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#Caída del cabello
madeleinecasmo · 1 year
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Así se disimula la falta de cabello con un delineador o con Sombra del color de tu cabello.
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drogueriafarmaweb · 2 years
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Minoxidil MK Contraindicaciones
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En este artículo que Droguería Farmaweb creó para ti, encontrarás las respuestas a esta importante interrogante respecto a este producto para el tratamiento del cabello: Minoxidil MK contraindicaciones. Así podrás comenzar cuanto antes a desacelerar la caída de tu cabello y además tener en cuenta los casos en los cuales se debe evitar el uso de este producto.
A continuación, resolveremos una a una las siguientes dudas: ¿En qué condición de salud debo estar para usar minoxidil MK sin riesgos? ¿Puedo usarlo estando en embarazo? Comenzando, por supuesto, por la más relevante:
¿En qué condición de salud debo estar para usar minoxidil MK sin riesgos?
Ciertamente, la administración de fármacos y demás compuestos debe realizarse teniendo en cuenta la predisposición que nuestro cuerpo pueda presentar a ciertas sustancias. Al hablar de Minoxidil MK contraindicaciones, nos referimos directamente a esas excepciones que no se deben ignorar pues pueden significar grandes riesgos a la salud.
El mecanismo de acción del Minoxidil MK es la vasodilatación, la cual incrementa el flujo sanguíneo a la zona aplicada, pero a pesar de que el producto es de uso tópico, el nivel de absorción es tal, que se distribuye en todo el cuerpo y podría afectar directamente la salud de personas con condiciones cardiológicas y de hipertensión o hipotensión. Se recomienda visitar a su médico si desea comenzar a usar este producto, y de igual forma comunicarle a su farmacéutico si se encuentra consumiendo algún medicamento antes de usar Minoxidil MK.
¿Puedo usarlo estando en embarazo?
No existen estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas, por lo tanto su uso está contraindicado. Los estudios realizados en animales han demostrado riesgos para el feto en niveles de exposición superiores a los esperados en humanos. No se conoce el potencial riesgo de Minoxidil MK en humanos, por esta razón NO se permite aplicar en mujeres en embarazo. De igual forma, en los estudios realizados en animales, se comprobó la incidencia del compuesto Minoxidil en la fertilidad, el cual resultó tóxico reduciendo la capacidad de concepción. Por esta razón no se recomienda usar en mujeres en edad fértil que no estén usando anticonceptivos.
El Minoxidil absorbido de forma sistémica, es desechado por el cuerpo en la leche materna. Y aunque no se conoce el efecto del Minoxidil en los recién nacidos, su uso en la lactancia está contraindicado.
Adicionalmente y haciendo referencia a Minoxidil MK efectos secundarios, no se recomienda usar por operarios de maquinarias o conductores, pues entre las reacciones del Minoxidil MK se encuentran los mareos y la visión borrosa debido a algunos componentes que se usan para fabricar el producto.
Fuentes: Vademécum
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danielac1world · 2 months
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Me corté las venas con la leche derramada, una línea blanca sobre la muñeca larga de desandar hectáreas.
Recorrí los cielos asustados de la tarde triste, que cae como mi vida, solitaria ave desbandada en la caída, de las primeras veces.
Derroté a la noche mirándole a los ojos, mintiéndole seriamente una y otra vez, sobre el número de estrellas que conté, en mi primera noche solitaria.
Destruí las velas, apagué las lámparas, soplé las luces que desconocía en las miradas ajenas, me abrigué de más, tirité a propósito, chasqueé los dientes, y escurrí las alas de la metamorfosis helada.
Abracé, abracé demasiado, respiré por los brazos, por las piernas, por los codos, por la boca, respiré, por el pelo, por los pies, por las manos, por las yemas de los dedos infinitos en tu cabello rizado.
Crucé mil y dos espejos, rompí uno, soporté... ninguno, cogí con mi imagen impoluta, me traté con cariño y con ternura, me dije puta, y lo disfruté, desgarré mi propio cuello, cosí imanes en los lugares incorrectos, descosí los parches y los tiré al vacío, miré mis ojos mirarme, desde el propio abismo.
Derribe los árboles en honor a uno mismo.
Planté pesares, sostuve traumas, pinté mis uñas, una, dos, mil veces; lloré sobre la leche derramada, lloré sobre mi, sobre el agua, lloré sobre el viento, lloré por si acaso algún día no podía llorar, y reí por escasez, porque uno puede llorar, riendo también.
Te creí, le creí, la creí, no me creí, pagué mis deudas de más, rogué poco, pero dolió mucho... todo y un quizás.
Curé mis heridas con sal, y después me enteré que así no era, recomendé el azúcar para los sueños rotos, y condene los míos a volar demasiado pronto.
Recité en voz alta, callé los miedos, callé al miedo, callé al viento, y grité de rodillas con los brazos abiertos, lo suficiente, para saber que las películas no saben demasiado, sobre el dolor de dos tetas lactando a las luciérnagas ciegas, del adiós creado.
Y vaya, aún no saben qué hacer conmigo, y vaya... aún no sé qué hacer conmigo, y vaya... al destino no le importa, que vamos a hacer contigo.
-danielac1world ~Lectura en voz alta~
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cuidemonos-juntos · 7 months
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ANOREXIA NERVIOSA
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Es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por una restricción de la ingesta alimentaria, lo que da lugar a una considerable pérdida de peso que se mantiene por debajo del mínimo esperable para la edad, sexo o el desarrollo evolutivo de cada paciente, hasta llegar en ocasiones a un estado de grave desnutrición.
Los síntomas principales de la anorexia nerviosa son:
Distorsión de la imagen corporal
Malnutrición
Alteraciones digestivas
Falta de calcio
Alteraciones bioquímicas en sangreMiedo intenso a ganar peso.
Distorsión de la imagen corporal o verse gorda a pesar de estar muy delgada.
Reducción del peso por debajo de lo normal hasta llegar a malnutrición.
Como consecuencia del adelgazamiento extremo aparecen algunos signos físicos como piel seca y rugosa, caída del cabello, pérdida de la menstruación durante al menos 3 ciclos consecutivos.
Síntomas psicopatológicos como estados de tristeza, angustia, irritabilidad o asilamiento social.
La personalidad de estas pacientes suele ser de perfeccionismo y de autoexigencia en sus vidas, que se acompaña de una baja autoestima.
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jartitameteneis · 2 months
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¿Qué 10 cosas debemos saber antes de casarnos?
Número 1:
El respeto es más importante que el amor: No dije que el amor no fuera importante. Pero hay muchos casos donde las parejas deciden permanecer juntos aún cuando su amor falleció hace mucho tiempo. Algunas veces para mantener a sus hijos hasta que crezcan, o por seguridad financiera. Por el contrario, una vez que pierdes el respeto de tu pareja, no podrán coexistir. La vida se convierte en tortura. Su voz penetra tus oídos haciendo ruido en tu cráneo cada vez que los escuchas hablar. Su toque quema tu piel y su perfume ahoga y endurece tu pecho. Todo encuentro es una aflicción. Puedes revivir el amor, pero la perdida del respeto es irreparable.
Número 2:
Siéntete atraído por sus ojos: Si decides enamorarte por la apariencia, asegúrate de perderte en sus ojos porque nunca envejecen. El tipo apuesto que hoy conoces, en unos pocos años tendrá una barriga de panque y menos cabello. Esa belleza despampanante que adoras ahora tendrá una cara arrugada y postura caída. Si esto es lo que le sucede a una celebridad imagina lo que le ocurrirá a tu pareja.
Recuerda que los ojos son la ventana del alma. Ahí veras la pasión de tu pareja, su alegría y su nostalgia sin importar su edad.
Número 3:
Crucen campos de batalla juntos: Cuando tu pareja esté viviendo tiempos difíciles en su carrera, luchando con problemas de salud o perdiendo la cordura; esto es lo que llamo el campo de batalla en un matrimonio. Deben cruzarlo juntos. Si decides esperar a esta persona del otro lado del campo y permitirle cruzar por su cuenta, lo perderás de forma definitiva. Si no logra llegar, lo habrás perdido. Y si lo logra, por igual lo perderás.
Número 4:
No serás la misma persona en 10 años: Las personas cambian todo el tiempo. Perdiste la cabeza por quien hoy conociste. Este ser humano veinteañero apasionado, energético y amable, quien sabía cómo escuchar, quien soñaba en grande y quería cambiar al mundo. Pero tras años de continuamente ser triturados por las ruedas de los negocios y de la vida, el maratón de los hijos y ser ahogados por tareas de la vida cotidiana ¿adivina qué? Todo esto volverá la personalidad de tu pareja en algo irreconocible. Pudieran ser ahora más nerviosos, menos sensibles, más agresivos y menos rápidos para perdonar. Definitivamente cambiarán. Debes aceptar esta nueva versión tuya y de tu pareja, de lo contrario su vida será insoportable.
Número 5:
Trabajen como un equipo: Del punto previo, han encontrado que ambos cambiaron. Ahora más que nunca necesitan trabajar como un equipo. Es muy difícil dirigir un barco con dos capitanes, algunas veces ella deberá tener el control y en otros él tomará la batuta. Al final del día quieres llegar a salvo al otro lado ¿cómo sabes si son compatibles como equipo? Sencillo: Si logran mantener la calma en medio de una carretera perdidos y se ayudan el uno al otro con un mapa hasta encontrar su destino, significa que pueden trabajar como equipos.
Número 6:
Alimenten su intimidad: El sexo es como comer y beber. Todos saben eso. Pero algunos creen que todos podemos sobrevivir con la misma cantidad de comida. Para algunos una “cajita feliz” es más que suficiente, pero otros no se sentirán satisfechos hasta devorar una comida completa. Es lo mismo con el sexo. No esperes que tu pareja tenga el mismo apetito que tú. Si alguno pasa hambre eso puede terminan en infidelidad. Deben comunicar lo que sienten, sus necesidades y preocupaciones, de lo contrario estarán atascados en una relación tipo buey y burro.
Número 7.
Sean amigos: Un día, muchos años luego, cuando el ciclón de emociones, intimidad, hijos creciendo y sus rutinas de trabajo se asienten, mirarán al camino recorrido y reflexionarán. tendrán mucho tiempo para estar juntos. Si las horas se sienten como una eternidad y no tienen nada que decirse, nunca fueron amigos, la amistad es la pega que sostiene la pareja hasta el final.
Número 8.
No des nada por sentado: Siempre felices es una declaración elusiva. Hay altos y bajos en toda relación. Algunas veces sentirás que te casaste con la persona correcta y otras veces percibirás a esta persona como alguien enviado desde el mismo infierno. Es un trabajo en progreso. Celebren los buenos momentos y manténganse alertas para los difíciles.
Número 9.
No se comparen: El siguiente escenario pudiera ocurrirte luego de unos años de matrimonio.: Están cenando junto a otra pareja quienes se parecen a Romeo y Julieta en tiempos modernos. Ellos se miran con pasión y se tocan las manos como si fuera la primera vez. Ella trata a su hombre como el esposo ideal mientras él habla de ella como si fuera un trofeo. Mientras ustedes, se miran el uno al otro pensando “¿por qué tú no puedes ser así?” Ten cuidado. Lo que acabas de ver pudiera ser un show, como una película en el cine, tuvo un inicio y un final. Algunas personas son muy buenos para actuar en público.
Número 10:
Paciencia… Paciencia… y más paciencia: Cuando enfrentas obstáculos solo recuerda que el tiempo soluciona todos los problemas. Así que respira profundo ¿Quieres que sea más claro? Espira. Se paciente.
Juan Churión
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(Esa calma bonita que me da tu alegría, que se estira en mí a tu sonreír)
Al pie del arroyo, las piernas se mecen entre la caída y el espacio. Amarro mi cabello entre las puntas de mis dedos, no puedo evitarlo; se abren como un ramillete de flores rojas, como un zumbido entre mis labios a la miel y a mi sed al pronunciar tu silencio.
Observo a través del agua cómo se balancea una semilla de ababol en mis mejillas, escurriéndose al compás de un rayo del sol naranja, y la miel se enreda entre mis alas.
Me acerco a ti, se rozan mi voz, el latir, tu aroma, el mar y la brisa. Me miran tus ojos —esa mirada del alma— y hablan las palabras con una sonrisa que como nieve cuelga de un besito tuyo en mi nariz.
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Ocaso Inefable.
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coolpizzazonkplaid · 1 month
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La heredera del Infierno
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El pueblo y el restaurante
La niña de cuatro años vio dos cuerpos en el suelo y la sangre cubriendo todo el suelo manchándole las pantuflas. No supo cómo después llegó a la comisaría e intentaban sacarle respuestas a algo que ella no sabía. Luego la llevaron a un edificio donde un señor la dejó en una habitación repleta de otros niños.
Todos ellos la miraban con ojos curiosos a la nueva del hogar, pero al darse cuenta que era un horario muy tarde prefirieron volver a sus pacíficos sueños. La pequeña lloró toda la noche preguntando por sus padres, pero ningún adulto le dio respuestas. Después de tanto llorar durmió, creyendo que fue solo una pesadilla, esperando a que sus padres estuvieran entre los vivos… no fue un sueño, sino una realidad.
Paso un tiempo y la niña creció apartándose de los demás pequeños que eran crueles con ella por tener los ojos de diferentes color. Se ocultó en las sombras, sumergiéndose en los libros y pocos peluches que conservaba como consuelo tras la pérdida de sus padres.
Fue un día cualquiera, cuando una niña pelirroja de ojos cafés comenzó a hablarle y la pequeña de ojos heterocromáticos le siguió la conversación desconfiada. Quizás era una trampa para que los demás niños se burlaran de sus gustos o sus penas, pero la pequeña de cabello rojo pareció no ser de los que menospreciaban el aspecto físico de las personas.
–Sos muy divertida y agradable ¿Cómo te llamas? –la niña pelirroja se acercó al rostro de la otra– ¡Que ojos tan fantásticos! ¿Uno puede descifrar la verdad o tiene algún superpoder?
–Me llamo Adelina Acosta –dijo con cierta desconfianza y la cara de la pequeña se ocultó detrás del libro– y ninguno de mis ojos tiene poderes, simplemente son así por nacimiento.
–Oh... que mal –el tono de la niña pelirroja de desilusión cambió drásticamente– Soy Daniela Ramoter ¿Qué estas leyendo? Amo leer.
Adelina despertó con el suave sonido del agua, la cabeza dándole vueltas y el lado derecho de su cuerpo agonizando. El río por el que había caído, la arrastró hacia una pequeña orilla repleta pasto y rocas molestas. Se arrastró hacia la orilla con el peso de su mochila repleta de agua y objetos como si fueran rocas y por el cansancio la quitó de su espalda.
El alivio y el mareo la inundaron. Las náuseas no tardaron en aparecer y Adelina buscó un árbol donde vomitó todo lo que su estómago no pudo digerir. No se había percatado de que su pierna y vientre le dolían hasta después de sacar todo.
Volvió con paso adolorido hacia donde estaba la mochila y tomó los primeros auxilios. Se despojó de todo el equipo de invierno, el calor la estaba asfixiando. Observó el lado derecho de su cuerpo percatándose de la sangre que emanaba y recordó lo que la daga le había hecho. Tatuajes. Todo su brazo y una parte de su abdomen estaba tatuado con la anatomía del esqueleto. Luego miró su pierna y vientre malheridos, el líquido carmesí comenzaba a generarle costras en la piel. Con delicadeza limpió la sangre seca para después ponerles alcohol y cubrió con gazas tanto las heridas de su combate como las del tatuaje. Las heridas necesitaban ser tratadas rápidamente.
De pronto, otro pensamiento la invadió. La investigación. Con pánico buscó la grabadora y la cámara. Los objetos se encontraron en un buen estado por las bolsas de plástico que Adelina siempre llevaba para proteger sus pertenencias. Buscó el mapa que había hallado en las ruinas y para su alivio no mostraba signos de daño. Por último y con temor, buscó la daga nórdica, pero esta vez usó los guantes de invierno para evitar alguna herida por culpa del arma. Al sentir que sus dedos tocaron el objeto maldito, el alivio y el terror la invadieron. Miedo a esa arma extraña y lo que le había hecho.
Necesitaba cuanto antes llegar a un poblado y contactar con Mariano. El mareo por las alucinaciones y las heridas comenzaban a cobrarle factura a Adelina, al igual que el cansancio por la lucha con el tal Smoke y su caída por la cascada.
Rápidamente tomo sus pertenencias y avanzó río abajo con la esperanza de encontrar un poblado en medio de bosques y colina. La caminata fue lenta, su pierna y vientre apuñalados hicieron que la chica rengueara y le dificulpaba aún más las rocas esparcidas y camufladas en la hierba. Sus extremidades comenzaron a pesarle después de tanto caminar y era casi de noche cuando vio humo a lo lejos.
Adelina siguió avanzando esperanzada y al poco tiempo llegó a una aldea pequeña y pacífica. Campesinos preparándose para descansar y otros dirigiéndose a un restaurante, algunos animales parados en la puerta expectantes en la puerta del local. El barullo del lugar y el olor a comida atrajo a Adelina. No comió nada durante mucho tiempo y su estómago rugió ante el olor de la carne y las especias.
Al lado del establecimiento había una posadera en la que se acercó. Hubo algunos curiosos que la miraron, otros ni se percataron de una chica extrajera, desaliñada, golpeada, mojada de pies a cabeza y rengueando. Entró a la posadera y esperó a que alguien la atendiera. Apareció el dueño y la miró con mala cara.
–No aceptamos vagabundos.
–No lo soy –dijo Adelina y puso una buena cara–. Me perdí de mi grupo de escalada y acabé aquí por accidente.
El hombre siguió juzgándola con su mirada. Parecía no creerle por todos los vendajes que tenía en su cuerpo y su rostro con moretones.
– ¿Y las heridas?
–Caí por una colina de los alrededores, fue como caer de una cascada en medio de una montaña.
Adelina sacó su mejor sonrisa inocente y buscó en su mochila algo de efectivo para darle al hombre. Le dio a la chica una llave con el número de su habitación y la muchacha pidió amablemente si podría darle algunas gazas y medicamentos para las heridas. El hombre prometió entregárselo en cuanto estuviera en sus aposentos.
Adelina caminó a la habitación y cerró la puerta. Una vez dentro, toda la adrenalina se esfumó y sus piernas se convirtieron en plomo, pero antes tenía que tratar con mayor cuidado todo su lado derecho, pierna y vientre. El tatuaje le dolía a horrores y sentía que su brazo dejó de funcionar.
Soltó la mochila con un sonido sordo en el suelo, tuvo el impulso de tirarse al colchón para no despertar jamás y olvidar a los Lin Kuei y los sueños macabros. Pasaron unos minutos en los que Adelina desempacó todas sus pertenencias cuando tocaron la puerta, el posadero le había traído los materiales. Tras un gracias y otra mirada juzgona del hombre, la muchacha se dirigió al baño para quitarse la suciedad.
El agua caliente hizo que los músculos adoloridos de la joven se relajaran y a la vez le provocaron molestias en las heridas abiertas. Se mojó el cabello negro sucio de tierra y pasó jabón por todo su cuerpo, masajeándose las áreas que más le dolían. Luego quitó las costras de las heridas y los tatuajes y salió de la ducha más relajada. El cabello de Adelina comenzó a ondularse tras cepillarlo, mientras sus ojos heterocromáticos reflejaban su cuerpo magullado en el pequeño espejo. Se puso ropa limpia para ocultar los vendajes nuevos, lamentándose no poder cubrir los raspones y moretones hechos en el rostro y salió a comer.
El olor a comida le invadió las fosas nasales y se le hizo agua a la boca ante diversos platos humeantes de carne, fideos y verduras. Gente sentada en todos lados hablando y riendo sin parar, también bebían como si no hubiera un mañana. La chica se sentó en una mesa para uno y tuvo algunas miradas entre la multitud. Esperó a que una camarera la atendiera y en ese instante apareció una anciana con un rodete en su cabello canoso entregándole el menú con una mirada curiosa al ver los golpes del rostro de la joven. Lo aceptó con gusto e intentó leer la carta, le costó un poco ya que todavía le dificultaba el chino. Acabó pidiendo costillas agridulces y arroz tres delicias.
En un momento, la anciana recibió a dos muchachos con sombreros y por el modo en el que les hablaba quizás fuera su madre o tía, les preparó una mesa y el dúo se acomodó. La señora se alejó, Adelina esperó pacientemente y para matar el tiempo divagó sobre la daga nórdica y el por qué había runas nórdicas en un monasterio chino. No se había percatado de que la anciana llegó con su cena y luego de disculparse y sacar el cuaderno, Adelina devoró la comida.
El sabor a carne de cerdo y el arroz se apropiaron de su paladar y no pudo haberse sentido más feliz. El hambre la estaba volviendo loca, no había comido desde que se fue de Buenos Aires ni cuando llegó a las montañas y su estómago había estado rugiendo desde su caída de las cataratas. Después de dejar limpio los platos quiso pedirse una segunda ronda, pero prefirió cuidar lo poco del dinero que tenía. Adelina pidió la cuenta y tras pagarle a la señora y darle las gracias regresó a la posada, ocultándose en su habitación.
En las cuatro paredes, quitó de las bolsas de plástico ya casi secas a la radio. Se hallaba seca y sin ningún tipo de problemas y eso alivió bastante a Adelina. Tenía más posibilidades de comunicarse con Mariano y que la pudiera buscar lo antes posible.
Buscó la frecuencia correcta para ver si su amigo recibía la señal y tras varios minutos parecía que había encontrado la indicada. Hubo un poco de interferencia, pero esperaba que no le fuera problema para su llamada.
–¿Mariano? ¿Estás ahí? –se escuchó interferencia–. ¿Mariano? Soy Adelina, necesito que me pases a buscar.
Una vez más los ruidos de la radio se apropiaron del cuarto de la joven. Siguió probando varias veces más hasta frustarse. No sabía en que parte de China se encontraba concretamente y necesitaba volver cuanto antes a Buenos Aires.
–¿Adelina? –La voz de Mariano adormilada se escuchó en la radio.
La alegría se apoderó de la joven y con una sonrisa le contestó.
–Mariano, soy yo. Ade. –la chica no supo cuántas emociones la invadieron–. ¿Cuántos días hace que me fui? ¿Podes ubicarme?
–¿Tenes idea de la hora que es?
–Sinceramente no.
–Las ocho de la mañana de un domingo.
La risa de la muchacha salió repentinamente. Mariano odiaba que lo despertaran temprano a menos que él lo quisiera.
–Aquí es de noche deben ser las nueve o diez creo.
–¿Qué querés de mí a las ocho de la mañana de un domingo? Un puto domingo me tenías que despertar.
–Quiero que me pases a buscar lo más rápido que puedas.
–¿Me estas jodiendo verdad? –dijo el chico indignado.
–Nop. –Adelina tomó una pequeña exhalación–. Descubrí cosas bastantes fuertes en Arctika y casi me mata un boludo con barbijo.
–¿Barbijo?
–No miento.
–Está bien, pero no me voy a levantar ahora mismo –Mariano comenzó a bostezar mientras hablaba–. Tengo sueño así que calcúlate que en unas horitas me voy a despertar y prepararme para ir al hangar.
–Me sirve para que yo duerma.
–Pásame tus coordenadas que ya veo que puedo hacer por vos.
La chica buscó entre sus cosas un pequeño GPS que compartía con Mariano en caso de emergencias como la que estaba ahora. Activó el aparato y esperó una respuesta.
–Perfecto, ya lo recibí. Anda para el sur que ahí tengo un conocido que te puede hospedar hasta que yo vaya para China. –Volvió a soltar otro bostezo– Es como media hora en caminata.
–No hay problema. Después de que haya dormido voy para ver a tu amigo. Quiero que también traigas primeros auxilios y todo lo que tengas de medicina.
–¿Para qué necesitas eso?
–Porque me pelee con el boludo del barbijo y me lastimó. Por eso. –antes de cortar recordó a su amiga–. Ah, quiero que también le avises a Dan-Dan de cómo me encuentro.
–Está bien ¿Algo más?
–No, nada más por el momento.
Se despidieron y apagó la radio. El cansancio tomó su cuerpo y los párpados se volvieron peso muerto, tratando de llevarla al mundo de los sueños. Una vez que Adelina sacó sus pertenencias de la cama, se dejó absorber por el colchón y envolverse en las cálidas sábanas. Se durmió sin dar demasiadas vueltas.
–¡DESPIERTA CARAJO! –La voz estruendosa de Mariano en la radio azotó los oídos de Adelina.
La chica con un gemido angustioso sacó la mano de las profundidades de las sábanas. Buscó a ciegas en la mesita hasta dar con la radio. Con dificultad intentó buscar el botón para iniciar la conversación hasta que pudo dar con este.
–¿Qué? –Su voz quedó amortiguada por el sueño.
–Ya estoy despierto y acá son cerca de las doce del mediodía –hubo un poco de interferencia–. Entre terminar el almuerzo e ir al hangar sería una hora. Agrégale las once o doce horas que tengo que hacer de viaje.
–Está bien ¿qué hay con eso?
–Era venganza por despertarme a las ocho y media de la mañana de un domingo.
–Morite.
–Y que cuando esté pasando por Europa te voy avisando que vayas a lo de mi conocido.
–Está bien –un bostezó la invadió momentáneamente–. ¿Ya puedo irme a dormir?
–Sip.
Adelina tiró su cabeza hacia la almohada con la radio aún en su pecho. El sueño volvió a tomar su cuerpo y continuó durmiendo hasta que la luz del sol invadió las ventanas y el barullo de la calle se hizo fuerte. Levantarse le fue una tortura, los músculos le dolían con cada movimiento que hacía.
Una vez fuera de la cama, sin pensar en lo que hacía, sus dedos hallaron la daga nórdica. El arma estaba envuelta en un trapo atado a una goma de plástico. Los tatuajes aún le dolían cuando recordaba lo que el arma le hizo.
La desenvolvió con cuidado y pánico a que esa cosa volviera hacerle un daño, pero tras sacarle el trapo y el arma tocara sus dedos nada ocurrió. Era un hermoso artefacto a ojos de la muchacha, pero peligroso. El mango repleto de pequeñas costillas y el cráneo en la punta. Sacó la daga de la funda usando el trapo y observó la hoja afilada. No había perdido filo con el pasar de los años, y podía verse el reflejo de la joven como si fuera un espejo. Mientras estudiaba la hoja con cuidado, su ojo derecho destelló de un verde como su iris y detrás suyo los muertos miraron fijamente a Adelina. Todos acercándose, rugiendo y lamentándose. Sus gritos los pudo escuchar como si estuviera en la cueva de la montaña otra vez.
Se dio la vuelta. Nada. Ningún muerto agonizante ni colérico.
Pero sí que escuchó los gritos y aún los escuchaba pasado los minutos como una melodía estruendosa que se negaba a marcharse de los oídos de Adelina.
Asustada y confundida, guardó todo y salió de la posada caminando hacia el restaurante. Vio a muchos clientes marchar hacia sus trabajos en el campo, supuso Adelina y había pocos todavía desayunando. La joven se sentó en el mismo lugar de la noche anterior y esperó a que alguien la atendiera.
Mesas esparcidas por los dos pisos, en las que algunas todavía había tazas de té a medio terminar. Algunos carteles desperdigados en las columnas. Pilas de tazas, platos y cubiertos sin usar. Linternas apagadas y colgadas por todo el local. Un establecimiento encantador y pacífico.
La anciana de anoche una vez más atendió a Adelina y le entregó la carta. Acabó pidiéndose un té Oolong con galletitas de almendra y mientras esperaba su bebida caliente, vio a los dos supuestos hijos de la señora acercándose a ella. Adelina pudo escuchar un poco de su conversación, no había mucho que hacer por el sitio así que ser una chismosa no estaba descartado.
–Vamos Kung Lao. Deja de comer tenemos que ir a cosechar –el rechinar de la silla chocando con la madera–. Podrás seguir comiendo en la noche con la cena que hace la señora Bo.
–Dame un segundo Raiden –habló el chico mientras masticaba–. Tengo hambre.
–Siempre tienes hambre y eso nos impide hacer más trabajo.
Adelina apenas vio a esos dos jóvenes de casi su misma edad marchándose a las corridas, sin antes mirar a la muchacha con curiosidad y perdiéndose en la multitud del pueblo. La anciana, por lo que escuchó llamada Bo, le dio su pedido y con una sonrisa empezó a beber. El agua caliente pasó por su garganta y la satisfacción de un buen desayuno hizo feliz a la joven. Después del primer sorbo tomó una galletita y la masticó. La sensación de las almendras abrazó su paladar, pero ese pequeño placer se esfumó.
–Adelina.
La voz de Mariano interrumpió la paz de la joven.
–¿Qué?
–Estoy pasando Europa. Te recomendaría que vayas preparándote para irte a lo de mi conocido.
En la radio se escuchaba el estruendoso motor de la avioneta y las interferencias, pero a pesar de eso pudo entender el mensaje de su amigo.
–Perfecto, ya termino mi té.
–¿Me compras uno? –La voz del muchacho se tornó expectante.
–No.
Cortó la llamada de la radio y se apresuró a beber el té. Guardó las galletitas en su bolsillo y después le pagó a la anciana. Antes de marcharse del restaurante, le preguntó la dirección del sur y tras indicarle la joven salió del sitio.
Ya era casi media mañana cuando salió del pueblo. Atravesando los campos de cultivo con la luz del sol en su punto más alto, no hizo un calor tan agobiante para sorpresa de Adelina, mientras veía cómo el pueblo se volvía más diminuto hasta desaparecer. La caminata duró hasta que fue pasada la hora del almuerzo y pudo dar con una pequeña cabaña en la que un hombre observaba en la dirección de la joven.
–¿Adelina Acosta?
–Depende de quién la busca.
–Soy el amigo de Mariano –el hombre mostró una sonrisa amistosa–. Me dijo que te esperara y hasta me contó de que te enfrentaste a alguien con barbijo y que por eso aparecerías con varios golpes. Ese imbécil no se equivocó en lo que decía.
Eso sorprendió mucho a la joven.
–Que encantador que Mariano haya contado eso.
–Sí, parece un niño en el cuerpo de un adulto.
–Lo sé.
El hombre le permitió entrar a la residencia para esperar a Mariano. Un ambiente pequeño y humilde. Una mesa de madera en la que había un plato, vaso y un par de cubiertos. En frente, un cuarto con una cama desarreglada. Algunas sillas desperdigadas fuera de su sitio.
La muchacha se sentó y soltó un suspiro de alivio. La camina la cansó bastante y necesitaba cuánto antes un gran vaso de agua. El hombre le otorgó la bebida y la tomó tan rápido como se la dio.
Después de entablar una buena conversación con el amigo de Mariano, la muchacha comenzó a escuchar el sonido de un motor a lo lejos. Sintió que estaba más cerca de casa.
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yadhytello · 2 months
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CARTA AL AMOR DE MI VIDA.
Yo puedo perderlo todo menos a ti.
Eres mi núcleo, eres mi base.
Aún recuerdo que decidí primero tenerte antes que a mi misma, la vez que te dije que yo estaba lista para caminar a tu lado, que no quería ir de manita sudada, porque yo ya sabía lo que quería, quiero que me acompañes para toda la vida en la buenas y en malas, en caídas y levantadas, en triunfos y derrotas.
Y yo sé que lo nuestro no es tan perfecto, pero es lo más hermoso que he tenido en mi vida.
Hemos aprendido no solo a vivir juntos sino también a pelear, ya no tomárnoslo personal, sin guardar rencores y seguir adelante.
Hemos aprendido a perder, nadie quiere vivir con alguien que se la quiere pasar derrotándote. Y yo soy de esas personas que acepta y sede, yo no quiero derrotarte, y lo hago para que lo nuestro siga vivo, para que ganemos al final de cuentas.
Si el mundo gira y tú giras conmigo, y no aún lado, sino vas enfrente jalándome y demostrándome que lo nuestro siempre vale la pena.
Eres una de las decisiones más hermosas que he tomado y una de las cuales no me arrepiento.
Y habrá veces donde te quiero matar y tal vez tu igual, y entiendo que no es facil vivir con alguien cómo yo, pero amo la forma en que hemos podido salir de todas las dificultades.
Es un privilegio tenerte todos los días, y aunque por cosas de trabajo no puedo verte o pasar todo el día contigo, se que pensarás en mí cómo yo pienso en ti.
Y se que siempre va ver algo o alguien que no les guste nuestra forma de amarnos, pero gracias a Dios hemos sido fuerte ante las tentaciones y envidias. Y por eso se que llegaremos juntos hasta que nuestro cabellos tinten de blanco, y la verdad eso sería una belleza de la vida.
Para muchas personas que no te conocen eres el malo, una persona que molesta, eres al que siempre atacan, pero eso no te porta, te vuelve un hombre fuerte, un hombre amoroso, inteligente, compasivo, te admiro y te agrazco, porque sin ti, nada de esto sería posible.
El cuerpo baila con cualquiera, pero el alma no ríe con cualquiera, y cada vez que te veo sonreír te amo y me derrito, tu sentido del humor siempre me ha encantado. Gracias amor por tanto.
El amor no solo es una elección es una chamba y yo tengo el placer de poder estar a tu lado.
Gracias por estar a mi lado. Te amo .
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michigun333 · 10 months
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Coraline y el mundo de las adicciones.
Mi perspectiva sobre el filme “Coraline y la puerta secreta” (desde ya te adelanto que lo que vas a leer probablemente te vaya a parecer una fumada).
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Empecemos por describir a Coraline, una joven insatisfecha con su realidad que se ha mudado a una casa aburrida, sus padres son indiferentes con ella y no hay nada que hacer por la casa, al menos no de momento.
Bien, ya tenemos a nuestra protagonista, ahora describamos a su antagonista, la puerta secreta, la representación de la entrada hacia el mundo de las drogas. Coraline buscando que hacer por la casa se topa con esta puerta, esta con llave, pero ella tiene dudas sobre lo que esconde la puerta, con gran curiosidad llama a su madre para que le abra la puerta, la madre al estar aburrida de escuchar a su hija simplemente agarra la llave, sube y le abre la puerta a Coraline, sin darle ningún tipo de explicaciones del por que está esa puerta ahí, se va, dejándole libre paso.
En la noche, Coraline, llena de dudas va hacia la puerta, esta vez sin restricciones y con una gran curiosidad entra sin pensarlo. Cruzando al otro lado de la puerta el mundo es totalmente lo contrario, los padres de Coraline son cariñosos y amorosos, la casa es colorida y el ambiente se siente mejor, Coraline ha hecho el primer contacto con el mundo de las drogas.
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Hasta este punto podríamos decir que Coraline sin querer ha encontrado una forma de escapar de su realidad, el inicio de su decadencia.
(A partir de aquí llamaremos a Coraline, “C”, pues para no repetir tanto su nombre, sigamos).
En este otro mundo hay algo curioso en las entidades que habitan, sus ojos son botones.
El primer contacto que tiene C con estas personas parece bastante amigable, al estar desesperada por recibir atención y recibir un poco de amor, para llenar ese hueco, inconscientemente ve a estas 2 personas como su padre y su madre. A pesar de haberse sentido bien sabe que algo esta mal con todo, de todos modos, se va a dormir a su cuarto, pero antes de que cerrara los ojos, su “otra madre” le frota un barro en la herida que C tenía desde antes, al despertar, C se ya no se encuentra en esa fantasía, ha vuelto a su triste realidad, pero el barro en la herida ahí sigue, como si todo hubiese sido real.
Bueno pues, de hecho, si fue real, C acaba de pasar tiempo con personas de mala influencia, acaba de experimentar por primera vez con las drogas y el barro que aun sigue presente en su mano es la seña de que todo ocurrió, solo que ya no recuerda exactamente qué pasó.
Aquí nos saltamos al siguiente punto importante, el señor Bobinsky (un gimnasta retirado, tuvo problemas con sustancias y ahora tiene consecuencias, podemos destacar la caída casi total del cabello y su piel azul). De alguna forma Bobinsky se da cuenta de que C ha tenido contacto con drogas así que le advierte diciendo: “No entres a la puerta”, esa ha sido su primera advertencia.
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Ahora C va a visitar a las vecinas de abajo, Pinky y la señora Forcible (dos antiguas modelos que de igual forma tuvieron problemas con las sustancias y ahora son esclavas del pasado). Estas invitan a C a su sala, donde están sus antiguos perros muertos, disecados (esto simbolizando problemas con dejar ir el pasado), se ofrecen en leerle el té a C (esto simboliza el escuchar la experiencia que tuvo C con las drogas), esta acepta y las vecinas, un poco aterradas le dicen a C: “Corres grave peligro, niña”, segunda advertencia.
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C de igual forma vuelve a casa y entra a la fantasía, ahora sus “otros padres” la están manipulando más y más, está cayendo en la trampa. Para este punto C solo se siente feliz cuando está en la fantasía, esta empezando a generar dependencia.
El Wybie de esta fantasía es alguien callado y que escucha a C, pero este Wybie en realidad está preocupado por C, en este mundo, Wybie es alguien que no es capaz de dejar el mundo de las drogas pero que está dispuesto a ayudar a C para que no caiga al igual que él.
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Luego de otra noche de felicidad en la fantasía, C nuevamente se despierta en la realidad, ahora frustrada y desesperada busca entrar lo más pronto posible a la puerta, pero esta ha sido cerrada por la madre, por la forma en que C busca la llave, es claro que esta descendiendo a la locura.
Hablemos de el “señor gato”.
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El señor gato simboliza la poca conciencia y cordura que le queda a C, hace que entre en razón y la ponga a pensar sobre lo que está haciendo, señor gato es la única entidad de la fantasía que no tiene ojos de botones, porque no existe “otro gato”, pues este gato es el único que no le hace ver a C la fantasía como una maravilla.
Llega un punto crítico para C, sus otros padres le ofrecen quedarse para siempre en la fantasía, pero a un costo, coserle botones en los ojos, aquí C empieza a darse cuenta de las consecuencias que pueden haber de todo esto. (En otras palabras, el costo de quedarse en ese mundo de drogas es el perder la fuerza de voluntad y no poner límites a las cosas).
En este punto C está confundida y hundida en este mundo de adicciones. A partir de aquí se da cuenta de que está atrapada y empieza a tener sentimientos encontrados, conflictos internos y ver la fantasía como una pesadilla.
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El padre y la madre empiezan a mostrar su verdadera cara, son malas influencias, no quieren dejar salir a C de la pesadilla. C está en un ciclo de vicio.
Cuando por fin C se da cuenta de que debe cambiar y dejar todo ese mundo atrás. Aquí llega el momento de duelo de la película, la lucha contra la otra madre y los juegos para poder volver al otro lado (Se refiere a la etapa de duelo con la dependencia de las sustancias), C por fin se decide a empezar con el duelo cuando ve a los fantasmas de los niños (reflejo de personas totalmente caídas y atadas al mundo de las drogas).
C logra superar todos los desafíos que esto supuso. Al volver a la realidad C se da cuenta de que destruyó su propio mundo.
Al final Coraline pone pies sobre la tierra y empieza a ver con un poco más de entusiasmo la realidad, aunque se siente rara (volvió a su vida, pero estando dañada), Coraline ha logrado salir de ese horrible mundo y aprecia más a sus padres, ahora entiende que no puede cambiar la realidad, pero si puede cambiarse a sí misma.
Ese es el final que mejor puede verse reflejado en la película, pero aparte de ese también tengo la teoría de que Coraline en realidad no logró salir de ese mundo. ¿Por qué? Pues si uno se fija bien en los detalles se puede dar cuenta de que la casa de la “realidad”, prácticamente ha sido copiada de la fantasía, todos los vecinos son alegres y todo cobra color, es decir, Coraline queda completamente perdida, con la percepción de la realidad completamente alterada.
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Esa es mi perspectiva sobre la película de Coraline y la puerta secreta, como ya te había dicho, es una fumada, pero de igual forma gracias por leer.
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ocasoinefable · 5 months
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Las estaciones. El tiempo se detiene a oler las flores, se posa entre las alas de los pájaros, se deja caer como tiras de estrellas. Es verano, el amarillo se resbala entre el café, se dibujan sobre la birsa el polen, zumban las abejas cerca de sus labios, se estiran y duermen con las caída de las hojas. Se trenza lentamente una palabra a la otra, se prenden el verano entre los cabellos del sol. Cae despaciosa la luna
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drogueriafarmaweb · 2 years
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¿Qué tan bueno es el Minoxidil MK?
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Una de las dudas más frecuentes respecto a este producto para el tratamiento del cabello de la marca MK es precisamente esta: ¿Qué tan bueno es el Minoxidil MK? En este artículo que Droguería Farmaweb creó para ti, encontrarás las respuestas a esta y otras interrogantes. Así podrás comenzar cuanto antes a desacelerar la caída de tu cabello y de esta forma lo mantendrás por más tiempo.
A continuación, resolveremos una a una las siguientes dudas: ¿el Minoxidil MK es tan bueno como lo presentan? ¿veré resultados efectivos y duraderos en el tiempo? ¿me ayudará a detener la caída de mi cabello? Comenzando, por supuesto, por la más relevante:
¿El Minoxidil MK es tan bueno como lo presentan?
Este producto es muy efectivo para tratar principalmente la alopecia androgénica o androgenética, la cual es causada por factores hormonales o genéticos, y su porcentaje de efectividad estimado para los hombres que lo prueban y obtienen resultados positivos, es del 66 por ciento. Una estadística similar se observa en la población femenina que ha usado Minoxidil MK, pero se han identificado mayores casos de hipertricosis, o crecimiento excesivo del cabello y del vello corporal, por lo cual debe administrarse con mayor atención en mujeres. Para el crecimiento y fortalecimiento capilar se administra por vía tópica, o superficial.
¿Veré resultados efectivos y duraderos en el tiempo?
Es necesario destacar que, para mantener sus efectos en el tiempo, el Minoxidil MK debe aplicarse continuamente una vez que se inicia el tratamiento, pues no posee algún efecto residual como algunas personas podrían pensar. La dosis no debe exceder de 10 atomizaciones, y se deben aplicar 2 dosis por día.
El Minoxidil MK estimula el crecimiento del cabello y ayuda a desacelerar la calvicie provocada por factores hormonales o incluso hereditarios. Es más eficaz en menores de 40 años, cuya pérdida del cabello es reciente. Se ha observado además que Minoxidil no tiene ningún efecto sobre las entradas existentes y cada vez más pronunciadas.
¿Me ayudará a detener la caída de mi cabello?
Se presume que el mecanismo principal del Minoxidil MK es la vasodilatación, el aumento de la amplitud de los vasos sanguíneos, y por consecuencia aumenta el flujo de la sangre. Esto influye, por supuesto, en la circulación en los folículos pilosos, por lo cual se estimula el desarrollo y fortalecimiento capilar. Se descubrió su efecto positivo en el crecimiento del cabello cuando se aplicó en pacientes renales y los mismos notaron un efecto secundario: lo que se conoce como hipertricosis (síndrome del hombre lobo). A partir de allí, se comenzaron estudios para canalizar el compuesto Minoxidil a los usos que se le dan en la actualidad. No se recomienda su uso en personas que no presenten problemas de caída del cabello pues puede provocar efectos adversos indeseados.
Fuentes: Vademécum
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angelicalellie · 7 months
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૮꒰ྀི >⸝⸝⸝< ꒱ྀིა Broken girl
☆lame!Ellie x kindatoxicfem!reader☆
Sinopsis: Ellie y tú se necesitan como el aire para respirar, pero tienen todas las razones del mundo para querer alejarse. No le haces fácil el olvidarte, pues ahora te tiene muy cerca ya que oficialmente eres novia de su hermano.
Advertencias: contenido maduro +18, dinámicas poco sanas, relación “romántica”entre reader y un hombre.
Pd: este es mi primer intento de escribir algo así que apreciaría cualquier interacción, comentario o crítica de su parte. Muchas gracias por leer ♡
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Estabas terminando de abotonar tu blusa blanca, dejando algunos botones sueltos en la parte de arriba, justo donde tu escote comenzaba. Te miraste en el espejo de cuerpo completo que estaba justo al lado de tu closet, acercándote un poco para poder ver mejor tu cara y corregir tu labial color frambuesa, presionaste tus dedos suavemente en el exterior de tus labios y justo entonces escuchaste unos toques en tu puerta. “Adelante.” Dijiste con tu dulce voz, tomando a la vez una botella de perfume olor cereza y vainilla, rociándola cuidadosamente en tu cuello, justo abajo de tus orejas. “Hola, cariño.” Se acerca a ti un chico alto con cabello castaño rojizo, de inmediato le dedicas una sonrisa y te acercas a dejar que te bese.
Te toma de la cintura mientras le tratas de rodear con tus brazos lo mejor que puedes, se te hace difícil por la diferencia de altura, pero él te alza muy levemente, solo para estar más cómodo y no tener que enconvarse demasiado, acaricia con sus labios la línea de tu mandíbula, y en acto reflejo hunde sus dedos aún más en la piel de tu cintura. “Tenemos que irnos, no hay que llegar tarde.” Pasas tu mano por su brazo acariciándole con ternura, hasta que te encuentras con su mano y entrelazan los dedos. Dejas que cargue tu bolso de mezclilla, de repente piensas que se ve tan fuera de lugar que alguien como él utilice aunque sea por un momento aquel accesorio, pues tú misma lo habías decorado, dejándolo cargado de estrellas y corazones con brillantina rosada, muchos llaveros de peluche y uno que otro lazo, de todas formas te daba ternura que a él no parecía importarle.
Lo guías fuera de tu habitación, por el pasillo y hasta las escaleras, bajan aún tomados de la mano y al llegar a la planta baja te encuentras con Ellie, la hermana de tu novio, todo sería simple si Ellie sólo fuera eso… pero no.
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“Ellie, ellie… por favor, espera por mí!!.” Prácticamente le gritabas mientras veías como se alejaba, habías estado corriendo detrás de ella, pero tus botas negras con plataforma no te ayudaban a alcanzarla, al contrario, te hacían tres veces más difícil aquel trabajo.
Entonces pensaste que si no podías alcanzarla ella debía venir a ti, y con tu mejor interpretación digna de nominación a festivales de cine, te tiraste al suelo, y aunque la caída era falsa no era falso el hecho de que aquello había sido una medida desesperada, por lo que no tuviste tiempo de analizar y escoger el mejor lugar para tu acto, por lo que te acabaste haciendo daño de verdad, pasándote a llevar con una gran roca que te había cortado la rodilla, corría un hilo de sangre por toda tu pierna. Soltaste un gemido agudo de dolor, y ella se dio vuelta de inmediato, corriendo aún más rápido hacia a ti para ver si estabas bien. “Mierda, ¿te duele mucho?.” Asentiste repetidamente y mordías tu labio inferior con fuerza para evitar lloriquear demasiado, era sólo un pequeño corte, no querías exagerar. “Ellie, ayúdame a levantarme, por favor.” Dijiste con dificultad, respirabas erróneamente pero estabas intentando regularte. Ella no dudó en envolver sus brazos en tu cuerpo, cargándote como si fueras tan ligera como una pluma, rodeaste su cuello para sostenerte de ella, sentías una mano en tu espalda baja y la otra con más fuerza en tus muslos, se te erizaba la piel a su tacto. Miraste sus ojos verdes todo el camino, no podías evitar sentir deseos de darle mil y un besos en cada una de sus preciosas pequitas, te controlabas a ti misma por respeto a ella, pero se te hacía cada segundo más complicado.
Te deja encima de la camilla con suavidad, no queriendo causarte ninguna incomodidad ni dolor con algún movimiento brusco en tu pierna. Su expresión era difícil de descifrar, entre preocupación y molestia, más bien era algo que sentías, porque ni su ceño estaba fruncido ni sus comisuras se habían movido. No había ninguna enfermera a esas horas, todas ya se habían ido a casa, después de todo estaba atardeciendo, por lo que Ellie se dispone a limpiar tu herida. Primero toma una gasa y la moja con algún limpiador antiséptico que se encuentra en el cajón, su mano agarra firme la piel de tu muslo para que no te muevas, pero es sumamente cuidadosa a la hora de tratar tu herida. “Torpe… qué torpe eres, maldita sea.” Habla más bien para sí misma, apenas pudiste entender sus palabras, pero lo que dijo te hizo sonreír, a ella le importabas sin duda, se podía notar desde lejos. Termina vendando tu rodilla y quedas libre de su cuidado.
Te levantas con cautela, aún te sentías entre sensible y adormecida, por estar tanto tiempo con la manos de Ellie en tu piel y porque mierda, claro que te había dolido aquel pequeño accidente. Terminas por apoyar tus manos en la camilla e impulsarte suavemente hacia adelante, por fin tus pies tocan el suelo, tiras del borde de tu falda y la estiras para que se vea lo mejor posible. “Lo que te quería decir antes es que… Els, lo único que hago es pensar en ti.” Ella cabizbaja apoyándose en el borde de la camilla no puede evitar sentirse miserable por estar tan cerca de ti, las malditas mariposas en su estómago que había intentado matar simplemente seguían reviviendo cada vez que le dedicabas una mirada.
Lentamente y como dos imanes en una atracción imposible de detener, ambas quedan una frente a la otra, no pudiendo acortar más la distancia. Sientes su respiración chocar con tus labios incluso, pero ella aún no puede levantarte la mirada, la tocas, no puedes evitar hacerlo, tomas sus manos con fuerza, poniéndolas en el aire, y con suavidad las arrastras hacia a ti, para que queden cerca de tus pechos, besas cada punta de sus dedos con ternura, y ella se sonroja. “Ya basta, pequeña, ¿qué haces?.” Dice avergonzada, la sueltas.
Llevas tus manos hacia su cara, tomándola con firmeza, cierras tus ojos y dejas que tu nariz acaricie con fuerza la suya, al mismo tiempo que tus labios tocan superficialmente los de ella. Ellie no aguanta que juegues con ella, y toma tus labios con su boca, te besa con hambre, mordisquea y succiona a su antojo, hasta dejar tus labios rojos e hinchados. Mete sus manos bajo tu blusa blanca, con la punta de sus dedos acaricia tu piel, te erizas bajo su tacto y sonríes, sintiendo un cosquilleo familiar en tu abdomen bajo. Llega a tus senos y los acaricia con fuerza, sueltas un jadeo y ella aprovecha de meter su lengua en tu boca, el sonido de aquel beso húmedo es completamente obsceno, y te encanta. El sabor es como a tabaco y helado de vainilla, debe ser por una mezcla entre sus cigarrillos y tu brillo de labios, dejas que te use y disfrutas hasta el último segundo de aquello. Pero tú eres la primera en romper, te alejas unos milímetros, siguiendo conectada a ella de alguna forma. “Bebé, por favor… “ Te ruega con un susurro, tomándote de la cintura, clavando sus dedos (que antes besaste) en tu piel, empujándote suavemente hacia ella, quiere tenerte, lo necesita, pero sabe que te escapas.“Vámonos els.”
Solo dijiste eso, y viste como algo dentro de ella se rompía, te zafas completamente de su agarre, le diste la espalda de pronto y abres la puerta, esperando a que te siguiera a la salida de la escuela. Ellie en cambio camina hacia a la ventana de la enfermería, aún quedan rastros del sol en el cielo, por lo que los colores son diversos y hermosos, anaranjados y magentas, ella se queda mirando simplemente, como si nadie más estuviera ahí, como si llevara todo este tiempo sola, entonces saca de su bolsillo un paquete de cigarros y un encendedor, toma uno y lo pone entre sus labios, lo enciende, le da una calada, suelta el humo, te ignora, y tú sabes que es momento de dejarla en paz.
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sinfonia-relativa · 2 years
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Huele a tierra mojada, un viaje directo a mi infancia, donde cada gota de lluvia caída del cielo era motivo de diversión. Miro al cielo y deseo ser niña por siempre, olvidarme del paraguas cuando salga en medio de la tempestad y abrazar nuevamente esa felicidad tan espontánea, tan natural, tan auténtica. El agua lava las lágrimas, las angustias, las penas. Disuelve los demonios cuando éstos nos ahogan más que nuestro propio llanto. Por eso, hoy si llueve, mi paraguas serán mi piel y mi cabello, tu recuerdo será mi abrigo, y tus brazos serán como tus besos mi mayor delirio.
GUERRERA LUNAR
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edgar-edmundo · 13 days
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Frank… soy yo…
Cuando Frank tenía nueve años, su papá lo disfrazó de Marlon Brando para Halloween. No fue muy difícil, se limitó al pequeño traje que usaba los domingos en el servicio de la iglesia y le rayó un escueto bigote. Para la quijada le compró una bolsa entera de chicles e hizo que los mascara todos juntos hasta que perdieron sabor. Una vez que esa gigantesca plasta de goma dejó de tener sabor hicieron dos ovillos con ella y los dejaron endurecer; por la noche Frank se las puso en los costados de la mandíbula.
Se dirigían al centro del pueblo para pedir dulces, cuando pasaron frente a la casa de la señora Liudmila, su papá se escabulló hacia su jardín para arrancar una rosa. La señora Liudmila salió a corretearlo
—¡Es para un disfraz! — Gritaba el papá mientras zumbaban las piedras que pasaban rozando su cabeza.
La señora Liudmila apaciguó su coraje cuando se percató del niño de traje. Caminó enternecida hacia él y le preguntó:
—¿Quién serás?
El niño, impresionado por aquella mujerona que por inercia aún sostenía una piedra por lo alto, se limitó a apenas emitir, con desconcierto, un leve
  — Yo…
  —El padrino – Se apresuró a completar su papá, avergonzado aún por el hurto cometido, mientras colocaba la rosa en la solapa del pequeño traje.
Al ver completado el outfit, Liudmila no pudo más que soltar la piedra e inclinar su torso para pellizcar suavemente la mejilla del niño…
—Se ve muy guapo, se parece más a Marlon que al padrino.
Desde entonces ella lo llama Marlon cada vez que lo ve. El día de hoy, mientras pedaleaba su bicicleta de camino a casa de Karina, escuchó ese grito amable - ¡Adiós Marlon! – Frank volteó, y ahí estaba Liudmila, tan entera y vital como hace tantos años, cuidando ese mismo jardín en el que decidió cambiar las rosas por tulipanes, claveles y un par de enredaderas que enmarcan la escena como si fuera un cuadro, al que sólo quien lo pintó sabe que le falta una rosa.  Frank le devolvió una sonrisa que, por la distancia, difícilmente percibiría ella; así que decidió despegar su mano del manubrio para agitarla por el viento en un adiós cuando súbitamente oyó el claxon de un tráiler color naranja.
Frank alcanzó a recuperar el manubrio y giró rápidamente hacia la derecha, zigzagueando unos cuantos metros, y cayendo sobre su tobillo derecho. Mientras veía al tráiler alejarse con ese claxon desvaneciéndose en la distancia, volteó, a ver si Liudmila se había percatado del ridículo percance que acababa de tener. Pero en ese momento ella estaba de perfil y en ese jardín no había más movimiento que el agua que caía de la regadera que Liudmila sostenía tranquilamente. De inmediato Frank recuperó la dirección de su viaje y siguió pedaleando.
Poco antes de llegar a casa de Karina entró a una panadería a buscar una rebanada de mil hojas, el favorito de ella. Si no la encontraba se conformaría con un par de madalenas. Cerca de los bísquets se le acercó un hombre musculoso que le dijo – Yo te conozco. – Desconcertado, pasó de largo al pasillo siguiente. Con la mirada furtiva entre las teleras notó cómo el sujeto se secreteaba con otro de mediana estatura y aspecto juvenil. Se apresuró a tomar un par de panqués y fue rápidamente a la fila de la caja. Detrás de él se formaron un par de señoras que lo veían de forma un tanto lasciva. La incomodidad llegó a tal punto que sintió la urgencia de soltar el pan en la barra y salir de ahí cojeando, pues la caída de la bicicleta ya empezaba a dolerle. Se encaminó hacia la puerta por donde en ese momento entraban un hombre y su hijo de nueve años, completamente indiferentes a la escena que ahí se desarrollaba; incluso a pesar de que, en su apresurada y descontrolada huida, Franka dio un ligero empujón el hombro al papá.  Al salir, aquél hombre musculoso le alcanzó a gritar desde la puerta de la panadería —¡Tú eres el mejor!
Al llegar a casa de Karina noté que se había cortado el cabello, se ve muy guapa así; al mirarla, por dos breves segundos, me sentí como un náufrago que no sólo toca tierra sino la superficie más hermosa nunca vista. Le pedí disculpas por no llevar pan como lo habíamos acordado. En cambio, ella sí había preparado nuestro acostumbrado café de olla. Me dijo que no me preocupara y me preguntó si había tomado “mi” pastilla para el dolor, antes de que siquiera le contara por qué llegué rengueando. Eso me gusta de ella, que es muy observadora.
Ella no dejaba de ver mi mano que temblaba mientras le conté lo sucedido: desde el tráiler hasta la panadería. Terminado el relato de mi travesía, ella dejó de ver mi mano y apuntó hacia mis ojos. Su rostro me parecía diferente, algo había o algo faltaba, pero no atinaba a saber que era. Sin embargo, su mirada me parecía conocida, eterna. Sentí vértigo porque supe que sólo eran unos instantes, esa mirada furtiva se iría como siempre, como el embrujo de algo que se aleja para ser buscado, dejando pistas en diferentes rostros para nunca dejarse atrapar.
—Ay, Frank…lo que te voy a enseñar... parece que no te ayuda mucho. Es como si reiniciáramos cada vez desde cero, en lugar de dejar correr la historia desde este punto. Se que, si no lo hago yo, fácilmente lo puede hacer cualquiera. Pero por alguna razón siempre vienes para acá.
Dejó de mirarme y prendió su celular. Escribió mi nombre en el buscador. Empezaron a salir fotografías que no recuerdo haberme tomado más joven: con esmoquin, en la playa con mejor tono muscular del que he podido tener nunca, y tantas otras como si fuera un modelo o algo así. Creí que era una broma hecha con alguna clase de aplicación. Siguió scroleando la pantalla y había fotos de un hombre tirado en el concreto a escasos dos metros de una bicicleta hecha añicos bajo las ruedas de un tráiler que se había impactado contra una barda, no lejos de ahí había grúas, luces y cámaras y hombres vestidos de negro con letras amarillas en sus camisas que decían “Los pasos de Marlon Staff”. Se supone que Los pasos de Marlon es una película en la que yo actuaba de protagonista. Y que cuando estábamos filmando una escena en la que yo llegaba en bicicleta a casa de una chica, los de Staff, que mantenían cerrada la calle, y los stunts dejaron pasar, por descuido un tráiler naranja que se tenía contemplado para otra escena. El tráiler me interceptó en la esquina de una cuadra por donde la cámara me iba a tomar desde un plano general. Aún siguen buscando al verdadero culpable. Google también daba entradas a entrevistas con la directora de la película, con el operador de cámara, con el staff, y otras personas que no conozco.
Karina me preguntó si me sentía listo para ver un extracto de la película. Nos mentí y dije que sí. Y es que seguía sin sentirme parte de esa situación que describía toda esa supuesta y aparente evidencia. Me era ajena la existencia de una película que por casualidad me ubicaba como Marlon, el mismo apodo con que me conoce la señora Liudmila. Y, sobre todo, me era ajeno el accidente. Karina abrió Youtube y me mostró una secuencia:
Un párvulo joven camina por un callejón (me niego a que sea yo, sólo es alguien más joven que se me parece). El chico llega a la esquina de una casa, saca un par de piedritas de la bolsa de su pantalón y las lanza a una ventana volada que está en un segundo piso. Por entre las cortinas se asoma la sombra de una mujer joven de cabello largo, le hace señas de que se vean en la entrada principal. Él brinca una barda y llega a la fachada de la casa. Detrás de una de las columnas que flanquean la puerta de la casa sale la joven. Ahí está esa misma mirada furtiva. Me dice que es difícil para ella decirme que ya no me quiere ver más, que su novio se puso muy violento la última vez que escuchó mi nombre, y que tiene planeado irse mañana con él a la frontera en su tráiler. Nos abrazamos y a ella se le salen un par de lágrimas; está a punto de besarme, pero nuestro abrazo se desintegra por el grito de su mamá que nos sorprende. Ella (una actriz que se parece a la señora Liudmila) cree que yo he andado “sonsacando” a su hija Kristina, yo lo niego todo y la señora empieza a tirarme manotazos, mientras me reclama haberle dado alcohol y drogas a su hija, yo me asusto porque no recuerdo cosa alguna relacionada con eso. Kristina, mientras llora bajo la luz de la puerta de su casa, le dice que no me pegue, que no soy yo. Logro escapar por la barda. Después hay una toma cenital de mi con ese rostro joven contemplando el techo. Un fundido encadenado muestra un amanecer, le quito el candado a mi bicicleta, me trepo y salgo de cuadro.
Se acaba el video y Karina apaga su celular antes de que se reproduzca ese molesto anuncio de seguros de siempre. Yo me quedo con la intriga de saber qué pasó en la película, más que saber lo que pasó después del accidente. Pero dice que quedó inconclusa, que ese y otros fragmentos se filtraron cuatro años después, y la gente los sube y los baja de la red intermitentemente.
Después me contó que “mis” pastillas para el dolor son porque a veces vuelve el dolor de las operaciones reconstructivas en gran parte del lado derecho de mi cuerpo. Llegando aquí, antes de sentarme a escribir, me desnudé y lo comprobé, no he tenido valor de ver un espejo. También me sugirió tomar el antidepresivo que guardo en el cajón de este escritorio, y me sugirió buscar en ese mismo cajón mi acta de adopción que, se supone, comprueba que no tuve familia sino hasta los diez años. Ya los tomé, pero el acta y mis otros documentos legales los revisaré más tarde.
Cuando Karina empezó a contarme cómo es que nos conocemos voltee a verla y me perdí buscando aquella mirada, pero no había nada, sólo un rostro que me hablaba como a alguien conocido. Salí del trance cuando ella dijo —He pensado que el hecho de que me sigas encontrando aquí tampoco ayuda mucho a tu memoria. Será mejor dejar este florero vacío. — Mientras señalaba un rosa.
Alguien toca a la puerta│
—Fran. Soy yo,│
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projectrevolutionff · 13 days
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Sombras del Ayer - Chelsea II
Finalmente (y después del quinto canapé de salmón, albahaca y tomate) los invitados fueron llamados a las sillas. Allí, dispuestas en filas de ocho y decoradas con ramilletes en uno de los extremos, el grupo encontró asientos libres. Optaron por ubicarse a una distancia intermedia del arco, teniendo una buena ubicación del espectáculo. Chelsea quedó sentada contra Dennis (sorprendentemente apuesto con algo que no fuese una camisa hawaiana) caminó por el pasillo central, viendo a Dennis que caminó hasta posicionarse frente al arreglo. La castaña intercambio una fugaz mirada. Atenta a los detalles notó algo en particular: temblor en sus dedos. La mandíbula tensa y con rostro descompuesto.
«¿Nervioso, Atkins? Me recuerda a cuando le dije que… no, no importa eso ahora. También cuando le obligaron a irse al ejército.» Con su traje hecho a mano color marino, su cabello pulcramente peinado y su pequeño tocado de flores en el bolsillo del pecho, se le asemejó a la ensoñación que tuvo a los 18. Aquella en donde ambos se casaban para acabar viviendo felices por siempre. «Guau, es como si mi cuaderno de bocetos cobrase vida.» El sol en caída le dio el toque perfecto a la escena. Las preciosas rosas rojas, rosadas y blancas se lucieron detrás de la figura masculina. El tul blanquecino se mecía con el suave viento, la tela nívea que cubría la tarima reflejaba luz. —Deberíamos haber puesto algo así en nuestra boda —murmuró Ethan en su idioma secreto: el alemán—. El arco y los exteriores me parece precioso. Él pasó un brazo y rodeó sus hombros; ella se apretujó contra él. A su alrededor, las charlas fueron bajando su volumen hasta convertirse en un murmullo monótono. —¿Tú crees? Lo nuestro fue más lindo y tradicionalista, no tan “Barbie y el Lago de los Cisnes”. Además: a mi abuela ultracatólica le podría haber dado un paro cardiaco si no nos casábamos por iglesia. —Claro, porque salir con un “divorciado”, tener sexo y una hija antes del matrimonio y después casarnos, sin una iglesia la hubiera fulminado. Lo encaró al borde de soltar una risotada. —¿Qué insinúa, señor Winters? ¿Qué mis motivos para no gustarme la decoración no son suficientes? —¿Yo? ¿Insinuar? Señora Winters, me ofende que piense así —frotó su hombro con cariño—. Igualmente nos quedó lindo el salón. Casi como lo que siempre me lo imaginé. —Cosa aparte: tienes mejor gusto y me quieres mucho más. Lo vio menear la cabeza con una media sonrisa en el rostro. —Eres rencorosa solamente porque lo escogió Dennis. Si lo hubieras hecho tú era la mejor decoración del mundo. Ella chasqueó la lengua a modo de respuesta. —Tristes y desgraciadas habladurías. —Palmeó su rodilla—. Te apuesto que el vestido de la novia es literalmente de princesa. Ambos intercambiaron una mirada, luego elevaron las cejas en su característico gesto de pareja y prestaron atención a sus alrededores; comenzaron a aparecer los padrinos y las damas de honor. Chelsea decidió que el color durazno en los vestidos de las damas le resultó imperdonable. Para peor: no a todas les favorecía el corte en la cintura. ¿Y los padrinos vestidos con un color casi celeste? La música pregrabada se dejó oír, arrancándola de sus pensamientos. Vio a Kelly caminar hacia el altar como la concursante de un desfile. Agarrada del brazo de su padre, sus sospechas se confirmaron. Un vestido salido de un catálogo de princesas, con corte a la cintura y tul por doquier; un bordado bastante agradable en el torso encorsetado, corte corazón para el busto y sin tirantes. Un enorme velo se deslizó detrás, con los bordes finamente bordados con diseños similares a los de su vestido. Lo único que le agradó fue que le pareció conmovida. Enamorada. Lista para vivir con quien ella creía ser el hombre de su vida. En cierto sentido se acordó de sí misma cuando caminó hacia Ethan, ya unos años atrás. Cambio la vista una vez la novia pasó por su lado: Dennis plantó una sonrisa bastante convincente. «Es como si le hubieran puesto un palo de escoba por el culo, está extremadamente tenso y no puede disimularlo». La novia llegó a alcanzarlo y le tomó la mano. El pastor dio inicio a la ceremonia. Las palabras repletas de amor fueron avanzando; unas completamente entregadas, otras ensayadas. Las caricias de los dedos, sonrisitas y lágrimas pulcramente secadas dieron un buen espectáculo. La voz grave y temblorosa del novio casi que dio una explicación de por qué se casaba. No supo que decir o pensar. Siguió con la mirada al frente, intentando disimular el desconcierto.
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