Hablemos de la cultura de la violación, deconstruyámosla, parémosla.
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“Tenía 12 años, cursaba el primer grado de secundaria en turno matutino y por las tardes ayudaba a mi tía en su tienda de abarrotes, era miércoles cuando ella me pidió que después del trabajo me quedará a cenar con su familia. Terminamos la cena y pidió a su esposo me acompañara a casa para que no me sucediera algo en el camino, si hubiese sabido en ese momento que esa compañía marcaría mi vida, partía sola, sin embargo acepté. Eran apenas dos calles caminando cuando el me preguntó si había escuchado un par de voces detrás de nosotros, por supuesto que no las escuché porque no había nadie. Seguí caminando y vino otra pregunta para saber si había visto a algunas personas cerca, respondí nuevamente no y seguí, todo era un plan para sembrar miedo en mí. Fue entonces cuando por la espalda sus asquerosas manos rodearon mi cintura y preguntó que sentía cuando un hombre me tocaba, mi inocencia no comprendía nada, yo solo podía sentir sus manos lastimando mi cuerpo, desgarrando mi ropa violentamente. En casa siempre me enseñaron que los adultos protegían a los menores, no que podían ser el mayor peligro. Mis fuerzas se agotaban entre golpes y gritos mientras él me lastimaba cada vez más y más mi cuerpo. Fue uno de miles de intentos el que me hizo escapar corriendo a casa, mis padres creyeron en mí más nunca hicieron nada, la lucha no termino ahí pues tuve que enfrentarme a los dedos de la sociedad que me señalaban como mentirosa.”
#yotambien#metoo#hablemosdeviolacion#elsalvador#laculpaesdequienviola#laculpanuncaesdelavictima#machismo#misoginia
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Necesitamos prestar atención al tipo de comentarios o "bromas" que se tejen en el escenario público e/o privado. Antes que nada, no estoy hablando de ideología partidarista, pero sí de política, cuando entendemos que cuando hablamos de política estamos hablando de algo más amplio que divisiones de partidos... En los últimos días Nayib Bukele hizo "broma" acusando a Eugenio Chicas de violar a su hija de crianza...de un lado hicieron bromas y del otro defendieron la "honra" del secretario del gobierno. Pero nadie, a no ser esta internauta se puso a pensar sobre el lugar de la mujer en esta situación... Voy a elencar los problemas de la tal broma de muy mal gusto y machista: 1) La mujer como moneda de cambio o como "arma" para atacar a un contrincante político - o familiar, o empresarial, ustedes pongan la situación, - desde la antiguidad eurocentrista es así, si no volvamos a leer la Ilíada, donde Helena, seria la "causante" de toda la guerra. 2) el contenido de la acusación: violación de la hija de crianza siendo menor de edad y matrimonio forzado para evitar la acusación. Si es hija de crianza, suponemos que o es menor de edad o, en todo caso, es mucho mernor que el señor Chicas.... lo que sería, en el primer caso crimen o, en el segundo, aprovechamiento de una situación de poder. En ambos casos, la mujer en cuestión está en situación de vulnerabilidad. 3) Quienes hablan sobre el asunto? Hombres en contienda "política". Nayib Bukele, después de ser acusado de agredir a Xochilt Marchelli. y ser expulsado por eso (o con ese pretexto para quedar bien con el electorado femenino), afirma que hay "varios" casos de abuso dentro de casa presidencial y dentro del partido, cuyos casos no causan "indignación" y por los cuáles él tampoco se indignó, a no ser en la actual conyuntura política, o sea, a su conveniencia... nuevamente las mujeres son utilizadas como "arma" para poder lanzarse y mantenerse en el palenque político Independiente de todo eso, lo que está de fondo, esto es, el matrimonio con una menor, con hija de crianza o en situación de vulnerabilidad no se cuestiona, no se habla (a no ser CEMUJER que plantea y exige investigación del caso) y lo peor, nadie, absolutamente nadie ha preguntado la opinión a la joven, que hasta el momento no sabemos su nombre. Sin nombre y sin poder de palabra: esa es la situación que a diario vivimos las mujeres en diferentes contextos, pero para ellos, los hombres, aún secuestradores del poder político es un día más en su juego de ajedrez.
Christy Najarro
#teamnayib#nayibbukele#elsalvador#gobiernodesansalvador#fmln#gobiernodeelsalvador#HablemosDeViolación#hablamosdeviolacion#machismo#misoginia#eugeniochicas#acoso#estupro
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yo también
"Hace un mes, un jueves a las 10pm, saliendo feliz de la vida de la Casa Tomada con un amigo y una amiga, pasé frente al intercomunicador del Colegio Internacional, y (no había nadie en la calle más que nosotros 3) escuché: "mamita rica"... Paré, toqué el timbre y por el intercomunicador severamente ordené al hombre que me había dicho eso que saliera a decírmelo en la cara. Nadie salió. Nos íbamos, vemos que alguien abre la puerta, volvemos. Se cierra la puerta. Volvemos a insistir en que salga. Sale un matón con gorro navarone, nos dice que nos vayamos, al ver que mi amigo lo filma, se exalta, saca su pistola y lo amenaza. Lo habría matando si el colegio no quedara frente a dos embajadas y en plena Zona Rosa. Nos fuimos. A unas cuadras encontramos una patrulla de policías. Narramos lo sucedido. El policía llama al 911, porque pretendía que fuera el 911 quienes fueran a ver, y que yo los acompañara, y que tocara el timbre del Colegio para enfrentarme al matón, que me acosó y me sacó una pistola, y así resolver cualquier "malentendido"... Mientras explicaba la situación al 911, dijo: "mire, la muchacha que dice eso está en evidente estado de ebriedad así que..." "
La cosificación sexual, el acoso, el no consentimiento suceden de tantas formas... Todos los días, y son tantas las víctimas.
Envíanos tu historia. <3 @hablemosdeviolacion #yotambien #metoo
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Yo también
"A los 12 años, jugando escondelero en casa de una amiga, con sus primos y hermanos, me escondí en un closet. Al ratito llegó el primo de 16 años que nos andaba buscando. Entró en el closet y me acorraló lentamente, trató de meter su mano entre mis piernas. Le grité que "¡NO!!" Y salí corriendo. Corrió tras de mí. Me tiró a la cama y me dijo "si le decís a alguien te vas a arrepentir". Su madre entró en ese momento. Él seguía sobre mí. "Estamos jugando de cosquillas." Le dijo él. "La cena está lista." Dijo ella."
La cosificación sexual, el acoso, el no consentimiento suceden de tantas formas... Todos los días, y son tantas las víctimas.
Envíanos tu historia. <3 fcbk: @hablemosdeviolacion twitter: @hdv_hablemos #yotambien #metoo
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¿Qué es la cosificación sexual?
Aquí un ejemplo...
#ELSALVADOR#hablemosdeviolacion#HablemosDeRespeto#hablemosdefeminismo#GORDOMAX#JUSTICIA#CULTURADELAVIOLACION
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VIOLENZINE vol.1 por Señorita Violencia
¡EXTRA, EXTRA!
VIOLENZINE vol.1, la primera zine feminista de El Salvador ha llegado ¡y es una joya!
Señorita Violencia nos trae, en la primera edición de esta fanzine, datos esenciales para entender la cultura de la violación que domina nuestra sociedad, fuente de violencia contra la mujer. ¡Basta de violencia de género!
Leerla, amarla, compartirla…
BASTA DE MACHISMO. BIENVENIDO FEMINISMO
Leela por aquí --> https://issuu.com/juliavalenciac/docs/violenzine_pdf_issuu

https://issuu.com/juliavalenciac/docs/violenzine_pdf_issuu
#hablemosdefeminismo#HablemosDeViolación#HablemosDeRespeto#feminismo#machismo#machismomata#bastadeacosocallejero#el salvador#SEÑORITAVIOLENCIA#latinoamerica#zinefeminista#somostodxsfeministas#centroamerica VIOLENZINE
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A las mujeres...
Nos acosan, nos insultan, nos amenazan con palabras, miradas, gestos, acciones, a diario.
Nos tiran ácido en el rostro, que por celos, que por amor que no es amor.
Nos violan de nacidas, de niñas, de adolescentes, de maduras, de viejas, de muertas.
Nos ven a escondidas mientras dormimos, mientras nos bañamos, mientras cagamos, y luego se masturban.
Nos siguen por la calle, en el bus, en el callejón, en el centro, en el parque, en el centro comercial, y después también se masturban.
Nos violan a veces sin siquiera penetrarnos, otras veces para penetrarnos el pene no les basta.
Nos violan nuestros padres, nuestros tíos, nuestros primos, nuestro mejor amigo, nuestro abuelo, nuestro vecino, el vigilante, el desconocido, el profesor, el policía, el doctor.
Nos matan con cuchillos, ahorcadas, con pistola, a golpes por reflejo vagal.
Nos matan de nacidas, de niñas, de adolescentes, de maduras, de viejas, y nos vuelven a matar ya muertas.
Nos acosan a diario.
Nos violan a diario.
Nos matan a diario.
Hablemos de violación quiere darle voz a TODAS las mujeres (cis y trans), que estén dispuestas a compartir sus experiencias de acoso y/o violación de cualquier tipo. Mientras más traigamos el tema a la mesa, mientras más hablemos de lo que ocurre, mientras más hablemos lo que nos está pasando, lograremos mayor toma de consciencia por parte de los entes que suponen brindarnos seguridad y una vida de calidad y sin miedo. Mientras más hablemos de realidad de todas las mujeres, más nos escucharán pues nuestra voz se une a la de todas. Comparte tu historia en Facebook o Tumblr utilizando el hashtag #MeViolanADiarioHDV o bien si prefieres permanecer anónima, envíala a [email protected]
No estás sola.
Con amor,
HDV.

#MeAcosanADiarioHDV#NiUnaMenos#BastaDeAcoso#AcosoLaboral#AcosoEscolar#AcosoCallejero#Asedio#MeViolanADiario#latinoamerica#americalatina#el salvador#centroamérica#mujeres#mujer#ONUmujeres#HablemosDeViolación#HablemosDeRespeto#HablemosDeFeminismo#HablemosDeFeminicidios#DisculpeLaMolestiaPeroNosEstánMatando#SV
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TODAS
#TODOSLOSCUERPOS#elsalvador#hablemosdeviolacion#hablemosdefeminismo#micuerpormisreglas#yodecido#juntassomosmas#niunamenos
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un reportaje de Valeria Guzmán
Nueve de cada diez víctimas de violaciones, estupro o acoso sexual son mujeres. En El Salvador, la violencia sexual está dirigida hacia ellas, sin cuartel: el 74% de estos delitos son cometidos en casa de la víctima. Además de ser el blanco de estas agresiones, se enfrentan a un sistema que aún no logra garantizar la protección ante un embarazo no deseado o el contagio de VIH tras un abuso.
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El 8 de marzo se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona y nosotras queremos celebrarlo con un mes completo lleno de actividades como exposiciones artísticas, proyección de documentales, redes de negocios, experiencias teatrales y stand up comedy todo creado por mujeres.
CONSULTA EL CALENDARIO DE ACTIVIDADES
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Las razones de las niñas para amotinarse en el Hogar Seguro
NÓMADA
THURSDAY, MARCH 9, 2017
“Los adolescentes estaban sancionados por extorsión. Las niñas tenían objetos punzocortantes escondidos en el pelo. Agotamos el diálogo con las niñas. No podíamos aceptar un informe que dice que ese lugar es un gallinero en donde se tortura a los niños. Considero que la causa del amotinamiento, porque no les gusta la comida, no era válida. No hubo negligencia. No voy a presentar mi renuncia como Secretario de Bienestar Social. El Presidente ordenó anoche a la policía que encontrara y regresara a los 60 adolescentes fugados. El problema es que los jueces mezclan a los niños que han cometido delitos con niños abandonados por sus familias. Pedimos al Ministerio Público que investigue pero no responsabilizamos directamente a nadie. El Presidente no vino a participar en la conferencia porque está atendiendo asuntos urgentes de la nación. Se termina esta conferencia de prensa.”
Por Gabriel Woltke y Martín Rodríguez Pellecer
Fotos: Carlos Sebastián
nomada.gt
Así explicó el Gobierno de Guatemala a sus ciudadanos qué había ocurrido la mañana del 8 de marzo de 2017 cuando unas niñas y adolescentes se amotinaron en la casa hogar gubernamental en la que vivían. Las niñas se amotinaron y prendieron fuego a unos colchones en unas habitaciones para que las dejaran salir. No las dejaron salir y murieron calcinadas. En ese momento eran 19 las que murieron. Hasta ahora van 22.El Hogar Seguro Virgen de la Asunción queda en una colina a 6 kilómetros del inicio de la Carretera a El Salvador, una de las zonas residenciales más exclusivas de la Ciudad de Guatemala. Está en el municipio de San José Pinula, rodeado por bosques y barrancos que han servido de escondite para más de 100 niños y adolescentes que escaparon durante el último año de lo que debería ser su casa pero consideran su cárcel.
Las niñas no se amotinaron porque no les gustara el sabor de la comida. ***
Son las 11 de la mañana de ese miércoles. El Hogar Seguro está rodeado de llanto. De madres, padres y abuelas que llegan a preguntar si sus niños están con vida.
¿Por qué delito están allí esos niños y niñas y adolescentes? Algunos fueron reclutados por las pandillas para el robo, la extorsión o el asesinato. Otros cometieron la insolencia de pertenecer a una familia que los abandonó a la calle, a un padre que les pegaba hasta que un vecino llamó a la policía. A una red que las prostituía siendo niñas. A unos padres que no supieron qué hacer cuando vieron que su hijo tenía capacidades especiales. Otros nacieron allí, hijos de adolescentes violadas por sus compañeros o sus maestros o los trabajadores de la Secretaría de Bienestar Social. Todos juntos suman más de 800 bebés, niños y adolescentes viviendo en un lugar con capacidad para 500.

Familiares lloran afuera del Hogar Seguro el 8 de marzo de 2017.
Una señora sube con los ojos llorosos. Le preguntamos si busca a un hijo y nos dice que no, que es una vecina. Que ayer subió cuando escuchó que habían problemas, que vio como las niñas, tiraban piedras a sus maestros y a los policías mientras gritaban:
– Viólennos aquí, delante de todos. Vengan a violarnos pues, si eso quieren otra vez.
La señora sigue con los ojos llorosos.
– Ésta fue una rebelión de niñas. Cualquiera que viva aquí cerca sabe que esto es un infierno.
El infierno no es una metáfora.
“Ustedes no salen de aquí hasta que me hagan sexo oral”, ordenó el maestro Edgar Rolando Diéguez Ispache a los estudiantes de 12 y 13 años de edad, cuando éstos pretendían salir del salón en el que recibían los cursos de quinto y sexto primaria. Ninguno logró salir ni evitar el abuso sexual. Las violaciones ocurrieron en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, según la Fiscalía de Santa Catarina Pinula del Ministerio Público (MP), contadas en un reportaje del periodista José David López en Plaza Pública en octubre de 2016, hace cuatro meses.
El reportaje narra el terror. El mismo maestro ordenaba a alumnas y alumnos caminar desnudos frente a sus compañeros en el salón de clase. Uno de los albañiles, José Roberto Arias Pérez, violó a una niña con retraso mental. Un supuesto trabajador, descrito en una de las 28 denuncias a la Secretaría de Bienestar Social como Joseph, obligaba a las niñas a tener relaciones sexuales con él y las sacaba del hogar.
Diéguez Ispache está en juicio. Arias Pérez fue condenado a 8 años de prisión. Joseph probablemente todavía trabaja en el Hogar Seguro.
En el Hogar Seguro en el que tuvieron que morir 19, 22 niñas para que Guatemala le pusiera atención.
***
En las afueras de este refugio gubernamental sigue el llanto de los familiares y los vecinos.

Una mujer llora afuera del Hogar Seguro el 8 de marzo de 2017.
Socorro tiene los ojos rojos y la piel blanca. No dejaba de llorar sobre el teléfono. Tenía una hija.
– Ayer me dijeron que ya hoy la visita iba a ser normal y cuando venía en el bus escucho que las quemaron.
Se recuesta sobre una patrulla mientras sigue llorando.
Cuando llegó Socorro, los bomberos estaban sacando los cuerpos, pero tres horas después nadie le daba razón de su hija.
Cada cierto tiempo salía un trabajador social con un papel para tomar los datos de quienes buscaban a sus niños. Leía los nombres y ellos respondían con un suspiro. En el mejor de los casos llevaba consigo una foto para mayor calma. Un padre borracho, casi al punto de tambalearse decía:
– ¿Por qué se llama “seguro” esto, vos? ¿Puta, no pueden cuidar ni a mi patojo?
Aquello era un retrato de familias disfuncionales. A casi un metro del barranco dos niños de año y medio jugaban, mientras sus papás, que no tendrían más de 18 años, hablaban del partido del Barcelona. Uno de los bebés se cayó y se golpeó la cabeza contra un carro, empezó a llorar. Sus papás lo vieron y siguieron hablando. El otro niño, con sus pasitos tambaleantes, lo abrazó y lo ayudó a pararse.
– ¿Ahora para qué putas vienen?, grita una señora con la voz rota mientras la magistrada María Eugenia Morales entra al Hogar.
– Ahora para qué, si ya se quemaron, secunda otra señora. Al menos la magistrada llegó. En las afueras del Hogar Seguro había esparcido el rumor de que el presidente Jimmy Morales llegaría. No lo hizo.
En vez de eso se anunció una conferencia en el salón de banderas del Palacio Nacional.
El cambio de ambiente era abismal. Se pararon frente a las cámaras Anabella Morfín, Procuradora General de la Nación; Carlos Rodas, Secretario de Bienestar Social; Julio Aguilar, vocero de la PNC; Víctor Godoy, comisionado de Derechos Humanos; y el vocero de la presidencia, Heinz Heinmann.
Los siguientes 40 minutos fueron surreales.

Carlos Rodas, secretario de Bienestar Social, flanqueado por Anabella Morfín, de la PGN, el vocero presidencial, el vocero de la policía y el comisionado presidencial de Derechos Humanos.
“Los adolescentes estaban sancionados por extorsión. Las niñas tenían objetos punzocortantes escondidos en el pelo. Agotamos el diálogo con las niñas. No podíamos aceptar un informe que dice que ese lugar es un gallinero en donde se tortura a los niños. Considero que la causa del amotinamiento, porque no les gusta la comida, no era válida. No hubo negligencia. No voy a presentar mi renuncia como Secretario de Bienestar Social. El Presidente ordenó anoche a la policía que encontrara y regresara a los 60 adolescentes fugados. El problema es que los jueces mezclan a los niños que han cometido delitos con niños abandonados por sus familias. Pedimos al Ministerio Público que investigue pero no responsabilizamos directamente a nadie. El Presidente no vino a participar en la conferencia porque está atendiendo asuntos urgentes de la nación. Se termina esta conferencia de prensa.”
***
Nunca se le ha permitido a la prensa entrar al Hogar Seguro, ni siquiera luego de la tragedia.
Las únicas fotografías de lo sucedido ayer son de un fotógrafo que ingresó adentro de una ambulancia. Podría ser una fotografía de crímenes de lesa humanidad. En blanco y negro podría confundirse con Auschwitz. Los cuerpos de niñas y jóvenes llenos de ceniza apilados unos sobre otros, dejando ver todavía algunos detalles de sus pijamas.

Doce horas después de lo ocurrido, en la Plaza de la Constitución mujeres se encendían 770 velas por cada una de las mujeres que mueren al año. Mientras se encendían, 3 niñas más morían en el hospital a causa de las quemaduras en el hogar seguro. 775 niños y adolescentes despertaron hoy con el olor a carne quemada en el Hogar Seguro. Guatemala, entera, está en llamas.
nomada.gt/las-razones-del-amotinami...
(Publicamos este artículo aquí porque nos hackearon la página por tercera vez en un mes. Ya estamos trabajando con el Ministerio Público y el Ministerio de Gobernación para dar con los responsables).
(Este medio tiene licencia de Creative Commons, por lo que este artículo puede ser reproducido por otros medios y blogs.)
Fuente: Nómada GT
#8m#mujeres#guatemala#elsalvador#hablemosdeviolacion#hablemosdefeminismo#feminismo#justicia#asesinato#violacion#abusodemenores#abuso#agresionsexual#agresionfisica#hogarseguro
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Hablemos de violación
En 2016, según datos del Observatorio de violencia, ORMUSA, en El Salvador, fueron denunciados 3,947 casos de delito sexual. 497 violaciones. 1040 estupros. 9 estupros por prevalimiento. 23 agresiones sexuales. 1873 violaciones de menores e incapaces. 595 agresiones sexuales en menor e incapaz.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por cada caso de violencia sexual denunciado habrían 5 no denunciados… Eso elevaría la cifra a 19735 casos, en los cuales la víctima no se atreve a ir a denunciar por diversos motivos: culpa, amenaza, por falta de confianza en la justicia, porque imagina que su familia la rechazaría por vergüenza, porque, cuando una mujer denuncia que ha sufrido una agresión sexual la sociedad responde incrédula, indiferente.
Existen una serie de mecanismos invisibles que hacen que los violentadores sexuales (agresores), y el propio acto (violación), queden en el anonimato y en la impunidad. Nos volvemos incrédulos. La víctima, al percibirse en una sociedad como la nuestra donde su palabra se pondrá automáticamente en cuestión y será juzgada de “puta” o de “ella se lo buscó”, optará por el silencio. Callará porque sabe que si va a la policía, probablemente el policía que le tome la denuncia le hará preguntas del tipo: “¿Y qué hacía usted ahí a esa hora? ¿Por qué andaba sola? ¿Cómo andaba vestida? ¿Pero y usted que no lo conoce a él, pues? ¿No es su novio, pues? Usted no debería de haberse quedado callada, ahí le dio a entender que sí quería.”

Y es ahí, en ese momento, en el que ponemos en tela de juicio las palabras de una mujer que fue abusada, que nos volvemos, de alguna manera, cómplices de la agresión. Las violaciones en nuestra sociedad terminan siendo colectivas porque somos todos responsables de la indiferencia.
Lo son los treinta y tres hombres que la violaron, y el treinta y cuatro que compartió el video, y el treinta y cinco que le dio like, y el treinta y seis que dijo “ella se lo buscó” y el treinta y siete al que le valió, y por ahí va.
Lo es el abuelo que la violó, el padre que lo encubrió, el fiscal que no prosiguió, los guardias que lavaron su ropa en el mar, y por ahí va.
Lo es el papá que la violó, el Gobierno que la obligó a parir, la familia que la expulsó, y por ahí va.
Lo son los 18 pandilleros que la violaron, los padres que no se percataron, los maestros que callaron por miedo, la policía que no investigaría, nosotros que leímos la crónica y pasamos a la siguiente noticia, y por ahí va.
Lo es el religioso que la violó, la Iglesia que lo mandó de retiro para que recapacite, los feligreses que se conformaron, los demás que no actuaron, y por ahí va.
Lo es el famoso que la violó, el público que no le creyó, el juez que no lo condenó, y por ahí va…
Lo es el militar que la violó, el General que lo protegió, la fuerza armada que lo cubrió, los civiles que nos dimos por desentendidos, y por ahí va.
Lo es el alumno que la violó, los compañeros que lo celebraron, el director que no llamó a la policía, la maestra que la cuestionó, los que hicieron las reglas de la escuela que dicen que la niña debe de llevar su falda por debajo de la rodilla para no ser de tentación, y por ahí va…
La violación es un acto colectivo, somos todos responsables.
Es un acto colectivo porque la indiferencia proviene de todas partes, del Estado, de instituciones religiosas, de instituciones educativas, del ejército, del pueblo, de los medios, de todas y todos.
Por dudar de la víctima dejamos en libertad a la mayoría de los violadores, y preferimos eso a manchar la reputación de alguien “de bien”… Y de pronto todo se resume a “su palabra contra la de él” o al “no es de nuestra incumbencia” o justificamos con un “son monstruos enfermos” cuando en realidad solo son: hombres.
Existen súper casos, como el de Lucía, 16, en Argentina, drogada, violada y empalada y que murió por reflejo vagal, o el de Katya, 9, en El Salvador, violada, asesinada y tirada al mar, o el de Beatriz, 16, en Brasil, violada por 30 hombres y tachada de “drogadicta y puta”, súper casos en el sentido que han llamado la atención de los medios por ser material de impacto, sin embargo, hasta estos casos pasan rápidamente al olvido, y se convierten en una nota más de “sucesos varios”. Lo de todos los días.
Denunciar no es fácil, la víctima no solo tiene que pasar por un proceso interno y emocional, sino que, cuando la denuncia es hecha a tiempo, debe probar que lo que dice es cierto soportando un proceso invasivo por parte de los mismos operadores de justicia que no saben lidiar correctamente con estas situaciones. Durante los interrogatorios los policías harán preguntas cuestionando la víctima y exigiendo detalles de la agresión, luego la víctima pasará a examen físico, donde un médico procederá a indagar cuándo fue su última menstruación, si usa anticonceptivos, fecha del último coito… Luego explorará la vulva con las manos y diferentes utensilios de metal. El médico palpará: vulva, vagina, cuello uterino, para buscar algún desgarro, traumatismos, lesiones. Tomará muestras del flujo vaginal, de sangre para pruebas de enfermedades transmitidas sexualmente o de embarazo, de semen si no se usó condón. Y ella deberá someterse a todo a pocas horas de haber sido violada. Luego la víctima tratará de volver a su vida normal lidiando con las secuelas de haber sido violentada, y esperará que su caso, con mucha suerte, pase al siguiente paso burocrático, y que con mucha más suerte obtenga un juicio. ¿Condenas? …Bien sabemos que es mucha injusticia para país tan pequeño...

Según el ORMUSA, en 2014 se cometieron 4 violaciones diarias del 1 de enero al 1 de junio, Entre enero y marzo de 2014 se cometieron 444 violaciones, el 31.9% ocurrieron en una casa conocida de la víctima, el 26.2% en la casa donde ella reside; el 9.4% en predio baldío; el 19.9% no se especificó el lugar y en el 12.6% se citan lugares diversos por ejemplo cafetales, vía pública, hospedajes, hoteles, vehículos y otros.
De enero a diciembre de 2013, 567 hombres violaron a una conocida, 428 hombres violaron a una desconocida, 365 hombres violaron a sus novias, 181 hombres violaron a su nieta/hija/hijastra, 134 hombres violaron a sus exesposas, 101 hombres violaron a su hermana/prima/sobrina.
En 2013, violaron (según cifras oficiales) a 33 niñas menores de 1 año, a 1411 niñas entre 1 y 9 años, a 2050 jóvenes entre 10 y 19 años, y 383 mujeres de 20 a 34 años.
Es decir que, poco importa dónde se encuentre, quién la cruzó, y qué edad tenía, una mujer está propensa desde que nace a ser violada. Nos enseñan que es a la mujer a quién le toca cuidarse, porque un hombre tiene permiso de no controlarse, por el simple hecho de ser hombre. Y lo aprendemos.
Normalizamos la violación y eso tiene nombre: cultura de la violación.

No, no es invento. La cultura de la violación es la traducción directa del término “Rape Culture” usado en los Estados Unidos, a finales de los años 70 por feministas, para mostrar cómo la sociedad culpa a las mismas víctimas del abuso sexual y de paso normaliza la violencia sexual contra la mujer. Nuestra sociedad impone un conjunto complejo de creencias, que hace que las mujeres vivan continuamente bajo amenaza de agresión sexual que va del acoso sexual en las calles, trabajo, casa y que muchas veces termina en feminicidio.
Pero no debería de ser visto como normal, porque no es normal.
Claro que no lo es.
La cultura de la violación se encuentra en las imágenes, en el lenguaje (bromas, términos y expresiones) en las leyes (o en la falta de), en la televisión (películas, series, telenovelas, canciones, publicidad) y otros fenómenos comerciales que vivimos y testimoniamos día con día. Todas estas manifestaciones de violencia contra la mujer hacen que terminemos pensando que la violación es algo inevitable: “que así son las cosas”.
Sin embargo, no deberíamos de relativizar nunca: un hombre que viola no es un monstruo o un enfermo, es un hombre. ¿O acaso fue una infeliz coincidencia que se reunieran treinta enfermos mentales a violar a Beatriz? Son hombres, hombres que nacen y crecen en una sociedad patriarcal, donde la mujer siempre fue educada a servir y callar, donde desde niña fue hecha objeto por sus mayores, donde se le dijo que su cuerpo y su vida son instrumentos al servicio del otro, donde se enseña entre líneas que una mujer vale menos solo por ser mujer.
Que “fue mal sexo”, “que se pasó, pero lo perdoné”, “que no quería pero acabó pasando”, “que es que me pasé de copas”, “yo andaba mal vestida”, “es que sino me dijo que me despedía”, “es que no tendría que haber pasado por ahí”, “fue una noche para olvidar, y ya”, “me dijo que sino no era amor” y las mujeres nos vamos llenando de excusas para justificar que alguien haya abusado de nosotras, y llegamos a creernos, nosotras mismas, que somos unas exageradas, culpadas, locas...
Basta.
Como mujeres ciudadanas de este país afirmamos: “nuestra vida es nuestra”. Vamos a luchar hasta que todos entiendan que nadie tiene derecho a violentarnos. Hasta que todos entiendan que NO quiere decir “NO”, y no “talvez” o “insistí más”, o “sí quiero pero estoy fingiendo”. Vamos a gritarlo en las calles, y nos van a tener que escuchar. Vamos a hablar de la cultura de la violación en los periódicos, en Facebook, en la radio, en la televisión, en las reuniones familiares, en el bar, en la fiesta de casamiento, en la fila del súper, en el café. Vamos a desconstruir la cultura de la violación en todos sus aspectos. Y no vamos a parar hasta que nadie ponga en duda la palabra de una mujer solo por ser mujer, hasta que su cuerpo deje de ser público, mercancía, objeto, y que sea de ella frente a todo tipo de poder, hasta que podamos andar por la calle tranquilas, hasta que todos los hombres dejen de sernos potenciales violadores, hasta que paren de contar chistes misóginos frente y a espaldas nuestras. Hasta que la sociedad pare de culpar a la víctima y condene al victimario. Hasta que las nuevas generaciones no sean educadas para pensar que es la mujer quien tiene que defenderse porque es ella quien seduce por naturaleza...
¿Queremos un país menos violento? Comencemos por respetar a las hijas de esta patria mayugada y herida. Exijamos justicia. Quebremos las cadenas del silencio. Cambiemos de raíz. ¿Por cuánto tiempo seguiremos dejando impunes a Fernandos, Maxes, Juanes y Pedros, y siendo cómplices de sus actos por medio de nuestra indiferencia?
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