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“…Sin ningún motivo consciente, empezó a seguir a los desconocidos por la calle, eligiendo a alguien al azar (…) Cuando regresaba a casa por la noche, se sentaba y escribía sobre los lugares donde había estado y lo que había hecho, utilizando los itinerarios de los desconocidos para especular...
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I see the sun rising,
and all you see is its fall, fall, fall-
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Untitled en We Heart It.
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Smoke en We Heart It. zzczx
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Born to direct and write (Reseña Full Metal Jacket)
“…Goodbye my sweetheart, Hello Vietnam.”

Cualquiera que viera el poster de una película con un casco militar marcado con las palabras “Born to kill” podría pensar que Full Metal Jacket es una película mas sobre las “hazañas” de guerra cometidas por el ejercito Estadounidense, llena de acción y balas en la que una vez mas salvan al mundo del comunismo. Ahí es cuando Stanley Kubrick nos sorprende con una película trascendental e insignia del pensamiento anti-militar y antibélico.
Con una dirección impecable, increíbles planos secuencia y fotografía, así como un grupo de actores y personajes memorables. Todo acompañado de una banda sonora que propicia el ambiente correcto y que en su conjunto dan paso para una gran película, Stanley Kubrick crea una vez más una película insignia de su trabajo y que hoy se considera de culto.
Llena de ironías, Full Metal Jacket es una metáfora a la disciplina militar y régimen del poder representado por el sargento Hartmann creando una sátira al sistema disciplinario y a los propios militares. Cada una de las acciones que ocurren durante la película representa a ese sistema y los trastornos psicológicos generados en cada uno de los reclutas, hundido en un humor negro que caracteriza la obra de Kubrick.
En esta película se muestra también la dualidad del hombre y como se refleja en su peor creación, que es al mismo tiempo la propia destrucción: la guerra. Podría decirse en pocas palabras que Full Metal Jacket es una crítica a lo bélico así como al pensamiento militarista y a la propia guerra.
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Que nadie exista si yo no doy el pase, el consentimiento, de que se pulvericen apenitas el lector voltee la página. El personaje no existe si yo no le rindo mis favores. Si se los retengo, no tiene razón de ser, nanay cucas. Andres.
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