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"Depende de tu propósito. ¿Quieres sacarme alguna información de vital importancia para luego sabotear a mi equipo?" Se hundió en sus hombros mientras apoyaba los codos en la mesa y reposaba su peso entre ellos. Tras una primera interacción exitosa, le resultó natural bajar la guardia en su compañía. "Estoy en el equipo verde, ¿tú?" Concede después de algunos segundos. La sonrisa posada en sus labios flaquea un poco. "¿Cómo te has sentido estos días? ¿Qué tal se siente la vida sin la constante presencia del teléfono?" Porque, para él, ha sido una especie de desintoxicación a la fuerza. "¿O todavía es muy pronto para esa pregunta?"
⚹ 𓂃 @rcnxie y fritz se sientan a comer juntos en la sala de las cuatro estaciones
" ¿Esto califica como fraternizar con el enemigo? " bromeó al acomodarse frente al chino y antes de siquiera recibir respuesta sólo meneo la cabeza y él mismo se rió de su tonta broma " ¿qué piensas del juego? " inquirió más por curiosidad que algo más, no quería pensar en estrategias o como lidiar con lo que venía cuando estaba comiendo " ¿en que equipo estás? "
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Aunque sus labios se separaron para dejar salir una respuesta, Ren volvió a juntarlos en una sonrisa pequeña.
"No sé si sea sabio admitir eso con quien es, de hecho, un enemigo." A pesar de la negación, su postura relajada parecía dar a entender que no se estaba tomando muy en serio la interacción. "¿Tan normal es jugarlo en el colegio?" Por un momento, se permitió viajar hasta su infancia. Quizá la suya no ha sido precisamente normal. "Pero nunca es demasiado tarde para aprenderlo, supongo. ¿Las ninfas son muy rápidas?"
REN HA DICHO: Nunca antes jugué este juego.
📍 CAMPO DE ARES. En ese preciso instante, Colton tiene dos opciones: ser un tipo decente o confundir más al pobre muchacho. Para fortuna del contrario, se levantó de buenas en la mañana de hoy. '¿Qué pasa, ni siquiera en la escuela? Es divertido, sabes. Sólo tienes que saber en qué momento correr... Justo como el pobre sátiro de allá, ojalá no lo atrape la ninfa. ¿Qué tal se te da escapar?' * ( @rcnxie )
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"¿Segura?" Dejó de enfocarse en su bandera por un momento para mirarla de lleno. Tras reposar la tela sobre sus propias rodillas, ladeó la cabeza. "Pensé que venías para estar conmigo porque habías disfrutado de mi compañía la última vez, pero supongo que es algo unidireccional." Aunque no se esforzó demasiado, algo de pena fingida logró colársele entre las facciones.
De hecho, no había nada que espiar, mas jugar con ella le entretenía más de lo que admitiría.
"¿Estás espiándome para robar información?" ( @rcnxie )
"¿Yo? ¿Por quién me tomas?" Pretendiendo ofenderse, ambos brazos son cruzados sobre el pecho y la barbilla se mantiene en alto, mirándolo como si esas palabras dolieran. Pero sí, estaba tratando de ver qué tanto había escrito en esa libreta, ¡y qué tiene!
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Menea la cabeza en negación. "Ni terapeuta, ni dios. Sólo otro desgraciado con suficiente mala suerte." Y empatía, también. Porque aunque estuvieran solos, prácticamente echados a la suerte en ese nuevo y desconocido lugar, al menos se tenían entre ellos. Pero sólo si lo deseaban de ese modo, ¿cierto? "Me dedico a área de la salud, pero nada tiene que ver con la mente. Quizá un poco con la vida— o, mejor dicho, su culminación." Intentó sonar como un verdadero enigma, ¡sólo para entretener la mente de la chica! ¿Cómo no? La suya también. "La penitencia podría venir después." Enarca las cejas. Aunque no quería asustarla con suposiciones erradas, así que volvió a negar. "Olvida lo que he dicho. Es un poco desconcertante, pero nada de lo que he visto en las últimas horas ha sido mínimamente predecible. Quién sabe qué pueda pasar mañana..." Guarda silencio, sumido de repente dentro de sus pensamientos. "Si fuese ese dios padre que mencionas, ¿hay algo que le dirías?"
mohín se forma en carmines, solamente al escuchar que posibilidad ajena rozaba idea propia de aquel destino. estaban muertos. ' claro. hasta tú puedes ser un constructo de mi mente. ¿quién sabe? ' cimenta con gracia antes de cruzarse de brazos, entretenida. ' lo imaginaba un poco más como... un purgatorio. ¿o penitencia?, no soy realmente religiosa. ' frunce nariz, devolviendo mirada oscura el minotauro que pareció detenerse para verlos fijamente, sintiendo ese estremecer nuevamente, como toda presa siendo observada. ofrecimiento ajeno, termina por distraerla, afortunadamente. ' ¿eres el terapeuta del lugar?, ¿o eres mi padre dios que intenta sacarme información?, realmente me engañaste, pensé que eras uno de nosotros. '
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Una nueva sonrisa se estira en su rostro. Por supuesto que era valiente, el encontrarse allí intentando adaptarse decía mucho de ella. O de ambos, de hecho.
"Nunca había conocido a una ¿influencer? ¿Debería pedirte un autógrafo? Quizá sea un anécdota que pueda compartir a mis conocidos cuando salgamos de aquí," menciona con suavidad, apenas inclinando la cabeza hacia ella. En el fondo tenía la leve esperanza que la estadía en ese lugar tuviera un inicio y un final. "Yo..." Y, justo esa, era la pregunta más difícil que le habían dedicado en las últimas veinticuatro horas. "Estoy un poco ansioso." Y ni siquiera podía decir que era por sus propios pensamientos. Desde que tenía uso de razón, ha tendido a ser sensible con las energías, las que cargaban el ambiente desde la llegada no habían sido las mejores. "Pero caminar ayuda a dispersarme. Caminar y charlar." Lleva las manos hacia atrás, con el rostro recibiendo la leve brisa que despeinaba alguna de sus hebras. "Creo que tuve suerte, mi sátiro me informó con anticipación y pude despedirme de mis abuelos. Piensan que me estoy tomando un año sabático." Alza los hombros. Había sido la excusa más simple. "¿Quieres hablar de los que nos están esperando? Podemos cambiar de tema también."
"El placer es mío, Ren". Espera que despojarse un poco del trato formal no sea un inconveniente para él, aún más cuando ha cruzado camino con otro ciudadano chino y sus siguientes palabras, por supuesto, son mencionadas en lengua materna con la naturalidad de quien habla con un apreciado conocido. A veces, es tan fácil para ella sentirse en confianza al recibir un trato cordial, ¡increíble! "Qué trabajo tan peculiar. Eres el primer patólogo forense que conozco". No admitirá que no tiene idea de qué va tal profesión, apenas puede asumir que trabaja con muertos y debe resistir el impulso de hacer alguna mueca de desagrado, por mero reflejo. "Pues yo soy modelo e influencer de moda y belleza. O lo era. No puede ser que destruyeran mi celular..." El recuerdo le roba un suspiro pesado, expresión transformándose en el triste reflejo de su sentir, hasta sus pasos lentos parecen arrastrarse un poco antes de recomponerse y carraspear suavemente. "Por supuesto que lo soy. Estás en presencia de una valiente mujer". Se echa flores con intención de levantarse los ánimos, omitiendo por completo que su sátiro casi tuvo que arrastrarla por el suelo cuando se echó a llorar en medio del bosque, presa de la desesperación. "¿Tú aún estás— nervioso? ¿Preocupado?"
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"¿Cuál es ese trabajo tan importante? Si se pudiera saber." Mientras esperaba por una respuesta, Ren intentó categorizarlo dentro de su mente en alguna profesión. ¿Actor? ¿Cantante? Sin poder evitarlo, las primeras ideas venían vinculadas al mundo del entretenimiento. Es decir, el muchacho tenía cierto porte que bien podría calzar en las pantallas. "Lo siento, estamos en las mismas circunstancias," sonrió de una manera más honesta con la mención del café. "Sin embargo, he estado pensando que si bien no podemos controlar el entorno en el que estamos, podemos elegir cómo enfrentarlo." Las manos se le frotaron en la tela de los pantalones. Sonaba, quizá, un poco tonto. ¿Mucho más fácil decirlo que hacerlo? Probablemente. "En todo caso, hay que esperar algunos días para ver qué tienen preparado para nosotros. Si no volvemos inmediatamente, también es una posibilidad ganar la suficiente confianza como para que nos entreguen un teléfono o algo así." Una vez más: fantasías. "¿Te apetece ir a tomar o comer algo mientras tanto?"
Su comentario lo hizo reír, era tierno que pensará que se trataba de alguien, pero la verdad era más patética, quien lo viera podría decir que era lamentable que se desviviera por su trabajo, pero era lo único que tenía y lo único que le daba lógica a su vida " Ojalá fuera tan fácil " comenzó cuando mirada volvió a la ropa y sólo hurgo un poco más antes de darse por vencido " Mi trabajo es mi vida, y no, mi maravilloso sátiro sólo me arrastro hasta aquí, dijo que iríamos a un café. Dejame decirte que es el café más raro al que me han invitado y mira que he ido a varios " le suelta comentario lleno de sarcasmo, su mano alboroto su propio cabello " eso quiere decir que tampoco tienes un medio para comunicación rápida, ¿verdad? "
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Unas ansias tan mundanas terminaron por estirar una sonrisa leve en el rostro del chino.
"¿Solías comer waffles con mucha regularidad? Porque no llevamos una semana aquí," hinca el codo en la superficie, con la mejilla descansando sobre su puño cerrado. Él no había tenido mucho apetito, sin importar el tipo de comida, ¿pero quién era para criticar el sentir ajeno? "Quizá algún sátiro todavía pueda ser sobornable."
# sala de las cuatro estaciones 、 diecinueve de mayo, en el desayuno.
sus manos las mantiene en la mesa, de codos a muñecas pegadas a superficie y manos las deja casi flotando, dudoso de comenzar a comer. '' ¿soy el único que extraña unos buenos waffles? '' palabras lanzadas a cualquiera que estuviese cerca, sin despegar su mirada del platillo. '' aquellos de paquete, los eggo para ser exacto '' continua, soltando un ligero suspiro. lo peor es que llevaban poco tiempo allí y ya echaba de menos eso.
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Por supuesto que asiente, ¡qué más podía hacer! Empezaba a sentirse incómodo en grupos grandes. El pánico o la molestia generalizada se le pegaba a la piel de un modo desagradable; para bien o para mal, toda la vida ha sido demasiado empático con los demás. Emociones negativas como aquellas se le contagiaban sin poder evitarlo.
"Yo soy Xie Ren. Un placer, Song Qingyue." Con la formalidad a la que suele estar acostumbrado le regala una inclinación cordial con la cabeza. A partir de ese punto se anima a dar los primeros pasos, lentos y sin el apuro de alcanzar al grupo que les dejaba atrás. "No sé qué tan relevante sean las presentaciones en el contexto en el que nos encontramos, pero soy patólogo forense. Además, me atreveré a agregar que he vivido toda mi vida en Shanghai." Es decir, por el nombre femenino podía asumir que compartían patria. "¿Qué me dices de ti? Parece que eres una señorita con nervios de acero. Te ves muy... tranquila." Y hasta le daba gusto descubrirlo, porque así podía él mismo distraerse de sus propios pesares.
Mención de zapatos impropios la lleva a observar, curiosa, hacia los pies del hombre; y el sonido ligero de su risa no tarda en llenar el breve silencio entre ambos. ¡Cómo aprecia a otra persona de gustos sobrios y elegantes! Esta es exactamente la clase de caballeros con la que aprecia interactuar. "Si no es una molestia para ti, me encantaría ir más despacio". De soslayo, puede notar al pequeño grupo de ¿semidioses? (¿así les habían llamado?) seguir al sátiro hacia un sendero por detrás de las cabañas. "Por cierto—" Aún sin emprender la marcha, extiende la diestra con delicadeza, su mirada suavizándose en gesto afable. "Song Qingyue. ¿Con quién tengo el gusto de charlar?"
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"Eh— no," ríe con nerviosismo, "esas prácticas requieren el cumplimiento de ciertos parámetros." ¡Además! ¿Pensaba que llevaba un pastillero de emergencia para ese tipo de casos? Es cierto que Ren trataba con personas que ya habían perdido la vida, ¿pero quitársela a otro? Jamás. "Elegí la vía forense, cuando llegan a mí ya están—," en fin, mejor se callaba o terminaría sonando desubicado.
Tras inclinar la cabeza, lee en la tarjeta: Kwon Yongho. Director de estabilidad financiera. Banco de Corea del Sur. Ren está enarcando las cejas cuando vuelve su atención a él, sorprendido de encontrarse con una persona con un título tan importante.
"Por lo que veo, todo esto no ha discriminado entre etnias, poder o—," se ve incapaz de terminar la oración, pues el impacto de un objeto golpeando contra su sien apenas le hace llevar la cabeza hacia atrás. Masajeándose la zona, se inclina para tomar el cartón vacío. "¿Quién....? Uh. ¿Le conoces?" Ah, ¿le habría mandado Lykos a hacer eso? "Señor Yongho," se recompone carraspeando. "Lo importante es que no perdamos la calma." Aún. "Le recomiendo que trate de ver todo esto con la mente en frío. Para eso necesitará dormir el tiempo necesario, tomar agua, no saltarse ninguna comida. Quizá tienen una buena noticia para nosotros en los próximos días." O quizá no. ¡Aquello era como mentirse a sí mismo!
¿eso había sido una risa? yongho, que ahora es condenado a ser la causa de comedia para el resto, cae rendido en la silla que se le ofrece. hasta se hace alante con los codos apoyados en la mesa y ahí esconde el rostro entre las palmas — torturado.
‘ doctor xie ren ’ habla bajo y pesado, escapa de su escondite para verle mejor. ‘ necesito que me recete algo que acabe con mi sufrimiento rápido … ¿no que hoy en día están bien vistas esas prácticas? ya sabe, por la voluntad y el bien del paciente — ’ se da unas palmaditas en el pecho, ya rozando la desesperación. ¿cómo no? si parece que está soñando y que sus vivencias desde que abandonó seúl no son reales.
al final se anima a rebuscar en el interior de su blazer y saca una tarjeta de presentación que le tiende. ‘ ¿importa acaso? tantos años de trabajo para que un ser mitad hombre mitad cabra nos secuestre y nos coma la cabeza ’ nooni, su sátiro, que parecía escuchar a la distancia, termina por lanzarle un brick de jugo vacío con la mala suerte de que no acierta, sino que golpea a ren. vaya, semidiós y sátiro tal para cual en el desastre.
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Inconscientemente, una de sus manos viajó para volver a acomodar uno de los mechones que caían sobre su frente, esos que arregló antes para cubrir la cortada sobre una de sus cejas. No era la gran cosa, honestamente, pero como ya lo habían atendido ha decidido mantenerla fuera de la vista.
"Sólo cuestiones menores. Pero no me preocupa," una sonrisa ablanda sus labios en una curvatura suave, "aún sin la ayuda de las ninfas no tendrá problemas en sanar." De todos modos, elije enfocar su atención en ella. De nuevo. Podía percibir el desagrado profundo que sentía hacia todo el escenario, uno que bien podría ser incluso mayor que el que él mismo sentía. Aunque el mismísimo Ren se sentía un tanto desolado, sintió pena por ella. No había nada que pudiera hacer para ayudarle.
Del fondo de uno de sus bolsillos sacó un pequeño bultito: una servilleta de algodón que envolvía frutos secos que se ha guardado como snack.
"¿Te gustan? Podemos compartirlo." Ofreció con el mejor de los ánimos. "Quizá no ayude con tu herida, pero están deliciosos." Además, le recordaría que no estaba sola en todo aquello.
suelta un exhalo corto, incapaz de resignarse. " me pregunto cuáles serán esos detalles. " comenta con aires irónicos, suficiente para dar a entender que en realidad no está interesada en conocer más sobre el refugio y los dioses... o simplemente de el panorama en general. luego, le dedica una mirada de reojo y asiente. " ajá, culpa de esas bestias, " las que permanecen detrás del velo, deseosos por atacar sin ninguna razón aparente. las odiaba desde ya. tanto por generar una herida en su cuidada piel y también por el peso de credibilidad que le otorgaban a todo aquel delirio. " ¿no te alcanzaron a ti? " indaga, buscando por indicios de alguna herida en contraparte. no podía ser la única con mala suerte, ¿verdad? " ¿semanas...? eso es... demasiado. " prosigue con pesadez. incluso un escalofrío le causa pensar en ello, ¡que horror! " no tengo idea, pero medicina convencional no es. si mal no recuerdo, ocuparon unas hierbas extrañas y agua fresca... " relata. en realidad, no prestó demasiada atención a las ninfas, estaba muchísimo más preocupada de quejarse en todo momento y chillar. " como sea, espero que mi herida no se infecte por sus métodos poco higiénicos. eso si que sería espantoso. "
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Ren eventualmente asintió. No esperaba que su comentario sonara fuese resuelto tan rápido. "¿Siempre has sido tan buena adivinando?" Esboza una sonrisa, quizá un tanto tímida. "Patólogo forense hasta hace... menos de veinticuatro horas. Unos conocimientos que espero no me sean de utilidad en este lugar." Aunque vaya que extrañaría desempeñarse como tal. ¡Tantos años de estudio para terminar en un campamento en la mismísima nada! "No sé cómo sentirme al respecto, pero suena a que terminaré decepcionando a mucha gente si ese llega a ser el caso," e, inevitablemente, intentó cubrirse con las hebras que caían sobre su frente. Ren no era del tipo de personas que podía siquiera matar una mosca.
Cual fuera la reacción que esperaba del contrario, no fue la que obtuvo; la tomó por sorpresa, de hecho, causando que dejara salir una risa aireada—. Déjame adivinar, ¿forense? ¿O micro? —Ese tipo de comentario le recordó a algunos de sus colegas, trayéndole un extraño sentido de calma después del día que había tenido. La ninfa a su lado quitó dos astillas de un tirón, haciendo que se estremeciera por reflejo, antes de revisar a su nuevo acompañante—. Al menos estarás a la moda con los jóvenes, he escuchado que les gusta ese tipo de cicatrices.
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"Intento que sea así, en la medida de mis posibilidades." Aunque diría que mantener la cabeza fría no es exactamente lo que hacía, tampoco mancharía su nombre tan temprano. Quizá sería mejor dejar que ella se hiciera una imagen de sí mismo por cuenta propia. "Si lo que buscas es sabiduría, no te recomendaría acercarte mucho al mío," menea con la cabeza con cierta decepción en la voz, aunque sin abandonar del todo el tono juguetón. Podría imaginar a Lykos emergiendo de la mismísima nada, así que no sería osado con sus palabras. La mención de la hermana, sin embargo, le deja una punzadita aguda en el pecho. Él también había tenido un hermano. Un hermano que hacía mucho que no veía. "Debes ser una de las pocas personas que se encuentra aquí con, al menos, un rostro familiar." Debe ser mucho más llevadero, piensa. Y podría jurar que casi siente envidia. "Casi podría decir que ambas son afortunadas." Casi, porque si lo fueran no habrían terminado involucradas en aquella locura en primer lugar.
visión viaja al portador de aquella voz masculina apenas palabras llegan a sus tímpanos y el comentario le hace sonreír de manera genuina ‘ quizá hablar como un anciano es algo necesario para sobrevivir a todo esto ’ índice se eleva en el aire y señala a su alrededor, ligero tinte de diversión aparece en la oración sin permitir que las comisuras de sus labios desciendan. leyla pensaba que hablaba de ser precavido y eso a su parecer en el entorno actual no era algo malo ‘ quiero decir, pensar antes de hacer las cosas es importante ’ explica ‘ ¿sueles mantener la cabeza fría? ’ por su parte pecaba de impulsiva en ocasiones. asiente con suavidad ‘ creo que tienes razón, me tomaré mi tiempo ’ concede, aceptando que en esta oportunidad era mejor no intentarlo. ‘ volkan está ayudándome a conseguir a mi hermana ’ explica con tranquilidad ‘ él debe estar en el comedor y yo creí que ella podría estar aquí ’ agrega ‘ ¿el tuyo?, tal vez me lo puedas prestar por unos segundos para obtener un poco de sabiduría ' bromea.
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¿Un actor? ¿Él? Sin poder evitarlo, a Ren se le escapa una risita exhalada. Hasta donde tiene conocimiento, jamás le habían confundido con tal profesión— pero considerando el escenario, es posible que entendiera de dónde venía la concepción así que intentó no reír tan fuerte. O, mejor dicho, no hacerlo.
"Creo que será mejor que se siente." Extendiendo una mano para señalar el asiento contiguo, usó su mejor voz de doctor, esa que sólo había empleado en sus años de práctica. Es que normalmente no tenía que hablar con sus pacientes. "¿Cómo te llamas? Yo soy Ren, por cierto Xie Ren. Soy doctor. Nunca tuve mucho talento para pararme frente a un público... Si te soy honesto, soy un poco tímido," sonríe con suavidad, "¿qué me puedes decir sobre ti?"
le tienen que estar grabando. es que no hay explicación lógica. está siendo víctima de un experimento social, o de una broma de sus compañeros para celebrar su no-se-cuanto aniversario en el banco. ha escrito y tachado, esa libreta suya está en peor estado que el itinerario que le escribió el condenado de nooni. pero es que no, no le hace sentido. se aclara a la garganta en lo que se aproxima a la persona frente a sí en la mesa. ' te pillé, no hace falta que sigas fingiendo ' susurra como si fuese a haber alguien con superpoderes para oírle. ' eres actor, ¿a que sí? te contrataron como parte de una cámara oculta ' ✦ diecinueve de mayo, durante el almuerzo en la sala de las cuatro estaciones
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"No todos los cuernos son visibles." Para desgracia suya, la boca se le movió demasiado rápido modulando aquel disparate. Que, bueno, intentaba ser un chiste— un chiste que en su mente hacía sido mucho más gracioso. "Eh, quiero decir," carraspea. La sonrisa que originalmente intentó emerger se volvió nerviosa. "No, no tengo cuernos," inhala profundo, mira su entorno y termina por entregar su vaso de agua. "No he tomado, ¿quieres beber un poco? Podemos tomar... asiento," murmura sin poder evitarlo. Entendía de dónde venía el razonamiento de la mujer, ¡él mismo había sido visitado por los mismos pensamientos! Pero semanas atrás, cuando sus ojos empezaron a ser testigos de cosas que jamás pensó se materializarían. "Si necesitas conversar con alguien, aquí estoy. Me llamo Ren."
"psicosis colectiva, tal vez provocada por el derrame de gases tóxicos o aguas contaminadas" habla para sí misma, aferrada a los bordes de la mesa. ha pasado los últimos minutos intentando descubrir la causa de sus alucinaciones sin éxito. "o... o comí algo en mal estado, sí. debe ser eso, ¿verdad?" cuando se gira nota a otra persona cercana a ella, estirando una mano para llamar su atención. "tú no tienes cuernos."
📅 19 de mayo, sala de las cuatro estaciones.
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"Bueno—" Se le escapó una risita nerviosa. No podía decir que era lo que siempre había esperado, pero tampoco que le había tomado como una completa sorpresa. "Digamos que a mi sátiro le encantaba pintarme en las situaciones más descabelladas. Así que... pensé que sería mejor." Murmura. ¡No es un buen consuelo! Ni siquiera intenta que lo sea, pero al menos está siendo honesto. "¿El tuyo no te dijo nada?"
‘ uh, ¿entonces no puedo volver a mi casa nunca más, o...? ’ inquirió, mirando a la persona más cercana. todo el tema de ser semidiós y estar en un campamento, abandonando su anterior vida, parecía un sueño febril. ‘ ¿tú estás bien con eso? ’ su vida nunca fue perfecta, pero la había construido con esfuerzos. no podía simplemente... abandonarla.
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A Ren le gustaría decir que se encuentra abrazado por el mismo tipo de negación. Pero considerando la cantidad de personas congregadas, y las palabras solemnes de quien le recibió, no está tan seguro. "Tendremos que esperar... Quizá nos den más detalles en unos días." Aunque esos detalles no fuesen los que ella esperaba escuchar. ¡Quién sabe! Esperaba que, como mínimo, su ansiedad pudiera ser controlada para entonces. "¿Es profunda?" Sin poder evitarlo, se inclinó para tener una mejor imagen de la herida mencionada. "Probablemente en pocas semanas estará la piel como nueva. Aunque no sé qué tipo de seguimiento puedan hacer las ninfas al respecto. O qué tipo de ciencia o medicina usan." ¿O magia? Porque era eso, ¿¿cierto??
📍 sala de los lirios. " más vale que esto no deje una cicatriz, " murmura, lo suficientemente alto para que quién está cerca pueda escuchar sus quejas. hay un rasguño en su clavícula, pequeño, mucho más de lo que estaba en principio... todo gracias a aquellas criaturas mágicas, cuya naturaleza todavía causa discrepancia. " tengo una conferencia de prensa dentro de unos días. " ¿qué no iba a volver a casa? pf, vaya tontería. el discurso del hombre viejo le entró por un oído y le salió por el otro. " ¿cuántos días nos tendrán acá? ¿dos, tres? espero no sea demasiado tiempo. "
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