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Ho’oponopono: La técnica de la auto-sanación
¡Hola de nuevo!
En este post intentaré explicar de manera práctica y sencilla qué es y cómo pueden aplicar la técnica del Ho’oponopono en sus vidas. Como ya les había contado, yo había escuchado sobre esta técnica antes, pero no le tomé demasiada importancia. Así que supongo que esta información ha llegado en el momento preciso, tanto para mí como para ti también :)
Primero lo primero: ¿Qué es Ho’oponopono?
Ho’oponopono es una técnica divulgada por el Dr. Hew Len que está basada en la tradición y creencias hawaianas.
Este método viene de los antiguos chamanes de Hawaii y está basada en la tradición y creencias de ellos. Sostiene que todo pasa dentro de nosotros y que todo tiene una co-creación porque todos somos uno y, por lo tanto, tenemos parte de responsabilidad con lo que pasa en el mundo.
¿Fuerte, no?
Pues claro, porque estamos acostumbrados a dar el poder de nuestra vida al entorno. Tendemos a culpar de lo que nos sucede a los demás (al novio, al trabajo, al tráfico, a tu jefe, al clima, a tu mamá, etc). Pero en realidad, lo que uno vive es responsabilidad de uno. En otras palabras: no es lo que sucede, sino cómo interpretas lo que sucede.
¿Y cómo se supone que interprete un despido, un robo o la muerte de un ser querido?
Ok. Si esta pregunta pasó por tu cabecita, créeme que yo aún me lo sigo preguntando, pero a la conclusión que siempre llego es que no se trata de no sentir, sino más bien de todo lo contrario. En los dos primeros casos, son más sencillos que el tercero, lógico. Yo creo que es necesario llorar, renegar y aveces hasta llegar al punto de creer que “el mundo está en nuestra contra”, pero llegará un punto en que pratiquemos tanto esta técnica, que sin darnos cuenta comenzaremos a aceptar cosas fuertes que nos sucedan, con más calma y desapego.
Pero bueno, volviendo al tema...
La técnica consiste entonces, en que cada vez que nos suceda algo “malo” en nuestras vidas, digamos las siguientes palabras: Lo siento, perdóname, te amo, gracias. Hay que decirlo varias veces y sintiéndolo de verdad.
Al decir “Lo siento”, estamos reconociendo que somos responsables en parte de lo sucedido. “Perdóname”, significa que le pides a la otra persona que te ayude a perdonarte, ya que es eso en lo que en realidad importa: el auto-perdón. “Te amo”, es reconocer que hay amor en todo lo que nos rodea y que el amor es la base todo. Finalmente, agradecemos por la experiencia vivida, porque son ellas las que nos hacen crecer como personas.
Pero estas palabras no van dirigidas a la persona o situación, sino a nuestro inconsciente o nuestro “niño interior”, que es el que realmente está herido por esa situación.
Así que la próxima vez que te suceda algo y pienses que “eres una víctima” de esa situación, detente a pensar sobre lo que te he contado hoy y aplícalo a tu vida, porque también es parte del proceso de auto-sanación :)
“El perdón, y esto esta demostrado científicamente, mejora las enfermedades cardíacas, mejora la ansiedad, mejora las depresiones. Muchas veces en el fondo de enfermedades que no responden bien a la medicación, a ciertos tratamientos, y demostrando que tras esas patologías existen problemas emocionales, y situaciones no perdonadas, pueden mejorar a través de esta técnica.”
Dra. María Carmen Martínez Tomás
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¿Cuál es, según mi punto de vista, la principal causa de la depresión y el suicidio?
Sí caíste acá de “casualidad” y no leíste previamente el post en Instagram o Facebook, permíteme hacerte una pequeña introducción de lo que voy a hablar. Pero si, por lo contrario, vienes desde esa plataforma, sáltate los próximos dos párrafos y ahorra 1 minuto de tu preciada vida ;)
Recordaba que ayer, 10 de setiembre, se celebró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), cada año muere aproximadamente un millón de personas a causa de esto, lo que se traduce en un suicidio cada 40 segundos.
La OMS señala también que el suicidio es un problema complejo en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales, y que su principal causa son los trastornos mentales como la depresión y los trastornos por consumo de alcohol y drogas.
A todo esto, quería hacer incapié a que yo respeto mucho la ciencia y no menosprecio el trabajo de años que los psicólogos y psiquiatras que llevan estudiando casos de depresión, ansiedad y trastornos en general, pero creo fielmente que nadie puede explicar y entender mejor algo que alguien que lo ha pasado.
He vivido aproximadamente 10 años de mi vida yendo a psicólogos que me enseñaron a conocer cómo funciona mi mente y cómo influye eso a mis emociones y conductas. Además, me enseñaron muchas técnicas y herramientas para controlar el impulso y restructurar mis pensamientos, pero había una frase que jamás olvidaré que me dijeron: “tú no te vas a curar, solo vas a aprender a manejar tu enfermedad”.
Perfecto, pensé, seré esclava de esto toda mi vida.
Lo cierto es que NO ES VERDAD LO QUE ME DIJERON
Es verdad que desarrollé y mantuve un trastorno alimenticio por casi 10 años, pero también es verdad que fue porque no sabía realmente lo que me sucedía.
Esta enfermedad tiene origen en la ansiedad y esta ansiedad, que se pueden desarrollar por “x” factores. En mi caso se desarrolló por querer llamar la atención de mi familia y así lograr que me quieran más. Y no es que ellos no me querían, lo que sucedía es que la dinámica familiar siempre fue (y es) el no validar las emociones.
¿Y qué significa no validar las emociones?
Te pongo un ejemplo sencillo. Cuando un hombre llora y le dices “no llores, porque los hombres no lloran”, no estás validando la emoción de esa persona y creerá que así es y no volverá a llorar nunca más cuando alguien lo vea (o tal vez aprenda a reprimir esa emoción y canalizarla de una manera poco positiva).
Lo mismo pasa con niño o niña a la que le dicen siempre que “tiene que ser fuerte” o que “hay cosas por las que sí valen la pena llorar, lo tuyo es solo engreimiento”. El niño crecerá pensando que está mal llorar y que está mal expresar cómo se siente.
Mar, pero ¿qué relación tiene esto con la ansiedad, la depresión y el suicidio?
Fácil. Cuando una persona no aprende a canalizar bien sus emociones (sea llorando, saldando, cantando, bailando, escribiendo, cantando o lo que le guste hacer), las canaliza de manera errónea y comienza a sentir ansiedad. Es ahí donde instintivamente busca “desfogar” su ansiedad. Algunas personas, como yo, comen de manera compulsiva y realizan una conducta compensatoria para no sentir culpa (purgas). Otras, consumen drogas como alcohol, cigarrillo o drogas más fuertes para “olvidar” o “no sentir”. Hay otras que generan adiccciones como al sexo, ludópatas, etc. Finalmente, la mayoría termina en depresión y quien no es tratada a tiempo puede llegar al suicidio.
Es cierto que no siempre se cumple esa cadena y que hay personas que solamente pasan por depresión y deciden acabar con su vida, pero en su mayoría las personas que se suicidan (o lo han intentado) pasan por alguna de las fases que mencioné anteriormente.
Entonces ¿qué debemos hacer?
Para comenzar, debemos entender que la depresión es un proceso silencioso y que, en su mayoría, las personas no suelen decir que están deprimidas. Por lo contrario, la mayoría se aisla o se esconde porque sienten vergüenza de lo que están sintiendo.
Pero si tienes la suerte de conocer a alguien que está pasando por un proceso de depresión y/o ansiedad, y esta persona ha tenido la valentía de decírtelo, es momento de TOMAR ACCIÓN.
No, no está tratando de llamar tu atención. Tampoco está buscando que te preocupes por él/ella para que tú pierdas el tiempo. Lo único que esa persona quiere es que te pongas por un momento en sus zapatos y aunque no sientas lo que ella está sintiendo, le digas “estoy aquí y estoy contigo”, “te entiendo, sé que no es fácil. Buscaremos la ayuda adecuada para salir de esto”.
TOMA ACCIÓN
En base a mi experiencia, puedo decir que en un primer momento sirve muchísimo la ayuda psicológica y/o psiquiátrica, pero ambas deben ir siempre de la mano. OJO: Si vas a un psiquiatra y este de frente te receta pastillas y te dice que no es necesario un psicólogo - CORRE POR TU VIDA - . Esto es totalmente falso, porque 1) solo logrará que te hagas adicto a las pastillas (en el mejor de los casos de que estas te hagan efecto) ó 2) Muchas personas se han suidicado al tener al alcance la cantidad de pastillas recetadas por un psiquiatra negligente y no queremos que tú seas el caso ¿cierto?.
Sin embargo, la ayuda psicológica no lo es todo, queridos...
Después de tiempo de acudir a estos profesionales, entendí que esa etapa ya había llegado a su fin y algo más faltaba, porque tal y como ellos me dijeron NO SENTÍA QUE ME HABÍA SANADO.
Y esto que te voy a decir seguramente ya lo has escuchado infinidad de veces: fue el yoga y la meditación los que me llevan a conocerme y amarme más.
Sí, lo sé. Últimamente suena a ‘cliché’ que la gente diga que “el yoga les cambió la vida” o que “meditando me encontré a mí misma”. Pero créeme que ES CIERTO.
Yo jamás me imaginé que después de casi cinco años que practico de manera poco constante esta disciplina, un día sentiría que por fin sentía estoy sanando. Y digo “estoy sanando”, porque sanar es un proceso largo.
Se necesita mucha paciencia y tiempo para sanar.
Estar bien no significa que no existan momento en que e siento ‘down’. Todo lo contrario. A veces siento que me bajoneo más seguido que antes, pero la diferencia es que ahora soy más consiciente de eso y utilizo las herramientas que les mencioné arriba (escribir, cantar, bailar, saltar, llorar, gritar, dibujar, etc) para sentirme mejor.
Por eso y muchas cosas más...no quiero irme sin decirles que...
Muchas veces creí que era yo el problema. Que era demasiado emocional y que estaba mal ser así. Pensaba que debía ser diferente: más fría, más mental, menos yo. Cuando me sentía así pensaba que era mejor dejar de existir, porque alguien como yo no iba a funcionar en esta sociedad.
Sin embargo, cuando descubrí el yoga y la meditación, comenzaron a llegar personas a mi vida que “coincidentemente” compartían experiencias similares conmigo. Me di cuenta que no era la única que pasaba por situaciones así y que había más gente que se sentía igual o peor que yo.
Entonces entendí que la principal fuente de mi “trastorno” no era mi familia, mi trabajo, mi carrera o mis sueños que aún no realizaban. El motivo real de mi depresión es el amor que aún estoy construyendo hacia mi persona (autoestima). Y sé que para algunas personas esto puede sonar raro, porque algunos aprendieron a amarse desde pequeños, pero otros (como yo) no lo hicimos o se nos hace más difícil.
La gratitud es parte fundamental de mi curación, también
Hoy en día agradezco siempre por amanecer viva y por la oportunidad que tengo de seguir construyendo y seguir comparitendo lo que humildemente sé por las experiencias que me han tocado vivir. No hay día que no abra los ojos y piense “gracias vida por permitirme continuar esta aventura”.
Comparte este post si has pasado depresión o conoces a alguien que esté pasando por esto. Si no tenías ni idea de lo que es la depresión o nunca te ha sucedido, también compártelo, porque estoy segura que alguien le podrá servir :)
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