cgrttes

[cgrttes]

Te extrañaré en los inviernos que me entumecen los huesos, con su dulce viento que besa mis mejillas y acaricia mis pestañas con intensidad.

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"Mi solución, empieza en Concepción."

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Amor mío,

llegaste como un

frío invierno cuando

estaba muriendo de calor.

A tu lado, de la mano,

me regalaste sonrisas

y un calor que siempre

anhelé.

En tu mirada puedo

confiar, mi corazón

te voy a dar.

Tenga que hacerlo en

esta y en el millón de

vidas que me puedan dar.

Toma mi mano desde

otro planeta, siente mi

calor aunque yo esté con

las estrellas.

Aquellas que siempre

admiran tus sueños más

dulces.

Aquellos en que besas

mis mejillas, y dónde te

repito lo mucho

que te amo.

Y el calor

nos envuelve como una

gruesa manta,

aunque el universo nos lleve

por distintos cielos.

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el humo te ata los pulmones y

te aleja de mi sin piedad. Temo

a tu último llamado, tu voz se

apaga con el tiempo y te llevas

con tu oscuridad partes de mi

esperanza.

Mis ojos son el espejo de

tu vida.

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Una obra desgastada, sin brillo y color ¿puede seguir siendo apreciada?

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Ser una estrella a chispas de

explotar.

Vino entre mls uñas, una

botella de cristal rota en

mi cabeza. Aún

bailan mariposas en mis

entrañas, danzan y danzan

hasta que les pega la dulce

pereza. Cuando nuestros

ojos se cruzan.

Cuando nuestros labios

se besan.

El temor se vuelve una

capa más gruesa, una

momificación dolorosa.

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Espacio y tiempo, recorreré el universo entero hasta encontrar la mitad de mi corazón.

Viajo con tus ojos en mente, no hay necesidad de un abrigo si me imagino el calor de tus brazos. El latido de mi corazón me recuerda que no he perdido la cabeza aún.

Espero la noche en que nuestros corazones formen uno y pueda vivir en paz, donde pueda llevarte a dar un paseo por mis ojos y reconozcas el brillo del cuál te al hablaba pensar en ti. Cada uno de mis latidos lleva tu nombre y mis suspiros son el canto de ellos.

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11:12

Estoy nadando en el vino

caliente que recorre tu corazón.

Me dejo llevar, aunque el

temor me zamarrea, cayendo

de golpe en la húmeda tierra

que recorre mis pies.

Temo acariciar tus pestañas

con mis falanges de fuego.

Mi lengua se libera del

veneno; aprende a decir "Te amo".

Aprende a dar besos de

buenas noches, por amor

y no por las cadenas de

lamentos que albergaban

en mis penumbres.

No soy la pieza importante

en un juego de mesa barato.

Quizás mereces más que un

juego viejo.

Soy un café amargo, de mal

gusto y frío, que busca

darte calor.

Debería regresar con el frío

viento, aquel que momentáneamente

puede rozar tu piel.

Podría acariciar tus pestañas,

besar tus mejillas y darte calor

en mi contra.

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Vertiginia

La noche se desliza en mis ojos

y, en la oscuridad,

sólo aparece tu rostro.

Siento tus brazos,

la memoria de tu tacto

rozando el mío,

el calor de tu cuerpo

aún cuando no estás.

En mis sueños

cuento una a una tus pestañas,

me escondo en tus brazos

como quien regresa

al único lugar que sabe a hogar.

La máscara ha caído

pero no sé cómo dejar de esconderme.

Aun así,

tus manos en mi rostro

se sienten como tregua,

y me nace una sonrisa

que no sabía que guardaba.

El odio se disuelve,

se vuelve deseo,

se vuelve ganas

de perderme en tu cabello,

de llenar tu rostro

con el rubor torpe

que sólo tú provocas.

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Los grillos de la noche me susurran verdades atroces, un sonido irritante que se gana el premio de mis mejillas bañadas en tristeza y mis ojos cansados...

De amar, sufrir y odiar. Pilares que me vuelven loca, cuando lo único que anhela mi alma es tomar una copa de vino y dejarme caer por un precipicio.

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i love noses

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Un antojo de media noche.

Aquél que me dice "Te amo" por las noches, mi "algo para endulzar el corazón" aquél que con una mirada me deja satisfecha. Me pregunto si seguirás abrazándome cuando el sol nos de la bienvenida a un nuevo día, que deseo pasar siempre junto a ti.

Un antojito nunca esta de más, su dulzura llena mi cuerpo de caricias, con ternura y amor. Aquél que saboreo entre mis labios, que presiono con el anhelo de tenerte siempre a mi lado, coloreando tu piel desnuda con el tinte rojo que baña mis labios, degustandote como un plato exquisito de la fina comida mientras que tus hermosos sonidos se mezclan con el Blues que se toca alrededor de la habitación. Un café caliente en tus ojos y tus deliciosas mejillas salpicadas en rojo son dignas de encuadrar en mi memoria, sólo me dedicaré a comer esos labios agrietados como si fuese mi última cena.

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Despedazada, anhelo el amor que nunca fue repartido, pero que se ha deshecho en mis manos. Las pocas y diminutas partículas descansan tiernamente en mis falanges, deseando entrar a mi sistema de alguna manera, fallando en el intento.

Y no lo entiendo. No entiendo por qué siento mi piel quemar. La beso y la acaricio, pero siempre termino arrancándola. Debido a que cuando tu figura deseable aparece, permitiendote abrazarme con tu tormento agridulce.

Estoy hecha pedazos, pero mi corazón aún canta, ebrio de amor. No importa si no me quieres, si me despedazas... porque ya habitas en mis ruinas, y en ellas te pertenezco.

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Estoy desesperada, no quiero ser los rastros de tu agua, tan sucia e intoxicada. Tengo miedo de ser tu reflejo, tan oscuro y dañado. Y me apuñales con palabras sacadas de una lengua con filo. Tengo tanto miedo y lloro, porque soy tan tonta y porque mi inutilidad no me dejará escapar de tus brazos llenos de espinas, lloro y jadeo con dolor en silencio porque todo es mi culpa. Estoy destinada a morir entre tus palabras de odio y tus cálidos brazos.

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Soy la más grande mentirosa en este cuarto, mirándome al espejo con amor como si todas las bolsas de basura que cuelgan de mí fuesen oro. Extrañandote con desespero, llorando con anhelo por tus caricias en mi, cambias mi mundo y me volvías perfecta casi imperfecta. Un momento en que no me daba tanto asco, donde podía sentir mis huesos y admirar mi cuerpo orgullosa.

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11-01

He dicho que no te amo, con los labios hinchados después de abalanzarme hacía ti de manera eufórica por chocar nuestros labios agrietados con rudeza. He gritado que te odio, con las prendas apegadas al cuerpo luego de que llenaras de besos mi cuerpo un viernes por la noche. He hablado de ti con una mueca de disgusto, para luego sonreír embelesada cuando me estrechas entre tus brazos protectores. He suspirado y mi corazón ha latido más de lo que debería.

Y cuando susurro que te amo, cuando he pecado glorificandome con tu presencia, siento tu indiferencia. Porque luego de cada beso, delirabas con una mujer ajena, cuando la noche se pintaba de negro, ibas por otra y cuando me abrazadas imaginabas el calor de alguien más. Y me has aclarado que para ti no soy nada, cuando para mí lo eres todo.