Tumgik
sheepindevildom · 4 months
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¿A quien amas?
Personajes: Beelzebub, Lucifer y Solomon x F!MC
Advertencias: Smut, doble penetración, oral, sobreestimulacion, mordidas, negación del orgasmo.
Resumen: ¿Que es amor? Cuando una persona comparte los mismos sentimientos que tú, pero que pasa si más de una persona te ama, te vuelves el deseo profundo de ese alguien y tu corazón no es capaz de escoger.
Notas: (...) se usa como referencia para añadir al lector. Y demasiado largo.
Pedido hecho por @bl00dylust (perdón el retraso)
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El camino hacia la escuela en su mayoría lo hacía acompañada de uno de los hermanos, en este caso Beel era quien iba a su lado, a menudo llevaba bocadillos consigo, pero hoy se veía bastante pensativo, algo inusual en él.
—Beel, ¿estás bien? —al escuchar su nombre giró su mirada hacia ti.
—Mmm —trataste de averiguar en su mirada que era lo que le tenía tan pensativo, pero nada, no había nada que pudiera indicar algo. —Si, (...), estoy bien, no tienes que preocuparte de nada—. Claramente si tenía algo, pero no creía que fuera algo malo.
—Esta bien, si tú dices que lo estás, entonces está todo bien.
Continuaban su camino en silencio, no era incómodo, pero había algo que se podía sentir entre ellos, Beel de vez en cuando desviaba sus ojos hacia ella, en como caminaba, en los movimientos de sus manos, las veces que sus labios se entre abrían ligeramente al suspirar e incluso en como sus piernas se tocaban ligeramente, Beel lo veía todo, como si ella fuera una presa.
Para (...) situaciones así no eran extrañas, pero siempre le daban un pequeña sensación de algo, quizás algo intuitivo, como esas veces en la que sentía que alguno de los hermanos la miraba, o cuando la evitaban porque ellos mismo sabían que no podrían controlarse, Beel estaba extraño, pero no entendía de qué manera, aunque podía sentir que no era algo malo.
—Bueno, creo que ya llegamos, ¿que clase tienes ahorita? —preguntaste mientras colocabas tu mochila al frente para buscar algo dentro de ella. Beel siguió cada movimiento tuyo con su mirada, tus manos eran tan pequeñas en comparación a las de él, y sus muñecas parecían tan frágiles.
—¿Beel? —te escuchó repetir su nombre, y con eso pareció volver a sus sentidos.
—Historia demonologica —respondió con pocos ánimos, sin duda era su clase menos favorita. Le sonreíste al ver cómo su expresión había cambiado, parecía ser el de siempre.
—Tranquilo, si necesitas ayuda, puedes pedírmelo —le respondiste con una sonrisa que él te regresó, sí, Beel lo sabía, eras demasiado buena, como acto involuntario se agachó hasta tu altura y depositó un beso en tu mejilla, no te sorprendió tanto, pero quizás con la delicadeza con la que lo hizo, si. Lo miraste un poco avergonzada, y de inmediato apartaste tu mirada.
—Bueno, hay que apresurarnos, nos vemos después de clases —dijiste, y sin esperar a que te respondiera de vuelta, corriste hasta tu salón. Beel solo se quedó ahí de pie sonriendo.
Pero a lo lejos, alguien había presenciado todo lo ocurrido.
•••
La clase había parecido durar demasiado, o eso habías sentido, pues te la pasaste pensativa sobre lo ocurrido, aquellos actos de los hermanos eran normales, bastante normales para ti, el poco respeto hacia tu espacio personal era normal, e incluso te habías rendido en decirles que te dejaran respirar un poco cuando llegaban a ti, exceptuando de algunos hermanos.
—¿Estás bien? —como un dejá vu escuchas la misma pregunta que le habías hecho a Beel, pero está vez viniendo de Solomon hacia ti.
—Si, si, estoy bien, solo estaba algo distraída —te excusas, pero él sabe que no es así, él a diferencia de ti, si podía decir que era bastante intuitivo.
—Sabes que puedes pedirme ayuda en lo que sea —toca la coronilla de tu cabeza y como acto seguido lleva su mano hasta tu barbilla—. Puedes contar conmigo —tan cerca, tan ligeramente cerca de tus labios pronuncia esas palabras, nuevamente sientes el mismo nerviosismo que sentiste como con Beel.
—Si, lo sé —dices apresuradamente y terminas de meter todo en tu mochila—. Debo ir a mi siguiente clase, nos vemos.
No esperas a que Solomon te responda, y sales del aula, el joven mago se queda mirando, la sensación que provocas en él lo volvía loco, tanto que no podía controlarse.
Cuando sales del salón avanzas algunos metros antes de dar vuelta en una esquina y chocar contra alguien, aunque por fortuna te sostiene antes de que pudieras caer o algo parecido.
—(...) debes tener más cuidado cuando caminas —uh oh, es la voz de Lucifer, parecía que el día había conspirado para ponerla en situaciones donde se sintiera tan avergonzada.
—Si, lo siento, es solo que he estado algo distraída —te excusas, levantas la mirada hasta él y puedes ver cómo enmarca una ceja mientras te sonríe. Cuando quieres retroceder te das cuenta que aún no te había soltado.
—¿Y que te ha hecho estar tan distraída? —pregunta a la vez que la presión de su brazo con tu cintura aumenta ligeramente— ¿Acaso tiene que ver con algo que te pasó está mañana?
Esas últimas palabras hicieron que tú corazón se volcara con una extraña sensación, ¿acaso él le estuvo viendo? ¿Y por qué? ¿Fue mera casualidad o fue por otra razón?
—No, no... —respondes nerviosa y como puedes, lo apartas de ti sin ser tan brusca, no eres capaz de levantar la mirada, pero tratas de alguna manera, darle una explicación—. Son por las clases, parece que se están volviendo algo difíciles, así que es eso —esperas a que diga algo, teniendo la pequeña esperanza de que te crea.
—Entiendo —sus ojos te miran fijamente, esperando que levantes la mirada, pero no lo haces—. Si necesitas ayuda en algo, llámame, vendré hasta ti —menciona, y con eso dicho, se retira, dejándote sola en el pasillo.
Nuevamente esa sensación, ese nerviosismo, la manera en que tu pecho sobresaltaba ante la cercanía de otro, aún cuando estuviste conviviendo con los demás, lo que sentías cuando ellos se acercaban a ti era extraño, Beel, Solomon y Lucifer, los tres te hacían sentir tan nerviosa.
Sientes que tu mundo se hace un poco pequeño ante ese pensamiento, y no puedes evitar preguntarte, ¿Y si ellos llegan a sentir lo mismo? Aunque igual te preguntabas si eso es posible, era bastante ambicioso de tu parte creer que ellos tres pudieran amarte, pero de ser así, ¿a quien amas? ¿A quien de los tres podría amar?
No lo sabías, y a su vez, temías saberlo.
•••
Después de ese día, los demás se habían vuelto similares, cada vez que te encontrabas con alguno de ellos podías sentirte nervioso incluso avergonzada, y querías evitarlo lo más posible, las veces que ibas a tu habitación y no querías salir solo por el hecho de toparte con Beel o Lucifer, al menos respirabas un poco de Solomon, pero aún así, el pensamiento seguía ahí, al igual que las sutiles señales.
Cuando Beel se acercaba a ti, la manera en que olía tu cuello, o las pequeñas mordidas que dejaba en ti. Cuando te encontrabas con Lucifer, su aura pareciera volverse un poco más intimidante, se volvía más atento a ti e incluso se acercaba más físicamente, y Solomon, al estar junto en la mayoría de clases, era tener su pierna jugueteando con la tuya, juntar sus manos o tener su mirada sobre ti, esas señales de que ellos querían tener algo contigo.
No podías más, necesitabas saber, no querías crear falsas ilusiones y quedar más avergonzada, pero al menos al preguntar, podrías quitarte un peso de encima, una decisión quizás demasiado valiente y directa de tu parte.
Y quería de alguna forma afrontar eso, ya que los demás hermanos parecían darse cuenta que algo le pasaba.
"Debemos hablar, nos vemos en la oficina de Lucifer"
Un mensaje breve y conciso, le das enviar y le llega a cada destinatario. Sales antes de la clase con la excusa de que te habían llamado desde antes, y esperas un poco, no deseas toparte con Beel o Solomon durante el trayecto.
Cuando crees que paso el tiempo justo, llegas directo a la oficina, al momento en que te escuchan llegar sus miradas van directo hasta a ti, Lucifer está sentado detrás de su escritorio, Beel está sentado sobre el sofá que está en la oficina y Solomon está de pie recostado sobre la pared.
—(...), al fin llegas —la voz de Lucifer es suave, pero autoritaria—. Dime, ¿de que querías hablar?
Tu valentía se desmorona, te sientes nerviosa e incluso acalorada por la situación, sientes que las palabras están atoradas en tu garganta, te tomas unos segundos y respiras profundamente, das varios pasos y estando en medio de ellos, sin pensarlo mucho, preguntas.
—¿Alguno de ustedes siente algo por mi?
Los miras, ellos te regresan la mirada, después se miran entre ellos y de ahí escuchas, ligeras risas, lo sabías, era demasiado tonto preguntar y bastante arrogante de tu parte.
—Fue algo que también me pregunté —el primero en responder es Solomon, lo miras inquieta—. No soy tonto, de vez en cuando veía como se comportaban a tu alrededor.
—Lo mismo digo —le sigue Lucifer—, en más de una ocasión llegué a verlos juntos, la verdad, no me importaba que estuviera Beel de por medio, pero a quien no aceptaba era a él —señala a Solomon quien le regresa una sonrisa, entonces piensas que esa vez que Lucifer te pregunto aquello era porque te había visto junto a Beel.
—Aunque nunca llegué a verlo, podía olerlo, las veces que estuvieron cerca de ti y como habías reaccionado —dice Beel, ves que se levanta y se acerca hasta ti—. Justo como ahora —se acerca y huele tu cuello. Te quedas quieta.
Y tiene razón, cada vez que él se había acercado a olfatear tu cuello, siempre había sido después de tener un encuentro con cualquiera de los otros dos.
—Asi que podríamos decir que si, que quizás los tres estemos interesados en ti, pero ¿que hay de ti (...)? —Solomon te mira, no sabes que responder, el hecho de que tuvieras a Beel cerca de ti, tampoco te ayudaba a pensar bien y sin duda, tu cuerpo pareciera que estuviera calentándose por estar con ellos tres en un mismo lugar.
—Yo... No sé...
—¿No sabes o no quieres decirnos? —Lucifer se levanta de su lugar y rodea la mesa, cruzando los brazos sobre su pecho.
—¿O es que no puedes pensar con claridad? —Solomon parece que se burla de ti con esa sonrisa.
Y Beel sin decir nada rodea su brazo sobre tu cintura, pegando su cuerpo al tuyo, aspirando con fuerza tu olor.
Tragas saliva, te sientes más nerviosa, no puedes pensar con claridad, remojas tus labios una y otra vez intentando decir algo, pero nada sale, y entonces recuerdas, que alguien alguna vez lo menciono, que no solo el corazón es capaz de sentir, sino que tú cuerpo también, lo que sientas con ello, podría darte las respuestas.
—Yo... —un gemido suave sale de tus labios, Beel parece desesperado, su lengua roza en la curvatura de tu cuello—. Beel... espera un momen- Ah...
Te sostienes del brazo sobre tu cintura, evitando que tus piernas caigan.
—No te preocupes (...) —Solomon se acerca, escucha a Beel gruñir ligeramente pero aún así continua probando tu cuello, mordisqueando ligeramente—. Te ayudaremos a aclarar tus pensamientos —su voz se vuelve un poco oscura.
Escuchas el timbre dando por finalizadas las clases del día, y sabes que te quedarás sola, sola con ellos, y que quizás, terminaste ahí porque así lo querías o porque tal vez ellos lo querían así. Sea cual sea la respuesta, ya no había vuelta atrás.
Las manos de Solomon van hasta los botones de tu chaqueta, quitando uno tras otro mientras las manos de Beel comienzan a acariciar tu vientre por encima de la ropa, y Lucifer solo te mira, la vergüenza que sientes sobre ti misma al sentirte tan expuesta provoca algo sobre tu feminidad.
Escuchas como la chaqueta cae al suelo, y ahora son las manos de Beel que ayudan a quitar tu camisa, yendo primero por los botones de arriba, dejando ver tu sostén, sus labios aún se pasean en la curvatura de tu cuello, mordiendo y lamiendo, tu mano llega a su hombro, empuja do más cerca de ti, dándole más permiso para que deje sobre tu cuello toda marca que quiera, tu respiración se agita y puedes sentir como su mano llega hasta tu seno, lo toma ligeramente y aprieta, su otra mano sigue quitando los demás botones restantes.
Aunque tú atención está en Beel aún puedes sentir las manos de Solomon dirigiéndose hasta tus pies, retirando tus zapatos, de ahí sus manos comienzan a deslizarse hacia arriba sobre tus piernas, rozando con sus dedos sobre tu coño encima de la ropa, tomando con su otra mano tu rostro para besar tus labios, su aliento es cálido y mentolado, sientes como se desliza tu prenda inferior, quedando solo en ropa interior, complemente expuesta.
Escuchas la hebilla del cinturón de Beel, y puedes sentir su miembro duro detrás de ti, sus manos siguen jugueteando con tus senos, tomándolos por completo y apretando, torciendo tus pezones y jalando, eres un desastre sensible y caliente, gimes sin parar entre ambos, y aún así, tus ojos van hasta Lucifer, quien no se movió de su lugar, pero en cambio ves como sus ojos están fijos en ti, en tu cuerpo, en el calor que emana tu cuerpo.
—Ah... Beel... —gimes al sentir el miembro de él detrás de tu trasero.
Miras como Solomon se agacha hasta la altura de tu coño, sientes como sus dedos se deslizan en tu prenda ahora húmeda por tus propios fluidos y das un grito cuando sientes su lengua por encima de tu ropa interior.
—¡Solomon!
Él se ríe y continua con su hazaña, una de tus piernas termina sobre su hombro, puedes sentir como hace a un lado la prenda para que su lengua pueda explorar dentro de ti, tu mano va involuntariamente hasta su cabeza atrayendolo mas hacia ti, su lengua pasa entre los labios de tu coño, besando esa parte de ti, presionando más y más ese botón tan sensible en ti. Las manos de Beel no dejan de recorrer tus pechos y como su miembro se presiona detrás de ti, una de tus manos va hasta su miembro y comienzas a moverla de arriba a abajo, lo escuchas gemir cerca de tu oído, tu otra mano no deja de empujar la cabeza de Solomon sobre tu coño.
—No pa- Ah.... no pares (...) —la voz de Beel es tan necesitada y tú no haces más que obedecer, no dejas de mover tu mano dándole placer mientras él no para de apretar y acariciar tus senos. Tu otra mano se enrosca en el cabello de Solomon cuando te sientes tan cerca de llegar a tu primer orgasmo.
—No tienes idea de lo buena que sabes (...) —dice desde abajo sin dejar de lamer tu coño y llevar dos dedos suyos dentro de ti, lo sientes moverse por dentro, entrando y saliendo con lentitud y curvandose en tu interior.
Tus gemidos se vuelven más altos, ya no te sientes capaz de sostenerte por ti misma, solo sigues disfrutando de la manera en que ambos te llevan al placer, tanto que parece que olvidas que Lucifer sigue ahí, esperando pacientemente su momento, quien desde hace rato había desabrochado su pantalón y sacado su miembro, el placer que le provoca verte siendo tomada por Beelzebub y Solomon fue algo que no esperaba sentir, pero ver cómo tú cuerpo se dejaba llevar por ellos dos lo volvía loco. Su mano subía y bajaba, al mismo ritmo en que tú movías tu mano sobre el miembro de Beel y por cada vez que gemias al sentir la lengua de Solomon deslizarse sobre tu coño.
—Si... más... más... —cada vez mas cerca, te desesperas, presionas con más fuerza la cabeza de Solomon contra tu coño, escuchas como la voz de Beel aumenta, él también está cerca de llegar, así que tu mano no deja de moverse de arriba abajo hasta que por fin lo sientes y al mismo tiempo tú también, los labios de Solomon besan tu coño, tomando todo de ti y tú sientes todo el líquido de Beel caer sobre tu mano, con tus dedos tomas lo que puedes y lo llevas hasta tus labios.
—Beel —de nuevo la voz de Lucifer llama a su hermano, y está vez tú le miras, te sorprendes al ver qué las cosas de su escritorio no están, estabas tan concentrada en tu placer que no viste cuando todo fue quitado—. Traela hasta aquí, ya se preparó lo suficiente para recibir un poco más.
Obedeciendo a su hermano te lleva hasta arriba del escritorio, colocando tu cuerpo boca arriba y ahora puedes ver a los tres, tan deseosos de ti, Beel a tu derecha, Solomon a tu izquierda y Lucifer a tus pies.
—Es hora de divertirnos en serio (...) —susurra jalando tu pierna, llevando tu cuerpo más cerca de él, tu coño más cerca de su miembro—. Así podrás saber a quien de nosotros amas.
Dice para dar como terminada la conversación, y sientes como la punta de su pene entra poco a poco a tu coño palpitante, sigue ese mismo recorrido lento hasta entrar por completo en ti, enterrandose por completo, tu espalda se arquea contra la mesa, la mano de Solomon toma tu mano izquierda y la dirige hasta su miembro y en cambio Beel toma tu cabeza para acercarla más al borde de la mesa.
El ritmo de Lucifer comienza a aumentar, golpeando contra tu coño necesitado, tu mano se mueve sin dejar de masturbar el miembro de Solomon, y la punta del pene de Beel descansa en tu boca, tratando de acostumbrarte al grosor, no puedes evitar gemir y que tus movimientos sean erráticos, el placer que te provoca el golpeteo en tu coño no te deja controlarte o tener una mínima de estabilidad.
—Estas tan caliente aquí dentro (...)
Las manos de Lucifer sostienen tu cadera con fuerza, sin dejar de golpearte contra ti, yendo tan profundo y a un ritmo considerado, incluso puedes sentir como la mesa se mueve ligeramente, tus ojos se cierran con cada golpe que pega en el punto correcto dentro de ti, sientes como tus pechos se mueven de arriba a abajo, Beel que tenía su miembro en tu boca toma tu cabeza y empieza a empujar lentamente, sientes unas leves arcadas, pero resistes, tu mano parece apretar un poco más el miembro de Solomon y no la dejas de mover de arriba a abajo.
Beel sostiene bastante bien tu cabeza mientras folla tu garganta, golpeando su miembro dentro de tu boca, un grosor que te hace abrir demasiado tus labios para que pueda entrar bien en ti, recibiendo bastante bien cada golpeteo, un ritmo que poco a poco va aumentando como el que recibe tu coño, la pelvis de Lucifer no deja de pegar contra la tuya, sus gemidos y gruñidos que lanza lleno de satisfacción, de todas las veces que llegó a pensar en volverte suya este fue una que jamás se le cruzó por su cabeza, ver cómo tomas bastante bien su miembro en tu coño y como comes la de su hermano mientras te ocupas de masturbar a Solomon que no hace más que morder sus labios al sentir tus manos subir y bajar.
Lucifer toma tu pierna izquierda y la coloca sobre su hombro, acostando tu cuerpo de lado para entrar más profundo en ti, Solomon se mueve mas cerca de la mesa y ahora tu boca tiene la posición perfecta para tomar la velocidad y brutalidad de Beel al golpear su miembro dentro de tu garganta. La mesa cruje y se mueve con cada golpe, tus gemidos ahogados y tus ojos llorosos, el dolor y el placer que provoca estar en esa posición, con ellos en tal forma. Chocas contra la pelvis de Beel, tu mano agarrotada que no para de masturbar el miembro de Solomon, sintiendo las primeras gotas de su orgasmo, el hechicero se ríe, disfrutando del espectáculo sucio en que te estabas convirtiendo.
Unas estocadas más golpean contra tu garganta mientras tu cuerpo se mueve contra las caderas de Lucifer, la gran mano de Beel se posiciona detrás de tu cabeza y te sostienen pegada contra su pelvis, dejando dentro de tu garganta su miembro, sintiendo como su semen te ahoga, tratas de empujarlo un poco para que te deje respirar pero él no te deja y no tienes más opción que empezar a tragar todo con dificultad, un sabor amargo y espeso. Cuando por fin sientes tus labios libres y como duele tu garganta, no eres capaz de cerrar tus labios y solo dejas escapar los gemidos que provoca las estocadas de Lucifer contra tu coño, estás cerca de llegar, cierras tus ojos esperando tu orgasmo y gimes cuando Lucifer sale de ti.
—¿Que...? —estas perpleja, incluso podrías decir desilusionada— Luci- ¡AH!
Lucifer hace un gesto para que guardes silencio, golpeando con su pene sobre tu coño.
—Beel, ven aquí —llama a su hermano, Lucifer te carga, tu espalda está contra su pecho, puedes ver cómo Beel se acomoda sobre la mesa, posiciona cada pierna a los lados de la mesa y su miembro esta erecto, un grosor gordo que incluso te hace pensar aún como fue que entró en tu boca.
Solomon que mira todo, se encuentra indignado, él es quien más espera poder follar tu coño. —Si, claro, déjenme al final —resopla con molestia, aunque su voz suena algo juguetona.
Lucifer que parece burlarse de él se ríe, pero no sé dejará convencer con sus palabras, te lleva hasta el cuerpo de su hermano y ahora es Beel quien te sostiene y empuja su miembro dentro de tu coño que al contrario de su hermano entra de golpe en ti, un grito ahogado sale de tu garganta y sin esperar a que te acostumbres comienza a mover sus caderas, empujando de arriba a abajo, te sostienes con el pecho de Beel, rebotando una y otra vez tu trasero contra su pelvis, y de nuevo sintiendo cerca del orgasmo, Lucifer detiene a su hermano.
—Es hora de ver cómo tomas a ambos, (...) —Lucifer te empuja contra el pecho de su hermano, colocando una mano sobre tu espalda, sientes como la punta de su miembro se coloca en tu otro orificio.
—Espera Lucifer, espe- ah... no... —tratas de detenerlo pero él continúa con su empuje, entrando poco a poco, tus uñas se encajan en la piel de Beel quien gruñe, suspiras fuertemente cuando por fin sientes que entró por completo.
—Ahora vamos a movernos lento —susurra Lucifer inclinado sobre ti, y ambos hermanos empiezan sus movimientos.
Solomon celoso de como ambos te tienen solo para ellos, atrae tu cabeza, si tomaste a Beel, claramente podias tomar la de él. Coloca su miembro dentro de tu boca y golpea con un ritmo muy diferente al de ambos hermanos, es tosco y brusco, también quiere poseerte, llenarte de él, llevarte hasta el borde de la locura, aunque cree que ahora estás ahí en ese punto. El ritmo de los hermanos empieza a aumentar, tus lloriqueos se hacen más fuertes, puedes sentir como ambos hermanos se esfuerzan por no salir de ti y solo seguir golpeando en tus orificios.
—Vamos, (...), mira lo bien que nos tomas a los tres —Solomon te sonríe, estás hecha un desastre, los tres tan sudorosos y excitados.
—Este lugar se siente mucho mejor —Lucifer no deja de golpear en tu trasero, inclinándose sobre ti mordiendo tu espalda y hombros, dejando marcas rojas y profundas.
Esta vez sin contenerse ninguno de los tres golpean en ti, con fuerza y brutalidad, te sostienes del borde de la mesa mientras recibes el miembro de Solomon en tu boca, golpeando dentro de ti una y otra vez, puedes sentir como sostiene tu cabello con fuerza, y las arcadas que suenan de tu garganta al recibir cada golpe de parte de Solomon. Ninguno de los tres paran con sus miembros entrando y saliendo de tus agujeros, te sientes adolorida y cansada, las fuerzas de tus brazos van decayendo, el ambiente en la oficina se ha vuelto más caliente, sus cuerpos rebotando uno contra otro, el sudor que se desliza entre sus pieles, los gemidos que cada uno de ellos deja escapar de sus labios, sus gruñidos y la fuerza con la que sostienen tu cuerpo y rostro, puedes sentir que estás cerca de tu orgasmo y ellos al mismo tiempo están cerca de llegar por la manera en que golpean con más brutalidad.
Solomon gime con fuerza, el líquido caliente golpea sobre tus garganta, te sostienes contra él dejando que tragues hasta la última gota mientras aún eres golpeada por Beel y Lucifer quienes aún no llegan a su orgasmo.
—Espero que después de esto me dejen probar allí —les reclama a ambos.
Lucifer sigue golpeando, viendo como tus agujeros reciben bastante bien dos pollas al mismo tiempo, sin duda es una buena vista, sus estocadas parecen cada vez más violentas y erráticas, el primero que parece en llegar es Beel, quien sostiene tus caderas para que pueda golpear más profundo y de ahí le sigue Lucifer, quien levanta tu cuerpo para llegar más adentro, ambos continúan golpeando hasta que te escuchan lanzar un grito y ellos gimen, tus fluidos se mezclan con los de Beel y sientes tu trasero caliente, te sostienes contra Lucifer, quien toma tus senos y los acaricia, él aún se siente con energía para otra ronda, Beel quien espera hasta que la última gota de él salga y se quede en ti para poder apartarse y le deja su lugar a Solomon quien sin duda estaba muy ansioso de probar tu coño, no le importa ver cómo tu cuerpo está agotado o que pareces perdida en el éxtasis, y se mete directamente a tu coño, sin esperar nada comienza a golpear, subiendo y bajando su cadera mientras que Lucifer aún tiene su miembro en ti, pero sin moverse, mantiene tu espalda sobre su pecho, retorciendo tus pezones, incitando a su hermano a que venga y los muerda, y es lo que hace, tentando a la vista, muerde ligeramente cada pezón mientras sientes tu coño ardiendo por cada golpe de parte de Solomon, ya no eres capaz de escuchar tu propia voz entre los gemidos o al menos tus propios pensamientos, tu cuerpo arde y duele, las manos de Beel bajan a tu clítoris, acariciando mientras recibes el miembro de Solomon una y otra vez golpeando en tu interior, la sobreestimulación te vuelve loca, dejándote mal con cada golpe.
—Solo un poco más (...) —dice Solomon.
Continua golpeando en tu interior, los dedos de tus pies se encogen, sientes como tú cuerpo se contrae, el ritmo rápido, la manera en que tu cuerpo fue tratado, el dolor palpitante y placentero, Solomon no paraba de moverse, sus uñas estaban enterradas en la carne de tu cadera, moviéndose de arriba a abajo chocando contra tu coño, tan húmedo y fácil de deslizar, tan excitado que te sentías cerca del final.
Tus pezones dolían, notas las marcas que Beel dejó en cada mordida, tu coño no para de doler, continuas recibiendo golpe tras golpe, el dolor te hace gemir, sientes que no puedes más, Solomon continua aumentando la fuerza de sus estocadas, el chapoteo de los fluidos que se mezclaron antes, tu cuerpo no para de subir y bajar, parece que poco a poco vas perdiendo tus sentidos y cuando sientes que eso pasa la boca de Beel hace su trabajo en traerte de vuelta, mordiendo con fuerza tu piel, jalando tus pezones y succionando con fuerza, un golpe, dos, tres más, los fluidos comienzan a deslizarse entre tus piernas, nuevamente, un golpe, dos más, un grito sale de tu garganta y Solomon se eleva para quedar frente a tus pechos y los acaricia mientras se mueve lentamente para salir de ti.
Lucifer que nunca salió de tu trasero ahora lo haces y sientes la diferencia, como si una parte de ti fuese quitada, tu cuerpo se siente solo, el hecho de que hace un momento estuviste siendo ocupada por los tres, que no pararon de golpear cada agujero en ti, ahora se sentía extraño, los necesitabas de vuelta a ti.
—Tranquila, pareces que estás muy necesitada —Solomon continua golpeando lentamente, parece divertirse con tu imagen toda sucia y maltratada.
—Pero ahora necesitamos una respuesta —ahora Lucifer se burla de ti—. Pero no te preocupes (...), si ahorita no eres capaz de responder podemos intentarlo nuevamente, para que decidas.
Tu cuerpo tiembla, las marcas en tu piel son rojas y visibles, sin duda quedarán por bastante tiempo, por fin, Solomon sale de ti. Beel te carga y te lleva al sofá de la oficina, brevemente podías verlos entre lo que tú conciencia iba y venía.
—Aun me falta disfrutar más de ti, así que no creo tener problema en volver a intentarlo —te dice Beel.
Lo que había sucedido ese día esperaban volver a repetirlo, esperaban de nuevo probar tu cuerpo, llevarte al límite, no permitirte opinar en nada y solo usarte, llenar cada agujero de ti con sus semen, marcarte como suya y solo de ellos.
Si, volverían a repetir hasta que estés bien y que pudieras responder, ¿a quien amas?
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Esto fue demasiado largo, muy largo que ni sé cuántas palabras tiene, pero lo ame, y yo feliz de escribir esto.
Después de tres años, volví, la vida no le trato bien en esos años y me perdí en un terrible bloqueo que hasta ahora trato de salir y que espero que este os haya superado una parte.
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sheepindevildom · 3 years
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Necesidades
Parejas: Diavolo x F!MC, Barbatos x F!MC.
Advertencias: Smut, sexo duro, penetración consensuada, fucker tail, masturbación, doble penetración, sadismo ligero.
Nota: Se debe tomar en cuenta que no serán relatos separados sino uno que ocurrirá después del otro.
Resumen: Diavolo no sabe que hacer con su estrés y frustración, sintiéndose de malhumor, pero es solo cuando te ve que sabe muy bien que tú puedes ayudarlo. Y después de aliviar al príncipe del Devildom, la pequeña y dócil necesidad de Barbatos también parece querer un poco de ti, y aunque tu cuerpo no tenga más fuerza para el mayordomo no habrá problema.
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A menudo Diavolo caminaba por los alrededores del RAD para despejar su mente, últimamente tenía mucho en que pensar, en especial por los eventos que estaban por venir. Y aunque lo hacía para apartarse de los demás, a su lado, manteniéndose fiel a su título, se encontraba Barbatos, su mayordomo.
Para el pobre príncipe del Devildom, que no hacía más que estresarse y tener apagado su buen humor sabía que necesitaba algo que le ayudara, que le despejara de sus problemas y para su buena suerte ante su campo de visión apareciste tú. Caminabas a lado del par de ángeles que reían junto a ti, con tu uniforme muy bien arreglado y una sonrisa tan radiante. Sin duda, la estudiante de intercambio destacaba de cierta forma.
Una parte de él empezó a sentirse mal, sus ojos no dejaron de vagar en tu figura, y un inusual calor creció en su cuerpo. Supo de inmediato que te necesitaba, que tú podrías ayudarle a calmarse, tomó su teléfono y te llamo, desde la distancia te vio contestar su llamada, en una charla rápida, colgó, miro como te despedias de ambos ángeles, y con una sonrisa se dirigió al mismo lugar donde te había citado, a su castillo.
Respirando agitadamente, divagando en el calor del momento, ni siquiera eras capaz de recordar cómo es que habías terminado de esa manera. En una posición bastante comprometedora, te sostenias sobre las palmas de tus manos y tus rodillas, dejando tu trasero a la libertad de las embestidas del príncipe del Devildom.
Diavolo no hacía más que arremeter con ferocidad dentro de ti, sus dos grandes manos sostenían con firmeza los costados de tu cadera, y estabas muy segura de que dejarían una marca ahí.
Con cada movimiento y golpeteo la cama crujía en una buena armonía, el miembro de Diavolo entraba y salía, tu respiración era cada vez más pesada, sentías como tu coño dolía con cada golpeteo, y aunque él trataba de ser algo suave, sus propias necesidades no le dejaban.
Su mano derecha comenzó a acariciar tu cuerpo, sosteniendo muy bien tu cuerpo con la izquierda, con la otra se daba el placer de apreciar tu figura, recorriendo tu cintura y bajando hasta llegar a tus senos que no dudo en tocar, sus dedos se deslizaban y subian de nuevo a su espalda acariciando hasta llegar a su trasero, donde separó un poco para tener una buena vista de tu coño chapoteando.
Cada gemido tuyo iba en aumento, tanto que hasta el mismo Barbatos lo podía confirmar al otro lado de la puerta de la habitación.
—Lord Dia- —un fuerte gemido se escapó de tus labios, tus mejillas estaban rojas, otro fuerte gemido se escapa, puedes sentir que el miembro de Diavolo entra con más profundidad, podías sentir que eras un desastre total.
Tu peinado había quedado desbaratado por completo, ahora tú cabello estaba siendo sostenido por la mano de Diavolo empujando tu cabeza hacia atrás y con su otra mano alrededor de tu garganta, sentías tus brazos cada vez más débiles que en cualquier momento te derrumbarias sobre el colchón.
—Resiste más, se que puedes —dijo entusiasmado cerca de tu oído, depositando un beso sobre tus labios para después gruñir y gemir por el placer que le otorgaba tu vagina que le succionaba pese a la manera tan feroz que salía y entraba de ti.
Él jamás había pensado que un poco de sexo duro contigo sería tan placentero y que necesitaría bastante bien para relajarse, el solo sonido de tu trasero siendo golpeado contra su pelvis, gimiendo su nombre, arrugando las sábanas bajos tus dedos, con un bonito rostro lascivo, no podía evitar sacar un lado salvaje, uno mucho más, que ya te estaba demostrando.
Regresando sus manos a tus caderas, tus brazos por fin ceden y te derrumbas sobre el colchón, tu frente sudada se pegó a la sábanas, estiras tu brazos, como si trataras alejarte de él, te empujabas lejos de él, sentías que no podías más, pero aún cuando una parte de tu quería alejarse, la otra estaba desesperada por más, de estar ahí, en esa posición y siendo embestida tan salvajemente.
Por un momento, sentiste como se detenía y aunque aún tenía su miembro de ti, sabías que aún no tenía suficiente, te veías tan indefensa y débil en ese estado que pensando en ti decidió ayudarte en sostener tus débiles brazos, tomándolos, los sostuvo detrás de tu espalda con una sola mano y continuó con el vaivén de su miembro contra tu coño. Oh, querida, sin duda amaba escuchar ese sonido tan lascivo que hacían sus fluidos al chocar el uno con el otro, las veces que te habías corrido o incluso él, no importaba, él no pararía, era un demonio, tenía la suficiente energía para satisfacer sus propias necesidades.
El dolor se hacía cada vez más evidente, si de por sí antes te habías cansado de sostener tu propio peso, ahora tus brazos dolían por tenerlos flexionados detrás tuyo. Un fuerte gritó salió de tu boca cuando la mano libre de Diavolo golpeó tu trasero dejando una marca roja de su mano, casi maldeciste, mordiendo tus labios al sentir el ardor, después llegó otro golpe, tu respiración cada vez era más pesada y rápida, los latidos de tu corazón iban mucho más rápido de lo normal, sentías como tu vista se volvía borrosa.
De pronto, sientes como se detiene un poco, nuevamente, no podías decir que tenía las esperanzas de que terminara, aunque no quisieras, querías un poco de descanso.
—Diavolo, por favor —musitaste débil, lo escuchaste reír.
Tomando con suavidad tu cuerpo, te lleva al borde de la cama, donde tus piernas tocan el suelo, puedes sentir como el cuerpo de Diavolo cubre el tuyo con su peso, dejándose caer sobre tu casi sintiendo que te asfixiabas por su peso, tiraste tu cabeza hacia un lado, sentiste su respiración cerca de tu oído.
—Si que has sido una buena chica, (...) —jadea, su lengua se desliza sobre tu mejilla, sonríe.
Toma su miembro, jugando un poco con el con tu coño, deslizando de arriba a abajo, sientes como la punta entra en ti, sus dos manos van hasta los costados de tu cabeza ambos a cada lado, y sin dejarte procesar, sientes como se entierra con profundidad en ti, golpeando con dureza, tu espalda se arquea y gritas.
Mierda.
Dolía, pero se sentía bien, demasiado bien, era ese tipo de dolor tan placentero que te provocaba levantar más tu trasero hacia él. Nuevamente sientes que su miembro se desliza fuera de ti lentamente, repitiendo la misma acción, entrando profundamente y sin un tipo de cuidado y pudor, golpeando dentro de ti, de nuevo, tu cuerpo reacciona, y repetí lo mismo, una, y otra, y otra vez, con el mismo ritmo lento y duro, dolía, casi creías que con cada golpe su miembro crecía dentro de tu interior, tus ojos se cerraban cada vez que hacía lo mismo, golpeando con dureza, cargando con fuerza contra ti, ver cómo el dolor te hacía reaccionar, y aún así provoca a un espasmo en tu cuerpo.
El olor a sexo mezclado con el sudor de sus cuerpos, el fluido de ambos se escurría de entre tus piernas, salía y entraba con total precisión que en ningún momento tuvo necesidad de meter su mano.
Ya no te sentías capaz de pensar con claridad, no podías parar de repetir que querías más, pequeños gemidos entre cortados, la linda y dulce estudiante de intercambio ahora era el juguete del príncipe del infierno, llegabas el ego del demonio por las veces en que le suplicabas y llamabas.
—Más... —musitaste, mordias tu labio inferior y tus puños golpeaban sobre la colcha—. Más... Diavo... lo... más.
Te veía con tanta ternura, no podía creer lo mucho que habías resistido a su sed, a su ritmo, como es que habías aguantado tanto.
Te escuchabas tan necesitada de él, tu cuerpo temblaba debajo de él, tu piel se veía tan limpia y sudorosa, inclinándose sobre ti, su lengua recorre tu espina dorsal, tus ojos se giran por el repentino acto, sube hasta tu hombro donde con calma de nuevo pasa su lengua, y está vez, presiona sus dientes, dejando un visible marca de sus dentadura.
—(...) —decía tu nombre con orgullo, viendo como suplicabas por él.
Sus embestidas duras y lentas bajan a un ritmo mucho más lento y tranquilo, gruñendo cerca de tus oídos, vuelve a morderte cerca de la nuca, le divertía tanto provocarte, hacer que retorciaras ante su toque. Su mano va hasta tu clítoris y lo toca con movimientos circulares, ocultas tu rostro contra la colcha, te estimulaba con tanto placer que no podías parar de gruñir, sus dedos se divertían con tu clítoris, acariciando y pellizcando mientras entraba y salía de ti, estabas llegando al borde del éxtasis total. Un par de embestidas que se volvieron rápidas y sus dedos se habían empapado por tus fluidos, te retorcias y gemias esperando a que terminara, dando otro par de golpes más liberando por fin su carga final en tu interior.
Un líquido espeso y un poco amarillento se escurría de entre tus piernas al igual que de su miembro que no paraba de salir, Diavolo en su egocentrismo quería que lo tuvieras todo de él, podías sentir como tu interior ardía, y como él se movía un poco, quería que lo tuvieras todo de él, todo dentro de ti.
Y sí que quería llenarte de él, tomó tu cuerpo y saliendo de ti, te giro hasta que tu rostro quedó frente a su miembro, el cual de inmediato introdujo dentro de tu boca, aquella repentina intrusión casi te ahoga y aunque trataste de alejarte Diavolo no te lo permitió tenía agarrada tu cabeza con su mano, tuviste que adaptarte rápidamente y empezar a tragar hasta la última gota de su semilla, pequeñas lágrimas se deslizaban en tu mejilla, sin embargo no dejabas de tragar cada gota espesa que salían de su miembro.
Sin permitir que nada realmente se te escapara y al ver que aún seguía escapándose de tu vagina algo de su semen, se inclinó sobre ti y con su otra mano libre recogía todo lo que podía y lo volvía a introducir con tres de sus dedos hasta lo mas profundo que se permitiera llegar. Tu mirada perdida por el placer lo hacía sentir orgulloso de lo que había logrado.
Lleno de satisfacción, suelta un suspiro que resuena por toda la habitación junto con una gran carcajada que parece salir de lo más profundo de su pecho. Frente a él estabas hecha un completo desastre además de tener aún su miembro en tu boca, cubierta por los fluidos corporales de ambos, jadeando con dificultad.
Te sonríe, lo habías hecho muy bien, tan bien que sabía que merecías descansar. Con cuidado, te aparta de él, acaricia tu cabeza como si de una pequeña mascota se tratara, posiciona tu cuerpo sobre la cama de manera correcta, por fin puedes descansar, y aunque tus ojos se cierran no te duermes, lo escuchas llamar a Barbatos, quien entra a la habitación y espera sus órdenes.
—Dígame, mi Lord —responde, con su mano sobre el pecho, se inclina levemente.
—Deja que descanse un poco —te señala con la mirada—, después prepara una tina con agua caliente para limpiar su cuerpo —dice poniendo de forma superficial su ropa para tomar un baño en otro sitio—. ¡Ah! Y también hay que cambiar las sábanas.
—Esta bien, señor —responde—. ¿Que hay sobre usted?
—Yo tomaré un baño en otra habitación —sonríe—. Por el momento la dejo bajo tu cuidado, sé que podrás ayudarla a sentirse bien —sus palabras son claras y precisas, pero para el mayordomo que nada se le escapa, pareciera que hubiera un pequeña insinuación detrás de estás de estas—. Yo veré qué excusa le doy a Lucifer para justificar su ausencia, así que nos vemos después.
—Hasta luego, (...) —se inclina sobre ti, depositando un suave beso sobre tu mejilla.
Barbatos sigue con la mirada a Diavolo, quien sale de la habitación, y después de que esté se va, sus ojos se dirigen hacia ti, tu figura desnuda y sudorosa que aún después de todo el movimiento aún jadea y tiembla sobre su posición, con pequeños pasos sin duda nota que necesitaras un buen baño y algunos remedios para relajar tu cuerpo.
Tus ojos estaban cerrados, tu pecho subía y bajaba, jadeabas con tus labios entreabiertos, te sentías mareada, embriagada por el éxtasis al que te llevo Diavolo, tu interior dolía y sentías un fuerte calor y ardor.
De cierta manera a Barbatos le fascinaba verte en ese estado.
Sus ojos se habían iluminado un poco y detrás de su traje su cola se desliza detrás de él hasta subir a la cama donde se enrolla sobre tu pierna ejerciendo un pequeña presión que provoca un pequeño gemido. Tus ojos se medio abren y ves su figura cerca de ti.
—¿Barbatos? —te mueves un poco, pero su cola sobre tu pierna no te lo permite tanto.
—Mi lady, mi señor te dejó bajo mi cuidado —sus palabras te envuelven y seducen, tanto que no podías notar como su cola iba subiendo poco a poco—. ¿Me permites cuidarte? —esta tan cerca de tu rostro que cuando abres tus ojos solo mueves tu cabeza de arriba a abajo.
Sonriendo y obedeciendo a tu movimiento, se quita sus guantes blancos, guardandolos en el bolsillo de su pantalón, se da el placer de tocar tu cuerpo y atrae tu cuerpo hacia él, muy contrario a Diavolo que no hizo más que embestirte por detrás, te encuentras con tu sexo completamente libre frente a Barbatos, sintiendo un poco de vergüenza notando como sus ojos se dirigen a tu feminidad tan abierta como una flor frente a él tratas de cerrar tus piernas, pero su cola que ya se encuentra rozando peligrosamente cerca de tu clítoris no te lo permite.
Su lengua pasa alrededor de tus labios como si estuviera saboreando el dulce olor que emanas de tu lindo coño, te atrae más cerca de él, tan cerca y a la altura del bulto que está en sus pantalones que no hace más que palpitar de lo desesperado que está por ti.
Puedes sentir como su cola bifurcada toca ligeramente tu clítoris provocando una sutil reacción en tu cuerpo, gimiendo, tu cuerpo brinca al sentir como ambas puntas se mueven de arriba a abajo jugando con tu punto, apretando y provocando.
Te mueves un poco, casi queriendo un poco más, lo poco que habías descansado pareciera que fue lo suficientemente bien para ti porque no entendías esa necesidad tuya de querer aún más.
Barbatos te veía con fascinación, casi preguntándose si realmente no eras tú el demonio de la lujuria, su nariz no hacía más que llevarse por ese dulce aroma que salía de tu coño, llevándolo casi de rodillas frente a este, nuevamente su lengua se desliza sobre tus labios, quiere probarte, pero sabe que aún hay rastros de Diavolo en ti y no es algo que le apetece mucho, así que con su cola comienza a jugar en tu coño, la extraña invasión te sobreexalta.
—¿Barb- ¡Oh! —muerdes tus labios, inclinas tu cabeza hacia atrás, es extraño, pero te gustaba como se sentía.
Barbatos se levanta, y siendo tan paciente como es, con su cola se mueve dentro de ti, salía y entraba, dejando que te empaparas de nuevo. Saca su miembro de sus pantalones, y con su mano empieza a moverlo de arriba a abajo, dándose placer a si mismo, disfrutando de la vista que le otorgas y que al mismo tiempo su cola entraba y salía de ti, se estiraba dentro de ti, retorciéndose, incluso podías pensar sería capaz de tocar más allá de tu interior, provocando que tú estómago se contrajera. Jadeando buscas queriendo ocultar tu rostro de vergüenza, de cierta forma provocas en él una extraña sonrisa casi enferma de lujuria.
Su mano sigue subiendo y bajando sobre su miembro, las primeras gotas de semen comienzan a salir y cada vez tus gemidos iban más en aumento, además de que tus caderas se movían urgida de necesitar otro revolcón.
Tu figura sucia hace que se masturbe en desesperación, casi como una necesidad involuntaria de querer ensuciarte más y también hacerlo contigo.
Su cola hacía un buen trabajo en tu interior que sin problema alguno se desliza con una facilidad que al sentirlo dentro de ti creías que era una parte más de ti misma y que llorarías por ella cuando la sacara de ti, los movimientos incesantes, teniendo un buen grosor y esa suavidad que se sentías además de que tampoco olvidabas la otra punta que jugaba muy alegre con tu clítoris, sabias que pronto tendrías tu primer orgasmo gracias a su cola maravillosa.
Barbatos al sentir la repentina ola de calor de tu interior saca su cola completamente húmeda de tus fluidos, y con unos movimientos más de su mano, el también se corre, gimiendo en voz alta deja que todo vaya directo a tu coño, apuntando para que cayera en tu interior.
Al verte un poco más animada y despierta, posa sus manos en tus caderas poniéndote casi al borde de la cama sientes tus piernas colgar, exclamas en sorpresa al sentir la punta de su miembro en tu entrada, su delgada figura se alza por encima de la tuya, y coloca tus brazos a la altura de tu cabeza tomando tus muñecas con sus manos, y aunque sabe que no puedes moverte por tu cansancio él siente esa necesidad de hacerlo. Con una sonrisa deposita un beso tierno en tu frente y de pronto ves sus ojos casi ensombrecidos, su cola serpentea peligrosamente detrás de él y con una sonrisa cínica la mete en el interior de tu boca. Las arcadas son inevitables, quieres vomitar quieres sacarla pero no puedes, y es como te das cuentas porque sostiene tus manos, dándote un poco de espacio dejas abierta tu boca con tu lengua de fuera jadeando, su cola bifurcada explora dentro tuyo y se mantiene ahí.
Barbatos mira a tus pechos totalmente limpios y excitados, ambos pezones erectos y tu piel erizada.
—(...), perdona a mi amo, él a veces se vuelve algo egoísta y se olvida de los demás —su aliento choca peligrosamente en tu seno derecho—. Por eso, yo me encargaré de lo que él no pudo completar —dice con una sonrisa y muerde tu pezón derecho.
Se concentra en darle el placer necesario a tus pechos, sube tus manos por encima de tu cabeza para sujetar las con una sola mano mientras que la otra va hasta tus seno solitario donde lo amasa y aprieta con cuidado, el otro parece estar muy bien atendido por su boca, te quejas y gimes al sentir como muerde y estira tu pezón.
Ante ese tacto repentino, te arqueas y provocas que tu mismas empujes más tu cuerpo a su miembro haciendo que entre más en ti. Logrando que Barbatos se ría de tus reacciones.
—Comencemos.
Su pene entra y poco a poco se va moviendo a un ritmo que no es ni rápido ni lento más bien es uno considerado correcto, con su lengua haciendo un buen trabajo en tu pecho, el frío que sientes cada vez que desliza su lengua húmeda alrededor de tu pecho junto al aliento caliente que libera por cada vez que respira cerca de tu piel, provoca que tengas escalofríos. El choque de ambos cuerpos que se aplauden entre sí, tu vagina aprieta su miembro que arremete dentro de ti.
—Ah —un gemido suave sale de los labios de Barbatos. Después le escuchas reír. Sus dientes siguen jugando con tu pecho, jalando y mordiendo. Tus quejidos y movimientos hacen que se muevan al compás de los suyos.
—Bar- —su cola había abandonado por fin tu boca y ahora estaba con tu otro seno, jugando con tu pezón, tu respiración se vuelve irregular, a donde sea que toque Barbatos deja un ardor en tu piel, pidiendo casi a gritos que te complazca.
El rechinar del colchón se escucha cada vez que él empujaba su miembro dentro de ti, tus senos se mueve ante las embestidas que él te da, su mano baja a tu clítoris dando pequeños círculos sobre este, estimulando más tu zona. Su boca cambia de pecho, dejando marcas de mordidas y rastros de su saliva, en distintas ocasiones gimes, tu cuerpo tiembla, tus sentidos parecen perderse, la maldita locura que provoca el sexo en ti es inigualable.
Respiras pesadamente por cada vez que Barbatos se empuja dentro de ti, y cada vez que sale solo quieres llorar por lo mucho que lo necesitas. Por un momento crees que su velocidad disminuye pero eventualmente aumenta un poco más que al principio. Poniéndose de pie, toma tu pierna derecha y la sube hasta su hombro, puedes sentir como golpea más profundo, te jalan más cerca de él levantando un poco tu cuerpo, con sus manos libres te sostiene por las caderas y comienza a golpear con mayor rapidez.
Tus gemidos se vuelven ruidosos al igual que los de Barbatos, su rostro sonrojado y lleno de sudor con una sonrisa de total satisfacción, sin duda esta disfrutando poder hacerte todo lo que quieras sin que pongas resistencia. Cada vez que ves su cola serpentear detrás de él sientes un pequeño temor sin embargo tus ojos no dejan de seguirla con deseo, y como si él pudiera leer tus pensamientos, sonríe. Deteniéndose, saca su miembro, la cola de Barbatos se alza por entre medio de tus piernas, y aunque tu visión parece borrosa, abres tus ojos por completo al sentir como entra en ti, y cuando crees que eso sería todo, un toque d mayor dolor te atraviesa por completo, puedes ver cómo Barbatos hace una mueca por querer meter su miembro también.
Un fuerte quejido sale de tus labios pero eso no impide que el demonio quiera detenerse, al contrario, se motiva más, y cuando por fin obtiene el resultado querido comienza a golpear con movimientos lentos y profundos, su pene y cola golpean el interior de tu vagina, golpea algunas veces para que trates de acostumbrarte pero no te dura mucho el gusto cuando cuando comienza a ir más rápido, puedes sentir por cada vez que su cola entra y sale es más rápido que su miembro. Bajando tu pierna hace que flexiones ambas, abriendote más para darle mayor acceso a tu interior, e incluso por un momento crees que enrolla las dos puntas de su cola alrededor de su pene porque de no ser así no te explicas cómo sientes tan apretada tu vagina así como también ciertas protuberancias por las veces que vuelve a entrar y salir y siendo más cuidadoso contigo, sabe que su idea sádica te dolería pero necesitaba hacerlo.
Puedes sentir como solo la mitad de su miembro está dentro de ti, y poco a poco vuelve a empujar, en tu mirada y en tu voz es evidente el dolor. Realiza el mismo movimiento con el mismo ritmo lento, entrando y saliendo, tocando hasta el fondo de ti, primero lento para tomar costumbre, sin separarse mucho, los golpes de sus cuerpos son cortos a comparación de tus gemidos. Creyendo que ya fue suficiente comienza a ir más rápido, las lagrimas de entre el placer y el dolor se desliza por tu rostro, Barbatos continúa con sus embestidas, necesita ya que te corras, ver qué quedes satisfecha pero que él aún no lo haga para seguir golpeando en ti y sobreestimularte.
—Bas... ta —le ruegas que se detenga pero él no lo hace, cubres tu ojos con tu brazo, sigue golpeando una y otra vez, esperando que el calor acumulado en ti explote sobre su miembro que arremete sin pudor y lubricar más a ambos porque el dolor seguía latente con cada embestida.
Los dedos de tus pies se enroscan, y puedes sentir como te corres, Barbatos se detiene para ver su gran obra de arte, admirando lo que provocó con sus golpes y sin querer dejar nada de ti, vuelve a penetrarte. Con tu sexo ahora resbaladizo es más fácil deslizarse, el chapoteo que hace su pene con tu interior es más ruidoso, dando golpes tras golpes caa vez más rápidos, siguiendo con ese dolor tan placentero. Cuando siente que su liberación está cerca sale de tu interior y se monta casi sobre ti, con tus propios ojos confirmas que si había envuelto su miembro con su cola, volviéndose uno solo, podías ver tus fluidos caer de su pene por encima de tu cuerpo muy cerca de tu boca. Barbatos hace que su cola masturbe un poco su miembro y con su mano abre tu boca lo más que puede, y aunque tratas de negarte a hacerlo, queriendo quitarlo con tus manos el pone sus piernas por encima de estas, evitando así que las muevas, y mete por completo su pene.
El gran tamaño que adoptó por su cola a su alrededor hace que sea difícil para ti y más cuando sientes el líquido caliente de su semen cayendo sobre tu garganta, un sabor dulce y amargo por ambos fluidos, la sonrisa que muestra Barbatos es tan arrogante y malvada, tratas de sacarlo pero él sigue sin dejarte, quieres que te tragues todo, e incluso que lo limpies, pasas tu lengua débilmente sobre esta, limpiando lo que puedes.
Barbatos se aleja de ti y comienza a vestirse en cambio tú te haces un ovillo por el dolor y la sobreestimulacion que tuviste en el día, primero Diavolo que te dejo adolorido tu trasero y ahora Barbatos que te había destrozado por dentro completamente.
Tu bonito trasero que deja ver un poco tu raja hace que una sonrisa traviesa se dibuje en su rostro, y con su cola juguetea contigo, en lo que hace una lista mental de lo que debe hacer y del cuidado que te tendrán que dar a cambio por el pequeño favorcito que hiciste. Al fin dejándote en paz. Te toma entre sus brazos y empuja tu cuerpo al medio de la cama para que por el momento descanses, el baño será después, solo por ahora necesitas descansar.
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sheepindevildom · 3 years
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Una mañana agradable
Personajes: Asmodeus x F!Mc
Advertencias: Smut ligero, masturbación, negación del orgasmo.
Resumen: Despiertas junto a Asmo y ambos pasan una mañana agradable, llena de cariño y por supuesto el amor mutuo que ambos se tienen con Asmo dándote un poco de placer.
Notas: Usaré esto (...) para hacer referencia a Mc. La mayoría de mis escritos serán por lectora pero si algún día quieren algo con otro tipo de género no dudes en pedirlo.
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No había pasado mucho tiempo desde que habías despertado incluso antes de que sonara la alarma, las sábanas se deslizan fácilmente de tu cuerpo, caminas hasta la ventana donde se puede ver las luces del Devildom brillando tan intensamente.
Tu compañero de cama sintió la falta de tu calor junto al de él. Con sus ojos adormitados te busca por la habitación y te ve de pie, con tu figura semi desnuda con solo tu ropa interior.
—(...) —la suave voz de Asmodeus te llams, saliendo casi como un ronroneo de sus labios, te giras a verlo y una sonrisa floja se dibuja en tu rostro.
—Buenos días, Asmo~ —tu voz es cantarina y melosa, llenando de dulzura sus oídos.
Asmodeus da pequeñas palmaditas en la cama, invitandote de nuevo a que estés a su lado.
Una ligera carcajada sale de tus labios, su cabello luce algo desordenado. Mientras caminas recuerdas como la noche anterior te invito a una pijamada, quería probar en ti las cosas nuevas que compro desde maquillaje hasta un nuevo peinado que vio en el devilgram que pensó cuán divino se vería en ti. Además de que también quería dormir junto a ti, amaba la forma tan especial en que lo tratabas con tanta sinceridad que le hacía sentir como en un sueño pero cada vez que te veía estaba seguro que no lo eras, que era su más bella realidad.
Ya estando frente a él se estiro un poco y extendió sus brazos para recibirte en ellos.
—Un abrazo por las mañanas siempre es bueno —dijo con total sinceridad que no pudiste evitar caer a su lado dejándote envolver por él.
Su pijama tenía algunos botones libres y podías ver bien su pecho, involuntariamente te pegaste más a él aspirando el aroma de la colonia que se había puesto la noche anterior y a su vez esta sirvió como un pequeño detonante para hacerte recordar la primera vez que lo conociste. Y como es que después supiste que era muy conocido en el Devildom, un demonio que se conocía por ser el avatar de la lujuria, metido en fiestas donde el sexo solo importaba.
Pero ahora, era diferente, ya no era de todos, solo era tuyo, estaba ahí contigo, y no con nadie más. Se había vuelto tan devoto de ti como de la misma forma en que tú a él.
La mano de Asmo subía y bajaba por tu espalda mientras que la otra jugaba con el elástico de tu ropa interior.
—Realmente eres hermosa, (...) —dijo pero en sus pensamientos se cruzaron las palabras "aunque no más que yo" , sentiste que podías leer su mente y viste cómo evito tu mirada con un sonrojo—. Moo~ no me mires así.
Te reíste de nuevo, le das un pequeño y corto besos en sus labios, girando tu cuerpo le das la espalda dejando que coloque su cabeza entre el hueco de tu cuello. Lo escuchas tararear una melodía cerca de tu oído, envolviendo tu cuerpo con su brazo pasando por encima de tu cintura y el otro debajo de tu cuerpo.
Sus manos comienzan a viajar desde tu vientre hasta cierta cercanía de tu feminidad, y con la otra paseando cerca de tus senos.
El roce de sus dedos contra tu piel eran tan delicados como si tocara a una flor que en cualquier momento pudiera marchitarse, te acariciaba con un amor tan profundo. El hecho de que no lo detuvieras le hizo entender lo mucho que lo necesitabas, empezó a dejar cortos besos sobre tu cuello y nuca respirando muy cerca de tu piel húmeda que hacía erizar los vellos de esta.
Su mano empezó a bajar muy cerca de tu intimidad jugando contigo haciéndote creer que te tocaría, tus suspiros junto al movimiento desesperado de tus caderas contra él le motivaba más a querer jugar contigo, con su otra mano empezó a acariciar uno de tus senos, su respiración cerca de tu oído te afecto en cierta manera y no podías evitar gemir. Trazaba pequeños círculos tan cerca de tu feminidad sabiendo que esa zona resultaba sensible ante cualquier tacto suyo, cada espasmos tuyo te hacía rebotar hacia atrás chocando contra su miembro que podías sentir duro.
Con el solo toque de sus manos era capaz de volverte loca, te ponía cada vez más excitada, el calor se empezaba acumular en tu zona y solo te resignas gemir ante sus hábiles manos.
Pese a la posición en la que estabas giraba tu cabeza para poder mirarlo, veías como sonreía y como la lujuria desbordaba de sus ojos. Estabas tan concentrada en él que al sentir el primer dedo dentro de ti le regalaste el más bello de los sonidos. Un gemido tan suave y placentero, que se deslizaba como miel entre sus dedos, tal cual como el se movía dentro de ti, explorando tu interior, sintiendo lo resbaladiza que estabas dándole oportunidad de que un segundo dedo vaya a tu interior, un largo suspira sale de tu boca, Asmo movía sus dedos de dentro hacia afuera con una lentitud tan torturante como placentera.
—Oh, cariño, ¿realmente te gusta como te toco? —pregunta cerca de tu oído casi en un susurro.
Su lengua húmeda se desliza en tu cuello, mordiendo la zona y dejando marcas. Hace girar tu cabeza hacia él para unir sus labios en un beso profundo, dejando que sus lenguas bailen por dentro mientras él te penetra con sus dedos a una velocidad tan lenta que te tortura.
—Asmo, por fa-
—No, lo haremos a mi modo —corta tus palabras y continúa con ese profundo beso que también parece quitarles la respiración.
Y sin hacer caso a tus súplicas seguía entrando y saliendo al mismo ritmo, su dedo pulgar a veces chocaba con el botón de tu clitoris, aumentando el placer en el que te estaba llevando. Te tenía totalmente bajo su control.
Su mano sobre tu pecho amasaba con fuerza y firmeza, sintiendo lo suavidad con la que esté era aplastado entre su mano. Su lengua resbalosa contra tu piel no dejaba de causar escalofríos contra ti añadiendo a eso las contracciones que sentías en tu intimidad con los movimientos de sus dedos en tu interior.
En el momento en que volvió a entrar en ti una ola mezclada entre el placer y el dolor se hizo presente cuando un tercer dedo invasor se introdujo con malicia, tus gemidos y quejidos lo hacían enloquecer en lujuria por ti. Poco a poco la velocidad de estos iban en aumento, tratas de apagar tus gemidos con tu mano sobre tu boca pero una mordida por parte de Asmodeus te advierte que si no le das la dicha de escucharte te dejará ahí sin llegar hasta el clímax y sabrás que eso será frustrante para ti.
Sus dedos dentro de ti se arquean y abren provocando que pequeños quejidos se escapen de tus labios, empieza a moverse más rápido y lo que antes sentías como dolor se trasforma en placer puro, provocando espasmos por todo tu cuerpo.
Asmo al escuchar tu voz pidiendo por más se acomodo de manera en que dejó caer un poco su cuerpo hacia atrás y con él tu también lo hiciste, colocando su pierna derecha sobre la tuya para abrir más tus piernas dejando que la penetración de sus dedos largos y delgados se profundicen más en ti, deslizándose con mayor facilidad.
—Oh... Ah... ¡Dios!
—(...), es Asmo, no él, dilo —insite—. Di mi nombre —un tono extasiado por la lujuria.
Y muy obediente, lo hiciste.
—Oh, Asmo —gritabas en placer—. Más... Asmodeus...
Sin duda la habilidad que tenía en sus manos era maravillosa, que hacía valer la pena el tenerte de esa manera tan expuesta.
Tu cuerpo se arqueaba con cada golpeteo de sus dedos, el temblor y los espasmos fueron señal de que pronto te correrías, la excitación de sentir tan cerca el clímax fue nublado por la velocidad disminuida que de inmediato giraste a verlo con reproche.
—Ups —dijo con diversión y seguía con ese mismo ritmo lento que te torturaba, entrando y saliendo lentamente, podías sentir como tu orgasmo poco a poco disminuía, y de repente, volvías a ser golpeada con la intensidad que momentos antes te había dejado molesta.
—Si... más, más rápido —dices bajo su control.
—Oh, (...), hueles tan bien —con su nariz sobre tu cuello, se dejaba llevar con el aroma que desprendias por tu excitación que era lo suficientemente fuerte para estimular más al demonio.
Una de tus manos viajaron a tu seno solitario y te acariciabas de la misma manera en Asmodeus te tocaba, pellizcando tu pezón y retorciendo tu sensible botón.
El sonido del chapoteo de tus fluidos con los de sus dedos se vuelven más sonoros, sus dientes te marcaban con cada mordida y chupeton que dejaba en tu cuello, cada acción de él, cada una de sus muestras de amor te quemaban como un fuego cálido que recorría por todo tu cuerpo llenándose con el calor del placer.
—Oh, Asmo, ¡más rápido...! ¡Más!
—Claro, cariño.
Sus dedos aumentaron en velocidad y profundidad golpeando con más intensidad sobre tu intimidad hasta chocar también contra tu clítoris haciendo que tu excitación estuviera más cerca.
Sentiste como tus pulmones retuvieron un poco de aire en una par de últimos golpes, te quejaste y con sus tres dedos dentro de ti un explosión de placer se liberó en tu interior, tus párpados temblaban al igual que tu cuerpo, tus ojos se giraron en blanco y dejaste salir todo el aire retenido en una largo y silencioso suspiro. Los gemidos de Asmo cerca de tus oídos fueron la cereza de tan delicioso pastel que esa mañana les dio, sus respiraciones eran cortos y sus gemidos por fin se habían vuelto silenciosos. Sus tres dedos al igual que su mano se llenaron de tus fluidos, deja un beso en tu mejilla al levantarse y saca sus dedos de tu interior.
—(...), eres tan sucia —dijo llevando sus dedos hasta su boca, lamiendo cada uno de ellos y escuchando el *blop* que hacían cada vez que los sacaba de su boca.
No sentías vergüenza o mucho menos pena, al contrario, te hacía sentir satisfacción viendo como el saboreaba la excitación de tu cuerpo. Querías quedarte más tiempo con él, que te tocara más pero cuando viste él ya se había levantando.
—Debemos ir a desayunar o si no Lucifer vendrá por nosotros —dijo a centímetros de tu cara, de pronto una sonrisa maliciosa se dibujo en sus labios—. ¿O acaso quieres que te vea desnuda y siendo penetrada por mí?
No pudiste dar una respuesta a sus palabras pero aún así el río y fue al baño a ducharse.
—Te estaré esperando, date prisa, cariño~ ♡
De nuevo dejas escapar otro suspiro y sonríes.
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Ame escribir esto, fue tan emocionante y placentero al igual que sintió MC.
Espero lo disfruten al leerlo tanto como yo disfrute de escribirlo.
Gracias ♡
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sheepindevildom · 4 years
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Bienvenido
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Solicitudes abiertas
En Devildom todo puede pasar, desde una noche apasionante hasta el deseo mas impuro, solo seremos nosotros y nuestros pecados, nos dejaremos llevar por lo prohibido y lo no debido. Secretos oscuros saldrán aflote, ¡Ven y baila conmigo! Seamos uno solo, invitemos a alguien más, juguemos en este caos de lujuria y pasión pero cuidado con las tinieblas del Devildom, nunca sabes cuando algo malo pueda pasar.
Caigamos en la oscuridad,
Aquí en el Devildom, este fantástico lugar donde habitan nuestros demonios favoritos, sin olvidar de nuestro amado ángel y de aquel mago oscuro. Al fin tienen un lugar especial y sobre todo al español (aplausos).
Abrí este blog en especial por el cariño que le tengo al juego y por su falta de contenido en español, también por las ganas que tenía de escribir sobre smut/lemon de Obey Me. Por supuesto, este será un vástago mas que dejaré aquí aún pienso invadir alguna otra comunidad con mi contenido.
Pueden pasar a leer:
REGLAS, por favor, leer antes de realizar cualquier pedido.
MASTERLIST (cuando tenga 15 publicaciones, actualizaré)
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Así que dicho todo lo necesario, no teman en pedir cualquier cosa de su gusto.
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sheepindevildom · 4 years
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Masterlist
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Lucifer
1. ¿A quien amas?
Mammom
Aún nada
Leviathan
Aún nada
Satan
Aún nada
Asmodeus
1. Una mañana agradable
Beelzebub
1. ¿A quien amas?
Belphegor
Aún nada
Demon Brothers
Aún nada.
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Diavolo
1. Necesidades
Barbatos
1. Necesidades
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Simeon
Aún nada
Solomon
1. ¿A quien amas?
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sheepindevildom · 4 years
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Reglas
Reglas generales sobre los pedidos.
Headcanons
Máximo de 7 personajes.
En este caso, pueden ser los demon bros y al otro grupo de ligables.
Imaginas
Máximo 5 personajes.
Al ser un poco mas extenso se reduce más la cantidad a pedir.
Al ser imaginas yo hago que tu idea crezca más, así que entre más detalles me des, mejor.
Drabbles/One-shot/Long-shot
Sólo se pueden pedir máximo de tres personajes.
Si quieres pedir de otros personajes puedes realizar otro pedido.
Los mismo aplica que los imaginas, entre más detalles me des, mejor.
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Pedidos nsfw
#obey me smut
Que escribiré:
Estoy abierta a escribir sobre poliamor, yandere, omegaverse, au's, kinks aceptables (hay algunos con los que me siento incomoda de escribir), pero todo lo que quieran intentar leer, con gusto lo platicamos y vemos si puedo escribirlo por ustedes.
Habrá contenido oscuro, como muertes, asesinatos, canibalismo, incluso suicidio, porque seamos sinceros, el juego va de demonios y ocurre en el infierno (Devildom), ahí nada es de color de rosa, así que si habrá contenido fuerte y explicito, y algunas veces serán menciones dependiendo de la trama. Aún así colocare una advertencia al inicio.
La mayoría de las publicaciones serán por lectora, no soy muy buena escribiendo para lector neutral o masculino, pero la cuestión es experimentar un poco, así que de vez en cuando podré aceptar algún pedido así o incluso yo publique alguno que me nazca. También puedo escribir que Mc/Lectora no sea humana, es decir, puede ser demonio, una súcubo o íncubo en el caso de lector, puede ser un ángel hasta también si piden un au, como una lectora hada, pirata, vampira... lo que sea, estoy abierta a distintas razas y especies.
Si no están seguros sobre algo respecto a algún pedido, no duden en preguntar, son libres de consultar cualquier duda de lo que ustedes quieran pedir y veré si soy capaz de escribirlo.
Que NO escribiré:
NO escribo sobre Luke, puede que lo mencione pero para la trama, como que salió a caminar con Simeón o con Barbatos haciendo postres, pero no me siento cómoda escribiendo con él con referencia a algún contenido sexual.
Tampoco escribo sobre incesto (aunque esto es algo usual en leer por los hermanos me quiero abstener de escribir sobre ello, no me siento cómoda al respecto, escribo de poliamor pero donde aman a Mc y no entre ellos, y  aunque no son hermanos como tal, no seré capaz de escribirlo), como dije, nada de menores y menos con Luke, así que volver en menor a Mc o a los demás personajes, está prohibido.
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Pedidos swf
#obey me friendly #obey me sfw
Que escribiré:
Esta permitido todo lo family friendly e incluso lo angst, cualquier cosa que gusten lo escribiré, ya sea un dia de campo en el mundo humano, viajar al reino celestial, pasear a Cerberus o solo hacer el tonto con su personaje favorito, lo escribiré.
Que NO escribiré:
Realmente no soy de muchas reglas, como sé que este contenido será mas tranquilo, no creo que haya muchas cosas malas, en caso de que quieran algo así pidanlo como nsfw (aquí es para contenido más fuerte y explícito). Y no tiene que ver solo con lo sexual, sino también con cosas que pasan de lo ético y moral.
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sheepindevildom · 4 years
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Contenido de Obey Me en español 💕 me hace tan feliz.
Ángel en escarlata
Language: Español
Rate: M (NSFW) 
Pairing: Diavolo x MC (Obey me!) 
Note: This is extremely long (Well, at least for me!)
Tag: @tenshihanamats
So, I’m considering to write but since I have not too much time I won’t be able to accept too much request, however, I really want to do that because…I like it.
Quiero escribir, hace tiempo no lo hacía, así que eventualmente abriré request, por si alguien está interesado, ya sea en inglés o en español.
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Pensar que el ambiente era cálido incluso agradable no representaría ninguna excentricidad en una viva reunión como en la que Ángel se encontraba, sin embargo la celebración no era un evento común; el lugar estaba lleno de demonios y súcubos en impresionantes trajes de gala que serían el sueño de cualquier diseñador, estos bailando música propia del reino de sombras, mismo lugar donde la humana había vivido durante ya siete meses. Cuando lo pensaba con detenimiento se preguntaba si aquello era un sueño…Pero la voz de cierto demonio de cabello blanco siempre le recordaba que todo era muy real. 
− Hey, Mammon llamando a Ángel. Ah, de verdad que eres despistada, humana.
− Pero mira quién lo dice.− sonriendo Ángel concentró parte de su atención en Mammon, ¿un crush? Tal vez, ¿Un amigo? Claro que si, uno muy preciado quien ofrecía su mano para bailar. ¿Quién esperaría que el avatar de la avaricia fuera tan buen bailarín? nadie, Ángel sospechaba que ni él mismo. 
Aunque bailar con un demonio atractivo usando un precioso vestido de gala podría sonar como el sueño de cualquiera −O de tal vez solo algún tipo específico de mujer− Ángel tenía un gran porcentaje de su atención en quién le había regalado el vestido que estaba usando, Lord Diavolo, futuro gobernante del reino de las sombras quien ahora parecía estar muy ocupado como para notar su presencia ¡y eso le molestaba! 
Un detalle para nuestra querida estudiante de intercambio en una noche donde celebraremos con orgullo el excelente desempeño de nuestro plan, lograremos unificar reinos gracias a tus esfuerzos y los de Solomon, Simeón y Luke. 
PD: Lucirás totalmente adorable con el vestido, estoy ansioso por verte, sé que la realidad superará lo que he imaginado desde que vi el traje en la vitrina de Majolish. 
Las palabras escritas en esa tarjeta que acompañaba la caja donde venía el vestido se quedaron en su memoria sin quererlo, automáticamente, de la forma más ridícula pues no tenían nada de especial ¿o si? Ángel suspiro profundo mientras seguía danzando con Mammon. Las últimas semanas habían estado llenas de dudas que se transformaban en nerviosismo y mejillas rojas cuando Diavolo estaba presente, cuando le arrojaba una mirada furtiva, cuando al pasar dejaba su aroma flotando en el aire. 
Olía bien, cada partícula aromática se había adherido a su recuerdo, ahora ese era su olor favorito. 
Suspiró de nuevo para volver a su extenuante rutina interna donde intentaba convencerse a si misma −Utilizando los argumentos más incoherentes y fantasiosos−  de que no estaba enamorada, no, no, ni siquiera eso, de que ese demonio no le gustaba, no movía nada dentro de ella, que solo era un efecto de su imponente presencia, de su naturaleza sobrenatural nada más, seguro era admiración, se decía a veces, de seguro solo es su apariencia, su posición como futuro monarca, se repetía mientras sus pies, en aquellos preciosos tacones a juego, se movían con gracia.
Su mirada vagó por todo el salón el cual estaba bañado por una intensa luz dorada esperando, con secreta emoción, verlo. Sin pensarlo sonrió encogiendo un poco sus ojos al reconocer sus alas, al notar cómo salía de entre la multitud, pero su rostro se transformó una vez lo vio aproximarse con alguien casi colgando de su brazo. Una súcubo, sin gracia, pensó mientras sentía las mejillas rojas ahora por dos motivos muy coherentes; primero ira, rabia, malestar, no estaba feliz con lo que veía y segundo, Diavolo y su acompañante se acercaban a su lugar ahora que la música iba llegando a su acorde final. 
−Y aquí viene su majestad a saludar. No pueden dejarme disfrutar de un momento contigo.−Murmuró Mammon ciertamente inconforme, luego se sonrojó − No como si quisiera pasar tiempo contigo ni nada, que no se te suban los humos. −Y con eso dio un pequeño apretón a la mejilla de la humana. 
Ángel no respondió, no, estaba en pánico, corazón acelerado, manos sudorosas, rodillas ligeramente temblorosas ¿cómo iba a actuar esta vez? ¿cómo iba sonreír si lo único que quería era arrancar esa súcubo del brazo de Diavolo? A pocos metros Ángel sintió la presión llegarle al cuello y alejándose de Mammon se excusó con tener que ir al baño, claro, hubiera tenido sentido de no ser porque en esa dirección no quedaba el baño. 
ººº
−¿Qué pasó? −Dijo el príncipe perplejo ante la reacción de la humana viéndola alejarse, aún con una reacción tan abrupta se detuvo a contemplar su figura con el vestido, mejor que en sus más placenteros sueños. 
−Dijo que tenía que ir al baño pero…Por ahí no es. Yo, yo voy a buscarla, debe estar ebria, si, va terminar perdida y luego Lucifer me va a acabar, sino a regaños, con la fusta. − Y con esa idea en la cabeza Mammon se dio a ir tras ella, sin esperar mucho una mano fuerte pero gentil lo detuvo por el hombro.
−Yo voy. − Acotó Diavolo tomando la mano de su acompañante y entregándosela, como quien entrega una carga, a Mammon −Bailen, diviertanse…Es justo que yo vaya por ángel, es mi castillo después de todo. − Y con esa actitud abierta más una sonrisa despreocupada se marchó dejando a una insatisfecha súcubo y a un confundido Mammon.
Mientras los minutos pasaban, Ángel trataba de calmarse, de encontrar paz, de ingeniar una buena excusa para regresar pero no podía, sus pies no se movían y su vestido rojo cubierto de la más fina pedrería parecía mármol duro, frío bajo el peso de su corazón desgarrándose; ¿cómo negarse a sí misma que estaba enamorada? ¿cómo cuando sus ojos estaban a punto de rebosar  lágrimas?. No lo quería con otra, lo quería para ella, solo para ella ¿por qué era tan difícil tener un romance? Tener el amor que estaba dispuesta a retribuir de mil maneras posibles e imposibles. Al mismo tiempo y ¿quién sabe? Tal vez por coincidencia o por la constante insistencia de Diavolo en estar cerca a Ángel terminó encontrándola. 
Allí yacía la humana rodeada del tul del vestido rojo que enmarcaba su piel deliciosamente, que la hacía ver como un espejismo y por un momento ese mismo pensamiento lo hizo detenerse en seco antes de alcanzarla. Ángel parecía alejarse de él siempre, no lo miraba a los ojos, evadía el tiempo a solas ¿qué lo hacía pensar que podría existir algo entre los dos? Frunciendo el ceño colocó su mano sobre su pecho mientras un agudo dolor invadía la zona, retrocedió sin querer produciendo eco con sus pies y ella, sorprendida, elevó la mirada fijando sus ojos en él. Después de ello, lo que continuó solo pasó por inercia, el tiempo solo se detuvo mientras él volvía a moverse con convicción hasta alcanzarla, hasta acunar sus mejillas en sus grandes manos mirando las lagunas que eran sus ojos, mismos de los cuales se resbalaron las lágrimas que no habían querido irse minutos atrás. 
−¿Dónde está ella? − Poco le importaba a Ángel disimular en ese momento, no cuando él estaba tan cerca, no ahora que podía sentir su respiración sobre sus labios. 
−No está, no es importante, no…Es nadie. −Habló tratando de que las palabras no se le enredaran en medio de su nerviosismo, porque si, no importaba cuan grande y poderoso fuera, él estaba nervioso.
Ángel colocó sus manos sobre las de él notando el contraste de temperaturas, ella estaba helada, él cálido. Por un momento pensó en no caer, en ser fuerte, en solo dejar el orgullo afuera − Tú no entiendes, no lo ves, tengo todo lo que necesitas, todo. −Habló sin pensar, o tal vez solo habló desde corazón aún frunciendo el ceño, Diavolo era un idiota. 
Él sonrió al instante sabiendo que ella tenía razón, ella era y tenía todo lo que en mil vidas él podría necesitar con tanta desesperación como justo en ese instante. La besó, primero suave, delicado esperando torpemente la aprobación que desde hace mucho estaba dada, luego solo devoró su boca con hambre, sus manos se aferraron a la cintura de su musa aproximándola a su cuerpo aún cuando ya no había distancia entre ellos, había deseado hacer eso durante mucho tiempo y ahora, aunque en la fiesta faltara el anfitrión y quien llevaba los honores, pasaría la velada a su lado, la primera de muchas más, esperaban ambos. 
ººº
 − De verdad es una lástima pero…Esto debe irse. −Murmuró el príncipe mientras besando el hombro de una muy sonrojada Ángel, dejaba caer el vestido abriendo el cierre en su espalda. − Me has hecho sufrir por meses pensando en que esto que siento iba en un solo sentido y ahora…−Él solo negó, no podía ocultar la sonrisa lasciva que florecía por sí misma. 
−No hables de sufrimiento cuando por meses tuve que soportar tus muy sutiles métodos de conquista, ah. −Frunciendo el ceño y con una sonrisa igual a la de él, Ángel se dio la vuelta exponiendo su cuerpo que a duras penas llevaba unas pequeñas bragas para cubrirse y sin más lo jaló por el collar con suficiente fuerza.
Lo besó hasta que el aire se le acabó y aún así volvió a hacerlo − wow…− apenas pronunció él  deslumbrado antes de volver, esta vez introduciendo su lengua en la boca ajena arrebatando gemidos suaves, totalmente necesitados. Sus manos la tomaron por la cintura, la alzó con suma facilidad y la depositó en su cama, suerte que estaban cerca al recinto. Una vez Ángel estuvo cómoda, rodeada por sus sábanas color vino, Diavolo se dispuso a retirar la poca ropa que llevaba quedando desnudo en breve. Ángel olvidó como hablar, siquiera como respirar, joder, su cuerpo era una obra de arte, una bastante grande que la intimidó y calentó como nunca antes. 
Abriendo los brazos, Ángel esperó a que volviera a ella pero antes de hacerlo él decidió rasgar aquellas bragas que en el momento solo estorbaban, una pequeña risa se coló entre los dos por un par de segundos, posteriormente Diavolo se acomodó entre las piernas de su preciada humana, la diferencia de tamaños era notoria y secretamente eso lo prendía aún más. 
Un camino de besos quedó trazado desde su boca, pasando por su cuello y llegando hasta sus senos, mismos que aprovechó para tocar mientras su boca se encargaba de su pezón, haciéndola derretirse bajo su toque pero Ángel no se quedó atrás y con avidez recorrió su cuerpo, cada músculo perfectamente tallado, la base de sus alas que la cubrían, su espalda baja, su trasero de manera pícara para subir marcando con sus uñas toda la extensión de su piel, provocando un gruñido ronco en él y una ansiedad creciente por sentirlo dentro. Él, aunque con una erección se tomó su tiempo para torturar a su dulce humana besando cada rincón, dejando marcas rojizas que luego se tornarían moradas, se abrió paso entre sus muslos que insistían en cerrarse tal vez por timidez, su rostro enrojecido le daba origen a su teoría y allí plantó besos a lo largo de la zona contemplando con gusto cuan mojada estaba, solo por él.
Ángel por su parte mantenía los ojos cerrados, su respiración errática trataba de calmarse pero no había chance de que lo lograra, muchas cosas pasaban en su mente; una de ellas era la gran satisfacción al notar el efecto que tenía en Diavolo, era evidente cuan excitado se encontraba −¿Cómo se supone que no pierda la cabeza contigo así? ¿ah? − habló casi que para él mismo antes de acercarse al sexo femenino para pasar su lengua desde su entrada hasta su clítoris. −Sabes muy bien, Ángel. 
Y eso fue suficiente, ella no podía más, pero él aún tenía algo más que hacer así que con cautela introdujo dos de sus dedos dentro de ella comenzando a moverlos procurando rozar sus paredes para producirle placer, para hacerla gemir sin control. En ese momento un sonido los distrajo, Ángel abrió sus ojos pero Diavolo sonriente negó, no había sido nada importante. −Concéntrate en mí, en sentirme solo a mi, mi preciosa.− y con esa misma ternura con la que habló volvió a ella para besarla intensamente, ahogando los gemidos de ambos una vez mas, luego de juguetear con sus dedos, entró en ella por completo sintiendo placer al segundo de sentirse envuelto en su húmeda estrechez. 
Si la música en la gala no estuviera a buen volumen Ángel estaba segura que todos la escucharían gemir y no era para menos, con cada embestida su cuerpo se rebosaba de placer, se sentía exageradamente bien como en cada movimiento su interior se tensaba dado el tamaño de su amante, ella estaba hundida en placer y él también. Los dos se entregaron el uno al otro en un frenesí que se prolongó hasta el punto en que tocaron el clímax; ella primero y él unos segundos después liberándose en su interior, acción que envió una nueva corriente de placer en ella, algo que jamás había sentido antes. Tras recobrar un poco el sentido Diavolo salió de su interior con mucho cuidado y se acostó a su lado, agotado pero más que feliz. 
−Ahora eres mío.− Mencionó Ángel medio sonriendo aunque con los ojos cerrándose solos dado el cansancio.
−Así es, estoy a su servicio. −La abrazó acunandola entre sus fuertes brazos listo para dormir, poco le importaba el evento, Barbatos o Lucifer podían manejarlo.− es justo que usted sea mía también, su majestad. Será mi princesa del inframundo. 
−Tu princesa…−Y con una pequeña risilla Ángel cayó en un profundo sueño sabiendo dos cosas, al siguiente día empezaría una nueva etapa de su vida, una llena de romance y lo otro, bien, al siguiente día no podría caminar con normalidad, tal vez….No podría caminar para nada. 
ººº
Horas antes, aún durante la celebración.
−¿Lo encontraste? −Preguntó Nara a ese hombre alto y digno que casualmente era su novio. 
−Por ninguna parte, no entiendo donde se fue. Ni Barbatos sabe dónde está. −La frustración llenando su voz, la irritación volviéndose su mantra.
−Yo tampoco encuentro a Ángel. Tú sabes que esto es demasiado sospechoso.− Nara negó pero sin ocultar su sonrisa, misma que se le contagió a Lucifer.− Vamos a buscarlos, relájate.
Ambos se marcharon para recorrer el castillo tratando de encontrarlos. Nara presentía que estaban juntos pero aún así tenía que encontrar a su amiga Ángel para saber que estaba a salvo. El avatar del orgullo sugirió buscar en el sector de las recamaras, Nara lo siguió inspeccionando habitaciones hasta que la principal llamó su atención, acercándose logró escuchar algo, enseguida enrojeció profusamente y sin poder evitarlo se movió torpemente golpeando la puerta con su cabeza, allí produjo un sonido seco que seguramente Ángel y Diavolo habían escuchado. Alarmada y bajo la curiosa mirada de su novio corrió tomándolo de la mano para salir de allí lo más rápido posible. 
−¿Qué haces? ¿qué pasa? No los hemos encontr-
−Si, si los encontramos. Ambos, ahora solo no interrumpamos. 
−…− El demonio meditó un par de segundos antes de abrir los ojos sorprendido.− De acuerdo, no interrumpamos.
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