puse a Chelsy. Quedó trabada en su frente.
“Um… eh… ¿M-Me queda bien?”, me preguntó algo preocupada. 
Definitivamente le quedaba mejor a ella que a mí. Sonrió diferente de lo usual. Asentí sin pensar dos veces.
“Y-Ya veo. Gracias. …En realidad, no debería desviarme del camino”. Chelsy quitó la guirnalda de su cabeza y miró abajo.
“Pero… Sabes, a veces creo que llevarle flores la haría feliz… Aunque me digan que no, creo que eso está bien. ¿…Tú qué harías en esa situación, Allen?”, me miró con timidez.
“…Si solo es una pequeña pausa, tomaría algunas flores, por supuesto”. Chelsy suspiró aliviada. “…Huh. Tú también, Allen… Bien, gracias. Lamento preguntar…”
Se paró rápido luego de decirlo, volvió a ponerse la guirnalda y me tomó de la mano. Era la primera vez que una chica me ofrecía tomarle la mano, que yo recuerde.
Dudé un momento, pero se veía decepcionada cuando vio que no la tomaba, así que lo hice. Quiso impedir que lo haga, pero lo hizo con demasiada fuerza y casi se cae. La ayudé a recuperar el equilibrio.
“¿Estás bien? ¿…Dónde vamos ahora? ¿Volvemos a la casa?”, le pregunté a la chica sonrojada como un tomate.
El rojo del cielo era cada vez más intenso. Estaba oscureciendo. Encontrar la llave sería más problemático aun. Quería revisar afuera rápido, pero había una habitación que aun no investigué. Me estaba impacientando.
“Umm… Oh… Sí. Antes de que vinieras, Allen, vi al Profesor. Me dijo que no deje la habitación. Pero… Rompí la promesa. ¿…Lo buscamos? La casa de mi abuela es por aquí. Aunque deberíamos caminar un rato…”
¿…El Profesor? Rick también dijo que lo vio en el Mundo de Letty. ¿Qué hacía en los mundos? Y aunque lo encontráramos, ¿nos lo diría? Tardé en decidir, pero asentí y seguí a Chelsy. El bosque tenía un tono rojo fuerte, parecía incendiarse. El color era un tanto escalofriante, me estaba asustando un poco.
…A este punto, podría pasar algo como en el Mundo de Letty. Pero si no encontraba la llave, estaría vacío por siempre. Eso era algo que no podría superar nunca. ¿…Incluso teniendo recuerdos, siempre fui tan egoísta?
“Tuvimos que caminar un rato incluso para ir al jardín… ¿Estás cansado? ¿Quieres parar un rato?”
Dejé de caminar y Chelsy empezó a preocuparse. Dije que estaba bien, pero por cómo me miraba supuse que no la convencí del todo. “Un día, cuando fue a hacerle un favor a su madre, la niña rompió la promesa que le hizo a su madre y tomó flores del jardín”.
“La niña fue a la casa de su abuela con una persona amable que conoció ahí”. Miré a Chelsy a los ojos, y esa voz y el dolor invadieron mi cabeza otra vez. Pero resistí y disimulé.
“…No te sobre esfuerces”.
Chelsy fue detrás de mí y apuntó a la dirección donde debíamos ir. Para dejar mi mente en blanco, miré donde apuntaba y seguí caminando.
Luego de un rato, Chelsy dejó de caminar. Frente a nosotros había un gran río de corrientes rápidas. El agua se veía roja como el cielo. No podía ver el fondo del río, pero seguramente la corriente nos arrastraría lejos.
“¿Huh? Q-Qué raro. Aquí había un puente, casi llegando a la casa de mi abuela. No podemos cruzarlo… ¿Q-Qué haremos ahora?”
“¿En un lío?”
De repente, una voz de un gato familiar vino detrás de mí. Otra vez él… Suspiré.
“Holaaa, Alicia y… ¡Oh! ¡Alicia!”
“Uh… ¿Yo? ¿Um…?”
Chelsy se dio vuelta y yo hice lo mismo. El Gato de Cheshire nos miraba entusiasmado.
“…No me miren así. Podrían matarme, ¿saben?”, el Gato de Cheshire advirtió en un tono difícil de describir. No sabía si la mirada preocupada de Chelsy le resultaba desagradable o entretenida. Se sobresaltó y se escondió detrás de mí.
“¡Brooomeaba! No se asusten. ¿Así que quieren cruzar el río? Porque yo podría llevarlos… ¿Qué dicen?”
“¿E-En serio?”, Chelsy lo miraba fijamente desde atrás.
“¿Pero no sería gratis, o sí?”
“Sí… ¡Solo jueguen a algo conmigo!”, respondió enseguida.
¿A qué cosa horrible y peligrosa, o ilógica e imposible, este gato le llamaba “juego”? Sea lo que sea, no iba a hacer fácil.
“¡Oye! No soy tan malvado. ¡Dame una oportunidad!”, el Gato de Cheshire se quejó. Parecía haber leído mis pensamientos otra vez.
“Nada complicado. Solo un par de acertijos. Alicia es muy buena en ellos, ¿no es así?” le sonrió a Chelsy.
“Si… resuelvo tus acertijos, ¿nos llevarías a otro lado?”
“¡Síp! Es una promesa. Y yo no rompo promesas, al principio”.
“…Bien. Lo haré”.
Temblando un poco detrás de mí, Chelsy aceptó las condiciones que dio el gato. Cuando él escuchó eso, su boca y ojos se disolvieron en su cara de la alegría.
“Tres preguntas. No te preocupes, no hay tiempo límite ni nada. …Así que, esta va primero. Este tipo sonríe aunque lo estén golpeando. ¿Qué es lo que le estoy tomando?”
Unos segundos después, Chelsy respondió. “Um… ¿Una foto? Las personas sonríen cuando les tomas una foto.”
El Gato de Cheshire se rió asquerosamente, supuse que era la respuesta correcta. Me sorprendió lo rápido que respondió. Ahora que lo pienso, había acertijos en las cartas en la casa de Chelsy. ¿Quizá le gustaba este tipo de cosas?
“Bien, siguiente. Tengo 10 peces, 4 se escapan, 3 se ahogan y 2 se mueren. ¿Cuántos me quedan?”
“…..10. Porque… no pueden escaparse si están en una pecera ni pueden ahogarse. Y si se mueren, flotan.”
Tuvo que pensar más esa pregunta, pero la risa del Gato me dijo que acertó otra vez. Me mantuve en silencio y observé a Chelsy y al Gato.
“En lo correcto estás. Imposible odiarlos, mocosos listillos. Aquí va el último.”
La sonrisa amplia del Gato me daba un mal presentimiento.
“¿Cuál es el color que menos te gusta?”
¿Eso era siquiera un acertijo? Bueno, de todas formas, cuando Chelsyresponda el Gato nos llevaría al otro lado. Pero Chelsy no respondía.
“¿…Chelsy?”
Cuando me di vuelta, Chelsy estaba temblando aun más. La sentía, cada vez sostenía mi puño con más fuerza. Estaba pálida y no podía hablar, solo lloraba.
No podía responder así. Eso era lo que quería el Gato. Era un idiota, realmente.
“Rojo. Chelsy odia el color rojo.”
Cuando el cielo se puso rojo ella mencionó que no le gustaba. No sabía si era el que menos le gustaba de todo, pero no se me ocurría nada más, así que respondí casi desesperado.
“¡Correcto! Muy bien, vayan. Cierren sus ojos. ¡Si no lo hacen, esta vez sí morirán!”
Me giré a Chelsy. Cerraba sus ojos con fuerza, aun temblando. Me giré de nuevo y cerré los ojos también.
Un sentimiento de perder la consciencia me consumió y el estar flotando en la oscuridad me inquietaba.
Cuando abrí mis ojos, estaba al otro lado del río. No veía al Gato por ningún lado, pero parecía que sí nos ayudó a atravesar el río.
“…Oh, desde aquí podemos ir a lo de mi abuela. ¿…El Profesor estará ahí? Chelsy ya había abierto los ojos también. Ya no estaba temblando, eso me tranquilizaba. ¿Cómo podía odiar tanto el rojo si estaba vestida de ese color? Si decía que no me daba curiosidad, estaría mintiendo. Pero no parecía querer hablar de ello, así que me callé.
“…Me pregunto si mamá está bien. No la veo desde que vivo en la residencia, me preocupa. La abuela dice que mejorará, pero solo pensar que… algún día, ella no va a despertar… No, siempre supe que llegaría, ¿no es así…?”
Chelsy bajó la mirada y susurró, aun sosteniendo mi manga, y empezó a preguntarse cosas a ella misma. ¿Sus recuerdos estaban desordenados?
“Allen, ¿hay alguien que quieras proteger?”, de repente preguntó.
Pude recuperar fragmentos de mis memorias en los Mundos, pero todo estaba cubierto por niebla. Era difícil pensar en alguien que haya querido proteger. Sacudí mi cabeza.
“Oh… Perdiste tus recuerdos, eh. Allen, no quería… Lo siento”, bajó la mirada y cerró los ojos.
Dije que no pasaba nada y acaricié su espalda, sabía que no lo hacía con un buen corazón. Subió la cabeza un poco y me miró. Sonreí un poco y se tranquilizó. …Bien. Esta vez sí pude sonreír correctamente. Seguí el camino hasta una casa de ladrillos azules. Había una gran huerta frente a él donde crecían muchas plantas que no conocía.
Chelsy miró el campo y explicó. “Son plantas medicinales que mi abuela cultivó. Me dijo que trabaja haciendo y vendiendo medicina, y que puede hacer de todo con esto.
“¿Qué tipo de medicina?”
“Um… De todo tipo. Recientemente hizo una medicina para una enfermedad que se estaba expandiendo en un pueblo cerca, y… Mencionó algo sobre una enfermedad de sueños, algo así…”
¿Enfermedad de sueños? Esas palabras iluminaron algo en mi mente. Creo haber oído algo sobre una enfermedad así en un periódico.
No había televisión ni periódicos en la residencia, así que nos enterábamos de todo por el Profesor. Por supuesto, aunque nunca nada muy importante pasara, se limitaba a historias lindas.
“Bueno, vamos… Podríamos encontrar al Profesor”.
Chelsy me guió hasta la puerta principal. Pero cuando intentó abrirla hizo un estruendo, no abría.
“¿Huh? Qué raro… Con todo lo que tuvimos que caminar…” Siguió intentando, decepcionada.
“Vaya, pequeña extraña. Deberías darte cuenta de que desperdicias tu tiempo con eso.”
Escuché una voz aguda a mis pies y miré abajo. Había un ratón blanco mirándonos.
“¿Eh? ¿Otro ratón que habla…?”
“¿Hrmm? ¿Dices que es raro que pueda hablar? ¡Cruel!”
“Um, Srta. Ratón, ¿sabe cómo abrir esta puerta?”
“Bueno, sí, lo sé. Pero no se los diré gratis”. Soltó una risa chillona y arrogante.
“Er… ¿Qué debemos hacer?”
“¡Hm! Sí. ¿Me darías esa corona en tu cabeza?” Chelsy estaba usando la guirnalda de flores que hizo. Se fue gastando un poco desde que nos fuimos.
“¿Esto? ¿Solamente…? Aquí tienes”. Chelsy se quitó la guirnalda con cuidado y la puso frente al ratón. Ella se rió alegre, y de repente, se la devoró.
“¡Aah! Gracias. Me moría de hambre. Y no hay ni una de esas flores con espinas asquerosas - ¡Me siento como nueva!”. Su risita hizo eco en mi cerebro.
“¿Las flores con espinas no te gustan? …Hay un montón de flores lindas con espinas aún así. “
“Es cierto, hay flores lindas con espinas. Todos eligen las flores más lindas para decorarse con ellas, aún si duele. Y cuando ya no aguantan el dolor, culpan a las flores y las tiran”, la ratoncita dijo frustrada.
“Aún si veían las espinas. ¿…Tú también las viste, no?”
“¿Eh?”
El ratón parecía hablarle a Chelsy. Ella se puso nerviosa, no sabía qué responder.
“Bueno, lo que prometí. Puedes abrir la puerta con esto. Es pesada, así que hazlo con cuidado.”
El ratón bufó y se fue. Miré en esa dirección. Había un hacha robusta sobresaliendo de un tocón.
Miré a Chelsy. “¿…Eh?”, sacudió sus manos negando. “N-No puedo cargar algo tan pesado… ¿Puedes hacerlo tú?”
Tomé el hacha, fui hacia la puerta y la golpeé con ella. Con un estruendo, logré hacer un pequeño agujero en la puerta.
“Allen… Tienes valor, eh”.
¿Eso fue un cumplido? Le agradecí y empujé la puerta hacia adelante para entrar en la casa.
Cuando entré, un olor a crudo invadió mi nariz. El olor me daba ganas de vomitar. Miré abajo e intenté tragarlo.
“Allen, ¿qué pas…? ¡Aah…!”
Chelsy gritó. Sosteniendo mi estómago enfermo con ambas manos, miré hacia arriba.
Había una mezcla de medicina, fragmentos de vidrio y un líquido rojo en la habitación. Había una figura parecida a un humano estaba parado cerca de la cama, estaba seguro… esta criatura peluda que nos miraba y gruñía desde la cama era un monstruo.
“A, Al, Allen, c-c-corre…”
Chelsy camino hacia atrás hasta chocarse con la puerta. Aunque la había roto con el hacha, de alguna manera estaba intacta. Chelsy intentó abrirla, pero la perilla no giraba.
El sonido llamó la atención de la bestia y caminó hacia a nosotros. El repugnante olor y sus gruñidos me revolvían el estómago. Pero a quién miraba era a Chelsy, no a mí.
“¡Aah…! ¡No, no, no! ¡No eres la abuela! ¡Para, no quiero verlo! ¡Nunca más! No lo haré nunca más... Seré una buena chica, así que por favor… Perdóname… ¡Quiero despertar…!”
Sollozando, Chelsy cayó al suelo y cubrió su rostro. Como si hubiera estado esperando, la bestia pasó junto a mí y fue a Chelsy.
“¡Cuidado!”
Inmediatamente, como a la puerta, dirigí el hacha hacia la bestia. Aulló salvaje.
Como lo hice, un olor inexplicable invadió la habitación y los fluidos rojos que salían de la bestia se mezclaron con los del suelo.
“Chelsy…”
Cuando la bestia dejó de aullar, cayó al suelo inmóvil. Extendí mi mano a Chelsy, pero solo temblaba cubriéndose la cara con sus manos.
“Pa… ra… Odio… el color rojo… Papá…”
Seguía repitiéndose. Me arrodillé y la miré a los ojos.
“…Cerraré las ojos… Y no veré nada. Por favor… toma mi mano”. Sin mirarme, me dio su mano temblorosa. La tomé gentilmente con las dos manos. Sentí lo frías que estaban y esa voz otra vez hizo eco en mi mente. “Luego de buscar la medicina, la niña fue a la habitación de su abuela y la encontró devorada por un lobo. La niña estaba paralizada, aterrorizada. Y el lobo se acercó a ella”.
“Cuando el lobo se acercó a la chica, lo partieron en dos. Detrás del lobo estaba su padre sosteniendo un hacha. La niña temblaba al ver al lobo partido en dos y a su padre manchado de rojo”.
“Luego, la niña corrió a su casa y se encerró a la habitación. Estaba la voz de su padre. Estaba la voz de la niña también”.
“”Papá mató a alguien. ¿Pero eso no fue mi culpa? ¿Ese era papá? ¿Esa era una persona?””
“Cuanto más pensaba, más se distorsionaba la escena en su cabeza. Así que decidió no pensar en ello”.
“…La niña renunció a la realidad”. …Cuando abrí mis ojos, Chelsy estaba acostada en el suelo. En el charco de sangre junto a ella, algo estaba brillando. Quité despacio mi mano de la de Chelsy… y toqué la llave.
Otra vez, esa voz nostálgica llenó mi cabeza.
“¿Eh, Allen? ¿Vas a la biblioteca otra vez?”
“Sí, ya terminé este libro y realmente me gustaría leer otro”.
“Hm. Escuché que se está propagando una enfermedad en los niños donde se duermen y nunca despiertan… Pero siempre estás entusiasmado por leer, así que apuesto a que tú estás a salvo, Allen. ¡Jajaja!”
“Bueno, Allen se estuvo quedando hasta tarde últimamente, ¿no es así? Cariño, no está bien dejarlo”.
“Cuando algo te gusta mucho, es normal que te absorba. ¡Puedes retirarte, hijo!” En la oscuridad, la escena era más clara. Era otro de mis recuerdos. Conocía al hombre que sonrió y me acarició la cabeza. …Ese día, yo… ~Profesor~
Por el camino que atravesaba el bosque, el cielo se veía mejor. Aunque el sol brillaba sin descanso sobre mí.
“Así que este es uno de sus recuerdos antes de ir a vivir a la residencia…”
Este era el camino a la casa de la Srta. Revis, se veía exactamente igual.
Recibí una carta de la Srta. Revis unas semanas después de llevar a Letty a la residencia. Por un incidente, su hija se encerró en su habitación y no hablaba casi nada. Ella escuchó que cuido niñas en la residencia y en la carta me preguntaba si podía echar un vistazo.
Conocía a la hija de la Srta. Revis, Chelsy. Mi mentora estaba enferma y estaba preocupado por Chelsy, que la cuidaba con devoción. Recordé que le gustaban mis cartas donde ponía acertijos. En la última carta que envié le dije que iba a visitar a la Srta. Revis, pero pasó lo de Letty ese día así que no pude cumplir esa promesa.
Cliff planeaba pasar por la residencia tres días después de que recibí la carta, así que dejé a Letty con él y fui a visitarlas. Cuando toqué la puerta, que estaba adornada por guirnaldas, una mujer mucho más débil de lo que recordaba apareció.
“Ah… Cuánto tiempo. Has crecido. O quizá yo me encogí”, ella bromeó. La sonrisa era la misma; ella definitivamente era la Srta. Revis. Pero su voz perdió vigor, le costaba más hablar.
“¿La última vez que nos vimos fue en la facultad, no? Te debo tanto”.
“…Te has vuelto un verdadero hombre. Aunque llorabas mucho en el orfanato”.
“Jajaja… Qué vergüenza”.
Hace mucho, mi hermana y yo vivíamos en el orfanato donde la Srta. Revis trabajaba. Ella nos dio nuestros nombres y nos educó. Cuando tenía alrededor de diez años, dejó el orfanato para cuidar a su hija recién nacida, pero seguimos hablándonos, y a veces me ayudaba.
“Así que, sobre tu hija…”
“Sí… Está en mi habitación. La puerta no está cerrada, pero no hará contacto visual ni nos hablará. No a… mi esposo en especial.”
“Bueno, primero… ¿Qué pasó exactamente?”
La expresión de mi profesora cambió a una angustiada cuando le pregunté. Luego de una pausa, me explicó.
La Srta. Revis a veces le pedía a su hija que le traiga medicina de la casa de su madre, que era boticaria – la abuela de Chelsy. Hace unos días, le pidió lo mismo de siempre, pero su hija no volvía. Su esposo volvió y le pidió que vaya a ver lo que pasaba.
Cuando llegó a la casa, encontró un desastre. Al fondo de la habitación de la boticaria, con botellas y plantas medicinales desordenadas, había un hombre desconocido que iba a atacar a su hija. Para protegerla, él tomó un hacha cerca y atacó al hombre con ella.
…Por suerte, la niña no estaba herida. Pero corrió a la casa aterrada y no dejó la habitación desde ese día.
“El hombre tenía una bolsa grande llena de medicina. Los remedios de mi madre son difíciles de conseguir, así que su intención al parecer era robarlos. Por supuesto, ya no podemos preguntarle… Ni a mi madre”.
“Leí eso en la carta, sí. También le debo mucho, por supuesto, así que… Mis condolencias.”
Bajé la cabeza. En la carta me dijo que no solo era tarde para el intruso, para su madre también. Se inclinó educadamente en respuesta.
“Debió haber sido terrible que un desconocido la ataque… Pero que su propio padre corte en dos a alguien con un hacha frente a ella, por la razón que sea… Es demasiado para una niña pequeña.”
“…Lo es. ¿Intentarías hablarle? Se rehúsa a hablarle a mi esposo, así que él se rindió ya”.
Mi mentora me llevó a la habitación de su hija. Toqué la puerta y entré. Había una niña de rojo temblando en un rincón de la habitación.
“¿Q-Quién es…?”
“Así que… ¿Chelsy, no? ¿Hablamos un montón por cartas, no es así? Sí, fui quien las escribió. Lamento interrumpir así y no haber venido cuando te prometí. No es la primera vez que nos vemos, pero… la última fue hace muchos años, así que no creo que recuerdes”.
Hablé despacio con una sonrisa para no asustarla. No parecía estar preparada para salir corriendo, así que me acerqué a una distancia razonable. 
Aunque me arrodille era muy alto, así que me senté en el suelo.
“¿Por qué te quedas aquí y no le hablas a tus padres?”
Dudó unos segundos, pero finalmente me miró y me explicó.
Lo que ella dijo no era exactamente lo que había dicho la Srta. Revis. Estaba en shock por ver a su padre matar a alguien frente a ella.
“…Era alguien amable. Pero de repente, se convirtió en un lobo… Atacó a la abuela e hizo un desastre con la medicina”.
Intentó contarme con detalle todo lo que pasó ese día. Pero paró como si algo hubiera quedado atascado en su garganta.
“No te sobre esfuerces. ¿…No puedes hablarle a tu padre?”
“…No puedo. Papá casi nunca está en casa, de cualquier manera… Seguro no le importo mucho… está bien”.
Cuando empezó a hablar, lágrimas cayeron de sus ojos. Tomé un pañuelo de mi bolsillo y se lo di. Lo tomó, temblando.
“Si quieres… Puedes vivir conmigo hasta que las cosas se arreglen. Hay otra niña de tu edad ahí, le pasó algo parecido. ...Es una niña, así que no estarás sola conmigo”.
“¿…En serio? Pero, mamá está enferma…”
“Está bien, Chelsy”. La Srta. Revis abrió la puerta y entró. Nos había estado escuchando desde afuera.
“Estoy algo enferma… Pero no es nada grave realmente. ¿Tú también quieres estudiar y ser libre y poder divertirte, no es así? Tu padre dijo que se tomaría un tiempo de su trabajo, así que no te preocupes por mí”.
“Mamá…”. La ansiedad en el rostro de Chelsy se desvaneció y me miró a mí y a su madre.
“Cuida a Chelsy por un tiempo”, mi mentora caminó hacia Chelsy, extendió su mano para ayudarla a levantarse y le dio un empujoncito hacia mí.
“Intentaré comunicarnos cada tanto”.
“Bien. Dejar a mi hija al cuidado de un viejo estudiante… Es un poco raro”, comentó con su sonrisa usual. De repente sentí como si me hubieran clavado algo en el pecho.
“Um… Gusto en conocerte.”
Chelsy se inclinó educadamente y tomó mi manga. “Lo mismo digo”, sonreí, me despedí de la Srta. Revis y fui con Chelsy a la residencia.
“Profesor… ¿Otra vez durmiendo ahí? Vas a resfriarte…”
Chelsy me despertó, inflando las mejillas. Me senté, miré alrededor e intenté recordar. …Me había quedado dormido en el sofá de la biblioteca.
“Jajaja… Disculpa. Me quedé dormido pensando en que no debería hacerlo.”
“Sheesh… ¡Debes tener cuidado! La temperatura baja mucho en la noche en esta época del año… Oh, sí, Profesor, um…”
Recordó algo, buscó en sus bolsillos y me dio un cuaderno bermellón.
“Adiós, Profesor. Es hora de dormir… ¡Duerme en tu cama esta vez!”, me advirtió frotándose los ojos. Mientras se dirigía a la puerta, siguió mirándome y repitiendo que duerma en mi habitación.
“Lo sé, lo sé, lo haré. Buenas noches, Chelsy”.
Finalmente se veía satisfecha y respondió “Buenas noches”. Volvió a su habitación despacio.
Respiré hondo y pensé en todo lo que sabía sobre ella. A veces iba a lo de su abuela para buscar medicina, y su madre le pidió que no se desvíe del camino.
Aunque ese día fue a recoger flores del jardín. Cuando lo hizo, un extraño vino y le habló. Al principio no confiaba en él, pero él le habló y tomó su mano, y ella no pensaba que fuera una mala persona. Quizá la ausencia de su padre la hacía sentir sola, y por eso confió en él.
Luego el hombre le dijo que venía a visitar a su abuela para comprar algo de medicina. Pero como vivía en una ciudad y nunca había estado en el bosque, se perdió. Así que Chelsy lo guió a la casa.
Escuché la misma historia de Chelsy y de la Srta. Revis. Me interesaba que el hombre haya cambiado tan abruptamente y que haya atacado a la boticaria e intentado robar la medicina. Últimamente han pasado cosas así. Aunque en este caso, no pudimos oír nada del culpable…
“…Necesito reunir más información”.
Me estiré y volví a mi escritorio. Caminé mientras recordaba los primeros días de Chelsy en la residencia y encontré un lugar parecido al jardín por el que pase antes. Aunque este no tenía ninguna flor de otra temporada creciendo. Me senté con cuidado para no aplastar ninguna planta y me calmé. Recordé la primera hoja de su cuaderno. “Profesor… aun no puedo perdonar a papá. Esos ojos… Ese color… Tengo miedo. …Ayúdame.”
Si se recuperaba del shock de ese día, ¿podría vivir con su familia de nuevo? 
No era algo imposible. Pero no había razón para que vuelva aún.
“¿…Qué?”
Oí el mismo estruendo que en el Mundo de Letty y el suelo empezó a temblar. Las plantas que me rodeaban rápidamente me rodearon.
¿El Mundo… colapsaba? No, no otra vez…
Sabía que eso estaba pasando, pero jamás se me habría ocurrido que ella hubiera roto su promesa. Antes de que pudiera aclarar mi mente, enredaderas y hojas con forma extraña me atraparon y me tragaron. ƸӜƷAllen ƸӜƷ
“Bienvenido de vuelta. …Lo digo con una sonrisa, pero esa expresión tuya me está incomodando”, el Conejo Blanco dijo irritado. “Ah, bueno, al menos recuperaste la llave. De eso no puedo quejarme!.
“¿…Hay manera de salvar a los dueños de los Mundos?”, le pregunté nervioso al Conejo, que se veía cada vez más molesto.
“Ah… Bueno, puedes hacerlo al no entrar a sus Mundos. Hagas lo que hagas, no puedes evitar que una persona hiera a otra, ¿o sí?” El Conejo Blanco se cruzó de brazos y tapó su codo con un dedo blanco.
“Solo piénsalo. Que alguien abra a la fuerza las partes de ti que están escondidas. …Las puertas están para mantener esos lugares cerrados. Y que manos pegajosas toquen lo que no quieres que toquen… ¿Te da asco de solo pensarlo, no es así?”
En silencio escuché al conejo. …Entonces, desde el primer momento en que entré al Mundo, aunque era totalmente inconsciente, los hería.
“…Oh, está bien igual. Yo me ocupo del resto. No pienses en las Alicias. Concéntrate en traer las llaves, por favor”. Sonrió de forma espeluznante. 
Creo que era la primera sonrisa que no parecía gentil. Dejé al Conejo Blanco y me dirigí a la tercera puerta.
El recuerdo que recuperé cuando toqué la llave… Estaba desayunando. Mi papá estaba leyendo el periódico y comiendo pan mientras me hablaba. Mi mamá me advertía que no debía quedarme tan tarde. Yo les sonreía a ambos. 
Era un recuerdo de ese día, cuando lo perdí todo.
Recuperaba recuerdos y recuperaba emociones. Dudé en si ir al siguiente Mundo. Más con lo que me dijo el Conejo. No quiero herir a nadie más.
“¿No querrás decir “no quiero ser herido más”?
El Gato estaba parado detrás de mí. Te lo juro, este tipo está en todos lados.
“Todas las personas son así. Te dicen “di lo que quieras”, pero dices algo malo y tienes un cuchillo atravesando tu garganta. Sheesh, ¿¡qué quieres que diga entonces!?
Haciendo un baile estúpido, inclinó su cabeza hacia mí. El disgusto me estaba tragando otra vez.
“Ah, eso es. No decir nada como tú es lo mejor. Pero si no sabes nada, no lo estarías ni pensando ¿eh?”
¿…Estaba sermoneándome por intentar recuperar mis recuerdos?
“Los conocimientos inútiles solo ensucian tu corazón. Intentarlo es el primer paso a agotarse”.
“…Debe haber una manera de ayudarlos”.
De a poco sentía el deseo de rebelarme. Si solo me abstenían de todo así, eventualmente iba a quebrarme. Tenía miedo de olvidarme, o mejor dicho perderme, a mí mismo otra vez.
“¡Mweeheehee! Sé que el Conejo te dijo la cruda verdad. ¿Pero igual sigues? Chico, eres igual a él. ¿Eso te lo enseñó?”
¿Él? ¿Enseñarme?
Solo había una persona a la que podía referirse. Alguien cercano que Rick y Chelsy dijeron ver en los Mundos.
“¿…Hablas del Profesor? ¿Lo conoces?”
“¡Claro que lo hago! Le prometí unas cosas y por eso hago lo que hago… ¡Whoopse, tiempo! Hablaremos luego.”
Si tengo suerte, “luego” es nunca – pero lo que dijo el Gato de Cheshire al final me confundió.
¿…El Gato de Cheshire le prometió cosas al Profesor, y estaban trabajando juntos? ¿Qué hacía el Profesor en los Mundos?
No sabía qué estaba pensando, pero por lo que dijo Cheshire, seguramente ya estaba en el Mundo siguiente. La única manera de averiguarlo era abrir la puerta.
Ya no tenía dudas. Mal que mal, la única opción era pensar que lo que dijo el Gato era cierto.
Puse mi mano en la tercera puerta y al fin la abrí. ~Profesor~ “¿Es cierto?” “¡Síp! Definitivamente hay alguien más en los mundos además de ti”, el Gato respondió con una gran sonrisa. Como pensaba. Sería muy, muy malo que merodeen por ahí y destruyan los Mundos. Entonces… “…Voy a ir”. Pasé junto al Gato de Cheshire que no dejaba de reír y abrí el closet. “Mi mamá tiene un cuerpo muy débil. Así que cocino, lavo y hago otras tareas por ella. Papá casi nunca está en casa. A veces trae un lobo o un ciervo. Quiero ir a la escuela, pero amo a mamá, así que me quedo en casa con ella. Mamá siempre está en cama, dice, lo siento, lo siento… Y su voz suena a punto de quebrarse. Mi abuela trabajaba haciendo medicina. Cuando mamá se quedaba sin medicina, iba a la casa de mi abuela. Un día, mamá me dijo que fuera, como siempre. “Hoy quiero que le traigas algo, le debo tanto a la abuela”. “Está llena de pan y vino, pero no comas en el camino”. “Como siempre, no te desvíes del camino”. “Porque hay lobos aterradores”. Caminando por el bosque, encontré un lindo jardín de flores. No te desvíes del camino, me advertí a mí misma. Pero a la abuela le gustaría que le traiga algunas flores. Así que tomé una flor o dos. Entonces un hombre vino y me preguntó si conocía a una boticaria. Seguramente se refería a la abuela. Le dije que también iba ahí, así que podía venir conmigo. El hombre sonrió y me ayudó a recoger flores. Nos tomamos de la mano y caminamos a la casa de mi abuela. No suelo tomar la mano de papá muy a menudo, así que se sentía como algo nuevo. Llegamos a la casa de mi abuela y me saludó. El hombre también se inclinó. “La medicina está donde siempre”. Fui por la medicina de mamá en la habitación de atrás. Entonces escuché un estruendo. Y… y vi… …Vi a un lobo comer a la abuela. Y puso un montón de medicina en una bolsa. Me vio y caminó hacia mí. No puedo… Ver a las personas a los ojos. Tengo miedo de… tomar su mano. Me hace… recordarlo. Si solo… no hubiera recogido las flores… y no lo hubiera conocido… Y no hubiera… tomado su mano. Había… sangre. Olía… mal. Profesor, aún… tengo miedo. Pero creo que… ya estoy un poco mejor. Profesor, yo… no puedo perdonar a papá. Esos ojos… ese color… tengo miedo. …Ayúdame”
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