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O Sutaque

Una de las diferencias más notorias para mí en estos meses en Portugal, además de la costumbre portuguesa de tomar café hasta la media noche, es la expresión en la cara de los receptores, una mezcla de confusión y extrañamiento  cada vez que de mi boca sale alguna palabra. Puedo notar en su rostro como va cambiando de un diálogo normal a un intento por comprender mi acento y porque la B y la V suenan exactamente igual en mi discurso. 

Cuando hablo con una persona que no conozco enseguida puedo notar estos cambios, los cuales me llevan a agradar porque la persona es más transparente por ser novata.

En mi actual trabajo cuando me escuchan hablar muchos sienten curiosidad y otros les extrañan mi acento a tal punto de mirar de nuevo el menú o llegaron a preguntarme si era un restaurante español. 

Es como ver una mula con patines.

Siempre con humor y con entusiasmo de la experiencia que me deja un país que habla otro idioma que a la vez es muy parecido a mi idioma de origen por lo cual tal vez no lo aprenda bien. 

Hice un dibujo para ejemplificar mi sensación cuando hablo con "alguen". 

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Al Estilo Exorcista.

Trabajando en una ONG en un pueblo perdido en Tenerife, Islas Canarias me enteré casi por casualidad que a la tarde había fiesta en la finca. 

Casi por casualidad aclaro porque era una comunidad dirigida por ingleses, siendo la lengua oficial el inglés aunque se encuentre en territorio español. 

En ese entonces yo estaba recién llegada a Europa, con visa de turista, inglés de un secundario estatal y sin plata. Una combinación perfecta para ser voluntario en un refugio de animales. 

Aceptaban personas de todo el mundo y categorizados por ellos mismos como inclusivos sociales, ahí estaba yo, grupo minoritario y con un discurso de te estamos ayudando, lo cual en algún sentido fue real, ya que termine aprendiendo mucho de mi misma. 

Esa mañana, me desperté en mi habitación eco sustentable con materiales reciclados y reutilizados, dícese a una piedra con tres paredes de palets, una cama matrimonial que ocupaba el noventa por ciento del cuarto, el otro diez lo ocupaba una cómoda que compartía con el que en ese entonces era mi novio, que a partir de ahora llamaré El Cacas. El piso gracias a Dios estaba alfombrado y nunca levanté ninguno de los recortes de alfombra para ver qué había debajo.

Ya tenía como un mes.

Fui a mi puesto de trabajo, al que para esa fecha le tenía un gran cariño.

Comencé con mis tareas diarias, limpiar mierda de diferentes tipos de animales entre otras tareas. 

Mi compañera Joy, una estadounidense de cincuenta años, que siempre tenía un sombrero y unas vestimentas que le daban un estilo propio y le sentaba muy bien, era una mujer a la que yo no conocía pero desde siempre le tuve un gran aprecio. Mientras estábamos ahí, luchando por nuestras vidas contra Daisy and Maisy para darles comida y agua, me comenta que por la tarde estábamos todos invitados a una fiesta anual de la finca en la que todos se disfrazan y al parecer, por las fotos que ví del año anterior, los disfraces podían ser de cualquier categoría. 

La invitación me pareció interesante, más teniendo en cuenta que en ese momento no iba a bares o discos, estar ahí era como un retiro de la civilización. 

La invitación estaba hecha, a las 18:00hs (si, los ingleses hacen fiestas un poco más temprano) en new land, la nueva conquista de territorio. Nada podía malir sal.

Volviendo ya con mi trabajo finalizado, apurada para ver qué podía inventar. ¡ todavía no tenia disfraz!. Recuerdo haber ido muy entusiasmada a contarle a El Cacas lo que para mi era una buena idea. Para eso viajaba! Para ir a una fiesta en el medio de una isla con personas más raras que nunca haya visto, disfrazadas y con pilas de latas de cervezas que nos donaban los supermercados de la zona. 

Se acercaba la hora coordinada para ir a la fiesta y yo me encontraba en el punto de encuentro desde hace un rato, me estaba preparando un café y disfrutando de la tranquilidad de the kitchen, una cocina comunitaria dónde un bromatologo podía llegar a morir si veía aquel lugar, desde cajones con yogures fuera de la heladera en un desierto en verano, los cuales yo comía porque me dijieron que nadie murió por comerlos. Ante tal lógica no pude negarme. Había algo que si me molestaba de las reglas de la cocina, y no era el piso de tierra ó que este prohibida la legia, lo que me molestaba del lugar era la cantidad de perros y gatos que convivían en esa cocina, tenían hasta sus cuchitas ahí. 

En fin ahí estaba yo preparándome un café con un nudo en el pecho insoportable pero, había fiesta. Solo debía recomponerme con un cafecito.

 Intenté olvidarme de aquella puntada y me senté a conversar con una o dos personas que estaban allí.

Estaba un poco avergonzada de mi outfit bizarro, una camisa batik y un jeans azul. El más básico de los bizarros pero para mí en ese entonces era como estar encuerada con una flor en cada pecho. Bebi mi café y me tragué mis ganas de llorar, todavía recuerdo cómo ese trago se fue a mi estómago y empeoró la situación. 

Llegó Joy con un vestido hasta los pies con colores tierra, la espalda era descubierta con volados. Se veía preciosa.  Su cara tenía un brillo que al mirarla me di cuenta que yo lo habia perdido. 

Ella fue muy amable conmigo, me dijo que me veía hermosa. Ninguna hablaba el idioma de la otra pero para mí fue como encontrar a mi abuela de joven porque tenía la misma actitud, auténtica, espontánea. Agradecida de haberla conocido. 

Llegamos a la fiesta. 

Banda en vivo, una alfombra como escenario y la gente disfrazada de mesa, vaqueros, payasos hasta una mujer limón había. Ella ya era agria, solo que está vez estaba también pintada de amarillo.

Bebi una cerveza, el atardecer ya se estaba haciendo notar. 

Viendo a Joy bailar, que por supuesto ya estaba en el escenario me dieron ganas de irme. No había pasado mucho tiempo pero no estaba tranquila. 

Me fui sin decirle a nadie. 

Atravesé la finca, que en ese entonces estaba pacífica, todo el mundo en la fiesta de New Land.

 Logré estabilizarme un poco.

Llegué al cuarto. Las cuatro paredes me asfixiaban.

Salí y me senté en una vieja silla de estambre que había al costado de un barranco, mire mis pies e intenté vomitar ese nudo que tenía hace un par de horas (cabe aclarar que en ese momento ya estaba llorando desconsoladamente). Mi cara estaba roja por la situación y mi estado no mejoraba si no que por el contrario. La cabeza me iba a explotar, tanto así que no me dejaba pensar. ¿Estaba perdida en el mundo y recién me daba cuenta? No lograba responderme.

En eso siento una mano sobándome la espalda, miré y era Don Cacas. 

-Respira. Me dijo con una voz conciliadora.

-No puedo más!. Le dije desbordada 

-Respira. Insistió con un tono suave.

Mire mis pies de nuevo junto al suelo árido de la isla, mis pensamientos empezaron a girar y acá hago honor al título. Vomité y mucho.

- Viste que podías. Me dijo tranquilizandome como quien disfruta de ayudar en un mal momento. 

Volví a vomitar y le dije que quería estar sola. 

Levanté la cabeza y mire el sol escondiéndose sobre el agua. 

El único pensamiento que me quedo después de eso fue: Que seguro que está de tenerme, sé que puedo vomitar. Lo que no puedo más es seguir con esta "cómoda" dependencia. 

Todavía sentada en la silla como si no hubiera comida regurgitada por todos lados, me puse a reflexionar y me dije a mi misma morite de miedo ¡Cagona! Y hace tu viaje.

Se podría interpretar por el relato que me puso haber caído mal un yogurt en mal estado o podría haber sido una bacteria de los perros que andaban por todos lados ó simplemente algo no me sentó bien. Pero por supuesto elijo creer que ese día mi cuerpo me quiso decir basta. Algo parecido al universo y sus señales pero más del inconsciente y su violenta forma de demostrar inconformidad. 

Aquí un dibujo de mi buena amiga o mi abuela, ya no se la diferencia.

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El Empleo Más Corto de Minha Vida

Mi primer trabajo en Portugal no fue de los más duraderos de mi vida, creo que en total tuve diez horas de contrato laboral, esas diez horas fueron las que determinaron el quiebre del acuerdo.

Llegué a Porto con la esperanza de vivir allí por lo menos unos meses y pensar que hacer. Había pactado con una amiga que hice en el viaje, llegar donde ella, su novio y dos hermanos, Hansel y Gretel, compartían un T1 (dícese del departamento de una habitación y una cocina comedor). Enseguida me di cuenta que comencé mejor que antes. Fui bienvenida, salimos de fiesta, recorrimos diferentes lugares de la ciudad mientras repartía cvs pues estás eran mis vacaciones antes de comenzar a trabajar de nuevo. Yo estaba tranquila, sabía administrarme y me traía un colchóncito para sobrevivir unos meses aunque gastarlo en sobrevivir no era el plan.

Está es la parte en que las cosas empiezan a salir relativamente mal.

Uno de los inconvenientes fue que mi amiga a la que, a partir de ahora, llamaré la Mari Elena, se encontraba en un filme diferente al mío. En el cual, vaya uno a saber por qué, era una especie de salvadora.

La Mari Elena hacía dos días trabajaba en una empresa de limpieza de alquileres temporales. Yo por mi parte iba mi quinto día en mi nuevo destino, ya con los respectivos trámites listos para comenzar a trabajar.

Salí al mediodía por mi cuenta a cumplir con mi obligación y disfrutar mis vacaciones, todo en una tarde, escuchaba a las personas hablar y no entender ni un caralho, llegué a la playa y volví al depto tipo 22hs, en el camino ví una llamada perdida de mi amiga , pensé que tal vez era para cenar juntas o algún plan así, le contesté preguntándole cómo estaba me dijo "bien, ya está". Me bañe y me fui a dormir.

9:00hs. de la mañana siguiente me despierta Gretel [cualquier persona hubiese jurado que estaba gritando, pero en realidad ella habla así] hablando por teléfono y pisando mi cama, la cuál estaba a la altura del parqué, abro los ojos y escucho "si! Está acá! Ahí te la paso!" Me pasa el celular. Me siento en un reflejo por despertar y entender la situación

- Hola! Creo que dije.

Del otro lado la Mari Elena en su trabajo diciéndome de trabajar porque una amiga "le falló", sus palabras no las mías.

Enseguida pensé buena onda, ya me voy metiendo en el laburo, veo como es y de paso me hago unos pesos.

-¡Me cambio y voy! Coordinamos que me pase la ubicación.

Me levanté de un salto.

La Mari me pasaba la ubicación y yo coloqué el agua en el microondas para hacerme un café mientras me cambiaba feliz, día soleado y mi nuevo destino prometía.

Me llama. No habían pasado ni cinco minutos.

- Ya saliste? Me pregunta en un tono de buena onda.

-No, me estoy preparando. Le contesté.

Reclamo un poco y el tono de voz fue cambiando, me quede confundida sin saber desde cuándo elegí ese trato.

Salí sin beber el café, y a calzon quitado les cuento que ni los dientes me lavé. El sol me pegó en la cara y mi outfit total black (me dijeron de ir vestida de negro) absorbió todo el calor de las cuatro cuadras colina abajo mientras la Mari Elena me daba indicaciones que yo estaba siguiendo minusiosamente.

Me pasé. El punto de encuentro era a tres calles arriba. La Mari por supuesto, muy enojada, me llama y me da un sermón de madre que yo afortunadamente por la relación que tengo con la inigualable única mami nunca tuve.

Corte el teléfono, queria pensar más tranquila. A esta altura del recorrido yo ya tenía esas lágrimas de cara al sol de la mañana sin protector solar ni skin care,

Me llama.

-No voy! Le contesté con el carácter que me suele caracterizar.

Entre tire y afloje termine accediendo a ir. La situación fue que volver a la casa no era una buena opción y La Mari Elena todavía estaba insistiendo.

El GPS me marcaba que ya llegué, de un almacén cerrado a las 9:20 AM una señora muy desalineada, aquel desalineado que solo te puede dar un sótano utilizado para lavar secar y planchar sábanas y toallas. Nos presentamos y me indico que doble sábanas hasta que lleguen mis compañeros para llevarme a los deptos.

Estaba en medio de mi tarea y pronto, me dijeron que suba unos bolsos con sábanas, toallas, productos de limpieza y una aspiradora. Llego al auto como puedo y estaba repleto de bolsos, aspiradoras y productos de limpieza, me siento y la aspiradora y yo no entrabamos, el chófer optó por colocar la aspiradora encima mío. Emprendimos viaje.

Conocí a mi compañera, argentina de cabello azul y un tatuaje del último mundial ganado. Una copa con tres estrellas o algo similar, todavía se estaba curando.

Limpiamos 18 departamentos.

Sin descansos y arrastrando por toda la ciudad un bolso lleno de productos de limpieza y una aspiradora, ya no me sentía tan cómoda. Llegamos a dónde nos pasaban a buscar para culminar con nuestro día, recupere el ánimo, dije me puedo acostumbrar.

Llego una Kangoo blanca solo que los asientos de atrás los habían quitado para que entren más bolsos con toallas y sábanas sucias, tocaba ir encima de todo esto. Llegamos y ahora faltaba bajar las aspiradoras y bolsos. Y así siempre estaba a faltar alguna tarea y las horas seguían pasando y yo seguía ahí, tuve un descanso, fue en el momento que el jefe me comentó que yo ahora iba a tener que trabajar más así ellos podían tener más trabajo y no despedir en el invierno. Yo recién los conocía y me había convertido en una pieza clave de su empresa, bueno no me dijo trabajar el doble, dijo trabalhar mais. Volví a mis tareas, no me gustó la cara de nadie ahí así que busque a la desalineada y Renuncio! Le dije orgullosa, págame mi día. Me pagaron después de intentar que me vaya y vuelva otro día, yo firme ahí, Sin mi dinero no me voy! El hombre me miró y de muy mala gana me dió un puñado de monedas y un billete de 20 euros.

Caminando por la vereda y todavia cayendo en cuenta de esa experiencia, volví a la casa y por supuesto llame a mi amiga de verdad para reírnos juntas de todo lo sucedido.

El dibujo es un personaje que yo amo, en el trabajo dándolo todo siempre y sobretodo siendo ella misma con sus singularidades.

https://calu99.blogspot.com/2023/10/el-empleo-mas-corto-de-minha-vida.html

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La cabeza flotante, un evento canónico

Incentivando mi mañana busque una canción en YouTube, cualquiera sonara animada y ya haya escuchado antes, condición necesaria, era de esos momentos que mi bienestar dependía de la seguridad que me genera escuchar música que escuche un centenar de veces antes de cansarme por completo de esa melodia y no querer oirla nunca más, como suelo hacer con las canciones en general que no me interesan tanto. Me permito escucharlas hasta el cansancio y olvidar las, es un poco cruel poniéndolo así. Coloqué la primer canción que llamo mi atención y, en vez de alistarme para ir a trabajar, casi sin darme cuenta me perdí en el vídeo, un vídeo de dos cantantes, comencé a lembrar que una de las artistas pertenecía a una banda que todas las niñas de los 90 éramos fan, me recordé con mi outfit de seis años; una pupera color turquesa (donación de una prima que vivía en la ciudad) hacía juego con una mini de algodón blanca que tenia una foto impresa de esa banda y unos boladitos, en mi recuerdo es blanca como una prenda de una nena de seis años sentada en la vereda, en fin deslumbrante bajo el sol. Mi infancia resumida en un solo recuerdo, un momento único, un sol de la hora de la siesta y una niña curiosa mirando todo como si buscará una respuesta a una pregunta que  no sabía cuál era, acomplejada y en su mirada denotaba la creencia de estar en la etapa de operaciones formales cuando en realidad todavía y faltando un año se encontraba en una etapa preoperacional.

Volví a mi presente con una curita en el corazón sin saber si estaba contenta o nostálgica, premenstrual o triste. Encontré en mi una sensación como si me hubiera podido decir a mi misma de seis años -tranquila, todo va bien por acá. Quien eres es hermoso, no eres un adulto puedes equivocarte no tenes que ser la niña buena todo el rato. Divertite y disfruta, todo está bien por acá me lo dije de nuevo para que me quede claro porque recordando yo siempre estaba con el temor que quien seré en el futuro, que tal si me equivoco o soy una mala persona, ni hablar de las cosas que me imaginaba que estaban mal en una mujer, como ¿y si no tengo marido? Yo quería hacerme saber que todos esos miedos eran absurdos e innecesarios, está resuelto, no tenemos marido pero ahora tenemos otros valores. 

Este tipo de recuerdos me lembran a una serie que decia "el tiempo no es lineal" tal vez esa niña sentada en la vereda me vio, porque siempre me imaginé y ciertamente me imaginaba más o menos así. ¿Lo imaginado se hace realidad? Prefiero creer en que esa niña me vio y no le contó a nadie. 

Volví a mi presente y abriendo el cajón de mi escritorio encontré un block de hojas de dibujo muy pequeño que compre en Andorra con la esperanza que me incentive a dibujar pero, está nuevo, mientras iba terminando la canción y caí en la cuenta de que estaba todavía mirando el vídeo dibuje a esa mujer, rápido haciendo líneas mientras mi percepción me dictaba. Por supuesto que hoy cuando mire el video compare mi dibujo con la mujer del clip y realmente son primas lejanas.

Mirando con más precisión mi dibujo es una cabeza flotante trazada con una sensación que en ese momento me inundaba el corazón cargada de coraje, amor propio y nostalgia. 

Comparto el dibujo con amor. 

https://calu99.blogspot.com/2023/09/la-cabeza-flotante-un-evento-canonico.html