You cannot kill me in a way that matters... growing from the decay of my former self
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
Sol Invictus

A mediados de este año, me tomé unas vacaciones de lo más chévere: por dos semanas, me di permiso para irme en vórtices y hoyos negros de investigación por puro gusto, nada que ver con el trabajo, no deadlines. Una de las primeras cosas que hice fue buscar un video que llevaba tiempo retumbando en mi memoria.
youtube
Se quedó retumbando particularmente por la palabra euskera para bruja: “no existen las brujas; existen las sorgiñak, que son como creadoras”. Y eso me pareció tan bello.
Pero un poco de trasfondo… Llevaba tiempo largo ya con una crisis de identidad bastante fuerte. Una de las cosas que solía decir cuando me presentaba en clase era: “soy mitad puertorriqueña, mitad colombiana”. Y así, en el miti-miti, se me fue la identidad a medias, sin pertenecer a ningún lado. Ni boricua ni colombianæ; provengo de las dos, pero en ambas me ven como algo raro.
Un factor exacerbante ha sido que, entre las condiciones de salud mental y sus consecuencias en mis relaciones familiares, no cuento con un enlace fuerte a mis raíces. Y lo que viví directamente durante mi niñez y juventud fue un legado de vergüenza y desdén por lo popular… clasismo, racismo y probablemente otros -ismos que aún no he logrado detectar en el ADN de los valores que me legaron.
Por esto, siempre había percibido mi propia nacionalidad, mi raza y, por extensión, mi personalidad como una dilución sosa de sus componentes creadores. Y mi temor era que mis intentos por conectar con esos componentes creadores, especialmente en el aspecto espiritual, se pudiesen ver como un acto de apropiación. Toda una maraña de inseguridades.

No sé cómo enlacé una cosa con la otra, pero a la vez que reconecté con aquel video sobre el idioma euskera, me percaté de que mi apellido necrónimo original (de Campo y Larrahondo) provenía del mismo lugar que el idioma euskera: Euskal Herria, también conocido como País Vasco. De ahí, salté a buscar información sobre la mitología vasca, y fue como encontrar la pieza faltante del rompecabezas.
No entraré en detalles por ser algo muy personal, pero conocer más sobre la mitología vasca y sus prácticas precristianas fue como levantar un espejo ante mi espiritualidad y mi forma de conectar con el mundo. Un legado que vino de muy lejos y se saltó varios escaños, me parece.
El conectar con mis culturas de origen de forma responsable continúa recayendo en mí, pero el haber encontrado esa raíz que faltaba y que no había logrado concretar me permite hacerlo ahora con una mejor idea de quién soy, sin síndrome de impostor.
Conocer ese dato sobre mi antiguo apellido me impulsó a buscar “¿de dónde, exactamente?” (respuesta: Cantabria y luego Bizkaia [Vizcaya]) y darme cuenta de que el idioma euskera bien puede ser un legado para mí, no solo como lingüista masoquista que soy, sino por sangre y espíritu.

Ese afán por jugar con los idiomas y amarlos y protegerlos* a toda costa me lo traigo desde cuan lejos pude rastrear a mis ancestros (segunda parte del siglo XVI). El idioma euskera ha existido desde antes de eso (se teoriza que probablemente desde la Edad de Piedra). Es uno de los idiomas más antiguos de planeta, pero con una población de hablantes relativamente pequeña. No obstante, ese afán vasco de proteger la lengua le ha servido para mantenerse viva. Me encanta el prospecto de ser descendiente de una raza que ha logrado semejante hazaña*.
* Y que conste que proteger el idioma no significa resistirse a cambios que obedecen a cambios culturales, tecnológicos, científicos, etc. Para que una lengua continúe viva, sus hablantes deben estar dispuestos a ser flexibles y acoger los cambios naturales (y a veces no tan “naturales”) en ella. Los puristas, a la postre, más que guardianes de la lengua, pueden resultar ser una camisa de fuerza que asfixia la creatividad y la evolución de un idioma.
Este descubrimiento ha desencadenado en mi vida cotidiana un cortejo semirromántico con el euskera, muy tímido porque todavía me asusta.
O sea … ¿cómo no va a intimidar? ¡Vean esa tabla de conjugaciones!
Así que me conformo con un poco a poco mientras voy aprendiendo otros idiomas: francés, que siempre se me ha dado fácil, y alemán, que también lo tengo ligado personalmente por mi bisabuelo materno, que era de Hessen, Alemania.
Otro beneficio de haber conectado con mis raíces en Euskal Herria fue un reenfoque concreto en mi espiritualidad. Desde los 14 años, mediante mi práctica y espiritualidad de corte pagano, uno de los pocos elementos que se ha mantenido fijo en todo un océano de cambios y crecimiento ha sido mi afinidad con la luna.
En años recientes, esa afinidad ha potenciado mi shadow work, lo cual me permite aceptar y trabajar mejor con mis aspectos o “lados” más oscuros. Es un trabajo en progreso —supongo que solo terminará el día que yo deje de existir.
Pero conocer ese otro lado de mí, de donde heredo la forma de conectar con el mundo, también abrió la puerta al sol: Eguzki Amandrea (deidad solar femenina en la mitología Euskera). Es un sol cálido, pero también brillante y despiadado, que me hace entender que ya es hora de encarar el mundo tal cual es y buscar la forma de ser una fuente de consuelo y descanso para mí mismæ y para los demás, cuando mi energía lo permita.
En cierto modo, veo el 2023 como un marcador a partir del cual comienza la era solar en mi vida. No dejo de sentir afinidad con la luna, pero he encontrado una nueva afinidad con el sol. Lo veo en paralelo con mi cambio de nombre legal: de Diana María Campo Rossy (ente lunático) paso a ser Dorian Meridian Gray-Sorgin (ente solar… ¡y brujæ!).
En términos concretos, no sé qué va a significar ese cambio en mi vida, pero el propósito real es crear cambios en mí mismæ que me permitan conectar mejor con el mundo que me rodea. Es hora de empezar a disfrutarme las salidas de sol tanto como las puestas; de dejar entrar la luz en donde las tinieblas han servido tanto de elemento de tortura como de consolación.
Sé que a veces los monstruos dan hasta más miedo cuando los vez en plena luz del día. O en el espejo. Cuento con eso. Bienvenidos sean. Los espero.
10 notes
·
View notes
Text

There is the coffee you drink on weekdays: made in a hurry, practical, designed to keep you sane and able to more or less function throughout the day.
Then, there are cups of coffee like this one: the Pleasure Coffee. Made with care and/or leisure. An extra teaspoon of sugar, a liberal inclusion of oatmilk cream... Use your favorite cup. And sit down to drink slowly. No phone calls or text messages. Just you and that sweet cup of coffee.
"Si no fuera por estos ratitos y los días quince..." 🇵🇷
0 notes
Text
El día en que seas madre
“El día en que seas madre, te vas a acordar de mí.”
Es la amenaza de toda madre agobiada por las malascrianzas de sus hijos. Algún día te tocará a ti. Creo que a los varones no se lo dicen tanto, pero eso son otros 20. El nacer hija trae consigo la promesa de que tus propios hijos servirán como vehículo de venganza de tu madre —una dinámica tóxica y cíclica por demás.
Pero las amenazas que yo recibí vinieron complementadas con: “Te estás empezando a parecer a tu madre.” De parte de mi abuela, mis tías, otros familiares… Nunca con tono de cariño. Desde temprano, fui muy consciente de lo complicadas que fueron las relaciones entre ellos y, por consiguiente, lo complicadas que prometían ser sus relaciones conmigo. Desde los 14 años viví con ese temor: que lo que estaba mal con mi madre (que evidentemente era mucho) también iba a estar mal conmigo.
Tras dedicarle tiempo y esfuerzo al autoanálisis, de la mano con terapia y medicamentos, he logrado entender que lo que está mal con mi madre (y con mi abuela y con mis tías) es hereditario. Todo un cóctel molotov de problemas de salud mental y trastornos de personalidad, prendido en llamas por experiencias traumáticas que se replican y multiplican, avivadas por nuestra incapacidad de tomar una buena decisión a nuestro favor. A lo mejor en otros tiempos le hubiesen llamado una maldición. A family curse. Y aunque sé que todo se reduce a respuestas químicas en nuestro cerebro, a veces se me hace más interesante y motivador verlo así, como una maldición. La química cerebral se puede manejar con medicamentos. Romper una maldición requiere un cambio más bien espiritual.
Tanto mi abuela como mi madre (y a lo mejor Doña Nati, mi bisabuela) tuvieron experiencias traumáticas desde pequeñas, desde antes de tener la capacidad de dirigir sus vidas de manera deliberada y sagaz. Yo también tuve esas experiencias y me consta que la culpa en muchas de estas recae en otros más que en mí: yo no pedí que mi padre tendiera a abandonarme cada vez que surge un asunto que no puede manejar. Pero sí recayó en mi madre escoger a ese hombre para procrear. La maldición de ella terminó siendo una maldición para mí. Vamos pasando de generación en generación, tomando decisiones que dejan legados dolorosos e impredecibles. A family curse.
Lo he visto en acción en otras matrilíneas también: mi madrastra y sus hijas, y la tendencia a criticarse mutuamente aunque las hijas continúan siguiendo patrones forjados por las decisiones de la madre. Estoy segura de que todos lo ven pero nadie lo habla.
A los 21 años de edad, quedé embarazada por primera vez, fruto de una mala decisión tomada en el desespero por que alguien me amara bien. No era una relación bien establecida, y él era extranjero y vivía fuera de Puerto Rico, por lo que, obvio, me sugirió que abortara. Tras escuchar ecos de lo mismo por parte de mi madre y una de mis tías, la determinación estaba hecha.
“Nadie te va a ayudar; vas a quedarte sola con ese bebé.”Nadie quiere quedarse “sola con ese bebé”. Tiempo después me enteré de que fue lo mismo que mi abuela paterna le dijo a mi madre la última vez que la vio. “Nadie va a cargar contigo y con tus tres hijos.” Las maldiciones también se pasan aunque no haya vínculo sanguíneo: la profecía de Doña Libia se cumplió.
Así que aborté. Hubo arrepentimiento, claro, del que hay cuando las lágrimas te anegan el corazón y no puedes respirar pensando en “las oportunidades que le negaste a tu hijo”. Whatever. También estuvo la marca horrenda que dejó el haber visto lo que sacaron. “Para que veas que no es más que una tripita. ¿Ves?”
Podría decirse que la peor marca, sin embargo, fue la reacción de mi padre. “Yo te hubiese ayudado. Tu madre va a llorar esto con lágrimas de sangre.” Como siempre, para ellos, el meollo del asunto no tenía nada que ver conmigo. Mi aborto se convirtió en otra arma de destrucción masiva en la guerra entre Wally y Fernando.
Meses más tarde, tomé otra mala decisión en mi afán por "deshacer" el aborto que estaba lamentando.
blighted ovum: A blighted ovum, also called an anembryonic pregnancy, occurs when an early embryo never develops or stops developing, is resorbed and leaves an empty gestational sac. The reason this occurs is often unknown, but it may be due to chromosomal abnormalities in the fertilized egg.
Un óvulo malogrado o arruinado me salvó de atarme de manera más permanente a una de las parejas más perniciosas que he tenido. Pero en ese momento, el dolor emocional fue tan intenso como si hubiese perdido un bebé. Y es que tanto el embarazo anterior como este conato eran deseados a pesar de ser inconvenientes (y a pesar de que su terminación fuera en última instancia mejor para mí).
No obstante, mi padre no se prestó a entender qué era lo que había pasado. Para él, yo había abortado una segunda vez. ¿Y qué importa si ya yo tenía mayoría de edad? ¿Y qué importa si se trataba de mi propio cuerpo? Al dolor de la pérdida se sumó el dolor de una de las tantas instancias de abandono por parte de mi padre. Por más de un año, no me volvió a dirigir la palabra y no lo hizo hasta que yo le escribí rogando su perdón.
Muchos años después… “Nos quedamos con el miedo de que no quieras ser mamá por lo que pasó con tu aborto aquella vez.” No supe qué responder, así que predominó mi mecanismo de procurar que los demás se sientan cómodos a pesar mío. I aim to please. “No, no te preocupes, no fue eso.”
Sí, fue eso y muchas cosas más.
La primera vez que pauté una esterilización fue a los 35 años de edad. Llevaba 9 años con mi pareja. Él no quería hijos. Yo tampoco —por conveniencia y por inercia. En esa época, reconecté con alguien que llenó un vacío de aburrimiento creado por una relación desatenta. La Relación Abierta™ donde nadie se mete en los asuntos del otro y, por ende, las conductas de abuso pasan desapercibidas. Ese “otro” sí quería hijos… conmigo, con su esposa o con quien fuera. Cancelé la operación. Y después procedí a mudarme lejos de esa madeja de apatía y traición.
Cuando conocí a mi esposa, ella aún no sabía que era transgénero. Las metas que había trazado para su vida seguían el típico patron cis-heteronormativo americano. 2 kids, a dog, and a white picket fence. Les teníamos nombre: Theo (por Theodora) y Evan (por Evangelina). “¡Qué bueno que no me operé!” pensé. Pero cuando empezamos a intentar unos años después, nada se dio.
Llegué al punto físico, emocional y espiritual donde estoy hoy tras seguir un camino trazado sobre expectativas sociales cis-heteronormativas… y fracasar en el intento.
En el proceso, mi padre volvió a abandonar nuestra relación, esta vez porque no pudo entender ni aceptar que algo andaba mal con mi salud mental. Su rechazo arrojó luz sobre muchas de las cosas que habían propiciado mis trastornos mentales.
Luego, cuando mi esposa salió del closet, terminé por desistir de cualquier intento por reparar la relación con mi padre. Las memorias —incluso recientes— del menosprecio que él ha expresado por las personas transgénero no se pueden borrar. De la misma manera en que no se puede borrar el amor y respeto que siento por mi esposa transgénero o la dicha que sentí al comprender que yo misma soy persona no binaria. Nuestra existencia es incompatible con los principios rectores de mi padre.
Así que mi madre tenía razón cuando me dijo “Nadie te va a ayudar, vas a quedarte sola con ese bebé.” La ayuda tan prometida por mi padre (“Yo te hubiese ayudado”) nunca iba a materializarse de manera consistente. Las maldiciones pasan de generación en generación y yo no hubiese sido la excepción.
Time to take matters into my own hands.
La elección de Donald Trump como presidente de EE.UU., la pandemia, el colapso climático… El mundo promete ser un peor desastre a medida que pasa el tiempo. Y ni hablar de la posible anulación de Roe v. Wade en medio de un ambiente sociopolítico en el que la tendencia es a eliminar derechos en lugar de extenderlos. Mis prospectos como persona no binaria con útero se van tornando oscuros. Worst case scenario. Es mi naturaleza ya esperar lo peor para que no me sorprenda cuando ocurra.
Tuve la suerte de poder abortar en paz relativa: no tuve que atravesar un río burocrático ni enfrentar un corillo de fundamentalistas al acudir a la clínica. Siempre he tenido cautela al compartir la historia de mi aborto porque no sé quién pueda ofenderse por lo que yo hice con mi propio cuerpo. Pero siempre he tenido acceso a métodos anticonceptivos y a la información necesaria. No sé si quienes están naciendo y creciendo ahora vayan a vivir ese mismo paradigma. Si tuviera hijos, temería por ellos por más de una razón.
Time to take matters into my own hands. So I did.
Ahora escribo desde el otro lado del procedimiento, ya hecho, ya operade. "Saying nope to the fallopes." Y tengo la certeza de que ha sido la decisión correcta.
A veces, romper ciclos requiere de mucho esfuerzo y trabajo interno con nuestros traumas y problemas. A veces, esa labor no es suficiente. A veces, lo que toca es arrancarse la matriz de cuajo y reventarla contra la pared del patriarcado, cual granada sangrienta y maldita.
Al someterme a los cuidados del centro ambulatorio, lo hice teniendo presentes todas las razones por las cuales cerré esta puerta. Razones personales, políticas, espirituales y emocionales. Y todas y cada una de ellas teñidas de un gran "FUCK YOU" a quienes quisieron imponer expectativas sobre mí y sobre mi cuerpo soberano de sí mismo.
I will not be your womb. I will not be the perpetuation of your bloodline. I will not allow myself to inflict this madness I battle day in and day out onto another generation. Breaking the cycle means all the way in. De raíz.
6 notes
·
View notes
Text
The Story I Never Told
El relato a continuación no es un intento de apuntar dedos o castigar a nadie. Por mucho tiempo me he guardado esta historia. Creo que es hora de dejarla salir.
Mi forma de cerrar el año académico 2010-2011 fue un poco estrambótica. Bueno, no fue MI forma, y creo que “estrambótica” no es la mejor palabra para describirlo, pero una situación como la que se dio me dejó sin palabras por muchísimo tiempo.
Yo me fui de fiesta de cierre de semestre a casa de una profesora y mi pareja se fue a visitar a una amiga nueva en su apartamento. Nada del otro mundo, o eso pensaba yo. Ya de vuelta en casa, lo llamé. Dicen que las mujeres tenemos un sexto sentido, o intuición, lo que sea. No creo que sean TODAS las mujeres, y definitivamente no todo el tiempo, pero esa noche me funcionó. No sé exactamente qué fue en la voz, y él luego me dijo que aún no había pasado nada, pero ya yo sabía que lo que venía era tormenta.
Cuando él y yo comenzamos a salir, establecimos desde el principio que queríamos tener una relación abierta. A mi entender, eso significaba que podíamos tener sexo con cuanta gente quisiéramos, incluso tener pequeñas relaciones por el lado, con tal de que siempre fuéramos honestos el uno con el otro. Desde el mismo principio lo practicamos, aunque no muy a menudo. Mis prospectos siempre resultaron ser decepciones, y en el caso de él, tengo entendido que se dedicó a revisitar viejas tensiones. Nunca hubo nada nuevo o “amenazante” en el horizonte. Hasta esa noche.
Cuando llegó, ya yo sabía. Oírlo confirmar solo sirvió para lanzarme en un espiral de desespero. Lo que me estaba diciendo (no recuerdo la confesión literal, pero fue una alusión directa y escueta a lo que hizo y no hizo con ella en unas cuantas palabras) no cuadraba con lo que yo estaba sintiendo. Esto no fue un simple ooops o un desquite sexual. A lo mejor él mismo no lo sabía, pero esto era mucho más. Fue mucho más.
Tras una noche entera de no poder dormir –llorando, tomando pastillas de más, haciéndome daño, buscando la manera de olvidar lo que estaba pasando o manipular los afectos de él para que no volviera a ocurrir– lo que ocurrió después en nuestra relación fue una montaña rusa de emociones. Aunque “montaña rusa” tampoco es la mejor frase para describirlo. Con una montaña rusa por lo menos sabes a dónde van los rieles.
Hubo varios extremos. El lado que yo llegué a considerar “virtuoso” es en el que yo misma me convencía de que esto que estaba pasando era parte de nuestro acuerdo. Que el amor de él por mí no se minimizaba por él amar a otra, que todos nos podíamos llevar bien como adultos, que esto era una liberación del status quo patriarcal, bla bla bla... Llegar a esa mentalidad siempre requería un esfuerzo cabrón y nunca duraba más de par de días. El otro lado, el que estaba tratando de erradicar, era el lado violento, celoso, vengativo. Fue el lado que le deseó la muerte a la otra por Twitter (sorry!), el lado que se enfrascaba en peleas que duraban horas...
Ya desde antes esto venía pasando sin embargo. No es como si las cosas hubiesen estado bien antes de que esto sucediera. Yo llevaba ya meses en un zig zag violento de estados de ánimo. Ya en varias ocasiones él y yo habíamos tenido problemas por lo mismo, y hasta nuestra vida sexual se había afectado (de nuevo) por estas fluctuaciones. “Se había afectado” en este caso significa que estaba en nulo, cero, nada. Y esto último pasa, es normal en toda relación. Pero cuando la otra persona te dice que es que no tiene ganas, pero después le dan ganas con otra...
Obviamente esta nueva situación no ayudó para nada a mis fluctuaciones anímicas. Terminé yendo a un psiquiatra, que se negó a hacerme una receta completa para antidepresivos y trató de venderme un plan completo (y mucho más costoso) de psicoterapia para evaluar si lo que estaba pasando era algo con lo que yo estaba OK. De ahí pasé a una psicoanalista, a la cual dejé de visitar cuando empezó a insinuar lo mismo que el psiquiatra: que esto que estaba pasando no estaba OK para mí. A la ginecóloga le agradezco la receta de Zoloft. Chévere, la situación no era para mí, pero los desbalances químicos son otra cosa, y todavía al sol de hoy el medicamento me mantiene on an even keel.
Al par de meses, ella (no le quiero llamar “la otra,” porque eso trae un desdén que a final de cuentas ella no se merece) se mudó a EEUU. Pensé que eso apagaría las cosas un poco, pero no. Entonces empezaron los viajes furtivos a Boston para él. Viajes que le ocultaba a todo el mundo. Lo que me jode de esto es que fue con mi ayuda. Era una situación que me estaba doliendo y deshaciendo por dentro, y él lo sabía, pero entonces se iba de viaje y a mí me tocaba hacerle el frente a todos los demás cada vez que hacían preguntas. Me tocaba defender su ausencia ante familiares y amigos. ¿Dónde está él? Viaje de trabajo, cosas de la radio, no sé. Porque a todas estas, teníamos una relación abierta, pero que nadie se enterara porque nadie iba a entender.
Así fue que me tocó ataponar toda esta historia, todo este dolor. Encubrirlo, defenderlo, mientras se me desangraba el amor por él. Y considerando que, antes de esto, yo solía ser una persona bastante abierta con mis emociones. Muy pública, no tanto por la atención, sino porque me brindaba una llave de escape, depressurizing contents. Cosas que vinieron de historias mucho más antiguas donde pasé de mantener un diario privado a publicarlo todo porque qué más da.
Dos años más tarde la que se fue fui yo. La historia de ellos dos me parece que continúa, aunque no estoy segura. Sí sé que aparentemente él no aprendió mucho de lo que pasó conmigo y continúa cometiendo errores garrafales. Yo por mi parte heredé tremendo baggage de inseguridades y temores. Temor a joderlo todo con mi esposo, porque parece que mi subconsciente aún se echa la culpa de todo este fracaso antiguo. Temor a que no soy suficiente, porque alguna vez no lo fui. Inseguridades intelectuales, incluso, porque ella está en medio de su doctorado y yo ya no pasé de la maestría, y aunque soy consciente de que eso no hace a nadie mejor o peor, en algún momento, aunque él dijera que no, hubo tal comparación.
Para mucha gente fue probablemente sorpresivo o súbito que yo me metiera en una relación nueva tan pronto me mudé acá. Pero desde el 2011 mi relación anterior venía muriéndose. Cada vez que lo veía deprimirse porque no podía verla a ella. Cuando me percaté de que solo lo veía realmente animado y contento cuando estaba planificando un nuevo viaje a Boston. La última vez que intenté seducirlo y la respuesta fue nula. Cuando finalmente encontré a alguien dispuesto a envolverse conmigo (para yo no sentirme tan sola, y que no fue fácil, se me ocurre que porque mucha gente ya sabía que él y yo éramos pareja y no querían meterse en ese embrollo), y él nunca se percató de lo nociva que esa persona era para mí. El amor se murió poco a poco con cada falta de atención.
Cuando me dieron el trabajo acá, recuerdo que le dije que hiciéramos planes para que se mudara acá conmigo. Tal vez fue el último cartucho, aunque mi idea principal era sacarlo de Puerto Rico, a ver si el cambio de ambiente lo animaba un poco y le daba prospectos mayores para su profesión. Me dijo que no. Por la familia. Algún tiempo después me confesó en alguna llamada que sí se hubiese ido para Boston. Creo que nunca se dio cuenta de la bofetada tan fuerte que fue eso.
No le echo la culpa, sin embargo. Ahí nadie tuvo culpa, y lo que puedo deducir es que ninguno de nosotros estaba preparado para lo que implica una relación abierta. Y que él no estaba listo para detener sus ímpetus y escuchar las necesidades de los demás, no con el afán de arreglarnos, pero sí de realmente ENTENDER qué era lo que necesitaba. Todos nos tiramos a ciegas por ese barranco. Yo creyendo que yo podía, que era la más checha, la más fuerte, la más liberal, tratando de huir del legado de mi sangre y hacerme la más cool. Él... no sé. Aún no sé de dónde salió esa idea. Tengo teorías, but that is not my place to evaluate. Igual con ella.
Solo espero que estén bien. Sé que revelar esta historia a lo mejor nos causa problemas a todos, but I needed to do it. Necesitaba ya descargar esto. Cinco años es más que suficiente reteniendo lo que originalmente pensé que era rabia. Pero me encuentro sin rabia. Es solo tristeza. Tristeza porque los tres somos excelentes seres humanos, generosos, cariñosos, inteligentes. Simplemente metimos las patas hasta home.
1 note
·
View note
Text
It's Time for You to Go
It only goes to prove that you should always trust yourself. Those unexplained little hunches, that tremor of fear that consumes you—even if later on you cannot muster a reasonable motive—are the things that keep you sane and alive.
Not long ago I made the decision to give someone a second chance. There were many reasons NOT to, but the one that should have mattered the most was the one closest to me: I was kind of desperate. I wanted to fall in love again, to have someone fall in love with me. I wanted to feel the thrill of new romance, to feel that I belonged and someone belonged to me. The fact that I made a conscious choice should have been warning enough that No, this is not it at all!
Had I been more aware of myself and what I needed, I would have gone back to that infamous blog post about dating married men. I did go back to it, actually. And I opted to ignore myself and all the reasons Past Diana was giving Present-Day Diana to not carry on in this path of folly.
I blinded myself not only to those feelings of misgiving that were revisiting me from all the way back to 2005. I also blinded myself to the big blood-red flags that were being frantically waved before my eyes.
So here are some new and not-so-new things I re-learned during 2013:

Do NOT date married men. At all. No matter how miserable they say they are. No matter how much they seem to be compatible to you. No matter how much YOU think you’re okay with the idea of an open relationship. The matter of the fact is: unless you’ve met the wife and this is a relationship being struck with the full consent of ALL parts involved, the guy is just being a low-life of the worst sort.
Especially when their wife was kind and thoughtful enough to move up the marriage so HE could have her health plan benefits. A guy that then cheats on a woman like that does not deserve her and definitely does not deserve your attention either.
Much less when he keeps complaining about her instead of truly wholeheartedly working towards a resolution of their problems. You have no say nor place in this. And the fact that he’s messing around instead of giving it an honest chance just gives you an idea of what a rat he is.
Listen to your friends and family. Especially when they have absolutely nothing to say. Why? Because when you’ve introduced a guy to your loved ones and they cannot formulate an opinion about him, it’s because either a) he has no personality whatsoever to speak of, or b) he never opened himself up in the first place. Which is a big problem.
Extra red flag points if the guy does show up to meet your friends but uses that opportunity to sort of test you to see how you will act towards him in a social environment. And then makes you feel bad about it.
You know what? That is not a man. That is a child. And no one needs a child in a grown man’s body. They’ve already acquired all their bad habits and you’re not gonna change that. Shake yourself off and away from that human mess and cut your losses.
Don’t let anyone make you feel bad about expressing your affection. This will also help in the case of married men: they will invariably make you feel dirty about PDAs. That sucks and you know what? They can shove it! This is why it’s better to go around with someone unattached whom you can hug and kiss in public unabashedly. Anything less than that is a meager serving of shit.
Don’t allow anyone to make you feel bad about putting yourself first. And this is an important one. I had the privilege of reading a brief rant-post about myself after I decided to pack up my things and leave for a better job. The guy just decided to berate me for leaving without so much as looking back. I presume it meant “looking back on him and crying a river for our lost 4-month fuck fest”.
First of all, if the guy can’t be happy for your progress, fuck that shit. He’s insecure and I’m sure he’d rather be the center of your existence than have you grow into yourself and rely on your own strengths.
Second of all, how presumptuous can you be that you would be the only thing I would be sorry to leave? So many things in that departure hurt much more than saying good-bye to you! You know how the song goes, You’re so vain…

Don’t play into someone else’s psychological little warfares. He prides himself in being talented at manipulating others? He delights himself in the fact that he has most people in his life fooled about who he “really” is? He lives in the self-assurance that not only can he dominate you but he claims he can also break you (in and outside of the bedroom)?
Run! Really, RUN! This guy is nothing but bad news. Even if he promises he would never hurt you. It’s true: he would never hurt you. As long as you do as he wants you to do. As soon as you wriggle yourself away from his grasp, all bets are off.
Arrogance does not an intellectual make. I am close enough to being an atheist while at the same time holding certain deities and practices close to my heart. I can respect other people’s religions and their reasons to adhere to them. I do not tolerate intolerance, though, and I believe there must be a way in which all religions (and lack thereof) can coexist peacefully.
Coming across someone who would do away with all religions and whose idea about raising children is to banish the mere idea of faith in the household …? Terrifying. Especially when this philosophy of being is based on a plain and cruel disdain for people that aren’t as … “elevated” as he is. It’s the worst kind of intolerance. And someone like that, in all honesty, shouldn’t procreate.

Forgive yourself for that blatant mistake. I have to. I have to let this go and move on with my life. I’ve made tons of mistakes, but giving you the time of day for a second time was one of the biggest ones. Thankfully, it didn’t go any further. Thankfully that call from Amsterdam came and brought my life around to focus on myself, and not on what others expected from me.
And thankfully (and to quote one of my new favorite songs) I have an elastic heart. You did not break me. Not by a long shot, mister. You only proved that even at 26 years old, I had enough insight to stay away. You only taught me to trust myself more. And to forgive myself. Every once in a while all of us accidentally step on turds.
1 note
·
View note
Photo
I started looking back at old pictures my sister has been uploading into Dropbox from my old cell phone. I got bored. So I decided to catch up with what Vee's been up to instead. <3

I’m sorry about things.
442 notes
·
View notes
Photo
Boogeymen - part of a series of eerie stereoviews - dated 1923 (Via)
Ideas for all parents out there!





85K notes
·
View notes
Conversation
COOL QUESTIONS FOR COOL PEOPLE
1: If you were another gender, what name would you want to have?
2: If you could witness any historical event in person, which one would it be and why?
3: What kind of sandwich best describes your personality?
4: If your crush or significant other were to turn in to a ferret, what would you do? Would you still like/love them?
5: If you became dictator of your country, and you can enact one law that could not be repealed once you are forcibly removed from office, what would that law be?
6: What is your opinion of Canada?
7: What is your patronus?
8: If you could change your skin color to anything outside of the natural palette of skin colors, what color would you choose?
9: What was the last movie you chose not to watch?
10: If you were a farmer, what would you grow?
11: What do you miss the most?
12: What is your favorite sequel film?
13: Rural area, small town, suburb, or big city?
14: What's your favorite branch of the military?
15: What year of school was best for you?
16: What is your favorite month, excluding whichever month contains your birthday?
17: What is your favorite type of pie?
18: Do you enjoy being single?
19: Do you prefer rivers, lakes, or oceans?
20: If you had to have one feature on your body changed to a canine version of said feature, what would you choose?
21: What is your favorite font?
22: What is the highest number of cats you can imagine yourself owning?
23: What was your last date like?
24: Who are you?
25: What is your least favorite illicit substance?
26: What is your opinion on 80's music?
27: If you could add something to the high school curriculum, what would you add?
28: What is your favorite album artwork?
29: What is your favorite non-social networking website?
30: What is your favorite boy band?
31: What is your least favorite casual dining establishment?
32: You are allowed one beverage and one candy for the rest of your life. What would you choose?
33: If you had to be stranded somewhere on Earth, miles from civilization, what biome would you choose and why?
34: What is your preferred projectile?
35: You have inherited a nightclub in a major city. What modifications would you make to it?
36: What have you done recently to dismantle the patriarchy?
37: What song did you most recently get tired of due to its overplaying?
38: What is your favorite piece of clothing?
39: What was the most awkward moment of your romantic history?
40: What brought you to Tumblr?
41: What product or service do you find ridiculously overpriced?
42: Why did you send the last anonymous Tumblr message you sent?
43: Who is your favorite one-hit wonder of the last twenty years?
44: How many people, outside of your immediate family, do you know the birthdays of by heart?
45: What is your favorite speech?
46: What is your least favorite song from your favorite musical?
47: How do you feel about dating exes?
48: What is your favorite vegetable?
49: Who is your favorite fictional villain?
50: What is your favorite police procedural?
114K notes
·
View notes
Video
youtube
David Tennant, you have stolen my heart and my lungs for I have never laughed so hard at nor loved a character so much as you.
32 notes
·
View notes
Photo
Whoa! I wantz (the socks, the panties, the LEGS!)

249 notes
·
View notes
Quote
“A slut is a person of any gender who has the courage to lead life according to the radical proposition that sex is nice and pleasure is good for you.”
from ‘The Ethical Slut’ by Dossie Easton and Catherine A. Liszt (via sexisnottheenemy)
2K notes
·
View notes